MUSKIZ, BIZKAIA - Bizkaiko Foru Aldundia

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KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao
Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia
N.º XXVI, pp. 245-272, 2000/01/02
ISSN 0214-7971
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
The foundry of "El Pobal" (Muskiz, Biscay province, Basque
Country)
M. J. Torrecilla Gorbea
RESUMEN
La excavación en la ferrería de El Pobal en Muskiz ha estado basada en la resolución de algunas cuestiones
surgidas durante la restauración de este enclave por su actual propietario, la Diputación Foral de Bizkaia. En
concreto, la intervención en el taller de fundición planteaba problemas de interpretación de espacios -la oficina, el antiguo hogar, las fraguas modernas ...- estructuras que se sucedían unas a otras reaprovechando ubicación y materiales y que desdibujaban su adscripción a una ferrería tradicional. Reinterpretando los diversos vestigios, tanto los exhumados como los observables por encima de la cota cero, y ampliando nuestra exploración
a las áreas inmediatas -antiguas carboneras-, hemos obtenido una imagen más completa y razonable del enclave ferrón de El Pobal; tanto de lo que fue en épocas pasadas -restos al parecer de dos ferrerías sucesivas- como
de lo que llegó a ser en sus últimos 100 años de existencia -un taller de fundición con tecnología obsoleta que
ensayó diversas fórmulas de modernización-. El resultado se ha aplicado en el replanteamiento del proyecto
expositivo elaborado para la divulgación de El Pobal por la administración.
Palabras clave: Ferrería, horno, trompá, fuelles de piedra (cilindros, embolas), oficina (jauntzaile), fragua
SUMMARY
At the moment, the foundry of The Pobal in Muskiz is property of the Statutory Delegation of Bizkaia (the
organism of territorial administration of Bizkaia). During the restoration problems arose: it has more than
enough interpretation of stapeces -the office, the old or traditional furnace,the bellows, stone bellows and tromp,
the modern forges, ...- that have been tried to sol ve by means of the archaeology. Its long productive life -almost
500 years- had changed the aspect of the traditional foundry that was in origin. The archaeological
investigation, so much of the exhumed remains as those that are visible, it has contributed a more complete and
more reasonable image of this enclave: and old hydraulic foundry that ended up to become a ironworks shop
with obsolete technology. With the new data it has reconsidered the project of popularization of The Pobal.
Key words: Foundry, traditionalfurnace, trompe, stone bellows, workshop office, Jorge.
LABURPENA
Muskizen kokatuta dagoen El Pobaleko burdinolan egin den indusketa, gaur egungo jabeak, hau da Bizkaiko Foru Aldundiak, enklabe honen zaharberritzearen zehar sortutako kontu desberdinen erabakietan oinarritu
da. Zehazki, galdategi tailerrean parte-hartzeak espazioen interpretazioan arazoak sortzen zituen - jauntzoilea,
aintzinako sutegia, gaurko erremendaltegiak, .... - ondoz-ondokoak ziren eta kokapen eta materialak berraprobetxatzen zitu,zten estrukturak, ohizko burdinola batetara esleipena itxuragabetuz. Aztarna desberdinak, bai lurpetik ateratakoak eta bai kota zerotik behagarri direnak berrinterpretatzen, eta inguruko areatara gure explorazioa hedatzen - aspaldiko ikaztegiak - El Pobal enklabeko irudi osoago eta zentzuzkoagoa lortu dugu; hala aintzinako garaietan izandakoa - hurrenez hurreneko bi burdinolen arrastoak ornen direnak - nola bere izatearen
azken 100 urteotan izandakoa - galdategi-tailerra teknologia zaharkituarekin, eta modernizazio formula desberdinak saiatzen zituena. Lortutako emaitza proiektuaren berrazalpenean aplikatu da, Administrazioak egina El
Pobaleko dibulgaziorako.
Hitz gakoak Burdinola, sutegi, aize arka, harri auspoak, jauntzoile, gako-hitzak
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
OBJETIVOS PE LA ACTUACIÓN
Cuando en 1998 nos propusieron el diseño de una
intervención arqueológica en la Ferrería de El Pobal,
propiedad de la Diputación Foral de Bizkaia, debíamos
de partir de la base de dos aspectos pre-establecidos. En
primer lugar el hecho de que ya desde 1992-93 se procedía a la restauración del enclave, y con el condicionante de que algunas estructuras ya habían sido reintegradas 1. En segundo lugar, que debíamos dar respuesta,
a partir de nuestro trabajo, a una serie de interrogantes
planteados en el curso de la restauración y, en concreto,
a cómo interpretar un espacio sernidestruido abovedado
abierto en uno de los laterales del taller (en el medianil
o cortafuegos de la carbonera) y a sus estructuras asociadas; la naturaleza y desarrollo del horno tradicional y su
futura morfología en el proyecto expositivo; o cómo
reintegrar y proceder a la expografía del espacio que
albergaba restos de una fragua y de los huecos que la
restauración había recreado -creemos que un tanto libremente-, identificándolos linealmente como carboneras.
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Nos encontrábamos por lo tanto ante un espacio
de excavación notablemente reducido, en el que la
documentación sistemática de obras y remodelaciones había sido practicamente nula y cuyos precedentes sólo se podían encontrar en la actuación desarrollada desde el propio Servicio de Patrimonio en el
espacio que denominaremos recinto 1 o trasera del
taller propiamente dicho y en la documentación del
anclaje del yunque de forja en el recinto 2 o zona
delantera del mismo taller 2 •
En base a todo lo expuesto, la actuación desarrollada se fijó tres objetivos prioritarios:
l.- análisis, por método arqueológico, de las
estructuras subyacentes del taller y emergentes del
conjunto
2.- determinar las líneas básicas evolutivas
estructurales y funcionales del enclave ferrón, delimitando elementos de diversos periodos y ofrecer una
interpretación global del mismo
3.- proponer los contenidos expositivos del enclave y
la distribución y adaptación de los espacios disponibles
_ __,
¡
/
/
--
Fig. l. Plano de identificación de estancias y área excavada.
Como los émbolos o soplantes de piedra, previamente documentados (GARCIA CAMINO y UNZUETA, 1993: 317-322) o la
refacción de todos los paramentos del edificio, incluso la construcción de otros nuevos que ya había realizado la Diputación.
Idem
M. J. TORRECILLA GORBEA
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Foto general de mediados del XX con
todas las instalaciones, casa, central, etc.
RESUMEN DE LA INTERVENCIÓN Y
RESULTADOS
Ya en 1993 el recurso al método arqueológico había
dado pruebas de su eficacia para el acercamiento a las
estructuras objeto de intervención; máxime si tenemos
en cuenta que las reformas sufridas por este enclave
han sido constantes a lo largo de su vida productiva, y
aceleradas en la última década al procederse a su compra y rehabilitación con destino a un proyecto de difusión cultural. En aquella ocasión pudo identificarse una
fórmula novedosa y hasta entonces sin evidencia física
in situ de soplante: lo que la documentación de época
llamará gráficamente "barquines de piedra". En esa
misma oportunidad se habían reunido además interesantes datos acerca de la situación y anclaje del yunque,
estructuras de madera enterradas d~ las que a fecha de
hoy se conocen además en la Comunidad Autónoma
sendos ejemplares en Agorregi (Aia, Gipuzkoa) y
Ansotegi (Etxebarria, Bizkaia)3 y sobre los espacios de
carboneras (objeto de sendos sondeos).
Y es que, los interrogantes planteados por algunos
elementos parcialmente conservados y otros añadidos, que a simple vista no era posible identificar funcionalmente, aconsejaban una investigación acerca
En el 2001 la ferrería de Ansotegi en Etxebarria fue objeto de un
control arqueológico, ya que en el curso de remodelación de este
enclave para destinarlo a hotel rural se localizó la estructura de
cepo o anclaje del yunque (SANTANA y TORRECILLA:
2001), elemento compuesto por un potente emparrillado de
madera que sujetaba la pieza central, un gran tronco en el que se
había practicado el rebaje donde debía encajarse el vástago
metálico del yunque.
de la sucesión estratigráfica de los mismos y sus relaciones físicas e históricas.
De acuerdo con la sección de arqueología del Servicio de Patrimonio se delimitó el área de sondeo
directo; en concreto 1a zona lateral derecha de la
estancia que denominamos 2, de unos 10 m por 3,5 m
de ancho -hasta alcanzar el muro bergamazo de separación con el espacio donde se alojan los émbolos
(véase figura 1)- y el espacio ocupado por el horno
bajo tradicional, alcanzando un volumen de sedimento removido de cerca de 70 m3 •
De su exploración han resultado 65 unidades estratigráficas, en las que se incluyen estructuras, sedimentos y el propio desarrollo edificatorio del inmueble.
En la medida de lo posible, dichas unidades se han
adscrito a un periodo cronológico, de forma que puedan recrearse, al menos hipotéticamente, las sucesivas
etapas que ha vivido el enclave. Para ello ha sido de
inestimable valor contar con el estudio histórico de R.
Uriarte Ayo4, al que hemos recurrido para contrastar la
información arqueológica y completar la visión que
obtiene de la evolución de El Pobal a partir del análisis de la documentación escrita.
·
La excavación ha permitido documentar evidencias sobre la ferrería original de El Pobal, aquella que
en el siglo XVI fundara la familia Salazar para sustituir a la situada en El Vado, aguas abajo. Su planta,
sobre cuyas dimensiones concretas sólo podemos teorizar, debió ser en gran parte alterada en el curso de la
URIARTE, R. Informe: La Ferrer(a del Pobal. Evolución histórica de una empresa siderúrgica, Inédito (Servicio de Patrimonio Histórico de la Diputación Foral de Bizkaia)
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LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
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Figura 2.
renovación del siglo XVII, aunque sí parece que respondía a una estructura bipartita (carboneras y taller)
bajo una misma cubierta.
Pero es sobre la ferrería que le sucedió en el siglo
XVII de la que tenemos más datos y se han conservado elementos a la vista que la excavación ha puesto de relieve. Fue en esta fase cuando se creó una
dependencia interna de control u ofi(fj,-¡¡l.a -abovedada
y abierta hacia el horno, el jauntzoile'f-, se labró la
esbelta puerta del acceso frontal eriJarco de medio
punto (hasta ahora semienterrada), y a esta época
atribuimos también la reforma parcial del túnel, su
desagüe lateralizado paralelo a la fachada hacia el
río, y un puente de acceso, de un solo ojo, en buena
cantería de arenisca (hoy soterrado, apreciable sólo
bajo el túnel abovedado que define el canal actual).
Reformas posteriores, en especial del XIX, variaron la imagen del solar, creando una planta adosada al
taller de tendencia trapezoidal que, aunque reutiliza
muros anteriores, abre nuevos huecos y delata la vocación fabril industrial del enclave, si bien anclado en
modelos productivos y tecnología de Antiguo Régimen. Esto llevaría a una serie de poco afortunadas readecuaciones, por cuanto intentaban mejorar su productividad pero que no llegaron a ponerla al nivel de
las nuevas fábricas de transformados metálicos que
exigía el orden industrial, razones que explican el progresivo languidecimiento de la unidad productiva y su
reducción a un taller de escasa transcendencia general.
En concreto, y coincidiendo con la última etapa de
restauración, se ha extendido el sondeo al hueco que
actualmente ocupan las fraguas (sala 4), lo que ha
ampliado un primer sondeo de 2x2m que ya practicamos en 1998, alcanzando en este caso un área aproximada de unos 12 x 8m. En este lugar se han podido identificar las acusadas rampas de las primitivas carboneras
(aspecto éste que se conserva de forma parcial en el
recinto 3), donde al parecer los desniveles eran de casi
un 15%, lo que sin duda facilitaría el aprovisionamiento
desde el almacenaje hacia la zona de trabajo. Igualmente se detectan fragmentos de muros, de escaso porte y
potencia, trabajados contraterreno y encajados en la
arcilla natural, creando cesuras y definiendo las rampas
para, al parecer, impedir la colmatación de los accesos.
Estas pronunciadas rampas no son tan extrañas.
Se aprecia algo muy similar en los restos de la ferrería de Oxillain en Markina y en la de Ansotegi en
Etxebarria, donde a pesar de la colmatación que existe en los talleres de trabajo, las carboneras presentan
cotas de 0,50 a 0,70m más altas en sus suelos. En el
caso de la ferrería de La Hoya, situada aguas arriba a
escasos 2 km de El Pobal, se encuentra una disposición similar, más acusada si cabe; mientras el taller se
sitúa prácticamente al niyel de la corriente del Barbadun, las carboneras se encuentran a no menos de
metro y medio del suelo de dicho taller.
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M. J. TORRECILLA GORBEA
En lo que a la documentación interna se refiere, la
estratigrafía resultante nos habla de dos aspectos fundamentales: por un lado el trabajo continuado del enclave,
sin apenas interrupciones, jalonado a veces por inundaciones -niveles de lodos arcillosos-, con poca o nula
labor de "limpieza" interna -que ha generado el progresivo relleno y recrecimiento de los suelos-, y la adecuación del lateral derecho en las épocas más recientes
(siglos XIX-XX) a pequeños hornos de recalentamiento
o simples fraguas que permitían el trabajo preliminar del
hierro en bruto para servicio de las fraguas instaladas en
la segunda estancia, donde se elaboraban ya las piezas.
En el caso de la sala 4, las observaciones hechas
para el taller parecen confirmarse. Sin duda esta carbonera y su funcionalidad fueron relegadas en favor
de la instalación de cuatro puestos de fragua o manipulación de hierro (metal), rellenando y tapiando uno
de los accesos al taller original, lo que configuró una
mayor superficie útil de trabajo y almacenamiento.
INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DE LOS
RESTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA
FERRERÍA DE EL POBAL
Tras la investigación y documentación arqueológica llevadas a cabo en la Ferrería de El Pobal, creemos estar en disposición de ofrecer una hipótesis de
interpretación del conjunto, entendido éste como un
elemento edificado orgánico, destinado a la producción de hierro y a su posterior transformación, que ha
ido variando a lo largo del tiempo, adecuándose a las
necesidades y exigencias impuestas por la demanda y
las diversas coyunturas acaecidas desde sus orígenes
en el siglo XVI hasta su definitivo cierre en 1965.
1) El taller y la organización interna del espacio
Al parecer, originalmente El Pobal fue el enclave
elegido para sustituir otra Ferrería en El Vado, obra
y promoción de la familia Salazar5 • Lo que se deduce
Dato facilitado por Juan Manuel GONZÁLEZ CEMBELLÍN,
extraído de Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sala
de Vizcaya, Caja 1.570, Pieza 11 (signatura antigua) Fo! 27v-30.
futerrogatorio realizado en fecha imprecisa (¿1519?) con motivo
del pleito sobre el mayorazgo de los Salazar de San Martín. Un testigo dice que Ochoa de Salazar de San Martín "derribo la dicha
herrería de Los Bados e la desfizo toda e llebo los materiales della
pa faser otra herrería que dizen del Pobal questa en el mismo ria".
Otro testigo dice que fue hace 7-8 años, y que la destrucción se
debió a una inundación y la falta de reconstrucción a la ausencia
de renteros y dificultad de avituallamiento. Otros testigos dicen
que la dejó caer, y que llevó los materiales río arriba "como dos o
tres tiros de ballesta". La mayor parte de los testigos sitúan la
construcción de El Pobal en torno a unos 12 años antes.
de la documentación conocida hasta la fecha es que
la ferrería se levantó en este punto que hoy ocupa a
principios del siglo XVI.
En este época los ingenios hidráulicos, lejos de ser
un hecho habitual como a veces ha insinuado la historiografía tradicional, eran verdaderos hitos de apropiación de los recursos hídricos de los valles, desviados de los tradicionales molinos hacia un beneficio,
el del mineral, que ofrecía mayores expectativas de
capitalización.
De hecho, el despegue de las ferrerías hidráulicas,
como elemento no singular sino generalizado, debe
producirse a lo largo de la segunda mitad del siglo XV
y primera del XVI. Hasta entonces, las referencias han
sido más bien parcas, y la cita frecuente en la historiografía, sobre las ferrerías de "mazo de agua", puede
muy bien estar haciendo referencia a esos peculiares
instrumentos, los mazos, accionados mecánicamente
con energía hidráulica. Pero su misma singularidad y
distinción en las citas quizá este indicando que, si bien
se trata de un elemento conocido, ensayado y beneficiado, no es en absoluto el único.
Como ya apuntan varios estudios, lo cierto es que
el sistema tradicional de ferrerías de monte, comúnmente denominadas haize-olak, perduró durante buena parte de los siglos que atribuimos a la modernidad,
bien en comunidades pequeñas o en lugares marginales, en buena medida porque el capital necesario para
levantar las instalaciones que requiere la ferrería fluvial, no se encontraba al alcance de todos. Y por lo
mismo, la aparición del sistema hidráulico no supuso
el abandono definitivo del antiguo que, aunque con
problemas y muy baja productividad, seguía siendo
factible para obtener el metal. Lo que sí es cierto, es
que lo alejaba de la producción para el mercado, donde el martillo hidráulico, y más tarde los fuelles, no
sólo mejoraban las condiciones de trabajo, sino que
aumentaban la capacidad productiva del ingenio respecto a sistemas más arcaicos.
Igualmente su denominación -literalmente "ferrerías de aire"-, ha conducido a considerar erróneamente su emplazamiento como determinante por las
necesidades de aporte de viento, cuando parece más
lógico, a la vista de las investigaciones y de las
secuencias experimentales realizadas para este tipo
de hornos, que la ubicación de la unidad productiva
estaba más relacionada con la proximidad a las materias primas: el monte, donde tanto los recursos minerales como forestales se encontraban inmediatos, evitando así desplazamientos para su acopio. Sólo la
puesta a punto de un sistema energético desarrollado,
más útil y productivo, pero con un condicionante
insalvable -la cercanía al río-, justificaba el traslado
de la unidad productora y la consiguiente reestructuración progresiva del sector, apareciendo los empleos
subsidiarios de arrieros o acarreo de materiales desde
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
Fragmento muro antiguo, bajo los restos de la oficina del XVII.
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unidad paradigmática que a continuación analizaremos. Buena parte de estas observaciones se obtuvieron a lo largo de un trabajo desarrollado por encargo
del Gobierno Vasco (Inventario de elementos hidráulicos pre-industriales: molinos y ferrerías, 1995-96)6 ,
y parecen apuntar a que, en gran medida, incluso las
ferrerías preexistentes debieron irse adecuando al
modelo.
Esto pudo ocurrir tanto por voluntad expresa de
mejorar la capacidad del ingenio, como por la propia
dinámica de reparación de los inevitables desperfectos.
Es el caso de El Pobal, que no sólo fue trasladado
como unidad productiva en el XVI desde el punto
denominado el Vado -no queda claro si por arruinamiento o por el hecho de presentar dificultades técnicas-, sino que en el propio lugar y apenas un centenar
de años después fue «reedificada>> y reparada por cuenta de quien entonces era su propietario, el Convento de
Ntra. Señora de la Merced de Burceña. Pero entre
ambas fechas se ha producido un hecho importante
desde el punto de vista de las instalaciones fijas: en
15757 , Juan de Salazar (nieto de Ochoa de Salazar, el
fundador) sustituye la antigua presa de madera por otra
de piedra, y al parecer interviene también en las reformas del cauce y anteparas, con la aplicación de maderas calafateadas8 • Hemos obviado de hecho hacer mención a lo que exclusivamente son reparaciones -cuyos
montantes aconsejaron al Convento la conveniencia de
desprenderse de ella y revertirla a los Salazar-, y nos
su lugar de obtención -minas y monteshasta el de aprovechamiento -la ferrería
hidráulica-.
Sospechamos por ello que el taller
ferrón, tal y como hoy lo interpretamos y
conocemos, debe ser el punto final de una
serie de mecanismos y utilidades puestas
a punto a lo largo de los siglos precedentes y del XVI, cuajando en el XVII en la
Restos muro del siglo XVI en fachada, (resaltados
con un trozo oscuro).
El territorio vizcaíno, sondeado en colaboración con Marta
ZABALA, Maite IBAÑEZ y José Luis !BARRA, es al que se
refieren fundamentalmente estas conclusiones.
URIARTE, Informe .. ., pag.2
Restos de madera/tablones embreados se localizaron al ,parecer
en las obras de rehabilitación del canal efectuadas por la Diputación.
M. J. TORRECILLA GORBEA
252
nio como en otras de encargo, nos siguen hablando
de la firme búsqueda de conceptos y realidades que
mejorasen los establecimientos, en su caso referidos
fundamentalmente al rendimiento energético
(infraestructura hidráulica, ruedas motrices, etc.).
Más tarde, la Real Sociedad Bascongada de Amigos
del País vendrá a incidir en la productividad y renovación de las instalaciones, procediendo a la revisión teórica del sistema o patrocinando experiencias
prácticas.
Taller del XVI: Del taller original que se levantó
en el punto de El Pobal, la excavación ha dado cuenta
de algunos de sus elementos. Esencialmente, se refieren a la presencia de un muro medianero, el que separaría el taller u "oficina" (donde se desarrolla el oficio),
de los almacenes. Este muro, de algo más de 80 cms de
grosor, corre a lo largo de la parte baja del muro actual
de separación, y se caracteriza por la inclusión de
material calizo y arenisco rodado, tipo grandes cantos
de río, trabados con potente mortero calcáreo.
Igualmente, a pesar de los rejunteados actuales,
todavía puede identificarse razonablemente parte de
ese muro original en la actual fachada delantera. Aparece en este lugar en los últimos 45-50 cm, en la base,
y presenta un aspecto descarnado, en su cara externa,
probablemente por servir de cimentación al siguiente,
pero cuya orientación se corrige en algunos grados.
Antiguo portillo hacia La Ribera.
fijamos tan sólo en lo que parecen ser mejoras técnicas
o puestas a punto que pretenden obtener un mayor rendimiento útil del conjunto, lo que redunda en la idea
que exponemos más arriba: la búsqueda de soluciones
y mejora de la productividad que acabaría por cuajar
en el establecimiento de un patrón para el diseño del
espacio y sus complementos mecánicos.
Lejos de ser una tarea excepcional, parece haber
sido la tónica general de la multiplicidad de renovaciones estructurales a que dio lugar el siglo XVI y
que cuajan definitivamente entre el XVII-XVIII,
siendo éste el modelo que parece dar sentido a la
casi copia literal del ingenio (plano y disposición)
en su expansión a lo largo de la costa cantábrica9 •
Existen claros paralelismos de algunos de los extremos y caracerísticas que señalamos en numerosas
ferrerías cántabras (ARROYO y CORBERA, 1993).
Así, años más tarde trabajos y obras divulgativas
como los de Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz, y
su propia labor tanto en las ferrerías de su patrimoExisten claros paralelismos de algunos de los extremos y características que señalamos en numerosas ferrerías cántabras (Arroyo y Corbera, 1993).
Puerta de ingreso, siglo XVII.
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
TIIE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
Esta discontinuidad de la obra es observable a lo largo de unos 12-14 m de longitud.
En este muro frontal, el que delimitaba el recinto
hacia el río, se abría un pequeño portillo de servicio, un
acceso de apenas 90 cms de ancho, con arco de tendencia apuntada por el despiece del dovelaje. En la actualidad se encuentra totalmente cegado, a la derecha del
ingreso principal. En su zona interior presenta un
umbral regular, sustentado por el mismo tipo de piezas
que hemos descrito para el muro, esta vez trabajadas
para ofrecer una cara horizontal y útil. Su jamba
izquierda casi se embute en el actual muro cortafuegos
que separa la estancia de los almacenes/carboneras. La
relación que tanto en factura como en dirección presenta con lo que identificamos como muro original del
XVI, avala su antigüedad y su preexistencia respecto a
dicho cortafuegos. Creemos que puede tratarse de una
pequeña entrada para control del canal de desagüe y
paso hacia el río, encontrándose el ingreso principal a
este taller bien lateralizado -a través de las carboneras
y almacenes- o bien en la fachada corta trasera, hacia el
camino antiguo.
En la actualidad no es posible comprobar si el
muro que describimos continua su desarrollo en el
lado que corresponde al túnel, ya que la presencia del
martillo, ya reintegrado, impidió la extensión del área
de excavación, recurso imprescindible para localizarlo en la actualidad. Además, las condiciones del horno localizado bajo el tradicional conocido hasta la
fecha (HORNO 2), dificultaban la corroboración en
este extremo.
A modo de hipótesis, y refundiendo los datos
extraídos de nuestra observación, podemos apuntar·
que el taller original fue algo más corto que el actual,
253
por lo cual buena parte del espacio que acoge hoy a
los émbolos lo suponemos un añadido funcional del
XVII. Igualmente es difícil precisar su anchura en el
sentido de las "carboneras". Sin embargo, y a la vista
del indicio que hemos localizado para la zona delantera, apuntaremos que es posible que se encuentre en
tomo a 20 m, con lo que la superficie delimitada por
el conjunto sería de unos 360 m2. En definitiva un
espacio de escasa compartimentación y notablemente
menor que el actual. Además, al parecer y si lo comparamos con otros ámbitos inmediatos como Gipuzkoa, incluso podemos hablar de un ingenio de aspecto retardatario y de pobre mecanización (véase el
apartado referido a los hornos).
Taller del XVII-XVIII: Sin embargo, tras la crisis
finisecular del siglo XVI y por el especial régimen de
propiedad y cambios detectados para El Pobal en concreto, la primera mitad del XVII dará origen a una fuerte renovación. A ésta cabría atribuir buena parte de la
fábrica del inmueble que en la actualidad conservamos.
En el trabajo de campo que mencionamos más
arriba (Inventario de elementos ... 1996-97) pudimos
contrastar la nómina completa de las ferrerías vizcaínas que conservan restos de entidad y, de su observación, surgieron apreciaciones regulares que se hacían
tanto más homogéneas cuando las referíamos a los
siglos de la Edad Moderna, y en especial a la segunda mitad del XVII y el conjunto del siglo XVill.
Casi insensiblemente las dimensiones constatadas
nos conducían a establecer un canon de estructura del
taller que presentaba las siguientes características:
- separación entre la "oficina" o taller propiamente dicho y los almacenes con potente muro cortafuegos
Aspecto de la oficina o ''.jauntzoile"
reintegrado.
M. J. TORRECILLA GORBEA
254
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Fig. 11. Fotos de Bol. y Aspiltza.
- relación espacial regular de 1/3 para el taller u
oficina y 2/3 para las carboneras y almacenes, bajo
cubierta a doble vertiente
- disposición en paralelo de taller y túnel hidráulico
- - compartimentación de medio porte, rasgada frecuentemente por doble arco (uno de circulación y
otro para las toberas de los fuelles), a la que se adosa la estructura del horno; conocido en la
documentación como "muro
bergamazo"
- disposición transversal de las
divisiones de la zona de almacenamiento respecto al taller
- número regular de accesos al
espacio secundario de almacenamiento: normalmente tres,
dos orientados al taller y uno a
la zona de fuelles
- posibles cesuras internas, por
los general irregulares en su disposición, en la zona de almacenajes y frecuente rasgado de vanos
alargados a diversas alturas
- presencia en los muros externos
de mechinales, ménsulas, restos
de arranque de jabalcones o solivas externas, elementos residuales de plataformas en voladizo
que facilitan la carga superior de
las carboneras (también existen
patines o escaleras adosadas
externas de obra), cuando no se
aprovecha directamente el desnivel natural del terreno
- curioso espacio mínimo, de en
tomo a 2 x 2 m, orientado hacia
el taller pero practicado, cuando
no forma parte del diseño original, taladrando el muro cortafuegos, y desarrollándose en
general hacia los almacenes;
conocido en la Ferrería de Aurtola (Aramaio, Alava) como
jauntzaile. Este lugar cuenta con
uno o dos huecos en las paredes
,.,
laterales, a modo de pequeñas
alacenas.
Observado este extremo, empezamos a teorizar la posible
•
implantación de un modelo de
ferrería, una disposición regular del espacio y mecanismos, a
la que se habría llegado por progresiva unificación de los términos de inspiración y desechando
experiencias menos útiles o funcionales. Es decir, nos
encontraríamos ante un diseño del espacio industrial
y de la unidad productiva alcanzado espontáneamente, que se difundiría a lo largo del XVII y XVIII, afectando tanto a las instalaciones de nueva planta como
a las reformas de los ingenios preexistentes.
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
La existencia de ese concepto más/menos uniforme de la organización racional de una ferrería, sería
la responsable de otorgar unidad de diseño a los diferente ejemplares que podemos interpretar en la actualidad. Por lo mismo, y dada la cronología que proponemos para la formulación reconocida de este modelo, la mayoría de los talleres que han llegado a nuestros días, en especial los mejor conservados, deben
atribuirse a esa voluntad de disponer en la "forma
más correcta" los elementos productivos.
De este modelo paradigmático El Pobal conserva
la estructura y disposición de su taller, la readecuación del túnel, reformado sin duda en el extremo de
salida, con el conveniente refuerzo, y quizá con el
añadido probable del hueco para la rueda de barquines -a juzgar por la discontinuidad de fábrica que se
aprecia alrededor del arco y en su zona de contacto
con la ladera, así como las distintas fábricas de muro
localizadas en esta zona-. Disponía esta nueva ferrería de una esbelta puerta, de 2,5 m de luz, rematada
en arco, y que había llegado hasta nosotros semienterrada. Para salvar el desnivel con el exterior cuenta
con tres peldaños monolíticos, puestos al descubierto
en el curso de nuestros trabajos.
Pero además, en esta época es probable que cambie la orientación del canal de desagüe. En los ingenios de aspecto más rudimentario y factura más tosca
(como Arrabiola de Segura), lo más frecuente es el
vertido en línea directa hacia el río, para ahorrar costes de trazado y construcción del socaz, al estilo de
los tradicionales molinos. Sin embargo, esta disposición pronto debió revelarse como problemática, pues
las avenidas y crecidas del caudal afectan así de forma más directa al funcionamiento de las ruedas. Por
ello, como teorizará y hará Vtllarreal de Bérriz en
Bengolea, se irá imponiendo el desagüe lateralizado,
a ser posible de largo recorrido, con lo cual las posibilidades de anegamiento, frenada y daño a las ruedas
se atemperaban.
En El Pobal se construyó un socaz, hoy soterrado,
que corre paralelo a la actual zona delantera del edificio, que por entonces daba espaldas al camino principal que discurría por la fachada trasera. Para salvar
la salida directa a este cauce se construyó un sencillo
puente de piedra arenisca bien labrada -como la de
los ingresos, refuerzos de la antepara y derramadero
frontal y jauntzoile de la ferrería-. Es un vado de un
sólo ojo y una luz de en tomo a 1,80 m. En la actualidad sólo es observable desde el interior del túnel,
arrancando a ambos lados de él la falsa bóveda de
lajas (a réjola) que soterra en la actualidad el socaz y
que podría corresponder a la segunda mitad del XIX
o primeras décadas del XX.
Pero quizá uno de los elementos más sobresalientes de este nuevo paso sería la aparición del que denominamos ''jauntzoile". Esta expresión la recogimos
255
Restos de la pileta localizada en la excavación, que actualmente ha
sido reintegrada.
en 1989 en el curso de un trabajo sobre el patrimonio
industrial 10 del propietario de la ferrería de Aurtola,
en el barrio de Olaeta de Aramaio (Alava). Denominó así a un pequeño hueco practicado en el muro cortafuegos y con apertura hacia el taller, que presentaba
en uno de los laterales una minúscula alacena de 40 x
40 cm. Aseguraba que en dicho lugar, según contaba
su padre que de niño fue jornalero y aprendiz en la
mencionada ferrería, se instalaba el administrador y
patrón de la misma, para pagarles el salario al final de
la semana, y en la alacena eran guardados los libros
de contabilidad de la fábrica.
Lo que entonces resultaba un dato curioso, que se
incluyó por su novedad en el estudio, se convirtió en
un referente útil para interpretar elementos de las
mismas características, y bastante numerosos, que
fuimos localizando e identificando en las ferrerías
que conservaban suficientes restos de su zona de
laboreo. Todos ellos pueden agruparse en dos tipos:
aquellos que parecen haber sido concebidos desde el
10
IBAÑEZ et alii (1992: 155)
256
M. J. TORRECILLA GORBEA
origen (caso de la Ferrería de Oxillain en Markina, o
Ferrería Menor de Bengolea en Gizaburuaga) o los
que delatan su apertura más tardía, desmontando el
primitivo muro cortafuegos (casos de Bolunburu en
Zalla, Ferrería Ansotegi de Etxebarria y quizá también de Artekona en Gordexola). También varía su
diseño, y encontramos desde. los simples adintelamientos, como Aurtola, a los diseños en arco escarzano y cubiertos con bóveda nervada y plementaría de
lajas de Oxillain, pasando por los que reservan sólo el
arco para el ingreso como el de Aspiltza en Markina
o los extremadamente sencillos en materiales (cantos
de río) pero abovedados como Torrelanda de Orozko.
En la actualidad, podemos asegurar que tal carácter tiene el hueco que parcialmente se ha conservado
en El Pobal, adosado a una esquina de la zona de trabajo y junto al muro bergamazo. En su caso podría tratarse de un elemento que correspondería a la reforma
del siglo XVII. Presenta además de su característica
ubicación y sus dimensiones formales, el dato añadido de conservar dos huecos parejos a modo de pequeñas alacenas -el de la derecha parcialmente destruido
al ser inutilizado el espacio- destinados probablemente a ser archivo o armario de los libros de cuentas, útiles de escritura o cualquier otro elemento de valor
relacionado con la administración de la ferrería.
Aunque no podamos ofrecer una cronología precisa de tal elemento, lo que sí permite concluir la arqueología es que se practicó taladrando el primer muro cortafuegos del enclave y por su factura y aspecto formal
de la cantería, debería ponerse en relación con el conjunto operativo del XVII-XVID. Creemos incluso que
quizá pueda identificarse con lo que la documentación
denomina "camareta"ll, y que en la segunda mitad del
XIX se refleja con puerta y llave en los inventarios.
Sobre este último aspecto, el estar o no cerrados, pueden incluso añadirse otras observaciones. Tanto en el de
El Pobal como en los que hemos mencionado más arriba
(no son menos de 10 los ejemplares total o parcialmente
conservados en Bizkaia), en ninguno puede apreciarse
elemento alguno que informe sobre su cierre o el tipo de
elemento que, fijo o mueble, permitía cerrarlos, a pesar
Cfr URIARTE (1998), op cit., pag.62 y 65. No sabemos hasta qué
punto pueda ser esta identificación fiable. Con frecuencia en estos
lugares solía disponerse de una estancia para que los ferrones
pudiesen pernoctar. En concreto, la documentación referida a la
Ferrería del Cándano (Arcentales) dispone de una tasación/inventario efectuado en 1779, donde se hace referencia a "la camareta
donde duermen los erreros se halla encuartonada y zerrada de
Ympostas, tillado arriba y abajo, con su correspondiente escalera ygual que anteriormente estaba» (AHB, Villarías, L.99, nº8,
fol.8v). La investigación en Cantabria sobre la ferrería de Cades
ha concluido que un espacio de estas características, elevado y
situado en la zona de la barquinera, se utilizaba como dormitorio,
despojando de esta funcionalidad a la estancia que se abre hacia
la zona del mazo en planta baja (en este caso pudiera ser el jauntzoile ), según BOHIGAS y MARCOS (1999).
de que los inventarios abundantemente den noticias
sobre llaves y cerrajas que no son sólo las de puertas
principales y carboneras, como indicamos en el caso
concreto de El Pobal. También es cierto que las alacenas
o huecos practicados en sus paredes laterales, no presentan rebajes o huellas apreciables de haber tenido portillos
o elementos de cierre. Lo cierto es que es éste un aspecto aún desconocido, que quizá pueda aclararse en el futuro. Porque sólo en el caso de El Pobal, por el hecho de
haberse excavado, conocemos con claridad su base, y
aún así, el suelo original de esta cámara fue en gran parte alterado por el curso de los trabajos de readecuación
que sufrió el lateral del taller en épocas posteriores.
Otro aspecto formal resulta también recurrente.
Nos referimos al pequeño agujero practicado en la
zona del túnel, entre el mazo y el horno, y a la mutilada estructura que tiene alrededor (restos de un
pequeño canalillo), que habitualmente se pone en
relación con la necesidad de mojar el material para
conferir temple al forjado o simplemente para refrigerar los útiles y herramientas de trabajo. Como hemos
comprobado, con ligeras variaciones de diseño, este
el~mento se repite en muchos de los talleres que adscribimos a esta cronología y modo de hacer.
En el caso de El Pobal este elemento parece haber
sido alimentado desde la antepara, por medio de algún
tipo de conducción (tronco hueco??) ya que presenta
un piedra intermedia que bien pudo funcionar a modo
de elemento sustentante o apoyo para ello. En su base
se localizaron indicios de una estructura que podría
haber tenido la forma de una pileta, delimitado por
piedras trabadas con fuerte mortero ferruginoso. Sin
embargo, su situación inmediata al martillo de forja,
cuyas labores de reintegración le habían afectado,
impiden una documentación clara del elemento.
Conocemos, sin embargo, casos de similares
características. Aún pueden observarse restos de un
hueco parecido en la pared del túnel de la inmediata
ferrería de La Hoya (Galdames), aunque donde la
semejanza es más apreciable es en el caso de Bolunburu (Zalla), donde el hueco tiene casi las mismas
dimensiones y presenta igualmente la piedra intermedia. En Cantabria, la excavación en la ferrería de
Cades ha deparado, además, la localización de restos
muy similares 12 que como en El Pobal disponen de
pequeña pileta de represamiento, en su caso mejor
conservada así como la comunicación de este elemento con la antepara.
Un último aspecto apuntaremos sobre la distribución del espacio en estos talleres. Nos referimos ahora a lo que la documentación cita como "la benatera"
o "venatera". En nuestra opinión las estancias inmediatas al taller, situadas en disposición transversal
12
BOHIGAS y MARCOS (1999, 56).
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
.\
i
257
o
Planta del estado del inmueble cuando fue
adquiridó por la Diputación Foral. La zona
rayada corresponde al lugar donde se
localizaban restos del empedrado y rampa.
respecto a éste y aisladas por un potente muro de
separación, fueron fundamentalmente carboneras,
pues en este sentido parecen apuntar tanto los indicios materiales (estratigráfia, ubicación de accesos
elevados y vertederas, adosamiento de patines o escaleras externas macizas, etc) como la documentación 13 •
Sin embargo suele aparecer en ocasiones diferenciada, como en Pobal, la venatera, como sí se tratase
de estancia o elemento particular y con entidad. Una
de las primeras menciones se contiene en un apeo de
bienes del mayorazgo de la Quadra de 1766-67, donde se citará la venatera dentro del conjunto de instalaciones del cuerpo de la ferrería 14 y en capítulo distinto de la descripción de la zona de ragoar o calcinado. También en 1809, en un documento sobre las
obras necesarias en la ferrería se indica:
"componer las puertas de las carboneras de arriba, y hacer una puerta nueva para la carbonera, y
cuatro cerrajas, y una llave para cerrar las carboneras por bajo y una llave para la puerta principal de
la ferrería y hacer un caño falso en la benatera, y
13
14
En el caso de la ferrería de Mollinedo (Arcentales) propia del
Marqués de Villarías, donde se especifica en inventarios las carboneras señalando la "de la barquinera", "la grande" y "la del
mazo", con sus respectivas puertas y cerrajas; En Ansotegi (Etxebarria), donde su dueño en la cuenta pormenorizada de labranzas
incluye anotaciones al margen señalando "este día se dió fin a la
carbonera pequeña'', ó "es el producto resultante de la carbonera
grande", ó se alcanzaron x quintales de hierro y aún sobró "carbón estante en la carbonera pequeña como de media arriba"
URIARTE, op.cit. 1998, pag.21: "la casaferreria [... ]con sus
entradas y salidas, serbidumbres, fragua, mageo, tirage, arboles maiour y menor, carboneras, venatera, escalera por donde
se introducen los carbones a las carboneras, su camarada de
piedra sillería[... ]"
hacer un tomo para subir los barquines, limpiar un
caño dentro de la ferrería ... " .15
Ante la pregunta de qué pueda ser esta "benatera"
surgen varias hipótesis. Creemos descartable que se trate de la carbonera pequeña, la que se encuentra construida contraterreno, porque ningún indicio sedimentario ha proporcionado en su sondeo que lo indique 16 • Dos
respuestas quedan en consonancia: que se trate de una
referencia a la plaza de raguar o calcinar el mineral
(véase el apartado Hornos), o que se refiera a un espacio o zona diferenciada dentro de la ferrería. Aunque
Dibujo alzado del aspecto del muro cortafuegos hacia la carbonera
que hoy aloja la fragua (autor Xabier Aranburu).
15
16
AHB, Villarías, Libro99, nº33
GARCIA CAMINO y UNZUETA ( 1994: pag.129)
258
M. J. TORRECILLA GORBEA
Interior de El Pobal en 1989
(Foto Deiker).
resulte arriesgado afinnarlo, sería interesante dar esta
interpretación a la rampa de cantos rodados localizada
en la zona trasera de la estancia de barquines. Este lugar
fue reintegrado recientemente por la Diputación y se
construyó un muro de cierre que, partiendo de un esquina! de la carbonera pequeña y destruyendo el muro que
limitaba la rampa por el Sur, vino a unirse con los fragmentos y arranques de la antepara, desfigurando por
completo su situación y aspecto originales.
Esta zona, hoy por completo alterada y mal registrada en su momento, delimitaba un espacio a modo
de gran masera o depósito, con derramadero conseguido por el desnivel y delimitado por el muro, cuyo
suelo sería, al menos en la vertedera hacia el interior
de la ferrería, el nivel de cantos. En este caso la venatera sería un depósito de mineral ya calcinado y troceado, preparado para las tareas de reducción en el
horno ferrón, habilitado al fondo de la zona de barquines y convenientemente cubierto con tejavana
para evitar que se mojase. El acopio en dicho lugar
facilitaría las labores de surtido del horno.
Lamentablemente se ha perdido la oportunidad de
haber documentado con fiabilidad este extremo, lo que
permitiría establecer comparaciones con disposiciones
similares, como la que todavía se observa en la ferrería
de Olabarri (Zeanuri), en la zona inmediata al mazo,
situada a contraterreno, con restos de muros perimetrales arruinados, posible derramadero interno hacia el
interior (ruina), etc. En el caso de la ferrería de Cades,
Cantabria, cuyas semejanzas con El Pobal son notables,
presenta también en igual zona (trasera lateral de la barquinera), una rampa, en parte enlosada y en parte babi-
litando el terreno natural, que alcanza el exterior, y que
bien pudiera ser la vertedera o habilitación de acarreo
del mineral calcinado (??), aunque sus investigadores
sitúan el acopio de mineral en la carbonera inmediata a
la sala de barquines 17 • En cualquier caso, reiteramos que
este extremo debe ser sometido a verificación con
ejemplos similares y es una mera hipótesis de trabajo
sin contrastación concluyente por el momento.
Taller del XIX-XX: Finalmente, a la ferrería del
XVII-XVIII le tocó vivir el progresivo languidecimiento de la siderurgia tradicional vasca, con el resultado de una completa intervención en buena parte de
su desarrollo inmobiliario y en la no menos importante, adecuación mecánica. Como señala Uriarte, los
contratos de arrendamiento que los Vtllarías formalizan con los ferrones desde el último cuarto del XIX
darán una gran libertad de actuación para la reforma
de las instalaciones. A pesar de ello, la reserva a poder
elegir el propietario entre las mejoras o la vuelta a la
situación precedente, muestra hasta qué punto se desconfiaba de la posible utilidad de algunos de los proyectos intentados (véase el tema de los émbolos).
En cualquier caso, creemos que desde el XIX el
edificio sufre una progresiva pero profunda refacción.
Se observan claras discordancias de factura en el muro
medianero o cortafuegos, y aunque el actual rejunteado lo enmascare, pensamos que debió recrecerse, si no
a partir de una ruina fortuita, si por interés de alzarlo,
17
BOHIGAS y MARCOS (1999: 62)
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
dando más altura a la zona de almacenes y carboneras.
Practicados los nuevos accesos, en arco escarzano con
basto despiece en lajas, la compartimentación y diseño de los espacios de almacén, probablemente fue
ampliada. Con seguridad respecto a la construcción
que atribuimos al siglo XVI, y es más que factible que
también respecto a la del XVII-XVIII.
Lo cierto es que el resultado será un elemento que
tiene ya una vocación fabril, abandonádo el canon que
señalamos para la época moderna. El diseño del conjunto de almacenes-carboneras adopta una planta de
tendencia trapezoidal, aumenta en altura, se regulariza
y se compartimenta de acuerdo a las nuevas necesidades. Tanto en aspecto como en factura difiere de la
obra propiamente ferrona que se desarrolla a lo largo
de la zona del taller, aunque haya reaprovechado parte
de los muros y el rejunteado actual impida discernir
con claridad las diferentes etapas constructivas en la
estratigrafía emergente. Los añadidos posteriores y sus
readecuaciones (escaleras exteriores, desplazamiento
definitivo del camino original a la actual carretera,
arruinamiento de la estancia de los fuelles, readecuación de la zona extrema de las carboneras,. etc.) obede-
RIO
259
cen a su larga vida productiva y su paso a patrimonio
en propiedad de la familia que lo explota (en tomo a
1942), quienes como dueños del enclave en su conjunto, pueden hacer y deshacer a voluntad.
2) Los hornos
El capítulo de los hornos es un elemento fundamental en toda ferrería, si bien la gran perduración activa de
El Pobal lo hace, si cabe, más complejo, pues bajo esta
denominación se han sucedido a lo largo del tiempo las
más diversas instalaciones, desde las fundamentales
que cabe atribuir a una ferrería estrictu sensu -horno de
fundición y obtención de metal-, a otras que desarrollan tareas preliminares o auxiliares del anterior.
*Tratemos eri primer lugar lo refererido a la calcinación. Parece lógico, y está apoyado incluso en
referencias orales, la presencia de un horno de este
tipo. En primer lugar, habremos de decir que este tratamiento de calcinación previa se documenta sobradamente en otros espacios 18 , lo que habitualmente
BARBADUN
Plano localización zona de la ragoa.
IH
URTEAGA (1989)
260
M. J. TORRECILLA GORBEA
atribuíamos a la escasez de mena adecuada (tipo
hematites o campanil) y a su tendencia a beneficiar el
carbonato 19 • Posteriormente, y ya en época contemporánea, el método prospera notablemente con la explotación masiva de los escoriales despreciados inicialmente en el boom minero vizcaíno del XIX.
Sin embargo, y aunque El Pobal se halle en el
ámbito de influencia de la hematites y el campanil
(anticlinal de Bizkaia), lo cierto es que con toda probabilidad y durante la Edad Moderna, el recurso a la
calcinación previa era una actividad bastante extendida en el proceso que se seguía en las ferrerías. En este
sentido, y tras su almacenamiento y troceado al aire
libre, que aumentaba la oxidación, someter el producto a este tratamiento abarataba los costes de producción del tocho o metal en bruto que obtenía la ferrería.
En concreto, el programa de investigación experimental arqueometalúrgica que desarrolla Arkeolan en
las instalaciones de Aia (Gipuzkoa) y algunas aportaciones historiográficas recientes impulsadas por este
mismo grupo (URTEAGA, 2000) han contribuido a
aclarar un gran número de cuestiones sobre el proceso real de calcinación, fundición y forjado de las
venas tradicionales. Concretamente la publicación
del Tratado de Metalurgia, que reproduce y comenta
los trabajos e informaciones practicados por la Real
Sociedad Bascongada de Amigos del País en la rama
de la industria tradicional ferrona, es una de las contribuciones más interesantes que ha proporcionado la
historiografía reciente, en especial porque maneja
testimonios de primera mano (encuestas) y se contrasta con algunos de los resultados del programa que
dicho equipo de Arkeolan desarrolla.
Entre otros asuntos, este estudio ha puesto de
manifiesto el regular uso de la calcinación previa en
diversas formas (arquillos, hornos tipo calero u
"hoyas" al aire libre) en un periodo que debemos
suponer se extiende a lo largo de toda la Edad Moderna como mínimo 2º. La principal ventaja que las propias declaraciones de los ferrones aducen para esta
19
20
IBAÑEZ et alii (1990: 89-99)
Reproducimos el breve resumen que de estos tres aspectos ofrece el mencionado Tratado de Metalurgia... , pag.63, nota 79:
"Hay cierta confusión en las noticias de calcinación de minas a
la hora de definir los diferentes métodos usados en el país.
El horno de arragoar, o el modo de los arcos u homillos, es una
estructura construida que tiene forma circular y que se divide, en
altura, en dos estancias: la inferior, o cámara de combustión, en
la que se produce la llama y la superior en la que se coloca la
vena cruda para su calcinación. Ambas están comunicadas por
una serie de arquillos (subideak) que dejan pasar el fuego[ ...]
Los arragoazulos son hoyos excavados similares a las caleras.
Se distinguen dos variantes, una con separación para la vena y
el combustible y otra sin separación, colocándose las piezas
grandes de mineral formando arcos que sujetan los fragmentos
más pequeños [... ]
práctica es la disminución de la humedad, lo que abarata los costos de carbón en el proceso posterior de
fundición en el horno interior.
Al parecer, un horno de este tipo, aunque desconocemos su exacta cronología, se ubicó en la explanada
delantera entre la ferrería y la casa-torre, lugar en el
que tradicionalmente a lo largo del siglo pasado solía
realizarse el acopio de minerales. Sin duda este horno
no debía distanciarse tipológicamente de los conocidos en casos como el de Olaberria de Oiartzun o de
Egurbiola en Azkoitia (es decir, estaría en consonancia con el sistema que URTEAGA (1989) identifica
con el de arcos u hornillos). Preferentemente debió
tratarse de un horno de cuba o, mejor aún, de tronco
de cono, con una abertura de tiro-carga en lo alto y un
numero variable de bocas de descarga, en la base. En
cualquier caso, un horno discontinuo, de encendido y
apagado intermitente, al estilo de algunos caleros de la
región, en fábrica de mampuesto irregular y con un
periódico proceso de rehabilitación interior.
Las noticias sobre este horno son tanto orales
(entrevista con Angel Pérez lbarrondo), como documentales. Para el primero se trataba de una estructura
en desuso, que se usó tanto para calcinación como
para reducción a "hierro esponja" (véase apartado
horno Tourangin), asociado a una tejavana. Respecto
al segundo caso, la documentación, contamos con la
noticia que en 1766-67 aporta el apeo de bienes pertenecientes al vínculo y mayorazgo de la Quadra,
donde se describe:
"Ytem y mediato a dha casa y ferrería se halla
una casa nueba que cubre la ragua donde se cace y
ragua la vena metal con que se funde el fierro en dha
ferrería que se halla corriente y labrante y dha ragua
se halla en su fachada lindando con dho rio maior y
por los demas estremos con el antuzano y salida de la
casa y ferre ria " 21
No deja de ser interesante el que en la descripción
se señale expresamente el adjetivo de nueva para calificar esta construcción. Bien puede tratarse de una renovación reciente de la instalación o de su alzado de nueva planta, lo que podría variar la cronología relativa del
proceso, en especial si, como hubiera sido deseable, se
hubiese sometido la zona a sondeo o al menos a un control arqueológico de las intervenciones. Incluso podrían
eliminarse hipótesis acerca de las posibles variaciones
experimentadas en el sistema (desde cuándo y durante
cuánto de su vida productiva El Pobal recurría a ese tratamiento?, hubo calcinación ~ aire libre u hoyas con
21
El modo de arragoar en campo libre no supone más que la elección de un terreno llano con un ligero declive o en su defecto la
excavación de un hoyo poco profundo que se protege con una
barrera realizada con la misma tierra excavada, en el que se dispone el mineral y el combustible de forma organizada."
Cfr URIARTE, 1998, pag.21
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
anterioridad?, fue sustituida por un horno? ... ), preguntas que han quedado sin la potencial respuesta.
Lo que cabe deducir de estas noticias no es sólo la
presencia incuestionable de un elemento de calcinación previa, sino el hecho de que este espacio (acopio
de mineral y tareas preliminares a la fundición) estaba
cubierto. Ello redundaría en las condiciones más convenientes señaladas por los ya mencionados encuestados de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del
País que, aunque no juzgan imprescindible esta circunstancia, sí les parece más conveniente por lo que
puede revertir en sequedad de las operaciones.
Igual puede deducirse de los datos que proporciona la documentación respecto a otros enclaves, también propiedad del Marqués de Villarías. En referencia a Mollinedo (Arcentales) el expediente de tasación que citábamos con anterioridad de fecha 179922 ,
indica: "Ydem emos reconozido la ragua que se halla
zercano al río, con su correspondiente maderamen
suficiente segun menziona dho ynbentario ", y ésto en
el contexto de repaso a las cubiertas y carpintería
(puertas, barandillas) de las instalaciones de la ferrería, de lo que se deduce que también en este caso se
trata de un elemento cubierto. A lo mismo apunta el
que en relación a la ferrería de El Cándano (Arcentales) se señale igualmente que " ... emos reconozido en
la ragua la dha ferreria la que se alla sin paredes a
eszepzion de algunos retazos que se halla en sus orillas con la carpintería algo deteriorada en partes
pero nos emos ynformado estaba ygual quando la
tomo el arrendatario[l 787] y aun a metido una gatera nueba ... " 23 •
De igual forma, en el valle de Sopuerta y no lejos
de El Pobal, se conservaban hasta hace pocos años
restos de la ferrería de Llantada, junto a la p,arroquia
de Mercadillo; sus ruinas se han visto totalmente
alteradas por la urbanización inmediata, pero todavía en 1996 contaba, entre otros, con los restos de
una construcción cercana al taller, exenta y situada
hacia la carretera y zona del socaz, "conocida popularmente como la lingotera" 24 • Desconocemos a qué
exactamente pueda estar haciendo referencia esta
denominación y es problemático poder determinar
en la actualidad si pudo tratarse de una dependencia
destinada a labores del tipo que reseñamos, aunque
lo lamentable es que hayamos perdido la oportunidad de comprobarlo hace apenas 6 años.
Es difícil precisar qué aspecto y qué sistema en
concreto adoptaban estas construcciones, aunque no
faltan testimonios como el de la ferrería de Azkarai
Plano de la Ferrería de Azkarai (Gordexola). El n.º 2 se identifica en
la leyenda como "Tejabana para depositar y ragoar las venas".
(Gordexola), para la que un plano de 1849 individualiza una construcción a doble vertiente, situada al este
del ingenio, y que señalada con el nº 2 describe la
leyenda como: "Tejabana para depositar y ragoar
las venas "25 • Más explícita resulta la representación
que incorpora el plano de la instalación de Artekona
(Gordexola) publicado por Miguel Polancos; allí se
puede apreciar la presencia de una estructura, tipo
horno, que se identifica con la ragua de calcinar el
mineral (nºl2 del dibujo) aunque no podemos precisar en qué tipo·de evidencias (materiales o documentales) está basado 26 •
. Por otro lado, y coincidiendo axialmente con la
zona donde debía emplazarse este elemento en El Pobal
se conservan en el margen de la ribera del Barbadún
26
22
23
24
AHB, Villarías, Libro 99, nº8, Fol.5
Idem, Fol.9vto
Inventario de elementos hidráulicos pre-industriales: molinos y ferrerías, 1995-96, Centro de Patrimonio del Gobierno
Vasco
261
Plano de la Ferrería y Molino de Represa de Azkarai, Gordexola (1849). Colección particular de los propietarios. Reproducido
en: DIAZ GARCÍA (1998: 40) y en los fondos de expografía del
Museo de Las Encartaciones (Abellaneda, Sopuerta).
La similitud del elemento representado aquí (POLANCOS,
2000: pag. x) con el croquis levantado por DIEZ DE SALAZAR
(1983: Vol.1, 99) sobre la ferrería de Añarbe resulta sorprendente, por lo que convendría co¡nprobar si existe una voluntad de
identificar los elementos conservados en Artekona con la descripción y funcionalidad que se expresa para Añarbe.
262
M. J. TORRECILLA GORBEA
Fig. 18. Foto horno 2.
restos de coladas y escorias, que afectan tanto a las piedras como al lecho del río, posibles residuos materiales
de esas operaciones previas y de cronología imprecisa.
Sin embargo, una vez más las analogías son múltiples.
En el emplazamiento de la que fuera la ferrería de Valdivián (El Arenao, aldames), que se alimentaba del mismo río, también se identifican este género de vestigios.
Observaciones parecidas se hacen en la ferrería de Santelices (Arcentales ), donde además de huellas de coladas en el río se ha identificado lo que parece un posible
horno de ragoar en la zona inmediata, entre el canal de
desagüe y la ribera21 • Una vez más, y en este caso en la
ferrería de Cades (Cantabria), se registra el mismo
hecho, junto a la ribera y cerca del lugar donde la tradición oral situa la plaza o depósito de mineral.
*La oxidación y aumento de la ley metálica de los
materiales sometidos a calcinación previa, abarataría
y mejoraría las condiciones de obtención de metal, ya
en el interior de la ferrería. En este segundo paso, y
de acuerdo a las habituales fórmulas de alternar capas
de carbón vegetal y piedra mineral, se perseguía la
fundición del mineral de hierro, su casi licuación.
Este es el horno propiamente dicho de la ferrería.
Inventario de elementos arqueológicos (1990-91 ). Centro de
Patrimonio del Gobierno Vasco. Se identifican en este sentido
restos de una estructura enmascarados por la maleza y de planta
tendente a lo circular (unos 4m de diámetro aproxjmado máximo). Esta ferrería, que conserva aunque colmatados y cubiertos
de vegetación importantes restos, merecería un tratamiento especial, y en concreto un levantamiento planirnétrico antes de que
defrnitivamente desaparezca, máxime si tenemos en cuenta que
se trata de un ingenio con doble antepara escalonada y mal fechado. Recibe nombre del inmediato barrio de Santelices, pero hasta la fecha su adscripción a ingenio documentado es muy dudosa; para algunos puede tratarse de la de Peruju, citada por García
de Salazar en las Bienandanzas e Fortunas.
La excavación realizada en el taller ha deparado
sin embargo, el hallazgo de dos elementos sucesivos, situados casi en el mismo emplazamiento, pero
respondiendo al parecer a dos modelos diferentes y,
acordes a la cronología hipotética que barajamos, del
temprano XVI para el más antiguo y de mediadosfines del XVII para el más reciente, el cual sufriría
después las más diversas adecuaciones.
HORNO 2: En lo que se refiere al primero, no
hemos podido concluir con éxito su investigación
completa, ya que subyace a estructuras posteriores
hoy reintegradas. Se trata de un crisol con una planta
de diseño de tendencia circular. Fragmentariamente
conservado, dispone una fábrica de mampuesto, bien
cementado tanto por la acción de la humedad en su
aglomerante de filiación caliza, como por el progresivo efecto de las coladas de material carbonatado y
férrico, que le dan inusitada resistencia.
Conserva apenas de dos a tres hiladas de mampuesto, dispuestas en alineación regular hacia la cara
exterior y con tendencia a dibujar una suave pendiente hacia el interior. Su fondo, dadas las condiciones de anegamiento en que se efectuaban los trabajos, ha sido muy mal observado, aunque parece
hallarse formado por una espesa capa de carbón acerado por la acción del fuego y, que, al parecer, se
asienta sobre una somera capa de gravas y cantos
menudos, igualmente semicementados, que probablemente pretendían aislar su fondo de las arcillas
naturales del terreno y garantizar una cierta estanqueidad.
En cuanto a su aspecto formal cabe resaltar dos
hechos. En primer lugar su diseño de tendencia circular (o al menos semicircular en lo descubierto), con
un pronunciado declive de sus paredes hacia el interior, dibujando dos diámetros que para hconservado
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
263
Fig. 19. Plano.
serían de en tomo a 3,50m y l,35m para el superior
externo y el inferior interno, respectivamente.
Tanto su imagen como su aspecto general lo alejan de
los hornos que tradicionalmente vienen siendo interpretados o localizados para estos ingenios. En apariencia
incluso, y dada su profundidad respecto a otros elementos de cronología posterior, incluso podríamos aventurar
que originalmente no dispuso de aporte mecánico de aire
-a ello parece apuntar el que el arco de fuelles se practique más tarde en el túnel2 8- o bien que contó con un elemento que distribuía el aire por medio de un cigüeñal
desde el único eje aprovechado para el martillo -posibilidad que aparece manifiesta en algunos grabados de
época y los más conocidos de la Enciclopedia-.
Lamentablemente no ha sido posible concluir/agotar su investigación, debido a las dificultades
que manifiesta su relación con el muro bergamazo,
Quizá no sea anecdótico que. cuando la familia Salazar «recompre» la ferrería al Convento de Burceña en 1619, señalando que
recientemente se ha reedificado (conforme al modelo paradigmático que proponemos) se especifique en varias ocasiones que
los barquines no entran en dicha enajenación por ser propiedad
del arrendatario, a la sazón un tal Pedro de Ornaran, vecino de
aldames. ¿Es posible que se trate de una dotación mecánica que
el arrendatario añade a su consta una vez reformado el túnel?
(URIARTE, 1998: pag. 5; A B, Villarías, Librol,Fol.48)
bajo el que se introduce y que queda descolgado en
unos 30-40 cms. Y aunque lo deseable sería poder
contrastar este elemento en un futuro con otros de
similares características, para ponderar su valor,
cuando menos la excavación de El Pobal puede abrir
la discusión acerca de las instalaciones más primitivas de este tipo, que rara vez, por su propia funcionalidad, conocemos en su estado original.
HORNO 1- El segundo horno, el tradicional, también reunía interesantes características. Embutido en el
suelo del taller, uno de los hechos que primeramente
llaman la atención es ese rehundirniento respecto al
plano de trabajo habitual. Tanto las excavaciones como
las reconstrucciones efectuadas en el vecino territorio
de Gizpuzkoa presentan para este tipo un modelo diferente, en el que varían no sólo el diseño -son de tendencia más cuadrada- sino también su ubicación en un
cota relativa más elevada. El ya mencionado trabajo
del Tratado de Metalurgia, recoge manifestaciones
que corroboran esa disposición más alta.
Pero en el caso de El Pobal, parecen confirmarse, en líneas generales, las observaciones que recoge Díez de Salazar en su obra, al tratar el tema de los
homos 29 • Sin duda, la tendencia a bajar la posición
DIEZ DE SALAZAR (1983: Vol.1, p¡ig.78-83)
264
M. J. TORRECILLA GORREA
l\......~..-,~~'J----,~--
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1
J
-Fig. 20. Horno 1 y plano.
del fondo del crisol está manifiesta en el caso de El
Pobal, encontrándose éste alrededor de 70 cm por
debajo del suelo actual, y aún considerando la posible colmatación seguiría siendo importante; igual se
manifiesta el horno que entre 1998-99 ha sido excavado en la ferrería de Cades, apuntando quizá a la
idea de que las ferrerías cántabras en general se inspiraron y fueron diseñadas por factores vizcaínos.
Difieren, eso sí, en las dimensiones. El nuestro
presenta una forma rectangular, con una largura de en
tomo a 1,50 m y una anchura hasta el bergamazo de
0,80 m (hueco que se vería disminuido en no menos
de un 20% con la adición de las placas o fajas de
metal que lo recubren internamente). En Cades la
planta se acerca al modelo más habitual en Gipuzkoa,
de tendencia cuadrangular, aunque sus dimensiones
son mayores: 1,25 x 1,35 m. 30
30
BOHIGAS y MARCOS (1999: pag.57)
Pero aún disponemos de un dato de época que
corrobora la observación sobre la profundidad. El
propio Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz señala " ...
que el hogar, ú horno sea baxo tanto, que si fuese
posible se levante sólo un pie del suelo de la Herrería, y que de profundo del horno donde se pone el hierro, que llaman signilo, no reciba humedad... " y calcula una profundidad total de dos pies y medio (unos
70 cm, como el que nos ocupa) 31 •
Así, aunque con las reformas que sufrió en época
posterior, el horno conservado en El Pobal a la vista
respondería al modelo tradicional. Esa reforma afectó
fundamentalmente al lado derecho del crisol, cuya
forma inclinada, declive habitual que permite la
extracción por arrastre de la zamarra, se varió añadiendo unas piedras de cierre. Sin embargo, bajo ellas,
el perfil del declive seguía siendo dibujado por las
JI
VILLARREAL DE BÉRRIZ (1973: pag.110)
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
capas subyacentes. Igualmente, reiteramos el hecho
de que su superficie debía encontrarse algo elevada
respecto al suelo, como prescribían los cánones de trabajo, pero sobresaliendo apenas unos 20 ó 25 cm.
En este tipo de crisol lo más llamativo es lo manejable que se manifiesta para el laboreo, ya que incluso dispuso, como se ha podido constatar arqueológicamente (y así se ha reconstruido) de dos elementos
que cumplían la función de apoyos: sendas piedras de
pequeño-mediano porte (unos 16 cm de largo por 8
de ancho) colocadas de forma inclinada en el borde
superior hacia el interior del horno y con un rebaje
central de unos 5 cm de ancho, sobre las que sin duda
se apoyaban las palancas y barras con las que se
manejaba el material para su extracción al mazo.
Resulta interesante, por otro lado, la disposición
de la rampa lateralizada. La profundidad de obra
constatada dificulta la extracción de la escoria por
sangrado, como sucede en los hornos que hasta la
fecha se han venido describiendo y que han sido
reconstruidos. Lo cierto es que la excavación del lateral que corresponde a la rampa fue uno de los aspectos más difíciles, porque las capas superiores (una
vez eliminada la tierra producto de épocas más
recientes) se presentaban extremadamente duras y
compactadas, con una resistencia alta a los útiles de
trabajo (azada, pico) lo que obligó a recurrir a un
pequeño martillo picador eléctrico para eliminarlo
(en tomo a unos 25 cm). Por ello suponemos que
sobre esta rampa se arrastraba el material residual o
escoria, para extraerlo manualmente del horno.
Finalmente, cabe hacer mención a la presencia del
«sigillo» o pieza de metal que remataba el fondo de
este tipo de hornos. En el caso de El Pobal se conserva una pieza de estas características, aunque desubicada, ya que la localizamos aislada en el taller de fragua, entre otros materiales residuales de la fabricación de hierro, y desconocemos cuándo y cómo se
extrajo dicho elemento. Su grosor (entre 6-Scm) y su
aspecto irregular, no dejan de emparentarlo con piezas similares que se han descrito para el sellado del
fondo. Concretamente, conocemos una de las mismas
características, que difiere apenas en unos centímetros, perteneciente a la ferrería de Artekona en Gordexola, cuyo propietario Miguel Polancos la extrajo
hace años del fondo del horno, para ser embutida más
tarde en un muro que preside la actual plaza del
barrio de Iratzagorria del mismo municipio.
FRAGUAS: En el curso de la excavación se han
desmontado restos de lo que parecen haber sido primitivos crisoles de manipulación, localizados en
general en el lado derecho del taller, adosados al
muro cortafuegos. Pensamos que las cinco unidades
de este tipo parcialmente conservadas corresponden a
una cronología muy reciente, quizá de entre el último
cuarto del siglo XIX y primera década del XX, y en
265
especial vinculados a la etapa de laboreo y propiedad
de los Pérez Ibarrondo.
De lo que hemos observado destacaríamos la
sucesión de elementos, superpuestos unos a otros,
con lo cual lógicamente se interfieren y destruyen,
impidiendo la conservación de uno por completo.
Descubrimos, como el más antiguo, un pequeño
crisol formado por cantos trabajados a modo de adoquines, de apenas 50-55 cm de lado, flanqueado a un
costado por dos grandes piedras. Su situación, a la
salida de una de las puertas del almacén, indica ya
una cronología posterior al momento de inutilización
de este paso, algo que parece ser fruto de la última
etapa (más probablemente a fines del siglo XIX).
Posteriormente, y lateralizado respecto a éste -ase
en la que debió destruirse parte del jauntzaile-, se
instaló un doble crisol separado por ladrillos refractarios, y adosado al muro cortafuegos. Igualmente, en
la zona intermedia entre las dos puertas del almacén,
se instaló un tercer elemento (no sabemos si pudo ser
coetáneo de aquel), que simplemente estableció un
rehundirniento en el terreno limitado por dos bloques
de piedra, a modo de rudimentario hoyo.
El último paso parece haber sido la creación de un
banco o superficie de unos 56 cm de alto sobre el suelo, formado por grandes bloques calizos y de arenisca, someramente trabajados, que ocasionalmente sirvieron como fragua y más tarde de apoyo a un pequeño horno de recalentamiento alimentado con gasoil y
un ventilador a partir de un motor de aviación, según
información oral. Este estuvo en servicio desde fines
de la guerra civil.
Algunos otros elementos no han podido identificarse adecuadamente, porque insistimos en la gran
cantidad de readecuaciones sufridas por el enclave y
las numerosas intervenciones menores que ha sufrido
en sus últimos tiempos en activo.
Por último, en el almacén inmediato al ingreso, al
que se accede por una pequeña rampa desde el taller,
se encuentra una estructura de planta cuadrangular, en
ladrillo refractario, definiendo cuatro huecos u hogares inferiores. Según la documentación oral ésta fue
levantada para servir de fragua múltiple en las últimas
etapas de vida de El Pobal. Al parecer, cuando Felipe
Pérez accede al enclave, la orientación de la ferrería es
ya claramente la de convertirse en fábrica de transformados, y trabajará fundamentalmente sobre un catálogo de piezas que abarca desde las rejas de arado y los
aperos de labranza en general, hasta los más diversos
útiles y herramientas para la minería. Por ello, se dispone en la sala de almacenaje un nuevo crisol que permite el trabajo simultáneo de cuatro oficiales con cuatro aprendices, forjando y acabando las piezas con que
surten a sus clientes.
La información oral (entrevista con Angel Pérez Ibarrondo, apodado "El Inglés"), no nos pudo aclarar si
M. J. TORRECILLA GORREA
266
al calcinado previo del mineral, una vez troceado, y
mezclado con madera y carbón de piedra. Se encontraba parcialmente embutido en una gran tejavana
que cubría el parque de mineral, donde era depositado este material cuando se bajaba de las minas.
En ocasiones, según el tipo de mena y el contrato
de suministro, fue necesario recurrir al mazo interior
para trocear la piedra mineral, pero el entrevistado
señalaba que esta tarea resultaba bastante problemática, aunque tiene constancia de que su padre la efectuó
en ocasiones. Igualmente insistía en que el interior de
la ferrería se destinaba al almacenaje de carbón -en la
zona trasera, hacia el monte-, y del producto acabado
-en los huecos restantes, fuera este tocho o manufactura. Por el contrario, la vena siempre se depositaba al
aire libre, bajo tejavanas o al descubierto, por su gran
volumen y porque "no le venía mal oxidarse".
para su adecuación se desmontó algún otro tipo de
estructura, que podamos poner en relación con el horno
Tourangin que URIARTE señala para El Pobal32 • No
parece ser este el caso, a juzgar por la disposición que
hemos podido detectar en el sondeo de este último elemento durante su restauración, que apoya, sin cesuras,
sobre la arcilla natural y restos de carbones que forman
el suelo original de este espacio. Volviendo a la información proporcionada por Angel Pérez, las preguntas sobre
un horno de mayores proporciones, con tiro propio, sólo
obtuvieron el resultado de la siguiente descripción.
HORNO EXTERIOR: Se nos indicó que en torno a 1935 fue inutilizado y parcialmente derruido un
horno situado en la explanada que se encuentra entre
la ferrería y la casa torre, construido en mampuesto,
con ladrillo refractario al interior y reforzado en la
base con cellos metálicos. En fechas anteriores sirvió
1
1
·=---~
1
~
1
+
Fragua inferior lateral: localización, planta y foto.
URIARTE (1998: pag.69 y ss).
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
267
Fragua media lateral: localización, planta y foto.
No es improbable que este horno fuera la estructura del Tourangin, adecuando un elemento preexistente
de calcinación como ya adelantábamos al hablar del
proceso de la ragua. Además, y como veremos al tratar la alimentación de aire, es posible que fuera insuflado con la aize-arka o trompa externa que frecuentemente la bibliografía ha indicado para El Pobal.
3) Alimentación del aire
Como corresponde a cualquier ferrería la alimentación de aire original y de mayor pervivencia en El
Pobal ha sido la de fuelles o barquines. Ya hemos
adelantado que quizá éstos no estuvieran mecanizados en la primera etapa, la del orno nº 2 que correspondería al ingenio original, o bien que se sirvió de
una única rueda para accionarlos, como puede verse
en diversos grabados.
Posteriormente, y con la adopción del modelo de
"ferrería moderna", estos fuelles existieron sin duda
en el espacio trasero al muro bergamazo, el que ocupan en la actualidad los émbolos, y casi sin variacio-
nes, permanecerían en activo hasta bien entrado el
siglo XIX, con el concurso de una rueda menor alojada en la trasera del túnel.
Es más difícil determinar si contaron con los dos
sistemas que se han sucedido en el tiempo: los fuelles
de cuero y los de madera o tabla. Sí existe constancia
de los primeros, y mención expresa a los cueros de
reparación, pero la documentación del XVIII no explicita claramente si se instal~o en algún momento un
ingenio de tabla, al estilo de los restaurados para la
ferrería de Agorregi; las indicaciones contenidas en los
inventarios más parecen apuntar a que se conservó el
·
sistema antiguo.
Más tarde aparecerán en escena los émbolos que
en la actualidad se han reconstruido. Estos fuelles de
"piedra" como los denomina la documentación,
estaban en desuso ya en 1873 y no aparecen relacionados en 1844, como bien hace notar URIARTE en
su trabajo. Esto nos lleva a la conclusión de que se
trata de elementos de una escasa vida productiva:
puestos en marcha a título de experiencia (hacia
1856 se detectan pagos relacionados con esta insta-
268
M. J. TORRECILLA GORBEA
Foto taller a principios del siglo
XX con horno de recalentamiento
y tubo de insuflado de aire desde el
motor exterior.
Foto de los restos de las fraguas en la antigua carbónera, antes
de la intersención arqueológica.
lación 33), y desechados rápidamente por su inoperatividad -bien por haber calculado mal las proporciones, bien por no ser útiles y rentables al proceso que
se destinaron-. Sigue siendo una incógnita si éstos
sirvieron a un horno de reverbero o si se dispusieron
para uno o más elementos -el horno tradicional y
algún otro crisol de los que han podido sucederse en
el lateral del taller-.
. Lo que sí es cierto es que no fueron los únicos,
sino que en las vecinas ferrerías cántabras, que están
siendo objeto de recientes estudios, como la de
Cades o la de La Iseca, dispusieron ingenios similares. Tomando la nota inédita documental que ofrecen
los investigadores BOHIGAS y MARCOS por cortesía de Carmen CEBALLOS, la documentación de La
Iseca, en Guriezo, ofrece la siguiente descripción:
"Los más convenientes son los de piedra de forma
cilíndrica, verticales con una ventana abierta en el
fondo que también es de piedra y un émbolo de madera por encima, al cual levantan unas dobles perchas
para recibir el aire, y le bajan para arrojar el viento
las tablas que oprimen acia el tubo los maniobreros
del arbol de la Barquinera, lo mismo que sucede en
nuestros barquines de cuero y para esta novedad no
hay que tocar el árbol ni rueda como la de nuestra
ferrería [... ] El Cubo se forma con dos piedras de piedra calera muy pulidas llevantada con 4,5 pies, el fon33
AHB, Villarías Libro 142, fol.34 «Pagué a Dn Mnl de Sorróndegui arrendatario de la ferrería del Poval por la mitad del costo de los barquines de piedra que se han hecho pª dha ferrería
como consta de la cuenta[ ... ] 3.256 rls de vellón y 12 mrs»
do donde está la ventana puede ser de piedra areniza;
y el émbolo de madera está rodeado de una faja de
cáñamo, que aquí llaman alpargata, para guardar el
viento y finamente dentro de las piedras del cubo ... "
(Obras de mejoras en la ferrería de La !seca, 1839)
Sin duda, las estructuras localizadas en la excavación de Cades corresponden a las que fueron en su
día interpretadas para esta de El Pobal, y la descripción que contiene el informe de La Iseca se adecúa
punto por punto con su formulación técnica. Además, en el caso de Cades, la documentación de 1790
ya hacía mención de este extremo al describir la
ferrería como:
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
"Un edificio de Ferrería mayor, que trabaja con las
aguas del Río Nansa, con todas sus presas, mampresas,
comportages, camarada, herramientas dobles de yunque, y maza, goa, tenazas, mazas, barras, doce toberas,
y una criba de cobre, árboles de majar y sonar, barquines de piedra y madera, carboneras y todas las demás ·
herramientas necesarias para estar corriente... "34
Con este dato, lejos de encontrarnos ante un hecho
excepcional, podemos hablar de un elemento que
tuvo una cierta difusión en el área del cantábrico central entre fines del siglo XVIII y primera mitad del
XIX, como sistema para abaratar el mantenimiento
que exigían las continuas reparaciones de los tradicionales fuelles 35 , confiando probablemente en una
mayor capacidad y caudal de aire y también una
mayor regularidad del mismo.
Sin embargo, no acabaron los émbolos con la búsqueda de soluciones al caudal de aire en El Pobal.
"
BOHIGAS y MARCOS (1999: 59-60)
Es una preocupación constante que se manifiesta tanto en los
mencionados cuestionarios y notas que reproduce el Tratado de
Metalurgia., como en testimonios directos, como los que presenta la documentación referida a Ansotegi, en la que Benito
Ansotegi recabó informes a sus coetáneos -entre ellos Villarreal
de Bérriz- para calcular el costo de reparación de esta maquinaria, mantenimiento, precios razonables de jornales, etc, manifestando lo oneroso que resulta su conservación (AHB, Fondo xx,
Ferrerías, piezas sueltas)
269
Creemos poder asegurar que la trompa o aize arka a
la que se refieren algunas menciones tradicionales
relativas al Pobal se puede identificar con la estructura que en el curso de la restauración se descubrió en
el extremo del túnel, en su zona externa. Se trata de
una doble caja de piedra, que conformaría el vaso de
base para una estructura doble de madera, alimentada
desde la zona de la antepara a través de un derrame o
ladronera practicado en el lateral. Por medio de un
tubo de madera se llevaría el agua hacia un doble
depósito del mismo material que, con sendos tubos la
dejaría caer con fuerza sobre las piletas inferiores
-éstas de mampuesto- y una pieza central que actuaría de plano de batido. En el extremo superior de las
cajas que las cubrían se practicaban sendos agujeros
por los que se encauzaba el aire producido por el golpeo del agua.
Esencialmente, nos encontraríamos ante un tipo
de trompa menos frecuente en el país, pues como se
señala en la bibliografía la más común fue la de base
de madera o tonel, reforzado con cellos metálicos,
que se identifica con el modelo común pirenaico, el
habitual de la farga catalana y el que se usaba en la
zona del Delfinado36 • En el caso de El Pobal, el elemento se inspiraría con más claridad en las trompas
que eran el modelo habitual en el País de Foix, cuyo
diseño básico se recoge en la Enciclopedia37 • Sin
embargo, es muy probable que aquí se esté tratando
de una instalación tardía, y creemos que se trata de la
alternativa arbitrada al fracaso de los émbolos, con lo
cual estaríamos hablando de una cronología posible
en tomo a los años 60-70 del siglo XIX.
De hecho, sabemos que en las condiciones del
contrato de arriendo suscrito por J.A.Zunzunegui con
el Marqués de Villarías, áquel se comprometía a costear por completo la instalación de un nuevo horno
"de los llamados vulgarmente de esponja para fundir
hierro y la maquinaria correspondiente" en 1874.
Aunque se desconoce la ubicación de este ingenio -el
horno nuevo o quizá el mismo Touragin, si tal fue su
diseño un tiempo- creemos en razón de lo apuntado
en el apartado correspondiente que pudo localizarse
en la zona delantera o de arragoar la vena, y bien
pudo ser que la trompa se diseñase para alimentar
dicho crisol externo, lo que daría cuenta de su ubicación junto al extremo final del túnel.
Según la información oral que hemos recogido
esta estructura soplante permaneció en uso hasta los
37
URTEAGA "Novedades en el diseño de los soplantes: haizearkas y barquines de tabla" (en Tratado de Metalurgia... 2000: 285288)
BONHOTE y CANTELAUBE (1988: 20-22). Para una ilustración gráfica del sistema Forges, 2ª section, Pi., N. Foumeau a
Fer; Trompas du Pays de Foix
270
M. J. TORRECILLA GORBEA
Restos de las cajas donde se situaría el
plano de batido de la aize-arka o trompa
en El Pobal.
años 20, aunque su definitivo desmantelamiento es dudoso (final
de los 30 del siglo XX, según
algunos, años 40 según otros ... ).
Se señalaba que había alimentado
el horno tradicional interno, al no
disponer de barquines, conduciendo por tubo de chapa el aire
hasta dicho lugar. A partir de la
guerra civil se contó con un ventilador, accionado por un motor de
aviación, que se encontraba en el
exterior, junto a la entrada actual,
y que aprovechó parte de los
tubos de la instalación anterior. El suministro de aire
se conducía entonces a las fraguas de la estancia 4, en
cuya estructura se ha podido determinar la presencia
de un tubo de estas características, que al parecer por
su trayectoria procede del taller.
Nosotros creemos que quizá esta tardía trompa
pudo insuflar aire al horno de calcinación externo, o
de Tourangin si tal fue su diseño un tiempo, y más
tarde fue rentabilizado su uso en las fraguas interiores. Es probable que cronológicamente corresponda
como señalamos al último cuarto del siglo XIX, convirtiendose en uno de los sistemas arbitrados para
paliar la insuficiencia productiva de la unidad.
CONCLUSIONES
La ferrería que hemos venido describiendo presenta una trayectoria evolutiva densa, desde restos que
hemos puesto en relación con la primera instalación
ribereña del siglo XVI, hasta las adecuaciones del último periodo de su vida productiva (que incluyen, por
supuesto, la creación de un minicentral hidroeléctrica
y un molino harinero accionado directamente por este
fluido). Lamentablemente, y en especial viendo los
resultados obtenidos, el recurso a la arqueología no se
planteó hasta bien entrada la fase de restauración, lo
que ha mutilado irreversiblemente la investigación.
En este caso, además, se ha venido a poner de manifiesto que dicha ferrería ya no era tal, estrictamente
hablando, y que sus elementos integrantes habían sufrido las más diversas transformaciones, convirtiéndolo en
ese documento vivo del que hablábamos al principio.
Pero, por otro lado, nos ha permitido comprobar
algunos extremos relativos a la definición del mode-
Grabado Enciclopedia. Ejemplo del sistema de trompa en el País de
Foix.
LA FERRERIA DE "EL POBAL" (MUSKIZ, BIZKAIA)
THE FOUNDRY OF "EL POBAL" (MUSKIZ, BISCAY PROVINCE, BASQUE COUNTRY)
271
con dos ejemplares extremos en el territorio (los
datos de Etxebarria al Este y los de Muskiz al Oeste),
por lo que sería deseable ampliar estos conocimientos
en el interior de Bizkaia, por ver si puede determinarse el eje de articulación de esta divergencia (horno
bajo sobre el suelo / horno bajo embutido).
En cualquier caso, como se indica en este trabajo
y se deduce de las últimas investigaciones llevadas a
cabo en Gipuzkoa (grupo Arkeolan), se pone de
manifiesto la utilidad de profundizar en el estudio de
las ferrerías, que lejos de ser un tema agotado "del
que lo sabemos todo", presenta lagunas importantes
y "verdades historiográficas recurrentes" que sólo
estudios sistemáticos pueden ayudar a subsanar. Y,
por supuesto, que es deseable que las intervenciones
que sufren estos enclaves -rehabilitadoras o no- se
consideren seriamente como oportunidades de investigación, pues su desprecio conduce a la mutilación
irreversible de los testimonios que podrían facilitar y
redunda en la pervivencia de tópicos sin contrastación material. Por ejemplo, que El Pobal fue la última ferrería en cerrar sus puertas en el ámbito vizcaíno, cuando evidentemente a su cierre ya no era tal.
BIBLIOGRAFIA
lo de época moderna sobre el que teorizábamos; es
decir, que un enclave radicalmente alterado y reformado, seguía dando cuenta de la presencia de ese
cánon de diseño de los espacios y disposición de los
elementos auxiliares y mecánicos, y que parece
existir una fuerte vocación por reducir a estos términos ingenios de época precedente. Sin duda, permite explicar el jauntzoile u oficina de control, y alejarlo de una identificación expúrea que lo ponía en
relación con un posible horno de reverbero. Asimismo, se recupera una imagen diacrónica y mucho
más ponderada de la verdadera evolución de El
Pobal y, por tanto, de su significado real como hito
histórico tecnológico: no hemos heredado una ferrería, sino un taller de transformado metálico que funcionaba con algunos elementos de tecnología obsoleta, como la rueda hidraúlica del martillo de forja.
Además, constatamos la presencia de un modelo
tradicional de horno rehundido que difiere de los
reconstruidos hasta la fecha, y que quizá tenga una
implantación geográfica definida, como sugería la
bibliografía anterior y pone de manifiesto el tratado
de Villarreal. Es más, al parecer el diseño que se elevaba sobre el suelo no sólo se restringe al ámbito
navarro y guipuzcoano como aportaba DIEZ DE
SALAZAR, sino que manifiesta una penetración
importante en el vizcaíno (caso de la Ferrería Ansotegi, Etxebarria). Pero, de momento, sólo contamos
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