CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL Magistrado Ponente: JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO Aprobado acta Nº 171 Bogotá, D.C., dieciocho (18) de mayo de dos mil once (2011) VISTOS La Corte resuelve el recurso de casación interpuesto por la Fiscal Treinta Delegada ante los Jueces Penales del Circuito de Bogotá contra la sentencia del 29 de octubre de 2010, por medio de la cual el Tribunal Superior de la misma ciudad revocó la dictada por el Juzgado Veintiuno Penal del Circuito con funciones de conocimiento, y absolvió a Diego Mauricio Alvis Candia del delito de acceso carnal abusivo con incapaz de resistir atribuido en el escrito de acusación. HECHOS Fueron sintetizados por el Tribunal de la siguiente manera: CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia “El 26 de julio de 2008, el señor Mauricio Joya formuló denuncia en la cual señala que su hija… de 12 años de edad, se encuentra en el Hospital San José y según valoración médica se tiene conocimiento que fue drogada y violada. En entrevista practicada a Yuri Marcela Rodríguez de 16 años de edad y hermana de…., manifestó que el día 25 de julio de 2008 llegó el señor Diego Mauricio Alvis Candia, solicitando que fuera a recoger a su hermana a su casa porque se encontraba ebria y como intoxicada. Acudió y en el segundo piso de la edificación, en una habitación, encontró a su hermana desmayada, sobre un colchón con la ropa interior por debajo de las rodillas, la falda y la camisa subida, con un olor fétido, manchas de sangre en la ropa interior y las piernas, por lo que avisó a la Policía, y fue trasladada al Hospital San José. Cuando reaccionó, por comentario de la menor víctima, se enteró de que la tarde de los hechos se había ido a tomar ron con Diego, como a la tres se tomó una pastilla que éste le dio para el dolor de cabeza, se sintió mareada y únicamente recuerda que le decía a Diego que no la penetrara más ”. ACTUACIÓN PROCESAL El 4 de octubre de 2008, ante el Juzgado Veintitrés Penal Municipal con funciones de control de garantías de Bogotá, se celebró audiencia preliminar donde se legalizó la captura del aprehendido, se imputó el delito de acceso carnal con incapaz de resistir y se profirió medida de 2 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia aseguramiento de detención preventiva contra Diego Mauricio Alvis Candia. Presentado el escrito de acusación, celebradas las audiencias de formulación de la misma, preparatoria y del juicio oral, el Juzgado Veintiuno Penal del Circuito con función de conocimiento de Bogotá, el 3 de junio de 2010, dictó sentencia de primera instancia en la que condenó a Diego Mauricio Alvis Candia a la pena principal de 195 meses de prisión y a la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el mismo término de la sanción privativa de la libertad, como autor del delito de acceso carnal abusivo con incapaz de resistir. Apelado el fallo por la defensa de Alvis Candia, el Tribunal Superior de Bogotá, el 29 de octubre de 2010, lo revocó y, en su lugar, lo absolvió del cargo atribuido en el escrito de acusación. LA DEMANDA DE CASACIÓN La Delegada del Fiscal General de la Nación, inicialmente manifiesta que la finalidad del recurso es proteger las garantías de los intervinientes, las cuales fueron avasalladas por el sentenciador de segundo grado, pues el delito cometido no debe quedar en la impunidad, máxime cuando se trata de una víctima tan sólo de 12 años de edad para la época en que ocurrió el acontecer fáctico. 3 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia Es decir, a la víctima se le vulneraron sus derechos en cuanto a la verdad, justicia y reparación, no obstante que la prueba recaudada en el juicio oral es indicativa de la responsabilidad del señor Alvis Candia frente al cargo imputado en el escrito de acusación. Así mismo, argumenta que con el recurso pretende que la Corte unifique la jurisprudencia respecto al método de apreciación de los elementos de convicción que rige y con relación al principio de libertad probatoria. En este caso, el sentenciador de segundo grado puso en duda el estado de indefensión de la víctima, contrariando la prueba incorporada en el juicio. Único cargo Bajo la nomenclatura de la causal tercera de casación, la Fiscal Treinta Delegado ante los Jueces Penales del Circuito de Bogotá acusa al Tribunal de haber violado, de manera indirecta, la ley sustancial, en tanto el sentenciador al momento de apreciar la unidad probatoria incurrió en un error de derecho por falso juicio de convicción, en la medida en que exigió en orden al juicio de tipicidad la valoración médico legal sexológica practicada a la víctima por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, lo cual, en su criterio, constituye una tarifa legal de pruebas, contrariándose lo preceptuado en los artículos 210 y 211.4 del Código Penal y 372, 373 y 380 del Código de Procedimiento Penal. Argumenta que también pretende con la impugnación que en sede de casación se reconozcan los siguientes aspectos: 4 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia 1. Que el delito de acceso carnal con incapaz de resistir se demostró con el testimonio de la menor, puesto que fue corroborado con el de la sicóloga del Cuerpo Técnico de Investigación, los peritos profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses y por Yuri Marcela Joya, hermana de la víctima, quien estuvo con posterioridad a la comisión de la conducta delictual en el lugar de los hechos y auxilió a la menor. 2. Que la sentencia impugnada exigió para demostrar el delito de acceso carnal con incapaz de resistir y para efectos de la estricta tipicidad, el dictamen médico legal que así lo indicara, sin que la ley contemplara esa probanza para demostrar ese hecho. 3. Que como consecuencia de lo anteriormente expuesto, el sentenciador infringió el principio de libertad probatoria, pues el citado acceso se podía demostrar con cualquier elemento de juicio y no solamente con el dictamen pericial. Luego de referirse al método de apreciación de la sana crítica y de transcribir un fragmento del fallo impugnado, critica al Tribunal por haber puesto en duda la versión de la víctima y de la sicóloga que practicó la entrevista a la menor y que presentó en la audiencia pública sus conclusiones como experta. De manera similar asevera que el Juzgador desconoció las reglas de valoración de las pruebas al sostener que no obstante que la fiscalía 5 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia contaba con un dictamen médico legal, no lo allegó en el correspondiente juicio oral. En su criterio, el testimonio de la menor que rindió en el juicio oral fue creíble, máxime cuando fue corroborado con el de la sicóloga, en tanto fue claro y espontáneo “en referir las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron los hechos, como también el autor de los mismos…”, señalando en forma inequívoca al hoy procesado. Con otras palabras, dice que el testimonio de la menor evocó de manera detallada el acontecer fáctico. Con relación al punto central de la censura, esto es, que no obra prueba técnica que demuestre la tipicidad de la conducta atribuida al acusado, sostiene que, como lo adujo el sentenciador de primera instancia, la menor ofendida fue a casa de su agresor y libó alcohol sin tener en cuenta la cantidad. Por tanto, el Tribunal incurrió en el denunciado error de derecho, “al concluir que es necesario constituir una prueba idónea aparte de la versión de la menor para probar su dicho como era el dictamen médico y físico del mismo con el cual se probaría la ingesta de alcohol…”. Así mismo requirió para el juicio de tipicidad el mencionado dictamen médico legal, máxime cuando, insiste, el testimonio de la víctima es creíble “porque narró y describió una vivencia real como haber sido objeto de abuso sexual por parte de Alvis Candia y, que además esa declaración tiene respaldo con el dicho de Yuri Marcela Joya Rodríguez, hermana de la 6 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia menor ofendida, quien tuvo conocimiento de los hechos, puesto que fue el mismo acusado Diego Mauricio Alvis Candia quien acudió a su casa a dar a conocer que la víctima se encontraba en su habitación como intoxicada y por ende salió en busca de ella. Pese a que esa testigo es digna de credibilidad y enfáticamente manifestó en el juicio lo que pudo percibir en la escena de los hechos, el H. Tribunal exige que para demostrar esa ingesta de alcohol se debió incorporar el dictamen médico legal sexológico, con lo cual se ha desnaturalizado el principio de libertad probatoria”. Acota que la fiscalía demostró su teoría del caso con testigo directo, el que encontró respaldo en otros testimonios de personas que percibieron el estado deplorable de la menor. A continuación se pregunta “si se entiende que existe la penetración del miembro viril en la cavidad oral, anal o vaginal de la víctima, según la tesis del H. Tribunal entonces ¿Cómo se demuestra el acceso carnal por vía oral?, ¿para ello se debe incorporar también el examen sexológico que se echa de menos?. Claro está que el exigir esa prueba pericial no es adecuado, razonable y legal, y es allí donde se concreta el error in iudicando más aún cuando, repito, el mismo juez colegiado dice que la menor libó alcohol”. Después de insistir en el yerro en que incurrió el Tribunal, depreca a la Corte casar la sentencia impugnada y, consecuentemente, dejar vigente el fallo de primer grado que condenó a Alvis Candia. 7 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia AUDIENCIA DE SUSTENTACIÓN La Delegada del Fiscal General de la Nación La funcionaria asignada para el acto y con el fin de reiterar los argumentos expuestos en la demanda, luego de destacar los hechos objeto del debate, anota que la sentencia recurrida vulneró los derechos de la víctima, en la medida en que la prueba recaudada en el juicio oral evidencia el acceso carnal y el estado de alicoramiento en que ésta se encontraba. Argumenta que el artículo 373 de la Ley 906 de 2004 estipula el principio de libertad probatoria, en tanto el juez puede arribar a su convicción basado en cualquier elemento de juicio siempre y cuando no vulnere derechos fundamentales. Acota que el estado de beodez de la adolescente encuentra correspondencia con los elementos de juicio incorporados al juicio oral. De tal manera, califica como no acertado el fallo absolutorio del Tribunal, toda vez que la sentencia de primera instancia se halla debidamente fundamentada y sustentada desde el punto de vista fáctico y jurídico, máxime cuando esa Corporación exige una tarifa legal, la cual se encuentra abolida en nuestra legislación procesal. 8 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia La representante del Ministerio Público La Procuradora Delegada considera que el fallo del Tribunal no es atinado, toda vez que desconoce que en nuestro sistema procesal y en lo atinente a la apreciación de las pruebas, no rige el método de la tarifa legal. Frente al punto en discusión, advierte que la jurisprudencia de la Corte ha sido pacífica y reiterada, en torno a que el funcionario puede arribar a su conocimiento basado en cualquier elemento de juicio siempre y cuando no vulnere derechos fundamentales. Así las cosas, estima que en el proceso obra la prueba suficiente para demostrar los elementos de la conducta punible de acceso carnal abusivo con incapaz de resistir, entre ellas, el testimonio de la víctima, de su hermana y la perito sicóloga. Reconoce que si bien es cierto el registro del testimonio de ésta última no es el más adecuado, también lo es que el juez de primera instancia que participó en la inmediación, constató la veracidad del contenido de la prueba. Además, se debe presumir la buena fe. Por tanto, advierte que requerir la prueba técnica en el aspecto plasmado por el sentenciador de segundo grado, resulta desatinado con relación a la libertad probatoria que rige nuestro sistema procesal. En consecuencia, solicita a la Corte casar la sentencia impugnada y, por lo mismo, que cobre vigencia la proferida en primera instancia. 9 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia La representante de la víctima Manifiesta que constituye un contrasentido que el Tribunal en el fallo acepte que la menor no tenía capacidad de discernir sobre su sexualidad, así como que ingirió bebidas alcohólicas y, no obstante, afirme que no obra prueba técnica respecto de los anteriores supuestos. Asevera que la víctima tiene derecho a la verdad, justicia y reparación, presupuestos que encuentran correspondencia con los medios de convicción allegados al juicio oral. En consecuencia, solicita casar la sentencia tal como se pidió en la demanda presentada por la fiscalía. La defensora del procesado Aduce que el fallo cuestionado no vulneró ningún derecho fundamental de la víctima. Es más, dice que el juzgador simplemente exigió para demostrar un hecho condicionante del tipo estar fundado en una prueba técnica y, por ende, la fiscalía no demostró la teoría del caso. En consecuencia, depreca a la Corte no casar la sentencia impugnada. 10 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia CONSIDERACIONES DE LA CORTE 1. La Delegada del Fiscal General de la Nación, basada en la causal tercera de casación, acusa al Tribunal de haber violado, de manera indirecta, la ley sustancial por error de derecho por falso juicio de convicción, en tanto exigió para demostrar la estricta tipicidad con relación al punible de acceso carnal con incapaz de resistir la valoración médico legal sexológica. 2. En orden a establecer si el sentenciador incurrió en el aludido yerro en la actividad probatoria, resulta oportuno realizar una breve síntesis respecto de las consideraciones del fallo recurrido: a) De entrada considera que razón asiste a la defensa técnica en el motivo de inconformidad contra el fallo de primera instancia, en cuanto a que en el juicio oral no se demostró la ingesta de alcohol y la pastilla que produjo la incapacidad de resistir en la víctima. En efecto, sostiene la citada Corporación que la decisión de libar alcohol con el procesado fue un acto voluntario de la menor, supuesto que encuentra confirmación con el testimonio de la hermana que la halló en el estado deplorable tantas veces mencionado en esta sentencia. b) También la Corporación advirtió que cuando la adolescente se sintió mareada, el acto sexual estaba en curso, puesto que le decía al acusado 11 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia que no la penetrara más, afirmación que igualmente encuentra demostración con el testimonio de la hermana. c) Que no se puede precisar la cantidad de alcohol que ingirió la menor, máxime cuando hay contradicciones entre los deponentes con relación a éste tópico. d) Igualmente, califica que no se logró evidenciar la composición química de la pastilla que presuntamente tomó la víctima. En consecuencia, estima que era imperioso que al juicio oral, público y concentrado, se allegara el dictamen técnico científico con el objeto de aclarar este punto. e) Estima que la actividad probatoria desplegada por el ente acusador fue escasa o nula, toda vez que si la menor fue hospitalizada por el plazo de cinco días y examinada por el experto de Medicina Legal, de todas formas esa situación no fue demostrada en el juicio. f) Agrega que la construcción del fallo de primer grado es desacertado y caprichosa, en torno a que no se necesita prueba de carácter científico en orden a demostrar el grado de alicoramiento de la víctima y la identificación del medicamento que presuntamente le suministró el acusado, en la medida en que este acontecer fue establecido con el testimonio de la menor. 12 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia Frente a este punto, el juzgador de segundo grado se cuestiona sobre la cantidad de alcohol que ingirió la adolescente, puesto que la perito sicóloga que la valoró, informó que se había tomado una botella de ron, después ésta indicó que fueron ocho tragos y luego anotó que fue media botella. Por tanto, desatinadamente el Tribunal concluyó que de la evidencia física incorporada al juicio no se puede construir un argumento de incapacidad de resistir, al punto que censura al fallador de primera instancia por haber inferido dicho elemento integrante del tipo sin información científica y especializada. Argumenta que del testimonio de la menor no se deduce que el acusado la haya obligado a tomar licor y a ingerir la pastilla; de ahí que manifieste que no está clara la intención del acusado de aprovechar la condición de inferioridad de la menor para el momento de la relación sexual, puesto que fue voluntariamente que la agredida concurrió a la casa de su presunto victimario, no sin antes comprar éstos una botella de licor. Sin embargo, reconoce que la víctima tenía para la fecha de los hechos doce años de edad, pero “ello no implica que el procesado tuviese la necesidad de superar o doblegar la voluntad de la joven, sino sólo que debió tener mayor dominio y conocimiento de las condiciones en que la ley permite que el deseo sexual se cristalice sin sanción penal”. Resalta que la adolescente sabía que el acusado se encontraba sólo en su casa y que éste tenía dudosa reputación por ser consumidor de 13 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia marihuana, aspectos que llevan a concluir al Tribunal que entre ellos había una cierta cercanía y que la presunta víctima decidió voluntariamente ir al encuentro sexual, razón por la cual pone en duda que aquél quería aprovecharse de una circunstancia de indefensión. De otro lado, destaca que no se puede inferir la condición física de la joven, puesto que la narración que hizo su hermana en el juicio oral no es idónea en orden a sentar una premisa de ese particular asunto. Al fallador de segunda instancia le llama la atención que el acusado hubiese ido a la casa de la adolescente a informar que se había quedado dormida por razón de la ingesta de licor, motivo por el cual infiere que no es lógico que un agresor sexual acuda a casa de la víctima a informar esa condición. Anota que el proceso adolece de vacíos probatorios, los cuales pudieron suplirse con un adecuado trabajo metodológico de investigación. Asevera que el titular del juzgado motivó la condena basado en un proscrito conocimiento privado o en simples conjeturas, las cuales, en su sentir, no son válidas dentro de la ley procesal. Insiste en que al proceso no se allegó prueba de carácter técnico científico que demuestre el grado de ingesta de alcohol y el medicamento que presuntamente el acusado suministró, además de que como quiera que las declaraciones de los peritos no cuentan con un buen audio, no resulta 14 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia atinado inferir que los hechos se probaron con los testimonios de los médicos expertos en el área de sicología, genética forense y biología, de ahí que califique el ad quem que se trata de pruebas de referencia. A continuación sostiene que por razón de la edad de la víctima ella no tenía capacidad para autodeterminarse sexualmente; sin embargo, conforme a la jurisprudencia de la Corte, no se puede variar la calificación jurídica dada a los hechos, sin olvidar que la menor se negó a rendir testimonio frente a la cámara Gessell, lo que fue permitido de manera irregular por el a quo en detrimento de los derechos del acusado, según lo preceptuado en el artículo 404 del Código de Procedimiento Penal, pues dicho aspecto habría podido dilucidar si la joven representaba los años que tenía. En tales condiciones, el juzgador de segundo grado revocó el fallo condenatorio y absolvió al sentenciado. 3. De acuerdo con las anteriores consideraciones del Tribunal, la Sala advierte que incurrió en la infracción indirecta de la ley sustancial por error de derecho por falso juicio de convicción, al exigir que en el presente asunto se debía demostrar con prueba técnico científica el elemento integrante del tipo, esto es, con incapaz de resistir, que en el presente caso sería la ingesta de alcohol y el medicamento que suministró el acusado a la adolescente. 15 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia Recuérdese que el error de derecho por falso juicio de convicción consiste en que el juzgador, al apreciar los medios de convicción incorporados a la actuación, niega el valor que la ley le asigna o, contrario sensu, se inventa uno que no estatuye la norma procesal, como sucedió en este evento. En el supuesto que ocupa la atención de la Corte, el sentenciador de segundo grado está reclamando una prueba determinada, en orden a dar por demostrado que la víctima fue puesta en incapacidad de resistir por el consumo de alcohol y un medicamento, lo que, en su criterio, no se encuentra probado, puesto que no se allegó la correspondiente experticia para evidenciar ese puntual aspecto. El yerro del Tribunal radica en la concepción que tiene de los principios de libertad e idoneidad de los medios de prueba. En efecto, respecto a la libertad probatoria, el artículo 373 de la Ley 906 de 2004 estatuye ese postulado, indicando que “los hechos y circunstancias de interés para la solución correcta del caso, se podrán probar por cualquiera de los medios establecidos en este código o por cualquier otro medio técnico o científico, que no viole los derechos humanos”. Así, entonces, el mencionado principio de libertad probatoria debe estudiarse bajo una doble perspectiva, a saber: 16 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia a) Que ley no impone la demostración de un hecho con un determinado elemento de juicio, y b) Que el funcionario judicial goza de liberalidad de arribar a un conocimiento con cualquier elemento de convicción, sin que le sea dable exigir uno determinado para cumplir con la obligación de apreciar los medios de prueba, con respeto a los principios que rigen la sana crítica. A su vez, el postulado de idoneidad de la prueba está referido a que una vez valorados los conceptos de pertinencia y utilidad, conforme a la actividad probatoria desplegada en el trámite del proceso, la probanza debe tener capacidad suficiente para demostrar el acontecer que interesa al objeto del debate en procura de arribar al conocimiento más allá de toda duda, con relación a la existencia del hecho y la responsabilidad del acusado en orden a proferir un fallo de carácter condenatorio. La sentencia de segundo grado, como lo postula la casacionista, está fundada bajo la noción de la ausencia de prueba técnica que demuestre que la víctima fue puesta en incapacidad de resistir, situación que resulta contradictoria con la actividad probatoria desplegada en el trámite del juicio oral, público y concentrado. 4. Reconocida la existencia del vicio del sentenciador, la Corte procede a verificar si el mismo es trascendente y, por ende, conlleva al quebrantamiento del fallo dictado en segunda instancia. 17 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia Es verdad que, como lo indicó el Tribunal y lo destacó la Delegada del Ministerio Público, algunos de los registros técnicos del trámite del juicio oral, público y concentrado no cuentan con un buen audio. Sin embargo, esa situación por sí sola no es suficiente para desechar los medios de convicción que desfilaron en ese acto, puesto que no puede perderse de vista que el juzgador de primera instancia, en ejercicio de los principios de inmediación y concentración, intervino en su producción y aducción, dando fe de lo allí ocurrido, máxime cuando ningún interviniente ha puesto en duda esa situación, como lo hizo el ad quem en orden a absolver al acusado. Según la evidencia probatoria que obra en el diligenciamiento, se conoce que, conforme al análisis realizado por una experta del Grupo de Genética Forense del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se detectó un perfil genético masculino que coincide con el del acusado; de ahí que no se puede excluir que el origen de los espermatozoides recuperados en el cuerpo de la víctima son de Diego Mauricio Alvis Candia, pericia que ingresó al juicio oral con el testimonio de la Doctora Ginna Margoriek, profesional especializada forense. Con relación al estado de inconsciencia de la adolescente, lo cual se traduce en una incapacidad de resistir, el juzgador de primera instancia fue claro y atinado en inferir que ese hecho se hallaba acreditado en el proceso con base en los testimonios de la víctima y de su hermana, estado que provino de la ingesta de bebidas alcohólicas y del consumo de una 18 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia pastilla, situación que, por demás, no fue objetada por la defensa, llevando a la joven a esa condición, lo que permitió al procesado accederla carnalmente, pues no tenía la voluntad de entender lo que sucedía. Conforme a la evidencia allegada se cuenta con las versiones de la adolescente y la sicóloga, las cuales confirmaron que los hechos ocurrieron en la forma anteriormente narrada. Además, contrario a lo afirmado por el Tribunal y que es resaltado por el Juzgador de primer grado, en el debate oral “se escuchó el testimonio de la menor en cámara de Gessell a través de sicóloga y con la presencia del defensor de Familia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, respetando sus derechos prevalentes con fundamento en lo previsto en el artículo 150 de la Ley 1098 de 2006, y allí L.Y.J.R. relató que el día de los hechos a eso de las 12:30 se dirigía al colegio, se encontró con Diego, quien la invitó a comer algo, ella aceptó, sin embargo él compró una botella de ron viejo de Caldas. Fueron a la casa de éste, se tomó algunas copas de licor y cuenta que a las 3:00 de la tarde aproximadamente, se sintió con sueño y dolor de cabeza, ante lo cual le dijo al acusado que se marcharía hacía su casa, pero éste le hizo tomar una pastilla y desde entonces se sintió mareada. Veía borroso y sólo recuerda que entre dormida sentía que Diego la accedía carnalmente vía vaginal, y a eso de las siete de la noche despertó en el Hospital San José”. Recálquese que la anterior narración igualmente encuentra sustento en el testimonio que rindió la hermana de la víctima, la cual relató que el 19 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia acusado Diego Mauricio Alvis Candia le avisó sobre las tres de la tarde de ese 25 de julio de 2008, que su consanguínea se hallaba en estado alto de alicoramiento, siendo ese el motivo por el que fue hasta la casa del acusado, “donde la encontró inconsciente, con la falda arriba y la ropa interior abajo, no reaccionaba, tenía sangre, mal olor. Y varias mujeres que se encontraban allí se burlaban de su hermana y seguidamente llamó a la Policía y a las 4:30 la llevó al Hospital y allí permaneció como cinco días, que cuando reaccionó lloraba mucho y contó lo sucedido”. La anterior narración cuenta con el respaldo del padre de la menor, Señor Mauricio Joya, quien de manera similar informó a la justicia el lugar donde fue hallada su hija y en el estado en que se encontraba, esto es, de inconsciencia con la ropa manchada de sangre y abusada sexualmente, motivo por el cual fue llevada al Hospital. Asimismo, se escuchó en testimonio a la Doctora Carolina Pineda Fernández, sicóloga de la Dirección Seccional, Cuerpo Técnico de Investigación, “a través de quien se ingresó como prueba la entrevista sicológica judicial que se realizó a L.Y.J.R., profesional que concluyó que la menor evoca y manifiesta el acontecimiento, reproduciendo conversaciones bajo el criterio de reversibilidad, especificando tiempo, modo y lugar de la situación hasta el momento en que pierde el conocimiento y reconoce que hasta ese momento estaba en compañía de Diego Mauricio Alvis Candia”. 20 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia De tal manera, si bien es cierto que al diligenciamiento no se incorporaron dictámenes periciales que informaran el estado de alicoramiento y la pérdida de voluntad de la víctima, de todas formas la prueba testimonial allegada al juicio oral, público y concentrado, es evidente en demostrar que la menor contaba con 12 años, fue hallada inconsciente en la cama que pertenecía al acusado, estaba semidesnuda y vertida en sangre, puesto que había sido accedida carnalmente por Alvis Candia, como así se demostró con el examen de genética que concluyó que el perfil genético correspondía a éste. Por tanto, la Corte se aparta de las conclusiones del Tribunal cuando desatinadamente infiere que los argumentos de la sentencia de primer grado son desacertados y caprichosos, toda vez que la prueba que desfiló en el juicio oral, es indicativa de que la menor fue puesta en incapacidad de resistir bajo sustancias alcohólicas y el suministro de una pastilla y, consecuentemente, accedida carnalmente, hechos que encajan en la descripción típica de la conducta punible de acceso carnal con incapaz de resistir, según lo reglado en el artículo 210 de la Ley 599 de 2000. Por manera que la Sala tampoco comparte la supuesta hipótesis del sentenciador, consistente en que no se demostró cuál fue la cantidad de alcohol que ingirió la menor, puesto que los testimonios fueron claros en indicar que la sustancia consumida por la adolescente fue suficiente para conducirla a un estado de inconsciencia. 21 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia Ahora bien, desatinado, por decirlo menos, resulta la conclusión del Tribunal en torno a que no está claro si la víctima compareció de manera voluntaria al lugar a libar alcohol y a tener relaciones sexuales con Alvis Candia, pues ésta era una persona tan sólo con doce años de edad, hecho que constituye una presunción de derecho respecto a que ella no tenía libertad de discernimiento con su sexualidad, mientras que su agresor era un adulto que para la época de los hechos contaba con veinte años. En esas condiciones, el razonamiento utilizado por el sentenciador de segunda instancia en orden a absolver al procesado, relacionado con que la víctima sabía que su agresor se hallaba sólo en su habitación, que tenía dudosa reputación porque era conocido como consumidor de marihuana, que entre ellos había una cercanía y que la adolescente decidió ir voluntariamente al encuentro sexual, son hipótesis que carecen del debido respaldo probatorio, en tanto que el ad quem pierde su rumbo cuando desconoce la edad de la niña y el estado en que fue encontrada por sus familiares, circunstancias que no le permitían resolver esos absurdos cuestionamientos. Ilógica es igualmente la conclusión del juzgador, en cuanto a que el testimonio de la hermana de la agredida no es idóneo para demostrar esa incapacidad de resistir y que no entiende cómo un agresor sexual va hasta la casa de la víctima a informar lo que estaba sucediendo, habida cuenta que la evidencia procesal indica que éste se asustó al ver a la joven en el 22 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia estado en que se encontraba, no quedándole otro remedio que acudir ante sus familiares para que la socorrieran, situación que ameritó que fuera llevada al hospital y estuviera recluida por cinco días. En síntesis, no resulta cierto que la sentencia de primera instancia se haya fundado en un conocimiento privado del juzgador, sino que la misma se apoyó en la prueba que desfiló en el juicio oral, público y concentrado. Así, el hecho de que no se hubiese incorporado al juicio oral prueba técnica que indicará el grado de alcoholemia en que se encontraba la agredida sexual y, consecuentemente, su estado de inconsciencia, no lleva a colegir que el mencionado hecho no existió, dado que dentro del principio de libertad probatoria el expediente contaba con los medios de convicción suficientes para concluir que la joven fue accedida carnalmente en tanto había sido puesta en incapacidad de resistir, al habérsele suministrado de manera simultánea, licor y un medicamento. 5. Por lo anteriormente expuesto, la Corte casará la sentencia de segunda instancia y como Tribunal de Casación, condenará al acusado en los términos indicados en el fallo de primera instancia, esto es, a la pena principal de 195 meses de prisión y a la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por un periodo igual al de la sanción privativa de la libertad, como autor de la conducta punible de acceso carnal con incapaz de resistir, conforme a lo establecido en el artículo 210 del Código Penal. 23 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia Asimismo, como lo dedujo el Juzgador de primera instancia, se condena a Diego Mauricio Alvis Candia a cancelar como perjuicios morales derivados de la conducta punible anteriormente enunciada, al pago de 70 salarios mínimos mensuales legales vigentes, en los términos indicados en el fallo de primer grado. En mérito de lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE CASACIÓN PENAL, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, RESUELVE 1. Casar la sentencia impugnada por prosperar el único cargo de la demanda de casación presentada por la Fiscal Treinta Delegada ante los Jueces Penales del Circuito de Bogotá. En consecuencia, se condena a Diego Mauricio Alvis Candia a la pena principal de 195 meses de prisión y a la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el mismo término de la sanción principal, como autor de la conducta punible de acceso carnal con incapaz de resistir. También se condena a Alvis Candia al pago de 70 salarios mínimos mensuales legales vigentes como perjuicios morales derivados de la comisión de la conducta punible antes enunciada. 24 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia 2. Por Secretaría, expídase la orden de captura contra Diego Mauricio Alvis Candia para que purgue la pena descrita anteriormente. 3. Contra esta decisión no procede recurso alguno. Cópiese, comuníquese y cúmplase. Devuélvase al Tribunal de origen. JAVIER ZAPATA ORTIZ JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO EXCUSA JUSTIFICADA JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ ALFREDO GÓMEZ QUINTERO MARIA DEL ROSARIO GONZÁLEZ DE LEMOS 25 CASACIÓN 35668 Diego Mauricio Alvis Candia República de Colombia Corte Suprema de Justicia AUGUSTO J. IBAÑEZ GUZMÁN JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA NUBIA YOLANDA NOVA GARCIA Secretaria 26