Apuntes Historia del Arte de la antigua Edad Media 1 GRADO HISTORIA DEL ARTE [UNED] HISTORIA DEL ARTE DE LA ANTIGUA EDAD MEDIA - APUNTES TEMAS: 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11 BIBLIOGRAFIA: HISTORIA DEL ARTE DE LA ANTIGUA EDAD MEDIA (Mª TERESA G. VICARIO, ESTHER ALEGRE CARVAJAL, G. TUSELL GARCIA) TEMA 1.- EL ARTE PALEOCRISTIANO INTRODUCCIÓN La aparición y difusión del cristianismo originó el nacimiento de un nuevo arte. En un principio tenía un carácter marcadamente funerario pero se desarrolló paulatinamente hasta convertirse en el puente entre la cultura clásica y la cristina. Se desarrolló durante los primeros cinco siglos de nuestra era, distinguiéndose dos etapas por el Edicto de Milán (313). PERIODO ANTERIOR AL EDICTO DE MILAN Durante esta etapa la Iglesia no tuvo libertad de culto y los cristianos sufrieron 10 persecuciones entre los siglos I al IV. 2.1. Las domus ecclesiae y el martyrium Debido a las persecuciones tuvieron la necesidad de reunirse en casas particulares para poder practicar el culto sin ser descubiertos. En ellas tenían las reuniones dominicales, llamándose a este edificio “domus ecclesiase”. Era necesario que fuese en el comedor ya que éste era el lugar más grande de la vivienda, por lo que fue en el “triclinio” de la casa romana donde se desarrollaron. Fig. 1 ± Domus ecclesiae de Dura Europos (Siria), siglo III Otra construcción de la época es el martyrium, de planta central, que alberga la tumba de un mártir o recordaba su martirio cuando no conmemoraba algún suceso de la vida de Jesucristo. Su origen se remonta al siglo II y tendrá una amplia difusión por el Mediterráneo. 2.2. Las catacumbas y la cella memoriae Los cristianos no aceptaban la cremación de los cadáveres por lo que empezaron a utilizar los jardines de las viviendas para ser enterrados, pero a medida que la comunidad cristiana fue creciendo, finales del S.II y 2 principios del S.III se adquirieron terrenos en los arrabales de Roma siendo éste el origen de las catacumbas, dejando de utilizarse a finales del S. V comienzos del S. VI. Se descubrieron el S. XVI por Antonio Bosio y en el S. XIX continuó Juan Bautista de Rossi. En ellas se excavaron un conjunto de altas y estrechas galerías “ambulacra” en cuyas paredes se abren en sentido longitudinal unas cavidades rectangulares “loculi” cerradas con losas de mármol o ladrillos donde se depositan los cadáveres. (Fig.2) En el lugar donde se cruzaban estas galerías “cubícula” presentan un nicho semicircular “arcosolium” en el que descansaba el cuerpo de algún mártir. (Fig. 3) Las galerías se alumbraban a través de los lucernarios (chimeneas de aireación). La cella memoriae es una capilla construida al aire libre sobre las catacumbas. Entre las catacumbas más importantes se encuentran las de San Calixto, San Sebastián, Domitila, Santa Inés y Priscila. 2.3. El origen de la iconografía cristiana y su lenguaje simbólico Las imágenes más antiguas se conservan en las catacumbas. Son pinturas al fresco con un carácter marcadamente funerario a la vez que contiene un mensaje doctrinal y educativo. Entre los motivos simbólicos más frecuentes figuran: El crismón o monograma de Cristo, integrado por las letras entrelazadas X y P (dos primeras letras de su nombre en griego). Más tarde se le añadieron a los lados el alfa y omega (principio y fin de todas las cosas). La vid representa la sangre de Cristo y el pez alude a su nombre (Fig.4) También fueron utilizados el pavo real (inmortalidad), el ancla (esperanza), y la paloma llevando en el pico una rama de olivo (liberación). 3 También se representaron temas de origen pagano a los que la nueva religión les dio un contenido cristiano, fusionándose las fuentes bíblicas y paganas. (figs. 5 y 6) Otras escenas están inspiradas en temas del Antiguo y Nuevo Testamento (Noé, Isaac, Jonás…) por lo que en las paredes de las catacumbas están representados con frecuencia estos temas, al igual que la adoración de los reyes magos, el bautismo de Jesucristo y las bodas de Caná. Una de las escenas más repetidas es la del banquete, (Fig. 7) aunque su interpretación plantea determinadas incógnitas. Todas estas figuras o escenas, están realizadas en tonos pardos, rojos y verdes, y aparecen dentro de unas zonas geométricas originadas por las líneas que dividen las paredes y techos de las catacumbas. Sin figuras esquemáticas pensadas para ser descifradas sin equívocos destinadas a las comunidades cristianas. PERIODO POSTERIOR AL EDICTO DE MILAN (313) Los emperadores romanos de oriente y occidente, Constantino y Licino, se reunieron en Milán donde se redactó en el año 313 este edicto por el que se concedió la libertad de expresión a todas las religiones. Más tarde el emperador Teodosio declaró al cristianismo la religión oficial del Estado en el año 391. 3.1. La basílica paleocristiana La iglesia (ecclesia) significa asamblea o lugar de reunión por lo que se necesitaba un edificio cerrado capaz de albergar a un gran número de creyentes, escogiéndose por ello la basílica como modelo. El cuerpo principal de la construcción iba precedido por un “atrium”, patio cuadrangular porticado, con una fuente en el centro “cantharus” que daba paso al templo a través del “narthex”, nave transversal destinada a los “catacúmenos”. Solía ser de tres naves (las más importantes de cinco) siendo la central el doble de ancha que las laterales y con mayor altura, abriéndose en ella unas ventanas. Dichas naves estaban separadas por columnas unidas por arquitrabes o por arcadas. Ocasionalmente se levantaron encima los “matroneum”. La nave central terminaba en un gran arco abierto al “transeptum”. A través de unas gradas se llegaba al prebisterio o cabecera, de planta semicircular y en cuyo centro se situaba el ara o altar, cubierto por un baldaquino o “ciborium” sobre los que descansaban los restos de un mártir (confessio) y al fonfo un asiento corrido “solea o bema” para los prebisterios. Sólo el ábside está abovedado, las naves tenían una cubierta de madera plana dividida en casetones. Las mujeres se situaban en la nave lateral derecha y los hombres a la izquierda. El coro para el clero menor se encontraba en la central y a los lados los “ambones” o púlpitos. Basílica Lateranense: Donada por el emperador Constantino. Dedicada a San Juan, origen de todas las iglesias cristianas. Con cinco naves, la central más alta y ancha que las laterales, separadas por cuatro filas de columnas sobre cuyos capiteles descansaban arquitrabes. Las obras de los siglos XVII y XIX han dejado escasos vestigios de la basílica. 4 Basílica de San Pedro, Roma: Edificada hacia el 319-322 en la colina Vaticana donde fue martirizado. La construcción de la actual, hizo que fuera derruida la de la época paleocristiana. Era una basílica de cinco naves separadas por columnas, las de la nave central sustentaban un arquitrabe y las otras dos, arcos (fig.8). Tenía un transepto del que arrancaba un ábside semicircular, con el altar situado en medio de la nave central, entre el arco del triunfo y el ábside, y sobre la tumba de San Pedro (martyrium) Basílica de Santa Inés: Del año 324, presenta en las naves laterales matroneum con arquerías. Los templos construidos en el occidente cristiano se inspiraron en ésta última basílica, como puede apreciarse en: Santa María la Mayor: Tres naves edificada en tiempos del Papa Liberio y posteriormente renovada por Sixto III Santa Sabina: Tres naves, es la única que conserva su aspecto originario. (Fig.9) En la parte oriental del Imperio, se manifiesta una clara preferencia por los edificios de planta central (circular, octogonal y de cruz griega). En las cubiertas se empleará la bóveda y la cúpula sobre pechinas. Iglesia de la Natividad, Belén siglo IV: Tras la visita de la madre de Constantino a Palestina, el emperador mandó construir entre el 326 y 333 esta iglesia sobre el portal de Belén. Se siguió el modelo occidental, accediéndose a ella a través de un gran atrio que da paso a la basílica de cinco naves, que conducen a un cuerpo octogonal cubierto con cúpula situado sobre el lugar de nacimiento de Jesús. En este espacio encontramos un martyrium erigido para conmemorar su nacimiento (fig.10). Basílica del Santo Sepulcro, 325 d.C.: La mandó construir Constantino en recuerdo de la muerte, entierro y resurrección de Jesucristo. El templo, sin embargo, ha sufrido modificaciones (entre ellas las de los Cruzados). Se accedía a ella a través de un atrio, con cinco naves que terminaban en un ábside con doce columnas en su interior (símbolo apóstoles). Este ábside se levantó en el sitio dónde se encontró los restos de la cruz. Fusión de la planta basilical y central, propia del martyrium. (Fig. 11) 5 3.2. Edificios de planta central: baptisterios y mausoleos: El baptisterio formaba parte de la basílica aunque era una construcción independiente. Inspirado en los baños romanos, es de planta central generalmente octogonal. En el centro se encontraba una pila de grandes dimensiones “cuba” donde se celebraba el bautismo por inmersión. San Juan de Letrán, Roma, hacía 315 d.C.: Planta octogonal con columnas en los ángulos, doble fila de ventanas y cubierta posiblemente de madera. Baptisterio de los Ortodoxos, Rávena: Comienzos del siglo V. Planta octogonal con paredes reforzadas por arcos que descansan sobre columnas y una cúpula con mosaicos Los mausoleos son edificios de carácter funerario de planta central. (fig. 13) Santa Constanza, Roma, hacía 350 d.C.: El espacio central cubierto por una cúpula está rodeado por columnas pareadas de orden compuesto sobre las que descansa una arcada. Este núcleo lo envuelve a su vez una nave anular con bóveda de cañón. (Fig. 14) Mausoleo de Centcelles, Tarragona: Originariamente fue una lujosa villa romana. (fig. 15) 6 3.3. La ampliación de los temas iconográficos en las artes plásticas y el alejamiento del ideal clásico. Después de la Paz de la Iglesia (313) aparecieron nuevos temas iconográficos apreciándose un alejamiento de los ideales clásicos, por lo que la preocupación por la belleza pasa a un segundo plano para ganar terreno la expresividad de las formas. Destaca en la iconografía imperial la figura de Cristo dando la Ley o entronizado entre los apóstoles (Cristo majestad). Se representan de manera narrativa y realista los acontecimientos más relevantes del Antiguo y Nuevo Testamento para instrucción de los fieles. La Pasión de Cristo se limita a ciertos episodios ya que se evitó la figura del Crucificado sustituyéndose por una cruz vacía con una corona triunfal acompañada por dos soldado que montan guardia. Lo más destacado de la escultura paleocristiana es el relieve ya que en la exenta se reduce a la representación del Buen Pastor y del Cristo Doctor enseñando la Ley cristiana (fig. 16) 3.4. Los sarcófagos y sus tipologías. A partir de la Paz de la Iglesia aparecieron los primeros sarcófagos con escenas claramente cristianas del Antiguo y Nuevo Testamento. Solían ser prefabricados, es decir, los relieves de los frentes estaban terminados, pero se esbozaban los rasgos de difunto, cuyo retrato se encontraba dentro de un medallón circular o “clipeum”, en el centro de la cara anterior del sarcófago. Por lo general sólo se labraban tres de sus frentes y el cuarto se dejaba liso para adosarlo a la pared. Los relieves se pueden desarrollar en un solo friso o en un friso doble, presentando una serie narrativa seguida, aunque hay sarcófagos de columnas, con frontones y arcos alternados. Los sarcófagos “estrígiles” (motivo ornamental a base de acanaladuras sinuosas) son más sencillos. (Fig. 17ª) Suelen ser frecuentes los sarcófagos con el retrato del difunto acompañado de su familiar más cercano dentro del clípeo. Destacan el Dogmático (fig. 17b) y el sarcófago de los Dos Hermanos (fig. 17c) 3.5. Los 7 mosaicos. A partir de la Paz de la Iglesia el simbolismo fue sustituido paulatinamente por una iconografía claramente cristiana. En esta época, el mosaico alcanzó un protagonismo extraordinario, no sólo decorando los pavimentos sino también las superficies de las paredes y del ábside. Destacan los mosaicos del Mausoleo de Santa Constanza en Roma (fig.18) Los de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, el de Gala Placidia y el baptisterio de los Ortodoxos ambos en Rávena (figs. 19 y 20) 8 TEMA 2.- ARTE BIZANTINO DE LOS SIGLOS VI Y VII INTRODUCCIÓN En el año 323 Constantino traslada la capital del Imperio Romano a la ciudad griega de Bizancio (Constantinopla) hasta que en el 325 se divide el Imperio con la muerte de Teodosio. Mientras que el Imperio de Occidente sucumbe a las tribus germánicas el Imperio de Oriente sobrevive y se convierte en el más rico y poblado de los dos. Tras la caída de Roma renació el espíritu helenístico en este Imperio, transformándose en el Imperio Bizantino hasta 1453. La división del Imperio conllevó a un cisma religioso, surgiendo el Obispo de Roma (independiente de la autoridad imperial) y el Patriarca de Constantinopla que fundamente la unión de la autoridad política y espiritual en esta figura. Etapas del arte bizantino: Período paleobizantino: desde la fundación de Constantinopla hasta el siglo VI Primera Edad de Oro o Época Justinianea: siglos VI y VII Crisis iconoclasta: tiene lugar en los años 726 y 843 Segunda Edad de Oro: entre los siglos IX y XII con las dinastías Macedonia y Comnena Tercera Edad de Oro o periodo deuterobizantino: hasta el XV cuando se produce la caída de Constantinopla. 2. JUSTINIANO, EL CESAROPAPISMO Y LA IDEA DE RENOVATIO IMPERII. EL ARTE COMO EXPRESIÓN DE PODER Y PRESTIGIO. CONSTANTINOPLA, CENTRO POLÍTICO Y RELIGIOSO Con la ascensión al poder de Justiniano se abre un periodo de esplendor y estabilidad con el que incluso se recupera la idea de reconstrucción del Imperio. Para el estudio de la Primera Edad de Oro es necesario estudiar dos conceptos; el primero, es la idea de continuidad del Imperio Romano pero va unidad al triunfo del cristianismo. La religión cristiana y la herencia cultura helénica son factores esenciales en el desarrollo de las artes bizantinas. La figura del Emperador asumirá el poder temporal y espiritual (cesaropapismo), sintetizándose la religiosidad y el sentido áulico, por lo que el arte bizantino presta una especial atención a la escenografía y aparatosidad. Constantinopla se convirtió de manera indiscutible en la capital artística del momento. 3. ARQUITECTURA: NUEVAS SOLUCIONES ESPACIALES, TÉCNICAS Y ESTÉTICAS En el época de Justiniano se va a crear un nuevo modelo de templo bizantino a partir de la unión de dos tipos fundamentales: la planta centralizada y la planta basilical. Se produjo una ruptura con la tradición romana al tiempo se promovió una nueva creación que se convertiría en una tipología específica del Imperio oriental. Otra característica fundamental de la arquitectura bizantina es la forma de cubrir el espacio empleándose cúpulas de media naranja que se sustentan sobre otras de menor tamaño y altura, éstas a su vez se sustentan sobre otras tres de cuarto de esfera. Este sistema de cubrición aumenta la amplitud del templo y configura un sentido vertical y ascensional de todo el espacio interior. Se creó además un nuevo elemento que facilita la transición de un espacio cuadrado a circular: Las pechinas. 9 Se utilizaron de manera alternativa las columnas o pilares. Los capiteles de orden corintio experimentaron un proceso de esquematización, reduciéndose el tamaño de las hojas de acanto organizándose de forma lineal y esquemática en círculos o roleos. Estos capiteles se labraron la técnica de trépano. Se incorporó además un elemento nuevo, el cimacio con forma de pirámide truncada que eleva la columna y que adquirió progresivamente un gran desarrollo tanto en tamaño como en decoración. Iglesia de los Santos Apóstoles (fig. 1) No se conserva pero su esquema pervivió durante siglos y fue el antecedente de las iglesias cupuladas sobre planta de cruz griega. Con ésta planta estaba inscrita en un cuadrado y cubierta con cinco cúpulas, una el crucero y otra en cada uno de los brazos de la cruz. 3.1. LAS SOLUCIONES DE SANTA SOFÍA Y SANTA IRENE Los orígenes de Santa Sofía de Constantinopla (fig.2) se remontan al siglo IV tras la revuelta de Nika. En el 532 Justiniano mandó su reconstrucción a Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. En ella se combinan la planta basilical y la centralizada, ya que se trata de una cruz griega inscrita en un rectángulo (fig. 3). 10 Con atrio y doble nártex, unidos a un rectángulo cuyo espacio central cuadrado y demarcado por cuatro pilares, definen una centralización cubierta por una cúpula. Los cuatro pilares de grandes proporciones sirven de soporte a cuatro arcos sobre los que descansa la cúpula, sostenida por pechinas, en cuya parte baja se abren cuarenta ventanas que permiten el paso de la luz (fig.4). El gran empuje de la cúpula se contrarresta al este y al oeste mediante dos semicúpulas, una bóveda de cañón conduce a un ábside al este y a un nártex al oeste. Este núcleo está rodeado por dos plantas de naves laterales, atrio, pórtico, nártex y galerías. Exteriormente el edificio carece de decoración, y el interior estuvo cubierto en época justinianea de losas de mármol y de mosaicos. (fig. 5) Éstos desaparecieron durante la época iconoclasta, y tras la toma de Constantinopla por los turcos, la convirtieron en mezquita transformando el interior. A pesar de todo, quedó intacta su diafanidad interior, debido al gran número de vanos, pareciendo que la cúpula esté sostenida en el aire (fig. 6). Los muros de los lados norte y sur (soportes de la cúpula) son dos paramentos abiertos por ventanas en la parte superior sobre dos órdenes de arquerías que dan paso a las naves laterales y a las tribunas. La iglesia de Santa Irene es una versión reducida de Santa Sofía. (fig. 7) Edificio basilical con dos cúpulas que Justiniano manda reconstruir sobre un templo de época constantiniana anterior. Su planta es una gran nave central divido por un ancho arco en dos partes, cubierta cada una por una cúpula sobre pechinas. Ambas cúpulas son iguales en anchura pero de diferente altura. Una está levantada sobre un tambor cilíndrico con ventanas, mientras que la más baja se apoya directamente sobre los cuatro arcos. La nave central está flanqueada por naves laterales con bóvedas de arista y galerías superiores cubiertas con bóveda de cañón (fig. 8) 11 3.2. PREDOMINIO DE LA PLANTA CENTRAL: LA IGLESIA DE LOS SANTOS SERGIO Y BACO El origen de este tipo de construcciones se remonta a las construcciones paleocristianas de oriente y occidente, en especial, de los martyrium, mausoleos y baptisterios. Es un templo cuadrado con un núcleo central octogonal que alterna lados rectos y exedras. Éste se cubre con una cúpula gallonada de 16 m. de diámetro iluminada por ocho ventanas abiertas en el tambor. Se apoya en arcos sostenidos por macizos pilares con doble piso de vinos. El pórtico que precede al nártex es una adición de época turca. (fig. 9) 3.3. LA ARQUITECTURA EN EL EXARCADO DE RÁVENA Rávena se convierte en capital del Exarcado en el 540, recibiendo influencias de Oriente y Occidente. Iglesia San Apolinar el Nuevo, 493-526. (fig. 10) Construida en ladrillo, de planta basilical con tres naves, nártex y cubierta de madera. Con rica decoración aunque se perdió la del ábside. Iglesia de San Apolinar in Classe 533-536 (fig. 11) Conserva parte de su decoración de mosaicos en el ábside y en el arco del triunfo. Ambos templos presentan al exterior una torre adosada, una construcción más tardía. Iglesia de San Vital, 547-48 (fig. 12) Construida en ladrillo, presenta una planta centralizada octogonal y un deambulatorio de dos cuerpos, nártex y un solo ábside con capillas. Ocho gruesos pilares sustentan la cúpula y forman un octógono de exedras (caladas) intercalándose columnas de triples arcadas de medio punto. El deambulatorio se cubre con bóveda de arista. 12 4. EL ESPLENDOR DE LOS INTERIORES FRENTE AL EXTERIOR: PINTURA Y MOSAICO La decoración de las iglesias erigidas durante el siglo VI manifiesta el dominio de una práctica artística heredada del Imperio Romano y continuada en el periodo paleocristiano. Se emplean cubos de vidrio más ligeros y que reflejan mejor la luz alternándose con piezas opacas, cubriendo las paredes previamente con dos o tres capas de mortero. La riqueza cromática es otra característica de la musivaria (arte y técnica del mosaico) ya que transmite el brillo y fulgor inherentes además de simbolizar la luz y la divinidad que deben caracterizar los interiores. Los artífices bizantinos se convirtieron en auténticos maestros del arte musivario y fueron los responsables de transmitirlos a otras zonas geográficas y culturas artísticas. Decoración de San Apolinar el Nuevo: Tras su reconversión al cristianismo se decoró con mosaicos en tres registros horizontales. En la parte superior, sobre las ventanas, aparecen 26 paneles que ilustran la vida de Cristo, sus milagros y el ciclo de la Pasión. El espacio entre ventanas se ocupa con las figuras de profetas y patriarcas. En la zona inferior, a uno de los lados, una procesión de vírgenes que se traslada desde el puerto hasta el otro extremo de la nave, donde se representa a la Virgen y el Niño con los Reyes Magos. Enfrente hay otro cortejo, esta vez de mártires, que se dirigen en procesión encabezados por San Martín hasta el palacio de Teodorico donde se encuentra con Cristo entronizado flanqueado por ángeles. Bajo un fondo dorado, estas procesiones son el reflejo protocolario del ceremonial que se imponen en la civilización bizantina y su cesaropapismo. Está llena de convencionalismos plásticos de la estética bizantina como la ausencia de perspectiva, la rigidez de las figuras o el frontalismo de cuerpos y rostros aunque no restan majestuosidad a las escenas. También encontramos un intento de individualizar a los personajes al identificarlos con sus nombres e incorporar los atributos de cada santa en la parte superior. Éstas parecen mujeres de la corte por la riqueza de su vestuario y por las joyas que las adornan, siendo una característica de la decoración musivaria de la Primera Edad de Oro bizantina. 13 Interior de la iglesia de San Vital: Sólo se conservan los mosaicos del presbiterio, el ábside y la cubierta que datan de mediados del siglo VI. (fig. 16) Los temas son variados, provenientes del Antiguo y Nuevo Testamento. En el ábside aparece un Cristo joven, sin barba y con cabello corto, ataviado con el púrpura imperial acompañado de dos ángeles, San Vital y el obispo Eclesio. El santo viste con traje de corte y recibe la corona que Cristo le ofrece, mientras Eclesio presenta su iglesia. Se encuentran sobre una decoración vegetal florida de la que brotan los cuatro ríos del Paraíso. En el tímpano izquierdo del presbiterio la historia de Abraham recibiendo los tres ángeles dispuesto a sacrificar a Isaac, junto con Jeremías y Moisés recibiendo las Tablas de la Ley. (17) En el otro tímpano aparecen Abel y Melquisedec llevando a cabo sacrificios. En las paredes del ábside aparecen Justiniano y la Basilisa Teodora realizando ofrendas, manifestación del poder político y religioso ostentado por el Emperador bizantino. El Emperador se presenta como pontífice máximo. Justiniano se retrata con corona y halo de santidad ataviado con todos los tributos de la realeza y sosteniendo una bandeja de oro acompañado del arzobispo Maximiliano y un séquito de sacerdotes, cortesanos y guardias. (19) Todos están de pie, mirando al frente y con un fondo de oro que anula la perspectiva. Las figuras son de proporciones alargadas. Al otro lado (fig. 20) Teodora se nos muestra engalanada, vestida con una túnica púrpura bordada en su parte inferior con las figuras de los Reyes Magos. En sus manos sostiene un cáliz de oro y está acompañada de dos cortesanos y un cortejo de damas. Al contrario que en la escena de Justiniano, aparecen leves referencias al interior donde se desarrolla la escena. 17 (fig. 16) 14 (fig. 19) (fig. 20) 5. EL ORIGEN DEL ICONO Los bizantinos se referían a los iconos como las representaciones en pintura o escultura de Cristo, la Virgen, los santos o cualquier escena de la Historia Sagrada. Pronto comenzaron a circular iconos que se convierten en objetos de veneración como los retratos de Cristo y la Virgen. En el siglo VI los iconos dejan de evocar una figura para convertirse en objetos de culto y devoción. De esta época datan los iconos más antiguos procedentes del monasterio de Santa Catalina del Sinaí realizado con la técnica de la encáustica. Son pocos los ejemplares debido al posterior movimiento iconoclasta. En el siglo VIII cuando Constantinopla fue asediada por los ávaros y por los árabes se colocaron en las murallas como defensa un icono de Cristo o de la Virgen. Este uso creciente acabará desencadenando la crisis iconoclasta de mediados del siglo VIII. 6. LOS TALLERES IMPERIALES Y LOS TRABAJOS EN MARFIL Entre las manifestaciones plásticas más extraordinarias del arte bizantino destaca la eboraria (trabajos en marfil) en su mayoría relieves sobre placas de pequeño y mediano tamaño. Marfil Barberini, siglo VI (fig. 22) Su tema central refleja perfectamente el concepto de cesaropapismo. La placa central reproduce la imagen de un soberano a caballo. Las placas inferior y superior hacen referencia al reconocimiento divino y al sometimiento de los vencidos. Curiosamente esta pieza no contiene las características de otras obras bizantinas como el hieratismo o la frontalidad. Intenta hacer un ensayo de realismo en la minuciosidad que presentan ciertos detalles como la anatomía del caballo o los uniformes de las figuras; sin embargo, se ha perdido la profundidad y la perspectiva, la figura ecuestre 22 ocupa todo el espacio y no muestra proporción en relación a las otras figuras. Díptico consular de Flavius Anastasius, siglo VI: Muestra una figura expresiva y nada realista del nuevo cónsul. Destaca la precisión de la talla en muchos detalles (vestimenta, elementos arquitectónicos…) El cónsul alza una de sus manos quizás para ordenar el inicio de los juegos y carreras de caballos que habitualmente se celebraban en el Circo de Constantinopla cuanto tomaba posesión de su cargo. En otra placa 15 aparece acompañado de figuras más apropiadas de las escenas festivas como los caballos y domadores o las pequeñas bailarinas que le flanquean. Cátedra de Maximiliano (fig.23) El único de los regalos que se ha conservado de los que Justiniano enviaba a Maximiano, virrey en Rávena. Se trata de una silla realizada en marfil en la que aparece el monograma del obispo tallado en su parte delantera. 23 16 TEMA 3.- EL ARTE DEL PERIODO DE LAS INVASIONES 1. Las invasiones y la fragmentación del mapa europeo La Europa de los siglos V al VI es conocida como la de las invasiones, iniciándose cuando una serie de pueblos procedentes del norte se desplazan al mundo occidental y se asientan en los territorios del Imperio Romano de Occidente. Se trata de un periodo carente de toda unidad estilística y caracterizada por una tremenda variedad, finalizando con el reinado de Pipino el Breve fundador de la dinastía carolingia. Los pueblos bárbaros o indogermanos pueden dividirse en dos grandes ramas: Rama Teutónica o del norte Rama Goda o del sur, ostrogodos y visigodos Cada uno de estos pueblos tiene una cultura distinta, muchos de ellos romanizada, así como distinta religión. La más común es la cristiana pero dentro de la herejía arriana (vertiente herética del cristianismo). Durante los siglos IV y V el Imperio Romano se germanizó. 2. La Iglesia como factor aglutinador: la cristianización y el monacato La Iglesia va a desarrollar un importantísimo papel en esta época. A través de los centros monásticos la Iglesia se convierte en depositaria y transmisora de la cultura clásica. El Papa Gregorio I (Gregorio Magno) es el gran impulsor del monacato altomedieval europeo, vinculando su nombre a reformas litúrgicas. Convertidos al cristianismo, los merovingios consiguen unificar la diversidad de pueblos y territorios que va desde los Pirineos hasta Centroeuropa. Su hegemonía dura hasta mediados del siglo VIII. La evangelización emprendida por los francos fue a gran escala teniendo un papel importante los obispos quienes promovieron construcciones monumentales derivadas de los esquemas basilicales y centralizados de la Roma paleocristiana. La llegada de los vikingos a finales del siglo VIII inicia un periodo de crisis. 3. La Italia de Ostrogodos y Lombardos Italia y Roma son las primeras en recibir los embistes de los pueblos bárbaros. Los ostrogodos se establecen en Rávena la capital de su reino en el año 488. Su hegemonía durará hasta la muerte de Teodorico en el 526. En el 568 la Italia septentrional se encuentra en manos de los lombardos que igualmente se convierten al cristianismo. En el 774 Italia caerá bajo los dominios del Imperio Carolingio. 3.1. El arte ostrogodo: Rávena, continuidad romana y bizantina El reinado de Teodorico es el más destacado de la dinastía ostrogoda, encontrándose las mejores manifestaciones del arte de su reinado en Rávena. Realizó construcciones tanto civiles como religiosas, convirtiendo la ciudad en capital de su imperio y centro del culto arriano. La sencillez en el exterior y la planta centralizada son dos elementos característicos. (fig.1) El Palacio de Teodorico: Se conoce gracias a su representación en uno de los mosaicos de San Apolinar el Nuevo. 1 17 Su fachada era clásica a modo de arco triunfal. Las construcciones religiosas continúan las tipologías tradicionales. El ejemplo más destacado es el Baptisterio de los Arrianos, (fig.2) continuando el modelo del Baptisterio de los Ortodoxos. Austeridad exterior y estructura centralizada (un octógono con una cúpula sobre una gran pila bautismal). El exterior contrasta fuertemente con la riqueza musivaria de su interior, en cuya cúpula se representa en el centro el Bautismo de Cristo. En ella se alude a la 2 segunda venida de Cristo a la tierra y a San Juan Bautista y a la imagen del Espíritu Santo en una paloma, con una tercera figura, un anciano barbado y semidesnudo coronado por un cangrejo que simboliza el río Jordán. En torno a esta escena se distribuyen de manera radial los doce apóstoles portadores de coronas, como los mosaicos de San Apolinar el Nuevo. (fig.3) Mausoleo de Teodorico: Fue su lugar de enterramiento en el año 526. Sólido edificio pétreo de sillares regulares, que consta de dos plantas. La inferior es poligonal con nichos de medio punto cubiertos por bóvedas de cañón transversales. La parte superior es una estructura circular que alterna vanos ciegos y rectangulares. La parte superior está cubierta con una aparente cúpula que se excava en un gran bloque de piedra. La planta centralizada nos remite a los mausoleos romanos y a la tipología de los martyrium cristianos. La cubierta monolítica se relaciona con las construcciones originarias ostrogodas. Los restos de Teodorico reposan en un sarcófago de pórfido que se coloca en el interior del 3 cuerpo bajo el mausoleo, mientras el superior sirve como oratorio. El liderazgo de los ostrogodos sobrevivió poco más ya que sucumbieron en el 568 ante los lombardos. 3.2. El arte lombardo: un arte de tradiciones germánicas Pocos son los restos artísticos conservados del periodo lombardo ya que la mayoría de sus edificaciones fueron destruidas o se construyó encima. En Pavía (capital del arrianismo lombardo) se construyen la catedral de San Eusebio y la iglesia que se dedica a San Ambrosio. El antiguo palacio de Teodorico en Pavía fue ocupado y levantaron el templo palatino de San Miguel. En la ciudad de Cividalle se levantó la iglesia de Santa Maria in Valle, de gran importancia por la decoración escultórica de su interior. En la escultura se sigue empleando la talla a bisel, cuyo uso se difunde en el arte romano a partir del siglo II, utilizando motivos geométricos, juegos de 18 líneas o círculos, volutas, temática vegetal así como la figuración con animales reales o fantásticos. La figura humana apareció de manera excepcional. (fig. 4) Ciborio del baptisterio de la catedral de Cividalle: Realizado en piedra y encargado por el papa Calixto en el 737, con forma poligonal. Presenta una serie de arcos con bajorrelieves y decoración vegetal de entrelazos y animales fantásticos. Más tarde se añade un relieve con la cruz rodeada de vegetación y enmarcada por los símbolos de los evangelistas. Altar de San Martín: Lo manda esculpir el Duque de Ratchis. Decorado en sus cuatro lados y realizado en piedra presenta una decoración más rica iconográficamente, representándose escenas de la vida de Cristo. En el frente aparece la figura de Cristo en majestad dentro de una mandorla y rodeado de ángeles. El artista no se preocupa por la proporción ofreciendo un estilo ingenuo y convencional. En el mundo lombardo se cultivaron también las artes suntuarias, especialmente la orfebrería. Se realizan cruces de oro con alma de madera que se decoran con piedras preciosas, como por ejemplo la Cruz de Aguilulfo o la Cruz de Gisulfo. La encuadernación de los Evangelios de la reina Teodolinda nos presenta una delicada factura que atestigua la calidad técnica y estética de los talleres orfebres de la época. 4. La Galia merovingia: Las pervivencias romanas y el desarrollo de una arquitectura monumental No se conservan muchos restos artísticos merovingios, gracias a las fuentes documentales y restos arqueológicos conocemos la existencia de grandes construcciones en las que pervive la herencia romana. Se construyen complejas basílicas con cabecera tripartita, transepto con torre y nártex además de torres a los pies, como ejemplo San Pedro de Vienne. Se construyeron numerosos baptisterios en el sur de Francia, destacando el baptisterio de San Juan de Poitiers, el baptisterio de Riez (cuya basílica se ha perdido) o el baptisterio de Albenga en el que utilizaron arcos de medio punto y quedan restos de una decoración en mosaico. (fig.6) Baptisterio de San Juan de Poitiers: A diferencia de otros no tiene planta centralizada sino una estructura rectangular que aloja una pila octogonal a la que en el siglo VI se le añaden dos alas laterales. La decoración exterior es absolutamente clásica, rematada por un frontón bajo el que discurre un friso ornamental con pilastras, arcos de medio punto y en mitra. 19 En el terreno religioso surgen también los monasterios y estructuras subterráneas abovedadas a modo de criptas con finalidad funeraria o martirial. Hipogeo de las Dunas: Lugar de enterramiento y culto en varios niveles. La decoración de la entrada se trata de una serie de motivos vegetales y animalísticos, además de una escena que se ha identificado con la del buen y mal ladrón aunque pueden ser dos santos de la zona. (fig.7y8) Destaca la Cripta de Jouarre: Es en los sarcófagos de estas criptas donde mejor queda plasmada la estética merovingia. De forma trapezoidal se cubren con una tapa a dos o cuatro vertientes y se decoran con relieves en toda su superficie. (fig.9) Destacan también el Cenotafio de la Abadesa Teodequilda o el Sarcófago del obispo Angilberto con una iconografía mucho más rica. (fig.10) 10 9 Debido al extraordinario desarrollo de los monasterios se realizaron libros miniados en unos scriptorium, que servirán como punto de partida para la miniatura en la época carolingia. 5. El arte anglosajón e irlandés. El monacato irlandés A finales del siglo V se comenzó la conquista de las Islas Británicas, encontrándose una tierra evangelizada por San Patricio que desde Irlanda difunde el catolicismo. De esta manera, irlandeses anglos y sajones crearon una sociedad profundamente religiosa hasta la llegada de los vikingos a finales del siglo VIII. 5.1. Los códices miniados La miniatura alcanzó un gran desarrollo en las islas gracias al auge de la vida monástica. Se comenzó con la copia de obras procedentes de los escritorios romanos. Los grandes scriptorium monocales realizaron múltiples copias de la Biblia especialmente los Evangelios, muy ornamentadas y con predominio de motivos de inspiración local. Lo más original es la creación de la página-tapiz en la que los dibujos recuerdan las complejas y multicolores formas de los tapices. Destacan el Evangeliario de Durham y el Libro de Durrow (fig. 12 y 13) 20 En el siglo VII se realizar un gran número de Evangeliarios, así como obras de lectura individual. (fig. 11 y 12) Destaca el Evangelario de Etternach, incluye una de las obras maestras de la miniatura insular: el león símbolo de San Marcos. (13) 13 Los Evangelios de Lindisfarne suponen un salto cualitativo a la figuración, ya que se representa a los cuatro evangelistas con apariencia humana y acompañados de su símbolo del Tetramorfo. (figs. 14 y 15) El libro de Kells (siglo VIII) supone la culminación del arte miniado irlandés y presenta ciertos elementos en común con las obras carolingias. (figs. 16 y 17) (figs. 14 y 15) 21 (figs. 16 y 17) (fig.18) 5.2. Las cruces de piedra En un principio se trata de una producción de carácter funerario concentrada en la realización de estelas que conmemoran las victorias en la batalla y se tallan en madera para después utilizarse la piedra. A lo largo del siglo VII dejan de utilizarse con carácter funerario y se sustituyen por cruces como lugar de culto dedicándose a la Virgen o a los santos. Sobre un basamento trapezoidal se erige la cruz con sus brazos rodeados por un círculo o anillo. Con relieves que ocupan sus brazos y presentan una iconografía centrada en temas bíblicos y cristológicos. Tallada a bisel la ornamentación de estas cruces evolucionó en los siglos IX y X, admitiendo escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. Ejemplos de esto son las Cruces de Moone, Timoleague (18) o Muinedach. 6. La ocupación de la Península Ibérica por los visigodos. La tradición hispano romana y la idea de renovatio. (Ver historia y cronología) El arte visigodo está marcado por la tradición hispanorromana y paleocristiana con influencias del Oriente cristiano y del Norte de África. Cronológicamente se distinguen dos etapas: Periodo gótico arriano: etapa de formación que abarca los siglos V y VI, hasta el momento en que los visigodos (arrianos) se convierten al catolicismo. Periodo gótico católico: etapa de mayor esplendor, que se extiende desde la unificación religiosa lograda por Recadero en III Concilio de Toledo, hasta la invasión musulmana en el año 711. 6.1. La arquitectura visigoda y sus primeras edificaciones. Utiliza la piedra muy gruesa y resistente labrada en sillares dispuestos a soga y tizón, introduciendo en ellos a distintas alturas cenefas o frisos realizados en sillares. Utiliza el arco de herradura. La cubierta puede ser de madera con vigas o abovedada con bóveda de cañón o de herradura. Es frecuente el empleo de columnas con capiteles de orden corintio sin que falte el capitel bizantino. Sobre 22 el capitel se coloca el cimacio que más que un elemento de la columna es una ménsula o saledizo del muro. San Juan de Baños – San pedro de la Nave – Santa Comba de Bande – Santa Mª de Quintanilla de las Viñas (fig.19) El templo visigodo sigue en general la distribución de las basílicas cristianas. Su planta puede ser de cruz latina o basilical y de cruz griega simple inscrita en un rectángulo. En la primera mitad del siglo VII, se emplea un único ábside cuadrado. Es frecuente que aparezcan pequeños pórticos a los pies y en los laterales, empleándose como lugar de reunión. Entre las primeras edificaciones visigodas destacan: la Basílica de cabeza de griego, la Iglesia de San Pedro de Alcántara y la Basílica de Casa Herrera. La obra más destaca de esta etapa es la ciudad de Recópolis fundada por Leovigildo en honor a su hijo Recadero. En ella destaca la Iglesia de Recópolis que presenta una estructura de base paleocristiana con ábside semicircular, tres naves y transepto. 6.2. Las grandes construcciones visigodas. En la primera mitad del siglo VII se edifica un gran número de iglesias, la mayoría destruidas a excepción de la Iglesia de Ibahernando en Cáceres. Con planta cruciforme, una cabecera y un pórtico a los pies y cubierta con bóveda de herradura. Entre los templos de la segunda mitad del siglo VII destacan: Con planta basilical: San Juan de Baños y Santa María de Quintanilla de las Viñas Cruciformes: San Pedro de la Nave, Santa Comba de Bande y San Fructuoso de Montelios Todos ellos se construyen en lugares aislados y lejos de los grandes centros urbanos. Recesvinto funda en el año 661 la Iglesia de San Juan de Baños. Palencia. (20-21) La iglesia, de pequeñas proporciones, es de planta rectangular con tres naves separadas por columnas con capiteles corintios sobre los que descansan arcos de herradura. La cabecera tiene 23 R e c e s v i n tres ábsides rectangulares que originariamente fueron independientes. A los pies de este templo hay un pórtico con arco de herradura al exterior y dintel en la puerta interior. (fig. 19). (figs. 20 y 21) San Juan de Baños Santa María de Quintanilla de las Viñas: Burgos. (22) Es el mejor ejemplo de iglesia con nave de crucero independiente del visigodo. La iglesia original se componía de un cuerpo de tres naves con pórtico a los pies y cabecera cuadrangular. El crucero o transepto tenía en ambos extremos dos salas anexas a modo de sacristías (fig. 19). (fig. 22) Santa María de Quintanilla de las Viñas San Pedro de la Nave, Zamora: (23 – 24) En ella se combina la planta cruciforme y la basilical. Consta de tres naves, siendo la central más alta que las laterales, con un crucero o transepto que continúa al exterior con dos pórticos. Posee una sola cabecera cuadrangular antecedida por un espacio cuadrangular al que se abren dos sacristías con ventanas (fig. 19). Las naves se separan mediante arcos de herradura visigodos sostenidos sobre pilares. En su interior destaca la riqueza de sus relieves. (figs. 23 y 24) San Pedro de la Nave 24 Iglesia monacal de Santa Comba de Bande, Orense: (2526) Templo de cruz griega de la que sobresale una cabecera cuadrangular y que está rodeada de pequeñas dependencias a modo de celdas para monjes. A sus pies, un pórtico cuadrado y a sus lados, dos pequeñas estancias para alojar a peregrinos (fig. 19). La capilla absidal con arco de triunfo de herradura y columnas romanas aprovechas (pareadas con decoración de sogueado). (figs. 25 y 26) Santa Comba de Bande 6.3. La escultura visigoda: la talla a bisel. La escultura visigoda es escasa y está ligada a la arquitectura, la decoración se centra fundamentalmente en relieves con los que se adorna el interior de los templos (pilastras, pilares, impostas, capiteles, cimacios, frisos etc.). Técnicamente se utiliza la talla a bisel en dos planos. Destaca la decoración de las iglesias San Juan de Baños, Santa María de Quintanilla de las Viñas y San Pedro de la Nave. San Juan de Baños: Es la primera decorada. Los relieves están en el arco de entrada. El programa iconográfico tiene como objeto transmitir un mensaje. Hay círculo o clípeos con vegetación, tomado de la joyería y que habla de la riqueza de la iglesia; cruz patada, manos de Dios que se abre a los fieles; o veneras y hojas de acanto, el bautismo. 25 Santa María de Qintanilla de las Viñas: Muy importante programa en el interior. En las dovelas del arco triunfal relieves de uvas, piñas o árboles de la vida; en dos capiteles, el sol y la luna, el sol (foto) es una figura humana inserta en un clípeo sostenido por ángeles, igual que la luna. Podrían ser Cristo y su Iglesia, o aludir a la iconografía clásica Per secula seculorum (por los siglos de los siglos). También tiene importantes relieves en la capilla mayor (lápidas con hombre en limbo y mujer con ángeles). En el exterior hay franjas decorativas, con círculos que albergan formas vegatales, animales y seres fantásticos. Todo ello con influencias orientales. San Pedro de la Nave: tres parejas de capiteles decorados en el crucero y capilla mayor. Los capiteles no son propiamente visigodos pues tienen forma de pirámide invertida y truncada. representan escenas de la Biblia como el Sacrificio de Isaac (foto), con Dios deteniéndole, que representa la obediencia debida a Dios. A los lados de la escena aparecen San Pedro y san Pablo, que personifican las dos iglesias, la judía y la de los gentiles, resaltando la idea de universalismo de la Iglesia cristiana. En otra pareja de capiteles (fig. 24) vemos el árbol de la vida del que pican dos aves, el sacramento de la Eucaristía; cuatro mperiles humanos, los evangelistas. 6.4. La orfebrería y los tesoros regios. Entre los objetos de adorno personal destacan las fíbulas (broches) que podían ser circulares, rectangulares o en forma de águila. Destacan por su importancia los Tesoros de Guarrazar (Toledo) y de Torredonjimeno (Jaén). Por encima de todo están las coronas votivas del Tesoro de Guarrazar. Colgaban de cadenas y se colocaban en el altar mayor como adorno y enriquecimiento de la iglesia. Destaca la Corona de Recesvinto (fig. 28) de oro suspendida de cuatro cadenas con eslabones de chapa calada. Integrada 26 por un cuerpo cilíndrico de doble chapa de oro calada con perlas y piedras preciosas en cabujones. El reino visigodo cae en el 711 a causa de la invasión árabe, huyendo los hispano-visigodos al norte de la península (Reino Astur), teniendo como caudillo a Pelayo. A partir de este momento comenzó la Reconquista cuyo objetivo fue la expulsión de los árabes y el restablecimiento de la monarquía. 27 TEMA 4- EL ARTE ISLÁMICO: ORIGEN Y EXPANSIÓN 1. Introducción: Mahoma y el Islam La Arabia preislámica carecía de unidad política y religiosa. Su población estaba formado por las gentes nómadas y los que vivían en las ciudades. Se practicaba el politeísmo y a partir del siglo V La Meca se convirtió en un importante centro de peregrinación. La nueva religión predicada por Mahoma, monoteísta, se basa en dos principios fundamentales: la existencia de un solo Dios, Alá, y el reconocimiento de Mahoma como profeta. Al principio Mahoma no tuvo muchos adeptos y fue incluso perseguido por lo que terminó huyendo (hégira) a Medina. Fue aquí donde instaló su hogar, levantando su hogar que sería lugar de reunión para los compañeros. La casa tenía un patio de grandes proporciones donde los musulmanes se reunían para orar bajo la dirección de Mahoma. Para protegerse del sol construyó en el lado norte del patio un techo que fue el origen de la primera qibla. Más tarde construyó otro techo en el lado sur sentido en el que se encontraba La Meca, al ser reconocida como principal lugar de peregrinación. Este segundo pórtico era más amplio y estaba integrado por una doble fila de soportes, destinándolo como sala de oración y el anterior se dejó reservado a las mujeres. Los fieles aumentaron y Mahoma tuvo que utilizar una escalera de madera de tamarindo de cuatro peldaños al lado de la qibla. Esta escalera fue el primer mimbar. Para llamar a los fieles, uno de los criados del Profeta lo hacía a viva voz desde el tejado de la casa, haciéndose en un futuro desde una torre (alminar o minarete). Tras la muerte de Mahoma no se había solucionado el problema de sucesión ni la fórmula política de su estado, por lo que Abu-Beker, compañero y padre de la esposa favorita de Mahoma, tomó el título de califa (representante) convirtiéndose en el jefe político y religioso de los musulmanes. Tras la muerte de Mahoma comenzó la expansión y conquista de los musulmanes. Durante las dinastías omeya y abasí se consolidaron aspectos religiosos y artísticos fundamentales. Además, los musulmanes carecían en un principio de conocimientos arquitectónicos por lo que dependieron de los pueblos vecinos para levantar sus edificios más representativos, teniendo influencias derivadas de las tradiciones helenística, oriental y cristiana. 2. Arquitectura y decoración: características generales. La arquitectura se caracteriza por edificios de poca altura. Está marcada por el medio, aunque el ladrillo es un material característico empleándose también la piedra, el mampuesto, el yeso y la madera. El arco es uno de los elementos más característicos, siendo de formas muy variadas: medio punto, de herradura, de herradura apuntado, lobulado o polilobulado y el angrelado. El alfiz es un elemento decorativo que enmarca el arco. Las bóvedas más frecuentes fueron: de cañón, de arista, nervadas, y cúpulas de gallones. El poco peso de las cubiertas (madera) favoreció la delgadez de las columnas y pilares, mientras que los capiteles evolucionaron a partir del corintio. La decoración es un elemento fundamental, centrándose generalmente en el interior de los edificios, donde las superficies de las paredes están cubiertas de motivos ornamentales realizados en mosaico, estuco, azulejos, madera, piedra, mármol o terracota. La exuberancia del interior contrasta con la austeridad del exterior. Los temas empleados se reducen a los de carácter vegetal o geométrico. La vegetal se denomina “ataurique” (fig. 1), a la integrada por lazos geométricos que se cruzan sin solución de continuidad se denomina “lacería” (fig. 2). La “epigráfica” es la que utiliza trazos rectos o cúficos y los cursivos o nesjíes, (fig. 3). 28 (fig. 4) Característica es también la decoración colgante de “mocárabes” o “muqarnas” que consiste en la yuxtaposición o superposición de unos prismas con base cóncava con que se decoran a modo de estalactitas: frisos, capiteles, arcos, bóvedas, etc… Todos estos motivos se caracterizan por su reiteración, desarrollándose de forma continua e ininterrumpida. La representación de las figuras de hombres y animales estuvo prohibida para que no se cayera en la idolatría (hay excepciones). Uno de los temas más destacados es la representación del Paraíso. 3. La mezquita: origen, análisis estructural y variantes tipológicas Es el edificio más característico. Su orientación es hacia el Este, lugar donde se encuentra la Kaaba en La Meca. En esa dirección se levanta la qibla, muro donde está el “mihrab”. Es en esta parte donde se encuentra el mayor lujo ornamental al igual que en la “macsura”, espacio destinado al califa, protegido por canceles. Junto al mihrab se encuentra el mimbar desde donde el imán dirige la oración (piedra o madera). El resto de la sala de oración, “haram”, está dividida en varias naves, paralelas o perpendiculares a la qibla. En el exterior se encuentra un patio fortificado “sahn”, con la fuente para las abluciones “sabil” en el centro. El alminar o minarete es la torre situada en uno de los lados del patio desde el almuédano o muecín llama a la oración. En un principio se adoptó la planta basilical integrada por naves paralelas a la qibla. Más tarde se introdujo otra tipología con disposición perpendicular de las naves respecto a la qibla. Por otra parte, cuando la nave central es más amplia y con cúpulas y la que discurre paralela a la qibla adquiere la misma anchura que la central también con cúpulas, se origina un esquema en T (utilizado en Occidente). En Oriente, se generalizó el “iwan”, estructura cuadrangular abovedada de tres muros con un cuarto lado abierto al exterior. Existen diferentes tipos de mezquita con iwanes: la mezquitaquiosco, con una sala cuadrada con tres iwanes y cubierta por una cúpula aunque es más común la que tiene cuatro en torno a un gran patio central. 4. Los omeyas (661-750) Con los omeyas continuó la expansión musulmana, controlando la economía internacional a través del Mediterráneo. Sin embargo, la derrota ante los franceses en la batalla de Poitiers, frenó la intención de adentrarse en Europa, poniendo fin a la expansión por Occidente. La sublevación de los partidarios de Alí terminó con el asesinato del último califa omeya. Toda su familia fue exterminada excepto Abd-al-Rahman que llegó a la Península Ibérica fundando la dinastía omeya. 29 4.1. La arquitectura religiosa (fig. 5a y b) La Cúpula de la Roca: (5a y 5b) Considerada la primera obra maestra de la arquitectura islámica. Se construyó en el lugar donde se levantó el templo de Salomón, albergando en su interior una roca relacionada con varios capítulos religiosos. Es de planta central con doble deambulatorio. La gran cúpula central cubre el espacio donde se encuentra la roca, y presenta una doble estructura de madera: la interna es hemisférica mientras que la externa adopta una forma apuntada. Descansa sobre un tambor cilíndrico en el que se abren dieciséis ventanas y está revestida exteriormente de metal dorado. El tambor en el interior se apoya en una arcada circular integrada por cuatro pilares separados por tres columnas con arcos de medio punto. El doble deambulatorio está separado por una arcada octogonal de ocho pilares y dieciséis columnas que proceden de edificios más antiguos. El octógono presenta en el exterior cuatro pórticos abiertos en sus ejes principales destacando el orientado al sur integrado por ocho columnas. Mezquita de al-Aksa, 707-709: Su estructura original estuvo influenciada por la basílica cristiana ya que la sala de oración constaba de siete naves, la central más ancha, separada por columnas unidas por arcos y perpendiculares a la qibla. Al fondo se encuentra otra transversal coronada por una cúpula que es lo único que se conserva. (figs. 6a y b) Gran Mezquita de Damasco, Siria: (figs. 6a y b) Mandada construir por el califa al-Walid, en el lugar donde se levantó un templo dedicado al dios siro de 30 la Tormenta, un templo dedicado a Júpiter y más tarde donde Teodosio construyó la basílica consagrada a San Juan Bautista. Este espacio fue compartido por la comunidad cristiana y musulmana hasta que los árabes lo ocuparon por completo para construir la mezquita. El edificio fue levantado sobre el “temenos”, el recinto sagrado de Júpiter, que determinó sus dimensiones. Se accede al sahn por dos puertas. La del extremo occidental cuenta con una arcada que ocupa tres de sus lados, sostenida por una alternancia de un pilares y dos columnas (provienen de edificios anteriores), con capiteles de diferentes órdenes predominando el corintio. En el centro el sabil, y en el extremo occidental hay un pequeño edifico octogonal cubierto por una cúpula sostenida por ocho columnas, destinado a la custodia del tesoro de la comunidad. En ambos extremos de la qibla se levantan dos minaretes construidos sobre dos antiguas torres, mientras que el tercero se encuentra en el centro del lado norte de patio. El haram está dividido en tres naves paralelas a la qibla, separadas por dos filas de columnas con capiteles corintios. Estas naves están atravesadas por otra central de más altura y perpendicular a la qibla. Esta nave conduce al mihrab y en su crucero se levanta una alta cúpula que tuvo que ser de doble casco como la Cúpula de la Roca. 4.2.La arquitectura civil: los castillos del desierto. A pesar de haber desaparecido muchos han llegado hasta nosotros ejemplos muy significativos. La mayoría están inspirados en fortalezas romanobizantinas, por lo que tienen planta cuadrada, reforzadas por torres en los ángulos, con un patio central y en torno al cual se disponían las diferentes dependencias. (figs. 7a y b) Qusayr Amra, Jordania: (7a y 7b) Fue un pequeño pabellón de caza real, de pequeñas proporciones cubierto por bóvedas de cañón. En su planta se distinguen una sala de audiencias de tipo basilical y una zona de baño que ocupaba el resto de las dependencias, con influencia de las termas romanas, denominados: hamman. Las bóvedas y cúpulas tienen aberturas en forma de estrellas para regular la intensidad del calor. Castillo Omeya de Mshatta, Jordania: Planta cuadrada, rodeado por una muralla reforzada por torres semicirculares y un conjunto de dependencias que se desarrollan en la zona central. Destaca la decoración de su fachada meridional. (fig. 8) 31 Castillo de Jirbat al-Mafyar, Palestina: Conjunto integrado por tres zonas independientes: el castillo, una mezquita y unos baños, unidos por un patio porticado de grandes proporciones. Destacada la gran sala termal hipóstila cuadrada con exedras en forma de hemiciclos en cada uno de sus lados y dieciséis pilares en cinco naves y cinco intercolumnios, cubierta por una cúpula central. (fig. 9) 4.3. La decoración Durante la dinastía omeya el mosaico será el recurso decorativo más empleado. (fig. 10) Decoración de la Gran Mezquita de Damasco: La parte baja de la arquería del patio estaba recubierta con placas de mármol sobre la que se desarrolló una rica decoración de mosaicos con teselas de vidrio doradas y de color. El fragmento de la figura, situado en el pórtico occidental, representa un árbol cuyo tronco, ramas hojas y frutos han sido reproducidos con gran detalle y variedad cromática. Su interpretación no está del todo clara, por un lado se cree que son paisajes de los alrededores de Damasco, y por otro lado han sido relacionados con el Paraíso que el Corán promete a los creyentes. (fig. 11) Decoración del castillo de Qusayr Amra: Contiene frescos en sus diferentes estancias aunque actualmente no se encuentran bien conservados. Representan diferentes escenas y alegorías en las que aparecen figuras de contornos definidos, son mujeres desnudas, animales, actividades artesanales etc… debido a que la reproducción de figuras humanas sólo se aplicaba a construcciones religiosas. En la cúpula del “caldarium” se han representado los signos del Zodiaco y en la sala de audiencias aparece un califa sentado en el trono junto a seis personajes reconocibles cuatro de ellos por las inscripciones en griego y árabe, son: el emperador de Bizancio, el rey visigodo Don Rodrigo, el emperador de Persia y el rey de Etiopía. Tanto en Jirbat al-Mafyar como en Mshatta, se han encontrado fragmentos de esculturas de hombres, mujeres y animales. Las figuras femeninas son de apariencia robusta, con el torso desnudo como en la Mujer con un cesto de frutas. La decoración omeya se basa en figuras geométricas utilizando triángulos, cuadrados, rectángulos o círculos, junto con motivos vegetales. Se trata de una ornamentación rica, llena de contrastes que tiende a extenderse por la superficie del muro manifestando un “horror al vacío”, que será una característica de la decoración islámica. 32 5. Los abasíes, 750-950 Los abasíes se consideraron continuadores de los primeros califas, se convirtieron en jefes religiosos del Islam, consiguiendo un poder absoluto al fusionarse política y religión. Tomaron como modelo el gobierno persa y se rodearon de gran lujo y fastuosidad. No ampliaron sus territorios pero destacaron por su esplendor cultural. 5.1. La arquitectura religiosa Durante la dinastía abasí la ciudad de Samarra tuvo una gran importancia, conservándose en ella importantes restos arqueológicos. En dichos restos destacan dos mezquitas de grandes dimensiones: la Gran Mezquita y la del barrio de Abu Dulaf, ambas del siglo IX Gran Mezquita de Samarra, siglo IX: Tiene apariencia de recinto fortificado reforzado por cuarenta y cuatro torres semicirculares y con dieciséis puertas de acceso. Su interior está integrado por un patio porticado, y el haram con veinticinco naves separadas por pilares octogonales de ladrillo y columnas de mármol. El mihrab es de grandes proporciones y estaba flanqueado por dos pares de columnas de mármol rosado y debió estar ricamente decorado con mosaicos. (fig. 14) Mezquita del barrio Abu Dulaf, Samarra: De grandes proporciones con recinto fortificado jalonado con torres. El haram está integrado por arcadas de ladrillos que descansan sobre pilares rectangulares, originando diecisiete naves perpendiculares a la qibla, pero que no llegan a ella ya que la qibla está precedida por dos naves paralelas formando en la unión con la nave central perpendicular el esquema en T. Mutawakkil Destacan también los minaretes helicoidales inspirados en los zigurat mesopotámicos como el de la Gran Mezquita de al(fig. 15) 5.2. El origen de la arquitectura funeraria: el mausoleo de Qubbat al-Sulaibiya En un principio el mausoleo estaba prohibido por Mahoma, pero el primero de ellos se construyó en Samarra con la dinastía de los abasíes. (fig. 16) Mausoleo de Qubbat alSulaibiya: Erigido para el califal al-Muntasir, es de planta octogonal con deambulatorio abovedado que rodea la sala funeraria cubierta por una cúpula. En los muros exteriores se practicaron grandes vanos. La 33 cámara sepulcral está bajo suelo, a gran profundidad. Tiene influencias de la Cúpula de la Roca y los martyria y tendrá una amplia repercusión en el mundo islámico. 5.3. La arquitectura civil Castillo Ujaydir, Bagdad: (17) Edificado con bloques calcáreos unidos por argamasa. Tenía tres pisos y estaba protegido por una muralla con torres circulares en las esquinas y semicirculares en cada uno de sus lados, con cuatro puertas fortificadas que encerraba una segunda muralla. Ésta a su vez contenía un espacio de proporciones cuadradas con estructura octogonal y simétrica. Desde la entrada se accedía a un vestíbulo con un conjunto de habitaciones a ambos lados. Este espacio conducía a un iwan abovedado seguido de una sala cuadrada rodeada por dependencias. Sus cubiertas están abovedadas. (fig. 17) Entre los palacios de Samarra destacan: el de Jawsaq al-Jaqani y el de Balkuwara. En estos palacios no faltaron, como es habitual, los jardines y parques bajo los cuales discurría el agua por canales o surgía de bellas fuentes. 5.4. La decoración El ladrillo y el adobe fueron los materiales empleados en las construcciones abasíes. Por esto, los edificios fueron revestidos de piedra o madera y tenían una decoración realizada en estuco. La decoración de los palacios de Samarra se realizó con revestimientos de estuco policromado. Hay tres estilos denominados A, B y C: En A y B, se basaba en modelar las formas sobre el estuco cuando estaba fresco, tallando la superficie con profundos surcos para resaltar los motivos ornamentales sobre un fondo oscuro. En el A, los sarmientos y las hojas de parra se desarrollan a lo largo de unos espacios geométricos. En el B, evolucionan hacia formas menos naturalistas, más planas y estilizadas con menos contraste entre la decoración y el fondo. El C, de Samarra, difiere ya que sus motivos ornamentales fueron realizados en moldes y no tallados. Las formas de origen vegetal evolucionan hacia la abstracción con un relieve bastante bajo que apena tiene contrastes lumínicos (palacio de Balkuwara). (figs. 18ª y 18c) También hay ejemplos de decoración pintada con figuras humanas y de animales, caracterizadas por colores planos y brillantes con contornos negros. 34 Bagdad (s. VIII) 5.5. La ciudad: el caso específico de Bagdad y Samarra Las ciudades musulmanas eran amuralladas, dotadas de puertas separadas por un gran espacio o patio de armas. El modelo de puerta en recodo procede de la arquitectura bizantina. Dentro del recinto se extendía una ciudad laberíntica, con calles irregulares y trazado confuso, con callejones sin salida. En el núcleo central se encontraba la “aljama” o mezquita mayor, la “madrasa” (escuela teológica) y las principales calles comerciales. Seguidamente estaban los barrios residenciales y por último los arrabales. Destacan por su especial interés: Bagdad y Samarra. (*Ver desarrollo) 5.6. Las artes suntuarias Los tejidos tienen una gran relevancia. Su fabricación era un monopolio del Estado a través de la “casa del tiraz”. Era una manufactura oficial, un taller textil dependiente de la corte. La seda fue el tejido con mayor aceptación, aunque también estaba el lino, el algodón, el mulham, la muselina y el damasco. Con ellas se confeccionaban ropa de vestir y para decorar estancias. Estas telas contenían bandas decorativas con textos inscritos y fueron un símbolo de prestigio. En ellas se hace referencia al nombre del califa, la ciudad y el taller donde fueron elaborados además de la fecha de fabricación. (fig. 20) La cerámica tuvo también un gran desarrollo. Los alfareros abasíes emplearon diferentes colores en la decoración de los objetos de loza, pero la cerámica de reflejos metálicos, fue sin duda la más bella. (Fig. 21) Samarra ha dejado también numerosos objetos de vidrio, destacando la técnica de incrustaciones. Respecto al metal, se conservan objetos de cobre y bronce aunque también se utilizaron el oro y la plata. 35 TEMA 5- EL ARTE BIZANTINO A PARTIR DEL SIGLO VIII 1. El periodo iconoclasta (723-846). La controversia sobre las imágenes: iconoclastia e iconodulia. A mediados del siglo VIII se inicia el periodo iconoclasta, que prohíbe la representación de imágenes hasta el siglo IX. Fue un periodo de consecuencias decisivas y que acabó con el cisma entre la iglesia de Oriente y Occidente. Además fue pobre en cuanto a lo artístico, por la prohibición de hacer imágenes y por la destrucción de obras anteriores de la época de Justiniano. Los iconoclastas no prohíben el arte figurativo en general, sino la representación de lo sagrado a través de formas humanas. De esta manera la verdadera imagen de Cristo sería el pan y el vino de la Eucaristía. Frente a los iconoclastas se sitúan los iconódulos, defensores del uso de la imagen, un símbolo que reproduce un personaje retratado pero no su sustancia. Los iconos figurativos son prohibidos en los recintos bizantinos a partir del año 726 y las imágenes destruidas se sustituyen por símbolos, pinturas profanas o una cruz. 2. La restauración del culto a las imágenes. Convenciones y normas de representación: La codificación iconográfica. La Iconoclastia se declaró herejía en el II Concilio de Nicea en el año 787, retornando como política imperial en el 815. La prohibición se levantó en el 843, bajo el reinado de Miguel III. Vuelven a producirse iconos de tamaños muy variados, el material utilizado es la madera pero también el metal, el esmalte o incluso el mosaico pintado al temple utilizando como aglutinante el huevo. Sin embargo, el retorno de las imágenes traer una producción de un arte muy codificado, muy ligado al mensaje iconográfico que asegure el conocimiento del dogma ortodoxo. Las representaciones sagradas deben atenerse a determinados modelos, en una auténtica codificación, asumiendo un carácter contemplativo para indicar la esencia sobrenatural del ser divino. De esta manera, los iconos de Cristos, Vírgenes y Santos se presentan como una iconografía de contemplación mediadora entre nuestra visión y la espiritualidad que representan, y que trascienden la mera materialidad. El icono presenta una figuración plástica que rechaza el realismo y la naturaleza corporal y un vocabulario fijo, sobre todo en los tipos de Vírgenes y Cristos. El triunfo de los iconodulios se afirma con normas y reglas, convirtiéndose los iconos en expresiones sintéticas de la divinidad, en abstracciones merecedoras de veneración pero no de idolatría. La normativa impuesta afecta también a los procedimientos técnicos de la elaboración del icono, una pintura realizada sobre una tabla preparada con una tela recubierta de yeso sobre el que se dibuja la imagen con un punzón. Esta fórmula será perpetuada por los artífices durante siglos, igual que la aplicación de los colores con pautas casi inmutables. El oro será el color fundamental y el primero que se aplica cubriendo los fondos por completo. Es el símbolo de lo divino frente a lo terrenal y corpóreo de los ocres y tonos oscuros destinados a manos, rostros y vestimentas. 36 (fig. 1) La Virgen de Vladimir: Es un perfecto ejemplo de iconos que se producen tras el periodo iconoclasta. Es de mediados del siglo XII. Es una imagen sagrada sobre madera que representa la Virgen con el Niño caracterizada por el convencionalismo y el estilo conservador. Sencillez en la composición y simplicidad de las líneas de los pliegues de los mantos y ropajes o planitud de los colores. El fondo de oro hace que la imagen esté ajena a cualquier intento de tridimensionalidad, sin perspectiva y que sobresalga la figura sacra, es decir, la abstracción de la imagen de la divinidad. Sin embargo, supero el característico hieratismo de periodos anteriores, mostrando una actitud cariñosa y protectora al inclinar el rostro sobre el Niño. (fig. 2) La Virgen de Jaroslav: Muestra la pervivencia de las convenciones técnicas, estilísticas e iconográficas de la producción artística del Imperio Bizantino. El fondo dorado impide cualquier escenario real, cualquier referencia a lo terrenal, mientras que por el contrario resalta el carácter divino de la figura. La postura es otro convencionalismo, frontalidad y rostro inexpresivo. El gesto de la Virgen en actitud orante (iconografía cristiana primitiva) evidencia un intento de renunciar al hieratismo. Esta Virgen responde a un modelo codificado muy frecuente, la de una Virgen implorante, intercesora entre el cielo y los hombres, un modelo denominado “blachernitissa”. 3. La Segunda Edad de Oro bizantina A partir del 843 comienza un largo periodo que llega hasta 1204, año de la toma de Constantinopla por los cruzados, siendo la etapa más importante del arte bizantino. En 1054 se produce un acontecimiento que alejará definitivamente al Imperio de Occidente: el cisma de la iglesia Oriental promovido por Miguel Cerulario. Esta Segunda Edad de Oro se considera el momento de plenitud del Imperio, surgiendo ideas que no son una continuación de lo tardorromano, sino con características propiamente bizantinas. El foco principal será Constantinopla produciéndose una gran proyección del arte bizantino en terrenos que no dependen políticamente de Bizancio, consiguiéndose gracias a la labor de los monasterios, encontrándose focos en Grecia, Armenia, Imperio Ruso, Bulgaria, Rumanía o Yugoslavia, además de dos focos importantes de Italia: Venecia y la isla de Sicilia. 3.1. La tipología de las iglesias cruciformes con cúpula: Durante este periodo se produce una gran actividad arquitectónica, dando lugar a nuevos templos y conjuntos monásticos en todo el Imperio, especialmente en la zona griega y balcánica. Las iglesias dan de lado a las dimensiones espaciales de la Constantinopla del siglo VI alejándose del legado romano escogiendo un nuevo esquema: la planta de cruz griega inscrita en un cuadrado, con tendencia a la verticalidad por el uso sistemático de cúpulas. Es un templo de dimensiones más reducidas, cuyo eje central o “katholikón” cuadrado y cubierto con cúpula ordena toda la construcción, ya que las naves se convierten en deambulatorios alrededor de la cúpula. Junto a 37 esta gran cúpula central pueden aparecer otras de menor tamaño en los ángulos, con un elevado tambor, confiriendo un aspecto muy característico al exterior. Los brazos de la cruz se cubren con bóveda de cañón, que sujetan el peso de la cúpula central que se asienta sobre pechinas o trompas. El aspecto exterior presenta una marcada verticalidad y una decoración muy cuidada, combinando el ladrillo con la piedra y en ocasiones incorporando esculturas. Esta policromía por el uso de distintos materiales es otra nueva característica de la arquitectura bizantina. La fachada recibe un mayor tratamiento plástico, tanto en su articulación (vanos geminados enmarcados en arcos de medio punto) como en su decoración con la inclusión de celosías en los ventanales y placas de mármol con motivos decorativos. Iglesia de Bodrum Djamii o templo monástico del Myrelaion: Realizada en ladrillo bien trabajado, con contrafuertes circulares al exterior y numerosos vanos. Coronada por una cúpula central en cuyo tambor se abren ventanas. En los brazos de la cruz se sigue un esquema de bóveda de arista. (figs. 3 y 4) Hosios Lukas: (figs. 3 y 4) Grecia. Monasterio característico de este periodo. En él se estableció una de las congregaciones más numerosas del periodo. El conjunto está formado por dos iglesias adosadas: la iglesia de la Theotokos, dedicada a la Virgen de finales del siglo X con planta de cruz griega inscrita; y la Katholikón, la más importante realizada con posterioridad. En ella la cúpula se apoya mediante pechinas en un octógono, inscribiéndose todo ello en un cuadrado flanqueado por naves cubiertas de bóvedas de arista. Con triple cabecera y doble nártex. En el exterior se decora con aparejo de piedra y ladrillo, abriéndose numerosas ventanas cubiertas con celosías. 38 Monasterio de Dafni: Del siglo XI, sólo queda en pie la iglesia con planta parecida al Katholikón de Hosios Lukas. (figs. 5 y 6) 3.2. La expansión fuera del imperio: Italia y el Imperio Ruso La importancia de la cultura bizantina ejerció una notable influencia en territorios como Italia, Armenia, Georgia, Rusia o Serbia. El norte de Italia se inclinó durante el siglo XI hacia la construcción de iglesias bizantinas y no románicas. Venecia construyó una catedral característica y típica de la ciudad de Constantinopla. La primera iglesia de San Marcos se construye en el siglo IX siguiendo el esquema de la iglesia de los Santos Apóstoles, un templo de planta cruciforme con cinco cúpulas, una sobre el crucero y las otras cuatro en los extremos de los brazos. Basílica de San Marcos en Venecia, siglo XI: (Figs. 7a y 7b) Construida sobre la anterior debido a un incendio. Recoge nuevamente la tipología de los Santos Apóstoles en vez del modelo cruciforme característico de este siglo. En la actualidad es el fruto de distintas etapas y estilos arquitectónicos ya que se trabajó en ella hasta el siglo XVII, especialmente la decoración. En ella se conjuga el sentido longitudinal de la basílica con el centralizado de los cinco espacios cupulados, con cabecera tripartita y nártex. La cúpula central es la de mayor tamaño, es de media naranja y al exterior tiene un efecto de mayor altura por el uso de un armazón de una segunda cúpula. (figs. 7a y b) Se escogió un modelo prestigioso para albergar las reliquias de San Marcos. El brillo y resplandor de la decoración polícroma sobre el dorado intenso de los muros junto con la iconostasis (cancel que separa el altar de los fieles y donde se colgaban iconos) remiten de nuevo al tipo de iglesia bizantina. 39 En Sicilia es completamente distinto. En su arte se muestra una dicotomía entre la arquitectura preferentemente occidental y la decoración de esencia bizantina, componiendo el conjunto más rico de mosaicos bizantinos del siglo XII. En este siglo existen numerosas manifestaciones artísticas, especialmente musivarias, como las de la catedral de Cefalú o la decoración de la capilla Palatina de Palermo. (fig. 8) Catedral de Cefalú: Las obras comenzaron en 1311 con Roger II. Su fachada está flanqueada por dos inmensos campanarios cuadrados tachonados con ventanas de doble ojiva y sobre el nártex exterior de tres arcos se sitúan dos filas de arcos ciegos. A la derecha se aprecia la decoración de arcos entrecruzados de los tres absidiolos. En el interior las naves están separadas por arcos apoyados en columnas de mármol. El techo de madera con las vigas pintadas muestra una clara influencia árabe. El presbiterio está cubierto por mosaicos. En lo alto del ábside aparece un rico conjunto musivario presidido por un Pantócrator con la Virgen María, los arcángeles y los apóstoles. En los muros del coro aparecen santos y profetas y la bóveda está decorada con querubines. (figs. 9 y 10) Capilla Palatina de Palermo, 1º mitad del S. XII: Construida durante el reinado de Roger II. Construida con formas no bizantinas se realiza un conjunto de mosaicos que ocupa un pequeño espacio cubierto con cúpula ante el ábside. El resto es tradicional, con planta basilical de tres naves correspondiente al románico. Sin embargo la decoración del siglo XII es bizantina. La cúpula del tramo anterior al ábside está decorado con un mosaico que representa un Pantócrator y los apóstoles, mientras que en los muros laterales cerca del ábside, se representan escenas del ciclo de las 12 fiestas bizantinas. La cubierta de madera se pinta con temas relacionados con el Islam. (9 y 10) 40 (fig. 11) Catedral de Monreale: Es uno de los conjuntos más extensos de la musivaria medieval: la representación completa de la historia de la religión cristiana desde la Creación. Este programa iconográfico es promovido por Guillermo II, representado en uno de los paneles (coronado y vestido como un emperador bizantino) realizándose en el último tercio del siglo XII. El arte bizantino de este momento abandona la rigidez y entra en una fase más emocional con cierto dinamismo, apareciendo diferentes gestos y posturas en las figuras de las Vírgenes y santos con ondulaciones en los ropajes y anatomías más estilizadas. Los mosaicos del conjunto del ábside, especialmente el Pantócrator central, demuestran esa evolución hacia la naturalidad, un gesto más expresivo y humano que nada tiene que ver con el hieratismo característico de épocas anteriores. El oro como fondo de unas figuras sagradas llenas de convencionalismos remiten al I. Bizantino, pero el arco apuntado sitúa a la cabecera en pleno gótico. El arte bizantino entra en Rusia al contraer matrimonio Vladimir de Kiev con una princesa bizantina convirtiéndose al cristianismo. La ciudad se convirtió en el punto de partida del arte bizantino de la Europa oriental. (figs. 12 y 13) Santa Sofía de Kiev, 1037: Consta de cinco naves, cinco ábsides en la parte oriental y trece cúpulas que simbolizan a Cristo y los doce Apóstoles. Las naves exteriores sostienen una galería y a finales del siglo XI se añade otro ambulatorio, más ancho que el primero, en los lados septentrional, meridional y occidental. Se incorporan torres de escalera dispuestas asimétricamente que dan acceso a la galería. La catedral se construyó con hiladas de ladrillos y piedras alternadas recubiertas de un mortero rosa que con los ladrillos rojos creaban un efecto policromo. La restauración barroca alteró por completó la apariencia del edificio. El interior se caracteriza por una suntuosa decoración de frescos y mosaicos que presentan un programa iconográfico similar al de los monasterios bizantinos, pero se aparece una novedad: debajo de la Madre de Dios, que implora misericordia divina para los hombres, aparece la comunión de los Apóstoles y en la zona inferior, entre las ventanas, se ve a los padres de la iglesia. Las naves laterales y los deambulatorios se decoran con pinturas que presentan temáticas del Antiguo y Nuevo Testamento y vidas de santos. 41 14 transformará en cebolla. (fig. 14) tradicional: un Observando otras iglesias construidas en Kiev en el siglo XI se deduce que los rusos tomaron de Bizancio una variante de iglesia con planta de cruz griega inscrita que podía adoptar diversas variantes, desde tres hasta cinco naves, y cubiertas con un gran número de cúpulas, destacando la Iglesia de Santa Sofía de Novgorod. Que corresponde a la tipología de cruz griega inscrita cubierta con una cúpula, observándose en ella un nuevo elemento que después se tipo de cúpula bulbosa o de perfil de 3.4. El arte musivario en la Segundad Edad de Oro Las innovaciones arquitectónicas de la Segunda Edad de Oro no se trasladaron al campo de la musivaria, donde hay una continuidad y prolongación de formas y convenciones de la plástica bizantina, volviendo de esta manera a las pautas fijadas en siglos anteriores debido a la teología emanada de los concilios aunque el siglo XII es el de mayor esplendor de la musivaria parietal. Se siguen utilizando fondos dorados que eliminan todo concepto espacial, se acentúa la estilización de figuras y debido al periodo iconoclasta hay una tendencia al refinamiento clásico. Sin embargo, debido al iconoclastismo se estableció una codificación de temas así como el lugar que debían ocupar dentro del templo. Según los teólogos la iglesia tenía dos lugares de honor: la cúpula, donde se representaría a Cristo Pantócrator, y el ábside, donde aparecería la imagen de la Virgen como madre de Dios. Los patriarcas Nicéforo y Teodoro Estudita se convirtieron en los teólogos del culto a las imágenes y la representación de Dios, estableciendo los temas que deben ocupar cada parte en la Iglesia. (figs. 15 y 16) Decoración musivaria Santa Sofía de Constantinopla, Segunda Edad de Oro: (15 y 16) Muchas de las escenas se perdieron debido a avatares históricos y religiosos, como la querella iconoclasta. Prácticamente todos los mosaicos posteriores desaparecieron cuando la iglesia se convirtió en mezquita aunque hay zonas del interior que los otomanos no destruyeron, sino que tapiaron al enjalbegar los muros. Permanecieron escondidas durante centurias hasta que se descubrieron en el siglo XX. 42 En el nártex aparece la Virgen Theotokos con el Niño acompañada de Justiniano, que ofrece la maqueta de Santa Sofía, y Constantino haciendo lo mismo con la ciudad de Constantinopla. El fondo es dorado. También hay un mosaico con Cristo en el centro sobre su trono y a sus pies León VI arrodillado. Dos clípeos flanquean a la figura de Cristo en los que están representados la Virgen y el arcángel como símbolo de la anunciación. Un último mosaico en la tribuna representa a la Virgen con el Niño acompañados por Juan II y la emperatriz Irene con ofrendas en las manos que destacan por su riqueza y suntuosidad. Estos mosaicos indican como Santa Sofía sigue gozando del favor de los emperadores bizantinos. Las figuras son representativas de la estética bizantina por el hieratismo y frontalidad, por la planitud compositiva, sin profundidad y sin perspectiva, así como por el uso exclusivo de teselas doradas para el fondo y por la riqueza de los ropajes de los soberanos que están identificados por inscripciones que rodean las cabezas. Los “nimbos” recuerdan al cesaropapismo. (fig. 17) Decoración musivaria de San Salvador de Cora, Constantinopla, S. XII: Se limita a los dos nártex que muestran escenas de la vida de Cristo y la Virgen, mientras que los principales temas evangélicos reservados a la nave desaparecieron. Revelan dos tendencias artísticas nuevas. Demuestran un esmero en la búsqueda de lo descriptivo, con una plenitud de detalles y una elaboración nunca vista antes. Cada escena forma necesariamente un cuadro en sí misma pero sin dejar de formar parte del conjunto decorativo y litúrgico. A menudo se muestra una sucesión de hechos hasta formar un episodio completo. En la Natividad incluye la Madre acostada, el Niño en el pesebre y el baño ceremonial del recién nacido, completando con la aparición del ángel a los pastores. Los Siete Primeros Pasos de la Virgen es una de las más cautivadoras: Un sencillo fondo arquitectónico flanqueado por dos cipreses, la Virgen observada con preocupación por su niñera, camina indecisa hacia Sta. Ana que la espera sentada. Las figuras tienen rostros y gestos humanos, el dibujo tiene movimiento y la luz tan pronto modela las vestiduras como anima la decoración del fondo. 3.5. Un arte áulico: la miniatura, los salterios y el esmalte Desde mediados del siglo IX al año 1000 se copian en Bizancio manuscritos de la Antigüedad clásica. Al mismo tiempo los miniaturistas encargados de ilustrar los libros del Antiguo y Nuevo Testamento hallan en los ejemplares producidos en los primeros siglos cristianos unas composiciones pintorescas. La familiaridad con las obras clásicas se manifiesta a través de los rostros de los nobles, las proporciones armoniosas de la forma y la estructura. El origen de estas obras está en los emperadores, pero también está ligado a una aristocracia brillante y humanista y un cuerpo de funcionarios que consideran el arte como adecuada expresión de la verdad religiosa y el prestigio imperial. 43 Destacan: El Evangelio de París, el Evangelio del monasterio de Stavronikita o el Rollo de Josué. La orfebrería desempeñó un papel de primer orden dentro de las artes aplicadas debido al gusto en la estética bizantina por el lujo, la suntuosidad y el gusto por el oro. El oro, la plata, el esmalte y el engaste de piedras preciosas y perlas son los componentes de las piezas conservadas destinadas a enriquecer las iglesias. En estas obras se labraron imágenes religiosas a la manera de los iconos, figuras de Cristo, la Virgen o los Apóstoles dentro de círculos, óvalos y medallones que los orfebres acoplan a las piezas. Los esmaltes se aplican en diferentes obras: coronas, cruces, hebillas o libros. (Fig. 18) Destaca la Palla d’Oro de San Marcos de Venecia realizada con la técnica del esmalte cloisoné o tabicado. En esta época también se desarrolló una importante producción de escultura en marfil. La producción no se sucedió de forma lineal. Hay una producción importante en los siglos X al XII que se interrumpe durante la época de los Paleólogos. Es un arte refinado, sensible con todo un estudio de los plegados y las proporciones. (fig. 19) Destaca el Tríptico de Arbanville o el Marfil de la coronación de Romano II y Eudoxia. 4. La Tercera Edad de Oro: el renacimiento de los Paleólogos. Tras el saqueo de Constantinopla en el año 1204 su patrimonio artístico quedó muy dañado, iniciándose entonces el gobierno de los latinos hasta 1261. En este momento el Imperio se fracciona en pequeños estados hasta que en 1261 Miguel Paleólogo recupera el control de Constantinopla y su dinastía permaneció intacta hasta la llegada de los turcos en 1453. Durante los reinados de Miguel VIII y su hijo Andrónico II se produjo una importante renovación artística dando lugar a un periodo denominado Renacimiento paleólogo. En la arquitectura la ornamentación se va a acentuar mediante el uso del ladrillo o la cerámica vidriada y la presencia de elementos decorativos, como puede verse en las iglesias de Santa Catalina y los Santos Apóstoles de Salónica. 44 Las clases privilegiadas que sufragan las iglesias se reservan espacios de enterramiento en los muros y el nártex de los templos, construyéndose así pequeñas capillas llamadas “pareklesia”. La iglesia de la Virgen Parigoritisa de Arta mantiene una estructura tradicional que queda enmascarada por su decorativismo. La cúpula central se sostiene por trompas que quedan ocultas bajo cuatro órdenes de columnas superpuestas. En Mistra destaca la iglesia de la Hodegetria de Mistra, dedicada a la Virgen con nártex de dos pisos, la planta baja se divide en tres naves abovedando las laterales para sostener la segunda planta. Con esquema de cruz inscrita, cubierta con cúpula su espacio central, bóveda de cañón en los brazos de la cruz, con tribunas y cúpulas más pequeñas en los ángulos. Ésta acabará siendo objeto de admiración y modelo. En el Imperio Ruso se continuará con el modelo derivado de Santa Sofía de Kiev aunque con influencias de madera del norte del país. 45 TEMA 6 - LA CRISIS DEL CALIFATO ABASÍ Y SU REPERCUSIÓN EN EL ARTE ISLÁMICO 1.- Introducción: la disgregación del califato abasí y la aparición de escuelas regionales: El Imperio abasí entró en crisis en el 861 tras el asesinato del califa alMutawakkil por su Guardia turca, lo que desencadenó la decadencia de este califato y el fraccionamiento de sus territorios apareciendo de esta manera dinastías locales. En el siglo IX en norte de África estuvo gobernado por los aglabíes, los tuluníes y los fatimíes. Los omeyas establecidos en Al-Andalus proclamaron su califato en 929. 2.- Aglabíes: Esta dinastía se caracterizó por las violentas rebeliones de una población muy heterogénea, mientras que en el exterior se conquistaron Sicilia y Malta. No obstante, el desarrollo del comercio y de la artesanía hizo posible el auge de las ciudades que coincidió con un florecimiento cultural. Durante el gobierno de los emires aglabíes tuvo lugar una gran actividad arquitectónica a lo largo del siglo IX. Arquitectura religiosa Gran mezquita de Kairuán, Túnez (fig. 1a) Fue la construcción más representativa y se convirtió en el modelo a seguir en el norte de África hasta la actualidad. Debido al aumento de población se amplió la mezquita, adoptando la forma en T. La sala de la oración (fig. 1b) está cubierta por un techo plano que descansa sobre unos arcos de herradura apoyados en columnas, aprovechadas de otros edificios, por lo que varían en altura y en diámetro. La diferencia de altura se salva por medio de unos elementos arquitectónicos que se sitúan entre soportes y arcos. Estas columnas originan diecisiete naves perpendiculares a la qibla. (fig. 1b) Hay una mayor elevación y anchura en la nave central que desemboca en una transversal, de iguales características, y paralela al muro de la qibla, originándose un esquema en T. Dos cúpulas se levantan en la nave central, una delante del mihrab y la otra en el extremo opuesto. (fig. 2) La primera es gallonada (fig. 2) y cubre un tambor de planta octogonal con los lados ligeramente cóncavos, que a su vez, descansa sobre otro de planta cuadrada en cuyo 46 exterior se abren nichos. Se percibe en esta cúpula una influencia mesopotámica. El mihrab, enmarcado por dos columnas, tiene en su interior unos paneles de mármol calado y una bóveda de cascarón decorada con arabescos de oro. Su arco de acceso está rodeado por unos azulejos de brillo metálico también de influencia mesopotámica. El patio de grandes proporciones, tiene pórticos en sus cuatro lados con un minarete, integrado por tres torres cuadradas superpuestas unidas por una escalera interior. El último piso está coronado por una cúpula gallonada. Este alminar será el modelo a seguir en el Magreb y en Al- Andalus.. Construcciones hidráulicas Son otras de las aportaciones de los aglabíes, aunque ya existían acueductos, cisternas y otros embalses que datan de época romana y bizantina. Estas instalaciones fueron aprovechadas por los musulmanes y sirvieron de modelo a seguir para las que se construyeron. Los aglabíes hicieron depósitos de agua y cisternas. Arquitectura militar (fig. 3) Era un tipo de construcción fortificada que era a la vez monasterio y fortaleza. Esta construcción se denomina “ribat” y estaba habitada por monjes guerreros. Son pequeños edificios de planta cuadrada y un patio central con diferentes dependencias distribuidos en dos pisos. Estaban fortificados por un muro con torres en las esquinas y semicirculares en cada lado. Destacan el Ribat de Monastir y el Ribat de Susa (fig. 3) Artes suntuarias. Mimbar de la Gran Mezquita de Kairuán Realizado en madera de teca. Este mimbar tiene forma de una escalera de once peldaños que conducen a un asiento superior. Los diferentes paneles presentan una decoración a base de motivos geométricos y vegetales. Destacan también en las artes suntuarias, la encuadernación de ejemplares del Corán, conservados en la Gran Mezquita de Kairuán. 3.- Tuluníes: Egipto, durante la dinastía de los tuluníes, se hizo independiente de los abasíes, viviéndose un momento de gran esplendor cultural rivalizando, incluso, con Samarra. Su fundador fue Ahmadm ibn Tulun, que se hizo independiente gracias a sus tropas de esclavos negros y turcos. Junto a la ciudad de Fustat, la capital, levantó el barrio de al-Qatai realizando diferentes construcciones. Gran Mezquita de Ibn Tulun con influencia abasí. Edificada en ladrillo rojo revestido de estuco. Su estructura (fig. 4) está inscrita en un cuadrado en el que destaca el haram, de forma rectangular integrada por cinco naves perpendiculares a la qibla, separadas por pilares rectangulares con columnas adosadas que soportan arcos apuntados. 47 El espacio que circunda a este conjunto se denomina “ziyada” y es un corredor que aísla la mezquita del resto de la ciudad. Su alminar seguía el modelo de Samarra pero fue sustituido por otro en el siglo XIV. En las artes suntuarias, también se refleja la influencia mesopotámica, advirtiéndose en el trabajo en madera y en la cerámica con reflejos metálicos. Los tiraz, tuvieron un gran desarrollo en Egipto que se hizo célebre por sus telas de lino y lana. 4.- El califato fatimí: Los fatimíes se consideraban descendientes de Fátima (hija de Mahoma) y de su marido Alí (primo de Mahoma), por lo que no reconocieron a los califas de las dinastías omeya y abasí. Un descendiente de Fátima y Alí fundó esta dinastía, haciéndose con el poder en Ifrikiya y más tarde en Egipto, expandiendo sus conquistas a Siria, siendo esto la causa de su ruina. Bajo los fatimíes Egipto vivió una época de esplendor artístico y desarrollo económico. Arquitectura religiosa (fig. 5) Puerta monumental de la Gran Mezquita de Mahdiyya, Túnez, siglo X. La fachada monumental de caliza labrada tiene una entrada de grandes proporciones en saledizo, con una puerta cubierta por un arco de herradura. Este tipo de arco se repite también en los nichos que decoran el acceso a la mezquita. Se puede apreciar que la sala de oración estaba integrada por nueve naves perpendiculares a la qibla, con una axial que terminaba en un espacio cubierto por una cúpula situado frente al mihrab. Mezquita de al-Azhar, 972, El Cairo. Fue la primera que se construyó en esta época aunque se desconoce su aspecto primitivo. El haram consta de cinco naves paralelas a la qibla con una gran nave axial frente al mihrab que origina un esquema en T. Tiene un patio porticado rectangular. Mezquita de al-Aqmar, El Cairo, 1125. Aparecen los mocárabes o muqarnas. Arquitectura militar Destaca el recinto fortificado de El Cairo, con tres puertas, en las que se refleja la influencia romano-bizantina. Las murallas que componen el recinto fueron edificadas por arquitectos armenios según la tradición romano-bizantina constituyendo un ejemplo único en la arquitectura militar musulmana y siendo un modelo a seguir por los cruzados. Mausoleos Edificados en piedra o ladrillo y con muros encalados que generalmente constaban de un cubo coronado por una cúpula sobre trompas, con tambor octogonal y acceso en uno, dos o tres de sus lados con arcadas abiertas. Los más antiguos no se conservan, pero si siguen en pie algunos del sur de El Cairo y el gran cementerio de Asuán (fig. 7), ambos de las primeras décadas del siglo XI. 48 Durante el califato fatimí hubo un gran desarrollo de las artes suntuarias siendo Egipto un poderoso centro de producción. Las piezas talladas en cristal de roca fueron objetos de lujo trabajadas con técnicas mesopotámicas y adornadas con animales y motivos vegetales. También destacan los tejidos, los trabajos en madera, los objetos de bronce y la cerámica. 5.- La dinastía omeya y el califato de Córdoba: el arte hispanomusulmán: Fue Abd al-Rahman I, quién consiguió llegar a la Península Ibérica fundando una nueva dinastía omeya, instaurando un emirato independiente en Al-Andalus rompiendo toda unión política con el califa de Bagdad (abasí). Más tarde Abd al-Rahman III instituyó el Califato de Córdoba (929-1031), nombrándose califa en el año 929. De esta manera se rompió todo unión (política y religiosa) con el califa de Bagdad, teniendo lugar la independencia de Al-Andalus en sentido religioso, iniciándose una etapa de apogeo en sentido político, económico y cultural. Desde el punto de vista artístico fue una época de gran esplendor ya que AlAndalus se convirtió en el foco más significativo y de mayor repercusión en el arte islámico occidental. En la evolución del arte hispanomusulmán se distinguen diferentes etapas: Periodo cordobés: se encuentran el arte emiral y el califal, estrechamente relacionados y que corresponden a su historia política Reinos de Taifas, siglo XI Dinastías almorávides y almohades (africanas), siglos XII y XIII Periodo nazarí o granadino, siglos XIV y XV En el periodo cordobés las manifestaciones artísticas reflejan, en un principio, la influencia de los visigodos aunque paulatinamente fueron dotando aquellas formas de un sentido estético propio. Emplearon aparejos de sillería a soga y a tizón. Reutilizaron las columnas romanas y visigodas, y cuando realizaron nuevas, estaban inspiradas en los órdenes corintio y compuesto. En un principio los capiteles tuvieron un aspecto tosco, pero a partir del siglo X se siguió la técnica bizantina antinaturalista, es decir, de avispero con la que se obtenía un follaje labrado de tal manera que originaba unas profundas y pequeñas oquedades con grandes contrastes de claroscuro. Los arcos empleados fueron el de medio punto y el de herradura visigodo, teniendo gran repercusión en el arte hispanomusulmán, hasta convertirse en el más característico, aunque fue evolucionando para hacerse más cerrado que el visigodo. Dicho arco está enmarcado por un alfiz, y compuesto por albanegas. Las dovelas son alternadas, decoradas y lisas o de diferentes color, blancas y rojas. A mediados del siglo X se utilizaron otros arcos como los lobulados, frecuentemente entrecruzados y superpuestos, con un número impar de lóbulos con el fin de que uno pudiera coincidir con la clave. También se empleó el arco tumido. Se utilizó la cubierta de madera y las bóvedas de cañón, de aristas, esquifadas o claustral. 49 Entre las cúpulas destaca las de gallones o gallonadas y la nervada, con la particularidad de que los nervios que la forman no se cruzan en el centro, originando un espacio poligonal. En decoración se utilizó la de ataurique, lacería y epigráfica. 5.1. Abd al-Rahman I y la construcción de la mezquita de Córdoba: fases y ampliaciones: Se inicia la construcción de la Mezquita de Córdoba con Abd al-Rahman I, ampliándose posteriormente con Abd al-Rahman II, Abd al-Rahman III, AlHakam II y a finales del siglo X con Al-Mansur, primer ministro de Hixem II. La Mezquita de Córdoba es el resultado de varias ampliaciones realizadas entre los siglos VIII y comienzos del XI. En un principio se utilizó como mezquita parte de la iglesia visigoda de San Vicente pero los cristianos terminaron cediendo ésta, levantando los musulmanes en este lugar la mezquita y aprovechando columnas y capiteles romanos y visigodos. (fig. 8) En su planta (fig. 8) se aprecia que el haram construido por Abd al-Rahman I era rectangular, con once naves perpendiculares a la qibla y cada nave integrada por doce tramos o intercolumnios. La qibla está en el lado meridional, al tener la mezquita una orientación norte-sur. Con el fin de aumentar la altura se desarrolló un sistema de soportes, seguramente inspirado en el acueducto de los Milagros de Mérida, originando un sistema de arquerías de doble arco superpuesto (entibo), el inferior de herradura y el superior de medio punto. Los de la parte superior descansan sobre pilares y éstos a su vez sobre las columnas de los de la parte inferior, cuyos capiteles sirven de base a unos cimacios. Encima de estos cimacios hay unas piezas de sección cruciforme cuyos brazos longitudinales sostienen los arcos de herradura, a la vez que sobre los transversales se encuentran los pilares, cuya base descansa sobre un modillón de rollos. Las dovelas de ambos arcos son alternadas con colores (rojo y blanco). Al aumentar la población en el siglo IX, se tuvo que ampliar la mezquita, por lo que Abd al-Rahman II lo hizo hacia el río Guadalquivir, agrandándola en ocho tramos, destacando la realización de nuevos capiteles siguiendo modelos romanos. Las obras fueron concluidas por su hijo Muhammad I, que además restauró algunas partes de la mezquita de Abd alRahman I, entre ellas la puerta de San Esteban o antigua puerta de los Visires, situada en la fachada occidental siendo la más antigua de todas y la que marcó el modelo a seguir. (fig. 10) Puerta de San Esteban o antigua puerta de los Visires. Está organizada en tres partes: un primer cuerpo integrado por una puerta con dintel adovelado que a su vez está enmarcado por un gran arco de herradura ciego con alfiz. 50 Las dovelas alternan el ladrillo rojo y piedra blanca decorada. En un segundo nivel se ven los restos de tres arcos de herradura ciegos y parte de unos motivos decorativos de carácter vegetal. Por último, la zona superior termina en una cornisa que descansa sobre nueve ménsulas coronadas por merlones. En los extremos laterales, sobre un primer cuerpo con dintel, se encuentra una celosía de diferentes motivos decorativos de carácter vegetal labrados en piedra. Durante el califato de Córdoba, Abd al-Rahman III sólo amplió el patio de la mezquita y construyó el actual minarete, transformado en el siglo XVI en campanario de la catedral. Será Al-Hakam quien amplíe la mezquita nuevamente al sur en otros doce tramos, aportando novedades arquitectónicas además de una extraordinaria riqueza decorativa. (Figs. 11 y 12) En el muro de la qibla se construyó el mihrab (fig. 12), una reducida cámara cupulada de planta octogonal con arcos lobulados ciegos sobre un zócalo de mármol. En su fachada, que tuvo gran repercusión en el arte islámico, destacan las dovelas del arco de herradura que descansa sobre dos columnas, con una decoración de ataurique realizada en mosaicos verdes, amarillos y rojos. Las albanegas presentan motivos vegetales y el alfiz está integrado por unas franjas con decoración epigráfica, sobre el que se apoyan siete arquillos ciegos de tres lóbulos cada uno con un fondo de mosaicos. (fig. 13) La ampliación de Al-Hakam II introdujo en el haram el esquema en T, similar al de la mezquita de Kairuán. Delante del mihrab se encuentra la macsura cubierta por tres cúpulas con nervios muy gruesos organizados en parejas paralelas por lo que no se cruzan en el centro Una cuarta cúpula, también nervada y situada en la nave central, está situada en el tramo que inicia Al-Hakam II (capilla de Villaviciosa) y cubre un espacio rectangular y no cuadrado, a diferencia de las anteriores. Los arcos son en general de herradura y lobulados y están entrecruzados, alternándose las dovelas lisas y las de ataurique. Finalmente, Almanzor realizó la última ampliación copiando el modelo de AlHakam II pero al ser imposible ampliarla hacia el sur por la presencia del Guadalquivir, se realizó hacia el este añadiendo ocho naves longitudinales más las once ya existentes con el mismo número de tramos por lo que el mihrab quedó descentrado. Así mismo el patio fue ampliado en la misma dirección. 51 En el siglo XVI, se construyó una catedral en el interior de la mezquita, por lo que se derruy parte de las ampliaciones de Abd al-Rahman II y Almanzor. 5.2. El esplendor de Al-Andalus: la ciudad palacio de Medinat al-Zahara: Medinat al-Zahara fue construida por Abd al-Rahman III y fue la obra más relevante del Califato dentro de la arquitectura civil. Se fundó en el 936 y se convirtió en la sede administrativa y gubernamental del reino. (fig. 14) Su recinto amurallado se extendía por la ladera de Sierra Morena, originando la pendiente de tres niveles o terrazas decrecientes. En la superior se encontraban las dependencias de palacio, en la intermedia la administración y las viviendas de los funcionarios más importantes, junto a jardines en los que el agua tenía un gran protagonismo, en la inferior vivían los soldados y el pueblo y en ella se construyeron la mezquita, los baños, el mercado y los jardines públicos. La mezquita del palacio se construyó según el modelo de la de Córdoba. Contaba con un haram con cinco naves perpendiculares a la qibla con ocho intercolumnios, un patio porticado en tres de sus lados y un alminar de planta cuadrada exteriormente y octogonal en el interior. (fig. 15) Salón Rico, 936-1010 Su función debió ser la de “mexuar” o sala de embajadores, y se llega a través de un pórtico que conduce a través de unos arcos de herradura a tres naves longitudinales, separadas por arquerías que descansan sobre columnas de colores alternados en sus fustes (azul y rosado). Frente a la entrada, en la pared del fondo, se destaca un arco de herradura ciego que sería posiblemente el lugar reservado al califa en las grandes ceremonias. Todo su interior, salvo la cubierta que pudo ser de madera, estaba recubierto con placas de mármol decoradas con motivos vegetales en relieve, cuya exuberancia dio lugar al nombre que posee la estancia. Dichos motivos son árboles de la vida que tras originar complejas ramificaciones culminan en una gran corona de hojas y flores. 5.3. Toledo: la mezquita de Bab al-Mardum: Durante el Califato de Córdoba se construyó en Toledo la mezquita de Bab al-Mardum, hoy Cristo de la Luz después de ser transformada en iglesia cristiana. (fig. 16) De la inscripción que se conserva con la fecha de su fundación, junto al nombre del patrocinador y 52 arquitecto, se supone que fue una construcción privada. De ladrillo y pequeñas proporciones, con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado (modelos bizantinos y omeyas) y un espacio interior dividido por columnas en nueve tramos, cubiertos por diferentes cúpulas nervadas que reflejan la influencia de las cordobesas. 5. 4. Las artes suntuarias y los talleres califales: Las artes suntuarias constituyen un capítulo especialmente interesante, debido entre otras cosas al extremado interés que tuvieron Abd alRahman III y su hijo Al-Hakam II en el embellecimiento de la ciudad de Medina al-Zahara. Pocos son los objetos que han llegado hasta nosotros de los que se fabricaron con diferentes materiales como mármol, marfil, vidrio, oro, plata, cerámica, etc… Nos han llegado descripciones de estanques de mármol como el que se cree estuvo instalado en el salón de recepciones oriental de Medina al-Zahara, hecho de mármol verde procedente de Constantinopla y animado por el agua que salía a través de complejas cañerías por las bocas de doce esculturas de oro con incrustaciones de perlas y otras joyas. Dichas esculturas se hicieron en Córdoba junto con otros animales y aunque no se conservan los realizados en oro y plata y se han conservado algunos de bronce, como el ciervo de Córdoba del siglo X. (fig. 17) (Figs. 17,18 y 19) La utilización de perfumes, tanto en mujeres como hombres de la alta sociedad, se hizo muy frecuente como se ve en una de las escenas de la arqueta de Leyre (fig. 18) del siglo XI realizada en marfil. Estos estuches y botes de marfil procedían de los talleres de Córdoba y Medina al-Zahara como el bote de Zamora, y estaban destinados a guardar perfumes, ungüentos y joyas. Además de estar tallados con motivos decorativos estuvieron adornados con colores y piedras preciosas y solían llevar los nombres y títulos de la persona de quien hacía el regalo, así como los de la persona que lo recibía y la fecha del momento junto al nombre del autor. Finalmente la industria textil cordobesa tuvo una especial importancia y una acredita fama, en especial la de la seda. Según la costumbre, los tejidos iban marcados con el nombre del soberano que gobernaba. La ornamentación se distribuía en bandas con cenefas de medallones que contenían diferentes figuras, como en el almaizar o velo de Hixem II de Medina al-Zahara (fig. 19). 6.- La división de Al-Andalus: los reinos de Taifas: 53 Tras la muerte de Almanzor tuvo lugar el hundimiento del Califato de Córdoba. Con la desintegración de este Califato la unidad política fue sustituida por la fragmentación del territorio en pequeños estados, a partir del 1031, conocidos como reinos de Taifas, cuya rivalidad favoreció la posterior llegada de las invasiones almorávides y almohades. Arquitectura civil (fig. 20) Aljafería de Zaragoza, siglo XI. Construido por el rey al-Muqtadir, tiene aspecto de fortaleza por la muralla que circunda todo el espacio, de proporciones casi rectangulares y reforzada por dieciséis torres ultrasemicirculares, salvo una que es rectangular, la del Trovador, y con una única puerta de entrada en el lado este en el que se abre un arco de herradura entre dos torreones. El interior se distribuía en tres partes en dirección norte-sur, aunque únicamente se construyó la central, en la que se encuentra un patio rectangular degrandes dimensiones con dos estanques en sus lados menores. Destaca el Salón del Trono al igual que otras sales de recepción y una pequeña mezquita, más parecida a un oratorio de planta octogonal adorando con gran riqueza. En la Aljafería, lo decorativo tiene un gran protagonismo, dada la ductilidad de los materiales empleados en los temas ornamentales: el alabastro y el yeso. El arco de herradura pasa a un segundo término, utilizándose más el lobulado y especialmente el mixtilíneo, en el que se alternan líneas curvas, rectas y quebradas, además de entrecruzar y entrelazar los arcos. Estos arcos son falsos ya que la estructura en la que se encuentran es un dintel que alberga las gruesas placas de alabastro en las que están tallados. El capitel es muy alargado y profusamente decorado. Arquitectura militar La alcazaba de Málaga, siglo XI. Fue planificada con la intención de conseguir la apariencia de inexpugnabilidad, construida en lo alto de una colina, con planta irregular y doble cerco defensivo reforzado por torres rectangulares. Destaca también la alcazaba de Almería. Baños (hammam). Siguen el modelo romano. (fig. 20) Bañuelo de Granada (Baño de Nogal), siglo XI. Con un pequeño patio con alberca en el centro y pequeñas dependencias alrededor, quizás letrinas, desde donde se pasa a lo que podría ser el vestuario o “apodyterium”, de planta rectangular y bóveda de cañón que da acceso al “frigidarium” con alcobas laterales. Seguidamente se llega al “tepidarium” que es la cámara más grande, con un espacio central cunierto por una bóveda esquifada, rodeado a su vez en tres de sus lados por unas estancias rectangulares con bóvedas de cañón y arquerías. A continuación el “caldarium” de planta rectangular y tres cámaras, dos de ellas destinadas posiblemente a baños y la restante a la caldera central. 54 En las bóvedas de estas salas hay unas aberturas de forma estrellada y octogonal para la ventilación e iluminación. 7. Los grandes selyúcidas: Cuando en 1055 entraron en Bagdad fueron protectores del califa abasí bajo el título de sultanes. Desde entonces el imperio de Bagdad se convirtió en un imperio turco. Arquitectura religiosa Se mantuvo la tradicional estructura de mezquita omeya, aunque los selyúcidas emplearon el modelo persa con cuatro iwanes. Suelen estar flanqueados por esbeltos minaretes y adornados con mocárabes. Esta mezquita es conocida como mezquitamadrassa. Las madrassas, escuelas de ciencias coránicas, se convirtieron con los selyúcidas en unas instituciones políticas cuyo objetivo fue la reeducación en la ortodoxia. Destacan la madrassa de Nizám al-Mulk en Bagdad del siglo XI, por ser la más antigua, y la mezquita de Isfahán, siglo XII, Irán. (fig. 21) Arquitectura funeraria Destaca la utilización del ladrillo vidriado en exteriores e interiores, siendo característico el tono azul en las cúpulas. Destacan el mausoleo del sultán Sanjár, es un mausoleo en qubba, es decir, un edificio de planta cuadrada cubierto por una cúpula que descansa sobre un tambor que comprende dos series de arcadas. Arquitectura civil Destacan los caravasares o albergues fortificados que se construían en una ruta comercial. El más importante es el Ribat Sharaf del siglo XII. Artes suntuarias Destaca la cerámica por su belleza y la gran variedad de técnicas ornamentales empleadas por los alfareros consiguiendo piezas muy similares a la porcelana china. Los motivos ornamentales empleados fueron figuras humanas y de animales, junto a una decoración epigráfica y vegetal, siendo frecuentes los temas relacionados con la literatura ya que se reprodujeron en la cerámica pinturas que ilustraban los libros. 55 TEMA 7 - EL ARTE PRERROMÁNICO 1.- El nacimiento de Europa: formulaciones estéticas para las primeras formaciones políticas del occidente cristiano. En la segunda mitad del siglo VIII se produce la unión entre la iglesia romana y la dinastía de Carlos Martel cristalizando en el gran imperio cristiano de la Europa occidental: el Imperio Carolingio. Carlomagno, coronado en el 800, se presentó como legítimo heredero de Constantino, creando un estado centralizado ayudado por la prosperidad económica. Sólo dos estados cristianos escaparon a esta influencia carolingia: las Islas Británicas y el reino Austur que defendieron sus propias tradiciones. Con la muerte de Carlos el Calvo en el 877 el esplendor carolingio llegó a su fin y se comenzó una etapa de crisis que termina con la figura de Otón, cuyos sucesores, restauraron el viejo imperio bajo la denominación de: Sacro Imperio Romano Germánico. 2.- El arte carolingio: la renovación cultural de Carlomagno. Carlomagno, teniendo bajo sus dominios prácticamente a todos los pueblos cristianos de Occidente, fue coronado como emperador por el Papa. Fue una importante figura desde el punto de vista cultural e intelectual ya que trajo consigo la renovatio imperii, una vuelta al mundo clásico y se rodeó de una serie muy importante de personajes relacionados con el mundo intelectual. Al ser una corte itinerante, hubo numerosas construcciones de residencias, y tuvo lugar un desarrollo arquitectónico espectacular. La idea de renovatio imperii quedó patente en todos los campos artísticos. Los monarcas carolingios sintieron una gran fascinación por la imagen ecuestre de los emperadores romanos que no dudaron en utilizar, como por ejemplo: La estatuilla ecuestre de un monarca carolingio del siglo IX. 2.1. El palacio y la capilla Palatina de Aquisgrán La ciudad de Aquisgrán fue la preferida de Carlomagno y su corte, ya que se situaba en el centro de sus dominios, y se convirtió en el foco cultural de Europa. Capilla Palatina de Aquisgrán, 792-805, figs. 1 y 2 Fue consagrada en el año 805 por el Papa León III y constituye el ejemplo más significativo del arte carolingio. Está inspirada en San Vital de Rávena, de planta central octogonal con ocho pilares unidos por arcos de medio punto que sirven de base a la cúpula sobre tambor. Su perímetro exterior es un polígono de dieciséis lados, por lo que el deambulatorio está integrado por la alternancia de espacios rectangulares y triangulares, los primeros opuestos a 56 los lados del octógono interior, y los segundos a las esquinas, todos ellos cubiertos por bóvedas de cañón que se acoplan a la estructura de dichos espacios. Sus pilares sostienen una galería o tribuna comunicada con el palacio del emperador y su corte, ya que la planta baja es pública. El deambulatorio del piso superior se caracteriza por la gran altura de su techo y por los arcos subdivididos por columnas. El emperador mandó traer de Roma y Rávena columnas antiguas aunque las más valiosas fueron arrancadas en el siglo XVIII por los ejércitos napoleónicos, recuperándose tan sólo algunas. Consta también de un pórtico central flanqueado por dos torres cilíndricas que sirven de acceso al segundo piso. La decoración interior se centra en la policromía de los arcos, así como los trabajos en bronce de las balaustradas y unos mosaicos restaurados. 2.2. Los monasterios y templos carolingios Durante su reinado, Carlomagno, reorganizó las diócesis y empujó a los obispos a la restauración de las viejas iglesias y a crear nuevos monasterios, imponiéndose la regla benedictina en los territorios centroeuropeos. Gracias a la regla benedictina (redactada en el Concilio de Aquisgrán) se fijan las normas de vida monástica y se defiende una tipología arquitectónica adecuada para los monjes. Plano de la abadía de Saint-Gall, fig. 3 Gracias a él podemos hacernos una idea de cómo era la organización monástica a comienzos de la E. Media. El dibujo del plano realizado en el pergamino, con tinta roja y leyendas que especifican la función de cada parte del conjunto, es anónimo y parece no responder a una construcción concreta. Puede ser, por tanto, un proyecto modélico de cómo deben organizarse las dependencias de un monasterio. Abadía de Lorsch, fig. 4 Es el único testimonio monacal que ha quedado en pie ydata de la segunda mitad del siglo VIII. Se trata de una puerta monumental, un pórtico con cubierta a dos aguas y flanqueado por dos torreones circulares, siguiendo las indicaciones de San Isidoro al aconsejar de la necesidad de una puerta de entrada a los monasterios. Su lenguaje arquitectónico ejemplifica perfectamente el concepto de renovatio de la cultura carolingia. El paso al 57 recinto monacal se realizaba a través de tres arcos de medio punto sobre robustos pilares. Estos arcos están flanqueados por columnas adosadas con capiteles de un orden compuesto, aunque de evolución esquemática, sobre los que corre un dintel con relieves. Hay un sistema arcoadintelado a imitación de los exteriores de la arquitectura de la Roma Imperial. Esta puerta monacal también tiene el carácter conmemorativo de los arcos de triunfo romanos, pues celebra la victoria de Carlomagno sobre los sajones. Un segundo orden de pilastras acanaladas, rematadas con capiteles jónicos y sobre las que se superponen una serie de arcos mitrados, dan lugar a un aparejo ornamental. Existe también un juego decorativo y policromo en toda la fachada, un revestimiento de cuadrados y hexágonos asociado también al concepto clásico. En la arquitectura carolingia se experimentaron múltiples soluciones para configurar el espacio religioso haciendo posible el desarrollo de los usos litúrgicos romanos. Para emular al pasado constantiniano, adoptaron la costumbre de orientar a Occidente los santuarios de algunos de sus templos, pero también dan un tratamiento monumental al extremo oriental. De esta manera, se construyeron templos con doble ábside o contrabsidiados, como por ejemplo, en la iglesia de Fulda, donde el lado occidental está ocupado por el santuario sobre la tumba de San Bonifacio, mientras que existe otro ábside orientado a Oriente. También ocurre en la iglesia monástica de Saint-Gall, en la de San Mauricio de Agaume o la catedral de Colonia. Al difundirse por todo el imperio carolingio la costumbre de venerar las reliquias de los mártires, se adoptaron fórmulas arquitectónicas que permitieron alojarlas dentro de los templos. La cripta anular o circular consiste en desarrollar bajo el altar un pasillo semicircular subterráneo que lo rodea, abriéndose en el centro una cámara o confessio donde se deposita el sarcófago con las reliquias, ocurriendo así en la iglesia abacial de Saint-Denis, en San Mauricio de Agaume o la catedral de Colonia. Surgió pronto la necesidad de albergar varias reliquias en un mismo templo, creándose la tipología de la cripta mina, con varias cámaras comunicadas por una red de pasillos. De la necesidad de reunir más fieles en torno a las reliquias y celebrar determinados actos religiosos, hizo que se abrieran más espacios amplios a modo de oratorios e incluso de pequeñas iglesias subterráneas, como ocurre en Saint-Germain d‟Auxerre. El elemento arquitectónico creado más sobresaliente fue el “westwerk”, que sólo ha llegado íntegramente en la abadía de Corvey (fig. 5). La construcción de la fachada occidental se inició en el siglo IX, y aunque no conserva la torre central y ofrece añadidos como las agujas, mantiene las diversas partes distintivas de un westwerk en su estructura interior (fig. 6). La fachada torreada albergaba en su interior dos pisos: la cripta y el quadrum. La cripta abovedada de la planta baja se utilizaba para guardar reliquias y servía de vestíbulo de entrada a la nave principal de la basílica. En la parte superior se situaba el quadrum, un espacio amplio con arcadas abiertas al templo, naves laterales y tribuna. La finalidad de la tribuna 58 ha sido muy discutida: para algunos se trata de un oratorio con tribuna exclusivo desde donde el emperador podía contemplar los oficios religiosos; para otros guarda relación con la liturgia carolingia situando un santuario sobre la cripta como metáfora de un relicario dedicado al Salvador, o también puede ser una tribuna reservada a los altos dignatarios de la Iglesia. Tuvo una gran influencia en la disposición de las fachas románicas y góticas. 6 5 2.3. La miniatura carolingia La ilustración de libros constituye uno de los ejemplos más característicos de la renovación cultura carolingia, relacionado con la formación de scriptorium en torno a la capilla real y los monasterios, realizándose copias de textos bíblicos y de carácter científico. Los códices se convirtieron en objetos de lujo con bellas ilustraciones y ricas guarniciones de metal, marfil o piedras preciosas. La primera aportación es la ilustración de iniciales, que se convirtieron en marcos decorativos de la escena narrada en el texto, y están concebidas con un sentido ornamental. Destaca el Evangeliario Godescalco y el Evangeliario de la Coronación (figs. 7 y 8) La miniatura carolingia hizo una mayor incidencia en los valores visuales de la obra, volviendo a la tradición figurativa y a las alusiones espaciales. Los dibujos se realizan a pluma de aparente carácter espontáneo, con juegos de luces y sombras y manejando el color de manera magistral. 3.- Arte Otoniano: la herencia carolingia El periodo otoniano se extendió desde la segunda mitad del siglo X hasta el año 1204 en que muere Enrique II. 59 La arquitectura es el mejor exponente de la dinastía otoniana, que promovió grandes edificaciones gracias al respaldo de los obispos, dotando de una nueva catedral a todas las sedes episcopales y engrandeciendo los monasterios con suntuosos edificios. Se escogió la planta basilical con grandes transeptos, en ocasiones dobles, y criptas muy desarrolladas de gran superficie. Las naves de los templos constan de dos pisos, con tribuna en la parte superior, y se alterna el uso de pilares y columnas. Esto en el exterior aparece como nítidos y rotundos volúmenes entre los que destacan las torres añadidas de los extremos orientales y el cuerpo occidental. Las construcciones otomanas retomaron esquemas antiguos y las dotaron de soluciones nuevas que abrieron paso a la arquitectura románica. Iglesia de San Miguel de Hildensheim (fig. 9), año 993. Es el mejor ejemplo de arquitectura otoniana. Es una construcción basilical con doble ábside contrapuesto, subrayando esta bipolaridad con un doble transepto que se remata al exterior con dos torres circulares. En el lado oriental se sitúa una cabeza tripartita y en el occidental una cripta abovedada. Sufre una remodelación en 991 ampliándose el templo con la construcción de un nuevo westwerk. Al exterior, presenta una fachada con una disposición escalonada de volúmenes en la que se incluyen los elementos más característicos de la arquitectura otoniana: los arquillos lombardos, las molduras en resalte, y la presencia destacada de las torres con cuerpos de diferentes secciones (cuadrada, octogonal y circular). En el interior se observa una evolución experimentada por el westwerk carolingio, ya que la división entre plantas desaparece como si el quadrum y la cripta se hubieran fundido en un solo piso bajo que sirve de vestíbulo rodeado de palcos. 4.- El arte asturiano: la monarquía asturiana y el modelo visigodo La monarquía asturiana se trata de un reino pequeño con capital en Cangas de Onís, que reúne unas características específicas y que, aunque posee elementos cercanos al periodo carolingio, pretende conscientemente acercarse al extinto reino visigodo de Toledo. Esta época del reino astur puede dividirse en tres periodos: La etapa de formación y consolidación del reino 722-842 Periodo de esplendor del reino, 842-866 Último periodo del reino astur, 866-910. A lo largo de estos tres periodos se crea un arte de herencia visigoda que presenta elementos típicamente astures de influencia local, además de elementos del arte franco e itálico, que llegan a España a través de contactos políticos y de las influencias bizantinas de las relaciones comerciales. El arte astur es creación directa de los monarcas presentándose como reyes arquitectos y constructores, además de mecenas y defensores de la iglesia. 4.1. La arquitectura asturiana y sus grandes construcciones 60 Los primeros ejemplos artísticos se encuentran durante el reinado de Alfonso II, que trasladó la capital a Oviedo, convirtiéndola en una urbe regia y sacra. Conjunto catedralicio y el palacio Real. El conjunto catedralicio se compone de la catedral del Salvador y los doce apóstoles, la iglesia de Sta. María y la de San Tirso. El palacio Real disponía de dos torres de carácter defensivo, una zona de recepción y residencia del monarca, un ala administrativa y la capilla privada que es lo único que se conserva. Esta Cámara Santa, actualmente muy reformada, es un pequeño y alargado conjunto de dos plantas, la inferior o capilla de San Miguel cubierta con bóveda de cañón que almacenaba las reliquias, y la superior ocupada por la cripta de Sta. Leocadia. En la capilla inferior se guarda una de las dos grandes cruces decoradas de este periodo, la Cruz de los Ángeles, que tiene función de relicario y cuatro brazos de igual tamaño ricamente decorados sobre un cuerpo interior de madera. Iglesia de San Julián de los Prados o Santullano, figs 11 y 12. Es una dedicada iglesia a la comunidad monástica, con tribuna para el rey. De planta basilical presenta una cabecera tripartita con un amplio crucero con dos sacristías a los lados y tres naves separadas por arcos de medio punto, siendo la central más ancha y alta. En 1915 se descubrió el conjunto pictórico que decora sus muros, de gran calidad y el único de su época que se ha conservado (fig. 13). 8Dios está representado mediante la Cruz, situándonos en el aniconismo propio del debate teológico del momento. A la manera de la pintura romana, se imitan incrustaciones de mármoles, jaspes y porfirios, además de representar arquitecturas fingidas y cortinajes. Iglesia de Santa María de Bendones Cabecera tripartita, una sola nave, dos sacristías laterales y un pórtico a los pies con dos estancias de hospedería para los peregrinos. Las características comunes a todas las iglesias de este periodo son el ábside rectangularcoronada por una ventana, dimensiones bastante reducidas y la utilización del alfiz de tradición hispanoárabe. En el periodo de mayor esplendor hay un renacimiento cultural que reaviva la herencia visigoda y deja entrever el influjo de los francos o bizantinos. Las construcciones se realizan enteramente en piedra, en sillares gruesos y bien tallados, el edificio se cubre con bóvedas en toda su extensión y 61 surgen los arcos fajones y los contrafuertes. Se utilizan arcos de medio punto peraltados y se aumenta la altura del edificio que se decoran con relieves en el interior. Iglesia de Santa María del Naranco, figs. 14,15 y 16, siglo XI Construida en el 848 sobre un antiguo pabellón real de Ramiro I. Es una construcción rectangular cubierta al exterior con techumbre a dos aguas. Tiene dos pisos claramente diferenciados que no se comunican entre sí. El inferior, de escasa altura, está cubierto por una bóveda de cañón reforzada por arcos fajones y tiene dos cámaras en los extremos cubiertas de madera. El núcleo central corresponde a los aposentos del rey, mientras que en los laterales se encuentran un oratorio privado y un espacio para baños. El piso superior está dividido en tres partes: una estancia central de planta rectangular y dos miradores a los lados. El gran salón central tiene una bóveda de cañón con arcos fajones que descansan sobre los muros y tienen su contrarresto en los contrafuertes exteriores. Sus paredes están aligeradas y reforzadas por una arquería ciega con arcos de medio punto peraltados y de tamaño decreciente, que organizan rítmicamente el espacio, y descansan sobre capiteles de los que parten varios fustes sogueados. Estos capiteles con forma troncopiramidal, están facetados y decorados con figuras humanas y animales. En las enjutas de los arcos aparecen unos medallones integrados por una cenefa con motivos vegetales que discurre entre un doble sogueado y en el centro un círculo con figuras de animales. Este espacio central del piso superior se comunica con los miradores que ocupan los extremos a través de una triple arquería también peraltada; en ellos se repite la disposición del espacio central, aunque sus columnas exteriores tiene un capitel de tradición corintia. El exterior se caracteriza por la armonía de sus proporciones. Sus dos fachadas menores se encuentran divididas en tres pisos: un basamento con tres vanos de medio punto, los miradores con tres grandes arcos de medio punto peraltados (central más ancho y alto) y el piso superior, inexistente en el interior, con una ventana trifora. En la fachada septentrional, una escalera de dos tramos adosados al muro conduce al piso superior a través de un pórtico cubierto con bóveda de cañón. Esta fachada y la meridional presentan unos contrafuertes 62 estriados que descansan sobre el zócalo del edificio, correspondiéndose en el interior con las columnas sobre las que descansan los arcos fajones que refuerzan la bóveda de cañón. Iglesia de San Miguel de Lillo, fig. 17. La parte que se conserva corresponde a los pies de la iglesia, ya que la cabecera se destruyó debido a las malas condiciones del terreno. Era de planta basilical, con tres naves, crucero terminado en dos capillas, cabecera tripartita y tribuna. Actualmente sólo se conserva el pórtico interno, la tribuna y el primer tramo de los cuatro que constaban las naves. Es un edificio alto cubierto con bóveda de cañón con arcos fajones. De su decoración destacan los relieves de las jambas de la puerta que representan escenas de circos con saltimbanquis y un domador fustigando con látigo a un león. Las basas de las columnas se decoran con sogueado y escenas con representaciones de ángeles y apóstoles. El interior debía estar decorado con pinturas con motivos geométricos como rombos o casetones. Destacan también las trabajadas celosías de alabastro que cubren los huecos exteriores. Ordoño I realiza un arte más rudo en el que destaca la construcción de un nuevo conjunto palaciego en Vega del Rey. Iglesia palatina de Santa Cristina de Lena, fig. 18 Ordoño I realiza un arte más rudo en el que destaca la construcción de un nuevo conjunto palaciego en Vega del Rey al que pertenece esta iglesia. De planta rectangular, con una sola cabecera cuadrangular y crucero, tiene dos sacristías anexas y un pórtico con tribuna a los pies. El interior se cubre con bóveda de cañón con arcos fajones. Aún conserva el iconostasis (fig. 19), un paramento que separa el altar de la nave, realizado en piedra y formado por una triple arcada de medio punto peraltada sobre cuatro columnas. Es un elemento exigido en el rito ortodoxo e imprescindible en la arquitectura religiosa bizantina y en la visigoda y que se mantiene en los templos asturianos. Durante el reinado de Alfonso III el Magno la frontera del reino llega por el sur hasta el Tajo. Fue un rey con un marcado carácter intelectual y se convirtió en un gran impulsor de la actividad artística. Enriqueció y agrandó la ciudad de Oviedo y realizó obras de infraestructura. La construcción más destacada es el conjunto de Valdediós, con palecetes, una iglesia y otras estancias. 63 Iglesia de San Salvador de Valdediós, figs. 20 y 21 De tres naves y cabecera tripartita rectangular. A los pies está la tribuna y a un lado, un pórtico corrido con la idea de panteón para el monarca y sus hijos. Las naves son bastante altas y están cubiertas con bóveda de cañón. El pórtico corrido anula la idea de simetría y es más bajo que las naves laterales, lo que produce un escalonamiento, aunque al exterior es una iglesia estilizada. La ventana doble geminada de la entrada tiene alfiz y en la cabecera hay otros dos vanos con arco de herradura y alfiz, algo que sucede en los vanos de la nave central. Estos elementos denominados “mozarabismos de Valdediós” podrían ser reminiscencias mozárabes o una reminiscencia del pasado que tendría que ver con el arco de herradura visigodo. El interior estaba lleno de pinturas muy similares a las de Santullano pero se han perdido y las paredes han sido encaladas. Los arcos entre las naves se apoyan sobre pilares. A las afueras de Oviedo se construye la abadía de San Adriano y Sta. Natalia que incluye una biblioteca y distintas dependencias monacales. Durante el reinado de Alfonso III se construyen un gran número de iglesias parroquiales, destacando la de San Salvador de Priesca. También reforma la primitiva iglesia de Santiago de Compostela, tirando los tres edificios realizados por Alfonso II y construyendo un gran templo con la tumba del apóstol situada en la cabecera. Alrededor de la tumba se levanta un muro que podría ser el origen de la girola. Las tres entradas a la iglesia permitían la celebración simultánea de dos ritos. Esta construcción se vino abajo en el año 997 tras el ataque de Almanzor, motivo por el que la iglesia se reconstruyó en el nuevo estilo románico. Durante el reinado de Alfonso III se creó en el castillo de Gozón un taller real con trabajadores astures, francos y ostrogodos en el que se realizaban cruces, relicarios u otros objetos de culto. Destaca la Cruz de la Victoria (fig. 22), realizada en madera forrada de oro con piedras semipreciosas incrustadas. Es una cruz latina cuyos brazos se rematan con tres lóbulos que se identifican con la Santísima Trinidad o los tres grandes territorios que formaban el reino astur. En el centro tiene un relicario y una serie de esmaltes con peces que representan a Cristo, un águila como manifestación del poder, el grifo que simboliza la vigilancia y el pavo real que simboliza la vigilancia divina. La cruz se destruyó pero se realizó una copia que se ha convertido en la enseña de Asturias. 64 También se realizan arquetas para guardar reliquias, adoptando la forma del Arca de la Alianza, son de madera forrada de metal con piedras semipreciosas incrustadas. Destacan la Caja de las Ágatas, con una cruz con el tetramorfos, y el Arca de Astorga, también con el tetramorfos. 5.- El siglo X en España. El arte mozárabe: un arte de repoblación Esta etapa se caracteriza por ser muy revuelta, confusa y complicada en la que no existe un solo poder, sino varis poderes cristianos, que luchan contra el Islam y entre ellos: el reino Astur-Leonés, el condado de Castilla, el reino de Navarra, el condado de Aragón y la Marca Hispánica de Cataluña. En las tierras fronterizas con estos reinos se establecen los mozárabes, hispanovisigodos que habían permanecido bajo el dominio del Islam manteniendo su religión y que adoptaron las costumbres musulmanas. Durante los siglos VIII y IX los mozárabes desarrollan un estilo propio en territorio del Islam que después mantienen en territorio cristiano. El elemento más característico de la arquitectura mozárabe es la diversidad. Los materiales empleados son de todo tipo: ladrillo, piedra, madera o tapial. Las plantas son variadas: basilical o de cruz griega o latina, pero es común que la cabecera tenga forma de herradura. Los arcos son de herradura califal, con una forma muy cerrada y suelen tener alfiz. El soporte empleado es la columna, igual que en las mezquitas. Las cubiertas pueden ser de madera a dos aguas o bien bóvedas de cañón, cúpulas de influencia bizantina o falsas cúpulas. Destaca también la presencia de aleros muy salientes soportados por modillones de rollos que se emplean para proteger los muros y que le aportan un aire oriental. Estos elementos, junto a la recuperación de la tradición visigoda o la influencia bizantina, van a estar presentes en las construcciones mozárabes, que van a ser fundamentalmente monasterios, edificios de enterramientos, centros peregrinales e iglesias rurales. 5.1. Los mozárabes sometidos al Islam De las construcciones mozárabes construidas durante los siglos VIII y IX han quedado pocos restos, ya que con Almanzor y más tarde con los almohades y almorávides se destruye prácticamente todo. Iglesia de Bobastro, Málaga. Construida con una técnica pobre y rudimentaria, se trata de un templo con cabecera tripartita, la capilla central con forma de herradura, con un crucero de tradición paleocristiana y las naves separadas por arcos de herradura califales. Iglesia de Sta. María de Melque. De planta cruciforme, tiene cabecera única aunque de herradura, al igual que la bóveda construida en piedra muy bien tallada. 5.2. Los mozárabes en territorio cristiano En el siglo X los mozárabes comienzan a asentarse en tierras fronterizas junto a los reinos cristianos, donde realizan numerosas construcciones. Se construyen en el reino de León: 65 Monasterio de San Miguel de la Escalada, fig. 23, 24 y 25 Es el más importante del momento. Consta de una iglesia, una serie de dependencias y una torre en la cabecera de la iglesia que alberga el escritorio. La iglesia tiene tres naves y una cabecera de tres capillas cuadrangulares al exterior pero con forma de herradura en el interior, todas cubiertas con cúpulas de gajos. Las influencias que pueden apreciarse son muy variadas: influencia del arte asturiano en las tres capillas, influencia bizantina en las cúpulas e influencia árabe en la planta de herradura. Las naves se separan por columnas y arcos de herradura y sus partes recuerdan en parte a una mezquita. Los materiales empleados son variados: piedra, ladrillo y teja. Al exterior tiene un pórtico adosado y un alero muy pronunciado sostenido por modillones de rollo. La decoración se sitúa en los capiteles y los relieves de los canceles, con temas vegetales como hojas de acanto. El monasterio se abandonó en el siglo XII y s o l o q u e d a una pequeña iglesia rural. La Iglesia de Santiago de Peñalba, año 937 se convirtió en un centro de peregrinación de cierta importancia. Para facilitar los cultos se creó una iglesia con dos ábsides contrapuestos, uno como cabecera y otro para las sepulturas de los santos, con dos espacios para el culto delante de ellos, ambos cuadrangulares al exterior y de herradura en el interior, cubiertos con cúpulas de gajos. Destacan también: las iglesias de San Miguel de Celanova o Sto. Tomás de las Ollas. En el reino de Castilla destaca: Iglesia de San Cebrián de Mazote, fig. 26 De gran tamaño, tiene cabecera triple con el ábside central con planta de herradura y los laterales cuadrada. El crucero o transepto termina de forma semicircular en dos exedras y las tres naves están separadas por columnas y arcos de herradura. Aparece un ábside contrapuesto. Destacan también la iglesia de Sta. María de Bamba, la de Sta. María de Lebeña o el monasterio rupestre de San Millán de Cogolla. Iglesia de San Baudelio de Berlanga, fig. 27. Se trata de una iglesia eremítica y penitencial compuesta por dos bloques cúbicos: una capilla y un cuerpo adosado a ésta. En el centro de la capilla hay una columna que se abre en la parte superior a modo de columna palmera. Esta queda unida con los ángulos a través de los arcos de herradura. Tiene además una tribuna con una pequeña capilla a la que se accede desde el exterior y una 66 caverna que se cree que serviría para alojar al eremita. La decoración pictórica data de los siglos X al XII y es muy importante ya que se trata de la única pintura mural mozárabe conservada en el Museo del Prado. No es una temática religiosa, sino civil y animalística que no ofende a los árbes por lo que no podía ser profanada. 26 27 Del condado de Barcelona destaca la iglesia parroquial de San Quirze de Pedret, de una sola nave cubierta de madera y rematada por una cabecera tripartita con testero recto o en planta de herradura. 5.3. La miniatura mozárabe: los Beatos El arte mozárabe destaca también por la producción de beatos, biblias y códices. En la Península Ibérica comienzan a aparecer, a partir del siglo X, manuscritos ilustrados. Existía la costumbre de leer y comentar fragmentos del Apocalipsis de San Juan en Cuaresma, para lo que se utilizaba el Comentario al Apocalipsis que Beato de Liébana escribe en la segunda mitad del siglo VIII. Por esto, se realizan muchas copias de este comentario. Un monje del monasterio de San Miguel de la Escalada llamado Magio, ilustra el texto de Beato de Liébana con la intención de dar más énfasis, expresividad y comprensión al textos. De esta manera empiezan a hacerse los Beatos, una expresión del arte mozárabe, que además son la inspiración de los futuros pintores del románico. En el scriptorium de San Miguel de la Escalada se copia el texto del Beato con algunos añadidos, lo que se llama Explanatio in Apocalipsis. Es a mediados del siglo X cuando al fraile Magio se le ocurre ilustrar el texto con el fin de lograr la comprensión de los castigos que serán impuestos a los condenados y los premios que recibirían los redimidos tras el juicio final. Magio utiliza la técnica al aguazo: los colores se disuelven en agua con cola o miel. Es una pintura bastante opaca y consistente, muy adecuada para el papel y pergamino. El colorido es fuerte y contrastado, con lo que se crea un clímax ambiental. Se representan figuras humanas, animales, algunas arquitecturas con cierta idea de movimiento, dando lugar a un halo de misterio. Las figuraciones humanas son genéricas: es siempre el mismo hombre. Las figuras animales pueden ser reales o fantásticas, siempre con carácter simbólico benéfico o maléfico. 67 Magio se basa en el color, la expresividad, el simbolismo y la yuxtaposición de diferentes puntos de vista para crear un tipo de estética que se extiende en el siglo X (fig. 28, 29, 30) Más tarde Magio se trasladó al monasterio de Távara, donde ilustra el Beato de Távara, aunque muere sin terminarlo, encargándose de ello su discípulo Emeterio. Se cree que ambos fueron de origen mozárabe y los continuadores de esta tradición serán de hecho los mozárabes, que eran los mejores conocedores de la miniatura paleocristiana, bizantina y copta. A partir de la Explanatio y del Beato de Távara, el éxito de los manuscritos fue enorme y se continuó su producción el monasterio de Távara. Emeterio ilustró otro beato ayudado por la monja Ende, que se conserva en la catedral de Gerona, por lo que recibe el nombre de Beato de Gerona, y que tiene un mayor número de ilustraciones. Se ilustraron también Biblias y Códices utilizando la misma técnica de los beatos. La más conocida es la Biblia de León, ilustrada por Florencio, un monje mozárabe. También se ilustran muchas crónicas, destacando el Códice Vigiliano o Códice Albeldense, que procede del escritorio de San Millán de la Cogolla y contiene textos históricos de la conformación del condado de Castilla. Además de la en la temática, los códices se diferencian porque en ellos aparece el nombre de su ilustrador y la fecha, algo que refleja la importancia y aprecio que tenían los ilustradores. Todas estas obras ilustradas son importantes porque no sólo significan la puesta en marcha del libro ilustrado, sino porque van a ser la base de la iconografía románica no sólo en España sino en toda Europa. 68 TEMA 8 - EL ARTE ROMANICO. INTRODUCCION Y ARQUITECTURA 1.- Introducción: El primer estilo internacional en Europa El arte de aquella sociedad, rígidamente jerarquizada en tres estamentos (nobleza, clero y campesinos) fue fundamentalmente religioso, por lo que hubo una gran proliferación de templos. Además, tras el comienzo del renacimiento de la vida urbana a partir del siglo XI, la catedral tuvo también un especial significado en una sociedad de extrema religiosidad. Por otra parte, la inseguridad reinante en aquel momento favoreció la construcción de recintos fortificados cuyo resultado final fue el castillo amurallado característico del siglo XII. La Iglesia también desempeñó un papel muy destacado en la cultura. El monasterio se convirtió en un centro económico y cultural de primer orden. Siguiendo la Regla de San Benito (creador del monacato de Occidente) los monjes siguieron una vida de austeridad, pobreza y espiritualidad que fue decayendo con el paso del tiempo hasta que se planteó una reforma realizada por Cluny, convirtiéndose este monasterio en un centro de poderoso movimiento reformista. Desde Cluny se impulsaron las peregrinaciones lo que contribuyó enormemente a la internacionalización del arte románico. También se realizaron las siete Cruzadas, entre los siglos XI al XIII, y aunque no se rescató la Tierra Santa de los musulmanes se consiguió frenar el progreso del Islam, asegurándose la libertad de comercio por el Mediterráneo y mejorando la economía. 2.- La Europa del Románico. La unidad del Imperio que Carlomagno había creado desapareció con sus herederos. En sus antiguos dominios surgieron unos territorios que con el tiempo originarían Francia, Italia y Alemania. A partir de la división del Imperio Carolingio surgió una nueva Europa junto con otros territorios como Inglaterra y los reinos cristianos de la Península Ibérica. El arte románico se extendió por todos ellos aunque se desarrolló con más facilidad en aquellos países en los que la romanización había tenido un mayor arraigo. 3.- La arquitectura: características generales del nuevo sistema constructivo Al ser fundamentalmente religiosa la iglesia y el monasterio son los edificios dominantes. Al emplearse una cubierta abovedada se hizo necesario aumentar el espesor de los muros para intensificar su resistencia a la presión de las bóvedas. Las ventanas, formadas por arcos de medio punto que van decreciendo en tamaño (abocinadas) eran escasas y pequeñas, por lo que el templo románico se caracteriza por su solidez y escasa iluminación. Su planta es generalmente de cruz latina, aunque existen plantas centralizadas, circulares o poligonales. La de cruz latina está integrada por una o varias naves longitudinales, terminadas en la cabecera en ábsides. El crucero es la nave transversal, o el espacio en el que se cruzan la nave transversal y longitudinal. La girola o deambulatorio es la prolongación de las naves laterales en torno a la parte trasera del presbiterio. El arco de medio punto es el más característico, aunque la bóveda es el elemento determinante ya que su empleo señala el rasgo más significativo de la arquitectura románica al ser sustituida progresivamente la cubierta de madera por una construcción abovedada. La bóveda de cañón es semicilíndrica y suele ir reforzada por arcos fajones descargando sobre los pilares, que a su vez están enlazados a los arcos formeros. Hay iglesias en las que la nave central está cubierta con bóveda de cañón mientras que en las laterales se emplea la bóveda de arista. El tramo del crucero se cubre con una cúpula, empleándose pechinas o trompas. 69 Aparece también la tribuna y el triforio o andito, que es cuando la tribuna se reduce a un estrecho pasadizo. El grueso muro de sillería soporta la pesada cubierta del templo románico, predominando en la construcción el macizo sobre el vano. No obstante, los estribos o contrafuertes contrarrestan también exteriormente el empuje de la bóveda y de los arcos. El pilar se convierte en el soporte exento más adecuado para recoger los arcos fajones y los formeros. El más característico es el pilar de sección cruciforme que paulatinamente se irá enriqueciendo. Con respecto a la columna ésta manifiesta la falta de proporción clásica, su fuste ya no es troncocónico sino cilíndrico, tienen basa con plinto y el capitel evoluciona desde el cúbico al historiado. En el exterior, además de los contrafuertes, los paramentos murales terminados en una cornisa, presentan impostas o frisos a la altura de las cubiertas interiores. También pueden estar recorridos por las bandas lombardas (pilastras alargadas) unidas por arquillos ciegos en su parte superior y que se apoyan en un zócalo en la inferior. Al principio se emplearon en los ábsides y en las torres, pero terminaron por recorrer verticalmente los paramentos exteriores de la iglesia. Varias puertas comunican con el interior del templo, emplazadas en los brazos del crucero y a los pies, que suele ser la principal y está orientada al Oeste. Tiene un aspecto abocinado al estar integrada por arquivoltas sostenidas por columnas adosadas al muro. Si es muy ancha su dintel está reforzado por el parteluz o mainel y sobre el dintel está el tímpano semicircular. Destaca en el románico su decoración, con temas historiados, vegetales y animales además de un repertorio de motivos geométricos como el ajedrezado, las filas de arco enlazados, los billetes, los besantes, puntas de sierra, cabezas de clavo, el baquetón en zigzag, etc.« El monasterio es el reflejo de la importancia de la vida monástica de la época. Construido lejos de las poblaciones, su núcleo central es el claustro rodeado de galerías con arcos de medio punto sobre columnas de escasa altura que se apoyan sobre un podio o pedestal corrido. Adosado a un lado de la iglesia, se comunica con las dependencias principales del monasterio: sala capitular, refectorio, cocinas y despensas, biblioteca, botica, etc. En la parte alta del claustro se encontraban los dormitorios de los monjes. Junto al monasterio y la iglesia destaca también el castillo, símbolo de poder señorial. Edificado en un lugar estratégico, por un lado cumplía una función defensiva además de ser la residencia del señor feudal. Estaba rodeado por un profundo foso y además varios muros y dependencias defendían también el donjon central o torre vigía que constaba de varias plantas, en donde se encontraba la vivienda y otras habitaciones. Destaca el donjon de Houdan (fig. 1) en París. 4.- Francia y la diversidad de escuelas regionales La arquitectura románica francesa es muy importante ya que fue en Francia donde se originó impulsada desde Cluny. Al convertirse Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela en lugares de peregrinación se construyeron en los caminos que conducen a ellas unos templos de grandes proporciones con características comunes: la planta consta de tres o cinco naves con crucero que a su vez tiene también naves laterales, cabecera con girola y absidiolos. 1 70 En el camino que grandes rutas que peregrinación. lleva a Santiago de Compostela, integrado por cuatro atraviesan Francia se levantaron las principales iglesias de Iglesias de peregrinación Iglesia de Saint-Martin de Tours: La estructura de ésta iglesia, con deambulatorio, un gran crucero y tribunas que rodeaban la nave central y transepto, hizo que pudiera albergar a un número elevado de peregrinos. Por lo que a principios del siglo XI este templo posiblemente se convirtió en el modelo a seguir por las otras iglesias que se construyeron en el camino que llevaba a Santiago de Compostela. De esta iglesia sólo se conservan sus cimientos. Iglesia de Sainte-Foy de Conques, entre 1040 y 1130. (fig. 2) Tramo longitudinal de tres naves, la central con bóveda de cañón con arcos fajones, y las laterales por bóvedas de arista. El transepto, poco desarrollado, tiene tres naves, con dos absidiolos escalonados en ambos brazos y un cimborrio de dos pisos que oculta una cúpula construida en el siglo XIV. La cabecera está integrada por deambulatorio y absidiolos. Las naves laterales tienen tribunas. En el alzado se distinguen arcadas y tribunas con vanos bíforos o geminados. 2 Iglesia de Saint-Sernin de Toulouse, entre 1080 y mediados del s. XII (fig. 3) Con influencia de Sainte-Foy de Conques, construida con piedra y ladrillo. Su planta es parecida a la de Santiago de Compostela, aunque las naves laterales son dobles. Es de cruz latina con cinco naves, crucero de tres con cuatro absidiolos y girola con cinco absidiolos. Sobre las arcadas de la nave central se encuentran unas tribunas bíforas. Cubriendo el crucero se levanta un cimborrio de cinco pisos de arcadas de gran altura, que explica las dimensiones de los pilares del transepto. 3 También se construyó la iglesia de Saint-Martial de Limoges que ya no existe. Escuela regional de Borgoña En ella llama la atención Cluny, el monasterio de mayor importancia en Europa occidental. Iglesia de Cluny III, siglos XI y XII. (figs. 4a y 4b) Fue destruida durante la Revolución Francesa. Fue de grandes proporciones hasta ser, junto con San Pedro de Roma, la más relevante de la cristiandad. 71 Tenía cinco naves de altura decreciente, la central de cañón apuntado y las laterales de arista. Y dos naves transversales con capillas, mientras que el deambulatorio constaba de cinco absidiolos. Su alzado era de tres plantas: arcada, triforio y ventanales. A los pies del templo se construyó un pequeño cuerpo de tres naves con dos torres, que se sumaban al cimborrio del cuerpo principal, dos octogonales de altura parecida a los lados y otras más pequeñas en los ángulos, además de la que había en el segundo crucero cercano a la capilla mayor. De esta iglesia sólo queda en pie el brazo sur del crucero. Iglesia de Sainte-Madeleine de Vézelay, entre 1140-1150. (fig. 5) Centro de peregrinación por albergar los restos de Sta. María Magdalena. Precedida por un nártex seguido de tres naves cubiertas por bóvedas de arista sustentadas por arcos fajones, sin tribuna, con transepto de una sola nave y cabecera con cinco absidiolos circulares y cuatro cuadrados que se abren a un deambulatorio gótico. El alzado consta de dos plantas: arcadas y ventanales. Destacan en el templo las dovelas de los arcos con alternancia de colores. 5 Escuela regional de Normandía Se desarrolló una arquitectura que tendrá una repercusión especial en Inglaterra y Sicilia, con soluciones consideradas precedentes del Gótico. En las naves de las iglesias de gran altura se alternan con frecuencia los pilares con gruesas columnas. Las cubiertas, de madera en un primer momento, eran bóvedas de ojiva (anticipo de las góticas de crucería). La fachada suele tener dos torres, y en el crucero se levanta el cimborrio sobre trompas. En el alzado se distingue la tribuna encima de las naves laterales y sobre ella el triforio. Con escasa decoración predominando los motivos geométricos. Iglesia de San Esteban, e Iglesia de la Santísima Trinidad, siglo XI.(fig. 6) Se caracterizan por sus potentes y altas fachadas de dos torres y una planta longitudinal de tres naves con transepto saliente y ábsides escalonados que fueron modificados en el periodo gótico. En el alzado San Esteban presenta tres plantas: arcada, tribuna abierta a la nave central por un arco de medio punto por tramo, y claristorio con triforio. En la Santísima Trinidad en lugar de tribuna hay triforio ciego. Escuela regional de Angulema y Perigord Existe un modelo de templo que se diferencia de los existentes en regiones de Francia. Son iglesias con cúpulas sobre pechinas. otras Destacan San Front de Périgueux, figs. 7a y b (1120-1170), con planta de cruz griega y cinco cúpulas. Y la catedral de San Pedro de Angulema (1105-1150) con cuatro cúpulas, tres de ellas en los tres tramos de su única nave y la cuarte en el 72 crucero, con un profundo ábside con absidiolos y una gran ventana axial. Fachada con profusa decoración. 7ayb Escuela regional de Poitou, Loira y el Garona Tipología con la nave central a la misma altura que las laterales, originando la denominada iglesia salón. Iglesia de Notre-Dame la Grande de Poitiers. 1130-1145, fig. 8 En este caso la nave central es algo más alta que las laterales. Con tres naves, la central cubierta por bóveda de cañón con arcos fajones y las laterales de arista. La fachada que culmina en un frontón y torrecillas en los extremos con remates cónicos cubiertos de escamas, presenta una rica decoración integrada por arcos ciegos y temas figurados, vegetales y geométricos. Escuela regional de Provenza Es la parte más romanizada de las Galias, traduciéndose en la simplicidad de las estructuras arquitectónicas, con interiores caracterizados por sencillez y armonía. Predomina un templo de nave única, bóvedas de cañón, cúpula sobre trompas en el crucero y ábside con absidiolos. Iglesias de San Trófimo de Arlés fig. 9 y Saint-Gilles-du-Gard Fachadas con columnas que descansan sobre animales simbólicos, Marcado protagonismo de la escultura en estos templos. San Trófimo, tiene tres naves, la central cubierta con bóveda de cañón apuntado y las laterales con cuarto de cañón, con una altura excesiva la central respecto a su anchura. Saint-Guilles constaba de tres naves separadas por pilares cuadrangulares con columnas 9 73 adosadas, transepto no sobresaliente, cabecera con girola y absidiolos. 5.- Escuelas y peculiaridades del Románico en Italia Italia se caracteriza por su originalidad con incorporación de elementos antiguos a la arquitectura románica junto a la elegancia de sus proporciones. Región de Lombardía Los exteriores de los templos se articulan en un conjunto de arquillos ciegos y bandas lombardas con carácter decorativo con ampliar repercusión en Europa. Destacan San Miguel de Pavía y San Zenón de Verona, con fachadas compuestas por pórticos con columnas que se apoyan sobre animales (influyó en Provenza). Basílica de San Ambrosio de Milán, siglos XI y XII. (fig. 11) Precedida por un atrio que guarda una estrecha relación con el modelo paleocristiano. Muy amplio y de proporciones rectangulares, está rodeado por corredores abovedados. Al fondo se levanta la fachada de la basílica flanqueada por dos campanarios. De planta basilical con una ancha nave central dividida en tres tramos, con bóvedas de crucería. El empuje de las mismas está contrarrestado por las naves laterales, también abovedadas, al igual que el matronio (tribuna) construido sobre las naves laterales. No existe crucero aunque en el cuarto tramo de la nave central se levanta una cúpula sobre trompas, mientras que la cabecera está integrada por tres ábsides semicirculares. Región de Toscana Gran utilización del mármol y empleo preferente de la columna. En Pisa se construyó un gran conjunto arquitectónico monumental de gran belleza (fig. 12), integrado por la catedral, el baptisterio y la torre (campanile). Catedral de Pisa, 1063-1118 y Baptisterio de Pisa, 1153. Realizada por los maestros Burgueto y Reinaldo. De cinco naves y un crucero con cúpula y transepto de tres naves, con cubiertas de madera en las naves centrales y bóvedas de arista en las laterales. El mármol se alterna en fajas de tonos blancos y oscuros. En la fachada principal hay varios pisos de arquerías. Obra de Diotisalvi, está aislado de la catedral. Es de planta circular con un espacio central envuelto por una nave anular. Su exterior fue modificado en estilo gótico. Iglesia de San Miniato al Monte Florencia, siglo XII (fig. 13) Basilical con tres naves separadas por arcos de medio punto que descansan sobre columnas corintias, algunas aprovechadas, y pilares con columnas adosadas. La cubierta es de madera y las paredes están revestidas con mármoles de varios colores. Su fachada, decorada también con mármoles de tonalidades blancas y verdes, presenta una estructura escalonada. 74 Región del Lacio Se siguen empleando modelos paleocristianos con decoración geométrica, basada en fragmentos de mármoles de colores que originaban mosaicos. A esta técnica se denomina estilo cosmatesco. Destacan: el claustro de San Juan de Letrán y el de San Pablo Extramuros, en Roma. 13 Isla de Sicilia Se caracterizó por un estilo muy original conocido por el nombre de arte sículonormando, integrado por diferentes influencias: bizantinas, normandas y musulmanas. Catedral de Cefalú: Basílica de tres naves con un crucero y ábsides escalonados, es decir, el central muy profundo y los laterales menores y menos salientes. Su fachada occidental destaca por su sobriedad, con dos torres y un pórtico integrado por tres arcos, siendo destacable la ligereza de sus columnas y la presencia de unos arcos apuntados de origen musulmán. Catedral de Monreale, figs. 14 y 15. Basílica de tres naves, techo de madera, crucero muy amplio y alargado y tres ábsides. El interior está bellamente decorado con mosaicos y mármoles y en el exterior de sus tres ábsides semicirculares se desarrolla una recargada decoración a base de arcos apuntados entrecruzados que descansan en columnillas de mármol. Capilla Palatina de Palermo: De pequeñas proporciones, formaba parte del complejo del palacio real. De planta basilical con arcos apuntados que descansan sobre columnas corintias, destacando la nave central más ancha que las laterales, cubierta por un techo de mocárabes. 6.- Alemania: la herencia otoniana La arquitectura de Alemania sigue la tradición otoniana junto a las influencias francesas. Iglesia de San Miguel de Hildesheim, 1010-1033. fig. 16 75 Consta de dos ábsides, uno a la cabecera y otro a los pies, dos presbiterios y dos cruceros, con tres naves separadas por pilares alternados con columnas, capiteles cúbicos y cubierta de madera. Región Renana Es la más importante de Alemania en este periodo. Además del doble ábside se emplean dos torres cilíndricas a los pies y en la cabecera, bóvedas de arista en todas las naves y decoración exterior con influencia lombarda, consistente en arquerías ciegas y bandas. arcadas y arquillos de tipo lombardo. Catedral de Spira, siglo XI Figs. 17 y 18 Se caracteriza por su monumentalidad y grandes proporciones. La primitiva cubierta de madera fue sustituida por bóveda de arista dividida en tramos por arcos fajones, correspondiendo a cada tramo de la nave mayor dos de las laterales. Están separadas por robustos pilares cuadrangulares. En el exterior, en lo alto del ábside, corre una galería que está integrada por pequeñas Catedral de Worms, fig. 20 Doble ábside afrontado, es de menores proporciones. Interior basilical con pilares y bóvedas nervadas. 7.- Inglaterra: la innovación técnica en las bóvedas de Durham La arquitectura románica estuvo muy influenciada por los modelos normandos de Francia. Son construcciones de gran tamaño cuya planta está integrada por tres largas naves, generalmente con tribunas, un transepto muy acusado en cuyo crucero tiene un gran cimborrio cuadrado similar a una torre, y cabeceras con tres ábsides que suelen ser largos y rectilíneos. En esta época se construyeron las catedrales de Canterbury, Winchester, Ely, Gloucester y Norwich, edificadas entre los siglos XI y XIII aunque fueron transformadas en edificios góticos. Catedral de Durham, 1093-133. Figs. 22 a y b Gran repercusión en la formación del gótico. De planta basilical precedida por un nártex e integrada por tres largas naves separadas por una alternancia de soportes muy robustos: 76 columnas y pilares con columnas adosadas. El transepto es muy acusado, con una sola nave lateral situada en el lado este y una cabecera muy profunda terminada en tres ábsides, de los cuales el central se proyecta hacia el exterior, mientras que los restantes que son una prolongación de las naves laterales, están inscritos en el muro de la misma. En el alzado se distingue tres cuerpos: grandes arcadas, tribuna y ventanales. Con una decoración muy acusada en la que destacan unos motivos en forma de rombos y en zigzag que recorren las grandes columnas cilíndricas, las arcadas, los arcos fajones y las ojivas. Se utilizaron bóvedas de crucería de ojiva, características del gótico. Las presiones de estas bóvedas recaen en los muros, a la vez que son soportadas por los pilares y columnas que separan la nave central. 77 TEMA 9 - PINTURA Y ESCULTURA ROMANICA 1.- Introducción: El arte románico favoreció el renacimiento de la escultura en piedra al formar ésta parte de los edificios y quedar supedita a ellos. A partir del año 1000, en el sudoeste de Francia y norte de España, a lo largo de la ruta de peregrinación jacobea, las iglesias se cubrieron de una escultura íntimamente ligada a la arquitectura. Esto se produjo gracias a la especialización de grupos escultores en los equipos de canteros lo que propició que la decoración esculpida se incluyera en el edificio ocupando la estructura arquitectónica, proporcionando al monumento no solo unos programas decorativos concretos, sino un sentido simbólico, narrativo y espiritual, que en última instancia, lo transforma en un grandioso contingente de imágenes visuales que explican el mundo románico. Igualmente la talla de madera tuvo un resurgir, aunque no es comparable el desarrollo de la escultura monumental de piedra, conservándose numerosísimas tallas de madera policromada, la gran mayoría representando a la Virgen y el niño o a Cristo crucificado. El románico supone la asimilación de un estilo unitario en todas las artes, tanto en la forma como en el contenido, y su difusión internacional lo convierte en el primer estilo de la Europa romana y cristiana. 2.- El lenguaje de las imágenes románicas 2.1.- La iglesia y su decoración El mundo iconográfico experimenta una ordenación en la que las diferentes tendencias del arte de la Alta Edad Media se integran de forma gradual en el panorama de la concepción del mundo. Todo el conjunto arquitectónico responde a una distribución general estricta a la que someten, también, las artes plásticas. El templo era una imagen cósmica del universo ya que la iglesia era un universo en miniatura donde se integraban, a través de la decoración, las distintas criaturas que componen conjunto coherente y orgánico. El artista era un intérprete de la naturaleza, y por tanto, de Dios. La fachada principal de las iglesias alcanzó una trascendencia primordial dentro del paisaje urbano al constituirse el punto visual culminante del edificio. Las portadas tuvieron un sentido simbólico fundamental: se convirtieron en el umbral, en el lugar que marcaba el paso de lo profano-exterior a lo sagradointerior, por lo que debían estar especialmente adornadas. En ellas se centro la decoración escultórica localizada en tímpanos, dinteles, arquivoltas, jambas y capiteles. Al supeditarse a la arquitectura hizo que las figuras representadas no tuvieran una estructura propia, sino que se adaptasen al marco donde se incluían, provocando deformidades. En un principio, las esculturas y decoraciones se situaron en el tímpano, sobre la puerta o en sus arcos, dejando limpio el resto de la fachada o disponiéndose a modo de friso. A medida que el trabajo escultórico mejora se detecta un cambio significativo: las figuras encerradas en bloques cobran nueva vida y se comienza a trabajar en altorrelieve. Los ropajes se proyectan hacia el exterior en abundantes pliegues, y los personajes de las jambas de las portadas abandonan su aislamiento y tienden a relacionarse. La obra escultórica románica inicia el camino del realismo y de la humanización de los personajes, notándose igualmente en la figura divina. En el interior la pintura al fresco decora las superficies de los muros, especialmente en los ábsides. 78 Igualmente adquieren mayor importancia las labores en bronce, como placas funerarias y hojas de puerta. Esta rica y compleja decoración escultórica y pictórica fue profundamente criticada llevándola a su final. Los escritos de San Bernardo las califican de inutilidades, como deformidades y monstruosidades peligrosas que distraen la atención, sintiéndose en las grandes abadías cistercienses donde la escultura monumental y pintura mural desaparecieron, al igual que en las últimas manifestaciones del románico. 2.2.- La finalidad de las imágenes El principal propósito de las imágenes era instruir a los fieles. Tanto la pintura y la escultura, normalmente coloreadas, eran primordiales para difundir el mensaje divino, mostrando acontecimientos bíblicos que junto con la predicación oral era la única forma de hacer llegar el conocimiento a la mayoría de los fieles. Las imágenes, además de cumplir funciones narrativas, pedagógicas y transmisoras de cultura, eran instrumentos al servicio de Dios, que debían inducir al fiel a cumplir los preceptos religiosos. 2.3.- Los métodos de representación Aunque a los artistas se les ha representado como individuos anónimos, hay algunos de ellos que firmaron sus obras. Así conocemos sobre todo figuras individuales, sobre todo escultores, que actuaron también como arquitectos, algunos con nombre propio como el maestro Mateo y maestro Esteban, de la catedral de Santiago de Compostela, o el maestro Gislebertus de la catedral de Autun, otros ligados con el lugar que trabajaron como maestro de Cabestany y por último los escultores italianos cuyas obras y personalidades han sido analizadas por la crítica historia como las personalidades artísticas de cualquier otro periodo como Benedetto Antelami o Wiligelmus. La palabra “scultor” no tenía el mismo significado que hoy en día ya que existía una ausencia de concepción artística del trabajo de esculpir, no será hasta el Renacimiento cuando se establezca la diferencia. Al desarrollarse la escultura románica ligada al los elementes arquitectónicos hace necesario adaptar las figuras a las proporciones y formas de la superficie, lo que fue decisivo para su configuración. Dentro del soporte arquitectónico, adquiere formas precisas. La escultura se talla en la misma piedra del edificio y se cubre con capas de pintura que le dotan de un carácter muy alejado de su actual aspecto pétreo. Sin embargo la pintura mural muestra un desarrollo más natural y continuo, sin que se produzcan lagunas y olvidos que la separen del mundo prerrománico anterior, donde tanto la pintura mural como la miniatura habían sido muy utilizadas. Por lo tanto se puede afirmar que el arte románico no puede concebirse fuera del que fue su soporte vital, la arquitectura y dentro de ésta, la iglesia, lugar donde se condensaba la mayor parte de las manifestaciones artísticas. Por su parte, escultura y pintura, enriquecieron y acentuaron los espacios arquitectónicos. Esta supeditación y el carácter instructivo de la decoración hacen que no exista una intención de imitación de la naturaleza, prima el principio de claridad expositiva frente a la ilusión espacial o la acción dramática. 79 Dos eran las premisas dominantes: reconocer el motivo representado y el perfecto acoplamiento al espacio arquitectónico en que se ubicaba. La escultura románica no presenta el aspecto natural y grácil de la estatuaria clásica, ya que los artistas tuvieron que volver a métodos de representación más simples. Un gusto por lo esquemático entendido como un resumen de la forma en el que el artista adquirió mayor libertad para llevar a cabo experiencias con las formas más complejas de composición. Profundamente antinaturalista, el arte trata de captar la idea inmanente de la cosa, no lo que la cosa es en sí. En este mundo simbólico todo ayuda: el color, los objetos que acompañan, su disposición, el lugar donde se ubican e incluso una deformación intencionada. Es esta libertad la que permite representar la idea de lo sobrenatural y la que posibilita que las enseñanzas de la Iglesia puedan verse traducidas a imágenes definidas. Junto a la narración más exacta se encuentra el simbolismo más sutil y una extraordinaria capacidad creadora. Dos leyes enunciadas por Henry Focillon reflejan la subordinación total a la arquitectura: La ley del marco: la adaptación de las formas esculpidas o pintadas a la estructura arquitectónica La ley del esquema geométrico: exige al artista que las figuras tengan una lógica geométrica intrínseca, por ejemplo, que guarden simetría, formen siluetas parecidas a cuadros, círculos, cruces, etc. Sin importar que este forzamiento distorsione la realidad En pintura, la ley del marco establece que el espacio que se ha de decorar quede limitado por un recuadro. Las escenas se insertan en un fondo desprovisto de profundidad sobre el que éstas se manifiestan mediante registros o bandas superpuestas, cada una de las cuales comprende cierto número de compartimentos. Muchas veces, los registros, tienen carácter simbólico (parte superior: mundo celeste; media: humano; inferior: mundo infernal). Esta forma de representar el espacio difiere de la que tenemos de percibirlo bien mediante la mirada o el pensamiento y responde a la intención de producir una sensación de continuidad donde ocurren diferentes sucesos de manera concatenada, es decir, se pretende reproducir un espacio narrativo. El hieratismo, la inexpresividad, la utilización de la gradación jerárquica, son fórmulas heredadas del mundo bizantino utilizado por el artista románico para las imágenes divinas. Del arte carolingio se escoge la expresividad y las proporciones clásicas, ese gusto por lo clásico que permiten la representación humana. Esta fuerte expresividad se mezcla con lo inquietante, con lo monstruoso transmitido por el mundo hispano-árabe. La difusión de los Beatos por toda Europa, sobre todo el Beato de Liébana, permitió al artista románico de disponer de un catálogo de imágenes monstruosas y turbadoras. Complicados entrelazos, animales mezclados con elementos vegetales, orlas geométricas, son motivos que ayudan a que las superficies no permanezcan vacías. 2.4.- Los temas y motivos Iconográficamente, la escultura, se inspira tanto en fuentes religiosas como profanas. Recoge motivos de la antigüedad clásica, sobre todo de los primeros 80 momentos del Cristianismo, así como modelos prerrománicos y bizantinos, junto con los temas que se crean en el momento. Los motivos más representados fueron los que narraban historias del Antiguo Testamento, los Evangelios o el Apocalipsis, acompañados muchas veces por los relatos de la vida de Jesús y la Virgen. Les siguen los que no pretenden contar, sino hacer visible un universo simbólico: luchas entre hombres y animales, animales rampantes enfrentados o imágenes del bestiario. Se trata de figuras cargadas de un fuerte simbolismo que apunta a la división entre el bien o el mal, al horror del pecado, visiones infernales y demoníacas etc... Los motivos vegetales o geométricos además de permitir la decoración íntegra de las superficies aluden a ese mundo simbólico gracias a la convención o a la analogía, es decir, a través de elementos sensorialmente perceptibles, se está representando algo, por ejemplo: los motivos en zigzag son la representación epigráfica del agua en las pilas bautismales y prefiguran el agua como elemento salvador del pecado. También se reproduce la cotidianidad del hombre interpretada bajo el pensamiento trascendente que domina la Edad Media: tanto el mundo natural humano como el mundo histórico de las Escrituras dependen de Dios y son su reflejo. Al tener como función principal la instrucción de los fieles, se unen para su consecución las funciones narrativas con las pedagógicas y de transmisión de la cultura. La supeditación y el carácter instructivo obligaban a que lo representado se entendiera a primera vista. La simplificación en los métodos de representación permitió expresar el mundo sobrenatural mediante un simbolismo muy sutil. El Maiestas Domini o Pantócrator: En la organización de los temas iconográficos, la bóveda del ábside y el tímpano de la portada son los puntos culminantes de la alegoría, por lo tanto son los lugares principales donde se sitúa el Pantócrator o Dios entronizado. La visión del Pantócrator significaba la vuelta de Cristo, que se reproducía en majestad para juzgar a los hombres. Su imagen es el símbolo de lo absoluto, y por ello, ocupa el lugar de honor de la decoración románica. La imagen de Cristo se individualiza tanto por sus dimensiones como por el tratamiento de su vestimenta. El atuendo era un signo visible de poder por lo que en las representaciones de Cristo, su indumentaria parece no tener ninguna relación con su anatomía. Es habitual que las piernas y rodillas se abulten y se agranden en relación con el resto del cuerpo. Su brazo derecho, el que bendice, se remarca por el semicírculo que forma la caída del manto y la manga. Esta deformación corresponde a un criterio expresivo. La túnica deforma el grandioso cuerpo de Cristo, lo que significa la presencia rotunda de lo divino. La actitud bendecidora queda congelada y remarcada por la vestimenta que lo acompaña. La imagen de Cristo que aparece encerrada en una mandorla, incidiendo en la presencia de lo divino, acompaña a todas aquellas cosas que se encuentran en el ámbito de lo celeste y es símbolo de eternidad y atributo de poder. La representación de la Maiestas Domini viene acompañada, por lo general, del 81 Tetramorfos, los cuatros seres que dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono. En toda la pintura románica la ejecución del Tetramorfos con la imagen central se resuelve siguiendo la visión de Ezequiel, según la cual, los seres avanzan en las cuatro direcciones aunque sus rostros se vuelven constantemente hacia Cristo Todopoderoso. La Maiestas Domini puede ir acompañada, e incluso sustituido, por otras teofanías, manifestaciones de la divinidad, como la Dextra Domini la mano derecha de Dios bendiciendo, o el Agnus Dei, el Cordero de Dios, e incluso el Crismón el anagrama de Cristo. Es habitual que, en composición continua, unitaria y simétrica respecto a la imagen central, se ejecute el Colegio Apostólico o la visión apocalíptica del Juicio Final, donde en registros separados se reproduce el mundo de los elegidos y el de las formas retorcidas de los condenados. En la pintura altorrománica, la figura de grupos numerosos apenas aparece, y si lo hace se resuelve mediante la graduación en alturas o por la sucesión de personajes en hilera. En la pintura tardorrománica, este tipo de imágenes es más habitual y se estructura los personajes en distintos niveles de profundidad. Por último, en la bóveda se encarna al Espíritu Santo en forma de paloma, con las alas extendidas y despidiendo siete haces de rayos. Las escenas de la vida de Cristo pueblan los muros laterales de las iglesias, en los espacios que conducen a lo sagrado o en los capiteles de las columnas. En muchos templos de advocación mariana el Pantócrator fue sustituido por la Maiestas Mariae, la representación de la Virgen como trono del Salvador e intercesora entre los hombres y Dios. La escultura y pintura románicas quisieron incorporar la cotidianidad del hombre. Donde mejor se manifiesta es en los mensarios, figuraciones de los meses del año confundidas muchas veces con los signos del zodiaco. El tiempo que ordenaba mensualmente la actividad del hombre, permitió profundizar en lo particular. El desnudo humano es un hecho accidental en el que no se busca la perfección anatómica y mucho menos el símbolo de la belleza. El cuerpo humano llega a ser un objeto de humillación y vergüenza, a menudo asociado a lo demoníaco. En capiteles y mayormente en los canecillos de las iglesias, se incorporan desnudos humanos en representaciones deformes y grotescas unidas a la idea del pecado. Aparte de estas imágenes, el desnudo se ciñó a la representación de unos temas bíblicos concretos: la creación del primer hombre, el pecado original, el cuerpo crucificado de Cristo o los demonios y resucitados. En ellos se observa la pérdida de los conocimientos clásicos, son anatomías recompuestas a partir de la observación de cada uno de los miembros por separado. Es quizás en las representaciones vegetales y animales donde el artista pudo mostrar su vena más genial y fantástica 2.5.- El simbolismo de las imágenes Carecemos de fuentes que expliquen o codifiquen el mundo simbólico del arte románico hecho que se debe a que éste no se sitúa en el orden de lo racional sino que es una forma de entender las cosas, basadas en tradiciones, 82 conocimientos y los mitos grabados en la memoria colectiva, cuyas claves no tenemos excepto las que nos proporcionan los Beatos. Esta tradición simbólica transforma a esta época en un mundo de imágenes lleno de arquetipos y signos estandarizados. En el mundo medieval cada imagen o figura tenía un lugar dentro del sistema general del mundo simbólico, y es ese mundo el que les dota de un sentido pleno. Entroncada con este mundo simbólico-espiritual se encuentra la concepción estética y la idea de Belleza. Lo Bello se relacionaba con el concepto de bien y sus manifestaciones son el símbolo de una realidad inmediatamente superior. Atribuyen a la obra un carácter icónico, y ven en ella la reproducción finita (microcosmos) del infinito (macrocosmos). 3.- La escultura románica 3.1.- Centros de escultura en Europa: Francia, Italia, Alemania FRANCIA Los primeros intentos de escultura románica están marcados por su relación con la decoración bidimensional y con la forma de esculpir los relieves de marfil y la orfebrería, presentados una continuidad con los talleres que habían estado activos en el período anterior. Tímpano de Saint-Genis-desFontaines: Considerada de un taller de los Pirineos. Aparece ya un Pantócrator rodeado de una mandorla flanqueada por dos ángeles. Es un relieve plano, casi un silueteado, sin conexiones con la antigüedad clásica. Languedoc: Es uno de los primeros focos de expansión de la escultura románica. Basílica de Saint-Sernin: La mesa del altar fue esculpida por el maestro Bernardo Gilduinus. Está formada por un friso de pájaros con elementos vegetales y por varias escenas en bajorrelieves: Cristo entre la Virgen y San Juan Evangelista, los Apóstoles, la Ascensión de Alejandro Magno (episodio legendario). También es obra suya o de su taller, los siete bajorrelieves en mármol del deambulatorio: Cristo en majestad, con cuatro ángeles y dos apóstoles, en los que predomina la tendencia a la estilización. 83 Iglesia de Moissac En su tímpano se reproduce la visión apocalíptica según San Juan, siguiendo la estela de los beatos mozárabes. En el centro Cristo en majestad, inaccesible, alejado del mundo por su enorme tamaño, rodeado del tetramorfo flanqueado a su vez por dos ángeles. Esto refuerza la visión apocalíptica que se plasma en el tímpano, como las ruedas de fuego en el dintel (fuego del infierno) o las olas a los pies de Cristo (separación tierra-cielo). Las figuras del apóstol Pablo o el profeta Jeremías se alargan y contornean adaptándose a su marco, las columnas, y su modelado es rotundo, alejado del esquematismo. Completan la decoración los relieves en las paredes laterales con las Historias de la infancia de Cristo, La parábola del rico Epulón y El castigo de Avaricia y Lujuria. En su claustro los capiteles narran por primera vez historias bíblicas y se acompañan de doce panales con bajorrelieves de Apóstoles de tamaño natural. Iglesia abacial de Souillac: Entre los restos de su portada se encuentra la figura del profeta Jeremías, heredera directa de la figura de Moissac, aunque con un movimiento más vivo y un gusto por los detalles, que se refleja en el tratamiento de los amplios mantos, la barba y la aptitud del personaje. 84 Borgoña Tímpano de Santa María de Vézelay Tiene una representación del Pentecostés. En el centro del tímpano, la Todopoderosa reina dentro de una mandorla y, bajo sus brazos abiertos, los apóstoles reciben al Espíritu Santo. La escena se rodea por un mensario con las labores agrícolas y con una arquivolta en la que se graban los signos del zodiaco. Uno de los escultores más reconocidos quizá sea, junto al maestro Mateo, el maestro Gislebert que plasmó su firma en el tímpano de Autun. Catedral de Saint Lazare, maestro Gislebert: En los capiteles, ejecutados hacia 1130, se interpretan escenas de la resurrección de los muertos y el Juicio Final. Tratamiento de los temas mediante figuras delgadas y alargadas, en composiciones dramáticas y de gran movilidad. En un capitel del coro se expone una de las composiciones más conocidas y únicas del maestro Gislebert: el sueño de los Magos. En él aparecen dos Magos dormidos, mientras que un ángel roza la mano del tercero, lo despierta y le muestra la estrella que ha de guiarlos. También la Virgen sedes sapientiae muestra su originalidad: María inclina la cabeza y abraza al Niño otorgándole así una forma más humana a la representación. En el dintel del portal lateral de la catedral, esculpió una atractiva imagen de Eva, conocida como La Tentación de Eva, Eva de Gislebert, Eva de Autun, que no aparece de pie junto a un árbol, sino tumbada sobre un brazo mientras alarga el otro para coger el fruto, casi en una postura de Venus Auvernia. Destacan los capiteles de San Benoit sur Loire y el tímpano de Santa Fe de Conques, con una alegoría del Juicio Final. 85 El sueño de los Magos La Tentación de Eva Provenza La filiación con la antigüedad clásica viene marcada por la disposición de las fachadas. Iglesia de San Trófimo de Arlés: La fachada se plantea a modo de un arco de triunfo de una sola arcada, con un ciclo iconográfico que recoge el tema del Juicio Final y cuyas esculturas muestran un intenso intercambio con la escultura románica italiana. Fachada de San Gil de Gard: Establece una relación directa con la arquitectura de los arcos de triunfo romanos. Se divide en tres portadas cuyos arcos semicirculares están flanqueados por esbeltas columnas exentas, con acentuados contrastes de claro-oscuro y salientes plintos: por encima de ellas corre un entablamento, que de forma narrativa, en un relieve continuo se plasma la vida de Cristo. 86 San Gil de Gard San Trófimo de Arlés Poitou y sudoeste Destacan la Catedral de Angulema, con temas de la Ascensión y el Juicio Final y Notre-Dame la Grande, Poitiers. En ellas, la fachada repleta de escultura y con programas iconográficos complejos, se divide en diferentes cuerpos donde se distribuyen escenas bajo arcadas cuyas arquivoltas están también decoradas. Catedral de Angulema Notre-Dame la Grande La obra del denominado maestro de Cabestany revela la internacionalidad del arte románico y su capacidad de movilidad. A un solo personaje o taller, denominado de Cabestany, se han asignado más de ciento veinte obras diseminadas por Navarra, Cataluña, Languedoc, Rosellón y Toscana a finales del siglo XII. Sus características son muy similares: caras triangulares de ojos almendrados y saltones, cejas redondeadas y orejas altas, tamaño desmesurado de manos y pies y sus ropajes lucen múltiples pliegues buscando una sensación de movimiento y abundancia. Las escenas se componen en diferentes planos y los personajes muestran un sabio domino de las proporciones y el volumen. 87 ITALIA Aquí la influencia de la estatuaria romana fue concluyente. En Lombardía se hallan dos de las primeras personalidades del arte románico documentadas: Wiligelmo de Módena, que trabaja en la Catedral de Módena y Benedetto Antelami, que lo hace en Parma, así como en las esculturas del baptisterio y en la catedral de Fidenza. Wiligelmo de Módena: Estuvo activo en Módena entre 1099 y 1110. Trabajó en la catedral bajo las órdenes de Lanfranco, arquitecto de la catedral, ocupándose de la rica decoración exterior del edificio. Los cuatro grandes relieves, cuya autoría se asocia a Wiligelmo y quizás a sus colaboradores, encarnan escenas del Génesis junto a las figuras de los profetas Enoc y Elías. También se le atribuyen algunos capiteles de la galería superior, así como de los estípites del arquitrabe y la arquivolta en el portal mayor. El programa iconográfico, de extremada riqueza y complejidad, pone de manifiesto la amplia cultura del autor. La consideración que tuvo en su tiempo queda grabada en una cartela situada sobre la portada, sostenida por los profetas Enoc y Elías, quienes ascendieron a los cielos sin morir, estableciéndose un símil con la inmortalidad del artista gracias a sus obras. Su obra supone uno de los primeros intentos en definir la escultura románica mediante un lenguaje propio. Presenta ascendencias clásicas inspiradas en sarcófagos y relieves romanos, junto con afinidades estilísticas con la escuela de Languedoc, reflejadas en la sobriedad y solidez de sus composiciones y en la intensa vitalidad de las figuras, acentuada por la sencilla expresividad del arte popular. Benedetto Antelami: Arquitecto y escultor. Junto con el contacto con la estatuaria clásica y arquitectura griega y romana, pudo tenerlo con los trabajos que se realizaban en Francia. Su obra más antigua es el Descendimiento, conservado en la catedral de Parma. Posteriormente, realizó las decoraciones del baptisterio además de proyectarlo como arquitecto. Su arquitectura, con un sentido ascensional de gran originalidad, nos indica el cambo hacia el gótico. Su programa iconográfico simboliza la importancia del nacimiento de Jesús en la historia sagrada. 88 Bonanno de Pisa: Arquitecto y escultor, realizó la Puerta Real de Bronce de la catedral de Pisa en 1180. También se le atribuye la Puerta de San Raniero, en uno de los lados de la catedral donde figuran historias de la vida de Cristo. Realizada en época posterior a la Puerta Real, ya que es una obra de gran madurez por su coherencia formal y amplios planteamientos, dentro de un marco clásico, utilizando un lenguaje personal libre de influencias. Entre estas dos obras se sitúa la puerta de bronce de la fachada de la catedral de Monreale, en la que figuras escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. ALEMANIA La escultura monumental es escasa, aunque se mantiene la técnica de tratamiento del bronce, talleres de Hildesheim. Sus imágenes se caracterizan por su bizantismo. Su obra más notable son las gigantescas puertas de bronce del atrio occidental para la iglesia de San Miguel y trasladas en el siglo XI a la catedral. Presentan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, maravillosas por su potencia e inmediatez expresiva. Más perfectos técnicamente son los relieves con escenas de la vida de que Jesús de la columna en espiral de bronce de Cristo, de 4 m. de altura, situada en el interior de la iglesia. En una de las capillas laterales se encuentra una gran pila bautismal de bronce de mediados del siglo XIII. 3.2.- Centros de escultura en España En Espala la creación de un lenguaje plástico monumental es inherente a la grandes construcciones arquitectónicas, aunque en la primera mitad del siglo XI los focos iniciales llevaron a cabo una arquitectura románica sin ornamentación escultórica. Despuntaron los talleres pirenaicos catalanes y, a pesar de ser talleres volantes, también dejan muestras a lo largo del Camino de Santiago, en Jaca, Frómista, Sahagún y Santiago de Compostela. Fue a partir del último tercio del siglo cuando se produce un renacimiento de la escultura ligada al edificio arquitectónico. Puerta de las Platerías, catedral de Santiago de Compostela: Es una obra clave dentro de la escultura de las iglesias de peregrinación. Se concluyó en 1103 y el conjunto actual es la decoración escultórica procedente de dos pórticos de idéntica forma al actual, probablemente restos salvados de un incendio, insertados unos en otros con el 89 mayor desorden, perdiéndose la idea de conjunto y discurso iconográfico. Cada fragmento es una obra en sí mismo. En ellos se percibe la intervención de varios maestros y destacan los fragmentos con influencia directa de la escultura provenzal. También se aprecia la obra del maestro Esteban en los relieves de los arcos y columnas. Capiteles de las columnas del Panteón de San Isidoro de León: Señala el nacimiento de la escultura románica castellana. Derivan de los modelos mozárabes locales, con un carácter netamente hispano. El establecimiento de comunidades mozárabes en el reino de León favoreció la expansión de una escultura monumental en la que se mezclaron las tradiciones visigodas con las cordobesas. Portada del Cordero de San Isidoro de León: Presenta como tema central el Agnus Dei, narrando el sacrificio de Abraham. Sus relieves señalan un avance hacia las formas del románico internacional. Portada del Perdón de San Isidoro de León: En ella se tratan temas como la Crucifixión, las Marías o la Ascensión. El claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos es una síntesis del románico con las influencias hispanas prerrománicas y cordobesas. Los relieves del claustro, realizados casi a la manera de los marfiles musulmanes y mozárabes, se convertirán en un foco de continua inspiración para todo el románico castellano. La tradición hispanomusulmana se continuó gracias a la inicial tolerancia con el mundo mudéjar. Este colectivo de artesanos colaboró en los nuevos estilos aportando técnicas como la construcción en ladrillo, decoraciones en yeso, las cubiertas y artesonados y la cerámica, produciéndose una verdadera síntesis de las artes cristianas y del Islam ibérico. Claustro de Silos: Se accede a través de la llamada Puerta de las Vírgenes (1120), iniciándose en tiempos de Santo Domingo y no se terminó hasta entrado el siglo XII. Está formado por dos claustros superpuestos, el inferior presenta un conjunto de arquerías cuyos 64 capiteles se esculpen con finas labores de iconografía de misterioso simbolismo e influencia oriental y cada uno de los machones de los ángulos está decorado con dos bajorrelieves de estética románica. En los grandes relieves de las esquinas figuran escenas de la vida de Cristo, temas habituales de las narraciones románicas tratados a modo de los marfiles y las miniaturas. 90 Las diferencias estilísticas entre unas esculturas y otras han puesto de manifiesto que su ejecución fue realizada por dos maestros con sus respectivos talleres. El primero trabajó hasta finales del siglo XI principios del XII, con figuras de animales en los capiteles hieráticas y planas; el segundo estuvo hasta mediados del siglo XII y continuó con el mismo bestiario pero adquirió mayor volumen y naturalismo. Los capiteles se esculpen en un leve relieve con finura y gusto por el detalle, y se respeta una rigurosa simetría. En el claustro alto (finales del s. XII) se acusa una popularización del arte, desapareciendo el carácter simbólico y perdiendo calidad y finura en la talla, aunque tuvo una gran repercusión. La escultura de Silo es fundamental para analizar la escultura española, especialmente las grandes comarcas castellanas. Pórtico de la Gloria: Se trata de un pórtico a nártex de cuatro puertas, cuya decoración originalmente se completaba con la situada en la pared de enfrente. Recibe su nombre por la escena central, donde aparece el tema apocalíptico de la Gloria del Señor rodeado de Ángeles, Cristo entronizado y un friso semicircular con los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Sabemos a través de una inscripción grabada que fue realizado por el Maestro Mateo en 1188, aunque fue concluido en 1211, pero la composición y el detalle mantuvieron la homogeneidad del maestro Mateo. Éste recogió toda la tradición escultórica del arte prerrománico español y sintetizó la escultura monumental realizada más allá de los Pirineos. Se encuentran en el Pórtico la excelencia y serenidad clásica, la perfecta proporción y la elegancia del detalle. Destaca el tratamiento individualizado y la calidad humana que el Maestro aporta a cada uno de los personajes representados. Dentro del Pórtico sobresale el Pilar de los Profetas, un deslumbrante conjunto escultórico desplegado alrededor del Apóstol en el que se representan los profetas Jeremías, Daniel, Isaías y Moisés. El conjunto está situado entre lo románico y la sensibilidad propia del Gótico. 91 A finales del siglo XII y la primera mitad del XIII surge el estilo de la transición, que trata de imitar la realidad de la Naturaleza y da a las obras mayor vida y movimiento, sin desprenderse de los convencionalismos y amaneramientos precedentes. Al tiempo que la escultura románica pierde la rigidez, simetría y exageración de la línea recta y vertical, se gana en finura, realismo y movimiento. El románico final se manifiesta en edificios desnudos, sin apenas ornamentación, y con referencias simbólicas limitadas. Las últimas manifestaciones presentan un factura popular, impregnadas de la pobreza ornamental que la estética cisterciense fijó en sus construcciones. Los últimos ejemplos sobresalientes se encuentran en Guadalajara, como los Mensarios de las iglesias de Beleña de Sorbe o Campisábalos, así como los capiteles de la portada de la iglesia de Millana. 3.3.- La imagen escultórica libre del marco arquitectónico, figs. 45 y 46 La madera fue una materia prima fundamental durante la E. Media, ligada a la construcción de grandes edificios, pero como material plástico su importancia fue relativa. El número de obras conservadas es escaso pero no tuvo la misma importancia y difusión de la escultura en piedra. La caída del Imperio supuso la pérdida de conocimiento de las formas de trabajo de la madera, aunque probablemente en Italia no se hubiesen olvidado completamente. A partir del románico resurge la talla en madera, y con ella las técnicas de trabajo antiguas y sus herramientas. Las imágenes talladas en madera se podían mover y tenían, por tanto, diferentes usos: el litúrgico, situadas junto el altar; el procesional y el de contener reliquias. Su finalidad no era meramente decorativa o narrativa, sino que pretendía conmover al fiel mostrándole imágenes concretas 92 de la divinidad. Los principales temas representados son las Vírgenes con el Niño, los Cristos Crucificados y el Descendimiento: Las figuras están tratadas de forma poco natural, sin proporción entre las diferentes partes del cuerpo y en composición rígida e hierática, cubriéndose de ropajes de pliegues acentuados. 4.- La pintura románica La pintura mural cubría los muros, pilares y bóvedas de los edificios religiosos repartidos por toda la Europa occidental, cumpliendo un papel decorativo e instructivo. Los medios y las técnicas de la pintura románica son: pintura mural, pintura sobre tabla y miniaturas. La pintura mural contaba con significativos precedentes en el mundo prerrománico y paleocristiano, junto con una fuerte influencia bizantina que se plasmaría tanto en las técnicas como en los temas. El monasterio de Montecasino es muy importante al difundir su influencia por toda Europa. Los templos románicos se decoran casi en su totalidad, con pinturas murales que adoptan los principios de disposición, definidos en el arte bizantino. Tanto los temas como los motivos tratados son los mismos que en la escultura, rigiéndose por los principios de claridad y adaptación al soporte arquitectónico. Francia En relación directa con los talleres de Cluny y recibiendo la influencia bizantina de Montecasino, destacan los ejemplos de la Cripta de Auxerre, y las pinturas de Berzé la Ville. Más populares y recogiendo influencias locales son las de Saint Savins sur Gartempe, Montmorillón y Vich. Italia La pintura está dominada por la influencia ejercida por las fórmulas bizantinas, la más pura para la denominada maniera italio-bizantina, frente a la conocida como maniera greca, donde las formas se estilizan y dan lugar al naturalismo florentino propio del siglo XIII. Destacan los ejemplos de San Urbano alla Caffarella, San Vicente de Galliano, San Angelo in Formis o San Pedro de Civitate. Berzé la Ville San Angelo in Formis 93 España Las artes figurativas, exceptuando los libros miniados, no alcanzaron hasta el siglo XI una expansión paralela a la de la arquitectura. A pesar de que las crónicas de esta época hablan del brillo y fastuosidad de la corte y de la riqueza de los interiores de las iglesias, no se conserva ningún resto de este periodo. La pintura románica hispana no se pudo desarrollar sólo a través de su entronque con las tradiciones murales anteriores, sino que fueron la concurrencia de monjes cluniacenses en los más significativos monasterios de Aragón, Castilla y León, la importación de libros carolingios, así como la presencia de maestros europeos los que consiguieron la creación y el afianzamiento del nuevo gusto pictórico. Las influencias estilísticas de la pintura románica española son tres: la italo-bizantina, la francesa y la local, conformada por el sustrato prerrománico. Es en la primera mitad del siglo XII cuando la pintura mural se muestra afianzada, encontrándose en Cataluña una de las series más copiosas y nobles de las pinturas románicas europeas. En la región castellano-leonesa, los templos decorados con pintura al fresco son pocos, pero los conservados son de una gran categoría como San Isidoro de León. De la segunda mitad del siglo XII se conservan menos conjuntos pictóricos y aunque conservan el arte de la primera mitad, los murales castellanos parecen más afines a lo francés, mientras que los aragoneses lo son a lo italiano. En el siglo XIII la pintura aragonesa parece una continuidad de lo que se había hecho hasta el momento. Los ejemplos más valiosos y ricos se encuentran en la región de Cataluña, hallándose éstos sobre todo en el Pirineo. En el Pantócrator de la iglesia de San Clemente de Taull, en ella se personifica el Cristo en majestad, marcado por la frontalidad y el hieratismo, y resaltado por el rico colorido que lo acompaña. En Sta. María el ábside está dominado por la imagen de la Virgen entronizada con el Niño, acompañada por la escena de la Adoración de los Reyes. Ambas obras están predominadas por la influencia italo-bizantina. El grupo de influencia francesa se extiende en torno al Camino de Santiago y destacan las pinturas de San Isidoro. El Panteón de los Reyes conserva uno de los mejores ciclos pictóricos de toda Europa, de finales del siglo XII, recoge escenas bíblicas inspiradas en las labores de la vida cotidiana. También destacan las pinturas de San Baudelio de Berlanga por su iconografía profana. 94 Panteón de los Reyes San Clemente de Taull De las pinturas con influencias islámicas destacan las de la iglesia segoviana de San Justo o las pertenecientes al llamado círculo de Toledo. A partir del 1085, tras la reconquista de esta ciudad, se producen nuevos planteamientos creativos por el contacto con la cultura musulmana. Se crea una nueva escuela pictórica que se identifica por la utilización de motivos árabes como elementos ornamentales. Destacan las iglesias de los hospitalarios del Cristo de la Luz, y de San Román en Toledo, la de San Martín de Valdilecha o los restos de la de Camarma ambas en Madrid. También destaca la decoración de la iglesia de Arenas de San Juan en Ciudad Real. A finales del siglo XIII y principios del XIV los conjuntos adoptan los modelos románicos sin ninguna novedad, marcados por la pobreza expresiva y la simplificación del dibujo y de las formas. En éstas podemos situar la decoración mural de la iglesia de Valdeolivas. 4.1.- La pintura sobre tabla y la miniatura La pintura sobre tabla está menos conservada que la mural. Con diferente soporte se destina a formar parte del edificio de la iglesia, y aunque la arquitectura no define su espacio está igualmente ligada a ella, participando en el mismo sentido simbólico que el resto del conjunto arquitectónico. La pintura sobre tabla tiene su principal centro de interés en el altar. Sirve como frontal del ara de piedra y a veces de los laterales. También se conservan notables baldaquinos y templetes realizados en madera policromada. Estos frontales del altar, denominados antipendios, pueden ser tallados en mármol o ser piezas de orfebrería. Los motivos representados en los frontales de la tabla son los mismos que los ocupan los muros de los ábsides: el Cristo en Majestad dentro de la mandorla rodeado del Tetramorfos, con los apóstoles en registros perfectamente diferenciados, superpuestos de forma simétrica. También es frecuente la Virgen en Majestad así como escenas narrativas de la Biblia y de la vida de los santos. Uno de los focos más importantes se formó en Cataluña, debido al patronazgo de los Condes y a la organización de los monasterios. 95 El frontal de la Seu de Urgell, o de los Apóstoles, es una de las grandes obras maestras, representándose un Maiestas Domini con los apóstoles a los lados, en tres registros verticales simétricos. En las bibliotecas monacales se recogieron los pocos manuscritos romanos que quedaban y fueron copiados minuciosamente por los monjes en la scriptoria, dando lugar a una de las principales técnicas artísticas del románico: la iluminación de los manuscritos. Las miniaturas pintadas de los diferentes códices son de contenido religioso y participan del espíritu simbólico. La ornamentación es un reflejo de la forma de entender los códices como medio de comunicación del cristianismo. Se establecía una relación formal entre el texto y la imagen, en muchos caso explicativa, pero a veces era simbólica. El creyente podía conocer el contenido sagrado del texto reflejado en las imágenes si éstas eran explicativas, didácticas o moralizantes si eran simbólicas; es decir, la interpretación figurada y no directa podían no ser comprendidas pero eran respetadas como reflejo del contenido sagrado de los textos. La decoración de los manuscritos tiene tres focos prerrománicos desde los que evolucionan las miniaturas románicas: Las Islas Británicas, que aportan la ornamentación en espirales y aretes, las iniciales artísticas y el encuadramiento de la imagen principal. El Imperio Carolingio, que regulariza la escritura y retorna a estilos clasicistas de interpretación. La Península Ibérica, que aporta el matiz islámico. Hacia la segunda mitad del siglo XI y en torno a la abadía de Cluny, las miniaturas se empiezan a pintar en estilo románico. Estas primeras miniaturas ya presentan rasgos propios: la iluminación de las letras iniciales muy historiadas y abiertas, con escenas relacionadas con el texto escrito, adquiriendo progresivamente mayor libertad hasta presentar temas de carácter profano con motivos zoomorfos influidos por el área alemana y celta, que llegan a reemplazar a las letras. Es frecuente también utilizar páginas iniciales con la letra decorada en el centro y rodeada de texto. Hacia el siglo XII son frecuentes las escenas narrativas de influjo bizantino. Entre los códices hispanos de esta época destacan la Biblia aragonesa de San Juan de la Peña, la de San Isidoro de Ávila (fig. 54), y el Codex Calixtinus la famosa Guía del peregrino a Santiago de Compostela. Con la reforma cisterciense la iluminación de los manuscritos sobria y de menor colorido, reduciéndose aquellos elementos superfluos y sobre todo los de carácter pagano. Sin embargo, se mayor perfección en la ejecución de las pinturas. Entre ellos, códices del monasterio de las Huelgas, en Burgos. se hace más considerados consigue una destacan los 96 TEMA 10 - EL ARTE ROMANICO EN ESPAÑA 1.- El espacio y el tiempo englobado en el concepto “Románico” 1.1.- El camino hacia el Románico. En el siglo VI los visigodos entran en la Península Ibérica, dando paso a una época de cambios y mezcla de culturas y religiones, configurándose en este panorama la E. Media en la Península Ibérica. Sin embargo no fue la irrupción de los pueblos bárbaros lo que provocó una profunda diferencia entre la España medieval y el resto de Europa, sino la invasión de los musulmanes en el año 711, iniciándose una etapa histórica diferente caracterizada por el nacimiento de un nuevo estado, alAndalus, y después por los continuos enfrentamientos bélicos entre los reinos cristianos y musulmanes para reconquistar el territorio. A partir de la ocupación árabe la civilización oriental y la religión musulmana se impusieron en la mayor parte del territorio. 1.2.- El nacimiento de los núcleos de resistencia. El primer núcleo de resistencia cristiano surgió en la antigua Cantabria romana, allí, tras la mítica batalla de Covadonga en el 722 nació el reino de Asturias. Desde aquí la Reconquista se extendió hacia el sur durante el siglo IX y principios del X. En la región pirenaica, navarros, aragoneses y catalanes, con la alianza de los muladíes rebeldes a Córdoba o con el apoyo de los carolingios, crearon hacia el 800 diversos reinos y condados. Se constituyó el reino de Pamplona, el condado de Aragón y en la zona oriental se convertiría en la Marca Hispánica, territorio fronterizo del Imperio Carolingio. 1.3.- El tiempo del Románico. El inicio del siglo XI está marcado por la desaparición de Almanzor, la desmembración del Califato y la caída de los Omeyas, favoreciendo la fragmentación de al-Andalus en los Reinos de Taifas, invirtiéndose la situación de los reinos cristianos, iniciando los primeros combates. El resurgir del Califato frenó temporalmente la reconquista, iniciándose en el reino cristiano en este momento dos procesos que influyeron de forma decisiva en el florecimiento cultural y artístico de la España cristiana. Por una parte, se extiende la tradición de la evangelización de España por el apóstol Santiago; por otra, en el comienzo del siglo X se produce la repoblación de los campos góticos, posibilitando de esta manera un trascendental intercambio cultural entre la España cristiana, la asturiana y la mozárabe. Los monarcas castellanos se vieron obligados a repoblar al tiempo que reconquistaban, y a partir del año 1000 el Románico fue el estilo que acompañó a los repobladores y que unió al espíritu de la Reconquista. La época románica supone, además de un gran esfuerzo bélico, un formidable impulso cultural, que se plasma en el impresionante auge de la ruta de peregrinación a Santiago de Compostela, además de en otros ámbitos. El cristianismo se afirma a través de una estética y de un estilo de raíces clásicas, difundiéndose a través de las rutas de peregrinación, especialmente a través del Camino de Santiago. 97 En el último cuarto del siglo XI se suceden enérgicos intentos unificadores. En los reinos cristianos fue Alfonso VI quien se proclamó imperator, tras la incorporación de Toledo. Por su parte, los almorávides para librarse de la presión cristiana pretendieron unificar al-Andalus con el pretexto de propagar una vida espiritual acorde con el Corán. Entre los años 1090 y 1140 los almorávides consiguieron unificar al-Andalus, sin embargo, un levantamiento en el 1144 supone nuevamente la división del territorio en taifas. De nuevo en 1146 los almohades reunifican al- Andalus, y Alfonso VII dedicó sus últimos años en contener su empuje. En 1212 tiene lugar la derrota de los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa, poniéndose fin al intento musulmán de reconquistar la Península. 2.- El significado y extensión del Arte Románico en España El románico hispánico se presenta como la afirmación de la occidentalidad de un pueblo, un arte de unidad cristiana y europea frente al adversario musulmán y su estética oriental. A pesar de esto, el Románico español intentó armonizar ambas tendencias: la cristiano-europea, que aportó la estructura del estilo, y la árabe, que legó el matiz, la decoración y en ocasiones los temas y las técnicas. Favorecido por el arte hispánico prerrománico, el románico se extendió se expandió a partir de dos focos: Cataluña y el Camino de Santiago. En Cataluña, debido a la existencia de la Marca Hispánica, hizo que se conservaran formas constructivas tradicionales que acabaron implantando, lo que, junto con la arquitectura de los maestros de cómo, se penetraran en el país fórmulas francesas del románico internacional. A lo largo de los siglos XI y XII, el románico se propaga por la mitad norte de la península y arraiga con tanta fuerza en algunos territorios que permaneció como estilo constructivo hasta el siglo XIII. Durante el siglo XI, el Primer Románico, se extendió por tierras catalanas, el norte de Aragón y Navarra, aunque desde el último cuarto del siglo las formas internacionales del Románico Maduro se imponen en tierras noroccidentales de Castilla. Lo español llegó a Europa a través de los Pirineos. La popularización y nacionalización del románico se produjo a partir de la segunda mitad del siglo XII. Se construyeron numerosos edificios, con monasterios y catedrales que aunque no alcanzaron la grandeza y pureza del románico maduro, fueron también representativos. La repoblación dio lugar a numerosos núcleos de población y ciudades, construyéndose en todos ellos en románico. Como consecuencia de la amplísima expansión fue la repetición casi estereotipada de modelos constructivos y decorativos. Los avances del románico se produjeron en el terreno de la arquitectura religiosa ya que la civil no tuvo una evolución considerable hasta el siglo XII. Las construcciones características fueron, por tanto, las iglesias y monasterios. Debido a que en un primer momento los artesanos y los artistas-arquitectos ensayaron en estos edificios soluciones para adaptarlo a las necesidades de una vida religiosa y social en continua transformación, la iglesia románica no presenta unas tipologías uniformes, sino una continua adaptación a esas circunstancias. 98 En este momento la orden del Císter llega a España, y con ella su programa arquitectónico desornamentado. Su primera fundación fue el monasterio de Fitero, en Navarra, y su rápida extensión estuvo favorecida por el apoyo de los reyes castellanos, sobre todo Alfonso VII. Esta experiencia fue básica en la etapa final del románico, y en la disolución y muerte del estilo. 2.1.- Clasificación y etapas: Primer Románico ± mediados del siglo X al último tercio del siglo XI. Se implanta fundamentalmente en Cataluña, aunque tiene manifestaciones destacadas en el norte de Aragón. Sólo afecta a la arquitectura, desnuda de decoración escultórica, materializándose únicamente en edificios religiosos: iglesias y monasterios. Se pueden identificar por el aparejo, construidos con sillares menudos sin pulir, por la decoración de sus muros con arquillos ciegos y bandas en resalte (lombardos), y por la estructura del edificio: de tres a cinco naves con transepto por lo general no destacado en planta, cubiertas con bóvedas de cañón, horno o arista; grandes cabeceras de ábsides semicirculares (algunos edificios con girola); cimborrio, cripta y fachada torreada. Románico Pleno o Románico Maduro ± último tercio del siglo XI a la primera mitad del siglo XII. Se introduce en España a través del Camino de Santiago de Compostela, donde arraiga y da sus propios frutos. Su principal innovación es la escultura monumental como elemento esencial del edificio románico, plasmándose en un conjunto de grandes obras (catedrales y monasterios) que jalonan toda la ruta de peregrinación. Su obra principal es la catedral de Santiago de Compostela y la escuela arquitectónica castellano-leonesa la de mayor influencia. Románico Propio o Vernáculo - segunda mitad del siglo XII, en ciertas zonas hasta el s. XIII. Es el momento culmen del románico, cuando el estilo se generaliza y se mezcla con las tradiciones cristianas previas dando como resultado formas propias y exclusivas de la Península Ibérica. La repoblación de amplias zonas del territorio cristiano permite el renacer de múltiples núcleos urbanos, favoreciendo estas ciudades la construcción de numerosas iglesias románicas; y por otra permite el alejamiento de las lineas de frontera posibilitando su arraigo en núcleos menores y, por tanto en Aragón como en Castilla, no quedó aldea sin su iglesia románica haciéndose efectivo el llamado “manto de iglesias”. Último Románico o Románico Final - finales del siglo XII hasta el siglo XVIII - otras zonas s. XIV. Es la disolución del estilo, manifestándose fundamentalmente en las tierras del sur del Tajo. Es un arte localista y popular, en muchos casos, humilde. Su esquematización, que desvirtúa los rasgos estilísticos,hace que se pierda monumentalidad y que 99 se reduzcan progresivamente tanto los valores simbólicos como los significados, y desde luego, los sistemas constructivos. Esto da lugar a una inmensa producción de edificios con modelo cristalizado y diluido en formas populares, donde se recogen ciertas influencias del románico maduro castellano con aportaciones mudéjares, y sobre todo, cistercienses. 3.- Primer Románico El término “primer románico” fue acuñado por primera vez por el historiador Puig I Cadafalch que lo utilizó para sustituir el vocablo “lombardo” que era el utilizado hasta entonces para calificar las primeras obras de arquitectura de este periodo. Cadafalch rebatió la utilización de “lombardo” al sistematizar las peculiaridades de una serie de edificios a lo largo de la geografía europea, fundamentalmente en Cataluña, que se pueden considerar las primeras obras de arquitectura románica. En la Península Ibérica el Primer Románico surge en el territorio que conformó con Carlomagno la denominada Marca Hispánica, que incluía los condados de Barcelona, Gerona, Urgel, Cerdeña, Besalú, Ampurias y Rosellón. En menor medida se extendió por Aragón y la parte oriental de Navarra, encontrándose algunos edificios aislados en la meseta castellana y en Galicia. Esta restringida difusión geográfica responde a la peculiar situación bélica que se vivía en el territorio peninsular y que condicionaba la difusión y expansión del románico pero también, de forma más concreta, al proceso de europeización del territorio. La Marca Hispánica, gobernada por los condes de Barcelona e independiente desde el 865 y libre de los musulmanes, pudo intensificar su relación con el sur de Francia y el norte de Italia. Dos circunstancias marcaron este cambio: la sustitución de la vieja liturgia mozárabe por la romana y por la presencia de monjes cluiniacenses. El resto de los territorios cristianos peninsulares conservó el rito hispano o toledano hasta finales del siglo XI, y el mozárabe y los estilos prerrománicos fueron la estética que les acompañó. 3.1.- Cataluña. Es donde se despliegan las primeras experiencias románicas debido a dos procesos y dos influencias: la proximidad a Francia, y sobre todo a Italia, permite que cuadrillas de canteros lombardos se trasladen a Cataluña transmitiendo y aplicando sus técnicas constructivas. Al mismo tiempo se produce la expansión de la orden benedictina y el florecimiento de numerosos monasterios en los que el abad Oliba promueve el renacer de la vida monástica y la construcción de novedosos edificios en donde las experiencias arquitectónicas borgoñonas, ensayadas en el monasterio de Cluny, se mezclan con las influencias lombardas y el poso de los estilos prerrománicos catalanes, dando como resultado los mejores edificios europeos dentro de la primera etapa del Románico. Este Primer Románico se identifica por un lenguaje constructivo definido que ponen en marcha maestros canteros lombardos hacia el 800, al recoger y actualizar técnicas constructivas de época romana. Estos alarifes (maestros de obras) forjan un sistema vivo, eficaz, sencillo y barato que se difunde por amplias regiones de Europa. Se construye con aparejo de sillares menudos, escuadrados pero no pulidos, de gran plasticidad. Se ornamentan mediante arquillos ciegos y 100 bandas lombardas. Estos sencillos elementos otorgan a los templos una imagen inequívoca y reiterada en la que los muros exteriores, sobre todo los ábsides semicirculares bajo la cornisa, se bordean con una serie de arquillos ciegos decorativos que de forma rítmica (cada dos, tres o cinco arcos) se prologan hasta el suelo con una banda en resalte que recibe el nombre de “lesena”. De esta manera, la superficie del muro, en principio lisa, adquiere un relieve decorativo (no constructivo) horizontal y vertical, con elementos arquitectónicos (arquillos y lesenas), mientras permanece desnudo de decoración escultórica. El valor que los constructores románicos concedieron a la articulación de los muros exteriores se muestra de forma destacada en estas primeras manifestaciones. En Cataluña, la pervivencia de prácticas para abovedar edificios permitió que las primitivas iglesias románicas salvaran sin problemas uno de los grandes inconvenientes y se cubrieron bóvedas de horno en la cabecera y de cañón en las naves. Una sucesión de arcos de medio punto sobre rasos pilares o pilastras lisas (no sobre columnas) posibilita la separación de naves y sirve también de apeo a los arcos fajones de las bóvedas. Esta contribución singulariza el “primer románico catalán”, hasta el punto que no se puede explicar como una simple aportación de Lombardía sino como una arquitectura que fue capaz de fusionar las técnicas lombardas con su tradición constructiva, aunque en edificios como San Vicente de Cardona también fuera necesaria la influencia benedictina de Cluny. En este foco catalán existen unos primeros edificios en los que ya aparecen los elementos y los espacios románicos (grandes cabeceras semicirculares con absidiolos), aunque se admite que su lenguaje constructivo todavía pertenece al prerrománico mozárabe como en San Miguel de Cuixá y sus arcos de herradura. Las primeras arquitecturas románicas recogen las novedades de Cluny y por tanto las nuevas formas constructivas comienzan a imponerse al resto de Europa, promovidas y alentadas por el abad Oliba. En todas las instituciones como Ripoll, Cuixá, Vic, Canigó o Cardona, se materializaron por iniciativa directa del abad, transcendentes obras de ampliación y sustitución de sus iglesias con grandes cabeceras semicirculares y amplios transeptos de aparejo lombardo. Monasterio de María de Ripoll, figs. 11a y b Santa El abad consagró una basílica de cinco naves con un gran transepto al que se abrían directamente siete ábsides semicirculares, el centra mucho más amplio que los laterales. La excesiva restauración del siglo XIX desvirtuó el edificio original. Monasterio de San Miguel de Cuixá, tras un incendio el abad emprendió las obras de reconstrucción, aprovechándose para agrandar la 101 cabecera e introducir en ella una girola. Sin embargo no es semicircular, sino que abraza una cabecera plana (cuadrangular), heredado de la construcción anterior. Monasterio de San Martín del Canigó, la dificultad que se presentó fue adaptar la arquitectura a la fuerte pendiente natural del terreno, que se solventó construyendo una iglesia de tres naves rematada en tres ábsides y bajo ella, una cripta con una planta de las mismas dimensiones. El menoscabo en la cabecera se vio compensado con el desarrollo de las naves, cubiertas por una bóveda de cañón longitudinal en la iglesia y de arista en la cripta. Igualmente destacan las catedrales de Vic (fig. 12) y Gerona, ambas de 1038. La primera fue promovida bajo el mandato del abad; la segunda alentada por él. Iglesia de San Vicente de Cardona, 1029-1040, (10a y 10b) construida dentro del recinto amurallado del castillo. En ella aparecen todos los elementos propios de la arquitectura románica combinados sabiamente con el aparejo y decoración lombarda. Es un templo de nueva planta de tres naves, la central más alta y ancha, con transepto apenas resaltado y cabecera de tres ábsides semicirculares (triconque), el central con profundo presbiterio recto. Bajo ella la cripta ayuda a salvar el desnivel del terreno. La nave central se cubre con bóveda de cañón y las laterales de arista. En el crucero se encuentra el cimborrio. A los pies del templo la portada está cobijada bajo un nártex y flanqueada por dos torres de gran monumentalidad. La falta de decoración escultórica, el aparejo de pequeños sillares sin pulir, la articulación del muro exterior con arquillos ciegos y bandas lombardas, así como el uso en el interior de pilares o pilastras rectas y lisas desornamentadas que sostienen el peso de las bóvedas, son sus señas de identidad. 102 10b 10a Monasterio benedictino de San Pedro de Roda, Gerona, año 1022, fig. 13 Se aleja de las técnicas constructivas lombardas y enlaza con los modelos franceses del momento, sobre todo por su girola y por el uso de columnas con capiteles apenas esculpidos. Destacan también, del siglo XI, San Saturnino de Tavérnoles, San Pedro de Caserres o San Jaume de Frontanyá, entre otros. Durante el siglo XII pervive en Cataluña y su área de influencia, las formas constructivas del primer románico. Aunque los modelos del románico maduro acabaron imponiéndose en grandes arquitecturas, convivieron con numerosos ejemplos de templos más modestos en los que se mantuvieron el aparejo y decoración lombarda. Sus 13 ejemplos más destacados son el grupo de iglesias del valle de Boí: Santa María y San Clemente de Taull, de 1123, muchas de ellas con airosas torres y valiosos conjuntos de pintura mural; o el conjunto de pequeñas iglesias de Andorra. Catedral de la Seo de Urgell, finales del siglo XII figs. 15 Magnífico ejemplo de románico lombardo maduro. La tradición lombarda se mantiene en ella gracias a su maestro de obras, Raimundus Lambardos, que en 1175 firma un contrato con el cabildo para trabajar en la catedral junto a otros cuatro alarifes. 103 3.2.- Aragón y Navarra. La difusión de la arquitectura durante la primera mitad del siglo XI está sujeta a la figura del rey Sancho el Mayor y su labor política de unificación de los reinos cristianos de Aragón, Navarra y León. Esta unidad política abrió un periodo de calma y estabilidad, permitiendo un impulso constructivo. Las obras favorecidas por el patrocinio real son muy diferentes, aunque al introducir las formas cluniacenses, anuncian la arquitectura monumental del románico pleno. Fueron terminadas en su mayor parte tras la muerte del monarca, y se caracterizan por su desnudez y nulo tratamiento de la decoración escultórica. En Aragón se levanta el primer recinto amurallado del castillo de Loarre y se inicia su iglesia. Cripta del monasterio benedictino de Leyre, Navarra, fig. 16 Construida con sólidos y bien tallados sillares, con planta de tres naves tipo basilical, separadas por arcos de medio punto, doblados y peraltados, que descansan sobre robustas columnas de fuste muy corto y grandísimos capiteles con escasa decoración vegetal de tradición romana. La nave central está dividida longitudinalmente en dos para reforzar la techumbre, que sirve de basamento a la cabecera de la iglesia superior. La llegada de cuadrillas de canteros catalanes a Aragón permitió el florecimiento de edificios como la catedral de Roda de Isábena, construida con aparejo y decoración lombarda; o el conjunto de pequeños templos de la zona norte de Huesca, en la que destaca la iglesia de San Pedro de Larrede. Son construcciones de una sola nave, ábside semicircular, con típica decoración de muros con arquillos ciegos y bandas lombardas. Debido al uso de decoración y arcos sobrepasados de tradición islámica, a estas iglesias se las ha calificado de mozárabes. 4.- Románico Maduro o Románico Pleno Desde el último tercio del siglo XI hasta mediados del siglo XII, en los reinos cristianos peninsulares se impone el Románico Pleno, estilo común que simultáneamente se impone por toda Europa. En torno al año 1000 los reinos cristianos comienzan una etapa de consolidación y de apertura a Europa, proceso favorecido por la disolución del califato de Córdoba en los reinos de taifas. Los cristianos toman la iniciativa en su lucha contra los musulmanes, avanzando en la reconquista. En el año 1095 se recibe un componente ideológico de dimensión europea, al predicar Urbano II la primera Cruzada. 104 La monarquía promueve la reforma cluniacense de los monasterios y fomenta la llegada de monjes de Cluny, encargándoseles la reorganización de la vida religiosa. Estos reformadores implantaron la liturgia gregoriana. El Camino de Santiago se consolida como una gran ruta de peregrinación, pero además como una gran vía productiva y comercial, entrando a través de ella comunidades de francos que se instalan como mercaderes, artesanos o monjes. Procedente de Francia y difundido por el Camino se impone el estilo del Románico Pleno en tierras noroccidentales de Castilla. Estas iglesias están relacionadas entre sí de forma variada, aunque presentan una unidad estilística clara y unitaria que difiere del resto de construcciones románicas de la península. La innovación más destacada es la articulación de la escultura como elemento ornamental y sustancial a los edificios. Con escultura se cubrirán portadas y ventanas, canecillos, capiteles, tímpanos o arquivoltas; mientras que los muros se verán recorridos por cenefas o cornisas decoradas. Arquitectura, escultura y pintura están al servicio del edificio religioso, conformando programas iconográficos con un mensaje catequético y simbólico preciso. El paradigma es una iglesia de tres o cinco naves cubiertas con bóveda, cabecera con girola, tribuna sobre las naves colaterales y fachada torreada. Desde el siglo XI y a través del Camino el románico se expande por todo el territorio cristiano. El arte de las grandes rutas jacobeas. Estas rutas se jalonan con una serie de monumentos que se presentan como la gran síntesis española del románico internacional, integrando en él todo el sustrato cultural heredado del arte hispánico prerrománico. 4.1.- Santiago de Compostela: la meta de la peregrinación. La peregrinación internacional a Santiago es decisiva en la configuración de la Europa de la Edad Media y favoreció extraordinariamente la difusión de la arquitectura. El carácter interregional e internacional de las peregrinaciones resulta evidente en el hecho de que los santuarios más destacados, uno en cada ruta, tenían formas arquitectónicas muy semejantes. Cada una de estas iglesias transciende en el localismo de su periodo y desarrolla un primer estilo artístico homogéneo que dota a la Europa cristiana de una estética internacional. En todas se consigue plasmar la fórmula arquitectónica perfecta para erigir un edificio amplio, espacioso, cubierto con bóveda y monumental. Todas muestran una maestría en sus métodos constructivos imposible de conseguir antes de 1050 y todas presentan una significativa decoración escultórica que va adquiriendo mayor calidad y carácter. Las iglesias de peregrinación forman un grupo homogéneo que adoptan un tipo arquitectónico unificado: Edificaciones con deambulatorio o girola y capillas. Transepto saliente y tribunas elevadas que incluso llegan hasta la bóveda de cañón de las naves centrales. Esta tribuna o triforio es la solución para absorber la gran afluencia de peregrinos y es la mayor novedad constructiva de estos templos. Su homogeneidad revela la existencia de un modelo arquitectónico repetido además de una manifestación clara y contundente de una sociedad altamente móvil entre el norte de España y el sur de Francia, con una cultura influida por la peregrinación. Catedral de Santiago de Compostela figs. 18a y b 105 Se caracteriza por la grandeza de sus dimensiones. Su planta es de cruz latina, de tres naves incluso el transepto, con cabecera semicircular y girola en la que se abren diversas capillas. La nave central está cubierta con bóveda de cañón, dividida en diez tramos por arcos fajones, que se apoyan en pilares cruciformes con columnas adosadas que se prologan por toda la pared de la nave para recoger el empuje del arco fajón, lo que dota al conjunto de una gran esbeltez en sus proporciones. Las naves laterales se cubren con bóveda de arista, encima de las mismas se sitúa un amplio espacio que forma la galería de la tribuna, abierta a la nave central. El diseño original tenía un cimborrio en el crucero, mientras que una torre flanqueaba ambos lados del transepto. La luz penetra en el edificio a través de amplios huecos abiertos en los brazos del transepto y pretende resaltar la parte superior de la nave central, la tribuna. Embutidas en el muro de la cabecera, en el lado este del transepto, se abren absidiolos de planta de herradura, salvo el central que es plano. En los pies de la iglesia se sitúan la porta principal, el Pórtico de la Gloria, cubierto por la fachada barroca así como la Puerta de las Platerías. La construcción de la catedral comenzó en 1075 promovida por el obispo Diego Peláez y el monarca Alfonso VI. Inicialmente los trabajos estuvieron dirigidos por el maestro Bernardus o Bernardo el Viejo, ayudado por Roberto, quien es considerado el autor del proyecto en su conjunto. Las obras se paralizaron en 1088, reiniciándose en 1093 por el obispo Diego Gelmírez quien dio el impulso definitivo e incluyo en torno a 1100 al maestro Esteban. Sus obras concluyeron en 1122 y su consagración no se realizó hasta 1128. La influencia de su sistema arquitectónico y su decoración sirvieron de ejemplo para múltiples iglesias, además, todos los maestros que intervinieron en ella así como las cuadrillas, se dispersaron por el territorio y difundieron y fijaron las características del arte románico en el siglo XII. 106 4.2.- Otros ensayos del Románico Maduro. Un primer grupo anuncia lo que serían las formas plenas del románico maduro. En su mayor parte se trata de edificios monásticos que presentan una planta basilical de tres naves y tres ábsides, transepto no sobresaliente en planta y cimborrio, y muestran una decoración historiada, todavía no muy profusa en sus portadas y canecillos. Todas estas construcciones son de encargo áulico, patrocinadas por los reyes y reinas castellanas. Monasterio de San Salvador de Leyre, fig. 19 Fue uno de los más poderosos y ricos. Se inicia hacia 1057 durante el reinado de Sancho III, con la construcción de su cripta. Sigue los modelos románicos de tres naves cubiertas por bóveda de cañón, las dos laterales sumamente estrechas, y tres ábsides con bóveda de horno, con un dominio perfecto de la técnica del labrado de la piedra. En su portada principal destaca una escultura monumental con temas propios de la iconografía jacobina, atribuidos al maestro Esteban, quien también construyó la colegiata de San Isidoro de León. Catedral de Jaca, fig. 20 Es uno de los primeros edificios del camino. Su construcción tiene lugar entre 1063 y 1080 y se convirtió en modelo Tiene planta basilical de tres naves, con crucero y cabecera de tres ábsides, precedidos de presbiterios rectangulares, dos de ellos desaparecidos. En origen, las naves se cubrieron con bóveda de cañón transformada en crucería en el siglo XVI. En la separación de naves, los arcos descansan sobre pilares y columnas alternadas. Es un edificio muy transformado en siglos posteriores aunque todavía conserva una significativa torre campanario, la sala capitular, la estructura del claustro y la portada principal con decoración historiada, que muestra modelos de gran transcendencia. Iglesia del castillo de Loarre, finales del siglo XII, fig. 21 Está envuelta por construcciones defensivas de la espléndida fortaleza. Es de una nave única, con un majestuoso ábside semicircular de elegante siluetas exterior, que para salvar la pendiente del terreno se asienta sobre una cripta. El presbiterio se cubre con cúpula, al exterior un cimborrio achatado, y su portada conserva una rudimentaria decoración escultórica. 107 San Martín de Frómista, fig. 22 y 23 Es un edificio ejemplar por la calidad de su arquitectura y por tratarse de una obra unitaria de principio a fin, aunque también por mostrar el modelo de iglesia del Camino de influencia francesa y por conservarse completa. La restauración historicista no alteró su fisonomía. Su construcción es anterior a la de Jaca. Fue mandado erigir por doña Mayor, viuda de Sancho III en 1066. Consta de tres naves de igual altura, crucero y cabecera con tres ábsides. Las naves se separan mediante pilares a los que se adosan medias columnas y de los cuales arrancan arcos fajones que articulan la cubierta de bóveda de cañón. El crucero lleva cúpula sobre trompas abocinadas. Sobresalen los capiteles decorados con temas romanos de carácter pagano. El exterior, de elegante fachada enmarcada por sobrias torres de planta circular, está formada por más de trescientos canecillos que adornan su contorno. Colegiata de San Isidoro de León, fig. 24a y b Sus obras se iniciaron en 1037, tras la unificación de los reinos por Fernando I, quien convierto en panteón real la colegiata, iniciándose las obras de remodelación en un antiguo edificio prerrománico, aunque su primera fase constructiva se redujo a la reconstrucción de una iglesia asturiana. Hacia 1074 doña Urraca inicia la construcción del espacio destinado a panteón, siendo una de las obras más emblemáticas del románico español. Presenta planta cuadrada de 3x3 tramos alargados, cada uno cubierto con bóvedas de arista que descansan sobre recias columnas exentas, cuyos capiteles son brillantes ejemplos de la primera escultura románica. El conjunto, sobrio y macizo, se enriquece con un extenso ciclo pictórico fechado alrededor de 1170. Desde el principio se pretendió que el edificio sirviera como emblema de la unificación y de la nueva monarquía castellanoleonesa, por lo que en fechas posteriores se volvió a intervenir en la iglesia, esta vez sí para reconstruirla en estilo románico. Se trata de un modelo del románico maduro, con planta de tres naves y crucero longitudinal, que se remata en la cabecera con tres ábsides, el central ha sido sustituido. La nave central y los brazos del transepto se cubren con bóveda de cañón, mientras que las laterales lo hacen con bóveda de arista. La tradición hispana se 108 manifiesta en los arcos lobulados del crucero. La escultura está presente en los capiteles y en las dos portadas exteriores. Destacan también de este periodo algunos edificios de las ciudades fronterizas de Salamanca, Segovia y Ávila y por supuesto los primeros monasterios burgaleses, como Santo Domingo de Silos y San Pedro de Arlanza. (fig. 25 y 26) 5.- El Románico Propio o Románico Vernáculo Desde mediados del siglo XII el románico se interioriza. Los edificios el románico se transforma en autóctono y adquiere nuevos significados. Promovido por las órdenes monásticas, los reyes o altos prelados, el edificio románico, que tenía en sí mismo un valor simbólico-espiritual de primer orden, se había convertido en un signo europeizante de afirmación de la cristiandad y de refrendo de las nuevas monarquías. A partir de ahora la edificación románica, amparada y favorecida por los nacientes poderosos concejiles, adquiere valores sociales, económicos y urbanísticos. La iglesia románica se erige como el único edificio público construido durante mucho tiempo y es además la casa de Dios a la que acuden los fieles cada domingo. Por tanto, durante esta etapa, la iglesia no tiene una función exclusivamente religiosa, sino que se le dan más usos extraeclesiásticos: sus robustos muros permitieron que en ocasiones se utilizaran para usos defensivos, sus torres sirvieron de guardia o vigilancia contra incencios, los recintos circundantes murados como lugar de enterramiento o espacio de mercado, y sus atrios porticados como lugar de reunión del Concejo o centro de justicia. Además el enclave de la iglesia concretó la estructura urbana de estas agrupaciones de población. La fusión entre lo religioso y lo social se produjo con mayor frecuencia en las iglesias que se erigían en núcleos rurales. 5.1.- La influencia del Románico Maduro. En la segunda mitad del siglo XII el auge de las urbes muestra la vitalidad de la época. Por una parte, los núcleos de población que circundan el Camino de Santiago se expanden y monumentalizan. Por otra parte, alejada de la frontera más allá de la línea del Tajo, las ciudades castellanas asentadas con firmeza tras siglos de inestabilidad bélica, renacen (Ávila, Segovia, Soria, Zamora, Benvante, Salamanca), levantándose en muchas de ellas catedrales de nueva planta. Paradigmático es el desarrollo de Ávila, donde Raimundo de Borgoña trajo canteros borgoñones para iniciar en 1090 las murallas de la ciudad. Las formas constructivas francesas fueron bien asimiladas por los autóctonos, ya que dos décadas más tarde, terminaron el recinto amurallado, construyeron la 109 catedral románica como una obra fortificada sobre la que se asentó la posterior obra gótica y erigieron extramuros la magnífica iglesia de San Vicente. San Vicente de Ávila Sigue la estructura de las iglesias de peregrinación. Presenta una planta clásica española, de tres naves coronadas por tres ábsides semicirculares, el central de mayor dimensión que los laterales (cabecera triconque). Posee crucero y cimborrio, que cubre la intersección de éste con la nave central. El templo se amplía con un atrio porticado, propio de románico español, y un nártex a los pies entre las dos naves, bastante inusual en este estilo. Su portada cuenta con magníficas esculturas. 5.1.1.- Iglesias de planta centralizada. Tres edificios con los más representativos: dos en la ruta jacobea, el Santo Sepulcro de Torres del Río y Santa María de Eunate, y la iglesia de la Vera Cruz de Segovia, consagrada en 1208. Santa María de Eunate, finales del siglo XI o principios del siglo XII, fig. 32 Es una pequeña iglesia de planta octogonal. El pequeño santuario presenta un cuerpo central de forma octogonal irregular, que se prolonga en el lado oriental mediante un ábside, pentagonal al exterior y circular al interior, y que está circundado en su totalidad por una arquería exenta, separada de los muros del templo unos cuatro metros. Al interior se cubre con una espléndida bóveda de gruesos nervios cuyos elementos coinciden con los lados del octógono. Iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río, finales del siglo XII, fig. 31 Fue construida por los Caballeros de la orden del Santo Sepulcro en magnífica sillería. Presenta planta poligonal de ocho lados; en el lado este se adosa el ábside semicircular y, enfrentada, una torre que encierra una escalera caracol. En horizontal los muros se articulan en tres cuerpos separados por impostas molduradas; en vertical por columnas adosadas a las esquinas. Al interior se cubre con una espléndida cúpula con gruesos nervios cuadrangulares que se cruzan formando una estrella de ocho puntas; queda libre en el centro, donde se alza una linterna. Esta estructura constructiva se ha puesto en relación con el segundo mihrab de la mezquita de Córdoba. Iglesia de la Vera Cruz de Segovia, fig. 31 y 33 110 Fue construida por clérigos de la orden del Santo Sepulcro y presenta una estructura más compleja cargada de significados simbólicos. Tiene planta dodecagonal, sobresaliente torre cuadrada y sencillos pórticos. El interior se organiza en torno a un tabernáculo central de dos pisos y doce lados, ambos cubiertos con cúpulas de fuertes nervios, y está rodeado de un deambulatorio anular cubierto con bóveda de cañón. Al este se adosa la cabecera de tres ábsides semicirculares. 5.2.- Las catedrales del círculo de Zamora. En el Duero y hacia el sur, cerca de los límites occidentales del antiguo reino de León, hay un grupo de iglesias de transición con un inconfundible carácter español. La catedral de Zamora es la más antigua del grupo, le siguen la de Toro y la de Salamanca. Son tres edificios de nueva planta, con sencillas y tradicionales plantas de tres naves y tres ábsides, cubiertas con bóveda de cañón o de crucería y muros y pilares muy gruesos de perfecta sillería. Pero lo que les da su especial carácter y las unifica son las bóvedas cupuliformes con que se cubre al interior el espacio de intersección del crucero con la nave central, que al exterior define marcados y elaborados cimborrios, y un orientalismo superficial en la decoración. Catedral de Zamora, fig. 34 Comenzó a construirse bajo el mandato del obispo Esteban en 1151. Una gran cúpula gallonada se asienta sobre un tambor cilíndrico, horadado por una sucesión de ventanas saeteras, muy decoradas al exterior, cuyos empujes se transmiten a los gruesos pilares cruciformes a través de pechinas. Al exterior, la línea de ventanas del tambor se decora profusamente con arcos y columnas y se refuerza con pequeñas torres, justo sobre las pechinas interiores, rematadas con cupulillas. El juego gallonado de la cúpula se ve remarcado por una cubierta de escamas de piedra. Su aspecto es sumamente decorativo y orientalizante. En ella actuó un arquitecto conocedor de la arquitectura románica, de la islámica y de la bizantina, y sin duda de una personalidad muy acusada. Catedral de Toro, su cimborrio presenta una novedad: sin suprimirse las pequeñas torres exteriores, los empujes de la cúpula se reducen gracias al doble piso de ventanas del tambor. El exterior no es tan preciosista como el de Zamora, aunque muestra una estructura plenamente románica y un gusto decorativo orientalizante. Catedral de Salamanca, fig. 36 111 El cimborrio recibe el nombre de Torre del Gallo. En ella se aúnan las dos fórmulas anteriores, un tambor con un doble piso de ventanas y cúpula gallonada, y al exterior una cubierta de escamas de piedra. 5.3.- Las iglesias con atrios porticados. En el siglo XII se extiende por Castilla una tipología de iglesia netamente española, una de sus aportaciones más interesante al románico internacional. Son edificios de una sola nave, con galería porticada adosada a su lado meridional, a modo de claustro reducido. Parece que el modelo se gestó en las iglesias de San Miguel, en San Esteban de Segovia de finales del siglo XI y atribuida a artesanos mozárabes, y en El Salvador en Sepúlveda. Esta tipología tuvo una enorme difusión a finales del siglo XII y primera mitad del XIII. Por este amplio territorio se distribuyen una multitud de pequeñas iglesias con atrios porticados, sin plan específico, aunque son más abundantes en Soria y Segovia y sin innovaciones o alteración en la estructura original. Se pueden establecer dos diferencias entre ellas: que el pórtico corra a lo largo de una o de dos de las fachadas del edificio principal; por otro, el tipo de construcción que ponen en marcha, que va desde verdaderos ejemplos de arquitectura culta hasta aquellos de diseño netamente popular. Destaca el conjunto de iglesias con atrios porticados que extiende por las provincias de Burgos y La Rioja. Además de la elegancia de sus arquerías, despuntan por la calidad de la escultura de sus capiteles, repletas de fantásticas bestias del más puro carácter silense. 5.4.- Las iglesias de ladrillo. Son el primer eslabón de lo que se denomina “arte Mudéjar”. Tras la conquista de Toledo en 1085 se incorpora una población muy islamizada que desde la segunda mitad del siglo XII se ve sometida a un proceso de castellanización. El contacto entre ambas culturas dará como resultado una reelaboración del románico desde fórmulas constructivas propiamente islámicas. Son iglesias edificadas por alarifes moriscos bajo un sistema de trabajo, unos materiales (ladrillo, yeso, madera) y unas técnicas de construcción que constituyen un medio de supervivencia y transmisión del comportamiento estético islámico. En Castilla hubo dos focos donde proliferó el románico-mudéjar: Toledo y su comarca, y en la meseta norte. Las iglesias del primer mudéjar leonés y castellano presentan una planta de tres naves coronadas por tres ábsides sin transepto. Sobre el tramo recto del presbiterio se alza un cimborrio o torre de campanas. 112 Al interior las naves no se abovedan, sino que se cubren con armaduras de madera; la cabecera lo hace con bóvedas de hiladas de ladrillo y normalmente en el paso de la nave al presbiterio; el arco triunfal es de herradura. Destacan: San Tirso y San Lorenzo en Sahagún; San Pedro de las Dueñas, Saelices del Río y la Lugareja de Arévalo. La articulación de los muros en los ábsides, tanto al interior como al exterior, está muy cuidada, se combinan arquillos ciegos, recuadros y bandas resaltadas. No hay decoración escultórica. La mezcla de arquillos con bandas, en los más sencillos, recuerda a la decoración del primer románico lombardo. En Toledo las primeras construcciones aparecen tras la conquista de la ciudad por Alfonso VI, en tercer cuarto del siglo XII. Hacia 1162 se erigía la iglesia de Santa Leocadia, más tarde conocida como el Cristo de la Vega; en 1187 la mezquita de Bad-al-Mardún se adapta al culto cristiano con la erección de su ábside pasándose a llamar Cristo de la Luz; en 1221 se consagra San Román, y de la segunda mitad del siglo XIII data la iglesia de Santiago del Arrabal. La estructura de estos edificios es, por lo general, de estilo románico, de tres naves con cabeceras planas las laterales y ábside poligonal la central. Se cubre el ábside con bóveda de cuarto de esfera de ladrillo y las laterales con techumbre plana o abovedada; las naves lo hacen con artesonados de madera y la separación se realiza con arquerías de arcos de herradura. Al exterior la construcción es de ladrillo y mampostería encintada, y muestra como ornamentación frisos de arquillos ciegos que combinan con los de medio punto, herradura y lobulados. Al interior, las cabeceras también presentan frisos de arquillos ciegos, y en los casos de El Cristo de la Luz y San Román, decoración pictórica. La torres del Cristo del Arrabal se asemeja en su alzado a los alminares, con un perfil escalonado y caracterizada por sus óculos románicos. Dentro de la influencia de Toledo destacan las iglesias impregnadas de una fuerte tradición románica como de Carabanchel, Barajas, Móstoles, etc... Todas ellas en la provincia de Madrid. 6.- El Románico final Las circunstancias bélicas y de frontera redundan en el final del estilo románico. En las tierras fronterizas de la cuenca del Tajo el románico se disolvió en construcciones populares. Las tierras al sur del Tajo permanecieron en unas circunstancias de frontera y abandono en los siglos XI y XII. Tras la conquista de Cuenca y Alarcón se produjo una repoblación eficaz en estos territorios. Tras la pacificación aumenta la demografía y la economía, por lo que aumentaron los núcleos de población y alzándose en estos iglesias románicas. Estos edificios son muy tardíos: finales del siglo XII, buena parte del XIII e incluso en algunos lugares se pueden datar en el XIV. 113 Según se avanza hacia el sur las formas arquitectónicas son cada vez más sencillas, más funcionales y más fáciles de erigir con medios limitados. La decoración escultórica desaparece ya que se recoge la herencia constructiva de la orden del Císter. El gótico no arraigó como estilo popular, la arquitectura siguió siendo románica, adecuada a las necesidades del momento. 114 TEMA 11 - LA ARQUITECTURA CISTERCIENSE 1.- Introducción La arquitectura cisterciense –movimiento derivado del románico- surge en la región de Borgoña a principios del siglo XII, relacionado con la reforma monástica llevada a cabo por el movimiento cisterciense. Su clasificación dentro de los estilos artísticos comúnmente aceptados, no coincide con ninguno de los estudiados. Algunos estudiosos, consideran la arquitectura de Císter como un estilo propio, otros del románico, otros del gótico, o incluso distribuida entre ambos. Lo que si que está claro es que por sus características peculiares, se la puede considerar como un estilo propio, precursor del gótico. Vamos a intentar tratar esta arquitectura, desde su filiación románica – aún siendo un capítulo distinto y cerrado- La arquitectura cisterciense se encuentra encerrada en si misma primero por su propia personalidad – cualidades propias dentro de románico- en segundo lugar por su homogeneidad –el monasterio cisterciense se repitió a lo largo de toda Europa, como si de un modelo se tratara- y en tercer lugar por el gran número de construcciones realizadas –en menos de 90 años 531 abadías y en 200 años casi 700. Esta difusión en lugares remotos y separados de la sociedad –lugares despoblados- permitió que su proyecto arquitectónico influenciara en las construcciones de su entorno. Nave central de la Iglesia Abacial de Silvacane 2.- La reforma cisterciense Se inicia a finales del siglo XI. Reacciona contra el apogeo y prosperidad material que había caracterizado a la orden de Cluny en el último período. Los monjes negros de Cluny –en su afán por volver a los dictados de la orden benedictina- le dieron importancia a los oficios religiosos. Las continuas donaciones que recibían y la expansión económica que obtuvo la Orden, permitió que éstos fueran cada vez más numerosos y solemnes, lo que permitía evitar el trabajo manual y el intelectual. Los clunienses, intentaron contar con el mayor número de posible de oficiantes – permitiendo incluso la entrada en la Orden de forma continuada- Las consecuencias de esto, fue el enriquecimiento de la Orden, boato y grandiosidad de las celebraciones, ampliación continua de monasterios; así como la ociosidad y la relajación de la norma benedictina. En contraposición de esto, una corriente de ascentismo espiritual recorrió Europa, hubo grandes intentos de reforma y de vuelta al ideal evangélico a través de la vida eremítica, la soledad y la pobreza. Claustro de Santa María de Valbuena La culminación a esta corriente, llegó de la mano de la creación de la orden del Císter y de la obra de San Bernardo de Clairvaux (Claraval) – 115 predicó el retorno a las reglas monásticas, idea que caló muy hondo en las comunidades benedictinasLa reforma cisterciense tiene su origen en la persona de San Roberto quien quiso restablecer la austeridad de la norma benedictina. El ensayo de Molesmes se convirtió en fracaso, ya que la fama de santidad de los monjes, provocó un gran número de donaciones y de nuevos monjes, lo que hizo que San Roberto renunciara de su cargo. En 1098, 21 monjes bajo la tutela de San Roberto, abandonaron la abadía de Molesmes buscando un lugar apropiado. Así es como se trasladaron a Citeaux (Císter) donde fundaron el monasterio, el cual es la cuna del mundo cisterciense. En un lugar alejado de la gente, los monjes se entregan a la soledad, silencio y al trabajo (ora et labora). Por primera vez los cistercienses vistieron de blanco, distinguiéndose de los monjes negros de Cluny. Después de San Roberto, fueron abades de Cister, Aubri que impuso una extrema pobreza y rigor, y Esteban Harding, que tuvo que admitir a nuevos monjes y donaciones para sobrevivir. Cuando estas donaciones y el número de monjes fue elevado, se estableció la fundación de abadías filiales de Císter. En 1113, se construyeron los monasterios de La Ferté y de Pontigny y en 1115 los de Clairvaux (Claraval) y Morimond. Estas cuatro, se las conoció como „‟Las cuatro abadías primogénitas‟‟ Para preservar la Regla Benedictina, Esteban Harling escribió la Carta de caridad y unanimidad, donde se establecían los valores y costumbres que debían seguirse. Redactó también el Exordio, donde se explicaba las razones del nacimiento del Císter. Con el reconocimiento por parte del Papa, la orden del Císter quedó constituida. La Carta de caridad era un modelo de organización de la Orden, cada abadía era autónoma pero relacionadas entre ellas por filiación. El abad de la abadía de Cister garantizaba la unidad de la Orden y el respeto a los principios que ésta señalaba. Las cuatro abadías primogénitas tuvieron sus propias filiales, así se expandió rápidamente por toda Europa. Con esta situación, llegó a cargo de abad de Claraval, San Bernardo. Su personalidad marcó la obra cisterciense. En 1124 escribió un texto, mediante el cual criticaba y denunciaba todo lo que representaba Cluny. Denunció el excesivo tamaño de los santuarios de peregrinación, el lujo en los ornamentos, pinturas y decoraciones. Lo promulgado por San Bernardo, tuvo su repercusión en la arquitectura cisterciense. Bernardo de Claraval, radicalizó los principios, dando así comienzo un espíritu de revolución en unos monjes dispuestos a colonizar el mundo conocido. Se puede considerar que ejerció un poder tanto religioso como político por toda Europa. En resumen, mientras que la organización cluniacense se ahogaba en su propia riqueza, la ascensión de las ideas que promulgaba la organización cisterciense era imparable. 116 3.- La arquitectura cisterciense La Orden Cisterciense, creó un modelo arquitectónico definido, cuyas características principales eran: monumentalidad y desornamentación. En los primeros años del Cister, se levantaron pequeñas y sencillas edificaciones fabricados con materiales perecederos. Pero la rápida expansión de abadías filiales y las ampliaciones en las primogénitas obligaron a la construcción de edificios monumentales, pero desornamentados. Iglesia abacial de Flaran Bernardo de Claraval comenzó la construcción sistemática de monasterios. En el año 1135 se comenzó a construir la gran iglesia abacial de Claraval II y en 1249 la del Císter. Ambas edificaciones fueron el modelo a seguir en el modelo de edificación cisterciense. La arquitectura cisterciense se caracteriza por los ideales de austeridad, retiro, silencio y trabajo, ajustándose a las críticas emitidas por Bernardo. Para evitar los excesos y la suntuosidad de las construcciones, el abad impuso un modelo arquitectónico muy preciso que daba las pautas para la construcciones de las abadías de las nuevas fundaciones. 3.1. Esquema del monasterio Los monjes elegían lugares aislados. Preferían pequeños valles con ríos, ya que para ellos el agua tuvo un significados simbólico de purificación, lo cual obligó a los cistercienses a mejorar su capacidad como ingenieros hidráulicos. Para estudiar el territorio, y ver si era idóneo para el asentamiento, previo al asentamiento definitivo, llevaban a cabo un asentamiento provisional, evaluando la bonanza del territorio. Su organización surge del esquema de los cenobios cluniacenses y facilita la vida en comunidad del monje. El monasterio se considera una agrupación de edificios con diferente carácter: la iglesia y espacios comunes (claustro, sala capitular….), los espacios de trabajo (molinos, hornos…), y los de almacenaje (almacenes, graneros, bodegas…) todo rodeado por una cerca, símbolo del apartamiento del mundo. Con esto, la abadía será autosuficiente. Eran unas construcciones sobrias y funcionales pero de gran calidad. Existe el debate de si fueron los mismos monjes los encargados de la construcción. Las miniaturas de la época, nos muestran que eran los monjes quienes lo hacían, y esta teoría queda reafirmada con la estructura gremial de la época, el secretismo con el que comunicaban los conocimientos de construcción y ante todo por la gran capacidad edificatoria y su uniformidad y alto grado de calidad de las obras. 117 Los monjes tenían la suficiente capacidad y experiencia en todos los ámbitos que les podía permitir la construcción de los edificios por sí mismos. Cada abad-padre comunicaba a sus filiares el plan arquitectónico con el que había construido su propia abadía. Cada abad tenía un monje –cillerero- que era el encargado de aplicar el plano tipo de las abadías, además llevaba las finanzas. En resumen, era el encargado de dar homogeneidad propia a ésta arquitectura. 3.2. La arquitectura del monasterio La austeridad de la regla es lo que marca las edificaciones cistercienses. Las edificaciones cistercienses deja de lado toda la artificiosidad centrándose principalmente una simple estructura. Por lo tanto se deja de lado la suntuosidad cluniacense. A contraposición de Cluny, las primeras construcciones de cister, puso su interés, en encontrar soluciones arquitectónicas para cada una de las partes de la abadía. Para que esto fuera posible se creó un Esquema Constructivo Patrón: Iglesia orientada este-oeste, con cabecera al este Claustro adosado a la iglesia Ala este del claustro, para los monjes (sala capitular en planta baja, y dormitorio en la primera unidas por dos escaleras. Una va al interior de la iglesia y otra al claustro. Refectorio y cocina, en el ala del claustro opuesta a la iglesia Ala Oeste, un edificio de dos plantas para los conversos y a almacenes con acceso por la parte trasera de la iglesia. La iglesia era el espacio más importante, al ser la casa de Dios y donde los monjes hacían su actividad más importante, la oración. Era un edificio con acceso diferenciado para monjes y conversos. Tiene planta con tres naves, la central cubierta con bóveda de cañón y las laterales con bóvedas transversales. Una cornisa recorre la base de la bóveda. La prohibición de construir el campanario sobre el crucero hace que la cubierta de las naves llegue hasta cabecera, uniformando la estructura en planta reduciendo la movilidad de las siluetas de los edificios. Las cabeceras planas, rodeadas por capillas absidiales cuadradas. Claraval es el origen de estas cabeceras que restringían las sugerencias de los ábsides semicirculares. La intención podría ser simplificar las formas arquitectónicas y permitir que éstas fueran fácilmente construibles. 118 La iluminación siempre por las naves laterales y ventanas del ábside. Los soportes son simples pilares rectangulares con capiteles que no se decoran o con suaves hojas planas y esquemáticas. Arco apuntado y bóveda de crucería ojival, elementos utilizados y evolucionados en el gótico. La supresión de campanarios conllevó a la eliminación de las cúpulas sobre los cruceros, unificando la estructura en planta y achatando y aplastando los edificios. La supresión de la iluminación de las naves centrarles frenó las investigaciones iniciadas en Cluny. La sustitución de los ábsides semicirculares por cabeceras planas restringió los espacios que estos producían. La concepción de la arquitectura religiosa se esquematizó y simplificó y la decoración inexistente. Pese a todo se consiguió una arquitectura monumental. Debían de perdurar, y su técnica constructiva no equivalía a pobreza constructiva, sino a simplicidad, funcionalidad, claridad y rechazo a la riqueza decorativa. Los ábsides añadidos por la arquitectura cristiana a la basílica romana se inspiraron en la intención de encuadrar el sacrificio dentro de un espacio, la bóveda de cuarto de esfera recogía y solemniza el recinto, la intersección del transepto aisla el punto culminante de la liturgia de los fieles. La homogeneización del arte cisterciense termina con esta evolución. La bóveda de aristas se generaliza a finales del siglo XI, los artistas cistercienses lo emplean, pero no para aumentar los vanos y cubrirlos de vidrieras –arte gótico, siglo XIILos cistercienses se oponen a la ostentación y al simbolismo de la escultura y al esquema gótico basado en el simbolismo de la luz. Concepción del espacio en un lugar aislado, empleo de la luz natural… reúne las características de filiación al estilo gótico. La iluminación de la iglesia cisterciense es la negación absoluta del artificio. El claustro, es el centro de vida monástica y eje que estructura la abadía. Se sitúa en el centro del conjunto, y permite la distribución del resto de los espacios. Es de planta cuadrada con 4 pandas. Permite una rápida circulación entre los espacios. En el centro se sitúa una fuente o pozo, que simboliza el agua. En un origen se cubría con bóveda de cañón apuntada para luego dar paso a la bóveda de ojivas o a la de crucería. Los arcos son de medio punto o apuntados, sostenidos por columnas con capital vegetal simple. En el claustro destaca la posición de la fuente. Según la Orden, debía ser una construcción simple pero de aspecto agradable. Normalmente se ubicó dentro de un pórtico cubierto de planta hexagonal o cuadrada. 119 Desde el claustro, abierta a un lado, se encontraba la sala capitular. De planta cuadrada con bóveda de crucería donde los nervios salen de recias columnas exentas centrales –forma de palmera-. El conjunto siempre es sobrio y macizo. Las ménsulas laterales, mediante lo cual la bóveda era menos ancha, simplificaban su construcción y tenía menos altura, colocando las habitaciones de los monjes encima. Cada monasterio individualizó estas ménsulas mediante un adorno. Puede que sean los únicos motivos dejados a la individualidad. La sala recibe luz a través de la portada abierta al claustro y las dos arquerías que la flanquean. El refectorio o comedor se abría al claustro en el lado sur. Estancia amplia de planta rectangular, cubierta con bóveda y con un púlpito elevado para la lectura durante la comida. Estaba flanqueada por la cocina y el calefactorio. Scriptorio de Fontenay Los dormitorios se encontraban en la segunda planta. No siguen un modelo repetido en todos los monasterios pero si que corresponde a programas constructivos realizados en otras estancias. Otras dependencias eran: sacristía, biblioteca, escritorio, despensas, letrinas, cillas…Todas presentan los mismos elementos arquitectónicos con la misma imagen de sobriedad, solidez y austeridad. Además se contaba con otro número de estancias funcionales independientes al núcleo central, como son molinos, fraguas, bodegas….. En Francia, la construcción cisterciense más representativa es la abadía de Fontenay. Y en Italia, la de Casanari, Fossanova, San Galgano o Falleri. 4.- Arquitectura Cisterciense en España La primera fundación fue el Monasterio de Fitero (Navarra) en 1140. La situación bélica en la Península Ibérica hizo que las construcciones cistercienses tuvieran necesidades propias. Se entendieron como elementos de cristianización pero también como ayuda en la repoblación de las tierras conquistadas. El Monasterio de Poblet, de mediados del siglo XII, fundado por el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, ayudó a la repoblación de los territorios conquistados. Se dispone siguiendo el esquema de los monasterios de la Orden. Proporciones grandiosas, desornamentada y austera pero de gran monumentalidad. Con el mismo objetivo defensivo, se construyó el Monasterio de Monsalud de Córcoles, en la frontera con los musulmantes, podía servir como elemento de contención a posibles ataques. Y así existen varios ejemplos más. Esto 120 explicaría por qué estos monasterios gozaron de protección real o que más tarde algunos monjes cistercienses intervinieran en la fundación de órdenes militares –Calatrava o AlcántaraEn el siglo XII destacan los monasterios de Meira (Lugo), Oliva (Navarra) y Moreruela (Zamora); ya en el siglo XIII los de Santa maría de Huerta y las Huelgas (Burgos) Monasterio de Monsalud; modelo de 3 ábsides en la cabecera, con bóveda de cuarto de esfera coronados por una cornisa sustentada por modillones. La planta es de cruz latina de 3 naves. Se accede a los ábsides a través de arcos apuntados y doblados que se sostienen con pilares de doble columna coronados por capiteles de decoración vegetal. El crucero se cubre con bóvedas de crucería y la portada del brazo sur se resuelve con arquivoltas de medio punto. La sala capitular tiene dos columnas centradas que soportan las bóvedas de gruesos nervios (8). Iglesia de Bonaval; iglesia de 3 naves, la cabecera con un ábside de planta poligonal y dos capillas menores rectangulares con bóveda de ojivas. La nave central y las laterales se cierran con bóvedas nerviadas, menos el tramo sur que lo hace ocn bóveda de capón apuntada. En las portadas y ventanas se usa el arco apuntado. La decoración consiste en estilizados motivos vegetales y recercados de puntas de diamante. Iglesia de Buenafuente del Sistal; iglesia de una nave con cabecera de planta cuadrada con bóveda de cañón apuntada. En sus portadas se utiliza el arco me medio punto y la decoración tímidos motivos vegetales. Convento de Calatrava la Nueva; El arte cisterciense se funde con el arte mudéjar. Tiene aspecto militar, fachada con cuatro contrafuertes cilíndricos que tenían función de torreones defensivos. Planta de 3 naves con ábsides semicirculares, el central cubierto con bóveda de siete nervios apoyados sobre columnas, los laterales con bóvedas de cañón. En los paramentos del presbiterio del ábside central y en los laterales, se abren ventanas en ladrillo y con arco de herradura o arco apuntado y doblado. Las naves separadas por arcos apuntados en gruesas columnas que se adosan a un pilar central; cubiertas con bóvedas de ojivas. 5.- El legado del Cister La influencia de la arquitectura cisterciense fue decisiva para las formas del románico final. La guerra contra las imágenes de los cistercienses, rompe con lo anterior. Ese es su mayor consecuencia: la disociación de las imágenes respecto a la arquitectura. La renuncia a la decoración, tuvo como consecuencia el agotamiento de la investigación románica en torno a la escultura. La escultura y pintura románica, su programa iconográfico, desaparecen, se 121 rompe su unidad por el hecho de que la arquitectura puede presentarse por sí misma, sin imágenes que la explique. La arquitectura aparece repleta de significados para lo divino sin necesidad de imágenes. Esta afirmación puede hacer entender como el cisterciense favorece la aparición del gótico, que da importancia a la arquitectura como espacio de lo divino y no a las imágenes. La actitud de San Bernardo, se dirige en contra de toda forma que adultere las funciones estrictamente religiosas. Negación absoluta al artificio, oposición a la ostentación al simbolismo de la escultura, está claramente en contra del esquema gótico basado en el simbolismo de la luz. La iluminación cisterciense es una respuesta contra el nuevo sistema de iluminación que se iniciaba entonces. El interior se concibe como un lugar recogido y aislado, sin simbolismo ni trascendencia, iluminado por vanos-foros de luz natural, todo dentro de una arquitectura donde la ficción y la forma no tiene lugar, reducido toda la construcción como una estructura que cumple una función. 122