Comité Económico y Social Europeo CCMI/138 Carbón y lignito Bruselas, 6 de mayo de 2015 DOCUMENTO DE TRABAJO de la Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI) sobre el tema «Contribución de los recursos autóctonos de carbón y lignito a la seguridad energética de la UE» (Dictamen de iniciativa) _____________ Ponente: Dumitru Fornea Coponente: Renata Eisenvortová _____________ Miembros del Grupo de Estudio «Carbón y lignito» de la Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI)) Nota: El presente documento se examinará en la reunión del 13 de mayo de 2015, que dará comienzo a las 9.30 horas. Documento transmitido para su traducción el 22 de abril de 2015. Administrador: Adam Plezer CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 1/12 Rue Belliard/Belliardstraat 99 — 1040 Bruxelles/Brussel — BELGIQUE/BELGIË Tel. +32 25469011 — Fax +32 25134893 — Internet: http://www.eesc.europa.eu ES Grupo de Estudio: Carbón y lignito Presidente: Sr. Vidan (HR-Gr. III), art. 62.3 (Sra. Attard) Ponente: Coponente: Sr. Fornea (RO-Gr. II) Sra. Eisenvortová (CZ-Cat. 1) Miembros: Sr. Calleja (MT-Cat.1) Sra. Cavero Mestre (ES-Gr. I) Sr. Fernández Vázquez (ES-Cat. 2) Sr. Glorieux (BE-Cat. 3) Sr. Kamieniecki (PL-Gr. III) Art. 62.3 (Sr. Westendorp) Sr. Kubíček (CZ-Cat. 2) Sr. Olsson (SE-Cat. 3) Sr. Pezzini (IT-Gr. I) Sra. Studničná (CZ-Gr. II) Expertos: Sr. Wagner (por el ponente) Sr. Ricketts (por la coponente, Grupo I) CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 2/12 El 17 de febrero de 2015, de conformidad con el artículo 29, apartado 2, de su Reglamento interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen de iniciativa sobre el tema Contribución de los recursos autóctonos de carbón y lignito a la seguridad energética de la UE La Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI), encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el …. En su ...° pleno de los días ... (sesión del ...), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por ... el presente dictamen. * * * 1. Conclusiones y recomendaciones 1.1 Conclusiones 1.2 Recomendaciones 2. Introducción 2.1 Este dictamen analiza el futuro de la industria del carbón y del lignito en Europa y muestra las condiciones en las que este sector puede contribuir a los objetivos de competitividad y seguridad. 2.2 En primer lugar, el dictamen ofrece una amplia evaluación de los objetivos de la política energética y climática de la UE y de la manera en que estos concuerdan con la política industrial de la Unión, tal como se describe en la Comunicación de enero de 2014 titulada Por un renacimiento industrial europeo, que reinstauró el objetivo de que la proporción de la industria en el PIB sea del 20 % de aquí a 2020. 2.3 En el dictamen se examina el papel que una energía competitiva y segura tiene en el cumplimiento del objetivo de industrialización y otros objetivos sociales sobre riqueza y prosperidad, y se extraen las conclusiones oportunas. 2.4 Las recomendaciones se basan en propuestas realizadas en Comunicaciones recientes de la Comisión Europea. En particular, se propone establecer un conjunto de indicadores de la seguridad energética, junto con objetivos que deberán cumplir los Estados miembros, de CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 3/12 forma tanto colectiva como individual. Se pone de relieve el papel que la industria del carbón y del lignito desempeña en la consecución de estos objetivos. 2.5 Este dictamen se relaciona directamente con los tres pilares prioritarios de acción para el mandato 2013-2015 del presidente Malosse y adopta una perspectiva de sostenibilidad a largo plazo con respecto a ellos: crecimiento, emprendimiento y empleo; medio ambiente y calidad de vida; y capital humano. 3. Marco de la UE para las políticas climáticas y energéticas y la Unión de la Energía 3.1 El programa «Un nuevo comienzo» de la Presidencia italiana del Consejo en el segundo semestre de 2014 priorizó un acuerdo sobre el marco político para 2030 en materia de clima y energía. Las medidas acordadas serán fundamentales para lograr, de una forma rentable, la descarbonización, de modo que se reduzcan los gases de efecto invernadero, teniendo en cuenta al mismo tiempo la competitividad industrial y la maximización de los beneficios económicos (incluidos la innovación, el crecimiento y el empleo). 3.2 La relación que existe entre la política industrial, los costes de la energía y el compromiso de afrontar el cambio climático ha de ser tratada de manera coherente y eficaz. En este contexto, la Presidencia italiana consideró que es de la máxima importancia establecer un sector energético más respetuoso con el medio ambiente, rentable y seguro. Serán necesarias una mayor diversificación de las rutas y del suministro y una política exterior europea de la energía centrada en la seguridad energética, así como medidas que permitan invertir en nuevas tecnologías y evitar los riesgos de «fuga de carbono». 3.3 El marco estratégico en materia de clima y energía para el período 2020-2030, publicado por la Comisión Europea en enero de 2014 y aprobado por el Consejo Europeo de los días 23 y 24 de octubre de 2014, hace referencia, sobre todo, a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la Unión Europea. Sin embargo, el marco propuesto no ignora la necesidad de garantizar un abastecimiento de energía seguro y competitivo. Respecto de este último punto, considera necesario seguir explotando las fuentes de energía autóctonas sostenibles, incluidos los combustibles fósiles convencionales y no convencionales. Dado que el 88 % de las reservas de energía convencional de la UE se presenta en forma de carbón y lignito, existe una clara necesidad de analizar la manera de fomentar y no obstruir el acceso a estas reservas y de explotarlas de forma sostenible. En materia de seguridad energética, el Consejo Europeo aprobó nuevas acciones destinadas a reducir la dependencia energética de la UE e incrementar la seguridad de sus suministros de gas y electricidad. El aumento de la eficiencia energética se considera crucial para moderar la demanda de energía. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 4/12 3.4 El 25 de febrero de 2015 la Comisión Europea publicó una Comunicación sobre la Unión de la Energía1, que detalla una política ambiciosa sobre el clima pero que también tiene el objetivo de ofrecer a los consumidores de la UE –hogares y empresas– una energía segura, sostenible, competitiva y asequible. Aun cuando el carbón no se mencione y la Unión de la Energía se centre en las energías renovables y el gas, los puntos fuertes del carbón y del lignito –disponibilidad, asequibilidad, fiabilidad, seguridad y un uso cada vez más respetuoso con el medio ambiente– pueden, sin lugar a dudas, contribuir a alcanzar el objetivo declarado. 4. Carbón y lignito en el contexto mundial 4.1 La demanda mundial de energía queda cubierta, en su mayor parte, por combustibles fósiles: en 2012, el 82 % del suministro total de energía primaria provino de combustibles fósiles. Ese mismo año, el carbón y el lignito representaron el 29 % del suministro total de energía primaria. 4.2 En 2013, la producción de carbón fue de 7 823 millones de toneladas, incluidas 840 millones de toneladas de lignito. Casi la mitad de la producción total de carbón procede de minas en China. Aproximadamente cinco millones de personas trabajan directamente en la extracción de carbón y lignito. Una gran cantidad de personas trabaja en minas que no cumplen las normas de seguridad occidentales. 4.3 La cuota de producción de electricidad mundial a partir de carbón y lignito va en aumento. En 2012, ese porcentaje se cifró en 42 %. No es realista pensar que esa electricidad podría producirse a partir de otras fuentes conocidas. Eliminar la producción de electricidad a partir del carbón condenaría a miles de millones de personas a la pobreza y les privaría de las ventajas de una sociedad moderna y civilizada. Aunque es evidente que el uso del carbón tiene repercusiones medioambientales, no está tan claro que estas superen los beneficios para la sociedad que reporta el acceso a la electricidad. 4.4 Las emisiones de CO2 procedentes del uso de combustibles fósiles representan el 65 % del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. El uso de carbón y lignito produce el 44 % de las emisiones totales de CO2 (equivalente al 29 % del total de las emisiones de gases de efecto invernadero). El 71 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero no procede del carbón. 4.5 Las falsas ideas sobre la importancia relativa del carbón abundan y dan lugar a algunos estereotipos erróneos sobre el «bajo impacto ecológico» relativo de determinados países. Por ejemplo, el consumo anual de carbón per cápita para generar electricidad en Alemania, China y Dinamarca es muy similar, en torno a una tonelada por persona. La cifra correspondiente a Polonia es solo ligeramente más elevada y equivale a 1,4 toneladas de carbón. 1 Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Europeo de Inversiones: «Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva», Bruselas, 25.2.2015, COM(2015) 80 final. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 5/12 5. Carbón y lignito en la Unión Europea 5.1 La UE ha demostrado que las reservas de carbón y lignito durarán 130 años, al ritmo de producción actual. De hecho, el 88 % de las reservas de energía convencional en la UE se presenta en forma de carbón y lignito. Los recursos de carbón y lignito hallados en Alemania y Polonia son de similar magnitud a los recursos de gas y petróleo de Arabia Saudí. 5.2 Seis Estados miembros extraen hulla: República Checa, Alemania, Polonia, Rumanía, España y Reino Unido. Ucrania es un gran productor y Noruega, un productor pequeño. Nueve Estados miembros explotan el lignito como combustible competitivo para la generación de electricidad: Bulgaria, República Checa, Alemania, Grecia, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Rumanía. Varios países de la región del sureste de Europa y Turquía son también grandes productores de lignito. 5.3 En 2014, la UE produjo 401 millones de toneladas de lignito y 107 millones de toneladas de hulla e importó otros 210 millones de toneladas de hulla. Después de China, Estados Unidos y la India, la UE es el cuarto mayor consumidor de carbón del mundo. 5.4 La industria del carbón de la UE emplea directamente a 240 000 trabajadores bien remunerados. En total, considerando los empleos en la industria de equipos de minería, otros puestos en la cadena de suministro y los empleos indirectos, este sector da trabajo a cerca de un millón de personas. 5.5 Los imaginativos proyectos de restauración llevados a cabo tras la explotación minera han proporcionado a las comunidades una serie de oportunidades laborales y de ocio en nuevos escenarios (parques, complejos deportivos y culturales, etc.). 5.6 El valor anual de la producción de lignito y carbón en la UE –sobre la base de su poder calorífico y de los precios internacionales de la hulla a principios de 2013– asciende a más de 25 000 millones de euros. Si el carbón extraído en la UE se sustituyera por gas natural, el coste anual sería de casi 60 000 millones de euros. La producción autóctona de gas natural de la UE es insuficiente para hacer frente a sus necesidades gasísticas y la Unión depende en un 67 % de las importaciones, por lo que este dinero saldría de la UE y esto debilitaría su economía. 5.7 Las subvenciones anuales a la industria del carbón de la UE ascienden a menos de 3 000 millones de euros. Estas subvenciones cubren alrededor del 5 % de la producción total y expirarán en diciembre de 2018. 5.8 El carbón seguirá siendo un pilar absolutamente indispensable de los sistemas de electricidad y calefacción de muchos Estados miembros. Se trata de una de las fuentes de energía más fiables para Europa y, sin ella, no existe una verdadera seguridad energética europea. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 6/12 5.9 El 28 % de la electricidad de la UE se genera en centrales eléctricas alimentadas por carbón y lignito, una cantidad ligeramente superior a la producida en centrales nucleares. Para completar el cuadro: las fuentes de electricidad convencionales –incluidas la energía hidráulica y la biomasa– satisfacen más del 91 % de la demanda de electricidad de la UE, y las nuevas fuentes renovables, principalmente la energía eólica y solar, un 9 %. 6. El suministro de energía, los precios de la energía y el crecimiento económico 6.1 A lo largo de los últimos cincuenta años, época en que los precios del petróleo aumentaron considerablemente, provocando inflación, o se mantuvieron elevados, en torno a 100 dólares por barril, muchos países de la OCDE sufrieron recesiones. La guerra del Yom Kipur (guerra árabe-israelí ocurrida en 1973) provocó un aumento de los precios del petróleo y una recesión a mediados de la década de 1970. La revolución iraní dio lugar a un incremento de los precios del petróleo y a una doble recesión a principios de la década de 1980. Asimismo, la invasión de Kuwait por Irak derivó en un nuevo aumento de los precios del petróleo y en una recesión a principios de la década de 1990. La globalización, caracterizada sobre todo por la entrada de China en la OMC en 2001, propició una subida del precio del petróleo y una recesión que dura desde 2008 hasta la actualidad. 6.2 Las presiones recesionistas son de tres tipos. En primer lugar, los consumidores gastan más en combustible para el transporte y en energía de uso doméstico, por lo que tienen menos recursos para comprar otros productos. En segundo lugar, los elevados precios de la energía causan inflación, lo que conduce con frecuencia a una respuesta política monetarista que se plasma en una subida de los tipos de interés y, por consiguiente, una menor capacidad para la inversión industrial. En tercer lugar, la deuda aumenta y los Gobiernos imprimen dinero para estimular las economías. Todas estas respuestas se han producido en Europa. 6.3 Aunque los responsables políticos señalan que no existe vinculación entre el consumo energético y el crecimiento del PIB, es indiscutible que los elevados precios de la energía cercenan el crecimiento económico. El suministro de energía barata fomenta el crecimiento económico. 6.4 Por ello, la Unión Europea debe prestar gran atención a garantizar que su economía siga beneficiándose de una energía asequible: una condición indispensable para el crecimiento y la prosperidad. La política climática y energética de la Unión debe reflejar esta realidad. Sería perjudicial pasar a utilizar fuentes de energía más caras. Las propuestas que tienen por objetivo seguir desarrollando las fuentes de energía renovables y pasar del carbón al gas natural importado deberían respaldarse solo si son rentables. En la actualidad, no lo son. 6.5 Cada ciudadano de la UE gasta unos 1 000 euros al año en energía importada, principalmente petróleo y gas. Esta riqueza se escapa directamente de la UE y hace que muchos ciudadanos se vean afectados por la pobreza energética. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 7/12 6.6 La UE debería esforzarse al máximo por fomentar la producción autóctona de energía primaria. Esto podría consistir en prestar ayuda a las empresas de carbón y lignito para que produzcan más energía. Al mismo tiempo, tenemos que encontrar maneras de utilizar menos energía per cápita, manteniendo a la vez el crecimiento del PIB, de modo que las futuras generaciones europeas puedan alcanzar mayores logros que las anteriores. 7. Incoherencias de la política climática de la UE 7.1 La Unión Europea es responsable de aproximadamente un 11 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. De la UE-28, solo Alemania se encuentra en la lista de los diez mayores emisores de CO2 del mundo. Por sí sola, la UE no puede resolver el reto del cambio climático. 7.2 La UE ha reducido sus emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 17 % desde 1990, debido en gran parte a la caída de la industria en la regiones del centro y sur de Europa a principios de la década de 1990 y al impacto de la crisis económica desde 2008. Esta reducción ha tenido escasa o nula influencia en los estilos de vida, ya que las emisiones han sido «deslocalizadas» gracias al traslado de la industria pesada a otras partes del mundo. Basándose en el consumo, se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE han aumentado2. Así, en lugar de reducir los riesgos para el clima, la UE ha incrementado el problema de los gases de efecto invernadero. Como resultado de la política climática de la UE, la producción industrial se ha trasladado desde la UE hacia regiones con más emisiones por unidad de PIB. Las emisiones han aumentado, lo cual constituye un resultado muy negativo que no contribuye en absoluto a resolver el problema del cambio climático. 7.3 En la actualidad, la política de la UE sobre clima y energía domina el pensamiento político en Europa. Se da por hecho que la UE tiene que reducir sus emisiones directas de gases de efecto invernadero y, en opinión de muchos, esto debería hacerse independientemente de su coste. Pero si el resto del mundo no hace lo mismo, esta estrategia es errónea. Además, también sería una estrategia errónea si el elevado coste perjudica a la economía de la UE. 7.4 Sin olvidar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2050, es necesario tener en cuenta los riesgos claros y actuales que entrañan unos precios de la energía que muchos ciudadanos no pueden permitirse pagar y que empujan a la industria a trasladarse fuera de Europa. 2 Basándose en análisis sobre Francia y Reino Unido. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 8/12 8. Consideraciones relativas a la seguridad energética en la Unión Europea 8.1 Uno de los retos más difíciles a los que se enfrenta actualmente el sector de la energía de la UE es la producción intermitente a partir de fuentes de energía renovables. El sol no brilla por la noche y los anticiclones (zonas de altas presiones) pueden extenderse por grandes partes de Europa y cubrir muchos países, con escaso o nulo viento durante días y días. 8.2 Europa ha efectuado cuantiosas inversiones en células solares fotovoltaicas y en turbinas eólicas. La UE promueve una mayor expansión de nuevas fuentes de energía renovable mediante turbinas de gas de ciclo combinado que utilizan gas natural, pues se consideran la mejor tecnología de reserva y los interconectores preferidos para unir los sistemas energéticos de Europa. 8.3 Las nuevas fuentes de energía renovable contribuyen al suministro de energía, pero no son fiables por motivos meteorológicos y requieren un 100 % de reservas constituidas por fuentes convencionales. Sin la existencia de reservas, la única opción consiste en deslastrar la carga, lo que conduce a una situación caótica, como ha ocurrido hoy en Sudáfrica. Aparte de los riesgos que conllevan los cortes de electricidad para la seguridad civil, la reacción de los consumidores es invertir en pequeños grupos electrógenos diésel, que constituyen la manera más ineficiente de generar electricidad a partir de combustibles fósiles. 8.4 La aparición de nuevas tecnologías de almacenamiento de energía a gran escala podría cambiar radicalmente el sector de la energía. La única tecnología de almacenamiento a gran escala disponible en la actualidad es el bombeo hidroeléctrico, del que solo disponen los países con zonas de montaña que estén dispuestos a inundar los valles. 8.5 Debe cuestionarse la idea de acentuar la dependencia del gas natural, ya que conlleva un aumento de las importaciones de gas. Parte del gas procede de Noruega, que es un país políticamente estable, pero Rusia sigue siendo la principal fuente de gas, y ahora la UE ve a Irak e Irán como futuros proveedores de gas. Basar una política energética en un combustible proveniente de estos países es una estrategia cuestionable. 8.6 Si el carbón y el lignito se eliminaran del sector de la electricidad, el mercado interior de la electricidad en Europa no sobreviviría. En la actualidad, la única competencia que hay es la existente entre la energía generada mediante carbón o mediante gas. Las energías renovables y las centrales nucleares subvencionadas seguirán funcionando, con independencia de la demanda y del precio de mercado. 8.7 El carbón autóctono es un combustible «democrático» que no está sujeto a la presión geopolítica que ejercen la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) o el Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG). CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 9/12 8.8 De acuerdo con los detallados análisis realizados por la Agencia Internacional de la Energía, el 80 % del tiempo las centrales eléctricas alimentadas por carbón establecen los precios mayoristas de la electricidad en Europa. En otras palabras, la electricidad competitiva producida a partir del carbón protege a los consumidores de la manipulación de precios por parte de los suministradores de gas dominantes. 8.9 Independientemente de la configuración futura que adopte el sector europeo de la energía, la combinación entre varios elementos (fuentes de energía renovable, reservas fiables, almacenamiento de energía e interconectores energéticos) debe ser competitiva. Si no es así, Europa se verá sumida en una recesión más profunda. 9. Las tecnologías limpias del carbón y la industria europea 9.1 Europa cuenta con algunas de las empresas más avanzadas del mundo en el ámbito del suministro de equipos para centrales eléctricas. Sus productos se encuentran entre los más limpios y eficientes. 9.2 En la UE existen muchos ejemplos de centrales eléctricas de última generación que cumplen las normas de emisiones más estrictas. Dinamarca tiene en funcionamiento algunas de las centrales eléctricas más eficientes alimentadas por carbón y los Países Bajos están construyendo dos centrales de gran tamaño de última generación alimentadas por carbón, lo que significa que el suministro de electricidad neerlandés estará garantizado mucho después de que el país se quede sin gas. 9.3 Alemania extrae más lignito que cualquier otro país del mundo y tiene en funcionamiento, de forma muy eficiente, centrales eléctricas integradas con minas. En la última década se han abierto nuevas centrales de lignito, suficientes para abastecer a millones de hogares. Otros Estados miembros de la UE también tienen en funcionamiento complejos similares de energía. 9.4 Las nuevas centrales eléctricas alimentadas por carbón suelen emitir, como mínimo, un 30 % menos de CO2 por unidad de electricidad suministrada que las centrales que sustituyen. 9.5 El valor añadido de la inversión en investigación y desarrollo va más allá del valor añadido meramente económico. Las centrales eléctricas que son más eficientes resultan más atractivas desde el punto de vista comercial y están muy valoradas, en función de los precios de los combustibles y, por tanto, del consiguiente ahorro en combustible. Las centrales eléctricas de última generación están en condiciones de ahorrar hasta un 30 % de combustible. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 10/12 10. Indicadores de rendimiento y objetivos de la seguridad energética 10.1 Con el objetivo de establecer un marco político que garantice el suministro de energía, la Comisión Europea publicó en mayo de 2014 su Estrategia Europea de la Seguridad Energética. En ella se describe una serie de medidas que permitirían aumentar la seguridad del suministro de energía en la Unión Europea. Una medida del paquete para 2030 que merece atención especial es la propuesta de crear nuevos indicadores clave de rendimiento en materia de: comparaciones del precio de la energía y de la innovación tecnológica con los principales socios comerciales de la UE; concentración del mercado; diversificación de las importaciones de energía; proporción de la energía autóctona en los Estados miembros; e interconexiones entre aquellos Estados miembros para los que en 2002 se acordó un objetivo del 10 %. 10.2 El almacenamiento de energía ofrece seguridad energética: unos pocos millones de toneladas de carbón almacenados en un puerto o en una central eléctrica garantizan electricidad durante meses; y las reservas de petróleo correspondientes a 90 días que mantienen los países de la OCDE protegen contra las amenazas geopolíticas que pueden interrumpir el suministro de petróleo. 10.3 La energía autóctona sigue siendo la energía más segura y la UE no debería dudar en maximizar el uso de sus recursos propios, incluidos el carbón y el lignito. 11. El papel del carbón y del lignito en el cumplimiento de los objetivos de competitividad y seguridad energética 11.1 La ideología que la UE fomenta no favorece nuevas inversiones en carbón, ya que estas son incompatibles con los objetivos climáticos acordados. Sin embargo, los objetivos políticos relativos a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se han traducido en una constante reducción del límite máximo de emisiones en el marco del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE, lo que proporciona margen para el carbón. No deberían utilizarse instrumentos políticos adicionales para forzar un cambio hacia un futuro incierto e impreciso. En la práctica, es responsabilidad de los Gobiernos y de las instituciones de la UE garantizar que se realicen inversiones adecuadas en centrales eléctricas de última generación, en la rehabilitación de viejas centrales eléctricas para mejorar la eficiencia, en equipos de control de la contaminación para reducir las emisiones, en la modernización de las redes urbanas de calefacción para reducir las pérdidas, en la demostración de captura y almacenamiento de carbono y en las minas de carbón para mejorar la productividad. Sin estas inversiones, el futuro del suministro energético en Europa será menos limpio y competitivo y creará menos puestos de trabajo. Por estas razones, los Estados miembros deberían desempeñar un papel proactivo para garantizar un uso responsable del carbón y del lignito. CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 11/12 11.2 El debate sobre el clima y la política energética continuará, pero no debe convertirse en un debate meramente ideológico. Las emisiones de CO2 procedentes de carburantes fósiles pueden parecerles inmorales a algunos, pero el uso de las energías fósiles ha sacado a millones de personas de la pobreza y les ha permitido llevar una vida productiva y plena. 11.3 Si se permite que la amenaza de las peores consecuencias que puede provocar el cambio climático determine las políticas actuales, entonces habrá que comenzar a desmontar la industria y las sociedades urbanas, ya que no habrá suficiente energía disponible debido a las propuestas de limitación del carbono. Esto constituiría una reacción extrema a un problema al que se podría hacer frente cuando se presentara. 11.4 Un «plan de acción para el carbón» tendría en cuenta todos los aspectos y no permitiría que una única doctrina determinara la totalidad de la política. En otras palabras: un plan realista que refleje la enorme contribución que el carbón y el lignito harán al suministro energético de la UE en los próximos años; un plan respetuoso que no ignore al amplio grupo de trabajadores y sus familias que aportan una enorme contribución a la sociedad produciendo carbón y lignito para la electricidad que todos necesitamos; y un plan que reconozca el papel del carbón y el lignito autóctonos como parte de una combinación energética equilibrada y refleje la necesidad de invertir en minas productivas de carbón y lignito y en centrales eléctricas de alta eficiencia y bajas emisiones, de modo que nuestro futuro suministro energético esté garantizado, sea competitivo y tenga un escaso impacto medioambiental. _____________ CCMI/138 – EESC-2015-01360-00-00-DT-TRA (EN) 12/12