El área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

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El área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia:
competitividad en el marco de los desafíos de la globalización
La
Gonzalo Horacio Arze Arce
Introducción
1.-Los contextos
1.1.- El contexto externo
1.2.-El contexto nacional
1.3.-El contexto regional de Santa Cruz de la Sierra
2.- La competitividad para el área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra
2.1.-La dimensión territorial
2.2.-La dimensión política: gobernancia, institucionalidad y gestión para la
competitividad
2.3.-La dimensión económica: productividad, condiciones económicas y
competitivas.
3.- Conclusiones
Bibliografía.
Filiación: El autor es boliviano, Arquitecto y Magíster en Urbanismo de la
Universidad de Chile. Académico de las Universidades de Chile y de Valparaíso, y
miembro del Centro Iberoamericano de Asuntos Públicos y Empresariales, CIAPE.
Email: <gonzalo_arze@yahoo.com>; gonzaloarze@ciape.org
Resumen
El objetivo de este artículo es generar un espacio de discusión en el que converjan
algunos elementos claves como la competitividad, el desarrollo local y/o regional,
las oportunidades, entre otros, para un aporte teórico–conceptual sobre las
actuales ventajas que el área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra tiene sobre
sus similares, y permita comprender la importancia de ser parte de la red de
ciudades metropolitanas globales.
Palabras clave: BOLIVIA. SANTA CRUZ DE LA SIERRA. PLANIFICACIÓN URBANA Y
REGIONAL.
DESARROLLO
ECONÓMICO
Y
SOCIAL.
PLANIFICACIÓN
METROPOLITANA.
GLOBALIZACIÓN.
COMPETITIVIDAD.
GOBERNANCIA.
INSTITUCIONALIDAD.
Abstract
This article explores the relations between the following key elements:
competitivity, local development, opportunities for a conceptual development, in
relation to a study of Santa Cruz de la Sierra metropolitan area and its advantages
over other similar cities. The idea is to show the relevance of belonging to a larger
global network of cities.
Key Words: BOLIVIA, SANTA CRUZ DE LA SIERA, URBAN AND REGIONAL
PLANNING, ECONOMIC AND SOCIAL DEVELOPMENT, METROPOLITAN PLANNING,
GLOBALIZATION, COMPETITIVITY, GOVERNANCE, INSTITUTIONALITY
1
Introducción
El debate sobre globalización, territorio y competitividad es hoy muy intenso en
América Latina, sea porque en este continente existen importantes mega-ciudades
o ciudades-región, como Sao Paulo, Río de Janeiro, Bogotá, Buenos Aires, Lima y
Santiago de Chile, o porque bajo el influjo de ellas está naciendo una red de
nuevas áreas metropolitanas que tienden a ocupar los espacios que la colonización
española y las repúblicas han dejado vacíos.
En el marco de la globalización y los ajustes estructurales aplicados a nuestros
países, nos preguntamos si para entender lo que sucede en los territorios
metropolitanos de esta parte del continente, la competitividad puede ser el
paradigma central, como nuevo enfoque económico pero a la vez sistémico y, por
tanto, integrado con las variables sociales, culturales, territoriales e institucionales
que implica una competencia abierta al mundo.
Si este fuera el caso, podemos organizar conceptualmente y conocer de manera
más amplia los complejos procesos socioeconómicos y territoriales que se están
configurando en las nuevas áreas metropolitanas del sur.
En este sentido nos preguntamos qué puede significar el concepto de
competitividad para ciudades globalizadas pero con un importante peso de
actividades netamente locales y aún informales de muy baja productividad, las que
generan un elevado porcentaje del empleo.
Los conceptos sobre competitividad, tal como se manejan en el caso de las
ciudades del norte, conlleva dudas o reservas sobre la pertinencia de su aplicación
“automática” en el caso de las áreas metropolitanas, de las mega-ciudades y
ciudades intermedias del sur, en las que la fragmentación, la dualidad y la
polarización son los rasgos más dominantes.
Las diferencias entre las metrópolis del norte y las del sur son marcadas. Richard
Stern1 identifica, entre las más importantes, el fuerte crecimiento demográfico por
migración, la falta de recursos de los gobiernos locales, la mala gobernabilidad, el
empoderamiento y la gestión local, la polarización y la fragmentación y la violencia
e inseguridad como características centrales de las metrópolis del sur.
Este artículo pretende entonces reflexionar sobre cuáles podrían ser las
dimensiones que para nuestras ciudades definan la competitividad en el marco de
las perspectivas futuras del desarrollo integrado de América Latina, y hacer una
lectura de cómo se comportan esas dimensiones en nuestra realidad dual y
polarizada, y si, por lo tanto, tienen relevancia.
Es interesante estudiar el caso de Santa Cruz de la Sierra principalmente por su
importancia dentro de la economía boliviana en los últimos veinte años.
Bolivia, país enclavado en el centro de Sudamérica, ha mostrado a lo largo de su
historia profundas transformaciones, aplicándose desde 1985 todo el recetario del
1
Stern, Richard. Local Governance and social diversity in the developing world. Naciones Unidas. World
Urbanization Prospects the Cities Alliance, 1999.
2
“ajuste estructural” en sus tres generaciones: macroeconómico, social y de
reformas institucionales2.
Fig. 1. Calle 24 de Septiembre a
principios del siglo XX
Fuente: Archivo de fotografías de Santa
Cruz de la Sierra de antaño.
Fig.2. Casona antigua, finales del siglo
XIX
Fuente: Archivo de fotografías de Santa
Cruz de la Sierra de antaño.
Estas medidas, entre otras, han transformado la organización territorial boliviana
desde una red conformada por las principales capitales departamentales hasta un
territorio organizado sobre un solo eje troncal, que une las capitales de los
departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, y que concentra porcentajes
de población, infraestructura e inversiones superiores en todos los casos a 60% del
país. La ciudad de La Paz conecta a Bolivia con el pacto Andino, norte de Chile, el
sur del Perú y el océano Pacífico, mientras que Santa Cruz de la Sierra, es el nodo
de conexión de la red nacional con Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y el
océano Atlántico3.
Lamentablemente el país no cuenta actualmente con un instrumento de regulación
y ordenamiento del territorio de carácter formal que haya sistematizado esta
nueva situación en un Modelo Territorial.
El proceso de metropolización que caracteriza a Santa Cruz de la Sierra, en el
marco de su incorporación paulatina a la red de centros urbanos globalizados del
cono sur, comenzó a estudiarse en 1997, con la formación de los “lineamientos
para el Plan de Desarrollo Metropolitano”4 en base a los cuales se organiza la
“Mancomunidad Metropolitana” y se institucionaliza el “Consejo Metropolitano”.
Asimismo, la nueva Ley de Municipalidades, promulgada en octubre de 1999,
incorpora por primera vez las áreas metropolitanas en la “Organización Territorial
Administrativa”.
El paradigma de la competitividad podría constituirse en una de las herramientas
que permita un mayor conocimiento sistematizado del Área Metropolitana de Santa
Cruz, en tanto inserto dentro del marco de la globalización y su contexto externo,
interno y local.
2
Ver: Fernandez, Gustavo. Bolivia en el laberinto de la Globalización: Ensayos. Plural, La Paz, Bolivia,
2004.
3
Ver: Blanes, José; Calderón, Fernando; entre otros. Formación y Evolución del Espacio Nacional.
Cuaderno de Futuro Nº 18. Informe de Desarrollo Humano, PNUD, 2003.
4
Estos lineamientos se exponen de manera amplia en: Foro Internacional sobre Metropolización.
Universidad de Toronto, Canadá; Viceministerio de Planificación Estratégica y Participación Popular.
Santa Cruz, Bolivia, 1999.
3
En este entendido, habría que preguntarse si Santa Cruz de la Sierra puede
responder a los modelos de competitividad que se plantean, la forma de relación
con el nivel internacional, con su entorno regional y con sus microregiones de
referencia, para comprender las condiciones y contenido de la competitividad en
los contextos del sur.
Sin embargo, estos tiempos son prolíficos en la generación de nuevos paradigmas
para el desarrollo local, los que deberán ser tomados en cuenta y sobre todo
relacionados con el concepto de competitividad. Nos referimos esencialmente a los
conceptos de gobernabilidad, gestión, capital social, humano e intelectual y
liderazgo local.
El territorio, como espacio organizado y equipado, sometido a profundas
transformaciones y que posee características propias de historia, cultura y visión
del mundo, será la referencia obligada para el desarrollo de esta aproximación.
1.
Los contextos
1.1. El contexto externo5
La relación de Bolivia con el contexto externo ha sido importante en la definición
de las características del modelo económico. Bolivia se ha caracterizado por ser
una economía extremadamente dependiente de las exportaciones de materias
primas, de los precios de las mismas y de los intereses que haya podido despertar
en determinados momentos de su historia, en el mercado internacional.
Desde la vieja estructura minera consolidada con la exportación de la plata (fines
del siglo XIX) y, posteriormente, del estaño (desde los años 1920 hasta los años
1980 del siglo XX), se han incorporado muchos cambios orientados a la
diversificación económica sobre la base de la agricultura, sobre todo a partir de los
años 1940 y principalmente en los años 1950, y a generar una estructura de
autoabastecimiento en varios de los productos agrícolas.
En esta nueva estructura tiene un papel importantísimo la rápida expansión de
Santa Cruz de la Sierra y su fuerte gravitación demográfica y económica sobre el
resto del país. Con dichos cambios se consolida el nuevo eje de estructuración
territorial sobre las tres zonas metropolitanas, pero sobre todo, con la expansión
del eje La Paz–Cochabamba y hacia el oriente, con Santa Cruz.
El eje estructurador se expresa en los cambios operados en la red de
comunicaciones desarrollada en un primer momento en función de la exportación
de minerales. Ello hizo de Bolivia un país con ferrocarriles hacia el Pacífico y sin
comunicaciones hacia el Atlántico. El ajuste de Bolivia sobre este modelo de
enclave introduce modificaciones en función de las nuevas oportunidades del
mercado. El desarrollo de las ciudades expresa este cambio de adecuación al
mercado externo.
5
Este punto esta desarrollado sobre la base de: Blanes, José; Calderón, Fernando; entre otros.
Formación y Evolución del Espacio Nacional. Cuaderno de Futuro Nº 18. Informe de Desarrollo Humano,
PNUD, 2003.
4
A partir de 1952 el modelo económico que se desarrolla en Bolivia con la
Revolución Nacional, la Reforma Agraria y la Nacionalización de las Minas, es el
punto de partida para las políticas de la CEPAL -de sustitución de importaciones- y
de gestación de las empresas públicas productivas de los años 1960. Ese modelo
económico se orienta a reducir la mono-dependencia minera del país, buscando la
diversificación de las exportaciones, para lo cual se emprende un proceso de
expansión y ampliación de las carreteras hacia el oriente, ampliando la frontera
agrícola, y la agricultura comercial asociada a la gran y mediana empresa.
A partir de los años 60, la inversión en hidrocarburos, la mayor disponibilidad de
recursos y las exigencias de la nueva planificación, demandó integrar el territorio,
diversificar la economía incorporando nuevas áreas geográficas, definiendo con
ello, la actual estructura física y económica nacional. Ellas se dinamizaron cada vez
más hasta el punto en que en la década de los años 80, Santa Cruz aportaba con
el 78% de las exportaciones nacionales, a diferencia del occidente del país, el que
se ve mermado en su participación en la actividad económica nacional.
Un aspecto central en la relación de Bolivia con el sector externo es el referido a la
importancia de la deuda externa en la economía, lo que sumado al deterioro de los
términos de intercambio ha hecho que el sector externo determine en gran medida
el futuro del país en muchos aspectos. Las brechas (fiscal, comercio exterior y de
ahorro – inversión) se han cubierto tradicionalmente incrementado la deuda
externa. En este sentido, el financiamiento de la inversión se ha cubierto en un
60% y 70% con deuda externa. Hacia finales de los ochenta, en el sector social era
casi total la dependencia de la inversión con respecto a la cooperación
internacional, y el país sólo aportaba con el pago de los gastos corrientes en los
sectores de salud y educación.
Uno de los problemas centrales que tenía que resolver Bolivia a finales de 1985 no
sólo era su dependencia económica del sector externo, sino su falta de adecuación
tecnológica en momento de la globalización, los cambios en la organización de los
servicios, el manejo de los mercados. En gran medida ello se va a resolver a través
de las Reformas del Estado implementadas a partir de 1985.
Como se dijo antes, la integración del país se organizó alrededor del eje central La
Paz-Cochabamba-Santa Cruz.
Este proceso es coetáneo con el de la fusión empresarial de las grandes
corporaciones multinacionales que ha redimensionado el concepto de
competitividad con diferentes economías de escala, asociado a un proceso
creciente de mercados ampliados, donde la Comunidad Europea, vía un
parlamento común, retiro de barreras arancelarias y, últimamente, una moneda
común referencial, ha empujado la creación de otros grupos como el ASEAN, el
NAFTA, y en el caso de América Latina, el MERCOSUR, Pacto Andino y otros.
En América Latina la temática de gigantescas regiones urbanas, de fronteras
difusas y estructuras policéntricas, se expresa en archipiélagos urbanos, tal es el
caso de ciudad de México, San Pablo, Buenos Aires, Río de Janeiro, Lima, Bogotá,
Santiago y Caracas.
La creciente intensidad de los flujos de comunicación e intercambio ha impulsado
la formación de complejos ejes de articulación intermetropolitana. Así, se ha
identificado la formación del arco de ciudades del MERCOSUR, donde Río de
5
Janeiro, San Pablo, Curitiba, Puerto Alegre, Montevideo, Buenos Aires, Córdoba,
Mendoza, Santiago y Valparaíso, entre otras, podrán beneficiarse de un posible
crecimiento y dinamismo económico en el ámbito de este nuevo marco de
integración regional.
1.2. El contexto nacional
Cada una de las tres áreas metropolitanas de Bolivia está a diferente altura: La
Paz, en el altiplano, a 3.500 msnm; Cochabamba en el valle, a 2.500 msnm, y
Santa Cruz, en el trópico, a 500 msnm. Esta situación es una ventaja comparativa,
ya que permite complementariedades productivas muy interesantes.
El interior de Bolivia -al margen del eje central- está muy desintegrado y mal
vinculado del resto del país. Al sur, las ciudades de Potosí, Sucre y Tarija y al norte
Beni, Riberalta, Guayaramerín y Cobija están en un proceso muy lento de
vinculación con el nivel nacional. En algo mejor situación está el eje Chaco: Abapó,
Camiri, Villa Montes y Yacuiba, que se encuentra en un proceso de integración más
acelerado. Esta zona contiene una de las grandes concentraciones de gas natural
del mundo, lo cual permite la aceleración en el crecimiento, producto de las
exportaciones.
Es innegable la importancia de los cambios institucionales en Bolivia. La
aplicabilidad del marco normativo es muy variable de un sector a otro y de un nivel
de gobierno a otro. Lo que sí queda claro es que Bolivia ha inaugurado una nueva
economía, más dual aún que la anterior, y es indudable que el marco normativo
relacionado con las condiciones para la inversión es favorable, aunque su
aplicabilidad sea dudosa.
Hay muchas durezas que impedirán la gobernabilidad de las reformas mismas, al
menos en relación con sus objetivos. Se ha estado poniendo de manifiesto las
grandes dificultades por parte de las principales ciudades para poner en marcha
procesos de planificación participativa. Las principales rigideces provienen de los
aspectos culturales, sociales, de las características que asumen los nuevos
parámetros de la estratificación, de los procesos de fragmentación física espacial6.
Otros aspectos a considerar están referidos al tema de la corrupción y de la
predominancia de viejos esquemas burocráticos que aún no han sido erradicados
de los gobiernos departamentales y municipales.
Pero, independientemente del éxito en la implementación del marco institucional,
el hecho mismo que existan reglas del juego, genera mejores condiciones de
competitividad, como lo atestigua la confianza mostrada por los inversores
extranjeros.
Un campo importantísimo y que se concentra en el nivel “macro” del sistema, son
las leyes que aseguren las condiciones de la competitividad general. Su
implementación, como en la mayoría de los países de la región, se presta a dudas
reales, sin embargo, este encargo es de gran importancia.
En el mismo nivel, las leyes regulatorias de los procesos económicos han tenido
indudable repercusión en el ámbito macroeconómico, consagrando la estabilidad
6
En: Arze, Gonzalo Horacio. Los Movimientos Sociales en la refundación de la Democracia en Bolivia.
En: América Latina. Revistas del Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina.
Universidad ARCIS, 2005.
6
del país: las regulaciones tributarias permitieron mayores niveles de recaudación;
la privatización y capitalización permitieron el ingreso de capitales; la elevación,
por consiguiente, de los niveles de inversión global, la inserción diversificada de
Bolivia en el mercado internacional, la incorporación del conocimiento y tecnología,
entre otros.
Sin embargo, 1997 fue el año en que los procesos estructurales bolivianos
empezaron a colapsar. Se dieron dos acontecimientos: uno económico, un claro
síntoma de los primeros efectos que tuvieron las crisis financieras asiática y
brasileña al promediar el segundo semestre de 1998, cuando el gobierno esperaba
una tasa de crecimiento del 7%, sin consideración de la magnitud del problema, ni
la preparación del país para afrontar un período de “vacas flacas” que era
evidente.
Asimismo, para el año 1999, los hidrocarburos tuvieron un alza significativa al
aumentar el precio de las divisas petroleras. Junto con ello, se venía una
disminución de la cartera del Banco Santa Cruz en torno al desarrollo del sector
agrícola moderno y, por otra parte -otro acontecimiento del contexto político-, el
gobierno se vio envuelto en una serie de hechos de corrupción y malversación de
gastos. Todo ello fue propicio para cambiar el rumbo del gobierno.
A partir de este momento, las empresas -unas privatizadas en gestiones pasadas y
otras en proceso de serlo- sufrieron las debacles de la turbulencia social y el
desconformismo en el desempeño dentro de la economía. En este contexto
conflictivo fracasaron los intentos permanentes de diálogo y negociación por parte
de los grupos sociales organizados y el Estado.
El modelo económico quedó fracturado perdiendo significativamente legitimidad.
Esto condujo inmediatamente a que la inversión nacional y extranjera, se retrajera
en espera de los sucesos posteriores. Era evidente en este punto que Bolivia
significaba un “país en riesgo” para la región.
El resultado fue evidente, ya que al igual que el modelo económico, la estructura
política se había fragmentado también; por una parte, la representación social,
anárquica, sin objetivos, generando actos de protesta y, por otra parte, el
escenario político, sectario, limitado a objetivos tácticos y electorales, encerrado
en el círculo de sus propios problemas y cercado por la indiferencia ciudadana,
aunque ninguno de los dos frentes era por sí mismo una amenaza a la
institucionalidad democrática.
Sin embargo, en el cruce de estas dos líneas de conflicto, crecía la crisis
económica, las movilizaciones sociales consumieron los recursos escasos,
redujeron la producción y aumentaron el gasto improductivo. Del mismo modo, los
pronunciamientos de las organizaciones de la sociedad civil y de la comunidad
internacional no dejaron dudas sobre la imposibilidad práctica de quebrar el
sistema democrático.
La situación se torna distinta, cuando existen reservas y mercados estratégicos.
Por ello, partidos como el MAS (Movimiento al Socialismo) encuentran el espacio
de opinión pública necesario para plantear banderas políticas aventuradas, como la
nacionalización del gas, pero en la realidad real el cambio unilateral o las rupturas
7
de las reglas de juego tendrían consecuencias de largo alcance en el acceso a
mercados y en la relación con la comunidad internacional.7
De esta forma, las finalidades económicas estaban orientadas a afirmar la
presencia boliviana en el océano Pacífico y a consolidar la apertura de nuevos
mercados. La perspectiva de largo plazo definirá los destinos naturales del gas
boliviano -Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay- convirtiéndose el país en el
centro estratégico de abastecimiento de energía a las economías más dinámicas de
América del Sur. Siguiendo a Fernández8, aún en la hipótesis de la expansión del
mercado brasilero y el acceso a la demanda de Argentina y Chile, la dependencia
de poderosos países vecinos no es la más recomendable en asuntos que tienen que
ver con energía, dado su carácter estratégico. Un puerto en la costa sería, en
realidad, el punto de partida del ingreso al mercado mundial.
El movimiento social fue alentado entonces por las organizaciones internacionales
en contra de la globalización; tenía, esta vez, fuerte presencia parlamentaria y en
el MAS se gestaba un instrumento político. Pero era aún un movimiento
desordenado y complejo, sin un proyecto común claro, que reunía reivindicaciones
diversas y contradictorias de carácter cultural, económico, salarial, regional y
étnico. Así, dentro de los partidos políticos tampoco se veía un proyecto de
gobierno claro que pudiera saldar los problemas que se estaban gestando. Si el
gobierno fue incapaz de administrar el conflicto, el MAS fue sindicado de
provocarlo.
A partir de la victoria electoral de Evo Morales, el país fue testigo de un cambio
trascendental hasta ese momento conducido por los partidos tradicionalistas
tratando de responder de manera obediente a las diversas propuestas
estructurales en los ámbitos político, económico y social principalmente. Sin
embargo, era necesario considerar nuevas opciones de cambio en el sistema
estructural, debido al poco progreso y al incipiente desempeño del modelo
estructural boliviano.
Las primeras intenciones de cambio propuestas por el MAS, significaban un alivio
momentáneo y un respiro profundo de los acontecimientos que a partir de 1997
hasta 2005, principalmente, habían marcado desfavorablemente y teñido de
sangre la historia boliviana. Del mismo modo, la convergencia de voluntades
alrededor de un discurso alternativo anti-oligárquico, habla de la conformación de
un nuevo bloque estructural, basado en un pensamiento filosófico andino9.
1.3. El contexto regional de Santa Cruz de la Sierra
El contexto en que surge el área metropolitana de Santa Cruz está marcado por los
siguientes factores:
a. El proyecto de “Marcha al Oriente”, que se inicia en los años 50 y que
genera las ventajas comparativas a partir de un conjunto de obras de
infraestructura que vinculan la región y permiten el aprovechamiento de sus
7
Fernandez, Gustavo. Op. Cit.
Fernandez, Gustavo. Op. Cit.
9
En: Arze, Gonzalo Horacio. Los Movimientos Sociales en la refundación de la Democracia en Bolivia.
En: América Latina. Revistas del Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina.
Universidad ARCIS, 2005.
8
8
recursos naturales. Este proyecto colectivo alimenta un espíritu de
innovación, modernización y apertura que subsiste hasta hoy.
b. El “ajuste estructural” y el “achicamiento del Estado”, como políticas
de Estado que se promueven desde 1985, mediante el DS. 21060 y se
aplican ininterrumpidamente hasta hoy, abandonando el “Nacionalismo
Revolucionario”, producto de la Revolución de 1952, mantenido vigente
incluso por las dictaduras militares.
c. El desarrollo de la vocación exportadora de la región, que la hace
abierta a las economías externas, en especial con la exportación de gas
natural, aceites vegetales, soya, madera y sus derivados.
d. La inserción de Bolivia en dos pactos internacionales de integración,
la Comunidad Andina de Naciones, CAN y el MERCOSUR, los mismos que
favorecen ampliamente las exportaciones de Santa Cruz, en especial la
soya y sus productos.
e. La capitalización de las empresas públicas, en el marco de la
profundización de las reformas, a partir de 1993. De esta manera el 50%
de la nueva empresa queda en manos de los capitalizadores, y el otro 50%
es distribuido a los bolivianos. Es una forma de privatización que tuvo
enorme impacto sobre todo en la región de Santa Cruz, pues gran parte de
las empresas capitalizadoras escogen esa ciudad como centro de
operaciones.
f.
La capitalización privada surge de inmediato como efecto de la
capitalización de las empresas públicas, produciendo compras, sociedades,
fusiones y otras formas de asociación de las empresas privadas locales con
el capital extranjero, el cual marca una fuerte presencia, sobre todo en
bancos, industrias y servicios.
g. La Ley de Participación Popular que consolida los Gobiernos Municipales,
potencia a los municipios asignándoles territorio y transfiriéndoles nuevas
competencias y recursos, que eran del Gobierno Central, y la Ley de
Municipalidades, que consolida la democracia municipal, promueve la
planificación municipal y la formación de mancomunidades y áreas
metropolitanas entre municipios.
h. La Ley de Descentralización Administrativa, que
actividades del Estado Central, delegándolas a nivel regional.
i.
desconcentra
La salida al Pacífico del Brasil, y el acceso al Brasil para Chile, a través
de Bolivia, y en especial de Santa Cruz, abre un conjunto de importantes
posibilidades para el área metropolitana de Santa Cruz, confirmando su
carácter de nodo articulador.
Santa Cruz de la Sierra no estuvo ausente de los acontecimientos suscitados en los
últimos 10 años, pero tuvo la fortaleza de mantenerse en pie. Por una parte, su
posición geográfica le favoreció para conservar alejada la nebulosa de protestas
sociales, conflictos callejeros, paros indefinidos, etc., y ser afectada directamente
como lo fueron las ciudades de La Paz y Cochabamba. Pero, por otra parte, las
repercusiones recayeron en torno a los escenarios económicos centrados en la
9
pérdida paulatina de interconectividad regional con el sistema nacional en aspectos
de producción y exportaciones principalmente.
Fig.3. Plaza 24 de Septiembre y
perfil de la catedral metropolitana
de San Lorenzo
Fuente: Alfredo Vásquez en:
www.skyscrapercity.com
Fig.4. Plaza 24 de Septiembre
Fuente:
www.skyscrapercity.com
Fig. 5. Catedral Metropolitana de
San Lorenzo
Fuente: Alfredo Vásquez en:
www.skyscrapercity.com
Fig. 6. Frente de la Catedral
Metropolitana de San Lorenzo
Fuente:
www.skyscrapercity.com
Existe además, otro factor determinante, “la Metrópolis”. Más que ser esta el
resultado del desarrollo sostenido de las fuerzas productivas, ha sido la
consecuencia, entre otros factores, de la expulsión de población de las áreas
rurales empobrecidas del altiplano y valles del país y del mismo departamento,
produciendo un acelerado, y en muchos casos, incompleto proceso de urbanización
y crecimiento explosivo de la población10.
Actualmente ésta metrópolis dinámica y emergente se ha ido constituyendo en el
foco de la internacionalización de la economía boliviana, mediante un proceso
acelerado de transformación de su base económica, la que presenta una marcada
dualización de la estructura socioeconómica en la globalización:
a. Un sector moderno e integrado al exterior, en el que los patrones de
producción y consumo no se diferencian sustantivamente a nivel
internacional. Se expresa directamente con los programas de privatización
y capitalización emprendidos, donde el sector terciario es el que presenta
10
Arze, Gonzalo Horacio. Experiencia Metodológica de Análisis Urbano: Reflexiones en torno al caso de la
ciudad de El Alto, Bolivia. Tesis de Magíster en Urbanismo, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad
de Chile, 2002.
10
un crecimiento y consolidación más rápido, orientando el gasto hacia un
tipo particular de productos y servicios, vinculados al proceso de
globalización.
b. Al mismo tiempo, se han generado procesos de segregación y concentración
de los ingresos, lo que se demuestra a través del acceso diferenciado a los
servicios y bienes urbanos. Además, el proceso de urbanización se presenta
para la mayoría de la población como rezagado de la provisión de
elementos de infraestructura y equipamientos básicos, por lo que la
metropolización se ha visto acompañada también por aumentos
cuantitativos de pobreza.
Esta doble dimensión significa un desafío para alcanzar los objetivos del desarrollo
competitivo metropolitano, pues debe satisfacer los requerimientos de servicios,
equipamiento y funcionalidad que se imponen en la globalización y, al mismo
tiempo, es imperativo impedir que continúe el deterioro de la situación
socioeconómica de la mayoría de la población, circunstancia que se da tanto en las
ciudades globales de las que habla Sassen11, como en las mega-ciudades de la
periferia, analizadas por Stren12, entre otros.
Además de la polarización y la exclusión social que presenta la estructuración de la
metrópolis, se ha generado simultáneamente una creciente segregación espacial
donde los pobres se van “concentrando” en determinadas zonas de la ciudad, y la
población de altos ingresos se atrinchera en barrios exclusivos que se localizan
alejados del centro tradicional o histórico, donde tienen la posibilidad de crear
“urbanizaciones cerradas”. Claramente ello impide la integración social urbana,
pero sí responde a los “objetos de la globalización” o artefactos urbanos a los que
se refieren De Mattos, Lungo, Cicotella, entre otros.
Por otra parte, en Santa Cruz de la Sierra, a través de instancias gubernamentales,
se ejecutaron proyectos de infraestructura básica (agua potable, alcantarillado,
electrificación) que fueron administrados a partir de la creación de cooperativas
que, a su vez, se encargan de la pavimentación y mantenimiento del parque
industrial, agroindustrias, infraestructura de salud y educación, aeropuerto
internacional y otros.
De esta manera la ciudad se constituyó en el polo concentrador de los excedentes
generados por el petróleo, así como de la actividad agropecuaria regional. Esta
situación también es consecuencia de que en su área de influencia microregional
se concentra casi la totalidad de la industria, la agricultura comercial y la ganadería
más tecnificada del departamento.
11
Ver: Sassen, Saskia. La ciudad Global: New York, Londres, Tokio. Princeton University Press, 1999.
Stren, Richard. Local Governance and social diversity in the developing world. Naciones Unidas. World
Urbanization Prospects the Cities Alliance, 1999; Ver también: Stren, Richard. City Development
Strategies. Naciones Unidas, 2000.
12
11
Fig. 7. Vista parcial de la ciudad
Fuente: www.skyscrapercity.com
Fig. 8. Centro histórico de la ciudad de
Santa Cruz de la Sierra
Fuente: www.skyscrapercity.com
A partir de 1985 con la nueva política económica y en el marco del Programa de
Ajuste Estructural, se inicia un proceso migratorio hacia Santa Cruz, ciudad que
ofrecía oportunidades relativamente mejores que otros lugares de Bolivia. Esta
situación se consolida con la pujanza y el dinamismo del empresario cruceño, el
cual, ha facilitado la integración y la apertura a la innovación, lo que ha significado
que las exportaciones no tradicionales, representen ya un 50% a nivel nacional.
Además, los flujos de capital financiero, industrial y de servicios del occidente del
país llegan a ser de gran importancia en la estructuración de la base económica
metropolitana.
En este contexto, es evidente que en el nuevo escenario mundial y dentro de
Bolivia, Santa Cruz, se ha ido consolidando como la región más pujante y con altas
condiciones de desarrollo, integrándose a las corrientes de comercio exterior y
acoplándose a la vanguardia de los procesos de transformación de su aparato
productivo y sus riquezas naturales, creando todas las condiciones propicias para
atraer inversiones, tecnologías y capitales nacionales y extranjeros.
Sin embargo, las debilidades de la región están relacionadas con la explotación no
sostenible de los recursos naturales, bajo ahorro local y dependencia de recursos
externos de la región, mala distribución de los ingresos, baja calificación de los
recursos humanos para la producción, el mercado informal del trabajo que alcanza
a la mitad de la población y otros.
2. La competitividad para el área metropolitana de Santa Cruz de la
Sierra
2.1. La dimensión territorial
Resulta claro por lo dicho hasta ahora, que el territorio sometido a los impulsos de
la globalización es un factor estratégico del desarrollo local, por lo que el alcance
sobre el rol de la competitividad no puede prescindir de la dimensión territorial con
características del territorio que tradicionalmente constituían las “ventajas
comparativas”. En este sentido debemos recordar que el territorio y la geografía no
fueron parte importante en los primeros escritos sobre competitividad, cuyo
énfasis estaba centrado en la empresa y la nación.
12
Como lo habían advertido Porter13 y Daher14, la globalización, lejos de
desterritorializar los procesos económicos, los arraiga localmente revalorizando la
geografía, la concentración, la contigüidad y los atributos urbanos.
El territorio entonces no es un receptor pasivo ni un mero recipiente, sino un
protagonista del cambio, es él mismo una ventaja competitiva.
La conformación tradicional del sistema de ciudades de Bolivia, estuvo durante
siglos estructurada en torno a los centros de la administración colonial y de la
minería, girando por lo tanto entorno a Potosí, primer centro minero, Sucre, como
sede del poder colonial y capital de la República, y Oruro y La Paz como centros de
Estaño.
Desde los años 1970 la emergencia del eje troncal antes referido permitió articular
los centros urbanos metropolitanos de Bolivia con el exterior, configurándose
Santa Cruz como un nodo nacional estratégico que tiene grandes proyecciones. Se
observará que en todo su microentorno -amazonía central-, no hay áreas
metropolitanas con más de un millón de habitantes, de ahí que Santa Cruz,
conectada a Santiago, Sao Paulo y Buenos Aires, comienza a ser un centro
importante para el norte argentino, el Paraguay y el Matto Grosso brasileño.
A nivel de su propia región, Santa Cruz es el centro generador de un área
metropolitana de 6 municipios, con 1.260.549 habitantes15 sobre el total de
2.029.471 de habitantes del departamento y 8.274.325 del total de habitantes del
país. Es también un centro de la llamada subregión integrada, germen de una
futura “región metropolitana”, abarcando parques nacionales, centros productivos,
asentamientos rurales de migrantes y lugares turísticos y es, por último, el polo
regional para el territorio de 360.000 Km². Sin embargo, debe hacerse notar que
el interior de su territorio está deficientemente vertebrado, en contraste con sus
conexiones externas.
13
Porter, Michael. New strategies for inner city economic development. Economic Development
Quarterly, 1997.
14
Daher, Antonio. Regiones metropolitanas binacionales en el MERCOSUR. Revista EURE Nº 78,
Santiago de Chile, 2000.
15
INE, Bolivia. Censo 2001, población por organizaciones comunitarias y localidades. En:
www.ine.gob.bo
13
Fig. 9. Bolivia en el cono sur.
Fte.: Atlas Escolar de Chile,
I.G.M., 1980, Chile.
Fig. 10. Sistema urbano regional actual de Bolivia
Fte.: Ciudad y Territorio, Álvaro Cuadros, op. Cit.
1996.
El damero consolidado de acuerdo a las pautas fundacionales, estuvo vigente hasta
los años 1960, época en la que el primer Plan Regulador de la ciudad formuló un
modelo radiocéntrico con cuatro anillos, quedando el damero sólo dentro del
primer anillo. El resto del espacio urbano se articula en unidades vecinales de corte
anglosajón.
La “ciudad de los anillos”, como fue llamada, presentaba una fuerte y compacta
imagen urbana circular, con una definición nítida hasta el cuarto anillo. Ese modelo
ideal de ciudad dura hasta fines de los años 1970, cuando la planificación
meramente física no puede dar respuestas a la creciente complejidad
socioeconómica de la ciudad, cuyo dinamismo y actividad, derivadas de la
inserción económica nacional e internacional, rompe todos los esquemas formales
de la planificación, iniciándose un proceso de “sprawl criollo” que sigue
actualmente.
Las empresas petroleras, con capitales externos y locales, propiciaron la
segregación social, construyendo algunas unidades vecinales en forma privada,
con servicios completos para población de altos ingresos.
Inicialmente estas inversiones se realizaron en el marco de los lineamientos del
Plan, es decir, respetando el ordenamiento de las unidades vecinales y, en general,
del diseño urbano vigente. Sin embargo, agotados esos espacios (o valorizados de
manera muy rentable), comenzaron a surgir grandes proyectos de urbanizaciones
privadas y en algunos casos cerradas, alejadas del centro, “exclusivas” y que
normalmente se organizaron en torno a equipamientos recreativos de alto nivel.
De esta forma, la mancha urbana que hace 20 años no pasaba de 4.000 Has., llega
hoy a más de 30.000 Has. Las densidades urbanas también bajan
persistentemente con el crecimiento de un área periurbana.
14
En este contexto, la nueva configuración morfológica del territorio está
representada por las altas inversiones extranjeras que permiten a la globalización
consolidar rápidamente las siguientes características: creciente segregación social
espacial; ruptura de la trama urbana planificada, e instalación de los nuevos
artefactos urbanos16.
Fig. 11-A. Plano Regulador Santa Cruz de
la Sierra – Bolivia, 1972/1977, Comité
Departamental de Obras Públicas. Oficina
Técnica del Consejo del Plan Regulador,
edición de marzo de 1977.
Gentileza del Arqto. Alberto Gurovich W., U.
de Chile.
2.2.
Fig. 11-B. Estructura urbana metropolitana de
Santa Cruz de la Sierra, desplegada en la
actualidad más allá del Cuarto Anillo.
Fuente: Google Earth, 2007.
La dimensión política: gobernancia, institucionalidad y gestión para
la competitividad.
De acuerdo a la revisión de autores y obras realizadas, podemos interpretar los
conocimientos adquiridos y trasladarlos al caso de estudio. Esta dimensión y sus
componentes tienen relación con la mirada holística, sinérgica y sistémica
imprescindible para desentrañar los desafíos que supone hablar de competitividad
metropolitana.
Para afrontar esos desafíos, es necesario analizar el grado de gobernabilidad
entendido como la capacidad de gobernar, evaluada sobre la base de indicadores
como las condiciones de eficiencia, honestidad, transparencia, accountability,
responsabilidad e información con que debe manejarse la administración pública y,
en consecuencia, la calidad de vida de las ciudades. En este sentido, sin
16
En: De Mattos, Carlos. Transformación de las ciudades latinoamericanas: ¿Impactos de la
globalización?. En: Revista EURE, Nº 85, 2002.
15
gobernancia no se puede hablar de competitividad, pues los actores y sectores
competitivos requieren todos estos componentes.
En 1993 se profundizó el proceso de ajuste estructural que se había gestado en
1985 con la modernización del Estado y las reformas estructurales que configuran
un nuevo marco legal e institucional con la transferencia a los Gobiernos Locales
(Alcaldías) y Departamentos (Prefecturas) las responsabilidades y competencias
antes asumidas por el Estado central, a través de la Ley de Participación Popular.
Se ha ganado bastante con las leyes desde el punto de vista teórico, pero en la
práctica, vistas desde la óptica de la competitividad, se detectaron debilidades
cuya solución está dirigida hacia la optimización en la gestión pública, la
adquisición de destrezas competitivas y las mejoras en la calidad de vida de los
habitantes de la región.
El sistema de Planificación Nacional (SISPLAN) establece la coordinación,
concurrencia y subsidiariedad entre los tres niveles del aparato del Estado:
nacional, departamental y municipal para la elaboración de los Planes de
Desarrollo. Desgraciadamente, estas disposiciones y normativas del SISPLAN no se
han traducido en sustanciales mejoras en términos de planificación y buena
ejecución. Es más, lo que se destaca es la ausencia absoluta de ambos elementos.
Fig. 12. Paseos peatonales
Fuente: www.skyscrapercity.com
Fig. 13. Vista parcial de la ciudad
Fuente: www.skyscrapercity.com
Fig.14. Proyectos urbanos
Fte.: www.skyscrapercity.com
Fig.15. Áreas verdes en la ciudad
Fte.: www.skyscrapercity.com
16
Fig. 16. Edificio de la Brigada
Parlamentaria Cruceña
Fte.: Alfredo Vásquez en:
www.skyscrapercity.com
Fig. 17. Lomas de arena de “El Palomar”
Fte.: www.skyscrapercity.com
Por otra parte, es necesaria la regulación de los comportamientos ciudadanos para
su integración efectiva a la institucionalidad nacional y su participación en
decisiones en todos los niveles que corresponda.
Con relación a los procesos de descentralización, se trata más de una
desconcentración de funciones y traspaso de competencias y recursos, aunque
éstos siempre resultan escasos para cubrir todas las demandas que deben atender
los gobiernos locales, siendo el caso de Santa Cruz de la Sierra el más
paradigmático, en función al explosivo crecimiento demográfico y espacial.
Algunos autores sostienen que la Ley de Descentralización se ha construido sobre
la base de la Ley de Participación Popular, pues es ésta la que absorbe la
transferencia de funciones, competencia y recursos a los Gobiernos Locales en los
niveles de educación, salud, deportes, caminos vecinales y riego con un cúmulo de
obstáculos.
Así, ni el Gobierno Municipal ni el Regional han demostrado interés en practicar los
principios de gobernabilidad, como aconsejan diversos autores. En ningún caso se
ha pretendido hacer de ella el mecanismo que genere nuevas formas de acción y
políticas públicas con el sistema de actores sociales. Tampoco se ha aplicado los
instrumentos de gestión concertada, ni de construcción de consensos para prevenir
las complicaciones ante las demandas insatisfechas de manera persistente.
A pesar de los avances, el marco institucional tiene vacíos legales y jurídicos en su
aplicación que impiden una eficiente gestión para una implementación integrada de
políticas urbanas, periurbanas y en este contexto, metropolitanas, en función de la
competitividad.
La gestión y administración de los gobiernos municipales de la región y de la
Prefectura son más bien deficientes, premodernas, improvisadas, permisivas,
erráticas, con indicios y reiteradas denuncias de corrupción, lo que habla de una
falta de transparencia y accountability. En los hechos, ninguna autoridad rinde
cuanta de sus actos como funcionario público, lo que impide la fiscalización a las
reiteradas denuncias de corrupción, generando un ambiente de impunidad.
17
Por un lado, la política clientelar de los partidos políticos, desperdicia y subsume a
buenos profesionales y técnicos con experiencia, y por otro lado, corrompe con su
habitus prebendal, impidiendo la consolidación de una administración eficiente y
con acumulación de experiencia. A ello se suma el hecho de que la ciudadanía
carece de información adecuada, lo que mella este derecho ciudadano debido a
que los gobiernos, ya sea municipal o regional, no la proporcionan
adecuadamente.
En contrapartida, algunos segmentos del sector privado están consustanciados con
los paradigmas de la modernización y de la globalización, sobre todo a partir de la
capitalización y la apertura de la inversión extranjera directa. Es dinámico, audaz,
innovador y contrae riesgos aún en sectores de pequeños productores, ya que
éstos asumen tareas por cuenta propia, características que incide de manera
determinante en que sea éste el departamento de mayor crecimiento económico y
tenga empresas con aceptables rasgos de competitividad. Otros sectores del
empresariado no logran remontar por sí solos los retos de la economía de libre
mercado.
En otra perspectiva, la sociedad civil como espacio de expresión de la opinión
pública, en términos generales, es portadora de un arraigado sentido de
pertenencia a la pujante y hasta ahora exitosa región, que llena el orgullo de sus
habitantes17. Sustentan ese sentido de pertenencia con un discurso regional que
enaltece “lo cruceño”.
Sin embargo, la diferenciación social abarca aspectos económicos, culturales,
étnicos, espaciales, entre otros. Tanto los sectores populares oriundos de la región
como los inmigrantes pobres tienden a ser excluidos y marginados. Esa
diferenciación impide una integración social y más bien, habla de una sociedad
fragmentada, no solidaria y dispersa que impide el surgimiento y consolidación de
identidades plenas y de un fuerte actor social colectivo que aglutine los intereses
regionales tanto de las elites como de los sectores populares. Esas falencias
impiden la construcción de ciudadanía y respeto a los derechos humanos, incluido
el respeto a la identidad de los habitantes de la región.
Desde el punto de vista de género existe también una marcada discriminación a la
participación política de la mujer y una falta de atención a sus problemas,
necesidades y demandas. Siendo las mujeres responsables de áreas
tradicionalmente femeninas según el orden patriarcal, como la educación, el
bienestar, la higiene, la salud y el acceso a todos los servicios, ellas están ausentes
a la hora de la planificación y la gestión urbana y regional.
2.3.
La dimensión económica: productividad, condiciones económicas y
competitivas
La base económica de Santa Cruz es muy dependiente de la explotación de sus
recursos naturales, poco diversificada y su vulnerabilidad se relaciona directamente
a riesgos climáticos y a los precios internacionales de sus principales commodities.
Por consiguiente, es una economía emergente con exigencias de productividad que
la presionan cada vez más para incursionar y/o continuar compitiendo en los
mercados internacionales, pero cuyas respuestas de innovación son insuficientes.
17
En: Archondo, Rafael. El país está dividido: ¿habrá que dividirlo mejor?. En: Revista Boliviana de
Ciencias Sociales TINKAZOS Nº 17, PIEB, La Paz, Bolivia, 2004.
18
Entre 1995 y 2005, el PIB de Santa Cruz representó el 35% a nivel nacional,
constituyéndose en el Departamento que más aporta, donde la actividad
agropecuaria es la más representativa al participar con el 42% de la población del
país18.
Fig. 18. El trópico de Santa Cruz de la
Sierra
Fte.: Skyscrapercity.com
Fig. 19. Ciudad de Santa Cruz de la
Sierra
Fte.: www.skyscrapercity.com
El Programa de Ajuste Estructural implementado desde 1985 y la apertura de
mercados no ha impactado en la estructura productiva, más bien, en la década de
referencia la participación del sector agropecuario se incrementó en 7,2%, y
aunque el sector minero y recursos no renovables (básicamente hidrocarburos)
disminuyó más del 50%, el sector primario continuó representando cerca del 29%,
es decir, continúa dependiendo de los sectores extractivos, a los cuales todavía no
se le ha podido dar valor agregado.
Aunque la participación de la industria ha crecido, continúa representada por el
sub-sector de “alimentos y bebidas” ya que registró el 56% del valor bruto de la
producción manufacturera en 200319.
A nivel metropolitano, las estrategias, estructuras y rivalidades de la mayoría de
las empresas no contribuyen suficientemente a proporcionar un adecuado
ambiente competitivo, debido a que tienen una serie de deficiencias, como
concretar sus actividades en negocios tradicionales y no desarrollar empresas de
productos con mayor tecnología.
La estructura económica por establecimientos y empleo del área metropolitana nos
muestra sus características principales y constituyen un reflejo de la base
económica regional:
a. Consolidación de la terciarización de la estructura sectorial; desde la década
de los años 1970 no ha variado significativamente.
18
INE, Bolivia. Censo
www.ine.gob.bo
19
INE, Bolivia. Op. Cit.
2001,
población
por
organizaciones
comunitarias
y
localidades.
En:
19
b. Aumento sostenido de la informalidad del mercado de trabajo, que
involucra a más del 60% de la población especialmente en actividades
terciarias.
c. Presencia mayoritaria de pequeñas empresas; un 50% de la población está
ocupada en micro y pequeñas empresas que generan hasta cuatro empleos.
La concentración en establecimientos pequeños y medianos (más del 72%)
respecto de la generación de empleos, no es funcional a la generación de mayor
valor agregado y competitividad en la producción metropolitana considerando que
las prácticas empresariales más modernas requieren de un tamaño mínimo de
escala de producción.
En el sector formal, la estructura jurídica de la mayoría de las empresas es de tipo
unipersonal o Sociedad de Responsabilidad Limitada, por lo que las Sociedades
Anónimas son escasas.
La apertura económica hacia el exterior, implementada desde 1985 por el gobierno
nacional, está favoreciendo un ambiente competitivo, pues ahora las empresas
regionales no solo compiten con empresas nacionales, sino también con empresas
extranjeras.
En este sentido, los resultados obtenidos en el primer semestre de 2004 dan
cuenta de que el Producto Interno Bruto (PIB) a precios constantes creció en
3.83% en el primer trimestre de 2004; las actividades económicas que tuvieron
resultados positivos son: Petróleo y Gas Natural, Transporte y Almacenamiento,
Industria Manufacturera, Comercio, Agropecuaria, Administración Pública, Otros
Servicios, Electricidad-gas-agua y construcción. Al contrario, los sectores que
presentan comportamiento contractivo son: Minerales Metálicos y No Metálicos,
Finanzas, Seguros y Comunicaciones20.
Si se analiza el PIB por el lado del gasto o consumo, el 3.83% de crecimiento
estuvo conformado por las exportaciones netas que contribuyeron con un 3.3% y
la demanda interna con un 0.53%.
Aunque por las condiciones de la demanda metropolitana -existen factores que
favorecen su atractivo- todavía no se tiene una estrategia del tipo de inversión
extranjera que se desea atraer hacia la misma, y los gobiernos municipales no
comparten una visión estratégica común que las promuevan.
Con la apertura de mercados, y ante la presencia de empresas extranjeras del
mismo rubro, diversas empresas pertenecientes a los sectores más dinámicos han
sido también “capitalizadas” ante la ausencia, principalmente de tecnología,
mandos gerenciales y/o recursos financieros que les permita competir en una
economía abierta.
En este marco son inevitables los cambios en la estructura productiva de la
economía regional y metropolitana, así como cambios profundos en la estructura
empresarial, por cuanto la productividad, los ingresos y el empleo no podrán
continuar soportando mayores niveles de informalidad y terciarización, al
20
Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO). En: Boletín Mensual
Económico Nº 20, Agosto de 2004, Santa Cruz, Bolivia. www.cainco.org.bo
20
desmejorar los términos de intercambio a nivel internacional, como consecuencia
de la vulnerabilidad de la base económica regional.
En el actual modelo de desarrollo económico, la responsabilidad de la estructura
productiva es del sector privado, pero todavía continúa concentrada en las
materias primas, por lo que se hace imperiosa la promoción de la competitividad y
la diversificación de su base económica, especialmente a nivel manufacturero que
mejore el acceso a mercados internacionales. Y de igual manera, en el sector
privado en tanto el fortalecimiento de las atribuciones del gobierno para atender
las demandas especialmente de las PYME’s, las cuales todavía no se
interrelacionan con las grandes empresas. La reconversión y la modernización
productiva para alcanzar la competitividad en la globalización es un imperativo.
En el área metropolitana, las empresas relativamente competitivas realizan sus
operaciones más a nivel de “islas de competitividad”, tipo enclaves, que como
integrantes de un cluster, como consecuencia de la dualización de la economía que
implica que muchos de los avances innovadores no impacten entre la mayoría de
los productores y/o iniciativas empresariales pequeñas que no tienen
oportunidades para utilizar mejores tecnologías y la infraestructura necesaria en su
territorio21.
Aunque en la última década diversos estudios a nivel nacional han recomendado
impulsar “Acuerdos de Competitividad” como instrumentos de concentración
público–privado para la ejecución de estrategias y políticas que promuevan la
productividad, ellos no han sido implementados adecuadamente.
Por tanto, la propuesta empresarial concibe al Estado como socio estratégico
facilitador, cuyas acciones y funciones contribuyan al aumento de la productividad
nacional. Por tanto, sostiene que “el Estado debe fortalecer la capacidad
institucional de competir mediante el apoyo de universidades, centros de
investigación y tecnológicos, en tanto, servir de nexo de la asistencia financiera y
técnica de los organismos internacionales y países amigos, para estimular
decididamente la transformación y reconversión productiva del país”.
En este contexto, a nivel empresarial regional se razona que sin un país
competitivo, es difícil que se generen empresas competitivas. Sin embargo, la
participación del nivel regional y/o metropolitano en los acuerdos de
competitividad, especialmente los municipios y la Prefectura estuvieron ausentes,
aunque en la problemática y los lineamientos estratégicos de las cadenas
productivas tienen importantes acciones y funciones a cumplir para alcanzar
niveles locales de competitividad. No obstante los avances en el proceso de
descentralización, todavía el Estado es asociado al nivel nacional; la visión del
desarrollo competitivo metropolitano y/o local, es un reto por alcanzar.
21
Por ejemplo, en el caso del incipiente cluster de la leche, en el municipio de Warnes denominado
“capital lechera de Santa Cruz”, en épocas de lluvias la industria láctea tiene graves problemas,
principalmente por la intransitabilidad de los caminos, en la recolección de la producción lechera en los
centros de acopio de los pequeños ganaderos.
21
Fig. 20. Sociedad cruceña utilizando el espacio público.
Fte.: www.skyscrapercity.com
3. Conclusiones
Diversos autores y estudiosos locales sostienen que entre los varios factores que
aportaron el despegue de la región en los años de 1960, uno de ellos fue
precisamente la existencia de un proyecto regional, coincidente en el tiempo con el
proyecto nacional “marcha al oriente”.
En poco tiempo la incipiente burguesía cruceña, apoyada por todos los sectores
sociales, exigió para Santa Cruz su parte de los recursos del petróleo, denominada
regalías, y en torno a esa reivindicación, a su manejo autónomo y a la prioridad
por el desarrollo urbano -como elementos catalizadores- estructuró su proyecto
colectivo regional. Este, junto con el nacional, generaron un exitoso experimento
de descentralización y desarrollo regional que constituye uno de los pocos casos
exitosos de América Latina, como reconoce Boisier22. En menos de 25 años, la
región más pobre del país pasó a ser la más rica.
Hoy está claro que ese proyecto está agotado. La acumulación diferenciada de
capital ha generado grupos económicos y de poder con intereses divergentes; la
riqueza no ha llegado a todos; las relaciones con el poder central, al incidir con la
fuerza en las decisiones regionales, también distorsionan el modelo al generar
“alianzas” con grupos locales contra los intereses regionales, ya sea mediante la
politización de los partidos políticos nacionales, así como las empresas con
intereses nacionales, en detrimento del interés regional.
Por otra parte, desde el punto de vista de la competitividad metropolitana, la
capitalización de las empresas públicas y privadas, y en general la presencia de
capitales extranjeros con atisbos de globalización, merced a las transformaciones
estructurales del Estado -como ya se vio en el contexto nacional- han debilitado y
cuestionado, sobre todo, la identidad cultural del viejo proyecto colectivo.
22
Boiser, Sergio. Teorías y metáforas sobre el desarrollo territorial. CEPAL, Santiago de Chile, 1999.
22
La nueva realidad ha generado una sociedad cosmopolita y desorientada, que no
logra elaborar una nueva visión de futuro que otorgue sustento al nuevo proyecto
colectivo que actualmente se necesita y urge estructurar en la perspectiva de la
competitividad.
Esa necesidad y urgencia parten de la constatación de múltiples factores. Por
ejemplo, como consecuencia de las altas tasas de crecimiento demográfico, la
pobreza en la actualidad tiene una dimensión especialmente urbana y
metropolitana. La ciudad de Santa Cruz concentra más de un 60% de la población
pobre del Departamento.
Sin embargo, no existe un proyecto colectivo que, en el marco de una gobernancia
real, sea capaz de generar condiciones para un proceso metropolitano competitivo,
y que, al mismo tiempo, brinde oportunidades reales para todos, especialmente
respecto a la calidad y equidad en el acceso a bienes y servicios urbanos básicos.
A raíz de las dificultades de acceso a los servicios y bienes básicos para la
población metropolitana, se ha iniciado un debate sobre los efectos del “nuevo”
modelo económico, respecto al desmantelado modelo anterior, basado en el Estado
y las cooperativas locales de servicios públicos. El debate está orientado en dos
corrientes: -la primera, concentrada en los efectos de las nuevas políticas
económicas y en cómo estas, a su vez, inciden en las políticas sociales,
especialmente en relación a las telecomunicaciones, energía eléctrica, recolección
de basura, entre otros (parte de estos rubros han sido privatizados o capitalizados,
y que cualquier proyecto futuro lo debe tomar en cuenta); - la segunda, está
dirigida a un ámbito macro en el que se pone en juego la autonomía de Santa Cruz
al no considerar altamente competitivos los otros centros metropolitanos de
Bolivia.
Si Santa Cruz, como en muchos casos anteriores, ha sido precursora al generar e
implementar políticas y espacios locales para su desarrollo, un nuevo proyecto
colectivo a partir de los retos de la competitividad en la globalización podrá
alcanzar impactos significativos no solamente a nivel regional, sino en todo el país
por su alta gravitación en la economía mundial.
Finalmente, recordamos que el objetivo de este trabajo ha sido generar un espacio
de discusión en el que converjan algunos elementos claves como la competitividad,
el desarrollo local y/o regional, las oportunidades, entre otros, para un aporte
teórico–conceptual sobre las actuales ventajas que el área metropolitana de Santa
Cruz de la Sierra tiene sobre sus similares, y nos permita comprender la
importancia de ser parte de la red de ciudades metropolitanas globales.
23
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