Ficha: Matrimonio entre personas del mismo sexo. Autor: Benigno Blanco X-04 Cuestión planteada: se propone modificar la regulación del matrimonio para permitir que se puedan casar tanto un hombre con una mujer como dos hombres entre sí o dos mujeres entre ellas. Lo que está en juego es si el ordenamiento jurídico sigue reconociendo el matrimonio y protegiéndolo. De aprobarse el matrimonio entre personas del mismo sexo, el concepto de matrimonio, entendido como comunión de un hombre y una mujer con vocación de permanencia y abierto a la vida, desaparecería de nuestro Derecho, al diluirse en un concepto tan amplio que no permite identificar nada concreto. Lo que está en juego es que el derecho siga tratando al matrimonio, origen del parentesco por consanguinidad y por tanto de la familia, como una institución singular por su específica eficacia humanizadora, al ser el ámbito idóneo para nuevas vidas, garantizar el recambio generacional y generar lazos de afecto y solidaridad imprescindibles para la vida social. Lo que está en juego es que se cometa una gran injusticia, la de tratar igual dos cosas muy distintas. Por una parte, una unión de personas natural y esencialmente estéril (la de homosexuales), y por tanto de nulo interés para el conjunto de la sociedad; y por otro lado, una unión de un hombre con una mujer, natural y esencialmente abierta a nuevas vidas y por tanto de alto interés para el conjunto de la sociedad. Argumentos a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. 1. El argumento fundamental suele ser el de superar la discriminación que sufren los homosexuales respecto a los heterosexuales al no poder casarse. Sin embargo este argumento es falaz. En efecto, hoy el Código Civil dice: “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código” (art. 44). Como se ve, no distingue el código entre homosexuales y heterosexuales, y a nadie se le pregunta en el Registro Civil por su “orientación sexual” cuando va a inscribir su matrimonio. Los homosexuales no están, en consecuencia, discriminados ante el matrimonio; pueden casarse, si quieren, como los heterosexuales. Cosa distinta es que no quieran casarse porque no les atraiga la heterosexualidad del matrimonio. La ley no les discrimina; son ellos los que rechazan el matrimonio por comprensibles razones. Como la ley no discrimina a un sacerdote, a una monja o a mi tío Pepe, el solterón de la familia. Unos y otros, por razones diversas, han rechazado el matrimonio. 2. Como variante del anterior, también suele utilizarse el argumento de que, dada la situación histórica de rechazo y de descalificación que han soportado los homosexuales por su “orientación sexual”, es de justicia que reciban hoy el mismo aval que los heterosexuales para que se perciba que una y otra ”orientación sexual” son equiparables (hoy este argumento ya lo extienden muchos a los transexuales). Esta línea argumental parte de un supuesto falso. El matrimonio no es una forma de bendecir el sexo entre hombre y mujer, no es una institución para cubrir con el barniz de la honorabilidad el sexo. Es mucho más que eso. Alguien ha escrito que si los niños nacieran en la huerta, el Código Civil no dedicaría al matrimonio ni una sola línea y, en cambio, haría una detallada regulación de las huertas. Observaciones 1. No es cierto que un 10% de la población sea homosexual, aunque cada vez haya más. Los estudios serios y los datos oficiales de distintos países hablan de +un 1% de la población, con todas las dudas y salvedades que se quiera. Para empezar no es fácil definir qué sea “un homosexual”: ¿el que ha tenido alguna experiencia de ese tipo?, ¿el que siente atracción ocasional por personas de su mismo sexo?, ¿el que vive como homosexual?, ¿el que se siente así pero lucha por recuperar la heterosexualidad? 2. La estabilidad de las parejas homosexuales es rara. Las uniones que duran más de tres a cinco años son rarísimas. 3. La monogamia entre homosexuales no existe. Lo frecuente es la promiscuidad compulsiva. 4. Datos oficiales de España sobre uniones homosexuales existentes según el censo del 2002 (fuente INE). - nº de parejas: 11,1 millones - matrimonios: 8,9 millones - uniones de hecho: 563.723 - uniones homosexuales: 10.474 Para atender a este pequeño porcentaje de uniones homosexuales se va a destruir la configuración jurídica del matrimonio, que es la opción libremente elegida por 94 de cada 100 parejas existentes.