Tesis de Doctorado Tortugas Marinas

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CENTRO DE INVESTIGACIONES MARINAS
UNIVERSIDAD DE LA HABANA
Estrategia reproductiva de la tortuga verde, Chelonia mydas, (Testudines,
Cheloniidae) y su impacto en la estructura genética de áreas de anidación
del occidente del archipiélago cubano
Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Biológicas.
Autora: M.C. Julia Azanza Ricardo
Tutores:
Dra. Georgina Espinosa López (Fac. Biología)
Dra. María Elena Ibarra Martín (CIM)
Dr. Ken Oyama Nakagawa (CIECO, UNAM)
Asesores:
Dr. Gaspar González Sansón (CIM)
Dr. F. Alberto Abreu Grobois (ICMYL, UNAM)
Dr. Omar Chassin Noria (Univ. Michoacana)
La Habana
2009
CENTRO DE INVESTIGACIONES MARINAS
UNIVERSIDAD DE LA HABANA
Estrategia reproductiva de la tortuga verde, Chelonia mydas, (Testudines,
Cheloniidae) y su impacto en la estructura genética de áreas de anidación
del occidente del archipiélago cubano
Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Biológicas.
Autora: M.C. Julia Azanza Ricardo
Tutores:
Dra. Georgina Espinosa López (Fac. Biología)
Dra. María Elena Ibarra Martín (CIM)
Dr. Ken Oyama Nakagawa (CIECO, UNAM)
Asesores:
Dr. Gaspar González Sansón (CIM)
Dr. F. Alberto Abreu Grobois (ICMYL, UNAM)
Dr. Omar Chassin Noria (Univ. Michoacana)
La Habana
2009
Registro de la Propiedad Intelectual No. 462-2009
A mi mayor tesoro: mi familia
AGRADECIMIENTOS
A la Dra. María Elena Ibarra, mi guía y fuente de inspiración, por plantar en mí la semilla de la
conservación de las tortugas marinas.
A la Dra. Georgina Espinosa, mi tutora por tantos años, por enseñarme y mantener mi interés en el
maravilloso mundo de la genética.
Al Dr. Gaspar González, por prender la chispa, por su sabiduría y valiosa contribución al desarrollo de
esta tesis y a Consuelo, siempre estimulando mi trabajo.
A los 1585 participantes en el Proyecto Universitario para el estudio y conservación de las tortugas
marinas en Cuba, muchas gracias por su esfuerzo, por soportar tantas noches de jejenes para poder
reunir 11 años de valiosa información.
A los doctores Ken Oyama Nakagawa, Alberto Abreu Grobois y Omar Chassin Noria, por asesorarme y
abrirme las puertas de sus laboratorios y de su conocimiento.
A los doctores Vicente Berovides y Dennis Dennis, por el tiempo dedicado a revisar exhaustivamente
este extenso documento y por sus valiosas correcciones.
Al consejo científico del CIM, particularmente a los doctores Erik García y Aymée Robainas, por sus
sugerencias para el perfeccionamiento del documento de tesis.
A Fernando Bretos, David Guggenheim, Karen Eckert y Marydelle Donelly, por apoyar las
investigaciones del Proyecto Universitario a lo largo de estos años.
Al Programa de Doctorado UNAM-UH y a la TWAS por su apoyo financiero para las estancias de
investigación que realicé en México.
A mi madre, que siempre le da a mis trabajos un toque personal, por su eterna preocupación por los
despistes de su hija, por su amor, por su educación, por estar siempre presente.
A mi hermana, por todo lo que tiene que sufrir conmigo, por su paciencia y su cariño.
A mi padre, que siempre está listo para correr cuando lo necesito, gracias también por su paciencia y
por todo su apoyo.
A Luis Omar, Paparry, por su compañía y apoyo durante estos tres años, especialmente durante el
fatigante trabajo de campo.
A Victor, Doña Lolis, Ingrid y María de los Ángeles por su apoyo invaluable durante las largas horas de
trabajo en el laboratorio.
Al doctor Mario Oliva, por su preocupación y horas dedicadas a hacer posible mi estancia en México.
Al Doctor Félix Moncada, Erick Escobar y Gonzalo Nodarse por encaminarme en el estudio de las
tortugas marinas.
A Gonzalo Nodarse, Yosvani Medina, Ariel Ruiz, Niurka y Damir Hernández por la colecta de parte de
las muestras analizadas en esta tesis.
A Yeleine, Ríos, César, Dámaso y Laimy, mis dedicados estudiantes, que aportaron tanto a los
resultados que se presentan hoy.
A Daylín, Iván, Yarelys y Yosvani, que en su momento también contribuyeron al estudio de las
tortugas marinas de Guanahacabibes.
A René y a Ramiro por su contribución material para poder imprimir y encuadernar la tesis.
A Sergio Romero, por su amistad y por su ayuda con la tesis.
A Yamilé, Patricia y Tanita, por sus consejos y su amistad.
A Yuriem, Melba y Elaine, por sus sonrisas.
Al resto de mi familia por su preocupación constante sobre mis avances (Naty, Tere, Tulio, abuela
Ñeñe, mis tíos Ada, Roberto y Blanquita y mis primos Yami y Reinier).
A los que alumbraron mi camino.
A los que me han ayudado de una forma o de otra a culminar este trabajo.
A todos,
Muchas gracias de corazón
INDICE
pág.
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1
1. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA. .............................................................................................. 6
1.1. Clasificación taxonómica .................................................................................................... 6
1.2. Descripción de la especie ................................................................................................... 6
1.3. Distribución, estado de conservación y peligros actuales. ................................................... 6
1.4. Estrategia reproductiva. ...................................................................................................... 8
1.4.1. Ciclos de reproducción ................................................................................................... 8
1.4.2. Migración......................................................................................................................... 9
1.4.3. Emergencias .................................................................................................................10
1.4.4. Rendimiento reproductivo ..............................................................................................11
1.4.5. Etología de la anidación ................................................................................................11
1.5. Marcación ........................................................................................................................ 14
1.6. Factores que influyen en el éxito reproductivo de tortugas marinas. .................................. 14
1.6.1. Características de las playas de anidación..................................................................... 15
1.6.2. Mareas ..........................................................................................................................16
1.6.3. La Luna .........................................................................................................................17
1.6.4. Ciclones .......................................................................................................................18
1.6.5. Temperatura .................................................................................................................19
1.6.6. Humedad.......................................................................................................................20
1.6.7. Precipitaciones ..............................................................................................................21
1.7. Marcadores genéticos en estudios poblacionales. ............................................................ 21
1.7.1. El ADN mitocondrial. Usos y limitaciones .......................................................................22
1.7.2. Uso de loci microsatélites ..............................................................................................24
1.8. Definición de las unidades para el manejo ........................................................................28
2. MATERIALES Y MÉTODOS. ..............................................................................................30
2.1. Área de estudio. ............................................................................................................... 30
2.2. Obtención de datos ecológicos. ........................................................................................ 31
2.2.1. Caracterización morfométrica de las hembras................................................................32
2.2.2. Conducta y éxito reproductivo........................................................................................32
2.2.3. Factores abióticos .........................................................................................................33
2.3. Análisis de los datos ecológicos. ...................................................................................... 34
2.4. Obtención del material biológico para los estudios genéticos. ........................................... 35
2.5. Procesamiento de las muestras. ....................................................................................... 36
2.5.1. Extracción del ADN total ................................................................................................36
2.5.2. Amplificación del ADN mediante la técnica del P.C.R ....................................................37
2.6. Detección de la presencia de ADN total, productos de P.C.R. y sus alelos........................ 38
2.6.1. Electroforesis en geles de agarosa ................................................................................38
2.6.2. Secuenciación y alineamiento del ADNmt ......................................................................39
2.6.3. Secuenciación y determinación de los alelos en loci microsatélite ..................................39
2.7. Análisis de los datos genéticos ........................................................................................ 39
2.7.1. Diversidad genética .......................................................................................................39
2.7.2. Equilibrio de Hardy-Weinberg y desequilibrio de ligamiento ...........................................39
2.7.3. Diferenciación y flujo génico ..........................................................................................40
2.7.4. Neutralidad ....................................................................................................................41
2.7.5. Tamaño poblacional ......................................................................................................41
3. RESULTADOS ...................................................................................................................43
3.1. Estrategia reproductiva de C. mydas y factores que la afectan.......................................... 43
3.1.1. Influencia del ambiente en la selección del sitio de anidación......................................... 43
3.1.2. Efecto de los eventos meteorológicos en la anidación.................................................... 49
3.2. Estacionalidad de las anidaciones ....................................................................................53
3.2.1. Anual .............................................................................................................................53
3.2.2. Durante la temporada reproductiva ................................................................................55
3.2.3. Durante la noche ...........................................................................................................60
3.3. Características de las hembras anidadadoras. .................................................................. 62
3.4. Fidelidad de la anidación. ................................................................................................. 66
3.5. Características genéticas de las poblaciones. ................................................................... 68
3.6. Diferenciación genética. ................................................................................................... 72
3.7. Tamaño efectivo de las poblaciones. ................................................................................ 76
4. DISCUSIÓN ........................................................................................................................77
4.1. Selección de las playas de anidación................................................................................ 77
4.2. Estacionalidad. ................................................................................................................. 82
4.3. Características de las hembras anidadoras. ..................................................................... 86
4.4. Consecuencias de la filopatría y fidelidad al sitio de anidación en la estructuración genética
de las poblaciones. ................................................................................................................. 90
4.5. Tamaño efectivo de las poblaciones. ................................................................................ 97
4.6. Definición de las unidades de conservación. ..................................................................... 98
5. CONCLUSIONES .............................................................................................................100
6. RECOMENDACIONES .....................................................................................................102
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .....................................................................................103
ANEXOS...............................................................................................................................122
AUTOBIOGRAFÍA.................................................................................................................132
SÍNTESIS
La tortuga verde (C. mydas) se caracteriza por una elevada fidelidad al sitio de anidación. Si los
factores ambientales influyen en la estrategia reproductiva de las hembras de C. mydas su
efecto determinará la existencia de diferencias genéticas entre áreas de anidación a escala
microgeográfica y el tamaño de las colonias de anidación. Por este motivo en el presente
trabajo se determina el impacto de factores ambientales en la estrategia reproductiva de las
hembras de C. mydas que anidan en el suroccidente de Cuba y determinar la estructura
genética y tamaño efectivo de las colonias de anidación para definir unidades de manejo
adecuadas para la región. Los resultados obtenidos demuestran que las playas con mayores
niveles de anidación fueron las de grano grueso, alta energía, con una pendiente cercana a los
6o, con presencia de una línea de vegetación secundaria de Trinax radiata y que no presentan
barrera de arrecifes que limiten el acceso de las hembras. La temporada de reproductiva de las
hembras de C. mydas que anidan en Guanahacabibes está determinada por una temperatura
atmosférica óptima entre 27,5 y 28,5oC. La temperatura también ha determinado una mayor
producción de hembras en los nidos. Las salidas de las hembras a las playas se produce
principalmente en presencia de la luna y aprovechando el efecto transportador del llenante de
la marea. Los ciclones afectan considerablemente la supervivencia de los nidos y, por ende, la
producción de crías de C. mydas y la estrategia reproductiva de las hembras anidadoras al
alterar las características de las playas. El ciclo reproductivo de las tortugas verdes está
relacionado con la frecuencia de remigración de las hembras, sin embargo, los intervalos de
remigración varían en función del ambiente y la capacidad reproductiva de la hembra más que
por su genotipo por lo cual no se observan diferencias genéticas a lo largo de los años
analizados. Las diferencias detectadas entre años la composición de marcas físicas es el
resultado del reclutamiento de nuevas hembras y el efecto de la remigración. Las áreas de
anidación de Guanahacabibes se diferencian en su composición de marcas físicas. Desde el
punto de vista genético también se detecta esta diferenciación dentro de Guanahacabibes y, a
mayor escala, entre las colonias de anidación del suroccidente de Cuba. La distribución
geográfica particular de las colonias de anidación del suroccidente de Cuba en función de los
patrones de corrientes y su accesibilidad, unida a las características de las playas, contribuyen
a esta diferenciación y el elevado endemismo haplotípico encontrado. Las estimaciones del
tamaño efectivo de las poblaciones mediante los marcadores moleculares, al igual que los
censos, indican tamaños poblacionales pequeños, con la excepción de Cayo Largo, lo cual se
ajusta a lo esperado en poblaciones que han sufrido una contracción crítica de su tamaño
histórico comprobado con los dos marcadores moleculares. No obstante, las actuales
tendencias de la anidación, al menos en Guanahacabibes, indican una gradual recuperación de
las poblaciones.
1
INTRODUCCIÓN
A pesar de su comportamiento migratorio y las potencialidades para la mezcla de
poblaciones, la tortuga verde (C. mydas) muestra elevados niveles de separación genética
a nivel del ADNmt en un conglomerado de sitios de anidación. Dos características
significativas de su ciclo de vida contribuyen a ello: la fidelidad al sitio de anidación y la
filopatría. La combinación de estos rasgos da lugar a la localización del mismo agregado
genético de hembras de una generación a la siguiente (Reece et al., 2005).
La identificación de unidades de manejo es fundamental para entender la dinámica de
crecimiento poblacional, la dinámica poblacional y los cambios microevolutivos. Sin
embargo, su identificación implica grandes retos. Los agregados reproductivos de tortugas
marinas suelen agrupar varias colonias dentro de una región mientras que las áreas de
alimentación y desarrollo comprenden mezclas de tortugas de diferentes agregados
genéticamente diferentes (Chaloupka y Musick, 1997).
Ahora es posible distinguir unidades de manejo en los hábitat de reproducción, forrajeo y
desarrollo usando programas de marcación-recaptura que combinen marcadores genéticos
específicos para cada agregado con la marcación física de los individuos (Velez et al.,
2008; Bolker et al., 2007; Bass et al., 2006; Moncada et al., 2006). En algunas instancias
aún la marcación de unas pocas tortugas, particularmente en playas de anidación donde
nunca se han realizado, puede proporcionar conocimiento valioso sobre las migraciones,
localización de zonas de alimentación y tamaño poblacional (Balaz, 2000). No obstante, los
programas de manejo para especies amenazadas y para poblaciones ecológica o
comercialmente importantes deberían incluir el seguimiento genético (por ejemplo el
seguimiento del tamaño efectivo y los cambios genéticos). El seguimiento genético es
necesario debido a que los “cuellos de botella” en las poblaciones pueden ocurrir sin ser
detectados por el enfoque de seguimiento demográfico tradicional, tal como el de capturarecaptura (Allendorf y Luikart, 2007).
El tamaño efectivo de la población también incide en la estructura poblacional. En todos los
modelos evolutivos considerados hasta el momento, el tamaño efectivo de la población se
considera constante, sin embargo, en las poblaciones naturales este tamaño varía. De
hecho, es importante la detección de los llamados “cuellos de botella” en poblaciones de
especies amenazadas porque estos pueden conducir a la extinción de la población (Luikart
et al., 1998).
INTRODUCCIÓN
2
La biodiversidad marina puede verse desde una perspectiva genética al enfocarse en la
distribución de las variantes genéticas encontradas a nivel de población. La distribución de
los linajes genéticos resultan de la combinación de la conducta de migración y la
dispersión, historia del paisaje y flujo genético. Varios estudios de esta naturaleza en
tortugas marinas han provisto nuevos enfoques en la conducta migratoria, instintos de
fidelidad al lugar de nacimiento y fronteras de las poblaciones con las implicaciones
resultantes en el manejo (FitzSimmons et al., 2008).
Por su extensión dentro de la región del Caribe, el archipiélago cubano contiene una gran
variedad de hábitats para la reproducción y la alimentación de diferentes especies de
tortugas marinas (Moncada y Nodarse, 1983), entre ellas C. mydas, la tortuga verde. No
obstante, poco se ha publicado en la literatura internacional acerca de las poblaciones
cubanas de esta especie. En esta región se manifiesta un intercambio o superposición
entre diferentes poblaciones pertenecientes a Centroamérica y el Gran Caribe, tanto en
subadultos como en adultos. Específicamente se observan tres comportamientos: 1. Las
que se alimentan en la plataforma y posteriormente migran para efectuar la anidación en
otras regiones; 2. Las que migran de la plataforma para alimentarse en otras zonas y 3.
Las que vienen de otras zonas a anidar en la plataforma cubana (Moncada, 1998).
Reportes anteriores afirman que en la costa sur del archipiélago de Cuba se concentra la
mayor parte de la anidación de C. mydas y que constituye la más importante de Las
Antillas (Cardona y de la Rúa, 1972). Posteriormente, Moncada y Nodarse (1983) señalan
sitios de la costa sur como: Cayo Largo del Sur; Playa Larga y Rincón Francés en la Isla de
la Juventud; Cabo Corrientes, Cachiboca, Cayo Grande, Cinco Balas y Cayo Caguama en
los Jardines de la Reina.
La unidad geográfica que constituye la plataforma sur del archipiélago cubano, con
extensas praderas de pastos marinos que se consideran la fuente principal de alimento
para la tortuga verde, hace preguntarse sobre las conexiones que pueden existir entre las
colonias de anidación de esta especie que existen en el área. ¿Es esta región una unidad
de manejo, o debe tratarse cada colonia de manera diferencial en el manejo de la especie?
Por otra parte es importante conocer el comportamiento reproductivo de las colonias
cubanas y los factores que lo afectan para poder adecuar el manejo de la especie en
función de sus características.
En particular, la Península de Guanahacabibes (de la provincia de Pinar del Río) declarada
en 1987 por la UNESCO como Reserva de la Biosfera (Herrera, 2001) y que en febrero del
INTRODUCCIÓN
3
año 2001 adquiere la categoría de Parque Nacional Marino-Costero dentro del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas (por Decreto-Ley del Consejo de Estado), constituye un área
de interés para cualquier estudio de conservación. Localizada en la región occidental del
archipiélago cubano y con un total de 1,015 km2, presenta una gran diversidad en su flora y
fauna, incluidas las tortugas marinas que anidan en sus playas. En esta región, desde
1998, el Centro de Investigaciones Marinas y la Facultad de Biología de la Universidad de
La Habana desarrollan el Proyecto Universitario de Estudio y Conservación de las Tortugas
Marinas en Cuba. Con este Proyecto se han recopilado datos acerca de la ecología de C.
mydas, la principal especie anidadora en la zona (Ibarra et al., 1999, 2000 y 2002), además
de los primeros estudios genéticos de la especie C. mydas realizados en nuestro país
(Espinosa et al., 1999).
El seguimiento intensivo realizado en esta región en particular ofrece las herramientas
necesarias para caracterizar desde el punto de vista ecológico y genético una colonia de
anidación. ¿Qué características determinan la preferencia de las tortugas verdes por un
área en particular?, ¿cuál es la variación en la anidación a lo largo del tiempo?, ¿cuál es la
conducta de la hembra durante la temporada de anidación?, ¿cuál es el grado de fidelidad
a un sitio en particular de anidación? Estas, entre otras interrogantes, pueden responderse
mediante estudios de esta naturaleza.
A partir de las inquietudes que aún existen acerca de la biología reproductiva de una
especie amenazada como la tortuga verde, sobre todo por el valor que tienen para su
conservación las colonias de anidación del suroccidente cubano en cuanto a su diversidad
genética y tamaño efectivo, se proponen la siguiente hipótesis y objetivos de trabajo.
HIPÓTESIS
La estrategia reproductiva de las hembras de Chelonia mydas que anidan en el
suroccidente de Cuba, influida por las características particulares del ambiente físico y
biótico, determina el tamaño de las colonias y la existencia de diferencias genéticas entre
áreas de anidación a escala microgeográfica.
Objetivo general:
Determinar la influencia de factores ambientales en la estrategia reproductiva de las
hembras de C. mydas que anidan en el suroccidente de Cuba y su impacto en la estructura
genética y tamaño efectivo de las colonias de anidación.
INTRODUCCIÓN
4
Objetivos específicos:
1.-Determinar la influencia de factores bióticos y abióticos en la estrategia reproductiva de
las hembras de C. mydas que anidan en el suroccidente de Cuba.
2.-Analizar las variaciones espaciales y temporales en la estrategia reproductiva de C.
mydas y evaluar su efecto en la
estructura genética de las principales colonias del
suroccidente de Cuba.
3.-Evaluar el grado de filopatría y fidelidad al sitio de anidación a diferentes escalas
geográficas dentro del suroccidente de Cuba y su efecto en los niveles de diferenciación
genética.
4.-Estimar el tamaño efectivo en las principales colonias de anidación de C. mydas del
suroccidente de Cuba.
Novedad científica:
−
Por primera vez para el área de Guanahacabibes se relaciona el efecto de factores
bióticos y abióticos en la anidación y éxito reproductivo de tortugas marinas y se asocian
las características geomorfológicas de las playas con los niveles de anidación.
−
Por primera vez para la Ciencia se determina el impacto de ciclones en la selección y
fidelidad al sitio de anidación de C. mydas.
−
Por primera vez para la Ciencia se determina en C. mydas la fidelidad al sitio de
anidación dentro de una misma playa y se prueba una diferenciación genética entre
colonias a escala microgeográfica (menos de 30 km) con ADNmt y microsatélites.
−
Por primera vez para la Ciencia se caracteriza la estructura poblacional de colonias de
anidación cubanas de C. mydas a partir de un fragmento de 746pb de la región no
codificadora del ADNmt y empleando nueve marcadores microsatélites, de ellos OR1,
OR2, OR3 y OR8 son utilizados por primera vez para estudios poblacionales en esta
especie.
Importancia teórica:
-
Se caracteriza la estrategia reproductiva de C. mydas en la región occidental de Cuba
y la influencia de factores bióticos y abióticos en ella.
-
Se demuestra, a escala microgeográfica, la existencia de diferencias genéticas entre
las poblaciones de anidación del suroccidente de Cuba, que, unidas a la distribución de las
INTRODUCCIÓN
5
hembras marcadas, prueban los elevados niveles de filopatría y fidelidad al sitio de
anidación de las hembras de C. mydas.
-
Se aporta información sobre la complejidad de los ciclos reproductivos de C. mydas a
partir de la comparación del comportamiento temporal de la anidación y la remigración con
el análisis genético temporal.
Importancia práctica:
− La valoración de los niveles de anidación y el éxito reproductivo de las playas de la
Península de Guanahacabibes contribuyen a evaluar el estado de conservación de la
especie C. mydas.
−
La caracterización de la conducta de anidación y su respuesta ante los cambios del
ambiente ayudarán a dirigir los esfuerzos de conservación hacia el logro de las mejores
condiciones para el éxito reproductivo de la especie.
−
Las unidades geográficas que conforman las principales colonias de anidación de C.
mydas del archipiélago cubano, definidas a partir de la marcación física y molecular,
constituyen una información clave para definir las unidades de manejo dentro y fuera del
archipiélago cubano.
Los resultados presentados en esta tesis forman parte de cinco artículos científicos
publicados en revistas arbitradas (Revista de Investigaciones Marinas (2006 y 2003),
Marine Turtle Newsletter, (2002) Revista Cubana de Química (2004), un capítulo del libro
“Investigaciones Interdisciplinarias y Manejo de Áreas Costeras en el Gran Caribe” (2002) y
11 Informes de Trabajo del “Proyecto Universitario para el estudio y conservación de las
tortugas marinas en Cuba. También han sido presentados en 25 eventos científicos y una
parte han sido premiados en dos ocasiones como el Premio de la Universidad de La
Habana al resultado científico que más ha contribuido a la Conservación del Medio
Ambiente en Cuba (2005 y 2000).
Este documento está conformado por 102 páginas, distribuidas en introducción, revisión
bibliográfica,
materiales
y
métodos,
resultados,
discusión,
conclusiones
y
recomendaciones. El documento consta además de los acápites índice, síntesis,
referencias bibliográficas (322) y anexos.
6
1. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.
1.1. Clasificación taxonómica.
Si bien en épocas pretéritas las tortugas marinas fueron muy abundantes y diversas,
representadas por un gran número de géneros (Márquez, 1996), en la actualidad
permanecen sólo siete especies agrupadas en seis géneros y dos familias. Las especies
modernas de tortugas marinas forman un grupo monofilético del suborden Cryptodira.
(Eckert, et al., 2000). A continuación se muestra la ubicación taxonómica de la especie.
Phylum Vertebrata
Clase Reptilia
Subclase Anapsida
Orden Testudinata
Familia Cheloniidae
Tribu Chelonini
Especie C. mydas (Linnaeus, 1758)
Subespecie C. mydas mydas (Márquez, 1990)
1.2. Descripción de la especie.
Como otros quelonios, C. mydas presenta adaptaciones para la vida en un medio acuático.
Posee un caparazón aplanado de color variable, que está cubierto por placas óseas
cuneiformes. Las partes que conforman las extremidades se encuentran fusionadas en
forma de aletas. Las delanteras la utilizan para impulsarse, mientras las traseras le sirven
como timón y para maniobrar dentro del agua. Ello le permite mantener velocidades de 30
y 40 km/h en distancias limitadas (Limpus et al., 1992). Posee una glándula lacrimal de sal
encargada del mantenimiento del balance iónico-acuífero (Marshall y Cooper, 1988).
El tamaño y la forma del cuerpo tienen implicaciones fisiológicas, evolutivas y ecológicas
para las tortugas marinas. Van Buskirk y Crowder (1994), y Van Dam y Diez (1998)
plantean que las medidas corporales de la tortuga están correlacionadas con muchos
aspectos reproductivos y con otras propiedades como la temperatura del cuerpo, el rango
metabólico, la pérdida de agua por evaporación y otras.
1.3. Distribución, estado de conservación y peligros actuales.
C. mydas es una especie de distribución circunglobal, que puede encontrarse en todos los
mares tropicales y en menor grado en aguas subtropicales, en las plataformas
continentales y cerca de las islas. Es rara en aguas templadas (Pritchard y Montimer,
1999). Sus límites geográficos quedan dentro de la isoterma de 20°C y sus cambios de
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
7
distribución (migraciones) respetan esta frontera durante las diferentes estaciones del año
(Márquez, 1996) aunque, según Hirth (1997) y Pritchard (1996), ha sido vista entre los 40°
Latitud Norte y los 40° Latitud Sur.
En cuanto a Cuba, se considera que en la costa sur del archipiélago se concentra la mayor
parte de la anidación de C. mydas y a su vez que constituye la más importante de Las
Antillas (Moncada et al., 1987). En los Canarreos se destacan zonas como: Cayo Largo del
Sur; Playa Larga y Rincón Francés en la Isla de la Juventud mientras que se menciona
Cabo Corrientes, Cachiboca, Cayo Grande, Cinco Balas y Cayo Caguama en los Jardines
de la Reina (Moncada y Nodarse, 1998; Nodarse et al., 2000). Ibarra et al. (2000 y 2004)
resaltan la importancia de la Península de Guanahacabibes como área de anidación. La
población anidadora de Cayo Largo del Sur se considera la más importante del país
(Nodarse et al., 2004).
La distribución de esta especie en las áreas de anidación se caracteriza, en general, por un
nivel alto de estructuración lo que hace pensar en una tendencia a la filopatría (Encalada et
al., 1996). Las hipótesis de la filopatría y facilitación social son difíciles de probar
directamente ante la imposibilidad de marcar a los neonatos de modo que se pueda
recuperar con eficiencia la marca en el estado adulto. La filopatría, sin embargo, genera
una predicción que puede probarse genéticamente a partir de la estructuración en áreas de
anidación. Si las hembras regresan fielmente a su colonia de origen, cada población de
anidación poseerá una identidad genética en términos del ADNmt (Bowen y Karl, 2007).
Como consecuencia de este mecanismo el proceso de colonización ha sido lento. Solo
porque este mecanismo no es infalible, debido a cambios en los elementos reconocibles
que indican el sitio de anidación,
ha sido posible la colonización de otras playas, la
dispersión y el intercambio genético en la especie.
Mediante el estudio de 350 sitios arqueológicos y fuentes históricas en el Caribe, han sido
identificados 62 sitios de anidación de tortuga verde en los últimos 8000 años. La
abundancia estimada para la especie en aquella época es de 120 millones de tortugas, de
modo que si la abundancia real constituyó el 10 % de esta cifra, las poblaciones actuales
del Caribe estarían severamente reducidas (McClenachan, 2007). Otros estudios sobre los
registros de explotación iniciales, procedentes de la etapa colonial, indican que la población
de tortuga verde en el Caribe antes de comenzar su explotación oscilaba entre 33 y 39
millones de tortugas (Jackson, 1997), por tanto, las poblaciones actuales de tortuga verde
representan del 3 al 7 % de estos estimados (Jackson et al., 2001). Más aún si se
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
8
considera que las poblaciones de tortuga verde en el Caribe se encontraban limitadas
fundamentalmente por la capacidad de carga de las praderas de Thalassia testudinum (su
principal alimento), entonces los estimados serían del orden de 16 a 186 millones de
tortugas verdes con 50 kg de peso como promedio.
A pesar de la gran cantidad de colonias anidadoras que se han identificado (Márquez,
1996), esta especie se encuentra en la Lista Roja de la IUCN desde hace varios años
(Groombridge y Luxmoore, 1989) en la cual mantiene el estatus de especie en peligro de
extinción globalmente, con la población del mar Mediterráneo en extremo peligro de
extinción. Seminoff (2002) determinó mediante extrapolaciones matemáticas que en tres
generaciones (141 años) se habría perdido del 37 al 61 % de cada generación según el
modelo matemático escogido.
Estos reptiles, que han sobrevivido durante millones de años, enfrentan la amenaza de la
extinción principalmente por el mayor agente transformador del ambiente: el hombre.
Según Seminoff (2002), las principales acciones depredadoras por parte del hombre son: la
recogida de huevos frescos y la matanza de hembras reproductoras en las playas de
anidación, unidas a la pesca de juveniles y adultos en zonas de alimentación. El autor
afirma que la sobreexplotación de este recurso natural ha sido la causa principal de que en
algunos lugares lleguen a cero las poblaciones de tortugas verdes. Sin embargo, también
señala que la lenta maduración de la C. mydas no ha permitido ver en su total magnitud
los efectos de la depredación de los huevos. Mientras las hembras adultas prosiguen la
ovoposición en esas playas, disminuye el número de juveniles que son reclutados para la
sustitución de estas hembras, por lo que a largo plazo, es que se observará una
disminución en el número de hembras anidadoras.
1.4. Estrategia reproductiva.
1.4.1. Ciclos de reproducción.
Los ciclos reproductivos generalmente se refieren a una serie de eventos anatómicos y
fisiológicos que conducen a la producción de gametos masculinos y femeninos, la
fertilización y la producción de neonatos (Hamann, 2002). De modo similar a otros
ectotermos, las tortugas marinas son reproductores estacionales aunque,
en algunas
poblaciones, ocurre durante todo el año (Hirth, 1997). Algunas especies como la tortuga
verde muestran una marcada periodicidad que está en función de la variación ambiental y
los intervalos de remigración (Hays 2000, Chaloupka 2001). El ciclo de reproducción de la
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
9
tortuga verde puede ser bienal o trienal. En la isla de Gran Caimán se ha observado que
las hembras maduras de esta especie en cautiverio tienen un ciclo cercano a 1,6 años
(Márquez, 1996), aunque para las de vida libre se refiere un ciclo de 2,3 años. Miller (1997)
determina como el período más corto para tortuga verde el de dos años. Limpus y Nicholls
(2000) plantean que la corriente oceánica El Niño pudiera determinar la variabilidad en
cuanto al número de anidaciones que ocurren entre las distintas temporadas de
reproducción, al afectar probablemente la calidad del alimento.
El período de días entre una anidación y otra es diferente entre las poblaciones, aunque
según la revisión realizada por Miller (1997) la media es de 12 días. Algunos de los
intervalos registrados son: 13,9 días (SD = 2,4 días) para la isla Ascensión (Mortimer y
Carr, 1987) y 14,9 días (SD = 2.2 días) en la isla Wan-an, Taiwán (Chen y Cheng, 1995),
15 días en Galápagos (Green, 1993). Particularmente en el Caribe está el caso de Costa
Rica, donde la mayor frecuencia de hembras anida a los 12 días (Bjorndal et al., 1999). Por
su parte Mortimer y Carr (1987) y Bjorndal y Carr (1989) plantean que seis días es el
menor intervalo de tiempo entre dos anidaciones consecutivas, ya que las nidadas puestas
dentro de este período son de forma general nidadas divididas (el intento de anidación
anterior fue abortado o interrumpido). Resultados obtenidos entre 1982-1996 en la playa El
Guanal, localizada en la costa sur de la Isla de Juventud, registran anidaciones cada 7 a
14 días con intervalo de 9 a 11 días como el de mayor frecuencia (Nodarse et al., 2000).
1.4.2. Migraciones.
Cada uno, dos o tres años, las tortugas regresan desde las zonas de alimentación, que
pueden estar alejadas de las de anidación varios cientos o miles de kilómetros. La
conducta migratoria de las tortugas marinas es bien conocida desde que se comenzó a
aplicar la telemetría por satélite. Al dejar el área de anidación, algunas especies nadan
hacia áreas de alimentación fijas, generalmente en el ambiente nerítico, donde se quedan
durante un tiempo largo, lo que sería el período inter-reproductivo que dura de uno a cuatro
años (Balazs et al., 1994; Luschi et al., 1996; Cheng, 2000; Hays et al., 2002). Para
muchos animales los desplazamientos a largas distancias son un componente importante
en la historia de su vida. Se plantea que las hembras regresan a anidar a la playa en que
nacieron, lo cual ha sido demostrado a través de análisis genéticos que se basan en la
separación del ADN mitocondrial (Bowen et al., 1989; Meylan et al., 1990; Bowen et al.,
1992 y Allard et al., 1994). Para entender cómo pueden reconocer y llegar con exactitud a
estas playas se han propuesto dos hipótesis, la de la filopatría (Carr, 1967), que es la más
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
10
aceptada, y la de la facilitación social, introducida por Hendrickson (1958) y retomada por
Owens et al., (1982). La primera consiste en que las hembras grávidas se orientan por
mecanismos olfatorios, corrientes marinas y por el campo magnético de la Tierra (Lohmann
et al., 1996); tratando de reconocer los elementos típicos de su playa, que fueron
aprendidos durante la incubación, la eclosión y la trayectoria hacia el mar. La otra hipótesis
plantea que las hembras que van a nidificar por primera vez pueden ser guiadas hacia las
playas por otras más experimentadas. Si la primeriza posee éxito entonces regresará a esa
playa durante las demás temporadas de anidación. Es conocido que las tortugas verdes
tienden a regresar a anidar a su primera playa de anidación dentro de una misma
temporada (Wang y Cheng, 1999).
Casi todas las migraciones que realiza esta especie ocurren a lo largo de las costas, pero
algunas poblaciones, por ejemplo aquellas en la Isla de Ascensión, realizan migraciones
transoceánicas de más de 2 200 km desde esta isla, donde radica su área de anidación, a
las costas de Brasil dónde se localizan las zonas de alimentación (Carr y Hirt, 1962; Carr,
1975).
Según Acosta et al. (1987), los desplazamientos que realizan las tortugas hacia sus
diferentes destinos sugieren un gasto de energía elevado, además del que presupone la
reproducción. Es por ello que estos mismos autores sugieren que los medios de
navegación que utilicen deben permitirles el menor gasto de energía posible, lo cual puede
suceder si sus desplazamientos se sincronizan con la velocidad y dirección de las
corrientes marinas. Al utilizar las corrientes como medios de navegación, su actividad
dentro de ellas se reduce. Nadando con la corriente las tortugas aumentarán también la
velocidad del viaje, minimizando el gasto enérgetico. Para permanecer dentro de la
corriente, las tortugas podrían detectar varias señales que caracterizan las corrientes como
por ejemplo la temperatura, la salinidad entre otras (Reverdin y McPhaden, 1986; Schäfer y
Krauss 1995). Chen y Cai (2007) encontraron que las tortugas marinas no solamente
aprovechan las fuertes corrientes oceánicas en sus migraciones, sino que emplean las
corrientes superficiales más débiles para guiar su movimiento hacia la costa.
1.4.3. Emergencias.
El número de nidos por tortuga más frecuente es de dos y tres (Carr et al., 1978). En un
estudio realizado en la isla Wan-An se encontró que las tortugas realizaban, por término
medio, una anidación por cada tres emergencias. Algunas de estas emergencias se
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
explicaban como búsquedas infructuosas de los sitios de anidación y otras
11
por el
derrumbe de las paredes del nido o presencia de algún obstáculo que impedían el
seguimiento de la excavación (Cheng, 2002). Es también posible que la interferencia por
humanos u otros animales obstaculicen la excavación y/o la búsqueda de señales térmicas
(Mortimer, 1990; Salmon et al., 1996; Witherington y Martin, 1996). Asimismo, se plantea
que las hembras anidadoras no siempre ovipositan al subir a la playa, con lo cual aparecen
los llamados nidos falsos (Pritchard et al., 1983).
Para la isla Wan-An se reporta que cada tortuga salió de 1 a 20 veces y depositó 2 a 5
nidos por estación (Cheng, 2002).
1.4.4. Rendimiento reproductivo.
Todas las especies de tortugas marinas comienzan su vida en tierra firme (Wyneken, 1997)
y no cuentan con cuidado materno por lo que deben depositar gran cantidad de huevos
para contrarrestar la alta tasa de mortalidad de los neonatos y asegurar su supervivencia
(Miller, 1997).
Las tortugas marinas son medidas en las playas de anidación para relacionar las tallas
corporales con el rendimiento reproductivo, el tamaño de la nidada y para determinar el
tamaño mínimo de madurez sexual (Bolten, 1999).
Hays y Speakman (1993) en la isla Wan-An encontraron que no existe relación entre la
longitud del cuerpo y el número de nidos por individuo, aunque Olsson y Shine (1996)
afirman lo contrario al decir que las variaciones en cuanto al rendimiento reproductor puede
explicarse en parte por el tamaño del cuerpo.
Las buenas condiciones del alimento, según Carr y Carr (1970), pudieran determinar una
reducción en el intervalo de remigración de tres a dos años, lo que explica las altas
anidaciones que ocurren en algunos años, para las tortugas que anidan en Costa Rica.
Limpus y Nicols, (1987), Broderick et al., (2001), plantean al resptecto que los números de
nidos fluctúan de modo dramático y probablemente están relacionados con las variaciones
en la cantidad y calidad del pasto.
1.4.5. Etología de la anidación.
La tortuga verde, al igual que los demás especies de tortugas marinas, desarrolla la misma
rutina durante la anidación (Pritchard et al., 1983; Márquez, 1996 y Miller, 1997). El
comportamiento general durante el desove está compuesto por las siguientes etapas:
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
12
regreso al área donde está su playa natal, emergencia desde la línea de marea, ascenso y
selección del sitio de desove, construcción de la cama, excavación de la cámara del nido,
oviposición, cubrimiento del nido y la cama, y regreso al mar.
a.
Selección del sitio de anidación
La selección de un sitio bien enmascarado para los depredadores es muy importante para
el mantenimiento de las poblaciones si se tiene en cuenta que la depredación es un factor
que incide de manera importante en la mortalidad de la descendencia (Congdon et al.,
1983; Thompson, 1983; Iverson, 1991; Yerli et al., 1997; Burke et al., 1998; Escalona y Fa,
1998). Las características de la arena influyen en la proporción sexual de los neonatos de
cada nido. (Mrosovsky e Yntema, 1980; Mortimer, 1982; Ackerman et al., 1985; Whitemore
y Dutton, 1985; Mrosovsky y Provancha, 1989; Mrosovsky, 1994; Ackerman, 1997). La
forma y el tamaño, así como el lugar donde son construidos los nidos, condicionan el
ambiente de su interior a la vez que mantienen la humedad y temperatura con cierta
estabilidad. Así, aunque las condiciones del entorno varíen de forma brusca, en el interior
de la cámara de incubación existe un microclima que favorece la incubación de los huevos
y el óptimo desarrollo de los embriones (Ackerman, 1997).
Los factores que afectan el sitio se presentan a nivel del macrohábitat (Spencer, 2002) y
microhábitat (Schwarzkopf y Brooks, 1985, Janzen y Morjan, 2001). La mayoría de los
estudios plantean que las anidaciones no ocurren al azar con respecto al microhábitat
debido a su efecto sobre el desarrollo (Bilinski et al., 2001), sexo (Janzen y Morjan, 2001) y
supervivencia (Wilson 1998, Kolbe y Janzen 2001), aunque también responden a la
amenaza directa de la depredación de los nidos localizados cerca de la orilla (Spencer,
2002).
La mortalidad de la descendencia aumenta generalmente más cerca de la orilla debido a
inundaciones (Milton et al., 1994), depredación de los nidos (Horrocks y Scout, 1991) y los
sustratos de anidación inapropiados (Spencer, 2002). De igual forma, si los nidos están
más lejos de la orilla el riesgo de depredación al salir las crías aumenta y éstas deben
gastar más tiempo en recorrer la distancia hasta llegar al agua (Wood, y Bjorndal, 2000).
Los criterios de selección, al parecer, varían de una especie a otra. Por ejemplo,
Stoneburner y Richardson (1981) encontraron que la selección del sitio de anidación por
las tortugas de la Florida estaba relacionada con el gradiente de temperatura de la arena.
En este sentido han sido propuestas varias hipótesis. Algunos autores han sugerido que
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
13
los sitios de anidación se encuentran esparcidos al máximo e incluso se seleccionan al
azar (Mrosovsky 1983; Tucker 1990; Hays et al., 1995). Otros han pensado que la
topografía de la playa, la pendiente, microhábitats, las piedras sumergidas (Dodd, 1988;
Horrock y Scout, 1990; Crain et al., 1995; Hays et al., 1995; Mortimer, 1995), la vegetación
de la playa (Horrock y Scout, 1990; Hays y Speakman, 1993; Mortimer, 1995), la
contaminación por luz artificial (Mortimer, 1995; Salmon et al., 1996; Witherington y Martin,
1996); las señales de temperatura (Stoneburner y Richardson, 1981), la competición entre
especies, (Whitmore y Dutton, 1985), y la perturbación humana (Williams-Walls et al.,1983;
Murphy, 1985; Witherington, 1992) pueden influir en la selección del sitio de anidación
(selección no al azar). Por otro lado, ha sido defendido que las propiedades estructurales
de la arena, como la compresibilidad, y las características de las partículas se tienen en
cuenta por la tortuga verde para la selección del sitio de anidación (Mortimer, 1990 y 1995;
Foote y Sprinkel, 1994).
Se formula también
la hipótesis que
la vegetación tiene un efecto importante en la
conducta de selección del sitio de anidación de la tortuga de la isla Wan An (Cheng, 2000).
Por lo general, suben hasta la segunda terraza buscando lugares libres de vegetación
(Márquez, 1996; Meylan y Meylan, 1999).
Los nidos puestos en la zona cercana a la línea de marea (menos de 3 m) son más
susceptibles a ser inundados durante las mareas altas y los fuertes oleajes (Mrosovsky,
1983), con lo cual varían las condiciones ambientales del nido. Tanto el intercambio de
gases como la humedad y la temperatura son afectados, con valores fuera de los límites
de tolerancia del embrión (Pereira, 2002).
Estudios realizados en isla Wan An muestran una dependencia entre el tiempo de
búsqueda del sitio de anidación y el tamaño de la playa. En las playas más pequeñas este
tiempo se hace menor, mientras que en las más grandes se incrementa al ser mayor la
distancia entre la línea de marea alta y la zona de vegetación (Murphy 1985; Witherington
y Martin, 1996).
b.
Oviposición
Durante la etapa de puesta la tortuga invierte aproximadamente el mismo tiempo tanto en
construir el nido como en terminarlo. La duración de estos eventos abarca la mayor parte
del proceso de la anidación. (Pereira, 2002).
La tendencia recta de la trayectoria costera de las reproductoras ovipositoras, reportada
como frecuente en las poblaciones anidadoras de México (Márquez, 1996), puede estar
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
14
relacionada con la disminución del gasto energético para la optimización del proceso de
anidación. Las reproductoras pueden variar la forma de la trayectoria si detectan
obstáculos ocasionales (Pritchard et al., 1983), por lo que estas trayectorias serán menos
frecuentes que las rectas en playas arenosas lo cual se evidencia en que las longitudes de
los tipos de trayectorias (entrada y salida) sean similares (Pereira, 2002).
En el tramo costero estudiado de Playa Larga se observó, sobre todo en la playa arenosa
de alta energía, que prácticamente todos los intentos de construcción del nido no tuvieron
éxito, debido al grosor de la arena y a la poca coherencia de la misma (Nodarse et al.,
2000); en tanto que Mortimer (1990) informa que el éxito de anidación es diferente según
el tipo de playa, lo cual atribuye a la textura de la arena al exponer que las tortugas pueden
excavar más fácilmente los nidos si el tamaño de las partículas de arena es menor.
En la isla Wan-An, Cheng (2000) reporta un éxito de anidación del 45 al 100 %.
1.5. Marcación.
La marcación es un método muy utilizado en los estudios de tortugas marinas para obtener
información sobre la biología reproductiva, movimientos, varamientos y lugares de
residencia (Balaz, 1999). Las marcas más usadas en tortugas marinas son hechas de
metal o plástico de gran durabilidad.
Los trabajos con marcas tradicionales de acero inoxidable y de plástico, y en los últimos
tiempos el marcado con radiotransmisores vía satélite, han permitido conocer un poco más
sobre el ciclo de vida de las tortugas marinas y en algunos casos corroborar hipótesis
sobre la conducta migratoria (Márquez, 1996).
En este sentido, diversos trabajos han sido realizados como el Programa Nacional de
Tortugas Marinas en México iniciado en 1964 (Márquez, 1996). Otro ejemplo más reciente
es el seguimiento vía satélite de los movimientos de hembras post-anidadoras de tortugas
en la costa sudoeste de Florida, EE.UU (Addison et al., 2002). En Cuba, el programa de
marcación dirigido por el Ministerio de la Industria Pesquera, identificó un total de 742
individuos mediante la marcación física entre 1989 y el 2002 (Moncada et al., 2006), de
ellos, más del 70 % en áreas de pesquería tradicional.
1.6. Factores que influyen en el éxito reproductivo en tortugas marinas
La supervivencia de la hembra es muy afectada por el tiempo que permanece en la tierra y
el éxito reproductivo depende de la aptitud de la descendencia. La aptitud de la
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
15
descendencia depende principalmente de dónde el nido se construye y es afectado el
macro y el microhábitat a través de los factores como la depredación del nido y la
temperatura de la incubación (Spencer y Thompson, 2003). La vegetación puede afectar el
ambiente térmico y, a su vez, este incide en la proporción sexual de la descendencia.
1.6.1. Características de las playas de anidación
Aunque han sido diversos los intentos por definir las cualidades de las playas de anidación
-pues no es obvio que una población de tortugas marinas o un individuo prefieran una
playa en particular- hay pocos resultados en este sentido (Mortimer, 1990). Mortimer
(1982) identificó requisitos generales para las playas de anidación:
1.
La playa debe ser accesible desde el mar.
2.
La playa debe ser lo bastante alta para prevenir la inundación de los huevos por las
mareas o las aguas subterráneas.
3.
El sustrato debe facilitar la difusión de los gases.
4.
El sustrato debe ser lo bastante húmedo y fino para prevenir que la cámara se
colapse durante su construcción.
Mortimer (1990) examinó las características físicas y químicas de la arena de 50 playas de
diferentes áreas de anidación alrededor del mundo y encontró una alta variabilidad en
ellas. Ella concluyó que otros factores como la fisonomía de la arena en las playas de
anidación son importantes o más importantes en la selección del sitio de anidación. El
resultado de la selección de la playa y el sitio de anidación es una buena incubación de los
huevos en una salinidad baja, alta humedad, y buena ventilación del sustrato, el cual no
debe inundarse durante la incubación (Ackerman, 1980; Miller, 1985; Maloney, 1990).
Estudios realizados en diferentes playas del mundo demuestran que las características de
las playas de anidación son diferentes en unas y otras e incluso dichas características
difieren dentro de la misma playa. Varios autores, como Hendrickson (1982) y Mortimer
(1990), han observado que factores como temperatura, humedad y tamaño de grano de la
arena, son características importantes para la selección del sitio de anidación así como
para el nacimiento de las crías de tortugas marinas. La influencia del tipo de arena,
especialmente el tamaño del grano, es una cuestión muy discutida por diversos autores
(Mortimer, 1995). Hendrickson (1958) sugiere que en Malasia la textura de la arena puede
ser importante para la selección y diferenciación de la playa por las tortugas verdes y las
caguamas, pues la playa escogida por las primeras estaba compuesta por arena fina
mientras que las caguamas seleccionaban playas de arena gruesa. Otros autores opinan
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
16
que las caguamas anidan con éxito en arenas finas, además de plantear que el tamaño de
las partículas es menos importante que la pendiente y la configuración costera de la playa
(Carr y Ogren, 1960; Hirth, 1963).
De acuerdo con Milton et al. (1994), la arena es una barrera a través de la cual el vapor de
agua, el oxígeno y el dióxido de carbono deben pasar por lo que controla y afecta la
disipación del calor. La composición granulométrica de la arena es reportada como uno de
los principales elementos responsables de la temperatura que afecta a los embriones
(IBAMA, 1989; Franco, 2003).
El grado de humedad de la arena, que es un prerrequisito muy importante para la
construcción del nido y la supervivencia de las crías, varía con las características de la
arena, principalmente con el tamaño del grano (Demetropoulos, 2000).
La temperatura en la cámara también varía con la profundidad y naturaleza de la arena.
Las playas con arenas gruesas tienen temperaturas más altas que las de arenas finas
(Demetropoulos, 2000). Las cámaras de los huevos en playas de arenas gruesas son
simplemente menos profundas, pero también son más calientes y, en
consecuencia,
responden a la proporción sexual resultante de ellas, diferente inevitablemente a lo
esperado con ese tipo de grano de arena. La implicación de esto es que en una misma
área geográfica de la playa se puede hallar una tendencia a producir más machos que
hembras.
El microclima adecuado para la incubación es generado por la interacción entre las
características físicas de la playa, el clima local y los huevos en el nido. El ambiente en el
nido es dinámico y cambia con la actividad biológica dentro de él, pero desgraciadamente,
se conoce muy poco sobre cómo es afectado por el desarrollo de los huevos durante su
incubación y solo se conoce un mínimo de cómo influyen en él las características de la
playa.
1.6.2. Mareas
Las tortugas marinas emergen a la playa de anidación durante, o justo antes de la marea
alta (Frazier, 1985; Chen y Cheng, 1995; Pilcher y Al-Merghani, 2000). Las playas
trabajadas en la Península de Guanahacabibes, según Muñoz (2001), se caracterizan por
tener una zona sublitoral poco profunda y de fondo rocoso, durante la marea baja, esta
zona puede impedir o dificultar la subida de las tortugas a la playa. En el caso de aquellas
playas que presenten una barrera arrecifal, durante las mareas altas las tortugas tienen
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
17
más tiempo para completar el proceso de anidación y retornar al mar antes de que puedan
encallar en la cresta o en la laguna arrecifal de aguas poco profundas (Pilcher y AlMerghani, 2000). La relación entre la salida de las tortugas ovígeras y la fase de la marea
alta también fue planteada por Chen y Cheng (1995). En este caso solo la encontraron en
la primera reemergencia de las tortugas a la playa. El mayor tamaño de las tortugas verdes
podría hacer más necesario aprovechar el efecto facilitador de las mareas altas para
acceder a la playa.
En la Isla St. Bangladesh, las tortugas normalmente ascienden a anidar entre las 19:0003:00, de 3-4 horas antes o con la marea alta (Zahirul, 2002). Asimismo, en la playa Ya
Lima Po de la Guyana Francesa se ha encontrado relación entre la marea alta y la hora de
arribo de tinglados a la playa, lo cual se explica por el efecto transportador de las mareas
en ascenso que facilita la llegada de las tortugas a la playa (Fretey y Girondot, 1989).
También puede producirse la sobre-elevación meteorológica del nivel del mar, la cual se
observa habitualmente durante la ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos que
generen vientos y olas de consideración: entiéndase huracanes, frentes fríos y bajas extratropicales. A la sobre-elevación meteorológica del nivel del mar también se le conoce como
marea de tormenta o surgencia de tormenta (del inglés storm surge) y se define como la
diferencia entre el nivel real del mar durante la ocurrencia de una tormenta y el nivel que
debió haber existido en ausencia de ella. En la Península de Guanahacabibes esta sobreelevación puede llegar hasta los 2 m por encima del nivel del mar, cuando la amplitud
máxima promedio para la zona es de 0,28 m (Camacho, 2002).
1.6.3. La luna
La actividad de las tortugas marinas está muy relacionada con las fases de la luna, tanto
por el efecto de ésta en las mareas como por las diferencias en la intensidad de la luz. Las
tortugas verdes (C. mydas), los tinglados (Dermochelys coriacea) y otras especies que
anidan en forma solitaria o en grupos, se les puede observar anidando todas las noches
durante la temporada de anidación, pero las tortugas que anidan en arribadas presentan
una mayor actividad durante las lunas de cuarto creciente y cuarto menguante. Cada
tortuga anida varias veces durante la temporada y presenta ciclos de re-anidación de diez
a quince días, por lo que van a calzar su siguiente salida con el otro cuarto de luna. La
actividad cada día va variando según cambia la hora de la marea alta y las horas en que se
observa la luz de la luna (Chaves, 1994).
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
18
En los días de cuarto creciente, la luna es brillante en las primeras horas de la noche, en el
caso de las playas ubicadas en el Pacífico, la luna brilla en el cuadrante este del cielo o
sea detrás de las tortugas, por lo que las afecta menos y es posible que la actividad sea
más o menos uniforme durante las horas de la noche con un pico de actividad muy cerca
de la marea alta. En los días de cuarto menguante, la luna brilla en el cuarto oeste del
cielo, por lo que estará en el frente de las tortugas, en ese caso, las tortugas esperarán
para salir a anidar después de que la luna haya subido más de 45 grados en el cielo.
Durante estas fases de luna llena y luna nueva, las mareas son las más altas del mes, por
lo que la actividad es menor y en el caso de los días de luna llena, la actividad se reduce
más debido a que la luna es brillante toda la noche (Chaves, 1994).
En el período de luna llena la claridad lunar facilita la orientación de las ovígeras en su
arribo al área de anidación, la selección del sitio y la retirada del área. En el período de
cuarto menguante a la luna nueva, mengua la cantidad de luz reflejada por lo que
disminuye la identificación visual de las presas por los depredadores nocturnos. La claridad
lunar estimula la actividad de los depredadores (Pitcher y Al-Marghani, 2000).
Pereira (2002) y Muñoz (2001) encontraron una independencia de las salidas de las
hembras a anidar con relación a las fases lunares.
1.6.4. Ciclones
Los ciclones tropicales son eventos estacionales caracterizados por fuertes vientos, lluvias,
mareas de tormentas, que a menudo inundan zonas costeras que normalmente no están
expuestas al agua de mar. Esto puede alterar el hábitat severamente, resultando en la
inundación localizada y el desplazamiento de grandes cantidades de arena (Shoener et al.,
2004; Peterson y Bishop 2005).
Los ciclones se incrementan en severidad debido a los cambios climáticos globales (Pike y
Stiner, 2007). Estas perturbaciones estacionales se encuentran entre las que se han vuelto
más comunes y destructivas (Landsea, 1993, Goldenberg et al., 2001) y esto es más
devastador para las poblaciones de especies en peligro cuando coincide con su temporada
reproductiva (Schoener et al., 2004). La surgencia de las tormentas reduce de modo
significativo el éxito reproductivo al disminuir el número de nidos que eclosionan y el
número de neonatos que emergen de los nidos. La temporada de anidación de tortuga
verde transcurre completamente dentro de la temporada ciclónica, más aún el 79% de los
nidos se encuentran en fase de incubación en el mes de septiembre cuando los ciclones
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
19
ocurren con mayor probabilidad. Según estudios realizados en áreas de anidación de
Florida (Pike y Stiner, 2007) el número de ciclones se ha incrementado en la cuenca del
Océano Atlántico durante los últimos 150 años, aunque no ha variado su intensidad o
duración.
1.6.5. Temperatura
Como en otros reptiles, las tortugas verdes pueden alterar su conducta en respuesta a los
cambios estacionales en la temperatura, fotoperiodicidad y la disponibilidad de comida; sin
embargo, aún no se comprende bien el grado en que se afectan los patrones de inmersión
y los niveles de actividad (Southwood et al., 2003). Felger
et al. (1976) realizaron
observaciones directas de adultos y juveniles de la tortuga verde del Pacífico, la C. mydas
agassizii, del Golfo de California y encontraron que estaban letárgicos y no respondían a la
manipulación durante los meses invernales. Estudios dirigidos a juveniles de tortuga verde
en una laguna en Florida mostraron que ellos permanecían activos todo el año y que
aumentaban las distancias viajadas por día durante el invierno (Mendonca, 1983). Este
mismo autor sugirió que el aumento en los movimientos diarios por las tortugas verdes
durante el invierno podría representar un esfuerzo por dejar la laguna y buscar
temperaturas más calurosas o, alternativamente, el incremento en la producción de calor
metabólico producto de una mayor actividad física podría permitirles elevar su temperatura
corporal respecto a la temperatura ambiente del agua.
Por otro lado, una de las preocupaciones más crecientes de la comunidad científica, en
general, lo constituyen los efectos directos e indirectos del recalentamiento global, lo que
estima un aumento en el nivel medio del mar sobre territorios insulares y continentales.
Este aumento en el nivel del mar afectará las playas de anidación, al restringir esa
actividad en muchas playas del mundo (Miller, 1997). De igual manera, los efectos de El
Niño, -conjunto de fenómenos relacionados con fluctuaciones de lluvias, temperatura y
presión
atmosférica
en
los
océanos
Pacífico,
Atlántico
e
Índico-
afectan
los
comportamientos asociados con la reproducción como por ejemplo el número de hembras
que migran hacia zonas de reproducción (Limpus y Nicholls, 1987).
En varias poblaciones se han descrito factores específicos que modifican las temperaturas
del nido y las proporciones del sexo de las tortugas marinas. Entre estos se incluyen: la
variación latitudinal, el cambio de la temperatura estacional, la sombra de la vegetación, el
color de la arena, los eventos estocásticos como la lluvia, profundidad de los huevos
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
20
(Morreale et al., 1982, Mrosovsky et al., 1984, Mrosovsky, 1988, Hays et al., 1999), la
playa, la distancia con respecto a la marea alta, entre otros (Kelez, 2003). Asimismo, las
temperaturas también varían dentro de un mismo nido, ya que los huevos de la parte
superior experimentarán temperaturas mayores comparados a los huevos de la parte
inferior (Kelez, 2003).
La forma y el tamaño, así como el lugar donde son construidos los nidos, condicionan el
ambiente de su interior manteniendo la humedad y temperatura dentro de cierta
estabilidad; así, mientras en la superficie de la arena cada día se presentan amplias
variaciones que van desde 26ºC hasta más de 45ºC bajo la superficie, a la profundidad de
los nidos (entre 30 y 60 cm), estas variaciones se reducen de 6 a 8ºC, generalmente entre
los extremos de 27 y 36ºC. Aunque las oscilaciones son tan amplias en el entorno, en el
interior de la cámara de incubación los cambios térmicos son mínimos, pues unas cuantas
horas después del desove la temperatura dentro de la masa de huevos se estabiliza y
generalmente se mantiene entre 1 y 2ºC por encima de la temperatura media ambiental.
Durante todo el periodo de incubación las variaciones diarias en el interior del nido son del
orden de 1 a 2ºC y conforme avanza el desarrollo embrionario se van reduciendo a menos
de 0,5ºC; además, la temperatura media de la masa de los huevos, por efecto del
metabolismo, se va incrementando constantemente, desde 26 o 27ºC hasta un promedio
máximo de 34 a 35ºC, conforme se acerca el día de la eclosión. La incubación de los
huevos se realiza de manera óptima entre los 30 y 32ºC y con cada grado de diferencia se
acelera o retarda 2 o 3 días el momento en que ocurre la eclosión. Al acercarse o
excederse de los límites entre 27 y 34ºC, la mortalidad se incrementa de forma sensible.
Dentro de los límites térmicos óptimos, la incubación se completa de modo general entre
48 y 55 días (Márquez, 1996).
Los estudios sobre la temperatura y humedad han mostrado que ambos parámetros son
muy importantes para obtener una alta proporción de supervivencia. Si se conocen los
parámetros de incubación óptimos, se puede ayudar a mejorar la tasa de supervivencia y
determinar la proporción de los sexos (Carrasco et al., 1998).
1.6.6. Humedad
Los huevos de muchas especies de quelonios tienen una membrana terciaria de textura
coriácea y porosa, por lo que son dependientes de la toma de humedad desde el entorno
para su completo desarrollo (Needham, 1966). Los huevos de tortugas marinas incubados
en los nidos no siempre mantienen los niveles de humedad presentes en la naturaleza y
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
21
esta diferencia pudiera afectar directamente el desarrollo de los neonatos (Mc Gehee,
1979).
La humedad de la arena es crítica para los nidos con huevos de caguama. Estudios
previos han demostrado que los niveles altos de humedad causados por una intensa lluvia
y altas mareas pueden destruir nidadas enteras de tortugas (Caldwell, 1959; Ragotzkie,
1959; Plumier, 1976; Kraemer y Bell, 1980). El intercambio de gases es impedido cuando
los huevos están en un ambiente saturado de humedad (Plumier, 1976; Packard et al.,
1977), y la difusión del oxígeno entre la atmósfera y los huevos en el nido puede afectar la
relación y buen éxito del desarrollo de los embriones (Ackerman y Prange, 1972; Prange y
Ackerman, 1974; Ackerman, 1980; Ackerman et al., 1985). Por el contrario, Bustard y
Greenham, (1968) exponen que la carencia de suficiente humedad en la arena de la playa
causa que la cámara de los huevos se colapse cuando la hembra la está construyendo y
ante el fracaso de la anidación la hembra generalmente se mueve hacia otro sitio y
comienza de nuevo todo el proceso. Esta acción puede estar representada como un
mecanismo innato el cual previene a la tortuga a anidar en áreas regularmente sujetas a
la desecación o a la inundación (Kramer y Bell (1980), Morris et al. (1983); Packard et al.
(1980, 1981 y 1985) enfatizan la potencial importancia de la selección del sitio de
anidación por las tortugas en relación con el gran éxito de anidación asociado con las
propias condiciones de la humedad y la subsiguiente supervivencia de la nidada.
La humedad también afecta directamente el resultado de la incubación y su falta o exceso
son causas del incremento en la mortalidad; la humedad relativa apropiada en la anidación
de las tortugas marinas es de 14 % (Márquez, 1996).
1.6.7. Precipitaciones
En la isla Ascensión, Mortimer y Carr (1987) notaron que las tortugas anidan en la estación
del año donde ocurren las mayores precipitaciones y se registran las temperaturas más
elevadas. Ellos sugirieron que esto es una adaptación que las tortugas han tenido, pues se
les facilita anidar cuando la arena está húmeda aunque no encuentran ninguna evidencia
para apoyar la hipótesis. Primero, el éxito de la anidación no varió durante la estación y,
segundo, este no tuvo relación con las lluvias. Se sugiere que la temperatura es,
probablemente, el factor que define la temporada de anidación (Godley et al., 2001).
1.7. Marcadores genéticos en estudios poblacionales.
En los últimos años las investigaciones en los campos de la genética poblacional han
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
22
encauzado su línea de trabajo en la utilización de dos tipos de marcadores genéticos
fundamentalmente: el ADN mitocondrial y el ADN nuclear: secuencias mini y microsatélites
(Bartlett, J. M. S. y D. Stirling, 2003). La aplicación de varias técnicas y metodologías para
el estudio de las poblaciones naturales ha servido de complemento y herramienta para la
utilización de estos marcadores genéticos. Se puede mencionar entre las técnicas, la
Reacción en Cadena de la Polimerasa (P.C.R.), el estudio del Polimorfismo de Longitud
por Fragmentos de Restricción (R.F.L.P.) y la secuenciación del ADN. Estás técnicas han
servido para la aplicación de estadísticos para el estudio de la estructuración
subpoblacional y poblacional, la determinación de diferentes variables genéticopoblacionales (diversidad nucleotídica, flujo genético) y para la construcción de árboles
filogenéticos y redes de máxima parsimonia (Bartlett, J. M. S. y D. Stirling, 2003).
1.7.1. El ADN mitocondrial. Usos y limitaciones.
El ADN mitocondrial (ADNmt) de los vertebrados presenta forma circular y una talla
variable entre los 16 y 17 Kpb (Avise, 1994). Codifica la información para estructuras
internas en la mitocondria celular así como ARN ribosomales y de transferencia (Avise,
1994). La región control del ADNmt, debido a la herencia materna, se caracteriza por una
elevada tasa evolutiva y una mayor proporción de varianza genética entre poblaciones que
los marcadores con herencia biparental (Cann, Stoneking and Wilson, 1987). La tasa de
mutación generalmente es más alta en el ADNmt que en el nuclear (Ballard y Wirlock,
2004). Aunque se ha valorado una tasa de mutación hasta diez veces superior en este
genoma respecto al nuclear (Brown
et al., 1979) esta relación no siempre se cumple
(Ballard y Wirlock, 2004). Según estos autores, los estimados filogenéticos de la tasa de
mutación pueden estar influidos por el tamaño efectivo de la población, aunque esto no es
exclusivo del ADNmt. La región control del ADNmt evoluciona aún más rápido que el resto
del genoma mitocondrial por lo que es especialmente çutil en análisis de alta resolución
para etructuras poblacionales recientes (Stoneking et al., 1991).
Según Avise (1995) en muchas especies la dispersión y el flujo génico es altamente
asimétrico en función del género, con el sexo femenino generalmente más sedentario,
segundo, que en la mayoría de las especies las hembras y sus crías están espacialmente
asociadas en el momento en que las crías comienzan su vida independiente y en tercer
lugar, una fuerte estructura matrilineal implica un grado considerable de autonomía
demográfica ente las poblaciones a lo largo de una escala de tiempo ecológica. En todos
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
estos
contextos, el ADNmt constituye
una
herramienta
efectiva
para
23
estudios
poblacionales.
Debido a su rápida evolución y herencia no recombinante, el ADNmt se ha convertido en
un vehículo favorable para análisis filogeográficos (Álvarez et al., 2000; Avise et al., 1987)
a nivel intraespecífico, y también para determinar las relaciones evolutivas matrilineales en
un contexto geográfico (Wilson et al., 1985; Avise, 1989).
Se han determinado limitaciones para el uso del ADNmt como marcador: los pseudogenes
en el genoma mitocondrial pueden encontrarse en gran cantidad de copias dentro de la
mitocondria con solo pequeñas diferencias entre miembros de la misma especie lo que
provoca interferencia en los resultados (Zhang y Hewitt, 2003). Por otra parte, el ADNmt
representa un único alelo del locus (el materno) por lo que solo refleja la historia de la
herencia matrilineal, la cual puede ser diferente en cada especie. El tamaño efectivo de la
población de ADNmt es la cuarta parte del tamaño de la secuencia nuclear autosomal, por
lo que la diversidad genética puede ser subestimada, la incertidumbre en el análisis
genealógico puede incrementarse debido al aumento de la probabilidad de pérdida de
vínculos en los haplotipos mitocondriales, y procesos poblacionales anteriores no pueden
ser detectados mediante el ADNmt (Zhang y Hewitt, 2003).
1.7.1.1. Uso en genética poblacional de tortugas marinas
Aunque la variabilidad genética del ADNmt, al igual que su tasa de mutación, ha resultado
ser menor en tortugas marinas que en otros taxa (Avise et al, 1992), el análisis de su
región control ha aportado un alto grado de resolución para responder preguntas a escala
regional sobre las poblaciones de tortugas marinas (Bowen et al., 1992, Laurent et al.,
1993, Norman et al., 1994, Encalada et al., 1996, FitzSimmons, et al., 1997 a y b, Bass y
Witzell 2000, Godley et al., 2004, Luke et al., 2004, Okuyama y Bolker, 2005, Dethmers et
al., 2006, Formia et al., 2006, Naro-Maciel, 2007, Bolker et al., 2007, Bourjea et al., 2007,
Bowen y Karl, 2007). También ha sido utilizado para determinar el origen de tortugas
capturadas en mar abierto (Bowen et al., 1995). Particularmente, el ADNmt ha demostrado
ser efectivo para detectar la estructura poblacional, al proporcionar perspectivas sobre las
conductas de las ovipositoras de connotada importancia para la supervivencia de la
especie (Bowen y Avise, 1995 en particular, para probar la conducta filopátrida de las
hembras (Meylan et al., 1990, Allard et al., 1994). No obstante deben combinarse con
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
24
estimadores de la diversidad nuclear para determinar el flujo genético que propician los
machos.).
De cualquier forma, la región control del ADNmt puede perder su valor como marcador
genético poblacional si existen cambios demográficos drásticos y eventos de colonización
recientes debido a errores ocasionales de la filopatría, cuando el tamaño de muestra es
muy pequeño para detectar variaciones pequeñas o cuando existe un bajo número de
migrantes por generación, indetectables a nivel demográfico, pero suficientes para
homogeneizar la población. En otras palabras, la uniformidad genética de las poblaciones
de anidación basadas en las frecuencias haplotípicas del ADNmt, no siempre representan
uniformidad demográfica de las colonias que pueden estar tan aisladas como para requerir
estrategias de manejo distintas (FitzSimmons et al., 1999).
1.7.2. Uso de loci microsatélites.
Los microsatélites son secuencias en el genoma eucariótico formadas por repeticiones
cortas (1- 6 pb) situadas en tandem con un número variable de copias (longitud entre 20 y
300 pb) y flanqueadas por una única secuencia conservada (Tautz 1989). Han sido
detectados en la mayoría de los organismos eucariontes analizados y son encontrados en
mayor cuantía de la que puede ser predicha por el simple análisis del número de bases
nitrogenadas (Tautz y Renz 1984; Epplen et al. 1993).
La mayoría de los microsatélites detectados en eucariontes son repeticiones de
mononucleótidos (A) y dinucleótidos (AC)
y se ubican con frecuencia en zonas
intergénicas e intrones (Gabor et al., 2000). Por este motivo no tienen alta incidencia en la
codificación de la síntesis proteica pero sí participan en otras funciones como la
organización del cromosoma (Cuadrado y Schwarzacher 1998), regulación de procesos
como la recombinación (Jeffreys et al., 1998; Templeton et al., 2000), replicación y ciclo
celular (Field y Wills 1996, Codegoni et al., 1999), así como regulación de la actividad
génica en la transcripción (Sandaltzopoulos et al., 1995), y traducción (Martin-Farmer y
Janssen, 1999). Todos estos factores han hecho pensar que la inestabilidad de estos
motivos repetidos incida en fenómenos como el cáncer (Leung et al. 2000) y otras
enfermedades genéticas (Cummings y Zoghbi 2000; Masino y Pastore 2001).
Para explicar la alta variabilidad en las secuencias microsatélites se han postulado varios
modelos de mutaciones: modelo de infinitos alelos (infinite alleles model “IAM”; Kimura y
Crow 1964), modelo de K alelos (K-alleles model “KAM”), el modelo de mutaciones
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
25
puntuales (stepwise mutation model “SMM”; Otha y Kimura, 1973) y modelo de dos fases
(Two-phase model “TPM”; Valdés et al., 1993; Di Rienzo et al., 1994).
En el IAM cada mutación crea infinitos nuevos alelos en un intervalo dado, alelos idénticos
comparten el mismo ancestro y son idénticos por descendencia. En caso del KAM la
posibilidad de alelos nuevos es K, por lo que la probabilidad de mutar un alelo en otro
estado alélico menor a K. El IAM es un estado particular del KAM en el cual K=infinito.
Debido a las restricciones en el tamaño, el KAM, parece ser más realista que el IAM
(Estoup y Cornuet, 1998).
En caso de SMM cada mutación crea nuevos alelos mediante la deleción o adición de
unidades repetidas con la misma probabilidad en ambas direcciones, por lo que alelos de
diferentes longitudes están más alejados entre sí que alelos de similar longitud. Esto
permitiría comparar evolutivamente alelos entre sí y en el tiempo. El TPM es una
adaptación del modelo anterior, teniendo en cuenta la posible ocurrencia de grandes
eventos mutacionales en múltiples unidades (Estoup y Cornuet, 1998).
Todos estos modelos parten de la ocurrencia de errores durante la replicación del ADN que
da lugar a la formación de las duplicaciones en tandem de secuencias cortas que se
amplifican en sucesivas replicaciones. Esta acumulación de secuencias repetidas da lugar
a un riesgo de recombinación homóloga entre repeticiones dispersas, de lo que resultan
translocaciones, deleciones e inversiones (Selker, 1990).
La velocidad de mutación estimada en los locus de microsatélites es de una mutación por
locus por cada 102-106 meiosis (Zhang y Hewitt, 2003). En tortuga verde ocurre una
mutación por locus por cada 5*102 meiosis (FitzSimmons, 1998)), lo que lleva a una alta
variabilidad en los gametos resultantes.
1.7.2.1. Desventajas en el uso de los microsatélites.
La inversión inicial para el estudio y obtención de los microsatélites como marcadores
genéticos, así como la obtención de la técnica para PCR es relativamente alta, lo que
constituye su mayor desventaja, aunque superada esta etapa, el uso requiere pocos
gastos. Otra desventaja es la posible aparición en la corrida electroforética pequeñas
bandas difusas que pudieran dificultar la búsqueda de alelos en cada muestra y, por
consiguiente, la detección de homocigotos y heterocigotos, si la diferencia entre alelos es
de menos de dos pares de bases. La interpretación errónea de estos parámetros pudiera
conllevar a la existencia de un exceso de homocigosis calculada respecto a la existente y
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
26
una desviación artificial del equilibrio de Hardy-Weinberg (O’Connell y Wright, 1997). Estas
“bandas fantasmas” pueden deberse a un mal apareamiento de las cadenas durante la
PCR, migración diferencial de los fragmentos amplificados por errores de la enzima
polimerasa al insertar los nucleótidos en las cadenas, o una desnaturalización incompleta
de los productos de la amplificación.
Un exceso de homocigotos pudiera ser causado por la presencia de alelos nulos (Callen et
al., 1993), los cuales no se detectan en los ensayos estándares. Los alelos nulos pueden
presentarse por no ocurrir su amplificación o porque la misma es débil y las cantidades de
producto, por ende, no son detectables usualmente. Esto puede deberse a la alta variación
de los alelos respecto a los iniciales en los sitios de unión a los oligos o en las regiones
cercanas.
Los microsatélites cumplen, en fin, con las siguientes características: son abundantes,
están distribuidos regularmente en el genoma, se heredan de forma codominante y poseen
un elevado grado de variabilidad en las poblaciones, además de que son fácilmente
detectables y transferibles.
1.7.2.2. Utilización de los microsatélites en estudios genéticos.
A partir de la demostración de la existencia de variabilidad genética en estas regiones del
ADNn y la posibilidad de su detección mediante amplificación por PCR y posterior
separación de los alelos en geles de poliacrilamida desnaturalizantes (Weber y May, 1989),
los microsatélites se han convertido en una fuente importante de marcadores genéticos.
Debido a sus propiedades, han adquirido una importancia creciente en los últimos años en
estudios sobre análisis de variabilidad genética y relaciones entre especies y razas, así
como marcadores genéticos que permitan la identificación individual y la realización de
controles de paternidad (Buchanan et al., 1994; Marklund et al., 1994; Sergio et al., 1994;
Vega Pla et al., 1996).
En la actualidad se han empleado con éxito en variados estudios. Un ejemplo es la
taxonomía molecular (Hennequin et al., 2001; Crespi y Fulton, 2004) donde se emplean en
combinación con otros marcadores, por la alta variabilidad y la posibilidad de identificar
ambos alelos en geles de poliacrilamida. Ese elevado polimorfismo los hace muy útiles
para identificaciones individuales, ya que es muy poco probable que dos individuos
elegidos al azar, si son analizados para una serie de estos marcadores, compartan todos
sus alelos. También son útiles para la cartografía genética (Weissenbach et al., 1992),
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
27
sobre todo para la identificación de QTLs (quantitative trait loci), es decir loci que controlan
rasgos de importancia cuantitativa en las especies, como el tamaño, peso, longitud, etc.
(Hospital et al., 1992). Asimismo, han sido empleados en la determinación de la estructura
genética de poblaciones biológicas para evaluar aspectos tales como su variabilidad
genética, evolución, estabilidad, declinación y expansión, distribución geográfica y
temporal, relaciones genéticas entre poblaciones y dentro de ellas (Bowen et al., 2008;
Allendorf y Luickart, 2007 y Robert et al., 2004).
En tortugas marinas, FitzSimmons et al. (1995), realizaron un estudio completo de loci
microsatélites que pudieran encontrarse en estas especies, teniendo como base que el uso
de las secuencias microsatélites en varias especies depende de la conservación de sitios
cebadores dentro de las secuencias que las flanquean -que facilitan la amplificación- y que
se mantienen arreglos repetidos suficientemente largos para promover polimorfismo.
Se observó en estos estudios la conservación de diversos sitios flanqueantes de loci
microsatélites en especies de las dos grandes familias de tortugas marinas, Cheloniidae y
Dermochelyidae, a pesar de la divergencia que sufrieron estas hace 100-150 millones de
años (Weems, 1988). Se llegó a la conclusión que estos loci se han conservado en estas
especies durante más de 300 millones de años de evolución (FitzSimmons et al., 1995).
Estos autores plantean que la magnitud de la conservación de estos sitios en tortugas
marinas representa un periodo evolutivo mayor del que jamás se hubiese encontrado hasta
ese momento y consideran que este grado de conservación es consecuencia de la
aplicación del bajo ritmo de sustituciones de nucleótidos encontrado en ADN mitocondrial
(Bowen et al., 1993) al ADN nuclear. Como resultado de estos estudios se diseñaron seis
pares de oligos para el estudio de los loci microsatélites de seis especies de estas dos
superfamilias, comprobadas en ese momento por los investigadores.
En estudios posteriores otros oligos han sido diseñados para completar el espectro de
especies de la superfamilia de tortugas marinas: Lepidochelys kempii (Kichler et al., 1999),
D. coriacea (Crim et al., 2002) y Lepidochelys olivacea (Aggarwal et al., 2004).
El mayor empleo que han tenido los loci microsatélites como marcadores genéticos en
tortugas marinas ha sido la determinación de la presencia de paternidad múltiple o no en
poblaciones de C. mydas (FitzSimmons, 1998; Ireland et al., 2003), Caretta caretta (Moore
y Ball, 2002), L. olivacea (Hoekert et al., 2002), D. coriacea (Crim et al., 2002) todo lo cual
ha permitido observar en la descendencia de la misma nidada alelos de diferentes
progenitores masculinos. No obstante, este fenómeno no ha sido detectado como regla
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
28
general para la totalidad de las poblaciones (FitzSimmons, 1998), ya que sólo una minoría
de las muestras en estos estudios presenta poliandria.
Para el estudio de la estructura genética poblacional y el flujo mediado por machos entre
poblaciones de C. mydas, Roberts et al. (2004), recogieron un total de 336 muestras de
embriones en 16 áreas de todo el mundo y encontraron que en poblaciones regionales
muy bien definidas el flujo de genes mediante los machos es significativo, aunque se
encuentren maternalmente aisladas.
También FitzSimmons et al. (1997 a y b) recurrieron al empleo de cuatro loci microsatélites
en combinación con otros marcadores genéticos (ADNmt) para determinar la estructuración
genética de poblaciones de C. mydas en Australia. Estos autores encuentran un fuerte
intercambio genético entre ellas en relación a los machos. Para ello recolectaron muestras
de individuos adultos (machos y hembras) en dos zonas separadas y las compararon entre
sí.
Para comprobar el impacto de una sobreexplotación desmesurada en la estructura
genética de poblaciones de C. mydas del Pacífico Oriental, Chassin-Noria et al. (2004)
realizaron estudios utilizando marcadores microsatélites y de ADN mitocondrial (ADNmt) de
123 hembras anidadoras. Ellos encuentran que la disminución del número de individuos en
la población aun no ha causado un impacto reciente en esas poblaciones, lo cual se debe
en mayor medida al lento crecimiento de los juveniles para llegar hasta la adultez.
1.8. Definición de las unidades adecuadas para el manejo.
El declive precipitado de algunas poblaciones de tortuga verde durante los últimos siglos
(Limpus, 1995) ha aumentado la necesidad para descubrir límites geográficos e identificar
poblaciones con independencia demográfica para su manejo.
Entender la escala
geográfica de las colonias demográficamente conectadas versus las independientes es
central para el diagnóstico, dirección y supervisión de estas poblaciones (Moritz 1994;
Bowen y Avise, 1996).
A pesar de décadas de marcación y estudios genéticos, aún no se conoce la escala
geográfica de una población reproductora individual. ¿Se trata de una sola playa, playas
inmediatamente adyacentes, o un archipiélago entero? La resolución de esta pregunta es
esencial para entender cómo las tortugas verdes responden a los cambios en la
disponibilidad de sitios de anidación en el tiempo, por ejemplo cuando se pierden las
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
29
playas de anidación como resultado del incremento en el nivel del mar producto del cambio
climático.
En primer lugar es necesario tener claridad acerca del criterio a considerar para definir las
unidades de conservación. Desde
el punto de vista evolutivo, las unidades con
significación serán aquellas recíprocamente monofiléticas a partir del ADNmt y con
divergencia significativa en las frecuencias alélicas de loci nucleares (Moritz, 1994). Estas
diferencias fueron encontradas con uno o ambos marcadores para todas las colonias
analizadas en este trabajo. Las unidades de conservación, en general, son aquellas
definidas para ayudar al manejo, monitoreo u otros esfuerzos de conservación y para
facilitar la aplicación de leyes que conserven taxa y sus hábitat. (Allendorf y Luickart, 2007).
Según Bowen et al 2005, las unidades de manejo son equivalentes a poblaciones aisladas
y típicamente se caracterizan por cambios en la frecuencia genotípica , así como
diferencias en rasgos demográficos claves, incluyendo estructura de edad, supervivencia,
fecundidad
y
proporción
sexual.
Generalmente,
coinciden
con
las
poblaciones
demográficamente independientes que se definen como aquellas en las que la dinámica
poblacional depende en mayor medida de las tasas de nacimiento y muerte que de la
migración (Allendorf y Luickart, 2007).
Recientemente, se ha manejado el criterio de unidades designables las cuales describen
un estado de conservación de una especie y no necesariamente significación taxonómica,
evolutiva o filogeográfica de cualquiera de sus partes componentes. Este estado está
basado en datos ecológicos, incluyendo información del hábitat, tendencias poblacionales
y amenazas (Green, 2005).
Finalmente, las Unidades de Significación Evolutiva serán aquellas recíprocamente
monofiléticas a partir del ADNmt y con divergencia significativa en las frecuencias alélicas
de loci nucleares (Moritz, 1994). En las tortugas verdes se han propuesto dos ESUs: el
océano atlántico y la región indopacífica (Karl y Bowen 1999).
30
2. MATERIALES Y MÉTODOS.
2.1. Área de estudio.
El área de estudio abarcó las colonias de anidación más importantes del suroccidente de
Cuba según Moncada y Nodarse (1983) (Fig. 1). El seguimiento de las anidaciones fue
realizado en 9 playas situadas en la costa sur de la Península de Guanahacabibes (22o 21o59'N; 84o50' - 84o44'O). Los estudios se realizaron entre los años 1998 al 2008, en los
meses de mayo a septiembre, etapa definida como la temporada de anidación de la tortuga
verde para el Caribe (Márquez, 1996). Cada temporada fue dividida en ocho quincenas
numeradas del I al VIII.
4
5
6
Resguardo
Antonio
3
Perjuicio
Cayuelos
Caleta Larga
C. Piojos
1
2
La Barca
Holandés
Las Canas
Figura 1. Ubicación de las áreas de trabajo (1) Occidente, (2) Centro y (3) oriente de Guanahacabibes,
(4) San Felipe, (5) Isla de la Juventud y (6) Cayo Largo. En rojo, las 5 playas índice de la Península de
Guanahacabibes. En verde, ubicación de la estación meteorológica del Cabo de San Antonio
Se determinó el ancho promedio y longitud de cada playa. Además fueron divididas para su
estudio en tres zonas (A, B, C) y de tres a seis sectores (I, II, III, IV,V y VI) perpendiculares
a la línea costera de acuerdo con su topografía. La zona A va desde la línea de marea alta
hasta donde comienza la primera berma en la franja de arena, la B es a partir de la primera
berma hasta donde comienza la cobertura de vegetación y la zona C incluye toda el área
de vegetación supra-litoral. Los sectores
fueron seleccionados teniendo en cuenta la
existencia o no de accidentes geográficos presentes en la playa que de modo potencial
pudieran obstaculizar el ascenso y selección del sitio de anidación de las tortugas. Se
MATERIALES Y MÉTODOS
31
determinó la pendiente media de cada playa índice a partir de la trigonometría (Fig. 2). La
distancia del punto más alto a la línea de marea alta se determinó con una cinta métrica de
50 metros de largo (precisión de 1 m). La altura se determinó con una cinta métrica de 135
cm de largo (precisión de 1 cm).
a
α
b
tag α = b
a
Figura 2. Cálculo de la pendiente de la playa tomando como medidas la longitud de la recta trazada
desde el punto más alto de la misma (a), hasta la perpendicular que constituye la altura de la playa (b)
medidas con cinta métrica de 50 m y 1,35 cm de longitud respectivamente.
Se caracterizaron además según la energía del oleaje (alta energía: oleaje constante;
mediana energía: poco oleaje; baja energía: mar tranquila), grosor del grano de arena
(arena gruesa: 0.25- 2mm; arena media: 0,05- 0.25 mm y arena fina <0.0500), coloración
de la arena y presencia de barreras arrecifales. También fue determinado el tipo de
vegetación según Borhidi (1996).
2.2. Obtención de los datos ecológicos.
Todos los datos empleados en el trabajo fueron tomados durante la ejecución del Proyecto
Universitario para el Estudio y Conservación de las tortugas marinas en Cuba (Ibarra et al.,
1999; Ibarra et al., 2000), que se lleva a cabo por el Centro de Investigaciones Marinas de
la Universidad de La Habana.
La selección de las playas se llevó a cabo previa consulta con residentes locales sobre las
especies que anidan en la zona, su abundancia y distribución. Posteriormente determinó la
densidad de anidación para seleccionar las playas índices (las de mayor importancia según
los niveles de anidación). Debido a la relativa uniformidad de las playas analizadas, para
determinar la densidad se consideró un área rectangular cuyos lados fueron la longitud de
la playa y el ancho promedio de la franja arenosa. Asimismo, se determinó la relación entre
la longitud de la playa y el número de nidos como medida de abundancia relativa.
Las playas fueron patrulladas durante toda la noche a intervalos de 30 a 45 minutos. Una
vez detectada la hembra ovígera se contó el número de huevos y al concluir el proceso de
oviposición se realizó la medición y marcación del nido y de la hembra. Para la marcación
de las hembras en el área de anidación se utilizaron marcas de acero-iconel estilo 681C
MATERIALES Y MÉTODOS
32
con la serie HV y cuatro dígitos consecutivos comenzando por el 0001. Estas marcas
tienen una garantía de duración de hasta 20 años en el agua salada (Productor: NBTC,
Newport, Kentucky, U.S.A.). El término salidas o emergencias se emplea para referirse a la
emergencia de las tortugas del mar y su ascenso a la playa, ya sea que aniden o no. Del
mismo modo, el término hembras anidadoras se refiere a todas las tortugas que
potencialmente pueden ovipositar durante la temporada de anidación.
2.2.1. Caracterización morfométrica de las hembras.
A las hembras marcadas se les tomaron siete medidas morfométricas (Bolten, 2000). El
largo curvo del carapacho fue medido desde el extremo anterior de la línea media,
correspondiente con el escudo nucal, hasta el borde posterior de las supracaudales,
mientras que el ancho curvo se midió en el primer tercio del carapacho tomando como
extremo el borde de los escudos marginales. El ancho del rastro se tomó transversalmente
de borde a borde de las huellas dejadas por las aletas anteriores. También se midió el largo
y el ancho de la cabeza. Estas cinco medidas fueron tomadas con cinta métrica de 135 cm
de largo, con una precisión de 1 mm. En las playas índice también fue medido el largo y
ancho rectos del carapacho, tomados desde los mismos puntos descritos anteriormente
pero con un pie de rey de 135 cm de largo y de 1 mm de precisión. Además, fue medida la
distancia entre los nidos y la línea de marea alta con una soga con marcas cada un metro y
la profundidad del nido con la cinta métrica de 135 cm de largo y 1 mm de precisión.
2.2.2. Conducta y éxito reproductivo
La conducta de las hembras anidadoras fue analizada a partir de los siguientes aspectos:
selección del sitio de anidación, etapas del proceso de anidación, fidelidad al sitio de
anidación
y la variación espacial y temporal de la anidación. La selección del sitio de
anidación de las hembras fue analizada a partir de la geomorfología de las playas, mediante
la ubicación de cada nido en esquemas de las playas. Estos esquemas fueron divididos en
sectores en función del tamaño y abundancia de obstáculos para el acceso de las tortugas y
en ellos se realizó el conteo del número de nidos y el número de puestas por hembra
anidadora en las distintas zonas y sectores de las playas de anidación. La ubicación de las
puestas sucesivas de cada hembra permitió determinar el nivel de fidelidad al sitio de
anidación a diferentes escalas (dentro de cada sector, entre sectores y entre playas).
Las etapas del proceso de anidación fueron caracterizadas mediante sus tiempos de
ocurrencia. Estos fueron comparados entre sí y entre playas. Por otro lado, el éxito
MATERIALES Y MÉTODOS
33
reproductivo fue medido en términos del éxito de anidación de la hembra y el procentaje de
emergencia de las nidadas.
Posterior a la eclosión de los nidos se procedió a revisar su contenido. Se determinó el
período de incubación y se cuantificó el resto de los descriptores: número de neonatos
vivos, número de deformaciones, número de neonatos muertos al nacer, número de
huevos sin embrión, número de huevos con determinado desarrollo embrionario y número
de huevos y neonatos depredados en el nido. A partir de estos se calcularon los siguientes
indicadores en función de las categorías del contenido del nido que se recomienda para
ser registradas (Miller, 2000):
Número de neonatos vivos
Éxito de emergencia =
Total de huevos
Número de huevos sin embrión evidente
% de huevos sin embrión =
x100
Total de huevos
Número de huevos sin eclosionar con desarrollo embrionario evidente
% de mortalidad embrionaria=
% de depredación en el nido =
Total de huevos
Número de huevos y neonatos depredados en el nido
A
x100
x100
Total de huevos
Número de deformaciones
% de deformaciones =
Total de huevos
x100
Número de neonatos muertos al nacer
% de mortalidad al nacer =
Número de neonatos (muertos al nacer + neonatos vivos)
x100
Los huevos infértiles y los que no presentaron desarrollo embrionario fueron analizados
juntos en la categoría de huevos sin embrión, ya que es difícil diferenciarlos a simple vista
(Miller, 1996). Por esta razón, los porcentajes de infertilidad y mortalidad embrionaria
pueden no expresar con exactitud los fenómenos correspondientes y constituyen
indicadores complejos para su correcta estimación. El tamaño de la nidada y el periodo de
incubación fueron considerados como indicadores adicionales a los calculados.
2.2.3. Factores abióticos
La fase de la luna fue determinada mediante el programa ASTROCAL versión 1.3
(McMullan, 1993). Las mareas fueron determinadas por tablas elaboradas y facilitadas por
MATERIALES Y MÉTODOS
34
el Departamento de Mareas de Geocuba-Geodesia (Anónimo, 2000 al 2004 y 2007). Los
datos de los años 2005 y 2006 no pudieron colectarse porque la estación fue desactivada
por roturas.
Las mediciones de temperatura en el nido se efectuaron empleando un termómetro digital y
cuatro a seis sensores (Digi-sense Thermocouple Thermometer Model No. 8528-20, Coleparmer Instrument Company, error= 0,1ºC) para cada playa. Los sensores fueron colocados
durante la oviposición a un nivel de profundidad en el nido de aproximadamente 20 cm
midiendo desde el tope de los huevos hasta el fondo de la cámara de incubación. Después
que cada uno fue asegurado de manera que no se saliera de su posición inicial, se procedió
a la inmediata medición de la temperatura cada 4 horas comenzando a las 12:00am.
Asimismo, se recopilaron los datos diarios de temperatura y precipitaciones durante los
meses de anidación para los años 2000 al 2007 de la estación meteorológica del Faro del
Cabo de San Antonio perteneciente al Instituto de Meteorología (Fig. 1). De esta última
fuente se obtuvieron todos los datos referidos a ciclones tropicales -tanto tormentas
tropicales como huracanes- que por su trayectoria tuvieron algún impacto en la Península
de Guanahacabibes. Se recopiló información sobre el número y categoría de los ciclones
que afectaron de manera directa (vientos, lluvia y elevación del nivel del mar) o indirecta
(sobre-elevación del nivel del mar) a la Península de Guanahacabibes durante 10
temporadas de trabajo (Anexo 1).
Posteriormente se evaluó el porcentaje de afectación de los nidos en función de los niveles
de penetración del mar y la distribución espacial de los nidos que se encontraban en la
playa en el momento del paso del ciclón.
2.3. Análisis de los datos ecológicos.
Se comprobó el ajuste de los datos a la normalidad mediante la Prueba de KolmogorovSmirnov y la homogeneidad de varianza por la Prueba de Levene. Cuando no fueron
cumplidas estas premisas, los datos de conteos se transformaron a través de
mientras que a las proporciones se les aplicó el arcoseno
X
X ,
y luego se verificó
nuevamente el cumplimiento de las premisas de las pruebas paramétricas. En el caso de
las emergencias y anidaciones por temporada de anidación, del número de salidas por
quincenas, del número de salidas por intervalo de una hora y las frecuencias con que las
hembras anidadoras asumen determinado tipo de trayectoria, que cumplieron las premisas
MATERIALES Y MÉTODOS
35
de la parametricidad, fueron analizadas mediante un ANOVA de clasificación simple y para
las comparaciones múltiples se empleó la prueba de Student-Newman – Keuls (SNK).
Por su parte, a las variables “salidas” (por año, por playas, en función de la hora en que se
produce el pico de marea alta o pleamar más cercano; de los intervalos de una hora con
relación a la pleamar) y a la comparación de los descriptores de anidación en cuanto a los
tiempos de ocurrencia, que no cumplieron con la homogeneidad y la normalidad, se les
aplicó un de Kruskal-Wallis. Para las comparaciones múltiples se empleó la prueba de
Student-Newman-Keuls (SNK) no paramétrica que se realizó en el programa Excel.
Se calculó la correlación paramétrica de las siguientes variables: número de reproductoras
y el número anual de ciclones; salida de las hembras anidadoras y la temperatura
atmosférica; salida de las hembras anidadoras y acumulados diarios de precipitaciones;
media anual del Largo Curvo del Carapacho y el número de nidos por temporada; tamaño
de la nidada y el largo curvo del carapacho; profundidad del nido y el largo curvo del
carapacho de la hembra; profundidad del nido y tamaño de la nidada; relación entre el
período de incubación y fecha de la anidación; temperatura del nido y temperatura
atmosférica.
Todos los análisis se realizaron con nivel de significación de 0.05 en el programa
STATISTICA 6.0 (StatSoft, Inc., 2001).
2.4. Obtención del material biológico para los estudios genéticos.
En total se colectaron 392 muestras de tejido muscular de 50 – 200 g (Tabla 1), tanto de
adultos como embriones, provenientes de 8 áreas de anidación diferentes: Cayo Largo, El
Guanal en la Isla de La Juventud, en Cayo Real (Cayería de San Felipe) y en las playas
Antonio, Perjuicio, La Barca, El Holandés y Caleta de los Piojos de la Península de
Guanahacabibes (Fig. 1). El período de colecta abarcó desde el año 1998 hasta el 2007.
Las playas de la Península de Guanahacabibes se agruparon en tres regiones: oriente
(Antonio y Perjuicio), centro (La Barca y El Holandés) y oriente (Caleta de los Piojos)
tomando en cuenta su disposición a lo largo de la Península así como la distancia entre
ellas. Para el análisis de secuencias del ADNmt se consideró, además, que las muestras
pertenecieran a hembras con marcas físicas diferentes o cuyas fechas de oviposición
difirieran en 10 días o menos para evitar la pseudorreplicación. Las muestras fueron
conservadas en etanol (90 %), a temperatura ambiente.
MATERIALES Y MÉTODOS
36
Tabla 1: Muestras analizadas en el trabajo de laboratorio divididas por sitio de muestreo. Se presenta el
número de productos con calidad en cada paso. El número de amplificaciones es la sumatoria de los
productos obtenidos para el análisis con los 9 loci analizados y para la secuenciación.
Zonas de Colecta
Península de
Guanahacabibes
Oriente
Centro
Occidente
Cayería de San Felipe
Guanal, Isla de la Juventud
Cayo Largo del Sur
Total
Total de
muestras
152
47
112
11
16
44
392
Extracciones
válidas
99
42
45
11
15
40
258
Número de
amplificaciones
690
424
342
90
84
174
1608
Muestras
secuenciadas
66
26
43
11
10
34
190
2.5. Procesamiento de las muestras
2.5.1. Extracción del ADN total
La extracción del ADN genómico se realizó a partir de 30 a 40 mg de tejido muscular
siguiendo el protocolo descrito a continuación, el cual es una modificación de Hillis et al.
(1996):
Se eliminó el etanol y se cortó finamente el tejido, el que se colocó en un tubo Eppendorf
de 1,5 ml y se agregaron 350 μl de tampón de extracción (100 mM NaCl, 50 mM Tris-HCl,
1% SDS, 50 mM EDTA, pH 8,0) y 20 μl de proteinasa K (Promega) a 20 mg/ mL. Se
dejaron incubar en rotador toda la noche a 55oC.
Se agregaron 300 μl de LiCl 5M y se agitó a temperatura ambiental por un minuto. Se
añadieron 600 μl de cloroformo: alcohol isoamílico (24:1) y se mezcló en el rotador a
temperatura ambiente durante 30 minutos aproximadamente. Se centrifugaron a 13,000 X
g por 15 minutos.
Se extrajeron 500 μl de la capa acuosa (parte superior) y posteriormente se transfirieron a
un nuevo tubo Eppendorf de 1,5 mL. Se agregaron 50 μl de NaAc 3 M pH 5,2 y 1000 μl de
etanol al 100% frío con vista a precipitar el ADN. Se invirtió el tubo varias veces y se colocó
en el congelador a -20°C una hora. Posteriormente se centrifugaron a 13,000 X g por 20
minutos. Al terminar se desechó el líquido del tubo con cuidado de no perder el pellet de
ADN.
Se añadieron 750 μl de etanol al 70% y se colocaron los viales en un rotador durante 15
minutos a temperatura ambiente, y se volvió a centrifugar por 5 minutos, para poder
desechar el líquido del tubo con sumo cuidado. Se dejó secar el contenido para evaporar
todo el etanol. Finalmente se resuspendió el ADN en 50 μL de TE 1x a pH 8,0.
MATERIALES Y MÉTODOS
37
2.5.2. Amplificación del ADN mediante la técnica del P.C.R.
El ADN extraído fue amplificado para los loci microsatélites y ADNmt cuyas características
se muestran en la tabla 2.
Tabla 2 Características de los oligos de los marcadores microsatélites y ADNmt utilizados, T h:
Temperatura de hibridación, Tp: Tamaño esperado de los productos de amplificación.
Motivo repetido
Secuencia cebador 5’-3’
Th
Tp (pb)
(oC)
No.
Referencia
alelos
OR-1
(CAAA)16
F: CCCCTTGTGTTCTGAAATCCTATGA
R: CAGGCATAGGGAAAAATCAGAGGTA
50
150–202
1
OR-2
(GT)8GCC(GT)5
F: GCTCCTGCATCACTATTTCCTGTT
R: TGCTGCCCCCACACCCTCTG
55
153–185
7
R:GCACCTTTTCACGTTGTCCACATGT
55
162-174
4
(TC)23
F: GCACTGGTGGGAAAATATTGTTGT
R: GCTGGGCTAATAAAATGTTGTGCA
55
148–166
5
[148, 154]
Ei8
(CA)19
F: ATATGATTAGGCAAGGCTCTCAACAAC
R: AATCTTGAGATTGGCTTAGAAATCAATC
56
170
1
Cm58
(CA)13
F: GCCTGCAGTACACTCGGTATTTAT
R: TCAATGAAAGCGTTAAGACA
48
130-148
8-18
Cm72
(CA)33
F:CTATAAGGAGAAAGCGTTAAGACA
R:CCAAATTAGGATTACACAGCCAAC
58
237-295
28-37
Cm84
(CA)15
F:TGTTTTGACATTAGTCCAGGATTG
R:ATTGTTATAGCCTATTGTTCAGGA
54
325-365
6 -21
Cc117 (CA)17
F:TCTTTAACGTATCTCCTGTAGCTC
R:CAGTAGTGTCAGTTCATTGTTTCA
56
210-270
13-19
LTCM1
H950
CCCAAAACCGGAATCCTAT
GTCTCGGATTTAGGGGTTT
50
745
Marcador Locus
ADN
mt
Microsatélites
OR3
OR-8
Aggarwal et
al., 2004
(TC)9(AC)6GC(AC)2 F:TTGTTTTATTTTTATTGGTCATTTCAG
FitzSimmons
et al., 1995
Abreu-Grobois
(com.per.)
Se amplificaron las regiones caracterizadas por los autores que describen cada oligo
mediante la Reacción en Cadena de la Polimerasa según Mullis et al. (1986). Se
seleccionaron ocho loci para los microsatélites, pues las regiones correspondientes en el
genoma son loci moderadamente variables, útiles para discriminar poblaciones y no
individuos. Los oligos seleccionados para amplificar el ADNmt fueron escogidos porque
definen una región más grande que potencialmente puede mostrar mayor variabilidad.
Se procedió a estandarizar el procedimiento de amplificación de estos loci y se estableció
un programa primario a partir del cual se variaron algunas condiciones principales (Tabla
3). Del mismo modo se estandarizaron las condiciones de la mezcla de amplificación
variando dos elementos: concentración del ADN molde y concentración de cloruro de
magnesio.
MATERIALES Y MÉTODOS
38
Tabla 3. Programa primario de amplificación e intervalo en el que se variaron algunas condiciones en el
programa de amplificación de los loci.
Intervalos de Temperatura y
Etapas
Intervalos de tiempo
número de ciclos
o
Desnaturalización inicial.
94 C
5 min.
Desnaturalización
94 oC
30 seg.
Hibridación
48 – 60 oC
60 – 90 seg.
Extensión
72 oC
60 – 90 seg.
Número de ciclos
35
o
Extensión Final
72 C
5 min.
Tabla 4. Intervalo de variación de algunos de los componentes de la mezcla de amplificación de los loci.
Condiciones de la mezcla
Concentración Mg2+
Concentración ADN
dNTP
oligos
tampón
Taq polimerasa
Volumen final
Intervalo de concentración y
volumen
1,5 – 2,0 mM
0,2 – 20 µM
0,136 mM
0,4 µM
1x
1U
25 µL
2.6. Detección de la presencia de ADN total, productos de PCR y sus alelos
2.6.1. Electroforesis en geles de agarosa
Para estimar la calidad y cantidad de ADN, se realizaron corridas en minigeles de agarosa al
0,8 % (3 μl de ADN y 3 μl de loading buffer, bromofenol azul) sumergido en un tampón TBE
0,5 X (Tris-borato 0,045 mol/L, EDTA 0,002 mol/L) durante 20 minutos a 85 volts. Se
visualizó por exposición a luz UV con previa tinción en Bromuro de Etidio. El límite de
detección de este método está entre los 5 y 300 ng en el gel (Fig. 3).
Ei1
Cm84
Cm72
600pb
Figura 3. Electroforesis en agarosa para determinar la presencia, tamaño y concentración a priori de
productos de extracción. Izquierda: bandas de ADNmt y Derecha: PCR para 3 loci microsatélites de
diferentes tamaños
2.6.2. Secuenciación y alineamiento del ADNmt
Las muestras con buena calidad en la amplificación fueron purificadas y secuenciadas
automáticamente mediante el servicio de la compañía Macrogen de Seúl, Corea del Sur.
Las secuencias fueron alineadas y corroboradas visualmente mediante el programa BioEdit
MATERIALES Y MÉTODOS
39
Sequence Alignment Editor ver. 7.0.5.3 (Hall, 2001). La numeración de los sitios
polimórficos fue realizada tomando como referencia la base 1 de la región de control del
ADNmt (Kumazawa y Nishida, 1999). En los casos en que existió una deleción/ inserción
de más de una base, el sitio polimórfico se identificó con el número correspondiente al
primer nucleótido y se mantuvo el resto de la numeración considerando el cambio como de
una sola base.
2.6.3. Secuenciación y determinación de los alelos en loci microsatélite
Las amplificaciones exitosas de los nueve loci microsatélites fueron desnaturalizadas por
cinco minutos a 95oC con HiDi formamida y un marcador de peso molecular (Liz 500 (-250)
y cuantificados
empleando
un
secuenciador
ABI 3730
(Applied
Biosystems).
Posteriormente se determinaron los alelos mediante el programa Peakscanner (Applied
Biosystems, 2006).
2.7. Análisis de datos genéticos
2.7.1. Diversidad genética
Se caracterizó la diversidad genética de los haplotipos a partir de los índices de H (Nei,
1987) y π (Tajima, 1983; Nei, 1987), y se probó que las mutaciones fueron selectivamente
neutrales a través del las pruebas de Tajima (Tajima, 1989 y 1996) y Fu (Fu, 1997)
mediante el programa dnaSP, versión 4.10 (Rozas et al., 2006).
Para los microsatélites se calcularon las frecuencias alélicas por población, el número de
alelos por locus, el porcentaje de loci polimórficos, los valores de heterocigosidad
observada (Ho) y esperada (He) mediante el programa GenAlEx 6.1 para Excel 2007
(Peakall y Smouse, 2006). El polimorfismo de los loci fue atribuido a aquellos cuyo alelo
más frecuente no excediera el 95%.
2.7.2. Equilibrio de Hardy- Weinberg y Desequilibrio de Ligamiento
El cálculo del equilibrio genético y la heterogeneidad de las frecuencias alélicas y
genotípicas entre poblaciones se realizó por el programa Genetix (Belkhir et al., 2000).
Las desviaciones del equilibrio de Hardy-Weinberg fueron estimadas mediante el
estadístico Fis (Indice de fijación, Wrights, 1978), según
la adecuación de Weir y
Cockerham (1984) para el análisis de varios loci simultáneamente. Este índice es la
correlación entre dos gametos apareados relativo a la subpoblación y brinda una medida
del exceso o déficit de heterocigotos y se calcula según la siguiente fórmula:
MATERIALES Y MÉTODOS
Fis= 1- (Ho/He)=Hs-Hi/Hs
donde
Hi =
Hs =
1
n
n∑
i =1
h
s2
40
2
n
r ∑ pi − pi 2
i =1
h, es la frecuencia promedio del heterocigoto para el i-ésimo alelo
p, es la frecuencia promedio del i-ésimo alelo
s2, es la varianza de la frecuencia del i-ésimo alelo sobre las poblaciones
r, es el número de subpoblaciones
n, número de copias del gen analizado en la i-ésima población
La significación estadística de las desviaciones fue calculada empleando el algoritmo de
las cadenas de Markov. Se determinó además el desequilibrio de ligamiento genotípico
para todos los pares de loci en cada población mediante la prueba exacta de Fisher del
programa Arlequin 3.1 (Excoffier et al. 2006).
2.7.3. Diferenciación y flujo génico
Se compararon las frecuencias génicas y genotípicas entre todas las poblaciones. El nivel
de diferenciación genética entre las localidades, entre temporadas y entre intervalos de
talla del largo curvo de las hembras anidadoras se estimó a través del índice Fst, para
todos los pares de poblaciones empleando las fórmulas de Weir y Cockerham (1984):
Fst = Ht- Hs/ Ht
donde Ht= 2 ( p − p 2 )
Fue calculado además, Rst (Slatkin, 1995), análogo de Fst que utiliza el modelo de
mutación por pasos (SMM), mediante la siguiente fórmula: Rst =
Vep
Vdi + Vei + Vep
donde Vep: varianza entre poblaciones, Vdi: varianza dentro de individuos y Vei: varianza
entre individuos.
El índice Fst fue empleado para calcular el flujo genético entre las diferentes localidades
mediante la siguiente fórmula: Nem = ((1/Fst)-1)/4 donde Ne: es el tamaño efectivo de la
población m: es la tasa de migración. La dirección del flujo fue verificada mediante le
programa MIGRATE 2.0 (Beerli, 2004).
De esta forma, aunque no se disponga del tamaño efectivo de la población ni la tasa de
migración, es posible estimar el flujo como el número absoluto de migrantes (Nem). Se
aplicó la prueba de Paetkau basada en la asignación sobre la base de frecuencias. Para
cada muestra se calcula la frecuencia esperada de cada genotipo por locus, asumiendo
apareamiento al azar, y se determina un valor de probabilidad usando las frecuencias
alélicas de las poblaciones respectivas (GenAlEx 6.1 para Excel 2007, Peakall y Smouse,
MATERIALES Y MÉTODOS
41
2006). Las relaciones genéticas entre las poblaciones analizadas también se evaluaron
mediante la distancia genética de Nei (1978) que se calcula:
D = - log e I Donde I = Jxy/ (JxJy)1/2
donde: Jx: promedio del mínimo de la diferencia de codones entre los alelos en la población x; Jy:
promedio del mínimo de la diferencia de codones entre los alelos en la población y Jxy: promedio del
mínimo de la diferencia de codones entre los alelos de las dos poblaciones.
Estas distancias fueron empleadas para construir árboles según el algoritmo de UPGMA
(Sneath y Sokal, 1973) mediante el Mega 2.1 (Kumar et al., 2001) y también sirvieron para
realizar el análisis de Coordenadas Principales mediante el programa GenAlEx 6.1 para
Excel 2007(Peakall y Smouse, 2006). El grado de diferenciación observado entre pares de
poblaciones fue comprobado mediante un análisis molecular de varianza AMOVA
(Excoffier, 1992, Michalakis y Excoffier, 1996). Los componentes de co-varianza dentro de
individuos, entre ellos y entre poblaciones son utilizados para calcular un análogo de los
índices de fijación de Wright (1978), el valor de φ, a diferentes niveles de jerarquía.
El programa Structure 2.0 (Pritchard y Wen 2003) fue empleado para realizar el
agrupamiento bayesiano de genotipos individuales. Los parámetros considerados fueron el
modelo de mezcla y la opción de frecuencias alélicas correlacionadas entre la poblaciones
según la configuración sugerida por Falush et al. (2003) para el caso de estructura
poblacional sutil. El largo de la corrida inicial y el número de cadenas de Markov fue de 10
000 respectivamente. Se estableció a priori un número de k=13 y se realizaron 20 réplicas
por cada una de las k.
2.7.4. Neutralidad
La neutralidad de las mutaciones detectadas en cada población para el ADNmt fue
verificada mediante los estadísticos D de Tajima (Tajima, 1989 y 1996) y Fs de Fu (Fu,
1997) mediante el programa dnaSP versión 4.10 (Rozas et al., 2006). En los loci
microsatélites se comprobó mediante la prueba de Ewens-Watterson (Ewens, 1972;
Watterson, 1978), a partir de la cual se calculan los índices de autocigosidad observados
en la muestra y se comparan con los esperados bajo las condiciones de neutralidad
selectiva, implementado en el programa ARLEQUIN (Excoffier and Schneider, 2005).
2.7.5. Tamaño poblacional
En el caso del ADN mitocondrial, el tamaño efectivo de la población (Ne) se determinó a
partir de la estimación del parámetro mutacional θ el cual es igual a 2Nm para este
MATERIALES Y MÉTODOS
42
marcador según Watterson (1975). Theta fue calculado según el número de sitios
segregativos y la diversidad nucleotídica, mediante el programa dnaSP, versión 4.10
(Rozas et al., 2006). El cálculo se realizó para cada colonia de anidación teniendo en
cuenta una media de remigración de 3 años (Miller, 1997) y razón de mutación (1,2%),
corregida por el tiempo promedio de vida de una generación. En el caso de los
microsatélites, el tamaño efectivo fue estimado tomando en cuenta el posible ajuste de los
marcadores a dos modelos de mutación fundamentales: el IAM, en cuyo caso el cálculo
sería: 4Ne*u=He/1-He y el SMM según el cual el tamaño efectivo es igual a: 8Ne*u=He/(1He)2 donde He es la heterocigosidad esperada (Goldstein y Schloterer, 1999). Se empleó
una tasa de mutación de 2x10-3 descrita para tortugas marinas por FitzSimmons et al.
(1995).
Se realizaron otras tres estimaciones del tamaño poblacional a partir de los datos
ecológicos. Empleando la marcación física se consideró el total de hembras marcadas y
una estimación mediante el modelo de Jolly-Seber del programa Ecological Methodology
(Kreb, 1999). Por último, se calculó el número de hembras dividiendo el número de nidos
por año por el promedio de anidaciones por hembra (2,5 para Guanahacabibes).
Para analizar la demografía histórica de las poblaciones fue calculada la distribución del
número observado de diferencias entre pares de haplotipos mediante el modelo de
expansión súbita (Rogers y Harpending, 1992). Su significación fue examinada usando la
desviación estándar de la suma de cuadrados entre las desigualdades observadas y
esperadas mediante el programa Arlequin ver. 3.1 (Excoffier et al., 2006) considerando el
intervalo de confianza (IC) para alpha igual a 0,05 (Li, 1977). En el caso de que Theta tomó
valor cero al inicio de la expansión, el tamaño efectivo al inicio de la expansión fue
calculado con el valor medio del IC del estadístico con igual alpha. En el análisis de
expansión demográfica también fue tenida en cuenta la significación de la Prueba de Fu.
43
3. RESULTADOS.
3.1. Estrategia reproductiva de C. mydas y factores que la afectan
3.1.1. Influencia del ambiente en la selección del sitio de anidación
La zona de anidación de Antonio (22o latitud norte y 84o 34’ longitud oeste) tiene una longitud
aproximada de 240 m con un ancho de franja arenosa inicialmente entre 7,4-10,0 m que
aumentó a unos 20 m después de los ciclones, limitada en ambos extremos por diente de
perro. Esta playa presenta rocas aisladas en el rompiente. El extremo superior está delimitado
por vegetación de playa arenosa y una franja de guano de costa (Fig. 4a).
En Perjuicio (21o 54’ latitud norte y 84o 40’ longitud oeste), la zona de anidación es de
aproximadamente 500 m de longitud con ancho variable de 2 m en los extremos y de 30 m
hacia la parte central. Esta playa, que posterior al 2004 perdió toda su franja de vegetación,
se considera de mediana energía, debido a que una barrera arrecifal mitiga el impacto del
oleaje. También presenta rocas aisladas en el rompiente y está limitada en el borde superior
por un farallón de aproximadamente 6-7 m de altura (Fig. 4c).
La Barca (21o 50’ latitud norte y 84o 46’ 00’’ longitud oeste) originalmente tenía 298 m de
longitud, de los cuales 75 m estaban cubiertos por una franja de piedra, luego del 2004 su
longitud se incrementó a cerca de 800m por la deposición de arena. Lo mismo ocurrió con su
ancho máximo que pasó de 16.5 m a más de 100 m en algunas partes. Está caracterizada por
una gran cantidad de rocas de diferentes tamaños que pueden incluso hallarse bajo la arena.
Posee una franja de guano de costa hacia el centro de la playa (Fig. 4d).
El Holandés (21o 49’ latitud norte y 84o 46’ 53’’ longitud oeste) tiene 1020 m de largo total, que
abarcan un caletón de 63 m de longitud, la parte central de la playa con 713 m- de los cuales
hay 119 m cubiertos por una franja de piedra que forma una entrante hacia el mar (en la parte
oriental de este tramo)-, seguida por un farallón intermedio de 76 m y finalmente una playa
más pequeña de 168 m de longitud. Presenta grandes rocas ubicadas en determinados
puntos. El ancho varía de 3 m en la parte más estrecha (hasta donde existe oviposición, ya
que el farallón se encuentra con el mar en el extremo más occidental de la playa y en el
farallón intermedio) y alrededor de 13 m en su parte más ancha. Después del 2004 el ancho
se extiende a 25 m como promedio (Fig. 4e).
La zona de anidación de Caleta de los Piojos (21o 50’ latitud norte y 84o 50’ longitud oeste)
es pequeña en relación a las anteriores, aproximadamente de 100 m de longitud por 9 -15 m
de ancho. Es de forma de herradura y también es de mediana energía, flanqueada en los
extremos por lapiez y en la parte superior por un uveral (Fig. 4b).
b. Caleta de los Piojos
a. Antonio
c. El Perjuicio
e. El Holandés
d. La Barca
Vegetación de Trinax
radiata (Guanal)
Vegetación costera
arbustiva
Rocas dispersas
Farallón o diente de
perro
Arena
Mar
Figura 4. Esquemas de las cinco playas índices de la Península de Guanahacabibes, Cuba.
RESULTADOS
44
Las características más importantes para la anidación de las playas índice y secundarias
se presentan en la tabla 5. Antonio presenta la mayor pendiente media con 6,25o a
diferencia de las otras cuatro cuyos valores se encuentran por debajo de los 5o.
Cualitativamente el grano más grueso se encuentra en las playas Antonio la Barca y Caleta
de los Piojos que coinciden también con la energía. La coloración más oscura es la de
Caleta de los Piojos, la mayoría posee una coloración intermedia mientras Las Canas,
Perjuicio, EL Holandés y Caleta Larga poseen una arena clara.
Tabla 5. Caracterización geomorfológica de las playas estudiadas en la Península de Guanahacabibes,
Cuba. Se destacan en cursiva las playas índices
Pendiente
media (o)
Grosor del
grano de
arena
Coloración
de la arena
Barrera
arrecifal
Energía
-
Fino
clara
no
Baja
Antonio
El Resguardo
Perjuicio
La Barca
El Holandés
6,25
5,50
5,27
5,40
grueso
Mediano
Fino
grueso
Fino
intermedia
intermedia
clara
intermedia
clara
no
no
sí
no
sí
Alta
Mediana
Mediana
Alta
Mediana
C. Piojos
5,94
grueso
oscura
no
Alta
-
Fino
Fino
clara
intermedia
no
no
Mediana
Mediana
Playas
Las Canas
Caleta Larga
Los Cayuelos
Vegetación
distintiva
Trinax
radiata
T. radiata
T. radiata
Coccoloba
uvifera
T. radiata
C. uvifera
La presencia de vegetación influye en la selección del sitio
de anidación ya que la mayoría de las hembras de tortuga
verde busca el inicio de la vegetación para anidar (Fig. 5).
Además de la franja característica de incienso de costa
presente en todas las playas, la zona de anidación de Las
Canas, Antonio, La Barca y Caleta Larga está flanqueada
por una franja de guano de costa (T.radiata) y Caleta de los
Piojos y los Cayuelos presentan uvas caletas (Coccoloba
uvifera).
Al comparar las anidaciones en cada una de las zonas de la
playa (A, B, C) se encuentran diferencias significativas entre
ellas (Fig. 6). En las primeras temporadas evaluadas existió
una marcada diferencia entre las anidaciones por zona, con
una mayor frecuencia en la zona C.
Fig. 5. Tortuga verde anidando en la
zona de vegetación en playa Antonio,
Península de Guanahacabibes
Número de anidaciones
RESULTADOS
400
350
300
250
A
B
C
F (2,12) =4,95
a
200
a
50
0
a
F (2,15) =12,19
b
F (2,13) =8,93
F (2,6) =5,29
b a ab b
1999
b
2000
F (2,9) =4,27
a
150
100
F (2,15) =6,21
a
F (2,11) =5,26
a
2001
a
b
b
b
2003
ab a
F (2,15) =16,19
2004
b
b
2005
a
a
ab
ab
b
F (2,15) =6,96
a
a
a
F (2,15) =4,01
b
2002
45
2006
b
2007
2008
Temporada de anidación
Figura 6. Distribución de las anidaciones por zonas de la playa de la Península de Guanahacabibes
durante las temporadas de 1998 al 2008. Zona A: desde la línea de marea alta hasta donde comienza la
primera berma (3 metros aproximadamente), zona B: a partir de la primera berma hasta donde comienza
la vegetación y la zona C: incluye toda el área de vegetación supra-litoral. Todas las comparaciones de
medias fueron significativas estadísticamente.
La depredación de los huevos y las crías en su camino al mar, no constituye un factor que
afecte de manera significativa el éxito reproductivo de las tortugas marinas en la península
de Guanahacabibes ya que no representa más del 5% de los nidos, excepto en
circunstancias excepcionales. Tal es el caso de los puercos domésticos que han causado
pérdidas superiores al 5 % de los nidos, en Caleta de los Piojos en particular, donde
acceden fácilmente a la playa (Fig.7). La actividad de los cerdos (Sus scropha) es la
responsable del incremento hasta el 7 % de la depredación en el 2002.
Figura 7. Depredación observada en Guanahacabibes (A) por Jubo negro (Tropidophis melanurus)
(B) por cerdo doméstico (Sus scropha), (C) huevos con orificios abiertos por hormigas (Familia
Formicidae) y (D) cangrejo fantasma (Ocypode quadrata).
Las hormigas (Familia Formicidae), larvas de insectos y cangrejos fantasmas (Ocypode
quadrata) son los que más contribuyen a la depredación de los nidos, aunque afectan a
RESULTADOS
46
menos del 3 % de los huevos de cada nido. Por último, se encontraron en dos ocasiones
nidos invadidos por el jubo negro (Tropidophis melanurus).
Otro aspecto relacionado con la depredación es la medida en que afecta a huevos sin
embrión o con desarrollo embrionario. La depredación por cangrejos representa el 55 % de
las afectaciones en los huevos sin embrión, sin embargo, la presencia de larvas de
insectos constituye también el 55 % pero de los huevos con embrión.
Finalmente, las infecciones por hongos y bacterias pueden representar entre un 20 y un 30
% del total de afectaciones en los nidos y tienen frecuencias no tan diferentes en los
huevos con embrión (32 %) y sin él (24 %).
Las anidaciones no se comportaron de manera similar en todas las playas estudiadas. Se
encontró un mayor número de anidaciones por unidad de área y de longitud en las playas
más pequeñas (Fig. 8 y Tabla 6), con excepción de la playa Resguardo que presenta un
bajo número de anidaciones.
Figura 8. Densidad de anidaciones de C. mydas para las nueve playas estudiadas en la Península de
Guanahacabibes, Cuba. Las letras señalan los grupos homogéneos estadísticamente. Entre paréntesis
el tamaño de la muestra.
La organización de las playas en función de estos valores permite clasificar a Antonio,
Perjuicio, La Barca y Caleta de los Piojos como playas índices al ser las de mayores
anidaciones por unidad de medida. Por otra parte, el Holandés, se incluye en esta
categoría por el tiempo de estudio.
RESULTADOS
47
Tabla 6. Número de anidaciones de tortuga verde (C. mydas) por unidad de longitud (m) en cada una de las
playas monitoreadas en la Península de Guanahacabibes. Las playas se encuentran organizadas de mayor
a menor valor de anidaciones. Entre corchetes se encuentran los valores de longitud de cada playa. Se
encuentran subrayadas las playas índice.
C. Piojos [100 m]
Antonio [200 m]
La Barca [300 m]
Perjuicio [500 m]
Canas [800 m]
Holandés [1020 m]
Cayuelos [800 m]
C. Larga [800 m]
1998 1999 2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006 2007
2008
0,15
0,10
0,16
0,06
0,11
0,02
0,02
0,01
2,68
0,74
0,31
0,40
0,11
0,08
0,71
0,35
0,20
0,10
0,05
0,03
0,56
0,17
0,11
0,07
0,01
0,03
0,02
0,02
0,84
0,37
0,23
0,12
0,02
0,01
0,03
0,01
0,66
0,37
0,26
0,18
0,06
0,08
0,04
0,04
1,09
0,24
0,40
0,06
0,05
0,00
0,02
0,03
0,41
0,03
2,13
0,53
0,15
0,19
0,09
0,77
0,37
0,30
0,17
0,09
0,03
0,03
0,07
±
Entre las playas existen diferencias en cuanto a la eficiencia en la anidación. Antonio y
Caleta de los Piojos presentan valores elevados de éxito de anidación, seguidos por La
Barca, pero El Holandés es la playa con valores más bajos. Durante el tiempo de muestreo
también se observan diferencias ya que los años 1998 al 2000 presentan los mayores
valores (Tabla 7). En los años 2002 y 2004 se produjo el menor valor en el éxito de
anidación, aunque entre ambas temporadas existen grandes diferencias en cuanto a las
anidaciones, pues el 2002 fue la temporada más alta.
Tabla 7. Eficiencia en la anidación de tortuga verde (C. mydas) por año en cada una de las playas
índices de la Península de Guanahacabibes, Cuba.
Éxito general/
1998
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
playa
63,36
Antonio
70,59 73,68 75,47 66,67 58,5
60
57,58 50
62,16 58,9
55,36
Perjuicio
50
64,21 83,33 60,4 48,98
50 31,15 51,11 59,04
57,67
Barca
52,17 40,63 44,68 78,33 48,15 81,03 57,81 58,55
47,72
Holandés
60,42
50
34,52 39,29 48,28 54,55 58,02 36,67
63,17
Caleta
60
64,32
50
68,66 52,11 69,64 70,24 62,12 71,43
Éxito
general/año 70,59 61,23 63,32 58,13 53,35 55,74 54,73 57,39 58,25 56,92
En las playas fueron observadas áreas de mayor densidad de anidación (Fig. 9). Esto se
correspondió con el el hecho de que el número de nidos en los diferentes sectores de las
playas presentó diferencias significativas (Fig. 10). El mayor número de salidas en cada
playa corresponde siempre con los sectores exentos de accidentes geográficos, u otros
obstáculos que afectaran la anidación de las hembras anidadoras.
√
0,97±0,51
0,34±0,11
0,23±0,06
0,13±0,07
0,05±0,02
0,04±0,02
0,03±0,01
0,03±0,02
Antonio
Perjuicio
La Barca
El Holandés
Caleta de los Piojos
2000
2002
2004
2006
2007
Figura 9. Ubicación de los nidos en los sectores de las cinco playas índices estudiadas en la Península
de Guanahacabibes. Los colores representan los nidos en diferentes temporadas.
Frecuencia ablsoulta de observaciones
RESULTADOS
a
150
a
120
90
60
48
b
a
30
bc
ab
bc abc
bc
c
0
I
II
III
IV
V
VI
Antonio
bc
c
I
II
III
ab
a
a
a
I
Perjuicio
b
ab
II
III
IV
bc
c
c
IV
b
V
I
Barca
II
III
IV
Holandés
I
II
C. Piojos
Sectores de la playa
Figura 10. Número de nidos de tortuga verde (C. mydas) por sectores de cada playa de anidación en la
Península de Guanahacabibes, Cuba (FAntonio (5,24)=4,71; p=0,003; FPerjuicio (3,20)=9,50; p<0,001; FBarca
(2,20)=5,40; p=0,004; FHolandés (3,16)=10,73; p<0,001; FC.Piojos (2,12)=9,19; p=0,004)
Como parte de la conducta de anidación también se analizó la
profundidad a la que
excavan el nido las tortugas en dependencia de las playas y sus zonas (Tabla 8). No
fueron encontradas diferencias estadísticas para ninguna de las dos categorías analizadas.
Tabla 8. Profundidad del nido (cm) e intervalo de confianza por playas (A) y zonas de la playa (B) para la
población de tortuga verde (C. mydas) que anida en la Península de Guanahacabibes, Cuba. Se incluye
el tamaño de la muestra (N), el coeficiente de variación y los valores mínimo y máximo encontrados.
A
Media±
N
Canas
49,67±4,39
3
Antonio
64,67±4,79
42
Perjuicio
61,88±4,83
25
Barca
54,43±6,21
44
Holandés
45,50±2,55
7
C. Piojos
70,16±6,17
18
CV
Máximo Mínimo
8,83 65,00
6,87 99,00
7,97 93,00
6,67 87,00
5,60 54,00
7,32 128,00
28,00
34,00
36,00
36,00
B
Media±
N
CV
Máximo
Mínimo
A
62,00±31,01
3
41,00
64,74 ± 3,89
96
50,0
7,84
93,00
B
128,00
34,00
C
66,12 ± 3,79
82
7,62
117,00
28,00
34,00
34,00
Se encontraron diferencias entre las playas en cuanto al número promedio de huevos por
nido y al Largo Curvo del Carapacho de las hembras (Fig. 11 y 12).
III
Número de huevos
F(7,1486) = 4,01; p = 0,0002
210
200
190
180
170
160
150
140
130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
ab
(94)
Canas
ab
(254)
b
(216)
ab
(287)
ab
(106)
a
(489)
b
(30)
ab
(20)
Perjuicio
Holandés
C. Larga
Antonio
Barca
C.Piojos
Cayuelos
Mediana
25%-75%
Min-Max
Playas
Figura 11. Promedio del número de huevos por nido de C. mydas para las ocho playas estudiadas en la
Península de Guanahacabibes, Cuba. Entre paréntesis el tamaño de la muestra y las letras iguales
señalan los grupos homogéneos estadísticamente.
F(7,1636) = 2,17, p = 0,03
180
b
(315)
Largo curvo del carapacho (cm)
170
160
150
ab
(362)
140
130
120
ab
(134)
ab
(241)
a
(106)
ab
(407)
ab
(37)
ab
(15)
110
100
90
80
70
60
50
Canas
Perjuicio
Antonio
Holandés
C.Larga
Barca
C. Piojos
Cayuelos
Mediana
25%-75%
Min-Max
Playas
Figura 12. Comparación entre las ocho playas estudiadas en la Península de Guanahacabibes, Cuba del
Largo Curvo del Carapacho de C. mydas. Entre paréntesis el tamaño de la muestra y las letras iguales
señalan los grupos homogéneos estadísticamente.
RESULTADOS
49
3.1.2. Efecto de los eventos meteorológicos en la anidación
A lo largo del período de estudio 9 eventos meteorológicos afectaron de manera directa o
indirecta a la Península de Guanahacabibes, con un impacto variable en el éxito
reproductivo de las tortugas marinas que anidan en esta zona (Tabla 9). Con relación a las
afectaciones a la producción de huevos y neonatos, los años 2004 y 2005, fueron los de
mayor porcentaje a la vez que superaban en ambos casos el 55 % de pérdida de huevos.
Tabla 9. Daños causados a la producción de neonatos de C. mydas luego del impacto de ciclones
durante la temporada reproductiva en la Península de Guanahacabibes, Cuba
Año
Tormentas
2002
2003
2004
Isidore y Lili
Claudette
Charley e Iván
Arlene, Katrina
y Wilma
Dean
2005
2007
Nidos
Huevos
Nidos
Producción
destruidos destruidos eclosionados de huevos
Producción de Porcentaje de
neonatos
pérdida
31
26
81
3019
2 964
9 234
607
168
60
69 198
19 152
6 840
55 358
15 322
5 472
5
13
57
136
15 504
113
12 882
10 306
55
28
3 192
309
35 226
28 181
8
Uno de los impactos más importantes de los ciclones es sobre la selección del sitio de
anidación. Los ciclones, en particular el Iván, causaron transformaciones en la morfología
de las playas y la más importante fue la pérdida parcial o total de la franja de vegetación
(Fig. 13).
A partir del año 2005, luego de la ocurrencia del huracán Iván, se produjo un incremento
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Intervalos de distancia (m)
Figura 13. Distribución de las anidaciones con relación a la línea de marea alta durante las temporadas
2000-2007
>80
75,01-80
70,01-75
65,01-70
60,01-65
55,01-60
50,01-55
45,01-50
40,01-45
36,01-40
33,01-36
30,01-33
27,01-30
24,01-27
21,01-24
18,01-21
15,01-18
12,01-15
9,01-12
6,01-9
3,01-6
2000
2002
2004
2005
2006
2007
0-3
Número de nidos
de las anidaciones en la zona arenosa sin vegetación.
RESULTADOS
50
Figura 14. Neonato de
C. mydas atrapado en
las raíces de Trinax
radiata
Otro efecto de los cambios en
la estructura de las playas fue
el incremento en la frecuencia
de neonatos atrapados en las
raíces
de
las
plantas,
particularmente Trinax radiata
(Fig. 14). Además, incrementó
también el número de huevos
depredados por hormigas.
Se evidencia un cambio importante la distancia recorrida para anidar por las tortugas que
anidaron a partir del 2005 con relación a años anteriores (Fig. 15 y Tabla 10).
Tabla 10. Media, intervalo de confianza (±
la línea de marea alta en las playas índice
Media±
√
√ ) y coeficiente de variación de la distancia de los nidos a
Antes de
Iván
CVA
Después de
Iván
CVB
7,65±0,29
32,23
27,71±2,74
45,14
Perjuicio
8,55±0,56
35,62
12,14±1,99
59,05
La Barca
9,37±0,52
27,80
31,33±4,56
68,50
El Holandés
8,00±0,56
30,46
18,16±3,57
77,69
C. Piojos
7,52±0,52
55,52
17,27±1,47
45,80
Antonio
En años anteriores la máxima distancia recorrida pocas veces superó los 15 metros, en
cambio, a partir del 2005 existen recorridos que superan los 60 metros hasta llegar a un
máximo de 100 metros. Este cambio se refleja diferencialmente en las playas, pues
mientras en algunas el incremento promedio fue de una decena de metros (Perjuicio, El
Holandés y Caleta de los Piojos) en otras superó los 20 metros (Antonio y La Barca).
A pesar de las afectaciones observadas en el éxito reproductivo por el efecto de los
ciclones, no se encuentra una relación significativa entre el total de salidas de las hembras
por año y la frecuencia de ciclones (Fig. 16).
Figura 15. Afectaciones en las playas de la Península de Guanahacabibes por el huracán Iván (2004): A
la izquierda se ejemplifica la pérdida total de la vegetación en playa Perjuicio; a la derecha arriba se
muestra la banda de farallón expuesta por el movimiento de arena en la misma playa y a la derecha
debajo se presenta el incremento en la franja arenosa en playa La Barca. Fotos 2,3 y 4: R. Díaz
rtotal = -0,50, p = 0,20; r(-1) = -0,54, p = 0,20
Número de salidas de reproductoras
1000
Figura 16. Relación entre el número
de salidas de reproductoras y la
actividad ciclónica anual para la
población anidadora de tortuga verde
(C. mydas) de la Península de
Guanahacabibes, Cuba. La línea de
tendencia discontinua incluye a todas
las temporadas, mientras que la
continua, excluye la temporada con
26 ciclones, que fue inusual.
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
8
10
12
14
16
18
20
22
Número de ciclones por año
24
26
28
RESULTADOS
51
Unas de las etapas de mayor vulnerabilidad para el éxito reproductivo son la de desarrollo
embrionario y la fase de emergencia de los neonatos desde las nidadas (Tabla 11). Entre
los indicadores calculados, los porcentajes de anomalías, el porcentaje de huevos con
embrión y la mortalidad de los neonatos al nacer, no mostraron diferencias significativas
entre playas, zonas de las mismas y su interacción.
Tabla 11. Resultados del análisis de los nidos que eclosionaron durante el tiempo de estudio. Se
presentan los valores medios y su intervalo de confianza
X ± tS n
Año
n
% de
Emergencia
% de huevos
con desarrollo
embrionario
1999
5
56,4 ± 34,6
1,2 ± 2,1
9,1 ± 10,4
-
-
53,0 ± 2,4
2000
65
84,9 ± 3,70
3,0 ± 1,7
8,5 ± 2,7
-
1,5 ± 1,3
53,5 ± 1,3
2002
2004
2005
2006
2007
153
11
14
136
119
73,9 ± 3,1
77,7 ± 2,4
71,9 ± 26,1
79,4 ± 24,3
82,7 ± 2 5,1
3,2 ± 0,8
3,2 ± 0,5
9,4 ± 1,7
9,4 ± 2,0
1,2 ± 2,0
13,6 ± 2,6
9,4 ± 1,7
6,6 ± 7,7
2,0 ± 4,4
6,5 ± 10,5
1,0 ± 0,7
0,5 ± 0,1
0,00
6,3 ± 16,9
0,5 ±1,3
7,7 ± 1,6
1,3 ± 0,3
1,9 ± 4,4
2,3 ± 7,1
2,1 ± 4,6
52,5 ± 2,2
53,3 ± 0,4
58,7 ± 2,9
55,6 ± 2,4
55,1 ± 2,7
% de huevos
sin embrión
% de
anomalías
% de
depredación
Período de
incubación
El éxito reproductivo, medido en términos de número de nidos, y el éxito de emergencia de
los neonatos, no fue uniforme (Fig. 17). Se constata un incremento de ambas variables en
la medida en que aumenta la distancia del nido a la línea de marea alta, hasta llegar a un
límite alrededor de los siete metros donde la producción de neonatos se hace máxima.
Pasado este límite, la proporción de neonatos que emergen sigue incrementándose, no así
el número de nidos que comienza a disminuir por lo que se puede decir que el éxito mayor
se alcanza en la franja comprendida entre los 6 y 12 metros de distancia donde la
producción de neonatos supera los 20 000 individuos.
También fue encontrada una relación entre el tamaño de las hembras anidadoras y la
distancia a la cual anidan (Fig. 18). Antes de la ocurrencia de los huracanes, mientras
mayor es la talla de la hembra, mayor es la distancia que recorre, hasta que se llega a los
15 metros hasta donde avanzan las hembras mayores, a partir de esa distancia, la talla de
las hembras comienza a disminuir. Después de los huracanes, este comportamiento es
menos evidente, aunque se observa un incremento en la talla de las hembras alrededor de
los 50 metros de distancia seguida por una reducción.
26000
220
% Supervivencia
24000
200
No. Nidos
22000
180
Producción de neonatos
160
20000
18000
16000
140
14000
120
12000
100
10000
80
8000
60
6000
40
4000
20
2000
0
0
Distancia del nido a la línea de marea alta
Figura 17. Número de anidaciones de hembras de tortuga verde (C. mydas) y emergencias de los neonatos
en función de la distancia a la línea de marea alta a intervalos de 3 metros para la población anidadora de la
Península de Guanahacabibes, Cuba. Los rombos indican en términos de miles de individuos la producción de
neonatos por intervalo de distancia.
Antes
Largo Curvo del Carapacho (cm)
108
Después
107
106
105
104
103
102
101
100
0 a 3 3 a 6 6 a 9 9 a 12 12 a
15
15 a
18
18 a
21
21 a
24
24 a
27
27 a
30
30 a
35
35 a
40
40 a
45
45 a
50
50 a
55
55 a
60
60 a
70
Distancia (m)
Figura 18. Distancia promedio al mar, antes y después del 2004, de los nidos de C. mydas en función
del Largo Curvo del Carapacho de las hembras en la Península de Guanahacabibes, Cuba
Producción de neonatos
Total de huevos y % de Supervivencia
240
RESULTADOS
52
Fueron analizados seis descriptores de la fase final de la incubación como indicadores para
evaluar el éxito reproductivo de las tortugas marinas en función del éxito de eclosión y
viabilidad de los neonatos. Al comparar entre sí los indicadores expresados como
Porcentaje
porcentajes se encuentran diferencias significativas entre ellos (Fig. 19).
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
a
b
c
c
d
d
Emergencia
Muerte embrionaria
Anomalías
Huevos sin embrión
Depredación
Mortalidad al nacer
Mediana
25%-75%
Min-Max
INDICADORES
Figura 19. Comparación entre seis de los indicadores del éxito reproductivo de C. mydas en la Península de
Guanahacabibes, Cuba (F (5, N=1377)= 995,58; p< 0,01). Letras similares indican grupos estadísticamente
homogéneos.
El éxito de emergencia es el de mayor valor y se diferencia significativamente del resto de los
indicadores. Este indicador abarcó alrededor del 75 % del total de la nidada, aunque se
presentaron valores extremos desde el 0 hasta el 100 %. Su valor es inferior al éxito de
eclosión ya que algunos neonatos quedan atrapados en el nido y mueren antes de poder
emerger, el porcentaje de mortalidad por esta causa es bajo, pues solo alrededor del 2 % de
los neonatos logra salir del huevo.
El indicador que le sigue en cuanto a mayor valor promedio es el porcentaje de huevos sin
embrión evidente, que también presenta diferencias significativas con respecto a los otros
indicadores y como ellos fluctuó entre el cero y el 100%, con una media general del 12 %.
Tanto el éxito de emergencia como el porcentaje de huevos sin embrión muestran diferencias
significativas en dependencia de la zona de la playa (F(3,
N=219)=
3,82; p= 0,02 y F(3,
N=219)=
4,28; p= 0,01, respectivamente). En ambos casos estas diferencias se producen entre la zona
cercana a la línea de marea y el resto de la playa. En esta zona contrastan los mayores
valores de huevos sin embrión con los menores valores de éxito de emergencia. Los huevos
donde no se detectó desarrollo embrionario representan para esta zona el 22,3 % respecto al
total de la nidada, a la vez que existe una emergencia tan baja como el 60,3 % de los huevos
en el nido.
RESULTADOS
53
3.2. Estacionalidad de las anidaciones.
3.2.1. Anual.
Mediante la marcación física se determinó el intervalo de remigración para las hembras
anidadoras en Guanahacabibes. El intervalo medio fue de 2,47 años determinado por la
mayor frecuencia de hembras que regresaron a los 2 y 3 años, aunque se registró un
mayor número de remigrantes que regresaron a los 2 años (Fig. 20). Es de destacar la
existencia de 18 hembras que retornaron al año siguiente y el primer avistamiento de una
hembra a los seis años de marcada (2002-2008). Del total de remigrantes, una ha
regresado en cuatro ocasiones a intervalos de dos años. Otras 14 han vuelto en tres años
diferentes a intervalos constantes o mixtos. Las que regresaron a intervalos constantes lo
hicieron cada año (solamente una), cada dos años (2 casos) o cada tres años (4). En
cuanto a los intervalos mixtos, uno fue de uno y tres años mientras que el resto (6 casos)
Frecuencia absoluta de
hembras
fue de dos y tres años.
44
40
36
32
28
24
20
16
12
8
4
0
Media±tS√n=2,47±0,24
1 año
2 años
3 años
4 años
5 años
6 años
Período de remigración
Figura 20. Distribución de frecuencias de los intervalos de remigración de tortuga verde (C. mydas) por
temporada de anidación en la Península de Guanahacabibes, Cuba. Se señala además el intervalo
medio de remigración y su intervalo de confianza
El comportamiento de las emergencias y anidaciones de tortuga verde en la Península de
Guanahacabibes durante once años (Fig. 21) demuestra que en los primeros 5 años se
manifiesta una clara diferenciación entre años consecutivos, con mayor abundancia (>400
salidas) en los años 1998, 2000 y 2002. En contraste, el número de eventos que se
produce en los años 1999 y 2001 no llega a 100. Luego de un descenso de las anidaciones
del 2004, se observa en éstas un incremento gradual desde unas 250 en el 2004 hasta el
2008, cuando se vuelve a observar un número de salidas dentro del intervalo de las dos
temporadas más altas (2000 y 2002). Estas mismas diferencias se evidencian para la
anidación.
Frecuencias absolutas
900
850
800
750
700
650
600
550
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
No. salidas
No. nidos
1998a
1999a
2000a
2001a
2002a
2003a
2004a
2005a
2006a
2007a
2008a
Temporadas
Canas
Antonio
Resguardo
Perjuicio
La Barca
Holandés
C. Piojos
Cayuelos
C. Larga
Eventos Totales
83
11
96
88
147
41
70
15
106
82
95
46
96
213
15
12
3
12
32
6
16
202
94
84
268
49
60
28
71
60
638
96
883
319
19
12
14
11
33
5
36
54
29
56
19
15
258
16
74
0
61
116
11
84
26
6
394
45
74
0
90
128
81
66
28
32
544
72
73
7
83
152
30
77
26
54
574
53
70
47
173+67
58
187
31
44
737
Figura 21. Comportamiento de las emergencias y anidaciones de tortuga verde (C. mydas) por
temporada de anidación en la península de Guanahacabibes, Cuba. Las barras muestran el total de
eventos y anidaciones por temporada y en la tabla el total de eventos para cada playa especificando al
final de cada columna el total anual. Las casillas sombreadas en la tabla significan que no se realizó
seguimiento. Se encuentran subrayadas las cinco playas índices. La barra más clara en 1998 es un valor
estimado del número de salidas incluyendo las playas que no se monitorearon ese año a partir de lo
observado en temporadas similares de anidación mientras que la azul oscura es el valor real observado.
Las líneas azules representan la tendencia de las salidas por temporada durante el ciclo bienal (19982002) y a partir de los años con anidaciones crecientes (2003-2008).
RESULTADOS
54
Desde el comienzo del programa de marcación en el 2001, ha existido un incremento en el
número de hembras marcadas cada año (Fig. 22) con la excepción del año 2002 cuando
fue marcado el mayor número de hembras en correspondencia con la temporada de
anidación más alta dentro de los 10 años de trabajo del proyecto. El número de
remigrantes también ha ido incrementándose respecto a las nuevas, hasta llegar a una
Número de hembras
proporción de 0,32 en la última temporada.
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Las Canas
Antonio
Perjuicio
La Barca
El Holandés
C. Piojos
C. Larga
Los Cayuelos
Remigrantes
0,32
0,23
0,27
0,24
0,12
0,03
0,00
2001
Playas
Nuevas
0,00
N
2002
R
7
N
2003
R
33
48
N
R
16
1
18
4
72
17
2004
2005
Temporada
N
5
8
12
9
6
11
2
6
R
N
4
20
3
26
3
25
2006
R
2
2
3
11
N
10
19
17
27
10
8
5
2007
R
1
14
3
6
2008
N
R
N
R
9
17
16
40
4
10
6
1
2
3
9
9
15
8
49
7
1
15
35
9
4
14
2
1
Figura 22. Número de hembras marcadas y remigrantes durante todas las temporadas desde 2001 en la
Península de Guanahacabibes, Cuba. En cada columna se especifica la proporción entre las tortugas
remigrantes y las nuevas. En la tabla se presentan los valores por playa. N: Nuevas marcas; R:
Remigrantes
Dentro de las variaciones detectadas cada temporada se advierte que las tallas medias de
las hembras observadas por primera vez son menores que las remigrantes (F(1,547)=9,25
p=0,002) como se refleja en la Tabla 12.
Tabla 12. Media del Largo Curvo del Carapacho y el intervalo de confianza para las hembras de tortuga
verde (C. mydas) que anidan por primera vez en la Península de Guanahacabibes, Cuba y las
remigrantes por temporada. t:valor de la t de Student para la muestra; S:varianza de los datos; n:
tamaño de la muestra.
LCC±
Nuevas
Remigrantes
2001
2002
2003
102,1±5,54
104,89±1,14
103,3±2,27
2004
2005
2006
2007
103,72±2,09
103,52±1,34
105,44±1,32
104,55±1,27
107,28±3,22
106,27±1,76
106,00±2,50
108,10±2,27
RESULTADOS
55
3.2.2. Durante la temporada reproductiva
No se encontró una interacción significativa entre las salidas por quincena y las playas (Fig.
23). Sin embargo, existen diferencias en las salidas por quincenas (F(1,6)=5,94364;
p<0,001) y por playas. La frecuencia por quincena en cada playa tiene un máximo en las
quincenas del mes de julio. Sin embargo, debe señalarse la mayor abundancia de salidas
en las primeras quincenas en el caso de las playas más occidentales. En dos de estas
playas (Caleta de los Piojos y Los Cayuelos) se produce el máximo una quincena antes
que en el resto de las playas. De manera excepcional, El Holandés es la única playa donde
Frecuencia Relativa de eventos (%)
el pico se produce en la sexta quincena.
32
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
28
24
20
16
12
8
4
0
Este
Canas
Antonio Resguardo Perjuicio
Barca
Holandés
Caleta
C.
Piojos
C.Larga
Cayuelos
Oeste
Playas
Figura 23. Comportamiento quincenal de las emergencias a la playa de hembras reproductoras de
tortuga verde (C. mydas) dentro de cada temporada de anidación en la Península de Guanahacabibes
para cada una de las playas (B).
Tomando en cuenta la altura de la marea, no se encuentra una relación directa significativa
con el número de salidas de hembras anidadoras, fundamentalmente a inicios y finales de
la temporada cuando las salidas son escasas o nulas. Durante el pico de la anidación, es
decir, a finales de junio y julio, se observa un mayor número de salidas alrededor del
momento en que se produce la mayor altura de la marea (Fig. 24).
25
20
15
salidas
marea
0,40
2000
0,32
0,24
10
0,16
5
0,08
0
0,00
25
2002
0,40
20
0,32
15
0,24
10
0,16
5
0,08
0
0,00
18
15
0,36
0,30
0,24
0,18
0,12
0,06
0,00
2003
12
9
6
3
0
10
2004
8
0,40
0,32
6
0,24
4
0,16
2
0,08
0
0,00
20
2007
15
10
5
8 de sep
12 de sep
16 de sep
31 de ago
4 de sep
15 de ago
19 de ago
23 de ago
27 de ago
3 de ago
7 de ago
11 de ago
22 de jul
26 de jul
30 de jul
18 de jul
6 de jul
10 de jul
14 de jul
28 de jun
2 de jul
24 de jun
4 de jun
8 de jun
12 de jun
16 de jun
20 de jun
27 de may
31 de may
15 de may
19 de may
23 de may
0
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
0,00
Días de la temporada
Figura 24. (Continuación) Comportamiento de las salidas de tortugas en función de la altura de la
marea por temporada. Eje izquierdo: Frecuencia absoluta de hembras (serie roja); Eje derecho: Altura
de la marea en cm (serie azul)
RESULTADOS
56
Se observó una mayor frecuencia de ascensos durante la luna llena que coincide, en su
mayoría con la primera salida de las tortugas a anidar (Fig 25 arriba). Esto se ratifica con
una mayor frecuencia de avistamientos de rastros de reconocimeinto durante la luna llena
(Fig 25 debajo).
Frecuencia abslouta de observaciones
180
Cuarto creciente
Luna llena
Cuarto menguante
Luna nueva
160
140
120
100
80
60
40
20
0
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
Frecuencia de los rastros de
reconocimiento
Número de salidas por hembra por temporada
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Cuarto creciente
Luna llena
Cuarto menguante
Luna nueva
Fases lunares
Figura 25. Arriba: Salida de las hembras anidadoras con relación a la fase lunar tomando en cuenta
cada salida de la hembra a la playa durante la temporada de anidación (I a XIII). Debajo: Dentro de la
primera salida, frecuencia de observación de los rastros de reconocimiento en función de la luna.
Como la mayor frecuencia de tortugas se observa a mediados de la temporada,
generalmente en el mes de julio, es en este período donde se observa el mayor número
de salidas durante la luna llena (Fig. 26).
Número de salidas
120
Luna llena
Cuarto creciente
100
Cuarto menguante
Luna nueva
80
60
40
20
Junio
Julio
Agosto
Junio
1998
Julio
Ago. Junio
Julio
1999
Agosto
Sept.
Junio
Julio
2000
Agosto Mayo
Junio
Julio
2001
Agosto Sept.Mayo
Junio
2002
CM4
CC3
CM3
CC2
CM2
CC1
CM5
CC4
CM4
CC3
CM3
CC2
CM2
CC1
CC4
CM4
CC3
CM3
CC2
CM2
LN5
LL5
LN4
LL4
LN3
LL3
LN2
CM4
CC3
CM3
CC2
CM2
LN4
LL4
LN3
LL3
LN2
LL2
0
Julio Agosto
2003
Mayo
Junio
Julio
2004
Agosto
Mayo
Junio
Julio
2005
Agosto Mayo
Junio
Julio
Agosto Sept. Mayo
Junio
2006
Julio
2007
Agosto
Junio
Julio
LL4
LN3
LL3
LN2
LL2
LN1
LL1
CC4
CM4
CC3
CM3
CC2
CM2
CC1
CM1
LL5
LN4
LL4
LN3
LL3
LN2
LL2
LN1
CM5
CC4
CM4
CC3
CM3
CC2
LL5
LN4
LL4
LN3
LL3
LN2
LL2
LN1
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
LL1
Número de salidas
Fases lunares durante cada temporada reproductiva
Agosto Sept.
2008
Fases lunares durante cada temporada reproductiva
Figura 26. Comportamiento de las salidas de hembras anidadoras en función de las fases lunares a lo largo de cada temporada para la Península
de Guanahacabibes. En rojo se destaca la mayor frecuencia relativa observada
RESULTADOS
57
Se observa un incremento de las salidas de las hembras reproductoras con el aumento de
la temperatura ambiente hasta los 28,0oC (Fig. 27). El mayor número de salidas se
Número de salidas de reproductoras
concentró alrededor de los 27,0 a los 28,5oC.
660
600
540
480
420
360
300
240
180
120
60
0
24,0024,50
24,5125,00
25,0125,50
25,5126,00
26,0126,50
26,5127,00
27,0127,50
27,5128,00
28,0128,50
28,5129,00
29,0129,50
29,5130,00
Intervalos de temperatura (oC)
Figura 27. Salida de las hembras anidadoras en función de la temperatura atmosférica en la
Península de Guanahacabibes, Cuba.
El seguimiento de la temperatura a lo largo del periodo de incubación muestra un aumento
hacia los últimos días de incubación y se mantiene durante el segundo tercio del desarrollo
o período termosensitivo para la diferenciación de los sexos, alrededor o por encima de los
29oC (Fig. 28). Teniendo en cuenta el intervalo de la temperatura pivote que se resalta en
la figura y los valores alcanzados en la mayoría de los nidos durante el periodo
termosensitivo, se estima para los nidos analizados una proporción de sexos sesgada a
favor de las hembras.
Además de la determinación del sexo, la temperatura determina el tiempo que tardan las
nidadas en eclosionar. El período de incubación mostró una relación inversa significativa
tanto con la fecha de oviposición como con la temperatura del ambiente (Fig. 29).
34
33
32
31
30
29
28
27
Temperatura del Nido ( oC)
1er tercio
3er tercio
2do tercio
2004 Nido 1
1er tercio
3er tercio
2do tercio
1er tercio
3er tercio
2do tercio
2004 Nido 2
2006 Nido 1
1er tercio
3er tercio
2do tercio
1er tercio
3er tercio
2do tercio
2006 Nido 3
2007 Nido 1
34
33
32
31
30
29
28
27
1er tercio
3er tercio
2do tercio
2006 Nido 2
34
33
32
Mediana
25%-75%
Intervalo sin puntos
extremos
31
30
29
28
27
1er tercio
3er tercio
2do tercio
2007 Nido 2
1er tercio
3er tercio
2do tercio
2007 Nido 3
Figura 28. Temperatura media durante los días de incubación de los nidos analizados en la península de
Guanahacabibes. El área en rojo se corresponde con la temperatura pivote ± 1°C para la diferenciación
de los sexos: 28 a 30 ºC (Ackerman, 1996); 28,26 ºC (Lutz y Musick, 1997).
Período de Incubación (días)
58
r = -0,53, p = 0,01
57
56
55
54
53
52
51
A
50
28,0
28,5
29,0
29,5
30,0
30,5
31,0
31,5
Temperatura (oC)
r = -0,47, p < 0,001
62
60
58
56
54
52
50
48
46
21 de jul
15 de jul
9 de jul
3 de jul
27 de jun
21 de jun
27 de may
21 de may
15 de may
42
14 de jun
B
8 de jun
44
2 de jun
Período de incubación (días)
64
Fecha
Figura 29. Relación entre el período de incubación y dos factores (A) Temperatura del nido y (B)
Duración de la temporada reproductiva. En rojo, línea de tendencia.
RESULTADOS
Las salidas de las hembras
relación con las precipitaciones
diarias durante el tiempo de estudio
(Fig. 30). Tampoco se encuentra
asociación significativa con los
acumulados mensuales (Fig. 31).
En los años 1998, 1999 y 2006, los
picos de anidación no coinciden con
los acumulados de lluvia pero en el
resto de los años, el pico de las
Número de salidas de hembras anidadoras
26
anidadoras a la playa no tienen
24
r = - 0,07, p = 0,26;
22
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
0
20
40
60
80
100
120
Precipitaciones (mm)
anidaciones coincide con el
momento del mayor promedio
acumulado de lluvias mensuales.
Figura 30. Salida de las hembras anidadoras en función de
los acumulados diarios de precipitaciones en la Península
de Guanahacabibes. En rojo, línea de tendencia.
500
450
450
400
350
No. Salidas
400
Precipitaciones
350
250
250
200
200
150
150
100
100
50
50
0
0
1999
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Meses por temporada de anidación
Figura 31. Salida de las hembras anidadoras de C. mydas en función de los acumulados mensuales de
precipitaciones en la Península de Guanahacabibes.
Precipitación mensual (mm)
300
300
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
Freuencia de salidas de hembras
58
RESULTADOS
59
Fueron observadas frecuencias máximas y equivalentes en los intervalos de 10 y 20 días
entre el primer y último avistamiento de las hembras en las playas (Fig. 32). El máximo
59
57
55
53
51
48
45
43
41
39
37
35
33
31
29
27
25
23
21
19
17
15
13
11
9
7
5
3
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
1
Frecuencia absoltua de
observaciones
tiempo observado entre dos avistamientos fue de 59 días.
Días entre el primer y último avistamiento
Figura 32. Distribución de frecuencias de hembras observadas en las playas respecto al número de días
entre el primer y el último avistamiento.
La eficiencia en la anidación varía durante la temporada. En general, antes del pico de
anidación existe una mayor frecuencia de rastros de reconocimiento y rastros incompletos
Reconocimiento
Incompleto
Completo
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
III
V
VII
III
V
VII
III
V
VII
II
IV
VI
I
III
V
VII
I
III
V
VII
I
III
V
VII
III
V
VII
I
III
V
VII
I
III
V
VII
I
III
V
VII
Frecuencia absoluta de los rastros
(Fig. 33).
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Quincenas por temporada
Figura 33. Proporción de cada tipo de rastro de C. mydas por quincena por año en la península de
Guanahacabibes, Cuba. Los números romanos indican las quincenas
El promedio de huevos por tortuga también se comporta de forma diferente a lo largo de la
temporada de anidación ya que desciende en la medida que esta avanza (Fig. 34).
RESULTADOS
60
Número de huevos por tortuga
200
175
150
125
100
I
II
III
IV
V
VI
75
50
25
0
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
110
120
130
Días por temporada reproductiva
Figura 34. Número de huevos por tortuga en función de los días transcurridos en la temporada y según
el número de puestas de cada tortuga para la Península de Guanahacabibes, Cuba.
3.2.3. Durante la noche
Las salidas en las playas se producen en horas próximas al pico de marea alta más
cercano (Fig. 35), con evidente concentración en las horas anteriores a dicho pico, período
Antes
más de 12
11 a 12
10 a 11
9 a 10
8a9
7a8
6a7
5a6
4a5
3a4
2a3
1a2
menos de 1
menos de 1
1a2
2a3
3a4
4a5
5a6
6a7
7a8
8a9
9 a 10
10 a 11
11 a 12
120
100
80
60
40
20
0
más de 12
No. de observaciones
en el que se produce más del 75 % de las salidas.
Después
Diferencia de horas entre las salidas de tortugas y la pleamar
Figura 35. Salidas de hembras anidadoras de C. mydas con relación a la hora del pico de marea más
cercano en la Península de Guanahacabibes, Cuba.
Las fases lunares también influyen en el momento de la noche en que salen las tortugas a
anidar (Fig. 36). Durante la luna llena, las tortugas salen en las primeras horas de la noche,
similar a lo que ocurre durante el cuarto creciente, aunque más cercano a la media noche.
Durante las otras dos fases, sin embargo, las salidas de tortugas ocurren a horas más
avanzadas. Esto se relaciona directamente con la hora en que se produce la salida de la
luna (Fig. 37) Las hembras salen cuando la luna está fuera o cerca del momento de su
salida con excepción de la luna nueva.
180
Cuarto creciente
Luna llena
Cuarto menguante
Luna nueva
Frecuencia absoluta
160
140
120
100
80
60
40
20
0
20 a 21 a 22 a 23 a 0 a
20:59 21:59 22:59 23:59 0:59
1a
1:59
2a
2:59
3a
3:59
4a
4:59
5a
5:59
6a
6:59
7a
7:59
Intervalos de horario
150
140
130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Antes
Después
Diferencia de horas respecto a la salida de la luna
Figura 37. Número de eventos de anidación con relación a la hora de salida de la luna para la Península
de Guanahacabibes, Cuba.
12:00 a 12:59
11:00 a 11:59
10:00 a 10:59
9:00 a 9:59
8:00 a 8:59
7:00 a 7:59
6:00 a 6:59
5:00 a 5:59
4:00 a 4:59
3:00 a 3:59
2:00 a 2:59
1:00 a 1:59
0:00 a 0:59
0:00 a 0:59
1:00 a 1:59
2:00 a 2:59
3:00 a 3:59
4:00 a 4:59
5:00 a 5:59
6:00 a 6:59
7:00 a 7:59
8:00 a 8:59
9:00 a 9:59
10:00 a 10:59
11:00 a 11:59
Cuarto creciente
Luna llena
Cuarto menguante
Luna nueva
12:00 a 12:59
Número de obarvaciones
Figura 36. Número de eventos de anidación de hembras de C. mydas durante la noche según las fases
lunares en la Península de Guanahacabibes, Cuba.
RESULTADOS
61
Una vez que la tortuga asciende a la playa, el proceso de la anidación transcurre en tres
etapas fundamentales: construcción del nido, oviposición y enmascaramiento de los
huevos. Las tres etapas presentan diferencias significativas en cuanto a su duración (Fig.
38). La mayor duración corresponde al proceso de enmascaramiento del nido (una media
de 40 minutos). Le siguen en duración la construcción y luego la oviposición.
120
a
(174)
Frecuencia absoluta
F (2,468) = 86,88, p<0,0001
100
b
(137)
80
c
(160)
60
40
20
0
Construcción
Mediana
25%-75%
Min-Max
Enmascaramiento
Oviposición
Variables de tiempo de la anidación (min)
Figura 38. Comparación de las etapas de anidación de C. mydas en cuanto a su duración para la
Península de Guanahacabibes, Cuba. Las letras indican grupos homogéneos estadísticamente. Entre
paréntesis el tamaño de la muestra.
Se analizaron las etapas de la anidación entre las playas (Tabla 13). La playa Antonio fue
la que presentó los mayores tiempos en cada una de las etapas mientras que en La Barca
fueron los más bajos, pero la proporción entre todos los tiempos se mantuvo.
Tabla. 13. Etapas de la anidación en las cinco playas analizadas en la Península de Guanahacabibes. El
tiempo se expresa en minutos. Se presenta la media y su intervalo de confianza.
Playas (n)
Duración de las etapas de la anidación en minutos ( X ± tS
n
)
Construcción del nido
Oviposición
Enmascaramiento
Tiempo total
Antonio (21)
37,05±0,99
23,62±1,11
54,19±3,52
114,86±3,78
Perjuicio (13)
35,61±2,49
20,69±1,48
41,57±1,80
93,23±3,13
La Barca (5)
26,00±2,15
17,80±2,83
35,88±4,60
74,40±4,49
El Holandés (8)
33,75±3,47
21,50±1,46
50,12±3,84
105,37±5,31
C. Piojos (38)
25,63±0,54
18,47±0,24
46,03±0,88
90,13±1,14
General (85)
35,00±0,56
20,33±0,19
41,89±0,35
97,22±0,67
RESULTADOS
62
El tiempo que permanecen las tortugas en la playa varía en dependencia del éxito en
completar la anidación (Fig. 39). Las tortugas que salen a reconocer la playa no llegan, en
general, a permanecer más de media hora en la playa. Los rastros incompletos o
anidaciones interrumpidas no demoran, en su mayoría, más de una hora. Finalmente, el
completamiento del proceso de anidación demora en general cerca de dos horas pero
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
más de 6:30
6:00 a 6:29
5:30 a 5:59
5:00 a 5:29
4:30 a 4:59
4:00 a 4:29
3:30 a 3:59
3:00 a 3:29
2:30 a 2:59
2:00 a 2:29
1:30 a 1:59
1:00 a 1:29
0:30 a 0:59
Completo
Incompleto
Reconocimiento
0:00 a 0:29
Frecuencia arelativa (%)
algunas tortugas pueden permanecer más seis horas en la playa.
Tiempo (min)
Figura 39. Tiempo de permanencia de las hembras de C. mydas en la playa en función del tipo de rastro
para la Península de Guanahacabibes, Cuba.
3.3. Características de las hembras anidadoras.
Existen diferencias significativas en la frecuencia relativa de los intervalos de Largo Curvo
del Carapacho (H(11, 120) =103,01 p <0,01) (Fig. 40). El 60 % de las hembras se encuentra
dentro de los intervalos de tallas de 100,1-105 y 105,1-110 cm de Largo Curvo del
Carapacho. El intervalo de 100,1-105 cm, que incluye a la media poblacional de 104,49 cm,
es el más frecuente en los años 2000 al 2002, 2004 y 2005, mientras que el intervalo de
105,1 -110 cm fue el más frecuente en el resto lo que determina las diferencias
encontradas en las medias anuales (F(9,1634) = 1,89, p = 0,049) (Fig. 41). El intervalo de
95,1-100 cm fue igualmente abundante en el año 1998.
550
500
509
Frecuencia absoluta
450
480
400
350
300
250
306
200
150
100
50
0
4
5
<70
156
31
70
70,1 a 8085,1 a 90 90,1 a 95 95,1 a
100
100,1 a
105
105,1 a
110
110,1 a
115
65
14
115,1 a
120
121 a
130
3
131 a
140
1
151 a
160
Largo Curvo del Carapacho (cm)
Largo Curvo del Carapacho (cm)
Figura 40. Distribución de frecuencias del Largo Curvo del Carapacho para la hembras anidadoras de
tortuga verde (C. mydas) de la Península de Guanahacabibes, Cuba. En cada columna se indica el
número de tortugas
160
155
150
145
140
135
130
125
120
115
110
105
100
95
90
85
80
75
70
65
60
F(10,1774) = 1,78; p = 0,049
ab
(51)
1998a
1998
b
(35)
1999a
1999
ab
(316)
ab
(32)
2000a
2000
2001a
2001
Mediana
25%-75%
ab
(353)
a
(137)
a
(89)
b
(156)
2002a 2003
2003a 2004
2004a 2005
2005a
2002
a
(226)
Min-Max
a
(249)
a
(130)
2006a 2007
2007a 2008
2008a
2006
Temporadas
Figura 41. Valor medio anual del Largo Curvo del Carapacho para la población anidadora de tortuga
verde (C. mydas) de la Península de Guanahacabibes. Las letras indican los grupos homogéneos
estadísticamente. Entre paréntesis el tamaño de la muestra.
RESULTADOS
63
En la tabla 14 se encuentran resumidas las medias del resto de las variables morfométricas
analizadas. Resalta la similitud entre los valores del Largo Curvo del Carapacho y el ancho
del rastro. Los rasgos redondeados de la cabeza de la especie estudiada se reflejan en la
semejanza de los valores medios de largo y ancho encontrados.
Tabla 14. Media de las medidas morfométricas y el intervalo de confianza para la población de tortuga
verde (C. mydas) que anida en la Península de Guanahacabibes. Se incluye también el tamaño de la
muestra (N) así como los valores mínimo y máximo encontrados.
Medidas (cm)
N
Largo Curvo del Carapacho
Largo Recto del Carapacho
Ancho Curvo del Carapacho
Ancho Recto del Carapacho
Ancho del Rastro
Largo de la Cabeza
Ancho de la Cabeza
Media±
1644
1079
1643
1072
2161
265
67
√
Mínimo
104,49±0,35
95,64±0,43
92,95±0,38
73,57±0,42
107±0,58
19,6±0,35
15,54±0,88
48,00
34,00
41,00
32,00
32,00
14,00
10,00
Máximo
162,00
128,00
120,00
110,00
164,00
32,00
25,00
Se determinó la ecuación de regresión entre las cuatro medidas morfométricas del
carapacho
analizadas
(Tabla
15).
Todas
las
regresiones
fueron
positivas
y
estadísticamente significativas. El mayor porcentaje de la variación de la variable X descrito
por cada una de las ecuaciones fue del 62 % para el caso de la predicción del LRC a partir
del LCC, mientras que la de menor predictibilidad es la ecuación que relaciona el LCC con
el ARC con solamente el 20% de la variación descrita mediante la ecuación de regresión.
Se destaca el valor similar del coeficiente de determinación (R2) para las ecuaciones que
relacionan a LRC con los valores recto y curvo del ancho.
Tabla 15. Resultados del ANOVA y ecuaciones de regresión entre las cuatro medidas morfométricas
tomadas a ovígeras de tortuga verde (C. mydas) en áreas de anidación de la Península de
Guanahacabibes
Largo Recto del
Carapacho
Largo Recto del
Carapacho
Largo Curvo del
Carapacho
F(1,140)= 221,58; R²= 0,62;
p<0,05 y=5,74 + 0,78x
Ancho Curvo del
Carapacho
F(1,179)= 134,11; R²= 0,43;
p<0,05 y=14,20 + 0,65x
F(1,140)= 64,07; R²= 0,31;
p<0,05 y=33,08 + 0,56x
Ancho Recto del
Carapacho
F(1,138)= 35,21; R²= 0,20;
p<0,05 y=12,47 + 0,45x
F(1,141)= 64,92; R²= 0,31;
p<0,05 y=10,71 + 0,56x
Ancho Curvo del
Carapacho
F(1,138)= 67,45;R²= 0,32;
p<0,05 y=17,94 +0,57x
El tamaño medio de la nidada para la población de tortuga verde que anida en la Península
de Guanahacabibes es de 112,5, aunque fueron encontrados algunos valores extremos
bien distantes de la media desde un mínimo de 6 huevos hasta un máximo de 192.
RESULTADOS
64
Se encontró una asociación positiva y significativa entre el LCC y el tamaño de la nidada
para las tres primeras puestas de las tortugas (Fig. 42A), en las cuales el coeficiente de
correlación oscila entre 0,33 y 0,46. Para las otras tres salidas, los valores no fueron
significativos, el valor de la potencia en estos casos fue menor a 0,1.
Al analizar el
comportamiento del tamaño medio de la nidada en función de los intervalos de talla,
también se observa un incremento de éste con el aumento de la talla (Fig. 42B) aunque el
incremento es mucho más marcado en los primeros intervalos y luego se vuelve asintótico.
A
I: r2 = 0,15;r = 0,39, p = 0,001;II: r2 = 0,11;r = 0,33,p = 0,05;
2
2
2
2
III: r = 0,21;r = 0,46,p = 0,01;IV: r = 0,16;r =0,40, p = 0,09;
V: r = 0,19;r = 0,44, p = 0,19;VI: r = 1,00;r = 1,00, p = 1,00
160
140
120
20
40
60
+ 6,
54x
581,0
9
40
I
II
III
IV
V
VI
y=-
60
+3
,19
x
80
0x
+ 0 ,6 x
9 ,8 8 + 0,74
4
=
y
19
30,
8x x
y=
0,8 ,3 4
+
1
,40 3 +
15
9
=
,
y
3
-2
=
y
-22
4,7
4
100
y=
Número de huevos
180
80
100
120
140
160
180
Largo Curvo del Carapacho (cm)
H (7,1106) = 93,38; p< 0,001
200
Tamaño de la nidada
180
160
140
120
b
(2)
ab
(4)
ab
(22)
ab
(267)
a
(676)
a
(147)
B
a
(3)
a
(5)
100
80
60
40
Mediana
20
Min-Max
0
61-70
71-80
81-90
91-100
101-110
111-120
121-130
131-140
Clases de Tallas del LCC (cm)
Figura 42. Relación entre el tamaño de la nidada y el Largo Curvo del Carapacho de la hembra. A:
Correlación entre las dos variables B: Número de huevos por intervalos de talla de 10 cm considerando
el Largo Curvo del Carapacho de las hembras anidadoras de C. mydas de la Península de
Guanahacabibes, Cuba. Las letras indican los grupos homogéneos estadísticamente. Entre paréntesis el
tamaño de la muestra.
RESULTADOS
65
La profundidad del nido no se relacionó de manera significativa con el tamaño de las
hembras anidadoras expresado a través del Largo Curvo del Carapacho (Fig. 43A) y
tampoco determinó el tamaño de la nidada (Fig 43B).
r = 0,10, p = 0,44; Potencia= 0,11
r = 0,10, p = 0,43; Potencia= 0,25
90
180
A
Número de huevos (N.H.)
Profundidad del nido (cm)
100
80
70
60
50
40
30
92
94
96
98
100
102
104
106
108
110
112
114
116
118
120
122
160
B
140
120
100
80
60
40
30
40
Largo Curvo del Carapacho (cm)
50
60
70
80
Profundidad (cm)
Figura 43. Relación entre la profundidad del nido y el Largo Curvo del Carapacho de la hembra. (A) y
con el tamaño de la nidada (B) para la población anidadora de tortuga verde (C. mydas) de la Península
de Guanahacabibes, Cuba.
El número medio de intentos de anidación y anidaciones efectivas es similar (Tabla 16) lo
cual se corresponde con el predominio de tortugas que fueron observadas solamente una
vez durante la temporada de anidación (Fig. 44). No obstante, existen diferencias en los
máximos de tortugas que ascienden a la playa y las que concluyen con éxito la anidación.
Tabla 16. Número medio de intentos de anidación y anidaciones efectivas para cada temporada de
anidación desde el 2001 en la Península de Guanahacabibes, Cuba. También se presentan los valores
máximo y los límites de confianza (±tS√ )
2001
Media± tS√ 1,54±0,72
No. de intentos/ (n)
(11)
hembra
máximo
4
No. de nidos/
hembra
Media± tS√ 1,5±0,64
(n)
(8)
máximo
3
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2,39±0,32
(172)
13
2,62±0,61 1,91±0,37 1,42±0,14 2,19±0,34 1,99±0,26
(34)
(66)
(94)
(110)
(126)
6
8
4
11
7
1,94±0,22
(158)
6
2,22±0,49 1,60±0,23 1,40±0,15 1,81±0,21 1,76±0,22
(32)
(62)
(83)
(100)
(116)
5
4
4
5
6
Se destacan, en particular, los años 2002, 2004 y 2006 en los que son mayores las
diferencias entre los intentos de anidación y el número de nidos por hembra. El máximo
número de salidas por hembra fue observado en el año 2002 (13) y coincide con el mayor
número de anidaciones (6) aunque un número similar de anidaciones se encuentra en el
año 2007 a pesar del menor número de intentos por hembra.
90
Frecuencia absoluta
RESULTADOS
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
66
Salidas
Nidos
I
III
2001a
I
III
V VII IX XI XIII II
2002a
IV VI
2003a
II
IV VI VIII II
2004a
IV
2005a
II
IV VI VIII X
2006a
I
III
V VII
2007a
Salidas/tortuga/año
Figura 42. Distribución de frecuencia de los intentos de anidación y anidaciones efectivas por tortuga
para la Península de Guanahacabibes, Cuba, en las temporadas del 2001 al 2007.
3.4. Fidelidad al sitio de anidación
Se determinó el grado de fidelidad al sitio de anidación de todas las hembras marcadas
dentro y entre las temporadas de anidación (Fig. 45). De las 1652 observaciones de
hembras marcadas, 692 fueron en más de una ocasión. Solamente 44 de 692 anidaron en
más de una playa durante una misma temporada lo que representa el 6,3 % del total. El 99
% de estos movimientos se realizó a distancias menores de 25 km y el 80% a distancias
menores de 15 km. De las 113 remigrantes observadas, 12 regresaron a una playa
diferente, es decir, el 10,6 %, el 70% de estas observaciones se produjeron después del
impacto del huracán Iván.
Los movimientos dentro de la Península fueron más frecuentes en la dirección Oeste-Este.
La mayoría de los desplazamientos en la dirección opuesta ocurrieron durante el mes de
julio. Antonio (14) y La Barca (13) presentaron el mayor número de desplazamientos de
hembras a otras playas. La relación entre la dirección del rastro y el éxito de la anidación
mostró dos rasgos importantes: que sobresale el valor de frecuencia de los rastros en
dirección este-oeste respecto a los otros tipos de rastro y que no se observan los rastros
rectos en la categoría de reconocimiento (Fig. 46A).
Distancia (km) Este-Oeste
1
2
6
7
8
13
15
17
18
21
28
40
Total general
Distancia (km)
7
1
20
Este-Oeste Oeste-Este
9
1
11
Mes
E-O
O-E
junio
3
16
1
20
11
10
3
24
julio
agosto
Total general
A
1
1
3
1
24
2
2
B
4
3
25
1
40
Total
3
2
1
2
2
1
7
6
8
15
Oeste-Este
1
3
1
6
6
Figura 45. Desplazamientos de hembras marcadas de tortuga verde desde la playa donde fueron
marcadas hacia otras playas de la Península de Guanahacabibes dentro de la temporada de anidación
(A) y entre temporadas (B). El número sobre cada trayectoria representa el número de tortugas que las
siguieron. El color de las trayectorias coincide con la playa de origen. En las tablas se presentan las
frecuencias absolutas de desplazamientos en dependencia de la distancia recorrida y la dirección
seguida. Se presenta también la dirección de los desplazamientos por mes.
RESULTADOS
67
De la misma forma, existe una desproporción entre los rastros de este a oeste con relación
al resto para el caso de la primera salida de la tortuga (Fig 46B). De la segunda salida de la
Este-Oeste
Oeste-Este
Recto
A
80
No. de hembras
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
B
Este-Oeste
Oeste-Este
Recto
V
VI
70
60
50
40
30
20
10
0
Completo
Incompleto
I
Reconocimiento
II
III
IV
VII
No. de salida/tortuga
Tipo de rastro
Figura 46. Distribución de frecuencia de la dirección de los rastros de las hembras anidadoras en
dependencia del tipo de rastro (A) y el número de intentos de anidación (B) para la población anidadora
de Tortuga Verde en la Península de Guanahacabibes, Cuba.
A escala local, se determinó la preferencia de las tortugas por anidar en el mismo sector de
la playa (Fig. 47). El 52,58 % de las tortugas analizadas anidó en el mismo sector de la
playa. Otro 40,53 % lo hizo en un sector diferente, de las cuales la mitad lo hizo en un
sector adyacente al primero.
Frecuencia relativa (%)
No. de hembras
tortuga en adelante existe mayor proporción entre ambas direcciones.
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Otra playa
Otro sector
Mismo sector
II
III
IV
V
Mismo año
Número de salida
VI
I
Otro año
Figura 47. Fidelidad de hembras marcadas de C. mydas a los sectores de la playa donde fueron
marcadas y desplazamientos hacia otras playas de la Península de Guanahacabibes, Cuba, dentro de la
temporada de anidación y entre temporadas.
RESULTADOS
68
3.5. Características genéticas de las poblaciones
La secuencia parcial estudiada de 742 pb de la región control del ADNmt, involucra 14
sitios polimórficos (Tabla 17).
Tabla 17. Sitios polimórficos de secuencias parciales (742 pb) de la región de control del ADNmt de C.
mydas, determinados en la muestra de colonias anidadoras de la región suroccidental de la plataforma
cubana. En negrita y color rojo se resaltan los sitios segregativos. El símbolo de (+) representa una
adición de 6pb (CAATGG).
Haplotipos: CM-A1 – 3 (Allard et al., 1994); CM-A12-18 (Encalada et al., 1996); CM-A27 y 28 (Bjorndal y Bolten, inscritos en el
GenBank 2001); A34 (Bjorndal y Bolten, inscrita en base de datos del Centro “Archie Carr”); CM-A48, 56 y 57 (Espinosa et al.,
inscritos en el GenBank 2003). A partir de los polimorfismos encontrados en el sitio 693 por la extensión del tramo de secuencia, se
subdividieron los haplotipos originales en .1 y .2
96
133
149
250
272
284
367
371
410
431
433
470
493
693
CM-A1.1
CM-A1.2
CM-A3.1
CM-A3.2
CM-A12
CM-A13.1
CM-A13.2
CM-A18.1
CM-A18.2
CM-A27.1
CM-A27.2
CM-A28
CM-A34
CM-A48.1
CM-A48.2
CM-A56
CM-A57
N
93
Sitios polimórficos
Haplotipo
23
10
78
4
1
7
3
3
1
25
1
2
2
35
2
1
1
C
C
T
T
C
C
C
C
C
C
C
T
C
C
C
C
T
A
A
A
A
G
A
A
G
G
A
A
A
A
A
A
A
A
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
A
A
G
G
G
G
G
A
G
G
A
A
T
T
T
T
C
C
C
T
T
C
C
C
C
T
T
T
T
C
C
C
C
T
C
C
C
C
C
C
C
C
C
C
C
C
T
T
T
T
G
T
T
T
T
T
T
T
T
T
T
T
T
G
G
G
G
A
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
A
G
G
G
G
T
T
T
T
C
T
T
T
T
T
T
T
T
T
T
T
T
A
A
A
A
G
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
G
G
G
G
A
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
G
+
+
-
A
A
A
A
G
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
A
Estos se descomponen en 11 transiciones, 1 transversión y 2 inserciones/ deleciones. Seis
de los haplotipos encontrados se subdividen en 2 variantes genéticas nuevas a partir de los
cambios observados en el sitio 693, que involucra un indel de A, por lo que el total de
variantes asciende a 17 en áreas de anidación y las variantes CM-A16 y CM-A20 de áreas
de alimentación (Anexo 7). Con la excepción del haplotipo CM-A1, el resto de los
haplotipos subdivididos tuvo una variante mucho más abundante que la otra.
Existe una gran interrelación entre los haplotipos encontrados en el presente estudio, como
se observa en el dendrograma no enraizado de máxima parsimonia elaborado (Fig. 48). La
diferencia entre la mayoría de los haplotipos es solamente de un cambio y de tipo
transicional. Solamente en los casos de CM-A18.2 a CM-A48.2 existen dos cambios de
diferencia y en el caso de CM-A27 a CM-A12 se constatan siete cambios. Las inserciones
consisten en la adición de seis pares de bases (CAATGG) y de una adenina
respectivamente.
Figura 48. Red de parsimonia estadística tomando en cuenta los haplotipos encontrados en sitios de
anidación de Cuba. Las flechas se emplean para señalar la dirección considerada para especificar los
cambios entre los haplotipos.
RESULTADOS
Los nueve loci microsatélites analizados tuvieron una variabilidad
mínimo de 4 alelos hasta un máximo de 17 (Fig. 49).
69
que varió desde un
En las poblaciones de
Guanahacabibes y Cayo Largo el número promedio de alelos fue superior a 10, mientras
que en San Felipe fue menor con 5,4 alelos como promedio.
En los loci Cm84, OR2 y OR3 los alelos intermedios fueron más abundantes, en Ei8 y
OR1 fueron los alelos pequeños y finalmente en Cc117 predominaron los alelos con un
gran número de repeticiones y predominó la distribución unimodal (Fig. 49). En Cm58 y
OR8 la distribución fue bimodal, con mayor frecuencia de los alelos pequeños e
intermedios.
Los loci OR1, OR2, OR3 y CM58 fueron selectivamente neutrales en todas las poblaciones
(Anexo 2). Los loci Ei8, Or8 y CM84 tuvieron algunas poblaciones alejadas de la
neutralidad y en el caso de Cc117 esto último ocurrió en todas prácticamente todas las
poblaciones por lo que fue excluido en los análisis de diferenciación.
Del análisis efectuado a las 199 muestras de C. mydas provenientes de 6 sitios de
anidación dentro de la plataforma cubana, fueron encontrados 17 haplotipos (Fig. 50 y
Tabla 18).
Tabla 18. Distribución de haplotipos de secuencias parciales (742 pb) de la región de control del mtDNA
de C. mydas, en áreas de anidación del suroccidente de Cuba.
Nota: Haplotipos CM-A1 – 3 (Allard et al., 1994); CM-A12-18 (Encalada et al., 1996) ; CM-A27, 28 y 34 (Bjorndal y Bolten,
inscritos en el GenBank 2001); CM-A48, 56 y 57 (Espinosa et al., inscritos en el GenBank 2003)
San Felipe
La Isla
Cayo Largo
1
2
1
1
2
1
1
1
13
1
12
1
5
5
3
2
21
5
16
1
1
1
2
4
1
1
2
1
2
1
1
1
1
1
CM-A57
24
5
19
1
1
CM-A56
6
5
1
1
1
7
1
CM-A48.2
2
CM-A48.1
1
2
1
1
CM-A34
CM-A13.2
1
CM-A28
CM-A13.1
2
CM-A27.2
CM-A12
2
10
10
CM-A27.1
CM-A3.2
2
2
2
8
1
32
CM-A18.2
CM-A3.1
16
4
3
1
3
3
CM-A18.1
CM-A1.2
Guanahacabibes
Localidad
Caleta de los Piojos
Centro
La Barca
El Holandés
Oriente
Perjuicio
Antonio
Las Canas
CM-A1.1
Haplotipos
1
1
N
42
26
21
5
73
17
56
3
11
10
34
Occidente
Centro
Antonio
Perjuicio
San Felipe
Isla
cayo largo
0,60
0,40
0,20
102,30 (66) p(a)=0,02
Frecuencia relativa
Frecuencia relativa
0,80
0,00
124
128
136
152
164
166
0,40
0,35
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
198,37 (90) p(a)=0,00
180
112
150
154
156
160
164
OR1
166,07 (54) p(a)=0,00
0,40
0,30
0,20
0,10
0,00
132
152
156
160
166
170
1,00
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
0,00
178
180
178
97,89 (42) p(a)=0,00
123
125
OR3
Frecuencia relativa
172
OR2
Frecuencia relativa
Frecuencia relativa
0,50
168
133
135
Ei8
0,40
0,35
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
198,98 (114) p(a)=0,00
128
130
134
136
142
144
146
150
152
154
156
158
160
162
164
166
Frecuencia relativa
OR8
0,35
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
173,56 (132) p(a)=0,01
36
62
130
132
134
144
148
150
152
154
156
158
cm58
Figura 49. Frecuencias alélicas de los ocho loci analizados para las siete poblaciones de anidación
de la región occidental del Archipiélago cubano. Se muestra el valor de Chi-cuadrado calculado para
comparar las frecuencias alélicas entre playas.
160
188
Frecuencia relativa
0,40
0,35
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
354.07 (162) p(a)=0,00
128
134
136
138
144
166
174
230
232
234
236
240
242
244
264
270
288
Frecuencia relativa
CM72
0,40
398.15 (138) p(a)=0,00
0,30
0,20
0,10
0,00
300
310
322
324
326
328
330
332
334
336
338
340
342
344
346
CM84
Figura 49. (Cont.) Frecuencias alélicas de los nueve loci analizados para las seis poblaciones de
anidación de la región occidental del archipiélago cubano. Se muestra el valor de Chi-cuadrado
calculado para comparar las frecuencias alélicas entre playas.
Centro
A48.2
A48
A3.1
A56 A57
A1.1
Oriente
A1.1
A48.2 A1.2
A48
A18
A3.2
A3.2
A3.1 A28
A1.2
A13.1
A27 A18
Occidente
A48
A1.1
A27
A3.1
A1.2
A13.1
A27.2
A12
A27 A13.2
A28
San Felipe
A48.2
A48
A3.1
Isla. Guanal
A3.2 A27
A34
A3.1
A27
Cayo Largo
A13.1
A3.1
A13.2
Figura 50. Distribución y frecuencia relativa de los haplotipos de C. mydas en las áreas de anidación de
la plataforma suroccidental.
348
RESULTADOS
70
Los haplotipos encontrados se distribuyen diferencialmente entre las áreas de anidación
(Fig. 50). Se observan gradientes longitudinales en la frecuencia de los haplotipos más
abundantes. Los haplotipos CM-A3.1, CM-A1.2, CM-A13.1 y CM-A48.2 incrementan su
frecuencia de las colonias occidentales hacia las orientales, y lo inverso ocurre con el CMA27. La Isla de la Juventud presenta un haplotipo exclusivo, el CM-A34. El haplotipo CMA48, el endémico mejor representado de la región suroccidental de Cuba, se distribuye en
frecuencias similares entre las playas de Guanahacabibes y San Felipe, aunque no se
observa en la Isla de la Juventud ni en Cayo Largo.
A pesar de que la región occidental de Guanahacabibes posee el mayor número de
haplotipos (13 considerando las nuevas variantes), cuatro de ellos considerados
exclusivos, y un haplotipo del linaje del Atlántico Sur, los mayores valores de diversidad
haplotípica y nucleotídica aparecen en la colonia del sur de la Isla de la Juventud (Tabla
20). Por el contrario, Cayo Largo es la de menor variabilidad con sólo tres haplotipos, pero
dos de ellos en muy baja frecuencia. La presencia de CM-A12 determina que la región del
occidente de Guanahacabibes posea el mayor número de sitios segregativos, aunque ocho
de ellos diferencian a esta única secuencia. Los estadísticos de neutralidad (D y Fs)
indican que las sustituciones en las secuencias son neutrales.
Tabla 20. Estadígrafos genéticos de las áreas de anidación
de la plataforma suroccidental de Cuba. D, Prueba de Tajima;
Fs, Prueba de Fu; H, número de haplotipos; Ĥ, diversidad
haplotípica; n, tamaño de la muestra; p, probabilidad; s, sitios
segregativos; η, diversidad nucleotídica;θ, estimador de theta
Figura 51. Relación entre la diversidad
haplotípica (Ĥ) y la diversidad nucleotídica (π)
0,0020
Playa
n H
π̂ n± s η
Ĥ ±
DE( Ĥ ) DE( π̂ n)
0,69±
Occidente 43 13
0,06
0,65±
Centro
26 8
0,06
0,69±
Oriente 66 9
0,03
0,41±
San Felipe 11 3
0,13
Isla de la
0,79±
10 5
Juventud
0,16
0,06±
Cayo Largo 34 3
0,05
0,0017±
0,00050
0,0012±
0,00081
0,0012±
0,00062
0,0005±
0,00018
0,0019±
0,00012
0,0002±
0,00015
D (p)/
Fs (p)
1
13
3
0,58(p>0,10)/
-0,25 (p>0,10)
6 6
-0,36(p>0,10)/
-1,04( p>0,10)
0,20(p>0,10)/
-1,02( p>0,10)
0,54 (p>0,10)/
0,73( p>0,10)
-0,38(p>0,10)/
-0,45( p>0,10)
-1,50(p>0,10)/
-0,51( p>0,10)
6 6
3 3
5 5
2 2
Diversidad nucleotídica (π)
0,0018
Isla de la
Juventud
Occidente
0,0016
0,0014
Antonio
0,0012
Centro
0,0010
Perjuicio
0,0008
0,0006
0,0004
Cayo Largo
San Felipe
0,0002
0,0000
0,0
0,2
0,4
0,6
Diversidad haplotípica (Ĥ)
0,8
1,0
RESULTADOS
71
La relación que se observa entre la diversidad haplotípica y la nucleotídica apuntan a que
Occidente y la Isla de la Juventud son las áreas donde se concentra la mayor variabilidad
mientras que en Cayo Largo y San Felipe son las colonias menos variables (Fig. 51)
Los valores de la heterocigosidad observada en los loci microsatélites son altos, por
encima del 70 % en el 82 % de los casos y superior al 80 % en el 55 % de las
observaciones (Tabla 21). A pesar de la variabilidad encontrada, muy pocos alelos fueron
exclusivos de cada población, aunque sí varió su frecuencia (Fig. 49). Predominan alelos
de baja frecuencia que pueden representar más de la mitad de los alelos en algunas
poblaciones (10 de 16 en el oriente de Guanahacabibes).
El estadígrafo Fis mostró algunas desviaciones significativas del equilibrio de HardyWeinberg, para los loci OR2, Or8 y Cc117 en varias de las poblaciones (Tabla 22). El
análisis del desequilibrio de ligamiento indica independencia entre la mayoría de los loci en
todas las poblaciones, excepto para el centro de Guanahacabibes (Tabla 23). Los loci OR8
y cm58 se encuentran ligados en 4 de las siete poblaciones.
Tabla 23. Valores de probabilidad obtenidos a partir de las pruebas de desequilibrio de ligamiento con
10000 permutaciones por pares de loci microsatélites para todas las áreas de anidación de C. mydas del
suroccidente de Cuba.
Guanahacabibes
Occidente
Ei8-OR2
0,95
Ei8-OR8
0,45
OR2-OR8
0,10
Ei8-cm58
0,09
OR2-cm58
0,31
0,04
OR8-cm58
Ei8-OR3
0,38
OR2-OR3
0,25
0,01
OR8-OR3
cm58-OR3
0,17
Centro
0,09
0,97
0,40
0,35
0,67
0,00
0,71
0,75
0,04
0,01
Antonio Perjuicio San Felipe
0,80
0,31
0,46
0,27
0,81
0,86
0,04
0,54
0,43
0,56
0,11
0,13
0,69
0,32
0,05
0,02
0,03
0,95
0,22
0,41
0,55
0,30
0,92
0,37
0,30
0,05
0,11
0,02
0,36
0,09
I. Juventud
0,64
0,43
0,48
0,20
0,27
0,10
0,85
0,54
0,13
0,14
Cayo
Largo
0,70
0,35
0,82
0,46
0,24
0,01
1,00
0,08
0,12
0,14
Tabla 21. Valores de heterocigosidad esperada (He), observada (Ho) y número de alelos (Na) por locus para cada una de las poblaciones de la
región suroccidental del archipiélago cubano. En rojo los valores correspondientes a resultados significativos de la prueba de equilibrio genético
mediante la estimación de Fis
Guana.Occidente
Guana.Centro
Guana.Antonio
Guana.Perjuicio
San Felipe
N Ho/He Na
Isla de la
Juventud
N Ho/He Na
Cayo Largo
N
Ho/He
Na
N
Ho/He
Na
N
Ho/He
Na
N
Ho/He
Na
N
Ho/He
45
43
39
37
0,73/0,61
0,68/0,90
0,79/0,63
0,76/0,91
Na
47
37
38
46
53
51
52
51
0,71/0,63
0,83/0,87
0,65/0,53
0,80/0,76
6
14
6
11
41
39
39
41
0,90/0,63
0,97/0,92
0,92/0,63
0,95/0,94
3
15
7
16
69
68
64
65
0,71/0,62
0,88/0,91
0,75/0,64
0,75/0,89
5
16
7
15
17
16
13
16
0,88/0,64
1,00/0,92
0,92/0,61
0,95/0,87
3
13
3
11
0,88/0,84
0,72/0,85
11 42 0,92/0,86 10 68 0,77/0,86
13 42 0,81/0,90 14 68 0,67/0,91
11 15 0,67/0,84 9
16 17 0,54/0,87 8
10 0,90/0,77 7
10 0,80/0,75 6
14 0,87/0,85 11 43 0,76/0,93 11
14 0,92/0,86 11 43 0,84/0,85 12
0,91/0,88
0,80/0,83
11 41 0,88/0,90 13 70 0,86/0,89
7
41 0,61/0,74 7
70 0,73/0,74
13 13 0,90/0,84 9
7
11 0,72/0,72 5
9
8
14 0,86/0,79 8
15 0,60/0,81 6
Locus
Ei8
CM84
OR1
CM72
OR2
OR8
cm58
OR3
10
10
8
8
0,70/0,57
0,60/0,73
0,87/0,68
0,60/0,72
3
5
4
5
1,00/0,79 7
0,75/0,68 5
15
15
15
14
0,86/0,54
0,73/0,84
0,80/0,64
0,67/0,86
3
9
5
10
5
16
4
14
40 0,92/0,88 13
38 0,82/0,85 6
Tabla 22. Estimados de Fis por locus y por poblaciones, utilizados para probar la significación del equilibrio de Hardy-Weinberg, luego del ajuste
del nivel de signifiación al 5% (α =0.0008, 100 comparaciones) a través de 100, 000 permutaciones, utilizando Fstat 2.93
Península de Guanahacabibes
Locus
Fis
P(a)
Fis
P(a)
Fis
P(a)
Fis
P(a)
Fis
P(a)
Isla de la
Juventud
Fis
P(a)
Ei8
CM84
OR1
CM72
OR2
OR8
cm58
OR3
Total
-0,104
0,055
-0,200
-0,046
-0,040
0,159
-0,079
0,003
-0,020
0,194
0,892
0,048
0,352
0,307
0,997
0,101
0,595
0,213
-0,533
-0,050
-0,38
-0,020
-0,062
0,116
0,044
0,187
-0,061
0,001
0,224
0,001
0,445
0,208
0,991
0,867
0,991
0,005
-0,341
-0,084
-0,574
-0,127
0,241
0,462
-0,112
0,048
-0,03
0,033
0,287
0,011
0,124
0,995
1,000
0,283
0,762
0,243
-0,164
0,089
-0,171
0,180
0,134
0,267
0,043
0,019
0,069
0,023
0,993
0,009
1,000
0,999
1,000
0,884
0,664
1,000
-0,313
0,234
-0,225
0,533
-0,117
-0,007
-0,210
-0,037
-0,003
0,215
0,952
0,297
0,998
0,398
0,681
0,160
0,649
0,512
-0,583
0,168
-0,213
0,269
0,019
-0,027
-0,065
0,292
0,019
Occidente
Centro
Antonio
Perjuicio
San Felipe
0,009
0,979
0,148
0,998
0,777
0,615
0,446
0,995
0,645
Cayo Largo
Fis
P(a)
-0,174
0,284
-0,232
0,328
0,112
0,009
-0,031
0,112
0,073
0,069
1,000
0,011
1,000
0,983
0,654
0,383
0,937
1,000
RESULTADOS
72
3.6. Diferenciación genética
Aunque se observan algunas variaciones en cuanto a la frecuencia de los haplotipos a lo
largo de los años para la Península de Guanahacabibes, las frecuencias relativas no
Frecuencia relativa de haplotipos
mostraron diferencias significativas (H (6, 119) = 9,97 p =0,13) (Fig 52).
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1998
2000
2002
(21)
(17)
(17)
2004
2005
2006
(6)
(18)
(51)
2007
A57
A56
A48.2
A48.1
A28
A27.2
A27.1
A18
A13.2
A13.1
A12
A3.2
A3.1
A1.2
A1.1
(40)
Temporadas
Figura 52. Frecuencia haplotípica por año para la población anidadora de C. mydas de la Península de
Guanahacabibes, Cuba. Entre paréntesis el tamaño de la muestra por año.
Las hembras marcadas que fueron observadas en más de una temporada correspondieron
en su mayoría con variantes endémicas de Cuba (A27 y A48) (Tabla 24).
Tabla 24. Número de hembras marcadas con haplotipos conocidos que fueron observadas en más de
una temporada.
No. Temporadas
A1.1
2
3
Total de hembras
por haplotipo
1
A1.2
A3.1
A3.2
A18
A27.1
A48.1
1
2
2
1
2
5
1
1
2
2
3
6
1
1
1
Total de hembras
remigrantes
12
4
La ausencia de diferencias estadísticas en el tiempo permitió agrupar las muestras de
todos los años de cada área de anidación para el análisis de secuencias. No ocurrió lo
mismo con los microsatélites. Algunos de los loci, en dependencia de la población,
mostraron estructuración entre años (Anexo 3). Las principales diferencias se encuentran
entre los años 2006 y 2007 con el resto de los años. Para evitar un efecto confundido en el
análisis por población, las muestras de los años que presentaron diferencias significativas
fueron excluidas en los análisis de diferenciación espacial.
La mayor diferenciación existe entre el occidente de Guanahacabibes y Cayo Largo. El
centro y oriente de Guanahacabibes no se diferencian entre sí ni con San Felipe (Tabla
RESULTADOS
73
25). De manera que se logran delimitar cuatro regiones: occidente de Guanahacabibes,
centro y oriente con San Felipe, Isla de la Juventud y finalmente Cayo Largo.
Tabla 25. Comparación de las áreas de anidación de C. mydas de la plataforma suroccidental de Cuba,
a partir de haplotipos de la RNC del mtDNA (747 pb). Arriba de la diagonal: comparación de las frecuencias
2
haplotípicas empleando la Prueba X corregido por el procedimiento de Bonferroni a través del método Monte Carlo (5000
2
simulaciones). El primer número se corresponde con el valor de X , los grados de libertad (entre paréntesis) seguido de la
probabilidad (/ valor). Debajo de la diagonal: número absoluto de migrantes intercambiados por generación en la parte superior y
entre paréntesis valor corregido en función de la distancia molecular, prueba de diferenciación por pares de colonias de anidación
(Fst) basada en permutaciones no paramétricas, seguida de la probabilidad (/ valor). Las celdas en gris corresponden con los pares
de colonias donde no se detectaron diferencias significativas
Localidad
Isla de la
Juventud
Centro
Oriente
San Felipe
Occidente
23,54(13)/ 0,03
36,79 (13)/ <0,001
28,17(12) /<0,01
27,83(12) /<0,001 59,52(11) /<0,001
Occidente
(sin A12)
22,80 (12)/ 0,03
36,13 (12)/ <0,001
27,49(11) /<0,01
27,19(11) /<0,001 58,56(10) /<0,001
10,24 (10)/ 0,42 ns
9,47(8) / 0,30 ns
Centro
Oriente
San Felipe
Isla de la
Juventud
Cayo Largo
Occidente
Guanahacabibes
Occidente
(sin A12)
14,83 (8,84)
0,66/<0,001
9,63 (9,28)
0,86/ <0,001
4,82 (1,68)
0,22/ <0,001
9,28 (0,96)
0,34/ <0,001
1,14(0,81)
0,56/ <0,001
10,77 (7,29)
0,59/<0,001
10,30 (6,12)
0,75/<0,001
4,84 (1,51)
0,24/<0,001
8,98 (0,83)
0,37/<0,001
1,11 (0,42)
0,54/<0,001
524,06 (169,74)
-0,02/ 0,46ns
18,33 (9,00)
0,068/ 0,13ns
7,91 (1,66)
0,42/ <0,001
2,14 (1,50)
0,35/ <0,001
19,82 (8) /0,01
Cayo Largo
29,36(8) /<0,001
11,07 (10) /0,35 ns 42,32 (11) /<0,001 34,05 (10) /<0,001
17,51 (16,92)
0,075/ 0,09ns
9,30 (3,27)
0,42/ <0,001
2,92 (2,48)
0,35/ <0,001
17,37 (6) /<0,01
2,59 (0,65)
0,57/ <0,001
8,41 (3,39)
0,13/ <0,001
10,21 (4) /0,03
33,11 (4) /<0,001
0,85 (0,29)
0,71/ <0,001
El número de hembras intercambiadas entre las colonias, no supera a los 10 animales por
generación en la mayoría de los casos (0,5 animales por año). Las regiones central y
oriental de Guanahacabibes son las de mayor intercambio con más de 500 hembras por
generación (25 animales por año). La dirección del intercambio fue fundamentalmente de
las colonias occidentales hacia las orientales (Tabla 26). Centro y San Felipe, sin embargo,
reciben migrantes de San Felipe y Cayo Largo respectivamente, ubicadas al este de las
primeras.
Población fuente
Tabla 26. Tasas de migración entre poblaciones considerando la dirección del flujo (de poblaciones
fuente a poblaciones sumideros). En rojo se destacan los valores diferentes de cero.
1: Occidente
2: Centro
3: Oriente
4: San Felipe
5: I. Juventud
6: CayoLargo
Población sumidero
1
2
3
4
5
6
------ 1,5 x105 2,1 x105
0,00
0,00
0,00
0,00
------0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00 ------- 3,3 x105 0,00
0,00
5
0,00 3,9 x10
0,00
------0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00 ------- 2,9 x105
0,00
0,00
0,00 8,3 x106 0,00
------
3
1
2
4
5
6
RESULTADOS
74
Las regiones analizadas mostraron una diferenciación significativa cuando se calcula el
estadígrado Fst con los microsatélites con la excepción de Perjuicio con Antonio, la Isla y
Cayo Largo (Tabla 27).
Tabla 27. Comparación entre áreas de anidación de C. mydas de la plataforma suroccidental de Cuba, a
partir de nueve loci microsatélites. Arriba de la diagonal: Valores de Rst y su probabilidad. Debajo de la diagonal: índice de
diferenciación por pares de colonias de anidación (Fst) basada en permutaciones no paramétricas, seguida de la probabilidad
(valor), su significación a partir del método de remuestreo Jacknife y debajo el número de migrantes. Las celdas en gris
corresponden con los pares de colonias donde no se detectaron diferencias significativas
Rst (Pa)
Fst (Pa)
Occidente
Nm
Occidente
0,08(0,01)*
Centro
8,00
0,07(0,01)*
Antonio
9,53
0,04(0,01)*
Perjuicio
9,40
0,09(0, 01)*
San Felipe
3,73
0,10(0,01)*
Isla
7,35
0,06(0,01)*
Cayo Largo
10,88
Centro
0,39(<0,01)
0,26(0,01)*
23,16
0,14(0,01)*
9,79
0,25(0,01)*
6,01
0,28(0,02)*
19,96
0,24(0,01)*
22,71
Antonio
Perjuicio
San Felipe
Cayo
Largo
Isla
0,36 (0,02)
0,05(< 0,01)
0,17(0,02)
0,34(<0,01)
0,36(<0,01)
0,53(<0,01)
0,80(<0,01)
0,90(<0,01)
0,89(<0,01)
0,86(<0,01)
0,20 (0,17)
0,11(<0,01)
0,00(0,43)
0,07(0,02)
0,05 (<0,01)
0,18(<0,01)
0,20(<0,01)
0,06 (0,05)
0,03(0,10)
0,04(0,01)ns
12,26
0,05(0,01)*
6,02
0,03(0,02)*
21,68
0,02(0,01)*
19,85
0,05(0,01)*
4,78
0,04(0,02)ns
10,83
0,04(0,02)ns
24,12
0,02(0,01)*
6,12
0, 04(0,01)*
7,76
0,02(0,13)
0,02(0,01)*
19,68
Considerando el Rst, se mantiene la similitud entre Antonio y Perjuicio. Además, se
asocian las tres colonias al este del archipiélago y la Isla de la Juventud, en particular, no
se diferencia de Antonio. Las frecuencias alélicas también presentan diferencias
significativas entre las poblaciones en dependencia del locus empleado (Anexo 4).
Al comparar con los microsatélites muestras del mismo haplotipo se observaron diferencias
significativas entre algunas de ellas, especialmente con el haplotipo mayoritario A3. Sin
embargo, con el el A48, no se encuentran diferencias entre las poblaciones (Tabla 28).
Empleando solamente los cinco loci microsatélites menos variables (OR2, OR3, OR8
Cm58 y Ei8), se obtiene la ubicación de las muestras en su población correspondiente con
una precisión que va desde el 44 % en el caso del occidente de Guanahacabibes hasta el
100 % para San Felipe (Tabla 29). No obstante, la capacidad de asignación se incrementa
al aumentar a ocho el número de loci con valores superiores al 70 %. Al emplear métodos
bayesianos para identificar las poblaciones, se logra distinguir cuatro agrupamientos
fundamentales: Occidente, Centro, Perjuicio
+Antonio
y San Felipe+Isla
de
la
Juventud+Cayo Largo (Fig. 53). Las diferencias genéticas encontradas para el ADN
mitocondrial están relacionadas con la distancia geográfica que existe entre las colonias a
la escala analizada (Fig. 54A). Sin embargo, no se encuentra una asociación significativa
entre ellas con los microsatélites.
Tabla 28. Comparación de individuos con haplotipos idénticos por pares de colonias de anidación de C.
mydas de la plataforma suroccidental de Cuba, a partir de nueve loci microsatélites. Prueba de diferenciación
por pares de colonias de anidación (Fst) basada en permutaciones no paramétricas, seguida de la probabilidad (valor). Izquierda
superior: haplotipo correspondiente
A3 Fst (Pa)
Centro
Perjuicio
Antonio
Cayo Largo
A1 Fst
(Pa)
Centro
Occidente
Perjuicio
Occidente
0,049 (0,01)
0,039 (0,07)
0,010 (0,09)
0,014 (0,09)
Antonio
Centro
Perjuicio
0,074 (0,02)
0,023 (0,01)
0,020 (0,01)
0,035 (0,02)
0,032 (0,01)
Centro
0,005 (0,32)
0,025 (0,03)
0,031 (0,18)
A27 Fst (Pa)
Antonio
Occidente
Occidente
0,038 (0,01)
0,059 (0,06)
Antonio
0,034 (0,08)
0,02 (0,04)
0,018 (0,01)
A48 Fst
(Pa)
Occidente
Centro
Antonio
Centro
Antonio
Perjuicio
0,005(0,29)
0,001(0,47)
0,032 (0,01)
0,000(0,47)
0,020(0,09)
0,011(0,23)
Tabla 29. Porcentaje de asignación de las muestras a cada población para cinco (izquierda) y ocho
(derecha) loci microsatélites.
Poblaciones asignadas
Caleta
Barca
Poblaciones originales
Antonio
Perjuicio
San Felipe
Isla
Cayo Largo
Caleta
47,17/71,7
7,55/7,55
11,32/1,89
5,67/1,89
1,89/0
13,21/7,55
13,21/9,43
Barca
14,28/4,76
64,28/80,95
7,14/4,76
2,38/2,38
2,38/0
4,76/4,76
4,76/2,38
Antonio
5,88/5,88
0/0
82,35/88,23
5,88/5,88
0/0
0/0
5,89/0
Perjuicio
9,59/2,74 47,94/67,12
5,48/1,37
12,33/0
0/4,11
6,85/1,37
17,81/10,96
San Felipe
0/0
0/0
0/0
0
100/100
0/0
0/0
Isla
Cayo
Largo
0/0
0/0
0/0
6,67/0
6,67/0
80/93,33
6,67/6,67
6,67/15,56
13,33/11,11
11,11/0
4,44/0
6,67/2,22
2,22/0
55,56/71,11
Centro
Perjuicio
Occidente
Antonio
S.Felipe Isla
Cayo Largo
Figura 53. Agrupamiento bayesiano de genotipos individuales. Cada sitio se muestra por separado. Los
individuos están representados a lo largo del eje x por barras verticales que representan su probabilidad
de origen. En rojo se destacan las agrupaciones que se observan a partir de las similitudes de color.
0,9
r = 0,60, p<0,001
Diferenciación genética (Fst)
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0,0
0
50
100
150
200
250
300
350
400
450
Distancia geográfica (km)
Diferenciación genética (Fst)
0,10
r = -0,34, p = 0,22;
0,08
0,06
0,04
0,02
0,00
0
50
100
150
200
250
300
350
400
450
Distancia geográfica (km)
Figura 54. Regresión lineal entre la diferenciación genética (Fst) y la distancia geográfica entre pares de
colonias (A) determinada mediante el ADNmt y (B) mediante microsatélites.
RESULTADOS
75
Las distancias genéticas de Nei (1978) fueron utilizadas para analizar el ordenamiento de
las poblaciones a partir de árboles filogenéticos y un Análisis de Coordenadas Principales
(Fig. 55). En ambos métodos se observa la estrecha relación entre el centro y oriente de
Guanahacabibes con San Felipe, teniendo en cuenta el ADNmt. Tanto el occidente de
Guanahacabibes como la Isla de la Juventud y Cayo Largo se separan más entre sí y con
el resto de las poblaciones.
Con los microsatélites el grado de diferenciación cambia en dependencia del estadístico
empleado (Fig. 56). Con ambos estadísticos, el occidente de Guanahacabibes y Perjuicio
se separan del resto de las colonias y Antonio se mantiene próximo a Cayo Largo. Sin
embargo, el centro de Guanahacabibes y la Isla de la Juventud se encuentran próximos a
Antonio con el Fst pero se alejan con el Rst. San Felipe, por su parte, está más relacionada
con el resto de las colonias con el Fst pero se separa con el Rst.
La diferenciación observada entre pares de poblaciones fue corroborada al realizar el
Análisis Molecular de Varianza (AMOVA) para ambos marcadores (Tabla 30). En dicho
análisis se encuentran diferencias significativas a los tres niveles analizados (individuo,
población y grupos de poblaciones). Esta última categoría se aplicó solamente para la
región formada por el centro y oriente de Guanahacabibes con San Felipe en el caso del
ADNmt al no mostrar diferencias significativas con Fst. En ambos casos la variación dentro
de las poblaciones representó un elevado porcentaje, superior al 70 %, aunque en los
microsatélites fue superior al 95 %.
Tabla 30. Resultados del análisis jerárquico de varianza molecular para las áreas de anidación de C.
mydas del suroccidente del archipiélago cubano sobre la base de los haplotipos encontrados en el
fragmento de 742pb analizado en la región no codificadora del ADNmt y en los nueve loci microsatélites
analizados. Se agruparon exclusivamente las playas La Barca y El Holandés y Antonio y Perjuicio para el
análisis por grupos de poblaciones.
Fuente de
variación
ADNmt
Entre grupos de
poblaciones
Entre
poblaciones
Dentro de las
poblaciones
Componentes
de
la Varianza
g.l.
Msat
3
ADNmt
Msat
0,092
Φst
% de variación
ADNmt
Msat
23,96
ADNmt
Msat
0,27
2
5
0,01
0,12
3,04
3,00
0,04
184
278
0,28
3,38
73,00
97,00
0,24
P(a)
ADNmt
Msat
0,046
0,033
0,001
0,001
0,01
Centro
San Felipe
Occidente
Cayo Largo
Isla
Eje de Coordenadas 2 (14,50%)
Oriente
Centro y
Oriente
Occidente
San Felipe
Isla de la
Juventud
Cayo
Largo
Eje de Coordenadas 1 (72,30%)
0.05
Isla de la
Juventud
Centro
Antonio
Cayo Largo
San Felipe
Perjuicio
Occidente
Eje de coordenadas 2 (12,97%)
Eje de coordenadas 2 (22,15%)
Figura 55. Izquierda: en un árbol mediante el método de UPGMA y Derecha: mediante un Análisis de
Coordenadas Principales (PCA) donde los ejes explican más del 80% de las diferencias entre poblaciones
ambos a partir de las distancias genéticas de Nei (1978) obtenidas con el ADNmt para las poblaciones
estudiadas en la región occidental del archipiélago cubano.
Perjuicio
Cayo Largo
San Felipe
Isla de la
Juventud
Antonio
Occidente
Centro
Eje de coordenadas 1 (77,85%)
Eje de coordenadas 1 (87,03%)
Figura 56. Análisis de Coordenadas Principales (PCA) donde los ejes explican más del 80% de las
diferencias entre poblaciones a la Izquierda: empleando el índice Fst Derecha: índice Rst.
RESULTADOS
76
3.7. Tamaño efectivo de las poblaciones
Las estimaciones de los tamaños efectivos de las colonias de anidación según theta, por el
número de sitios segregativos o por la diversidad nucleotídica (π), tuvieron diferencias
(Tabla 31). En el caso del occidente de Guanahacabibes, el estimado según los sitios
segregativos fue el doble al estimado calculado por la diversidad nucleotídica y en Cayo
Largo el primero fue cuatro veces el segundo, en tanto que para las poblaciones del
centro y oriente de Guanahacabibes y para la Isla de la Juventud y San Felipe, ambas
estimaciones fueron similares con una diferencia máxima de 39 individuos. Los tamaños
efectivos calculados para la Península de Guanahacabibes, con la excepción de la
población de oriente, son superiores a los tamaños censales obtenidos mediante
marcación y mediante la estimación del total de hembras a partir del número de nidos. Para
los microsatélites, los valores calculados asumiendo un IAM, aunque son superiores, se
encuentran en el mismo orden de magnitud que el resto de los estimados. Para el SMM,
sin embargo, es de dos a más de 10 veces el valor del estimado con ADNmt y aún más
elevado respecto a los valores censales. La excepción es Cayo Largo, cuya estimación por
este método se acerca más al tamaño estimado de la población mediante el conteo de
nidos. Sin embargo, al realizar la estimación según el método de marcación y recaptura de
Jolly-Seber, los valores estimados para el occidente se encuentran dentro del intervalo
definido por los estimadores genéticos de tamaño efectivo mientras que en oriente el valor
es el triple. Las diferencias entre el oriente y el occidente radican en la probabilidad de
recuperación de marcas lo que determina el cálculo de la supervivencia de las hembras.
Para el centro no se pudo aplicar el método de Jolly-Seber por el bajo número de
recapturas.
Los índices de expansión demográfica calculados a partir del ADNmt indican un ajuste al
modelo de expansión súbita, con excepción del oriente (Tabla 32). Por ello en la prueba de
distribución desigual de frecuencias no se observan diferencias entre el número esperado
de cambios entre pares de haplotipos y los valores observados (Fig. 57).
Al analizar el comportamiento demográfico de las poblaciones con los microsatélites, el
estadístico M (Garza y Williamson, 2001) indica valores por debajo del valor crítico
(Mc=0,68) lo que significa una reducción del tamaño poblacional (Tabla 33).
Tabla 31. Estimaciones del tamaño poblacional de las seis áreas de anidación analizadas de la
plataforma suroccidental de Cuba. E.E., Error estándar; Ne(h), tamaño efectivo de la subpoblación; Neh, tamaño
censal efectivo de la subpoblación; p, probabilidad; θ, estimador de theta; *Según Nodarse et al. 2000 y 2003; No.
Total, tamaño de la población según Jolly – Seber, P(a) marcas, probabilidad de recuperación de marcas según Jolly
– Seber; P(a)Superviv , probabilidad de supervivencia según Jolly – Seber. L.C. Límites de confianza; * Oriente es la
suma de Antonio y Perjuicio para ADNmt y Jolly-Seber
Ne(h)
θˆ S/ θˆ π
Ne
IAM
Ne
SMM
Neh
Neh
censado
estimado
Occidente 666/341
439
992
202
231
Playa
P(a)
marcas (α)
No. Total ± E.E. P(a)Superviv ±
(L.C.)
E.E. (L.C.)
Centro
272/236
593
1706
195
261
0,24
-
Oriente*
218/238
-
-
222
296
0,18
Antonio
Perjuicio
San Felipe 88/113
Is.Juventud 365/326
591
528
374
553
1695
1380
747
1500
160
62
-
-
Cayo Largo 126/30
557
1522
-
165
132
100-500*
10004000*
471,72±126,82
101,02-3809,58
599,10±730,35
115,74-4942,54
-
-
-
0,88±0,68
0,23-0,80
0,38±0,40
0,21-0,63
-
Tabla 32. Índices de expansión demográfica de las seis poblaciones analizadas con el ADNmt de la
plataforma suroccidental de Cuba.
Expansión
demográfica
Tau
Theta0
Theta1
Desviación de la
suma de cuadrados
P(a)
Occidente Centro Perjuicio Antonio San Felipe
I. Juventud
Cayo Largo
1,76
0,0
3,9
2,38
0,0
11,1
1,97
0,0
10,2
2,79
0,0
7,8
0,0
0,0
99.999,0
1,2
1,4
99.999,0
3,0
0,0
0,0
0,007
0,020
0,005
0,080
0,330
0,020
0,010
0,46
0,26
0,60
0,05
0,00
0,46
0,08
Tabla 33. Índice de Garza y Williamson (2001) (M) para detectar reducción del tamaño poblacional
mediante microsatélites en las siete poblaciones analizadas de la plataforma suroccidental de Cuba. Los
valores menores que el valor crítico de M (Mc=0,68), el cual es valor menor que M en el 95% de 10 000
simulaciones, indican reducción en el tamaño de la población.
Occidente
Media±E.E.
0,52±0,1
Centro
Perjuicio
0,40±0,05 0,39±0,05
Antonio
Isla de la
San Felipe
Juventud
0,43±0,13 0,40±0,05 0,27±0,06
Cayo
Largo
0,39±0,11
0,4
Observada
Frecuencia relativa
0,3
Modelada
0,3
0,2
0,2
Occidente
0,1
0,1
0,0
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
Número de diferencias por pares
0,4
0,3
0,3
0,2
Centro
0,2
Observada
Modelada
0,4
Frecuencia relativa
Frecuencia relativa
0,4
Observada
Modelada
0,4
0,1
0,1
0,3
0,3
0,2
Perjuicio
0,2
0,1
0,1
0,0
0,0
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
0
1
2
Número de diferencias por pares
0,45
0,30
0,25
0,20
Antonio
0,15
0,10
0,05
0,00
6
7
8
9
10
Observada
Modelada
0,80
0,60
0,40
San Felipe
0,20
0,00
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
0
1
2
3
Número de diferencias por pares
4
5
6
7
0,40
0,50
0,45
0,40
0,35
0,30
0,25
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
8
9
10
Número de diferencias por pares
Observada
Modelada
Observada
Modelada
0,35
Frecuencia relativa
Frecuencia relativa
5
1,00
Frecuencia relativa
Frecuencia relativa
0,35
4
Número de diferencias por pares
Observada
Modelada
0,40
3
Isla de la
Juventud
0,30
0,25
0,20
Cayo Largo
0,15
0,10
0,05
0,00
0
1
2
3
4
5
6
7
Número de diferencias por pares
8
9
10
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Número de diferencias por pares
Figura 57. Frecuencias del número de cambios entre pares de haplotipos de cada colonia. No hay
diferencias significativas entre los valores esperados (línea continua) y los valores observados (línea
discontinua) excepto en Antonio y San Felipe
10
77
4. DISCUSIÓN
4.1. Selección de las playas de anidación
En Cuba las principales áreas de anidación se encuentran en las playas de los cayos e islas
de la parte sur del archipiélago, entre los que están: la playa de Cayo Largo del Sur, Playa
Larga, en la Isla de la Juventud, Cabo Corrientes en la Península de Guanahacabibes y
algunas playas de Doce Leguas (Nodarse et al., 2000). Aunque existen varios intentos de
definir las cualidades para la selección de una “buena” playa de anidación, los motivos reales
para la selección continúan siendo un misterio (Mortimer, 1990).
Las playas Antonio, La Barca y Caleta de los Piojos son las que presentan los mayores
niveles de anidación y coinciden en sus características geomorfológicas. Estas tres playas
poseen la vegetación más desarrollada, con presencia de guanal o uveral, por lo que la arena
es más oscura. La coloración oscura de la arena se vincula con una mayor proporción de
partículas pequeñas (más finas y coloridas de tipo arcilla y fango), asociada con la cobertura
vegetal, en cuyo manto y raíces se desarrolla la microfauna detritívora (Barrán, 2007). Se
considera que estas playas tienen, además, arenas de grano más grueso que las otras dos,
sin embargo, el tamaño medio de la partícula es menor en la medida en que el nido se ubica
más próximo a la vegetación (Barrán, 2007). Hendrickson y Balandingam (1966) sugieren que
en Malasia, la playa escogida por las tortugas verdes estaba preferentemente compuesta por
arena fina al igual que Nodarse et al. (2000) quienes plantean que en el tramo costero de
Playa Larga se observó que con cierta frecuencia (sobre todo en la playa arenosa de alta
energía), prácticamente todos los intentos de construcción del nido fallaron debido al grosor
de la arena y a la poca coherencia de la misma. Mortimer (1990) también refiere que el éxito
de anidación varía en las diferentes playas por la textura de la arena, a la vez que expone que
las tortugas pueden excavar más fácilmente los nidos si el tamaño de las partículas de arena
es menor. Asimismo, según Mortimer (1990), las características de la arena más alejada del
mar reducen las posibilidades de destrucción del nido durante la excavación y son menos
propicias para que ocurra la desecación durante el desarrollo embrionario. Franco (2003), por
su parte, plantea que el tamaño del grano no influye en la supervivencia de los neonatos. Sin
embargo, otros autores, si bien opinan que las tortugas en otras regiones anidan
exitosamente en arenas finas (Carr y Ogren, 1959; Hirth, 1963), plantean que el tamaño de
las partículas es menos importante que la pendiente y la configuración costera de la playa.
La pendiente de la playa puede determinar el grado de impacto de las sobre-elevaciones del
nivel del mar, pues en playas de poca pendiente es mayor el riesgo de inundación. Todas las
DISCUSIÓN
78
playas de Guanahacabibes estudiadas presentan valores de pendientes dentro del intervalo
que describe Márquez (1996) como propicio para la anidación de C. mydas (entre 5 y 10
grados). Antonio y Caleta de los Piojos, dos de las playas de mayor anidación, presentan las
mayores pendientes. La Barca, sin embargo, presenta el valor más bajo con relación al resto
de las playas, pero las tortugas que anidan en ella recorren como promedio mayores
distancias desde el mar para anidar, lo que reduce el riesgo de inundación de los nidos.
Perjuicio y El Holandés presentan una geomorfología muy distinta a las anteriores, sobre todo,
carecen de una vegetación bien desarrollada. En consecuencia, disminuye su éxito de
anidación al encontrar condiciones menos propicias. No obstante, la presencia de una barrera
arrecifal frente a las playas parece ser el factor limitante en estos dos casos. La ubicación
paralela a la costa de estas barreras constituye un obstáculo significativo para llegar
éxitosamente a la costa. Esta también puede ser la causa del bajo número de anidaciones en
las playas de San Felipe y del sur de la Isla de la Juventud en donde existen barreras
arrecifales (Nodarse et al., 2000; Medina, com.per.) que limitan el acceso de las tortugas a la
playa. Estos resultados coinciden con las conclusiones de otros investigadores que afirman
que la topografía, pendiente, microhábitat, piedras sumergidas (Dodd, 1988; Horrock y Scott,
1990; Crain et al., 1995; Hays et al., 1995; Mortimer, 1995), vegetación terrestre (Horrock y
Scott, 1991; Hays y Speakman, 1993; Mortimer, 1995) y las propiedades estructurales de la
arena, como compresibilidad y características de la partícula (Mortimer, 1990 y 1995; Foote y
Sprinkel, 1994) pueden influir fuertemente en la selección del sitio de anidación.
Las reproductoras pueden variar la forma de la trayectoria si detectan obstáculos ocasionales
(Pritchart et al., 1983), por lo que estas trayectorias serán menos frecuentes que las rectas en
playas arenosas lo cual se evidencia en que las longitudes de los tipos de trayectorias
(entrada y salida) sean similares (Pereira, 2002). La trayectoria recta puede estar relacionada
con la disminución del gasto energético para la optimización del proceso de anidación. En
Guanahacabibes, sin embargo, las trayectorias rectas son menos frecuentes que las otras,
independientemente del tipo de playa, ya que en todas existen grandes rocas en la orilla u
otros obstáculos que dificultan el acceso a la playa.
Los niveles de anidación en función del tamaño de la playa coinciden con los de Aiken et al.
(2001), quienes observan las mayores anidaciones en las playas más pequeñas. Una vez
escogida el área de anidación, las tortugas continuarán regresando a la misma por su elevada
fidelidad al sitio de anidación (Miller, 1997), independientemente de las limitaciones de
espacio.
DISCUSIÓN
79
El microhábitat también afecta el desarrollo (Bilinski et al., 2001), sexo (Reinhold, 1998) y
supervivencia (Mortimer, 1990) de los embriones. Esto pudiera explicar por qué las
oviposiciones en los diferentes sectores de cada playa presentaron diferencias significativas
entre sí. En la península de Guanahacabibes, la mayor concentración de las anidaciones
ocurre en la zona de vegetación, aunque este comportamiento se afectó con el paso de los
huracanes. Otros estudios observan que la vegetación desempeña un papel importante en la
selección del sitio de anidación (Cheng, 2000). Al elegir la zona de vegetación como sitio de
anidación, las tortugas verdes incrementan las posibilidades de supervivencia de su nidada.
La distancia del nido al agua depende de las condiciones ambientales, ya que, aunque las
hembras anidadoras de tortuga verde se encuentran a merced de procesos que controlan la
distribución de la vegetación en la playa seleccionada, sus preferencias conductuales por la
selección del sitio de anidación próximo a la vegetación sirven como garantía en caso de
efectos potencialmente negativos del tamaño de playas pequeñas y de eventos climáticos
severos como los huracanes. En ambos casos, si los nidos estuvieran ubicados de manera
aleatoria, una mayor proporción de los nidos se hallaría expuesta a la inundación (Barrán,
2007). Evidencias empíricas muestran una correlación entre la distancia de los nidos con
respecto a la línea de marea alta y la mortalidad en playas someras, lo que soporta el valor
adaptativo de este comportamiento (Mortimer 1990). De igual forma, en el presente estudio se
observó un incremento en el éxito de eclosión en los nidos más alejados de la línea de marea
alta. En cuanto a los posibles efectos negativos de anidar en la vegetación, no se encontraron
evidencias de que la invasión de raíces sea un factor causante de la mortalidad embrionaria
temprana como plantea Miller (1997) aunque sí se hallaron embriones atrapados vivos en
raíces de guano.
Lazou y Rees (2006) detectan una relación negativa significativa entre la profundidad del nido
y la infección por sarcofágidos (moscas), lo que implica que los nidos más superficiales
mostraron mayores niveles de infección. El número de embriones muertos también representó
un factor importante, pues en la medida que se incrementó su número, aumentó el nivel de
infección por larvas de moscas. Por otra parte, según estos autores, el papel más importante
para la presencia de elastéridos (coleópteros) fue la posición del nido respecto a la
vegetación, pues señalan una relación significativa entre esta variable y la presencia de
coleópteros. Otro resultado interesante apuntado por estos autores es la variación en los
niveles de infección en una playa rodeada por farallón. Aparentemente, el farallón constituye
DISCUSIÓN
80
una barrera entre el refugio de los adultos de los insectos y la playa con lo que se evita que
estos detecten los nidos.
Phillott y Parmenter (2006) afirman que los hongos que atacan a los huevos de tortugas
aparecen por primera vez en huevos que no completan su desarrollo por causas naturales.
Usando esta fuente de nutrientes, las hifas se expanden a huevos viables adyacentes y
provocan la mortalidad de los embriones por la inhibición de la superficie respiratoria o por la
reducción en el calcio. Dado que las lluvias remueven las sales del sustrato donde se halla el
nido, precipitaciones reducidas provocarán un incremento de la conductividad del sustrato y
una mayor mortalidad embrionaria debido a condiciones desfavorables, lo que permite
múltiples focos para la invasión de hongos en los nidos y la subsecuente infección de huevos
viables. Esto explica los porcentajes encontrados en el presente estudio tanto en huevos sin
embrión como con ellos.
Los nidos puestos en la zona cercana a la línea de marea (menos de 3 m) son más
susceptibles a ser inundados durante las mareas altas y los fuertes oleajes (Mrosovsky,
1983), con lo cual varían las condiciones ambientales del nido. Tanto el intercambio de gases
como la humedad y la temperatura son afectados con valores fuera de los límites de
tolerancia del embrión (Pereira, 2002). De ahí que sean poco frecuentes las hembras que
asumen la conducta de anidar en la zona cercana a la línea de marea alta ya que son
contraseleccionadas respecto a las demás.
La media del éxito de emergencia de los neonatos excede el 70 %, excepto en el año 1999, y
es elevado según criterios de Miller (1997). Sin embargo, es bajo comparado con otros
valores informados para Cuba, ya que en algunas playas excede el 90 % (Nodarse et al.,
2000), y es más bajo que la media (88 %) encontrada en Tortuguero, Costa Rica (Reyes y
Troëng, 2001). El principal factor que influye en los valores encontrados en este estudio es la
presencia de mortalidad embrionaria avanzada (embriones visibles) que puede atribuirse a
características microambientales (ej. temperatura de la arena, humedad). En los nidos
expuestos, el sobrecalentamiento puede causar la mortalidad embrionaria (Moncada et al.
1998) sin embargo, no se encuentran diferencias en este trabajo en la mortalidad embrionaria
por zonas de la playa, aunque sí una mayor frecuencia de huevos sin embrión visible en la
zona cercana a la línea de marea alta.
Uno de los efectos más negativos es que la surgencia de las tormentas disminuye de modo
significativo el éxito reproductivo al reducir el número de nidos que eclosionan y el número de
neonatos que emergen de los nidos. A esto se suma que la temporada de anidación de
DISCUSIÓN
81
tortuga verde transcurre completamente dentro de la temporada ciclónica y más aún porque el
79% de los nidos se encuentra en fase de incubación en el mes de septiembre cuando los
ciclones ocurren con mayor probabilidad. De hecho, el ciclón más devastador, Iván, ocurrió en
el mes septiembre, causando cuantiosas pérdidas en los nidos de esa temporada. Lo mismo
sucedió con Wilma, el segundo en importancia que impactó a principios de octubre (Anexo 1).
Nodarse et al., (2008) encuentran una reducción en las anidaciones en cayos al sur de la Isla
de la Juventud, lo cual atribuyen a cambios en la configuración de las playas como resultado
de los huracanes Michelle (2001) y Charlie (2004). Sin embargo, en este estudio, aunque se
observaron cambios en la distancia promedio recorrida hasta el nido, producto de la pérdida
de la línea de vegetación, en general, el legado de los huracanes más importantes ha sido
beneficioso para la anidación, al incrementar notablemente el área de anidación efectiva en
todas las playas, no sólo en ancho sino en la longitud en algunos casos. A partir del año
siguiente al paso del huracán Iván, comenzó a incrementarse año tras año el número total de
nidos por temporada, aunque esto no significa que estén directamente relacionados.
De cualquier manera Loughland y Miller (2006) plantean que el incremento en el nivel del mar
y las tormentas que se predicen aportarán un estrés adicional a las poblaciones anidadoras
mediante la inundación de los nidos y la erosión de las playas.La variación latitudinal, el
cambio de la temperatura estacional, la sombra de la vegetación, el color de la arena, los
eventos estocásticos como la lluvia, profundidad de los huevos (Morreale et al., 1982,
Mrosovsky
et al., 1984, Mrosovsky 1988, Hays et al., 1999), la playa, la distancia con
respecto a la marea alta, entre otros (Kelez, 2003) afectan las temperaturas del nido y las
proporciones del sexo de las tortugas marinas.
En la medida en que las tasas de cambio climático varíen entre zonas tropicales y templadas,
las condiciones climáticas que pueden conducir al indicio de la vitelogénesis y la migración
podrían no garantizar el arribo en fechas adecuadas a la playas de anidación o el tiempo
óptimo de llegada a las playas puede variar en el tiempo (Both y Visser, 2001).
El aumento de las temperaturas en las playas de anidación puede afectar el desarrollo
embrionario y provocar un cambio hacia temperaturas productoras de hembras (Davenport,
1997). En el caso de las playas de Guanahacabibes, es clara la tendencia hacia temperaturas
determinantes de hembras que incluso comienzan a acercarse al límite de tolerancia de la
especie (35oC según Ackerman, 1997). El otro aspecto importante de la incubación de los
nidos regulado por la temperatura es el período que demora el desarrollo embrionario. Según
DISCUSIÓN
82
Ackerman (1997), el período de incubación decrece típicamente con el aumento de la
temperatura, lo cual fue observado en este trabajo.
4.2.
Estacionalidad
Algunas especies como la tortuga verde muestran una marcada periodicidad que está en
función de la variación ambiental y los intervalos de remigración (Hays 2000, Chaloupka
2001). La variabilidad entre temporadas que se observa en esta especie ha sido tratada por
diversos autores (Bjorndal et al., 1999; Godley et al., 2001, Solow et al., 2002, Balaz y
Chaloupka 2004, Troeng y Ranking, 2005; Antworth et al., 2006).
Las tortugas verdes que anidan en Guanahacabibes mostraron un ciclo reproductivo durante
los seis primeros años similar al descrito por Márquez (1996): 2,3 años. Sin embargo, este
comportamiento cambió en los últimos cuatro años. Se destaca el mantenimiento del ciclo
bienal de anidaciones observado en programas de seguimiento prolongados (Antworth et al.,
2006) aunque sólo se analiza hasta el 2003. De igual forma, el ciclo de anidación dominante
para la población del Guanal en la costa sur de la Isla de la Juventud, Cuba, es de dos años
(Moncada, 1998). Un fuerte ciclo bienal también ha sido encontrado en otras poblaciones de
tortuga verde (Broderick et al., 2001; Limpus y Nicholls, 1988; Witherington et al., 2006), pero
nunca ha sido totalmente explicado. Durante el año 2003, un año que se esperaba fuera de
baja anidación en función del ciclo bienal observado entre 1998 y 2002, fueron detectadas
anidaciones superiores al resto de los años impares. A partir del 2004, se advierte un
incremento paulatino de las anidaciones en los años siguientes. Para las áreas de anidación
de Galápagos, sin embargo, el 2001 constituye una temporada alta de anidación a diferencia
del 2005 (Zárate et al., 2006). De acuerdo con sus resultados, la actividad de anidación en el
2001 fue de 2756 tortugas verdes mientras que solamente 726 anidaron en el 2005. Nodarse
et al. (2008) encuentran el mismo comportamiento anual informado en las anidaciones en la
Península de Guanahacabibes a partir del 2004. En estudios realizados con series de tiempo
largas se observan períodos donde también se produce un incremento anual de las
anidaciones y otros donde ocurre un decremento continuo con los años hasta que se
restablece el ciclo bienal (Troeng y Ranking, 2005). El gran número de hembras nuevas que
llegan a Guanahacabibes cada año refleja que los intervalos remigratorios de parte de estas
hembras superan los años dedicados al programa de marcación. Esto se comprueba por el
hecho de que cada año es mayor el porcentaje de hembras remigrantes. No obstante, el
reclutamiento es un componente importante que contribuye a este elevado número de
DISCUSIÓN
83
hembras sin marcar, lo que se refleja en las mayores tallas de las hembras remigrantes
respecto a las nuevas.
La periodicidad reproductiva está relacionada con la calidad y cantidad del alimento disponible
(Bjorndal, 1980), así como con un conjunto de variables exógenas (como el fotoperiodo) y
endógenas (niveles hormonales y de grasas) según Wibbels et al. (1990). Broderick et al.
(2001) sugieren que la variación en la cantidad y calidad de los pastos marinos puede
producir dramáticas fluctuaciones en los esfuerzos anuales de anidación. De manera similar,
Carr y Carr (1970) argumentan que condiciones favorables relacionadas con la disponibilidad
de alimento contribuyen a la reducción del intervalo de remigración de tres a dos años
explicando las amplias fluctuaciones en la actividad anidadora entre años en Costa Rica. Se
asume que estas variaciones en el ambiente natural contribuyen a las fluctuaciones
observadas en el número de tortugas que llegan a ovipositar cada año en Cuba. Además, se
observa un comportamiento similar entre el índice oceanográfico de la NOAA para el Caribe
(Anexo 5) y las anidaciones anuales, dado que en ambas curvas se observa un cambio de un
ciclo bienal a un incremento contínuo.
El intervalo de remigración de dos años encontrado como más abundante podría explicar el
comportamiento bienal de las anidaciones. Más aún, el incremento de anidaciones en años
consecutivos observado en los últimos cuatro años, pudiera ser la explicación para el
incremento anual en el total de anidaciones ocurrido durante este período. Solomon et al.
(2006) valoran que la recurrencia de hembras en años consecutivos puede estar relacionada
con la disponibilidad de machos en poblaciones reducidas. Si se considera que las tortugas
son especies longevas (Heppell et al., 2000), es posible que el intervalo de tiempo
considerado (ocho años) sea insuficiente para definir ciclos reproductivos a nivel de
población, especialmente si las condiciones ambientales son tan variables. En Galápagos el
intervalo de remigración predominante fue de tres años (Zárate et al., 2006). Existe una
relación positiva de las salidas de las ovígeras con la temperatura, debida posiblemente a que
las tortugas marinas presentan su temporada de reproducción en los meses más calurosos
del año, pues el desarrollo embrionario, así como la proporción sexual dependen en gran
medida de la temperatura que se presente en el nido. Godley et al. (2001) encontraron una
fuerte relación entre la temperatura del aire y la magnitud de las anidaciones en la Isla
Ascensión.
A pesar de las diferencias existentes entre temporadas reproductivas en cuanto al número de
hembras anidadoras, no se apreció un patrón visible en el comportamiento de los haplotipos
DISCUSIÓN
84
durante los años analizados. De cualquier manera, factores estocásticos vinculados con la
variabilidad ambiental, más que determinantes genéticos, parecen ser los responsables de
estas diferencias en el potencial reproductivo de la población anidadora (Chaloupka, 2002).
Por otra parte, las diferencias encontradas con los microsatélites a lo largo del tiempo para las
colonias del suroccidente de Cuba pudieran ser un artificio ocasionado por la baja N en esos
años en particular. Este resultado coincide con lo encontrado para ADNmt por Bjorndal et al.
(2005) en Tortuguero, Costa Rica y por Hatase et al. (2002) en las colonias anidadoras de
caguama en Japón. Para el caso de los microsatélites esta homogeneidad puede deberse,
entre otras razones, al hecho de que machos y hembras no tienen necesariamente la misma
escala de tiempo para la reproducción. Mientras que el período de remigración más frecuente
en las hembras es de 2 ó 3 años, los machos se reproducen anualmente o cada dos años
(Miller, 1997) de tal manera que los machos podrían evitar la diferenciación interanual. Del
mismo modo, las variaciones en el potencial reproductivo de las hembras comentado
anteriormente pueden contribuir a la mezcla de las mismas a través de los años.
La variación dentro de las estaciones de la actividad anidadora es similar a la de otros
reportes (Aiken et al., 2001; Mortimer y Carr, 1987), incluyendo patrones de selección del sitio
de anidación que aparentemente reducen el impacto de un ambiente impredecible en la
producción de crías (Eckert, 1987). Se ha constatado que las tortugas marinas ponen menos
huevos al principio de la temporada reproductiva. Esto puede ser una consecuencia del
incremento en la eficiencia y capacidad del proceso relacionado con la vitelogénesis y que en
la medida que la estación reproductiva avanza, las hembras se alimentan menos, con lo que
liberan espacio en la cavidad del cuerpo para acomodar más huevos (Broderick et al., 2003).
Al final de la estación, disminuye el número de huevos, presumiblemente producto de la
disminución de la producción de huevos asociada con el agotamiento de las reservas
energéticas de las hembras.
Los huevos de reptiles son vulnerables a condiciones de elevada salinidad y humedad lo cual
causa la pérdida del nido o bajas tasas de eclosión (Martín, 1996, Packard, 1999, Foley et al.,
2006). Aunque las salidas de las ovígeras son independientes de las precipitaciones diarias y
la humedad relativa al igual que de los acumulados mensuales de lluvia, sí se observa la
mayor concentración de las anidaciones durante el periodo lluvioso. Mortimer y Carr (1987) en
la isla Ascensión notaron que las tortugas anidaban en la estación del año en la que ocurrían
las mayores precipitaciones y se registraban las temperaturas más elevadas y sugieren que
es una adaptación que las tortugas han tenido, pues se les facilita anidar cuando la arena
DISCUSIÓN
85
está húmeda. Se sugiere que las temperaturas son probablemente el factor que define la
temporada de anidación (Godley et al., 2001). De hecho, en Guanahacabibes, las salidas de
las hembras a anidar se ajustan a un máximo que coincide con la temperatura óptima para la
incubación de los huevos.
Las diferencias encontradas en cuanto al número de salidas por tipos de rastros en el tiempo
de estudio por cada una de las quincenas tienen explicación por la paulatina llegada de las
ovígeras a sus respectivas playas de anidación. La existencia de estos rastros incompletos
puede ser debida a la interferencia por humanos u otros animales, que estén involucrados en
el impedimento de la excavación y/o la búsqueda de señales termales (Mortimer, 1990;
Salmon et al., 1996; Witherington y Martin, 1996). Por su parte, los rastros de reconocimiento
aumentan al inicio de la temporada por la llegada de las hembras a sus playas, pero al final
de la temporada de anidación son escasos, pues estas ya están en sus respectivas playas de
anidación. Esto es un indicador de la alta fidelidad a una playa determinada por las ovígeras.
En un estudio realizado en la isla Wan An se encontró que las tortugas realizaban por término
medio una anidación por cada tres emergencias. Algunas de estas emergencias se
explicaban como búsquedas infructuosas en lo que respecta a los sitios de anidación y otras
por el derrumbe o presencia de algún obstáculo que impidió el seguimiento de la excavación
(Wang y Cheng, 1999).
Otro elemento que determina el momento de salir las tortugas durante la temporada es la
luna. La mayor frecuencia de la primera salidade las hembras ocurrió durante la luna llena lo
que se justifica pues la claridad lunar facilita tanto la orientación de las reproductoras
ovipositoras en su arribo al área de anidación como la selección del sitio y la retirada del área
(Pilcher y Al-Merghani, 2000). Una vez detectada la playa parece carecer de importancia la
fase lunar, lo que se manifiesta en valores similares para las distintas fases lunares en las
siguientes salidas de las hembras.
La concentración de un mayor número de emergencias de hembras alrededor de la media
noche coincide con patrones descritos por Miller (1997) y Hirth (1997) para C. mydas. Este
patrón pudiera responder a un proceso de selección para optimizar las posibilidades de
completar el proceso de anidación antes del amanecer. De este modo se reduce el riesgo de
depredación o exposición al sol. Esta conducta está relacionada también con la marea y la
luna. Por una parte el ascenso a la playa de anidación se produce durante, o justo antes de la
marea alta (Frazier, 1985; Chen y Cheng, 1995; Pilcher y Al-Merghani, 2000). El mayor
número de emergencias exitosas se produce durante el llenante lo que se explica por el
DISCUSIÓN
86
efecto transportador que tiene este proceso. De este modo las ovígeras acceden a las playas
de anidación mucho más fácil y con un menor gasto de energía, la cual almacenan para la
puesta efectiva. Las playas trabajadas en la Península de Guanahacabibes poseen una zona
sublitoral poco profunda y de fondo rocoso. Estas características pueden impedir o dificultar la
subida de las tortugas a la playa durante la marea baja. En las playas que presentan una
barrera arrecifal, durante las mareas altas, las tortugas tienen más tiempo para completar el
proceso de anidación y retornar al mar antes de que puedan encallar en la cresta o en la
laguna arrecifal de aguas poco profundas (Pilcher y Al-Merghani, 2000). La relación entre la
salida de las tortugas ovígeras y la fase de la marea alta también fue planteada por Chen y
Cheng (1995). En este caso solo la encontraron en la primera reemergencia de las tortugas a
la playa. En la Isla St. Bangladesh, las tortugas normalmente ascienden a anidar entre las
19:00-03:00, de 3-4 horas antes o con la marea alta (Zahirul, 2002). Por otro lado, en la playa
Ya Lima Po de la Guyana Francesa se ha encontrado relación entre la marea alta y la hora de
arribo de tinglados a la playa, lo cual se explica por el efecto transportador de las mareas en
ascenso que facilita la llegada de las tortugas a la playa (Fretey y Girondot, 1989).
Además de la conocida relación que existe entre la luna y la marea, la iluminación de la luna
es otro factor ha tomar en cuenta. La orientación de las playas en Guanahacabibes determina
que en las horas cercanas a la salida de la luna, el astro se encuentra a espaldas de las
hembras, por lo que su resplandor facilita la visualización de la playa. Cerca de su puesta, por
el contrario la luna se encontrará frente a las hembras por lo será más difícil detectar la franja
clara de arena en el horizonte. Por este motivo en las fases de luna llena y cuarto menguante
las hembras salen con mayor frecuencia en las horas cercanas a la salida de la luna. En las
otras dos fases, la luna sale durante el día por lo que la salida de las hembras se separa en
tiempo respecto a la de la luna para poder aprovechar el horario nocturno.
4.3.
Características de las hembras anidadoras
Durante este estudio se pudo observar que el largo curvo del carapacho de las tortugas
anidadoras se encuentra comprendido en mayor proporción en el rango de 101-110 cm. Esto
puede deberse a que la madurez sexual de esta especie se empieza a manifestar a partir de
los 90 cm. de largo curvo del caparazón (Chaloupka, 2004), pero no alcanza su plenitud hasta
cuando exhibe un intervalo promedio de 101-110 cm. Dada la baja tasa de crecimiento en
esta etapa de la vida de las tortugas, estas mantienen este tamaño promedio de modo que
son muy raros los individuos que sobrepasan los 120 cm de largo curvo del caparazón
(Chaloupka, 2004; Zug et al, 2002). El valor medio del largo curvo del carapacho (104,49±0,35
DISCUSIÓN
87
cm, N=1644) de las tortugas verdes de la Península de Guanahacabibes cae dentro del
intervalo global de valores (71,1– 139,5 cm) referido para esta especie por Márquez (1996), y
dentro del intervalo encontrado en otras poblaciones cubanas (Nodarse et al., 2000).
En contraste, la media del largo recto del carapacho (95,64±0,43, N=1079) es menor a la
referida por Miller (1997) para la especie (LRC=99,1 ±1,9 cm Npoblaciones = 22) y para otras
áreas del Caribe (Bjorndal y Carr, 1989, para Costa Rica: LRC=100,2± 5,0 cm, N=2107 y
Cayo Cañaveral y Melbourne, Florida: LRC= 101,5 cm; Hutchinson, Florida: LRC=101,1 cm,
Islas Contoy, México: LRC=99 cm según Hirth (1997)). Es posible que la población cubana
tenga una mayor proporción de hembras jóvenes, con un número importante de nuevas
reclutas, lo cual es consistente con el gran número de nuevas hembras marcadas
anualmente.
Para varias especies incluyendo C. mydas se describen diferencias entre las reproductoras
experimentadas (remigrantes) y las que se reproducen por primera vez (neófitas). De ellas
son mayores las primeras (Limpus 1985, Parmenter y Limpus, 1999, Limpus et al., 2001,
Hamman, 2002). Esto fue observado también para el área de Guanahacabibes.
El tamaño promedio de la nidada en la Península de Guanahacabibes también se incluye en
el intervalo descrito por otros autores (Pritchard y Mortimer, 1999: 110-130). Es cercano al
valor medio descrito por Márquez (1996: 114 huevos), el de otras colonias de anidación
importantes del Atlántico, como Tortuguero y Costa Rica (Bjorndal y Carr, 1989: 112,2) y al de
la costa sur de la Isla de la Juventud, Cuba (Nodarse et al., 2000: 103,9).
Las diferencias significativas en la media del tamaño de la nidada entre las diferentes clases
de tallas de las hembras contrasta con estudios previos (Bjorndal y Carr, 1989; Chen y Cheng,
1995) que sugieren que la talla no se correlaciona con el número promedio de huevos
(Broderick et al., 2003). En el presente estudio el número de huevos se incrementa con el
tamaño de la hembra.
Por otra parte, las diferencias estadísticas encontradas en el tamaño de las hembras por año
y por playa, al igual que el número de huevos por playa parece ser resultado de un artificio de
la n que permitió hallar diferencias estadísticas aún cuando las diferencias entre los valores
de la media es muy pequeña, en el orden de una o dos unidades solamente.
En la medida que avanza la temporada, el número de huevos puestos por las hembras
disminuye, aunque se exceptúan los valores más extremos encontrados al inicio y final que
pueden constituir un artificio numérico debido al bajo número de nidos que se registran
durante esos períodos. Esto coincide con el número de huevos en cada puesta de las
DISCUSIÓN
88
hembras, el cual de manera general se reduce en la medida que la hembra anida un mayor
número de veces. Antworth et al. (2006) también observan las mayores variaciones en el
tamaño de la nidada dentro de cada temporada de anidación, aunque atribuyendo esta
variación al tamaño de la hembra. En el presente estudio, aunque se encuentra relación
estadísticamente significativa entre estas dos variables, en realidad la relación es pobre, con
solamente un 15 a un 20 % de la variabilidad en el tamaño de la nidada explicado por el
tamaño de la hembra.
La construcción del nido se divide casi equitativamente en la construcción de la cama y la
cámara de incubación, aunque se mantiene la tendencia de que mientras más dure un
proceso, menos dura el otro. De esta forma permanece inalterable el tiempo de construcción
del nido. La oviposición constituye el paso irreversible dentro de la etapa de puesta, a pesar
de que su duración es la menor de todos los descriptores temporales. Esta corta duración
podría estar relacionada con la vulnerabilidad de la reproductora ovipositora que durante este
periodo es relativamente tolerante a niveles de perturbación externa (Miller, 1996; Márquez,
1996). Pereira (2002) también informa que entre estos estados existe diferenciación, puesto
que el tiempo de oviposición es el de menor duración de la generalidad de los estados
temporales.
El enmascaramiento del nido es muy importante para el mantenimiento de las poblaciones de
tortugas marinas si se tiene en cuenta que la depredación es un factor que incide de manera
significativa en la mortalidad de la descendencia (Congdon et al., 1983; Thompson, 1983;
Iverson, 1991; Yerli et al., 1997; Burke et al., 1998; Escalona y Fa, 1998). Por otro lado, la
existencia de hembras que permanecen en la playa durante un período muy superior al de la
media (hasta seis horas) coincide con los casos de varios intentos fallidos previos a la
anidación exitosa. Esto sucede con frecuencia en zonas de la playa donde el lecho rocoso
está cerca de la superficie, por ejemplo cerca de los farallones, o cuando existen muchas
rocas enterradas en la arena que entorpecen la excavación del nido.
Las diferencias en cuanto al número de hembras con una sola puesta y salida en la
temporada con respecto a las que se observaron en más ocasiones, pudiera reflejar vacíos en
el seguimiento de las anidaciones dentro de la Península, pues estas tortugas podrían anidar
en otras playas que no estudia el proyecto. Aunque no se descarta esta posibilidad, la
fidelidad que muestran las hembras a su lugar de anidación la hace menos probable. También
puede asociarse a una capacidad reproductiva diferencial, aunque las hembras con una sola
salida no son significativamente menores que las otras.
DISCUSIÓN
89
Desde el punto de vista genético, entre todas las colonias estudiadas sólo se encontraron
haplotipos exclusivos en dos de ellas: en la playa Caleta de los Piojos (CMA 12, CMA 27.2,
CMA 56 y CMA 57) y en la colonia de la Isla de la Juventud (CMA 34). A pesar de las
muestras analizadas de varias temporadas, solamente fueron hallados estos haplotipos en un
único año. El resto de los haplotipos se encuentra al menos en dos de las colonias y está
representado en mayor o menor medida a lo largo del tiempo. Sin embargo, la región
estudiada y Guanahacabibes en particular, presenta un elevado endemismo con seis
variantes exclusivas de la región: CMA 27, CMA28, CMA34, CMA 48, CMA 56 y CMA 57
(Anexo 7).
La inmigración o la mezcla genética, a pesar de la conducta filopátrida general de las tortugas
marinas, se ha usado para explicar los valores relativamente altos de la diversidad haplotípica
y nucleotídica encontrados en algunas colonias relativamente pequeñas de tortugas verdes:
Polinesia (h=0,44 π=0,0027, número de hembras en la población = pocos centenares; Bowen
et al., 1992); Isla Aves, Venezuela (h=0,25, π =0,0053; número de hembras en la
población=300–500, Lahanas et al., 1994); y Quintana Roo, México (h=0,82, π =0,0057;
número de hembras en la población=100–400, Encalada et al., 1996). En todos estos casos,
los altos valores de π se han interpretado como reflejo histórico de las integraciones de
individuos con haplotipos divergentes.
Los resultados de este trabajo reflejan valores de diversidad haplotípica muy altos, superiores
a los valores informados para la misma especie para el Atlántico (0,22±0,0041 según Formia,
2002) o para el Caribe en particular (0,44 según Bjorndal et al., 2005). Este resultado coincide
con lo encontrado por Chassin-Noria et al. (2004) en las colonias de tortugas verdes de
Michoacán, México y es un indicativo de que existen fuerzas evolutivas afectando el equilibrio
ya que, según Kalinowski (2002) en condiciones de equilibrio, las poblaciones pequeñas
tienen diversidad genética más baja que las grandes.
Los “cuellos de botella” usualmente pueden causar la rápida pérdida de variación genética y
la fijación de alelos deletéreos así como la depresión por consanguinidad (Luickart et al.,
1998). Aún en los pocos estudios donde los “cuellos de botella” producen un incremento de la
variación genética, normalmente existen evidencias de una reducción en la capacidad
adaptativa y los valores fenotípicos medios (Bryant et al. 1986; Soulé y Kohm 1989; Brakefield
y Saccheri 1994).
Los valores de diversidad nucleotídica, sin embargo, son más bajos que los del Atlántico
(0,0030±0,0021 según Formia, 2002) y la región del Caribe (0,0078 según Bjorndal et al.,
DISCUSIÓN
90
2005). El contraste entre la baja diversidad nucleotídica y la elevada diversidad haplotípica
sugiere que los haplotipos de frecuencia más baja se originaron a partir de un proceso
evolutivo local y no por procesos de inmigración (Chassin-Noria et al., 2004). Esta afirmación
se sostiene por el hecho de que la mayoría de los haplotipos encontrados en el suroeste del
archipiélago cubano se relacionan entre sí por uno o dos cambios. La excepción sería el
haplotipo CMA 12 encontrado en el occidente de Guanahacabibes el cual constituye un claro
ejemplo de fallo a la filopatría no sólo por el número de cambios que lo separan del resto sino
porque ha sido previamente descrito en zonas de anidación de Brasil (Encalada et al. 1996).
No se hallaron diferencias entre las tallas promedios de las tortugas que presentaron distintos
haplotipos. Aunque todos se detectaron en el intervalo de tamaño más frecuente, se observan
los loci más raros en tortugas con tamaños cercanos a los límites de este intervalo. Entre los
haplotipos más abundantes también se hallan diferencias entre los tamaños promedios de
cada uno con respecto a los demás.
Según Grant y Bowen (1998), cuando los valores de la diversidad haplotípica y nucleotídica
son bajos (<0,5 y 0,005 respectivamente), es debido a la ocurrencia de un cuello de botella
reciente en la población o efecto fundador por uno o muy pocos linajes de ADNmt. Este sería
el caso de las poblaciones de San Felipe y Cayo Largo. Ahora, si la diversidad haplotípica es
alta pero la nucleotídica es baja, como sucede en el resto de las colonias analizadas,
entonces se ha producido un cuello de botella en la población seguido por un rápido
crecimiento de la población y acumulación de mutaciones.
Valores de diversidad del 90 % e incluso del 95 % son reportados comúnmente en estudios
con microsatélites (Balloux y Lougon, 2002). Estos elevados valores fueron también
observados
en
el presente
estudio
aunque
fueron
más
abundantes valores
de
heterocigosidad del 70 al 80 %.
4.4.
Consecuencias de la filopatría y fidelidad al sitio de anidación en la
estructuración genética
Carr (1975) hizo distinciones para las tortugas marinas entre la discriminación regional
(filopatría) y el regreso a una playa, que incluye una escala más fina (fidelidad a un sitio). Las
tortugas verdes muestran una elevada fidelidad a un sitio de anidación específico (Miller,
1997).
La filopatría es el paradigma dominante para las migraciones de tortugas marinas, aunque la
especificidad geográfica de este comportamiento varía bastante, al parecer. Recientemente,
DISCUSIÓN
91
los investigadores han estado volviendo su atención hacia análisis más finos de la filopatría.
Aunque está claro que las tortugas hembras regresan para anidar a sus playas natales, la
especificidad geográfica de la filopatría es incierta.
En estudios iniciales con ADNmt, los estudios en playas de anidación se prolongan unas
decenas o cientos de kilómetros en el litoral. El problema más interesante es si las hembras
regresan a su sitio natal o si definen una playa de anidación de manera menos específica a
escala regional. Por ejemplo, Bjorndal et al. (2006) observaron estructura poblacional con
ADNmt
entre islas separadas por 1800 km, pero no entre islas separadas por 150 km.
Bourjea et al. (2007) encuentran diferenciación genética entre sitios a más de 500 km de
separación pero no a menos de 150 km en el sudoeste del Océano Indico. Los estudios con
microsatélites para analizar playas de anidación próximas han comenzado a solucionar este
problema. Lee et al. (2007) usan la prueba de asignación para evaluar la filopatría a una
escala de pocos kilómetros en la Isla de Ascensión. Ellos observaron un signo modesto pero
significativo para dos de tres playas. Un estudio similar por Peare y Parker (1996) empleando
minisatélites informó estructura poblacional entre áreas de anidación a escala de 10 km en
Tortuguero, Costa Rica, pero no en la Playa de Melbourne, Florida, EE.UU. Es claro que el
problema de precisión en la filopatría necesita más investigación.
La alta fidelidad de las hembras a un área de anidación específica (>90 %) fue encontrada en
este trabajo, lo que se explica por una conducta ya planteada para las tortugas marinas
(Grassman y Owens, 1981; Bowen et al., 1989; Meylan et al., 1990; Limpus et al., 1992.,
Miller, 1997). Los fallos a la fidelidad al sitio ocurrieron en su mayoría entre playas adyacentes
y que constituyen una unidad desde el punto de vista genético (La Barca y el Holandés;
Antonio y Perjuicio). No obstante, los fallos al a fidelidad ocurrida entre años se producen en
su mayoría del resto de las playas hacia La Barca, la playa ubicada más al centro de la
Península. Aunque no necesariamente regresen a la playa donde nacieron, los estudios
genéticos han demostrado que las tortugas reproductoras sí regresan a la región de
nacimiento (Bowen et al., 1992). Lo anterior se pudo constatar en este trabajo ya que sólo el
6,3 % de las hembras ovígeras fue encontrado en más de una playa, que distaban en su
mayoría menos de 30 km entre ellas. Al respecto la Caribbean Conservation Corporation
(1996) plantea que la fidelidad a un área determinada no se limita a que las hembras
aparecen siempre en la misma playa, sino que a menudo emergen a unos cientos de metros
del lugar donde realizaron la anidación previa. Esta afirmación también fue comprobada en el
presente estudio, pues las hembras mostraron fidelidad incluso al mismo sector de la playa.
DISCUSIÓN
92
De manera general una vez que ha regresado a la región donde nació y selecciona una playa
de anidación, una tortuga tenderá a reanidar en una proximidad cercana, 0/0,5 km. durante
los intentos de anidación subsiguientes, aunque un pequeño porcentaje utilizará sitios más
distantes dentro del área total (Bjorndal et al., 1985).
Para determinar de qué manera ocurre el flujo génico entre las poblaciones del suroccidente
de Cuba se prueban dos modelos. El modelo de aislamiento por distancia que examina la
relación del flujo génico entre pares de poblaciones (M, equivalente a Nm entre pares de
poblaciones) con la distancia geográfica (Slatkin, 1993) y el de islas infinitas (infinite islands
model) de Wright (1951). Este último considera condiciones en equilibrio entre un número
infinito de islas o subpoblaciones de igual tamaño, que intercambian migrantes entre
cualquiera de las islas con igual probabilidad, a una tasa constante. Dados los niveles de
diferenciación encontrados entre pares de poblaciones, especialmente con el ADNmt, el
modelo que más se ajusta es el primero. Otros factores pueden determinar las relaciones
entre las poblaciones además de su separación, como es el caso de los patrones de
corrientes existentes en la zona (Anexo 6) o el acceso restringido que tienen las playas del
interior de la Península de Guanahacabibes.
Un elemento a favor de esta diferenciación con la distancia es la observación de las clinas
descritas en varios de los haplotipos. Las clinas genéticas han sido descritas previamente
para Caretta caretta (Shamblin et al., 2007; Ruiz et al., 2008) pero con un gradiente latitudinal.
Sin embargo, no se había observado previamente un gradiente longitudinal de la variación
genética en tortugas marinas y, menos aún, para C. mydas. Como se menciona con
anterioridad, las limitaciones en el acceso al igual que las corrientes marinas (Anexo 6) son
probablemente la causa de esta distribución espacial tan inusual. El punto de inicio es el
occidente de Guanahacabibes, la zona más externa y próxima a la corriente del Golfo, donde
existe una mayor probabilidad de la llegada de un número variado de haplotipos, incluyendo
fallos a la filopatría como es el caso del haplotipo A12, oriundo de Brasil. A partir de esta
zona, disminuye la proximidad a las grandes corrientes transportadoras, tanto hacia el interior
de Guanahacabibes como al interior del archipiélago de los Canarreos. Por este motivo se
observan clinas en estas dos direcciones.
Otro de los indicios para movimientos migratorios a largas distancias es la presencia en varias
colonias del suroccidente cubano del haplotipo A13, descrito por primera vez en Chipre.
Debido a que se diferencia solamente por un cambio de otros haplotipos endémicos de Cuba
(A27 y A56) se podría pensar en una evolución convergente. Sin embargo, su relación con el
DISCUSIÓN
93
haplotipo ancestral a través de los haplotipos cubanos conduce a la valoración de una posible
colonización del Mediterráneo vía Caribe y Cuba en particular.
A pesar de no encontrar una relación entre las salidas quincenales en dependencia de la
playa, debido principalmente a la similitud en las frecuencias de las playas interiores, sí es
evidente que en dos de las tres playas externas (Caleta de los Piojos y Los Cayuelos) el pico
de las anidaciones ocurre una quincena antes que en el resto. Esto es un indicativo de que
las tortugas llegan siguiendo la fuerte Corriente del Golfo que pasa muy cercana a esa zona y
luego se introducen en busca de las otras playas. Esto se confirma a partir de la dirección del
flujo genético estimada a partir del ADNmt que indica un movimiento de individuos del
occidente de la península hacia el interior. De igual manera, la dirección del flujo hacia y
desde las otras colonias del archipiélago (San Felipe y Cayo Largo) se ajusta a los patrones
de corrientes de la zona, debido a los dos giros que se forman cerca de las mismas, que
permiten el movimiento en ambas direcciones (Anexo 6). En estudios con marcadores
satelitales, el análisis de las trayectorias mostró que las tortugas marinas no compensaron la
deriva de las corrientes marinas. Aparentemente, se movieron de forma directa con mayor o
menor precisión hacia sus áreas de anidación, pero las corrientes les hicieron tomar las rutas
menos eficientes (Girard et al. 2006). Se advierten evidencias de la relación existente entre la
conducta migratoria de las tortugas verdes y las corrientes marinas superficiales (Cheng y
Cai, 2007). Algunas tortugas utilizan las corrientes más fuertes por cortos períodos de tiempo.
Incluso pueden utilizar las corrientes como guía en las áreas de alimentación para
aproximarse hacia aguas someras.
Una vez dentro de la Península esta asociación migración-corrientes es más difícil de seguir.
El predominio de trayectorias en dirección este-oeste, en la primera salida pudiera ser una
evidencia de que las tortugas que anidan en la costa sur de la Península de Guanahacabibes
realmente se ajustan al patrón de las corrientes para realizar sus desplazamientos luego de
abandonar las playas de anidación.
Acosta et al., (1987) encuentran que la tortuga prieta que anida en el Pacífico Sur de México
se desplaza hacía Centroamérica coincidiendo con las corrientes de la zona. Estos autores
plantean que los desplazamientos que realizan las tortugas marinas hacia sus diferentes
destinos sugieren un gasto energético elevado, además de la energía que utilizan en la
reproducción. Es por ello que los medios de navegación deben permitirles el menor gasto
posible, lo cual puede suceder si sus desplazamientos se sincronizan con la velocidad y
dirección de las corrientes marinas. Esto podría significar que los movimientos hacia las
DISCUSIÓN
94
playas son independientes de la migración o que la migración está ocurriendo en dirección
opuesta a lo esperado.
Entender el patrón y el grado de divergencia genética entre poblaciones es crucial para la
protección de especies y elaboración de planes de manejo adecuados (Allendorf y Luikart,
2007). Para la interpretación de la diferenciación y flujo entre las subpoblaciones, el uso del
estadístico Fst es fundamental pues determina el grado de divergencia entre ellas (Allendorf y
Luikart, 2007). La diferenciación que se observa entre las colonias empleando el ADNmt es
grande, sin embargo, es baja considerando los microsatélites. En el caso particular de los
microsatélites se esperaría la presencia de un flujo genético alto entre las poblaciones a partir
de los resultados obtenidos en estudios previos en otras áreas de anidación (Karl et al. 1992;
FitzSimmons et al., 1997a; Roberts et al., 2004).. El flujo genético alto evita la adaptación local
(es decir la fijación de alelos que son favorecidos bajo las condiciones locales), e impedirá por
consiguiente también el proceso de diferenciación (Barton, 2001). Sin embargo, con ninguno
de los marcadores supera los 25 individuos por generación, exceptuando el centro y oriente
de Guanahacabibes para el ADNmt con más de 500 individuos. Por otro lado, el flujo genético
produce nuevo polimorfismo en las poblaciones y aumenta el tamaño efectivo de la población
local (la habilidad de resistirse a los cambios aleatorios en las frecuencias de los alelos), con
lo que genera nuevas combinaciones en las que la selección natural puede actuar
potencialmente (Barton, 2001).
Naro-Maciel et al. (2007), empleando microsatélites, encuentran una débil estructura de las
tortugas verdes del Atlántico. La diferenciación genética fue menos pronunciada en los loci
microsatélites que en la región control del ADNmt. Resultados similares en colonias se
atribuyen en primer lugar a la influencia homogeneizadora del flujo genético mediado por los
machos detectado en los loci nucleares (Karl et al. 1992; FitzSimmons et al., 1997a; Roberts
et al., 2004). En algunas áreas, el flujo genético se piensa que ocurre durante las migraciones
reproductivas que se superponen espacialmente (FitzSimmons et al., 1997a y 1997b) y
pudiera estar mediado por los machos (Karl et al. ,1992; Roberts et al., 2004).
Fst es un estadístico afectado por las tasas de mutación. En el caso particular de los
microsatélites, donde existen eventos de homoplasia, los valores de Fst se reducirán por este
efecto aún cuando no exista migración entre las subpoblaciones analizadas. Rst, por su parte,
es independiente de las tasas de mutación siempre que se cumpla el modelo de mutación por
pasos (SMM). Desafortunadamente no es robusto cuando existen desviaciones de este
modelo lo cual es común en muchos microsatélites por lo que se convierte en una función
DISCUSIÓN
95
tanto de la migración como la mutación (Balloux y Lougon, 2002). El factor importante no es la
mutación per se sino la magnitud de la relación de la mutación sobre la migración. Cuando el
flujo genético es limitado, la mutación puede convertirse en un factor importante a ser tenido
en cuenta, más que la migración. Si los niveles de intercambio son elevados, la mutación no
es tan relevante (Balloux y Lougon, 2002). Esto pudiera explicar las diferencias en los
resultados que aportan ambos estadísticos para los resultados con microsatélites de las
poblaciones del suroccidente de Cuba. Mientras que con Fst se encuentran diferencias entre
todas las poblaciones, con Rst existe una mayor interconexión entre ellas. Es decir, las
diferencias en las frecuencias de los alelos, dada fundamentalmente por el intercambio
genético (salvo que exista homoplasia), genera mayor variación entre las poblaciones. En
cambio las diferencias en cuanto a las tallas de los alelos presentes en cada población,
generadas por procesos de mutación, son mucho menores o simplemente no existen. En
resumen, todo parece indicar que, al menos para la zona estudiada, las limitaciones en el
intercambio de individuos son el factor desencadenante de la diferenciación entre las
poblaciones estudiadas.
Recientemente ha sido criticada la utilidad del Fst y otros métodos similares para analizar los
datos genéticos de poblaciones naturales (Whitlock y McCauley, 1999; Pearse y Crandall,
2004). Estos estudios revelan que el Fst, que se deriva de un conjunto de asunciones
idealizadas y muy poco realistas debe interpretarse con cautela cuando viene de poblaciones
naturales, particularmente en aquellas con interés para la conservación donde tales
asunciones probablemente son violadas. La interpretación de Fst per se, puede ser un arma
de doble filo. Por ejemplo, valores idénticos de Fst pueden ser estimados de patrones
diferentes de frecuencias alélicas (Wright, 1978). La interpretación de los extremos teóricos de
Fst (0 y 1) es, sin embargo, fiable. Un valor de cero significa que las subpoblaciones
analizadas son una unidad (no existe diferenciación), mientras que un valor de uno, es
medida de que las subpoblaciones están completamente regidas por alelos diferentes. No
obstante, la prueba de Chi cuadrado realizada a las frecuencias alélicas de las poblaciones
cubanas reafirma los resultados encontrados con el Fst.
En contraste, la prueba de asignación desarrollada por Paetkau et al. (1995) estima la
probabilidad de asignación de cada individuo a una población fuente potencial, y la similitud
de los genotipos multilocus individuales proporciona un medio de agrupar a los individuos en
las poblaciones así como excluir una población como el origen de un individuo (Cornuet et al.
1999). El enfoque basado en el individuo proporciona un poder potencialmente mayor que el
DISCUSIÓN
96
Fst como discernidor a escala fina de los modelos genéticos (Waser y Strobeck, 1998), sobre
todo cuando se emplea con sitios muy inconstantes (Campbell et al. 2003). De hecho,
Paetkau et al. (1995) originalmente desarrollaron el método para cuantificar grados sutiles de
diferenciación genética entre poblaciones de oso polares que habían demostrado previamente
ser difíciles de estudiar debido a la baja variación en marcadores como aloenzimas y ADNmt.
A partir de este primer uso, las pruebas se han aplicado para la asignación de individuos o
muestras a las poblaciones fuente. Con los datos del suroccidente cubano se prueba la
utilidad de este método para asignar individuos a sus poblaciones. En el peor de los
escenarios se logró identificar de modo correcto alrededor del 50 % de los individuos con su
localidad fuente, aunque se llegó hasta el 100% en uno de los casos. Se informa que la
elevada variabilidad de los microsatélites así como el número de ellos empleado pueden
limitar la efectividad de este método (Paetkau et al., 1995), sin embargo, los mejores
resultados en el presente estudio fueron encontrados empleando ocho loci microsatélites.
Con el empleo del STRUCTURE, también fue posible distinguir grupos, incluso dentro del
área de Guanahacabibes, aunque la resolución de esta prueba fue menor. De acuerdo al
algoritmo propuesto por Evanno et al. (2005), el número de grupos más factible occila entre
tres y cuatro (Anexo 8). En función de este ordenamiento, se pueden separar tres regiones
en Guanahacabibes: occidente, centro y oriente que se distinguen del resto del archipiélago
pero el resto de las colonias no se diferencia.
Karl et al. (1992) proporcionan la primera comparación de resultados genéticos del ADNmt y
ADNn, a la vez que permiten la resolución de influencias maternales y paternales en la
estructura genética de la población. En su estudio reanalizan la filopatría en las islas de
Ascensión y Surinam en las que anidan poblaciones de tortugas verdes que no comparten
ningún haplotipo de ADNmt y la estimación de flujo genético materno es cercano a cero
(Bowen et al. 1992). Basados en cinco loci nucleares, las dos poblaciones son indistinguibles,
y el flujo genético correspondiente indica que existe un flujo o intercambio genético reciente. A
gran escala, Karl et al. (1992) informan una baja estructura poblacional con RFLPs aplicados
a siete loci nucleares (Fst Atlántico = 0.130, Indo-Pacífico Fst = 0.126), comparado con el
ADNmt (Gst Atlántico = 0.63, Indo-Pacífico Gst = 0.71; Bowen et al. 1992). Un estudio con 4
microsatélites para inspeccionar el mismo rango corrobora este hallazgo (Fst Atlántico =
0.038, Indo-Pacífico Fst = 0.024: Roberts et al., 2004). Estos estudios demuestran un flujo
genético significativo mediado por machos entre colonias de anidación, un hallazgo apoyado
por estudios de ADNmt y microsatélites en el Pacífico Oriental (FitzSimmons et al. 1997b),
DISCUSIÓN
97
aunque según estos autores el flujo genético se produce con mayor probabilidad durante las
migraciones o por fallos a la fidelidad tanto de machos como de hembras ya que también
encontraron fidelidad de los machos a las áreas de reproducción.
La discrepancia genética entre el ADNmt y los estudios del ADNn proporcionan dos lecciones
sobre la estructura poblacional relevantes para el manejo en vida libre de tortugas marinas y
otros animales marinos migratorios:
1. Las poblaciones de anidación son unidades de manejo independientes sin tener en cuenta
el nivel de flujo génico mediado por los machos. Esto se justifica evaluando las dos
posibilidades extremas de extinción de uno de los géneros. Si desaparecen los machos, las
hembras que anidan todavía tienen posibilidad de fecundarse durante sus recorridos
migratorios desde las áreas de alimentación. Si las que se extinguen son las hembras
entonces la población que anida desaparece. Las hembras transmiten los caracteres
genéticos de la vida a través de las generaciones (Avise, 1995) y la conducta filopátrida de la
hembra define las poblaciones reproductivas independientemente de la conducta de los
machos.
2. Tanto el ADNn o el ADNmt por separado solo podrían proporcionar conclusiones
incompletas y engañosas sobre la estructura de la población. El estudio con ADNmt
exclusivamente de los juveniles de tortugas del Atlántico Norte indicaría una sola población
panmíctica y disimularía la verdadera estructura de subadultos y adultos reproductores.
4.5.
Tamaño efectivo de las poblaciones
Se observó que el tamaño efectivo calculado es mayor que el censado, aunque en el mismo
orden de magnitud con la mayoría de los estimadores. Esto puede deberse a que la gran
variabilidad genética encontrada en poblaciones tan pequeñas puede conllevar a
sobreestimar sus tamaños efectivos. Estos dependen de la diversidad genética sobre todo si
es alta, aunque en teoría están en correlación positiva con el tamaño de la población (Soule y
Khom, 1989; Frankham, 1996). También puede ser el resultado de eventos de colonización
múltiples, o de migración desde otras
poblaciones diferentes. Esto también explica el
contraste entre los valores estimados para la población de Cayo Largo y los resultados de los
censos debido a que Cayo Largo es una población grande con baja variabilidad genética.
Este mismo comportamiento se observa en la colonia de anidación de Costa Rica (Bjorndal et
al., 2005). Estimados de la tasa, a la cual se generan nuevos rasgos cuantitativos mediante la
mutación, fueron utilizados para sugerir que las poblaciones deben mantenerse con un
tamaño efectivo mínimo de 500 individuos para lograr la sostenibilidad a largo plazo (Soule,
DISCUSIÓN
98
1980; Franklin, 1980). Según este criterio, las poblaciones analizadas presentan tamaños
efectivos en el límite o insuficientes para garantizar su continuidad. Esto puede ser el
resultado de una reducción histórica o reciente de sus poblaciones lo cual es señalado por los
estadísticos de cambios demográficos analizados para cada marcador molecular.
Por otra parte, aunque los estimados a partir del método de Jolly-Seber dan valores más
altos, este método no es muy efectivo para las poblaciones de tortugas marinas pues, entre
otras asunciones, presupone que la probabilidad de recaptura de todos los animales
marcados es la misma a lo largo de muestreos sucesivos cuando en realidad esta
probabilidad depende del intervalo de remigración de las tortugas que puede variar desde un
año hasta 6 o más años.
Los tamaños poblacionales estimados por los diferentes métodos coinciden en ubicar a las
mayores poblaciones en áreas con características geomorfológicas particulares (por ejemplo
la ausencia de barrera arrecifal) como es el caso de Antonio, La Barca y Caleta de los Piojos
en Guanahacabibes y Cayo Largo al este del archipiélago. A pesar de los tamaños
poblacionales pequeños de manera individual, dos de las áreas de anidación cubanas
(Guanahacabibes y Cayo Largo) tienen un tamaño efectivo superior (<500 hembras) al de dos
de las regiones del Caribe descritas como índices dentro de la distribución mundial de la
especie C. mydas (Seminoff, 2002) que es el caso de la Península de Yucatán, México e Isla
de Aves en Venezuela con menos de 500 hembras.
4.6. Definición de las unidades de conservación
Las unidades de manejo se identifican con las poblaciones que son demográficamente
independientes, es decir, que la dinámica poblacional depende en mayor medida de las tasas
de nacimiento y muerte que de la migración (Allendorf y Luickart, 2007). En este caso, aunque
las tasas de migración por generación pueden alcanzar los 20 individuos, la marcación física
no muestra un intercambio de individuos superior a dos entre zonas diferentes desde el punto
de vista genético. En general, las unidades de manejo no muestran evolución a largo plazo o
una fuerte diferenciación adaptativa. Las unidades de manejo deben representar poblaciones
que sean importantes para la persistencia a largo plazo de la unidad de significación
evolutiva.
La comprensión de los movimientos de las hembras como el que se obtiene a partir del
ADNmt es de un relevancia particular para definir unidades de manejo porque la colonización
por hembras es crucial para mantener la viabilidad de las metapoblaciones a raíz de una
perturbación (Avise, 1995). Una limitación común a todos los estudios del ADNmt anteriores
DISCUSIÓN
99
es que ellos raramente comparan colonias a escalas pequeñas (<500 km), de modo que la
magnitud del intercambio a una escala local no ha sido determinada. Una segunda limitación
general de tales estudios es que, a pesar del énfasis puesto en la diferenciación del ADNmt
(ej. Moritz, 1994; Avise, 1995), hay una considerable incertidumbre al estimar la tasa de
migración del ADNmt (Whitlock y McCauley, 1999; Ballard y Whitlock, 2004). En este
contexto, es muy deseable combinar evidencias obtenidas con ADNmt con datos de
marcación-recaptura para probar su congruencia. En general solo se han realizado
comparaciones a gran escala para las tortugas marinas.
Las diferencias genéticas que se han verificado a lo largo de este documento indican que, al
menos las cuatro áreas de anidación consideradas (Guanahacabibes, San Felipe, Isla de la
Juventud y Cayo Largo) deben ser manejadas de manera independiente con el fin de
conservar su valor genético, particularmente ante el aparente estado de declive en el cual se
encuentran. Dentro de Guanahacabibes, Caleta de los Piojos requiere particular atención por
su posición geográfica clave que determina su gran variabilidad. Finalmente, a pesar de no
encontrarse diferencias entre las playas internas de la Península de Guanahacabibes con el
ADNmt, los loci microsatélites sí discriminan entre todas ellas, excepto La Barca y El
Holandés, que se encuentran a sólo dos kilómetros y, por tanto, fueron manejadas en todo
momento como una unidad. Esta separación que indica un pasado más reciente, e incluso lo
que ocurre actualmente, sugiere que se consideren las playas de Guanahacabibes como
unidades de manejo independientes.
Los resultados de este estudio constituyen solamente la primera aproximación hacia la
caracterización de los valores reproductivos de las poblaciones que anidan en el occidente
cubano. Aunque se destaca la importancia de las colonias de anidación del suroccidente del
archipiélago cubano, también se apunta la necesidad de un seguimiento a largo plazo antes
de que muchas de las preguntas relacionadas con su biología reproductiva y dinámica
poblacional puedan ser resueltas. De todos modos la información obtenida es necesaria para
establecer las prioridades de conservación dentro del contexto de los planes de manejo
nacionales y para una protección y seguimiento más eficiente de la anidación en las playas
del suroccidente de Cuba.
100
CONCLUSIONES
1.- La marcada estacionalidad anual de las anidaciones de C. mydas está relacionada con
la frecuencia de remigración de las hembras, debido a la coincidencia del ciclo bienal con
una mayor frecuencia de remigraciones cada dos años. Los períodos de remigración, unido
al reclutamiento de hembras jóvenes, determinan la existencia de un mayor número de
hembras sin marcar con relación a las remigrantes. No obstante, las variaciones en el
intervalo de remigración produce una mezcla de individuos entre los años por lo que no se
observan diferencias genéticas en el tiempo, lo que demuestra desde el punto de vista
teórico la complejidad del ciclo reproductivo de esta especie.
2.- La estacionalidad de las anidaciones dentro de la temporada reproductiva tiene dos
componentes principales: el momento en que se produce el pico reproductivo dentro de la
temporada y el momento del ascenso de las tortugas a la playa. El primero se produce
cuando se alcanza una temperatura atmosférica óptima entre 27,5 y 28,5oC y los mayores
acumulados mensuales de precipitaciones, generalmente en el mes de julio. Por otra parte,
la luna llena parece ser determinante en la primera salida de las hembras a la playa. La
salida a las playas ocurre en horas cercanas a la media noche en dependencia de la
posición de la luna respecto a la playa y el momento en que se produce el llenante de la
marea. Estos datos permiten establecer los intervalos óptimos para el trabajo en las playas.
3.-Como parte de su estrategia reproductiva, las hembras de C. mydas que anidan en la
Península de Guanahacabibes seleccionan playas de grano grueso, alta energía, con una
pendiente cercana a los 6o, con presencia de una línea de vegetación secundaria de
Trinax radiata y que no presentan barrera de arrecifes que limiten el acceso de las
hembras. En la práctica, la correcta identificación de las playas con condiciones adecuadas
para la anidación de C. mydas, permite concentrar en ellas los esfuerzos de conservación.
4.- Una vez seleccionado el sitio de anidación, las hembras anidadoras de C. mydas
permanecen fieles a él incluso dentro de la misma playa, por lo que se observa solamente
un 6,3% de fallos a la fidelidad, la mayor parte después de la ocurrencia de los ciclones.
Estos eventos, además de disminuir la supervivencia de embriones y crías, transforman las
playas, por lo que las hembras alteran sus recorridos habituales para ubicar nuevos sitios
apropiados para la anidación. La fidelidad al sitio de anidación también se refleja en una
101
diferenciación genética a escala microgeográfica entre las colonias de Guanahacabibes lo
que demuestra que los niveles de filopatría y fidelidad al sitio en C. mydas son elevados.
5.- La distribución geográfica particular de las colonias de anidación del suroccidente de
Cuba y su accesibilidad en función de los patrones de corrientes, unida a las
características de las playas, contribuyen a la diferenciación genética y al elevado
endemismo haplotípico encontrado, al punto de originar un gradiente longitudinal en la
distribución de los haplotipos. La diferenciación con el ADNmt distingue cinco regiones: el
occidente de Guanahacabibes, el interior de la Península, San Felipe, la Isla de la Juventud
y Cayo Largo. Con los microsatélites se logra una mayor resolución entre las colonias de
Guanahacabibes. Estos aspectos se deben considerar en el manejo de la especie con el
fin de preservar el valor genético de cada una de estas colonias.
6.- Los estimados del tamaño efectivo de las poblaciones indican tamaños pequeños (<500
hembras), con la excepción de Cayo Largo, lo cual se ajusta a lo esperado después de una
contracción crítica de su tamaño histórico, comprobado con los dos marcadores
moleculares. Los mayores tamaños efectivos se encuentran en playas con características
geomorfológicas similares. Desde el punto de vista de la conservación de la especie, el
tamaño estimado de las colonias de la Península de Guanahacabibes amerita una
reevaluación en cuanto a su importancia respecto al resto de las colonias de anidación en
el área del Caribe.
102
RECOMENDACIONES
1.- Realizar la evaluación de las características geomorfológicas en las principales playas
de anidación del archipiélago cubano e identificar las que presentan las características
apropiadas de acuerdo con este estudio. Una vez corroborada su importancia según los
niveles de anidación, concentrar los
mayores esfuerzos de conservación en las que
presenten las mejores características para la anidación.
2.- Reevaluar los planes de manejo de la tortuga verde en el archipiélago cubano a partir
del seguimiento de los factores afectados por el cambio global como el nivel del mar, la
temperatura y los eventos meteorológicos.
3.- Considerar las colonias estudiadas en el suroccidente del archipiélago cubano como
unidades de manejo independientes y prestar especial atención a las de mayor variabilidad
como Caleta de los Piojos o con el mayor número de haplotipos representativos como es el
caso de la Isla de la Juventud.
4.- Realizar nuevos análisis aumentando el tamaño de muestras para San Felipe e Isla de
la Juventud.
5.- Utilizar rastreos satelitales para verificar patrones de migración durante período interanidatorio (intra temporada de anidación) y sus derroteros migratorios.
6.- Continuar programas de marcado para solidificar estimaciones de parámetros críticos
(tasa de mortalidad, proporción remigrantes:neófitas y tasas de migración entre colonias)
103
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122
Anexo 1: Características de los ciclones que afectaron el occidente de Cuba durante el período de
estudio
Tabla1.Clasificación de los ciclones tropicales atendiendo a la intensidad de los vientos máximos
sostenidos en superficie.
Clasificacion
Viento máximo sostenido en km/h
(media en un minuto)
Depresión
Tormenta Tropical
Huracán
<63
63-117
>117
Tabla 2. Clasificación de los huracanes según la escala de Saffir – Simpson.
Categoría
Presión central (hPa)
Viento máximo
sostenido (km/h)
Daños
1
2
3
4
5
>= 980
965 - 979
945 – 964
920 – 944
< 920
118-153
154-177
178-209
210-250
>250
Mínimos
Moderados
Extensos
Extremos
Catastróficos
2002
2002
2003
2004
2004
2005
2005
2005
2006
2007
Nombre
Fecha
de
inicio
Fecha en
que
finaliza
Viento
máximo
(km/h)
Presión
mínima
(hPa)
Fecha y hora (UTC*)
en que alcanzó la
máxima intensidad
Escala
Saffir
Simpson
Isidore
Lili
Claudette
Charley
Iván
Arlene
Katrina
Wilma
Alberto
Dean
14/9
21/9
8/7
9/8
2/9
08/6
23/8
15/10
10/6
13/8
26/9
td>
17/7
15/8
24/9
13/6
31/8
25/10
14/6
23/8
205
230
150
230
270
110
280
295
110
280
934
938
979
941
910
989
902
882
995
905
22/9 11:31
2/10 20:13
15/7 14:14
8/13 19:57
12/9 00:05
11/6 1:47
28/8 17:55
19/10 12:00
13/6 00:00
21/8 08:30
3
4
1
4
5
5
5
5
3
4
5
2
1
Figura 1. Trayectoria los ciclones Isidore (1), Lili (2), Charley (3), Iván (4) y Arlene (5) sobre el archipiélago
cubano.
ANEXOS 123
Anexo 2: Valores de F (índice de autocigosidad) observados y esperados bajo el modelo de alelos infinitos (IAM),
y probabilidad de que sean significativamente diferentes, obtenidos mediante la prueba de neutralidad de EwensWatterson (Ewens, 1972; Watterson, 1978) para todas las muestras según su localidad.
Locus
Ei8
Localidad
Localidad
0,46085
Cayo Largo
0,42474
0,471
Centro
0,95211
0,66089
0,06
Isla
0,56222
0,5913
0,225
Isla
Occidente
0,39574
0,35331
0,697
Perjuicio
0,44358
0,62217
0,495
Antonio
Fobservada
Fesperada
p
Antonio
0,10597
0,16902
0,001
Cayo Largo
0,28502
0,2175
0,236
Centro
0,12302
0,16667
0,007
0,25
0,15967
0,162
Occidente
0,15776
0,19281
0,092
0,025
Perjuicio
0,14583
0,17947
0,289
0,55592
0,423
San Felipe
0,21
0,29453
0,291
0,15733
0,14668
0,012
Antonio
0,09
0,12732
0,219
Cayo Largo
0,11736
0,15681
0,071
Cayo Largo
0,10875
0,13155
0,256
Centro
0,20414
0,13826
0,002
Centro
0,37061
0,11628
0,347
Isla
0,16667
0,21582
0,092
Isla
0,31888
0,18158
0,551
Occidente
0,14661
0,16665
0,059
Occidente
0,14524
0,14084
0,354
Perjuicio
0,12193
0,1324
0,011
Perjuicio
0,12125
0,14873
0,848
San Felipe
0,22222
0,23678
0,41
0,3549
0,246
OR8
CM58
0,34
0,3591
0,139
0,1283
0,26234
0,856
Antonio
0,27112
0,72617
0,54754
0,166
Cayo Largo
0,52839
0,40792
0,053
0,2288
0,32136
0,733
Centro
0,20226
0,36084
0,219
0,44444
0,39923
0,431
Isla
0,51556
0,33524
0,001
Occidente
0,2927
0,37901
0,784
Occidente
0,39919
0,35544
0,252
Perjuicio
0,605
0,60849
0,085
Perjuicio
0,29475
0,41231
0,104
San Felipe
0,39844
0,41355
0,195
San Felipe
0,32812
0,33302
0,569
Antonio
0,19964
0,1439
0,145
Antonio
0,20959
0,22058
0,01
Cayo Largo
0,10226
0,11825
0,023
Cayo Largo
0,29398
0,28188
0,029
0,1282
0,10224
0,021
Centro
0,20293
0,27508
0,084
Isla
0,19333
0,18704
0,036
Isla
0,22917
0,26235
0,009
Occidente
0,20433
0,20252
0,544
Occidente
0,25222
0,22799
0,02
Perjuicio
0,12004
0,15884
0,574
Perjuicio
0,19274
0,27284
0,001
0,25
0,33349
0,267
San Felipe
0,25926
0,28381
0,582
Antonio
0,15073
0,2036
0,079
Cayo Largo
0,15819
0,171
0,097
Centro
0,18934
0,17954
0,034
Isla
0,14286
0,16093
0,597
Occidente
0,19681
0,22526
0,108
Perjuicio
0,16529
0,1729
0,214
0,17
0,24659
0,514
Antonio
Centro
Isla
Centro
San Felipe
OR2
0,364
Locus
0,38716
Cayo Largo
CM72
p
0,66929
San Felipe
OR1
Fesperada
Antonio
San Felipe
CM84
Fobservada
San Felipe
OR3
Cc117
ANEXOS 124
Anexo 3: Evaluación de la diferenciación genética por año para los nueve loci microsatélites para las
poblaciones de Guanahacabibes (Fst (Pa))
Antonio
OR3
2004
2006
2006a 0,000(0,40)
2007a 0,009(0,18)
OR8
2004
0,007(0,26)
2006
2006a 0,030(0,03)
2007a 0,022(0,08)
OR2
2004
2004
2006
2007a 0,003(0,33)
CM58
0,037(0,04)
2004
2006
2006a 0,004(0,33)
0,024(0,03)
2006
2006a 0,000(0,42)
2007a 0,000(0,38)
OR1
2006a 0,037(0,06)
2007a 0,000(0,38)
CM72
0,000(0,35)
2004
2006
2007a 0,000(0,48)
2004
2006a
0,047(0,01)
2006
2007a
0,052(0,02)
0,031(0,02)
2006
CM84
2004
2006a
0,024(0,06)
2007a
0,069(0,01)
0,024(0,01)
2006
Ei8
2004
2006a
0,028(0,13)
0,071(0,01)
2007a
0,018(0,19)
0,007(0,23)
2006
Cc117
2004
2006
2006a
0,000(0,52)
2007a
0,005(0,39)
0,009(0,44)
2006
2006a 0,062(0,01)
0,009(0,14)
Cc117
Perjuicio
OR3
2004
2006a
0,000(0,38)
2006
2007a
0,071(0,06)
0,048(0,12)
OR8
2004
2006
2006a
0,000(0,41)
2007a
0,000(0,32)
0,061(0,05)
OR2
2004
2006
2006a
0,020(0,22)
2007a
0,093(0,02)
0,060(0,02)
OR1
2004
2006a
0,059(0,20)
2007a
0,000(0,38)
0,070(0,12)
2006
CM58
2004
2006a
0,017(0,27)
2007a
0,018(0,32)
0,092(0,01)
2006
CM72
2004
2006a
0,017(0,28)
2007a
0,000(0,40)
0,0210,18)
2006
CM84
2004
2006a
0,011(0,26)
2007a
0,009(0,33)
0,016(0,30)
2006
Ei8
2004
2006a
0,00(0,42)
2007a
0,00(0,28)
0,00(0,38)
La Barca
OR3
2004
2006
0,012(0,21)
2007
0,070(0,01)
OR8
2004
2006
OR1
2004
2006
0,059(0,06)
0,006 (0,30)
2007
0,040(0,11)
2006
CM58
2004
Cc117
2004
2006
0,000(0,41)
2006
0,020(0,22)
2007
0,001(0,38)
0,034(0,04)
2006
CM84
2004
2006
2006
0,000(0,45)
2006
0,020(0,09)
2006
0,012(0,15)
2007
0,000(0,54)
0,000(0,49)
2007
0,033(0,06)
0,000(0,40)
2007
0,012(0,25)
0,018(0,11)
OR2
2004
2006
CM72
2004
2006
Ei8
2004
2006
2006
0,033(0,01)
2006
0,009(0,35)
0,000(0,47)
2007
0,027(0,07)
2007
0,000(0,33)
2006
0,007(0,32)
2007
0,008(0,27)
0,001(0,44)
0,000(0,44)
ANEXOS 125
Caleta de los Piojos
OR1
2000
2002a
0,006(0,34)
2002
2004
2006
CM72
2000
2002a
0,011(0,23)
2004a
0,000(0,25)
0,000(0,37)
2006a
0,018(0,14)
0,081(0,06)
0,014(0,30)
2007a
0,000(0,37)
0,003(0,40)
0,000(0,36)
OR2
2000
2002
2004
2002a
0,000(0,44)
2004a
0,000(0,37)
0,005(0,28)
2006a
0,099(0,01)
0,122(0,01)
0,126(0,01)
2007a
0,057(0,04)
0,082(0,01)
0,047(0,12)
CM58
2000
2002
2004
2002a
0,084(0,01)
2004a
0,010(0,31)
0,050(0,02)
2006a
0,016(0,15)
0,062(0,01)
0,041(0,05)
2007a
0,015(0,29)
0,084(0,01)
0,070(0,02)
0,000(0,36)
Cc117
2000
2002
2004
2006
2002a
0,029(0,08)
2004a
0,010(0,30)
2004a
0,000(0,30)
0,000(0,47)
2006a
0,119(0,01)
0,080(0,01)
0,105(0,01)
0,067(0,08)
2007a
0,082(0,01)
0,090(0,03)
0,109(0,01)
0,142(0,01)
2006
OR8
2000
2002
2004
2006
2002a
0,050(0,02)
2004a
0,009(0,16)
0,000(0,42)
2006a
0,052(0,04)
0,053(0,01)
0,035(0,11)
0,048(0,16)
2007a
0,000(0,47)
0,020(0,19)
0,000(0,44)
0,021(0,21)
2006
OR3
2000
2002
2004
2006
2002a
0,000(0,46)
2004a
0,000(0,44)
0,000(0,35)
2006a
0,024(0,17)
0,066(0,01)
0,078(0,02)
2007a
0,058(0,05)
0,092(0,02)
0,062(0,09)
0,036(0,06)
2006a
0,000(0,37)
0,012(0,24)
0,00(0,48)
2007a
0,000(0,42)
0,085(0,01)
0,00(0,39)
0,00(0,32)
2002
2004
2006
0,010(0,28)
ANEXOS 126
Anexo 4: Prueba de Chi-cuadrado por pares de poblaciones para los nueve loci microsatélites estudiados. En las tablas se muestran los valores del
estadístico, entre paréntesis los grados de libertad y debajo el valor de probabilidad de existencia de diferencias entre pares de poblaciones corregida con el
procedimiento de Bonferroni con 1000 simulaciones
Ei8
Occidente
21,10 (7)
Centro
0,00
16,71 (7)
Perjuicio
0,03
12,17 (7)
Antonio
0,02
19.69 (7)
San
Felipe
0,02
12.36 (7)
Isla
0, 01
Cayo
17.34 (7)
largo
0,02
OR2
Occidente
40.06 (14)
Centro
0,00
26.22 (13)
Perjuicio
0,01
46.48 (13)
Antonio
0,00
15.54 (12)
San
Felipe
0,22
17.36 (12)
Isla
0,14
Cayo
31.83 (15)
largo
0,00
OR8
Occidente
25.82 (18)
Centro
0,07
31.23 (15)
Perjuicio
0,00
38.56 (17)
Antonio
0,00
33.57 (14)
San
Felipe
0,01
4.21 (15)
Isla
0,06
Cayo
13.98 (15)
largo
0,53
Centro
44.17 (2)
0,00
71.27 (5)
0,00
48.50 (3)
0,00
16.34 (2)
0,00
48.59 (5)
0,00
Centro
Perjuicio
11.53 (5)
0,04
14.51 (3)
0,00
6.79 (2)
0,03
5.94 (5)
0,29
Perjuicio
25.19 (14)
0,02
45.49 (14)
0,00
17.66 (13)
0,18
15.65 (14)
0,30
19.76 (15)
0,18
4.83 (13)
0,98
11.61 (11)
0,43
11.61 (11)
0,40
21.86 (15)
0,07
Centro
Perjuicio
29.19 (16)
0,02
30.25 (18)
0,02
19.34 (14)
0,13
22.66 (16)
0,09
24.31 (15)
0,03
34.52 (16)
0,00
18.57 (12)
0,06
22.96 (13)
0,02
81.65 (14)
0,00
Antonio
18.44 (5)
0,01
3.88 (5)
0,55
8.39 (7)
0,27
Antonio
San Felipe
7.08 (3)
0,05
18.24 (6)
0,00
San Felipe
Isla
2.85 (5)
0,76
Isla
16.32 (13)
0,26
22.29 (13) 5.61 (10)
0,04
0,94
40.36 (15) 17.76 (14) 18.44 (14)
0,00
0,21
0,15
Antonio
39.99 (16)
0,00
18.02 (16)
0,32
52.73 (16)
0,00
San Felipe
Isla
20,00 (11)
0,01
38.05 (12) 35.78 (14)
0,00
0,00
OR1
Occidente
20.65 (8)
Centro
0,00
10.16 (6)
Perjuicio
0,10
9.60 (10)
Antonio
0,50
20.15 (10)
San
Felipe
0,01
16.01 (6)
Isla
0,03
Cayo
12.49 (6)
largo
0,02
OR3
Occidente
21.73 (9)
Centro
0,00
18.07 (9)
Perjuicio
0,03
19.50 (9)
Antonio
0,02
21.13 (9)
San
Felipe
0,03
34.49 (9)
Isla
0,00
Cayo
14.94 (9)
largo
0,06
CM58
Occidente
35.39 (22)
Centro
0,02
25.21 (19)
Perjuicio
0,14
23.76 (22)
Antonio
0,37
24.73 (20)
San
Felipe
0,24
30.45 (20)
Isla
0,07
Cayo
26.17 (21)
largo
0,21
Centro
9.98 (7)
0,13
28.75 (11)
0,00
23.71 (7)
0,00
12.96 (7)
0,07
31.09 (7)
0,00
Centro
42.02 (7)
0,00
3.54 (8)
0,92
29.98 (8)
0,00
22.19 (8)
0,00
34.01 (8)
0,00
Centro
28.73 (21)
0,08
25.83 (22)
0,23
15.67 (19)
0,70
37.26 (22)
0,01
20.27 (20)
0,47
Perjuicio
14.39 (10)
0,15
16.91 (4)
0,00
5.92 (4)
0,17
9.72 (3)
0,02
Perjuicio
46.48 (8)
0,00
11.29 (6)
0,07
28.45 (7)
0,00
11.97 (6)
0,05
Perjuicio
36.28 (22)
0,04
16.54 (14)
0,27
24.52 (17)
0,05
20.72 (18)
0,27
Antonio
13.28 (10)
0,27
4.13 (10)
0,93
10.75 (10)
0,39
Antonio
25.24 (8)
0,00
25.20 (8)
0,00
31.68 (8)
0,00
Antonio
20.09 (21)
0,51
32.12 (21)
0,07
31.63 (22)
0,07
San Felipe
5.16 (3)
0,30
12.65 (3)
0,02
San Felipe
10.37 (6)
0,11
7.25 (6)
0,30
San Felipe
Isla
3.07 (4)
0,57
Isla
22.22 (7)
0,00
Isla
11.62 (11)
0,41
7.56 (17)
33.30 (20)
0,97
0,01
ANEXOS 127
CM72
Occidente
76.23 (22)
Centro
0,00
41.03 (19)
Perjuicio
0,00
55.90 (21)
Antonio
0,00
75.51 (16)
San
Felipe
0,00
35.36 (15)
Isla
0,00
Cayo
65.26 (23)
largo
0,00
Cc117
Occidente
45.22 (13)
Centro
0,00
43.59 (13)
Perjuicio
0,00
54.80 (13)
Antonio
0,00
19.78 (12)
San
Felipe
0,08
26.00 (12)
Isla
0,02
Cayo
52.29 (12)
largo
0,00
Centro
Perjuicio
Antonio
28.37 (23)
0,17
79.80 (27)
0,00
37.74 (22)
0,02
27.77 (23)
0,20
42.06
(24)0,00
39.88 (21)
0,00
33.80 (13)
0,00
24.33 (16)
0,04
32.16 (19)
0,02
57.08 (20)
0,00
42.06 (19)
0,00
46.35 (24)
0,00
Centro
Perjuicio
Antonio
13.29 (8)
0,08
34.66 (14)
0,00
7.55 (8)
0,52
11.15 (9)
0,26
10.08 (9)
0,35
20.11 (13)
0,07
12.97 (7)
0,05
8.07 (8)
0,48
18.67 (9)
0,02
16.98 (12)
0,17
17.66 (12)
0,14
41.74 (13)
0,00
San Felipe
Isla
30.71 (12)
0,00
37.66 (16) 35.75
0,01
(20)0,01
San Felipe
13.30 (7)
0,05
9.90 (8)
0,27
Isla
12.78 (8)
0,11
CM84
Occidente
51.77 (19)
Centro
0,00
49.29 (17)
Perjuicio
0,00
52.91 (19)
Antonio
0,00
88.03 (17)
San
Felipe
0,00
39.51 (16)
Isla
0,00
Cayo
27.58 (17)
largo
0,00
Centro
30.14 (19)
0,03
32.63 (21)
0,03
41.33 (18)
0,00
29.08 (17)
0,03
27.09 (19)
0,07
Perjuicio
33.09
(20)0,02
41.77 (16)
0,00
26.94 (15)
0,01
27.17 (17)
0,05
Antonio
70.14 (20)
0,00
35.75 (19)
0,01
32.42 (20)
0,02
San Felipe
Isla
36.53 (10)
0,00
69.61 (17) 26.68 (16)
0,00
0,04
ANEXOS 128
1000
0,45
Salidas
0,40
CSST
0,35
800
0,30
Número de salidas
700
0,25
600
0,20
500
0,15
400
0,10
300
0,05
200
0,00
100
-0,05
-0,10
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Año
Anexo 5: Relación entre las salidas anuales de hembras anidadoras y el índice oceanográfico del Caribe de
la NOAA.
Índice
del Caribe
Índice oceanográfico
900
ANEXOS 129
Anexo 6: Comportamiento de las corrientes marinas en Cuba
Fig. 1. Mapa general de las corrientes marinas en Cuba. Tomado de Moncada (2005)
Figura 2. Detalle de las corrientes marinas en el suroccidente del archipiélago cubano. Adaptado de
García et al. (1991).
ANEXOS 130
Anexo 7. Distribución de haplotipos de secuencias parciales (742 pb) de la región de control del mtDNA de C. mydas, en áreas de anidación y
agregación marina del Atlántico.
a
b
Nota: Haplotipos CM-A1 – 3 (Allard et al., 1994); CM-A4-18 (Encalada et al., 1996) ; CM-A19-21 (Lahanas et al., 1998) ; CM-A22, 26-28 y 34 (Bjorndal & Bolten, inscritos en el
c
d
e
f
GenBank 2001); CMA-A35-46 (Formia, 2002) ; CM-A48, 56 y 57 (Espinosa et al., inscritos en el GenBank 2003); (Bjorndal et al., 2005) ; (Luke et al., 2004) ; (Bagley., 2003) ;
(Bass et al., 2003)
g
Áreas de
agregación
Áreas de anidación
7
497
Florida 1 (e)
Florida 2 (f)
Carolina del Norte (g)
Norte Habana
Norte Camagüey
Bahamas (e)
Nicaragua (e)
Barbados (e)
N
12
109
34
1
9
2
54
7
228
1
3
2
43
142
43
3
5
1
1
1
32
27
13
1
74
1
2
CM-A39
CM-A45
CM-A46
CM-A38
CM-A27
CM-A28
CM-A34
CM-A35
CM-A36
CM-A37
1
1
1
7
1
7
3
1
0
10
6
13
49
66
11
10
34
20
433
30
15
16
11
51
50
1
6
20
10
2
3
1
8
59
51
45
1
4
13
1
10 1
5
1
181 6
1
2
3
3
1
1
3
4
7
9
1
19
1
1
1
2
7
3
1
3
2
2
7
3
3
1
0
52
27
3
2
3
12
5
62
21
311
9
2
1
0
0
14
26
1
1
2
2
0
0
3
0
1
6
1
4
12
2
3
0
1
0
2
6
4
4
2
2
1
2
1
1
2
1
3
1
2
1
1
1
1
1
1
3
6
1
1
1
1
1
1
1
3
1
3
3
1
9
CM-A57
1
3
1
1
1
1
1
1
1
3
2
5
53
1
N
24
1
3
N
CM-A56
8
1
33
5
395
3
CM-A48
San Felipe (Cuba)
La Isla (Cuba)
Cayo Largo (Cuba)
Quintana Roo (Méx) ( a)
Tortuguero (C. Rica) (d)
Isla Aves (Venez) (b)
Matapica (Surinam) ( a)
Atolón Rocas (Brasil) ( a)
Isla Ascensión (c)
Guinea Bissau (c)
Bioko (Guinea Ec.) (c)
Corisco (Guinea Ec.) (c)
Príncipe (c)
Sao Tomé (c)
Lara (Chipre) ( a)
CM-A22
CM-A24
CM-A26
24
CM-A19
CM-A20
CM-A21
10
CM-A18
Oriente (Guana)
CM-A15
CM-A16
CM-A17
10
CM-A14
6
CM-A13
Centro (Guana)
CM-A9
CM-A10
CM-A11
CM-A12
6
CM-A8
12
CM-A7
1
19
CM-A6
CM-A3
11
Occidente (Guana)
CM-A5
CM-A2
Hutchinson (Florida) ( a)
CM-A4
Localidad
CM-A1
Haplotipos
1
1
1
1
2
0
4
4
0
1
0
0
0
0
0
0
1
1
0
0
887
62
295
97
6
12
80
60
60
672
131
-6800
100
-6900
80
-7000
60
-7100
40
L´k
L
-7200
-7300
-7400
20
0
-7500
-20
-7600
-40
-7700
Media
± D.E.
-7800
1
3
5
7
9
11
13
-60
1
k
3
5
7
9
11
13
Media
±D.E.
k
180
70
160
140
60
100
50
80
40
60
∆K
L´´
120
40
20
30
20
0
10
-20
-40
-60
1
3
5
7
9
k
11
13
Media
±D.E.
0
1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12 13 14
K
Anexo 8. Método gráfico para detectar el verdadero número de grupos en el structure (K*) (Evanno et
al., 2005). (A) Media de L(K) (±DE) para 20 corridas de cada valor de K. (B) Tasa de cambio de la
distribución de L (k) (media ± D.E.) calculado como L′ (K) = L(K) – L(K – 1). (C) Valor absoluto de la tasa
de cambio de segundo orden de la distribución de L(K) (media ± DE) calculada de acuerdo a la fórmula:
|L′′(K)| = |L′(K + 1) – L′(K)|. (D) ΔK calculado como: ΔK = m|L′′(K)|/ s[L(K)]. El valor modal de las
distribuciones es el verdadero valor de K(*) o el nivel superior de estructura.
132
AUTOBIOGRAFÍA
Trabajos presentados en eventos científicos relacionados con el tema de tesis:
1. V Congreso de Ciencias del Mar, MARCUBA 2000, efectuado en el Palacio de las
Convenciones, La Habana, del 4 al 8 de diciembre del 2000 con la ponencia “Proyecto
universitario para el estudio y conservación de las tortugas marinas en Cuba”.
2. Ecojoven 2001 provincial de las Brigadas Técnicas Juveniles, como coautora del trabajo
“Proyecto universitario para el estudio y conservación de las tortugas marinas en Cuba”, el 11
de mayo de 2001, el cual resultó premiado.
3. XV Forum Nacional de Estudiantes de Ciencias Sociales, Naturales y Exactas. Proyecto
Universitario para el estudio y conservación de las tortugas marinas en Cuba. Cuba, junio del
2001.
4. III Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo efectuada en el Palacio de
las Convenciones, Ciudad Habana, Cuba, del 18 al 22 de junio del 2001 con el trabajo: “La
Educación Ambiental a través de la actividad investigativa: una experiencia en
Guanahacabibes”.
5. Taller sobre el Manejo Conjunto de los Recursos Marinos y Costeros en el Gran Caribe.
Ciudad Habana, Cuba, 12 al 15 de diciembre, 2001.
6. X Exposición Forjadores del Futuro con el trabajo “La Conservación de tortugas Marinas en
Áreas de Anidación: Estudio en la Península de Guanahacabibes”. Premios a nivel municipal y
provincial, año 2002.
7. Taller sobre técnicas de Seguimiento para el proyecto PNUD de Sabana – Camagüey
impartiendo las técnicas de seguimiento de tortugas marinas. (17 al 22 de junio del 2002).
8. Taller sobre el “Proyecto Universitario para el estudio y conservación de las Tortugas
Marinas en Cuba” (7 al 11 de julio, 2002).
9. Molecular Evolution Meeting. Population Genetics and Molecular Evolution of mt DNA noncoding region in Cuban nesting colony of Green Turtle C. mydas. Italia, junio del 2002.
10. Forum de Ciencia y Técnica. Nivel de Base. El seguimiento de tortugas marinas en áreas
de anidación: estudio de caso en la Península de Guanahacabibes. Cuba. Junio, 2003.
11. Simposub 2003. Proyecto Universitario para el estudio y conservación de tortugas
marinas en Cuba. Cuba. Septiembre del 2003.
12. VI Congreso de Ciencias del Mar, MARCUBA 2003. Cuba. Diciembre, 2003, con los
trabajos:
−
Factores que afectan la conducta de anidación de C. mydas en la Península de
Guanahacabibes, Pinar del Río, Cuba.
−
Estructura genética de dos colonias de anidación cubanas de C. mydas empleando un
marcador de mtDNA.
−
Estructura genética de una muestra de colonias de anidación cubanas de Caretta
caretta empleando un marcador de mtDNA.
−
Proyecto Universitario para el Estudio y Conservación de las tortugas marinas en Cuba;
seis años de trabajo.
13.
Primer Taller Nacional de Tortugas Marinas. Cuba, Diciembre del 2003, con los trabajos:
−
Genética de poblaciones de tortugas marinas utilizando un marcador de mtDNA.
133
−
Seis años de trabajo con Tortugas Marinas en la Península de Guanahacabibes.
−
Filogeografía de tortugas marinas utilizando un marcador de mt DNA.
14.
Mesa Redonda “Opciones sostenibles para la pesquería en Cuba”. Proyecto
Universitario para el Estudio y Conservación de las tortugas marinas en Cuba; seis años de
trabajo. Cuba. Diciembre del 2003
15.
Universidad 2004, Convención. La educación ambiental en la Reserva de la Biosfera
“Península de Guanahacabibes” y comunidades aledañas. Cuba. Febrero del 2004.
16.
11na Reunión Latina de Especialistas en tortugas Marinas. RETOMALA. Ostional,
Costa Rica. Febrero del 2004
17.
24th Annual Symposium on Sea Turtle Biology and Conservation, San José, Costa Rica
en febrero del 2004, con los trabajos:
−
Implicaciones de la genética poblacional de una muestra cubana de colonias de
anidación de Caretta caretta en la filogeografía de la especie.
−
Implicaciones de la genética poblacional de muestras cubanas de colonias de anidación
de C. mydas en la filogeografía de la especie.
−
La conservación de tortugas marinas en las áreas de anidación de la Península de
Guanahacabibes, Cuba: seis años de trabajo.
18. I Simposium Internacional de Ciencias Biológicas Charles T. Ramsden in memoriam.
Resultados Preliminares del seguimiento de tortugas marinas en áreas de anidación de la
Península de Guanahacabibes. Santiago de Cuba, 11 al 14 de Octubre del 2004.
19. V Taller Nacional de Hacedores de Mapa Verde, 9 y 10 de diciembre del 2004
20. 25th Annual Symposium on Sea Turtle Biology and Conservation, Savanna, Georgia, EU
en febrero del 2005, con los trabajos:
− Reproductive success indicators of green turtles (C. mydas) in Guanahacabibes Peninsula,
Pinar del Río, Cuba
− Repercussion of abiotic factors in nesting process of C. mydas in nesting areas of the west
of Cuba.
21. Segundo taller internacional para la conservación de las tortugas marinas en
Guanahacabibes, Cuba: La participación de las comunidades locales en la conservación. 12 al
15 de septiembre del 2005 con los trabajos:
−
Caracterización de la colonia de anidación de C. mydas de la Península de
Guanahacabibes, Pinar del Río, Cuba
−
Indicadores del éxito reproductivo e influencia de la temperatura en el desarrollo
embrionario de C. mydas en la Península de Guanahacabibes, Pinar del Río, Cuba.
−
Dinámica poblacional de tortugas marinas en el archipiélago cubano, empleando
marcadores moleculares.
22. 26th Annual Symposium on Sea Turtle Biology and Conservation, Creta, Grecia, en abril
del 2006, con los trabajos:
−
Reproductive success of C. mydas in nesting areas of Guanahacabibes Peninsula,
Cuba.
−
Implementation of GIS systems in C. mydas’ nesting areas of the West of Cuba.
Population genetic of rookeries of green turtle in the west of the Cuban Archipelago, using a
mtDNA marker
134
−
Population genetic of rookeries of green turtle in the west of the Cuban Archipelago, using
a mtDNA marker
23. VII Congreso de Ciencias del Mar, MARCUBA 2006. Cuba. Diciembre, 2006, con los
trabajos:
−
Implementación de los SIG en áreas de anidación de C. mydas’ en el occidente de
Cuba.
− Influencia de los cambios geomorfológicos en las playas sobre la conducta reproductiva de
C. mydas en el occidente de Cuba.
−
Influencia de factores abióticos en el éxito reproductivo de C. mydas en áreas de
anidación de la Península de Guanahacabibes, Pinar del Río, Cuba.
−
Caracterización del agregado de C. mydas en los pesqueros legales localizados en el
archipiélago de jardines del rey.
−
Caracterización del agregado de Caretta caretta en los pesqueros legales localizados
en el archipiélago de jardines del rey.
−
Caracterización del agregado de Eretmochelys imbricata en los pesqueros legales
localizados en el Archipiélago de Jardines del Rey (Cuba). Caracterización del agregado de
Caretta caretta en los pesqueros legales localizados en el archipiélago de Jardines del Rey
(Cuba).
24. PESCA 2007. “A dos años del huracán Iván: biología reproductiva de la colonia de
anidación de la península de Guanahacabibes”. Cuba. Marzo, 2007.
25. 28th Annual Symposium on Sea Turtle Biology and Conservation, Loreto, Baja California,
México, en enero del 2008, con los trabajos:
−
Impacto de huracanes de gran intensidad en la biología reproductiva de la colonia de
anidación de tortugas marinas de la península de Guanahacabibes, Cuba.
−
Seven years results of the tagging program of marine turtles in Guanahacabibes
Peninsula, Cuba.
Publicaciones que forman parte de la tesis:
Azanza, J., M. E. Ibarra, J. Hernández, R. Díaz y N. Hernández. 2008. Análisis de nidos de
tortuga verde (C. mydas) durante la temporada 2006 en la Península de Guanahacabibes,
Cuba Rev. Invest. Mar. 29 (2)
Azanza, J., Y. Ruisanchez, M. E. Ibarra, A. Ruiz, & C. Y. Luis. 2006. Indicadores del éxito
reproductivo de la tortuga verde (C. mydas) en tres playas de la Península de Guanahacabibes,
Pinar del Río, Cuba. Rev. Inv. Mar. 27 (1): 69-79.
Azanza, J., M. E. Ibarra, G. Espinosa, R.Díaz y G. Sansón. 2003. Conducta de anidación de la
Tortuga Verde (C. mydas) en las playas Antonio y Caleta de los Piojos de la Península de
Guanahacabibes, Pinar del Río, Cuba. Revista de Investigaciones Marinas 24 (3): 231-240
Azanza, J., 2002. Genética Poblacional de la tortuga verde (Chelonia mydas), que anida en las
playas Antonio y Caleta de los Piojos, Península de Guanahacabibes, Cuba. Factores
Ambientales que influyen en su conducta de anidación. Tesis de Maestría. Centro de
Investigaciones Marinas. Universidad de La Habana.
Espinosa, G., A. Ruiz, J. Azanza, R. Frías, R. Díaz, & M. Ramos. 2004. Population genetic
from turtle in Cuban shelf using mitochondrial DNA. Rev. Cub. Quím. 16 (3): 317.
135
Ibarra, M. E; Díaz- Fernández, R.; Nodarse, A.; Azanza, J; Angulo, J.; Espinosa, G. y Pacheco,
J. 2002. Project Update: University Project for the Study and Conservation of Cuban Sea
Turtles- Completion of Year 3. Marine Turtle Newsletter No 95, p. 18- 20.
Ibarra Martín, M. E., R. Díaz-Fernández, G. Espinosa López, J. Azanza Ricardo, A. Nodarse
Konnorov, F. Hernández Orozco, Colectivo e Estudiantes de la Facultad de Biología. 2002. Las
comunidades locales en el estudio y conservación de las Tortugas Marinas en Cuba. Balance
entre Población y Recursos. Investigaciones Interdisciplinarias y Manejo de Áreas Costeras en
el Gran Caribe. CBCRM Program. 115-130. Ed. IDRC / CFU-IOI-LAVAL- 1ª Ed. Heredia
EFUNA, 594 p., 14 x 11 cm. ISBN 9968-14-089-9
Otras publicaciones relacionadas con el tema:
Espinosa López, G., U. Bécquer Zuñiga, Y. Borrell Pichs, J. Romo Ramos, R. Díaz Fernández,
J. Azanza Ricardo y R de Dios. 2002. Variación genética y morfológica en poblaciones
naturales y cautivas del Camarón Blanco Litopenaeus schmitti en Cuba Aquatic.
aquatic.unizar.es.
Bécquer, U., J. Diaz, N. Hernandez, J. Azanza, G. Espinosa, Y. Borrell, J. Romo C. Guerrero.
2002. La Genética en el Cultivo de Camarón Penaeus schmitti en Cuba: Resultados y
Perspectivas. Revista Acuacultura del Ecuador. Pág 33-36
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