Los instrumentos de evaluación deben ser válidos, fiables y no discriminatorios. Existen técnicas de evaluación de conocimientos y de conducta, siendo éstas las menos utilizadas. Lafourcade señala que un programa de evaluación debe incorporar el tipo de pruebas que mejor expresen los resultados de aprendizaje. Bloom presenta su taxonomía de objetivos educativos que permite al profesor elegir fácilmente el tipo de prueba requerido, para ello se debe tener presente los objetivos a evaluar, el nivel de formación de los alumnos y los recursos técnicos con que se cuenta. Es uno de los principales componentes del Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA) y representa un proceso sistemático, gradual y continuo en que está inmerso el análisis de situaciones y un juicio valorativo; es un acto intelectual (Dewey). Tiene cuatro principios: a) b) c) d) Ontológico: todo lo que existe puede ser de valor. Epistemológico: cómo conocemos los valores. Ético: clarifica fundamentos morales acerca de la evaluación. Psicológico: Aclara la relación entre el funcionamiento propiamente humano y la evaluación. Los objetivos se plantean a partir de conocimientos, desarrollo de actividades y reforzamiento de actitudes. Existen tres tipos de evaluación: 1.- Diagnóstica: al principio del PEA, es necesaria para detectar carencias y necesidades y planear el proceso. 2.- Formativa: durante el PEA, busca encontrar aciertos, puntos débiles o errores para que el maestro replantee su planeación y subsanarlos. Por su forma de expresión: oral y escrita. Por el manejo de tiempo: De velocidad y de poder. Por la forma de responder: de ensayo y objetivas. 3.- Sumativa: al final del PEA, sirve para constatar si se han logrado los objetivos planteados. Existen también: De base no estructurada, que consiste en el desarrollo de un tema por parte del alumno. De base semi estructurada, tales como pruebas se respuestas guiadas. De base estructurada: de respuestas breves o complementación, falso-verdadero, opción múltiple, respuestas por pares, por ordenamiento, etc. Regularmente nos ocupamos sobre qué o cómo evaluar, pero pocas veces reflexionamos acerca del para qué, la respuesta es se evalúa para tratar de contribuir a la construcción del hombre, se evalúa para educar. La evaluación se liga a la acreditación, por lo que se debe tener presente que debe servir para todo el PEA para poner a cada alumno datos de sus propios procesos para entenderlos y mejorarlos continuamente. Así entonces, resulta imprescindible analizar el cómo se evalúa a partir de esta premisa. Para elegir los instrumentos de evaluación, es necesario reflexionar sobre qué tan educativos pueden ser, qué relación tienen con el PEA, qué relación tienen con los demás instrumentos de evaluación, de qué manera retroalimenta el PEA, qué aporta a la planeación futura, etc. El proceso de evaluación debe ser continuo y progresivo y debe tener como objetivo final la consciencia grupal e individual del proceso y sus resultados para la autocorrección. ¿QUÉ EVALUAR? De acuerdo a la Tecnología Educativa, se deben evaluar las conductas observables finales, de acuerdo a Lonergan, el proceso de autoapropiación de los sujetos. Se va a evaluar la calidad de atender, entender, juzgar y valorar de cada alumno, para lo que es necesario: Planear cada trabajo o examen. Plantear que todos los trabajos o exámenes estés relacionados. Evaluar todo trabajo o examen con estos criterios. Retroalimentar. ¿CÓMO EVALUAR? Se debe evaluar de manera integral que permita establecer una evaluación cualitativa y asignar calificación numérica. Se debe: ATENDER la cantidad y la calidad de los datos que aporta el alumno. ENTENDER la cantidad y calidad los conceptos que formula mostrando que los comprende. JUZGAR la calidad, validez y solidez de los juicios. VALORAR la calidad y profundidad de las deliberaciones que haga respecto a las implicaciones éticas de lo que está estudiando.