Constitución Española, también para las fuerzas armadas libertad para Jorge Bravo uestros soldados y marineros, nuestros militares, tienen todo nuestro apoyo. Gozan de toda nuestra confianza. Trabajan abnegadamente, se sacrifican, y hasta vierten su sangre y entregan su vida fuera de nuestras fronteras en misiones de ayuda humanitaria, de compromiso por la paz y la estabilidad, bajo auspicio de la ONU, en zonas como Líbano, Kosovo, Afganistán,… lo cual nos llena de orgullo. Hoy, soldados de la Unidad Militar de Emergencia también están a nuestro lado cuando hay que hacer frente a desastres naturales, lo que aplaudimos. Para ello están nuestros militares. Para cumplir la Constitución, defender a España y servir al pueblo español allá donde el Gobierno y el Parlamento se lo encomiende. Todos estos cambios profundos y, sin duda positivos, en las misiones militares y en la política de Defensa han modernizado nuestras Fuerzas Armadas e incrementado su prestigio. En unos ejércitos profesionales como los de nuestro país, y con estas complejas obligaciones y deberes, es imprescindible dotar de derechos democráticos a sus componentes, si no se desea que nuestros soldados y marineros terminen sintiéndose agraviados injusta e innecesariamente, convirtiéndose así en ciudadanos de segunda clase. De este modo, las organizaciones abajo firmantes solicitan del Gobierno que, en cumplimiento del mandato legislativo impuesto por la Ley de Defensa Nacional, se impulse una Ley de Derechos fundamentales y libertades públicas de los militares, que actualice los mismos al momento en que nos encontramos: el Siglo XXI. Así y de forma fundamental, debe permitirse el fun- N cionamiento legal en el seno de los Ejércitos, del asociacionismo militar, con los cauces necesarios de participación para la mejora de la calidad de vida de los miembros de las Fuerzas Armadas y de sus familiares. Los militares profesionales españoles no son insensatos, ni egoístas, ni se han olvidado de lo que es la milicia cuando reclaman, por ejemplo, disponer de cauces auténticos, normalizados y democráticos para poder expresar sus opiniones en materias sociales, económicas y profesionales. Lo hacen con toda la normalidad democrática los militares de Ejércitos tan operativos y que comparten con España misiones delicadas como el Ejército alemán, el Ejército belga o el holandés, países que, además pertenecen a la OTAN igual que nosotros. El asociacionismo militar en Europa no es un enemigo del Ejército ni les hurta operatividad o eficacia alguna. Ni pone en peligro la disciplina, sino todo lo contrario: es un antídoto que combate la burocracia ineficiente y eleva la moral. En nuestro país es un factor clave para culminar la modernización de nuestro modelo de Defensa Nacional. En definitiva, los militares españoles están hoy mejor organizados y dotados para las tareas que se les encomiendan. Lo que reclamamos es que, en sintonía, sus componentes tengan reconocidos derechos constitucionales como el resto de ciudadanos y ciudadanas. De este modo, como en tantos ejércitos de Europa, tendremos muchos y buenos soldados y marineros, pero también ciudadanos dignos a los que confiamos, ni más ni menos, nuestra seguridad, nuestra defensa y, en definitiva, la paz. Bajo estas premisas, las organizaciones abajo firmantes exigen al Gobierno el cese de la persecución de los dirigentes y asociados de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), una asociación profesional, legal y representativa de militares de todos los Ejércitos, Cuerpos y Escalas, inscrita en el Ministerio de Interior a tenor de la legislación vigente. El arresto de Jorge Bravo, presidente de dicha Asociación, por participar en un acto legal convocado el día 20 de enero del 2007 por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en la Plaza Mayor de Madrid, nos parece de una extraordinaria torpeza política y falta de estrategia de futuro, amen de ser un acto legalmente dudoso. El asociacionismo militar responsable y democrático que representa AUME está presente en la estructura de la mayoría de los Ejércitos profesionales europeos. Y lo estará más pronto que tarde, en nuestras Fuerzas Armadas pues lo demandan nuestros soldados y marineros y lo exige nuestra sociedad, moderna, europeísta y democrática. AUME es miembro activo de EUROMIL, la organización europea que agrupa a sindicatos y organizaciones de militares europeos. De este modo abogamos por la libertad de Jorge Bravo y por el respeto al movimiento asociativo que el representa, que solo ha cometido, en su caso, el delito de ser un buen soldado y un excelente ciudadano al defender los derechos de sus compañeros y compañeras, reconocidos en la Constitución Española. LIBERTAD PARA JORGE BRAVO Y DERECHOS DE CIUDADANÍA PARA LOS MILITARES ESPAÑOLES Acude a la concentración legal hoy sábado día 24 de noviembre a las doce ante el Ministerio de Defensa, en General Yague, 2 - Madrid del mediodía