Gaceta 36-final - Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático

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Índice
Iniciativas y responsabilidades no gubernamentales y privadas en la conservación
por Hans Hermann
Uso y conservación comunal de las selvas del sureste mexicano
por Alfonso Argüelles Suárez y Daniel González Cortéz
Las manifestaciones de impacto ambiental. Un análisis crítico
por Exequiel Ezcurra
El potencial de contaminación del agua subterránea
por Mariza Mazari Hiriart
Saneamiento de sitios contaminados
por Alfredo Fuad David Gidi
Perspectivas de la normatividad ambiental en México
por Francisco Giner de los Ríos
Las decisiones y los días
Evaluación de impacto ambiental del canal intracostero de Tamaulipas.
Documentos para la discusión
Residuos sólidos: Propuestas para una política nacional
por Juan Carega
LEGISLACIÓN AMBIENTAL
Listados I y II sobre actividades altamente riesgosas
Calendario de normas 1995
Participantes en el Foro de Consulta Popular sobre Política Ambiental
Iniciativas y responsabilidades no gubernamentales y privadas
en la conservación
Hans Hermann, Pronatura, A.C.*
Hermann señala algunas modalidades
posibles para el cuidado de los recursos
naturales, con la intervención de ONG,
académicos, comunidades e instituciones
públicas y plantea mecanismos que fomenten
la corresponsabilidad y participación
social en esta tarea central.
Conservar la biodiversidad significa tomar medidas para la
protección de los genes, las especies, los hábitats y los
ecosistemas. Como la forma más adecuada de preservar las
especies es mantener sus ambientes, quienes se encuentran en
la mejor posición para lograrlo son las organizaciones civiles
o sociales que se ubican precisamente en los sitios, ya que,
en definitiva, la biodiversidad se pierde o se conserva a
nivel local.
Como respuesta gubernamental a esta imperiosa necesidad
de conservar el patrimonio natural del país, se creó el
Sistema Nacional de Areas Naturales Protegidas (SINAP). Estas
islas de germoplasma debieron haberse seleccionado y
priorizado estratégicamente, involucrando a los habitantes y
las organizaciones locales, definiendo las formas de
protección y seleccionando los recursos para manejarlas. Sin
embargo, de las 91 zonas bajo el régimen de protección,
ninguna cubre a cabalidad los requisitos antes mencionados.
Cómo y dónde decretar áreas protegidas o qué porcentaje
del presupuesto nacional debe dedicárseles, es una decisión
gubernamental. Son también actos de este tipo los que definen
los incentivos o los frenos para el aprovechamiento y
conservación o sobreexplotación y destrucción de los
recursos.
El gobierno ha intervenido regularmente en los mercados
para fomentar el desarrollo de diversos sectores, tales como
la producción agraria y ganadera, el crecimiento industrial,
la pesca litoral, etc. Lamentablemente, la falta de
integración del componente ambiental en dicho marco
regulatorio, ha ocasionado que muchas políticas industriales,
turísticas, de comunicación y transporte, de aprovechamiento
de recursos naturales y desarrollo urbano hayan acelerado el
agotamiento y deterioro irreversible de la biodiversidad. De
hecho, algunas políticas promueven expresamente la
sobreexplotación de las especies, la transformación de los
hábitats naturales valiosos y la excesiva simplificación de
los ecosistemas agrícolas.
Actualmente, hay algunos funcionarios y políticos que
muestran interés, o le atribuyen importancia a los problemas
ambientales; sus decisiones, en particular aquellas que se
relacionan con la conservación o el aprovechamiento de la
naturaleza, dependen, en primer lugar, del nivel de
concimiento e información —oportuna y fidedigna— que tengan a
su alcance, y en segundo lugar, del grado de apoyo público
sobre el tema particular. Por lo tanto, es necesario no
solamente un político o funcionario bien informado, sino un
público educado en este tema, capaz de abogar por la
conservación y producir así el apoyo necesario para crear y
mantener áreas protegidas.
El apoyo público en las áreas protegidas puede darse de
manera directa o indirecta sobre los políticos locales y
nacionales. Podría ejercerse una presión directa
proporcionando a los que toman las decisiones, la información
necesaria para convencer a sus homólogos de la necesidad de
establecer y mantener este tipo de zonas. Aunque las
justificaciones más comunes son de índole económica, los
argumentos de tipo social están adquiriendo cada vez mayor
validez, por lo que los datos que proporcionan las ciencias
sociales, pueden convencer a los tomadores de decisiones del
papel integral que juegan las áreas protegidas en la vida
social y económica de la Nación.
La opinión pública es a menudo una forma de presión
indirecta que influye en las decisiones políticas. En este
ámbito, las organizaciones no gubernamentales pueden
desempeñar un papel primordial, puesto que tienden a ser
independientes de los intereses políticos y económicos del
gobierno y, por lo general, representan a un sector interesado
de la población.
También puede generarse apoyo público entre quienes tiene
intereses dentro o alrededor del área protegida. Estos pueden
convertirse en una fuerte voz de apoyo para la zona. El
incorporar a los habitantes locales en la planificación,
manejo, evaluación y mantenimiento de las áreas protegidas
puede convertirlos en algunos de sus defensores mas firmes y
elocuentes. Las personas que están obteniendo algún beneficio
de ellas, la defenderán de los usos incompatibles y apoyarán
el tipo de manejo que esté diseñado para mantener los
recursos, de donde derivan sus beneficios. Por esto, se debe
enfatizar siempre la contribución de las áreas protegidas al
bienestar social y económico del pueblo, y usar este argumento
para generar apoyo político.
La Reserva Especial de la Biosfera de Celestún, en la
Península de Yucatán, puede servir de ejemplo de cómo los
pobladores de un zona protegida han pasado de ser una amenaza
a principales guardianes de su biodiversidad, al reconocer el
valor agregado que representa —en términos turísticos—el
mantener el hábitat de especies de aves migratorias y
residentes.
Si bien los sistemas de áreas protegidas están bajo la
jurisdicción del gobierno nacional, éste no ha podido
conservar sus áreas protegidas y su inherente biodiversidad,
en buena medida, debido a la falta de fondos y de personal
capacitado, así como a la abundancia de otras prioridades. Los
fondos para el manejo de estas zonas casi siempre sucumben
ante metas de desarrollo cortoplacistas, y por ello, aún
muchas no cuentan siquiera con planes de manejo o personal.
Existe un consenso cada vez mayor de que las regiones
bajo un régimen de protección no pueden sobrevivir si dependen
únicamente del manejo gubernamental, ya que es poco probable
que se puedan resolver las limitaciones de personal y de
presupuesto en un futuro cercano. Se necesitan nuevos enfoques
y lo más factible en este momento parece ser el compartir el
manejo con organizaciones académicas y no gubernamentales. Si
se quiere que estas áreas reciban la atención que se merecen,
las comunidades, los dueños de la tierra, las corporaciones,
las organizaciones no gubernamentales y las agencias de
gobierno, deberán formar nuevas sociedades para la
priorización, definición, planificación, financiamiento y
manejo de las áreas naturales protegidas.
Las ONG están adecuadamente ubicadas para cerrar la
brecha entre los parques que sólo existen en el papel y el
manejo apropiado. Juegan una función cada vez más activa,
trabajando con entidades gubernamentales en el manejo de
tierras, tanto públicas como privadas, y pueden tener varias
ventajas que complementan el quehacer del gobierno en estos
esfuerzos de manejo:
* Tienden a ser menos burocráticas que las oficinas de
gobierno, y por lo tanto más flexibles y eficientes en su
manejo.
* Podrían estar menos influenciadas políticamente que las
instituciones oficiales.
* Tienen a menudo acceso a fuentes de financiamiento que no
están a disposición del gobierno.
* Pueden colectar fondos que beneficien directamente a las
áreas protegidas, mientras que las instituciones
oficiales tiene que canalizar todos los fondos hacia la
Tesorería de la Federación.
* Pueden tener más conocimientos prácticos y científicos
que las agencias de gobierno.
* Pueden constituir un buen enlace entre las comunidades
locales y el área protegida.
* Pueden responder rápidamente y de manera flexible a las
condiciones cambiantes de la región.
* A menudo se originaron a partir de las necesidades de
desarrollo y no de objetivos de conservación, y por lo
tanto, están en capacidad de encontrar la mejor mezcla
entre las dos actividades.
* Pueden ser un instrumento eficaz para resolver los
conflictos entre intereses opuestos con respecto al uso
de la tierra en áreas naturales.
* Pueden ocuparse de zonas que a menudo tienen poca
representación en el sistema nacional de áreas
protegidas.
Las ONG pueden agruparse de diferentes formas para
trabajar integral y multidisciplinariamente en el manejo de
dichas zonas. Existen varios ejemplos en México de acuerdos
entre gobierno y ONG que conceden el manejo de un área a estas
últimas. El ejemplo más reciente es la constitución de un
fideicomiso privado, establecido por PRONATURA, para la
administración de la Reserva de la Biosfera de El Vizcaíno, en
Baja California Sur. Este instrumento cuenta entre sus
ventajas el poder canalizar fondos públicos y privados;
favorecer la toma de decisiones democrática; administar
localmente la reserva; capitalizar los fondos del fideicomiso;
incluir la auditoría técnica, administrativa y financiera de
los programas operativos; planear a largo plazo, con base en
consensos y realidades locales y promover la participación del
gobierno, las ONG, los académicos, los empresarios y las
comunidades del lugar, en la toma de decisiones.
El éxito de estas alianzas dependerá, en gran medida, de
que todos los niveles de gobierno acepten una responsabilidad
compartida, mediante la apertura y la consolidación de
mecanismos para la participación plural de la sociedad. Bajo
este contexto, las instancias gubernamentales deberían:
1. Garantizar que los beneficios ambientales y económicos
que brindan las áreas protegidas sean plenamente
valorados y formen parte de las cuentas nacionales.
2. Desarrollar, con el apoyo de grupos comunitarios,
académicos y ONG nacionales, regionales y locales, la
Estrategia Nacional de Conservación y Sustentabilidad.
3. Incluir en esta estrategia las costumbres y tradiciones
locales, a fin de salvaguardar los intereses de los
pueblos indígenas.
4. Garantizar el establecimiento de mecanismos eficaces
(administrativos, legales, contables y financieros),
tanto nacionales, como regionales y locales, que sirvan
de respaldo a las áreas protegidas, y que estén sujetos a
revisiones y auditorias periódicas.
5. Destinar los recursos financieros necesarios, bajo una
presupuestación y planeación de largo plazo, para que las
áreas protegidas aseguren, al menos, un mínimo manejo y
protección.
6. Reconocer e incorporar a la planeación, los cambios
demográficos y sus consecuencias en la supervivencia y
mantenimiento de la diversidad biológica.
7. Respaldar con fondos públicos la investigación y
monitoreo científico, que mejoren la planeación y el
manejo de las áreas protegidas y utilizarlas como
laboratorios vivos que permitan una mayor comprensión del
medio ambiente.
8. Fortalecer y promover el establecimiento de redes de
comunicación, que fomenten la cooperación entre los
manejadores de las áreas protegidas, las ONG y los
centros académicos locales, regionales, nacionales e
internacionales.
9. Incorporar al marco legal de nuestro país, los derechos
de propiedad y origen de la biodiversidad, así como los
mecanismos de distribución de las regalías
correspondientes.
10. Reformar políticas públicas que promueven el derroche o
el uso indebido de la biodiversidad. Adoptar nuevos
métodos contables, de carácter público, que favorezcan la
conservación y uso equitativo de los recursos naturales.
11. Crear las condiciones institucionales que hagan posible
la conservación y el desarrollo a escala bioregional.
12. Respaldar los planes de conservación emanados del sector
privado, no gubernamental y grupos comunitarios e
indígenas.
13. Fomentar el interés y el conocimiento de los valores y la
importancia de la biodiversidad y de las áreas naturales
que la contienen.
* Pronatura, A.C. Camino al Ajusco 124, P.H.
Fracc. Jardines de la Montaña, México, D.F,
Tels.: 630-11-33 y 630-10-08, Fax: 631-57-27.
Las manifestaciones de impacto ambiental. Un análisis crítico.
Dr. Exequiel Ezcurra*,
Centro de Ecología. UNAM
El autor revisa el complejo problema de los
estudios de impacto ambiental en nuestro país
y presenta alternativas concretas de
solución.
"¡Oh, es excelente
Tener la fuerza de un gigante; pero es irónico
Usarla como un gigante!
¡Pero el hombre, el orgulloso hombre!
Vestido de una pequeña y breve autoridadMás ignorante de lo que cree estar seguro,
Su frágil naturaleza -como un simio enojado
Emplea ardides tan fantásticos frente al alto cielo,
Que hacen llorar a los ángeles
William Shakespeare
Measure for measure.
Las ideas que siguen están basadas en mi experiencia como
investigador científico dedicado desde hace más de diecisiete
años a realizar estudios de impacto ambiental, como en mi
breve paso (unos treinta meses) por el Instituto Nacional de
Ecología. Antes que nada, quiero agradecer la invitación del
ingeniero Pedro Alvarez Icaza a participar de este foro de
consulta popular sobre política ambiental, y quiero decir
públicamente que conozco -de manera personal y directa- lo
difícil y desgastante que es trabajar en la administración
pública con una intención honesta, y tratar de sacar adelante
logros y avances. Sobre todo, aprecio los esfuerzos de
nuestros administradores ambientales del gobierno federal, en
un momento particularmente difícil en lo económico y
financiero. Mirando -desde mi retomado puesto de investigador
universitario- los esfuerzos que realiza la nueva
administración, no puedo sino recordar la frase de Gloria
Trevi: ¡Qué bueno que no soy Lady Di ! Conozco demasiado bien
las angustias que deben estar pasando para desarrollar sus
ideas y proyectos sepultados bajo el alud de demandas que
genera la administración pública.
Quisiera tocar críticamente algunos puntos que considero
especialmente relevantes respecto de la figura de la
manifestación de impacto ambiental (MIA), y analizar algunas
alternativas que creo importantes para mejorar esta
importantísima figura legal.
1. ¿Quién puede realizar estudios de impacto ambiental?
El Reglamento de Impacto Ambiental de la Ley General del
Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente establece que
debe existir un padrón de prestadores de servicios registrado
ante el gobierno federal, y se ha asumido históricamente que
este padrón es requisito indispensable para poder realizar
estudios de impacto ambiental (EIA). En la práctica, el padrón
tiene un inmenso número de inconvenientes que cuestionan su
legitimidad y obligan a reflexionar seriamente acerca de la
necesidad de modificar el reglamento de la ley en esta
materia. Por un lado, conozco de muchas empresas que registran
un impresionante listado curricular de investigadores al
ingresar al padrón, y que luego realizan sus estudios con
técnicos bisoños, sin experiencia, entregando frecuentemente
estudios de pésima calidad. El ingreso al padrón no acredita
necesariamente la calidad de los estudios que se harán en el
futuro. Por otro lado, al otorgar a un funcionario federal la
función discrecional de calificador de la calidad técnica de
un profesionista, se le confiere una atribución similar a la
de una institución de educación superior o a la de un colegio
profesional, capaz de calificar profesionalmente la primera, y
de otorgar registros profesionales el segundo, atribución que,
según entiendo, no corresponde legalmente -ni debe
corresponder- al Instituto Nacional de Ecología. Finalmente,
la capacidad de decidir sobre quién puede y quién no puede
realizar estudios profesionales, es una atribución que deja
abierta la posibilidad de canalizar, a través de ella,
rivalidades profesionales, rencillas de grupos, o formas de
presión moral que debieran ser ajenas a la función
gubernamental.
La existencia misma del padrón, tal y como se ha
implementado, es y ha sido motivo de indefiniciones jurídicas
que generan problemas substanciales sobre la administración
del gobierno. ¿Qué pasa, por ejemplo, si un centro de
investigación que el CONACyT califica como de excelencia, con
investigadores reconocidos y premiados por su capacidad
técnica, con ecólogos certificados internacionalmente por
sociedades de técnicos y consultores ambientales, y con
atribuciones reconocidas legalmente para otorgar títulos
profesionale en ciencia y tecnología ambiental, decide
realizar un estudio de impacto ambiental sin inscribirse al
padrón? ¿Con qué facultades puede el Instituto Nacional de
Ecología negar una capacidad profesional que otros organismos
del propio gobierno federal han reconocido y premiado? ¿Qué
pasaría, por otro lado, si por ejemplo un investigador, premio
nacional de ciencias, no recibiera su inscripción en el mismo
padrón? Entiendo que no es fácil resolver estas
indefiniciones, dado que la existencia misma del padrón está
indicada en el Reglamento de la Ley, pero creo que sin duda
estos asuntos deben ser analizados con cuidado y que la
posible modificación del Reglamento debe ser estudiada
cuidadosamente. Según la experiencia pasada, puedo afirmar que
la inscripción en el padrón como requisito ineludible no
garantiza la calidad de los EIA que se harán en el futuro, y
sí genera en cambio, una fuerte tensión sobre el mismo sistema
que busca proteger.
2. ¿Quién es responsable de los estudios de impacto ambiental?
Actualmente, las MIA son presentadas por la empresa
responsable del proyecto de desarrollo, normalmente indicando
que el estudio ha sido realizado por determinada firma
consultora. El único documento que comúnmente acompaña a la
manifestación, es una carta de presentación. Sin embargo, la
filosofía detrás de una MIA es que, como su nombre lo sugiere,
el estudio se debería presentar bajo protesta de decir verdad
(de ahí la palabra manifestación, en el sentido de que el
declarante manifiesta bajo protesta en un documento con valor
legal). En la práctica, sin embargo, un número muy grande de
estudios que llegan al INE presentan datos inventados;
listados piratas de especies (es decir, copiados de
publicaciones que no son citadas, y que con desafortunada
frecuencia provienen de lugares que ni siquiera son cercanos
al sitio de estudio); caracterizaciones falsas de suelos;
datos fisicoquímicos fabricados por aproximación a otros
estudios pero presentados como originales y exactos; en fin,
muchos estudios presentan datos y observaciones fraudulentas.
¿Puede procederse legalmente en un caso así?
Desafortunadamente, no. La razón es que la empresa que
presenta la manifestación puede aducir que de buena fe está
presentando los datos que le fueron entregados por la
consultora, y la consultora, a su vez, puede aducir que los
datos que entregó a la empresa fueron veraces, pero que fueron
cambiados por la empresa antes de presentar el estudio al
gobierno. Como nadie ha firmado el estudio en sí mismo, es
imposible demostrar quién es el responsable real del fraude.
En la práctica, creo que ambas cosas ocurren. Hay
empresas que, si el estudio que les presenta la consultora no
apoya sus objetivos de desarrollo, lo cambian antes de
entregarlo; como también hay consultoras poco escrupulosas que
son capaces de presentar datos fraudulentos con tal de bajar
sus costos, cumplir en tiempo o satisfacer las demandas de su
cliente. Es necesario resolver este problema y que las MIA
recuperen el sentido real que tienen en otros países, es
decir, que sean realmente manifestaciones presentadas bajo
protesta, y que la firma consultora se haga realmente
responsable -bajo la posibilidad de una sanción legal- de la
veracidad de la documentación entregada.
3. ¿Cómo hacer estudios de impacto ambiental?
Una especie biológica es, según algunos expertos, lo que un
buen especialista reconoce como tal. Una tautología semejante
campea actualmente en los EIA (y dicho sea de paso, también en
los estudios de ordenamiento ecológico). Un buen estudio es lo
que cada consultora define como tal, dada la increíble
orfandad metodológica y conceptual en que se encuentra el
campo de los EIA. No existe un texto editado en México que
sirva como guía metodológica para su realización, y las
definiciones del reglamento de la ley son conceptualmente muy
pobres. Tampoco existe ningún texto extranjero que sea
rutinariamente utilizado como manual metodológico. Así, si el
estudio es hecho por biólogos, con desafortunada asiduidad
girará alrededor de listados de especies y largas
descripciones del ambiente. Si, en cambio, lo realizan
arquitectos, con demasiada asiduidad consistirá de
evaluaciones gráficas del uso urbano del suelo. Por falta de
una verdadera guía conceptual, los elementos integradores y
verdaderamente interdisciplinarios, requisitos fundamentales
para un estudio de este tipo, faltan en la manifestación
final.
Este vacío conceptual es aún más notable en los estudios
de riesgo. He podido observar que para buena parte de las
consultoras que trabajan en este campo, la definición exacta
de lo que es un estudio de este tipo resulta difusa y parcial.
La mayor parte de las consultoras registradas los conciben
como listados de los sitios de ubicación de materiales
peligrosos y enumeraciones de las medidas de emergencia
-posiblemente como resultado de la tragedia de Guadalajara de
hace tres años. Debo decir, que así concebían en 1994 el
concepto de riesgo la mayor parte de los técnicos
gubernamentales. Tibiamente, algunos epidemiólogos comienzan a
solicitar su registro en este campo, con una visión de riesgo
como contingencia o peligro para la salud humana. Las primeras
solicitudes de inscripción en el padrón de estudios de riesgo
bajo este enfoque médico-epidemiológico, ingresadas en 1993,
fueron rechazadas porque según los técnicos gubernamentales de
ese entonces, dichos estudios no tenían nada que ver con los
problemas de salud humana. En diciembre de 1994 aún no había
solicitudes de actuarios y estadísticos para lo que,
posiblemente, es una de las áreas de análisis de riesgos como
disciplina científica: la evaluación probabilística de
riesgo.
En 1994 realicé una breve encuesta preguntando a todos
los técnicos del gobierno que encontré en reuniones sobre
asuntos relacionados, cuántos de ellos habían leído realmente
en detalle algún libro sobre el tema de análisis de riesgo, y
estaban en capacidad de discutir conmigo los elementos
fundamentales de la teoría. En todos los casos la respuesta
fue que desconocían por entero la disciplina, y que
operativamente la manejaban en su primera acepción: como
listado de sitios de ubicación de materiales peligrosos y
enumeraciones de las medidas de emergencia.
En resumen, creo que es fundamental desarrollar manuales
o guías conceptuales que sirvan para poner los problemas de
impacto ambiental en perspectiva, que rompan con las ataduras
disciplinarias y obliguen a realizar EIA en una perspectiva
unificada, dentro de una verdadera pluralidad de disciplinas
profesionales, y con una real capacidad de resolver los graves
problemas que se pretenden solucionar por medio de las MIA.
4. ¿Quién evalúa las manifestaciones de impacto ambiental?
Actualmente, el Reglamento de Impacto Ambiental establece que
las manifestaciones presentadas al gobierno federal deben
abrirse a su consulta pública, con el objeto de recoger las
opiniones de la sociedad civil. Este mecanismo pretende
cumplir un rol similar al de las audiciencias públicas que se
realizan en varios países de Europa y Norteamérica. El
mecanismo más común para cumplir con el objetivo de la
consulta pública es la publicación en la Gaceta Ecológica del
listado de las MIA que se encuentran a disposición del
público. Sin embargo, dado que la gaceta sale normalmente con
atraso por los serios problemas de presupuesto que normalmente
aquejan al gobierno federal, en la practica la mayor parte de
las MIA no pasan por un proceso real de consulta con la
sociedad civil, y son dictaminadas de manera más o menos
discrecional por técnicos del INE con la firma y aprobación
final del director general. Este procedimiento genera una
tensión verdaderamente desgastante sobre los técnicos
encargados de la preparación de los dictámenes, quienes con
frecuencia realizan una verdadera lucha contra el tiempo,
tratando heróicamente de digerir una inmensa masa de estudios,
de evaluar su contenido, y de preparar lo más
desapasionadamente posible la resolución final. Durante ese
proceso, los técnicos encuentran presiones más o menos
solapadas de todo tipo, donde tanto empresas como grupos
ecologistas pretenden hacerles llegar sus propios puntos de
vista, y donde los mandos superiores exigen al mismo tiempo
rapidez en el dictamen, excelencia en la argumentación y
coherencia con los puntos de vista del funcionario superior.
Creo que dos objetivos fundamentales deben buscarse para
perfecccionar la MIA como instrumento legal. Por un lado,
deben encontrarse mecanismos para que la consulta pública
funcione de manera más amplia y efectiva. Por otro lado, debe
tratarse de romper con la discrecionalidad en el dictamen,
apoyando el trabajo de los técnicos gubernamentales con
técnicos externos del más alto nivel.
a) Consulta pública efectiva. Para logar una efectiva
consulta pública, debería elaborarse un directorio de
instituciones (empresas, institutos de investigación,
universidades, grupos ecologistas, oficinas gubernamentales) a
las cuales se les informe de manera oportuna de la existencia
de MIA que van a ser dictaminadas y que se encuentran a
disposición del público. El Directorio Verde, elaborado en
1993 por el INE, podría conformar una lista inicial de
correos, la cual podría crecer y depurarse en corto tiempo. Al
mismo tiempo, podrían usarse las facilidades que brinda el
correo electrónico para informar sobre este importante
asunto.
b) Dictámenes objetivos. Los dictámenes de las MIA
podrían acelerarse notablemente si se les diera a las empresas
la posibilidad de contratar a un dictaminador externo (una
persona física con responsabilidad legal) que emita un juicio
sobre el estudio presentado por una firma consultora. De esta
manera el INE se limitaría a autorizar los proyectos con
evaluación externa favorable, reservándose el derecho, junto
con la PROFEPA, de auditar algunos de los dictámenes y de
sancionar y/o quitar el registro de aquellos analistas
externos que incurriesen en aceptación de datos falsos o en
omisiones serias. Aún en el caso en que el INE decidiera
revisar cada una de las MIA, el dictamen preliminar puede
acortar la duración de la revisión a una fracción del tiempo
que se emplea actualmente. Adicionalmente, la opinión previa
de un experto de alto nivel daría al técnico del INE una mayor
seguridad sobre la resolución final. El listado de
dictaminadores externos podría proponerlo el Consejo
Consultivo de Ciencias, la Academia de la Investigación
Científica, y/o los colegios profesionales, de manera que la
responsabilidad de la elección del cuerpo de expertos sea
externa al gobierno federal y más libre, por lo tanto, de
presiones de tipo administrativo.
5. ¿Qué se puede predecir a partir de un estudio de impacto
ambiental?
Por su misma naturaleza, las ciencias ambientales tratan sobre
sistemas complejos, con comportamiento matemático no lineal,
donde la predicción de impacto con exactitud se hace difícil,
sino imposible, en muchos casos. Sin embargo, dentro de la
imperiosa necesidad de unificar metodológicamente la
disciplina del impacto ambiental, existe también la necesidad
de mejorar nuestra capacidad predictiva. Técnicas novedosas
como la simulación por escenarios, los lenguajes de
inteligencia artificial, la simulación no numérica, los
sistemas de información geográfica acoplados a modelos
probabilísticos, el mapeo temático digital, las técnicas
estadísticas multivariadas aplicadas a la resolución de
conflictos y el análisis de conjuntos difusos, entre varias
otras, permiten poner en contexto y analizar cantidades
grandes de datos que hace unos años hubieran sido considerados
confusos, subjetivos, no cuantitativos y básicamente no
apropiados para la predicción exacta y rigurosa. Muchas de
estas técnicas, además, permiten incorporar las opiniones de
expertos y de grupos sociales a las predicciones de los
modelos de impacto, con el objeto de ponderar riesgos y
ponerlos en una verdadera dimensión de importancia social. La
predicción del impacto ambiental, por lo menos a nivel
cualitativo y dentro de las variables que interesan a los
sectores sociales involucrados, es posible y debe ser buscada
como elemento de prospectiva y de análisis.
Quisiera, en ese sentido, cerrar estas reflexiones con un
texto de Alejandro de Humboldt en el que describe la cuenca de
México, tomado del Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva
España, y escrito originalmente a finales del siglo XVIII,
poco antes de la Independencia. Este texto conforma, a mi
entender, la segunda manifestación de impacto ambiental de
México (la primera son los textos de Antonio de Alzate en
contra de las obras de drenaje de la Cuenca de México). Sus
predicciones no podrían ser más exactas, en lo cualitativo, si
las hubiera escrito hoy, casi doscientos años más tarde.
“Parece, pues, que los primeros conquistadores quisieron
que el hermoso valle de Tenochtitlan se pareciese en todo
al suelo castellano en lo árido y despojado de
vegetación. Desde el siglo XVI se han cortado sin tino
los árboles, así en llano sobre lo que está situada la
capital como en los montes que la rodean. La construcción
de la nueva ciudad, comenzada en 1524, consumió una
inmensa cantidad de madareas de armazón y pilotaje.
Entonces, se destruyeron, y hoy se continúa destruyendo
diariamente, sin plantar nada nuevo, si se exceptúan los
paseos y alamedas quelos últimos virreyes han hecho
alrededor de la ciudad y que llevan sus nombres. La falta
de vegetación deja el suelo descubierto a la fuerza
directa de los rayos del sol, y la humedad que no se
había ya perdido en las filtraciones de la roca
amigdaloide básaltica y esponjosa, se evapora rápidamente
y se disuelve en el aire cuando ni las hojas de los
árboles ni lo frondoso de la yerba defiende el suelo de
la influencia del sol y vientos secos del mediodía".
"Como en todo el valle existe la misma causa, han
disminuído visiblemente en él la abundancia y la
circulación de las aguas. El lago de Texcoco, que es el
más hermoso de los cinco, y que Cortés en sus cartas
llama mar innterior, recibe actualmente mucha menos agua
por infiltraciones que en el siglo XVI, porque en todas
partes tienen unas mismas consecuencias los descuajos y
la destrucción de los bosques."
* Apartado 70-275. Cd. Universitaria
C.P. 041510, México, D.F.
Correo electrónico: eezcurra@
miranda.ecologia.unam.mx
Uso y conservación comunal de las selvas en el sureste
mexicano.
El Plan Piloto Forestal de Quintana Roo
Alfonso Argüelles Suárez*
Daniel González Cortez*
Analiza el complicado proceso de generar una
alternativa social de uso de las selvas en
Quintana Roo, a través de una evaluación
crítica del Plan Piloto Forestal de la
entidad.
Introducción
La opinión generalizada de la población, es que las selvas
desaparecerán en poco tiempo, debido a su acelerado proceso de
destrucción. Esto se atribuye a diversas causas, dependiendo
de las diferentes corrientes académicas y/o políticas que
hacen los comentarios.
Ante la necesidad de proteger los bosques tropicales se
desarrollan dos corrientes políticas: la reglamentarista, una
corriente tradicional de tipo burocrático, que pretende frenar
la destrucción mediante leyes y reglamentos, que impidan o
dificulten la explotación de los recursos naturales y otra,
que fomenta la conservación, involucrando a la población rural
en un aprovechamiento racional de estos recursos.
La corriente reglamentarista usa como mecanismos el
establecimiento de políticas restrictivas que incluyen vedas
totales y parciales, prohibiciones de cambio de uso del suelo
y legislación tendiente a segregar a la población de la
naturaleza. La meta principal, es el definir grandes áreas de
reserva, en las que se busca eliminar la presencia humana o,
en el mejor de los casos, obligar a la población que allí
habita a vivir bajo una reglamentación mucho más estricta que
la de otros lugares. Por lo general, las medidas que se
proponen excluyen los intereses de los grupos de población
locales y en particular de los campesinos que habitan los
bosques.
En los últimos años y frente a los fracasos de la
corriente reglamentista, ha surgido otra línea de pensamiento,
que sostienen que sólo puede frenarse la destrucción del
entorno natural, involucrando a los pobladores locales en un
manejo tendiente a la preservación y sostenimiento de los
recursos naturales.
El proceso que aquí se discute, se enmarca en esta última
tendencia, pues se busca la conservación del bosque tropical
en el estado de Quintana Roo. Para ello, se ha trabajado en
varias comunidades, promoviendo que los campesinos encaren el
aprovechamiento y administración de sus bosques.
La experiencia ha permitido construir una alternativa
económica de desarrollo a partir del bosque; ello ha permitido
establecer una economía forestal comunal en la mayor parte de
los ejidos de Quintana Roo, con perspectivas de estabilizar
las áreas forestales.
Antecedentes
Desde principios de siglo, la actividad forestal ha sido
pilar de la economía rural de Quintana Roo; los primeros
aprovechamientos fueron el palo de tinte, el chicle y la
caoba; estas explotaciones estaban a cargo de compañías
transnacionales, que usaban el palo de tinte como madera
rolliza, la caoba en trozas de alta calidad, y el chicle
cocido en marquetas. Al reiterarse estas empresas, el
aprovechamiento forestal pasó a manos de permisionarios
locales. En ningún caso se percibía un límite del bosque
productivo; más bien, se creía que todo terreno arbolado, era
una fuente inagotable de materia prima.
En la década de los treinta, se establecen los primeros
ejidos en la región. Estos se crearon con un criterio de
economía forestal, contemplando especialmente la actividad
chiclera (420 ha per cápita); en esa época, también surge la
Federación de Cooperativas Chicleras, que se hizo cargo de la
exportación del chicle. La explotación de la caoba pasó a
compañías privadas locales y paraestatales, al obtener la
concesión de grandes superficies arboladas; ellas empiezan los
primeros estudios gasonómicos en la región. De esta manera,
coexistieron la producción de madera y la extracción del
chicle, que representaban la principal fuente de empleo e
ingreso para la población rural; por ello, se tenía
estabilidad en las áreas forestales, aún cuando no se definían
bosques para producción forestal sostenida.
La economía rural del estado sufrió cambios drásticos,
cuando a fines de la década de los años sesenta se inicia la
colonización del trópico mexicano. Este proceso trajo
aparejada una fuerte inyección de capital, con el fin de
financiar el cambio de uso del suelo, para "desarrollar" gran
cantidad de proyectos agropecuarios. La concepción era que los
suelos tropicales constituían reservas de terrenos fértiles,
ya que "sólo se tenía que vencer a la selva". De los proyectos
impulsados, sólo algunos, entre los que puede citarse la caña
de azúcar, dieron origen a economías más o menos estables. Así
se perdieron muchos de los mejores bosques del estado.
El gobierno de Quintana Roo, preocupado por la
destrucción que caracterizaba el "desarrollo agropecuario",
ordenó en 1982 una serie de estudios acerca de la problemática
forestal, de los cuales esperaba alternativas que permitieran
frenar la destrucción de las selvas del estado. De estos
estudios, surgió el planteamiento de una nueva política
forestal, que se implementa desde 1983, y que tiene por
objetivo crear las condiciones para la conservación y manejo
de las selvas.
Situación de partida
La colonización trajo como resultado que en Quintana Roo
la gran mayoría de los terrenos sean de propiedad ejidal. Sólo
dos lotes de terrenos nacionales se podían considerar
extensos: el área denominada Punto Put, que se ubica en donde
limitan los tres estados de la Península de Yucatán y la parte
central del estado, que corre bordeando las costas. Sin
embargo, conviene señalar que dichos terrenos eran
considerados lotes baldíos a la creación de nuevos ejidos,
para los demandantes de tierra.
Desde 1957, el sur del estado estaba concesionado a la
Compañía Maderas Industrializadas de Quintana Roo, MIQRO, S.A.
El área otorgada como zona de abastecimiento de la empresa,
era de 500 mil hectáreas para la administración del bosque,
contando con su propia Dirección Técnica Forestal. Por la
explotación selectiva de los bosques (cortada sólo cedro y
caoba), pagaba el derecho de monte a los ejidatarios, la renta
que fijaba la institución agraria federal; que, por cierto,
estaba muy por debajo del precio regular de la madera en la
región.
En el resto del estado, si bien los precios que se
pagaban eran superiores a los que ofrecía la paraestatal
MIQRO, las comunidades tampoco ejercían ningún control sobre
el recurso forestal; los contratistas podían extraer madera
prácticamente todo el año, amparados en permisos forestales
que otorgaba el Servicio Forestal, sin ejercer ningún control
de las actividades de los contratistas madereros.
Por su parte, los campesinos se dedicaban a conseguir
fondos de proyectos institucionales que, como ya se dijo,
financiaban el desmonte. Esto singnificaba que, por un lado el
bosque disminuía por las prácticas agropecuarias de los
campesinos subsidiadas por el gobierno y, por el otro, las
compañías madereras cortaban los mismos volúmenes en
superficies de bosque cada vez menores. La tendencia era
clara: en pocos años, desaparecerían las selvas del estado.
La estrategia de cuidado y manejo de selvas
En los estudios elaborados se describía la gravedad de la
situación y la necesidad de aprovechar el finiquito de la
concesión forestal a la empresa MIQRO, así como los terrenos
que aún quedaban de propiedad nacional, para ensayar una nueva
política forestal, cuyo punto central fuera la conservación y
aprovechamiento racional de los bosques.
Es por lo anterior, que el gobierno del estado y el
gobierno federal, definieron que, para asegurar la
conservación de las selvas del estado, debería decretarse un
área que sería manejada bajo el régimen de reserva de la
biosfera y, en los bosques de propiedad ejidal, se promovería
un régimen de producción forestal, impulsando en el medio
rural una tendencia hacia una economía forestal comunal.
La reserva de Sian Ka' an
Para la reserva, se utilizaron los terrenos de propiedad
nacional que limitaban con la región norte, objeto del
desarrollo turístico (Cancún- Tulum), y los ejidos del sur del
estado. Es así como, en enero de 1986, por decreto
presidencial, se creó la Reserva de la Biosfera de Sian Ka'an,
que tiene una superficie de 528,147 ha, y se distingue porque
abarca desde selvas medianas, hasta marismas y arrecifes.
El Plan Piloto Forestal
Para la instrumentación de la política forestal, se creó
el Plan Piloto Forestal, cuyo planteamiento central es el
siguiente: "Las selvas se conservarán en la medida en que se
conviertan en una alternativa económica capaz de interesar a
los campesinos en su aprovechamiento racional y en su
conservación", ya que de otra manera, serán destruidas en
busca de otras alternativas de desarrollo agropecuario.
Como área piloto, se escogieron algunos ejidos del sur
del estado, que destacaban por:
* Su experiencia para organizar los aprovechamientos
forestales.
* Tener montes relativamente grandes (entre 5,000 y 30,000
ha).
* La compra de especies tropicales comunes, durante los
primeros años del Plan Piloto.
* Aspectos comerciales
A través de la comercialización, se busca valorizar la
selva a los ojos de los campesinos; lo que sólo podría
lograrse con buenos precios por la madera; por lo tanto, era
una precondición para el desarrollo de la experiencia que los
campesinos vendieran su madera en el mercado libre, sin el
proteccionismo clásico del enclave industrial. Para esto se
canceló la concesión forestal a la Compañía MIQRO, S.A., y se
promovió que los ejidos con mayor potencial forestal, formaran
un frente de comercialización que negociara los precios de la
madera.
Situación actual
Ha transcurrido poco más de una década de haberse
iniciado la experiencia a nivel piloto, y hoy se extiende a
nivel estatal; resulta pues muy interesante revisar qué pasó
con los aspectos planteados en la estrategia inicial:
* Se desarrolló una fuerte discusión con las comunidades
ejidales, logrando incorporar el concepto de área
forestal permanente, 500 mil ha distribuídas en más de 50
ejidos. Esto constituyó la primera piedra para pensar en
en el manejo forestal. Se cuenta con una base de
información de inventarios forestales, que permiten
definir los volúmenes que se pueden aprovechar en el
primer ciclo de corta. Se han iniciado estudios de
crecimiento y una red de parcelas permanentes de
monitoreo forestal; están obteniéndose los primeros
resultados del estudio de crecimiento de la especie más
valiosa de la región, la caoba. A la par, se ha
desarrollado una experiencia en plantaciones de
enriquecimiento.
* La idea de fomentar el surgimiento de actores sociales
interesados en el manejo y aprovechamiento forestal de
los bosques, ha rendido frutos: 6 mil familias campesinas
se han agrupado en cinco sociedades civiles forestales, y
tienen un concepto de desarrollo rural compartido a
partir del aprovechamiento racional de los bosques
(economía forestal comunal). Sus organizaciones son
estructuras útiles para dinamizar el desarrollo rural,
tanto para campesinos como para el propio gobierno.
Prueba de ello es el desarrollo que se manifiesta en
varios ejidos, en donde se inició el proyecto, ya que no
sólo han crecido como ejidos forestales (algunos cuentan
con maquinaria de extracción y aserrío), sino que han
hecho coinversiones con el gobierno para mejorar la
calidad de vida en el medio rural (calles, parques y
telecomunicaciones, principalmente.)
* Desde el inicio del proyecto se promovió y apoyó el
surgimiento de cuadros técnicos para asesorar y promover
el desarrollo de empresas forestales campesinas. Como
resultado de ello, se tienen 32 especialistas que forman
cuatro direcciones técnicas forestales que trabajan en el
contexto de organizaciones de propietarios forestales.
Quintana Roo tiene en los bosques delimitados para
producción forestal una modesta cobertura de 15,000 ha
por técnico, atendiendo cada uno, en promedio, dos
comunidades ejidales. Ello permite afirmar que están
sentadas las bases para el surgimiento de un servicio
forestal para la administración de los bosques del
estado.
* Los mecanismos de concesión y protección industrial tipo
enclave han desaparecido de Quintana Roo, siendo
sustituídos por la libre comercialización, en donde las
sociedades civiles campesinas son una oficina de
promoción y contacto para compradores y empresas
ejidales.
* En el sector industrial los avances son mínimos, pues la
iniciativa privada canalizó sus inversiones en las
empresas productoras de triplay, que si bien hicieron
ensayos para utilizar especies tropicales blandas y
duras, continúan usando maquinaria del siglo pasado,
diseñada para el procesamiento de troncos de grandes
diámetros, que no alcanzan la mayoría de la especies
tropicales de la región. La única empresa que cuenta con
tecnología moderna, Pisos y Recubrimientos de Quintana
Roo (PIQRO), elabora parquet laminado. Sin embargo, se
abastece del exterior, por conseguir materia prima más
barata en los países del norte, aunque recientemente
inició ensayos de abastecimiento con las empresas
ejidales que producen madera aserrada.
Problemática y perspectiva de la forestería comunal en
Quintana Roo
En 1983, se cortaban en los bosques del estado cerca de
40,000 m3 anuales de especies preciosas, esto es, cedro y
caoba. Actualmente, como resultado de los inventarios
forestales, dicha cifra se redujo a 15 mil m3 por año, lo que
significó una disminución del 60% en la tasa anual de
extracción. Aquí se puede apreciar la racionalidad técnica en
el uso de los recursos forestales, pero no debe minimizarse el
impacto económico que ésta medida causó en los ingresos de las
comunidades, el cual trató de amortiguarse con la instalación
de aserradoeros ejidales.
Lo anterior muestra que el inventario forestal pasó de
ser un estudio borocrático para obtener permisos a una
herramienta de planificación forestal, aceptada por las
comunidades. En el futuro próximo se tendrán los primeros
resultados de la remedición de parcelas permanentes -se
instalará una red de monitoreo con apoyo de la Fundación
McArthur-, lo que implicará introducir el cálculo de
posibilidad anual de mortalidad y crecimiento y hacer
nuevamente, lo ajustes pertienentes.
La alternativa es incorporar un mayor número de especies
a la comercialización, ya que actualmente se extraen sólo
alrededor de doce. Esto significa que, de aumentar las
especies que cuentan con mercado, ya no será una limitante la
explotación selectiva de pocas especies para desarrollar un
sistema silvícola más adecuado. Por ello, debe pensarse desde
ahora en cómo sería el concepto de manejo forestal y cuáles
las tareas de servicio forestal, al tener que hacer
tratamientos silvícolas como cortas de regeneración y raleos.
Ello implica, por un lado, experimentación silvícola, y por el
otro, organización de tareas en el contexto de una empresa
forestal ejidal, amén de estudiar los costos de operación.
Esto traerá como consecuencia la necesidad de hacer cambios
sustanciales en el sistema de extracción. Para ello se firmó
un convenio de cooperación técnica entre el gobierno mexicano
y la agencia británica O.D.A.
La ley forestal mexicana establece que los propietarios
del bosque deben financiar sus servicios técnicos silvícolas.
Esto significa que las reducciones de volúmenes, no sólo
tuvieron efectos al interior de las comunidades sino también
afectaron considerablemente las posibilidades de financiar el
servicio forestal de las organizaciones campesinas, ya que
éste se cubre a través de una cuota por metro cúbico
comercializado, que cada ejido paga a la sociedad forestal.
Esto explica porqué se ha convertido en una tarea de estos
grupos la búsqueda de fondos para financiar actividades.
Es viable que, a largo plazo, este servicio sea
autofinanciable, en la medida que tengan acceso al mercado
todas las especies. Sin embargo, debe notarse que, por ahora y
durante varios años, las especies secundarias sólo serán una
fuente de empleos y no producirán excedentes para las empreas
campesinas las que, por esta razón, no están en condiciones de
pagar este servicio. Como alternativa se promueve un proceso
de descentralización y transferencia de las tareas del
servicio forestal de las propias comunidades. El reto será
cómo lograr una unidad de concepto entre las diferentes
unidades de manejo forestal, al no existir un amarre entre
ellas.
La necesidad de crear empleos y agregar valor a su
madera, así como la falta de respuesta de la industria privada
que no reaccionó como se planteó al inicio del PPF, condujo a
los ejidos a incursionar en el aserrío y la carpintería. Esto
significa, por un lado, aumentar las cargas del personal
técnico, y por otro, atacar un problema de organización y
desarrollo empresarial, lo que rebasa con mucho la capacidad
del personal actual. Esto ha generado fuertes discusiones al
interior, lo que llevó a reconocer la necesidad de capacitar a
las nuevas generaciones. Si bien el que los ejidos
incursionaran en el aserrío trajo aparejados nuevos problemas,
debe reconocerse que de no haberse hecho esto, el proceso se
hubiera visto frenado. Hoy, la alternativa es introducir en
las empresas ejidales el secado y dimensionado de maderas
duras, para tener acceso al mercado, y el reto a vencer será
la transición de la organización ejidal a una forma más
empresarial de administración del negocio forestal.
Se tienen considerables avances al haber superado el
mercado tradicional de cedro y caoba. Se produce para la
industria local de parquet y triplay y se inicia la
exportación de maderas decorativas duras a Europa, Estados
Unidos de Norteamérica y Japón. Aquí debe reconocerse el
esfuerzo de los grupos que apoyan la venta de madera con
certificados ecológicos de manejo forestal. Sin embargo, son
dos los problemas críticos: la organización comercial de las
empresas ejidales y la reorientación de los esfuerzos, que se
han concentrado en el consumo de maderas de dimensiones
tradicionales para tabla y chapa.
Ante esto, una de las sociedades ya inició su línea de
exportación a través de un comisionado de ventas. Si pensamos
que los esfuerzos tienen que encaminarse a vender las especies
que favorezcan el manejo forestal, la tarea para los próximos
años es buscar mercados para las especies de los estratos
intermedios del bosque (de 10 a 25 cm), es decir, para postes,
estacas y construcciones rústicas, y aprovechar comercialmente
lo que ahora se considiera desperdicio. De no ser así, son
escasas las posibilidades de tratamientos silvícolas.
Es importante destacar aquí que la actividad forestal se
convertió en la generadora de un proceso de organización
social. Así surgieron las sociedades forestales campesinas de
Quintana Roo y que abarcan el 80% de los bosques comerciales
del estado. Estas organizaciones ejercen un control espacial
sobre los recursos y lo defienden de la acción de los
programas gubernamentales que promueven el desarrollo
agropecuario y de la acción de incendios forestales (a partir
de lo que surgió una frontera forestal). Lo anterior es
resultado de haber desarrollado una economía rural que depende
en gran medida del ingreso forestal.
Estas organizaciones surgieron como instituciones
campesinas promotoras de la conservación, del desarrollo rural
y como refugio de los grupos de servicio técnico silvícola.
Buena parte de los problemas que han enfrentado estos grupos
no son internos sino que tienen que ver con conservar su
autonomía y capacidad de autogestión frente a las centrales
campesinas, que las ven como botín político. Como alternativa
a esto y como medio para consolidar el trabajo se fomentó la
Unión Nacional de Organizaciones de Forestería Comunal, A.C.,
que agrupa a organizaciones con intereses similares en cuanto
a la conservación de recursos forestales y el desarrollo
comunal.
Conclusiones
* A pesar de la problemática que ha enfrentado el Plan
Piloto Forestal, se ha desencadenado un proceso de
forestería comunal que se ha sostenido durante una
década. Esto ha permitido la conservación y uso racional
de las selvas en Quintana Roo. La experiencia permite
afirmar que puede convertirse en un negocio
autofinanciable (extracción e industrialización) para los
campesinos, en la medida que no se les obligue a cubrir
los costos adicionales que implica mejorar el manejo de
las selvas y bosques, tales como el servicio forestal, la
investigación, la infraestructura caminera y los
inventarios forestales. Estos deben ser vistos como
costos de conservación para que la forestería comunal
cumpla con su tarea de generar empleos y conservar las
selvas. El reto es cómo apoyar a las organizaciones
forestales sin crear dependencia o, en su defecto, que se
entienda como un donativo que se usa para subsanar las
necesidades de la empresa forestal comunal.
* Comparada con alternativas como la protección de áreas
naturales o los programas de reforestación, la forestería
comunal resulta una opción bastante más económica, amén
de evitar conflictos sociales, como los que existen en
otros estados de la República, en los cuales tienen mucho
que ver las vedas y reservas. A manera de ejemplo, baste
citar que en la temporada de 1994, se gastaron con
relación a incendios forestales, en la parte norte del
estado, seis millones de nuevos pesos, mientras que se
apoya al servicio técnico forestal de las sociedades
campesinas con 400 mil nuevos pesos. Resulta paradójico
que donde hubo menos inversión se hayan presentado menos
problemas de incendios forestales.
* Por último, el punto crítico de todo el proyecto de
conservación está en que la selva siga siendo, a los ojos
de los campesinos, la alternativa económica más atractiva
de uso del suelo, sobre todo ahora que, con los
resultados de los inventarios forestales y la perspectiva
de crecimiento de la población, se puede afirmar que los
ingresos por venta de madera no serán suficientes para
sostener la economía campesina. El reto es aprovechar la
infraestructura organizativa, tanto técnica como
campesina, para introducir nuevas alternativas económicas
compatibles con la conservación de la selva. En tal
sentido, son de vital importancia los primeros pasos que
las organizaciones están dando con productos como el
chicle y recursos tales como la flora y fauna silvestre.
* Asesor de las organizaciones campesinas en el Plan
Piloto Forestal y promotor de la Unión Nacional
de Organizaciones de Forestería Comunitaria
UNOFOC. Coord. Regional Occidente
Nuevo San Juan Parangaricutiro, Mich.
Tel: (91-459) 401-88 Fax: 4-00-51
Evaluación de impacto ambiental del Canal Intracostero
Tamaulipeco
1. Descripción del Proyecto
El Canal Intracostero Tamaulipeco será una vía navegable de
doble circulación con una longitud total de 438.85 km desde el
río Bravo al norte, en el municipio de Matamoros, hasta el río
Pánuco al sur, en el municipio de Cd Madero, con un ancho de
plantilla de 38.10 m, y una profundidad de 3.66 m referida al
nivel de bajamar media, propio para el tránsito de
embarcaciones de bajo calado. La protección que brinda el
cordón litoral contra la influencia de los fenómenos
meteorológicos, permitirá su operación ininterrumpida durante
todo el año.
Con este proyecto se integra un Sistema Internacional de
Transporte Multimodal de primer orden, que permitirá el
intercambio comercial entre todos los centros de producción y
consumo más importantes de nuestro país, Estados Unidos y
Canadá, a través de un medio de transportación de carga con
las más bajas emisiones contaminantes relativas. De hecho, se
estima que la emisión de contaminantes por tonelada/kilómetro
transportada en barcaza sobre el Canal es casi 20 veces menor
que en el autotransporte carretero y 50% menor que en el
transporte ferroviario. Igualmente, se suponen ahorros de
hasta un 60% en los fletes de los productos que sean
transportados por esta vía, con los beneficios que esto
implica.
Además, de acuerdo con las estimaciones realizadas, el
canal,sus terminales y proyectos asociados, generarán por lo
menos 8000 empleos directos y 8000 indirectos.
2. Formulación del Estudio
La evaluación de impacto ambiental de este proyecto no tiene
precedente en México, ya que abarcó más de año y medio e
involucró en los trabajos analíticos a las instituciones y
personalidades más destacadas de la comunidad científica
nacional, en los temas correspondientes.
La magnitud del proyecto y la importancia de los
ecosistemas involucrados, determinaron que la Dirección
General de Normatividad Ambiental del Instituto Nacional de
Ecología solicitara al Gobierno del Estado de Tamaulipas, a
través de la Dirección General de Infraestructura Canalera y
Costera (DGICC), como responsable del proyecto, una
manifestación de impacto ambiental en su modalidad
específica.
La DGICC, contrató a la U.A. de Tamaulipas para la
elaboración de dicha manifestación, la cual incorporó a los
siguientes Centros de Investigación:
* Centro de Investigación y Desarrollo en Ingeniería
Portuaria (CIDIPPORT),
dependiente de la Facultad de Ingeniería
* Centro de Investigación y Desarrollo Agropecuariío,
Forestal y de la Fauna (CIDAFF),
dependiente de la Facultad de Agronomía
* Instituto de Ecología y Alimentos (IEA)
* Especialistas en biología marina de la Facultad de
Medicina Veterinaria de la propia
Universidad Autónoma de Tamaulipas.
La DGICC supervisó directamente el desarrollo de la
manifestación en todas sus etapas; adicionalmente, se
contrataron los servicios de expertos en impacto ambiental,
que actuaron como supervisores y asesores externos para
garantizar la correcta realización de los trabajos
correspondientes.
En total se integró un equipo de 24 especialistas en
diversas ramas del conocimiento para trabajar en forma
interdisciplinaria y desarrollar los diferentes temas
agregados en factores ambientales como: factores físicos
(clima, geología, geomorfología, suelos, hidrología y
oceanografía); biológicos (fauna y flora terrestre y acuática)
y socioeconómicos (población, empleo, servicios, economía de
la región, educación, tenencia de la tierra y actividades
productivas). En cada tema se llevó a cabo la consulta y
análisis de la información disponible y se procedió a su
interpretación y comprobación en campo.
3. Complementación, evaluación y analisis del estudio
Para la complementación, análisis y revisión de la
manifestación de impacto ambiental del Canal Intracostero
Tamaulipeco, el Instituto Nacional de Ecología integró un
Comité de Lectura y realizó dos seminarios científicos. En
ambos casos participaron especialistas e investigadores de
zonas costeras de amplio reconocimiento nacional, así como
algunas organizaciones de protección ecológica interesadas en
la costa.
Para la parte final del proceso de evaluación del
proyecto, el INE integró un Comité Especial de Evaluación,
conformado por investigadores y especialistas en ecología
costera de diversos centros de investigación del país, como
son:
* Centro de Investigación Científica y Educación Superior
de Ensenada
* Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste
* Instituto de Ecología, A.C.
* Centro de Ecología (UNAM)
* Universidad Autónoma de Tamaulipas
* Instituto Nacional de Ecología
Las conclusiones principales tanto de los seminarios,
como de los Comités de Lectura, como del Comité Especial de
Evaluación fueron:
* Que el proyecto es viable desde el punto de vista
ecológico, si se siguen las recomendaciones propuestas y
se instrumentan las medidas de mitigación manifestadas en
el estudio de impacto ambiental y en la resolución que
para tal efecto se emita.
* Formar un Comité Científico de Seguimiento que apoye al
Gobierno del Estado de Tamaulipas para el desarrollo del
proyecto.
* Integrar un Programa de Monitoreo e Investigación en la
costa tamaulipeca que deberá instrumentarse en paralelo
al proyecto.
* Acelerar los estudios de Ordenamiento Ecológico y
decretar áreas de protección ambiental en función de
estos estudios.
* Crear un Banco de Información del Canal Intracostero
desde la etapa de planeación del proyecto.
* Lograr que la alternativa seleccionada represente los
menores costos ambientales ya que las afectaciones
involucran a menos del 1% de la superficie de los
diferentes ecosistemas presentes en el área de influencia
del proyecto.
* Que el Proyecto del Canal Intracostero Tamaulipeco es
viable en materia ambiental ya que cuenta con todos los
elementos técnicos para la mitigación y prevención de
impactos, además de que los efectos sobre los hábitat,
especies y procesos biológicos resultan puntuales y
temporales.
4. Perfil ambiental del proyecto y resolución de impacto
ambiental
Todos los estudios realizados, los resultados
documentales de las consultas y de las audiencias técnicas, de
los Seminarios Científicos y de los Comités de Lectura y del
Comité Especial de Evaluación, suman 17 volúmenes analíticos
que incluyen: interpretación de imágenes de satélite, y
sobreposición de planos y fotografías aéreas; matrices de
interacción; bitácoras de cruceros de investigación
oceanográfica y sobrevuelos realizados exprofeso para la
evaluación del proyecto; análisis documentado de elementos
climáticos, geológicos, geomorfológicos, suelos, hidrología e
hidrodinámica, oceanografía, fauna y flora terrestre y
acuática, y factores socioeconómicos.
Estos resultados y el propio proceso de evaluación,
condujeron a la adopción de diferentes decisiones técnicas
para minimizar o evitar impactos ambientales del proyecto.
Estos resultados y decisiones se incorporaron en la Resolución
de Impacto Ambiental que otorgó el INE para el Canal
Intracostero Tamaulipeco. En ello cabe destacar los siguientes
elementos:
* Selección de la mejor alternativa de trazo al oriente de
la Laguna Madre, sobre la parte continental. Esto evita
el impacto sobre los hábitats naturales de aves
migratorias y de la tortuga lora; establece un refugio
termal para la fauna marina durante el invierno, cuando
los nortes pasan a través del área; ofrece mayores
facilidades para la disposición del material de dragrado
sin afectar ecosistemas lagunarios y costeros; evita
afectación a la vegetación acuática y minimiza los
volúmenes de dragado, entre otros. Este trazo también
impide la segmentación de islas, aleja al proyecto de la
zonas de pastos marinos; previene el impacto en zonas de
manglar al sur del estado; limita la afectación de áreas
con concentraciones importantes de organismos lagunares
bentónicos, al llevarse el trazo por la zona continental;
se aparta el trazo del lado oriental de las lagunas de
agua dulce, para no romper el equilibrio natural de las
mismas; se evita la afectación de asentamientos humanos e
impide el trazo a través de los deltas de los ríos y
arroyos principales, cruzándolos aguas arriba.
* Tanto en el proceso de selección de los equipos de
dragado y transporte que se utilizarán en el Canal, así
como en el diseño y localización del mismo, se tomaron en
cuenta las experiencias del Canal de la Laguna Madre de
Texas, especialmente en lo que respecta a la protección
de los pastos marinos como fuentes de producción
primaria, hábitats para invertebrados y forraje para
fauna silvestre.
* Se establece la construcción de obras de control en los
principales ríos que cruzan el Canal, tales como
compuertas, desviaciones y encauzamientos.
* Utilización de geomembranas y mallas de control en las
actividades de dragado y, creación de islas emergentes
para ampliar el hábitat de especies de las diferentes
especies de aves, mamíferos y reptiles que habitan el
zona.
*
Se establecieron medidas de seguridad para los
reglamentos de operación del canal, en lo que respecta a
la minimización de impactos por contaminación accidental
por grasas, aceites, combustibles, y derrames en
general.
* Se le dará un mantenimiento permanente a las bocas de
comunicación del mar con las lagunas, permitiendo la
constante renovación de la masa de agua y estabilizando
los rangos de salinidad de la zona lagunaria. Con esto,
se favorece la proliferación de diversas especies
acuícolas y se mitiga el proceso de erosión eólica por
desecación de las márgenes lagunarias, evitando el
deterioro por ensalitramiento de las zonas agrícolas
aledañas, provocando un efecto altamente positivo al
contribuir a la solución de este añejo problema en la
zona productora de granos de Matamoros y San Fernando.
* Las obras de construcción y mantenimiento del canal se
podrán capitalizar en apoyo a la rehabilitación de
ecosistemas costeros impactados y a la protección del
litoral por el efecto de la erosión eólica, al
establecerse programas de reforestación con especies de
alta resistencia a la aridez, como los géneros Salicornia
Lycium, Ziziphus, Acacia y Prosopis propias de la zona,
al igual que los mangles Rizophora mangle, Avicenia
geminans, Laguncularie racemosa y Conocarpus erecta, que
representan un hábitat importante para las aves
migratorias.
* El Canal Intracostero permitirá desviar el tráfico de las
embarcaciones pesqueras, turísticas y cargueras que
tradicionalmente circulan frente de la zona de arribazón
de la tortuga lora, con lo que esta especie se
beneficiará al no estar expuesta a este tráfico.
* La investigación biológica desarrollada durante la
evaluación del proyecto, arrojó información sumamente
valiosa sobre la zona de reserva de la tortuga lora.
Gracias a ésto, se ampliará la reserva de 17 km. de playa
con que cuenta actualmente, a más de 40 km, donde se
observa el mayor porcentaje de arribazones de esta
especie.
* La información generada y la concertación con el gobierno
del estado de Tamaulipas van a permitir llevar a cabo un
ambicioso proyecto de Ordenamiento Ecológico del
Territorio en toda la costa tamaulipeca.
5. Creación de una Reserva de la Biosfera en la Laguna Madre
Como resultado de los acuerdos con el gobierno del estado de
Tamaulipas, con la entidad operadora del Canal Intracostero
Tamaulipeco y con el apoyo de la información técnica y
científica obtenida durante el proceso de evaluación del
proyecto, se establecerá y financiará una reserva de la
biosfera sobre la Laguna Madre, al norte del estado de
Tamaulipas,que abarcará cerca de 400,000 hectáreas.
Elementos para una política nacional de manejo de residuos
urbanos
Juan Careaga*
Careaga analiza la problemática de los
residuos urbanos y municipales, define una
estrategia para su manejo y reciclaje a nivel
local y regional, y propone elementos
normativos tendientes a disminuir su impacto
ambiental.
1. Problemática ambiental de los residuos sólidos urbanos
Composición y gestión de los residuos sólidos urbanos
De conformidad con la metodología de análisis diseñada y
ensayada por el Centro de Ecodesarrollo1, en este trabajo se
considera que los residuos sólidos pueden ser caracterizados
bajo las siguientes definiciones:
* Residuos residenciales, son aquellos generados en hogares
y casas habitación; para los cuales conviene establecer
como índice de medición la cantidad de residuos
habitacionales por habitante;
* Residuos municipales domiciliarios, son los provenientes
de hogares + comercios + oficinas + instituciones + otros
establecimientos no industriales + lugares y vías
públicas. El índice de caracterización se define como
cantidad de residuos municipales domiciliarios per
cápita; y
* Residuos urbanos, que son los generados por hogares +
comercios + oficinas + instituciones + otros
establecimientos + lugares públicos + industrias (sin
incluir los residuos propios de la operación industrial,
los cuales se cuantifican en otro rubro) y para todos los
cuales el índice de caracterización es la cantidad de
residuos urbanos percápita.
Ninguna de la ciudades o zonas urbanas principales del
país tiene datos específicos confiables sobre los volúmenes
reales de residuos sólidos generados en sus jurisdicciones.
Según la fuente que se consulte, algunos de los valores y
porcentajes reportados pueden variar hasta en 100%.
Con el propósito de precisar los planes municipales o
regionales de manejo de los residuos sólidos urbanos, es
indispensable establecer registros adecuados de las cantidades
de desechos generadas en domicilios, comercios, instituciones,
vías y lugares públicos e industrias. Se recomienda también
establecer estudios de composición de los residuos.
Ahora bien, para ello es necesario empezar por definir
todos los términos usados en el manejo de los residuos
sólidos. Respecto de definiciones y terminología formal, cabe
señalar que actualmente sólo se dispone de la que hasta 1992
fue la NOM-AA-91. Sin embargo, ese documento deja mucho que
desear y está plagado de errores e inconsistencias. Por ello,
es urgente establecer definiciones precisas de todos los
conceptos relacionados con el amplio campo de los residuos
sólidos.
Para cuantificar los volúmenes de residuos que llegan
diariamente a los tiraderos y rellenos sanitarios, con el
propósito entre otras consideraciones, de planificar la
evolución y requerimientos de nuevos espacios para disposición
futura, los municipios deben efectuar análisis y encuestas
profundas y recurrir a datos fidedignos de censos en
industrias, empresas e instituciones.
Se recomienda que los municipios emitan ordenanzas requiriendo
a la industria para que someta informes periódicos, indicando
las cantidades y la composición de los residuos sólidos que
genera y que desecha, independientemente de cual sea el método
de disposición final de los mismos. La reglamentación debe
considerar la aplicación de multas en caso de incumplimiento
en la entrega a tiempo de los informes mencionados. Este
requerimiento debe incluir también a aquellas empresas que
operen sus propios confinamientos de residuos industriales, es
decir, los rellenos conocidos mundialmente como de clase
III.
Lineamientos generales sobre el manejo de los residuos
sólidos
En México, la administración de la recolección, el
transporte y la disposición final de los residuos sólidos, en
sus respectivas jurisdicciones, es responsabilidad de los
municipios. Esto proviene de un mandato constitucional y
responde a una política de los tres niveles de gobierno, que
buscan:
* proteger la salud pública y el bienestar social;
* prevenir la contaminación del agua y el aire;
* prevenir la propagación de enfermedades y el desarrollo
de plagas;
* conservar los recursos naturales;
* realzar la belleza y la calidad del medio ambiente.
Los municipios, con apoyo de la Secretaría de Medio Ambiente,
Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), a través del Instituto
Nacional de Ecología (INE) deberán desarrollar planes de
acción para contar con adecuados sistemas de gestión de los
residuos sólidos urbanos.
La SEMARNAP debe fomentar el establecimiento de distritos
regionales o zonas metropolitanas conurbadas de planificación,
para propósitos de la gestión de los residuos sólidos urbanos,
de manera que todo el territorio nacional quede cubierto por
planes de manejo de dichos residuos, en los que se detallen
los niveles de responsabilidad municipal, regional, estatal y
federal.
Se sugiere fijar un Código Nacional de Gestión Integral de los
Residuos Sólidos, que norme la implantación de los
correspondientes planes de acción. Dicho código debe incluir
los estándares más modernos de diseño, ingeniería y operación
de los rellenos sanitarios, los cuales representan el método
primario de disposición final de los residuos sólidos en el
país.
Respetando la soberanía de los municipios, todo tipo de
asistencia técnica y financiera que pueda ofrecer el gobierno
federal en materia de gestión de residuos sólidos urbanos
(RSU), deberá estar condicionada a la existencia de planes y
programas de gestión enmarcados por el Código propuesto.
Comisiones regionales de gestión de los residuos sólidos
urbanos
El testimonio recabado de funcionarios gubernamentales de
diversos niveles, de industriales y comerciantes, así como de
ciudadanos en diversos países del mundo, es unánime en cuanto
a que los gobiernos municipales, actuando de manera
independiente, no pueden solventar más o administrar
apropiadamente la recolección, el transporte y la disposición
de los RSU. Consecuentemente, las ciudades y los municipios
están dándose cuenta de las ventajas de trabajar de manera
cooperativa, en un nivel regional o distrital.
En municipios conurbados, como es el caso de las zona
metropolitanas de la Ciudad de México, Guadalajara y
Monterrey(ZMCM,ZMG y ZMM) es indispensable que el diseño y la
implantación de planes de gestión de residuos se lleve a cabo
obligatoriamente con un enfoque regional y con la
participación de todas las municipalidades involucradas. En el
caso de la ZMCM se trata de cerca de 40 delegaciones y
municipios.
Para ello, es necesario contar con eficientes sistemas de
gestión de los residuos sólidos, que apoyen un desarrollo y
crecimiento económica y ecológicamente sostenible. Se
recomienda establecer comisiones regionales, o de las zonas
conurbadas, que participen en la planificación y supervisión
de la ejecución de los procesos acordados, para la gestión
eficaz de los desechos sólidos urbanos.
Se sugiere que en cada región, distrito o zona conurbada,
se integre una comisión, equivalente a la Comisión
Metropolitana para la Protección del Medio Ambiente del Valle
de México, pero con la responsabilidad y la autoridad
necesarias para recabar información, analizar y evaluar la
problemática, planificar las necesidades del distrito o región
en materia de residuos sólidos, así como para otorgar y
cancelar permisos y concesiones sobre los diversos servicios
que pueden ofrecerse a las comunidades que representa, en
materia de recolección, transporte, selección, valorización,
incineración y disposición final de los RSU.
Las comisiones regionales o distritales deberán estar
integradas por representantes gubernamentales federales,
estatales y de cada delegación o municipio del distrito, así
como por representantes de la industria y comercio locales, de
sindicatos o uniones de trabajadores relacionados con la
recolección, transporte, selección, acopio, acondicionamiento
y venta de materiales secundarios y de representantes de
organismos no gubernamentales interesados en esta
problemática.
Sistema de gestión integral de los residuos sólidos urbanos
El análisis de la problemática del manejo de los RSU
conduce a la recomendación de promover el establecimiento de
sistemas de gestión integral de los residuos sólidos urbanos,
en zonas con más de 100,000 habitantes. Los sistemas de
gestión integral constan de una gran variedad de elementos,
acciones y prácticas administrativas, que se complementan
entre sí y que permiten manejar con seguridad y eficiencia los
diversos flujos que componen los residuos sólidos urbanos.
Un sistema de gestión integral debe, también, provocar un
impacto negativo mínimo sobre la salud humana y el medio
ambiente, así como promover la valorización de una parte
significativa de los residuos.
De conformidad con prácticas internacionales actuales, se
considera que un sistema de gestión integral de los RSU debe
incluir algunas o todas las componentes y planes siguientes:
* Reducción en la fuente.
* Reutilización de productos y de envases.
* Reciclaje de materiales (incluyendo la biodegradación
controlada de materiales orgánicos).
* Recuperación de energía mediante incineración y/o
recuperación de componentes básicos mediante pirólisis.
* Disposición final en rellenos sanitarios y confinamientos
controlados.
Los elementos anteriores no son suficientes para
administrar de manera efectiva y total el flujo de residuos
urbanos; es necesario contar también con mecanismos
adicionales para lograr un sistema completo de gestión
integral de los residuos sólidos,tales como:
* Una estructura administrativa para la gestión de los
residuos sólidos, capaz de promover e implantar planes
regionales de gestión integral de los residuos y de
supervisar el funcionamiento del sistema.
* Conocimiento preciso de la cantidad e identidad de los
residuos generados en la zona correspondiente, incluyendo
residuos industriales y desechos peligrosos.
* Planes y fuentes de financiamiento, convenios de
asistencia y cooperación técnica y presupuesto operativo
apropiado.
* Planes de acción agresivos para la implantación de las
diversas componentes de un sistema de gestión integral de
los RSU, incluyendo programas de educación para la niñez,
*
*
*
*
*
de motivación para la ciudadanía y de incentivación para
las empresas e instituciones.
Programas de reducción en la fuente y de valorización de
los residuos, tanto urbanos como industriales.
Métodos apropiados de recolección, transporte y selección
de los RSU.
Capacidad adecuada para la disposición final (incluyendo
la incineración con recuperación de energía y rellenos
sanitarios apropiados).
Planes para la clausura, limpieza y control de los
actuales tiraderos a cielo abierto.
Legislación apropiada para la implantación de las
acciones y programas anteriores.
Es importante tener presente que, aunque el reciclaje y
la disposición final son dos de los más importantes elementos
de la gestión de los residuos sólidos, por sí solos no bastan,
por lo que deben complementarse con todos los demás elementos,
para formar un sistema completo o integral.
Los sistemas modernos de gestión de los residuos sólidos
requieren inversiones considerables en infraestructura
(construcciones, equipos de transporte y compactación,
instalaciones de procesamiento, medidas para controlar la
contaminación, etc.) en los aspectos referentes a manejo,
selección, incineración y disposición en relleno sanitario. En
el aspecto de la valorización de los residuos (principalmente
reciclaje y compostaje), también es necesario efectuar
inversiones sustanciales en mecanismos de recolección
selectiva, centros de acopio, centros de recuperación de
materiales y centros de procesamiento y comercialización de
los subproductos.
Un sistema de gestión integral de los residuos sólidos, que
esté mal planificado y operado, puede resultar con costos
varias veces mayores que los de un sistema bien planeado y
administrado.
Desincorporación de los servicios de limpia y saneamiento
Una de las áreas que son potencialmente más lucrativas en
el manejo y la disposición de los desechos sólidos urbanos, es
el transporte de los mismos.
Muchos municipios en México han mostrado ser incapaces de
generar ingresos adecuados por esta actividad; más bien,
dichos "servicios" se han convertido en impresionantes y
costosísimos centros de gasto, de ineficiencia y de
corrupción.
Se recomienda por ello que la recolección, transporte y
disposición de los RSU dejen de ser operados directamente por
las municipalidades y que éstas y/o las comisiones regionales,
promuevan la privatización de dichos servicios. De representar
hasta un 50% del gasto presupuestal en algunos municipios, la
gestión privada de los RSU puede revertirse a una situación de
ingresos netos para los ayuntamientos.
Corresponde a la SEMARNAP, a las secretarías estatales de
ecología y a las direcciones de saneamiento municipales,
mediante una normalización técnica apropiada, fijar los
estándares básicos mínimos necesarios para los procesos de
licitación, otorgamiento de concesiones y licencias,
supervisión y, en general, privatización de los servicios de
gestión de los RSU.
Enseñanza y motivación de la población
Se ha encontrado que un aspecto crítico en la
implantación exitosa de sistemas de gestión integral de los
RSU, es educar al público en general sobre el manejo
responsable de los desechos sólidos. El proceso debe empezar
desde los primeros años escolares y estar diseñado para llegar
a personas de cualquier edad, así como a todos los sectores
económicos de la sociedad.
Se sugiere que la Secretaría de Educación Pública (SEP),
en su calidad de órgano rector de la educación básica en el
país, además de los actuales requisitos que ya ha emitido
sobre estudios de la Naturaleza en los niveles elementales de
la enseñanza, especialmente sobre conservación de recursos
naturales y problemas que afectan la calidad del medio
ambiente, establezca nuevos requisitos para que, tanto
maestros como estudiantes, tomen cursos sobre la problemática
y el impacto ambiental de la generación y el manejo de los
residuos sólidos.
Hay una gran necesidad de materiales impresos, de libros
de texto, de guías para instructores, de productos
audiovisuales y de programas de televisión eficaces sobre
educación, divulgación y capacitación en materia de gestión de
los desechos sólidos. Se recomienda que la SEP, el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y la
Secretaría de Medio Ambiente, Recursos naturales y Pesca
(SEMARNAP) promuevan la producción y distribución de
materiales educativos e informativos como los señalados. Muy
especialmente, se considera urgente la producción y uso de
libros de texto gratuitos sobre esta temática, para todos los
niveles de la enseñanza preescolar, básica y secundaria.
Se recomienda que las instituciones anteriores
establezcan fondos especiales para financiar estudios e
investigaciones, desarrollo de materiales educativos y cursos
de capacitación y adiestramiento respecto de las diversas
componentes de la gestión integral de los RSU.
Se propone que las municipalidades diseñen y ejecuten campañas
educativas públicas, que contengan mensajes muy simples,
concisos y orientados hacia diversos aspectos de la
problemática del manejo de los residuos sólidos. Los planes de
gestión de los RSU deberán incluir capítulos referentes a la
educación, señalando estrategias para dar información sobre
los residuos y la valorización de los mismos. No deberá
aprobarse ningún plan de gestión de residuos que no incluya un
programa educativo.
Es necesario recalcar que los programas o acciones que se
recomiendan, sólo tendrán trascendencia si el público está
bien informado sobre dichos asuntos. El ciudadano común no
estará dispuesto a realizar los sacrificios necesarios para la
eficaz implantación de programas de valorización de residuos
sólidos, a menos que se le eduque adecuadamente. Por lo tanto,
se recomienda que la SEMARNAP establezca una dirección formal,
con el personal y presupuesto suficientes, para desarrollar un
programa educativo sobre residuos sólidos, que permita lograr
dichos objetivos e implantar las acciones señaladas.
2. Consideraciones relativas a la gestión integral de los RSU
Reducción en la fuente
Se recomienda que la SECOFI y la SEMARNAP promuevan ante
los organismos cúpula de la industria el que las industrias
manufactureras implanten medidas de conservación tendientes a
reducir el monto y el tipo de residuos tanto peligrosos como
normales de sus operaciones.
Debe alentarse a la industria para que considere
formalmente, durante los procesos de diseño y manufactura de
sus productos, las componentes de la reducción en la fuente,
es decir, implantación de tecnologías limpias, disminución del
exceso de materiales de envasado, eliminación del uso de
componentes tóxicos en sus productos, así como consideración
de los requerimientos técnicos para la valorización de los
residuos y requisitos de la disposición final.
Al término de este trabajo se analiza con mayor
profundidad el elemento de gestión denominado reducción en la
fuente.
Reciclaje
En todo acto legislativo o reglamentario relacionado con
los RSU, a nivel federal, estatal o municipal, deberá
señalarse explícitamente que la política de los gobiernos
correspondientes es alentar y promover la valorización de los
residuos, con el propósito de conservar los recursos
naturales, disminuir los consumos de energía, preservar los
espacios dedicados a rellenos sanitarios y reducir la
contaminación ambiental.
La SEMARNAP deberá contar con un área especializada que,
además del señalamiento anterior sobre educación ambiental, le
permita promover y coordinar esfuerzos en pro del reciclaje y
ofrecer asistencia técnica y financiera a estados, municipios
y comisiones regionales, en sus programas específicos de
valorización de los residuos sólidos.
Todo programa de reciclaje tiene un costo y, como es bien
sabido, el potencial del reciclaje está limitado más por la
economía que por la tecnología. Cualquier programa que se
inicie con la expectativa de generar utilidades, estará
destinado al fracaso. Es necesario que las autoridades
municipales estén conscientes de que el reciclaje es una
herramienta administrativa y no una empresa lucrativa. Esto es
válido tanto para programas de valorización de residuos
inorgánicos reciclables como para la producción de metano y/o
composta a partir de residuos orgánicos.
Se recomienda establecer un fondo, administrado por la
SEMARNAP y el CONACYT, para fomentar tanto la investigación
aplicada como la inversión por parte de la pequeña y la micro
industria en cuestiones relativas al reciclaje de los RSU. Se
sugieren las siguientes cinco categorías en las que el fondo
podría otorgar subvenciones:
* planeación sobre gestión integral de los RSU;
* equipamiento para plantas de recuperación de recursos,
reciclaje y compostaje;
* desarrollo de mercados de subproductos reciclables de los
RSU;
* concientización pública, capacitación y enseñanza
relacionada con los residuos sólidos;
* centros de acopio poblacionales y estaciones de
transferencia en las que se seleccionen materiales
reciclables.
El reciclaje es una componente crítica de cualquier
sistema de gestión integral de los RSU. Es una herramienta
que, cuando se utiliza conjuntamente con otros instrumentos de
la gestión de los residuos, contribuye de manera importante a
la eficiencia operativa del sistema total. Es necesario que
aquellas comunidades que estén considerando implantar sistemas
integrales de gestión de los RSU, incluyan el reciclaje como
uno de los pilares fundamentales de su proceso de planeación.
La identificación y el fomento de los mercados de
subproductos, así como una estrecha colaboración con la
industria y el comercio durante el proceso de planificación,
son acciones vitales para el logro de un programa exitoso.
La selección en la fuente de los subproductos reciclables
de los residuos sólidos, es la mejor manera de producir
materiales recuperables con la máxima calidad posible, lo cual
se traduce en un mejor retorno financiero del proceso de
reciclaje. Los programas de reciclaje de residuos domiciliares
son muy importantes, aunque no deben olvidarse las fuentes
institucionales ni las industriales.
Se considera que la selección obligatoria de los
materiales reciclables, a nivel domiciliario e institucional,
es una acción esencial para el éxito de cualquier programa de
reciclaje. Leyes, reglamentos u ordenanzas que requieran, en
el corto plazo, la separación en el hogar o la empresa,
pudieran representar un choque cultural para muchos, por lo
que se sugiere que los organismos gubernamentales tomen el
liderazgo y sirvan de ejemplo. Se recomienda que, a corto
plazo, todas las dependencias de los gobiernos federal,
estatales y municipales, así como aque-llas instituciones que
reciban subsidios públicos, como empresas paraestatales,
universidades, escuelas públicas, etc., establezcan
forzosamente programas de selección en la fuente y de
reciclaje, para determinados productos y materiales de
consumo, especialmente el papel y el cartón desechado. La
SEMARNAP debe preparar planes y programas básicos para su
adopción y adaptación por parte de las demás dependencias
públicas.
El reciclaje sólo se da cuando los materiales
seleccionados son usados por una industria para manufacturar
un producto nuevo que será utilizado por otras industrias y/o
por los consumidores. Es importante que los funcionarios
encargados de la gestión de los residuos sólidos aprendan a
comercializar los materiales seleccionados, si se desea que el
reciclaje tenga éxito. De hecho, la existencia de mercados
establecidos y duraderos es crítica, puesto que el flujo
diario de desechos sólidos continuará llegando,
independientemente de las condiciones del mercado. Las
autoridades municipales deben trabajar estrechamente con la
industria en la planeación y el establecimiento de sistemas de
gestión integral de los residuos, que incluyan el reciclaje.
Las costumbres consumistas, así como las políticas de
compra del sector público, han favorecido tradicionalmente el
uso de materiales vírgenes, excluyendo a los materiales
recuperados. Las fuerzas del mercado no son suficientes para
contrarrestar estas tradiciones, ni la crisis de falta de
espacios para la disposición, ni los cambios que deben darse
en la sociedad. Al presente, prácticamente no existen
incentivos para que la industria manufacturera utilice
subproductos de los RSU. Para que un programa de reciclaje
tenga éxito es necesario, entre otros factores, que la
utilización de materiales recuperados se vuelva lucrativa para
las empresas industriales. Una manera de promover ésto es
mediante la oferta de créditos, de financiamientos con baja
tasa de interés o de exenciones parciales de impuestos.
Actualmente el gobierno federal está aplicando instrumentos
económicos para incentivar a diversos sectores industriales en
las direcciones deseadas; por lo que se sugiere que,
preferentemente, se aplique el enfoque de instrumentos
económicos al caso de los RSU, sobre el de mecanismos
regulatorios de comando y control.
Desafortunadamente, se desconoce cuantas industrias
existen actualmente que usen o sean capaces de usar materiales
recuperados en sus procesos de manufactura. No existe un
esfuerzo concertado para reclutar nuevas industrias o para
estimular a las existentes a que urilicen materiales
reciclables. Se recomienda que la SEMARNAP apoye a autoridades
municipales que lo soliciten, en la realización de estudios
sobre qué tipos deempresas, y cuántas son, que pueden utilizar
materiales recuperados. El comprometer a nuevas industrias en
la utilización constructiva de los subproductos de los RSU, es
un aspecto crítico para el éxito de progrmas de reciclaje.
Las dependencias gubernamentales, federales estatales y
municipales deberían tomar el liderazgo en la demanda de
productos que contengan materiales reciclados postconsumidor,
mediante el establecimiento de políticas programas apropiados
de adquisiciones. Estos progrmas deben diseñarse para otorgar
un tratamiento preferencial automático a bienes que contengan
materiales reciclados postconsumidor. La SEMARNAP debería
preparar especificaciones y normas genéricas que sirvan de
guía para los planes de proveeduría de las demás dependencias
gubernamentales.
Elementos de un programa municipal de reciclaje
Se recomienda que las municipalidades, con el apoyo de la
SEMARNAP, adopten programas formales de promoción del
reciclaje que incluyan los siguientes elementos:
* Selección: Para que se lleve a cabo la separación
domiciliar de los residuos sólidos, se requiere otorgar
facilidades a los habitantes, así como educarlos respecto
del reciclaje. Existen varias opciones para la selección
en los hogares, debiendo escogerse aquella que mejor se
adapte a las condiciones demográficas de la zona, así
como a los sistemas existentes de recolección y
transporte.
* Recolección: Le recolección selectiva directa en hogares
requiere de altas tasas de participación , así como de
inversiones costosas en camiones especiales. La
recolección en centros de acopio puede tener mejores
resultados cuando se paga por los materiales que ahí son
llevados, que cuando es de tipo voluntario. Éstos últimos
también representan altos costos en personal y no siempre
dan el resultado esperado.
* Centros pòblacionales de acopio: Los gobiernos
poblacionales así como los organismos no gubernamentales,
empresas privadas o aun asociaciones de vecinos, pueden
operar centros poblacionales de acopio, en donde se
reciban voluntariamente o se pague por los residuos
seleccionados.
* Centros regionales de procesamiento: Un centro de
procesamiento es un lugar donde los materiales
reciclables son seleccionados y preparados para ser
embarcados a empresas intermediarias o directamente a
industrias manufactureras para la fabricación de nuevos
productos. Se recomienda establecer distritos operativos
que cuenten con al menos un centro regional de
procesamiento. Estos centros están alimentados tanto en
forma directa como por los centros de acopio
poblacionales establecidos en las diversas colonias de
las municipalidades.
Estos centros de procesamiento de los subproductos,
utilizando mano de obra barata y equipos de
compactación,densificación y molienda de bajo costo, pueden
ser operados por cooperativas de trabajadores (por ejemplo,
ex-pepenadores). Los centros que reciban mayores cantidades de
subproductos podrán utilizar sistemas semiautomáticos de
procesamiento. Estos centros deben recibir sus insumos de los
centros poblacionales o directamente. Conviene que estén
localizados cerca de estaciones de transferencia o de rellenos
sanitarios.
* Centros regionales de comercialización: La función
primordial de estos centros es la de vender los residuos
que llegan a los centros regionales de procesamiento,
entre los compradores de la región. Los gobiernos
municipales deben promover el establecimiento de centros
en donde no existan instalaciones que operen ya como
negocios particulares. Los centros poblacionales de
acopio, así como las `plantas de selección y recuperación
de materiales, pueden contar con oficinas de
intermediación para la venta. Los intermediarios juegan
la función importante de precisar las normas de calidad y
los tipos de materiales aceptables para el reciclaje.
* Dirección de promoción de mercados: Todo gobierno
municipal que fomente el establecimiento de programas de
reciclaje de residuos domiciliares, debe contar con un
área operativa dedicada al desarrollo de mercados de
residuos no industriales postconsumidor. La función
básica del responsable de esta área debe ser la búsqueda
y el establecimiento de mercados estables a largo plazo
para los subproductos reciclables de los RSU. El área,
probablemente a nivel de dirección general, debe actuar
también como un centro de información sobre estos
mercados y sobre las necesidades específicas de las
industrias. Debe también preparar y difundir directorios
de empresas dedicadas al reciclaje de los materiales
recuperados y fungir como intermediario para poner en
contacto a ofertantes y demandantes de materiales
reciclables.
* Desarrollo de mercados industriales: La recuperación de
materiales para ser usadosen nuevos productos es una de
las empresas con amplio margen de oportunidad de negocio
en la presente década. La industria existente debe
también , dentro de lo posible, convertirse al uso de
insumos provenientes de materiales reciclados.
* Consumidores: Los consumidores representan el eslabón
crítico entre la industria del reciclaje y la adquisición
y uso de los productos reciclados. La SEMARNAP y los
gobiernos municipales deben divulgar información que
motive a los consumidores a la adquisición de productos
con contenido de materiales reciclados. Los gobiernos,
siendo los principales consumidores de bienes y
servicios, deben tomar el liderazgo en la adquisición de
productos con materiales reciclados.
Transporte y transferencia de los residuos
Las diversas autoridades municipales deben establecer
sistemas de control adecuados para la operación de estaciones
de transferencia de los RSM. Una estación de transferencia, si
está bien diseñada, construida y administrada, no debe
presentar riesgo alguno para la salud humana ni para el medio
ambiente. En el caso de que se otorguen concesiones a empresas
privadas para la recolección, el transporte y la disposición
final de los RSU, la autoridad municipal debe proveer la
reglamentación necesaria para el diseño y operación de los
varios tamños y clasificaciones de las estaciones de
transferencia de residuos y de rellenos sanitarios, así como
otorgar conforme a ellos los permisos de operación
correspondientes.
Recuperación de recursos (energía y componentes) como
estrategia de gestión
Las plantas de recuperación de recursos que queman basura
para producir electricidad o vapor, están volviéndose
populares en países industrializados a medida que a más y a
más comunidades se les acaba el espacio para rellenos
sanitarios.
Un sistema de recuperación de recursos que cada día
adquiere más popularidads es la gasificación de ciertos
componentes de los RSU, en reactor cerrado, a alta temperatura
y ausencia de oxígeno. El proceso se denomina pirólisis y no
contamina (no tiene chimenea). Es especialmente apto para
procesar residuos de plástico, llantas viejas y otros
materiales orgánicos con bajo contenido de agua. Los productos
resultantes de la pirólisis son hidrcarburos ligeros, que
pueden usarse como combustible limpio en plantas de
co-generación de electricidad.
El principal problema al que se enfrenta la instalación de
una planta de recuperación de recursos es el rechazo,
generalmente irracional, de los vecinos del lugar donde se
planea ubicar la planta. Los sistemas modernos disponibles,
cuando son diseñados, construidos y operados adecuadamente no
presentan riesgos para la salud ni para el medio ambiente y,
en cambio, representan sistemas de generación de energía
eléctrica y de reducción del volúmen de los RSU hasta
llevarlos a un 10% de su volúmen original. Las cenizas
resultantes de la incineración en una planta de recuperación
de energía deben ser dispuestas en un confinamiento
apropiado.
Al igual que para el caso de los rellenos sanitarios, se
recomienda que la SEMARNAP promueva el desarrollo de
legislación y de normas ecológicas referentes a la ubicación ,
preparación del terreno, diseño, construcción y operación de
plantas de recuperación de recursos así como de los rellenos
sanitarios apropiados, o celdas especiales, para el
confinamiento final de las cenizas resultantes de la
incineración.
La SEMARNAP deberá también establecer programas de
capacitación y certificación de operadores de plantas de
recuperación de recursos.
Rellenos sanitarios
El relleno sanitario es el elemento básico para la
disposición de los RSU en México. La principal razón para ello
es que los tiraderos y los rellenos han ofrecido
tradicionalmente a los municipios la opción más fácil y barata
para la disposición final de la basura. Los rellenos
sanitarios son, y continuarán siendo, un método necesario para
la disposiciñón en México. Entre los factores que deben
considerarse prioritariamente para la definición de nuevas
ubicaciones de rellenos sanitarios, están los criterios de
diseño, de ingeniería, legales, reglamentarios de impacto
ambiental, así como los políticos y de índole económica.
La SEMARNAP debe promover el desarrollo de legislación y
actualización de normas ecológicas referentes a ubicación,
diseño, preparación del terreno, operación y control de los
rellenos sanitarios para residuos sólidos de tipo municipal,
industrial y voluminoso no tóxico (clases I, II, III y IV) en
todo el país. Los rellenos existentes, así como los nuevos que
se autoricen, deberán contar con sistemas de
impermeabilización , rígidos controles para el monitoreo de
las aguas subterráneas y sistemas de capacitación de los
lixiviados generados y del biogás (metano y CO2) producido. Es
responsabilidad de cada comisión regional o municipio el
controlar la estricta y eficaz operación de los rellenos
sanitarios.
Deben continuarse firmemente los progrmas de reubicación
de pepenadores fuera de tiraderos y rellenos sanitarios.
Siguiendo variantes locales de los casos de Ciudad Juárez y
del Distrito Federal, se recomienda promover la organización
de estos trabajadores marginados en empresas relacionadas con
la operación de conseciones de selección, transporte,
recuperación y procesamiento de recursos reciclables. Además
de dar a dichas personas mejores estándares de vida, se
logrará integrarlos a la sociedad y mejorar la gestión de los
RSM en beneficio de toda la población.
Los rellenos sanitarios deben diseñarse y constituirse
para una capacidad mínima de 5 años y máxima de 30 años. Esta
capacidad debe ser identificada y aprobada por las comisiones
regionales de cada distrito. Con el propósito de incrementar
la vida útil, así como mejorar la eficiencia de administración
de rellenos sanitarios para RSU de clase I y II, se sugiere
prohibir que a ellos lleguen los siguientes tipos de
desechos:
* residuos orgánicos de alimentos y de jardinería, los
cuales deben convertirse en metano y/o composta,
* residuos industriales no tóxicos y cenizas de
incineradores, los cuales deben confinarse en rellenos de
clase III;
* residuos voluminosos, como cascajo, materiales de
construcción y demolición, chatarra de máquinaria y autos
viejos, los cuales deben ser eliminados en rellenos de
clase IV o reindustrializados;
* residuos tóxicos, peligrosos y hospitalarios, los cuales
requieren de sistemas propios para su disposición.
Adicionalmente, debe reglamentarse, la prohibición de que
en los RSU se incluyan flujos de desechos como los
siguientes:
* acumuladores y baterías de plomo y ácido;
* aceite de motores e industrial, quemado;
* equipos eléctricos y electrónicos, aparatos
electrodomésticos, transformadores;
* residuos de galvano-plastia;
* desechos domiciliares peligrosos (como pilas, solventes,
pinturas, fertilizantes fosfatados),
* tubos fluorescentes (por su contenido de mercurio);
* desechos de productos y envases que contengan cloro.
El espacio para rellenos sanitarios es un recurso muy
valioso, ya que en un futuro no muy lejano, la mayoría de las
grandes zonas urbanas empezará a sufrir escasez de este tipo
de sitios. Cada municipio y/o comisión regional debe velar por
proteger la existencia de espacios para la ubicación de
rellenos sanitarios, en vista de los costos tan elevados que
tiene la alternativa tecnológica utilizada en otras partes del
mundo: los incineradores de residuos sólidos.
A pesar de que puedan estar bien diseñados y construidos,
los rellenos sanitarios mal operados pueden provocar impactos
importantes para la salud humana y para el medio ambiente en
general (suelo, agua y aire). Se recomienda que la SEMARNAP
actualice continuamente las normas ecológicas para el
funcionamiento de estos sistemas de disposición de residuos.
En particular, es necesario establecer programas de
capacitación y certificación para operadores de los rellenos
sanitarios. Deben considerarse como operadores de relleno
sanitario a aquellas personas que, durante el desempeño de su
trabajo ejercen juicios que directa o indirectamente pueden
afectar la correcta operación de un relleno sanitario. El
operador no es un funcionario responsable de una supervisión
administrativa, sino más bien quien maneja los equipos y
maquinaria propios del sistema.
3. Manejo de los residuos sólidos
Como introducción a la parte final de este trabajo,
analicemos la problemática del manejo de los RSU desde dos
enfoques principales: el de los residuos en envase y embalaje,
que son una componente significativa, además de la de mayor
visibilidad y obicuidad de los RSU y desde el del Distrito
Federal, por ser la entidad federativa con mayor nivel de
complejidad en la problemática que nos ocupa.
* Así como el Distrito Federal es una de las zonas urbanas
más grandes del mundo, igualmente la generación total de
RSU,-y en cierta medida también la generación pér capitaen esta urbe son de las más grandes del mundo.
* La problemática de la gestión de los RSU (de los cuales
aproximadamente 22% en peso son residuos de envases) es
compleja e involucra intereses de muchos y muy variados
grupos. Los problemas tenderán a agravarse, a menos que
se tomen medidas apropiadas.
* La "pepena urbana", llevada a cabo principalmente por
*
*
*
*
*
*
*
*
empleados de servicio de limpia y por los "voluntarios"
que colaboran con los choferes de los camiones de
recolección, es una actividad informal que, entre otros
problemas, conduce a costos elevados injustificados para
el Distrito Federal.
Los más de 400 "centros de acopio" que hay en el D.F. y
que adquieren los residuos reciclables de los camiones de
recolección, también operan de modo informal, aunque han
empezado a establecer convenios con la Secretaría de
Hacienda para fijar mecanismos de autofacturación y pago
de impuestos.
El arranque reciente de dos plantas de selección de
residuos (agosto 1994) y próximo de otra planta más, está
contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de
alkgunas de las aproximadamente 6,000 personas marginadas
que viven de la "pepena en tiradero".
Hasta antes de la entrada en operación de las plantas de
selección, la recuperación de subproductos de los RSM se
estimaba en 3% a 4% de la recolección durante la pepena
urbana y otro 3% a 4% durante la pepena en dos de los
tres sitios de disposición final (sólo Prados de la
Montaña y Santa Catarina).
Cuando las 3 plantas de selección operen a plena
capacidad (fines de 1995), se separará una cantidad
equivalente al 40% del total de los subproducos
reciclables de los RSU, pues las plantas están diseñadas
para recuperar hasta 13% de los insumos, es decir, 600
ton/día de las 4,500 ton/día que ingresanrán.
Al presente y en el futuro inmediato, las plantas
servirán para mejorar las condiciones de vida de los
pepenadores y para poder cerrar (sin complicaciones
socio-políticas) los tiraderos de Prados de la Montaña y
de Santa Catarina. Se requiere incrementar la capacidad
de todas las plantas y/o construir otras para lograr un
incremento en la cantidad de materiales reciclables
recuperados.
Una vez que se hayan separado los subprouctos
reciclables, el rechazo total de las tres plantas de
selección (3,900 ton/día) constará de aproximadamente 70%
de material orgánico biodegradable (más de 3,100 ton/día)
y de 30% de otros residuos (de los cuales casi la mitad
aún podría reciclarse). Por ahora, este rechazo final
está destinado al entierro en el relleno sanitario de
Bordo Poniente.
La parte orgánica del rechazo podría aún aprovecharse en
los propios terrenos de Bordo Poniente o en las cercanías
de cada planta de selección . Después de una molienda y
un segundo proceso de selección, de tipo mecánico y
usando separadores tipo Trommel, podría establecerse un
sistema de compostaje, en camellones a cielo abierto, que
permitiría producir del orden de 1,000 ton/día de
composta de alta calidad (esto sólo con el rechazo de las
tres plantas).
Bajo estimación de que 60% de los RSU del Distrito
Federal son de tipo biodegradable (aproximadamente 6,480
ton/día) y que, en términos generales, la transformación
en composta se efectúa en una proporción de 3 a 1 (insumo
a producto final), podría considerarse que existe un
potencial de producción de más de 2,000 toneladas diarias
de composta.
* En terrenos contiguos a los del relleno del Bordo
Poniente, se encuentra la planta de tratamiento de aguas
negras del área del Lago de Texcoco, por lo que pudiera
ser factible instalar sisitemas de los denominados de
co-compostaje y/o co-biometanización, procesando la
fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos junto
con los lodos residuales de la planta de tratamiento del
agua.
Los residuos de envases
La problemática ambiental más importante de los residuos
de los envases, en el contexto de los residuos sólidos
urbanos, es la siguiente:
* Ser una componente importante de la basura dispersa en
vías y lugares públicos.
* Impacto visual (rechazo, asco) y contribución tanto a la
contaminación del ambiente como a riesgos para la salud
humana, por los residuos de alimentos, bebidas o
productos peligrosos que pueden contener, cuando los
envases usados son dispuestos en vías y lugares públicos,
en tiraderos clandestinos, en barrancas y/o en el sistema
de drenaje de las ciudades.
* La mezcla de residuos de envases con el resto de la
basura desvaloriza y vuelve más complejo cualquier
posible aprovechamiento de dichos subproductos. Por
ejemplo, en el caso de las plantas de selección de
residuos en el Distrito Federal, el 70% del papel y el
cartón que se recibe está mojado y sucio, por lo que debe
enviarse al relleno con el resto de los materiales de
rechazo.
* Desperdicio de una fuente de recursos y de creación de
empleos para la industria y las autoridades municipales,
por el potencial que tienen algunos residuos de envases
para el reciclaje, compostaje y/o recuperación de la
energía contenida en dichos residuos.
* Costo presupuestal elevado en el manejo de los RSU, por
la ineficiencia de los servicios municipales de
recolección , procesamiento, y disposición final.
* Costo político y social elevado, por el informal y
monpólico manejo tradicional de la basura, que incluye
"pepena urbana" en los camiones de recolección y grupos
de pepenadores en sitios de disposición. La exposición
directa a los residuos produce problemas dermatológicos,
respiratorios y gastrointestinales en todas estas
personas.
* Existencia de situaciones de pobreza extrema y
marginación social, en miles de familias
en todo el país , que no cuentan con las
condiciones de dignidad humana, higiene,
vestido, hogar, agua corriente, desagüe,
clínicas, etc.
de pepenadores
más elementales
alimentación,
escuelas,
Se ha demostrado que es técnicamente factible,
económicamente viable y ambientalmente viable y ambientalmente
deseable establecer un enfoque de gestión integral para los
RSU, destacando la jerarquía de los elementos del sistema. En
particular, se ha demostrado también que la reducción en la
fuente puede contribuir con más del 50% del efecto positivo de
la jerarquía y que la valoración de los residuos es
definitivamente el segundo mejor método de gestión de los
residuos, además de que se traduce en importantes beneficios
para las fases de la producción y distribución en el ciclo de
vida de los envases.
4. Política de minimización de residuos
Bajo las consideraciones anteriores, se estima que la
principal política que debe implantarse en relación con el
impacto ambiental de los RSU, está directamente relacionada
con la minimización de los residuos y del impacto ambiental de
los envases y embalajes.
a) La reducción en la fuente de envases y de residuos de
envases debe convertirse en una avctividad prioritaria de la
industria y el comercio de los alimentos, bebidas,
medicamentos y productos químicos, principalmente.
La reducción en la fuente debe implantarse con la
participación de los proveedores de materias primas,
fabricantes y convertidores de envases, diseñadores de
envases, proveedores de equipos dellenado y empacado, así como
proveedores de materiales y accesorios de envasado.
La reducción en la fuente puede lograrse, entre
otros, de los siguientes modos:
* eliminación total de un envase o un material,
* eliminación o reducción de componentes pesados o
excesivos de los envases,
* eliminación o reducción hasta niveles aceptables, de
componentes tóxicos y peligrosos en los envases.
De manera más específica, los programas industriales de
reducción en la fuente deben incluir algunas de las siguientes
acciones:
* sustituir las tintas a base de metales pesados y
solventes químicos que se usan actualmente, en la
impresión de etiquetas y en el decorado de envases, por
tintas a base de soya y solubles en agua,
* aligerar los envases mediante reducción del espesor de
las paredes,
* sustituir los materiales pesados actuales, por materiales
más ligeros,
* utilizar envases a base de materiales complejos (por
ejemplo, laminaciones o coextrusiones), que requieren
menores cantidades de materias primas,
* rediseñar envases con auxilio de sistemas computarizados
tipo CAD, para optimizar el uso de materiales,
* promover el uso de presentaciones grandes entre los
consumidores, con el fin de reducir la razón
envase/producto,
* ofrecer productos institucionales y para el consumidor en
formas concentradas y/o en presentaciones rellenables en
el hogar o institución.
b)Los residuos de envases (RE) representan el 22%de los
residuos sólidos urbanos y únicamente el 2.5% del total de
residuos sólidos generados diariamente en el país.
La composición porcentual estimada en los RSU (para el caso
del Distrito Federal) es la siguiente:
*
*
*
*
*
residuos
residuos
residuos
residuos
residuos
de la minería e industria extractivas:64.32%
de la industria de transformación:5.44%
sólidos urbanos:11.47%
agro-industriales:6.00%
peligrosos:2.76%
La composición porcentual estimada de los RSU (para el caso
del Distrito Federal) es la siguiente:
*
*
*
*
residuos de envases: 22%
residuos de materiales inorgánicos reciclables: 16%
residuos de materiales orgánicos biodegradables: 47%
residuos de otros materiales no aprovechables
(actualmente): 15%
De conformidad con lo anterior, antes de reglamentar la
generación y disposición de envases usados y residuos de
envases, se recomienda llevar a cabo las siguientes acciones
normativas y operativas:
* Es urgente normar y/o reglamentar la minimización de todo
tipo de residuos industriales y peligrosos.
* Respecto de la minimización de los RSU, debe considerarse
como prioritario el evitar que los residuos orgánicos
lleguen a disposición final en tiraderos y rellenos
sanitarios. Es necesario establecer programas municipales
de bio-conversión controlada de este tipo de residuos,
que conduzcan a la producción de biogás y/o composta, así
como desarrollar los mercadsos de estos productos.
* El impacto ambiental generado durante la fase de
"producción" del ciclo de vida de los envases (obtención
de materias primas, manufactura, llenado y distribución)
es aproximadamente 100 veces mayor que el impacto
ambiental generado durante la fase de "disposición" de
dichos envases (recolección, transporte, transferencia,
selección y entierro en tiradero o relleno sanitario).
Por ello, debe darse prioridad a la prevención y control
de la contaminación ambiental durante la "producción y
distribución " de los envases, antes de reglamentar la
"disposición" de los mismos.
* El "reciclaje a ultranza" no es la solución para lograr
la minimización de los RE. Es fundamental considerar la
jerarquía de los elementos de un sistema de gestión
integral de los RSU, como se ha establecido en otros
países. Así, una política sobre minimización de residuos
de envase debe basarse en la priorización de los
siguientes elementos:
1. Reducción en la fuente de los RE, incluyeno
sustitución de los materiales actualmente usados por
materiales complejos y/o materiales más ligeros y/o
materiales menos tóxicos.
2. Retornabilidad/rellenabilidad de envases,
particularmente los envases para bebidas (incluyendo
la obligatoriedad de establecer sistemas de depósito
y devolución).
3. Reciclaje y/o compostaje de materiales de envase
selectos.
4. Recuperación de energía obtenida o de determinados
componentes de RE, mediante plantas de incineración,
pirólisis y/o plasmólosis.
5. Confinamiento en relleno sanitario del residuo final
mínimo, no aprovechable.
c) Necesidad de establecer un Pacto para la reducción del
impacto ambiental atribuible a los envases y residuos de
envase entre los sectores público, privado y social, en el que
los principales compromisos se basen en las siguientes
consideraciones:
* Desarrollo Sostenible. Es el principio fundamental que
debe guiar las decisiones relativas a la minimización del
impacto ambiental de los envases y los residuos de
envase.
* Principio Quien Contamina Paga. Es también un lineamiento
básico para cualquier política de minimización de impacto
ambiental de envases y residuos de envases.
* El gobierno federal deberá garantizar que los
combustibles producidos por PEMEX, tanto para generación
de electricidad (por conducto de la CFE), como
industriales y para automotores, resulten en una
contaminación mínima de aire, el agua y el suelo.
* Las industrias, según cada rama, deberán comprometerse, a
la brevedad posible, al uso de "tecnologías limpias" y a
la minimización del impacto ambiental de sus actividades,
conforme a metas cuantitativas negociadas con el
gobierno. En caso de no cumplir con dichas metas, se
harán acreedores a reglamentaciones y sanciones
proporcionales al impacto amiental generado en el ciclo
de vida del envase que producen.
* Jerarquía de las cinco erres, como elementos priorizados
de los sistemas de gestión integral de los RSU. La
Reducción en la fuente, la Reutilización, el Reciclaje
*
*
*
*
(incluyendo compostaje) y la Recuperación de energía por
incineración , para confinar finalmente los últimos
desechos en Rellenos sanitarios son, en ese orden, los
elementos que deben conformar los programas de acción en
los que participen formalmente los sectores público,
privado y social. Los diversos niveles gubernamentales
(federal, estatal y municipal) deberán garantizar la
existencia de la infraestructura necesaria para la
recolección (selectiva), manejo, valoración y disposición
de los diferentes tipos de residuos sólidos de zonas
urbanas.
Tutelaje de los envases. La industria de la cadena del
envasado debe asumir la responsabilidad sobre sus
envases, "desde la cuna hasta la tumba" (todo el ciclo de
vida) y/o "desde la cuna hasta la cuna" (incluyendo
situaciones de reutilización, reciclaje o recuperación de
energía). Debe educarse a los consumidores a apoyar estas
medidas y a comprometerse a ello en el pacto antes
señalado.
Diseño "ambiental" de envases. Se trata de una
responsabilidad fundamental de la industria, cuyo
cumplimiento contribuirá directamente a alcanzar las
metas que se fijen en el pacto.
Metas cuantificables de reducción de flujos específicos
de residuos que requieran disposición final. Es necesario
establecer metas cuantitativas y realistas de
cumplimiento de los diversos elementos de la jerarquía de
gestión, para cada tipo de envase y/o material.
Aplicación de las políticas anteriores a envases
importados. Los compromisos del Pacto no deben servir
para beneficiar injustamente a envases o materiales para
envases importados.
* Instituto Nacional de Reciclajes, S.C.
Tel: 661-3378, Fax: 661-2819.
El potencial de contaminación del agua subterránea
Dra. Marisa Mazari Hiriart*
Centro de Ecología, UNAM
En el siguiente artículo, la autora establece
el impacto potencial de contaminación de los
acuíferos, así como los procesos de
interacción de los contaminantes con el
medio. El análisis se enfoca a compuestos
orgánicos derivados de procesos industriales,
mencionándose los principales efectos en la
salud y el ambiente, así como las normas
existentes y sus principales lagunas. En un
marco de referencia que contempla la
situación en otros países, se describe un
caso de estudio en la Cuenca de México. (1)
El agua subterránea como recurso
El agua subterránea es uno de los recursos naturales más
importantes. (2) Constituye a nivel mundial una gran
proporción del agua utilizada y representa aproximadamente el
20% en México, el 50% en Estados Unidos, cerca del 30% en
Canadá y el 70% en Europa. (3,4)
En México se aprovechan 340 zonas geohidrológicas, de las
que se extraen aproximadamente 30 mil millones de m3 al año,
utilizándose 63% para riego, 19% para satisfacer las
necesidades de agua de 55 millones de habitantes, 13% para
abastecer a la industria y 5% lo aprovecha la población
rural.(4)
En lo referente a sistemas de agua subterránea ha
prevalecido la idea errónea de que los acuíferos se encuentran
protegidos de manera natural de las diversas fuentes de
contaminación. Sin embargo, a partir de la década de los años
setenta se ha registrado, a una tasa alarmante, la presencia
de contaminantes de origen industrial, municipal y agrícola en
agua subterránea. (5)
La producción y el uso de compuestos químicos sintéticos
se ha incrementado en forma considerable en lo que va del
siglo, en particular a partir de la década de los años
cuarenta. (2) Se sabe de la existencia de más de tres millones
de compuestos orgánicos y de la fabricación de más de 40 mil
en la actualidad. (5)
Las fuentes de contaminación que pueden afectar los
sistemas de agua subterránea pueden ser "puntuales" y "no
puntuales". Se consideran fuentes puntuales a las fábricas,
refinerías, tintorerías, gasolineras, aeropuertos, tiraderos
de basura, tanques enterrados, así como derrames que suceden
al transportar compuestos químicos, entre otras. Como ejemplos
de fuentes no puntuales —difusas— se consideran la aplicación
de plaguicidas en zonas agrícolas, los canales de drenaje, los
sistemas de tuberías para el transporte de hidrocarburos,
entre otros.
En general se estima que la mayoría de los contaminantes
se encuentran en forma líquida y que migran en fase acuosa
interactuando a su paso con las partículas del suelo. Es
necesario considerar que para algunos compuestos volátiles la
migración en forma de vapor es igual o más importante que el
desplazamiento en forma líquida. Además existen una gran
cantidad de desechos en estado sólido, que al descomponerse e
infiltrarse el agua de lluvia a través de ellos, producen
lixiviados.
La alteración en la calidad del agua extraída de pozos de
abastecimiento es una manera de notar el impacto en agua
subterránea. Sin embargo, en los pozos de extracción o
abastecimiento se diluye el contaminante, por lo que no es la
mejor manera de detectar el problema en sus primeras etapas.
En otros casos, es posible que el contaminante esté presente,
pero en concentraciones menores que el límite de detección y
cuando éste se llega a detectar, el problema alcanzó grandes
dimensiones. En algunos otros casos aún cuando se elimine la
fuente de contaminación, el compuesto queda en el suelo y se
libera lentamente, lo cual provoca la formación de una pluma
contaminante. (6)
Es importante entender la manera como ciertos
contaminantes penetran, migran y se dispersan en los sistemas
de agua subterránea, en especial, si se tiene en mente que
cuando es factible la recuperación de un acuífero contaminado,
ésta es extremadamente costosa y representa un proceso de
largo plazo. (3)
Compuestos orgánicos y sus efectos en la salud
De los diversos compuestos químicos encontrados en agua
subterránea, los orgánicos representan el mayor riesgo por sus
efectos en el ambiente y en la salud humana. Dentro de este
grupo de compuestos, los disolventes industriales y los
hidrocarburos aromáticos derivados del petróleo son los más
comúnmente encontrados en agua subterránea. (6,7)
Muchos de los problemas de contaminación ocurren por
fugas, derrames y disposición de líquidos orgánicos
inmiscibles en la superficie del agua, los cuales se describen
como fases líquidas no acuosas —las siglas en inglés
corresponden a NAPL. (3,6) Estos fluidos inmiscibles pueden
clasificarse en dos categorías: aquellos cuya densidad es
mayor que la del agua — DNAPL—, que incluyen los disolventes
percloroetileno y tricloroetileno, substancias como creosota,
bifenilos policlorados y algunos plaguicidas (8) y aquellos
más ligeros que el agua — LNAPL—, que incluyen compuestos como
benceno, tolueno, etilbenceno y xileno. (9)
Los compuestos DNAPL se utilizan comúnmente en
tintorerías, preservación de madera, industria electrónica,
industria eléctrica, maquinado, talleres de impresión,
producción y reparación automotriz, asfalto y aviación.
(10-12) Debido a sus características, las substancias LNAPL
generalmente se distribuyen cerca de la fuente contaminante y
son degradados por bacterias en un medio aerobio. No sucede
así con los DNAPL, que son muy persistentes, se transportan en
forma descendente y aún cuando presentan una baja solubilidad,
las concentraciones a las que se detectan en agua sobrepasan
las normas de calidad del agua potable en países como EE.UU. y
Canadá. Las zonas en las que se encuentra DNAPL estancado en
la superficie pueden representar una fuente significativa de
contaminación a largo plazo, a menos que sean eliminados, pero
la remoción completa no es posible con la tecnología que
existe en la actualidad. (8)
Los productos químicos encontrados en agua subterránea se
originan en actividades urbanas e industriales. Por lo tanto
los lugares con agua subterránea contaminada se localizan
cerca de áreas industrializadas, densamente pobladas,
circunstancia que incrementa la posibilidad de exposición
humana. (13)
Un sistema de agua subterránea se degrada cuando un
compuesto orgánico potencialmente tóxico alcanza
concentraciones de varias decenas de microgramos por litro
—partes por billón— o más. Muchos de los compuestos orgánicos
tienen solubilidades en agua del orden de decenas y centenas
de miligramos por litro — partes por millón— . Por lo tanto,
sólo se requieren pequeñas masas de estos compuestos para que
se observe un efecto en los recursos de agua subterránea, en
forma de plumas de contaminación originadas por disolución a
largo plazo, advección o dispersión de los contaminantes.
Los contaminantes orgánicos detectados en agua
subterránea representan un riesgo para la salud.6 Varias de
estas substancias, como por ejemplo percloroetileno y
tricloroetileno, producen depresión del sistema nervioso
central, afectan la función del hígado y riñón, dependiendo de
la concentración y tiempo de exposición. Se sospecha que el
tetracloruro de carbono y el cloroformo son cancerígenos. Está
comprobado que el benceno es un agente cancerígeno en humanos.
(14)
En México las normas vigentes de calidad de agua potable
(15) no regulan compuestos orgánicos, razón que explica la
inexistencia de infraestructura y de monitoreo regular de este
tipo de compuestos en agua potable. La Secretaría de Salud, a
través del Comité Consultivo Nacional de Normalización,
desarrolla en la actualidad la norma "Salud ambiental, agua
para uso y consumo humano —límites permisibles de calidad y
tratamientos a que debe someterse el agua para su
potabilización". Esta nueva norma, además de los parámetros
bacteriológicos e inorgánicos tradicionales, deberá considerar
como mínimo algunos compuestos orgánicos de los que se ha
comprobado que tienen o se sospecha, efectos negativos en la
salud humana.
Las normas oficiales mexicanas que establecen los límites
máximos permisibles de contaminantes presentes en las
descargas de aguas residuales de diferentes industrias (16),
dejan abierta la posibilidad de que la Secretaría de Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, a través de la Comisión
Nacional del Agua, establezca si lo considera necesario,
límites máximos permisibles en diversos parámetros que
incluyen tóxicos orgánicos y que se especifican en el Anexo A
de la NOM-CCA-001-ECOL/1993. (16)
Se han dado los primeros pasos tendientes a una
normatividad más estricta, lo que implica la instalación de
laboratorios y la necesidad de personal calificado para poner
en práctica las actuales normas oficiales mexicanas. Pero aún
cuando se ha adelantado en materia de normatividad, no se
definen en las normas oficiales mexicanas vigentes, límites
máximos permisibles para estos compuestos y se deja un tanto
al azar la regulación de dichos contaminantes.
Contaminación de acuíferos en diversos países
La contaminación por compuestos orgánicos ha sido un tema
de gran importancia en países industrializados desde hace
varias décadas. Recientemente se ha transformado en un tema de
interés para países cuya industrialización es más reciente y
que empezaron a utilizar este tipo de compuestos sintéticos en
años posteriores. La experiencia en el área ambiental en
países industrializados en comparación con los países de
Latinoamérica debería ser un indicador de lo que puede pasar o
está pasando en países recién industrializados.
Se ha informado la existencia de problemas locales de
contaminación provocados por compuestos sintéticos en Estados
Unidos y Canadá (2,13, 17,18) y en algunos países europeos,
tales como Alemania, Gran Bretaña, Italia y Holanda. (11,
19-21)
Potencial de contaminación en la Ciudad de México
El acuífero es protegido por una capa superficial que se
denomina acuitardo. La Zona Metropolitana de la Ciudad de
México —ZMCM— representa un caso de estudio dónde han sido
observadas las primeras evidencias de contaminación del
acuitardo por compuestos orgánicos.
Los depósitos arcillosos que habían sido considerados
como impermeables y que por lo tanto representaban una
protección a largo plazo para los acuíferos, no proporcionan
tal protección. (22) El transporte de contaminantes a través
de dicho medio puede provocar serias alteraciones de los
recursos de agua subterránea, dependiendo de la extensión e
interconexión de fracturas, de los gradientes hidráulicos a
través de las arcillas, del tamaño y propiedades del acuífero,
de la localización de pozos, y de la ubicación, tipo y
concentración de los contaminantes. Cabe mencionar que es
necesario considerar asímismo diferentes tipos de formaciones
geológicas en las que la penetración y transporte de este tipo
de contaminantes puede darse más fácilmente, como son por
ejemplo formaciones arenosas o zonas rocosas fracturadas, así
como áreas de materiales heterogéneos.
Las arcillas lacustres de la Cuenca de México han sido
ampliamente estudiadas con respecto a las propiedades físicas
y mecánicas de suelos. Se observan fracturas en algunas áreas
(23-27). Estudios enfocados a aspectos hidrogeológicos de la
formación arcillosa (28-33) han sido iniciados recientemente.
Se presenta a continuación el resultado del estudio de un
caso sobre la migración descendente de compuestos orgánicos en
los canales de drenaje sin revestimiento que cruzan la Ciudad
de México, los cuales se consideran como una de las rutas
potenciales de contaminación para los recursos de agua
subterránea en la Cuenca de México.
El objetivo del trabajo de campo fue evaluar algunas
técnicas de muestreo y métodos para el estudio del impacto de
compuestos orgánicos que se infiltran de los canales de
drenaje hacia los sedimentos lacustres de la Cuenca de México.
Los compuestos seleccionados, detergentes aniónicos y
compuestos volátiles orgánicos halogenados, son de origen
antropogénico, representativos de las principales clases de
contaminantes. Estos compuestos son relativamente móviles y
fáciles de detectar.
Se identificaron varios sitios a lo largo de los
principales canales de drenaje. Tres sitios fueron
seleccionados en la confluencia de la zona central y zona
noreste del Sistema de Drenaje Urbano del Distrito Federal
.(34) Dos de los sitios eran adyacentes a canales de drenaje y
uno a un sitio urbanizado. El sitio 1 estuvo localizado en el
Gran Canal del Desagüe, en el límite entre el D.F. y el Estado
de México. El sitio 2 en el Río de los Remedios, al oeste de
la unión con el Gran Canal del Desagüe, en Ecatepec, Estado de
México. El sitio urbano se localizó aproximadamente a 200 m al
norte del Río de los Remedios y 1,000 m al oeste del Gran
Canal del Desagüe. Estas localidades ofrecían la oportunidad
de tomar muestras en un área en la que se vierten al drenaje
una mezcla de desechos líquidos de tipo doméstico, comercial e
industrial sin previo tratamiento.
Los resultados indican que los detergentes aniónicos y
ciertos compuestos orgánicos volátiles como son
1,1-dicloroetileno (DCE), 1,1,1- tricloroetano (TCA) y
percloroetileno (PCE), han penetrado en forma descendente la
formación arcillosa —el acuitardo—, encontrándose en agua
intersticial —asociada al suelo— en concentraciones de 0.6
mg/l a 7.7 mg/l en el caso de detergentes y de 0.1mg/l a 23.5
mg/l de compuestos orgánicos volátiles hasta los 6.40 m de
profundidad. 35 Aún cuando las concentraciones son bajas y los
compuestos han penetrado una distancia corta, únicamente la
zona subsuperficial, los resultados son significativos dado
que los compuestos han migrado una distancia mayor que la que
es posible predecir para una formación arcillosa homogénea.
Conclusiones
Los compuestos orgánicos utilizados como disolventes
industriales son los contaminantes que tienen un mayor impacto
en sistemas de agua subterránea en zonas urbanas e
industriales. La baja solubilidad y alta densidad de estos
compuestos les permite penetrar en la zona subsuperficial y
migrar hacia los sistemas de agua subterránea. Debido a su
persistencia pueden ser una fuente de contaminación que
perdure por décadas o siglos.
En un estudio realizado en las arcillas lacustres de la
Cuenca de México se observó la presencia de varios compuestos
sintéticos orgánicos, incluidos los detergentes aniónicos y
compuestos volátiles orgánicos (DCE, TCA y PCE) que han
penetrado en forma descendente la formación arcillosa.
Es evidente que existe un potencial de migración de
compuestos orgánicos en esta zona. Ha sido confirmado, y a
futuro es muy probable, que la tasa de migración de
contaminantes aumente debido a la sobreexplotación de los
acuíferos, que afecta la formación arcillosa —acuitardo— y
contribuye a la migración descendente de estos compuestos.
Este estudio da una
transporte de compuestos
que puede representar un
subterránea en la Cuenca
idea del problema ambiental de
orgánicos en la formación arcillosa,
riesgo para los recursos de agua
de México.
Es muy probable que la utilización, manejo y disposición
de compuestos orgánicos se incremente en las zonas urbanas,
especialmente en ciudades como México, Monterrey, Guadalajara
y la zona fronteriza norte, así como los problemas ambientales
asociados con el manejo tanto de materiales como de residuos
orgánicos.
Se requiere de una modificación a la legislación y
normatividad nacionales para responder al nuevo reto que
representan los compuestos orgánicos. Deben realizarse
estudios enfocados a conocer diversos aspectos relacionados
con la contaminación por compuestos orgánicos en diferentes
zonas geológicas a lo largo del país.
En lo posible deben evitarse los riesgos inherentes a la
contaminación de acuíferos, que son difíciles de resolver con
la tecnología disponible y que requerirían de elevados
recursos financieros.
Notas:
(1) Este texto forma parte del libro Residuos peligrosos en
México, compilado por el Francisco Javier Garfias y Ayala y
Luis Barojas Weber, que aparecerá publicado próximamente por
el Instituto Nacional de Ecología.
(2) Ground Water Contamination; National Research Council;
Ed.; Geophysics Study Committee; National Academy Press,
Washington, D.C., EE.UU, 1984; p.179
(3) Gillham, R.W. y Rao, P.S.C.; "Transport, Distribution, and
Fate of Volatile Organic Compounds in Groundwater". En
Significance and Treatment of Volatile Organic Compounds in
Water Supplies; Eds.; Ram, N.M., Christman, R.F. y Cantor,
K.P.; Lewis Publishing: Chelsea, Michigan, EE.UU., 1990; pp.
141- 181.
(4) Escolero, O.; "Panorámica del Agua Subterránea en México."
En El agua, recurso vital; Universidad Tecnológica de la
Mixteca: Oaxaca, México, 1993.
(5) Cherry, J.A.; "Groundwater Contamination." En Short Course
in Environmental Geochemistry; Ed. Fleet, M.E.; Mineralogical
Association of Canada, Londres, Inglaterra; Handbook, Vol. 10,
1984; pp. 269-306.
(6) Mackay, D.M. y Cherry, J.A.; "Groundwater Contamination:
Pump-and-Treat Remediation"; Environmental Science and
Technology, 1989, 23, 630.
(7) Mackay, D.M., Gold, M. y Leson, G.; "Current and
Prospective Quality of California's Ground Water". En
Proceedings of the 16th Biennial Conference on Ground Water:
New Perspectives on Managing the Quality and Quantity of
California's Ground Water, Ed.; Devries, J.J.; University of
California, Water Resources Center: Davis, California, EE.UU.;
Informe No. 66, 1988.
(8) Cherry, J.A., Feenestra, S., Kueper, B.H. y McWhorter,
D.W.; "Status of in Situ Technologies for Cleanup of Aquifers
Contaminated with DNAPL's Below the 1991.
* Apdo. Postal 70-275, C.P. 04510, UNAM. Tel: 6228998.
Correo electrónico: mazari@ servidor.unam.mx.
Saneamiento de sitios contaminados
Alfredo Fuad David Gidi*
Subprocurador de Verificación Normativa.
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA)
El autor revisa la problemática de los sitios
contaminados y propone un esquema de
saneamiento, inmenso dentro de una estrategia
nacional enfocada a la reducción del uso o la
generación de materiales y residuos
peligrosos.
El saneamiento de sitios contaminados es una medida correctiva
que se aplica para mitigar o eliminar los problemas derivados
de una disposición o almacenamiento inadecuado de materiales o
residuos peligrosos, o de un accidente durante su generación o
manejo.
De acuerdo a la normatividad mexicana, un residuo
peligroso se define como aquél residuo que no puede ser
utilizado por el proceso que lo generó y, además, es tóxico,
corrosivo, reactivo, inflamable, explosivo o biológico
infeccioso.
La importancia de su control reside en que los
constituyentes de los residuos o materiales peligrosos pueden
disolverse en agua, penetrar a través de los suelos y llegar a
los acuíferos subterráneos; escurrir sobre las cuencas
hidráulicas y contaminar las aguas superficiales; movilizarse
por el aire y, así, transferirse a lo largo de la cadena
alimentaria y afectar a la flora, a la fauna y al hombre
mismo.
Es de relevancia señalar que en el comercio mundial
existen más de 100,000 sustancias y que sólo para un número
reducido de ellas se cuenta con información acerca de
peligrosidad y requerimientos para su adecuado manejo.
Por otra parte, los países industrializados enfrentan
actualmente un serio problema debido a la generación de
importantes volúmenes de residuos peligrosos. Aun cuando no se
cuenta con un inventario preciso de su generación, se estima
que en el mundo se producen anualmente entre 350,000 y 400,000
millones de toneladas. Una gran parte de ellos provienen de
actividades industriales que contribuyen de manera relevante a
la economía de las sociedades en que se desarrollan,
destacando las industrias minera, metalúrgicas, química,
petrolera y petroquímica.
Para el caso de México no existe información precisa
sobre la generación a nivel de residuos peligrosos, mucho
menos información completa y detallada del origen y destino de
los mismos. Se estima, de manera gruesa, que se producen
aproximadamente cinco millones de toneladas por año.
Es importante aclarar que la situación no es tan crítica
como podría parecer, ya que no todos los residuos peligrosos
que se generan son mal dispuestos, una parte de ellos tiene
valor económico y, por lo tanto, naturalmente se ha
desarrollado una infraestructura comercial e industrial para
su aprovechamiento.
En este sentido, podemos mencionar como ejemplos:
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Aceites lubricantes usados de origen mineral,
Solventes sucios halogenados y no halogenados,
Chatarra de plomo y baterías de plomo ácido,
Soluciones ácidas de las operaciones de desincruste,
Aceites solubles de corte y enfriamiento,
Envases y tambos impregnados con materiales y residuos,
Natas de pintura,
Escorias y cenizas ricas en contenido de metales
pesados,
Líquido de frenos automotriz,
Rebabas metálicas impregnadas con aceite,
Polvos de los equipos de control de partículas,
Catalizadores agotados de níquel,
Productos químicos fuera de especificaciones con valor
comercial,
Recuperación de grasas de tierras diatomáceas de limpieza
y aceites combustibles,
Residuos de soldadura de estaño-plomo.
En la actualidad existen diez empresas autorizadas para
el tratamiento de residuos peligrosos con una capacidad
aproximada de 500,000 toneladas anuales, doce empresas
recicladoras de solventes gastados con una capacidad
aproximada de 600,000 toneladas anuales, ocho recicladoras de
aceites lubricantes usados con capacidad para 24,000 toneladas
anuales, cinco instalaciones para el almacenamiento temporal
de residuos peligrosos con capacidad para 50,000 toneladas
anuales, dos incineradores para la destrucción de residuos
peligrosos con capacidad para 2,400 toneladas anuales.
Esta infraestructura de servicio deberá continuar
creciendo -como lo ha hecho, desde mediados de 1992 cuando se
creó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente-, ya
que la aplicación efectiva de la normatividad constituye un
estímulo para que los generadores de residuos peligrosos den
el manejo y disposición adecuados de los mismos, ejerzan
demanda de los servicios correspondientes y, en consecuencia,
hagan factible económicamente el establecimiento, por parte de
la iniciativa privada, de las instalaciones adecuadas.
Otra parte de los residuos peligrosos no tiene, o no se
les ha identificado aún, valor económico, por lo que la única
alternativa es darles una disposición final. Algunos de ellos
son manejados y dispuestos adecuadamente en los tres
confinamientos controlados autorizados y en operación, los
cuales tienen capacidad para recibir 2,300,000 toneladas por
año. Esto significa que hay capacidad para reciclar, reusar o
disponer adecuadamente 3,400,000 toneladas anuales de residuos
peligrosos, es decir, más del 60% de los residuos que, se
estima, son generados. Ahora bien, existe un porcentaje
considerable que es mal almacenado o dispuesto por los
generadores en predios de su propiedad, contiguos a las
instalaciones productivas en que se gestaron, o bien, en
terrenos baldíos, derechos de vía de carreteras, minas para la
extracción de materiales de construcción agotadas. A está
porción de residuos es a la que tendría que enfocarse un
programa de restauración de sitios contaminados.
La liberación accidental de materiales peligrosos o la
generación, el transporte, la disposición o el almacenamiento
inadecuado de los residuos peligrosos implica riesgos para el
ambiente y la salud de la comunidad, su efecto nocivo no
depende solamente de la peligrosidad del material, sino
también del nivel de exposición al ambiente, la flora, la
fauna y las comunidades humanas.
Por esto, la remediación de sitios contaminados debe estar
inmersa en una estrategia nacional que fomente en la sociedad:
a) la reducción del uso o generación de materiales y residuos
peligrosos, a través del empleo de tecnologías y materias
primas alternativas y b) el empleo de procesos de reuso y
reciclamiento, para que se reduzca al mínimo la posibilidad de
su exposición al ambiente. Esto ayudaría a prevenir derrames,
almacenamientos o disposiciones inadecuados, volviendo
necesario el saneamiento de sitios contaminados en un número
menor de casos.
En la actualidad existe un marco normativo en la materia
suficientemente bueno para los fines pretendidos, que puede y
debe se optimizado aprovechando la experiencia acumulada de su
aplicación en los últimos años. Este marco normativo está
constituído fundamentalmente por la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente, dos reglamentos -uno de
ellos específicos para el transporte de materiales y residuos
peligrosos- y siete normas oficiales mexicanas relativas a la
identificación, caracterización, almacenamiento y disposición
final de los residuos peligrosos.
Sin embargo, dicho marco legal no proporciona la
normatividad necesaria para calificar si un suelo está o no
contaminado, ni los procedimientos de evaluación, limpieza y
restauración, por lo que resulta necesario que las normas que
se expidan al respecto aseguren el adecuado manejo y control
tanto de los suelos contaminados como de los residuos
peligrosos, sean técnica y económicamente viables además de
verificables.
Por otra parte,el almacenamiento y la disposición
inadecuada de los residuos peligrosos, para prevenir su
ocurrencia y por el potencial de riesgo que implican, deben
ser castigados con rigor.
En la actualidad, el procedimiento que aplican las
autoridades competentes es la clausura del establecimiento
responsable de la generación o manejo de los residuos, y la
presentación de la denuncia penal correspondiente ante el
Ministerio Público Federal. De esta manera la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente aplica las sanciones
administrativas (multas) y ordenamientos técnicos (medidas
correctivas) correspondientes, y el Ministerio Público las
penales (cárcel). La clausura se mantiene en tanto no se tenga
la posibilidad de operación.
La aplicación de un programa de saneamiento de sitios
contaminados como medida correctiva requiere de los siguientes
pasos:
1. Localización de presuntos sitios contaminados con
residuos peligrosos, que puede llevarse a cabo mediante
visitas de inspección a los predios donde se realicen
procesos productivos con potencial para generarlos,
mediante la denuncia popular, por recorridos de campo y
como resultado de técnicas de percepción remota.
2. Caracterización de los residuos y los sitios donde se
ubican, evaluación del volumen de residuos y de su
superficie en suelo, subsuelo y acuífero dañado;
estimación de los costos que tendría tanto el retiro,
envase, transporte y confinamiento de los residuos como
la restauración del medio afectado.
3. En caso de corroborarse que se trata de residuos
peligrosos, presentación de la denuncia penal ante el
Ministerio Público Federal en contra de quién resulte
responsable.
4. Identificación del generador o generadores del residuo,
para que lleven a cabo las medidas necesarias para la
remediación del sitio.
5. Si no se lograra la identificación del responsable,
proceder a la remediación del sitio contaminado con los
propios recursos del gobierno federal.
En el caso de que estuviera implicada una situación de riesgo
inminente a la salud o la ecología, es recomendable proceder
de inmediato al saneamiento del sitio, sin realizar la etapa
de identificación del responsable.
Una última propuesta. Las actividades de identificación,
valoración y, principalmente, las de saneamiento implican
costos elevados, por lo que se hace imprescindible contar con
un fondo que le permita a las autoridades competentes ejecutar
el programa correspondiente. Una posibilidad para la obtención
de dichos recursos es que la Federación destine una cantidad
inicial, la cual aumente mediante el pago de un impuesto en
función de la cantidad de residuos generados por aquellas
empresas que no puedan comprobar un manejo y disposición
conforme a la normatividad aplicable.
* Blvd. Pípila 1, Edif. A,
1er. piso, Tecamachalco, Estado de México.
Tel: 589-85-50 Fax: 589-43-98
Perspectivas de la normatividad ambiental en México
Francisco Giner de los Ríos*
Director General de Regulación Ambiental
Instituto Nacional de Ecología
La expedición de normas constituye, sin duda,
uno de los pilares de la política ecológica.
Giner revisa el proceso normativo de los
últimos años y presenta algunas
consideraciones sobre el mismo.
Muchas de las soluciones que se imponen a través de la
normatividad ambiental son al final del tubo o de carácter
paliativo. Sólo las inversiones en tecnologías limpias atacan
la raíz del problema con una perspectiva de largo plazo. Sin
duda, el poder promover este tipo de tecnologías será una
manera de lograr mejores resultados a futuro, pero, al mismo
tiempo, es necesario buscar nuevos caminos regulatorios.
La Ley Federal sobre Metrología y Normalización modernizó
y perfeccionó el esquema normativo de México. El proceso de
elaboración de normas en materia ambiental contempla la
necesidad de desarrollar rigurosos estudios técnicos y de
análisis costo/beneficio. Además contempla la participación de
diferentes sectores de la sociedad (universidades, el sector
público y el privado) en el Comité Consultivo Nacional y la
participación ciudadana directa. Este año se ha aumentado
considerablemente la participación de sectores nogubernamentales en el Comité, y se han fortalecido los grupos
de trabajo y los Subcomités.
La normatividad ambiental mexicana ha tenido un
desarrollo bastante acelerado a partir 1988. Desde 1993 muchas
normas técnicas mexicanas se transformaron, tras una revisión
especializada y un análisis costo/beneficio serio, en Normas
Oficiales Mexicanas.
A la fecha hay 79 Normas Oficiales publicadas, y se encuentran
en proceso de elaboración 64, de las cuales cinco son
revisiones. Las 79 publicadas nos colocan a la cabeza de
América Latina y superan los esfuerzos de normalización de
muchos otros países.
Lo anterior muestra el considerable avance que hay en
materia normativa en nuestro país, reflejo de un esfuerzo
concertado por fijar metas de calidad ambiental. Sin embargo,
hay considerables lagunas por llenar y algunos traslapes, ya
que parte de las normas se han desarrollado en respuesta a
demandas puntuales y presiones, sin tener detrás un ejercicio
de priorización ni de análisis de efectividad y costo. Esto ha
conformado un cuerpo normativo que a menudo contempla
estándares diferenciados por industria para un mismo medio y
un mismo contaminante, y que sin ser laxa no siempre refleja
metas de calidad ambiental.
Así, el número de normas que se ha desarrollado no
refleja al grado que sería deseable la existencia de un cuerpo
normativo coherente ni suficiente, aunque entre ellas hay un
número importante que son adecuadas.
Cabe destacar, dentro de las normas recientemente
publicadas, la NOM-085 en materia de prevención de la
contaminación atmosférica, que contempla parámetros
diferenciados por región, tamaño de fuente, burbujas
regionales y lapsos de aplicación sujetos a la posibilidad de
cumplimiento. Además, tiene la virtud de incorporar
explícitamente un instrumento económico, el mercado de
derechos de emisión de contaminantes, que puede permitir a la
ciudadanía o a las autoridades "comprar" una mejor calidad de
aire a través de competir con las empresas en el mercado
secundario de derechos. Como toda innovación radical ha sido
sujeto de múltiples críticas y es, sin duda, perfectible, pero
marca un hito importante en el proceso de normalización.
Se ha revisado también este año, la norma que establece
el listado de residuos peligrosos, analizando los criterios de
definición de este tipo de residuos, lo que agilizará
sustantivamente su manejo, sin inducir a mayor riesgo.
En materia de agua tenemos una gran diversidad de normas
que a menudo establecen parámetros diferenciados para un mismo
cuerpo receptor, que podrían resumirse y adecuarse en su
aplicación temporal para constituir un sistema coherente y
mucho más sencillo.
En materia de procesos productivos agropecuarios y de
utilización de recursos naturales hay un reducido grupo de
normas. Esta laguna es particularmente grave ya que los
impactos ambientales en estos ámbitos pueden alcanzar
dimensiones alarmantes y son frecuentemente irreversibles.
La normatividad tiene límites como instrumento de
regulación ambiental. Muchas de las metas deseables son
imposibles con la tecnología disponible.
Adicionalmente cabe siempre considerar que si nuestro
objetivo es la calidad ambiental pueden existir otros
instrumentos de regulación que nos lleven, por sí mismos o en
combinación con las normas, a alcanzar niveles más altos en
plazos más breves y a menor costo.La incorporación de
instrumentos económicos en las normas, o el complementarlas
con ellos, puede ser un mecanismo para acercarnos a un
desarrollo sustentable más rápidamente y mejor que la
normatividad por sí sola.
La normatividad expresa, por una parte, la voluntad de
calidad ambiental pero, a la vez, impone parámetros que a
menudo no son considerados convenientes por los afectados.
Esto lleva a la necesidad de control y vigilancia, con costos
administrativos, económicos y sociales muchas veces
excesivos.
Si las normas incorporan instrumentos que induzcan su
cumplimiento, apelando al interés de los agentes, la necesidad
de vigilar y controlar disminuye. Esto, que es deseable en
cualquier circunstancia y lugar, es particularmente importante
hoy en nuestro país.
Coordinar las normas de emisión a la atmósfera, de
descargas al agua y de manejo de residuos sólidos, inducirá a
conductas que minimicen el uso de recursos y la contaminación
de una manera mucho más directa que estableciendo normas
independientes para cada medio.
Es preferible una normatividad gradualista que se pueda
cumplir y que plantee exigencias claras, definidas, que una
normatividad estricta desde el principio que no se pueda
cumplir.
Se debe atender el impacto total sobre el ambiente, con
estándares diferentes por región, según el impacto marginal
sobre el ecosistema particular. Podemos buscar estándares muy
estrictos en zonas actualmente críticas, a la vez que damos
tiempo a que otras zonas los alcancen paulatinamente.
Lo mismo se aplica a tamaños de empresas, pudiendo ser,
en general, más estrictos -en el corto plazo- con los grandes
generadores que con los pequeños. Las normas deben ser lo más
sencillas de cumplir y controlar, y en el largo plazo iguales
para todos los agentes afectados, para no dar ventajas a
alguno de ellos.
Se debe prestar especial atención a ramas prioritarias, a
través del diseño de un sistema de regulación de ramas de
actividad económica específicas, enmarcado en metas generales
de largo plazo. Este esquema regulatorio depende en gran
medida de la normatividad, pero debe complementarse con
esquemas de autoregulación y con instrumentos económicos para
aumentar su efectividad.
Es imprescindible atender las lagunas existentes y
complementar la normatividad con otros instrumentos de
regulación, buscando siempre las rutas que garanticen el
mínimo costo social para alcanzar metas de corto, mediano y
largo plazo.
Deben, también, desarrollarse métodos alternativos de
medición que sean aplicables a bajo costo, de manera que las
empresas de escasos recursos puedan determinar si cumplen o no
con la norma establecida.
Por último, quisiera recalcar que el esfuerzo de
normalización debe orientarse al desarrollo de tecnologías
limpias, que es una de las vías disponibles para lograr un
desarrollo sustentable. Por ello, se debe ofrecer certidumbre
que permita planeación a largo plazo y que genere las
condiciones para el desarrollo de un mercado vigoroso de
tecnologías ambientales.
* Río Elba 20, 1er. Piso.
Tel.: 553-29-77 Fax.: 286-85-59
Legislación ambiental
-------------------------------------------------------------------La Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente establece, en su artículo 146, que deberán publicarse
en el D.O.F. los listados de las actividades consideradas
altamente riesgosas, lo cual ha ocurrido en dos ocasiones: el
28 de marzo de 1990 y el 4 de mayo de 1992.
El Primer Listado se publicó en la Gaceta Ecológica #9 y el
Segundo nunca ha aparecido en sus páginas. Con el propósito de
difundir y mantener actualizada a la sociedad en general y, en
particular, al sector industrial, presentamos ambos Listados.
Un elemento adicional que muestra su importancia es que están
siendo utilizados como referencia en el Programa de
Desregulación y Simplificación de Trámites a la Industria en
Materia de Impacto Ambiental.
Primer listado de actividades altamente riesgosas
ACUERDO por el que las Secretarías de Gobernación y Desarrollo
Urbano y Ecología, con fundamento en lo dispuesto por los
Artículos 5o. Fracción X y 146 de la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; 27 Fracción
XXXII y 37 Fracciones XVI y XVII de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, expide el primer listado de
actividades altamente riesgosas.
Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice Estados
Unidos Mexicanos. Secretaría de Gobernación.
ACUERDO POR EL QUE LAS SECRETARIAS DE GOBERNACION Y DESARROLLO
URBANO Y ECOLOGIA, CON FUNDAMENTO EN LO DISPUESTO POR LOS
ARTICULOS 5o. FRACCION X Y 146 DE LA LEY GENERAL DEL
EQUILIBRIO ECOLOGICO Y LA PROTECCION AL AMBIENTE; 27 FRACCION
XXXII Y 37 FRACCIONES XVI Y XVII DE LA LEY ORGANICA DE LA
ADMINISTRACION PUBLICA FEDERAL, EXPIDEN EL PRIMER LISTADO DE
ACTIVIDADES ALTAMENTE RIESGOSAS.
CONSIDERANDO
Que la regulación de las actividades que se consideren
altamente riesgosas por la magnitud o gravedad de los efectos
que puedan generar en el equilibrio ecológico o el ambiente,
está contemplada en la Ley General del Equilibrio Ecológico y
la Protección al Ambiente, como asunto de alcance general de
la nación o de interés de la Federación y se prevé que una vez
hecha la determinación de las mismas, se publicarán los
listados correspondientes.
Que el criterio adoptado para determinar cuáles actividades
deben considerarse como altamente riesgosas, se fundamenta en
que la acción o conjunto de acciones, ya sean de origen
natural o antropogénico, estén asociadas con el manejo de
sustancias con propiedades inflamables, explosivas, tóxicas,
reactivas, radioactivas, corrosivas o biológicas, en
cantidades tales que, en caso de producirse una liberación,
sea por fuga o derrame de las mismas o bien una explosión,
ocasionaría una afectación significativa al ambiente, a la
población o a sus bienes.
Que por lo tanto, se hace necesario determinar la cantidad
mínima de las sustancias peligrosas con las propiedades antes
mencionadas, que en cada caso, convierte su producción,
procesamiento, transporte, almacenamiento, uso o disposición
final , en actividades que, de producirse una liberación, sea
por fuga o derrame de las mismas, vía atmosférica, provocarían
la presencia de límites de concentración superiores a los
permisibles, en un área determinada por una franja de 100
metros en torno de las instalaciones, o medios de transporte,
y en el caso de la formación de nubes explosivas, la
existencia, de ondas de sobrepresión. A esta cantidad mínima
de sustancia peligrosa, se le denomina cantidad de reporte.
Que en consecuencia, para la determinación de las actividades
consideradas altamente riesgosas, se partirá de la
clasificación de las sustancias peligrosas, en función de sus
propiedades, así como de las cantidades de reporte
correspondiente.
Que cuando una sustancia presente más de una de las
propiedades señaladas, está se clasificará en función de
aquella ó aquéllas que presenten el o los más altos grados
potenciales de afectación al ambiente, a la población o a sus
bienes y aparecerá en el listado o listados correspondientes.
Que mediante este Acuerdo se expide el primer listado de
actividades altamente riesgosas y que corresponde a aquéllas
en que se manejan sustancias tóxicas. En dicho listado quedan
exceptuadas en forma expresa el uso y aplicación de
plaguicidas con propiedades tóxicas, en virtud de que existe
una legislación especifica para el caso, en la que se regula
esta actividad en lo particular.
Que este primer listado y los subsecuentes que se expidan,
para el caso de aquellas actividades asociadas con el manejo
de sustancias inflamables, explosivas, reactivas, corrosivas o
biológicas, éstas constituirán el sustento para determinar las
normas técnicas de seguridad y operación, así como para la
elaboración de los programas para la prevención de accidentes,
previstos en el artículo 147 de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente, mismos que deberán
observarse en la realización de dichas actividades. Que cuando
las actividades asociadas con el manejo de sustancias con
propiedades radioactivas, podrían considerarse altamente
riesgosas, las Secretarías de Gobernación y de Desarrollo
Urbano y Ecología no establecerán un listado de las mismas, en
virtud de que la expedición de las normas de seguridad
nuclear, radiológica y física de las instalaciones nucleares o
radioactivas compete a la Secretaría de Energía, Minas e
Industria Paraestatal y a la Comisión Nacional de Seguridad
Nuclear y Salvaguardias, con la participación que en su caso
corresponda a la Secretaría de Salud, de conformidad con los
dispuesto por la legislación que de manera específica regula
estas actividades.
Que las Secretarías de Gobernación y de Desarrollo Urbano y
Ecología, previa opinión de las Secretarias de Energía, Minas
e Industria Paraestatal, de Comercio y Fomento Industrial, de
Salud, de Agricultura y Recursos Hidráulicos y del Trabajo y
Previsión Social, llevaron a cabo los estudios que sirvieron
de sustento para determinar los criterios y este primer
listado de actividades que deben considerarse altamente
riesgosas.
En mérito de lo anterior, hemos tenido a bien dictar el
siguiente:
ACUERDO
ARTICULO 1o.- Se considerará como actividad altamente
riesgosa, el manejo de sustancias peligrosas en un volumen
igual o superior a la cantidad de reporte.
ARTICULO 2o.- Para los efectos de este ordenamiento se
considerarán las definiciones contenidas en la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y las
siguientes:
Cantidad de reporte: Cantidad mínima de sustancia peligrosa en
producción, procesamiento, transporte, almacenamiento, uso o
disposición final, o la suma de éstas, existentes en una
instalación o medio de transporte dados, que al ser liberada,
por causas naturales o derivadas de la actividad humana,
ocasionaría una afectación significativa al ambiente, a la
población o a sus bienes.
Manejo: Alguna o el conjunto de las actividades siguientes;
producción, procesamiento, transporte, almacenamiento uso o
disposición final de sustancias peligrosas.
Sustancia peligrosa: Aquella que por sus altos índices de
inflamabilidad, explosividad, toxicidad, reactividad,
radioactividad, corrosividad o acción biológica puede
ocasionar una afectación significativa al ambiente, a la
población o a sus bienes.
Sustancia tóxica: Aquélla que puede producir en organismos
vivos, lesiones, enfermedades, implicaciones genéticas o
muerte.
ARTICULO 3o.- Con base en lo previsto en el artículo primero,
se expide el primer listado de actividades altamente
riesgosas, que corresponde a aquéllas en que se manejen
sustancias tóxicas. Estas actividades son la producción,
procesamiento, transporte, almacenamiento, uso o disposición
final de las sustancias que a continuación se indican, cuando
se manejen volúmenes iguales o superiores a las cantidades de
reporte siguientes:
I. Cantidad de reporte: a partir de 1 kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
gaseoso:
Acido cianhídrico
Acido fluorhídrico-(fluoruro de hidrógeno)
Arsina
Cloruro de hidrógeno
Cloro (1)
Diborano
Dióxido de nitrógeno
Flúor
Fosgeno
Hexafluoruro de telurio
Oxido nítrico
Ozono(2)
Seleniuro de hidrógeno
Tetrafluoruro de azufre
Tricloruro de boro
b) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
Acroleína
Alil amina
Bromuro de propargilo
Butil vinil éter
Carbonilo de níquel
Ciclopentano
Clorometil metil eter
Cloruro de metacriloilo
Dioxolano
Disulfuro de metilo
Fluoruro cianúrico
Furano
Isocianato de metilo
Metil hidracina
Metil vinil cetona
Pentaborano
Sulfuro de dimetilo
Tricloroetil silano
c) En el caso de las siguientes sustancias en estado
sólido:
2 Clorofenil tiourea
2,4 Ditiobiuret
4,6 Dinitro-cresol
Acido becen arsénico
Acido cloroacético
Acido fluoroacético
Acido metil-carbamilo
Acido tiocianico 2-benzotiánico
Aldicarb
Arseniato de calcio
Bis clorometil cetona
Bromodiolona
Carbofurano (furadán)
Carbonilos de cobalto
Cianuro de potasio
Cianuro de sodio
Cloroplatinato de amonio
Cloruro crómico
Cloruro de dicloro benzalkonio
Cloruro platinoso
Cobalto
Cobalto (2,2-(1,2-etano)
Complejo de organorodio
Decaborano
Dicloro xileno
Difacionona
Didisocianato de isoforona
Dimetil-p-fenilendiamina
Dixitoxin
Endosulfan
Epn
Estereato de cadmio
Estricnina
Fenamifos
Fenil tiourea
Fluoroacetamida
Fósforo (rojo, amarillo y blanco)
Fósforo de zinc
Fosmet
Hexacloro naftaleno
Hidruro de litio
Metil anzifos
Metil paration
Monocrotofos (azodrín)
Oxido de cadmio
Paraquat
Paraquat-metasulfato
Pentadecilamina
Pentóxido de arsénico
Pentóxido de fósforo
Pentóxido de vanadio
Pireno
Piridina, 2 metil, 5 vinil
Seleniato de sodio
Sulfato de estricnina
Sulfato taloso
Sulfato de talio
Tetracloruro de iridio
Tetracloruro de platino
Tetraóxido de osmio
Tiosemicarbazida
Triclorofón
Trióxido de azufre
II. Cantidad de reporte: a partir de 10 kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
gaseoso:
Acido sulfhídrico
Amoniaco anhidro
Fosfina
Metil mercaptano
Trifluoruro de boro
b) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
1,2,3,4 diepoxibutano
2,cloroetanol
Bromo
Cloruro de acriloilo
1 Sofluorfato
Mesitileno
Oxicloruro fosforoso
Pentacarbonilo de fierro
Propionitrilo
Pseudocumeno
Tetracloruro de titanio
Tricloro (clorometil) silano
Vinil norborneno
c) En el caso de las siguientes sustancias en estado
sólido:
Acetato de metoxietilmercurio
Acetato fenil mercúrico
Acetato mercúrico
Arsenito de potasio
Arsenito de sodio
Azida de sodio
Bromuro cianógeno
Cianuro potásico de plata
Cloruro de mercurio
Cloruro de talio
Fenol
Fosfato etilmercúrico
Hidroquinona
Isotiosianato de metilo
Lindano
Malonato taloso
Malononitrilo
Níquel metálico
Oxido mercúrico
Pentaclorofenol
Pentacloruro de fósforo
Salcomina
Selenito de sodio
Telurio
Telurito de sodio
Tiosemicarbacida acetona
Tricloruro de galio
Warfarin
III. Cantidad de reporte: a partir de 100 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en el estado
gaseoso:
Bromuro de metilo
Etano (3)
Oxido de etileno
b) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
2,6-Diisocianato de tolueno
Acetaldehido (3)
Acetato de vinilo
Acido nítrico
Acrilonitrilo
Alcohol alílico
Beta propiolactona
Cloroacetaldehído
Crotonaldehído
Disulfuro de carbono
Eter bis-cloro metílico
Hidracina
Metil tricloro silano
Nitrosodimetilamina
Oxido de propileno
Pentacloroetano
Pentafluoruro de antimonio
Perclorometil mercaptano
Piperidina
Propilenimina
Tetrametilo de plomo
Tetranitrometano
Tricloro benceno
Tricloruro de arsénico
Trietoxisilano
Trifluoruro de boro
c) En el caso de las siguientes sustancias en estado
sólido:
Acido cresílico
Acido selenioso
Acrilamida
Carbonato de talio
Metomil
Oxido tálico
Yoduro cianógeno
IV. Cantidad de reporte: a partir de 1,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
gaseoso:
Butadieno
b) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
Acetonitrilo
Benceno (3)
Cianuro de bencilo
Cloroformo
Cloruro de benzal
Cloruro de bencilo
2,4-Diisocianato de tolueno
Epiclorohidrina
Isobutironitrilo
Oxicloruro de selenio
Peroxido de hidrógeno
Tetracloruro de carbono (3)
Tetraetilo de plomo
Trimetilcloro silano
V. Cantidad de reporte: a partir de 10,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
2,4,6 Trimetil anilina
Anilina
Ciclohexilamina
Cloruro de bencen sulfonilo
Diclorometil fenil silano
Etilen diamina
Forato
Formaldehido cianohidrina
Gas mostaza; sinónimo (sulfato de bis 2-cloroetilo)
Hexacloro ciclo pentadieno
Lactonitrilo
Mecloretamina
Metanol
Oleum
Sulfato de dimetilo
Tiocianato de etilo
Tolueno (3)
VI. Cantidad de reporte: a partir de 100,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido.
1,1-Dimetil hidracina
Anhidrído metacrílico
Cumeno
Diclorvos
Eter dicloroetílico
Eter diglicidílico
Fenil dicloro arsina
Nevinfos (fosforín)
Octametil difosforamida
Tricloro fenil silano
VII. Cantidad de reporte: a partir de 1,000,000 kg
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
Adiponitrilo
Clordano
Dibutilftalato
Dicrotofos (bidrín)
Dimetil 4 ácido fosfórico
Dimetilftalato
Dioctilftalato
Fosfamidón
Metil-5-Dimetón
Nitrobenceno
Tricloruro fosforoso
(1) Se aplica exclusivamente a actividades industriales y
comerciales.
(2) Se aplica exclusivamente a actividades donde se realicen
procesos de ozonización.
(3) En virtud de que esta sustancia presenta además
propiedades explosivas o inflamables, también será
considerada, en su caso, en el proceso para determinar los
listados de actividades altamente riesgosas, correspondientes
a aquéllas en que se manejen sustancias explosivas o
inflamables.
ARTICULO 4o.- Se exceptúa del listado de actividades altamente
riesgosas, previsto en el artículo anterior, el uso o
aplicación de plaguicidas con propiedades tóxicas.
ARTICULO 5o.- Para efectos del presente Acuerdo, se entenderá
como sustancias en estado sólido, aquéllas que se encuentren
en polvo menor de 10 micras.
ARTICULO 6o.- En el caso de las sustancias señaladas en el
artículo 3o. que correspondan a plaguicidas, la cantidad de
reporte se entenderá referida a su ingrediente técnico llamado
también activo.
En los demás casos, las cantidades de reporte de las
sustancias indicadas en este Acuerdo, deberán considerarse de
conformidad con su más alto porcentaje de concentración.
Cuando dichas sustancias se encuentran en solución o mezcla,
deberá realizarse el cálculo correspondiente, a fin de
determinar la cantidad de reporte para el caso de que se
trate.
ARTICULO 7o.- Las Secretarías de Gobernación y de Desarrollo
Urbano y Ecología, previa opinión de las Secretarías de
Energía, Minas e Industria Paraestatal; Comercio y Fomento
Industrial; de Salud; Agricultura y Recursos Hidráulicos y del
Trabajo y Previsión Social, podrán ampliar y modificar el
listado objeto del presente Acuerdo, con base en el resultado
de investigaciones que al efecto se lleven a cabo.
TRANSITORIO
UNICO.- El presente acuerdo entrará en vigor al día siguiente
de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Ciudad de México a 26 de marzo de mil novecientos noventa.- El
Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios.Rúbrica.- El Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología,
Patricio Chirinos Calero.-Rúbrica.
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de marzo
de 1990.
Legislación ambiental
--------------------------------------------------------------------
Segundo listado de actividades altamente riesgosas
ACUERDO por el que las Secretarías de Gobernación y Desarrollo
Urbano y Ecología, con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 5o.- fracción X y 146 de la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; 27 fracción
XXXII y 37 fracciones XVI y XVII de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, expiden el segundo listado de
actividades altamente riesgosas.
Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados
Unidos Mexicanos.- Secretaría de Gobernación.
ACUERDO POR EL QUE LAS SECRETARIAS DE GOBERNACION Y DESARROLLO
URBANO Y ECOLOGIA, CON FUNDAMENTO EN LO DISPUESTO POR LOS
ARTICULOS 5o. FRACCION X Y 146 DE LA LEY GENERAL DEL
EQUILIBRIO ECOLOGICO Y LA PROTECCION AL AMBIENTE, 27 FRACCION
XXXII Y 37 FRACCIONES XVI Y XVII DE LA LEY ORGANICA DE LA
ADMINISTRACION PUBLICA FEDERAL EXPIDEN EL SEGUNDO LISTADO DE
ACTIVIDADES ALTAMENTE RIESGOSAS.
CONSIDERANDO
Que la regulación de las actividades altamente riesgosas, está
contemplada en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente, como asunto de alcance general de la
nación o de interés de la Federación y se prevé que una vez
hecha la determinación de las mismas se publicarán los
listados correspondientes.
Que el criterio adoptado para determinar cuáles actividades
deben considerarse como altamente riesgosas, se fundamenta en
que la acción o conjunto de acciones, ya sean de origen
natural o antropogénico, estén asociadas con el manejo de
sustancias con propiedades inflamables, explosivas, tóxicas,
reactivas, radioactivas, corrosivas o biológicas, en
cantidades tales que, en caso de producirse una liberación,
sea por fuga o derrame de las mismas o bien una explosión,
ocasionarían una afectación significativa al ambiente a la
población o a sus bienes.
Que por lo tanto, se hace necesario fijar dicha cantidad para
cada sustancia peligrosa que presente las propiedades antes
mencionadas. A esta cantidad se le denomina cantidad de
reporte.
Que con base en el criterio anterior se ha procedido a
determinar las actividades altamente riesgosas en función de
las propiedades de las sustancias que se manejen y a agrupar
dichas actividades en los listados correspondientes.
Que cuando una actividad esté relacionada con el manejo de una
sustancia que presente más de una de las características de
peligrosidad señaladas, en cantidades iguales o superiores a
su cantidad de reporte, dicha actividad será considerada
altamente riesgosa y se incluirá en cada uno de los listados
que correspondan.
Que el 28 de marzo de 1990 se publicó en el Diario Oficial de
la Federación el primer listado de actividades altamente
riesgosas que corresponde a aquellas en que se manejen
sustancias tóxicas. Que mediante este Acuerdo se expide el
segundo listado de actividades altamente riesgosas que
corresponde a aquéllas en que se manejen sustancias
inflamables y explosivas, en cantidades tales que de
producirse una liberación, ya sea por fuga o derrame de las
mismas en la producción, procesamiento, transporte,
almacenamiento, uso o disposición final provocaría la
formación de nubes inflamables, cuya concentración seria
semejante a la de su límite inferior de inflamación de nubes
inflamables, cuya concentración seria semejante a la de su
límite inferior de inflamabilidad, en un área determinada por
una franja de 100 de longitud en torno de la instalaciones o
medio de transporte dados, y en el caso de formación de nubes
explosivas, la presencia de ondas de sobrepresión de
0.5lb/pulg2 en esa misma franja.
Que tanto el primer listado que corresponde al manejo de
sustancias tóxicas y este concerniente al manejo de sustancias
inflamables y explosivas así como los subsecuentes que se
expidan para el caso de aquellas actividades relacionadas con
el manejo de sustancias reactivas, corrosivas o biológicas,
constituirán el sustento para determinar las normas técnicas
de seguridad y operación , así como para la elaboración y
presentación de los programas para la prevención de accidentes
previstos en el artículo 147 de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente, mismos que deberán
observarse en la realización de dichas actividades.
Que aun cuando las actividades asociadas con el manejo de
sustancias con propiedades radioacticas podrían considerarse
altamente riesgosas, las Secretarias de Gobernación y de
Desarrollo Urbano y Ecología no establecerán un listado de las
mismas, en virtud de que la expedición de las normas de
seguridad nuclear, radiológica y física de las instalaciones
nucleares o radioactivas compete a la Secretaría de Energía,
Minas e Industria Paraestatal y a la Comisión Nacional de
Seguridad Nuclear y Salvaguardias, con la participación que en
su caso corresponda a la Secretaría de Salud de conformidad
con lo dispuesto por la legislación que de manera específica
regula estas actividades.
Que la Secretaría de Gobernación y de Desarrollo Urbano y
Ecología previa opinión de las Secretarías de Energía, Minas e
Industria Paraestatal, de Comercio y Fomento Industrial, de
Agricultura y Recursos Hidráulicos, de Salud y del Trabajo y
Previsión Social, así como con la participación de la
Secretaría de la Defensa Nacional, llevaron a cabo los
estudios que sirvieron de sustento para determinar los
criterios y este segundo listado de actividades que deben
considerarse altamente risgosas.
En mérito de lo anterior, hemos tenido a bien dictar el
siguiente:
ACUERDO
ARTICULO 1o.- Se expide el segundo listado de actividades
altamente riesgosas que corresponde a aquéllas en que se
manejen sustancias inflamables y explosivas.
ARTICULO 2o.- Se considerará como actividad altamente
riesgosa, el manejo de sustancias peligrosas en cantidades
iguales o superiores a la cantidad de reporte.
ARTICULO 3o.- Para los efectos de este Acuerdo se considerarán
las definiciones contenidas en la Ley General de Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente y las siguientes:
Cantidad de reporte: Cantidad mínima de sustancia peligrosa en
producción, procesamiento, transporte, almacenamiento, uso o
disposición final, o la suma de éstas, existentes en una
instalación o medio de transportes dados, que al ser liberada,
por causas naturales o derivadas de la actividad humana,
ocasionaría una afectación significativa al ambiente, a la
población, o a sus bienes.
Manejo: Alguna o el conjunto de las actividades siguientes:
producción, procesamiento, transporte, almacenamiento, uso o
disposición final de sustancias peligrosas.
Sustancia peligrosa: Aquélla que por sus altos índices de
inflamabilidad, explosividad, toxicidad, reactividad,
radiactividad, corrosividad, o acción biológica puede
ocasionar una afectación significativa al ambiente, a la
población o a sus bienes.
Sustancia inflamable: Aquélla que es capaz de formar una
mezcla con el aire en concentraciones tales para prenderse
espontáneamente o por la acción de una chispa.
Sustancia explosiva: Aquélla que en forma espontánea o por
acción de alguna forma de energía genera una gran cantidad de
calor y energía de presión en forma casi instantánea.
ARTICULO 4o.- Las actividades asociadas con el manejo de
sustancias inflamables y explosivas que deben considerarse
altamente riesgosas son la producción, procesamiento,
transporte, almacenamiento, uso y disposición final de las
sustancias que a continuación se indican, cuando se manejan
cantidades iguales o superiores a las cantidades de reporte
siguientes:
I. Cantidad de reporte: a partir de 500 kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
gaseoso:
Acetileno
Acido sulfhídrico
Anhídrido hipocloroso
Butano (Niso)
Butadieno
1-Buteno
2-Buteno (cis,trans)
Cianógeno
Ciclobutano
Ciclopropano
Cloruro de metilo
Cloruro de vinilo
Difloruro 1-Cloroetano
Dimetil amina
2,2-Dimetil propano
Etano
Eter metílico
Etileno
Fluoruro de etilo
Formaldehido
Hidrógeno
Metano
Metilamina
2-Metil propeno
Propano
Propileno
Propino
Sulfuro de carbonilo
Tetrafluoroetileno
Trifluorocloroetileno
Trimetil amina
b) En el caso de las sustancias en estado gaseoso no
previstas en el inciso anterior y que tengan las
siguientes características:
Temperatura de inflamación <37.8º C
Temperatura de ebullición <21.1º C
Presión de vapor >760 mm hg
c) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
2-Butino
Cloruro de etilo
Etilamina
3-Metil-1-Buteno
Metil etil eter
Nitrito de etilo
Oxido de etileno
1-Pentano
II. Cantidad de reporte: a partir de 3000 kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
Acetaldehído
Acido cianhídrico
Amileno(cis,trans)
Colodión
Disulfuro de carbono
2-Metil-1-Buteno
2-Metil-2-Buteno
Oxido de propileno
Pentano (Niso)
1-Penteno
1-Penteno
Sulfuro de dimetilo
III. Cantidad de reporte: a partir de 10,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en el estado
líquido:
Acroleína
Alil amina
Bromuro de alilo
Carbonilo de níquel
Ciclopentano
Ciclopenteno
1-Cloro propileno
2-Cloro propileno
Cloruro de alilo
Cloruro de acetilo
Cloruro de propilo (Niso)
1.1-Dicloroetileno
Dietilamina
Dihidropirán
2.2 Dimetil butano
2.3 Dimetil butano
2.3 Dimetil 1-Buteno
2.3 Dimetil 2-Buteno
2- Etil 1-Buteno
Eter dietílico
Eter vinílico
Etílico mercaptano
Etoxiacetileno
Formiato de etilo
Formiato de metilo
Furano
Isopreno
Isopropenil acetileno
2-Metil Pentano
3-metil Pentano
2-Metil-1-Penteno
2-Metil-2-Penteno
4-Metil-1-Penteno
4-Metil-2-Penteno
2-Metil-2-Propanotiol
Metil propil acetileno
Metil triclorosilano
Propil amina (Niso)
Propenil etil éter
Tetrahidrofurano
Triclorosilano
Vinil etil eter
Vinil isopropil éter
IV. Cantidad de reporte: a partir de 20,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
Acetato de etilo
Acetato de metilo
Acetato de vinilo
Acetona
Acrilato de metilo
Acrilonitrilo
Alcohol metílico
Alcohol etílico
Benceno
1-Bromo-2-Buteno
Butilamina (Niso,sec,ter)
Ciclohexano
Ciclohexeno
Cicloheptano
2-Cloro-2-Buteno
Cloruro de butilo (Niso,sec,ter)
Cloruro de vinilideno
Dicloroetano
Dicloroetileno (cis,trans)
1,2-Dicloroetileno
Dimetil diclorosilano
1,1 Dimetil hidrazina
2,3 Dimetil pentano
2,4 Dimetil pentano
Dimetoxi metano
Diisobutileno
Diisopropilamina
Dioxolano
Eter etil propílico
Eter propílico (Niso)
Etil butil éter
Etil ciclobutano
Etil ciclopentano
Et Metil Diclorosilano
Metil éter propílico
2-Metil hexano
3-Metil hexano
Metil hidrazina
2-Metil-1,3-Pentadieno
4-Metil-1,3-Pentadieno
Metil pirrolidina
2-Metil tetrahidrofurano
Metil vinil cetona
Monoxido de butadieno
Nitrato de etilo
2,5-Norbornadieno
Oxido de butileno
Oxido de pentametileno
1,2-Oxido de butileno
Pirrolidina
Propionaldehído
Propionato de metilo
Propianato de vinilo
Trietilamina
2,2,3-Trimetil butano
2,3,3-Trimetil-1-Buteno
2,3,4-Trimetil-1-Penteno
2,4,4-Trimetil-2-Penteno
3,4,4-Trimetil-2-Penteno
Trimetilclorosilano
Vinil isobutil éter
V. Cantidad de reporte: a partir de 50,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
gaseoso:
VI. Cantidad de reporte: a partir de 100,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido:
Acetato de propilo (Niso)
Alcohol alílico
Alcohol desnaturalizado
Alcohol propílico (Niso)
Amilamina (N,sec)
Bromuro de N-butilo
Butirato de metilo
Butironitrilo (Niso)
1,2-Dicloropropano
2,3-Dimetil hexano
2,4-dimetil hexano
P-Dioxano
Eter alílico
Formiato de isobutilo
2-Metil-2-Butanol
2-Metil Butiraldehido
2-Metil-3-Etil pentano
3-Metil-2-Butanotiol
Metil metacrilato
Piperidina
Piridina
Propionato de etilo
Propionitrilo
Tetrametilo de plomo
2,2,3-Trimetil pentano
2,2,4-Trimetil pentano
2,3,3-Trimetil pentano
Tolueno
VII. Cantidad de reporte: a partir de 200,000 Kg.
a) En el caso de las siguientes sustancias en estado
líquido.
Acetal
Acetato de butilo (iso,sec)
Acetato de isoamilo
Acetato de isopropenilo
Acetonitrilo
Acrilato de isobutilo
Alcohol amílico (N,sec)
Alcohol butílico (iso,sec,ter)
Amil mercaptan
Benzotrifluoruro
1-Butanol
Butil mercaptan (N,sec)
Butirato de etilo (Niso)
Clorobenceno
Cloruro de amilo
Crotonaldehído
Cumeno
Dietilcetona
Dietílico carbonato
1,3-Dimetil butilamina
1,3-Dimetil ciclohexano
1,4-Dimetil ciclohexano (cis, trans)
Estireno
Etil benceno
Etil butilamina
2-etil butiraldehído
Etil ciclohexano
Etilendiamina
Etileno-glicol dietílico éter
Ferropenacarbonilo
Isobromuro de amilo
Isoformiato de amilo
Metacrilato de etilo
Metil isobutil cetona
Metil propil cetona
Nitroetano
Nitrometano
Octano (N, iso)
Octeno (iso)
1-Octeno
2-Octeno
Oxido de mesitilo
2,2,5-Trimetil hexano
Vinil triclorosilano
Xileno (M.O.P.)
VIII. Cantidad de reporte: a partir de 10,000 kg
a) En el caso de las sustancias en estado líquido, no
previstas en las fracciones anteriores y que tengan las
siguientes características:
Temperatura de inflamación <37.8 ºC
Temperatura de ebullición >21.1 ºC
Presión de vapor <=760 mm hg
IX. Cantidad de reporte: a partir de 10,000 barriles
a) En el caso de las sustancias en estado líquido:
Gasolinas (1)
Kerosenas incluye naftas y diáfano (1)
(1) Se aplica exclusivamente a actividades industriales y
comerciales.
ARTICULO 5.- Se exceptúa de este listado a las actividades
relacionadas con el manejo de las sustancias a que se refiere
el artículo 41 de la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos.
ARTICULO 6.- Las cantidades de reporte de las sustancias
indicadas en este Acuerdo, deberán considerarse referidas a su
más alto porcentaje de concentración. Cuando dichas sustancias
se encuentren en solución o mezcla, deberá realizarse el
cálculo correspondiente, con el fin de determinar la cantidad
de reporte para el caso de que se trate.
ARTICULO 7.- Las Secretarías de Gobernación y de Desarrollo
Urbano y Ecología, previa opinión de las Secretarías de
Energía Minas e Industria Paraestatal de Comercio y Fomento
Industrial, de Agricultura y Recursos Hidráulicos, de Salud y
de Trabajo y Previsión Social, podrán ampliar y modificar el
listado objeto del presente Acuerdo, con base en el resultado
de las investigaciones que sobre el particular se lleven a
cabo.
TRANSITORIO
UNICO.- El presente acuerdo entrará en vigor al día siguiente
de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
México D.F. a 30 de Abril de 1992.- El Secretario de
Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios.- Rúbrica.- El
Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, Luis Donaldo
Colosio Murrieta.-Rúbrica.
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 4 de mayo
de 1992.
Legislación Ambiental
------------------------------------------------------------PROGRAMA DE NORMAS OFICIALES MEXICANAS 1995
Comité Consultivo Nacional de Normalización para la Protección
Ambiental
Subcomité Aprovechamiento Ecológico de los Recursos Naturales
1. Especificaciones para la introducción y manejo de
especies exóticas.4
2. Requisitos y procedimientos para realizar investigación y
colecta con fines científicos de las especies de flora y
fauna silvestres.4
Especificaciones, criterios y procedimientos para el
registro y control de unidades de producción de flora y
fauna.3.
1. Determinación de especies, subespecies de flora y fauna
silvestres terrestres y acuáticas, en peligro de
extinción, amenazadas, raras y las sujetas a protección
especial, y que establece especificaciones para su
protección.5
Subcomité Residuos Municipales, Materiales y Residuos
Peligrosos
1. Técnicas del muestreo y manejo de muestras para el
análisis de residuos peligrosos.4
2. Manejo de los aceites lubricantes usados.4
3. Tratamiento térmico de residuos peligrosos.3
4. Caracterización de residuos estabilizados para su
confinamiento.4
5. Requisitos para el diseño y construcción de los
receptores de agroquímicos.4
6. Requisitos para el manejo de llantas usadas.4
7. Manejo de residuos de la extracción de petróleo y gas.4
8. Características de los residuos peligrosos el listado de
los mismos y los límites que hacen a un residuo peligroso
por su toxicidad al ambiente.5
9. Requisitos técnicos para la formulación de combustibles
alternos en base a residuos.4
10. Requisitos para la impermeabilización de celdas de un
confinamiento controlado.3
11. Procedimientos para la clasificación, separación,
envasado, almacenamiento, recolección, transporte y
disposición final de los residuos generados en hospitales
y establecimientos que presten atención médica.6
12. Diseño, construcción y operación de presas de jales.6
13. Requisitos que deben reunir los sitios destinados al
confinamiento controlado de residuos peligrosos,
incluyendo receptores agroquímicos.5
14. Condiciones para el control de la operación de un relleno
sanitario.3
15. Condiciones que deben reunir los sitios destinados a
relleno sanitario para la disposición final de los
residuos sólidos municipales.1
16. Requisitos para el diseño de un relleno sanitario y la
construcción de sus obras complementarias.1
17. Manejo de envases y recipientes de agroquímicos.4
18. Manejo de residuos peligrosos de la industria de
plaguicidas.3
Subcomité Aire
1. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
amoníaco (NH3) en el proceso de elaboración de amoníaco
(NH3).4
2. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
materiales particulados (MP), flúor (F) y ácido
fluorhídrico (HF) en la fabricación de fluoruro de
aluminio.4
3. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
ácido clorhídrico (HCL) en la fabricación de ácido
clorhídrico.4
4. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
bióxido de azufre (SO2) y ácido sulfhídrico (H2S) en
procesos de refinerías de petróleo.4
5. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
bióxido de azufre (SO2) y ácido sulfhídrico (H2S) y RSH
en procesos de recuperación de celulosa.3
6. Procedimiento de medición para la verificación de los
niveles de emisión de la opacidad de humo proveniente del
escape de los vehículos automotores en circulación que
usan diesel como combustible.6
7. Niveles máximos permisibles de emisión de hidrocarburos,
monóxido de carbono y humo, provenientes del escape de
las motocicletas en circulación que utilizan gasolina o
mezcla de gasolina-aceite como combustible.3
8. Características del equipo y el procedimiento de medición
para la verificación de los niveles máximos permisibles
de emisión de gases contaminantes, provenientes del
escape de las motocicletas en circulación que utilizan
gasolina o mezcla de gasolina-aceite como combustible.4
9. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
humos, partículas suspendidas totales, bióxidos de azufre
y óxidos de nitrógeno y los requisitos y condiciones para
la operación de los equipos de calentamiento indirecto
por combustión, así como los niveles máximos permisibles
de emisión de bióxido de azufre en los equipos de
calentamiento directo por combustión.5
10. Mecanismos de operación del sistema de certificados de
emisiones transferibles que complementa a la norma
oficial mexicana NOM-085-ECOL-1994.4
11. Que establece los niveles máximos permisibles de emisión
de gases contaminantes provenientes del escape de los
vehículos automotores en circulación que usan gasolina
como combustible.5
12. Emisiones a la atmósfera de bióxido de azufre y material
particulado proveniente de las plantas de fundición de
cobre y zinc.6
13. Niveles máximos permisibles de emisiones a la atmósfera
de hidrocarburos volátiles provenientes de la fabricación
de pinturas, lacas y barnices.2
14. Requisitos, especificaciones y parámetros para la
instalación de sistemas de recuperación de vapores en
estaciones de servicio y de autoconsumo ubicadas en el
Valle de México.6
15. Método de prueba para determinar la eficiencia de
laboratorio de los sistemas de recuperación de vapores de
gasolina en estaciones de servicio y de autoconsumo.6
16. Niveles máximos permisibles de emisión a la atmósfera de
material particulado y óxidos de nitrógeno en los
procesos de fabricación de vidrio.6
17. Instalación y funcionamiento de las cubiertas en
separadores agua- aceite, para el control de compuestos
orgánicos volátiles en las refinerías de petróleo del
país.1
18. Niveles máximos permisibles de emisión de ácido
flourhídrico por fuentes fijas, provenientes de los
procesos de fabricación del mismo en el país.1
19. Niveles máximos permisibles de emisión de hidrocarburos
no quemados, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno
provenientes del escape de los motores nuevos en planta,
así como de hidrocarburos evaporativos provenientes del
sistema de combustible, que usan gasolina, gas licuado de
petróleo, gas natural y otros combustibles alternos que
se utilizarán para la propulsión de vehículos automotores
con peso bruto vehicular mayor de 3,857 kilogramos.1
20. Procedimiento para la presentación de los programas
locales referidos en las Normas Oficiales Mexicanas que
establecen los criterios para evaluar la calidad del aire
ambiente con respecto a diferentes sustancias:
NOM-020-SSA1-1993, NOM- 021- SSA1-1993, NOM-022-SSA11993, NOM-023-SSA1-1993, NOM-024-SSA1-1993,
NOM-025-SSA1-1993 Y NOM-026-SSA1- 1993.4
21. Niveles máximos permisibles de opacidad del humo
provenientes del escape de vehículos automotores en
circulación que usan diesel como combustible.5
Subcomité Calidad del Agua Residual
Límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas
de aguas residuales a cuerpos receptores provenientes de la
industria de:
1. Lubricantes y Aditivos.4
2. Extracción y beneficio de minerales metálicos no
ferrosos. 4
3. Producción y formulación de plaguicidas.4
4. Actividades de granjas porcícolas.4
5. Resinas sintéticas.4
6. Fabricación de alimento para animales.4
7. Actividades de ganado bovino estabulado.4
8. Sacrificio y procesamiento de aves.4
9. Molinos de grano de maíz.4
10. Actividades de cultivo acuícola.6
11. Almacenamiento y distribución de productos petrolíferos.6
12. Que establece los límites máximos permisibles de
contaminantes en las aguas residuales de origen urbano o
municipal para su disposición mediante riego agrícola.5
Subcomité Riesgo Ambiental
1. Seguridad y operación para el manejo de ácido
cianhídrico.3
2. Seguridad y operación para el manejo de acrilonitrilo.4
3. Seguridad y operación para el manejo de óxido de
etileno.4
4. Criterio de distanciamiento para el almacenamiento de
sustancias explosivas con respecto a los proyectos de
desarrollo urbano.3
5. Criterio de distanciamiento para el almacenamiento de
sustancias inflamables con respecto a los proyectos de
desarrollo urbano.3
6. Requisitos y especificación para el manejo de cloro.2
7. Requisitos y especificación para el manejo de amoníaco.2
8. Requisitos y especificación para el manejo de ácido
fluorhídrico.3
Subcomité Ruido y Energía Contaminante
1. Límites máximos permisibles de emisión de ruido producido
por el sobrevuelo de aeronaves.3
2. Método para la determinación del nivel de emisión de
ruido producido por el sobrevuelo de aeronaves.4
3. Límites máximos permisibles de emisión de vibraciones
mecánicas producidas por la operación de las fuentes
fijas dentro del ámbito de frecuencia de 1 a 80 Hz.2
4. Método para la determinación del nivel de vibraciones
mecánicas producidas por la operación de las fuentes
fijas dentro del ámbito de frecuencia de 1 a 80 Hz.2
Notas
1. Aprobada como norma oficial mexicana por el CCNNPA.
2. Aprobada como proyecto de norma oficial mexicana por el
CCNNPA.
3. Reprogramada para 1995.
4. Norma nueva.
5. Publicada como norma oficial mexicana y reprogramada para
revisión.
6. Publicada como proyecto de norma oficial mexicana.
Subcomité Aire
1. NMX-AA-10-1995, Contaminación atmosférica-fuentes fijasDeterminación de la emisión de partículas contenidas en
los gases que fluyen por un conducto- Método isocinético
(revisión).
2. NMX- Contaminación atmosférica -fuentes fijasDeterminación de la emisión de óxidos de nitrógeno
contenidos en los gases que fluyen por un conductoMétodo de quemiluminiscencia.
3. NMX- Contaminación atmósferica -fuentes fijasDeterminación de la emisión de compuestos orgánicos
volátiles contenidos en los gases que fluyen por un
conducto-Método de ionización de flama.
Subcomité de Aguas Residuales
Métodos de prueba de toxicidad aguda con:
1. Dhapnia Magna Straus (Crustacea-Cladocera).
2. Photobacterium phosphoreum.
3. Artemia franciscana.
Agosto de 1995
Para mayores informes, comunicarse a la Dirección de Normas
del Instituto Nacional de Ecología, Tel: 553-9412 y 286-9276.
Legislación ambiental
-------------------------------------------------------------------Plan Nacional de Desarrollo 1995 - 2000
FORO DE CONSULTA POPULAR POLITICA AMBIENTAL
Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
Instituto Nacional de Ecología
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
Anfiteatro Simón Bolívar, Colegio de San Ildefonso, Centro
Histórico 24 y 25 de abril de1995
LISTADO DE PONENCIAS PRESENTADAS POR MESA
Mesa I
Los Retos del Desarrollo Sustentable
TEMA
PROPUESTA
POR
ORGANISMO
Conservación y
Aprovechamiento de
los Recursos
Naturales para el
Ecoturismo y
Participación de la
Comunidad para un
Desarrollo Turístico
Sustentable
Alfonso
Jimenez
Carlos Cruz
SECTUR
UNIDAD DE
POPLITICA
TURISTICA
Crecimiento Integral:
nuevo paradigma del
desarrollo
Eduardo
García
Escobar
MOVIMIENTO
ECOLOGISTA
MEXICANO, A.C.
Desarrollo
Sustentable y Medio
Ambiente
Luis Gámez
Jiménez
Ma. de los
Angeles
Monroy Gómez
F.
El Desarrollo de
México: reconsiderar
mitos y dogmas
Dr. Celestino
I. Chargoy
Zamora
UNIVERSIDAD
AUTONOMA DE
CHAPINGO
Rentabilidad
Ecológica un
Imperativo Mundial
Eduardo
García
Escobar
MOVIMIENTO
ECOLOGISTA
MEXICANO,A.C.
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