Situación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes del Área Metropolitana de San Salvador ante el desplazamiento forzado a causa de la violencia generalizada. La vulnerabilidad de la niñez y la adolescencia en el contexto de desplazamiento forzado a causa de la violencia generalizada se vuelve cada vez más grave en El Salvador. Según el informe de UNICEF “Hidden in Plain Sight” El Salvador ha sido catalogado como el país más mortífero en el mundo en donde se asesinan más niños per cápita que en ningún otro país. Ante esta situación miles de familias están siendo obligadas a dejar su lugar de origen ante las constantes amenazas por parte de grupos delictivos que en su mayoría son pandillas y en caso menor agentes del Estado. El Consejo Noruego para los Refugiados reveló en su informe “Global Overview 2015: People internally displaced by conflict and violence” que en el año 2014 en El Salvador hubo un total de 288,900 personas que huyeron de sus hogares debido a la violencia. Esto representa un 66% de los 436,500 desplazados en la región de América Central. Las amenazas o hechos de violencia dirigidos a una sola persona afecta a todo el grupo familiar incluyendo a niños, niñas y adolescentes que deben dejar sus hogares rompiendo el tejido social de sus comunidades. Los NNAJ son víctimas directas de hostigamiento, amenazas y violencia por parte de los actores criminales. Las exigencias de las pandillas a que los NNAJ colaboren en hechos delictivos, el reclutamiento forzoso, la exigencia a las jóvenes para servicios sexuales a los líderes de las pandillas y las amenazas directas en contra de sus vidas evidencian las múltiples violaciones a sus derechos humanos. Es en este contexto que los NNAJ se han visto obligados, en la gran mayoría de los casos por amenazas concretas y explícitas a sus vidas o a la vida de un miembro de su familia, a huir de sus comunidades implicando el abandono de sus viviendas, la deserción escolar, la desintegración familiar, el desempleo y se exponen ante una situación de vulnerabilidad acentuada en el ámbito social y económico. La situación descrita se agrava con los niveles de impunidad debido a la falta de medidas de protección estatales para las víctimas de amenazas y de desplazamiento forzado. Además, las víctimas enfrentan obstáculos considerables en el acceso a la justicia, ya sea por la misma situación de inseguridad y amenazas por las pandillas; o por la intimidación por parte de los funcionarios, especialmente cuando se trata de casos de abusos de autoridad. De esta manera, con las características de ser joven y habitante de zonas de riesgo, los NNAJ que residen en dichas zonas se encuentran en doble riesgo de tener sus derechos violentados tanto por la falta de protección de los actores armados no estatales como por parte de las mismas autoridades y, de esa manera, son los más afectados y expuestos a la situación general de inseguridad, violencia e impunidad. Pese a esta situación, el Estado salvadoreño no ha reconocido formalmente que cientos de miles de familias salvadoreñas están siendo desplazadas forzosamente por actores criminales. Es solamente hasta este año que se ha comenzado a debatir sobre una política que contemple ayudar a las personas desplazadas forzosamente, sin embargo las acciones siguen estando al margen de la realidad. No existe ninguna institución del Estado que sea el punto de referencia para dar una respuesta humanitaria a las víctimas de desplazamientos forzados. Tampoco existen programas para ayudar a las familias a reclamar justicia contra los perpetradores de la violencia. Las víctimas reciben ayuda de protección sólo si aceptan testificar contra los delincuentes y únicamente mientras el caso está activo. Debido a la renuencia e incapacidad del Estado en tomar acciones concretas ante la problemática de desplazamiento forzado, las Organizaciones de la Sociedad Civil han comenzado a intervenir brindando apoyo psicológico, legal y de albergue a las familias que han sido afectadas por el desplazamiento forzado y han empezado a visibilizar la problemática ante organismos internacionales. La Fundación Ideas y Acciones para la Paz, Quetzalcoatl realiza una investigación, con el apoyo de terre des hommes-Alemania, sobre la situación de NNAJ que han sido sobrevivientes del desplazamiento forzado a causa de la violencia en el Área Metropolitana de San Salvador, del cual un componente testimonial especifico de NNAJ fue agregado al informe que ha presentado la Mesa de Sociedad Civil sobre Desplazamiento Forzado por Violencia y Crimen Organizado en El Salvador ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Organizaciones de la Sociedad Civil acuden a la CIDH para visibilizar el desplazamiento forzado a causa de la violencia generalizada en El Salvador. El lunes 19 de octubre de 2015, La Mesa de Sociedad Civil sobre Desplazamiento Forzado por Violencia y Crimen Organizado de El Salvador integrada por Red para las Migraciones – El Salvador REDMIGRES, Servicio Social Pasionista SSPAS, Grupo de Monitoreo Independiente de El Salvador GMIES, Instituto de Derechos Humanos de Universidad Centroamericana IDHUCA, Universidad Tecnológica de El Salvador UTEC, Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho FESPAD, Fundación CRISTOSAL, Cruz Roja Salvadoreña CRS, Iglesia Anglicana de El Salvador, Iglesia Luterana de El Salvador, Misioneros de San Carlos Scalabriniano SIMN y American Friends Service Committee AFSC sostuvo una audiencia temática llamada “Situación de violencia y desplazamiento interno en El Salvador” ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Durante la audiencia la parte peticionaria expuso la grave situación que viven miles de familias salvadoreñas afectadas por el desplazamiento forzado a causa de la violencia generalizada y la falta de protección eficaz por parte del Estado. Asimismo, la Mesa de Sociedad Civil sobre Desplazamiento hizo un llamado al Estado salvadoreño para generar medidas legislativas de protección a víctimas ya que hasta el momento la problemática de desplazamiento forzado ha sido ignorada por el Estado salvadoreño. Por su parte, el Estado salvadoreños manifestó que han sido múltiples los intentos de diferentes gobiernos para combatir la violencia y que hasta el 2009 sólo se había priorizado el aspecto punitivo, pero que a partir de su nuevo plan “El Salvador seguro” los esfuerzos están enfocados en la prevención. Igualmente indicó que se ha creado la Dirección de Atención a Víctimas reconociendo la necesidad de acceso a la justicia de la población y los desafíos en materia de seguridad. De esta manera, el Estado salvadoreño se comprometió a fortalecer las políticas de seguridad ciudadana en el país. Finalmente, las comisionadas del Sistema Interamericano de Derechos Humanos solicitaron al Estado salvadoreño datos sobre métodos de recopilación de estadísticas del desplazamiento forzado y expresaron su preocupación ante la tipificación de las pandillas como terroristas teniendo en cuenta la implicación de los menores de edad en materia de derechos humanos y de la niñez.