EL DIÁLOGO DEL BUDA SOBRE EL AMOR INCONDICIONAL El Sutta Karaniya Metta Sangharákshita 1 Sufrimiento. Anhelo de que sean diferentes. La primera de estas verdades afirma sencillamente que existe la infelicidad, que es una característica de la experiencia humana. Sin duda, esto es decir lo obvio pero la segunda noble verdad, de la causa del sufrimiento, nos da algo más para reflexionar. Dice el Buda que la causa esencial por la que sufrimos es el anhelo, el deseo natural aunque doloroso de que las cosas sean de otra manera. Si tan sólo pudiéramos soltar ese deseo y aceptáramos la experiencia como es, con sus altas y bajas, no nada más en la cabeza sino en el fondo de nuestro corazón, el problema del sufrimiento se solucionaría. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 13-14. 2 Origen de Metta. En sánscrito y pali. El término mettá, proveniente del pali (en sánscrito se dice maitrí), tiene que ver con mitta (en sánscrito mitra), que significa “amigo”, de modo que mettá se puede traducir como amistad o amor benevolente. Si se desarrolla en toda su intensidad, mettá es un cuidado y una atención traídos a este mundo y dirigidos hacia todos los seres por igual, individualmente y sin reservas. Una muestra infalible de que hay mettá es que uno se interesa de manera profunda por el bienestar, la felicidad y la prosperidad del objeto de su mettá, ya sea una persona, un animal o cualquier otro ser. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 15-16. 3 Metta y amor posesivo. Saber de sus diferencias. Además, cuando se basa en el apetito o la posesividad, el amor siempre tiene la posibilidad de avinagrarse, puesto que ese apetito puede verse frustrado o alguien puede robarse esa posesión. Los celos o los resentimientos que se derivan del amor romántico (es decir, dependiente) pueden ser más fuertes que los sentimientos más positivos de amor cuando surgen por completo. Hasta el amor paternal puede volverse amargo cuando siente que no hay reciprocidad, si la ingratitud de un hijo se manifiesta “más filosa que el colmillo de una serpiente”, como lo describe el Rey Lear, de Shakespeare. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 17. 4 Metta = pensar en los demás. Con fuerza y vigor. A diferencia de emociones como la desconfianza, el resentimiento y el miedo, mettá es la respuesta apropiada y adecuada a otros seres humanos cuando los encontramos o pensamos en ellos. O sea que mettá es una emoción racional. Cuando pensamos en otra persona la respuesta más razonable es mettá. Desearemos siempre que los demás seres tengan libertad y que sean felices y no que tengan miedo, así como deseamos eso mismo para nosotros. Si entiendo que no soy muy diferente de otros seres humanos y que no soy el centro del universo sabré lo que es tener una comprensión intelectual adecuada a la realidad. Actuar sobre esa base nos da un fundamento apropiado para interactuar con los demás. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 20. 5 Metta y dhyanas. En constante expansión. Si no se da esa posibilidad no tenemos manera de aproximarnos a ningún rango de experiencia meditativa (las dhyanas) ni a la iluminación misma. Es como si mettá, en el sentido de una emoción positiva ordinaria, se colocara entre lo mundano y lo espiritual. Primero tenemos que desarrollar mettá de formas que podamos comprender (como la amistad común) y luego continuar desde ahí para llevar las emociones a grados más altos de intensidad. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 21. 6 Bien o attha en el budismo. Logro de la iluminación. El budismo tiene un concepto claro de lo que es ese bien o propósito esencial, al igual que lo tienen también todas las enseñanzas religiosas, aunque sus conceptos de ese bien pueden diferir mucho. No es un bien para uno en el sentido ambiguo de algo que podría redundar en el propio beneficio general y no nada más algo que nos haga sentir mejor. Para el budismo, el bien o attha, también llamado muchas veces iluminación, ofrece la única solución duradera a los problemas universales de la decepción, la frustración y la infelicidad. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 26. 7 Kusala o habilidad moral. Conocer la realidad sin eso. Si eres una persona moralmente hábil ves el sufrimiento y la decepción que surgen de un interés egoísta estrecho y ofuscado, en especial si se trata de tu interés. Entonces intentas actuar, hablar y pensar de un modo más acorde a la realidad. Para el budismo es algo axiomático que ese ego que protegemos con tanto celo no es más que una idea. Más aún, el budismo enseña que precisamente en nuestra insistencia en proteger al ego, además de en nuestro habitual apego a todo lo que refuerce la noción fija de quiénes somos, se encuentra la raíz de nuestras dificultades y sifrimientos. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 28. 8 Budismo y preceptos. No hay coacción ni mandamientos. Una cosa es aceptar la autoridad de un maestro o decidir que vamos a adoptar un precepto o una regla, pero algo muy distinto es que se espere de nosotros la obediencia a un mandamiento. En el uso del imperativo está inherente un sentido de coerción (es decir, un mandamiento y no un precepto) y donde hay coerción no puede haber una enseñanza espiritual digna de ese nombre. La vida espiritual está dedicada al desarrollo del individuo, en especial a desarrollar la atención consciente, el conocimiento propio, el sentido de la propia responsabilidad. ¿cómo se puede forzar a alguien a que haga eso? ¿Sería una contradicción? El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 32. 9 Contento o Sentuasako. Vida sencilla y satisfecha. De modo que una persona contenta es la que lleva una vida sencilla. De forma recíproca, quien lleva una vida sencilla llegará a estar contento. Se asocia el estar contento con la individualidad en cuanto a que si uno es un individuo no requiere nada en especial para compensar la falta de algo e su fuero interno. Tiene ya todo lo que hay que ser, no depende irracionalmente de circunstancias externas ni de la aprobación de otras personas. Halla cierta suficiencia o satisfacción en sí mismo, en su propio ser. Es en ese sentido como uno está contento. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 41. 10 Anhelo neurótico y satisfacción. Sólo es mente. …persistente vacío que tratamos de llenar con algo, lo que sea, un dulce, una golosina especial, una veloz ojeada a las páginas de una revista o los canales del televisor. Tal es la naturaleza repetitiva del anhelo neurótico. No podemos disfrutar lo que parece ser el objeto de nuestro deseo porque lo que en realidad deseamos es insustancial. Aun cuando lo vemos en el objeto, la verdad es que no se halla ahí. Después de todo, ese caramelo no contiene satisfacción, sólo contiene azúcar. La satisfacción es una experiencia subjetiva y sólo podemos encontrarla buscando en nuestro interior. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 42. 11 Budismo y subsistencia. Ser fácil de materializar. Si uno está intentando ser fácil de satisfacer, lo mejor que puede hacer es mantener sus necesidades y apetitos en un nivel manejable, en la medida de lo posible. A eso se refiere el término salahukavutti, una existencia (vutti) que es lahuka, literalmente “ligera”. Sugiere que hay que tener una sencillez básica en la forma en que uno lleva su vida, una determinación de no dejarse abatir por la gran multiplicidad de deseos ni por onerosos compromisos materiales. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 50. 12 Los sentidos son neutros. Ahí no está el problema. De hecho, los sentidos físicos no son tanto unos caballos desbocados como unas ventanas o unos espejos. Pueden estar obstruidos, cerrados o manchados pero no determinan ni el grado ni la calidad de la luz que pasa por ellos o que reflejan. Son por sí mismos incapaces de actuar con malicia. No hay nada inherentemente malo en ver formas y colores, nada malo hay en oír un sonido o probar un bocado. Si nuestras mentes fueran puras, si en lo visto sólo hubiera lo visto, en lo oído sólo lo oído (parafraseando otro famoso sutta del pali) no habría nada que apaciguar ni conflicto que resolver. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 53. 13 Sentidos: avidez y aversión. Sustento de la insatisfacción. …comenzamos a formarnos el s de que esa experiencia placentera permanezca como está y, por lo tanto, surge el deseo de poseerla es cuando sembramos la semilla de la futura insatisfacción. De forma semejante, una experiencia sensorial desagradable no necesariamente tiene que producir disgusto. Lo que produce ese sentido de insatisfacción es la mente que reacciona con ignorancia, avidez o repulsión. Los objetos de los sentidos (las cosas, la gente y las experiencias) son impermanentes, cambian siempre y cuando la mente está en calma es posible dejar que simplemente sean como son, sin un deseo ansioso de aferrarse a ellos o rechazarlos. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 54. 14 Comunidad espiritual budista. Kalyana mitratá. En la comunidad espiritual, lo ideal es que el grupo y sus normas sean remplazados por la sutil relación denominada kalyana mitratá, amistad espiritual que se basa en lo que es sabio, hábil, moralmente bello y verdadero. La meta de la comunidad espiritual es el desarrollo más alto que sea posible alcanzar en cada uno de sus miembros, así como el de la comunidad espiritual en su conjunto. Lo cierto es que aspira a contribuir, al menos de manera indirecta, en el bienestar fundamental de todos los seres. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 58. 15 Metta y felicidad. El deseo del amor. La siguiente sección del sutta comienza con una frase que resume la generosidad y la sincera consideración de los demás, en el cual consiste el cultivo de mettá. Deseamos sencillamente que los seres puedan ser felices, sentirse seguros y que haya salud en sus corazones. Khemino significa seguro, o sea, libre de peligro, de molestias, de temores. Sukhi significa feliz. Sukhitattá se traduce aquí como “que haya salud en sus corazones”, pero el sufijo atta significa “ser”, de manera que lo que quiere decir literalmente el término pali es “un ser feliz”. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 65. 16 Meditación en metta. Base de los cinco estadios. La manera más o menos estándar de practicar mettá bhavaná es en cinco estadios, cada uno de los cuales nos va llevando más y más profundo en esa emoción. Primero hay que generar mettá hacia uno mismo. Después hacia un buen amigo. En tercer lugar se dirige a una persona “neutral”, es decir, alguien que de alguna manera conoces pero por quien no tienes fuertes sentimientos. En cuarto lugar cultivamos mettá hacia un “enemigo”, alguien que nos parece difícil por alguna razón. En el quinto estadio tratamos de sentir mettá por las cuatro personas juntas. Luego concluimos la práctica irradiando esa mettá en círculos expansivos cada vez más amplios. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 69. 17 Ira y odio. Estados diversos negativos. La diferencia clave entre estos estados mentales tan desagradables y la ira es que, por una parte, la malicia, la crueldad y el sadismo se prolongan por un período, y de hecho, muchas veces se van nutriendo con los años. La ira, en cambio, es una emoción del momento, pero si no se expresa puede convertirse en algo que se establece y se ancla, para después transformarse en un resentimiento y hasta en odio. Es el odio y no la ira el verdadero enemigo de mettá. De lo que tenemos que cuidarnos es del deseo consciente, fijo y declarado de causar daño, pues ésa es la característica que define al odio. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 71. 18 Insatisfacción y odio. Bases de la infelicidad. Sin embargo, tenemos asimismo la habilidad de buscar y encontrar las causas de nuestra infelicidad, así como de inferir los posibles motivos de los demás a partir del conocimiento de nuestros propios motivos. Según el filósofo holandés del siglo XVII, Spinoza, si tenemos un sentimiento de dolor acompañado por la idea de cuál es la causa externa de ese dolor, responderemos con aversión hacia esa causa externa. En otras palabras, el odio es tanto una idea como un sentimiento. Odiamos a todos aquellos o aquello que consideremos que son los posibles causantes de la infelicidad que sentimos. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 72. 19 El odio como instinto y yo. Desarrollo del karma. Si lo pensamos en términos de karma y renacimiento hemos tenido la inclinación a sentir aversión desde que somos seres humanos. Es como si el odio hubiera sido tejido a la mismísima tela de nuestro ser. Desde nuestro primer renacimiento humano hemos reaccionado con aversión hacia cualquier situación que amenazara la integridad de la continuidad de nuestra existencia. Cuando un ser humano tiene esa sensación de amenaza, entra en juego algo más que su territorio o su seguridad física. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 75. 20 Metta para amigos. Límites y ampliación. Es posible cultivar mettá como un interés universal en constante expansión, que alcance a todos los seres, cercanos o lejanos y, al mismo tiempo, disfrutar de relaciones substanciales de confianza y cariño con aquellos que hemos elegido entrar en contacto más estrecho. Una amistad comprometida demanda contacto personal y eso requiere tiempo y oportunidad, pero tener una disposición amistosa ya es otra cosa. No hay límite para la cantidad de gente hacia la cual podemos expresar una amistad auténtica y con la que quizá podríamos ser amigos. Ese sentido de amistad, sin importar lo fuerte que sea, sólo puede contribuir a que las amistades que ya tenemos sean más profundas. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 80. 21 Metta y amistad. Su base es desinteresada. Sin embargo, la característica principal de mettá es que es totalmente desinteresada. No es posesiva ni egoísta y nada tiene que ver con el apetito. Por eso la palabra “amistad”, aunque pueda parecer insípida, traduce mettá con más precisión que la palabra “amor”. Al dirigirse a otros seres sensibles y tener una cualidad inherentemente extrovertida, es más probable que la amistad se halle relativamente libre de interés propio. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 82. 22 Metta y Pema. Sentimiento de amistad. Cuando damos cariño queremos obtener algo y cuando se desarrolla un poco de intensidad en nuestra relación con los amigos podemos terminar con una dependencia que tiene algo típico de los acuerdos tácitos. La palabra en pali para referirse a esta mezcla de cariño honesto y la expectativa de obtener algo a cambio es pema (o prema en sánscrito). Por lo regular se traduce como “afecto” en el sentido limitado de camaradería humana ordinaria y contrasta con mettá que es, en correspondencia, la emoción más espiritual. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 82. 23 Pema = amistad. Contiene algo de apego. Pema, en esencia, es una emoción social que tiene que ver con la preservación del grupo humano y no con trascender los límites y ponerse en contacto con toda la vida, como quiera que se manifieste. Si pema es el amor o la amistad que expresan apego, mettá es un amor o una amistad que no son autorreferenciales en absoluto. Los dos son positivos a su modo pero mettá es positiva en un sentido espiritual mientras que pema es una emoción más mundana. Pema es amor y cariño por alguien de un modo humano ordinario y va desde el deseo erótico hasta la simple camaradería y el sentido de solidaridad humana con los demás. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 83. 24 Metta lo que es. Otros tipos de amor. Mettá no es amor erótico ni amor paternal o maternal ni es el amor que busca la admiración y el cariño de un grupo social en particular. Es un amor maduro, que apoya, que protege y que tiene el mismo tipo de efecto sobre el ser espiritual de los demás que la luz y el calor del sol tienen sobre el cuerpo físico de esos seres. En verdad podemos aprender a amar de esa manera. Tal es el valor que tiene el desafío que impone la tercera fase de la mettá bhavana. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 85. 25 Ira y el odio. Emociones por trabajar. La ira y el odio son estados de sufrimiento que sólo nos pueden conducir a más dolor. Nada se gana con perpetuarlos. Shantideva nos anima entonces a reflexionar acerca de las dolorosas consecuencias que traen la ira y el odio y nos sugiere que modelemos nuestra vida emotiva con la única conclusión racional que se puede derivar de estas reflexiones: mejor sería abandonar las emociones que en nada nos ayudan y permitir a cambio que surjan las más positivas. Ésta es la única manera efectiva en que podemos ayudar a todos los seres, incluyéndonos a nosotros. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 86. 26 Metta y los enemigos. Cambio de visiones. Considerar que alguien es esencialmente bueno a pesar de sus actos torpes sugiere que, para empezar, ahí hay una persona subyacente. A diferencia de eso, el budismo no ve a una persona como una entidad que pueda mancharse por sus actos torpes y luego limpiarse las impurezas, sino como la suma total y nada más que la suma total de sus acciones, físicas, verbales y mentales. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 88. 27 Metta a todos. Como el amor de madre. El amor de una madre tiene la intención de ayudar a que su criatura crezca y prospere. Mettá tiene la misma calidad de respaldo y tierno cuidado. Una madre busca el bienestar de su hijo en todos los aspectos posibles. Lo prepara y educa para que se desarrolle y nsea fuerte, sano y completo. Asimismo, mettá procura beneficiar a todos los seres, deseando su bienestar, su felicidad y su realización. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 92. 28 Metta y conciencia. Hacer el bien de forma adecuada. Esto me hace recordar el viejo chiste de aquel boy scout que contaba que ya había hecho su buena obra del día, ayudando a una ancianita a cruzar la calle. “Eso no suena tan difícil”, le dice el líder de su tropa y el muchacho responde: “¡Ah! ¡Claro que fue difícil! Ella no quería cruzar la calle”. No basta con tener buenas intenciones ya que hasta el bien intencionado amor de una madre puede equivocarse, aunque por lo regular sus instintos son bastante confiables. De igual manera, la inteligencia objetiva de mettá, sí incluye algún elemento de Percatación o sabiduría, resulta intuitivo a su manera, lo cual no quiere decir que sea irreflexivo. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 93. 29 Metta más que amor de madre. Es ecuanimidad y responsabilidad. Mas la analogía del amor materno no es más que eso, una analogía. En diversos aspectos, mettá es muy distinta al cariño de la madre. Puede resultar muy significativo que los versos que le siguen a esa analogía, donde se le compara con el amor maternal hacia el único hijo, enfaticen la calidad ilimitada de mettá. Es como si se hubiera anticipado la posibilidad de malinterpretar esa analogía y se hubieran destacado enseguida las cualidades de mettá que no necesariamente comparte el amor maternal, previniéndonos de esa posibilidad. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 94. 30 Metta hacia todo. Es un estado mental. En esencia, mettá es un estado mental o del corazón. Esto significa que en el último estadio de la mettá bhavana, aunque te estés concentrando, ora en este aspecto de ella, ora en este otro de la totalidad de los seres vivos, tu atención, tu concentración, permanece constante. Aunque cultives ese estado con referencia a una persona o una serie de personas específicamente, una vez que empieza a fluir de verdad ya no necesitas dirigirla hacia nadie en particular. En este sentido mettá es como el sol, que brilla sin importar si hay alguien que reciba sus rayos. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 95. 31 Emociones positivas. Tienden a ser expansivas. Pero supón que tu mettá se topa con alguien que está sufriendo. Entonces, tu mettá se transforma en karuná, un fuerte deseo práctico de efectuar lo que sea necesario para aliviar su sufrimiento. Al igual que muditá, upekhá y mettá, la tendencia natural de la compasión es extenderse y avanzar e su campo de acción cada vez más y con mayor ímpetu. La verdad es que cualquier emoción positiva tiende a eso. No contemplamos a una sola persona sino a todo aquél con quien nos encontramos y lo vemos con el mismo amor con el que una madre mira a su única criatura desprotegida. Todo el tiempo brilla la misma luz de mettá. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 97. 32 Metta expansiva. Emociones livianas. Mettá es expansiva no sólo en un sentido metafórico. Uno siente que se expande. Siente una alegría liviana. Ésta es una cualidad que tienen en general las emociones positivas. De ahí el origen de frases populares como “andar en las nubes”. Mettá es el más radiante y positivo de los estados emocionales. Uno siente que algo lo lleva más allá de sí, se percibe cálido, brillante, animado. Si deseas desarrollar la alegría que da mettá, busca este sentido de ligereza. Si tus devociones son pesadas y carecen de entusiasmo y notas que tu fe es una piedad aburrida y lúgubre, observarás que tardas mucho en sentir mettá, pues ésta tiene el sabor de la libertad y el deleite. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 101-102. 33 Metta y “Yo”. Una visión limitada. Alguien que no ha alcanzado la iluminación toma al yo, en especial a su propio yo, como la realidad fundamental y absoluta de las cosas, lo cual tiene un efecto muy negativo en cada aspecto de la experiencia. En el fondo de toda emoción negativa se halla este pensamiento: “¿En qué me afecta o beneficia?” Incluso cuando cultivamos emociones positivas, el sentido del yo actúa como una especie de balanza gravitacional que nos impide alcanzar las alturas a las que, de otra manera, podría llevarnos mettá, así que nos complicamos mucho la posibilidad de que nuestra amistad y amabilidad hacia los demás sea en verdad desinteresada. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 108. 34 Entrar a la corriente. Sotapatti: base del “no yo”. Esta Percatación que percibe de un modo directo la verdad del no-yo (anattá) es la primera irrupción auténtica en el trayecto que nos conducirá a la iluminación. La tradición lo denomina sotapatti, “entrada a la corriente”. El “entrante a la corriente” es aquél que ha roto la traba de la opinión de sí mismo, ha entendido de forma directa e intuitiva que la entidad individual, el “yo”, no es más que una idea, la cual representa la fuente esencial de nuestra infelicidad y nuestro sentimiento de no estar completos. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 109. 35 Brahma viharas. Límites si no hay sabiduría. De acuerdo con el Abhidhamma, las brahma viharas pueden transformarse mediante la Percatación que genera la reflexión sostenida (que a su vez se sustenta sobre la base de samatha que ellas aportan). Entonces surgirán de forma natural gracias al conocimiento claro de que en verdad no hay diferencia alguna entre uno mismo y los demás. Sin embargo, como estados cultivados, no son capaces de propiciar por sí mismas esa transformación. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 110. 36 Metta del quinto estadio. Percatación y carencia de ego. …hay emociones positivas que no nada más son conducentes sino que además son absolutamente necesarias para alcanzar la Percatación. Después de todo, la Percatación es, entre otras cosas, la realización de un estado carente de “ego” y ésa es la finalidad de la mettá bhavaná. Uno tiene éxito al practicar mettá bhavaná cuando en el quinto estadio puede sentir de manera genuina un amor igual hacia todo. Si tu interés por los demás se equipara de forma auténtica con tu interés en ti mismo, entonces tienes una actitud carente de ego. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 110. 37 Metta y Percatación. Son estados complementarios. Lo cierto es que mettá es un aspecto necesario de la Percatación y al reflexionar sobre la verdadera naturaleza de mettá, brillará la Percatación. Después de desarrollar mettá de una forma limitada, como una amabilidad que se expresa igual hacia todos, puedes reflexionar para ver si hay alguna diferencia entre tú y los demás y, si la hay, cuál podría ser esa diferencia. Reflexionando de esa manera comenzarás a ver que la idea de que “yo soy yo” y “él es él” no es más que una ilusión y será así como mettá y la Percatación empezarán a fusionarse. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 111-112. 38 Metta y Percatación. Metta = emoción de percatación. Al actuar impulsado por mettá te liberas del poder de la ilusión de que eres un ser independiente de todo lo demás. Ésa es la Percatación y aunque no la percibas de una forma cognitiva, al haber desarrollado mettá, que es el equivlente emocional de la Percatación, también has desarrollado la Percatación. Es un error abordar la práctica de mettá bhavaná como si fuera un ejercicio inicial, como una mera preparación para las prácticas de Percatación “propias”. El Sutta Karaniya Metta está dedicado a un ideal muy elevado: el cultivo de mettá como un sendero que nos llevará a la Percatación. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 114. 39 Metta y lo cotidiano. Ira y la agresividad. Antes de empezar a meditar, lo más sensato sería que revisaras la forma en que te comportas cada día. A veces pienso que la gente ni siquiera es lo suficientemente amable con los demás, ni en sus actos ni en su actitud en general. La rudeza y la agresividad revelan una básica falta de mettá y si uno no está por lo menos dispuesto a cultivarla en su trato cotidiano no tiene mucho caso que intente cultivarla en su cojín de meditación. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 116. 40 Metta y herencia humana. Recuperar la alegría básica. Necesitamos darle a nuestra vida una base firme y tranquila de emociones positivas constantes. Es algo que está a nuestro alcance. Es el estado humano normal. Nada hay de extraordinario ni de particularmente espiritual en ello. Es sólo que nos hemos sumido por debajo de ese nivel, al menos de momento. De manera que el sendero de mettá no es nada más un camino de una creciente emoción positiva orientada a la iluminación. Es una guía para recuperar nuestra herencia humana básica de alegría. El Diálogo del Buda Sobre el Amor Incondicional. Sangharákshita. Ediciones CBCM México, 2004, México. Pág. 118. 41