Area de Políticas Públicas, Sociales y Estado del Bienestar INFORMES DE LA FUNDACIÓN 2011 OCTUBRE Pobreza y gasto social 43 Elvira S. lloPiS Directora del area de Políticas Públicas, Sociales y Estado del Bienestar, y vicepresidenta de la Fundación 1º de Mayo. SErvicio DE EStuDioS FunDación 1º DE Mayo Jesús cruces aguilera, luis de la Fuente Sanz, alicia Martínez Poza Fundación 1º de Mayo | Centro Sindical de Estudios C/ Arenal, 11. 28013 Madrid. Tel.: 913640601. Fax: 913640838 www.1mayo.ccoo.es | 1mayo@1mayo.ccoo.es Informes de la Fundación. ISSN 1989-4473 POLÍTICAS PÚBLICAS, GASTO SOCIAL Y POBREZA INTRODUCCIÓN 1. LA SITUACIÓN POBREZA EN LA UNIÓN EUROPEA 1.1. Principales indicadores 1.2. Grupos de población más vulnerables 2. EL GASTO SOCIAL EN LA UNIÓN EUROPEA 2.1. El gasto en protección social en la UE 2.2. El gasto social por funciones de gasto en la UE 3. LA POBREZA Y EL GASTO SOCIAL EN ESPAÑA 3.1. La pobreza en España 3.2. Evolución del gasto social en España 3.2. Gasto en protección social, sanidad, educación 4. A MODO DE CONCLUSIÓN 5. BIBLIOGRAFÍA 1 INTRODUCCIÓN La crisis económica está teniendo importantes consecuencias desde el punto de vista social. Pasados ya tres años del comienzo de la misma, el impacto de la crisis se ha traducido en un empeoramiento del bienestar de la población, así como en mayores dificultades de cobertura de las necesidades sociales. Hoy en día, la atención de los gobiernos y de las instituciones internacionales se siguen centrando más en las medidas económicas que se han llevado a cabo (y las que vienen en camino), y menos en las consecuencias sociales que la crisis está produciendo en la población, en la pobreza y sus implicaciones, o en la degradación de las condiciones de vida, que no entran ni tienen espacio alguno dentro de la denominada agenda política de los distintos gobiernos. Las políticas puestas en marcha en estos años son una buena muestra de ello. Lejos de lo que se pudiera pensar, este menor interés por las consecuencias sociales de la crisis y la pobreza no es casual. Responde a la doctrina neoliberal que atraviesa la política europea y española, en la que se conciben los problemas sociales como una parte subsidiaria de la economía, que tendrán su resolución una vez ésta se encuentre recuperada y a pleno rendimiento. Esta particular visión de la crisis y sus consecuencias sociales se puede apreciar, por ejemplo, en cómo se define la pobreza, en las medidas puestas en marcha, y en definitiva, en la importancia concedida a la intervención del Estado en la economía a través de las políticas públicas. En este sentido, hay que mencionar que tradicionalmente la pobreza se ha definido casi exclusivamente en relación a los ingresos o el consumo, como elementos esenciales para entender y medir la condición de pobreza de las personas, es decir, si una persona tiene suficientes ingresos para adquirir el nivel básico de consumo o de bienestar para vivir en la sociedad (Wagle, 2000). Otras aportaciones han señalado la necesidad de definir la pobreza en función de las capacidades individuales, de acceso y logros alcanzados con respecto a la educación o la salud, para considerar un nivel básico de bienestar, como por ejemplo, Sen (1992), quien sostiene que lo importante para evaluar el nivel de vida es la capacidad de adoptar decisiones bien informadas o de vivir una vida larga y saludable, más allá de los ingresos de los que se dispongan. También existen otras propuestas que se han concentrado en los factores sociales y políticos del bienestar de la población, que determinan el grado de aislamiento y participación en la sociedad (un individuo con ingresos adecuados puede ser considerado pobre si se considera excluido de las principales actividades económicas, políticas y culturales). Sin embargo, conviene recordar que, en muchas ocasiones, se define la pobreza únicamente en base al individuo y los factores sociales que la fomentan, pudiéndose apreciar cuatro grandes aproximaciones: la pobreza es resultado de los atributos individuales (los pobres son pobres porque tienen algún tipo de defecto inherente); la pobreza como resultado del proceso de socialización de los individuos (centrándose en la transmisión de valores, normas y hábitos que se perpetúan de una generación a otra); la pobreza como resultado de causas sociales (que se centra en la estructura de oportunidades de la población y en la mejora de la educación y la formación); y la pobreza como resultado inherente al funcionamiento de ciertos sistemas sociales (desde la visión marxista, en el sistema capitalista la pobreza esta causada por la dinámica de la explotación de clase) (Wright, 1994). Bajo esta última aproximación, Wright destaca que “la pobreza no es un accidente; no es un resultado de nada. Es una característica inherente y determinante de una sociedad cuya estructura económica está basada en las clases y la explotación. (…) Existen unos actores privilegiados y poderosos que tienen un interés activo por mantener la pobreza. No es que la pobreza sea una 2 desafortunada consecuencia de su búsqueda de intereses materiales; es una condición esencial de la realización de sus intereses. Para decirlo sin rodeos, los capitalistas y otras clases explotadoras se benefician de la pobreza”. Esta última aproximación apenas tiene cabida dentro de las políticas de lucha contra pobreza. El más popular de los enfoques es sin embargo el tercero, en el que la reducción de la pobreza pasa por únicamente mejorar las oportunidades y las condiciones de vida de las personas en situación de pobreza. En este sentido, es importante destacar el papel que han tenido (y siguen teniendo) las políticas públicas en el campo de la lucha contra la pobreza y el fortalecimiento de la cohesión social, que se realiza a través de la participación social de la ciudadanía en el pleno ejercicio de los derechos. Son por tanto, el elemento visible del Estado de Bienestar, entendido como “contrato social” en el que los derechos políticos –base de los derechos democráticos- están vinculados a los derechos laborales y sociales, como por ejemplo el derecho al empleo, a la educación, la sanidad, la protección al desempleo, la jubilación o al acceso a la vivienda1. Las propuestas neoliberales para salir de la actual crisis económica siguen profundizando en la idea de recortar el papel del Estado y su intervención en la economía como elemento de redistribución y promoción de la igualdad de oportunidades, mientras que se da un mayor protagonismo al mercado y la empresa privada. El gasto social no ha permanecido ajeno a este debate; y no podía ser de otra manera, ya que el gasto social es, con diferencia, la partida más importante del gasto público, así como una de las claves de la mayor cobertura de las necesidades sociales por parte del Estado de Bienestar. Por todo ello, hablar de pobreza, políticas públicas y gasto social es hablar de democracia, de calidad democrática y del establecimiento de las garantías necesarias para el efectivo ejercicio de derechos básicos, que permitan el acceso universal a los mismos bajo parámetros de suficiencia y calidad. Y hablar de gasto social, es también hablar de ciudadanía, en tanto que supone la materialización del principio de igualdad social, que -junto con los de igualdad política e igualdad jurídica- constituye uno de los pilares básicos sobre los que se asienta el concepto europeo moderno de ciudadanía. Un concepto en el que prima la visión de una sociedad cohesionada, libre y justa. El objetivo del presente trabajo es analizar la situación de la pobreza, así como de las políticas públicas y el gasto social destinado al ejercicio efectivo de las mismas. Se estructura en tres partes diferentes: en la primera se aborda la situación de la pobreza en la Unión Europea, con especial interés determinados grupos de población (mujeres, jóvenes, personas en paro, etc.); en la segunda, se analizan las diferencias mostradas por los distintos países de la Unión Europea con respecto al gasto social y las distintas áreas de gasto; y finalmente, en la última, se desciende al análisis de la pobreza en España y el gasto destinado a las distintas políticas públicas de carácter social, considerando el esfuerzo realizado por las distintas Administraciones Públicas (Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales) en los últimos años. Se trata, por tanto, de ofrecer un diagnóstico general, así como elementos de reflexión en torno a las consecuencias sociales de la crisis económica y del (necesario) fortalecimiento de las políticas públicas y refuerzo del Estado de Bienestar. 1 Lezcano, J., 2010. 3 1. LA SITUACIÓN DE LA POBREZA EN LA UNIÓN EUROPEA La valoración de la crisis económica en términos sociales es notablemente negativa, dado que está teniendo importantes consecuencias en el conjunto de la sociedad. El ajuste que se está produciendo en estos años, se está traduciendo, en último término, en un empeoramiento progresivo del bienestar de la población de los países de la Unión Europea y un aumento de las dificultades de cobertura de las necesidades sociales. Las políticas de ajuste emprendidas por los distintos gobiernos no parece que vayan a favorecer esta situación, sino que más bien lo que van conseguir es que la salida de esta crisis sea cada vez más lejana y prolongada en el tiempo. Se trata de abordar la situación de la pobreza en la Unión Europea y España en el contexto de crisis económica, a través de los principales indicadores agregados existentes para medir la pobreza, así como aquellos específicos para los distintos grupos de población. 1.1. Principales indicadores Con los últimos datos publicados por Eurostat, que hacen referencia a 2009, se puede apreciar que una parte muy importante de la población europea ha visto cómo han empeorado sus condiciones de vida como consecuencia de la crisis económica. La mayor parte de los indicadores utilizados para medir la pobreza tratan de comparar la situación económica y el nivel de ingresos de las personas con respecto al resto de la población. Tomando como referencia la mediana de la distribución los ingresos (el valor que divide una muestra en dos partes iguales), se suele fijar el umbral de pobreza en relación al 60% de la mediana de los ingresos. Este indicador permite analizar de forma comparada las distribuciones de los ingresos de los distintos países, señalando el porcentaje de población que se sitúa con respecto a un determinado umbral: en situación de pobreza (población cuyos ingresos se por debajo del 60% de la mediana de la renta disponible neta por persona) y en situación de pobreza severa (población con ingresos por debajo del 40%). Gráfico 1. Umbral de pobreza de los hogares unipersonales en la Unión Europea*, 2009 (en euros y en ppc) 25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0 BE BG CZ DK DE EE IE GR ES FR IT CY LV LT LU HU MT NL AT PL PT RO SI SK FI SE UK Euros PPS Fuente: Eurostat, 2011. * Valor representa el 60% de la mediana de la distribución de los ingresos. 4 Dado que se trata de comparar distribuciones, los valores que determinan dichos umbrales son diferentes. En Luxemburgo, por ejemplo, la mediana de los ingresos de los hogares unipersonales se sitúa en 31 mil euros anuales (27 mil en términos de paridad de compra), mientras que en Rumania es de 2 mil euros anuales (3 mil en ppc). En cualquier caso, los umbrales de pobreza permiten normalizar las distintas distribuciones para que puedan ser comparables entre sí. De acuerdo con los datos de Eurostat, las personas en riesgo de pobreza (por debajo del 60% de la mediana de los ingresos) representan en 2009 el 16% de la población de la Unión Europea (UE-15), lo que supone un incremento de un punto porcentual con respecto al registrado en el año 2000. La crisis económica se está traduciendo en un aumento de la población en situación de pobreza, que si bien se produce de forma ligera en el conjunto de países de la Unión, en algunos países su impacto ha sido mucho mayor. En España, por ejemplo, la tasa de pobreza relativa ha aumentado 1,5 puntos porcentuales, pasando del 18 al 19,5%. En 2009, destacan particularmente el conjunto de países que se han incorporado recientemente a la Unión Europea, como por ejemplo Letonia, Lituania, Rumania y Bulgaria, que registran tasas de pobreza elevadas (entre el 20 y 25%). A este grupo de países le siguen otros como Grecia (19,7%), Estonia (19,7%), España (19,5%), Italia (18,4%) o Portugal (17,8%), con porcentajes superiores a la media europea (gráfico 2). Gráfico 2. Población en riesgo de pobreza en la Unión Europea, según umbrales de pobreza*, 2009 (%) UE-27 UE-15 AT BE BG CY CZ DE DK EE ES FI FR GR HU IE IT LT LU LV MT NL PL PT RO SE SI SK UK 0,0 10,0 20,0 30,0 40,0 <40 <50 50,0 <60 60,0 70,0 80,0 90,0 <70 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. * Porcentajes en relación a la mediana de los ingresos. AT: Austria; BE: Bélgica; BG: Bulgaria; CY: Chipre; CZ: República Checa; DE: Alemania; DK: Dinamarca; EE: Estonia; ES: España; FI: Finlandia; FR: Francia; GR: Grecia; HU: Hungría; IE: Irlanda; IT: Italia; LT: Lituania; LU: Luxemburgo; LV: Letonia; MT: Malta; NL: Países Bajos; PL: Polonia; PT: Portugal; RO: Rumania; SE: Suecia; SI: Eslovenia; SK: Eslovaquia; UK: Reino Unido. 5 La población en situación de pobreza severa (por debajo del 40% de la mediana de los ingresos) mantiene igualmente su peso en el conjunto de la población, incrementándolo ligeramente a lo largo de los últimos años. En el año 2009, el 5,3% de la población de la Unión Europea (UE-27) se encontraba en esta situación, siendo superior a la media de los 15 (5,1%), así como a la registrada en el año 2000 (5%). En el caso particular de España, este indicador ofrece uno de los mayores incrementos (de 2 puntos porcentuales), lo que supone pasar de un porcentaje del 6% en el año 2000 al 8,3% al final del periodo. Una tendencia que hace que se sitúe, por tanto, con el grupo de países que reflejan un mayor porcentaje de personas en situación de pobreza severa, en el que se encuentra también Letonia (11%), Rumania (10%), Bulgaria (8%) o Lituania (7%), entre otros. Tomando como referencia el grupo de población que tienen menos ingresos, también es interesante analizar la distribución de sus ingresos en relación al umbral de la pobreza. Así por ejemplo, es posible apreciar que en relación a las personas que se encuentran por debajo del 60% de la mediana de los ingresos, en la Unión Europea (UE-27), la distancia de este grupo con respecto al umbral de pobreza es de 22 puntos porcentuales en 2009, lo que significa que en este tramo (distancia entre las medianas) se concentran la mitad de las personas en situación de pobreza. Los países que registran un umbral de pobreza más elevado (como por ejemplo, España, Bulgaria, Letonia o Rumania) son además los que reflejan una mayor distancia con respecto al umbral de pobreza, lo que quiere decir que las personas pobres en estos países son comparativamente más pobres que en otros países en relación a la distribución de los ingresos (gráfico 3). Gráfico 3. Población en riesgo de pobreza (umbral 60% de los ingresos) y distancia relativa al umbral de la pobreza en la Unión Europea, 2009 (%) 40,0 RO Distancia relativa al umbral 30,0 LV BG ES UE-27 SK DE SI 20,0 CZ NL UE-15 SE BE DK CY LU AT FR HU IE FI MT PL PT IT GR LT UK EE 10,0 0,0 5,0 15,0 25,0 En riesgo de pobreza (umbral 60%) Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. 6 De acuerdo con el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la distribución de los ingresos (0 corresponde con la igualdad, en la que todas las personas tendrían los mismos ingresos, y 100 con la absoluta desigualdad), se aprecia que en la Unión Europea (UE-27) el grado de desigualdad se cifra en 30 puntos en 2009. Con respecto a este indicador, destacan nuevamente países como Letonia (37,4), Lituania (35,5), Portugal (35,4), Rumania (34,9), Bulgaria (33,4), Grecia (33,1) o España (32,3), a los que se suman –entre otros- Reino Unido (32), e Italia (31,5), que presentan una menor proporción de personas por debajo del umbral de pobreza pero que sin embargo -en términos agregados- reflejan una marcada desigualdad en la distribución de los ingresos de la población (gráfico 4). Gráfico 4. Coeficiente de Gini en la Unión Europea, 2009 40,0 35,0 30,0 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 UK FI SE SI SK RO PL PT AT NL MT HU LT LU LV IT CY FR ES IE GR EE DE CZ DK BE BG UE15 UE27 0,0 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. Las diferencias existentes de los países de la Unión Europea con respecto a los indicadores generales de pobreza y desigualdad se observan también en relación a la situación de los grupos de la población más vulnerables (mujeres jóvenes, personas de más de 65 años, desempleados, etc.). La crisis económica ha provocado un aumento de las situaciones de pobreza de estos grupos, para los que las consecuencias de la crisis tienen efecto más prolongado en el tiempo. A continuación se aborda la tasa de pobreza existente para cada uno de los países de la Unión Europea, de acuerdo con las principales características sociolaborales que definen estos grupos de la población. 7 1.2. Grupos de población más vulnerables Las mujeres tienen un mayor peso en las situaciones de pobreza que los varones. En 2009, un 17% de las mujeres de la Unión Europea se encontraba por debajo del umbral de la pobreza (60% de la mediana de los ingresos), frente al 15% de los varones. Por países, destacan Letonia Bulgaria, Rumania, Estonia, España o Grecia, donde las tasas de pobreza de las mujeres se sitúan entre el 20 y el 27%. En cambio, los menores niveles se registran en países tales como la República Checa, los Países Bajos o Eslovaquia (entre el 9 y 11%). En todos los casos, y salvo contadas excepciones, las mujeres siempre alcanzan tasas de pobreza superiores a la media de cada uno de los países (gráfico 5). Gráfico 5. Tasa de pobreza de las mujeres en la Unión Europea*, 2009 (%) 30 25 20 15 10 5 Mujeres SE UK FI SI SK RO PL PT AT NL MT HU LT LU LV IT CY FR ES GR IE EE DE CZ DK BG BE UE15 UE27 0 Total Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. * Umbral al 60% de la mediana de los ingresos. Atendiendo a los distintos grupos de edad, también se constata que el 19% de los menores de 16 años de la Unión Europea (UE-27) se encuentra en situación de pobreza, 3 puntos por encima de la media registrada para el conjunto de la población. En este caso, los mayores niveles de pobreza se registran en Rumania (32%), Letonia (25%), Bulgaria (24%), Lituania (24%), Italia (24%), Grecia (23%) y España (23%). En cambio, en países como Dinamarca, Eslovenia, Chipre, Finlandia y Suecia los niveles son significativamente inferiores (entre el 11 y 12%). 8 Gráfico 6. Tasa de pobreza de los menores de 16 años en la Unión Europea*, 2009 (%) 35,0 30,0 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 Menores de 16 UK FI SE SI SK PT RO PL AT NL MT LU HU LT LV IT CY FR ES IE GR EE DE DK CZ BG BE UE15 UE27 0,0 Total Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. * Umbral al 60% de la mediana de los ingresos. Lo mismo sucede con las personas de 65 años y más, que en 2009 alcanzan una tasa de pobreza del 17,8% para el conjunto de países de la Unión Europea (UE-27), registrando las tasas más elevadas en Chipre (48%), Letonia (47%), Bulgaria (39%) y Estonia (34%). España con una tasa del 25% se sitúa en sexta posición. De igual manera, cabe destacar que las mujeres de este grupo de edad, con tasas superiores a los varones, se encuentran doblemente afectadas por la pobreza. En 2009, un 20% de las mujeres mayores se encontraba por debajo del umbral de pobreza, frente al 15% de los varones. Por países, resaltan Chipre (52%), Letonia (50%), Bulgaria (44%), Estonia (41%) o Lituania (31%), donde las mujeres de este grupo alcanzan las tasas más elevadas de la Unión Europea. Igualmente, son destacables otros países en los que las mujeres presentan una mayor distancia con respecto a los varones, como por ejemplo, Estonia (donde existe una diferencia de 22 puntos porcentuales entre las tasas de las mujeres y los varones), Letonia (18 puntos), Finlandia (15 puntos), Eslovaquia (14 puntos) y Suecia (13 puntos), (gráfico 7). 9 Gráfico 7. Tasa de pobreza de las personas mayores de 65 y más años por sexo, 2009 (%) UE-15 UE-27 AT BE BG CY CZ DE DK EE ES FI FR GR HU IE IT LT LU LV MT NL PL PT RO SE SI SK UK 0,0 10,0 20,0 30,0 Varones 40,0 50,0 60,0 Mujeres Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. Por otra parte, también hay que valorar que el acceso al empleo y la calidad de las condiciones laborales son un elemento determinante los niveles de pobreza de la población. Desde el punto de vista laboral, el alejamiento del mercado laboral de las personas se traduce en una serie de privaciones y dificultades en otros ámbitos de la vida social, como por ejemplo la educación, la salud, la vivienda, la cultura o el acceso a los servicios. Es conveniente recordar, por tanto, que el 8,4% de la población ocupada de la Unión Europea (UE-27) se sitúa por debajo del umbral de la pobreza, lo cual permite constatar que una parte muy importante de la población, aún trabajando, tiene serias dificultades para cubrir sus necesidades económicas. Entre los distintos países destacan particularmente Rumania (18%), Grecia, (14%), España (11,4%), Letonia (11%) y Portugal (11%), entre otros (gráfico 8). 10 Gráfico 8. Tasa de pobreza de la población ocupada en la Unión Europea, 2009 (%) EU27 EU15 AT BE BG CY CZ DE DK EE ES FI FR GR HU IE IT LT LU LV MT NL PL PT RO SE SI SK UK 0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 14,0 16,0 18,0 20,0 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. Dentro de la población ocupada es posible además identificar distintas situaciones en relación a la pobreza, según el tipo de contrato, jornada laboral o tiempo que se ha trabajado en el año de referencia. Así, para el conjunto de la Unión Europea (UE-27), las personas con contrato temporal registran una tasa de pobreza del 13%, frente a los que tienen contrato indefinido que se sitúa en el 5%. Lo mismo sucede con las personas que tienen jornada parcial (12%), frente a aquellas que trabajan a tiempo completo (7%), así como las personas que han trabajado menos de un año (15%). Estos datos ponen en evidencia que la inestabilidad laboral y la precariedad en las condiciones laborales de los trabajadores son uno de los factores que más inciden en el aumento de los niveles de pobreza. De hecho, si se repasa la situación existente en los distintos países de la Unión Europea, aquellos que tienen una mayor incidencia de la temporalidad en el empleo son los que ocupan las primeras posiciones con respecto a las tasas de pobreza relativa (como por ejemplo, España). 11 Tabla 1. Tasa de pobreza de la población ocupada en la Unión Europea, según tipo de contrato, jornada de trabajo y tiempo de trabajo, 2009 (%) Tipo de contrato Tipo de jornada Indefinido Temporal EU27 Tiempo completo Tiempo de trabajo Tiempo parcial Trabajando todo el año Trabajando menos del año 5,1 12,9 7,1 12,6 8,0 15,4 EU15 5,2 13,4 6,7 11,1 7,5 15,0 BE 2,6 8,8 3,8 6,5 4,3 9,4 BG 5,1 21,6 6,2 24,2 6,1 22,1 CZ 2,3 5,2 2,9 5,6 2,8 11,4 DK 5,8 : 5,2 9,1 5,6 13,2 DE 5,4 14,2 5,1 10,0 6,2 16,3 EE 6,8 10,8 6,9 13,1 7,5 13,9 IE 3,0 2,5 4,2 8,8 5,1 9,1 GR 5,7 15,1 12,5 26,9 13,5 18,0 ES 5,3 12,6 10,4 17,0 11,1 14,6 FR 4,3 12,6 5,4 11,1 6,3 11,8 IT 6,8 17,7 9,0 14,7 9,7 21,8 CY 4,9 19,9 6,0 13,9 6,5 11,4 LV 8,9 16,2 9,8 25,6 10,7 16,8 LT 8,0 20,3 9,2 23,5 9,8 20,4 LU 9,2 19,1 9,0 11,9 9,7 18,0 HU 4,4 16,1 5,2 21,8 5,3 17,3 MT 5,3 4,0 5,7 8,6 5,7 14,7 NL 3,2 7,8 4,0 5,3 4,6 10,6 AT 5,0 9,8 4,7 7,0 5,0 14,7 PL 5,3 11,1 10,0 19,9 10,6 15,9 PT 5,9 12,1 8,5 33,0 9,9 15,5 RO 4,8 8,9 13,8 56,5 17,4 29,9 SI 4,2 6,2 4,3 7,2 4,6 9,5 SK 3,7 7,1 4,8 10,8 5,0 9,5 FI 2,1 5,9 2,9 10,0 3,2 7,0 SE 4,9 21,7 6,2 8,3 6,1 18,4 6,6 28,9 UK 5,3 1,5 5,0 11,9 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. De igual manera, el aumento del riesgo de pobreza como consecuencia de una menor relación con el empleo se refleja también en las distintas situaciones laborales. Si tomamos como referencia el tipo de relación mayoritaria que ha tenido la población a lo largo del año anterior (2008), se puede apreciar que los asalariados muestran un mayor riesgo de pobreza que la media europea. Lógicamente, tal y como venimos reflejando, la pérdida de empleo es un elemento clave que explica el aumento de la pobreza en los distintos países. Como se puede apreciar, las personas desempleadas destacan, sobre el resto, por registra una tasa de pobreza aún más elevada. En el caso específico de España se registra tasa de pobreza superior a la media europea en todos los grupos, siendo especialmente relevante la diferencia existente en los asalariados europeos y los españoles (12 puntos porcentuales), (tabla 2). 12 Tabla 2. Tasa de pobreza en la Unión Europea del total de la población, la población ocupada (por cuenta propia y asalariados) y desempleada, 2009 (%) Total Pob. Ocupados UE-27 15,4 8,4 6,2 22,1 45,4 UE-15 15,3 7,9 6,3 18,9 45,0 Bélgica 14,1 4,6 3,1 15,9 33,4 Bulgaria 21,2 7,4 7,2 9,0 53,0 7,7 3,1 2,6 5,8 47,3 Dinamarca 13,3 5,9 4,5 21,1 40,9 Alemania 14,9 6,8 6,4 13,0 61,9 Estonia 19,5 8,1 6,9 24,4 55,2 Irlanda 14,2 5,4 3,8 13,5 28,4 Grecia 19,0 13,8 8,1 25,3 37,9 España 19,0 11,4 7,1 34,2 38,7 Francia 11,7 6,7 5,7 16,4 37,8 Italia 17,4 10,2 9,2 14,2 41,1 Rep. Checa C. Propia Asalariados Desempleados Chipre 17,1 7,0 6,5 10,1 33,8 Letonia 25,6 11,1 9,6 31,5 56,7 Lituania 19,9 10,4 8,2 29,9 54,2 Luxemburgo 13,1 10,0 10,0 10,1 45,3 Hungría 10,5 6,2 5,8 8,9 47,4 Malta 14,0 6,0 5,2 11,8 33,8 9,8 5,0 3,7 13,4 41,7 P. Bajos Austria 11,6 5,9 5,4 9,3 36,6 Polonia 16,2 11,0 6,8 27,7 42,1 Portugal 17,1 10,3 7,3 27,6 37,1 Rumania 20,3 17,9 4,9 54,1 46,6 Eslovenia 10,9 4,8 3,5 17,2 43,6 Eslovaquia 9,8 5,2 4,1 16,0 48,7 Finlandia 14,1 3,7 2,0 14,7 51,4 Suecia 13,4 6,9 5,8 18,1 38,8 16,1 50,8 Reino Unido 16,2 6,7 5,4 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. Otro de los grupos de la población con mayor riesgo de pobreza son los extranjeros. Considerando el conjunto de países de la Unión Europea, éstos registran una tasa superior (27%) a la de la población de los distintos países de la Unión Europea (18%). En países como Bélgica, Finlandia, Francia, Italia, Alemania o Reino Unido las diferencias entre ambos son notables. En el caso específico de España, los extranjeros alcanzan una tasa de pobreza del 28% frente al 23% de la población autóctona (gráfico 9). 13 Gráfico 9. Tasa de pobreza en la Unión Europea, según nacionalidad (UE-27 y resto de la población), 2009 (%) UE-15 Extranjeros UE-27 UE-27 Alemania Austria Bélgica Bulgaria Chipre Dinamarca Eslovaquia Eslovenia España Estonia Finlandia Francia Grecia Hungría Irlanda Italia Letonia Lituania Luxemburgo Malta P. Bajos Polonia Portugal Reino Unido Rep. Checa Suecia 0,0 5,0 10,0 15,0 20,0 25,0 30,0 35,0 40,0 45,0 50,0 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. Igualmente, hay que prestar también atención a las diferencias existentes entre el campo y la ciudad, medidas en función de la densidad de la población (habitantes/km2). Para el conjunto de la Unión Europea, la tasa de pobreza más elevada se encuentra en las poblaciones de menor densidad (21%), mientras que las más bajas se dan en lugares con una densidad de población intermedia (14%). En las ciudades más pobladas, la tasa de pobreza es ligeramente superior a las anteriores. En el caso de España, en las zonas menos pobladas se registra la tasa de pobreza más elevada (25%), superior a las más densamente habitadas (14%), (tabla 3). 14 Este indicador ofrece cierta información a cerca de la calidad de vida de las distintas poblaciones; así por ejemplo, en las que tienen poca población puede que existan mayores dificultades de acceso al empleo o una menor cobertura de los servicios sociales y de atención, lo cual repercute decisivamente en el aumento de los niveles de pobreza. Existen, por tanto, numerosas variables que hay que tener en cuenta para poder evaluar con mayor precisión este indicador, aunque permite adentrarse en las diferencias existentes entre el campo y la ciudad. Tabla 3. Tasa de pobreza de la población de la Unión Europea, según el grado de densidad de la población, 2009 (%) Densidad de la población Alta (al Intermedia Baja (menos menos 500 (100 and 499 de 100 hab. /Km²) hab./Km²) hab./Km²) UE-27 14,8 14,4 21,2 UE-15 16,0 14,5 19,1 Bélgica 16,2 12,7 13,1 Bulgaria 30,4 11,5 22,6 Rep. Checa 7,8 9,8 8,5 Dinamarca 14,9 11,5 13,4 Alemania 16,8 12,1 19,2 Estonia 16,3 12,3 23,4 Irlanda 10,9 15,4 18,4 Grecia 14,9 15,1 25,1 España 14,9 22,9 25,7 Francia 14,2 10,7 13,9 Italia 16,9 18,7 22,0 Chipre 15,1 13,8 19,6 Letonia 19,9 17,0 31,7 Lituania 10,7 Luxemburgo 20,3 8,5 12,6 6,2 11,0 17,1 Malta 15,0 16,1 P. Bajos 11,1 10,9 13,6 Austria 14,6 10,2 10,8 Polonia 10,3 17,6 22,8 Portugal 11,9 22,2 23,4 Rumanía 5,0 11,0 33,1 Eslovenia 9,7 10,6 12,5 Hungría Eslovaquia 27,9 6,1 10,6 14,6 Finlandia 11,7 13,0 15,1 Suecia 13,4 10,6 13,8 Reino Unido 18,4 13,5 14,3 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. Finalmente, tampoco hay que dejar de mencionar que existen diferencias según el nivel de estudios de las personas. Así por ejemplo, para el conjunto de la Unión Europea, las personas con estudios primarios o secundarios de primer ciclo reflejan una tasa de pobreza comparativamente superior (23%) a aquellas que han alcanzado los estudios secundarios de segundo ciclo (13%) y superiores (7%), respectivamente. En el caso de España, las personas con menor nivel de estudios registran tasas similares a la media europea, siendo ligeramente más elevadas en los niveles de estudios superiores (tabla 4). 15 Tabla 4. Tasa de pobreza de la población en la Unión Europea, según nivel de estudios, 2009 (%) Ed. Primaria y Sec. 1er Ciclo Ed. Sec. 2 y similares Ed. Tercer ciclo UE-27 23,2 13,0 6,8 UE-15 21,9 13,1 7,3 Bélgica 23,8 10,5 5,7 Bulgaria 43,1 12,1 5,9 Rep. Checa 18,4 6,2 2,7 Dinamarca 18,1 12,4 9,0 Alemania 23,2 14,6 8,1 Estonia 34,1 20,5 7,9 Irlanda 21,1 12,1 5,2 Grecia 27,2 16,4 5,3 España 23,6 14,5 8,4 Francia 17,1 9,9 5,1 Italia 22,7 12,4 5,8 Chipre 34,5 11,5 4,9 Letonia 44,0 23,3 10,3 Lituania 35,5 18,6 6,9 Luxemburgo 19,3 10,2 4,9 Hungría 19,2 9,0 2,1 Malta 17,4 7,7 4,3 P. Bajos 10,8 11,0 6,8 Austria 22,2 9,6 5,1 Polonia 26,9 15,8 3,5 Portugal 18,4 9,0 3,5 Rumania 35,1 12,1 1,6 Eslovenia 22,9 9,1 2,6 Eslovaquia 22,2 9,0 3,8 Finlandia 22,9 14,4 4,7 Suecia 21,7 11,6 9,7 Reino Unido 27,2 15,4 9,3 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. En suma, tal y como se puede apreciar, la incidencia de la pobreza no es unidireccional, ni homogénea, ni tampoco afecta por igual a todo el conjunto de la población. Dentro de los grandes números que engloban las tasas de pobreza media para cada uno de los países de la Unión Europea existen diferencias sociales, laborales y demográficas relevantes que merecen la pena ser destacadas, pues dejan entrever la existencia de una mayor vulnerabilidad de ciertos grupos (como por ejemplo, las mujeres, las personas mayores, los que tienen una menor estabilidad en el empleo, las personas extranjeras o los que tienen un menor nivel de estudios), que están siendo los más afectados por las consecuencias de la crisis económica. 16 2. EL GASTO SOCIAL EN LA UNIÓN EUROPEA En un contexto de recesión económica severa, en el que son más necesarias las políticas públicas que garanticen la cobertura de las necesidades económicas y sociales de la población, las propuestas neoliberales para salir de la actual crisis económica siguen profundizando en la idea de recortar el papel de Estado y su intervención en la economía. La mayor parte de los países europeos –en pos del control del déficit público- están llevando a cabo recortes sociales de gran calado, que se manifiestan en un descenso significativo del gasto social. Lo cual supone, en último término, una merma efectiva de la calidad de los derechos sociales, así como un empeoramiento de las condiciones de vida de gran parte de la población. Por todo ello, es necesario analizar el conjunto de recursos y prestaciones que repercuten en el bienestar directo de la población. Porque, la pérdida del empleo o una merma significativa de la calidad de las condiciones laborales, no sólo implica una disminución de la renta y un aumento del riesgo de pobreza, sino que además supone la existencia de mayores dificultades que imposibilitan el acceso a una serie de prestaciones y derechos sociales. En conjunto, este tipo prestaciones y recursos a las que tienen acceso las personas supondría un “salario indirecto”, en el que se incluiría tanto el gasto en prestaciones sociales como el gasto en educación. Se trata, por tanto, de incorporar en el análisis aquellos recursos que –más allá del salario y de la renta- repercuten en el bienestar de la población. El gasto social conjunto en protección social y educación en la Unión Europea representó en 2007 el 30% del PIB agregado del conjunto de países, lo cual significa una reducción de un punto porcentual con respecto al porcentaje registrado a comienzos de la década (un 31% en el año 2000). Entre los distintos países merece la pena destacar la situación de Dinamarca (37%), Francia (36%), Suecia (35%) y los Países Bajos (33%), que alcanzan los mayores niveles de gasto social en toda la Unión Europea. En el extremo opuesto, se sitúan Letonia (16%), Estonia (17%), Rumania (17%) y Bulgaria (18%), cuyo gasto supera ligeramente la mitad de la media europea. Gráfico 10. Gasto en protección social y educación en la Unión Europea, 2007 (% sobre el PIB) 40,0 35,0 30,0 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 SE UK FI SI SK PT RO PL AT NL MT LU HU LT LV IT CY FR ES IE EE DE DK CZ BG BE EU27 0,0 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat, 2011. 17 A la luz de estos datos se puede afirmar que, desde el punto de vista social, la crisis económica se esta traduciendo en un empeoramiento de las condiciones de vida de la población de la Unión Europea. La evolución negativa de los niveles de pobreza, tanto en relación a la población en riesgo de pobreza como en la que se encuentra en situación de pobreza extrema, así como la persistencia de una marcada desigualdad en los ingresos reflejan que en la última década apenas se ha mejorado la situación social de la población. A esto se añade un descenso del gasto destinado a cubrir las necesidades sociales de la población, que reducen su peso en relación a la riqueza generada. Es especialmente preocupante la situación de algunos países, como por ejemplo, los que recientemente se han incorporado a la Unión Europea (Rumania, Bulgaria, etc.) y los países del sur de Europa (España y Grecia, principalmente). Por colectivos, las mujeres, los niños y las personas de más de 65 años muestran un mayor grado de vulnerabilidad ante la pobreza. 2.1. El gasto en protección social en la Unión Europea2 El gasto en protección social ha mostrado un crecimiento mantenido en el conjunto de Europa en la última década. Así, el conjunto de países de la Unión Europea (UE-27) destinó un promedio de 4,8 mil euros por habitante a la protección social en el año 2000; casi una década más tarde, en 2008, el gasto en protección social por habitante ha aumentado un 31%, hasta alcanzar la cifra de 6,3 mil euros por habitante. Este gasto en protección social por habitante es mayor en la antigua UE-15 (7,2 mil euros por habitante en el año 2008). Además del gasto por habitante, existen otros indicadores que aportan información del volumen de gasto en protección social en el conjunto de Europa, entre éstos se pueden destacar el peso de gasto en relación al conjunto del PIB o el gasto considerando la capacidad –paridad- de poder de compra de los distintos países comunitarios. Al realizar la comparación internacional, se considera necesario cotejar la situación de España con la media europea (UE-15 y UE-27), así como con los países que conforman la UE-27. La razón para esta comparación es que el nivel de gasto de España está situado en una posición intermedia en la Unión Europea ampliada, pero sigue mostrando significativos retrasos en relación a al conjunto de países de la UE-15 con mayor desarrollo económico. En este sentido, se pueden establecer tres grandes grupos de países en función de su gasto en protección social: aquellos que tienen un volumen de gasto superior a la media europea, los que tienen un gasto similar al conjunto de la Unión y aquellos que tienen un déficit significativo en el gasto en protección social. De esta manera, se pueden destacar algunos países con un gasto por habitante en protección social superior al conjunto de la UE, tales como Luxemburgo (13,8 mil euros), Países Bajos (9 mil euros), Suecia (8,9 mil), Dinamarca (8,7 mil), Austria (8,5 mil) o Francia (7,9 mil). Otro grupo importante es el formado por países con un gasto por habitante cercano a la media europea (7,2 mil euros para la UE-15 y 6,3 mil en el caso de la UE-27). En este grupo se puede incorporar a países como Irlanda (7 mil), Italia (6,8 mil) o Reino Unido (6,6 mil). 2 Entendiendo que el gasto social incluye el gasto en protección social y el de educación, en este apartado se analiza únicamente el gasto en protección social, debido a las características de la fuente de información (Eurostat) y los datos que aporta, en los que no se incluye de forma conjunta ambas funciones de gasto. 18 El tercer grupo es el compuesto por los países con un gasto en protección social inferior a la media europea. Hay que resaltar que este grupo es el más numeroso y está formado por un conjunto heterogéneo de países en función de su gasto en protección social que comprende desde un gasto superior a 4 mil euros por habitante como Grecia (5,9 mil), España (5,7 mil), Eslovenia (4,8 mil), Portugal (4,6 mil) o Chipre (4,3 mil), a otros países con un gasto en protección social inferior a 2 mil euros por habitante, como Letonia (1,8 mil), Rumanía (1,7 mil) o Bulgaria (1,6 mil). Tabla 5. Gasto social en protección social por habitante en la Unión Europea y España, 2000-2008 (en unidades de paridad de compra) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 4.829,9 5.044,4 5.282,3 5.435,1 5.648,0 5.867,8 6.095,2 6.167,9 6.337,2 UE-15 Alemania 5.650,0 5.878,2 6.127,3 6.279,7 6.505,3 6.750,2 6.993,2 7.042,3 7.198,7 6.384,6 6.552,5 6.842,1 7.094,4 7.235,8 7.511,3 7.577,6 7.689,6 7.683,7 Austria 6.898,1 6.916,5 7.321,2 7.552,8 7.814,0 7.837,3 8.154,8 8.311,2 8.492,6 Bélgica 5.969,6 6.242,6 6.820,2 7.078,2 7.304,7 7.598,9 8.006,5 7.336,9 7.685,7 Bulgaria 542,5 556,0 651,6 666,6 710,1 1.198,1 1.243,1 1.365,3 1.604,3 Chipre 2.462,1 2.642,8 2.917,5 3.312,0 3.463,1 3.681,6 3.860,9 4.150,3 4.345,9 Dinamarca 7.030,7 7.175,4 7.581,4 7.717,0 8.114,7 8.171,5 8.349,0 8.470,5 8.700,8 Eslovaquia 1.797,3 1.904,5 2.045,0 2.022,0 2.049,0 2.153,0 2.357,0 2.596,0 2.807,7 Eslovenia 3.590,0 3.766,6 4.013,2 4.010,3 4.271,2 4.429,3 4.597,0 4.584,1 4.806,0 España 3.678,0 3.793,0 4.092,4 4.220,5 4.421,8 4.687,2 5.025,4 5.365,4 5.713,2 Estonia 1.172,5 1.177,1 1.278,0 1.399,8 1.594,9 1.714,8 1.867,0 2.110,1 2.518,2 Finlandia 5.426,7 5.526,3 5.854,1 6.012,1 6.496,0 6.650,9 6.903,0 7.229,4 7.487,6 Francia 6.083,2 6.354,5 6.763,5 6.722,5 6.993,3 7.345,4 7.530,2 7.829,5 7.913,5 Grecia 3.642,1 4.041,0 4.316,5 4.362,1 4.643,6 4.930,1 5.254,8 5.497,3 5.851,1 Hungría 2.019,9 2.195,1 2.509,7 2.710,3 2.778,1 3.050,7 3.278,6 3.415,7 3.623,7 Irlanda 3.302,6 3.716,8 4.511,8 4.838,0 5.163,5 5.436,8 5.868,4 6.490,0 7.033,6 Italia 5.296,6 5.581,8 5.585,9 5.707,8 5.795,5 5.982,5 6.304,0 6.574,6 6.759,9 Letonia 1.046,0 1.081,1 1.148,9 1.189,7 1.234,6 1.326,8 1.497,6 1.517,7 1.769,0 Lituania 1.148,8 1.177,1 1.236,0 1.335,9 1.422,0 1.532,7 1.698,4 2.080,3 2.442,4 Luxemburgo 8.795,7 9.473,9 10.405,6 11.149,7 11.983,8 12.171,3 12.790,1 13.006,1 13.806,3 Malta 2.704,2 2.694,5 2.860,9 2.941,3 3.084,2 3.203,9 3.280,9 3.409,7 3.595,7 Países Bajos 6.321,8 6.551,1 7.052,8 7.102,5 7.396,4 7.642,6 8.373,3 8.830,7 9.023,0 Polonia 1.749,5 1.927,4 2.044,5 2.098,4 2.157,2 2.220,2 2.328,7 2.411,7 2.580,8 Portugal 2.883,3 3.054,4 3.422,4 3.551,6 3.723,6 4.096,4 4.303,9 4.411,5 4.559,6 Reino Unido República Checa 5.777,4 6.122,2 6.153,5 6.378,0 6.795,1 7.064,7 7.276,9 6.512,2 6.609,2 2.463,6 2.611,8 2.819,4 2.972,7 3.032,2 3.157,5 3.282,2 3.588,2 3.653,3 630,3 696,7 800,6 828,6 925,2 1.037,9 1.129,4 1.367,8 1.693,3 7.138,9 7.202,1 7.633,0 8.122,3 8.468,9 8.358,7 8.628,7 8.887,0 8.850,7 Rumanía Suecia Fuente: Eurostat, 2011. Si se comparan estos datos en relación al PIB de cada uno de estos países, el gasto en protección social ha variado ligeramente en los últimos años. Así analizando el periodo comprendido entre los años 2000 y 2008, se puede afirmar el gasto en la Unión ha aumentado ligeramente hasta el año 2005, pasando del 25% al 26% del PIB comunitario, mientras que en los años posteriores -hasta el año 2008- ha disminuido hasta alcanzar los niveles iniciales (tabla 6). Esta situación indica que tanto en periodo de expansión económica como en periodo de crisis, el gasto en protección social tiene un peso relativamente constante en el PIB del conjunto de la Unión. 19 Por otra parte, esta variación en el peso relativo del gasto social en relación al PIB ha sido mayor en los diferentes países de la Unión entre los años 2000 y 2008. En algunos países ha aumentado el gasto en protección social de modo considerable, tal es el caso de Irlanda, donde se ha incrementado 7,6 puntos porcentuales, Bulgaria (4,9 puntos) o Portugal (4,5 puntos) durante dicho periodo; mientras que en la mayor parte de los países de la Unión el crecimiento ha sido más moderado entre los 3,5 puntos de Chipre y los 1,2 puntos de Finlandia. Por otra parte, existe un pequeño grupo de países donde las variaciones registradas son inferiores a un punto porcentual, tanto en signo positivo (Luxemburgo, Dinamarca y Lituania) como en signo negativo (Austria, Suecia, República Checa y Polonia). Por último existe un grupo no muy numeroso donde el gasto en protección social ha disminuido durante este periodo: Eslovaquia (3,3 puntos), Reino Unido (2,7 puntos), Eslovenia y Letonia (2,6 puntos) y Alemania (1,6 puntos). Tabla 6. Gasto social en protección social en la Unión Europea y España, 2000-2008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 25,3 25,5 25,8 26,2 26,1 26,1 25,7 24,7 25,3 UE-15 25,7 25,9 26,2 26,6 26,5 26,6 26,3 25,3 26,0 Alemania 28,3 28,4 29,0 29,4 28,7 28,6 27,6 26,6 26,7 Austria 27,6 28,0 28,3 28,7 28,5 28,0 27,6 27,0 27,3 Bélgica 24,9 25,5 26,6 27,7 27,8 28,2 28,8 25,5 26,6 Bulgaria 10,0 9,6 10,1 9,6 9,5 14,6 13,8 13,7 14,9 Chipre 14,6 14,7 16,0 18,0 17,7 18,0 18,0 17,8 18,1 Dinamarca 28,1 28,4 28,8 30,0 29,8 29,4 28,5 28,1 28,9 Eslovaquia 18,8 18,4 18,5 17,6 16,6 15,9 15,7 15,4 15,5 Eslovenia 23,6 23,9 23,8 23,2 22,8 22,5 22,2 20,8 21,0 España 19,8 19,5 19,9 20,2 20,2 20,4 20,3 20,5 22,2 Estonia 13,6 12,8 12,5 12,4 12,8 12,4 12,0 12,1 14,9 Finlandia 24,3 24,3 24,9 25,8 25,8 25,9 25,6 24,6 25,5 Francia 27,7 27,8 28,5 29,0 29,4 29,5 29,3 29,0 29,3 Grecia 22,7 23,6 23,4 22,7 22,9 24,0 24,0 23,9 25,1 Hungría 19,1 18,8 19,9 20,8 20,2 21,5 21,9 22,0 22,3 Irlanda 13,2 14,2 16,0 16,6 16,8 16,8 17,0 17,6 20,9 Italia 23,8 24,0 24,4 24,9 25,1 25,4 25,6 25,5 26,5 Letonia 15,0 14,1 13,6 13,2 12,5 12,1 12,3 10,9 12,4 Lituania 15,3 14,3 13,7 13,1 13,0 12,9 13,0 14,1 15,7 Luxemburgo 18,8 20,5 21,2 21,7 21,9 21,3 20,0 19,0 19,8 Malta 16,6 17,5 17,6 18,1 18,5 18,3 17,9 17,8 18,6 Países Bajos 24,7 24,8 25,8 26,5 26,4 26,0 27,0 26,7 26,9 Polonia 19,1 20,5 20,7 20,7 19,7 19,2 19,0 17,8 18,2 Portugal 18,7 19,3 21,0 21,7 22,3 23,0 23,1 22,6 23,2 Reino Unido 25,5 25,8 24,9 25,3 25,4 25,8 25,5 22,3 22,7 República Checa 18,9 18,8 19,6 19,5 18,7 18,5 18,0 18,0 18,1 Rumanía 12,7 12,5 13,3 12,8 12,5 13,2 12,4 13,2 14,1 Suecia 29,4 29,7 30,5 31,6 30,9 30,5 29,7 28,5 28,8 Fuente: Eurostat, 2011. En este contexto, España se sitúa en el grupo de los países donde ha crecido ligeramente el gasto en protección social en relación al PIB (2,4 puntos porcentuales), aunque continúa a gran distancia del gasto medio en protección social de la Unión Europea. Hay que destacar que la mayor parte de este crecimiento se debe a la variación del último año, ya que en el año 2007 el gasto en protección social representaba el 20% del PIB, mientras que en el año siguiente 20 aumenta hasta el 22,2%. Si bien, a pesar de este fuerte incremento continúa existiendo una gran diferencia entre España y el conjunto de la Unión (superior a tres puntos porcentuales en el año 2008) y respecto a los países que tienen un mayor gasto en protección social como Francia, Dinamarca o Suecia. Gráfico 11. Gasto social en protección social sobre el PIB sin gasto en desempleo en la Unión Europea (UE-15) y España, 2000-2008 26 24 22 20 18 16 14 2000 2001 2002 2003 2004 UE-15 2005 2006 2007 2008 España Fuente: Eurostat, 2011. Dentro del gasto en protección social se pueden diferenciar diferentes partidas de gasto como desempleo, vejez, asistencia médica, familia e hijos, supervivencia, exclusión social o vivienda. Dado el elevado gasto que se realiza en España a la función de gasto de desempleo, se hace preciso analizar el gasto en protección social excluyendo esta función. Así, a partir de la evolución del gasto en protección social sin desempleo se puede afirmar que este tipo de gasto aumenta en el conjunto de la Unión (UE-15) hasta el año 2006, mientras que se reduce ligeramente en el año 2007 para continuar aumentado a partir de este año, mientras que en el caso de España, se muestra un aumento continuado del gasto en protección social excluyendo el desempleo desde el año 2000, siendo más acusado en el último año (2008). En el análisis de los diferentes pesos del gasto en protección social entre España y el Conjunto de la Unión en relación al PIB, se puede resaltar que entre los años 2000 y 2003 la Unión Europea ha incrementado de forma más acusada su gasto en protección social de modo que la distancia se ha ido aumentando hasta alcanzar los 6,3 puntos (7,3 puntos si se excluye el gasto en desempleo), mientras que a partir de esa fecha se reduce la brecha de gasto hasta los 3,8 puntos (5,4 si se excluye el desempleo) del año 2008. 21 Gráfico 12. Diferencia del gasto de protección social en relación al PIB entre la Unión Europea (UE-15) y España, con y sin gasto en desempleo, 2000-2008 (puntos porcentuales) 8 7 6 5 4 3 2 2000 2001 2002 2003 2004 Con desempleo 2005 2006 2007 2008 Sin desempleo Fuente: Eurostat, 2011. Hay que destacar que la reducción de esta brecha que se ha experimentado en los últimos años se debe en gran parte al importante incremento del gasto en desempleo efectuado en España como consecuencia de la elevada tasa de paro fruto de la crisis económica, más que a un incremento del gasto en el resto de las prestaciones y servicios. El gasto social en protección social en relación al PIB es un buen indicador del esfuerzo realizado por los distintos países en relación a su crecimiento económico. Si bien, es necesario matizar este dato tomando como referencia el gasto social en el conjunto de la Unión Europea y para hacerlo de un modo comparable, debido a las diferentes economías entre unos países y otros es relevante la comparación en términos de gasto por habitante en unidades de paridad de compra (tabla 7). De este modo, España muestra una diferencia de 20 puntos de diferencia respecto al gasto en protección social del conjunto de la UE-15, siendo junto con Portugal de los países que menos esfuerzo en este apartado realizan entre los países de la UE-15. En cambio, otros países como Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Austria o Francia registran un gasto en protección social superior al conjunto de la UE-15 en más de 17 puntos porcentuales. En síntesis, los datos permiten constatar que España ha realizado un esfuerzo importante en gasto de protección social, especialmente en el último año como consecuencia de la crisis económica, si bien continúa existiendo un déficit respecto al gasto realizado por el conjunto de la Unión. En este sentido, hay que destacar que los países con un nivel de gasto en protección social más elevado han experimentado una cierta desaceleración del crecimiento del gasto social, concretamente algunos países como Suecia o Alemania muestran una reducción del gasto. 22 Tabla 7. Gasto social en protección social por habitante (considerado en unidades de paridad de compra) en los países de la Unión Europea respecto de la UE (UE-15=100) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 85,5 85,8 86,2 86,6 86,8 86,9 87,2 87,6 88,0 UE-15 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Alemania 113,0 111,5 111,7 113,0 111,2 111,3 108,4 109,2 106,7 Austria 122,1 117,7 119,5 120,3 120,1 116,1 116,6 118,0 118,0 Bélgica 105,7 106,2 111,3 112,7 112,3 112,6 114,5 104,2 106,8 22,3 Bulgaria 9,6 9,5 10,6 10,6 10,9 17,7 17,8 19,4 43,6 45,0 47,6 52,7 53,2 54,5 55,2 58,9 60,4 Dinamarca 124,4 122,1 123,7 122,9 124,7 121,1 119,4 120,3 120,9 Eslovaquia 31,8 32,4 33,4 32,2 31,5 31,9 33,7 36,9 39,0 Chipre Eslovenia 63,5 64,1 65,5 63,9 65,7 65,6 65,7 65,1 66,8 España 65,1 64,5 66,8 67,2 68,0 69,4 71,9 76,2 79,4 Estonia 20,8 20,0 20,9 22,3 24,5 25,4 26,7 30,0 35,0 Finlandia 96,0 94,0 95,5 95,7 99,9 98,5 98,7 102,7 104,0 Francia 107,7 108,1 110,4 107,1 107,5 108,8 107,7 111,2 109,9 Grecia 64,5 68,7 70,4 69,5 71,4 73,0 75,1 78,1 81,3 Hungría 35,8 37,3 41,0 43,2 42,7 45,2 46,9 48,5 50,3 Irlanda 58,5 63,2 73,6 77,0 79,4 80,5 83,9 92,2 97,7 Italia 93,7 95,0 91,2 90,9 89,1 88,6 90,1 93,4 93,9 Letonia 18,5 18,4 18,8 18,9 19,0 19,7 21,4 21,6 24,6 Lituania 20,3 20,0 20,2 21,3 21,9 22,7 24,3 29,5 33,9 155,7 161,2 169,8 177,6 184,2 180,3 182,9 184,7 191,8 Luxemburgo Malta Países Bajos 47,9 45,8 46,7 46,8 47,4 47,5 46,9 48,4 49,9 111,9 111,4 115,1 113,1 113,7 113,2 119,7 125,4 125,3 Polonia 31,0 32,8 33,4 33,4 33,2 32,9 33,3 34,2 35,9 Portugal 51,0 52,0 55,9 56,6 57,2 60,7 61,5 62,6 63,3 102,3 104,2 100,4 101,6 104,5 104,7 104,1 92,5 91,8 Reino Unido República Checa Rumanía Suecia 43,6 44,4 46,0 47,3 46,6 46,8 46,9 51,0 50,7 11,2 11,9 13,1 13,2 14,2 15,4 16,2 19,4 23,5 126,4 122,5 124,6 129,3 130,2 123,8 123,4 126,2 122,9 Fuente: Eurostat, 2011. Esta especial situación de España con respecto al gasto social se aborda con más detenimiento en los apartados posteriores, en los que, más allá del gasto específico en protección social, se incide con particular interés en otras áreas de gasto social (como por ejemplo, en educación), y tomando en consideración la división competencial del Estado que articula la intervención de las distintas Administraciones Públicas (Central, Autonómica y Local, respectivamente). 23 2.2. El gasto social por funciones de gasto en la Unión Europea La evolución del gasto social en la Unión Europea permite destacar además diferencias significativas entre los distintos países, en función de su estructura del gasto, es decir, de las distintas partidas y ámbitos a los que se destinan recursos. El gasto social, de acuerdo con las principales estadísticas europeas (SESPROS), puede subdividirse en ocho grandes capítulos de gasto: enfermedad-asistencia médica, invalidez, vejez, supervivencia, familia-hijos, vivienda y exclusión social. En este apartado, se sintetiza brevemente cuál es la situación de los diferentes países de la Unión respecto a cada una de las funciones de gasto incluidas dentro de las estadísticas europeas oficiales. Vejez Integra las pensiones de todo tipo percibidas a partir de la edad de jubilación, la jubilación anticipada, así como los servicios sociales para personas de más de 65 años. El gasto social destinado a los programas de vejez el conjunto de la Unión ha sido relativamente constante manteniéndose en niveles del 10% en el caso de la UE-27 y UE-15 con ligeras variaciones. En el caso de España esta función de gasto es inferior a la media europea, situándose en valores cercanos del 6,8% o ligeramente inferiores. Hay que destacar que España es uno de los países de la UE15 que tiene un menor gasto en vejez, siendo incluso superada por países de la ampliación con un gasto superior como Polonia, Eslovenia, Hungría, República Checa o Chipre, esta situación contrasta con la situación de tener una de las poblaciones con que muestran un mayor envejecimiento. Tabla 8. Gasto social en vejez en la Unión Europea y España, 2000-2008 (% sobre el PIB) 2000 UE 27 UE-15 Alemania Austria Bélgica Bulgaria Chipre Dinamarca Eslovaquia Eslovenia España Estonia Finlandia Francia Grecia Hungría Irlanda Italia Letonia Lituania Luxemburgo Malta Países Bajos Polonia Portugal Reino Unido Rep. Checa Rumanía Suecia 10,0 10,2 9,5 11,0 8,4 8,0 6,1 10,7 6,0 10,2 6,8 5,9 7,7 10,6 10,6 6,8 2,6 12,5 8,5 6,7 6,9 6,6 9,2 8,5 7,0 11,3 7,3 5,3 10,9 2001 10,0 10,1 9,7 11,2 8,7 7,5 5,9 10,8 6,1 10,4 6,6 5,4 7,9 10,7 11,4 6,9 2,7 12,4 7,6 6,2 5,4 7,3 9,0 9,3 7,4 11,0 7,2 5,4 11,0 2002 10,0 10,1 9,9 11,4 9,1 7,4 6,7 10,9 6,2 10,6 6,6 5,4 8,2 10,6 11,0 7,5 3,6 12,6 7,4 5,9 5,6 7,2 9,3 9,5 8,1 10,4 7,4 5,7 11,2 2003 10,1 10,3 10,1 11,5 9,4 7,2 7,3 11,2 6,1 10,0 6,6 5,4 8,6 10,7 10,8 7,5 3,8 12,9 6,7 5,7 5,7 7,2 9,4 9,7 8,5 10,4 7,2 5,2 11,8 2004 10,1 10,3 10,1 11,5 9,5 7,3 7,4 11,1 6,1 9,9 6,5 5,5 8,6 10,9 10,8 7,4 3,8 12,8 6,1 5,6 5,7 7,3 9,7 9,5 9,0 10,5 6,9 5,4 11,6 2005 10,2 10,4 10,1 11,4 9,8 6,8 7,3 11,0 6,2 9,5 6,5 5,3 8,7 11,0 11,4 7,8 3,7 12,9 5,6 5,4 5,6 7,5 9,7 9,3 9,5 10,8 7,1 5,3 11,6 2006 10,1 10,3 9,8 11,4 10,5 6,6 7,2 10,8 6,1 8,4 6,5 5,3 8,8 11,1 10,4 8,0 3,8 13,0 5,5 5,3 5,4 7,5 9,5 9,4 9,7 10,5 7,0 5,2 11,3 2007 9,6 9,8 9,5 11,3 8,2 6,4 7,2 10,7 5,9 8,2 6,5 5,2 8,6 11,2 10,4 8,3 3,9 13,1 4,8 6,0 5,2 7,5 9,6 8,7 9,7 8,5 7,1 5,5 11,1 2008 9,9 10,1 9,4 11,5 8,7 6,7 7,1 11,1 5,8 8,1 6,8 6,3 8,8 11,5 10,7 8,8 4,5 13,6 5,4 6,4 5,3 7,8 9,5 8,9 10,2 8,8 7,6 6,5 11,5 Fuente: Eurostat, 2011. 24 Entre los países que tienen un mayor gasto en vejez se puede resaltar algunos con una elevado gasto en protección social como Dinamarca, Austria o Francia. Aunque también es destacable un conjunto de países con un gasto en protección social inferior a la media y que registran un gasto en la función de vejez superior a España tal es el caso de Portugal, Grecia o Italia (tabla 8). Enfermedad – Asistencia médica Esta función incluye el gasto realizado para conservar, reponer o mejorar la salud cualquiera que sea el origen de la pérdida de la salud; prestaciones económicas que compensen la pérdida de recursos derivada de la suspensión temporal del trabajo; gastos sanitarios como consecuencia de una invalidez; el gasto sanitario y prestaciones temporales derivadas de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo. El gasto de la media Europa en asistencia médica y enfermedad ha aumentado ligeramente el periodo comprendido entre el año 2000 y el año 2008 hasta alcanzar el 7,5% y el 7,7% del PIB en los casos de la UE-27 y UE-15 respectivamente. Entre los países que muestran un mayor gasto se pueden destacar algunos como Países Bajos, Francia, Irlanda o Alemania. Mientras que Polonia, Chipre, Bulgaria, Letonia o Rumanía destacan entre los países que registran un menor gasto en asistencia médica en relación a su PIB nacional. Tabla 9. Gasto social en Enfermedad y asistencia médica en la Unión Europea y España, 2000-2008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 6,9 7,2 7,3 7,5 7,4 7,5 7,5 7,3 7,5 UE-15 7,1 7,3 7,4 7,6 7,6 7,7 7,7 7,5 7,7 Alemania 8,3 8,4 8,4 8,5 8,1 8,1 8,0 7,9 8,1 Austria 7,1 7,2 7,2 7,2 7,2 7,1 7,0 7,0 7,1 Bélgica 6,0 6,2 6,3 7,4 7,6 7,6 7,4 7,3 7,6 Bulgaria 0,3 0,3 0,7 0,4 0,5 4,2 3,6 3,7 4,4 Chipre 4,0 3,9 4,0 4,7 4,2 4,5 4,6 4,5 4,4 Dinamarca 5,7 5,8 6,0 6,1 6,1 6,1 6,1 6,5 6,7 Eslovaquia 6,5 6,4 6,3 5,7 5,0 4,8 4,7 4,7 5,0 Eslovenia 7,2 7,5 7,5 7,5 7,4 7,3 7,1 6,7 7,1 España 5,8 5,8 6,0 6,2 6,3 6,3 6,3 6,4 6,8 Estonia 4,4 4,1 3,9 3,9 4,0 4,0 3,7 4,1 4,8 Finlandia 5,8 5,9 6,2 6,5 6,6 6,7 6,7 6,5 6,8 Francia 8,0 8,1 8,4 8,6 8,8 8,8 8,7 8,7 8,7 Grecia 6,0 6,1 6,1 6,0 6,1 6,7 6,9 6,7 7,3 Hungría 5,3 5,2 5,6 6,2 6,0 6,4 6,3 5,6 5,6 Irlanda 5,5 6,1 6,4 6,6 6,8 6,9 7,0 7,3 8,5 Italia 6,0 6,3 6,2 6,2 6,5 6,8 6,9 6,6 7,0 Letonia 2,5 2,8 2,8 3,1 3,1 3,3 3,7 3,4 3,7 Lituania 4,6 4,3 4,1 3,9 3,8 3,9 4,1 4,3 4,6 Luxemburgo 4,8 5,2 5,4 5,4 5,5 5,5 5,1 4,9 5,0 Malta 4,9 5,1 4,9 5,3 5,6 5,5 5,2 5,2 5,5 Países Bajos 7,3 7,5 7,9 8,2 8,1 8,0 8,8 8,6 8,8 Polonia 3,8 3,9 4,2 4,1 3,8 3,8 3,8 3,9 4,4 Portugal 6,0 6,0 6,5 6,2 6,8 6,9 6,7 6,4 6,5 Reino Unido 6,5 7,1 7,1 7,6 7,7 8,0 8,0 7,7 7,6 Rep. Checa 6,4 6,5 6,8 6,9 6,6 6,5 6,2 6,1 6,0 Rumanía 3,3 3,4 3,4 3,6 3,3 3,8 3,3 3,5 3,5 Suecia 7,9 8,3 8,7 8,7 8,2 7,9 7,7 7,4 7,5 Fuente: Eurostat, 2011. 25 España se sitúa en un grupo intermedio de países con un gasto inferior al conjunto de la UE (UE-15 y UE27), liderado por países como Suecia, Grecia, Austria, Eslovenia o Italia. España muestra un crecimiento de un punto porcentual en el gasto en asistencia médica durante el periodo analizado, hasta alcanzar 6,8% del PIB. Invalidez En este ámbito se incluyen la protección en situaciones de incapacidad permanente o de una duración prolongada, así como las prestaciones económicas para personas con discapacidad física, psíquica o sensorial. El gasto social del conjunto de la Unión en la función de Invalidez se mantiene constante en cifras cercanas al 2% del PIB a lo largo del periodo comprendido entre los años 2000 y 2008. Entre los países que tienen un gasto más elevado en esta partida cabe destacar el grupo formado por los países nórdicos (Dinamarca, Suecia y Finlandia), Reino Unido, Países Bajos o Luxemburgo, todos ellos con un gasto superior a la media del conjunto de la Unión. Tabla 10. Gasto social en Invalidez en la Unión Europea y España, 20002008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 2,0 2,0 2,0 UE-15 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 2,1 Alemania 2,2 2,2 2,2 2,3 2,2 2,2 2,1 2,0 2,1 Austria 2,7 2,6 2,6 2,6 2,5 2,4 2,3 2,2 2,1 Bélgica 2,3 2,4 2,6 2,0 2,0 2,0 1,9 1,8 1,9 Bulgaria 0,5 0,6 0,6 0,8 0,8 1,2 1,3 1,1 1,2 Chipre 0,5 0,6 0,6 0,7 0,8 0,7 0,7 0,7 0,7 Dinamarca 3,4 3,5 3,7 4,0 4,1 4,2 4,2 4,2 4,4 Eslovaquia 1,4 1,5 1,6 1,6 1,3 1,3 1,3 1,3 1,4 Eslovenia 2,1 2,1 2,0 1,9 1,9 1,9 1,9 1,7 1,6 España 1,6 1,5 1,5 1,5 1,5 1,5 1,5 1,5 1,6 Estonia 0,9 1,1 1,1 1,2 1,2 1,2 1,1 1,1 1,5 Finlandia 3,4 3,3 3,3 3,4 3,4 3,3 3,2 3,1 3,2 Francia 1,6 1,6 1,7 1,7 1,7 1,7 1,8 1,8 1,7 Grecia 1,1 1,2 1,2 1,2 1,1 1,2 1,1 1,2 1,2 Hungría 1,8 1,9 2,0 2,1 2,1 2,1 2,2 2,1 2,1 Irlanda 0,7 0,7 0,8 0,8 0,8 0,9 0,9 1,0 1,1 Italia 1,4 1,4 1,5 1,6 1,5 1,5 1,5 1,5 1,6 Letonia 1,2 1,1 1,1 1,0 1,0 0,9 0,9 0,7 0,9 Lituania 1,3 1,3 1,2 1,3 1,3 1,3 1,4 1,5 1,6 Luxemburgo 2,5 2,9 2,9 2,9 2,9 2,8 2,6 2,3 2,3 Malta 1,0 1,0 1,0 1,1 1,2 1,2 1,1 1,1 1,1 Países Bajos 2,9 2,8 2,9 2,9 2,8 2,5 2,4 2,4 2,4 Polonia 2,7 2,8 2,7 2,5 2,3 2,0 1,9 1,7 1,6 Portugal 2,4 2,4 2,4 2,5 2,3 2,3 2,3 2,3 2,1 Reino Unido República Checa 2,4 2,4 2,4 2,4 2,4 2,3 2,4 2,5 2,5 1,5 1,5 1,5 1,6 1,5 1,4 1,5 1,5 1,5 Rumanía 1,1 1,1 1,1 1,2 1,1 1,1 1,1 1,3 1,4 Suecia 3,9 4,0 4,2 4,4 4,5 4,6 4,4 4,3 4,3 Fuente: Eurostat, 2011. 26 Otro grupo de países formado por Portugal, Austria, Hungría y Alemania tiene un gasto similar al de la media Europa. Mientras que países como Bélgica, Francia, Eslovenia, Lituania, Polonia o España muestran porcentajes de gasto inferiores al conjunto de la Unión. Entre los países con un menor gasto se puede destacar Letonia o Chipre, con gastos inferiores al 1% del PIB en esta partida. El gasto social realizado por España en invalidez se ha mantenido relativamente constante a lo largo del periodo en valores cercanos al 1,6% del PIB, manteniendo la distancia existente respecto al gasto del conjunto de la Unión a lo largo del periodo. Familia e hijos Incluye todas aquellas prestaciones económicas y servicios sociales de ayuda a los hogares, así como las prestaciones de todo tipo por hijo, salvo las educativas. Además en este apartado también se recogen las prestaciones de maternidad. Tabla 11. Gasto social en Familia en la Unión Europea y España, 2000-2008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 2,1 2,1 2,1 2,2 2,1 2,1 2,0 2,0 2,1 UE-15 2,1 2,1 2,2 2,2 2,2 2,1 2,1 2,1 2,1 Alemania 3,2 3,1 3,3 3,3 3,2 3,1 2,9 2,8 2,8 Austria 2,9 2,9 3,0 3,1 3,1 3,0 2,9 2,7 2,8 Bélgica 2,1 2,1 2,1 2,1 2,0 2,0 2,0 2,1 2,1 Bulgaria 0,6 0,5 0,2 0,2 0,0 1,0 1,0 1,2 1,3 Chipre 0,9 1,2 1,3 1,9 2,0 2,1 1,9 1,9 2,1 Dinamarca 3,7 3,8 3,9 4,0 3,9 3,8 3,7 3,7 3,8 Eslovaquia 1,7 1,5 1,5 1,5 1,7 1,7 1,6 1,5 1,5 Eslovenia 2,2 2,1 2,0 2,0 2,0 1,9 1,9 1,7 1,8 España 1,0 0,9 0,9 1,1 1,1 1,2 1,2 1,3 1,5 Estonia 1,6 1,5 1,4 1,2 1,6 1,5 1,5 1,4 1,8 Finlandia 3,0 2,9 2,9 3,0 3,0 3,0 3,0 2,9 3,0 Francia 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,4 2,5 Grecia 1,7 1,6 1,6 1,7 1,6 1,5 1,5 1,5 1,6 Hungría 2,5 2,4 2,5 2,7 2,5 2,5 2,8 2,8 2,8 Irlanda 1,8 2,1 2,4 2,5 2,5 2,5 2,5 2,6 3,1 Italia 0,9 1,0 1,0 1,1 1,1 1,1 1,2 1,2 1,3 Letonia 1,5 1,4 1,4 1,4 1,3 1,3 1,2 1,2 1,4 Lituania 1,3 1,2 1,1 1,0 1,1 1,2 1,1 1,2 1,9 Luxemburgo 3,1 3,3 3,5 3,8 3,8 3,6 3,4 3,1 3,9 Malta 1,6 1,4 1,3 1,3 1,3 1,2 1,1 1,1 1,3 Países Bajos 1,1 1,1 1,2 1,3 1,3 1,3 1,5 1,6 1,8 Polonia 1,0 1,0 1,0 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 0,7 Portugal 1,0 1,1 1,4 1,4 1,2 1,2 1,2 1,2 1,3 Reino Unido República Checa 1,8 1,7 1,7 1,8 1,7 1,6 1,5 1,6 1,7 1,6 1,5 1,6 1,5 1,6 1,4 1,4 1,7 1,5 Rumanía 1,5 1,5 1,7 1,4 1,6 1,8 1,8 1,7 1,5 Suecia 2,6 2,8 2,8 2,9 2,9 2,9 3,0 2,9 3,0 Fuente: Eurostat, 2011. 27 El gasto social en familia por parte del conjunto de la Unión Europea ha mantenido relativamente estable entre los años 2000 y 2008 en valores cercanos al 2,1% del PIB con ligeras variaciones. Ente los países con un mayor gasto social en esta partida se pueden destacar Luxemburgo, Dinamarca, Irlanda, Suecia, Finlandia, Hungría, Austria, Alemania o Francia, todos ellos con un porcentaje de gasto superior al del conjunto de la Unión. Por su parte, Bélgica y Chipre registran porcentajes de gasto en línea con los efectuados por la media Europea. Mientras que Lituania, Estonia, Países Bajos, Eslovenia, Reino Unido y Grecia forman un grupo de países con un porcentaje intermedio de gasto. Entre los países con un menor gasto se puede resaltar a Polonia con un porcentaje de gasto del 0,7% o Portugal, Malta e Italia con un porcentaje de del 1,3%. España se sitúa a cierta distancia de la media europea, por detrás del grupo de países con un gasto intermedio, registrándose un gasto del 1,5%, con un déficit de 0,6 puntos respecto a la media del conjunto de la Unión. Supervivencia En este apartado se incluyen las prestaciones derivadas del fallecimiento de un cónyuge o pariente próximo, viudedad u orfandad, hasta la edad de 65 años. Frente a otras materias, España es uno de los países que más recursos destina a la supervivencia. El gasto social en Supervivencia del conjunto de la Unión ha diminuido ligeramente entre los años 2000 y 2008 pasando de un porcentaje del 1,8% en el año 2000 a un volumen del 1,6 en el año 2008. Entre los países que tienen un mayor volumen relativo de gasto se pueden destacar Italia, Bélgica, Grecia, Alemania, Polonia o España con un porcentaje de gasto superior o igual al 2%. Otro grupo, el de los países que tienen un gasto similar al del conjunto de la Unión, está formado por países como Luxemburgo, Malta, Portugal o Eslovenia. Entre los países con un menor gasto en la función de supervivencia se puede destacar Lituania, Letonia, Reino Unido, Estonia o Dinamarca. España tiene en esta función un gasto relativo superior al del conjunto de la Unión en 0,4 puntos porcentuales. Por otra parte, se puede destacar que este gasto se ha mantenido de forma relativamente estable a lo largo del periodo, siguiendo una tendencia diferente a la mostrada por la media europea que ha seguido una tendencia ligeramente descendente. 28 Tabla 12. Gasto social en Supervivencia en la Unión Europea y España, 2000-2008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 1,8 1,8 1,8 1,8 1,8 1,7 1,7 1,5 1,6 UE-15 1,8 1,8 1,8 1,8 1,8 1,8 1,8 1,6 1,6 Alemania 2,5 2,4 2,4 2,4 2,3 2,3 2,2 2,1 2,0 Austria 2,3 2,3 2,2 2,2 2,2 2,1 2,0 2,0 1,9 Bélgica 2,6 2,7 2,8 2,9 2,7 2,8 2,9 2,0 2,1 Bulgaria 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,6 0,7 Chipre 1,0 1,0 1,2 1,1 1,1 1,1 1,1 1,1 1,1 Dinamarca 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Eslovaquia 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,8 Eslovenia 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 1,7 1,5 1,6 España 2,1 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 1,9 2,0 Estonia 0,3 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 Finlandia 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 0,9 0,9 0,9 0,9 Francia 1,6 1,6 1,9 1,9 1,9 1,9 2,0 1,9 1,9 Grecia 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 1,9 2,0 2,1 Hungría 1,1 1,1 1,1 1,1 1,2 1,3 1,3 1,3 1,3 Irlanda 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,9 Italia 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,5 2,4 2,5 Letonia 0,5 0,4 0,4 0,3 0,3 0,3 0,3 0,2 0,2 Lituania 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 Luxemburgo 0,6 2,3 2,3 2,4 2,3 2,2 2,0 1,9 1,8 Malta 1,8 1,9 1,8 1,9 1,9 1,9 1,8 1,8 1,8 Países Bajos 1,3 1,4 1,4 1,4 1,4 1,4 1,4 1,2 1,2 Polonia 2,1 2,3 2,3 2,3 2,2 2,1 2,1 2,0 2,0 Portugal 1,3 1,4 1,4 1,5 1,6 1,5 1,6 1,6 1,7 Reino Unido República Checa 1,1 1,0 0,9 0,9 0,8 0,9 0,8 0,2 0,2 0,9 0,9 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 0,8 0,7 Rumanía 0,5 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,5 0,6 Suecia 0,7 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 0,6 0,6 0,6 Fuente: Eurostat, 2011. Desempleo Integra el conjunto de prestaciones económicas por la pérdida del empleo, así como los recursos destinados a las políticas activas de fomento del empleo. Ésta es una función que ha disminuido ligeramente su peso relativo en relación al PIB en el conjunto de la Unión, pasando de 1,5% al 1,3% del PIB en el caso de la UE-27 y del 1,6% al 1,4% del PIB en la UE-15, entre 200 y 2008. Éste es un ámbito en el que España registra un mayor gasto que la media europea: se destina el 2,4% del PIB, siendo la media europea del 1,3%. Entre los países con un mayor gasto relativo se puede destacar Bélgica, España, Finlandia, Irlanda o Francia. Por otra parte hay un grupo de países con un volumen de gasto similar al conjunto de la UE, en el que destacan Alemania, Dinamarca, Austria o Grecia. Entre los países con un menor gasto relativo en desempleo se pueden resaltar países como Eslovenia, Lituania, Polonia, Bulgaria, Estonia o Rumanía, con un gasto relativo inferior al 0,5% del PIB nacional. 29 Por su parte, España es el segundo país de la UE que dedica un mayor volumen relativo de PIB al gasto en desempleo, por detrás de Bélgica. Hay que resaltar que este gasto ha ido aumentando de forma progresiva entre los años 2000 y 2005, y aunque se redujo ligeramente en los años 2006 y 2007 hasta alcanzar un volumen del 2,4, en el último año ha aumentado rápidamente esta función de gasto hasta alcanzar el 3% del PIB en el año 2008 como consecuencia de la crisis económica y la fuerte destrucción de empleo. Tabla 13. Gasto social en Desempleo en la Unión Europea y España, 20002008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 1,5 1,5 1,6 1,7 1,6 1,6 1,4 1,3 1,3 UE-15 1,6 1,6 1,6 1,7 1,7 1,6 1,5 1,3 1,4 Alemania 2,1 2,1 2,2 2,3 2,2 2,1 1,8 1,5 1,4 Austria 1,3 1,4 1,5 1,7 1,7 1,6 1,6 1,4 1,4 Bélgica 2,9 2,9 3,2 3,4 3,5 3,5 3,4 3,3 3,3 Bulgaria 0,0 0,0 0,5 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 Chipre 1,1 1,0 0,9 0,8 1,0 1,1 1,1 0,9 0,8 Dinamarca 3,0 2,8 2,7 3,0 2,8 2,5 2,1 1,6 1,4 Eslovaquia 0,9 0,7 0,8 1,0 1,0 0,5 0,5 0,6 0,6 Eslovenia 1,0 0,9 0,8 0,7 0,7 0,7 0,6 0,4 0,4 España 2,3 2,4 2,5 2,5 2,5 2,5 2,4 2,4 3,0 Estonia 0,2 0,2 0,1 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,3 Finlandia 2,6 2,4 2,4 2,5 2,5 2,4 2,2 1,9 1,8 Francia 2,0 2,0 2,2 2,3 2,3 2,2 1,9 1,8 1,7 Grecia 1,4 1,4 1,5 1,3 1,4 1,2 1,1 1,1 1,3 Hungría 0,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,7 0,8 0,8 Irlanda 1,3 1,2 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,4 1,8 Italia 0,4 0,4 0,4 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 Letonia 0,7 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,4 0,5 Lituania 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4 0,4 0,4 0,4 Luxemburgo 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 1,1 1,0 0,9 0,9 Malta 0,4 0,4 0,9 0,7 0,7 0,6 0,6 0,5 0,5 Países Bajos 1,3 1,2 1,4 1,6 1,6 1,6 1,4 1,1 1,0 Polonia 0,9 0,9 0,9 0,8 0,7 0,6 0,6 0,4 0,4 Portugal 0,7 0,7 0,8 1,2 1,3 1,3 1,3 1,1 1,0 Reino Unido República Checa 0,8 0,9 0,7 0,7 0,7 0,7 0,6 0,5 0,6 0,7 0,6 0,7 0,8 0,7 0,7 0,6 0,6 0,6 Rumanía 1,0 0,6 0,5 0,6 0,5 0,4 0,3 0,3 0,2 Suecia 2,1 1,8 1,8 1,8 1,9 1,8 1,6 1,1 0,9 Fuente: Eurostat, 2011. Exclusión social En este apartado se agrupan todas aquellas prestaciones económicas y de servicios sociales destinados a la lucha contra la exclusión social, siempre que no estén incluidos dentro de alguno de los apartados mencionados anteriormente. El gasto social orientado a la lucha contra la exclusión social se mantiene constante (0,3% del PIB) durante el periodo analizado en el conjunto de la Unión ampliada, si bien en la UE-15 aumenta ligeramente durante los dos últimos años (2007 y 2008) hasta alcanzar un volumen relativo del 0,4% del PIB. Entre los países que tienen un mayor gasto en exclusión social destacan Países Bajos, Chipre Dinamarca y Bélgica. Si bien, la mayor parte de los países muestra un gasto relativo similar al del 30 conjunto de la Unión. Por otro lado, destacan Lituania, Reino Unido, Alemania, Polonia, República Checa, Hungría, Letonia, Estonia e Italia entre los países en el que el gasto en Exclusión social. Por su parte España muestra una convergencia con la media europea en el volumen relativo de gasto en exclusión social durante el periodo analizado, pasando de un volumen de gasto del 0,1% del PIB en el año 2000 a un porcentaje del 0,3% en el año 2008. Tabla 14. Gasto social en Exclusión social en la Unión Europea y España, 2000-2008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 UE-15 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4 0,4 Alemania 0,2 0,1 0,1 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 Austria 0,2 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 Bélgica 0,4 0,4 0,5 0,5 0,4 0,4 0,5 0,7 0,7 Bulgaria 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,4 0,3 0,3 0,3 Chipre 0,6 0,6 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,9 1,1 Dinamarca 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 0,8 0,7 0,8 Eslovaquia 1,2 1,2 1,1 0,8 0,5 0,5 0,6 0,5 0,4 Eslovenia 0,4 0,4 0,5 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,4 España 0,1 0,1 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,3 0,3 Estonia 0,3 0,3 0,3 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 Finlandia 0,5 0,5 0,5 0,6 0,5 0,5 0,6 0,5 0,6 Francia 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,5 0,5 0,4 0,4 Grecia 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,5 Hungría 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 Irlanda 0,3 0,3 0,3 0,4 0,4 0,3 0,3 0,4 0,4 Italia 0,0 0,0 0,1 0,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 Letonia 0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 Lituania 0,5 0,5 0,5 0,4 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 Luxemburgo 0,2 0,5 0,4 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 Malta 0,2 0,2 0,2 0,2 0,3 0,3 0,3 0,4 0,4 Países Bajos 1,3 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 1,7 1,7 1,8 Polonia 0,1 0,1 0,2 0,2 0,2 0,4 0,2 0,2 0,2 Portugal 0,3 0,2 0,3 0,3 0,2 0,2 0,3 0,3 0,3 Reino Unido República Checa 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,5 0,5 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,2 0,2 Rumanía 0,1 0,1 0,3 0,2 0,2 0,3 0,3 0,4 0,3 Suecia 0,7 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 Fuente: Eurostat, 2011. Vivienda Finalmente, existen también prestaciones y ayudas relacionadas con la vivienda, que por lo general comprenden aquellas ayudas para hacer frente a los costes de alojamiento siempre que sean por escasez de recursos del beneficiario, quedando excluidas las transferencias de capital, así como las destinadas a la inversión. La media europea del gasto relativo en vivienda en función del PIB se ha mantenido constante durante el periodo analizado (200-2008). Hay que resaltar que el peso relativo de este tipo de ayudas es bastante reducido en el conjunto de a UE y en los diferentes países de la Unión, a excepción del Reino Unido, donde este tipo de ayudas ha tenido un mayor desarrollo. La media europea se sitúa en valores de 0,5% del PIB en el caso de la UE-15 y del 0,6% para la U/E-27. 31 Entre los países que tienen un mayor gasto en esta función se pueden destacar Reino Unido, Chipre, Francia Hungría o Dinamarca. En España por su parte, este gasto también se ha mantenido constante en un volumen relativo del 0,2% respecto al PIB durante el periodo analizado, por lo que el se puede concluir que este tipo de ayudas relacionadas con la vivienda no ha tenido un gran desarrollo en España cuando hasta la crisis económica el sector de la construcción ha sido uno de los sectores más dinámicos de la economía. Tabla 15. Gasto social en Vivienda en la Unión Europea y España, 20002008 (% sobre el PIB) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 UE 27 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,5 0,5 UE-15 0,6 0,6 0,6 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 Alemania 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4 0,6 0,6 0,6 0,6 Austria 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 Bélgica 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 Bulgaria 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Chipre 0,5 0,5 0,5 0,6 0,4 0,4 0,5 0,6 0,8 Dinamarca 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 Eslovaquia 0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 Eslovenia 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 España 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 Estonia 0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Finlandia 0,4 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,2 0,4 Francia 0,9 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 Grecia 0,7 0,7 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 Hungría 0,6 0,5 0,5 0,5 0,4 0,5 0,5 0,9 0,7 Irlanda 0,3 0,3 0,4 0,4 0,4 0,3 0,3 0,3 0,4 Italia 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Letonia 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 Lituania 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Luxemburgo 0,1 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,1 0,2 Malta 0,2 0,1 0,2 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 Países Bajos 0,4 0,3 0,4 0,3 0,3 0,3 0,4 0,4 0,4 Polonia 0,2 0,2 0,0 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 Portugal 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Reino Unido 1,4 1,4 1,5 1,4 1,4 1,4 1,4 1,2 1,2 Rep. Checa 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 Rumanía 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Suecia 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 Fuente: Eurostat, 2011. En síntesis, los datos permiten constatar que España muestra un significativo déficit en los niveles de gasto social agregado, reflejando además notables diferencias con respecto a las distintas funciones del gasto (con un mayor esfuerzo en áreas como la vejez, sanidad o infancia; y un mayor nivel de gasto relativo en la cobertura de desempleo y supervivencia). Aunque no se disponen de los datos más recientes, es previsible que estas diferencias hayan cambiado como consecuencia de las medidas desarrolladas por los distintos países. En algunos casos, que serán los menos –como la función de desempleo-, se verá incrementado y en otros sin embargo se producirá una significativa reducción del gasto social (con un mayor impacto en unas áreas que en otras), como resultado de las políticas de ajuste presupuestario y recorte del gasto público que se están llevando a cabo en la mayor parte de los países europeos. 32 3. LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y EL GASTO SOCIAL EN ESPAÑA Las políticas públicas de carácter social tienen como principal objetivo garantizar a los ciudadanos un cierto nivel de bienestar social, que son acordados políticamente y que, por tanto, no son inalterables sino que pueden ser modificados a lo largo del tiempo. Y es largo el recorrido que han seguido los países desarrollados en la configuración de la estructura institucional que articulan este tipo de políticas, que tratan de garantizar los derechos sociales a toda la ciudadanía, estableciendo los mecanismos y recursos necesarios para tal fin. El conjunto de recursos que las Administraciones Públicas destinan a las políticas públicas de bienestar social constituyen lo que denominamos como gasto social y que es el principal indicador del esfuerzo que realiza el Estado en materia social. Las políticas públicas que orientan este tipo de intervención deben sostenidas por una adecuada política fiscal así como por una delimitación clara de los bienes y servicios a los que se destinan dichos recursos. Se persigue por tanto, hacer frente a las desigualdades generadas por el mercado, permitiendo el ejercicio de los derechos ciudadanos fundamentales como la educación, la sanidad, la protección social o la atención a la dependencia. 3.1. La pobreza en España Rescatando lo apuntado en el primer capítulo, España ocupa uno de los primeros puestos de la UE en pobreza monetaria, que afectaba en 2009 al 19,5% de la población (solo superada por los Estados Bálticos, Rumania y Grecia). Esta situación afecta de manera más acusada a determinados colectivos que reúnen ciertas condiciones de vulnerabilidad, similares en los países de la UE. Sin embargo, se pueden apuntar algunos elementos peculiares del caso español (CES, 2011). En primer lugar, los datos arrojan una mayor vulnerabilidad de las personas mayores, dibujando de esta manera un escenario de protección social escasa respecto a otros países. En segundo lugar, la población infantil y la de mayor edad presentan las tasas de pobreza por encima de la media comunitaria. En tercer lugar, otro elemento de gran importancia, es la elevada tasa de pobreza entre la población ocupada, hecho que hace patente la precariedad de las condiciones laborales del mercado de trabajo español. Por último, es remarcable que, en España, se observa una menor relación entre el desempleo y las situaciones de pobreza y exclusión que en otros países, lo que evidencia una mejor cobertura de los sistemas de protección social. Los últimos datos disponibles de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE) sobre pobreza presentan una situación preocupante. Con la crisis, entre 2009 y 2010, el porcentaje de personas cuyos ingresos son inferiores al 60% de la mediana ha crecido en más de un punto en un solo año, y cabe esperar que esta cifra (20,8%) se haya incrementado en los últimos meses. Este aumento de la pobreza se ve acompañado por un aumento de los niveles de desigualdad, que ya creció entre 2007 y 2009 de manera pronunciada. Resulta imprescindible tomar en consideración otras cifras, como la que hace referencia a la privación material, que se expresa en las dificultades para hacer frente a gastos diversos, especialmente gastos imprevistos. El aumento generalizado de personas en esta situación supone una vulnerabilidad creciente en un mayor número de hogares. Aunque esta realidad afecta en mayor medida a las personas en riesgo de pobreza y exclusión, como es lógico, parece que la escasez de recursos está afectando también, aunque en menor media, a la población que no se encuentra en situación de pobreza. 33 Gráfico 13. Evolución de la tasa de riesgo de pobreza en España en base a la ECV, 2004-2010. 30 28 26 24 22 19,9 20 19,7 19,9 19,7 19,6 19,5 20,8* 18 16 14 12 10 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 *Dato provisional. Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida. INE, 2011. El panorama de creciente pobreza y privación de recursos tiene como factor principal el aumento del desempleo en estos años de crisis. Entre 2007 y 2010, el número de hogares cuyo sustentador principal se encuentra en paro aumentó por encima de un millón, cifra que sigue aumentando. El Plan Nacional de Reformas de 2011 contempla una serie de medidas cuyos objetivos son: incrementar la renta de los hogares con miembros en edad de trabajar, a través de medidas de fomento del empleo y su calidad, promover la inclusión activa, con medidas educativas, de igualdad de oportunidades y de mejora de las prestaciones sociales; reducir el riesgo de pobreza de colectivos vulnerables y garantizar el acceso a la vivienda digna. Tal como se ha adelantado, los mecanismos de protección social han supuesto un colchón que ha mitigado los efectos de la crisis, pero, como bien apunta el Consejo Económico y Social de España3, queda por conocer los efectos del agotamiento del las prestaciones por desempleo, la supresión de las ayudas de choque creadas en los últimos años y, sobre todo, los recortes económicos en las Comunidades Autónomas y corporaciones locales, que detentan buena parte de las competencias en protección social. El papel de las administraciones públicas es por tanto, crucial para asegurar el buen funcionamiento y cobertura de estos mecanismos, no solo para mitigar los efectos de la crisis, sino para asegurar una recuperación económica. Los recursos destinados a ello representan el esfuerzo que las Administraciones Públicas realizan para asegurar una superación de la crisis económica que apueste por la cohesión social. 3 CES, 2011. 34 3.2. Evolución del gasto social en España El análisis de los recursos destinados a las políticas sociales no ha sido tarea sencilla debido a un importante déficit de información al respecto, carencia que puede atribuirse a diversas razones. Por un lado, los sucesivos procesos de transferencias de competencia en materia de bienestar social a las Comunidades Autónomas y Entidades Locales (sanidad, educación, servicios sociales, principalmente), agravó la precedente situación de significativa falta de datos y estadísticas fiables sobre protección social. De esta manera, se complica aún más el desarrollo del trabajo de elaboración, actualización y mantenimiento de los datos (como por ejemplo, el tratamiento de series históricas de más de una década). Esta nueva situación de descentralización administrativa y la gestión de sus competencias hubieran exigido la puesta en práctica de unos instrumentos de cooperación técnica entre las tres Administraciones Públicas (General del Estado, Autonomías y Corporaciones Locales), para garantizar la realización de sistemas estadísticos integrados. En este sentido, ha existido una cierta dejación de competencias en materia estadística tanto por parte de la Administración General de Estado con respecto a la protección social, así como la opacidad de las Administraciones Autonómicas en su respectivos ámbitos (Maravall, 2003). Algunos de los indicadores básicos de protección social en materia de salud, servicios sociales o exclusión social son, en consecuencia, muy deficientes en el ámbito estatal y en algunos casos en el autonómico, dado que, bien no se contabilizan los recursos, bien se solapan y se contabilizan doblemente ante la situación de financiación compartida. En todo caso hay, hay que reconocer que se han realizado actuaciones para corregir estos problemas, como por ejemplo, la modificación del seguimiento de los gastos en el sistema de financiación del Sistema Nacional de Salud y de los Servicios Sociales de la Seguridad Social en 2002. En este contexto, la evolución del gasto social en España ha tenido, sin lugar a dudas, varias particularidades que merece la pena destacar. En primer lugar, hay que decir que el crecimiento del gasto social se ha producido de forma más intensa y concentrada que en otros países de la Unión Europea, donde ya existía un mayor desarrollo y consolidación del Estado de Bienestar. Desde mediados de la década de los 70 y comienzos de los 80 se produjo un fuerte crecimiento del gasto social: entre 1975 y 1984 el gasto social en relación al PIB aumentó del 16% al 23% (González, 1998). En este periodo, el gasto en pensiones fue la partida más importante de las prestaciones sociales y el gasto social, con un aumento acelerado, sobre todo hasta los años 80, experimentándose también un crecimiento significativo en desempleo. El gasto en sanidad y educación fueron asimismo dos de las partidas más importantes del gasto social de este periodo. Precisamente este incremento del gasto social tuvo un papel relevante como elemento de legitimación de la democracia, la confianza en el Estado y la necesidad de la cobertura de las graves carencias sociales existentes. En las dos últimas décadas, se pueden distinguir tres etapas en la evolución del gasto social en España (considerando el gasto en protección social y educación): • Una primera etapa (1993-2000) en la que se produce una significativa disminución del gasto social en relación al PIB. Un periodo en el que el gasto social en España registró una reducción de 4 puntos porcentuales, debido sobre todo al fuerte crecimiento del PIB. Con ello, en el año 2000 el gasto social representó el 24% del PIB. 35 • Una segunda etapa (2001-2007), en la que el gasto social recupera su peso en relación al PIB, aunque, si bien es cierto, lejos de los niveles registrados a comienzos del periodo anterior. • Una tercera etapa, que se abre con la crisis en 2008, cuando se comienzan a destruir empleos y aumenta el gasto social fruto del aumento de prestaciones por desempleo. Gráfico 14. Evolución del gasto social en relación al PIB en España, 19922007 (%)* 29,0 10 28,0 8 6 27,0 4 26,0 2 25,0 0 24,0 -2 23,0 -4 22,0 -6 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Gasto social s./ PIB Crec. Interanual (%) Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat (SEEPROS) y Ministerio de Educación, 2011. *El gasto social incluye el gasto en protección social y el gasto en educación. Por tanto, es posible apreciar por un lado, que la evolución del gasto social registrado en España no se ha correspondido con el crecimiento económico experimentado a lo largo de las últimas décadas. A pesar de realizarse un importante esfuerzo, los sucesivos incrementos del gasto social no se han traducido en un mayor peso sobre el PIB, que ha crecido con un ritmo considerablemente mayor. Desde comienzos de la década de 2000, el gasto social en relación al PIB registra niveles similares (25%), aunque con ligeros incrementos. Por otro lado, se puede observar en el gráfico que la evolución del gasto social no se corresponde (necesariamente) con la tendencia propia del ciclo económico. El crecimiento del gasto social en la década de los 80 se produjo sobre la base de la demanda de cobertura de necesidades sociales (como por ejemplo, el desempleo), aunque no puede explicarse únicamente por dichos factores. En este sentido, es importante recordar que el incremento del gasto social a partir de la segunda mitad de los 80 no responde a las exigencias de la crisis económica, como sucedía en etapas anteriores. “Son más bien razones de tipo social y político las que explican este aumento”. Se puede atribuir por lo tanto a una política social basada en “la necesidad de redistribuir la renta y garantizar a todos los ciudadanos un determinado nivel de bienestar social y la confianza en la 36 acción pública como el mejor instrumento para alcanzar estas metas” (González, 1998). Es imprescindible reconocer que en España se han ido produciendo una serie de cambios económicos y demográficos (crecimiento de las urbes, envejecimiento de la población, inmigración, etc. protagonizados por la incorporación de las mujeres al mercado laboral) que han dibujado un nuevo escenario de necesidades y respuestas sociales. Por un lado, la redistribución del tiempo de trabajo de las mujeres ha hecho afluir a la esfera pública las responsabilidades sociales que éstas detentaban en el ámbito reproductivo. Por otro, el desarrollo de un crecimiento económico basado en un sistema productivo y una organización social que demandaban mano de obra poco cualificada y barata, donde mujeres, jóvenes e inmigrantes se han insertado como colectivos vulnerables dentro de un mercado segmentado. Fruto de procesos como éstos, se han planteado nuevas necesidades que requieren mayor intervención por parte del Estado en aras de la igualdad y la justicia social, y por tanto, un mayor esfuerzo en gasto social. Sin embargo, el crecimiento del gasto social en España ha sido significativamente inferior al que cabría esperar para hacer frente a esta realidad cambiante (el gasto social en los últimos 10 años se ha mantenido en un 25% sobre el PIB), de manera que se pone de relieve el importante déficit existente en España en relación a la cobertura de necesidades sociales. En suma, se constata que el nivel gasto social en España durante los últimos 15 años ha sido similar (o en muchos casos inferior) al crecimiento económico, registrándose un aumento del gasto social significativamente inferior a incremento del PIB, con lo que se mantiene –en términos comparativos- el nivel de esfuerzo del Estado con respecto a las políticas de bienestar y a la cobertura de las necesidades sociales que sin embargo han afluido. A esto cabe añadir que el gasto social en España no ha estado marcado por el hecho de que produjera una fuerte reducción del nivel de recaudación del Estado. Frente a lo que se pueda plantear, los últimos datos disponibles ponen de manifiesto que los impuestos recaudados (ya sean directos o indirectos) han aumentado su peso en relación a la riqueza generada a lo largo de las últimas décadas. En términos agregados, entre 1995 y 2007 los impuestos recaudados en España registraron un incremento de 7,5 puntos porcentuales, llegando a representar el 37% del PIB. A pesar de este mayor esfuerzo, España seguía mostrando una menor presión fiscal que el resto de países de la Unión Europea (UE-15), donde los impuestos recaudados suponían el 41% del PIB. 37 Gráfico 15. Gasto social en España e impuestos recaudados en España y la Unión europea (% s. PIB), 1995-2007 45,0 40,0 35,0 30,0 25,0 20,0 1995 1996 1997 1998 Gasto social España 1999 2000 2001 2002 2003 Impuestos recaudados España 2004 2005 2006 2007 2008 Impuestos recaudados UE-15 Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat y Ministerio de Educación, 2010. *El gasto social incluye el gasto en protección social y el gasto en educación. En 2008, la crisis económica presenta un nuevo panorama, en el que se produce un retroceso de 4 puntos de la recaudación impositiva en España (frente al leve decrecimiento de 0,3 puntos de la UE-15). Paralelamente, tal como se ha adelantado, el gasto social crecía en 2 puntos consecuencia del creciente desempleo. Finalmente, en este breve recorrido de la evolución del gasto social en España hay que tener en cuenta otro de los aspectos que han tenido (y sigue teniendo) una incidencia crucial en el desarrollo y expansión del gasto social: la creciente descentralización de este tipo de gasto público, derivada de la transferencia de competencias desde la Administración Central del Estado a las Comunidades Autónomas. De forma sintética, puede afirmarse que el gasto presupuestado por las Comunidades Autónomas, en su mayor parte, se financia con los recursos que acompañan a los servicios transferidos, siendo el resto sostenido por los recursos propios de las Comunidades Autónomas. Este proceso de descentralización cobra una especial intensidad a partir de mediados de los años 80, momento en el que comienzan a transferirse de forma intensa las competencias de la Administración Central hacia las Comunidades Autónomas (como por ejemplo, la educación o la sanidad), así como a las Entidades Locales, que asumen también parte del gasto social (como por ejemplo los servicios sociales). Desde ese momento, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales han visto incrementado de forma progresiva sus niveles de gasto social. Los últimos datos disponibles permiten poner de manifiesto que en 2008 las Administraciones Autonómicas realizaron un gasto social de 115 mil millones de euros, lo que supone el 10,5% del PIB del conjunto de las Comunidades Autónomas. 38 En términos generales, se puede afirmar que el nivel de gasto de las Comunidades Autónomas ofrece significativas diferencias en relación al esfuerzo que realizan las distintas Administraciones Autonómicas, pudiéndose distinguir varios grupos diferenciados: • Extremadura (18%) y Castilla La-Mancha (16%) son las Comunidades Autónomas que más gasto destinan a las políticas de bienestar social en relación al PIB regional. • En un segundo grupo, se sitúan las regiones con un nivel de gasto social en relación al PIB ligeramente superior a la media nacional (10,7%), como son: Andalucía, Asturias, Castilla y León, Canarias, Cantabria, Galicia, Murcia y Navarra. Tabla 16. Gasto social de las Administraciones Autonómicas y la Locales por Comunidad Autónoma (en millones de euros, % del PIB y euros per cápita), 2008 Millones de euros Adm. Adm. Autonómica Local Andalucía % s. PIB de la CCAA Adm. Adm. Autonómica Local Euros per cápita Adm. Adm. Autonómica Local 20.942,81 1.755,69 14,06 1,18 2.553,3 214,1 Aragón 3.342,43 314,88 9,81 0,92 2.518,9 237,3 Asturias 2.863,52 183,81 12,06 0,77 2.651,1 170,2 Baleares 2.280,73 371,15 8,39 1,36 2.125,9 345,9 Castilla y León 6.629,49 560,80 11,40 0,96 2.592,3 219,3 Castilla La-Mancha 5.777,95 576,24 15,68 1,56 2.828,0 282,0 10.877,01 1.065,50 10,28 1,01 2.162,6 211,8 Canarias 4.983,22 761,09 11,61 1,77 2.400,4 366,6 Cantabria 1.549,90 93,90 11,16 0,68 2.662,4 161,3 Cataluña 18.121,31 2.088,60 8,94 1,03 2.460,8 283,6 36,67 3.307,74 46,75 238,42 2,25 18,20 2,87 1,31 473,8 3.013,2 604,1 217,2 C. Valenciana Ceuta Extremadura Galicia 7.204,83 476,16 12,82 0,85 2.587,8 171,0 Madrid 13.710,57 1.351,00 7,10 0,70 2.186,1 215,4 Melilla 65,51 31,76 4,35 2,11 916,9 444,6 Murcia 3.661,85 267,35 13,00 0,95 2.567,7 187,5 Navarra 2.194,80 206,61 11,88 1,12 3.537,8 333,0 País Vasco 6.482,10 1.623,75 9,54 2,39 3.005,0 752,7 870,21 64,87 10,83 0,81 2.740,8 204,3 114.800,46 11.999,82 10,55 1,10 2.487,1 260,0 La Rioja Total Fuente: Elaboración propia a partir de la Liquidación de presupuestos de las Comunidades Autónomas (2008) y la Liquidación de presupuestos de las Entidades Locales, por Comunidades Autónomas (2008), en Estadísticas e Informes, Ministerio de Economía y Hacienda, 2011. Contabilidad Regional de España y Padrón Municipal (2008), INE 2011. * El gasto social comprende los siguientes apartados: Adm. Autonómica (pensiones, otras prestaciones económicas, servicios sociales y promoción social, desempleo, acceso a la vivienda y gestión y administración de la Seguridad Social, sanidad y educación); Adm. Local (seguridad y protección social, promoción educativa; reinserción social; otras promociones sociales; hospitales, servicios asistenciales y centros de salud; acciones públicas relativas a la salud; otros servicios sanitarios; educación preescolar; enseñaza primaria y secundaria; servicios de transporte, comedor, becas y ayudas; otros servicios de educación; y vivienda). • El tercer grupo reúne aquellas Comunidades que registran un gasto social similar a la media nacional o muy próxima a ella. En este grupo se encuentra la La Rioja (10,8%), Comunidad Valenciana (10,2%), Aragón (9,8%), el País Vasco (9,5%) y Cataluña (9%). 39 • Y finalmente, un cuarto grupo, en el que el gasto social realizado se sitúa a distancia del resto de regiones. Éste es el caso de Baleares (8%), la Comunidad Autónoma de Madrid (7%) y las Ciudades Autónomas de Ceuta (2%) y Melilla (4%). Sin embargo, si se pone en relación el gasto social realizado por cada una de las Comunidades Autónomas y la población empadronada, la distribución varía significativamente. En este caso, en un extremo se encuentran regiones en las que se realiza un gasto social entre 2.500 y 3.500 euros por habitante (como por ejemplo, Navarra, País Vasco, La Rioja o Extremadura). En el extremo opuesto, se sitúan las regiones con un nivel de gasto inferior a la media (2.400 euros por habitante), como Madrid, Comunidad Valenciana, Baleares, Ceuta o Melilla. Por su parte, el gasto social de las Entidades Locales, aunque tiene un peso inferior (constituye el 1,1% del PIB), también presenta diferencias significativas entre las distintas Comunidades Autónomas. Así por ejemplo, destacan particularmente el País Vasco (2,4% sobre el PIB) y Castilla la Mancha (1,6%), que son las Comunidades Autónomas en las que las Entidades Locales realizan un mayor gasto social. En cambio, en Comunidades Autónomas como Madrid, Cantabria, Asturias y La Rioja, el gasto social no supera el 0,9%, situándose por debajo de la media nacional. Es conveniente apuntar los casos de Ceuta y Melilla, en los que el mismo gasto social, en tanto en que Ciudades Autónomas, queda reflejado en los registros autonómicos y locales; y Canarias, donde la distribución competencial de las Entidades Locales es superior al resto de Comunidades Autónomas. La dispersión de realidades entre las distintas autonomías se explica en buena manera por los distintos ámbitos y desarrollos competenciales que han asumido las distintas Comunidades Autonómicas. Precisamente por ello, es lógico que aquellas Comunidades que han asumido las competencias en primer lugar registren mayores niveles de gasto en relación al PIB, aunque esto no se cumple necesariamente (como por ejemplo, los casos de Extremadura y Castilla LaMancha). Estas diferencias se ponen asimismo de manifiesto en la distribución del gasto social per cápita, donde existe una brecha de más de 2.000 euros por habitante. En relación al gasto social realizado por las Entidades Locales se constata que tiene un significativo menor peso que el de las Comunidades Autónomas, y que también existe cierta dispersión. En todo caso, las divergencias a este respecto son menores que en las Administraciones Autonómicas, entre otras razones porque el nivel de competencias y gasto asociado son también menores, así como distintas pautas existentes en cuanto a los sistemas de financiación o el distinto comportamiento que muestran las Comunidades uniprovinciales y pluriprovinciales. El análisis del gasto social en relación al PIB por habitante hace constatar que el esfuerzo de las Administraciones Locales es similar en todas las regiones. 40 3.3. Gasto en protección social, sanidad, educación y dependencia Como se ha documentado ampliamente, España se ha caracterizado por ser uno de los países europeos con un menor gasto social a lo largo de las últimas décadas. Este fenómeno, tal y como refleja Navarro (2000), tiene sus raíces en el establecimiento tardío de la democracia y consolidación del Estado de Bienestar, pero también en la prioridad de las políticas de déficit público de la década de los noventa, que se han traducido en un menor ritmo de crecimiento del gasto social. Bajo estas premisas, el gasto realizado en las distintas áreas que componen el esfuerzo que realiza el Estado ha sufrido oscilaciones a lo largo del tiempo. De hecho, con carácter general, el análisis de cada una de estas áreas permite establecer los siguientes rasgos: • Las pensiones constituyen una de las funciones más importantes del gasto social. A comienzos de la década de los 90 representaban el 8% del PIB; durante los últimos años han ido reduciendo paulatinamente su peso hasta alcanzar el 6,8% sobre el PIB. • El gasto destinado a la asistencia médica y enfermedad es la segunda partida más importante del gasto social. Su evolución a lo largo de la última década permite apreciar una ligera reducción a finales de los 90 (disminuye su peso en relación al PIB), aunque se estabiliza en los niveles anteriores a partir del año 2004. En el 2008, el gasto destinado a asistencia sanitaria y enfermedad representaba el 6,8% del PIB. • Las coberturas por desempleo constituyen otra de las partidas más importantes del gasto social en España. Como consecuencia de la crisis económica y el aumento de las necesidades de cobertura, el gasto en desempleo aumentó a comienzos de los 90 hasta situarse en un 5% sobre el PIB en el año 1993. Durante los años posteriores, el gasto en desempleo disminuye hasta situarse en un 2,4% sobre el PIB en 2007. En 2008 este gasto vuelve a aumentar hasta el 3% y es previsible que los datos referidos a los años 2009 y 2010 muestren un aumento significativo del gasto en desempleo. Gráfico 16. Evolución del gasto social en relación al PIB, por funciones de gasto, 1992-2008 (%) 30,0 25,0 20,0 15,0 10,0 5,0 0,0 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Invalidez Pensiones Enfermedad / asistencia médica Desempleo Educación Otros Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat (SEEPROS) y Ministerio de Educación, 2011. 41 • La partida de educación es otra de las funciones relevantes del gasto social en España. A comienzos de la década de los 90 el gasto en educación representaba cerca del 5% del PIB; tras unos años en que el dato se reduce aproximándose al 4%, en el año 2008, este porcentaje se sitúa en el 4,6%. • Por último, en lo que se refiere a otros ámbitos de intervención y funciones de gasto (como supervivencia, exclusión social, familia y vivienda) se puede apreciar que han ido incrementado sus niveles de gasto a lo largo de los últimos años: en 1992 el gasto destinado a estas áreas suponía el 1,5% del PIB, pasados 15 años representan el 4,2%. Este aumento está íntimamente relacionado con la puesta en práctica de políticas sociales (como la atención a la dependencia) que dan los primeros pasos en la atención de necesidades sociales con un bajo nivel de cobertura. A pesar del esfuerzo realizado por España en términos de gasto social, no se puede obviar que, en términos generales, se mantienen los mismos niveles de gasto que hace 15 años, y lo que es más importante, la distribución del gasto social por funciones apenas ha evolucionado. Aunque con ligeras alteraciones, los recursos destinados a cada una de las materias (pensiones, invalidez, enfermedad, desempleo, educación, etc.) siguen teniendo el mismo peso en relación a la riqueza que se ha generado a lo largo de las últimas décadas. Tras esta aproximación general, se repasan –a modo de ejemplo- algunas de las principales partidas del gasto social en España: concretamente se aborda la situación del gasto público en protección social, sanidad y educación (quedando fuera otras materias como, por ejemplo, los servicios sociales, la atención a la dependencia o las ayudas y rentas mínimas), tomando como referencia principal el gasto realizado por las Administraciones Autonómicas (en educación y sanidad). Se ha optado por recurrir a los datos autonómicos principalmente por las razones previamente esgrimidas referidas a las lagunas que presentan este tipo de datos, debido al grado de desagregación y disponibilidad de las fuentes de información (derivada del marco institucional y fuentes estadísticas encargadas de facilitar dicha información), que en muchas ocasiones no permiten obtener una información homogénea y actualizada de la estructura del gasto realizado. Este análisis pretende abordar el gasto social desde una visión general acerca del peso y la importancia del gasto público en cada una de estas tres funciones de gasto, que en ningún caso, trata de proporcionar un análisis exhaustivo, ya que excedería los límites marcados en el presente documento. Como referencia temporal, se dispone del último dato publicado, teniendo en consideración al mismo tiempo las diferencias territoriales existentes. Gasto en protección social En el año 2009, el gasto social en España ascendió a 247 mil millones de euros, que suponían el 23% del PIB. Del conjunto de gasto realizado, la mayor parte de los recursos se concentran en las partidas de vejez (que aglutina el 30% del gasto en protección social) y de enfermedad y atención sanitaria (30%). A mayor distancia se sitúa el gasto destinado a las prestaciones y subsidios de desempleo (13%), supervivencia (9%) o invalidez (7%). Fruto de la crisis económica, es previsible que esta distribución se haya visto modificada en los dos últimos años, como consecuencia del aumento de desempleo, así como otras partidas del gasto social (como por ejemplo, la de exclusión social). 42 Tabla 17. Gasto realizado en protección social en España, por función de gasto y tipo de prestación, 2009 (miles y %) N Enfermedad, Atención sanitaria (%) 74.445.104,8 12.028.269,7 30,1 62.416.835,2 25,3 17.293.070,9 14.583.080,2 7,0 2.709.990,7 1,1 74.160.194,6 68.658.544,7 30,0 5.501.649,9 2,2 21.466.237,0 21.456.002,2 8,7 10.234,7 0,0 16.324.156,1 7.016.136,2 6,6 9.308.019,9 3,8 32.743.450,8 29.771.198,0 13,2 2.972.252,8 1,2 2.083.027,8 2.083.027,8 0,8 1,2 Prestaciones en dinero 3.007.403,6 1.049.518,8 Prestaciones en especie 1.957.884,8 Prestaciones en dinero Prestaciones en especie Invalidez Prestaciones en dinero Prestaciones en especie Vejez Prestaciones en dinero Prestaciones en especie Supervivencia Prestaciones en dinero Prestaciones en especie Familia e Hijos Prestaciones en dinero Prestaciones en especie Desempleo Prestaciones en dinero Prestaciones en especie Vivienda Prestaciones en especie Exclusión social 4,9 5,9 27,8 8,7 2,8 12,0 0,8 0,4 0,8 247.138.040 TOTAL 100 Fuente: Anuario de Estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración, 2011. * No se han desagregado los gastos administrativos ni otro tipo de gastos realizados. Al analizar los tipos de prestación se pueden remarcar algunos datos. La mayor parte del importante gasto en enfermedad y asistencia sanitaria se realiza en especie, es decir, a través de la prestación del servicio. Concretamente, este tipo de prestación supone el 25% del total del gasto en protección social. En el extremo opuesto, se encuentran, por ejemplo, el gasto realizado a la vejez, que en su mayor se materializa a través de prestaciones económicas (pensiones), y que suponen el 28% del gasto en protección social. De hecho, si se analiza el gasto realizado bajo el Sistema de la Seguridad Social, se aprecia que la mayor parte de éste se concentra en las pensiones, que suponen el 81% del gasto, que se corresponde con el mayor peso que tienen las pensiones contributivas, las cuales concentran el mayor porcentaje de gasto de la Seguridad Social. En la última década, no se observan importantes variaciones en la estructura del gasto en protección social (a finales de los años 90 las pensiones representaban también más del 80% del gasto de la Seguridad Social). No obstante, conviene recordar que aunque el proceso de transferencias de competencias a las Comunidades Autónomas no ha supuesto importantes cambios con respecto a las prestaciones económicas de protección social (que siguen siendo mayoritariamente una competencia de la Administración Central), sí se han registrado cambios relevantes en lo referido a la prestación de servicios: el gasto de las Administraciones Autonómicas (y las Entidades Locales) en servicios sociales ha aumentado a lo largo de las últimas décadas, en detrimento de la Administración Central. 43 Tabla 18. Gasto del total del Sistema de la Seguridad Social en España, por categorías económicas, 2010 (miles y %) N Gastos corrientes en bienes y servicios Conciertos Conciertos de asistencia sanitaria Conciertos de servicios sociales Otros gastos corrientes en bienes y servicios Transferencias corrientes A familias Pensiones contributivas Pensiones no contributivas Incapacidad temporal Prestaciones por maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo y lactancia (%) 1.939.629 1,7 712.525 0,6 510.763 0,5 201.762 0,2 1.227.104 1,1 109.141.110 98,3 103.595.390 93,3 89.972.080 81,0 2.038.370 1,8 7.176.030 6,5 2.292.810 2,1 1.289.090 1,2 Prestaciones LISMI 54.710 0,0 Farmacia (recetas médicas) 47.900 0,0 Prestaciones familiares no contributivas Otras prestaciones económicas 724.400 0,7 144.780 0,1 A Comunidades Autónomas 1.862.680 1,7 Otras transferencias corrientes 3.538.260 3,2 Total 111.080.739 Fuente: Anuario de Estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración, 2011. * No se incluyen los gastos financieros. 100 A la Administración del Estado En todo caso, es importante remarcar que el gasto presupuestado en Servicios Sociales por cada Comunidad Autónoma presenta una gran dificultad de análisis. Entre las principales razones se encuentra el hecho de que los servicios sociales se hallan distribuidos entre varias consejerías y que cambian con frecuencia de criterios, así como porque figuran en ciertas ocasiones bajo un mismo programa de gastos (generalmente dentro de “Prestaciones económicas y servicios sociales”). Aún existen serias dificultades para determinar el gasto autonómico en seguridad y protección social, que permita diferenciar las distintas partidas de gasto en relación a la estructura institucional, y es importante que se siga trabajando para mejorar la información al respecto. Gasto público en sanidad La inversión pública en sanidad ha sido, sin lugar a dudas, una de las partidas de gasto que ha mostrado una mayor expansión, sobre todo en el ámbito de las Comunidades Autónomas, fruto del proceso de transferencias de las competencias del Estado en esta materia. De hecho, desde mediados de los 80, el gasto público en sanidad de las Comunidades Autónomas ha ido aumentando año tras año. Tomando como referencia únicamente el gasto autonómico, y de acuerdo con los últimos datos disponibles, el gasto público en sanidad de las Comunidades Autónomas alcanzó los 45 mil millones de euros en el año 2005, lo que supone, en términos agregados, el 5% del PIB nacional. El nivel de inversión varía de unas regiones a otras. Las Comunidades Autónomas que realizan un mayor esfuerzo en este ámbito son Castilla La-Mancha (con un gasto en sanidad del 6,8% del PIB), Extremadura (6,4%) y Galicia (6,4%). En el extremo opuesto, se sitúa la Comunidad Autónoma de Madrid, cuyo gasto público en sanidad representa el 3,6% 44 del PIB regional. Las Comunidades Autónomas dedican un gasto medio en sanidad del 35% del gasto público del conjunto de Comunidades. Partiendo de esta referencia, destacan particularmente los casos de Murcia (39%), Cantabria (37%) y Asturias (37%), con un porcentaje superior a la media. Gráfico 17. Gasto público en sanidad de las Comunidades Autónomas sobre el PIB, 2005 (millones de euros y %) 8.000 9 7.000 8 6.000 7 6 5.000 5 4.000 4 3.000 3 Millones de euros Melilla Ceuta La Rioja País Vasco Navarra Murcia Madrid Galicia Extremadura C. Valenciana Cataluña Castilla-La Mancha Castilla y León Cantabria Canarias 0 Baleares 0 Asturias 1 Aragón 2 1.000 Andalucía 2.000 % s./ PIB Fuente: Informe del Grupo de Trabajo de Análisis del Gasto Sanitario, año 2007. Ministerio de Sanidad y Política Social, 2011. Gráfico 18. Gasto público en sanidad sobre el total de gasto público de cada Comunidad Autónoma en España, 2005 (%) 45 40 35 30 25 20 15 10 5 CCAA La Rioja País Vasco Navarra Murcia Madrid Galicia Extremadura C. Valenciana Cataluña C. La Mancha C. y León Cantabria Canarias Baleares Asturias Aragón Andalucía 0 Total CCAA Fuente: Informe del Grupo de Trabajo de Análisis del Gasto Sanitario, año 2007. Ministerio de Sanidad y Política Social, 2011. Nota: en el año 2005 la distribución del gasto público de las Comunidades Autónomas se ha estimado a partir de los datos de las Cuentas de las Administraciones Públicas del año 2005. La evolución de esta variable no se puede interpretar sin considerar que durante este periodo se estaban produciendo transferencias a las Comunidades Autónomas, fundamentalmente en materia de educación. 45 No obstante, es preciso valorar estos datos con ciertas precauciones, ya que el peso del gasto en sanidad con respecto al gasto público total puede verse distorsionado por la propia composición del gasto público de cada una de las Comunidades Autónomas. Las competencias adquiridas por las Comunidades Autónomas y el desarrollo de las mismas es un elemento central a la hora de valorar la estructura del gasto de cada región (Navarra, con un mayor número de competencias, registra como gasto social prestaciones económicas de protección social que no realizan otras Comunidades Autónomas, como por ejemplo, Murcia). Si se presta atención al gasto relacionado con la población protegida, el gasto público en sanidad realizado por las Administraciones Autonómicas se sitúa en 1.091 euros por persona protegida. En este sentido, es posible estructurar el nivel de gasto en sanidad, en tres grupos diferenciados: • En primer lugar, encontraríamos aquellas Comunidades Autónomas con un nivel de gasto entre 1.200 y 1.500 euros por persona protegida: Cantabria, La Rioja, Aragón, Asturias y Navarra; • En segundo lugar, se situarían las que registran un gasto ligeramente superior de la media nacional (entre 1.100 y 1.200 euros): Extremadura, País Vasco, Castilla y León, Castilla La-Mancha, Canarias, Galicia, Baleares y Murcia; • Y finalmente, se agrupan aquellas Comunidades con un nivel de gasto inferior a la media (1.091): Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía. Gráfico 19. Gasto público en sanidad por persona protegida en España en cada Comunidad Autónoma, 2005 (euros) 1.400 1.200 1.000 800 600 400 200 CCAA La Rioja País Vasco Navarra Murcia Madrid Galicia Extremadura C. Valenciana Cataluña C.La Mancha C. y León Cantabria Canarias Baleares Asturias Aragón Andalucía 0 Total CCAA Fuente: Informe del Grupo de Trabajo de Análisis del Gasto Sanitario, año 2007. Ministerio de Sanidad y Política Social, 2011. En este marco general del gasto público en sanidad, no hay que dejar de mencionar otro proceso relevante: la concertación de la gestión de los servicios públicos a través de la empresa privada. En 2005, el volumen de gasto público que las Comunidades Autónomas destinaron a este tipo de conciertos ascendió a 2,3 mil millones de euros, lo que supone el 5% del gasto agregado de todas las 46 Comunidades Autónomas. Las regiones con un mayor volumen de gasto en concertación son Andalucía, Madrid, la Comunidad Valenciana y Cataluña. Gráfico 20. Gasto público en sanidad vía concertación en España en cada Comunidad Autónoma, 2005 (millones de euros y %) 400.000 12 350.000 10 300.000 8 250.000 200.000 6 150.000 4 100.000 2 50.000 Miles de euros Melilla Ceuta La Rioja País Vasco Navarra Murcia Madrid Galicia Extremadura C. Valenciana Cataluña C. La Mancha C.y León Cantabria Canarias Baleares Asturias Aragón 0 Andalucía 0 % s./ total gasto CCAA Fuente: Informe del Grupo de Trabajo de Análisis del Gasto Sanitario, año 2007. Ministerio de Sanidad y Política Social, 2011. No obstante, si se pone en relación el gasto público en sanidad vía concertación con el total del gasto de cada Comunidad Autónoma, la situación es diferente. Así, las Comunidades Autónomas con un porcentaje de gasto en conciertos más elevado son Canarias (9%), Murcia (8%), Castilla La-Mancha (7%) y Asturias (7%). Sin embargo, las regiones que muestran unos niveles de gasto en concertación más bajos son Galicia (2%) y Cataluña (3%). Gasto público en educación El último avance sobre los datos de inversión pública en educación en España permite afirmar que ésta fue de 43 mil millones en el año 2009, lo que representa el 5% del PIB nacional. La mayor parte de este gasto procede de las Comunidades Autónomas dada la transferencia competencial existente; de hecho, la Administración General del Estado realizó para ese mismo año un gasto poco superior a 2 mil millones de euros (lo que supone en torno al 5% de todo gasto realizado. El análisis de los datos sobre gasto social y su relación con el PIB de las regiones permite distinguir diversas situaciones. Las Comunidades Autónomas que realizaron un mayor esfuerzo con respecto al gasto público en educación fueron Extremadura, Castilla La-Mancha, Andalucía y Murcia, con un nivel de gasto que cercano a 6% del PIB regional. Con nivel de gasto similar a la media nacional se situaron –entre otras- C. Valenciana, Galicia, Canarias o Cantabria. En el extremo opuesto se situaban Madrid (2,9% de gasto público sobre el PIB) y Baleares (3,4%). 47 Tabla 19. Gasto público en educación sobre el PIB en España, 2009 Adm. General del Estado Mill. de euros 2.139.053,8 % s./ PIB Andalucía 7.870.521,7 5,5 Aragón 1.227.369,8 3,8 930.163,1 4,1 Baleares 910.237,0 3,4 Canarias 1.801.627,4 4,4 Cantabria 578.547,1 4,3 C. y León 2.385.895,5 4,2 C. La Mancha 2.010.916,5 5,6 Cataluña C. Valenciana Extremadura 6.931.848,8 5.088.006,4 1.077.362,5 3,5 5,0 6,0 Galicia 2.620.886,2 4,8 Madrid 5.473.449,1 2,9 Murcia 1.492.597,6 5,5 674.733,0 3,7 2.817.312,4 4,3 280.982,7 3,6 Asturias Navarra País Vasco La Rioja Total 53.051.679,8 5,0 Fuente: Estadística del Gasto Público en Educación, Ministerio de Educación, 2011. Nota: No se incluye el gasto público de la Administración General del Estado, que deducidas las transferencias a las Comunidades Autónomas ascendía a 1.999,2 millones de euros en 2007. El gasto público medio realizado por las Comunidades Autónomas representa el 34% del gasto social realizado por las mismas. Entre todas ellas, destaca particularmente el caso de la Comunidad Valenciana, donde el gasto en educación representa el 42% del gasto social que realizan. En el extremo opuesto se sitúa Navarra, aunque, como se ha comentado anteriormente, esto puede ser debido al mayor desarrollo y expansión del resto de competencias de las políticas de bienestar social, que hacen que se reduzca el peso relativo del gasto público en educación. A pesar de estas restricciones, es importante destacar la existencia de importantes diferencias territoriales, con niveles de gasto diferenciados. Es importante contemplar, por último, qué parte de estos gastos públicos se destinan a apoyar a las empresas privadas de la educación a través de la concertación. Al abordar los datos se pueden observar diferencias significativas entre unas Comunidades y otras. Así por ejemplo, Cataluña (con 1.128 millones de euros), Madrid (872 millones), Andalucía (808 millones), el País Vasco (659 millones) y la Comunidad Valenciana (674 millones) son las que mayor gasto público dedican a la concertación con la empresa privada. 48 Gráfico 21. Gasto público en educación sobre el total del gasto social realizado por las Comunidades Autónomas, 2009 (%) 45 40 35 30 25 20 15 10 5 CCAA La Rioja País Vasco Navarra Murcia Madrid Galicia Extremadura Com. Valenciana Cataluña Castilla y León Castilla La-Mancha Cantabria Canarias Baleares Asturias Aragón Andalucía 0 Total CCAA Fuente: Elaboración propia a partir de la Liquidación de presupuestos de las Comunidades Autónomas (2007) y la Liquidación de presupuestos de las Entidades Locales, por Comunidades Autónomas (2009), en Estadísticas e Informes, Ministerio de Economía y Hacienda, 2011. * El gasto social comprende los siguientes apartados: Adm. Autonómica (pensiones, otras prestaciones económicas, servicios sociales y promoción social, desempleo, acceso a la vivienda y gestión y administración de la Seguridad Social, sanidad y educación). En todo caso, en términos relativos, si se compara este nivel de gasto con el total del gasto público en educación que realiza cada una de las Comunidades Autónomas, la distribución se modifica. En base a este indicador se pueden distinguir asimismo varios grupos: • Comunidades en las que tiene un peso elevado (entre el 18 y 24% del gasto público en educación): País Vasco, Baleares y Navarra; • Comunidades donde el gasto vía concertación es superior a la media nacional (13%), situándose en unos niveles de gasto entre el 11 y 15%: Cataluña, Madrid, La Rioja, Comunidad Valenciana y Cantabria; • Y Comunidades en las que se registra un gasto inferior a la media nacional (entre el 6 y 13%): Aragón, Castilla y León, Murcia, Galicia, Asturias, Andalucía, Extremadura y Canarias. 49 Gráfico 22. Gasto público en educación vía concertación en España, 2009 (miles de euros y %) 1.200.000 25 1.000.000 20 800.000 15 600.000 10 400.000 5 200.000 Miles de euros La Rioja País Vasco Navarra Murcia Madrid Galicia Extremadura C. Valenciana Cataluña C. La Mancha C. y León Cantabria Canarias Baleares Asturias Aragón 0 Andalucía 0 % s./ gasto en educación Fuente: Estadística del Gasto Público en Educación, Ministerio de Educación, 2011. Se puede afirmar, por tanto, que la distribución del gasto social realizado en estas dos últimas partidas (sanidad y educación) por parte de las Administraciones Autonómicas, dibuja un panorama de significativa diversidad territorial. Existen así diferencias entre ellas, tanto en lo que se refiere al peso económico del impulso de la inversión en estos recursos sociales, como en la parte de estos que dedican a la concertación con las empresas privadas de la sanidad y la educación. Es cierto, no obstante, que también hay que considerar el gasto que realizan la Administración Central (que aunque ha transferido dichas competencias sigue manteniendo otras con sus respectivos niveles de gasto), así como las Administraciones Locales (que progresivamente han ido asumiendo nuevas competencias en las políticas de bienestar social y han incrementado su gasto social). Así por ejemplo, dentro de la Liquidación de presupuestos de las Entidades Locales figuran diversas partidas de gasto social (promoción educativa; reinserción social; hospitales, servicios asistencias y centros de salud; acciones públicas relativas a la salud; educación preescolar; servicios de transporte, comedor, becas y ayudas; o vivienda, entre otras). Sin embargo, el grado de desagregación y la disponibilidad de las fuentes de información en muchas ocasiones no permiten obtener una información homogénea y actualizada de la estructura del gasto social realizado, de acuerdo con el marco institucional, los organismos encargados y las partidas de gasto recogidas en dichas fuentes de información. 50 4. A MODO DE CONCLUSIÓN De acuerdo con los últimos datos disponibles, el diagnóstico general realizado en el presente trabajo sobre la situación de la pobreza y del gasto social en la Unión Europea y España permite extraer -de forma sintética- las siguientes consideraciones finales. 1. La crisis económica se está traduciendo en un aumento de la pobreza y las desigualdades sociales en la Unión Europea. La población europea ha visto empeorar sus condiciones de vida, así como la cobertura de sus necesidades sociales. La persistencia de una marcada desigualdad en la distribución de los ingresos y el aumento de los niveles de pobreza reflejan que en la última década apenas se han mejorado las condiciones económicas y sociales de la población. En este contexto, la situación de algunos países es particularmente negativa, como por ejemplo, aquellos que se han incorporado recientemente a la Unión Europea (Rumania, Bulgaria, etc.), así como los países del sur de Europa (España y Grecia, principalmente). 2. España registra una mayor incidencia relativa de la pobreza que la media europea. Los datos muestran que España se encuentra a la cabeza de los países de la Unión Europea en los que existe un mayor porcentaje de la población que se encuentra en riesgo de pobreza, así como en situación de pobreza extrema. Además, también destaca por ser uno de los países de la Unión donde existe una mayor desigualdad en la distribución de los ingresos de la población (medido a través del índice Gini), siendo sólo superada por Letonia, Lituania, Portugal, Rumanía y Grecia. 3. La pobreza no es uniforme: colectivos más vulnerables. En el conjunto de la población, las mujeres, los niños, las personas desempleadas, las que tienen un menor nivel de formación, o las de más de 65 años sufren en mayor medida las situaciones de necesidad. En España, frente al resto de países europeos, son especialmente relevantes los siguientes aspectos. La tasa de pobreza de la población de más de 65 años es un indicador de la menor capacidad protectora de las políticas sociales en España. Igualmente, la población infantil presenta una tasa más elevada que las europeas. Otro aspecto relevante en el caso español son los niveles de pobreza de la población trabajadora, que deja entrever las precarias condiciones laborales existentes en el mercado de trabajo y menor calidad en el empleo. 4. Existen diferencias significativas con respecto al gasto social en la Unión Europea. En el conjunto de la Unión Europea, el gasto social (protección social y educación) representaba el 30% del PIB en 2007, un porcentaje que se ha mantenido constante tanto en periodos de expansión como de crisis. España sigue situándose a gran distancia del gasto social realizado en la Unión Europea (lo cual muestra el déficit estructural del gasto social de España), aunque bien es cierto que forma parte de un conjunto de países en los que ha crecido ligeramente a lo largo de la última década. Por materias, existen significativas diferencias con respecto a las distintas funciones del gasto (con un mayor esfuerzo en áreas como la vejez, sanidad o infancia; y un mayor nivel de gasto relativo en la cobertura de desempleo y supervivencia). 5. La perspectiva del gasto social a corto plazo apunta a un descenso significativo del mismo. Más allá de los datos estadísticos consolidados, la información de los presupuestos muestra una fuerte caída del gasto público en todos los ámbitos. La política de ajuste iniciada en 2010 supone una significativa disminución del nivel de gasto social, con importantes repercusiones en la cobertura de las necesidades sociales de la población. 51 Entre las diversas medidas adoptadas por el Gobierno destaca la suspensión de la revalorización de las pensiones en 2011; la suspensión del régimen transitorio de la jubilación parcial; la eliminación de la retroactividad en prestaciones de dependencia; la eliminación del “cheque-bebé”, el recorte del gasto sanitario; así como declarar la no disponibilidad de créditos y la revisión del gasto de la Administración del Estado. Los presupuestos aprobados para 2011 consolidan esta dinámica de recorte del gasto social. Casi todas las partidas de gasto disminuyen, incluida las de ayuda al desempleo, que lo hace en un 1,6% con relación a 2010. Sólo aumentan las partidas destinadas a pensiones, en un 3,6%; en cambio, se reduce el dinero destinado a otras partidas, como por ejemplo en Educación (que disminuye en un 8%), en Sanidad (un 8,2%) y en los Servicios Sociales y Promoción Social (7,9%)4. 6. El aumento de la pobreza hace que las políticas sociales sean más necesarias que nunca. Sin embargo, lejos de lo que sería deseable, las medidas que están llevando a cabo los Gobiernos para salir de la crisis indican que el camino es el contrario, lo cual supone condenar –en último término- a una gran parte de la población a la pobreza. Quedan todavía por conocer las consecuencias de los recortes sociales de las distintas Administraciones Públicas, que previsiblemente se traduzcan en una menor cobertura de las necesidades sociales. Es imprescindible desplegar mecanismos que afronten las situaciones de necesidad desde perspectiva integral. A corto plazo, es urgente abordar las carencias más coyunturales, que son más evidentes en épocas de crisis (privación de recursos, acceso al empleo, etc.); pero no se puede olvidar que la pobreza tiene un carácter estructural, que obliga a plantear medidas a largo plazo, que aseguren la igualdad real de oportunidad para toda la población. Por esto mismo, deberían, por ejemplo, reforzarse las políticas educativas como un elemento clave para combatir la transmisión intergeneracional de la pobreza, preservando en todo momento la cohesión social y generando una recuperación económica y de empleo duradera en el tiempo. Esto significa que las políticas sociales deben asumir un papel central en la redistribución de la riqueza, para mejorar de forma significativa las condiciones de vida de las personas, asegurando la participación de la ciudadanía y el pleno ejercicio de los derechos y libertades sociales. 4 Presupuestos Generales del Estado 2010 y 2011. 52 5. 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