“pnt” Deliberaciones Razonablemente, podríamos comenzar mencionando que, según la fotógrafa Sonja Bullaty, “La vida entera de uno precede al momento en que apretamos el obturador”. Un hecho a tener en cuenta, y con el que estoy totalmente de acuerdo, ya, que, cuando miro a través del visor, de forma consciente o incluso de modo totalmente inconsciente, observo con toda mi carga socio-cultural adquirida a lo largo de los años. ¿Por qué fotografío “esto” y no “aquello”? Me pregunto. Y lamentablemente… nunca consigo dar con la respuesta. ¿…? Centrándome en el proyecto “p n t”. Hace unos años y tras la lectura de un estudio de La Caverna de Platón… comienzo con los primeros esbozos y apuntes. Envío las primeras imágenes ampliadas a ciertos amigos. En la respuesta todos hablan de la luz y de la oscuridad. El final es feliz, vence la luz. Profundizando en el tema, observo y me resulta interesante que… las concordancias de mis amigos en la visión de la luz y de la oscuridad, de las luces y de las sombras… se tornan en divergencias en cuanto a la interpretación y lectura de la fotografía. La visión de las imágenes daba lugar a interpretaciones diversas, tantas como sujetos o estados de conciencia. En este punto, además de preguntarme… ¿por qué fotografío “esto” y no “aquello”?... también me cuestionaba ¿por qué una parte de mis amigos, de la misma imagen, concebían “esto” y otros “aquello”? En plena reflexión, pienso que la mirada que dirigimos a la foto no es un simple ejercicio visual, es un haz analógico donde se opera un intercambio de informaciones, reflexiones, sensaciones, emociones entre la personalidad del autor y la del espectador. Asumimos que entendemos la foto cuando el perfil representado coincide con la imágenes del mundo real que conocemos (un paisaje, una naturaleza muerta, un desnudo…) El problema surge cuando en la imagen representada no hay referencias al universo que conocemos. En esta percepción subjetiva, deduzco que cualquier forma irreconocible y que no encaja con ninguna figura identificable, hace que el espectador intente psíquicamente darle un parecido con algún molde “registrado” en su cerebro. Este hecho hace que se vea obligado a “inventar” figuras y objetos reconocibles. De acuerdo con mi teoría basada en un ensayo de Carl Einstein, “… cualquier acto de visión convoca y atrae un archivo de sensaciones y experiencias acumuladas que sirven para paliar la insuficiente realidad…”. Los procesos psíquicos son activados por la percepción óptica. Insistiendo en la trama, las sensaciones disyuntivas que producen estas fotos, dentro del registro de la abstracción, intuyo que son como una analogía de las diversas formas de ver y sentir la vida. Deduzco que las emociones se construyen y se derriban para derrotar la primera ilusión ficticia que produce el significante y para intentar revelar el valor intrínseco del significado. ¿Qué significa la foto? Lo que se acentúa en estas imágenes es la variabilidad de lo descifrado según la erudición del espectador. La misma figura puede llegar a ser un desnudo, un florero o un águila remontando el vuelo. Y en esa versatilidad reside el hechizo y el encanto de estas fotografías. Conceptos basados en el juego de luces y sombras. La abstracción, en “P N T ”, comienza después de ahondar y progresar en el tema. Es una profunda reflexión interior, tras el paso del tiempo, buscando la simplicidad, la forma y el volumen. Buscando un desarrollo psíquico de la visión. Una recreación de figuras. Un retozo visual. Un juego de confabulación. Como diría Roger Fry: “La última expresión sería, sin duda, la renuncia a toda semejanza con las formas naturales y la creación de un lenguaje formal puramente abstracto, una música visual” Considero, armonizando con Román de la Calle, que mi foto es “intimista, que coquetea y zigzaguea con mi autobiografía, ambigua y sugerente, que no digo nada, insinúo”. Intento percibir las cosas más simples que me rodean. Están “ahí”, es cierto, pero hay que reparar en ellas. Intento captar figuras, formas y dibujos de la realidad cotidiana que, justamente por ese hecho, por formar parte de la realidad cotidiana en la que se dan, pasan desapercibidas. Al tiempo que aspiro a realizar un juego caprichoso… un juego de misterio… enigma… espejismo. Al final capto las imágenes que me parecen más sugerentes, aquellas que despiertan mis emociones. Además, quiero que al observador también le provoquen sentimientos. Que la visión sea un estímulo. Lo paradójico es que las sensaciones del autor y la de los observadores generalmente no coinciden. No puedo dejar de citar a Rafa Prats que añadiría… “Y todo ello estableciendo frecuentes contrastes entre literarios y plásticos, entre las luces y las sombras, capaces de promover una estética para la reflexión. Miguel, buscador de imágenes que nos hagan pensar. Imágenes tal cual han sido captadas, sin manipulaciones. Tal vez por ello, sigue fiel al blanco y negro, a su cámara analógica y al acto íntimo del revelado en su laboratorio”. Como reflexión final, me gustaría que dejases de tener un papel pasivo como espectador, convirtiéndote, merced a tu capacidad e ingenio, en un cómplice creativo de la obra. miguel david