¿QUÉ SON LOS HUESOS Y CUAL ES SU FUNCIÓN? Hueso, tipo especial de tejido conjuntivo que es rígido y actúa de soporte de los tejidos blandos del organismo. Constituye el componente principal de casi todas las estructuras esqueléticas de los vertebrados adultos, que protegen los órganos vitales, permiten la locomoción y desempeñan un papel vital en la homeostasis (equilibrio) del calcio en el organismo. Hay una forma cortical y otra trabecular, llamadas respectivamente como hueso compacto y esponjoso (véase Esqueleto. Se distingue de otro tipo de tejido conjuntivo duro que recibe el nombre de cartílago. COMPOSICIÓN El hueso está formado por una mezcla química de sales inorgánicas (65 a 70%) y varias sustancias orgánicas (30 a 35%) y está dotado de dureza y elasticidad. Su dureza procede de sus componentes inorgánicos, siendo los principales el fosfato de calcio y el carbonato de calcio, junto a pequeñas cantidades de fluoruros, sulfatos y cloruros. Su elasticidad deriva de sustancias orgánicas como colágeno y pequeñas cantidades de elastina, material celular y grasas. El hueso compacto aparece como una masa sólida dispuesta en láminas. Contiene cavidades dispersas que albergan, cada una, un osteolito o célula ósea. Los osteolitos se comunican entre sí a través de canales finos que parten de la cavidad y que además podrían desempeñar un papel importante en la nutrición de dichas células. Las láminas del hueso compacto se disponen de forma concéntrica alrededor de unos conductos paralelos al eje longitudinal del hueso llamados conductos de Havers que contienen tejido nervioso y vasos sanguíneos que proporcionan a los huesos nutrientes orgánicos. Están conectados entre sí, con las cavidades medulares y con el exterior por los denominados canales de Volkman. El hueso esponjoso no contiene canales de Havers. Consiste en un entramado de trabéculas o laminillas óseas que se disponen de forma tridimensional, creando cavidades comunicadas, ocupadas por una red de tejido conjuntivo que recibe el nombre de tejido medular o mieloide. La médula ósea supone de un 2 a un 5% del peso corporal de una persona y está formada por dos tipos de tejidos. La médula ósea amarilla está constituida principalmente por tejido adiposo y la médula ósea roja es un tejido generador de células sanguíneas: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. La zona externa de los huesos (el hueso cortical), que encierra todos los componentes antes mencionados, está formada por el tejido óseo más compacto y duro, cubierto por una membrana fibrosa vascular que recibe el nombre de periostio. TRASTORNOS El organismo renueva de forma constante el tejido óseo a través de la interacción compleja entre minerales de la sangre, en especial calcio y fósforo, ciertas hormonas, células óseas especializadas denominadas osteoclastos y osteoblastos, y las fuerzas de tensión y estiramiento propias de la actividad del cuerpo. En el trastorno llamado raquitismo hay déficit de sustancia mineral en los huesos y los dos huesos flexibles de la pierna sé incurvan debido al peso del cuerpo. En los ancianos la tasa de reabsorción de hueso excede a la de neoformación, lo que origina el trastorno conocido como osteoporosis. Los síntomas comprenden la disminución de la estatura y la predisposición a sufrir fracturas. Muchas sustancias radiactivas tienen afinidad por los huesos. Cantidades excesivas de radiación se pueden acumular en los huesos y originar un cáncer. Además, la médula ósea es muy susceptible a la radiación. Una exposición única a 25 roentgens produce un descenso detectable de los linfocitos circulantes (células blancas de la sangre. En el síndrome de radiación aguda primero se reduce el número de células blancas y después el de células rojas de la sangre. Ambos síntomas están relacionados de forma directa con la lesión ocasionada en el tejido generador de sangre, del cual la médula ósea es un componente importante. TEJIDO CONECTIVO (SISTEMA CARTILAGINOSO) 1 Estos tejidos, en conjunto, sustentan y mantienen las distintas partes del cuerpo, y comprenden el tejido conectivo elástico y fibroso, el tejido adiposo (tejido graso), el cartílago y el hueso. A diferencia del epitelio, las células de estos tejidos están muy separadas unas de otras, con gran cantidad de sustancia intercelular entre ellas. Las células del tejido fibroso sé interrelacionan unas con otras por una red irregular de filamentos en capa fina que también forma el esqueleto de vasos sanguíneos, nervios y otros órganos. El tejido adiposo tiene una función similar, y sus células suponen además un almacén de grasas. El tejido elástico que forma parte de los ligamentos, de la tráquea y de las paredes arteriales se dilata y se contrae con cada latido del pulso. Durante el desarrollo embrionario los fibroblastos segregan colágeno para el desarrollo del tejido fibroso y se modifican más tarde para segregar una proteína diferente llamada condrina para la formación del cartílago; ciertos cartílagos se calcifican para formar huesos. La sangre y la linfa suelen considerarse tejidos conectivos. ¿QUÉ ES EL ESQUELETO Y CUAL ES SU FUNCIÓN? Esqueleto, término aplicado a todas las estructuras rígidas o semirrígidas que sirven de soporte a los tejidos blandos del cuerpo de un animal, y proporcionan apoyo para la acción muscular. En los vertebrados, al esqueleto se le llama endoesqueleto, ya que se forma dentro del cuerpo. Ciertos animales invertebrados, como los insectos y los crustáceos, tienen esqueletos que reciben el nombre de exoesqueletos porque se encuentran en el exterior del cuerpo. EXOESQUELETO El caparazón de sílice o de calcio que segregan ciertos protozoos, conocidos como foraminíferos, constituye una forma de exoesqueleto. Las esponjas poseen un exoesqueleto constituido por espongina, que es una sustancia elástica y dura. Los celentéreos segregan una gran variedad de sustancias exoesqueléticas, que varían desde la cubierta elástica de las medusas hasta el material pétreo que depositan los corales. El caparazón de la mayor parte de los moluscos están compuestos por carbonato de calcio y por una sustancia orgánica básica, denominada conchiolina. Entre los insectos, cada una de las tres principales divisiones del cuerpo, cabeza, tórax y abdomen, están incluidas en un armazón de placas córneas. Las placas que constituyen cada división primaria están separadas de las placas de la siguiente división por un tejido elástico que permite la flexibilidad de los movimientos que realiza el insecto. Los apéndices están recubiertos por vainas que son proyecciones del exoesqueleto; un tejido elástico, similar al que se encuentra entre las placas, une los distintos segmentos de los apéndices entre sí y con el cuerpo del animal. ENDOESQUELETO Los vertebrados poseen un grupo de estructuras más o menos rígidas, constituidas por cartílago o por hueso, o por una combinación de estos dos tipos de tejido conectivo. La más primitiva de estas estructuras es la notocorda, que es una espina dorsal de tejido cartilaginoso que poseen los peces. Los animales más desarrollados, desde el punto de vista evolutivo, poseen un esqueleto axial, formado por el cráneo, la columna vertebral y las costillas; y un esqueleto apendicular formado por las cinturas pélvica y pectoral, y por los apéndices. Al principio, el esqueleto que se forma en el embrión de los animales superiores es cartilaginoso; el calcio y el tejido óseo se van depositando a medida que el organismo alcanza la madurez. En los seres humanos, el proceso de endurecimiento del hueso, denominado osificación, se completa en torno a los 25 años de edad. El último hueso que se osifica es el esternón. El número total de huesos que posee un determinado animal varía con su edad porque muchos huesos se fusionan entre sí durante el proceso de osificación. El número promedio de estructuras esqueléticas 2 diferentes en una persona joven es de 200, sin incluir los seis huesillos de los oídos. El esqueleto humano está sujeto a diferentes alteraciones patológicas, las más importantes de todas son las fracturas, el raquitismo, enfermedad deficitaria, y la osteoporosis. BIOLOGÍA ii 1 SISTEMA ÓSEO EQUIPO #3 3