“Dar a cada uno lo suyo” Lema mes de marzo 2015 La razón por la que este mes abordamos la fortaleza para la JUSTICIA es porque ésta es junto al AMOR una virtud que permite al hombre avanzar en el camino hacia la VERDAD. Para el Papa Juan Pablo II la justicia es el servicio al hombre. Practicar la justicia debe ser un compromiso para un cristiano. La debe vivir con generosidad. Pero alcanzar esa meta, ese cambio de mundo en uno que sea más justo y más fraternal, sólo se consigue si cada uno nos creemos que eso es posible, y cada uno ponemos nuestro grano de arena para que sea realidad. Es una tarea de toda la sociedad y por ello, también de los cristianos, que poco a poco vayamos creando estructuras que devuelvan al hombre lo que otros le han quitado. Que se le reconozcan todos sus derechos de ser humano, y que ningún ser humano tiene derecho a quitárselos. Pero, ¿Sabemos qué es la JUSTICIA? 1. Definición de justicia La justicia es el equilibrio de la balanza, es la igualdad entre todos los hombres que formamos la humanidad y es el disfrute de todos los recursos naturales, es romper la diferencia entre ricos y pobres, negros y blancos, los del norte y los del sur, los hombres y las mujeres,… en definitiva, es DAR A CADA UNO LO SUYO. 2. Punto de partida de la justicia: “el otro” Lo primero que hemos de descubrir es por dónde empezar para que esto de la Justicia no sea pura poesía y palabras que queden muy bonitas sobre el papel. Y yo creo que el primer paso que hay que dar es el de diferenciar la justicia del resto de virtudes. La diferencia fundamental que se me ocurre es que si la verdad y el amor que hasta ahora hemos trabajado son una tarea de cada uno, un compromiso personal de nuestro folleto del PPV, la justicia le da la vuelta a la cosa, porque ya no se trata de vivir esta virtud como algo mío, algo que yo pueda hacer sólo. Para vivir la Justicia necesito del otro, a quien yo tengo que practicarle la virtud de la justicia, a quien yo le tengo que dar lo que le corresponde. Lo que me pertenece a mí, pero también lo que le corresponde a él. Ser Justo significa reconocer “al otro” como semejante a mí, como igual que yo, y nunca menos de lo que soy yo, es decir, estar dispuesto a respetar al otro por ser persona. 3. Pero, ¿quién es “el otro”?. Relaciones de justicia. Me recuerda esta pregunta a la misma que un día le dirigieron a Jesús, diciéndole: Pero ¿quién es mi prójimo? Creo que habría que entender al otro como: 1. LA COMUNIDAD, EL GRUPO. Por tanto la familia, el colegio, el equipo de deporte, la pandilla de los amigos, la Iglesia, la Comparsa de Moros y Cristianos, la empresa, las instituciones,…. 1 Sabemos que estamos practicando la justicia a nivel comunitario cuando las formas de relación entre los hombres son equilibradas, es decir, que las pones en la balanza y los platillos ni suben ni bajan. Y ¿cuáles son esas relaciones que debemos equilibrar entre nosotros, entre el grupo y yo mismo? Las relaciones son las siguientes: 1. Las relaciones de los individuos entre sí, es decir, la relación que los miembros de un equipo de fútbol tenemos entre nosotros. 2. Las relaciones de los individuos con el Equipo, es decir, la relación que cada jugador tiene que tener con el Equipo y con el Club. 3. Las relaciones del Equipo con los individuos, o sea, la relación que el club y el equipo deben tener con todos nosotros. De la primera relación se deriva la JUSTICIA CONMUTATIVA y consistiría en aquella conducta que te lleva a tratar de manera digna a los demás, con respeto, sin atropellos. La segunda sería las relaciones de los individuos con el Equipo. Esta relación supondría la JUSTICIA LEGAL y que nos llevaría a cumplir todos nuestros compromisos con la sociedad o el Estado. Como por ejemplo el pago de impuestos, normas código de circulación vial, compromisos de entrenamiento y partidos a jugar,… Por último, la justicia debe de impregnar las relaciones del Equipo para con el individuo, esto es JUSTICIA DISTRIBUTIVA. B) DIOS. La justicia para con Dios es aquello que decía Jesús en el Evangelio: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. ¿Pero qué le debemos a Dios? Como a nuestros padres, las gracias por todo lo bueno que hace cada día con nosotros. Reconocer que todo cuanto nos rodea, que todo de lo que disfrutamos es un verdadero regalo suyo. Y con el mero hecho de darle gracias por su grandeza, ya hemos hecho justicia con Él. Tan sólo reconoce que lo que somos y lo que tenemos no lo hemos ganado en una tómbola, ni lo hemos merecido por ser los más guapos, sino que todo nos ha sido regalado por pura generosidad divina. 4. Pero ¿cómo hacer que la Justicia brille en este mundo y se restablezca nuevamente? “Como yo os he amado, así también tenéis que amaros vosotros, los unos a los otros”. Es tan sencillo como esforzarnos día a día en hacer aquello que nos corresponde con el fin de buscar ese equilibrio de la balanza. Y os aseguro que con el esfuerzo de todos, se volverá a establecer la justicia entre nosotros. Tan sólo un ejemplo para que lo veamos con claridad. Si soy alumno del colegio e hijo de mis padres, lo que me corresponde es estudiar porque es lo justo. Mis padres se sacrifican por la excelencia de mi educación y el colegio me la proporciona, a mí tan sólo me resta ponerme a estudiar todos los días, porque es lo que me toca y lo que me corresponde. Así se consigue la justicia. Así es como se le da a cada uno lo suyo. Preguntas para la reflexión: 1. ¿Eres justo en tus relaciones con los compañeros, en casa, o en el cole? 2. ¿Eres justo para con DIOS? 3. Señala tres ideas que te hayan gustado del texto. 2