Un aporte desde el trabajo editorial de Rupturas a la investigación social: Preguntas previas a la redacción de un artículo científico Realizado por: Orlando Amarís Cervantes (Editor académico de Rupturas) La revista Rupturas es una revista de reciente aparición en el conjunto de revistas de las ciencias sociales en Costa Rica. Rupturas es una revista arbitrada, digital y semestral que nace en octubre del 2010 y su primer número se publicó hace algo más de un año. Desde entonces llevamos tres números y formamos parte, como ya se dijo, del catálogo de Latindex. Es importante indicar que nos encontramos preparando nuestro cuarto número ordinario y coordinamos un primer número temático que muy probablemente saldrá también este año. Esperamos, por supuesto, seguir aumentando el número de autores externos a la UNED y ampliar próximamente nuestro Consejo Científico Internacional. Del mismo modo se están ensayando acciones para agilizar nuestra gestión editorial para que tanto lectores como autores sigan visitándonos y enviando sus artículos. Aprovecharé mi exposición para referirme a algunos elementos presentes en el informe sobre las Ciencias Sociales que preparó la Unesco hace un par de años1 ya que son pertinentes tanto con nuestro quehacer editorial como con la investigación social en la región. La información que les compartiré en esta primera parte estará acompañada con algunas notas al margen, en itálica, desde mi experiencia como editor e investigador. Por supuesto, también les hablaré sobre la conveniencia de atrevernos a escribir artículos científicos pero, sobre todo, me referiré a sus riesgos cuando este ejercicio se considera un requisito final separado del proceso de investigación y, más grave todavía, cuando se asume la investigación como producto de un trabajo en solitario. Contexto global de la investigación en ciencias sociales 1) Según el informe de la UNESCO (2010), entre 1970 y 2000, las ciencias sociales tuvieron el crecimiento más grande en comparación con cualquier otro campo del conocimiento en América Latina. En el 2006, un 57% de los titulados de las universidades de la región provino 1 UNESCO (2010). Informe de las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento. París: UNESCO. Recuperado septiembre 2, 2012, de http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002173/217366s.pdf 1 de alguna ciencia social. Los posgrados también aumentaron su número, durante 2006, el 42% del total de títulos de maestría en América Latina provino de las ciencias sociales. En el caso de los doctorados, allí las ciencias sociales desempeñan un papel relativamente menor en términos del número de estudiantes, sin embargo han mostrado una tasa de crecimiento considerable (14% en 2006). En cuanto a las proporciones de investigadores en Ciencias Sociales encontramos que Brasil, Ecuador y Guatemala, junto con Bolivia, Uruguay, Argentina y Chile, conforman un conjunto de países en el cual las ciencias sociales representan del 10 al 20% de todos los investigadores. El otro grupo, compuesto por Colombia, Costa Rica, El Salvador, Paraguay y Venezuela, los investigadores en ciencias sociales representan, aproximadamente, del 21 al 30% de todos los investigadores. En México, por ejemplo, los investigadores en ciencias sociales representan, según indica este informe, un 59 por ciento de los investigadores mexicanos. Este incremento de programas de estudio, graduados e investigadores en la región podría, con algunas consideraciones, llamar la atención sobre tomar decisiones que conduzcan lenta pero decididamente a regionalizar propuestas editoriales como la de Rupturas pero también estos datos son un llamado de atención para comprometernos en facilitar el contacto internacional entre investigadores en nuestras disciplinas. 2) En cuanto a formatos de publicación, se observa en la escala global en las Ciencias Sociales una tendencia desde hace más de veinte años hacia la publicación de artículos de revistas por encima de las monografías. Lo anterior debido, en parte, a la generalización de evaluar proyectos de investigación y a sus investigadores por la redacción de uno o más artículos según el tiempo asignado. En algunas disciplinas, sin embargo, las monografías de investigación son apreciadas. Este es el caso de la antropología, arqueología y la historia, disciplinas que valoran la investigación interpretativa. Mientras que en otras disciplinas como en la geografía humana, el derecho, la política y la sociología las monografías de investigación aunque son también muy estimadas son consideradas menos importantes. Si bien es cierto desde Rupturas no podemos revertir esta tendencia y nos vemos después de todo beneficiados con el resultado de ese protagonismo de los artículos sobre la monografía, este proyecto contempla y de hecho adelanta la ejecución números temáticos con el fin de ofrecer un conjunto de artículos que profundicen seriamente en algún tema o área del conocimiento afín a los objetivos mismos de la revista. Sin embargo, es importante anotar la necesidad de que los investigadores y sus equipos consideren también otras opciones de divulgación que complementen la redacción de artículos científicos o bien los sustituyan según el alcance que 2 quieran tener en determinadas poblaciones, los recursos con que cuenten y el objetivo último que pretenden sus investigaciones. 3) Como sabemos los libros son también un medio de difusión de las ideas y conceptos de las ciencias sociales pero allí, según el Informe de la UNESCO (2010), se observa un proceso de concentración a partir de la última década. Este es el caso de las editoriales Edward Elgar, Palgrave, Routledge, Sage y Wiley-Blackwell. Notamos también la proliferación de libros de apoyo, antologías y libros de texto por encima de monografías de investigación. No es para menos, las grandes casas editoriales como Mc Graw Hill, no les resulta atractivo producir un libro de interés nacional exclusivamente. De hecho, muchas de estas grandes compañías buscan lograr ventas regionales o mundiales. De aquí que la publicación de artículos en revistas de acceso abierto2 como Rupturas permiten remediar esta concentración antidemocrática de la producción editorial científica mundial. 4) El informe destaca también del desarrollo de las tecnologías y cómo mediante el uso de internet se facilita la difusión y divulgación de las ciencias sociales. Estos avances tecnológicos nos ofrecen nuevas vías de recolección, análisis y transmisión de datos, y facilitan la interacción y la cooperación entre los académicos. No obstante estos adelantos, tengo la impresión que son pocos los investigadores que vencen esa resistencia -ya sea por timidez o celo- a realizar contactos con colegas de universidades dentro y fuera del país. 5) En UNESCO (2010) se llama además la atención sobre la manera en la que el inglés se ha convertido en una lengua hegemónica pese a la controversia que esto ha generado entre no pocos intelectuales. Esta tendencia parece acelerarse y de hecho nos hemos familiarizado tanto con esta lengua que nuestras tesis de licenciatura, maestría y doctorado serían impensables sin contar con una proporción importante de fuentes únicamente disponibles en ese idioma. Observo, como editor, cómo algunas investigaciones podrían ser mucho más profundas, interesantes y críticas si tuvieran en cuenta metodologías o perspectivas presentes en artículos en inglés y que están a nuestro alcance con el uso de bases de datos como JSTOR o EBSCO. Considero que poco a poco habrá que hacer algunos ajustes dentro de nuestro micromundo académico para familiarizarnos con este tipo de prácticas dada la utilidad 2 El Acceso Abierto en la publicación de artículos científicos se refiere a la disposición y facilidades que una revista pueda proveerle a la población en general con el fin de que los escritos puedan ser leídos, descargados, copiados, distribuidos e impresos sin costo alguno para el autor y los lectores, siempre y cuando se respete la autoría de los documentos. 3 que pueden reportar para nuestras propuestas y procesos de investigación. Sin embargo, no perdamos de vista que el castellano es el segundo idioma que más se estudia en el mundo y en el 2017 seremos la cuarta lengua con mayor número de hablantes (luego del chino, el inglés y el indio). Asimismo, en el caso de las lenguas más usadas en las revistas de ciencias sociales, según la UNESCO (2010), es el castellano también la cuarta lengua después del inglés, el francés y el alemán. Entonces, vencer nuestra timidez (¿o arrogancia?) vale la pena tanto para animarnos a buscar trabajos similares a los nuestros en inglés como a realizar contactos con investigadores de la región. Se trata de esfuerzos complementarios que es necesario que comiencen a ser integrados regularmente en nuestras investigaciones. 6) El informe observa asimismo la emergencia de nuevas problemáticas ubicadas en las fronteras disciplinares, que requieren un abordaje no tradicional, abierto, atrevido, que convocan tanto a las ciencias sociales como a las ciencias naturales. Lo anterior nos exige trabajar de forma coordinada y eliminar la falsa seguridad de que podemos dar respuesta a los problemas que estudiamos con el limitado instrumental que nos ofrecen nuestras disciplinas provengamos de las ciencias naturales o de las sociales. Considero que hay una urgencia por encontrar respuestas y, precisamente, parte de nuestra perplejidad frente a algunas transformaciones de nuestras sociedades obedece a las matrices de conocimiento con las cuales continuamos aproximándonos a los problemas del desarrollo y la cultura. Se hace necesario diseñar de manera artesanal, pues somos eso después de todo artesanos del conocimiento, enfoques que contemplen la escala temporal y que sean interdisciplinarios, como mínimo, y ese trabajo paciente tiene que ser promovido insistentemente por nuestras instituciones de formación o, en su defecto, por nuestros equipos de trabajo como ya propondré. 7) La colaboración en la investigación está dominada por América del Norte y Europa Occidental. Creo que debemos estar alertas como académicos de esta parte del planeta ante formas sutiles de colonialismo pero también es necesario que como investigadores habitantes de Costa Rica seamos críticos fundamentados del “excepcionalismo”, de ese nacionalismo metodológico con el que son tratados algunos problemas de investigación en este país. 8) El 75% de las revistas de ciencias sociales del mundo se editan en Europa y América del Norte. Estados Unidos es el país donde más revistas de ciencias sociales se publican: un 25% 4 del total mundial. Vienen después el Reino Unido, los Países Bajos y Alemania. Estos cuatro países juntos publican el 66% de las revistas de ciencias sociales del mundo entero. No debería ser nuestro interés superar ni el número de revistas ni el número de artículos producidos en el primer mundo. Enfrentemos dicha concentración con pragmatismo y sin distraernos, sigamos impulsando la investigación de calidad consolidando equipos de trabajo. Esforcémonos en lograr calidad antes que cantidad en nuestro trabajo académico-editorial. Seamos cautos en la divulgación de nuestros trabajos si estos no han pasado el tamiz de la discusión razonada y asertiva frente a nuestros pares. Este contexto que he trazado rápidamente debe, en principio, estimularnos para escribir nuestros artículos y someterlos a la consideración de revistas como Rupturas. Como editor e investigador he constatado la importancia que tiene la redacción de artículos en nuestro desarrollo académico individual. Sin embargo, creo que antes de proponernos escribir un artículo científico debemos tener claro qué es un artículo científico. Básicamente éste se trata de un documento “cuya finalidad esencial es comunicar los resultados de investigaciones, ideas y debates de una manera clara, concisa y fidedigna; la publicación es uno de los métodos inherentes al trabajo científico. Es preciso establecer estrategias de publicación bien elaboradas y seguir con conocimiento de causa una serie de normas adecuadas para facilitar el intercambio entre científicos de todos los países […]” 3 Desde Rupturas, como revista científica y arbitrada, por supuesto que se recomienda la redacción de artículos por las siguientes razones: 1. Es una de las formas concretas en las que podemos divulgar los resultados de nuestras investigaciones o aspectos relevantes del proceso. 2. Es un espacio en el cual recibimos reacciones de parte de nuestros evaluadores durante la preparación del artículo o bien de lectores colegas quienes se han visto interesados en nuestra investigación una vez que el artículo ya fue publicado. 3. Es una de las vías para posicionar nuestros problemas de investigación y también exponer al escrutinio de colegas dentro y fuera de Costa Rica nuestras fuentes, métodos, instrumentos, 3 UNESCO. (1983). Guía para la redacción de artículos científicos destinados a la publicación. París: UNESCO. 5 perspectivas y demás. 4. Con nuestros artículos visibilizamos nuestras universidades, escuelas, centros o institutos. Todo ese contexto favorable a la redacción de artículos científicos y la importancia de que nuestras investigaciones generen publicaciones de este tipo, espero les haya resultado motivante. Sin embargo, con la confianza que me brindan, he podido darme cuenta que un buen artículo es más resultado del trabajo colaborativo que soporta la investigación de la cual se deriva que de la pericia con la cual un autor o autora lo haya redactado. Me refiero al ejercicio mediante el cual un autor o autora somete a la discusión reiterada frente a sus pares, durante todas sus etapas, la investigación de la cual se desprende el artículo. Aquí podemos situar una primera observación importante: No es posible esperar un buen artículo de un proyecto de investigación con deficiencias en su planteamiento, con insuficiencias teóricas, con debilidades en la metodología o con una escasa revisión bibliográfica, por ejemplo. La investigación es un trabajo arduo y demandante que se disfruta mejor siempre que es asumido de manera colaborativa.4 Es lamentable que los autores y autoras, jóvenes y aunque algunos no tanto, no tengan consciencia que el desarrollo de nuestras disciplinas es un esfuerzo colectivo. Esa supuesta individualización del proceso de investigación es una falla enorme de nuestro proceso formativo. Desde mi experiencia, no hay forma de resolver a mediano plazo esta falencia sino es por medio del reconocimiento de que la investigación se realiza colaborativamente. Esta omisión es la que hace posible que colegas valoren el apartado bibliográfico como un requisito, como si la contribución anterior de intelectuales e investigadores nada tuviera que ver con sus planteamientos. La bibliografía, por supuesto, de esta forma se considera un tedioso requisito. De allí que antes de aventurarnos a la redacción de un artículo científico debemos preguntarnos por la salud del equipo de investigación donde estamos inscritos. En caso de que no exista equipo, entonces nuestro reto está en tratar de conformar alguno y participar colaborativamente de la depuración gradual de los trabajos que allí se generen. Este es un espacio indispensable para la gestación gradual de buenas propuestas de investigación. Aquí se destaca una segunda observación importante: 4 El trabajo colaborativo, entendido como aquel asumido entre investigadores de un equipo con fines autoformativos mediante la discusión rigurosa y asertiva de propuestas, procesos y líneas de investigación. 6 El trabajo colaborativo, entendido como aquel asumido entre investigadores de un equipo con fines autoformativos mediante la discusión rigurosa y asertiva de propuestas, procesos y líneas de investigación, es el soporte necesario para resolver a corto y mediano plazo las deficiencias que en el campo de la investigación pudieran tener los miembros de dicho equipo. Entre las ventajas de entender y vivir la investigación en un espacio de trabajo colaborativo he constatado las siguientes: A nivel grupal. Se favorece un fortalecimiento progresivo de nuestros equipos de investigación; el proceso de investigación es más dinámico; se aprovechan las sinergias y las experiencias de nuestros colegas en la resolución de problemas de campo; se identifican con mayor facilidad las potencialidades y falencias de nuestras propuestas; se genera un proceso virtuoso de formación constante; se identifican y se aprovechan las intersecciones entre los proyectos; se fomenta la entrega parcial de resultados y se crea mediante el trabajo conjunto un espacio laboral más agradable. A nivel individual. Mayor consciencia sobre la importancia de manejar adecuadamente nuestras fuentes, se alcanza mayor rigurosidad en el instrumental analítico que proponemos adecuado para estudiar un fenómeno social, se reducen los períodos de frustración, bloqueo o dispersión ya que estamos acompañados. Por otra parte, relacionado directamente con el trabajo editorial, es bastante generalizado considerar la redacción de un artículo como un requisito. Con mucha frecuencia los investigadores se comprometen al final del proceso de investigación a publicar un artículo. De esta manera, la publicación forma parte de los productos finales de una investigación. Sin embargo, desde nuestra experiencia encuentro que este propósito es básicamente demostrativo e individualizante, y hasta cierto punto aislado del proceso de investigación. La redacción de un artículo, por tanto se valora con mucha frecuencia como un requisito final, escindido, del proceso de investigación. Lejos de eso, y relacionado con la necesidad de fortalecer el trabajo colaborativo en el proceso de investigación, propongo una tercera observación: 7 Consideremos la redacción y evaluación de un artículo científico como una evaluación externa del soporte académico que, como equipo de investigación, se le ha brindado al autor. De este modo podremos tener en el artículo científico un medio para esbozar, afinar y profundizar líneas de investigación aprovechando la valoración de pares externos que facilita una revista arbitrada. Así, más que un fin en sí mismo, el ejercicio redacción de un artículo y la evaluación que este reciba es una forma importante para que el equipo pueda recibir reacciones y tomarle el pulso de su línea de trabajo. Por lo anterior creo necesario respondernos, ya sea como profesores e investigadores con franqueza y sin prisa, las siguientes preguntas antes insistir en la redacción de artículos científicos: ¿Por qué quiero escribir o demando un artículo científico? Como editor y colega observo una presión generalizada que sesga a no pocos investigadores a someter el resultado o los procesos de sus investigaciones a la evaluación de una revista con el fin de lograr una publicación. En mi opinión todas las investigaciones, y sus resultados, no tienen necesariamente que divulgarse en una revista científica. En algunos casos creo que podrían ser pertinentes otros tipos de publicación según sea el alcance de nuestra investigación, población y objetivos últimos. Me refiero a boletines, manuales, memorias, videos e incluso actividades bien planteadas, habrá que ser creativos y rigurosos por igual pues no se trata de abrir portillos al activismo ni a las ocurrencias. Ya se podrán discutir las restricciones y filtros, pues tendrá que haberlos en estos casos también. ¿Cómo la redacción de un artículo científico contribuye a la maduración de mis intereses de investigación o los de nuestro equipo de investigación? Al recordar algunos artículos que he leído en mis investigaciones y que he revisado resulta imposible no preguntarse sobre algunos elementos externos a ellos pero no ajenos que están muy relacionados con la investigación de la cual se desprenden. Las preguntas van desde quiénes señalan las agendas de investigación de las escuelas y centros de donde proceden estos trabajos hasta con cuáles criterios se estarán fortaleciendo (no digo actualizando) estas agendas. 8 La definición de una agenda es un tema delicado. Opino que podemos insistir como comunidad académica en la necesidad de que se escriban artículos científicos como requisito indispensable para consolidarnos y posicionarnos pero, lamentablemente, podría ser también que todas las demás decisiones que tomemos como coordinadores de equipo, jefes de programa, directores, investigadores encargados más bien nos distraigan de tal propósito. ¿Es el artículo científico un producto final individual o un medio para que nuestros programas, proyectos o grupos de investigación reciban también una valoración de sus perspectivas, métodos, enfoques, fuentes? La diferencia está en que si consideramos el artículo como un producto final, la responsabilidad del mismo recae exclusiva e injustamente en el autor. Lo que propongo, reitero, es comprender la redacción de un artículo como un medio para el mejoramiento continuo de nuestros equipos. Ya que cuando se evalúa un artículo, así como cuando se evalúa una propuesta, implícitamente se está evaluando el soporte que este investigador-autor recibió o debió recibir. Conclusiones Seguramente mucho más de lo que no he considerado para esta presentación afecta el proceso de redacción de un artículo. Desde mi perspectiva la dificultad para que redactemos nuestros artículos científicos no responde a incapacidades personales ni se debe exclusivamente a nuestra eventual mala formación sino a que no se asuma por completo, y con todo lo que puede implicar, el trabajo de la investigación como un esfuerzo colaborativo. Por tanto, más que esforzarnos en que un investigador o equipo de investigadores tengan habilidades para escribir artículos científicos, les invito a que verifiquen la salud de sus equipos de investigación y en conjunto mejoremos nuestra formación en investigación social. Por esto pienso que el asunto va más allá del diseño y difusión de talleres y cursos de redacción de escritos científicos. Si se insiste en este tipo de talleres exclusivamente no estamos enfocando bien el problema. Lo que planteo aquí sirve para reconsiderar esas formas de evaluación cuantitativista e individualista que recaen sobre el investigador únicamente. Ante esos reiterados llamados de atención acerca de las deficiencias de nuestra formación académica propongo constituir grupos de autoformación en los cuales por medio de la discusión acotada y pertinente aportemos en la profundidad de nuestras investigaciones, en el fortalecimiento de líneas de trabajo y, así, en una mejor visibilidad de nuestras escuelas, facultades, centros o institutos. 9