Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y

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Directrices para la Dimensión de
Justicia, Paz y Reconciliación Fe y
Política en México
Comisión Episcopal
para la Pastoral Social
Tintoreto No. 106, Col. Ciudad de los Deportes, C.P. 03710 México, D.F.
Email: direccion1@ceps.org.mx
www.ceps-caritasmexicana.org
Tels: (52) (55) 55 63 16 04; (55) 55 63 65 43
Fax: (52) (55) 55 63 39 68
Conferencia del Episcopado Mexicano
Comisión Episcopal para la Pastoral Social
Trienio 2012-2015
Comisión Episcopal para la Pastoral Social
Mons. José Leopoldo González González
Obispo Auxiliar de Guadalajara
Presidente
Justicia Paz y Reconciliación, Fe y Política
Mons. Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca
Pastoral del Trabajo
Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe
Obispo Auxiliar de Monterrey
Pastoral de la Salud
Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de Durango
Pastoral Penitenciaria
Mons. Andrés Vargas Peña
Obispo Auxiliar de México
Pastoral Indígena
Mons. Guillermo Fco. Escobar Galicia
Obispo de Teotihuacán
Pastoral de la Movilidad Humana
Mons. Guillermo Ortíz Mondragón
Obispo de Cuautitlán
Pbro. Patricio Enrique Sarlat Flores
Secretario Ejecutivo
INDICE
Presentación.................................................................................. 6
Introducción.................................................................................. 8
Capítulo I. Fundamentos de la Dimensión
de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política.....................10
Antecedentes e Historia.....................................................................10
Fundamentos bíblicos.........................................................................14
Fundamentos del magisterio.............................................................17
Principios de la Doctrina Social de la Iglesia..................................20
Valores fundamentales.......................................................................25
Capítulo II. La Transversalidad de la Construcción
de la Paz en la misión evangelizadora
de la Iglesia..................................................................................29
La Construcción de la Paz como eje transversal.............................29
Instrumento vinculante......................................................................31
Consideraciones de la realidad mexicana......................................32
Objetivo de la Dimensión de JPRFP...............................................35
Líneas de acción..................................................................................37
Capítulo III. Pautas estratégicas para la Construcción
de la Paz en los niveles de Iglesia: nacional,
provincial, diocesano y parroquial.........................................39
Construcción de relaciones para la Incidencia...............................39
Construcción y Fortalecimiento de capacidades para la Paz........41
Desarrollo de iniciativas locales de paz...........................................43
ANEXO: Orientaciones Generales para implementar
la Estrategia deConstrucción de Paz con enfoque
de Transformación Social...................................................................44
Presentación.
La Iglesia tiene una misión que busca la verdad en todo tiempo y circunstancia
a favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación;
está interesada en considerar los valores con los cuales juzgar y orientar su praxis; su dimensión social está al servicio de la verdad, única garantía de libertad
y de la posibilidad de un desarrollo humano integral.1
Como contribución en este cometido, la Comisión Episcopal para la Pastoral Social en su Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política; (JPRFP) ofrece
este documento de apoyo: Directrices de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política en México y Orientaciones Generales para implementar
la Estrategia de Construcción de Paz con Enfoque de Transformación Social,
como herramienta para la reflexión, comprensión y práctica de la dimensión social en orden a la Construcción de Paz y Ciudadanía en la realidad mexicana.
Creemos que la situación de violencia e inseguridad en México puede transformarse con la contribución de distintas voluntades y como Iglesia, los discípulos
misioneros de Jesucristo podemos colaborar principalmente en la prevención,
en el acompañamiento y en la animación de la sociedad civil responsable2.
Con la certeza de que la presencia del Espíritu Santo sigue alentando a hombres
y mujeres en la creación e impulso de iniciativas de paz en nuestra Patria, asumamos el gran reto de fortalecer la capacidad de respuesta articulada frente a los
desafíos que las dinámicas sociales nos plantean para que México tenga Vida Digna.
1 Cf. Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate,9
2 Cf. CEM, Exhortación Pastoral Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna, 2010, 187
7
María, Reina de la paz, camine con nosotros.
México, D.F. septiembre de 2014.
Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca
Encargado de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política.
8
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
Introducción:
Para la Iglesia Mexicana la Exhortación Pastoral Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna es un documento referente para la reflexión y acción de
la dimensión social en la Evangelización en favor de la Construcción de la Paz
con justica social favoreciendo la promoción integral de todas las personas y
conformando sociedades fraternas, solidarias y en desarrollo.
La Comisión Episcopal para la Pastoral Social en su Dimensión de Justicia Paz
y Reconciliación, Fe y Política, continúa dando seguimiento al mensaje y compromisos de los obispos mexicanos3, promoviendo encuentros de diálogo, reflexión, coordinación y diseño de caminos para impulsar la transversalidad
del eje de Construcción de Paz en la pastoral de conjunto del país; además ha
presentado una ruta estratégica con enfoque de transformación social como
propuesta orientadora para cada realidad local, que suscita creatividad, esperanza y organización en los diferentes niveles de Iglesia: nacional, provincial,
parroquial y en espacios comunitarios e interinstitucionales; con la finalidad
de construir y fortalecer capacidades para la paz y la participación ciudadana
con fundamento en los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia, integrando
el conocimiento de las ciencias sociales, que le permitan discernimientos y
respuestas pastorales estratégicas en las diversas realidades.
Reconocemos que en el país existen múltiples y valiosas iniciativas a favor de
la construcción de la paz, y aunado a esto sigue resonando el clamor por ¡La Paz
y la Justicia! en nuestra realidad mexicana, “ ¿Qué hacer?”, “¿Cómo hacerlo?”, “
¿Dónde estamos?” y más preguntas que surgen que vale la pena escuchar y comprender en el campo de las experiencias comunitarias locales, entre los actores
sociales y eclesiales gestores de iniciativas y entre los líderes responsables en la
toma de decisiones que favorezca la apertura y fortalecimiento de caminos para la
coordinación y articulación «ad intra » y «ad extra» de la Iglesia a partir de nuevas
y sanas relaciones que promuevan procesos a largo plazo de Construcción de paz.
Este documento surge como respuesta a las interrogantes de los agentes de
pastoral con quienes nos hemos encontrado en el camino, tal vez no responda
3 Recapitulados en la mencionada Exhortación Pastoral.
9
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
a todas ellas, por lo cual es un trabajo en proceso de construcción,
aún no
concluido y cada iniciativa local lo irá completando con la contribución de saberes y aprendizajes particulares. Considerando lo anterior, presentamos las
Directrices de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política
(JPRFP) en México y Orientaciones Generales para implementar la Estrategia de Construcción de Paz con Enfoque de Transformación Social, son insumos de reflexión, fundamentación y herramientas de apoyo a los interesados
en contribuir para que el aporte de la Iglesia a la Nación actualice la perspectiva
de esperanza y consuelo, de la cual es portadora, con la convicción de que la
situación de violencia e inseguridad puede transformarse generando procesos
conjuntos, interdisciplinares e interinstitucionales, construyendo relaciones de
confianza que irrumpan en capacidad de incidencia y desarrollo de iniciativas
locales de paz con hombres y mujeres que quieren ir como buenos samaritanos al
encuentro de las necesidades de los pobres y de los que sufren y «crear las estructuras
justas que son una condición sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad»4
Esperamos que sea un insumo generador de diálogo, de construcción y fortalecimiento de habilidades en la búsqueda de estrategias que desarrollen una incidencia significativa de los cristianos en la política, en la economía, en la cultura
y en todos los campos de la vida social abiertos a la evangelización5.
Nuestra Señora de Guadalupe, bendiga los esfuerzos de los mexicanos que trabajan por Construir la Justicia y la Paz duradera y por aquellos que la imploran
desde el dolor, soledad y abandono.
DIMENSIÓN
4 CEM, Exhortación Pastoral Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna, 2010, 16.
5 CEM, Exhortación Pastoral Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna, 2010, 16.
10
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
Capítulo I. Fundamentos de la Dimensión de Justicia,
Paz y Reconciliación, Fe y Política
1.1Antecedentes6 e Historia.
1.
El desarrollo de los pueblos, y muy especialmente el de aquellos que se
esfuerzan por escapar del hambre, de la miseria, de las enfermedades endémicas, de la ignorancia, de la inseguridad y violencia; que buscan una más
amplia participación en los frutos de la civilización, una valoración más activa de sus cualidades humanas; es observado por la Iglesia con atención. El
Concilio Vaticano II obliga a la Iglesia a ponerse al servicio de los hombres
para ayudarles a captar todas las dimensiones de este grave problema y convencerles de la urgencia de una acción solidaria en este cambio decisivo de
la historia de la humanidad; para esto, propuso la creación de “un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la comunidad
católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social
internacional”7. El Papa Pablo VI instituyó la Pontificia Comisión “Justitia
et Pax”, con un Motu Proprio publicado el 6 de enero de 1967 Catholicam
Christi Ecclesiam y dos meses más tarde en la Populorum Progressi anuncia:
“Justicia y Paz es su nombre y su programa” que junto con la Constitución
Gaudium et Spes, constituyen el punto de partida y referencia del nuevo
organismo.
2.
El mismo Pablo VI, después de un período experimental de diez años, con
un nuevo Motu Proprio Justitiam et Pacem, del 10 de diciembre de 1976, dio
a la Comisión su mandato definitivo y posteriormente, el Papa San Juan
Pablo II en la reorganización de la Curia Romana, efectuada por la Constitución Apostólica Pastor Bonus del 28 de junio de 1988, transformó la Pontificia Comisión en Pontificio Consejo Justicia y Paz ratificándole a grandes
líneas sus funciones.
6 Tomado de: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_
justpeace_pro_20011004_sp.html
7 GS 90
11
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
3.
“El Consejo tiene como finalidad promover la justicia y la paz en el mundo
según el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia” (PB 142).
a. Profundiza la doctrina social de la Iglesia, trabajando para que se difunda ampliamente y se aplique entre los hombres y comunidades, especialmente en lo que se refiere a que las relaciones entre obreros y
empresarios se impregnen más y más del espíritu del Evangelio.
b. Recoge informaciones y resultados de encuestas sobre la justicia y la
paz, el desarrollo de los pueblos y las violaciones de los derechos humanos, los evalúa y, según los casos, comunica a las asambleas de obispos
las conclusiones obtenidas; fomenta las relaciones con las asociaciones
católicas internacionales y con otras instituciones existentes, incluso
fuera de la Iglesia católica, que trabajen sinceramente por alcanzar los
bienes de la justicia y de la paz en el mundo.
c. Trabaja con afán para que se forme entre los pueblos una sensibilidad
respecto al deber de promover la paz, especialmente con ocasión de la
Jornada para lograr la Paz en el mundo (PB 143).
4.
El Pontificio Consejo Justicia y Paz está integrado por unas 40 personas,
cuenta con un Presidente, un Secretario, un Subsecretario y un equipo de
laicos, religiosos y sacerdotes, de diferentes nacionalidades; todos nombrados por el Papa para un período de cinco años. Se reúnen regularmente
en Roma en Asamblea Plenaria para contribuir en el discernimiento de los
“signos de los tiempos” según sus diversas sensibilidades y sus trabajos pastorales o profesionales y trazan las grandes líneas de la actividad del Consejo. Sus campos de acción son:
JUSTICIA. Entran en este ámbito las cuestiones correspondientes a
la justicia social, con los problemas específicos del mundo del trabajo;
la justicia internacional, los problemas relativos al desarrollo y su dimensión social. También anima la reflexión, bajo el perfil ético, de la
evolución de los sistemas económicos y financieros y examina la problemática unida a la cuestión ambiental y al uso responsable en la administración de los bienes de la tierra.
12
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
PAZ. Encargado de reflexionar sobre los problemas relativos a la guerra,
las armas, la seguridad internacional y la violencia bajo sus diversos y
cambiantes aspectos (terrorismo, nacionalismo exacerbado, etc.) Fija
su atención en los sistemas políticos y en el compromiso ciudadano de
los católicos. Promueve anualmente la Jornada Mundial de la Paz.
DERECHOS DEL HOMBRE. Pone especial atención en la dignidad de
la persona humana como fundamento para la promoción y la defensa
de sus derechos inalienables. La actividad del Dicasterio8 se desarrolla a
través de tres líneas principales: profundización doctrinal, el estudio de
los temas debatidos en el cuadro de las organizaciones internacionales
y la preocupación por las víctimas de las violaciones de los derechos del
hombre.
5.
Justicia y Paz en México9. Después de la visita a México en 1997 del cardenal Roger Etchegaray, como presidente del Consejo Pontificio Justitia et
Pax y del Pontificio Consejo Cor Unum10, se reflexionó la necesidad de que
la Iglesia mexicana tuviera un Departamento de Justicia y Paz, y a partir de
su aprobación por el Episcopado Mexicano, en abril de 1998, se encomendó
a la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS) la creación de dicho
Departamento.
6.
En el trienio 1997-2000 se creó en CEPS el Departamento de Justicia y Paz,
cuyo objetivo fundamental fue sensibilizar y concientizar al conjunto de la
Iglesia a favor de la dignidad humana y la necesidad de una pastoral de los
Derechos Humanos; el diálogo con diversas organizaciones sociales de derechos humanos fue decisivo en este proceso fundacional.
8 Denominación que se utiliza para referirse a los departamentos u organismos especializados de la Curia
Romana.
9 Informe Trienio 1997-2000, Comisión Episcopal de Pastoral Social, págs. 59-61, México, 2000.
10 Es una parte de la Curia de la Iglesia Católica apostólica. Fue establecida por el Papa Pablo VI el 15 de
julio de 1971. Su misión es “el cuidado de la Iglesia católica hacia los necesitados, que se favorezca la fraternidad humana y se manifieste la caridad de Cristo”, y se compromete a esta misión mediante la realización
de operaciones humanitarias de socorro después de los desastres, el fomento de la caridad, y fomentar la
cooperación y la coordinación de otras organizaciones católicas.
13
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
7.
En el marco electoral nacional del año 2000, el Departamento de Justicia
y Paz atendió “los signos de los tiempos” y en colaboración con múltiples
actores sociales en la transición democrática, estableció en su planeación
pastoral dos ejes temáticos transversales y complementarios: el de Justicia,
Paz y Reconciliación y otro sobre Democracia y Participación Ciudadana.
A través de la Campaña de Fe y Política se sensibilizó y se dio formación a
los agentes de las diversas pastorales dirigida hacia una presencia activa en
los esfuerzos de construcción de ciudadanía participativa, en los procesos
electorales e involucramiento en las políticas públicas y sociales. 11
8.
En el trienio del 2006-2009 se inicia una nueva etapa en la que se constituyen dos Dimensiones que trabajan de manera articulada, una denominada
Fe y Política y la otra Justicia, Paz y Reconciliación; la primera insiste en
tres líneas de trabajo: la ética política, la formación ciudadana y la necesidad
de capacitarse en la incidencia política; la segunda empieza a vislumbrar la
seria problemática nacional sobre la violencia y la inseguridad.
9.
En noviembre de 2008, por decisión de la LXXXVIII Asamblea General de
la CEM, las dos dimensiones antes mencionadas se integran en una sola,
denominándose Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política
(JPRFP) y la Comisión Episcopal para la Pastoral Social recibe la encomienda de coordinar el discernimiento y análisis de la realidad nacional
sobre la misión de la Iglesia en el contexto de inseguridad y violencia que
vive nuestro país, el cual está contenido en la Exhortación: “Que en Cristo,
Nuestra Paz, México tenga Vida Digna”, presentada por la CEM en febrero de 2010; a partir de entonces la CEPS, a través de la Dimensión JPRFP
ha socializado y propuesto estrategias para la implementación de los 101
Compromisos emanados de este discernimiento que desafían a la Iglesia
mexicana en todas sus expresiones y dimensiones pastorales.
11 CEPS-Cáritas Mexicana, Campaña Fe y Política, Taller: Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y
la Paz , México, 2000.
14
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
1.2 Fundamentos Bíblicos12
10. Sentido del Reino. El Reino es realización de la “nueva alianza” (Jer 31,31
ss) y, fruto de uno y de otra, es el shalom, la PAZ. Su artífice y realizador
definitivo será el Mesías, o mejor, Dios a través de su Mesías (Ungido). La
consecuencia de ese reinado que sella la alianza, es la convivencia pacífica
y armoniosa, no sólo de los hombres entre sí “Forjarán azadones de sus
espadas, y podaderas de sus lanzas” (ls 2,5), sino entre ellos y la naturaleza “serán vecinos el lobo y el cordero…“ (ls 11, 6ss). Pero fundamento de
esa situación nueva que instaura el Reinado de Dios, serán la “justicia” y la
“verdad” (ls 11,5), esto es, la armonía y amistad entre Dios y el hombre, y
la verdad cimentada en la sabiduría.
11. Jesús y el Reino. En el tiempo de Jesús existía una situación de ardiente
expectativa relacionada con la cercanía, el cumplimiento definitivo de la
Promesa y la irrupción del Reino. Unos pensaban en el reinado político
del Mesías que expulsaría a los extranjeros y traería libertad y prosperidad
para Israel; otros, por el contrario, pensaban en un Reino fuera de la historia: Dios intervendría de manera extraordinaria para castigar a los impíos
con castigos cósmicos y desastres inimaginables, pondría fin a la historia e
iniciaría una era completamente nueva.
12. En ese contexto predica Jesús; el centro de su mensaje es el Reino: “El tiempo
se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena
Nueva” (Mc 1,15). Pero Jesús toma distancia frente a unos y otros, su Reinado
no es de naturaleza política o militar (Jn 18,36) ni se instaura por la fuerza de
las armas (Lc 22,35-38.49); no es, por tanto, un Reinado a la manera del mundo cuya “paz” es fruto del poder o de la fuerza (Jn 14,27); no es tampoco fruto
de las conquistas y los esfuerzos de los hombres. Pero tampoco es un Reino al
margen de la historia que no implica ninguna consecuencia para la existencia
temporal. Es un Reino YA presente, porque Jesús lo ha inaugurado, y sus efec12 Secretariado Nacional de Pastoral Social, Conferencia Episcopal de Colombia, Hacia una pastoral para la
paz Bienaventurados los que trabajan por la Paz, Santa Fe de Bogotá, 1994.
15
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
tos empiezan a verse ya igual que los retoños de la higuera (Mt 24,32), en el
corazón de aquellos que se abren a la acción salvadora de Dios, fuente de paz,
y en las comunidades (Hch 2,42ss; Sant 4, 1ss) e instituciones (Ga 3,27-29;
Flm 15-16) que ellos crean, transforman e inspiran.
13. El Reino de Dios está presente ahí donde se crean situaciones, relaciones y
estructuras de paz, justicia, fraternidad y fidelidad; el Reino se manifiesta
y se puede reconocer por unos indicios o señales (Mt 7,15; 12,54), que ya
está presente, pero TODAVIA NO está plenamente consumado; su realización definitiva queda abierta hacia el “futuro de Dios”, cuando alcanzará su
plenitud.
14. El Reino es, ante todo, un DON; también son don de Dios sus frutos e indicios;
la paz, la justicia, el amor, la fraternidad (Mc 4,26-29; Mt 5,3; 6,10; 12,33).
Pero, al igual que la Gracia y todo don según la fe cristiana, es también TAREA de los hombres. Jesús anuncia el Reino, y al hacerlo invita a los oyentes
a aceptarlo y a “entrar en él” (Mt 7, 21; 22, 1ss); se trata de una invitación
que ha de ser admitida libremente, y que implica, por un lado, una actitud de
conversión, un cambio radical de mentalidad y actitudes (Mc 1,15); por otro,
implica una transformación que es concedida por la gracia de Dios (Mt 7,15);
y un compromiso con unos valores y unas tareas; quien acepta el Reinado de
paz del Dios de Jesucristo debe comprometerse con la construcción de la paz a
través de todos los medios posibles; el diálogo, la acción política, la denuncia y
el anuncio, la creación de estructuras y organizaciones, la lucha por la justicia.
15. Pero quien acepta el Reino debe saber que ha hecho opción por unos valores y por lo tanto ha renunciado a otros; “entrar en el Reino” y “aceptarlo”
implica romper con un estilo de vida, unas opiniones, incluso unos esquemas sociales y políticos, unas condiciones y privilegios; se trata de cambiarlo todo por la perla fina o el tesoro escondido (Mt 13,44-50). Quien
quiera comprometerse con el Reinado de la paz de Dios, deberá renunciar
a privilegios y prebendas, a ciertos esquemas políticos, y “pagar una cuota”
de sacrificio por la paz. El Reino de paz no se alcanza sin esfuerzo, sacrificio
y renuncia.
16
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
16. La Iglesia y el Reino. La Iglesia es la comunidad de los discípulos de Jesús;
su misión es continuar su obra de salvación; para eso fue fundada y esa es
su razón de ser. Por ello, al igual que Cristo, debe anunciar el Reino que el
Señor ha inaugurado.
17. La Iglesia realiza esa misión, en primer lugar, siendo signo del Reino; puesto
que ella es la comunidad de los que han aceptado el Reino y han entrado
en ese nuevo orden ,los “ciudadanos del Reino”, ella es la señal del amor de
Dios y de su Reinado de salvación; y, porque es signo del Reinado de Dios,
todos en ella y todo en ella debe hacer visible el Reino y sus valores: justicia,
diálogo, tolerancia, comprensión, perdón, indulgencia, fraternidad, paz.
18. Cumple su misión, en segundo lugar, realizando las acciones y compromisos que hagan presente y extiendan el Reinado de Dios; es su deber ineludible impulsar la justicia tanto en las relaciones interpersonales como en las
instituciones y estructuras sociales; luchar por la fraternidad que se funda
en la justicia y la caridad, siendo instrumento de diálogo, de reconciliación
y de acercamiento entre personas y entre grupos; trabajar, en fin, por la paz;
ella la ha recibido del Señor (Jn 14,27), y por lo tanto la debe testimoniar
con su vida y la debe construir con su palabra y su acción.
19. La Paz es mucho más que la simple ausencia de guerra: representa la plenitud de la vida (Mt 12,5); más que una construcción humana, es un DON
DIVINO ofrecido a todos los hombres. La promesa de paz, que recorre todo
el Antiguo Testamento, halla su cumplimiento en la persona de Jesús. La
paz es el bien mesiánico por excelencia, que engloba todos los demás bienes
salvíficos. (Is 2,1-5; Jer 33, 14-16; Is 11, 1-10; Is 40,1-11; Sof 3,14-18; Is 35,
1-10; Is 61, 1-3; Is 7,10-14; Miq 5,1-4; Is 9,1-7; Is 52,7-10)
20. La paz también es fruto del amor: “La verdadera paz tiene más de caridad
que de justicia, porque a la justicia corresponde sólo quitar los impedimentos de la paz: la ofensa y el daño; pero la paz misma es un acto propio y
específico de caridad”. (Jn 14,23-31)
21. La violencia no constituye jamás una respuesta justa. La violencia es un mal,
es inaceptable como solución de los problemas y es indigna del hombre. (Is
2, 4-5; Jn 18,9-11)
17
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
1.3 Fundamentos del Magisterio
22. Es el momento de acercarnos a la realidad reconociendo que la situación de
violencia e inseguridad, acontece en un pueblo profundamente religioso,
con algunas manifestaciones, auténticas o no, de vinculación con la comunidad cristiana y con una creciente manifestación de superficialidad en
su experiencia de fe que desafía la misión Evangelizadora de la Iglesia13.
23. La construcción de la paz se circunscribe como Misión Evangelizadora de
la Iglesia, por lo tanto se orienta por la comprensión de Evangelizar que
significa llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con
su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: “He
aquí que hago nuevas todas las cosas”. Pero la verdad es que no hay humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos con la novedad del
bautismo y de la vida según el Evangelio14.
24. La finalidad de la evangelización es por consiguiente este cambio interior
por la sola fuerza divina del Mensaje que la Iglesia proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la
actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos15.
25. Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio en zonas geográficas cada vez más vastas o poblaciones cada vez más numerosas, sino de
alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio,
los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que
están en contraste con la palabra de Dios y con el designio de salvación16.
26. Las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de la
13 Cf. CEM, Exhortación Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna, 2010, 107-109
14 Cf. Papa Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, 1975, 18
15 Cf. Ídem
16 Cf. Papa Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, 19
18
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
Iglesia han de entrar decididamente, con todas sus fuerzas en los procesos
constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe17.
27. Obispos, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, estamos llamados a asumir una actitud de permanente conversión personal y pastoral, que implica escuchar con atención y discernir “lo
que el Espíritu está diciendo a las Iglesias” (Ap 2,29) a través de los signos de
los tiempos en los que Dios se manifiesta18.
28. Las Jornadas Mundiales de la paz19 resaltan la enseñanza de la Iglesia a favor
de la construcción de la paz: “La paz es fruto de la justicia” 20 entendida en
sentido amplio, como el respeto del equilibrio de todas las dimensiones de
la persona humana (Am 5,24). La paz peligra cuando al hombre no se le
reconoce aquello que le es debido en cuanto hombre, cuando no se respeta
su dignidad y cuando la convivencia no está orientada hacia el bien común.
Para construir una sociedad pacífica y lograr el desarrollo integral de los
individuos, pueblos y Naciones, resulta esencial la defensa y la promoción
de los derechos humanos.
29. La paz se construye día a día en la búsqueda del orden querido por Dios y
sólo puede florecer cuando cada uno reconoce la propia responsabilidad
para promoverla. La paz es, por tanto, “el fruto del orden plantado en la
sociedad humana por su divino Fundador, y que los hombres, sedientos
siempre de una justicia perfecta, han de llevar a cabo”.21
17 Cf. Documento de Aparecida , 7.2.4
18 Cf. Ibíd 7.2.5
19 El Papa Pablo VI instituyó las Jornadas Mundiales de la paz con el fin de “dedicar a los pensamientos y
a los propósitos de la Paz, una celebración particular en el día primero del año civil”. Los Mensajes Pontificios para esta ocasión anual constituyen una rica fuente de actualización y desarrollo de la doctrina social,
e indican la constante acción pastoral de la Iglesia en favor de la paz.
20 Cf. Pablo VI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1969 y Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada
Mundial de la Paz 1999.
21 Concilio Vaticano II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, 78.
19
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
30. La promoción de la paz en el mundo es parte integrante de la misión con la
que la Iglesia prosigue la obra redentora de Cristo sobre la tierra. La verdadera paz es una expresión de la fe cristiana en el amor que Dios tiene por
cada ser humano. De la fe liberadora en el amor de Dios se desprenden una
nueva visión del mundo y un nuevo modo de acercarse a los demás22.
31. La Iglesia enseña que una verdadera paz es posible sólo mediante el perdón
y la reconciliación. El peso del pasado, que no se puede olvidar, puede ser
aceptado sólo en presencia de un perdón, recíprocamente ofrecido y recibido: se trata de un recorrido largo y difícil, pero no imposible.23 El perdón
recíproco no debe anular las exigencias de la justicia, ni mucho menos impedir el camino que conduce a la verdad: justicia y verdad representan, en
cambio, los requisitos concretos de la reconciliación.
32. La Iglesia lucha por la paz haciendo suyo el deseo del Padre de construir el
Reino y de anunciar la Buena Nueva a los pobres y a todos los que sufren,
con la consigna de vencer el mal con la fuerza del bien, teniendo un estilo de vida pobre y siendo sacramento de reconciliación y paz que abre el
corazón, no sólo a la profunda relación con Dios, sino también al encuentro con el prójimo inspirados por la caridad fraterna24 , respeto, confianza,
comprensión, estima y amor.
33. Edificar la ciudad de Dios nos pide recorrer los caminos necesarios para
hacer posible la civilización del amor. Hay que ir como buenos samaritanos
al encuentro de las necesidades de los pobres y de los que sufren y «crear las
estructuras justas que son una condición sin la cual no es posible un orden
justo en la sociedad»25. Junto a los valores fundamentales se requiere el empeño
de la razón política, económica y social26.
22 Cf. CEM, Que en Cristo Nuestra Paz México tenga Vida Digna, México, 2010, 155-156
23 Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1997, 3.
24 Cf. Papa Francisco, Mensaje de la Jornada Mundial para la Paz 2014.
25 Cf. Aparecida, documento conclusivo, No. 537
26 Cf. Benedicto XVI, Discurso inaugural a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
y del Caribe, No. 4
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
1.4Principios de la Doctrina Social de la Iglesia
34. La Iglesia atenta a los “signos de los tiempos” busca dar respuesta a los
desafíos de la humanidad con principios fundamentados en el Evangelio y
contenidos en la Doctrina Social, esta tarea la menciona el Papa Benedicto XVI: “Dejamos atrás un siglo de tantas proclamas y programas “humanistas” - recién hemos conmemorado el 60º aniversario de la Declaración
universal de los derechos humanos, alta expresión de la conciencia ética
de la humanidad-, pero, a la vez, se trató de un siglo de las más masivas y
sistemáticas experiencias de opresión del ser humano, de devastación de
lo humano. Pese al desplome de los ateísmos mesiánicos que pretendieron
retomar y reformular, sustituir y, a la vez, cancelar la esperanza de tradición
hebreo-cristiana, la pretensión soberbia de autosuficiencia del hombre se
re-presenta siempre de nuevo, bajo diversas formas, pretendiendo así construir el mundo con un Dios hecho a la medida del ser humano, con lo cual
“entra en crisis el más profundo motivo de reconocimiento de la dignidad
originaria de todo ser humano27”.
35. La Iglesia tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia a favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad
y de su vocación; está interesada en considerar los valores con los cuales
juzgar y orientar su praxis. Su dimensión social está al servicio de la verdad,
única garantía de libertad (Cf. Jn 8,32) y de la posibilidad de un desarrollo
humano integral.28
36. La dignidad humana, como punto de partida del proyecto de Reino, ya
que esta dignidad tiene en el mismo Dios su fundamento y perfección. Es
Dios creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad.
Y, sobre todo, el hombre es llamado, como hijo, a la unión con Dios y a la
participación de su felicidad. Dios, llama al hombre a pensamientos más
altos y a una búsqueda más humilde de la verdad.29
27 S.S. Benedicto XVI, Discurso de inauguración de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 13.05.07.
28 Cf. Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate,
29 Cf. Constitución Pastoral Gaudium et Spes, 1965, 21
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
37. La Iglesia sabe perfectamente que su mensaje está de acuerdo con los deseos más profundos del corazón humano cuando reivindica la dignidad de
la vocación del hombre, devolviendo la esperanza a quienes desesperan ya
de sus destinos más altos. Su mensaje, lejos de empequeñecer al hombre,
difunde luz, vida y libertad para el progreso humano. Lo único que puede
llenar el corazón del hombre es aquello que “nos hiciste, Señor, para ti, y
nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”30.
38. El Principio de la sociabilidad del hombre demuestra que el desarrollo de
la persona humana y el crecimiento de la propia sociedad están mutuamente condicionados, porque el principio, el sujeto, y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana, la cual, por su misma
naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida social. La vida social no es,
pues, para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con
los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la
vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para
responder a su vocación31.
39. La acción evangelizadora de la Iglesia, es obra pacificadora, por lo tanto no
es un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o
lejanas, al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir por el bien de todos y cada uno, para que
todos seamos verdaderamente responsables de todos, este es el punto de
llegada de la Pastoral de Conjunto.
40. La Iglesia se empeña por lograr la actividad caritativa organizada a favor de
un orden justo del Estado y una sociedad donde prevalezca el bien común.
Reconoce su tarea mediadora, contribuyendo en la purificación de la razón
y la revitalización de las fuerzas morales, sin lo cual no se instauran estructuras justas, ni pueden ser éstas operativas a largo plazo32.
30 Ídem.
31 Cf. Ibíd 25
32 Cf. Benedicto XVI, Carta encíclica Deus Caritas Est, 2005, 29
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
41. A los fieles laicos corresponde participar en primera persona en la vida pública, por lo tanto, “no pueden eximirse de la « multiforme y variada acción
económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común.» La misión de los fieles es,
por tanto, configurar rectamente la vida social, respetando su legítima autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo su propia responsabilidad. Aunque las manifestaciones de
la caridad eclesial nunca pueden confundirse con la actividad del Estado,
sigue siendo verdad que la caridad debe animar toda la existencia de los fieles laicos y, por tanto, su actividad política, vivida como « caridad social »”
porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad
de amor33.
42. A un mundo mejor se contribuye solamente haciendo el bien ahora y en
primera persona, con pasión y donde sea posible, independientemente de
estrategias y programas de partido. El programa del cristiano -el programa
del buen Samaritano, el programa de Jesús- es un « corazón que ve ». Este
corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia. Obviamente,
cuando la actividad caritativa es asumida por la Iglesia como iniciativa comunitaria, a la espontaneidad del individuo debe añadirse también la programación, la previsión, la colaboración con otras instituciones similares34.
43. La igualdad fundamental entre todos los seres humanos, se refiere a las
relaciones “justas” entre los miembros de una sociedad y entre ésta y Dios,
tal como Él lo enseña, lo cual significa armonía, respeto y solidaridad entre
unos y otros seres humanos, así como entre las personas y su medio ambiente. Es, esencialmente la noción de la justicia social35 como base de toda
convivencia pacífica duradera.
44. Establecer relaciones de igualdad, en las que sea reconocida la dignidad humana de toda persona, sea cual sea su condición de raza, color, credo y con33 Íbidem
34 Íbid 31 b)
35 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, México, 2006, 201-203
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
dición; hacer de este mundo donde, entre otras cosas, los niños no sufran
por la falta de alimentos, educación e instrucción; los jóvenes puedan tener
una formación adecuada; los campesinos tengan su propia tierra y vivan
y crezcan con dignidad; los trabajadores no sean tratados injustamente y
privados de sus derechos, los gobiernos no justifiquen la explotación de los
individuos por el Estado o personas; no haya corrupción o atisbos entre los
que no tienen nada y los que tienen todo, porque los primeros no tienen
ninguna culpa; no existan familias destrozadas, mutiladas e incapaces de
ocuparse de sus miembros; todos tengamos la oportunidad de defendernos
ante la ley y ésta nos defienda a todos sin diferencias; la verdad y los derechos triunfen sobre la fuerza y no lo contrario; en fin, un mundo en el que
el sistema político y económico no gane a los hombres.36
45. El principio de solidaridad implica que los hombres de nuestro tiempo
cultiven aún más la conciencia de la deuda que tienen con la sociedad en
la cual están insertos: son deudores de aquellas condiciones que facilitan
la existencia humana, así como el patrimonio, indivisible e indispensable,
constituido por la cultura, el conocimiento científico y tecnológico, los bienes materiales e inmateriales, y todo aquello que la actividad humana ha
producido37.
46. Principio de subsidiariedad38. Se entiende por “sociedad civil” el conjunto
de relaciones entre individuos y sociedades intermedias que se realizan en
forma originaria y gracias a la “subjetividad creativa del ciudadano”; esta
red de relaciones forma el tejido social y constituye la base de una comunidad. Todas las sociedades de orden superior deben ponerse en actitud de
ayuda “subsidium”, apoyo, promoción, desarrollo, respecto a las menores.
47. Sin embargo es importante tener presente que la ayuda que se preste a las
personas y a los grupos menores debe hacerse sin hacer daño, sin atrofiar,
36 Mensajes sociales del Papa Juan Pablo II en América Latina, 1981-1991
37 Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 193
38 Cf. Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Ediciones CEM,
págs. 272-290, México 2006, 185-187
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
sin sustituir la iniciativa, la libertad y la responsabilidad de estas células
menores de la sociedad. Deben evitarse todas las formas de paternalismo y
asistencialismo.
48. También debe evitarse la excesiva centralización de las funciones públicas,
que derivan de una excesiva burocracia, que retarda los procesos. Asimismo, la ayuda debe limitarse a lo esencial, no debe prolongarse y extenderse
más allá de lo necesario y tener como criterio de discernimiento siempre el
bien común.
49. La participación39 se expresa como una serie de actividades mediante las
cuales, el ciudadano, como individuo u asociado a otros, directamente o por
medio de los propios representantes, contribuye responsablemente al bien
común en sus distintos ámbitos: a la vida cultural, económica, política y
social de la comunidad civil a la que pertenece.
50. Se hace imprescindible la exigencia de favorecer la participación, sobre
todo, de los más débiles, así como la alternancia de los dirigentes políticos.
La participación solidaria de los ciudadanos en los destinos de la propia comunidad, requiere una obra informativa y educativa.
51. La participación es condición necesaria para una vida social más humana y
al mismo tiempo un derecho y deber fundamental a cualquier ordenamiento social que debe inspirar cualquier decisión socio política o económica,
en cualquier nivel de la vida social. La participación de los ciudadanos no
puede restringirse sólo a algunas de las dimensiones de la vida social.
52. No puede haber cambios reales en el mundo, sin la participación de todos,
en especial de los pobres. Solo mediante la participación podrá asegurarse
la realización de las exigencias éticas de la justicia social. Vencer la apatía, la
indiferencia, la falta de compromiso, motivadas por cualquier causa, es una
de las mayores apuestas de nuestro tiempo40.
39 Cf. Ibíd. 189-191
40 Cf. CEPS, Directorio de Pastoral Social, México, 2008, 270-274
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
53. La participación del cristiano más que un derecho es un deber, el Papa San
Juan XXIII señalaba que “en lo que respecta a la comunidad política, resulta
importante que en todas las categorías sociales, los ciudadanos se sientan
cada día más obligados a velar por el bien común”.41
54. El Papa San Juan Pablo II decía que “para animar cristianamente el orden
temporal -en el sentido señalado de servir a la persona y a la sociedad- los
fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política, es decir, de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa,
administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común”42.
1.5 Valores fundamentales.
55. La Paz43 antes que un don de Dios al hombre y un proyecto humano conforme al designio divino, es, ante todo, un atributo esencial de Dios: “Yahveh-Paz”” (Jc 6,24). La creación, que es un reflejo de la gloria divina, aspira
a la paz. Dios crea todas las cosas y todo lo creado forma un conjunto armónico, bueno en todas sus partes44 .
56. La promesa de paz, que recorre todo el Antiguo Testamento, halla su cumplimiento en la Persona de Jesús. La paz es el bien mesiánico por excelencia
que engloba todos los demás bienes salvíficos. La paz de Cristo es, ante
todo, la reconciliación con el Padre, que se realiza mediante la misión apostólica confiada por Jesús a sus discípulos y que comienza con un anuncio
de paz: “En la casa en que entréis, decir primero: “Paz a esta casa” (Lc 10,
5-6). La paz es además reconciliación con los hermanos, porque Jesús en la
oración que nos enseñó, el Padre Nuestro, asocia el perdón pedido a Dios
con el que damos a los hermanos (Mt 6,12).
41 Cf. Papa San Juan XXIII, Carta Encíclica Mater et Magistra, 1961, 96
42 Cf. Papa San Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Christifideles Laici, 1987, 42
43 Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Ediciones CEM,
págs. 272-290, México, 2006.
44 Gn 1,4.10.12.18.21.25.31
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
57. “Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles; si el Señor
no vigila la ciudad, en vano se desvelan los centinelas” (Sal 126,1). Este
salmo expresa de manera preciosa y clara el fundamento de nuestra visión
de la existencia y de la paz: la paz es un don (Jn 14,27); si el Señor no construye la paz, en vano trabajamos por alcanzarla. La paz es, pues fruto de la
acción de Dios y realización de su deseo de salvación y de su promesa.
58. Justicia45 “La paz no es auténtica si no es fruto de la justicia: justicia entre
las partes sociales, justicia entre los pueblos. Y una sociedad no es justa si
no respeta los derechos fundamentales de la persona humana. Por lo demás,
el espíritu de guerra surge y madura allí donde se violan los derechos inalienables del hombre. Incluso cuando la dictadura y el totalitarismo sofocan
por un tiempo el lamento de los explotados y ofendidos, el hombre justo
está convencido de que nada puede justificar esta violación de los derechos
del hombre; tiene el coraje de defender a los demás en sus sufrimientos y
se niega a capitular ante la injusticia, a comprometerse con ella; y , por muy
paradójico que parezca, el que desea profundamente la paz rechaza toda
forma de pacifismo que se reduzca a cobardía o simple mantenimiento de
la tranquilidad”.46
59. La justicia tiene diferentes niveles en su ejecución, por cuanto comprende
no sólo acciones en relación con los victimarios, sino también con las víctimas y con las estructuras socioeconómicas y culturales. La justicia es uno
de los asuntos de mayor dificultad en los procesos de reconciliación, dado
que un tratado de paz puede acordar amnistías que dejen en la impunidad
algunas violaciones de los derechos humanos, buscando imponer un manto
de olvido y silencio frente a atrocidades cometidas.
60. Misericordia “La justicia es, al mismo tiempo, virtud moral y concepto legal. En ocasiones, se la representa con los ojos vendados; en realidad, lo propio de la justicia es estar atenta y vigilante para asegurar el equilibrio entre
los derechos y los deberes, así como el promover la distribución equitativa
45 Aportes para la construcción e la Paz, Secretariado Nacional de Pastoral Social Caritas Colombia, Sección Vida, Justicia y Paz, Fascículo N°3, Bogotá, 2002.
46 Mensaje Pontificio, Juan Pablo II, 1° de enero de 1984.
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
entre los costes y beneficios. La justicia restaura, no destruye; reconcilia en
vez de instigar a la venganza. Bien mirada, su raíz última se encuentra en el
amor, cuya expresión más significativa es la misericordia. Por lo tanto separada del amor misericordioso, la justicia se hace fría e hiriente”.47
61. Desde la visión cristiana el proceso restaurador de la justicia comienza
por las víctimas y luego mira hacia la restauración del victimario. Estos dos
aspectos no son opuestos, sino que constituyen las caras de una misma moneda: se ha afectado la dignidad de la víctima y necesita restauración, el
victimario también ha lesionado su propia dignidad y necesita igualmente
restauración. Se sale así de la idea de entender la justicia como un conjunto
de acciones que se inclinan hacia un solo lado para entrar en un concepto
de justicia más integral y completo.
62. La Reconciliación48 puede tener muchos significados. Hay quienes consideran que es restablecer la armonía después de un periodo de conflicto, otros
piensan que es el final de las hostilidades o diferencias entre dos o más partes, para los cristianos, la reconciliación es un proceso que empieza con el
perdón de las acciones pasadas y termina con la paz.
63. La reconciliación cristiana debe contemplar cinco puntos fundamentales.
1) Es obra de Dios: las experiencias vividas son muchas veces tan dolorosas, que solos somos incapaces de reconciliarnos. Dios es el único capaz
de producir la reconciliación en nosotros. Nosotros somos instrumentos de Dios y participamos en la reconciliación. Todos nuestros planes
y estrategias para la reconciliación deben considerarse desde esta perspectiva.
2) El proceso de reconciliación comienza con las víctimas: busca restituirles su dignidad e identidad.
47 Mensaje Pontificio, 1° de enero de 1998.
48 Cáritas Internationalis, Construcción de Paz, Manual de Capacitación de Cáritas, Octubre 2002, Sección
II, Módulo2.
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
3) La reconciliación convierte a la víctima y al victimario en una “nueva
humanidad” (2 Cor. 5,17). La reconciliación no es la restauración del
pasado, sino una nueva condición para las víctimas y los victimarios,
se trata de una “nueva humanidad” resultado de la acción de Dios que
conduce a víctimas y victimarios hacia una nueva vida en el futuro que
supera las heridas del pasado.
4) Esta nueva humanidad se puede encontrar en la
ria de pasión, muerte y resurrección de Cristo:
histo-
Para los cristianos los sufrimientos y la muerte de Jesús constituyen el
camino de la derrota de las estructuras injustas de poder y del mal en
el mundo. La historia de la pasión y muerte de Jesús debe ser para los
cristianos motivo de reflexión, nos invita a tener presente que el mal no
triunfará jamás. El poder de la reconciliación de Dios siempre es más
fuerte y puede conducir a las víctimas a una nueva humanidad pasando
por esa experiencia.
5) La visión cristiana de la reconciliación revela una verdad más sobre el
propio mundo: la lucha activa para conseguir la reconciliación refleja el
mismo compromiso de Dios con el mundo, a favor de las víctimas del
mal. El poder a pesar de ser cómplice de las fuerzas del mal, es incapaz
por sí mismo de remediar los efectos de éste; solo la acción de Dios
puede hacerlo, la cruz de Jesús revela que el poder está realmente con
el Creador y con aquellos que Él ama, aunque el mundo los considere
débiles, vulnerables y locos.
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
Capítulo II. La Transversalidad de la Construcción de
la Paz en la misión evangelizadora de la Iglesia.
2.1 La Construcción de la Paz como eje transversal.
64. La transversalidad es una herramienta que nos impulsa a una pastoral integral desde cada plataforma eclesial, favorece una actitud a trabajar la organicidad y la mutua complementariedad de las labores pastorales en comunión y participación; pone énfasis en la visión holística y la implicación
axiológica del saber49.
65. La transversalidad implica la interdisciplinariedad de los saberes y el compromiso coherente del agente con la vida, el ser humano y la sociedad. La
persona con sentido de transversalidad ve la realidad de manera orgánica,
interactiva y con relaciones significativas de interdependencia50.
66. Designar el tema de Construcción de paz51, como eje transversal de la
Pastoral de la Iglesia, es porque constituye una respuesta a los problemas
coyunturales de trascendencia que afectan a la sociedad y a la naturaleza
que le demanda una atención prioritaria y permanente; como tal, se plasma
fundamentalmente en valores y actitudes, contribuyendo así en la formación de personas autónomas, capaces de enjuiciar críticamente la realidad y
participar en su mejoramiento y transformación52.
67. Por Construcción de paz se comprende el conjunto de iniciativas, esfuerzos
y procesos que a largo plazo buscan la construcción de sociedades y comunidades pacíficas y estables, con bases sólidas y de prevención, abordando
las causas estructurales de los conflictos violentos; y desde una perspectiva
eclesial, se vincula a dos temas centrales: las relaciones y la participación53.
49 CEM, Programas de las Comisiones Episcopales 2012-2015, México, 2014, pág. 220-221
50 Íbid. Pág. 218
51 Íbid. Págs. 72 y 224
52 Íbid. Pág. 219
53 Universidad Jorge Tadeo Lozano, Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencias Jurídicas y Políticas, Propuesta
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
68. La Construcción de la paz requiere de una fundamentación teológica, moral
y de una espiritualidad comunitaria. Promueve la evangelización integral
incluida dentro de la pastoral de conjunto. “Ser una Iglesia en salida, como
comunidad de discípulos y misioneros que primerean, que se involucran, que
acompañan, que fructifican y festejan; a ejemplo de Jesús el Señor que tomó la
iniciativa, la ha primereado en el amor (Cf. 1,Jn 4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y
llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos”54.
69. Es responsabilidad de todos los cristianos y debe estar dirigida a todas las
personas, especialmente a quienes han sido víctimas de las distintas formas
de violencia y a los que están más directamente implicados en el proceso
de paz en orden a la construcción de una sociedad justa y fraterna, libre y
solidaria. Todo agente y toda acción pastoral tiene una dimensión y responsabilidad propias, sustentada con una formación específica en orden a
generar procesos de paz55.
70. Tiene una insoslayable dimensión política, aunque “la comunidad política
y la Iglesia son independientes y autónomas. Ambas están al servicio de la
vocación personal y social del hombre”56. En consecuencia, “es de justicia
que pueda la Iglesia predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su Doctrina Social... [] y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al
orden político cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona
o la salvación.”57, de esta forma consolida la paz en la humanidad.58
de Lineamientos de Política Pública en Construcción de Paz desde una Perspectiva Eclesial, Conferencia Episcopal de
Colombia XC Asamblea Plenaria, Bogotá, 2011, 5
54 Papa Francisco, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 2013, 24
55 “Que la pastoral ordi­naria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la res­puesta positiva de todos aquellos a quienes
Jesús convoca a su amistad.” EG 27
56 GS 76c
57 GS 76 e
58 GS 76 f
31
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
71. En la Construcción de la Paz, compete a los laicos “la tarea y el dinamismo
secular”59 y a los pastores, todos ellos ministros de unidad60, compete la tarea de iluminar y acompañar leal y evangélicamente el compromiso secular
de los laicos.
72. Es a partir de un estudio y análisis serio y objetivo de la realidad que la Pastoral puede elaborar sus programas que respondan coherentemente al diagnóstico de la misma, por lo que deberá tener en cuenta todos los ámbitos:
político, económico, social y cultural. Todo análisis de la realidad permite a
los agentes de pastoral y a los interlocutores de la acción tener conocimiento
y comprensión de su contexto lo más entendible posible con el fin de identificar y discernir el paso de Dios por la vida de su comunidad y determinar
las estrategias a favor del proyecto de Dios en las realidades concretas en la
salvaguarda de la dignidad de toda persona y consolidación del Bien Común.
73. Con la pedagogía de la paz la Iglesia educa a la comunidad cristiana en
la metodología de confrontar e iluminar la realidad con el Evangelio y su
Doctrina Social; la cual tiene una doble tarea: deslegitimar toda forma de
violencia y educar a hombres y mujeres para que asimilen las convicciones,
actitudes y comportamientos fundamentales para una cultura de la paz; generando procesos de diálogo, convivencia, tolerancia y reconciliación.
2.2. Instrumento Vinculante.
74. La Conferencia del Episcopado Mexicano en la Exhortación Pastoral Que
en Cristo, Nuestra Paz, México tenga Vida Digna61 sirviéndose del método
ver, juzgar y actuar articula , de modo ordenado la perspectiva creyente de
ver la realidad, con criterios provenientes de la fe y de la razón para discernirla y valorarla con sentido crítico y proyectar su compromiso, y el de toda
la Iglesia en México, de ser discípulos misioneros de Jesucristo, buscando
clarificar y proponer la misión de la Iglesia en la construcción de la paz.62
59 GS 43, DP 524
60 DP 526
61 México, febrero de 2010
62 CEM, Exhortación Pastoral, Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna, 2010, 9
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
75. Por lo tanto, la Dimensión de JPRFP, organismo de animación, promoción
y desarrollo pastoral al servicio de la CEM63, reconoce en dicha Exhortación
como instrumento vinculante en la que encuentra recursos para el análisis
de la realidad y para generar sinergias, mecanismos de coordinación y comunicación entre las diversas iniciativas y procesos de construcción de paz
a nivel local, regional y nacional, ad intra y ad extra de la Iglesia.
76. En este documento, la Iglesia mexicana, encuentra un instrumento para
avanzar de manera estratégica en la construcción de confianza y superación
de protagonismos que hagan posible todo un andamiaje para responder de
manera coordinada y de mayor impacto en la mitigación de la crisis ocasionada por los altos niveles de violencia e inseguridad, como a los problemas
estructurales y de largo plazo a los que se requiere atender para corregir
una problemática alcanzada por décadas de marginación, inmoralidad, corrupción y debilitamiento del tejido social. Establece con criterio crítico los
puntos de especial atención para enfrentar la situación del país, abriendo la
posibilidad de diálogo y debate público sobre los temas que considera relevantes para que el pueblo mexicano pueda establecer unos mínimos sobre
los que debe replantearse un nuevo proyecto de país posible con garantías
para la vida digna.
2.3 Consideraciones de la realidad mexicana.
77. En referencia a la realidad nacional, la CEM señaló que en los últimos años se
ha incrementado en nuestro país la violencia causada por organizaciones criminales, distinta de la violencia intrafamiliar y de la que es causada por la delincuencia común. Esta violencia tiene sus propias características, sus causas y
sus circunstancias. Se caracteriza por la crueldad, por la venganza, por la exhibición de poder y por la intención de intimidar a quienes son considerados rivales y a toda la sociedad. Algunas de las actividades criminales más comunes
en este contexto son: el narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, el lavado de dinero, distintos tipos de extorsión y las ejecuciones intimidatorias64.
63 CEM, Programas de las Comisiones Episcopales 2012-2015, México, 2014, 9
64 CEM, Exhortación Pastoral, Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna, 2010, 12
33
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
78. Esta violencia, que tiene su origen en las actividades de la delincuencia organizada, es una realidad compleja, difícil de explicar en una sencilla relación de causalidad; es también una realidad multidimensional, que toca
distintos ámbitos de la vida, en los que debemos descubrir los factores que
contribuyen a su existencia y sobre los que se debe intervenir, para prevenirla, atenuar sus efectos y atender a las personas más vulnerables65.
79. La actividad económica, es uno de los ámbitos en los que debemos buscar
los factores que contribuyen a la existencia de la violencia organizada. La
desigualdad y la exclusión social, la pobreza y el desempleo, los bajos salarios,
la discriminación, la migración forzada y los niveles inhumanos de vida, exponen a la violencia a muchas personas: por la irritación social que implican,
por hacerlas vulnerables ante las propuestas de actividades ilícitas y porque
favorecen, en quienes tienen dinero, la corrupción y el abuso de poder66.
80. En la vida política. En medio de la crisis de inseguridad y violencia, se van
organizando grupos sociales que buscan hacer sentir su frustración social
ante las insuficientes garantías de seguridad que tienen los ciudadanos y ante
la impunidad en que quedan muchos delitos del crimen organizado. Muchas
personas, al dolor de haber perdido un ser querido o a su condición de víctimas inocentes, añaden la impotencia de respuestas parciales, en ocasiones
contradictorias y hasta cómplices de las instancias de servicio público.67
81. Corrupción e impunidad. Hay disimulo y tolerancia con el delito por parte
de algunas autoridades responsables de la procuración, impartición y ejecución de la justicia. Esto tiene como efecto la impunidad, las deficiencias
en la administración de justicia, por incapacidad, irresponsabilidad o corrupción, haciendo evidente la infiltración de la delincuencia organizada
en instituciones del Estado. Si no hay justicia, se puede delinquir con mayor
facilidad68.
65 Íbid. 27
66 Íbid. 28
67 Íbid. 41
68 Íbid. 45
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
82. La corrupción es una forma de violencia, que, al inocularse en las estructuras del servicio público, se transforma en delincuencia organizada, ya que
de manera descarada se impone “la mordida” como condición a los ciudadanos para recibir un beneficio o servicio gratuito69.
83. La violencia social tiene muchas manifestaciones, entre ellas: la violencia de
grupos por razones políticas; la violencia en las relaciones laborales; la violencia vinculada a actitudes discriminatorias y que es padecida no sólo por
cuestiones étnicas, sino también por las personas que sufren maltrato por su
orientación sexual; la violencia en las escuelas; la que es padecida por delitos
comunes como el robo; la que se da entre generaciones y entre las comunidades; la violencia en el tránsito vehicular, de la que resulta un alarmante
número de víctimas.70
84. En la cultura, tenemos de nosotros mismos el concepto de ser un pueblo
hospitalario, fraterno, alegre y solidario. En la pluralidad cultural del pueblo
de México hay elementos valiosos de unidad e identidad nacional, muchos
de ellos relacionados con la fe cristiana. Sin embargo, se asocian también
al “modo de ser” de los mexicanos anti-valores y actitudes negativas, entre
ellas: la violencia. El comportamiento violento no es innato, se adquiere, se
aprende, y se desarrolla. Son muchos y distintos los prejuicios culturales
que legitiman o inducen prácticas violentas. La crisis de valores éticos, el
predominio del hedonismo, del individualismo y competencia, la pérdida
de respeto de los símbolos de autoridad, la desvalorización de las instituciones educativas, religiosas, políticas, judiciales y policiales, los fanatismos,
las actitudes discriminatorias y machistas, son factores que contribuyen a la
adquisición de actitudes y comportamientos violentos.71
85. La Religión y cultura, la mayoría de los mexicanos profesan la fe cristiana…[]
La identidad católica es uno de los rasgos de nuestra cultura…[]Hoy percibimos una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones,
69 Íbid. 46
70 Íbid. 59
71 Íbid. 82 y 83
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
un énfasis en el ritualismo sin el conveniente itinerario formativo; movimientos y grupos religiosos que se olvidan de la dimensión social de la fe, una espiritualidad individualista; una mentalidad relativista en lo ético; en la pastoral
persisten lenguajes poco significativos para la cultura actual.72
86. La CEM expone que para abordar la realidad de violencia e inseguridad en
México, se necesita reconocer que es compleja y multidimensional, no puede atribuirse a una sola causa, por ello conviene abordarla desde un enfoque
de salud pública que permita asegurar para el mayor número de personas el
beneficio de la seguridad y de la paz, esto implica reconocer que el esfuerzo
por erradicarla debe ser multidimensional; que se requiere un diagnóstico
interdisciplinar y que es necesaria la cooperación de todos los sectores públicos y sociales para abordar el problema mediante la acción colectiva73.
87. Entre los factores de riesgo sobre los que urge intervenir se descubren tres:
la crisis de legalidad, cuyo signo más elocuente es la corrupción generalizada que se vive en todos los ámbitos; el debilitamiento del tejido social, que
ha introducido en distintos ambientes de la convivencia social la ausencia de
normas, que tolera que cualquier persona haga lo que le venga en gana, con
la certeza de que nadie dirá nada, y una crisis de moralidad que se hace patente cuando la falta de respeto a la integridad de las personas, la mentira y la
corrupción campean fácilmente.74
2.4 Objetivo de la Dimensión de JPRFP.
88. La CEPS en su dimensión de JPRFP, tiene como Objetivo: “Propiciar la reflexión y articulación para la generación de estrategias de respuesta de construcción de paz en la realidad nacional, en la intervención en crisis, como en
el fortalecimiento de ciudadanía; buscando activar la transversalidad de estos
temas en la Pastoral de Conjunto de la Iglesia”75.
72 Íbid 93-95
73 Íbid. 99-100
74 Íbid. 102-105
75 CEPS, Documento Trienio 2012-2015, México 2012, Pág. 9
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
89. Se establece la importancia de ver la construcción de la paz como un proceso que responda de manera coordinada a la mitigación de la crisis actual, atendiendo y aportando a la superación de problemas estructurales
que están asociados al debilitamiento del papel del Estado en las garantías,
para el goce efectivo de derechos y a la pobreza estructural producto de la
marginación y exclusión social. Esto debe ser asumido con una intención de
construir capacidad de prevenir en las generaciones futuras las condiciones
que las actuales tienen y que hacen de esta realidad todo un caldo de cultivo
para la violencia y la inseguridad.
90. Desde esta perspectiva, la Dimensión de JPRFP reconoce la importancia de
intervenir de manera integral en la promoción de cambios en las personas
como ciudadanos no solo empoderados de sus derechos sino conscientes y
responsables de sus deberes, unas relaciones que favorezcan la sana convivencia interpersonal, familiar, comunitaria, organizativa y social; cambios
en las instituciones y del nivel estructural que corrijan las situaciones que
se encargan de perpetuar males sociales que sirven de raíz a toda esta compleja problemática de la violencia. (Fig. 1)
91. Se identifican tres grandes bloques temáticos o momentos lógicos de la
acción asociados a la crisis emergente y además responden a los males estructurales que hay que atender para garantizar que México camine hacia
una paz sostenible con justicia social. (Fig. 1)
1) Intervención en tiempo de crisis.
2) Reconstrucción del tejido social, participación ciudadana. Democracia/
Gobernabilidad
3) Desarrollo y paz
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
Figura 1.
2.5 Líneas de acción
92. La Construcción de la Paz se centra en las relaciones y en un proceso participativo, para ello es necesario identificar los distinto actores que intervienen en los diferentes niveles del conflicto, la etapa del mismo y los posibles
roles para los Constructores de Paz. De este modo el aporte pastoral de la
dimensión se orienta en tres líneas de acción, que pueden identificarse en
la Fig. 2
Primera línea: Acompañamiento a la Incidencia Política, contribuir en
el discernimiento permanente de la realidad, para incidir de manera significativa en los ámbitos social, económico, político, ambiental y cultural, en
orden a la construcción de un proyecto de Nación.
Segunda línea: Construcción de confianza entre constructores de Paz,
promover relaciones de confianza y articulación entre instancias eclesiales
y de la sociedad civil para potenciar la capacidad de incidencia de alto nivel
38
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
y generar condiciones a los procesos e iniciativas de base.
Tercera línea: Fortalecimiento de capacidades comunitarias para la Paz,
promover capacidades en las iglesias particulares para potenciar procesos
locales de construcción de paz y ciudadanía.
Fig. 2
39
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
Capítulo III. Pautas estratégicas76 para la Construcción de la Paz en los niveles de Iglesia: nacional, provincial, diocesano y parroquial.
3.1 Construcción de relaciones para la Incidencia.
93. Considerando la importancia de ganar capacidad estratégica a partir de la
sumatoria de esfuerzos con otros entes y actores tanto de la misma Iglesia,
como de otras denominaciones de fe, sociedad civil, institucionalidad pública y comunidad internacional, se define una ruta: “Estrategia Nacional
de Construcción de Paz” a largo plazo, que pide construir relaciones de
confianza con otros constructores de paz en los diferentes niveles de Iglesia, con el propósito de servir de fuerza catalizadora de esfuerzos por la
paz en toda la sociedad y contar con una infraestructura facilitadora de
condiciones para lograrla; esta capacidad ha de empezarse a construir en
la misma casa.
94. Tenemos la certeza de que la Iglesia tiene un enorme potencial catalizador
en la sociedad, pero no puede hacer la tarea sola; por esta razón se ha de
empezar a trabajar desde el primer momento en identificar actores con los
cuales ir generando esta gran red de constructores de paz para impulsar una
pastoral orgánica pacificadora que cuente con las estructuras adecuadas
que la promuevan en los distintos niveles y con una coordinación interinstitucional, facilitando espacios seguros para construir confianza entre los
diversos actores sociales, de tal forma que la diversidad sea riqueza más que
factor de conflictividad.
95. Estas estructuras deben contar con equipos multidisciplinarios que permitan una acción integral, articulada y comprometida, no solo de toda la
Iglesia sino de ésta con los demás organismos de la sociedad civil y de las
instituciones públicas77.
76 Cf. CEM, Exhortación Pastoral Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna, 2010
77 Cf. Íbid. 106
40
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
96. La Iglesia con el aporte al servicio de la Nación desde una perspectiva de la
esperanza y con la convicción de que esta situación puede transformarse,
quiere generar procesos conjuntos de reflexión y práctica en tres tipos de
acciones subsidiarias: trabajar en la prevención, en el acompañamiento y en
la animación de la sociedad civil responsable78.
97. Las Iglesias locales han de incorporar su aporte a la construcción de la paz
en los ámbitos con los que ya trabajan con sus diferentes formas de transmisión de la fe en la parroquia, la escuela, la familia y la vida comunitaria79.
98. Se trata de Identificar, crear y fortalecer espacios propicios para la difusión
e interlocución como Iglesia con otras denominaciones de fe, organizaciones de sociedad civil en general, instancias gubernamentales y comunidad
internacional; cualificando su presencia histórica, forjando la apertura a
que se escuche la voz de los que se ha ignorado, los adeudos de la historia,
las víctimas, las comunidades golpeadas por todos los factores estructurales
que hoy son la raíz profunda de toda la inseguridad y violencia80.
99. Para lograr lo anterior, implican acciones lideradas por organismos impulsores constituidos en los niveles: local, regional y nacional81:
1. Actualización periódica del análisis de la realidad.
2. Creación y fortalecimiento de espacios de interacción con otras dimensiones de la Pastoral y otras instancias eclesiales.
3. Incorporación de herramienta metodológica para el monitoreo y seguimiento de los procesos locales.
4. Focalización de escenarios donde se requiere realizar la incidencia.
78 Cf. Íbid. 187
79 Cf. Íbid. 189-197
80 Dimensión JPRFP-CEPS, Estrategia Nacional de Construcción de Paz, México, Marzo 2012, No. 2.4.
81 CEM, Exhortación Pastoral Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna, 2010, 216 a)…j)
41
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
5. Mapeo de actores y relaciones que permita identificar “lugares claves
para la incidencia”.
6. Construcción de ruta y metodología de Incidencia desde la labor de la
Iglesia por niveles.
7. Acompañamiento y sistematización de aprendizajes en el desarrollo de
iniciativas locales, regionales y nacionales de Incidencia para la Paz.
100.En los diferentes niveles de Iglesia urge apuntalar la estrategia comunicacional que genere opinión pública que movilice respuestas sociales y
gubernamentales cada vez más favorables a la paz; ya que tiene un papel
importante para el aprendizaje de un lenguaje de paz y para la difusión de
los gestos de paz a partir de lecturas críticas sobre lo que alimenta sus imaginarios sociales, educar para la legalidad y promover una Cultura de paz82.
3.2. Construcción y Fortalecimiento de capacidades para la Paz83.
101.La estructura de la Iglesia cuenta con agentes de pastoral en todo el territorio nacional con una fe profunda y generosa disposición en la obra apostólica que enfrentan el gran desafío de desarrollar capacidades para la paz
para impulsar procesos de largo plazo, concentrados en los cambios que
se quieren generar como la toma de conciencia, la conversión personal y
pastoral84, pasando por las relaciones, las instituciones y el nivel estructural,
que refleje una Iglesia pobre y misionera, comprometida en la transformación de todas aquellas realidades contrarias al plan salvífico de Dios.
102.Implementar el fortalecimiento de capacidades en las Iglesias particulares
para la construcción de la paz, requiere de:
1. Partir de lo que hay, siempre la comunidad tiene recursos e iniciativas,
procesos, dinámicas, el camino recorrido.
82 Cf. Íbid. 198-208
83 Cf. Estrategia Nacional de Construcción de Paz, III.
84 Cf. DA 7 y 8
42
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
2. Una Pastoral de la Esperanza que acompaña a las comunidades a recuperar su capacidad de soñar, consiste en ayudar a poner la mirada del
cristiano en un horizonte más allá del caos del hoy para ayudar a ver un
mañana alternativo que ponga en camino de salvación al pueblo de Dios.
3. Una Pastoral que promueve una percepción crítica y corresponsable de
la propia realidad y el reconocimiento de los propios valores y potencialidades para su transformación.
4. Una Pastoral que camina con la comunidad en el proceso de la realización de su futuro deseado, que es también el de Dios85.
103.Formación de agentes y equipos de pastoral como levadura crítica de la
transformación, dinamizadores de cambio social, inspirados en los valores
del Evangelio y del aporte del Magisterio de la Iglesia y de las ciencias sociales.
104.Los contenidos básicos para la construcción de la paz fundamentalmente
son:
1. Principios de la construcción de la paz.
2. Análisis proximal, intermedio y estructural de la violencia y conflictos sociales.
3. Transformación social, no violenta de conflictos.
4. Momentos lógicos de la construcción de la paz.
5. Niveles de transformación social y construcción de la paz.
6. Herramientas metodológicas para construir la paz desde la transformación comunitaria.
7. Incidencia local para la paz
85 Cf. GS 1
43
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
8. Mecanismos de evaluación y auto-monitoreo en la construcción de la
paz.
3.3 Desarrollo de iniciativas locales de paz86.
105.Pone a la comunidad donde interviene el equipo de pastoral u organismo levadura87 en acciones concretas de transformación de realidades identificadas
por ellos mismos como focos generadores de violencia. Son muy diversas iniciativas que surgen con temas “pretexto”88 de acercamiento a la comunidad
que permite ponerla en camino sobre un consenso en torno al “futuro deseado” que les haga fijar la mirada en un horizonte común y no ensimismarse en
la realidad conflictiva del momento.
106.La iniciativa local de paz es la escuela práctica donde los agentes de pastoral apropian los aprendizajes y los van asumiendo a partir de entrar en
relación con una comunidad, una experiencia y un proceso concreto. Pero
también es el espacio donde la comunidad se inicia en su camino propio y
se asume como protagonista de su futuro deseado, por lo tanto allí es fundamental que se apropien del sueño y todo el acontecer de la iniciativa es
espacio para construir conocimiento en torno a teorías de cambio y la comunidad focalizada se constituye en comunidad de aprendizaje.
86 Cf. Íbid.3.3.
87 Ver en el Anexo la explicación en torno al Organismo Levadura
88 “Es el mecanismo seguro que la comunidad focal sienta que los puede poner en relación para empezar
a construir confianza y transformar relaciones en aras a la construcción de la paz”
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
ANEXO
Orientaciones Generales para implementar la Estrategia de Construcción de Paz
con enfoque de Transformación Social89.
1.
La construcción de paz para la transformación social
Parábola de la Cantera
Un día, una mujer caminaba a través de una cantera y le preguntó a tres trabajadores distintos qué estaban haciendo. El primero respondió: “yo estoy rompiendo piedras”. La mujer siguió
su camino por la cantera y le preguntó al segundo trabajador
qué estaba haciendo. Él respondió: “me estoy ganando la vida”.
Siguió caminando la mujer y le hizo al tercer trabajador la misma pregunta. Él respondió: “estoy construyendo una catedral”.
Las tres respuestas de los trabajadores de la cantera nos ayudan a entender nuestro trabajo en construcción de paz. A veces solo estamos rompiendo piedras y
nos enfocamos en la tarea inmediata, que es un trabajo muy duro. En ocasiones
nos centramos en ganarnos la vida, que es importante para subsistir y para el
sostenimiento y la salud de nuestras familias. A veces entendemos que nuestro
trabajo es parte de una visión más grande que incluye a muchos trabajadores.
Picar piedra es necesario para construir una hermosa catedral y trabajar en las
relaciones y programas locales es parte de la construcción de paz a largo plazo y
para que muchos puedan disfrutarla.
Se dice que los astronautas toman “conciencia global inmediata” cuando van al
espacio. Mirando la Tierra, ellos ven la íntima naturaleza del mundo y nuestra
conexión global. Este es el mismo concepto de la construcción de la catedral.
¿Cómo realizamos eso? Este es el reto para los trabajadores por la paz. Tener una
visión más amplia, al mismo tiempo que nos enfocamos en las tareas inmediatas.
89 Cáritas Internationalis, Construcción de Paz, Manual de Capacitación de Cáritas, Octubre 2002.
http://es.slideshare.net/caritasmexicana/manual-constuccin-de-paz-caritas-internationalis
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
La construcción de la paz se refiere a proyectos a largo plazo para llegar a la paz,
a comunidades y sociedades estables. Esto requiere construir sobre bases firmes
de justicia y reconciliación, lo cual implica fortalecer y reconstruir las relaciones
y transformar las instituciones y los sistemas injustos.
En el trabajo de desarrollo se requiere mirar cómo se dan las relaciones y la toma
de decisiones en la realización de los proyectos. En vez de simplemente buscar
formas específicas para mejorar la producción y comida o construir nuevas casas, la construcción de paz enfatiza sobre la construcción de relaciones correctas
con las organizaciones pares, y los beneficiarios de los programas, como parte
integral para establecer una paz duradera en zonas de violencia. Entender la
construcción de paz de esta manera nos permite tomar una nueva óptica para
desarrollar proyectos y programas90.
Al fundamentar la construcción de paz en las relaciones, queremos decir que
nos comprometemos en un proceso que respeta las habilidades y talentos que
aporta cada persona al proyecto y a la programación. Las relaciones se construyen a partir de la confianza entre el equipo de trabajo y las co-partes y de éstos
con los grupos en conflicto. Éstas también ayudan a fortalecer y mantener a las
personas en los procesos de cambio social. Para respetar plenamente a aquellos con quienes estamos trabajando, necesitamos involucrarnos con ellos en el
proceso de planeación e identificación de metas, las formas para alcanzarlas y
las formas de evaluación en conjunto. La participación fluye de manera natural
cuando se trata de un proceso centrado en las relaciones.
Para centrarnos plenamente en las relaciones, necesitamos enfocar nuestro conocimiento y nuestro talento en las interacciones, sacar a relucir y construir
sobre el conocimiento y el talento de quienes nos rodean. Esto implica que debemos respetar y escuchar a la gente que se encuentra cerca de nosotros e incorporar sus aportes, su retroalimentación, además de participar con nuestro
propio conocimiento.
90 Sampson, Cynthia, John Paul Lederach, Contribuciones menonitas a la construcción internacional de
la paz, 1997, 2001.
46
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
2.
¿Quiénes participan en la construcción de paz?
Los roles que hombres y mujeres juegan en la construcción de paz no son necesariamente los mismos y varían según el lugar y la cultura, pero se necesitan a
ambos juntos para la construcción de una paz duradera. Un enfoque de proceso,
centrado en las relaciones en Construcción de Paz, requiere incluir tanto hombres y mujeres, jóvenes, niños y adultos, como personas de diferentes grupos
étnicos y religiones.
A menudo muchas personas asumen que las mujeres son por naturaleza constructoras de paz, pero no es siempre el caso, así como tampoco es cierto que los
hombres sean guerreros por naturaleza. Sin embargo, los hombres y mujeres experimentan el conflicto violento de manera diferente. Por eso hombres y mujeres
pueden ser involucrados en la toma de decisiones sociales, económicas y políticas
de diversas maneras, durante y después del conflicto. Además las desigualdades en
los roles de género pueden aumentar conflictos dentro de las comunidades que son
parte de estructuras injustas que necesitan ser tomadas en cuenta para construir la
paz a largo plazo en un país. Todos estos aspectos deben tenerse en cuenta porque
el análisis sobre equidad entre hombres y mujeres es importante en el trabajo de
construcción de paz.
La programación de construcción de paz debe enfocarse en las necesidades propias de hombres y mujeres a nivel local, así como en sus necesidades comunes,
para ayudar efectivamente a la reconstrucción de la comunidad y a la consecución
de una paz duradera y justa. Si se incluye un análisis de género, identificando las
actividades de construcción e paz y dónde y cuándo involucrase en un trabajo de
paz, se contribuirá a una mayor comprensión sobre el análisis de contexto y el
éxito de las actividades programadas.
3.
Perfil de los agentes
Trabajar en construcción de paz y reconciliación requiere un compromiso y vocación, Juan Pablo Lederach, nos ayuda a través de imágenes de las diferentes
partes del cuerpo humano para profundizar en lo que significa la vocación de
constructores de paz, se necesitan:
47
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
OJOS GRANDES pues es necesario estar
siempre atento a lo que hay alrededor.
Como constructor de paz es importante acercarnos y conocer la realidad tal y
como es, se debe construir un horizonte
sobre el cual desarrollar nuestras acciones y poder visualizar opciones.
OIDOS GRANDES para escuchar con atención y claridad, sobre todo en situaciones de conflicto, debemos desarrollar la
capacidad de escucha. Se trata de una escucha que crea el espacio para reflexionar y profundizar sobre lo que nos sucede
y lo que nos sentimos. Como constructores de paz estamos
llamados a escuchar. Una buena manera de medir esta capacidad es escuchar a nuestros enemigos, a aquel que me confronta y piensa diferente. No basta con hacer silencio, para
que el otro hable. Es escuchar profético implica buscar a Dios
en el otro, de reconocer que Dios nos dice algo.
BOCA PEQUEÑA capaz de controlar las palabras
que pronuncia. Cuando hay momentos de tensión
o rabia, decimos palabras que después no quisimos decir, por eso hay que manejar nuestra boca,
aprender a decir la verdad de una forma coherente
y tranquila, de manera que se entienda y sin herir
a los demás. Debemos buscar el “cómo, cuándo y con qué”. La verdad como
fundamento de paz, debe invitar al otro a establecer un compromiso con lo que
significa en vez de crear rechazo inmediato por la forma como se han abordado
los hechos.
PIES GRANDES para dejar huella, el conflicto es como el huracán, puede arrasar y el terreno y destruir. El reto es pues
que ante los conflictos nos mantengamos en pie y retomar el
horizonte para aprovechar las oportunidades que se nos ofrecen. Como constructores de paz estamos invitados a hacer algo
importante, nuestro actuar debe marcar la diferencia, debe ser
esperanzador y positivo.
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
CORAZÓN MUY GRANDE donde surge el amor, donde habita Dios, donde se reconoce que hay algo profundo del ser,
de ahí surge el ser verdaderamente humano.
Las cualidades claves que identifican a un constructor de paz eficiente son:
Adaptabilidad: significa estar preparado para cambiar la dirección de lo planeado durante cualquier capacitación y profundizar en temas que preocupan
más los participantes, en lugar de seguir estrictamente con la propia agenda. Un
constructor de paz debe estar actualizado, adaptarse a la realidad y a los cambios
que la sociedad exige.
No estar a la defensiva: un constructor de paz tiene que tener la capacidad de
aprender a escuchar a las personas y sobre todo recibir las críticas de la gente y
no responder de igual manera.
Empatía: implica relacionar las emociones que un individuo expresa y luego devolver esas emociones al individuo y al grupo entero. Empatía significa ser capaz
de ponerse en la situación de la otra persona o “en sus zapatos” y entender lo
que la gente está experimentando durante el conflicto. Una parte importante de
ser un constructor de paz eficiente es entender por lo que pasa la gente y mostrar su entendimiento hacia sus emociones y experiencias.
Creatividad: significa ser diferente, proyectarse hacia el futuro, es una práctica de su conocimiento. Ser creativo es adaptar la realidad, transformarla aun
cuando ésta sea adversa. La creatividad es necesaria para mirar hacia el futuro y
encontrar nuevas formas de llegar allí. La imaginación es una parte importante
de la creatividad y los constructores de paz deben fomentarla, o por lo menos no
tenerle temor. Construir una paz justa requerirá la creatividad de todos.
Habilidad para exponer temas y relaciones: moldear temas de resolución de
conflictos y comportamiento de las relaciones es esencial para un constructor de
paz eficiente. Enseñamos por lo que decimos, pero también y sobre todo por lo
49
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
que hacemos. Si nuestro comportamiento contradice el mensaje que tratamos de
transmitir, agotamos nuestro mensaje y perdemos el respeto de quienes trabajan
con nosotros.
Comodidad con la ambigüedad: sentirse cómodo con la ambigüedad significa
que no se tiene que saberlo todo, ni tener claras las actividades o la dirección que
tomará un grupo. Esto es importante porque la paz es un objetivo a largo plazo, y
muchas veces, no estamos seguros de que nuestras actividades nos lleven directamente allí. A menudo, la ruta directa y las actividades del programa no son lo
más razonable o fácil para llevarnos a una paz justa, sino la ruta con más vueltas
que implica gastar tiempo con colegas y otra gente y construir relaciones que
generan las bases para la construcción de paz. Estar a gusto con la ambigüedad
nos permite seguir por la ruta con más vueltas, aunque tengamos el ojo clavado
en el objetivo final.
4.
¿Dónde se construye la paz?
Si visualizamos la manera como están estructuradas nuestras sociedades, es posible imaginarlas como un triángulo que puede tener varias medidas.
Cualquiera que sea el tipo de triángulo, la base del mismo puede ser tomada para
representar a los líderes de las comunidades locales y de las organizaciones de
base. Las parroquias y las Cáritas locales y diocesanas normalmente trabajan con
estos líderes. La sección media del triángulo representa a los líderes del nivel
medio, aquellas personas que infunden respeto, como los directores de ONG’s,
líderes étnicos y religiosos entre otros. La punta del triángulo representa el nivel
más alto o el liderazgo altamente visible. Incluye a los funcionarios gubernamentales, al personal militar y a los líderes religiosos entre otros.
Utilizando estos tres niveles como guía, es posible identificar los distintos niveles de la sociedad hacia los cuales debemos dirigir la programación en la construcción de paz: podemos trabajar con organizaciones de base, líderes del nivel
medio y con líderes del nivel alto, ya sea separadamente o de forma coordinada.
Trabajar en un nivel no excluye trabajar en los otros. De hecho la construcción
de una paz duradera implica articular e integrar múltiples y diversos esfuerzos,
ver la siguiente figura.
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Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
Fuente: Adaptación a partir del esquema propuesto en el Manual de Capacitación de Cáritas, Construcción de Paz, Cáritas Internationalis.
La construcción de paz para la transformación social presenta la necesidad
de construir capacidades a nivel vertical y horizontal. Es necesario reducir
las brechas entre la polarización de la sociedad y las brechas existentes
entre los diferentes niveles.
Considerando los diversos niveles de sociedad de los que se ha hablado, se
pueden ejemplificar algunas actividades en construcción de paz:
51
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
Actividades en construcción de paz en las organizaciones de base
(antes, durante y/o después del conflicto violento):
•
•
•
•
•
•
•
Trabajo en la resolución de conflictos y la reducción de prejuicios.
Educación y formación en derechos humanos.
Incidencia en no-violencia y capacitación en incidencia.
Apoyo psicosocial y atención al trauma post guerra.
Trabajo de reconciliación, incluyendo comisiones locales de paz.
Reconstrucción de la infraestructura física.
Mejoramiento o reconstrucción de las bases económicas o agro económicas.
• Educación para la paz a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
• Ayuda humanitaria de emergencia.
• Apoyo o promoción de redes de trabajo conjuntas con organizaciones
locales de paz.
Actividades en construcción de paz a nivel medio (antes, durante y/o
después del conflicto violento):
•
•
•
•
•
•
Talleres sobre resolución de conflictos y resolución de problemas.
Trabajo en reconciliación, incluyendo comisiones de paz.
Actuar como intermediario entre las partes.
Trabajo en comunicaciones alternativas y en medios masivos.
Apoyo a las redes de trabajo de gente interesada en la paz.
Capacitación en resolución de conflictos y reducción de los prejuicios.
Actividades en construcción de paz a nivel alto (antes, durante y/o
después del conflicto violento):
• Desempeñarse como intermediarios entre las partes.
• Incidencia política, nacional e internacional en situaciones de conflictos para el cese al fuego, el mantenimiento de la paz y otras medidas
políticas.
• Aportar contenidos para iniciar negociaciones de alto nivel.
• Diálogo interreligioso e interétnico.
52
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
5.
Construcción de paz ¿cuándo?
Los conflictos no son estáticos, cambian a través del tiempo, en cada etapa hay
oportunidades para estilos particulares de trabajo en construcción de paz. Si
comparamos el conflicto con el fuego podemos identificar cinco etapas con
elementos particulares cada una de ellas:
Etapa 1 Recolección de los materiales para el fuego /conflicto potencial
Se recolectan los materiales para el fuego. Algunos de estos
son más secos que otros, pero aún no hay fuego.
Etapa 2 El fuego comienza a arder/ la confrontación
Un cerillo es encendido y el fuego empieza a arder. Normalmente una confrontación entre las partes, como una gran
manifestación pública, sirve como cerillo, que rápidamente
hace arder los materiales secos.
Etapa 3 Hoguera/crisis
El fuego arde tan lejos y tan rápido como puede, quemando
salvajemente y fuera de control. En esta etapa, el conflicto
alcanza una crisis y, justo como el fuego, consume los materiales que lo alimentan.
Cuando el conflicto “arde” las personas que están involucradas en él muchas veces recurren a la violencia directa para vencer; aunque normalmente ambas partes terminan perdiendo algo. La violencia directa se refiere
a acciones de las personas que a propósito hacen daño, hieren a otras personas.
Etapa 4 Cenizas /conflicto potencial
En este punto el fuego disminuye, las llamas se desvanecen y solamente las cenizas siguen brillando, pues casi
todo el combustible ha ardido. En esta etapa, los conflic53
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
tos pueden continuar disminuyendo o si, se le añade nuevo combustible, pueden
comenzar de nuevo.
Etapa 5 Fuego extinguido/regeneración
El fuego está extinguido y las cenizas están frescas. Es momento de enfocarse en otras cosas además del fuego y reconstruir y ayudar a regenerar lo que se ha perdido.
6.
Principios Operativos en la Construcción de Paz
El marco conceptual para la Construcción de Paz fue construido sobre cinco
principios básicos adaptados del trabajo de Lederach. Estos principios brindan
una guía útil para el diseño y la asesoría de intervenciones específicas en Construcción de Paz.
Los principios estipulan que la Construcción de la Paz necesita ser:
Globalizante
Significa que necesitamos ver la totalidad del panorama
para poder realizar un cambio desde adentro. La paz duradera se logra abordando las múltiples fuentes del conflicto
en los diversos niveles de la sociedad: las organizaciones
de base, los niveles de liderazgo medio y alto.
Necesitamos desarrollar unos lentes especiales para identificar las necesidades de quienes trabajan con nosotros, una visión de para qué
estamos trabajando, unas acciones que nos pueden llevar a ello y un diseño o un
plan que podamos utilizar como guía para poder alcanzar este propósito.
Para lograr esto, debemos salir del ajetreo cotidiano del trabajo y las crisis que
nos rodean, dirigir nuestras acciones y eventos diarios con una visión y objeti54
Directrices para la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación Fe y Política en México
vos suficientemente amplios, lo cual requiere un análisis profundo del contexto
para la Construcción de Paz.
Interdependiente
La Construcción de Paz involucra un sistema de personas, roles y actividades interconectados. La interdependencia tiene que ver con la conexión entre lo que hacemos y la manera como lo hacemos.
Ninguna persona, actividad o nivel de la sociedad es capaz de diseñar y transmitir la paz por si solo. Todo está
vinculado, todo se afecta mutuamente. Con personas en el núcleo de la Construcción de Paz, nuestras actividades están íntimamente conectadas a la naturaleza y a
la calidad de nuestras relaciones sociales. La construcción de Paz apoya y fortalece
las relaciones interdependientes necesarias para continuar y sostener los cambios
deseados, lo cual necesariamente implica procesos que forjen relaciones entre las
personas que no piensan igual, pero que sin embargo son interdependientes.
La interdependencia de las personas y las actividades en construcción de paz es
como la red de una araña. Cada hebra es importante, pero se necesitan muchas
hebras para completar la red. De igual manera, muchas actividades en Construcción de Paz deben unirse para alcanzar juntos la paz. Las hebras de la red necesitan ser lo suficientemente fuertes y pegajosas como para mantener toda la red,
aun cuando sea oprimida o forzada.
Sostenible
Construir la paz es un proyecto a largo plazo. Los conflictos violentos tienen lugar a través de generaciones y no
podemos esperar a que la Construcción de Paz tome menos tiempo. Para que sea sostenible por generaciones, necesitamos poner atención hacia dónde nos están llevando
nuestras actividades y nuestras energías. Mientras que la
mirada globalizante requiere que pensemos más allá de lo
inmediato y planteemos respuestas efectivas a los asuntos
55
Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
y las crisis para lograr una visión a largo plazo, la sostenibilidad requiere que pensemos en lo necesario para crear una capacidad continua y procesual para responder
y transformar los ciclos recurrentes del conflicto y de las crisis.
Las actividades en construcción de paz necesitan ser conformadas para que puedan ser sostenibles a través de las diferentes etapas en la vida de las personas.
Estratégico
La Construcción de Paz necesita incluir una asesoría y
una visión globalizantes, pero también requiere tener
acciones programáticas específicas elegidas estratégicamente para hacer algunas cosas muy bien. Ser estratégico
significa aprender a responder proactivamente a situaciones sociales emergentes y dinámicas y dar respuesta a las
necesidades y las preocupaciones inmediatas, mientras
que al mismo tiempo se fortalece un proceso de cambio
a largo plazo. Por consiguiente al valorar las acciones de construcción de paz, debemos conocer las necesidades inmediatas y el trabajo hacia la visión deseada de
cambio. Evaluando estratégicamente las actividades en las que trabajamos incluyendo, lo que hacemos, donde nos comprometemos y cómo enfocamos nuestras
actividades, nuestro trabajo en construcción de paz responderá a una crisis pero
no será manejada por ella.
Infraestructura
Se necesita una infraestructura que brinde los espacios
sociales, los mecanismos logísticos y las instituciones necesarias para apoyar el proceso de cambio y una visión de
paz a largo plazo. La infraestructura suministra el soporte
básico que le permite a las personas y a los procesos de
construcción de paz sobrevivir a alguna crisis inmediata,
mientras que se persigue pacientemente el cambio deseado a largo plazo. Una infraestructura en construcción de
paz está fundamentada en las personas, en sus relaciones y en los espacios sociales
que crean, necesarios para la reconciliación y la transformación del conflicto.
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Una casa necesita cimientos firmes para que no se sacuda o se mueva. En Construcción de Paz necesitamos ser como la persona que en la Parábola (Lucas 6,
48-49) del hombre edifica su casa sobre roca, es decir sobre una base sólida.
En Construcción de Paz los cimientos son las personas, sus relaciones y los espacios sociales que necesitan para soportar el proceso de transformar la fragmentación social y la violencia en pro del respeto, la interdependencia, el compromiso y la responsabilidad de construir la paz.
7.
Estrategia de Construcción de Paz
A)Elementos de la Construcción de la Paz91
Es importante para la Construcción de la Paz implementar planes de vida comunitarios que contengan los siguientes elementos:
Centralidad de las relaciones para transformar realidades, es el espacio oportuno para evangelizar.
Curiosidad paradójica, no dejarse atrapar por la bipolaridad ni los estereotipos,
fijarse en elementos no visibles a primera vista pero que están ahí y son parte de
la realidad. Es la capacidad de construir sin dividirnos.
Espacio para el acto creativo, ese conectarse con otras alternativas, encontrar
los momentos preñados de vida en situaciones de muerte, rescatar las aspiraciones más profundas por la paz, por la vida que surgen en el caminar con la
comunidad.
Capacidad de asumir riesgos, tener la voluntad de arriesgar y a crear, desde un
nosotros, no a nombre personal.
B) Pasos para la implementación de la Estrategia con enfoque de Transformación social:
1. Punto de partida: ¿Dónde estamos ahora?
91 John Paul Lederach, Imaginación Moral, Editorial Norma, Bogotá 2008.
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
Identificar una necesidad pastoral que hay que atender en el área focalizada.
Ejemplo: víctimas de las violencias no son atendidas adecuadamente, el incremento de suicidios y adictos, violencia en las escuelas, migración forzada y desplazamientos, amenazas y extorsiones, deficiencia en los servicios públicos, espacios
públicos prohibidos o invadidos, inseguridad en el libre tránsito, violaciones múltiples de los derechos humanos, aumento del reclutamiento de niños y jóvenes en
el crimen organizado o en el ejército, etc.
Preguntas que plantea el contexto:
- ¿Cómo recuperar el respeto por la vida y los derechos humanos de la sociedad?
- ¿Cómo mantener la esperanza?
- ¿De qué manera sería posible establecer estrategias de mediación que permitan
procesos de diálogo en la mira de un acercamiento a la paz?
- ¿Cómo habilitar a las personas para enfrentar el miedo y fortalecer espacios
donde puedan ser oídas y participar en los diálogos y la negociación?
2. Proceso de conformación e integración de un organismo (equipo)
levadura que impulse y active el proceso. En la Lógica de Levadura.
Para impulsar procesos comunitarios es importante tener una infraestructura
o equipo impulsor que se puede denominar “organismo levadura” o “equipo levadura” inspirados en la parábola del Reino Mt 13,33; y que como “organismo”,
como Cuerpo92 vive las dinámicas propias de la vida en relaciones al interno y
externo del mismo. Su sentido organizacional está inspirado en la enseñanza de
la Iglesia misterio de Comunión93 y Solidaridad.94 Por lo cual es importante su
capacitación e integración como tal.
92 Cf. LG 7, Col 2,19
93 Cf. Const. Lumen Gentium, nn.4,8,13-15,18,21,24-25; Const. Dei Verbum, n.10; Const. Gaudium et
Spes, n.32; Decr. Unitatis redintegratio, nn. 2-4, 14-15, 17-19, 22.
94 GS 1-3; Dcto. De Aparecida Capítulo 8
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Los elementos básicos para la formación de una organización comunitaria desde la perspectiva eclesial95 son los siguientes:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Un primer compromiso respecto al objetivo común,
La aceptación mutua entre los miembros,
La ulterior clarificación y apropiación del objetivo,
La creación de un sentido de pertenencia,
El compromiso con la tarea del equipo,
La mutua ayuda y colaboración,
El sentido de realización y constatación de logros,
El entusiasmo y satisfacción personal,
El reconocimiento del propio trabajo y
La satisfacción del deber cumplido
3. Planeación en el organismo levadura y con la comunidad o sector a
atender:
Análisis de la realidad96
• Identificar el problema o los problemas a solucionar
• Los tipos de violencias que se dan
• Señalar las causas: identificar las raíces que causan las violencia ¿cuáles son
los factores que atraen o que motivan al uso de la violencia?
• Mapa de actores relacionados con los problemas y/o las violencias, pueden
ser personas
individuales, grupos, instituciones y comunidades.
üü Quién(es) las producen
üü A quién afecta(n)
95 GS 1-3; Dcto. De Aparecida Capítulo 8 Material “II Procesos Grupales” de la Fundación Socio-Pastoral
San Juan Diego, Guadalupe Huila, Colombia
96 Algunas herramientas: cartografía social, árbol de problemas, mapas de actores y relaciones, etc
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
üü Quién está haciendo ya algo para lograr la solución.
üü Quién(es) pudieran ser parte de la solución como aliados.
üü Quién(es) deberían trabajar para solucionarlos.
• Las relaciones que se dan entre los actores.
• Mapear el territorio que los hace comunidad ubicando los espacios clave, los
elementos que los conforman.
• ¿Qué es lo que ya se está haciendo a favor de la solución del problema?
4.
Discernimiento del Futuro deseado, poner la mirada en el horizonte, formular:
¿Cómo queremos que sea la realidad de la comunidad, municipio diócesis, Provincia? ¿Qué quiere lograse en el proceso de Construcción de la Paz?
Focalizar y definir el área desde dónde se va abordar el fenómeno de la violencia, es decir, desde dónde se va a intervenir, por ejemplo: Atención a víctimas
y comunidades afectadas, atender áreas empobrecidas proclives a la violencia,
reducir el uso dañino del alcohol, creación de empleos y generación de ingresos,
capacitación para padres de familia para lidiar los conflictos, calidad de vivienda, gestión de conflictos socio-ambientales generadores de violencia, atención a
víctimas y comunidades afectadas, mediación y negociación, etc.
5.
Matriz de cambios, resultados por alcanzar:
¿Qué es lo que esperamos lograr? ¿Cuáles son los resultados deseados y necesarios a obtener? ¿Qué actitudes y comportamientos se quieren lograr en los distintos niveles: Personal, relacional, institucional, estructural; en cada uno de los
momentos lógicos de acción: intervención en la crisis, reconstrucción del tejido
social, participación ciudadana y democracia, desarrollo y paz; que contribuyan
a lograr el futuro deseado?
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Fuente: Adaptación a partir del esquema propuesto en el Manual de Capacitación de Cáritas, Construcción
de Paz, Cáritas Internationalis.
6.
Fortalecimiento de capacidades97
Identificar en los agentes y en la población las capacidades que aportan a la resolución de los conflictos y cuáles son aquellas que se necesitan obtener y desarrollar para acompañar el proceso. Por ejemplo en las áreas: pastoral, espiritual,
psicológica, jurídica, economía social, comunicacional, planeación, mediación,
sistematización, estadística, etc.
En la intervención en la crisis: para transformar y enfrentar la crisis, es importante que las comunidades se integren y desarrollen iniciativas de cambio que
les permitan identificar, crear y movilizar alternativas de solución frente a las
realidades que los aquejan. Aquí el equipo levadura juega un papel clave para que
las comunidades fortalezcan sus capacidades para la transformación, se organicen, participen y se articulen a actores clave capaces de jalonar las iniciativas y
cambios deseados.
97 Tomado del documento =ad experimentum= Módulo I, Escuchen los clamores de mi pueblo, Equipo de
formación SELACC, 2013, pág 94-98.
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Justicia, Paz y Reconciliación - Fé y Política
En el fortalecimiento de capacidades e integración comunitaria: los agentes de
pastoral y los grupos levadura buscan desarrollar las capacidades propias, por
ejemplo: dar lugar a la conciencia pública y movilización social, construir capacidades en las comunidades: en los policías, en los periodistas, en los profesores, etc.
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