L S.C. C.1618, XLV:II Suprema Corte: -1La defensa de Merly Fanny C L interpuso recurso ordinario de apelación contra la resolución del Juzgado Nacional en lo criniínal y Correccional Federal nOS que declaró procedente su extradición, requerida por la República del Perú en orden al delito de robo agravado en grado de tentativa, es decir, un delito contra el patrimonio, previsto y reprimido por los artículos 189 y 16 del código penal de ese país. Una vez concedido, presentó el memorial a fojas 224/228. -HEl motivo por el cual la defensa niega la posibilidad de que Merly Fanny C L sea extraditada se centra en que la acción, según la legislación de la República del Perú, estaria prescripta, cu:cunstancia que impedirla admitir la petición conforme las previsiones del tratado que rige la materia celebrado entre el Estado requÍl:ente y el requerido (artículo IV, Lb). El agravio se estructura sobre dos argumentos: que al evaluar la normativa peruana para hacer el cálculo de prescripción, el juez argentino omitió aplicar la ley posterior más benigna; y que realizó una interpretación errónea del régimen de prescripción de la acción penal del país requÍl:ente. En función de estas cuestiones, la apelante alega que se ha ,-lolado el derecho de defensa en juicio (doctrina de la arbitrariedad); el debido proceso (principio de legalidad) y el derecho a exigir la retroactividad de la ley penal más benigna. -III- Según la solicitud de extradición, el suceso atribuido a Merly Fanny L ocurrió el 5 de marzo de 1999, cuando ella tenía 1 diecinueve años de edad. El 28 de mayo se fonnuló en su contra la acusación fiscal; el 8 de junio se resolvió su auto de enjuiciamiento y se fijó audiencia de juicio para el 5 de julio. Empero, al no presentarse, el 28 de septiembre de 1999 fue declarada contumaz (acto que, según la propia justicia peruana, suspendió el plazo de la prescripción; cf. fojas 148) y e! 25 de noviembre de 2011 se reiteró su pedido de captura. Fue detenida en i\.rgentina e! 27 de diciembre de 2011 y e! 5 de enero de 2012 la República de Perú solicitó la detención preventiva con fines de extradición (cf. fojas 142/145, 148 Y 149 respectivamente y fojas 160/163). El suceso fue calificado como robo agravado en grado de tentativa, previsto por el articulo 189 de! código penal de Perú que, al momento de! hecho, contemplaba una pena de quince a veinticinco años de prisión según decreto legislativo número 896 del 24 de mayo de 1998 (ver fojas 88). Esta norma es la que utilizó el juez a qua para hacer e! cálculo de la prescripción de la acción, a pesar de que la ley 27.472 (publicada el 5 de junio de 2001) derogó el decreto y redujo las penas para ese delito, estableciendo una escala de diez a veinte años de prisión. En cuanto a la prescripción, el código penal peruano la regula en el título V. El artículo 80, en lo que aquí interesa, dispone los plazos ordinarios de la prescripción (primer párrafo), al establecer que será de un tiempo igual al máximo de la pena privativa de la libertad fijada para el delito de que se trate y, en el cuarto párrafo dispone que: "La prescripción no será mayor a veinte años. Tratándose de delitos sancionados con pena de cadena perpetua se extingue la acción penal a los treinta años". Paralelamente, el articulo 81 reduce a la mitad los plazos en función de la edad cuando, como en este caso, el agente tenía 2 S.C. C.16:S, XLVIII menos de veintiún años (o más de sesenta y cinco) al momento de la comisión del hecho punible y, a su vez, el artículo 83 prevé las causales de intettupción de la prescripción de la acción penal del siguiente modo: "(... ) se interrumpe por las actuaciones del Ministerio Público o de las autoridades judiciales (... )", y un plazo extraordinario de prescripción: "(... ) Sin embargo, la acción penal prescribe, en todo caso, cuando el tiempo transcurrido sobrepasa en una mitad al plazo ordinario de prescripción". Por último, el artículo 84 establece la suspensión de la prescripción (cE. fojas 86/87). -IV- La discusión sobre la ley penal más benigna debe referirse a un caso concreto y, en este sentido, no es posible pasar por alto el régimen del plazo ordinario de prescripción previsto en el código penal peruano. En efecto, más allá de la escala penal aplicable, el juez a quo consideró que los topes previstos por el artículo 80, cuarto párrafo, de ese cuerpo legal sólo regían para los casos en los que no hubiese operado alguna reducción del plazo del artículo 81. La defensa sostiene, en cambio, que aquel límite se refiere a las escalas penales previstas en abstracto, sin perjuicio de las reducciones posteriores que corresponda realizar en función de la edad. Respecto de este punto, comparto la postura de la apelante, en tanto en e! plenario invocado (n09-2007/CJ-116 dictado para unificar el criterio "Sobre los plazos de prescripción de la acción penal para delitos sancionados con pena privativa de libertad según los artículos 80 y 83 del Código Penal", de! 16 de noviembre de 2007), la Corte Suprema de Justicia del Perú precisó que, aun ue el delito pudiera tener un máximo superior a veinte años, el artículo 80, párrafo cuarto, establece un limite cuantitativo excepcional para la prescripción 3 ordinaria en tales casos. En dicho plenario se señala que este tope sólo opera para e! plazo ordinario pero no afecta en nada (ni excluye) la operatividad de las reglas que regulan e! cómputo de! lapso exttaordinario estipulado en el final de! artículo 83. "En consecuencia, cuando se ttate de delitos cuya pena conminada privativa de libertad tiene un máximo legal superior a veinte años, e! plazo ordinario de prescripción de la acción será de veinte años. En tales supuestos e! plazo exttaordinario de la prescripción de la acción penal será de tteinta años" (cE. Considerando 10). Opino que cuando ese precedente alude a pena conminada deja en claro que el tope de ve.il1te años se refiere a la escala penal prevista en absttacto para el tipo penal del que se ttate. En el caso de e L , se tome la escala penal de la ley aplicable al momento del hecho o aquella posterior más benigna, siempre sena de aplicación el mismo límite de veinte años. por ello que considero que la discusión sobre la ley penal más benigna se torna estéril para este caso concreto. Sin perjuicio de ello, el pedido de exttadición fue efectuado en función de la nueva ley, en consonancia con lo establecido por e! articulo 103 de la constitución peruana y e! articulo 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En este sentido, si bien la solicitud realizada por el juez superior titular de la Segunda Sala Penal Liquidadora de Trujillo, La Libertad, invocó expresamente la tipificación del texto del decreto legislativo 896 -vigente al momento de! hecho- luego la Sala Penal Pennanente de la Corte Suprema de Justicia, al declarar procedente la exttadición, SOStuvO explicitamente que e! delito attibuido: "Se encuentta sancionado en nuestra legislación penal con una pena privativa de la libertad no menor de díeZ añojO (en 4 S.C. C.1618, XLVE~ aplicación de la ley más favorable en el tiempo)" -el resaltado no está en el original; cf. punto quinto de fojas 162-. -vSin embargo, entiendo que la cuestión no debe ser resuelta por aplicación del plazo ordinario de prescripción por dos razones: En primer lugar, no puede desconocerse que, según surge de las constancias acompañadas a! pedido de extradición, el plazo de la prescripción se encuentra suspendido. De fojas 148 se desprende claramente que cuando la justicia del Perú declaró a e L contumaz y dispuso su captuta, el 28 de septiembre de 1999, también suspendió expresamente los términos de la prescripción. Si bien el artículo 84 del código pena! peruano no prevé explícitamente la declaración de rebeldía y la e."¿stencia de un proceso de extradición como motivos de suspensión, la ley 26.641 de ese país, en cambio, en el artículo primero, última parte, dispone: "(... ) El Juez encargado del proceso declara la condición de contumaz y la suspensión de la prescripción". Aun cuando se trate de una cuestión debatida jurisprudenciahnente en el Estado requirente, excede claramente los límites del proceso de extradición la evaluación acerca de si la decisión de la justicia peruana sobre el tema se encuentra debidamente motivada o no, pues el marco de este proceso se ciñe a establecer, en lo que a este tema concieme, si la acción se encuentra o no prescripta conforme la ley del Estado requirente. En segundo lugar, considero que el régimen que resulta aplicable O""""",""roceso es el previsto por el artículo 83 in fine. Al respecto, cabe recordar egislación del Perú, en materia de prescripción, establece dos tipos de 5 plazos: el ordinario (artículo SO), que coincide con el monto máximo de la pena, limímdo por un tope de veínte años, y el extraordinario (artículo S3 in fine: máximo de la pena más su mímd). La defensa sostiene que este último plazo establece un límíte de tiempo para los casos en que el ordinario no operó, por haber exístido actos suspensivos o ínterruptivos. En este sentido, alega que una vez fijado el plazo ordinario, deben calcularse sobre él las distinms variables: reducciones, duplicación o plazo extraordinario. En el caso de C L , entonces, el plazo ordinario de veinte años debería reducÍtse a la mímd en función de su edad (cf. artículo Sl) y, por ello, sería de diez años. Concluye así que la acción penal se encuentra prescripta ya que hubo un periodo de inactivídad que superó los diez años entre septiembre de 1999 (cuando fue declarada cont\mlaz) y el 25 de novíembre de 2011 (reiteración del pedido de captura por parte de la Corte de Trujillo). Sín embargo, más allá de lo antes expuesto acerca de la suspensión de ese plazo, considero que esm interpremción tampoco encuentra apoyo en la intelección comente que sobre el ínstituto realizan los tribunales del Esmdo requírente, cuya ley sobre el punto es la que debe aplicarse a los fines del tramdo de extradición. En efecto, según la inteligencia que se ha otorgado allí a esta normativa, una vez que opere una sola causal de interrupción del plazo ordinario, entra en juego el térmíno extraordinario (cf. Proceso de hábeas co1pus: Expediente n07451-2005-PHCjTC, del 17 de octubre de 2005; Proceso de hábeas ¿-o1pus: Expediente n05S90-2006-PHCjTC, del 11 de septiembre de 2006; Proceso de hábeas cotpus: Expediente n004900-2006-PHCjTC, del 5 de febrero de 2007 -fundamento n011- todos ellos cimdos en "Jurisprudencia 6 S.C. C.161B, XLVIII Penal & Procesal Penal", febrero de 2009, ps. 412 y 413, en http:ííwww.raejurisprudencia.com.pe/data-jurisprudenciaLphp; Ejecutoria Suprema del 28/12/94. Exp. n0608-94 B Ayacucho. En: Gomez, :".fendoza, G. (1996). Jurisprudencia Penal. Lima, Idemsa, p.309, citado por José Urquizo Olaechea "Código Penal" T-I, Editorial San Juan Bautista, comentario al articulo 83 del Código Penal). Por ello, la reducción por la edad (articulo 81) debe computarse sobre el plazo extraordinario y este razonamiento fue seguido por VE. en el precedente "Crousillat Carreño", Fallos 329:1245 (considerando 47°), al sostener que, para calcular los plazos de la prescripción., primero hay que ver la escala máxima del delito de que se trata; luego, elevar la mitad de ese plazo según el articulo 83 in fine; y, pO! aplicación de las circunstancias subjetivas en razón de la edad (articulo 81), reducir el plazo a la mitad. En el caso de C L , el plazo ordinario de prescripción es de veinte años y por imperio del articulo 83 in fine y la interpretación que al respecto realiza la jurisprudencia de la República del Perú, se suma la mitad del plazo que, a su vez, cabe reducir a la mitad (toda vez que C L era menor de edad al momento de la comisión del hecho), por lo cual resulta un tétrnino de quince años. En función de la fecha en que tuvo lugar el delito atribuido a la requerida (5 de marzo de 1999, cf. articulo 82 del Código de! Perú y considerando 49 de "Crousillat") no ha transcurrido aún dicho plazo y, por ende, la acción no se encuentra prescripta. Esta opinión sobre la operatividad de! plazo e=aordinario, se ,~con e! criterío establecido por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprelrul! de Justicia del Perú cuando, e! 27 de febrero de 2012, invocó 7 expresamente, al refrendar el pedido de extradición de C L ,la aplicación al caso del artículo 83 (prescripción extraordinaria): "Que, en virtud de lo dispuesto en el artíeulo ochenta y rres del código Penal (prescripción extraordinaria), la acción penal por el delito contra el patrimonio, en la modalidad de robo agravado, en grado de tentativa, aún no ha prescripto, toda vez que se encuentra sancionado en nuestra legislación penal con una pena privativa de libertad no menor de diez años (en aplicación de la ley más favorable en el tiempo) (. . .)"-d. punto quinto, fojas 162-. De orro modo, no se comprende que la Sala Penal Permanente haya omitido hacer referencia al plazo ordinario de prescripción, pues de haber seguido la lectura que propone la defensa sobre e! régimen peruano de vigencia de la acción penal, debería llegarse a la conclusión de que, ya antes de que la República de! Perú solicitata la extradición, la acción penal habría estado prescripta según su propia ley. Por lo demás, vale recordar que V precedente "Crousillat Carreño" ya citado ha reconocido en el (considerando 39) que la interpretación de la regulación de la prescripción del código penal peruano está controvertida en el propio Estado requirente y que es alIi donde, en definitiva, deberá zanjarse la disputa al respecto. En conclusión, confo=e las razones expuestas, entiendo que en este proceso, regido por el principio de cooperación internacional, la acción penal seguida contra C L no está prescripta. -VlPor último, cabe hacer mención al planteo introducido por la defensa en el memorial, según e! cual, el hecho de que e! delito imputado a 8 S.C. C.1618 e L ~. XLVII! haya sido calificado en grado de tentativa deberla tener alguna incidencia en el cómputo del plazo de prescripción. Al respecto, basta señalar que la comisión de un delito en grado de tentativa no resulta una variable a ponderar al momento de calcular los plazos de prescripción, sobre todo SI tenemos en cuenta que e! código penal peruano libra esa cuestión a la interpretación de! juez que habrá de imponer la pena (cE artículo 16), de modo que es a las autoridades especificas del pals requirente a quienes les corresponde realizar esa estimación en la instancia propia de aplicación de la pena. -VII- Por lo expuesto entiendo que YE. debe confirmar la sentencia en todo cuanto resultó materia de apelación,. Buenos Aires, z:;- de c:tf."co?1/1't'kde 2013. EDUARDO EZEQUIEl CASAL