Cáncer de la Vesícula Biliar Xabier de Aretxabala, Fernando Maluenda Resumen El cáncer de la vesícula biliar constituye en Chile la principal causa de muerte oncológica en la mujer. De los factores asociados, la presencia de cálculos es el más importante, observado en más del 90% de los pacientes. La mayoría de los pacientes son detectados luego del examen de la pieza de colecistectomía. El diagnóstico mediante imágenes es factible solo en tumores avanzados. En cuanto a la evaluación de los pacientes, el nivel de infiltración del tumor en la pared vesicular, es el método más certero para predecir el pronóstico de los pacientes. La cirugía es el único método terapéutico curativo cuando se efectúa en pacientes en estadios tempranos de la enfermedad, principalmente aquellos con invasión de la túnica mucosa o muscular. En tumores avanzados solo es factible la paliación. Posiblemente la colecistectomía en pacientes con enfermedad litiasica es la principal forma de prevenir la enfermedad. Summary Departamento de Cirugía HCUCH Gallbladder cancer is the first cause of death by malignancies among women in Chile. Of the associated factors, stones is the most common, observed in more than 90% of patients with Gallbladder Cancer. Majority of patients with early lesions are detected after the pathological exam of cholecystectomy specimen while detection by images such as ultrasonogram or computerized tomography is mainly performed in advanced tumor with low chance of survival. R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 5 Level of tumor infiltration in the gallbladder wall is the best method to classify patients allowing to know the prognosis from the cholecystectomy specimen. Surgery is the only curative treatment, mainly when it is performed in patients with small lesions such as mucosal or muscular tumors. In advanced tumors, only palliation is possible. Probably, cholecystectomy in patients with gallstones disease is the best way of preventing the disease. Introducción El Cáncer de la vesícula se caracteriza por ser un tumor de mal pronóstico y diagnóstico tardío (1,2,3). En Chile este tumor se observa con gran frecuencia siendo la principal causa de mortalidad por causa oncológica en la mujer (4). En Chile, el problema ha sido reconocido desde hace años, Garreton Silva en 1931, describió una serie de 350 pacientes portadores de una colecistitis aguda de los cuales cuatro presentaban degeneración maligna, demostrando de este modo que esta enfermedad siempre ha presentado una incidencia importante (5). La colelitiasis representa el factor asociado de más importancia, esta asociación se presenta en prácticamente todos los casos mientras que dicha asociación es cercana al 70% en países como Japón (2,6,7,8). La asociación entre litiasis y cáncer vesicular sería explicada por el efecto de cuerpo extraño que el cálculo tendría sobre la mucosa vesicular promoviendo cambios regenerativos sobre los cuales podría actuar el factor cancerígeno. Otro factor ampliamente relacionado al desarrollo tumoral, es el ser portador del bacilo tífico. En la India, se reporta la presencia del bácilo tífico en el 16% de los pacientes portadores de un cáncer de la vesícula biliar comparado a un 2.5% en pacientes portadores de colelitiasis (9). En un estudio realizado en 3 hospitales de la novena región de Chile se encontraron cultivos positivos bacterianos en el 22.5% de mujeres y en el 28.5% de 6 h o m b r e s s o m e t i d o s a c o l e c i s t e c t o m í a (10). La E Coli fue la bacteria mas frecuentemente encontrada (51%), siendo posteriormente el streptococo (24%) y el enterobacter sp con un 9%. En este estudio, salmonella fue aislada en solo 4 casos lo que corresponde al 0.7% del total de pacientes. La presencia de anormalidades anatómicas en la unión pancreato biliar representa otra entidad tradicionalmente relacionada al desarrollo de neoplasias no solo de la vesícula biliar sino que de todo el árbol biliar (11) . La patogenia mas aceptada para esta asociación seria debido a la existencia de reflujo pancreático en el árbol biliar y la vesícula. Esto llevaría a la estimulación e irritación de la mucosa con el posterior desarrollo de metaplasia intestinal como primera etapa en el proceso de carcinogénesis. La existencia de una vesícula en porcelana ha sido largamente asociada a un cáncer de la vesícula biliar. Esta relación fue primeramente descrita en 1951 (12) . La calcificación de la pared de la vesícula podría ocurrir en dos formas: Calcificación difusa de la pared de la vesícula remplazando a la túnica muscular en toda su extensión acompañado de pérdida del epitelio e infiltración fibrosa. La segunda modalidad corresponde a la infiltración focal de la mucosa. En un estudio reciente se analizó esta relación en 150 pacientes portadores de un cáncer de la vesícula biliar encontrándose que la frecuencia de cáncer de la vesícula biliar en una serie de pacientes con calcificación de la vesícula era de 5%. Por otra parte en aquellos con depósitos focales en la pared la existencia concomitante de un cáncer de vesícula es de 7%. (2/27). De este modo, los pacientes con calcificación vesicular tendrían un riesgo 14 veces superior de desarrollar una cáncer de la vesicular (13). Posiblemente, la anterior asociación está basada en R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 que los pacientes con calcificación en la pared vesicular constituyen un grupo de pacientes con litiasis de larga data. La presencia de un pólipo vesicular representa un diagnóstico común pudiendo corresponder a un pólipo de colesterol, un adenoma o una lesión neoplásica. En términos generales los pólipos de colesterol podrían ser caracterizados por su tamaño, aspecto ecotomográfico y número. Solo la presencia de múltiples lesiones podría dar cierto grado de seguridad como para realizar la observación de los pacientes, siendo indicada la resección en los demás casos (14). El tamaño del pólipo podría también considerarse como un factor importante en la evaluación de un paciente. Existe consenso de que un pólipo de un tamaño mayor de 10 mm tiene indicación quirúrgica dada su mayor posibilidad de que represente una neoplasia (15,16). Diagnóstico El diagnóstico de lesiones tempranas de este tipo de tumor seria la clave para obtener largas sobrevidas. Desafortunadamente los métodos de imágenes tradicionalmente empleados, son capaces sólo de detectar lesiones que en su mayoría representan estados avanzados de la enfermedad. Contribuyen a esta baja sensibilidad, la presencia de litiasis vesicular y de alteraciones inflamatorias crónicas hechos que dificultan considerablemente la observación meticulosa de la pared vesicular. Por otra parte, de nuestra serie de pacientes portadores de tumores potencialmente resecables, un 54% poseían lesiones planas e inaparentes, que incluso no fueron reconocidas por el patólogo durante el examen de la pieza macroscópica. Estos hechos explican la dificultad que representa el diagnóstico de lesiones tempranas en Cáncer Vesicular (17-19). El empleo de marcadores tumorales podría, en teoría, representar otra alternativa de diag- nostico precoz en estos tumores (20). Sin embargo, los resultados de estudios muestran la necesidad de poseer determinada masa tumoral para obtener resultados positivos. Este hecho significa que su utilidad actual sería preferentemente en el diagnóstico de malignidad de lesiones ya detectadas por algún método de imágenes . Etapificación De los sistemas de clasificación actualmente en uso, la propuesta por Nevin fue posiblemente la más utilizada durante largo tiempo. Sin embargo creemos que esta clasificación posee algunos inconvenientes que la hacen poco práctica (21). La clasificación propuesta por la AJCC ha llegado a constituirse en la clasificación estándar y más comúnmente empleada. Se basa fundamentalmente en el nivel de invasión del tumor en la pared de la vesícula, considerando a los ganglios linfáticos como un elemento secundario.(Tabla 1) F actores PPronósticos ronósticos La identificación de factores pronósticos en el cáncer de la vesícula biliar es de importancia ya que permite distinguir de entre un mismo grupo, aquellos pacientes que poseen un peor pronostico (18,22) . Este hecho es especialmente importante en aquellos pacientes con un tumor potencialmente resecable. En un estudio reciente realizado por nuestro grupo destacaron como factores independientes relacionados a un mal pronóstico, un pobre grado de diferenciación, y un tipo macroscópico plano (Observaciones no publicadas). De igual modo la edad del paciente seria importante, así el grupo de pacientes con una edad menor a 40 años portadores de un cáncer de la vesícula se asociaría a un peor pronóstico comparado al grupo de pacientes de mayor edad(23,24) . R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 7 Tabla 1 TNM Tumor primario (T) · TX: Tumor primario no puede evaluarse · T0: Sin evidencia de tumor primario · Tis: Carcinoma in situ · T1: Tumor invade la lámina propia o muscular - T1a: Tumor invade lámina propia - T1b: Tumor invade la túnica muscular · T2: Tumor invade el tejido conectivo perimuscular · T3: Tumor perfora la serosa y/o directamente invade el hígado y/o otro organo adyacente, tal como el estómago, duodeno, colon, páncreas epiplón o via biliar extrahepática. · T4: Tumor invade la vena porta principal o la arteria hepática o múltiples órganos y/o estructuras extrahepáticas. Ganglios Extrahepáticos (N) · NX: Los gánglios regionales no pueden evaluarse · N0: No hay gánglios regionales · N1: Metátasis a ganglios regionales Metástasis a distancia (M) · MX: No pueden evaluarse metástasis a distancia · M0: No hay metástasis a distancia · M1: Metástasis a distancia AJCC Etapificación Etapa 0 · Tis, N0, M0 Etapa I A · T1, N0, M0 Etapa I B · T2, N0, M0 Etapa II A Vías de diseminación La diseminación linfática y hemática constituyen las dos principales formas de diseminación de este tipo de tumores(25,26). El grado de infiltración linfática es directamente proporcional al nivel de infiltración en la pared de la vesícula. El primer ganglio comprometido es el ganglio cístico desde donde la diseminación tumoral compromete las estructuras linfáticas ubicadas alrededor del pedículo hepático. Seguidamente, el compromiso ganglionar compromete aquellos ganglios ubicados en el área retropancreática como también los localizados alrededor de la arteria hepática. Posterior a alcanzar este nivel de invasión las siguientes estructuras comprometidas son los ganglios ubicados a nivel para aórtico. La invasión hemática por parte del tumor ocurre mediante dos vías. La existencia de venas que comunican directamente la vesícula y el parénquima hepático posibilita la infiltración directa del área del lecho vesicular mientras que la invasión portal por parte del tumor, determina la invasión difusa del parenquima hepático. Otras vías de diseminación de este tumor son la transcelómica, por contigüidad y la endoluminal. La vía endoluminal es responsable de la diseminación en pacientes con formas precoces del tumor. Tr a t a m i e n t o La única posibilidad terapéutica en Cáncer de la Vesícula biliar se ha obtenido mediante la resección completa del tumor antes de la existencia de diseminación. Con el objeto de analizar las diferentes estrategias, es conveniente evaluar los diferentes tipos de tratamientos basados en el grado de desarrollo tumoral para lo cual consideramos al nivel de invasión de la pared como método de etapificación. · T3, N0, M0 Etapa II B · T1, N1, M0 · T2, N1, M0 · T3, N1, M0 Etapa III · T4, cualquier N, M0 Etapa IV · Cualquier T, Cualquier N, M1 8 R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 Tumores in situ o con invasión mucosa: Este tipo de tumores se caracterizan por poseer una lesión limitada al epitelio vesicular o a la mucosa. De este modo la posibilidad de diseminación de este grupo de tumores es prácticamente nula a pesar de la existencia de reportes aislados de pacientes con diseminación a distancia. Posiblemente la invasión de los senos de Rokitansky Aschoff puede permitir la rápida invasión de estructuras profundas en la pared de la vesícula. En general, la sobrevida a 5 años es superior al 90% por lo que consideramos que la colecistectomía simple representa la alternativa terapéutica de elección (1,3). Tumores con invasión de la túnica muscular: Este grupo de pacientes posee aún un muy buen pronóstico independiente del tratamiento que se efectúe. La sobrevida global de estos pacientes es de alrededor del 80% a 5 años (27). La conducta a adoptar en estos pacientes es variable existiendo grupos que recomiendan la ejecución de cirugía radical, mientras otros piensan que la simple colecistectomía es suficiente como tratamiento (8,17,28). T umores con invasión de la subserosa Este es posiblemente el grupo de pacientes en los que la ejecución de algún tipo de cirugía adicional a la colecistectomía tendría el mejor rendimiento. La sobrevida de los pacientes tratados con simple colecistectomía en este grupo de pacientes fluctúa entre un 30 a 40% a los 5 años de seguimiento (7,17). Esta baja sobrevida, hace necesario la adopción de algún tipo de terapia adicional a la simple colecistectomía con la intención de alterar la historia natural de la enfermedad. Tanto del análisis de la bibliografía existente como de nuestros propios resultados es factible conocer que la mayoría de los reportes muestran un efecto beneficioso de la realización de cirugía radical en este grupo de pacientes (17,28). La cirugía tradicionalmente efectuada, consiste en la linfadenectomía del pedículo hepático asociado a la resección del los segmentos hepáticos IV b y V. Previo a la ejecución de la resección es necesario la etapificación de la enfermedad con el objetivo de descartar compromiso tumoral mas allá del área a resecar. Con esta finalidad efectuamos estudio de ganglios para aorticos y retropancreáticos los que de estar comprometidos dejan al paciente fuera de toda posibilidad terapéutica. De igual modo la infiltración directa de estructuras del pedículo hepático tales como la vía biliar o la vena porta son signos de irresecabilidad. T umores con invasión serosa En términos generales, este grupo de pacientes posee un mal pronóstico independiente del tratamiento a efectuar (17,18) . Aún cuando la cirugía no ha mostrado evidencias objetivas de mejorar el pronóstico de este grupo de pacientes, pensamos que frente al paciente en particular es necesario brindarle la posibilidad de la resección. Sobrevida en este grupo es solo observada en casos aislados de pacientes sometidos a amplias resecciones, necesitándose de estudios prospectivos que contribuyan a conocer el rol de la cirugía en esta particular categoría de pacientes. Técnica Quirúrgica Mediante una laparotomía sub costal derecha o bilateral se aborda la cavidad abdominal. La primera etapa de la intervención es la disección de los ganglios para aórticos. Mediante una amplia maniobra de Kocher se disecan los ganglios para aórticos enviándose a estudio biópsico. En caso de que estos sean informados como positivos, la interven- R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 9 ción es concluida. Posteriormente se extirpa en block la totalidad del peritoneo parietal pre renal debido a que este es un lugar potencialmente comprometido. Seguidamente, se diseca el pedículo hepático, disecando en block la totalidad de los ganglios existentes a ese nivel. El límite inferior de la disección son los ganglios localizados en la región retropancreática con especial importancia aquellos ubicados en el ángulo coledoco duodenal. El límite proximal de la disección corresponde a la placa hiliar. Como complemento a la disección del pedículo hepático efectuamos también la disección de la arteria hepática común hasta las cercanías del tronco celiaco. La resección de la vía biliar, constituye un procedimiento en ocasiones asociado a la cirugía radical. Su indicación se basa en la posibilidad de resecar focos de infiltración a ese nivel. Su rol es sin embargo discutido debido a la presencia de extensas redes linfáticas y perineurales alrededor de los restantes elementos de pedículo. Solo la realización de un estudio prospectivo randomizado podría resolver esta interrogante. Posterior a la disección ganglionar, realizamos la resección de los segmentos V y porción anterior del IV. El tejido hepático es demarcado y luego de realizar el clampeo del pedículo hepático procedemos a la transección del parénquima. Normalmente realizamos clampeos de 15 minutos de duración con 5 minutos de descanso entre ellos. Conocido el posible efecto deletereo de las transfusiones sanguíneas, evitamos su empleo para lo que intentamos realizar la transección lo más exangüe posible. La transección del parenquima es efectuada teniendo la precaución de evitar dañar la rama anterior de la triada portal a nivel de la bifurcación entre aquella que va hacia el segmento V y VIII la cual forma el limite inferior de la transección. Con este fin proce- 10 demos a la apertura de la vía biliar y a canalizarla con la intención de mantener un constante control de ella y evitar de este modo su daño. En promedio el peso del tejido resecado es de 100 grs. Luego de la resección hepática, controlamos la hemostasie y la posible existencia de filtraciones biliares para lo que inyectamos solución fisiológica a través de la coledocostomía previamente efectuad a. E l á r e a r e s e c a d a e s a m p l i a m e n t e drenada con la finalidad de controlar la posible existencia de filtraciones biliares. El curso post operatorio de estos pacientes solo se ve alterado por la existencia de alzas en los niveles de transaminasas y disminución del tiempo de protrombina eventos ambos reversibles durante los subsecuentes días del post operatorio. T erapia Complementaria: Tanto la quimio como la radioterapia han sido extensamente empleados en el manejo de pacientes portadores de un cáncer de la vesícula biliar. Desafortunadamente, la mayoría de las series existentes incluyen pequeños números de pacientes no bien estratificados lo que hace muy difícil la obtención de conclusiones (29,30,31). El uso de radioterapia complementaria se basa fundamentalmente en la alta probabilidad de tener tumor residual microscópico o macroscopico posterior a la resección del tumor. De igual modo, el análisis de los patrones de recurrencia en paciente portadores de un cáncer de la vesícula biliar demuestra que en la mayoría de los pacientes esta es de tipo locoregional. Lamentablemente, la baja frecuencia de la enfermedad en otras áreas del mundo, hace difícil la realización de series prospectivas con el fin de conocer el verdadero valor de esta forma de tratamiento. El empleo de radioterapia asociada a 5 FU como sensibilizador previo a la ejecución de R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 cirugía radical representa una interesante alternativa, con el objeto de esterilizar áreas que luego serán disecadas. Desafortunadamente su empleo no se ha asociado a una mejor sobreviva (31). La quimioterapia ha sido preferentemente empleada como paliación en estos pacientes. La mayoría de las series emplean al 5 FU como droga principal con respuestas de aproximadamente 10 a 20% pero sin observar cambios significativos en la cur va de sobrevida. De igual manera, la combinación de drogas asociadas al 5 FU no ha mejorado el pronóstico comparado al 5 FU solo. El empleo de quimioterapia como adjuvante ha sido aun mas controversial, y no existen pruebas sólidas que apoyen su empleo (32). El empleo de la gemcitabina ha renovado el interes por el uso de quimioterapia en estos pacientes (33) . Su empleo en cáncer de páncreas, ha mostrado actividad como agente único en pacientes con enfermedad metastásica o localmente avanzada. De igual manera, esta droga ha sido también empleada en el tratamiento del colangiocarcinoma. En una serie de 24 pacientes, 4 presentaron remisiones parciales y 8 tuvieron enfermedad estable. Otra serie reportada por Mezger (34) quien trato 13 pacientes portadores de un cáncer de vesícula y colangiocarcinoma quienes recibieron una dosis de 1000 mg/m2 semanal durante siete semanas seguido por una semana de descanso seguido luego por cursos de 4 semanas y descanso en la semana cuarta. Al final de este estudio 7 pacientes fallecieron (sobrevida media de 6 meses) mientras que 6 estaban aun vivos con una sobrevida promedio de 16 meses. Castro (35) presentó la primera evidencia del efecto de esta droga en una paciente portadora de un cáncer de la vesícula avanzado. En nuestro medio Gallardo reportó, su empleo en 25 pacientes con enfer- medad metastásica medible de los cuales un 16% sobrevivió mas de un año de seguimiento (36) . P royecciones FFuturas uturas La importancia que este tumor posee en una gran parte de los países sudamericanos, determina la necesidad de adoptar políticas tendientes a disminuir la mortalidad por esta clase de tumor. De los factores relacionados al desarrollo tumoral la presencia de colelitiasis es sin duda aquel que mas significación posee en la detección de lesiones tumorales. La realización de colecistectomía en pacientes portadores de colelitiasis representa la manera más simple de prevenir la enfermedad. Por otra parte, la mayoría de la población portadora de cáncer de la vesícula biliar ha sido sintomática durante un largo periodo lo que apoya aun mas la indicación de colecistectomía en una etapa precoz (37). Desafortunadamente, la población portadora de colelitiasis representa prácticamente el 50% de la población femenina en Chile lo que hace poco factible efectuar colecistectomía a todos los pacientes en la manera analizada. De este modo se hace necesario, la selección de pacientes que posean un mayor riesgo de desarrollo de la enfermedad o que presenten formas tempranas de ella. De acuerdo a un estudio reciente, el periodo de tiempo requerido para que la enfermedad progrese desde displasia hasta un cáncer avanzado sería de aproximadamente 15 años (38). Sería justamente la detección de pacientes en este periodo nuestro objetivo, debido a que la simple colecistectomía seria terapéutica. El futuro del manejo de esta patología posiblemente se basara en la caracterización genética de la población portadora de un cáncer vesicular. De esta manera, se podrá R evista Hospital Clínico Universidad de Chile Vol. 16 Nº1 año 2005 11 tanto conocer el genotipo de estos pacientes y como modularlos genéticamente. Posiblemente sea esta la forma futura de enfrentar esta patología y así revertir el panorama actual. R eferencias 12. Kazmierski RH, Primar y adenocarcinoma of gallbladder with intramural calcification. Am J Surg 1951; 82: 248-50 13. Stephen AE, Berger DL. Carcinoma in the porcelain gallbladder: A relationship revisited. Surger y 2001; 129: 699-703 14. Shinkai H, Kimura W, Muto T. Surgical indications for small polypoid lesions of the 1. Aretxabala X, Roa I , Burgos L. Cáncer de la vesicula biliar. Algunas consideraciones. Rev Méd Chile 1996; 124: gallbladder. Am J Surg 1998; 175: 114-17 15. Choi W-B, Lee S-K, Kim M-W, Seo D-W, Kim D-I et al. 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