Nayeli Yoval Segura 10 de julio de 2014 Día mundial de la población 2014 “Invertir en Juventud” Muy buenos días a todas y todos, Agradezco la oportunidad de estar en este espacio en el marco del día mundial de población, ocasión oportuna de reconocer los logros alcanzados y de señalar los desafíos surgidos en años recientes en materia de población y desarrollo. No puedo dejar de señalar que además este año se cumplen 20 años de la firma del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, programa que rompió paradigmas al reconocer la relación indisoluble e ineludible entre los derechos humanos, los asuntos de población y el desarrollo. Nuestro país sin duda, ha dado pasos significativos en los marcos legales en materia de población que fortalecen los derechos humanos, pero hay una gran deuda en la implementación y en el hecho de que estos marcos legales se reflejen en acciones contundentes en beneficio de la población. Pero hablemos del tema que nos convoca el día de hoy. La inversión… México es un país con una población de 112.3 millones de personas, de las cuales 40.6 millones tienen entre 10 y 29 años; el 50% somos mujeres. En ese contexto reconocer la urgencia de tomar medidas que garanticen mejores condiciones de vida para las juventudes y lo fundamental que resulta capitalizar el bono demográfico sin perder de vista el enfoque de derechos, es clave para pensar en desarrollo. Nuestro país es sumamente diverso y al mismo tiempo excluyente. Las exclusiones étnicas, raciales y de género, siguen causando altos niveles de desigualdad y pobreza. Específicamente, las desigualdades a las que nos enfrentamos las mujeres jóvenes, agudizan la falta de autonomía económica, social y reproductiva. Al no tener control sobre nuestra sexualidad existe la inminencia de convertirnos en madres a temprana edad por falta de información, educación integral en sexualidad, y/o de servicios integrales e integrados de salud sexual y reproductiva. Por ejemplo según cifras de la ENSANUT en 2012 una de cada dos adolescentes de 12 a 19 años que inicia su vida sexual se embaraza, dos de cada 10 en ese mismo rango de edad lo ha hecho en más de una ocasión y el 40% de los casos son embarazos no deseados. Así mismo el informe de Maternidad en la niñez, del Fondo de la Población de las Naciones Unidas (UNFPA), México ocupa actualmente el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en cuanto a embarazos en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años. Si lo anterior se combina con un sistema de protección social deficiente, aumenta nuestra probabilidad de reproducir un patrón de pobreza intergeneracional. La maternidad o paternidad voluntaria en la juventud no deberían constituir un riesgo para nuestro desarrollo, o una oportunidad perdida para la sociedad, debería ser una opción y un derecho inalienable. Nayeli Yoval Segura 10 de julio de 2014 Día mundial de la población 2014 “Invertir en Juventud” El empleo es otro gran ejemplo de cómo se reproducen factores profundos de desigualdad ya que una proporción significativa es no remunerado, informal y/o precario, lo cual es una amenaza contra la dignidad de los jóvenes. Un ejemplo de ello son los 4.4 millones de jóvenes que se cuenta que no estudian o trabajan, 76.7% son mujeres que en su mayoría (casi tres millones) realizan trabajo doméstico y tareas de cuidado”, es decir, sí trabajan pero de manera no remunerada. Por tanto, no basta con que las y los jóvenes accedamos al mercado laboral, es fundamental que éste nos permita sustentar proyectos personales, de autonomía y emancipación. Inversión social en juventud Distintos organismos a nivel internacional entre ellos la CEPAL, han insistido en los últimos años en la importancia del aumento en la inversión social destinado a la disminución de las brechas de desigualdad y en el fortalecimiento de las cadenas productivas de alta calidad. Es decir, el aumento en la inversión social no es ninguna novedad, lo que sí puede ser una manera distinta de mirar y entender la inversión, es establecer compromisos nacionales y regionales sobre la inversión en juventud, que en el mediano plazo mejoren la calidad de vida de la población en general. Sin embargo, es necesario identificar los puntos clave para que esa inversión en juventud verdaderamente sea una estrategia detonadora de desarrollo económico y social para el país y la región. Los siguientes elementos son propuestas para ubicar los principales desafíos y posibles estrategias que permitan avanzar en una estrategia exitosa de inversión social en juventud: Inversión social para disminuir las brechas desigualdades entre los mismos jóvenes. Es decir, todos los estudios en materia de juventud en América Latina y el Caribe demuestran que la generación actual de jóvenes está marcada por una grave desigualdad. La desigualdad más que entre generaciones, sucede al interior de la generación, provocando graves riesgos para la cohesión social y el desarrollo económico. En este sentido la inversión debe priorizar a las poblaciones más excluidas entre las juventudes. Necesitamos hacer énfasis en la inversión como un mecanismo que nos permita visibilizar a las poblaciones más marginadas: Mujeres jóvenes, jóvenes indígenas, jóvenes afrodescendientes y jóvenes de la diversidad sexual y terminar con los ciclos de desigualdad estructural. Para ello es necesaria la transformación de los programas sociales asistenciales para fortalecer la ciudadanía de las personas beneficiarias, principalmente mujeres pobres e indígenas. Inversión en la coordinación de las políticas de juventud, transparencia y rendición de cuentas. El gasto público destinado a la juventud que se ejerce de manera desarticulada es dinero que Nayeli Yoval Segura 10 de julio de 2014 Día mundial de la población 2014 “Invertir en Juventud” pierde eficacia y disminuye su impacto. Es fundamental establecer mecanismos institucionales que permitan articular el gasto público destinado a la juventud en estrategias nacionales de mediano y largo plazo. Necesitamos ubicar en las distintas instituciones del gobierno los recursos que impactan en la vida de las personas jóvenes y que éstos estén coordinados en una sola estrategia nacional y transversal. México ya ha dado un primer paso a través de la “etiquetación” de los recursos públicos en la elaboración del Presupuesto de Egresos de la Federación, esto nos ha permitido acercarnos a conocer los montos destinados a la juventud pero también ha hecho visible la desarticulación del gasto público. Además del aumento a la inversión en juventud es necesario establecer mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, que permitan que el monitoreo de los recursos públicos sea una realidad que permita fortalecer el combate a la corrupción, garantizar la eficiencia del gasto público y promover la participación juvenil. La igualdad sustantiva es un horizonte al que aún nos hace falta llegar y debe estar imbricada en el desarrollo de las políticas de población, así como la mejora sustancial en la distribución de los recursos públicos y la rendición de cuentas. Inversión social para una generación saludable. La morbimortalidad juvenil se encuentra marcada por una serie de factores prevenibles. La prevalencia del embarazo adolescente, la transmisión del VIH y otras ITS, el uso problemático de drogas e incluso la violencia se encuentran vinculadas a factores de riesgo potencialmente prevenibles. Una generación saludable es indispensable para disminuir la carga en los sistemas de seguridad social y puede aumentar susceptiblemente los niveles de productividad de los países. Por tanto, es importante señalar los desafíos urgentes en torno a Salud • Garantizar el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva integrados e integrales, con énfasis en la disminución de la muerte materna, aumentando la atención obstétrica y la mejora de la atención prenatal. • Establecer estrategias como la institucionalización de la educación integral en sexualidad para la prevención del embarazo adolescente principalmente en edades tempranas (10 a 14 años). • Acceso a anticonceptivos modernos considerando a jóvenes no unidos y la incorporación de la prevención y atención del VIH en estos servicios. • La atención del aborto como un problema de salud e injusticia social, dado el incremento de la denuncia y encarcelamiento de mujeres por esta causa. Inversión social para la consolidación de la democracia. La actual generación de jóvenes es la primera en América Latina que haya nacido en la democracia, Nayeli Yoval Segura 10 de julio de 2014 Día mundial de la población 2014 “Invertir en Juventud” en este sentido es fundamental consolidarla a través de la participación de las y los jóvenes en los asuntos públicos. Es necesario invertir en la juventud como vía para asegurar condiciones sociales que permitan explotar la agencia juvenil, entendida como la combinación de capacidades y libertades. Invertir en la organización y participación juventud es invertir para garantizar cohesión social, que no es otra cosa que paz, seguridad, desarrollo, respeto a la diversidad y a los derechos humanos Si logramos hacer que converjan inversión necesaria y efectiva con juventud, aseguramos una vía para la profundización de la democracia. Inversión social en juventud de cara al envejecimiento de la población. En las próximas décadas la población dependiente aumentará de manera considerable. Es fundamental rediseñar los sistemas de seguridad social, que atiendan las nuevas dinámicas del mercado y multipliquen las aportaciones de las y los jóvenes trabajadores que hasta ahora han sido excluidos por el mercado informal de trabajo o la precarización del mismo. Esto no es más que dimensionar el costo de las omisiones, pues lo que no logremos hacer hoy lo tendremos que hacer en el futuro; en un escenario totalmente desfavorable. Se trata de entender que la inversión en juventud, es en realidad una inversión en la población en general no se pueden postergar decisiones, el momento es ahora. En conclusión… Como dije al inicio, esta es una gran oportunidad: 40 años de la LGP, 20 de la Conferencia de Población de El Cairo. Estamos en el umbral de un renovado compromiso con las políticas de población, el Consenso de Montevideo, firmado por nuestro país el año pasado, es una gran muestra de ello y nos brinda elementos sólidos para orientar las políticas de población que garanticen los derechos de las personas, los derechos sexuales y reproductivos y las necesidades diversas de las personas. Es en el mismo Consenso en el que los países, incluido México coinciden en que el bono demográfico constituye una oportunidad única para la inversión social en adolescencia y juventud, inversión imprescindible para el desarrollo sostenible en sus tres pilares: social, económico y ambiental; sin embargo, este bono se agota, el cambio en la estructura por edad de la población impactará los estilos de vida, las relaciones humanas, las pautas de consumo, la inversión, el ahorro y las demandas sectoriales, en gran parte por el aumento significativo de la proporción de personas mayores en las próximas décadas. Así que, insisto, el momento es ahora. ¡Muchas gracias!