Nº 14, febrero de 2013 Reseña legislativa Reglamento (UE) Nº 1215/2012, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de diciembre de 2012, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil (Bruselas I Bis) Por Carmen Senés Motilla Catedrática de Derecho Procesal Consejera Académica de Dictum Ámbito de aplicación El Reglamento sustituye a su predecesor, el Reglamento (CE) Nº 44/2001 que se deroga (Bruselas I), cuyas referencias se entenderán hechas a aquel, con arreglo a la tabla de correspondencias que incorpora el anexo III. El nuevo Reglamento hace realidad el objetivo de las instituciones europeas de facilitar la libre circulación de las resoluciones judiciales y mejorar el acceso a la justicia; en particular, mediante la supresión del exequátur, auspiciada por el Consejo Europeo reunido en Bruselas (2009), en el marco del “Programa de Estocolmo –Una Europa abierta y segura que sirva y proteja al ciudadano–”. El ámbito de aplicación material es el propio del Reglamento Bruselas I, si bien Bruselas I Bis adiciona la exclusión de las obligaciones de alimentos en consonancia con la regulación particular existente en esta materia –Reglamento (CE) Nº 4/2009, del Consejo, de 18 de diciembre de 2008–, así como un elenco de “definiciones” para su correcta aplicación, entre las que cabe destacar la exclusión en el término “resolución” de las medidas cautelares y provisionales adoptadas en las circunstancias que se relacionan en el artículo 2. Bruselas I Bis no es aplicable al arbitraje. Pero no impide que un órgano jurisdiccional de un Estado miembro que conozca de un asunto afectado por una cláusula arbitral remita a las partes al arbitraje, o suspenda o sobresea el procedimiento, o examine si el convenio arbitral es nulo de pleno derecho, ineficaz o inaplicable, con arreglo a su Derecho nacional. En el ámbito del reconocimiento y la ejecución de laudos, prevalece sobre el Reglamento el Convenio de Nueva sobre el reconocimiento y la ejecución de sentencias arbitrales extranjeras (hecho en Nueva York el 10 de junio de 1958). Buena parte de las disposiciones del nuevo Reglamento proviene de su predecesor; no en vano, Bruselas I Bis constituye una refundición de sus disposiciones, aunque con novedosas aportaciones en materia de listispendencia y conexidad, medidas cautelares y ejecución; amén de las disposiciones necesarias para articular las relaciones con otros instrumentos normativos y convenios celebrados por los Estados o la Unión Europea. Las novedades más significativas que se introducen en las instituciones objeto de regulación son las siguientes: Competencia judicial – En materia de contratos celebrados por los consumidores y de contratos individuales de trabajo, se salvaguarda la aplicación de foros de competencia favorables al consumidor y al trabajador cuando la contraparte y el empresario, respectivamente, no estén domiciliados en un Estado miembro. – Respecto de las competencias especiales, se introduce una norma respecto de la acción civil, basada en el derecho de propiedad, dirigida a recuperar un bien cultural; norma que atribuye la competencia al órgano jurisdiccional del lugar en que se encuentre el bien en el momento de interponerse la demanda. – Se confirma la competencia exclusiva en materia de inscripciones o validez de patentes, marcas, diseños o dibujos y demás derechos C/ Marqués de la Ensenada 14-16, planta 1ª, oficina 17 - 28004 Madrid | Tel. 913 913 399 – Fax 913 084 209 | www.dictumabogados.com Nº 14, febrero de 2013 análogos sometidos a depósito o registro, y se explicita su eficacia tanto si la cuestión controvertida se ha suscitado por vía de acción como de excepción. – Se “liberaliza” la prórroga de la competencia, que las partes pueden acordar con independencia de su domicilio (art. 25.1), y se confiere autonomía sustantiva y procesal al acuerdo atributivo de competencia que forme parte de un contrato. Además, se refuerza el estatuto procesal del demandado por razón de su comparecencia ante el tribunal, a base de desplazar sobre el órgano jurisdiccional el deber de comprobar, antes de asumir su competencia, que el demandado ha sido informado de su derecho a impugnar la competencia de este órgano jurisdiccional y de las consecuencias de comparecer o no comparecer. – Las disposiciones sobre litispendencia y conexidad incorporan importantes novedades respecto del régimen anterior. En primer lugar, respecto de la determinación del órgano competente en caso de litispendencia, se flexibiliza el criterio de la prioridad en la interposición de la demanda, cuya aplicación puede quedar desplazada en virtud de la prórroga de la jurisdicción que hayan acordado las partes; esta flexibilización no es admisible en materia de seguros, contratos celebrados por los consumidores y contratos individuales de trabajo, si el demandante es el tomador del seguro, el asegurado, el beneficiario de un contrato de seguro, la persona perjudicada, el consumidor o el trabajador, y el acuerdo no es válido con arreglo a alguna disposición de las secciones correspondientes del Reglamento. En segundo lugar, Bruselas I Bis incorpora nuevas normas sobre litispendencia y conexidad para los supuestos en los que, fundándose la competencia en el fuero general (art. 4), o en los correspondientes a las competencias especiales (arts. 7, 8 y 9), estuviere conociendo de la misma demanda o de una conexa, un órgano jurisdiccional de un tercer Estado; en estos supuestos, el régimen es diferente al que regula las relaciones entre los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros, pudiendo acordar el órgano jurisdiccional del Estado miembro la suspensión del procedimiento, y en su caso, la posterior reanudación, atendidas las circunstancias relativas al proceso que se sigue en un tercer Estado; también podrá acordar la finalización del proceso si el procedimiento seguido en un tercer Estado ha concluido y la resolución dictada fuere susceptible de reconocimiento en ese Estado miembro. Reconocimiento Bruselas I Bis refuerza el reconocimiento de las resoluciones dictadas en un Estado miembro: en primer lugar, confiriendo a cualquier parte interesada la posibilidad de ejercitar una acción – declarativa negativa– para que se declare que no concurren los motivos tasados de denegación del reconocimiento. En segundo lugar, atribuyendo al órgano jurisdiccional del Estado miembro la competencia para resolver sobre la denegación del reconocimiento hecha valer por vía incidental si de esta cuestión dependiere la conclusión del procedimiento que está conociendo. En último término, liberalizando la libre circulación de resoluciones judiciales entre los Estados miembros – reconocimiento y ejecución– incluso cuando hayan sido dictadas contra una persona no domiciliada en un Estado miembro. Ejecución La novedad “estrella” de Bruselas I Bis es la supresión del exequátur: “las resoluciones dictadas en un Estado miembro que tengan fuerza ejecutiva en él gozarán también de esta en los demás Estados miembros sin necesidad de una declaración de fuerza ejecutiva”. La ejecución directa comporta una reducción temporal y de costes, y facilita el acceso a la tutela judicial ejecutiva. El procedimiento de ejecución de las resoluciones dictadas en otro Estado miembro se regirá por el Derecho del Estado miembro requerido, y serán ejecutadas en las mismas condiciones que si se hubieran dictado en este Estado. La supresión del exequátur no compromete el derecho de defensa de la persona frente a la que se solicita la ejecución, que podrá oponer la concurrencia de los motivos tasados de denegación de la ejecución –o del reconocimiento– con carácter previo a la primera medida de ejecución, a cuyo efecto, le deberá ser notificado el certificado expedido por el órgano jurisdiccional de origen con una antelación razonable. Con la finalidad de que no se vea comprometida la eficacia de la ejecución, el Reglamento explicita que toda resolución con fuerza ejecutiva conllevará la facultad de aplicar las medidas cautelares previstas en el Estado miembro requerido. C/ Marqués de la Ensenada 14-16, planta 1ª, oficina 17 - 28004 Madrid | Tel. 913 913 399 – Fax 913 084 209 | www.dictumabogados.com Nº 14, febrero de 2013 Medidas provisionales y cautelares El reconocimiento y ejecución de las medidas provisionales y cautelares adoptadas en un Estado miembro se limita a las que hayan sido adoptadas por un órgano jurisdiccional que es competente en cuanto al fondo, y previa audiencia del demandado, o en otro caso, que le haya sido notificada la adopción de la medida antes de su ejecución. Esta doble restricción al reconocimiento y ejecución no obsta la posibilidad de solicitar al órgano jurisdiccional de un Estado miembro la adopción de las medidas previstas en su ordenamiento, las cuales tendrán una eficacia limitada al territorio de dicho Estado. Novedad importante del Reglamento es la posible adaptación de la medida u orden adoptada por el órgano jurisdiccional de origen cuando sea desconocida en el ordenamiento jurídico del Estado requerido. La adaptación deberá efectuarse en favor de la medida conocida en el ordenamiento de este Estado que tenga efectos equivalentes y persiga la misma finalidad o intereses similares. La adaptación no tendrá más efectos que los dispuestos en el Derecho del Estado miembro de origen, y podrá ser impugnada por las partes ante un órgano jurisdiccional. Corresponde a los Estados miembros determinar cómo ha de efectuarse dicha adaptación y quién debe realizarla. Entrada en vigor y régimen transitorio Bruselas I Bis está en vigor desde el 9 de enero de 2013, si bien no será aplicable hasta el 10 de enero de 2015 (excepción hecha de los artículos que disponen comunicaciones a la Comisión por parte de los Estados miembros –artículos 75 y 76–, que son aplicables a partir del 10 de enero de 2014). El Reglamento garantiza la continuidad respecto del Convenio de Bruselas de 1968 y el Reglamento Bruselas I, a cuyo efecto se establecen disposiciones transitorias; en particular, las disposiciones de Bruselas I Bis solo son aplicables a las acciones judiciales ejercitadas a partir del 10 de enero de 2015, a los documentos públicos formalizados o registrados oficialmente como tales y a las transacciones judiciales aprobadas o celebradas a partir de dicha fecha. Bruselas I Bis vincula a todos los Estados miembros, a excepción de Dinamarca, que no obstante podrá aplicar sus disposiciones por razón de convenio (Acuerdo suscrito con la Comunidad Europea, de 19 de octubre de 2005). C/ Marqués de la Ensenada 14-16, planta 1ª, oficina 17 - 28004 Madrid | Tel. 913 913 399 – Fax 913 084 209 | www.dictumabogados.com