Ministerio Público Procuracilin General de la Nación "D _ , Hugo Antonio si causa nO 15.961" S.C. D. 332, L. XLIX Suprema Corte: 1 La Sala IV de la Cámara NaCional de Casación Penal, por mayoría, rechaz6 el recurso de casación interpuesto por la rep.resentante del Ministerio Público Fiscal contra la resoluci6n por la que el titular del Juzgado Nacional en lo Correccional nO 3 decidi6 suspender a prueba el proceso seguido contra Hugo Antonio D en orden al delito de lesiones culposas graves, a pesar de la oposición de la agente fiscal (fs. 8/18). Para así decidir, los dos votos que conformaron la opinión mayoritaria coincidieron en que, teniendo en cuenta las particulares circunstancias del imputado, en· tanto de su trabajo corno chofer de colectivo proviene el único ingreso de su grupo familiar, la exigencia de autoinhabilitaci6n para conducir automotores podría generarle un perjuicio concreto, en detrimento del fin resocializador del instituto de la suspensión del juicio a prueba. El fiscal general ante ese tribunal deduj o recurso extraordinario federal (fs. 19/33), en el que alegó la arbitrariedad de la interpretación y aplicación del artículo 76 bis del Código Penal, por la que se pasó por alto la exigencia de consentimiento del Ministerio Público. Sostuvo ordenamiento sustantivo, al esa respecto que, conformidad de acuerdo constituye con un dicho requisito ineludiblc para la suspensión de la realización· del juicio, por lo que si el juez consideró que su dictamen carecía de adecuada fundamentación, debió anularlo y permitirle exponer nuevamente su posición en desecharla por completo. lugar de Expresó que el órgano jurisdiccional n9 cuenta con la facultad de promover ni de suspender el ejercicio de la acción penal, el que, de acuerdo con el artículo 120 de la Constitución Nacional, se encuentra a cargo del Ministerio Público Fiscal. Por consiguiente -concluyó- su consentimiento es indispensable para la aplicación del instituto en cuestión, desde que provoca la suspensión de aquella potestad y puede además llevar a la extinción de la acción, Añadió que la oposición del fiscal, en el sub examine, estuvo correctamente fundada en la resolución PGN n° 24/00, motivada en una decisión de política criminal razonable, lógica y fundada, según la cual cuando una pena de inhabilitación se encuentra prevista en forma conjunta o alternativa, sólo corresponderá dictaminar en favor de la aplicación del instituto, si se impone al imputado como regla de conducta durante todo el período de prueba el cese de la actividad en la que habria sido inhabilitado en caso de recaer condena, a lo que aquél no había accedido. Concluyó que la suspensión del juicio a prueba es una elección que se le ofrece al imputado bajo aquella condición, y que fue éste quien decidió no dilucidar su responsabilidad penal en el juicio oral. El impacto que pueda tener esa exigencia sobre sus ingresos, la actividad que ejercerá durante el eventual lapso de suspensión, e incluso las distintas . tareas remuneradas que podría desarrollar en la empresa empleadora, son cuestiones que exceden el marco de la ley. El tribunal a quo rechazó la apelación, lo que dio lugar a la articulación de esta queja (fs. 36/39). MinisterÚJ Públic;) Procuración General de la Nación "D· , Hugo Antonio 51 causa n° 15.961" S.C. D. 332, L. XLIX II Conforme señalé en el apartado anterior, los votos que integran la mayoría no coincidieron acerca del carácter de la oposición del fiscal, del alcance de los fallos del Tribunal en los casos "Acosta" y. "Norverto". ni sobre el alcance del impedimento para suspender el juicio por delitos reprimidos con pena de inhabilitación. Por el contrario, uno de ellos coincidió con el juez que votó en disidencia, en punto a que la auto inhabilitación exigible al imputado aparece como un medio apto para conciliar el texto de la ley con los principios de interpretación señalados por la Corte en "Acosta". Los magistrados que conformaron la mayoría sólo estuvieron de acuerdo en que la auto inhabilitación en el sub examine le generaría al imputado un perjuicio que contrariaría la finalidad del instituto en cuestión. Aclarado ello, comparto los argumentos desarrollados por el magistrado apelante, a los que me remito en beneficio de la brevedad. Estimo pertinente agregar que, además del texto de la ley, también las expresiones vertidas en ambas eámaras durante el tratamiento parlamentario de la norma en cuestión permiten apreciar que la intención del legislador fue condicionar la suspensión del juicio al consentimiento del fiscal. En ese sentido, el Diputado Víctor H. Sodero Nievas, vicepresidente de la Comisión de Legislación Penal de ese cuerpo, sostuvo que "También nos pareció esencial establecer que para que fuera procedente [la suspensión del juicio a prueba] hubiera conformidad del agente fiscal. Significa esto que no basta el cumplimiento de condiciones objetivas para ser merecedor de este beneficio. Se requiere además una valoración subjetiva que deberá hacer el agente fiscal, sin cuya aprobación . no podrá, en ningún caso, concederse la suspensión del juicio" (Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación, 8va. reunión, continuación de la Ira. sesión ordinaria, junio 16 de 1993, Inserción solicitada por el señor Diputado Sodero Nievas, página 1448). En términos similares se pronunció el Senador Augusto Alasino, miembro informante de la Comisión de Asuntos Penales y Regímenes Carcelarios :de la Cámara de Senadores de la Nación, en cuanto dijo que "Además, el juez deberá también recurrir al consentimiento del fiscal, dado que la negativa de este último enerva la posibilidad de aplicar este instituto" (Diario de Sesiones, Cámara de Senadores de la Nación, 2da. reunión, Ira. sesión ordinaria, 4 de mayo de 1994, página 384). En el sub examine, el fiscal se opuso a la aplicación del instituto con apoyo en las reglas de política criminal establecidas en las resoluciones que dictó la Procuración General de la Nación sobre esa materia. Entre ellas, cabe destacar la PGN 24/2000 -puesta en vigencia nuevamente por resolución PGN 86/2004-, en la que se señaló que la regla de inhabilitación en la actividad que se vincule directamente con el delito imprudente objeto de imputación -en el caso, la conducción de automotores- atiende al interés social de remediar la impericia que pudo haber llevado a su comisión. La opinión del fiscal se estructuró, precisamente, sobre el interés de la sociedad que llevó a postular aquella condición. En este punto, estimo pertinente recordar que el Diputado Antonio M. Hernández, presidente y miembro informante de la Comisión de Legislación Penal de esa Cámara, refirió que "No se admite la llJinisterio Público Procuración General de la Nación "D , Hugo Antonio si causa nO 15.961" S.C. D. 332, L. XLIX suspensión del juicio a prueba para los dos siguientes casos: a) cuando del delito hubiese participado un funcionario público y b) cuando el delito tuviese pena de inhabilitación, porque en este caso existe un especial interés del Estado en esclarecer la adoptar prevenciones al respecto" responsa~i1idad (Diario de del imputado, para Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación, 6ta. reunión, continuación de la 1ra. sesión ordinaria, junio 2 de 1993, página 1321). En el mismo sentido se expresó el mencionado Diputado Sodero Kievas, en cuanto sostuvo "También limitamos este instituto en nuestro proyecto, a aquellos casos de delitos que pudieran ser reprimidos con pena de prisión únicamente, prohibiéndose en los supuestos de delitos reprimidos con prisión e inhabilitación, por. considerar que esta última sanción penal tiene un efecto y consecuencias diferentes que, de ningún modo deberían dejarse de aplicar. Supongamos al respecto, un caso de mala praxis médica que ocasionara la pérdida de la vista a la víctima. Si se aplicara este instituto, al médico que cometió este delito provocando una ceguera total, al día siguiente de cometerlo, podría continuar con su tarea como si nada hubiera pasado" (Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación, 8va. reunión, continuación de la Ira. sesión ordinaria, junio 16 de 1993, Inserción solicitada por el sefior Diputado Sode¡o Nievas, página 1446). y también lo hizo el citado Senador Alasino al sostener que "Creo que es importante, para terminar, dejar en claro cuándo no procede su aplicación, dado que ésta es una cuestión que. ya venía en el proyecto del Poder Ejecutivo y que fue mejorada en la Cámara de Diputados. Es así que la probation no procederá cuando el partícipe sea un funcionario público, dado que en este caso existiría una vinculación con delitos contra la administración pública y se pondría en juego toda la transparencia que la comunidad exige de aquellos que de alguna manera tienen injerencia en la ,administración de los recursos comunes. Tampoco procede en el caso de que el delito tenga pena excluyente o secundaria de inhabilitación. Esto también es entendible porque, indudablemente, todas estas penas están vinculadas con una actitud profesional o una cualidad que la gente eventualmente debía tener para cometerlo" (Diario de Sesiones, Cámara de Senadores de la Nación, 2da. reunión, Ira. sesión ordinaria, 4 de mayo de 1994, página 384). Frente a esos criterios que informaron la sanción del instituto que aquí interesa, la condición a la que la fiscalía subordinó su aplicación, lejos de aparecer irrazonable, es la que permite compatibilizar la intención del legislador con una interpretación amplia de las normas que ,regulan la suspensión del juicio a prueba. A mi modo de ver, aquel único argumento sobre el que estuvo de acuerdo la opinión mayoritaria partió del error de analizar la suspensión del juicio a prueba desde un enfoque centrado exclusivamente en la finalidad de resocialización de la pena, lo que es rechazado por la propia ley, en la que se niega la aplicación del instituto en determinados supuestos, por razones diferentes -por ejemplo, cuando un funcionario público, en el ejercicio de sus funciones, hubiese participado en el delito; arto 76 bis, séptimo párrafo, del Código Penal-o De esa manera, pasó por alto que en la cuestión también inciden, de modo determinante, otros fines que informan la potestad . punitiva estatal, a cuya luz puede ser comprendida cabalmente la exigencia de auto inhabilitación -como vía de solución con base en una interpretación amplia del instituto- que, al mismo tiempo, permite al imputado evitar la realización del juicio oral y atiende al interés de la sociedad en remediar la Ministerio Público Procuración General de la Nación "D _ , Hugo Antonio sI causa n° 15 .961 ~ S.C. D. 332, L. XLIX impericia manifestada en el hecho atribuido por parte de un individuo cuya actividad consiste en el manejo de vehículos de transporte de pasajeros dc gran porte. Se trata, como lo dijo el Fiscal General recurrente, de una decisión que debe tomar el imputado, con el debido asesoramiento letrado, entre autoinhabilitarse para esa actividad, o continuar con el trámite regular del proceso, hacia el desarrollo del juicio oral, en el que podrá desplegar su defensa con absoluta amplitud. Así se encuentra expuesta la situación, por otra parte, en la transcripción que el a quo hizo de una manifestación efectuada por la defensa de D , en cuanto sostuvo que "en caso de que hubiera sido notificado de que podría ser inhabilitado, en ningún momento se hubiera ácogido a este beneficio y hubiera esperado la sentencia en juicio oral y público, ya que tendría la chance de ser absuelto" (fs. 8 vta., ante último párrafo). 111 Por lo expuesto, y los demás fundamentos del Fiscal General, mantengo esta queja, Buenos Aires, ES COPIA fq de diciembre de 2013. EDUARDO EZEQUIEL CASAL