MAB YOUNG SCIENTISTS AWARDS MAB - UNESCO “Estrategia de producción sustentable y educación ambiental para la conservación de los bosques nativos de la Reserva de Biosfera Delta del Paraná” INFORME FINAL Autores: Lic. Horacio Sirolli Laboratorio Ecología Ambiental y Regional Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad de Buenos Aires Lic. Luciano Iribarren Instituto de Investigaciones CEFIEC Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad de Buenos Aires 1 ÍNDICE 1. Introducción 03 1.1 El Bajo Delta del Paraná 03 1.2 Ecología del paisaje, historia ambiental y problemática actual 05 1.3 La Reserva de Biosfera Delta del Paraná 06 2. Objetivos 08 3. Desarrollo 09 3.1 Caracterización de Bosques 10 3.2 Acciones de Educación ambiental 12 3.2.1 Un jardín botánico en la escuela 12 3.2.2 Curso de formación docente 14 3.3 Producción sustentable 18 4. Conclusiones 20 5. Bibliografía 21 6. Anexo 23 2 1. Introducción 1.1 El Bajo Delta del Río Paraná El Delta del río Paraná, ocupa los 300 km finales de la cuenca. Abarca una superficie aproximada de 17.500 km2, ubicado geográficamente entre los 32° 05’ S; 58° 30’ O, al sur de la ciudad de Diamante (Entre Ríos) y los 34° 29’ S; 60° 48’ O, en las cercanías de la ciudad de Buenos Aires. El Río Paraná por su tamaño ocupa el sexto lugar en el mundo, drena una superficie de 2.310.000 km2 y es considerado por su extensión, tamaño de cuenca y caudal, el segundo en importancia de Sudamérica. La presencia de especies de latitudes tropicales y subtropicales en el clima templado del Delta le confiere gran importancia como reservorio de variación genética. A su vez tiene un gran valor ecológico, dado por la influencia de distintas ecorregiones (pampa, selva paranaense, yungas) que le aportan biodiversidad. Como otros deltas, el del río Paraná es una zona donde un sistema fluvial se encuentra con una gran masa de agua, la corriente disminuye y se van depositando los sedimentos que trasporta el río. Sin embargo, este delta posee una característica particular que es desembocar en un estuario de agua dulce, en vez de en un mar como ocurre habitualmente. Si bien se suele delimitar su área en función de su parte emergida, es importante destacar que dichos procesos de sedimentación continúan una gran distancia por debajo del agua dentro del estuario. La velocidad de crecimiento del Delta del Paraná es variable pero relativamente alta: cada año emergen unos 70 m lineales de terreno sobre el río de la Plata. Los brazos más importantes en que se divide el río Paraná son el Paraná Guazú hacia el norte y el Paraná de las Palmas hacia el sur. A su vez, otras subdivisiones significativas son los ríos Carabelas Grande y Paraná Miní. En otros niveles, se bifurcan múltiples cursos de agua que delimitan las denominadas “islas” del Delta del Paraná. Éstas poseen bordes relativamente altos, llamados albardones, y experimentan un descenso topográfico hacia el centro de la isla. La altura de las aguas de los cursos está influenciada no sólo por el régimen hidrológico del Paraná y el Uruguay, dependiente de las precipitaciones más al norte, sino sobre todo, por el régimen mareal del río de la Plata y los vientos intensos del sudeste (sudestadas). Estos últimos ascienden notablemente el nivel del agua en la zona frontal del Delta. El clima de la región es templado-cálido, húmedo y con precipitaciones todo el año. La temperatura promedio del año es cercana a los 17 ºC, alcanzando los 23 ºC en verano y 12 ºC en invierno. Los valores extremos de temperatura oscilan entre los 40 ºC y los cuatro grados bajo cero; sin embargo, la capacidad calorífica del agua, muy abundante en la región, genera una atemperación térmica en comparación con las regiones vecinas. La humedad es muy alta alcanzando un promedio anual cercano al 80 % y las precipitaciones anuales llegan a unos 1000 mm. Estas características hacen que pueda considerarse el clima de la región semejable con el subtropical. La vegetación del Delta del Paraná forma parte de la provincia fitogeográfica Paranaense, la cual alcanza su máxima expresión en la provincia de Misiones, y se caracteriza por poseer formaciones selváticas y boscosas húmedas. Las condiciones ambientales particulares que generan los ríos Paraná y Uruguay permiten el desarrollo de selvas marginales en las orillas de dichos ríos y otros cursos más pequeños, donde los árboles forman una galería sobre el agua. Esta ingresión subtropical en latitudes más altas se manifiesta con una disminución progresiva de las especies que pueden desarrollarse. El ensamble de especies arbóreas nativas que 3 alcanzaba el Delta del Paraná se caracterizaba por poseer las cortezas de sus troncos de tonalidades claras, lo cual derivó en la denominación local de Monte Blanco para referirse a las selvas marginales del Delta. Como se mencionó anteriormente, los márgenes de las islas deltaicas son relativamente más elevados (albardones) y es allí el lugar de desarrollo del Monte Blanco. Algunas de sus especies más características son el laurel criollo (Ocotea acutifolia), el laurel de río (Nectandra falcifolia), el tarumá (Citharexylum montevidense), el ingá (Inga vera), el curupí (Sapium haematospermum), la anacahuita (Blepharocalyx salicifolius), los canelones (Myrsine spp.), el blanquillo (Sebastiania brasiliensis), el chal chal (Allophylus edulis), el seibo (Erythrina cristagalli). Actualmente esta comunidad es prácticamente inexistente, salvo por muy pocos relictos donde la composición ha cambiado y se han incorporado elementos exóticos, como por ejemplo, las especies asiáticas ligustro (Ligustrum lucidum) y ligustrina (L. sinense). La mayoría de los albardones se encuentran ocupados por forestaciones comerciales de salicáceas, las cuales constituyen la producción regional más importante. Además de aquellas que se encuentran activas aguardando el momento de corte, también es posible encontrar un gran número de forestaciones abandonadas donde se desarrollan espontáneamente nuevos tipos de bosques. Éstos tienen una importante cobertura de especies exóticas, una baja riqueza de especies arbóreas nativas y un sotobosque herbáceo formado por especies autóctonas. Otro tipo de comunidad arbórea del Delta del Paraná lo constituye el bosque de seibo (Erythrina crista-galli). Éste se ubica topográficamente un poco más abajo que el anterior, en la media loma del albardón, o en albardones bajos. Se trata de un bosque poco denso que posee un sotobosque compuesto por las mismas herbáceas altas que se encuentran en los pajonales de los sitios más deprimidos. Las comunidades de plantas herbáceas poseen mayor extensión en la región y se desarrollan en sitios con mayor nivel de agua que los bosques. En cursos de agua con baja corriente pueden desarrollarse comunidades de plantas flotantes como los camalotales (ej. Eichhornia crassipes). En la zona frontal, en los bancos de limo y arcilla recientemente emergidos coloniza el junco (Schoenoplectus californicus) acelerando el proceso de sedimentación y aumento de altura del albardón. Los pajonales del centro de las islas se encuentran dominados por comunidades palustres de baja diversidad como los cortaderales (Scirpus giganteus), los totorales (Tipha spp.) y espadañales (Zizaniopsis bonarensis). La fauna del Delta del Paraná es la expresión más austral del dominio Subtropical, incluyéndose dentro del sector Meridional del distrito Mesopotámico. Dada la importancia del elemento agua, se destacan los animales acuáticos y anfibios. En este sentido, se han hallado más de 170 especies de peces de los cuales se pueden mencionar como ejemplo bagres, surubíes, mojarras, viejas del agua, dorados, sábalos, pejerreyes, anguilas y tarariras. Dentro de los reptiles pueden encontrarse tortugas acuáticas (ej. Hydromedusa tectifera), culebras acuáticas y otros ofidios más terrestres. Un gran elenco de anfibios (ej. Leptodactyllus ocelatus) hallan en el Delta un hábitat ideal para desarrollarse. Un importante número de mamíferos de la región también se encuentran íntimamente relacionados con el agua, como los frecuentes coipos y carpinchos, y los escasos lobitos de río y ciervo de los pantanos. 4 1.2 Ecología del paisaje, historia ambiental y problemática actual Las investigaciones en ecología del paisaje y comunidades vegetales realizadas en el Bajo Delta diagnosticaron la casi desaparición del Monte blanco -bosque nativo original- y su reemplazo por nuevos bosques secundarios dominados por especies exóticas invasoras, lo cual implica una pérdida inmensa para el patrimonio natural del Bajo Delta (Kalesnik y Kandel, 2004). Se calcula que sólo existen algunos parches relictuales -fragmentos conservados del bosque primario original- de esta formación vegetal. Dentro del 20 % del bosque nativo que sobrevive en el Bajo Delta, estos parches -que poseen casi la mitad de la riqueza de especies del bosque nativo original- tienen una representación muy baja. El valor económico de la biodiversidad perdida es casi imposible de calcular, más aún si al decir de Joan Martínez-Alier (2009) se utilizan otros lenguajes de valoración en los que puede entrar en juego lo inconmensurable. No puede ponerse precio a la cultura ni a la religión. De todas formas, si sólo se tiene en cuenta el potencial del bosque nativo del delta como fuente de medicamentos, tinturas y fibras vegetales, diversidad genética, entre otros bienes comunes de la naturaleza (Seoane et al., 2010) es claro que la pérdida ha sido muy grande. La degradación del ambiente natural siempre ocurre en paralelo con problemáticas sociales. De esta forma, la pérdida del monte blanco puede comprenderse a la luz de historia ambiental y productiva de la región. Tomando una definición de historia ambiental que despliega gran complejidad sobre la interacción sociedad/naturaleza, podemos citar a Alimonda (2011) “...el estudio de las interacciones entre sociedades humanas y el medio natural a lo largo del tiempo, y de las consecuencias que de ellas se derivan para ambos, incluyendo las interacciones naturales mediadas por los humanos, y las interacciones humanas mediadas por la naturaleza” Durante el período colonial que se inició con la conquista española en el siglo XVI, se produjo el exterminio de los pueblos originarios que ocupaban la región -los chanás, cazadores recolectores y los guaraníes, agricultores-, así la región fue colonizada por europeos (Galafassi, 2005). Como ocurrió a lo largo y ancho del continente americano, junto a genocidios etnocidios- se realizaron ecocidios, en un proceso en el que no sólo se perdieron culturas y biodiversidad sino también los conocimientos tradicionales que en la actualidad permitirían un mejor uso de los elementos naturales que aún permanecen. Es muy difícil valorar a las especies nativas que subsisten en el delta, ya que los conocimientos y prácticas que poseían los pueblos originarios se han perdido y serán necesarios profundos estudios antropológicos para reconstruirlos. Una segunda etapa comienza entre mediados y fines del siglo XIX, en la cual la región se puebla densamente de inmigrantes europeos. Los mismos se establecieron en granjas que dieron lugar a un polo frutihortícola que abasteció a Buenos Aires hasta mediados del siglo XX. Dicha etapa fue producto de una política de estado impulsada por figuras de relevancia nacional como Domingo Faustino Sarmiento, quien visualizaba un proyecto de producción y modernización para la región. A través de beneficios legales, promovió la ocupación del territorio, dando lugar a un campesinado que caracterizaría a la región hasta la década de 1950. Luego de esta “época dorada” del delta, sobrevino una gran crisis económica -debido a la competencia con nuevos mercados frutícolas- que afectó a la región a mediados del siglo XX. A estas nuevas condiciones económicas se sumaron factores climáticos adversos, provocando 5 un gran éxodo rural a partir de 1940, donde se contaba con 25.000 habitantes, de los cuales en 1991 quedaban sólo 9.000, marcando una tendencia que en términos generales no se ha modificado (Galafassi, 2005). En paralelo a este despoblamiento masivo, se produjo el afianzamiento del monocultivo de salicáceas, representativo de la foresto-industria, una de las protagonistas de los graves conflictos socioambientales que se registran a nivel global (Alimonda, 2005). Actualmente, el mayor impacto antrópico en la zona declarada reserva involucra modificaciones hidrológicas en forma de rellenos y endicamientos que involucran grandes capitales y recursos con fines de producción forestal, silvopastoril o proyectos de urbanización cerrada. 1.3 La Reserva de Biosfera Delta del Paraná En el año 2000, el territorio de islas del Partido de San Fernando fue declarado Reserva de Biosfera Delta del Paraná (RBDP) con el auspicio de UNESCO. La región es representativa del paisaje del Bajo Delta (Malvárez, 1997), presenta una baja densidad poblacional y posee humedales en buen estado de conservación, por lo cual el estado municipal efectuó un ordenamiento territorial y una normativa que planteó los siguientes objetivos: a) conservación de la naturaleza, b) desarrollo sostenible, c) apoyo logístico a la investigación científica y la educación ambiental. Las acciones del presente trabajo representan la interacción entre investigadores, productores y docentes de escuelas de la RBDP, intentando aportar a los objetivos de la reserva. El área elegida como Reserva de Biosfera es representativa de la diversidad de ambientes naturales y antropizados en el Bajo Delta del Río Paraná. En la misma se expresan tres gradientes principales: 1) edad de las islas; 2) régimen hidrológico (fluvial a mareal) y 3) intensidad de la intervención humana. Estos gradientes se expresan en distintos patrones de paisaje y distintas condiciones hidrológicas lo que implica un mosaico de diferentes sistemas ecológicos. La RBDP ocupa la totalidad de la 2a y 3a Sección de Islas del Delta Bonaerense, pertenecientes al Municipio de San Fernando de la Provincia de Buenos Aires (Figura 1). La misma ocupa una superficie de 88.624 hectáreas con un crecimiento adicional de tierras aluvionales de unas 1.110 hectáreas en el sector frontal sobre el Río de La Plata. La superficie de la totalidad de la zona núcleo es de 10.594 hectáreas, la dimensión de la zona tampón es de 15.473 hectáreas, mientras que la dimensión aproximada de la zona de transición es de 62.557 hectáreas. 6 Figura 1. Límites y zonificación de la Reserva de Biosfera Delta del Paraná. La Zona núcleo se encuentra en el área de más reciente formación, con menor grado de intervención humana y donde la mayor parte de las actividades productivas se encuentran inactivas en la actualidad. Al mismo tiempo, se trata de un espacio que presenta gran heterogeneidad del paisaje y una combinación de ambientes que, a través del análisis de aptitud de hábitat, resulta favorable para distintas especies de fauna: Ciervo de los Pantanos (Blastocerus dichotomus), Pava de monte común (Penelope obscura), Lobito de río (Lutra longicaudis), Gato Montés (Felis geoffroyi) y Carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) (Bó et al., 1989). Dado que las dimensiones son compatibles con los requerimientos de hábitat de las principales especies, se considera que la zona núcleo propuesta es especialmente indicada para las funciones de conservación. En este sector, todavía se conservan una gran cantidad de parches relictuales de bosque nativo (Monte Blanco). La zona tampón que la rodea tiene también condiciones apropiadas para la conservación y un menor grado de actividad antrópica. Sin embargo, debido a las fases históricas de mayor actividad ofrece abundante infraestructura subutilizada en la actualidad lo que le permite cumplir adecuadamente la función de apoyo logístico para capacitación, educación, investigación y observación permanente. Por su parte, la zona de transición elegida presenta un variado cuadro de actividades humanas de distinto nivel de intensidad (forestal y actividad agropecuaria) y se encuentra en fases de producción activa o de recuperación, lo que permite numerosas oportunidades para la implementación de planes demostrativos y piloto de desarrollo sustentable. En la misma, se 7 desarrolla un paisaje con rasgos culturales propios (forestaciones comerciales, parcelas rurales, viviendas costeras, entre otros) lo que genera una identidad que se entronca con la historia de la región. Contexto social Los últimos datos disponibles indican que la población estable en la Reserva es de 3.058 habitantes (INDEC, 2001). La población isleña se caracteriza por su gran dispersión territorial, dado que el proceso de despoblamiento ha sido muy homogéneo y no se distinguen núcleos poblacionales definidos. A la población residente estable debe sumarse una migración golondrina de peones y obrajeros que puede estimarse en otros 300/500 habitantes estacionales. Los mismos residen en viviendas provisorias, barracas y/u obradores de la zona. La población en general está establecida constituyendo 1122 hogares, permaneciendo casi todos ellos, en algún tipo de vivienda (1099 viviendas). El régimen de tenencia de la vivienda es variado, aunque se advierte un significativo porcentaje de ocupantes en razón de su relación de dependencia, préstamo, cesión o permiso que alcanza al 52,2% del total de viviendas. Este porcentaje cuadruplica los valores habituales en comparación con sectores de planta urbana. Otras formas de tenencia son: 36,2% como propietario, 1,2% como inquilino o arrendatario, 1% como ocupantes de hecho y 9,4% en otras formas o desconocido. Respecto a la educación cabe consignar que el esquema de instrucción es semejante al de otras zonas rurales, con un fuerte hincapié en la educación básica, donde el promedio de instrucción primaria completa supera a la media del Partido, y con una brusca disminución de los niveles superiores de instrucción y capacitación, donde se reducen a la mitad los valores medios de la planta urbana. El tema de la educación en territorio isleño es todavía una asignatura pendiente de revisión tanto por parte del estado provincial responsable del servicio, como por parte de la población involucrada. Los elevados costos de transporte fluvial y la extensión territorial que origina largos períodos de traslado, requieren de una estrategia de adecuación de los servicios educativos de tal forma que resulte más racional el aprovechamiento de la infraestructura instalada, el dedicado esfuerzo que realizan los planteles docentes y auxiliares, así como el tiempo disponible para la formación del alumnado. 2. Objetivos Objetivo general Investigar el potencial del bosque nativo para realizar una estrategia innovadora de producción sustentable y acciones de educación ambiental que contribuyan a la recuperación del paisaje de la Reserva MAB-UNESCO: Delta del Paraná (RBDP). Objetivos parciales 1) Caracterizar los relictos de bosque nativo (Monte Blanco) y bosques secundarios de las zonas Núcleo, Tampón y Transición de la RBDP. 2) Elaborar acciones educativas que focalicen en la problemática ambiental de la RBDP, especialmente en la eliminación del bosque nativo. 8 3) Capacitar y brindar recursos a pequeños productores para que desarrollen una producción forestal de especies nativas del Delta del Paraná que aporte a la conservación de los bosques de la RBDP. 3. Desarrollo Nuestro dispositivo general de intervención se basó en el aprovechamiento de renovales de especies nativas que crecen en forestaciones activas antes de ser destruidas durante el período de corte, y en parcelas de Bosques Secundarios que se consideren aún potencialmente activas desde el punto de vista del uso forestal. De esta forma se puede salvar una considerable cantidad de individuos que pueden ser utilizados con fines educativos y de desarrollo sostenible. Se ilustra en la Figura 2 las características del dispositivo mencionado. Figura 2. Representación esquemática del dispositivo de intervención. 3.1 Caracterización de bosques de la Reserva de Biosfera Delta del Paraná 9 En la zona Núcleo se realizaron siete censos de vegetación de Monte Blanco ubicados en los arroyos Camacho y Chivico (Figura 3). Dentro de la zona Tampón, se muestrearon tres censos de Monte Blanco y tres de Bosque Secundario sobre el arroyo Pantanoso. Para la zona de Transición, se realizaron dos censos de Bosque Secundario ubicados en el arroyo Grande. (Ver anexo fotográfico para visualizar el aspecto de todos los bosques.) Figura 3. Ubicación de los bosques muestreados dentro de las distintas zonas de la RBDP. Los censos de vegetación se desarrollaron en parcelas de 10 por 10 metros. En los mismos se estimó la cobertura de las especies utilizando la escala de Braun-Blanquet modificada (MuellerDombois y Ellemberg, 1974). La taxonomía y el origen de las especies fueron según Zuloaga y Morrone (1996, 1999a, 1999b). Como resultado de todos los censos se encontró una riqueza total de 60 especies distribuidas en 41 familias (ver tabla anexa de cobertura porcentual de especies). En tres casos no se pudo determinar a qué familia pertenecía el ejemplar encontrado. La riqueza total promedio (± desvío estándar) por censo fue mayor en los censos de Monte Blanco de la zona Núcleo (20±4 especies) y de la zona Tampón (23±1 especies), fue intermedia en los censos de Bosque Secundario de la zona Tampón (17±2 especies), y menor en los censos de Bosque Secundario de la zona de Transición (11±1 especies). 10 En términos generales, en las zonas Núcleo y Tampón la riqueza de especies y diversidad de formas de vida nativas fueron superiores a las adventicias (tabla 1). Esta tendencia se invirtió en los censos de Bosque Secundario de la zona de Transición donde las especies adventicias fueron levemente superiores a las nativas. En particular, la riqueza promedio de nativas de los censos de Monte Blanco de la zona Núcleo fue de 15±4 versus 4±1 especies adventicias. En la zona Tampón el promedio de especies nativas en los censos de Monte Blanco fue de 12±2 versus 5±1) adventicias y, en los censos de Bosque Secundario, 16±3 nativas versus 6±1 adventicias. En el caso de la zona de Transición la riqueza promedio de especies nativas fue de 5±1 versus 7±1 adventicias. Si bien la riqueza de especies nativas fue alta, la cobertura de algunas especies adventicias fue mayor a la de nativas, como es el caso de Ligustrum lucidum y L. sinense. Dichas especies también tuvieron altas constancias relativas de presencia en los censos, al igual que Lonicera japonica y Rubus ulmifolius. En el caso de las especies nativas, las de mayores cobertura y constancia fueron Myrsine parvula, Blepharocalyx salicifolius, Allophylus edulis y Ocotea acutifolia. Tabla 1. Riqueza de especies ordenadas según su origen y forma de vida, en función de la zona de la Reserva de Biosfera, el arroyo, el tipo de bosque y el número de censo. ND = No determinado/a. De los resultados antes mencionados se desprende que: Los bosques nativos relictuales (Monte Blanco) de la zonas Núcleo y Tampón de la RBDP poseen una considerable riqueza específica y un espectro amplio de formas de vida. A pesar de mantener aún una estructura fisonómica compleja, dichos bosques poseen una importante 11 cobertura de especies adventicias y una expresión espacial extremadamente limitada. En consecuencia, se considera necesaria la profundización de acciones de protección, el inicio de acciones de restauración y, en especial, la intensificación de acciones de educación ambiental que lleven a la población a la concientización en este tema. En este sentido, los resultados de estos muestreos sirvieron como insumo para el proceso de ordenamiento territorial de bosques nativos que se encuentra realizando el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (Provincia de Buenos Aires) en el marco de la ley nacional de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos (ley número 26.331). Los bosques secundarios de la zona Tampón analizados resultaron ser, en forma similar a los bosques nativos relictuales, ricos en especies nativas y con una complejidad estructural considerable. Con ello se demuestra la importancia que también tienen estos bosques en la conservación global de la RBDP y, por lo tanto, resultan deseables las mismas acciones antedichas. Por último, los bosques secundarios de la zona de Transición analizados, a pesar de ser estructuralmente más simples y con menor riqueza, demostraron ser aptos para el desarrollo de renovales de algunas especies nativas. Teniendo en cuenta la importante expresión espacial de estos bosques en la RBDP, se los considera especialmente aptos para desarrollar estrategias de producción que ayuden a la conservación de los bosques nativos, mediante el rescate de renovales de nativas en los casos de áreas que se consideran activas. 3.2 Acciones de educación ambiental 3.2.1 Un jardín botánico en la escuela Estas acciones comenzaron en el año 2009 en el marco de proyectos anteriores llevados a cabo con el apoyo de la universidad y continúan hasta la fecha. Durante 2011 y 2012 se trabajó en forma conjunta con los docentes de la EPB n°26 del río Carabelas, para germinar y extraer ejemplares de plantas nativas. Las forestaciones comerciales (monocultivos de sauces o álamos) y algunas forestaciones abandonadas (bosques secundarios) que están en proceso de reactivación, aportaron ejemplares de plantas nativas que crecen espontáneamente como “malezas” para los productores. Estas plantas se acopiaron en el vivero y se utilizaron para enriquecer el jardín botánico escolar de la escuela. Para llevar a cabo estas tareas se contó con el cuadernillo de actividades “Un jardín botánico en la escuela” creado por nuestro grupo de investigación (Ver Figura 4). 12 Figura 4. Extracto del cuadernillo de actividades utilizado para trabajar acerca de las plantas nativas. A partir del trabajo realizado en esta etapa obtuvimos información acerca de las representaciones de docentes y alumnos acerca de la problemática del bosque nativo. En primer lugar encontramos que habían naturalizado la existencia de la flora exótica y la pérdida del bosque nativo, esto no era conocido por ellos, ya que el proceso de deforestación fue realizado en la generación de los abuelos y bisabuelos de los alumnos, durante fines del siglo XIX. Sin embargo, observamos que existe una valoración especial por ciertas especies arbóreas como el seibo (Erythrina crista-galli) o la palmera Pindó (Syagrus romanzoffiana). Dentro de los conocimientos isleños tradicionales que poseían acerca de estas plantas, se encuentran algunos usos especiales. Además de su floración de gran atractivo ornamental, la madera del seibo se usa para hacer barcos de juguete y objetos similares variados, ya que es muy blanda y fácil de tallar. Las hojas de la pindó se utilizan como adorno en fiestas, sus frutos atraen pájaros variados y en sí ambas especies son apreciadas por su belleza. Por otra parte, muchas de las especies nativas no eran conocidas por los alumnos y docentes, ya que la mayoría de ellas son consideradas “yuyos” (malezas) sin valor y que es conveniente eliminar para plantar las especies de interés. El trabajo con el cuadernillo intentó revalorizar las especies nativas como parte de la funcionalidad del ecosistema isleño y la respuesta de los alumnos y alumnas fue muy positiva, llegando a realizar varias campañas de rescate y plantación de especies nativas en los alrededores de la escuela (Figura 5). 13 Figura 5. Izquierda y centro. Campañas de plantación con alumnos de le EPB n°26. Derecha. Ejemplar de curupí (Sapium haematospermum) mostrando buena evolución luego de su trasplante en 2009. Además del éxito de las actividades en cuanto a la creación del jardín botánico y la obtención de información acerca de usos ornamentales, artesanales y lúdicos de la vegetación obtuvimos un acercamiento al contexto de trabajo de los docentes isleños que fue de gran valor para diseñar y poner en práctica el curso de formación docente. 3.2.2 Curso de formación docente Para potenciar y dar mayor alcance a las acciones de educación ambiental, se diseñó e implementó un curso de formación docente para los docentes de la RBDP. Uno de los resultados principales de este trabajo fue el propio curso de formación docente, que en tanto constituye un dispositivo de formación abre posibilidades para dialogar con las escuelas y mejorar las propuestas de educación ambiental, resaltando especialmente la problemática del bosque nativo y las posibilidades de restauración. El objetivo principal del curso de formación dictado fue que los docentes de islas conocieran las funciones que hacen valiosos a los bosques y humedales de la zona, desde un punto de vista complejo -que incorpora aspectos naturales y sociales- del ambiente, para luego desarrollar sus propias propuestas didácticas (Ver Figuras 6 y 7). 14 Figura 6. Actividad “Enfoques sistémicos en educación ambiental” con docentes del curso de formación de la RBDP. Figura 7. Salida de campo del curso de formación para docentes de la RBDP. Se propuso interactuar con ellos a fin de acompañarlos en la creación de estas propuestas de Educación Ambiental (EA). Los contenidos conceptuales abordados a través del curso fueron: 15 1. Distintas visiones del concepto de ambiente 2. El concepto de Reserva de Biosfera 3. El Delta del Paraná como sistema de humedales 4. El Delta del Paraná visto desde la ecología del paisaje 5. Perspectivas sistémicas y sistemáticas en enseñanza de las ciencias 6. La complejidad ambiental en el Delta del Paraná 7. Las contradicciones en torno al desarrollo sostenible 8. La eliminación del Monte Blanco 9. La invasión de especies exóticas en el Bajo Delta 10. Análisis crítico de secuencias didácticas de EA 11. Planificación de una salida de campo en la RBDP Se tomó especial cuidado en que los contenidos se correspondieran con los diseños curriculares oficiales, a fin de aportar a la coherencia del sistema educativo y facilitar la tarea de planificación que realizan diariamente los docentes al dialogar con estos documentos-guía (Bonan, 2010). La Docente 1, realizó una secuencia didáctica de ciencias naturales para 4to, 5to y 6to año de la escuela primaria en la que trabajó en la creación de un "jardín botánico escolar de plantas nativas". La Docente 2 realizó una secuencia didáctica para ciencias sociales con 4to y 5to año de escuela primaria. Trabajó el “ambiente como expresión de las condiciones naturales y los procesos sociales” con un gran énfasis en el uso de los recursos naturales y las actividades productivas de la región. La Docente 3 implementó una secuencia para la asignatura culturas y estéticas contemporáneas del 6to año de la escuela secundaria, en la que trabajó la relación cultura/naturaleza con el objetivo que los alumnos "reflexionen sobre la necesidad de preservar de manera responsable nuestros patrimonios culturales" y que puedan ejercer un rol de promotores culturales del ambiente natural isleño, con particular interés en la vegetación nativa. Dicho proyecto culminó con "acciones del orden de lo estético", la realización de guardas y murales inteviniendo el edificio escolar con imágenes de plantas y animales nativos del delta. A partir de los registros, también se observó que, de los contenidos del curso, el que fue incorporado de modo más frecuente en las planificaciones fue el concepto de humedal. También se destacó la ausencia en el tratamiento de la problemática ambiental en la que se centró el curso, la eliminación del Monte Blanco, en lugar de ello hubo algunas referencias a la existencia de flora nativa y exótica. Respecto de las concepciones de ambiente, es ilustrativo poner en diálogo los proyectos con una tipología como la de Reigota (1994). La Docente 1, elaboró un proyecto más compatible con vertientes de EA naturalistas, que conceptualizan al ambiente como la naturaleza virginal, intocada. La Docente 2 en cambio se relaciona más con la concepción antropocéntrica, que pone el énfasis en el uso de los recursos naturales por parte del ser humano. La Docente 3 puede situarse a medio camino entre una concepción naturalista y una globalizante, que pondría en el centro las relaciones sociedad/naturaleza. Varios de los/las docentes planificaron actividades para enseñar a sus alumnos acerca del delta como humedal y lo valioso de esta característica. Sin embargo, como es de esperarse por el proceso de transposición didáctica que se efectúa en la adaptación de un concepto científico a un contenido escolar, el concepto de humedal fue perdiendo complejidad. Esto es inherente a 16 cualquier contenido, y cobró especial relevancia al observar los grandes cambios entre lo dictado en el curso, lo reflejado en las planificaciones escritas realizadas por los docentes y lo observado en la puesta en práctica de sus secuencias didácticas. Los conceptos de ecología del paisaje del Delta del Paraná fueron reducidos de la misma forma, restringiéndose en varios casos a la sola mención de la palabra paisaje, en otros fue posible descubrir mayores rastros de este núcleo de contenidos, al hacer mención de los pajonales, ceibales, bosques nativos y forestaciones, que caracterizan al paisaje isleño. Con respecto a la existencia de flora nativa y exótica los/las docentes la abordaron también de manera muy simplificada, al menos en las planificaciones teóricas y en las puestas en práctica observadas. En este punto, existe el caso especial de la Docente 1 que abordó la problemática de una manera más sistémica y compleja Al concluir las acciones de acompañamiento, se pudo contabilizar más de 100 alumnos en contacto directo con la propuesta. Las docentes expuestas trabajaron en tres escuelas distintas de la RBDP, realizando además acciones de socialización hacia los demás integrantes de la escuela en que se implementaron. Luego del camino recorrido, puede decirse que los contenidos del curso de formación proporcionaron las bases para que los docentes se sumergieran en la complejidad de relaciones que vinculan la desaparición del bosque nativo, la aparición de especies invasoras y la transformación de humedales, en paralelo con las distintas visiones acerca de los conceptos de ambiente y desarrollo, analizando miradas sobre la sustentabilidad de manera crítica. Durante todo el proceso, se acompañó a los/las docentes y sus proyectos a fin de evaluar los alcances del curso e interiorizarse en su pensamiento para mejorar las futuras propuestas de formación. Retomando las concepciones de Reigota, la tercer variante sería la que se intentó plasmar en el curso, correspondiente a una noción compleja de ambiente en la que se supera la dicotomía naturaleza/sociedad y se pone en diálogo estos dos polos. Sin embargo estas concepciones generalmente se encuentran firmemente arraigadas en las personas, forman parte de sus ideas previas a un nivel muy profundo ya que se ponen en juego valores, criterios estéticos y vivencias personales, por lo cual provocar cambios en ellas es extremedamente difícil. Al principio del curso se trabajó acerca de las distintas concepciones de ambiente, pero aunque los docentes seguidos, en sus producciones escritas parecieron adherir a la concepción globalizante, luego de poner en práctica sus proyectos vimos que regresaban a concepciones de corte naturalista o antropocéntrica. Por ejemplo en el caso de la Docente 1, quien posee una concepción naturalista, interpretamos que es representativa de la concepción todavía dominante en el imaginario docente acerca de la EA, especialmente entre docentes de ciencias naturales, como es su caso. En cambio, la Docente 2, con mayor inclinación por las ciencias sociales, suscribía a una noción de ambiente fuertemente antropocéntrica, lo cual puede relacionarse con la concepción de ambiente que predominó por largo tiempo en estas disciplinas. Por otra parte, la Docente 3, mostró una mayor coherencia con la visión de ambiente aquí llamada globalizante, posiblemente debido a su formación e historia personal, que incluía tanto ciencias naturales como artes plásticas. Estas reflexiones si bien se restringen a los limitantes de esta investigación y no pretenden explicar la realidad para hacer generalizaciones, permiten comprender algunas cuestiones de la práctica docente que se evidencian al analizar unos pocos casos, lo cual no deja de tener un importante valor heurístico. 17 Todo esto lleva a reflexionar acerca de la forma en que fueron presentados varios contenidos del curso. Mejorar el abordaje de la complejidad de la problemática ambiental del Monte Blanco, es uno de los desafíos para el nuevo dispositivo de formación que se encuentra en proceso de elaboración. Las dificultades de comprensión del entramado conceptual que intenta plantear el curso nuevamente no se restringen al ámbito escolar, ya que dentro del propio grupo de investigación se trata de problemas en permanente revisión, que involucran saberes que se van reconfigurando con el grado de conocimiento ecológico y los ciclos de accióninvestigación que van transcurriendo en paralelo. En el tiempo recorrido desde el dictado del curso y como resultado de la reflexión alcanzada a partir de esta experiencia, hemos buscado y obtenido formación específica en miradas sociológicas de los temas ambientales, lo cual ha enriquecido las siguientes propuestas. Con respecto a las acciones de acompañamiento debe tenerse en cuenta su gran potencial reflexivo y evaluativo. Desafortunadamente, este tipo de instancias están ausentes en gran parte de la oferta de formación, que generalmente se mantiene en el plano teórico. Muchas veces la formación docente se nutre de ideas que provienen de la investigación realizada por las universidades. Este tipo de perspectivas que algunos autores han llamado aplicacionistas (Diker y Terigi, 1997) han sido fuertemente criticadas porque en general se encuentran disociadas de la práctica docente. Esa es una de las razones de haber apostado a la investigación acción, una interesante alternativa desde lo metodológico, para sortear este problema y dar importancia al punto de vista situado en la práctica docente. Más aún, para realizar propuestas de formación ancladas en la práctica docente, una de las maneras más directas es a través de dispositivos que contemplen algún tipo de acompañamiento, ya que de esta forma el formador de formadores puede observar y reflexionar acerca de los alcances de sus propuestas y modificarlas en consecuencia. Por otra parte los docentes tienen la posibilidad de reflexionar acerca de su propia práctica, cuestión ampliamente discutida en la literatura (Perrenoud, 2007, Edelstein, 2011) pero que se materializa escasamente en la cotidianidad docente. A través del espacio de confianza que se genera en cursos de formación en los que se trabaja de manera horizontal, los docentes cuentan con un grupo de pares que funciona como una comunidad de práctica, al decir de Wenger (2001) en la cual comparten experiencias, aciertos, errores, criterios para la acción y “contribuyen de varias maneras interdependientes entre sí, que se convierten en material para construir una identidad”. En tiempos donde la formación en servicio es una cuestión que depende casi por completo de la voluntad de cada docente, la educación ambiental, una empresa socialmente significativa, genera un interesante compromiso en los cursantes, lo que funciona como impulsor de su formación en múltiples sentidos. 3.3 Producción sustentable Durante Mayo de 2011 se realizó una campaña a una forestación comercial en el río Carabelas, Segunda Sección de Islas del Delta del Paraná. En la misma se aprendieron saberes de la actividad forestal de la mano de un productor. Esta experiencia fue útil para evaluar con mayor detalle los mecanismos de aplicación de propuestas de desarrollo sostenible. Los sitios relevados dentro del área no presentaron regeneración de especies 18 nativas por lo que no se consideró como un sitio óptimo para la realización de la experiencia de extracción. En la misma recorrida, se pudo presenciar el trabajo de pobladores locales que utilizan el recurso junco (Schoenoplectus californicus). Dada la alta productividad primaria de esta especie, la experiencia resultó útil para comprender e incluir esta actividad tradicional en el análisis de propuestas de desarrollo sostenible. Durante Febrero de 2012 se realizó una recorrida por los terrenos de una isleña del río Carabelas. Se muestrearon bosques secundarios y alrededores de la casa. Se encontró una importante regeneración de renovales de especies nativas, como por ejemplo laurel de río, canelón y anacahuita. Se detectó una muy buena predisposición de esta isleña a participar en dispositivos de conservación y producción sustentable. La posibilidad de comunicación con los productores fue siempre fluida a través de nuestra participación en las reuniones del Comité de Gestión de la RBDP, que nuclea organizaciones de productores de distintas ramas. Sin embargo, la coyuntura política de recambio de la gestión municipal a fines de 2011 provocó interrupciones en las reuniones. Sin embargo, a través de las demás acciones de difusión de la estrategia de producción sustentable de plantas nativas, conseguimos vincularnos con una productora forestal que se interesó por el proyecto. Dicha persona se abocó con mucho entusiasmo a producir plantas nativas de la isla y rescatarlas de su forestación con la idea de donarlas a una escuela cercana y también explorar su comercialización. Nos consultó bibliografía y pidió información, hasta el punto que compró varios libros para aprender del tema y reconocer más plantas por su cuenta. En abril de 2012 se construyó un vivero forestal de plantas nativas en los terrenos de la isleña del río Carabelas que se había visitado anteriormente (Figura 8). Figura 8. Pobladora isleña comprometida con la conservación del bosque nativo de la RBDP. 19 La pobladora comenzó a ocupar el mismo con renovales de nativas que extrajo de su terreno (Figura 9) y se le proveyeron semillas. El vivero se encuentra actualmente en funcionamiento y ya se produjeron ventas de algunos ejemplares, lo cual constituye una novedad de producción sustentable en la zona. Figura 9. Renovales de plantas nativas en crianza dentro de vivero forestal construido para explorar una producción sustentable. 4. Conclusiones Gracias a la complementariedad de nuestras disciplinas de formación e investigación, Ecología y Educación Ambiental, se logró un abordaje interdisciplinario de la problemática relacionada con la conservación de bosques nativos de la RBDP. Este tipo de experiencias no es común en nuestros ámbitos académicos, a pesar de las ventajas que conlleva para la investigación e intervención en sistemas complejos, una de las formas de conceptualizar al “ambiente”. Debido a lo abarcativo de los objetivos propuestos, y también a limitaciones logísticas y presupuestarias, se consiguieron resultados de pequeña escala, no pudiendo extender demasiado los relevamientos de vegetación ni la estrategia de producción sustentable, que quedó efectivamente implementada con una sola productora. Sin embargo, los resultados fueron alentadores para continuar con todas las líneas de trabajo. Destacamos el hecho de que, fruto del trabajo interdisciplinario pudimos, implementar acciones que integran los tres objetivos de las Reservas de Biosfera, diseñando un dispositivo que permite establecer complejos diálogos con distintos actores sociales de la región. Si bien la restauración ecológica de los bosques de la RBDP es aún una meta lejana, hemos puesto a 20 prueba una estrategia posible, y obtenido algunos resultados satisfactorios que nos permiten proyectar la continuación y ampliación en el tiempo de esta idea. Para ello serán necesarios nuevos y mayores muestreos de vegetación, generar más diálogos fructíferos con las demás escuelas de la RBDP e involucrar a nuevos productores isleños, si es posible vinculando aportes estatales y de sectores privados para promover la producción sustentable a una mayor escala. 5. Bibliografía Alimonda, H. 2005. Cuando los árboles son un desierto. OSAL-Observatorio Social de América Latina. VI, 17, 33-40. Alimonda, H. 2011. La colonialidad de la naturaleza. Una aproximación a la Ecología Política Latinoamericana. En Alimonda H. (comp.) La colonización de la naturaleza, Buenos Aires: Colección Grupos de Trabajo – CLACSO. Pp. 59-90. Bonan, M. L. 2010. Desarrollo profesional en educación ambiental. Estrategias de formación en ciencias naturales. Buenos Aires: UBACYT. Diker, G.; Terigi, F. 1997. La formación de maestros y profesores: hoja de ruta. Buenos Aires: Paidós, p. 126. Edelstein, G. 2011. Formar y formarse en la enseñanza. Buenos Aires: Paidós, 2011, p. 34. Galafassi, G. 2005. La pampeanización del delta, sociología e historia del proceso de transformación productiva, social y ambiental del Bajo Delta del río Paraná. Buenos Aires: Ediciones Extramuros. INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). 2001. Censo Nacional de Población, Viviendas y Hogares. Kalesnik, F.; Kandel, C. 2004. Reserva de biosfera delta del paraná – formación en educación para el ambiente y el desarrollo. Buenos Aires: UNESCO - Municipalidad de San Fernando. Malvárez, I. 1997. Las comunidades vegetales del Delta del Río Paraná. Su relación con factores ambientales y patrones de paisaje. Tesis Doctoral. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires. Martínez Alier, J. 2009. Conflictos ecológicos y lenguajes de valoración. Ponencia, Ecología Política en el Capitalismo Contemporáneo, Buenos Aires: Programa Latinoamericano de Educación a Distancia, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Mueller-Dombois, D.; Ellenberg, H. 1974 Aims and methods of vegetation ecology. JohnWiley & Sons, New York, 547 pp. Perrenoud, P. 2007. Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Profesionalización y razón pedagógica. Barcelona: GRAÓ, p. 45. Reigota, M. 1994. O que é educação ambiental. São Paulo, Brasil: Brasiliense. 63pp. Seoane, J.; Taddei, E.; Algranati, C. 2010. Recolonización, bienes comunes de la naturaleza y alternativas desde los pueblos. Buenos Aires: Diálogo de los Pueblos y Grupo de Estudios sobre América Latina y el Caribe (GEAL). Wenger, E. 2001. Comunidades de práctica. Aprendizaje, significado e identidad. Barcelona: Paidós, p. 320. 21 Zuloaga, F. O.; Morrone, O. 1996. Catálogo de las plantas vasculares de la república Argentina. I. Pteridophyta, Gymnospermae y Angiospermae (Monocotyledoneae). Monographs in Systematic Botany from the Missouri Botanical Garden 60: 1-323. Zuloaga, F. O.; Morrone, O. 1999a. Catálogo de las plantas vasculares de la república Argentina. II. Acanthaceae - Euphorbiaceae (Dicotyledoneae). Monographs in Systematic Botany from the Missouri Botanical Garden 74: 1-621. Zuloaga, F. O.; Morrone, O. 1999b Catálogo de las plantas vasculares de la República Argentina. II. Fabaceae - Zygophyllaceae (Dicotyledoneae). Monographs in Systematic Botany from the Missouri Botanical Garden 74: 1-1269. 22 6. Anexo Fotográfico Bosque Nativo en arroyo Camacho, Zona Núcleo de la RBDP, aspecto externo. Bosque Nativo en arroyo Camacho, Zona Núcleo de la RBDP, troncos de árboles y trepadoras. Bosque Nativo en arroyo Chivico, Zona Núcleo de la RBDP, aspecto interno. Bosque Nativo en arroyo Chivico, Zona Núcleo de la RBDP, aspecto interno. Bosque Nativo en arroyo Pantanoso, Zona Tampón de la RBDP, aspecto externo. Bosque Nativo en arroyo Pantanoso, Zona Tampón de la RBDP, aspecto interno. 23 Bosque Secundario en arroyo Pantanoso, Zona Tampón de la RBDP, aspecto interno. Bosque Secundario en arroyo Pantanoso, Zona Tampón de la RBDP, aspecto interno. Bosque Secundario en arroyo Grande, Zona Transición de la RBDP, aspecto externo Bosque Secundario en arroyo Grande, Zona Transición de la RBDP, aspecto interno 24 Tabla de cobertura porcentual de especies ordenadas según su origen, forma de vida y familia; en función de la zona de la Reserva de Biosfera, el arroyo, el tipo de bosque y el número de censo. ND = No determinado/a. Cobertura Porcentual de Especies p Núcleo Camacho Chivico Monte Blanco Monte Blanco 329_1 329_2 329_3 329_4 329_5 729_3 329_6 Adventicia Árbol Aceraceae Acer negundo Ebenaceae Diospyros inconstans Moraceae Morus alba Oleaceae Ligustrum lucidum Ligustrum sinense Rosaceae Cydonia oblonga Rutaceae Citrus aurantium Salicaceae Populus aff. deltoides Arbusto Rosaceae Rubus ulmifolius Hierba Araceae Zantedeschia aethiopica Z t d hi thi i Iridaceae Iris pseudacorus Palmera Arecaceae Trithrinax campestris Trepadora Caprifoliaceae Lonicera japonica Nativa Árbol Euphorbiaceae Sapium haematospermum Sebastiania brasiliensis Fabaceae Erythrina crista‐galli Inga uraguensis Lauraceae Nectandra angustifolia Ocotea acutifolia Moraceae Ficus luschnathian Myrsinaceae Myrsine parvula Myrtaceae Blepharocalyx salicifolius Sapindaceae Allophylus edulis Sapotaceae Pouteria saliscifolia Verbenaceae Citharexylum montevidense Arbusto Malvaceae Pavonia sepium Myrtaceae Tampón Pantanoso Bosque 2º Monte Blanco 330_1 330_2 330_3 328_3 328_1 328_2 Transición Grande Bosque 2º 621_1 621_2 0,01 7,50 41,50 0,01 3,00 0,01 7,50 62,50 62,50 3,00 3,00 7,50 7,50 29,00 62,50 41,50 7,50 87,50 87,50 87,50 17,50 0,01 62,50 29,00 62,50 87,50 29,00 41,50 7,50 29,00 41,50 29,00 7,50 3,00 87,50 87,50 1,00 0,01 87,50 87,50 87,50 1,00 7,50 7,50 0,01 3,00 1,00 62,50 62,50 1,00 0,01 0,01 1,00 7,50 1,00 1 00 0,01 3,00 29,00 3,00 3,00 3,00 3,00 3,00 7,50 7,50 3,00 0,01 1,00 3,00 1,00 1,00 3,00 0,01 0,01 29,00 17,50 3,00 1,00 3,00 3,00 0,01 0,01 3,00 0,01 29,00 29,00 87,50 29,00 62,50 29,00 29,00 1,00 62,50 0,01 1,00 0,01 29,00 41,50 1,00 17,50 3,00 1,00 7,50 0,01 7,50 1,00 29,00 29,00 0,01 3,00 7,50 41,50 17,50 17,50 29,00 17,50 7,50 7,50 7,50 7,50 17,50 7,50 29,00 17,50 17,50 3,00 41,50 29,00 7,50 62,50 7,50 3,00 3,00 3,00 7,50 3,00 17,50 7,50 7,50 17,50 7,50 7,50 17,50 17,50 17,50 17,50 0,01 3,00 1,00 7,50 3,00 0,01 0,01 1,00 7,50 17,50 29,00 7,50 0,01 0,01 3,00 1,00 1,00 Cobertura Porcentual de Especies aff. Cephalanthus glabratus Psychotria carthagenensis Solanaceae Cestrum parqui Thymelaeaceae Daphnopsis racemosa Hierba Apiaceae Eryngium pandalifolium Blechnaceae aff. Blechnum australe Commelinaceae Commelina sp. Cyperaceae Rhynchospora aff. corymbosa Onagraceae Ludwigia aff elegans Ludwigia aff. elegans Poaceae Glyceria multiflora Pteridaceae Adiantum thalictroides Thelypteridaceae aff. Thelypteris sp. Hierba epífita Bromeliaceae Tillandsia recurvata Till d i t Tillandsia usneoides Polypodiaceae Microgramma aff. vacciniifolia Hierba subleñosa Poaceae Guadua trinii Palmera Arecaceae Syagrus romanzoffiana Subarbusto Rubiaceae Galianthe brasiliensis Trepadora Apocynaceae Orthosia virgata Convolvulaceae Ipomoea cairica Cucurbitaceae Cayaponia bonariensis Euphorbiaceae Tragia aff. volubilis Malpighiaceae Stigmaphyllon bonariense Ranunculaceae Clematis bonariensis Smilacaceae Smilax campestris Vitaceae Cissus palmata Cissus striata ND Árbol ND ND aff. canelón ND uva tinta Núcleo Camacho Chivico Monte Blanco Monte Blanco 329_1 329_2 329_3 329_4 329_5 729_3 329_6 3,00 7,50 0,01 41,50 1,00 7,50 3,00 3,00 3,00 3,00 Tampón Pantanoso q Monte Blanco Bosque 2º 330_1 330_2 330_3 328_3 328_1 328_2 0,01 1,00 1,00 3,00 0,01 17,50 0,01 Transición Grande Bosque 2º q 621_1 621_2 7,50 17,50 0,01 0,01 0,01 0,01 3,00 3,00 0,01 0 01 0,01 7,50 3,00 7,50 29,00 1,00 3,00 3,00 3,00 0,01 0,01 0,01 0,01 1,00 1 00 3,00 1,00 1,00 0,01 7,50 0,01 0,01 1,00 1,00 3,00 7,50 1,00 29,00 0,01 0,01 7,50 17,50 29,00 7,50 62,50 17,50 3,00 3,00 1,00 3,00 7,50 3,00 0,01 0,01 1,00 0,01 3,00 7,50 3,00 1,00 7,50 1,00 0,01 0,01 1,00 1,00 0,01 0,01 7,50 1,00 1,00 0,01 7,50 17,50 3,00 1,00 1,00 0,01 3,00 1,00 1,00 7,50 3,00 0,01 1,00 3,00 1,00 0,01 3,00 7,50 Cobertura Porcentual de Especies Commelinaceae ND Oxalidaceae Oxalis sp. Trepadora Convolvulaceae Convolvulaceae ND ND ND enredadera 2 ND enredadera 2 Núcleo Camacho Chivico Monte Blanco Monte Blanco 329_1 329_2 329_3 329_4 329_5 729_3 329_6 1,00 Tampón Pantanoso q Monte Blanco Bosque 2º 330_1 330_2 330_3 328_3 328_1 328_2 Transición Grande Bosque 2º q 621_1 621_2 0,01 0,01 3 00 29,00 3,00 29 00 3 00 3,00 7 50 7,50 7 50 7,50 7 50 7,50 3 00 3,00 0,01