El gasto publico. Enfoques limitantes Marcelo Ramón Lascano Las constantes menciones al gasto público parecen limitarse a su nivel cuantitativo (monetario o con referencia al PBI). En ocasiones también sirven como apelaciones moralizadoras, fundadas en sospechas de corrupción. El enfoque no es incorrecto. Sucede que resulta parcial, dado que prescinde de otras indispensables consideraciones técnicas que pueden contribuir decisivamente para conocer los resultados y efectos macroeconómicos de las erogaciones oficiales y, también, para prevenir desvíos que defraudan las finanzas públicas. Se practica, en el mejor de los casos, una suerte de control contable, sin referencia, por ejemplo, a la utilidad, productividad y rendimiento económico y social que debe justificar técnicamente las asignaciones presupuestarias. El control se queda en los comprobantes, la asignación legal de las partidas y la disponibilidad de los fondos. Bien, pero parece que nadie se interesa por verificar sistemáticamente si lo que se paga o ejecuta, sobre todo en materia de obras de infraestructura, responde, además, a costos razonables, precisamente para evitar los desvíos y corruptelas que sorprenden por las siderales magnitudes en juego. El problema no es ideológico. Obsérvese que las discusiones en torno del gasto público suscitan adhesión o impugnaciones, pero casi siempre, por no decir siempre, circunscriptas a su nivel monetario sin referencias a la estructura presupuestaria que, entre otras cosas, permite calibrar la contribución del mismo al proceso de acumulación de capital que es indispensable para afianzar el desarrollo del país. Cuando el estado adquiere bienes pagando en exceso según costos considerados normales en la plaza, el desvío que ello supone frustra o demora otros proyectos públicos o privados, destruye ahorro nacional y magnifica, sin justificación económica, la presión tributaria, porque la mayor imposición no se dirige a aumentar el bienestar general o a erigir las obras de interés y utilidad común que son las que enriquecen el acervo productivo disponible para incrementar sin sobresaltos el crecimiento. Un análisis cualitativo reviste importancia si de lo que se trata es de magnificar los efectos esperados de la política fiscal racional. Por ejemplo, un elevado nivel de gasto corriente puede resultar coyunturalmente útil mientras la economía se desenvuelve a cierta distancia de la denominada curva de posibilidades de producción. Empero, su aproximación a ese límite debería privilegiar el presupuesto de inversiones, precisamente para garantizar la continuidad del desarrollo con altos niveles de empleo y precios y tasa de cambio estables. 1 El servicio de la deuda pública interna o externa, según sus peculiaridades, tampoco debería ser indiferente para un análisis más ambicioso. Monetariamente el monto puede ser elevado o de escasa significación. De todos modos no es lo mismo. La deuda interna por regla general supone una transferencia de ingresos de contribuyentes a residentes. El acervo de riqueza en el país no varía. En cambio, los servicios de la deuda externa actúan como costo en tanto los mismos se transfieren al extranjero disminuyendo, en principio, el patrimonio nacional, sobre todo si los fondos no se han aplicado correcta y productivamente. Todo ello al margen de efectos en los sectores monetario y cambiario cuyo tratamiento excedería los términos de esta nota. En naciones institucionalmente bien organizadas, el Control de Eficiencia a cargo de Organismos específicos e independientes del poder político, se ha establecido, precisamente, para evitar irregularidades que le restan credibilidad y utilidad a las erogaciones gubernamentales. Al mismo tiempo, la transparencia que se deduce de la implantación de eficientes controles, evita complacientes justificaciones de conductas desviadas de contribuyentes, quienes evaden so pretexto de transgresiones públicas que, por otra parte, irritan la conciencia colectiva. Entonces el problema del gasto público no debe limitarse a examinar sólo su magnitud monetaria absoluta o relativa. Parece que junto con el control de legalidad es importante evaluar su destino, costos, transparencia y su efectiva contribución al bienestar y al desarrollo económico a partir del estilo o la modalidad escogida. En general, así se hace en el mundo y se busca, por lo demás, optimizar la asignación de cada unidad monetaria empleada, cuya fuente u origen invariablemente procede de los ingresos personales, del gasto nacional y del acervo de riqueza alcanzada también por contribuciones específicas. El tema no es menor, hace poco menos de un par de décadas, el Banco Mundial publicó un estudio específico dirigido a subrayar las ventajas, posibilidades, desafíos y hasta métodos viables para concretar un recto control sobre las expensas gubernamentales. Julio, 2007 2