Estado Actual de la Protección de los Derechos del Consumidor en el MERCOSUR Piris, Cristian R. Instituto de Derecho Civil - Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas - U.N.N.E. Salta Nº 459 - (3400) Corrientes - Argentina. Teléfono: +54 (03783) 15546928 ANTECEDENTES El movimiento consumerista se inicia en la década del ’60 en los países más desarrollados, principalmente en los EE.UU. y Europa. En su génesis los derechos del consumidor se presentaban como un cuerpo de normas de carácter eminentemente represivo y local. Gradualmente el legislador fue comprendiendo que el derecho del consumidor debía ser fundamentalmente preventivo y exceder las fronteras nacionales. En esta inteligencia la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó, en 1.985, las Directrices para la Protección del Consumidor, en la que reconoce como derechos básicos de los consumidores: Protección frente a los riesgos para su salud y su seguridad. Promoción y protección sus intereses económicos. Acceso a una información adecuada que les permita hacer elecciones bien fundadas conforme a los deseos y necesidades de cada cual. Educación del consumidor. Posibilidad de compensación efectiva en caso de daños. Libertad de constituir grupos u otras organizaciones y la facultad de hacer oír sus opiniones en los procesos de adopción de decisiones que afecten a los consumidores. En el ámbito internacional, a nadie escapa que nos hallamos inmersos en un fenómeno de globalización y en este contexto advertimos la conformación de bloques regionales como la Unión Europea, el Nafta o el Mercosur, con el claro objetivo de los Estados de lograr ventajas competitivas en el mercado mundial. Estos procesos de integración han presentado una paradoja en el ámbito de los derechos del consumidor. La creación de espacios interiores (intraregionales) donde los bienes puedan circular libremente producen, en general, mejoras en los precios y calidad de los productos y servicios, beneficiando así a los consumidores, pero por otro lado la apertura de fronteras puede redundar en un perjuicio para los consumidores de los países cuyos estados les brinden una protección más completa desde el momento que los tratados de integración usualmente introducen cláusulas que impiden a los estados miembro limitar el intercambio de bienes so pretexto del cumplimiento de normas de orden interno. En este dilema se halla inmerso el Mercosur. El Tratado de Asunción establece como uno de sus propósitos fundamentales la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países signatarios, a través de la eliminación de derechos aduaneros y de restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y cualquier otra medida equivalente (art. 1). Pero a los efectos de evitar consecuencias no deseados de este objetivo básico también se ha previsto como propósito la armonización legislativa en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración. En la confluencia de estos principios seguramente se halla la solución al problema de brindar una efectiva protección al consumidor en el Mercosur sin que ello implique trabas a la libre circulación de los bienes. En el presente trabajo intentaré explicar cual ha sido la solución que el Mercosur ha dado a esta cuestión. Creo conveniente aclarar que en esta comunicación sólo daré a conocer algunas conclusiones de una vasta investigación sobre los derechos del consumidor, que abarca al Mercosur en cuanto proceso de integración y al derecho interno de cada uno de los estados signatarios del Tratado de Asunción y que por razones de extensión no son tratados en el presente trabajo. Por estas mismas razones no efectuaré un examen exegético de los textos principales sometidos a estudio, y sólo me limitaré a destacar algunas disposiciones que estructuran el sistema sobre el cual se construye el derecho comunitario del consumo. MATERIALES Y MÉTODOS En lo que se refiere a esta comunicación el diseño de la investigación ha sido esencialmente bibliográfico. Los materiales utilizados han sido fuentes primarias documentales (Tratados, Protocolos, Resoluciones, etc.) y fuentes bibliográficas de doctrina. En cuanto al método he seguido básicamente el propuesto por la dogmática jurídica, por ser el de mayor raigambre y predicamento en la ciencia jurídica continental, pero también he tomado algunos elementos metodológicos aportados por el modelo de ciencia jurídica “sistematizadora” de Alchourrón y Bulygin (Introducción a la Metodología de las Ciencias Jurídicas y Sociales, 1.998). El sistema jurídico tomado como base en este trabajo esta compuesto por las Directrices para la Protección del Consumidor de las Naciones Unidas, el Tratado de Asunción, el Protocolo Complementario de Ouro Preto, el Protocolo de Santa María, las Resoluciones 123, 124, 125, 126 y 127 del Grupo Mercado Común, y el Proyecto de Protocolo de Defensa del Consumidor en el Mercosur. Por último, creo conveniente destacar que no asumo la existencia de significados objetivos de las palabras (dado que no comparto una visión esencialista del lenguaje) y por ello me he tomado la atribución de delimitar el alcance de algunos términos utilizados en este trabajo. DISCUSIÓN DE RESULTADOS En primer lugar reseñaré brevemente el sistema de creación de normas elaborado por el Mercosur a los efectos de hacer entendible el contexto en el cual se desarrolla el derecho comunitario del consumo, para luego entrar de lleno en el análisis de algunas disposiciones fundamentales dictadas en este sentido. El Mercosur posee un complicado mecanismo de creación de normas. El Tratado de Asunción y el Protocolo Complementario de Ouro Preto establecen la estructura institucional del Mercosur. De ellos se desprende el carácter intergubernamental de este proceso de integración, ya que no se han creado órganos supranacionales, es decir, órganos a los que los Estados Miembros hayan delegado competencias legislativas o jurisdiccionales. Esto nos permiten distinguir doctrinariamente entre derecho comunitario originario y derivado. El primero constituido por un conjunto de disposiciones con rango de tratados internacionales1, y el segundo compuesto por normas emanadas de los órganos de gobierno de la comunidad regional2 que para ser obligatorios deben ser incorporados al ordenamiento jurídico de cada estado a través de normas de orden interno. Las normas del Mercosur no tienen eficacia directa e inmediata, sino que para entrar en vigor deben ser incorporadas a los ordenamientos jurídicos nacionales, el Protocolo de Ouro Preto establece el carácter obligatorio de estas normas pero en el sentido que los Estados Partes se comprometen a incorporarlas a su derecho interno mediante los procedimientos previstos por la legislación de cada país. También es importante destacar que el Mercosur ha establecido un sistema de “vigencia simultánea de las normas derivadas” de forma tal que estas entran en vigor al mismo tiempo para todos los Estados Parte, pero sólo una vez que hayan sido incorporadas al orden jurídico interno de cada uno de ellos. Actualmente en el Mercosur todas las disposiciones referidas al derecho del consumidor tienen la pretensión de ser normas originarias, aunque algunas de ellas hayan sido creadas como normas derivadas. Veamos en que estado se encuentra el derecho comunitario del consumo. En 1.994 el Grupo Mercado Común dictó la resolución 126/94 por la que dispuso que hasta tanto no sea aprobado un Reglamento Común para la Defensa del Consumidor en el Mercosur, cada Estado Parte aplicará su propia legislación tuitiva del consumidor a los productos y servicios que se comercialicen en su territorio. Por las Directivas 1/95, 17/96 y 18/96 se crearon los 10 Comités Técnicos de la Comisión de Comercio del Mercosur. El C.T. Nº 7 de “Defensa del Consumidor” fue creado con la misión fundamental de elaborar un proyecto de Reglamento del Consumidor para el Mercosur. Hasta el momento el Grupo Mercado Común, por recomendación del C.T. Nº 7, ha emitido cinco Resoluciones referida a los derechos del consumidor. La Resolución 123/96 se refieren a la delimitación de conceptos fundamentales como consumidor, proveedor, relación de consumo, producto y servicio. La Resolución 124/96 establece una declaración de los derechos básicos de los consumidores. La Resolución 125/96 fija pautas concretas tendientes a lograr una efectiva protección de la salud y seguridad de los consumidores. La Resolución 126/96 establece criterios a los cuales deberá adecuarse la publicidad de los bienes y servicios destinados al consumo. Y la Resolución 127/96 establece las condiciones y alcances que deberá cumplir toda garantía contractual de los productos comercializados. 1 Tratado de Asunción, sus protocolos, y los instrumentos adicionales o complementarios, así como los acuerdos celebrados en el Marco del Tratado de Asunción y sus Protocolos. Art. 41, I y II Protocolo Ouro Preto. 2 Decisiones del C.M.C., Resoluciones del G.M.C. y Directivas de la C.C.M. Art. 41, III Protocolo Ouro Preto. Cabe destacar que todas las Resoluciones citadas establecen expresamente en su normativa que sus prescripciones deberán ser incorporadas a los ordenamientos jurídicos nacionales y entrarán en vigor una vez concluido el Reglamento Común sobre Defensa del Consumidor. A la fecha, la C.T. Nº 7 ha consensuado la mayor parte del proyecto de Reglamento de Defensa del Consumidor para el Mercosur, en él cual si bien se han logrado importantes avances aún quedan cuestiones pendientes de resolución. En este aspecto resulta particularmente relevante la decisión del C.C.M. que este cuerpo normativo no tenga el carácter de “Reglamento” (derecho derivado), como originariamente se previó, sino de “Protocolo” (derecho originario), por lo que en las últimas versiones del Proyecto figura como “Protocolo de Defensa del Consumidor en el Mercosur” y que una vez depositados los instrumentos de ratificación será considerado parte del Tratado de Asunción. De aprobarse este Protocolo su incidencia en el desenvolvimiento comunitario será de vital importancia dado las disparidades existentes entre los ordenamientos jurídicos de los estados que integran el Mercosur. El Protocolo contiene un conjunto de conceptos fundamentales, muy claros, como ser el de consumidor, proveedor, relación de consumo, producto, servicio, contrato de adhesión, etc. lo que posibilitará uniformar criterios y superar “casos de penumbra” como por ejemplo el status del consumidor – empresario, consumidor a título gratuito, consumidor indirecto, profesionales liberales como empresarios, etc. que no han merecido un tratamiento similar en el derecho interno de los países integrantes del Mercosur. Otro aporte significativo será el moderno catálogo de derechos del consumidor que se encuentra “reglamentado” por un conjunto de disposiciones que regulan tuitivamente todo el proceso de consumo desde el período pre-contractual, hasta la formación y de ejecución del contrato. Las disposiciones de la Res. 124 que fueron incorporadas al art. 8 del Proyecto de Protocolo, consagran expresamente los derechos básicos del consumidor comunitario y sirven como norte orientador en la interpretación de todas las restantes normas dictadas en la materia. Los derechos reconocidos tienen una clara inspiración en las Directrices, e incluso se evidencian mejoras en muchos aspectos siendo conteste con las legislaciones más avanzadas. En este sentido la Res. 124 es mucho más completa en lo que se refiere a publicidad engañosa, métodos comerciales desleales o coercitivos, efectivo acceso a la justicia (en sentido amplio), inversión de la carga de la prueba y compensación en materia de daños. Pero curiosamente omite toda disposición referida a medios de solución de conflictos, a pesar de consagrar como un derecho esencial de los consumidores el efectivo acceso a la justicia (art. 8 inc. g.). Este punto resulta de trascendental importancia ya que la eficacia de las medidas de protección al consumidor no sólo depende del reconocimiento de derechos, sino primordialmente de la articulación de medios eficaces y adecuados para hacerlos efectivos. En el derecho comparado se han implementado con mucho éxito distintas fórmulas para posibilitar una efectiva defensa del consumidor, a saber: tribunales de pequeñas reclamaciones, acciones de interés colectivo, ombudsman del consumidor, procedimientos no judiciales (administrativos – arbitrales), etc. pero nada de esto se encuentra en el proyecto de Protocolo, sencillamente se omite toda referencia al tema. De algunas entrevistas mantenidas con funcionarios del Ministerio de RR.EE. de Argentina surge la convicción que todos los aspectos vinculados con la cuestión “procesal” de la defensa del consumidor sería regulada por el Protocolo de Santa María. El 22 de noviembre de 1.996 se suscribió el Protocolo de Santa María sobre Jurisdicción Internacional en Materia de Relaciones de Consumo, fruto del trabajo de la Reunión de Ministros de Justicia del Mercosur. Este Protocolo fija el procedimiento y los tribunales competentes para entender en cuestiones controvertidas nacidas de las relaciones de consumo, cuando proveedor y consumidor tengan su domicilio en distintos Estados del Mercosur, o cuando teniendo domicilio en un mismo Estado la prestación característica de la relación de consumo tenga lugar en otro Estado del Mercosur. El Protocolo, que aún no se encuentra vigente, se aplicará básicamente a contratos de consumo internacionales, brindando al consumidor el beneficio de litigar en su país. Este instrumento fija pautas para determinar el tribunal competente en caso de conflictos originados en los contratos de consumo en el Mercosur, pero no establece la ley aplicable, sólo señala el Estado cuyos tribunales serán competentes para entender en el litigio. Si bien oportunamente deberá ser aplicado por todos los tribunales de los países del Mercosur el Protocolo de Defensa del Consumidor, hasta tanto este no sea aprobado deberá recurrirse a las normas de Derecho Internacional Privado para establecer la ley aplicable en cada caso. Esto no resulta particularmente complejo en el caso de conflictos entre consumidores y proveedores domiciliados en Argentina, Paraguay y Uruguay porque entre estos países rige el Tratado de Montevideo de 1.940 de Derecho Civil Internacional, pero Brasil no es parte de este Acuerdo por lo que en caso de litigios con un consumidor o proveedor domiciliado en ese país se deben aplicar normas nacionales de Dcho. Intern. Privado, con las consiguientes falta de uniformidad y seguridad en el trafico jurídico regional. CONCLUSIONES En síntesis, el Protocolo de Santa María aún no ha entrado en vigor, el proyecto de Protocolo de Defensa del Consumidor no se halla culminado pese a encontrarse en un avanzado estado de elaboración. Con relación a la posible discordancia entre la libre circulación de bienes y la defensa del consumidor comunitario ha sido resuelta –provisoriamente- a favor de estos últimos al disponerse que cada estado aplicará en su territorio sus normas de defensa del consumidor (Res. 126/94 G.M.C.), aún cuando de ello devengue una barrera no arancelaria a la libre circulación. Quizás el punto que pueda generar las mayores críticas sea la falta de una adecuada instrumentación del derecho al efectivo acceso a la justicia para el consumidor. El Protocolo de Santa María resulta una buena solución para el consumidor comunitario desde dos puntos de vista, por un lado impide la aplicación del Protocolo de Buenos Aires en materia de contratos de consumo, lo que redundaría en un claro detrimento de los derechos del consumidor, y por otro lado es los más que se puede avanzar hasta tanto no se constituya un tribunal supranacional. Pero aún así el Protocolo por si solo se evidencia como claramente insuficiente para asegurar al consumidor un efectivo acceso a la justicia. Entiendo que debe avanzarse más en esta materia brindando mayores garantías al consumidor a través de procedimientos (judiciales y extrajudiciales) expeditos y rápidos, y organismos especializados que posibiliten al consumidor un efectivo acceso a la solución de conflictos derivados de la relación de consumo. Retomando lo que explicaba al principio de esta comunicación, según Bourgoignie si las medidas de protección de las cuales se benefician los consumidores de un país determinado, no son equivalentes en los otros países miembros, y tampoco se acuerda un grado igualmente elevado de protección, entonces, del proceso de integración económica, resultaría una perdida para aquellos consumidores, que se verían mejor protegidos en su orden jurídico nacional. Este dilema expresado por el autor belga es el grave escollo que aún debe superar el Mercosur, los progresos son significativos aunque lentos y hasta tanto no se llegue a una solución de fondo la Res. 126/94 del G.M.C. ha demostrado ser una buena medida. Es real que hasta el momento no se ha podido mostrar un avance efectivo en esta materia y esto impacienta a algunos autores que reclaman al Mercosur una actitud más comprometida en la defensa del consumidor comunitario, pero entiendo que es un reproche, quizás, injustificado si analizamos esta cuestión desde una perspectiva histórica. En 1.991 cuando se suscribe el Tratado de Asunción sólo Brasil contaba con una ley protectora de los consumidores. Cuando inicia sus actividades la C.T. Nº 7, Argentina acababa de aprobar una ley de defensa del consumidor mutilada a medias por un veto presidencial e incorporaba, en la controvertida reforma de 1.994, los derechos del consumidor en la normativa constitucional con más rasgos de utopía que de realidad. En los años sucesivos no se logra aprobar en Uruguay una ley del consumidor a pesar de los múltiples proyectos que toman estado parlamentario, y en Paraguay el Poder Ejecutivo veta totalmente una ley de protección del consumidor aprobada por el Congreso. En este contexto debemos reconocer que no estamos situados en el mejor escenario para exigir espectaculares avances en materia de armonización legislativa o creación de normas comunitarias uniformes, considero que si ensayáramos una “lógica del deseo”, tal vez podamos concluir que el Mercosur está respondiendo adecuadamente. BIBLIOGRAFÍA STIGLITZ, Gabriel y STIGLITZ, Rubén. Derecho y defensa de los consumidores. La Rocca, Bs. As. 1.994 MOSSET ITURRASPE, Jorge y LORENZETTI, Ricardo. Defensa del consumidor. Rubinzal Culzoni, Sta. Fé 1.994 LOPRESTI, Roberto Pedro. Constituciones del Mercosur. Unilat, Bs. As. 1.997 MOSSET ITURRASPE, Jorge. Defensa del Consumidor. Rubinzal Culzoni, Santa Fé 1.998 STIGLITZ, Gabriel (director). Defensa de los consumidores de productos y servicios. La Rocca, Bs. As. 1.994. FEDER, Berta. Protocolo sobre jurisdicción internacional en materia de relaciones de consumo, en Revista de Derecho del Mercosur. Nº 3. Bs. As. 1.998. NOODT TAQUELA, María Blanca. Mercosur ¿Cómo empezar?, en Rev. Doctrina Judicial, Bs. As. 16/05/97. BOURGOIGNIE, Thierry. El derecho comunitario del consumo. Experiencias y perspectivas de la Europa de 1.993, en Rev. J.A. 1.993-II. STIGLITZ, Gabriel A. El Derecho del Consumidor en Argentina y en el Mercosur, en Rev. L.L 1.995-A.