El Imperio Colonial Inglés: El Imperio Británico alcanzó su mayor preponderancia a fines del siglo XIX, durante el reinado de Victoria, soberana que forjó la llamada era victoriana, en la cual Inglaterra fue la primera potencia industrial, comercial, política y militar del mundo. En esta época, el auge de Inglaterra se manifestó por la formación de un gigantesco Imperio Colonial que alcanzaba unos 28.000.000 de kilómetros cuadrados y una población cercana a los 300.000.000 de habitantes. Además, el florecimiento de la industria y comercio ingleses significó el auge de la navegación y el dominio inglés sobre las rutas marítimas y comerciales. En la época victoriana sobresalieron eminentes políticos que supieron aprovechar el desarrollo general del país para impulsar reformas que beneficiaron en todo sentido al pueblo inglés. Entre estos políticos se encontraban Gladstone y Disraeli, jefes de los partidos Liberal y Conservador, respectivamente En cuanto a la extensión territorial, Inglaterra amplió su imperio por medio de conquistas, expansión pacífica y por guerras de anexión. De esta manera, el imperio comprendía: Posesiones en Asia: • India: fue el principal dominio inglés en este continente. Después de una sangrienta guerra, se estableció un Protectorado y el rey inglés tomó el nombre de Emperador de la India. Los principales puertos eran Bombay Calcuta. • China: A consecuencia de un impuesto del gobierno inglés sobre importación del opio, los colonos ingleses residentes en la China hicieron embarques clandestinos y estalló entre los dos países la llamada Guerra del Opio. Como resultado de la guerra, Inglaterra ocupó los puertos de Cantón, Shanghái y Hong-Kong. • Otras posesiones inglesas en Asia fueron Afganistán, Birmania y Málaga. Posesiones en África: • En el Norte de África, el imperio ocupó la zona del Canal de Suez, pues era dueño de las acciones egipcias del canal, y luego se anexó el Egipto. En seguida, incorporó Sudán y Rhodesia. • En el Sur del África, luego de las audaces exploraciones de Livingstone y Stanley, los ingleses se apoderaron de-la Región del Cabo y fundaron allí los Estados de Transvaal, Orange y Natal. Posesiones en América: • El dominio inglés más importante en América fueron las colonias de Norteamérica, las que se independizaron en 1776. Luego, quedó la posesión de Canadá, que se convirtió en Estado en el siglo XIX. • Otras posesiones importantes fueron: Jamaica, Guayana Inglesa, Honduras Británica (Belice), Islas Falkland (Malvinas). Posesiones en Oceanía: • En este continente, Inglaterra estableció colonias en Australia, Nueva Zelandia y múltiples islas del Pacífico 4.2. El Imperio Colonial Francés: Francia extendió sus dominios por el África y ocupó la mitad de Marruecos, pues la otra parte quedó en poder de España. Luego, los franceses ocuparon Argelia y establecieron su protectorado sobre Túnez, a pesar de la oposición de Inglaterra e Italia. Por otra parte, se inició la conquista de otras regiones africanas: desde África Menor se llegó a los oasis saharianos; desde el Senegal al Sudán occidental; desde el Golfo de Guinea se conquistó el Reino de Dahomey; también fue posible ocupar Madagascar, el pequeño territorio de Djibuti en Soma lía y colonizar parte del río Congo. En el continente asiático, los franceses ocuparon Indochina y establecieron un Protectorado sobre el reino de Annam y se anexaron a Tonkín. Esta nueva colonia fue reconocida por el Imperio Chino por el Tratado de Tientsín (1885). Posteriormente se constituyó la Unión General Indochina, a la que integró el territorio del Alto Laos. En los territorios de Oceanía, Francia ocupó las Islas de Nueva Caledonia y algunas islas adyacentes, en tanto que en América sus dominios del Canadá pasaron a poder de Inglaterra, y sólo pudo conservar la tercera parte de las Guayanas, con su capital Cayena. 4.3. El Imperio Expansionista Ruso: La expansión del Imperio Ruso hacia los Balcanes y el Mediterráneo constituyó la clave de la política exterior en tiempos del zar Nicolás 1, pero el resultado de la guerra de Crimea puso término a esta política imperialista. Como consecuencia de esta situación, los rusos volcaron su acción expansionista hacia el continente asiático. De este modo, en 1859, después de vencer la resistencia de los naturales de la región del Cáucaso, el Imperio Ruso incorporó a su soberanía la zona montañosa del Cáucaso. Paralelamente, el imperio adelantó sus posesiones en el Asia Central y ubicó sus fronteras entre el Mar Caspio y el Aral, lo que le permitió anexarse el Turquestán en 1864. Por otro lado, y a partir del gobierno del zar Alejandro 11, se intentó colonizar sistemáticamente la Siberia con el objeto de llegar a la costa del Pacífico. Así se pudo fundar, entre la desembocadura del río Amur y Corea, el puerto de Vladivostok, que constituyó el primer paso del imperialismo ruso en la costa este de su territorio. Imperio colonial Alemán e italiano Los conflictos entre las tres grandes potencias imperiales, Inglaterra, Francia y Rusia, no condujeron a enfrentamientos porque la vastedad de los territorios colonizados permitió dar vida a las empresas económicas de cada país. Sin embargo, no sucedió lo mismo con las pretensiones alemanas e italianas, pues las nuevas entidades políticas -recién unificadas- tenían exigencias imperialistas paralelas y debieron conformarse con ocupar los territorios dejados de lado por las grandes potencias. Fue el Continente africano el que posibilitó que Alemania e Italia pudieran colonizar territorios, pero aquí también ambas naciones debieron ocupar regiones no colonizadas por los tres grandes países imperialistas Así, Alemania estableció colonias en el Golfo de Guinea, en la región de Togo y Camerún y en Tanganika. Por su parte Italia la región de Eritrea y la costa índica de Somalia y arrebato a Turquía la zona de Trípoli y Cirenaica, logrando formar una colonia mediterránea que no llegó a compensar la pérdida de Túnez. Estados Unidos El término de la Guerra de Secesión posibilitó a Estados Unidos emprender una activa política imperialista. En 1867 los norteamericanos compraron Alaska a Rusia y en 1898, con motivo de una nueva revuelta de los cubanos contra España, los Estados Unidos declararon la guerra a los hispanos. Tal conflicto acabó en el Tratado de París, en el que España reconoció la independencia de Cuba y cedió Puerto Rico Y Filipinas al país del norte. En el mar Caribe, Estados Unidos ocupó las Grandes Antillas Y posteriormente compró una faja de terreno a Panamá, país al que ayudó a lograr su independencia. También afirmó su protectorado sobre Cuba Y Haití Y controló económicamente los Estados de la América Central. Imperialismo Japonés El aumento de la población japonesa Y las necesidades de industrialización, pueden considerarse como los factores que obligaron ron al gobierno impenrial japonés a expandir sus dominios. En efecto, la población japonesa había crecido de 27.000.000 de habitantes en 1846 a 33.000.000, en 1872, Y tal aumento indujo al gobierno japonés a incorporar las islas próximas a la región nipona. Así, fueron anexadas las Kuriles, las Bonin, las Riu-Kiu y las Vulcano. Sin embargo, estas islas no satisfacían las necesidades japonesas y se pensó en incorporar las islas de Sajalín, Formosa y la península de Corea, pero tal ímpetu expansionista chocó con los intereses chinos dando paso a una guerra, de la que Japón se benefició con los territorios de Formosa (Taiwán) y Corea. El triunfo nipón significó que Rusia aumentara sus presiones sobre los territorios del Imperio Japonés tales presiones desencadenaron una guerra, de la que nuevamente el Japón salió victorioso y logró soberanía sobre los territorios de Port Arthur, que ya los chinos le habían cedido, y la mitad meridional de la Isla de Sajalín. Por otra parte, se reconoció el protectorado japonés sobre Corea y la concesión del ferrocarril de la Manchuria occidental. Estos logros garantizaron la influencia del Japón en la zona y posibilitaron el desarrollo de su futuro imperialismo en el Océano Pacífico.