Influencia de las aplicaciones de biochar en cultivo de cebada en las emisiones de gases invernadero" Angela Ribas1,2, Rosa Llurba2, Gerardo Ojeda3, Stefania Mattana4, Fabrice Gouriveau2, Nuria Altimir2, Teresa Sebastià2,5 y Xavier Domene1,4. 1, BABVE, Universitat Autonoma de Barcelona 2, CTFC, Solsona 3, IMAR-CMA, Universidade de Coimbra 4 CREAF, Barcelona 5 ETSEA, Udl, Lleida El biochar es un producto rico en carbono que se obtiene mediante descomposición térmica de biomasa a temperaturas relativamente bajas (<700ºC) y a baja concentración de oxígeno, en un proceso conocido como pirólisis. Durante este proceso, se obtiene, además de calor, gases y líquidos inflamables que pueden ser aprovechados energéticamente, un producto final llamado biochar. El proceso se asemeja a la producción de carbón tradicional, pero con la diferencia que la producción de biochar no tiene como único propósito la obtención de energía, sino también su utilización como enmienda del suelo. El biochar mejora la fertilidad del suelo en su conjunto por su influencia positiva en las propiedades físico-químicas, ya que no sólo mejora la retención de agua, la agregación y la permeabilidad, sino que por su alta densidad de cargas también permite retener grandes cantidades de nutrientes, incrementando la producción vegetal. En cuanto a las propiedades biológicas, el biochar estimula la actividad microbiológica del suelo al actuar como un hábitat de refugio para estos organismos. Además, el biochar es mucho más estable que cualquier otra enmienda orgánica debido a su naturaleza particulada y su estructura química, que le proporciona alta resistencia a la descomposición microbiana. Por su alto contenido en carbono, la producción de biochar se ha propuesto como una tecnología de tipo carbón-negativa que podría ser utilizada para la mitigación del cambio climático. Además, se ha sugerido que el biochar también podría contribuir a la mitigación del cambio climático mediante la reducción de las emisiones de otros gases de efecto invernadero a partir del suelo. En este contexto se ha iniciado un estudio experimental en el que se pretende valorar la aplicación de biochar sobre las propiedades físicas de suelos agrícolas en condiciones mediterráneas, como cambios en la formación de agregados, en la composición y biomasa de las comunidades microbiológicas. De forma paralela se pretende evaluar los posibles cambios en las tasas de emisión de gases invernadero producidas por el sistema planta-suelo. Para ello se han instalado un sistema de mesocosmos en los que se ha aplicado dosis crecientes de biochar (control, 5 T/ha y 30 T/ha). Los mescosomos fueron plantados con cebada, y se estableció un sistema de manejo paralelo al de un cultivo de cebada de la zona, utilizando purín de cerdo como fertilitzante. Des de finales de 2011, de manera estacional se está realizando un seguimiento de CO2, N2O, NH3 y CH4 cara a valorar posibles cambios en su patrón de emisión debido a la aplicación de biochar. Estas medidas se realizan con un sistema foto acústico (INNOVA) con cámaras oscuras.