Anexo al temario: 1. El gótico civil (lonjas y ayuntamientos). La arquitectura civil también tuvo mucha importancia en este periodo, principalmente a partir del siglo XIV. El empleo del arco apuntado y la bóveda de crucería facilitaban extraordinariamente los trabajos de construcción, permitiendo al mismo tiempo abarcar superficies cada vez mayores. Ello permitió una gran versatilidad de soluciones arquitectónicas, que fueron utilizadas para levantar diversos tipos de edificios, adaptando siempre la forma a las necesidades exigidas por la función de cada uno de ellos. El grupo social protagonista de este tipo de arquitectura es la naciente burguesía que se ha enriquecido con el comercio y que controla la vida urbana, para ello necesita edificios representativos y de prestigio: palacios, ayuntamientos… y, por otro lado, la nobleza que poco a poco abandona la vida en los castillos y acude a vivir en palacios urbanos. Entre los ayuntamientos destacan los de: Bruselas, Lovaina, el palacio de la Señoría de Florencia o Siena… En líneas generales, el gótico civil siguió la misma evolución estilística que el religioso, complicando cada vez más las estructuras –arcos y bóvedas- y las ornamentaciones, aunque sin llegar nunca a la complejidad de las catedrales. En los edificios civiles se disminuyó la acentuada verticalidad de las catedrales dando un mayor protagonismo a la línea horizontal. En general esta arquitectura tendrá una gran difusión en las regiones más desarrolladas desde el punto de vista económico: ciudades flamencas, italianas… En España, entre muchos otros edificios de gótico civil, podemos destacar: los castillos de Manzanares el Real (Madrid) y de Bellver (Palma de Mallorca); el palacio del Infantado (Guadalajara); las atarazanas o astilleros para la construcción de barcos de Barcelona; y las lonjas de Valencia, Barcelona y Palma. Estos últimos eran lugares representativos de la pujanza económica de la burguesía, cumplían varias funciones entre ellas sala de contrataciones. El ejemplo más acabado es el de la lonja de Valencia, que además de sala de contrataciones tiene un edificio anexo dedicado a Consulado del Mar, una torre cívica y un patio con naranjos y fuente, su autor es Pedro Comte y éste se inspira en la lonja de Palma pero aportándole su sello particular. En lo estilístico está a caballo entre el gótico (sala de contratación con columnas helicoidales) y el renacimiento (artesonado del Consulado del Mar), sin olvidar la reminiscencia árabe (patio con naranjos). 2. El urbanismo en el Neoclasicismo. (Urbanismo y arquitectura en el Neoclasicismo). El estudio de la Antigüedad permitió conocer no sólo las obras, sino también las ciudades. No se hicieron grandes planes urbanísticos, sino que sólo se modificaron zonas de las urbes con el fin de ampliar y regularizar el trazado. Un ejemplo fue el trazado que Carlos III dio a Madrid con el actual paseo del Prado o la Puerta de Alcalá. Existieron planteamientos de ciudades que tenían como fin conseguir un espacio adecuado a la vida industrial. Destacó la planificación de los socialistas utópicos: * Robert Owen propuso la construcción de pequeñas ciudades comunitarias entorno a una plaza en cuyo centro se levantaría el edificio dedicado a servicios públicos. Alrededor de la plaza se ubicarían las viviendas familiares, separadas por jardines. * Charles Fourier pesó que el urbanismo podía ser un medio de mejora social, pero su proyecto, los falansterios, fracasó.