EXPOSICIÓN TEMPORAL EUROPA HACE UN MILLÓN DE AÑOS

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EXPOSICIÓN TEMPORAL
EUROPA HACE UN MILLÓN DE AÑOS
Del 12 de marzo al 14 de junio de 2009
En el Museo de Arqueología de Cataluña, en Barcelona
EXPOSICIÓN TEMPORAL
EUROPA HACE UN MILLÓN DE AÑOS
La exposición Europa hace un millón de años traslada al visitante, de forma
didáctica, a los orígenes de la vida en el planeta Tierra, nos muestra cómo se
configuraron de forma progresiva los actuales continentes y cómo las diferentes
variaciones climáticas determinaron la aparición de una vegetación y fauna
específicas, entre ellas la especie humana, en diferentes localizaciones
geográficas.
Hipopótamos, rinocerontes gigantes, tigres de dientes de sable, elefantes,
licaones y otros habitantes de la savana siempre bajo la atenta mirada de
carroñeros como las antiguas hienas o el primer europeo: el antepasado de
Homo antecessor. Ésta es la fauna que había en la Península Ibérica hace un
millón de años. Un ecosistema similar al de las savanas húmedas del África
actual, con animales insólitos y ya extinguidos.
El montaje expositivo incluye recreaciones de paisajes de la época y
grandes escenografías que permiten que el visitante conozca cuál era el
ecosistema de hace un millón de años y cómo era la fauna que en él habitaba.
La muestra presenta también como novedad restituciones virtuales de Homo
antecesor. A su vez, la exposición se complementa con actividades didácticas y
un ciclo de conferencias a cargo de algunos de los principales investigadores
de este período de la evolución.
La muestra Europa hace un millón de años ha sido producida por el Institut
Català de Paleocologia Humana i Evolució Social (IPHES) con la colaboración
de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
ACTIVIDADES PARALELAS
Visitas comentadas:
- Domingos a las 12 horas.
- Visitas comentadas para grupos con reserva previa
- Talleres escolares con reserva previa
Ciclo de conferencias:
Jueves, 12 de marzo, 19h.
El primer europeo: la mandíbula de la Sima del Elefante (Atapuerca)
Eudald Carbonell i Roura
Jueves, 26 de marzo, 19h
Cataluña hace más de 800.000 años
Vallparadís: los primeros poblamientos humanos en Cataluña, a cargo de
Kenneth Martínez y Joan Garriga
El yacimiento del Barranco de La Boella, a cargo de Josep Vallverdú
Jueves, 9 de abril, 19h
Primeras ocupaciones humanas en el Pleistoceno inferior de la región de
Orce (Granada)
De Dmanisi a Orce. Cronología de la primera dispersión humana en
Europa, a cargo de Jordi Agustí.
Carroña, hienas y homínidos en los yacimientos de Fuente Nueva y Barranco
León de Orce, a cargo de Bienvenido Martínez
Jueves, 7 de mayo, 19h.
Mesa redonda: La reconstrucción científica de Homo antecesor y su
entorno: dibujos, esculturas y modelados 3D. Participan: Mauricio Antón,
Carlos Lorenzo, Gala Gómez y Lluís Batista.
Actividad nocturna:
La Noche de los Museos. Sábado, 16 de mayo, a las 21h.
Visita a la exposición y espectáculo musical a cargo de Obliqua, artista
iconoclasta, M. Spiritini y el pintor O. Vilapuig.
TEXTOS EXPOSICIÓN
La configuración de los continentes
El ciclo supercontinental, propuesto por el profesor John Tuzo Wilson, establece que,
cada 400 o 500 millones de años, los continentes de la Tierra se unen formando un
supercontinente.
El último de estos ciclos, del cual parten los continentes actuales, fue Pangea, hace
unos 280 millones de años, durante el periodo conocido como “Pérmico”, justo al final
de la Era Primaria.
Nuestro entorno hace un millón de años
La vegetación y especialmente la fauna, han sufrido variaciones en su localización
geográfica, gracias a las extinciones y a nuevas incorporaciones.
Durante las épocas glaciales las faunas polares descienden en latitud, y durante los
periodos interglaciares las faunas subtropicales se dirigen hacia el norte. De esta
forma, el estudio de los diferentes tipos de fauna y vegetación permite caracterizar las
variaciones climáticas.
En determinadas zonas de Europa se puede observar una alternancia en la aparición
de faunas frías y cálidas que caracterizan los momentos glaciales e interglaciares.
Hace entre 1,3 y 0,8 millones de años, durante el Pleistoceno inferior, nuestro
continente era un lugar con una gran riqueza ecológica, con abundantes animales y
plantas, que a la vez eran el alimento de los depredadores. Se trata de un momento
interglaciar, con un clima benigno, con fauna y vegetación propias de ambientes
cálidos.
Los primeros homínidos llegan a Europa meridional hace un millón de años,
estableciéndose en un entorno variado, compuesto de praderas y zonas de bosque, y
compartiendo el espacio vital con rinocerontes, bisontes, osos, elefantes y caballos,
entre otros.
La fauna de hace un millón de años
Rinocerontes, elefantes, hipopótamos, tigres de dientes de sable, hienas gigantes,
licaones, monos gigantes… no estamos describiendo la fauna de una reserva africana
actual como la de Ngorongoro o la del Serengeti, sino animales que poblaron nuestro
continente hace un millón de años.
La fauna europea actual de grandes mamíferos es muy pobre respecto a la de otros
continentes, sobre todo respecto a África. En parte es debido a las durísimas
condiciones climáticas que sufrió nuestro continente: las glaciaciones, y seguramente
se debe también a la acción del hombre, que ha destruido los ecosistemas. Así pues,
en África los homínidos y los grandes mamíferos evolucionaron durante un período de
tiempo prolongado y sin muchas oscilaciones, llegando a un cierto equilibrio.
Al inicio del Pleistoceno, hace 1,8 millones de años, se produjo una gran renovación
de la fauna de Europa, quizás ligada a la aparición del género Homo en Eurasia,
procedente de África. Los representantes de las familias de herbívoros típicas de
Europa (ciervos, búfalos, gacelas y otros) fueron sustituidos por especies nuevas
procedentes de Asia y África.
El entorno hace un millón de años
Algunos yacimientos de las primeras etapas del Pleistoceno, como Venta Micena
(Orce, Granada), de hace 1,5 millones de años, nos muestran un ecosistema muy
similar al de las sabanas húmedas del África actual. Unos enormes tigres de dientes
de sable se encontraban en la cúspide de la cadena alimenticia y depredaban
preferentemente équidos, similares a la cebras, grandes bóvidos, ciervos gigantes,
pero también incidían sobre hipopótamos y elefantes jóvenes, rinocerontes, y otros
habitantes de la sabana… siempre bajo la atenta mirada de los carroñeros como las
antiguas hienas o el primer europeo: el antepasado de Homo antecessor.
Esta composición faunística persistió relativamente estable en el área del
Mediterráneo hasta el Pleistoceno medio, hace unos 800.000 años, momento en que
se extinguen la mayoría de estas especies, y son sustituidas por otras procedentes
mayoritariamente de Oriente Medio y de la parte occidental de Asia, pero también de
África.
Llegan los primeros caballos modernos, las hienas manchadas actuales, jabalíes y
osos. Los tigres dientes de sable son sustituidos por otros miembros del género
Panthera (leones y leopardos).
El Homo antecessor evoluciona primero
posteriormente hacia Homo neanderthalensis.
hacia
Homo
heidelberguensis
y
El clima es cada vez más variable y más duro, y los depósitos de huesos – que antes
aparecían en las riberas de ríos y lagos –, ahora se concentran cada vez más en las
cuevas, refugio de hienas y de nuestros antepasados.
La vegetación de hace un millón de años
Durante los períodos del Cuaternario, caracterizados por etapas de frío riguroso, la
vegetación en Europa contó con una apariencia alpina, con especies como los sauces,
los abetos, los pinos y los abedules, entre otros.
En los períodos cálidos la flora varía a especies como el abeto rojo, el boj, la higuera,
el nogal o el roble, entre otros.
De todas formas, esta división entre entorno frío y cálido no es suficiente pare definir la
vegetación de estos períodos.
La presencia o ausencia de nieve –en condiciones de temperatura similares– permitió
a vida – y también la hizo posible – para determinadas especies de plantas. Así pues,
plantas de clima ártico morirían en zonas temperadas durante el invierno en caso de
no haber nieve. Por el contrario, plantas de clima cálido podrían soportar grandes
épocas de frío intenso en caso de encontrase protegidas por una capa de nieve.
De esta forma, en nuestro territorio, hace aproximadamente un millón de años,
predominaban en ambientes típicos de clima seco, especies como el roble, la encía y
el olivo silvestre, mientras que en los climas húmedos predominaban las hayas, los
nogales y los abedules.
¿Cómo sabemos todo esto?
En una excavación arqueológica y paleontológica intervienen muchas disciplinas
científicas. Cada una de ellas nos ayuda a descubrir diversos aspectos de lo que pasó,
quiénes eran y cómo vivían los animales de la época, qué tipo de paisaje había, si
hacía frío, si hacía calor. Es así como podemos hacer una reconstrucción del entorno.
Leer el pasado, investigar como si fuéramos detectives del pasado, para conocer un
poco más nuestros orígenes.
DISCIPLINAS
La geología.
Esta ciencia estudia la colocación y composición de los sedimentos terrestres de todos
los períodos, cuenten o no con restos de seres vivos.
Por lo que respecta a la época de hace un millón de años, sus conclusiones se
refieren sobre todo al clima existente en el momento de formación de los depósitos.
La estratigrafía analiza la superposición de las capas, su extensión y el aspecto físico:
evalúa su cronología relativa y establece la relación que existe entre cada una de ellas
y los restos paleontológicos y arqueológicos.
La sedimentología estudia en el laboratorio la composición del sedimento mediante la
granulometría, morfoscopía de granos de cuarzo, la composición de los minerales
pesados, el estudio de las arcillas, etc.
La arqueobotánica
A pesar de ser menos visibles que los huesos, también los vegetales dejan rastros en
los depósitos arqueológicos. Es posible encontrar granos y frutos entre la tierra,
recuperables mediante la técnica de flotación. Es posible, pues, la identificación de la
especie concreta y extraer información sobre el clima, la vegetación o el tipo de
alimento de nuestros antepasados. Esta disciplina que se encarga de estudiar las
semillas es la carpología, y la que se centra en los carbones que aparecen en los
estratos es la antracología.
De todas formas, una de las disciplinas más desarrolladas en el estudio de las plantas
es la palinología, que identifica en polen arrastrado por el viento y depositado dentro
de los sedimentos que posteriormente excavamos. Cada tipo de planta tiene un polen
característico, identificable gracias al microscopio.
Así conocemos qué tipo de vegetación, y por lo tanto de clima, acompañaba a los
animales y a nuestros antepasados.
La paleontología y la arqueozoología
El estudio de la fauna encontrada en un yacimiento nos da información sobre la
evolución de las especies y sobre el tipo de alimento que nuestros antepasados
consumían.
Los pequeños mamíferos son muy importantes. Estos animales nos proporcionan
información sobre las variaciones climáticas, ya que cuentan con un alto nivel de
sensibilidad y no se adaptan a los cambios. Podemos clasificar este tipo de fauna y
asociarla a climas y períodos concretos, aspecto que los hace muy interesantes para
determinar dataciones aproximadas de un yacimiento.
Esta disciplina trata de identificar los huesos encontrados gracias a colecciones de
referencia. Por otra parte, la tafonomía estudia la cuantificación, con la que se estima
la composición y número relativo de especies en el grupo de animales que eran
cazados o aprovechados como carroña.
YACIMIENTOS
Atapuerca
El yacimiento de Atapuerca es el más importante del mundo en términos de volumen,
variedad, calidad y cantidad de fósiles humanos recuperados.
En el yacimiento de la Sima del Elefante se han encontrado los restos humanos más
antiguos de toda la Península Ibérica (1,3 millones de años). En los niveles inferiores,
de hace 1,2 y 1,5 millones de años, se ha encontrado un gran número de huesos de
grandes mamíferos con marcas de haber sido descuartizados. Los yacimientos de la
Sima del Elefante y de Gran Dolina (nivel TD4) nos proporcionan restos de fauna
como ciervos, hipopótamos, elefantes, hienas, leones, caballos, bisontes, rinocerontes,
lobos, osos, zorros, roedores, águilas pescadoras e incluso galápagos.
Incarcal
Los yacimientos de Incarcal (Crespià, Cataluña) destacan por su cantidad y por su
buen estado de conservación. El año 1990 se localizaron más de 1300 fósiles de tigres
de dientes de sable, elefantes, rinocerontes, hipopótamos y hasta una araña. En 1995
se encontró un cráneo entero de rinoceronte.
En estos yacimientos se pueden distinguir dos tipos de sedimentos: las calizas
procedentes de lagos y los rellenos de arcilla de las dolinas, hecho que ha contribuido
al extraordinario estado de conservación de los hallazgos.
Se trata de fósiles que tienen, aproximadamente, entre 1 y 1,5 millones de años.
Actualmente, los restos se encuentran depositados en el Museo Comarcal de
Banyoles.
Vallparadís
En el yacimiento de Vallparadís (Terrassa, Cataluña) se han localizado más de 7.000
instrumentos líticos utilizados por humanos hace un millón de años. Se han
encontrado más de 3.000 huesos de animales: rinocerontes, hipopótamos, caballos y
otros en condiciones de conservación extraordinarias.
El barranco de Vallparadís era el margen de una antigua riera, con una gran cantidad
de vegetación y de fauna, donde nuestros antepasados tenían un lugar privilegiado
para la caza.
Su potencia arqueológica y paleontológica pone este yacimiento al nivel de los de la
Sierra de Atapuerca.
La Boella
El yacimiento de la Boella (La Canonja, Cataluña) tiene una antigüedad que puede
llegar al millón de años. Durante las excavaciones que el IPHES realizó en mayo de
2007 se localizaron tres colmillos y tres molares de mamut. Este animal tenía 4,5
metros de altura y podía llegar a las 12 toneladas de peso. Comía hierbas y ramas en
entornos muy húmedos… entorno como el que se cree que había en los alrededores
de la ciudad de Tarragona hace un millón de años.
La cuenca de Guadix-Baza
En la cuenca de Guadix-Baza (estivaciones de Sierra Nevada, Granada) hay
numerosos yacimientos con fósiles de mamíferos como rinocerontes o hipopótamos.
Los yacimientos más importantes de la franja de 1 a 1,5 millones de años son: Venta
Micena, donde se pueden encontrar las hienas más antiguas y una enorme cantidad
de restos de grandes mamíferos, y Barranco-León y Fuente Nueva-3, yacimientos
formados al lado del agua, con muchos fósiles de hipopótamos, rinocerontes, bisontes,
ciervos y muchas otras especies; así como útiles de sílex hechos por humanos que se
aprovechaban de la cacería de los grandes depredadores en el margen de un lago
desecado.
LA FAUNA
Soergelia Minor
Su característica principal es la orientación de los cuernos, hacia arriba y adelante.
Actualmente no hay ningún animal con este tipo de cuernos. Este animal era pequeño,
con un peso entre 100 y 200 kg. Lo podemos encontrar en Dmanisi (Georgia), Venta
Micena (Granada) y Apollonia (Grecia), entre otros.
Lycaon licaonoides
Es el antepasado de los perros salvajes de África. Su origen, no obstante, es asiático.
Su característica principal es que cuentan con sólo 4 dedos en las patas de delante.
Son muy sociales. Los podemos encontrar en Venta Micena (Granada), Cueva Victoria
(Cartagena), le Vallonet (Francia), Untermassfeld (Alemania), Pirro Nord (Italia),
Apollonia (Grecia) o Ahkalkalaki (Georgia).
Hippopotamus antiquus
Son animales muy parecidos a nuestros hipopótamos. Según las últimas
investigaciones parece ser que su dieta se limitaba exclusivamente a plantas
acuáticas, y por lo tanto, viviría casi siempre dentro de pequeños estanques, lagos y
ríos. Lo podemos encontrar en muchos yacimientos europeos como Venta Micena,
Fuente Nueva-3 y Barranco León (Granada), Incarcal (Girona), le Vallonet (Francia),
Untermassfeld (Alemania), Colle Curti (Italia) o Ravin de Voulgarakis (Grecia).
Homotherium latidens
Es un gran felino con unos caninos crenulados, como si fueran cuchillos con sierra. H.
latidens sucede en Europa a H. crenatidens, y se localiza en yacimientos como
Dmanisi (Georgia), Venta Micena (Granada), Pirro Nord (Italia), le Vallonet y Ategnac
(Francia) o Atapuerca (Burgos). La competencia con los leones hace que finalmente
se extingan.
Smilodon fatalis
Los smidolos son grandes felinos de diente de sable que poblaron el continente
americano hace entre 2,5 millones de años y 10.000 años. Seguramente
evolucionaron a partir de los Megantereon cultridens euroasiáticos, cuando estos
pasaron a América a través de un puente de hielo que unía Siberia con Alaska.
Smilodon gracilis es la primera especie que deriva en Smilodon fatalis, el felino de
dientes de sable más conocido y temible.
Crocuta crocuta
La hiena manchada Crocuta crocuta es una hiena típica de origen africano que se
encuentra actualmente restringida al África Subsahariana, pero durante el Pleistoceno
inferior expande su área de distribución hasta el Corredor Levantino, localizándose en
Ubeidiya (Israel) alrededor de 1,4 millones de años, quedando siempre restringida al
sur de las cadena de montañas Taurus-Zagros, debido probablemente a la
competencia con Pachycrocuta brevirostris que puebla todo el resto de Eurasia, hasta
que, después de la extinción de ésta, en el límite del Pleisteceno inferior-medio,
Crocuta crocuta conquista nuestro continente convirtiéndose en la hiena dominante
hasta el Pleistoceno superior. Su registro más antiguo en Europa se sitúa en los
niveles inferiores de la Gran Dolina de Atapuerca.
HOMÍNIDOS
Homo antecessor
En la Sierra de Atapuerca (Burgos) se pudo caracterizar esta nueva especie, que vivió
hace un millón de años en Europa. Se localizó en el yacimiento de Gran Dolina, nivel
TD6, presentando marcas de herramientas, consecuencia de haber sido comido por
otros miembros. El año 2007 se descubrió una mandíbula correspondiente a sus
antepasados en el yacimiento de la Sima del Elefante, en Atapuerca, que atrasó la
cronología de los humanos de Europa de los 800.00 a 1,3 millones de años.
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