Premio Nobel de fisiología y medicina 1998 “por el descubrimiento del papel del óxido nítrico como molécula señal en el sistema cardiovascular” Robert F. Furchgott USA SUNY Health Science Center Brooklyn, NY, USA Louis J. Ignarro USA UCLA School of Medicine Los Angeles, CA, USA Ferid Murad USA University of Texas Medical School at Houston, Houston, TX, US 2 Nota de Prensa: PREMIO NOBEL DE FISIOLOGIA Y MEDICINA 1998 NOBELFÖRSAMLINGEN KAROLINSKA INSTITUTET THE NOBEL ASSEMBLY AT THE KAROLINSKA INSTITUTE 12 DE OCTUBRE, 1998 La Nobel Assembly del Karolinska Institute ha acordado hoy conceder el Premio Nobel de fisiología y medicina 1998 a los siguientes doctores ROBERT F. FURCHGOTT, LOUIS J. IGNARRO Y FERID MURAD por su descubrimiento relativo al Oxido nítrico (NO) como molécula señal en el sistema cardiovascular Resumen El óxido nítrico (NO) es un gas que transmite señales en el organismo. La transmisión de una señal por medio de un gas, producido por una célula y que atraviesa la membrana y modula la función de otra célula, constituye un aporte completamente nuevo en lo que respecta a la transmisión de señales en sistemas biológicos. Los descubridores del NO como molécula señal han sido galardonados con el Premio Nobel de este año. Robert F. Furchgott, farmacólogo de Nueva York, ha estudiado el efecto de los fármacos sobre los vasos sanguíneos obteniendo, a menudo, resultados contradictorios. Un mismo fármaco provoca vasoconstricción a veces y en otras ocasiones vasodilatación. Furchgott se preguntaba si la variación de la respuesta vascular podía depender o no de la integridad de las células superficiales (endotelio) de los vasos sanguíneos. En 1980 demostró con un ingenioso experimento que la acetilcolina dilata los vasos sólo si el endotelio está intacto. El investigador concluye que los vasos se dilataban cuando las células endoteliales producían una señal molecular, aún desconocida, que relajaba las células de la musculatura lisa de los vasos. Denominó a esta señal EDRF, factor relajante derivado del endotelio, y su descubrimiento ha estimulado la investigación hacia la identificación de estos factores. Louis J. Ignarro, farmacólogo de Los Angeles, participó en una investigación cuyo objetivo era establecer la naturaleza química del EDRF. Ha realizado una serie de brillantes análisis para llegar a la conclusión, en 1986, igual e independientemente de la de Robert Furchgott, de que el EDRF era idéntico al NO. El problema se ha resuelto con la identificación del factor endotelial de Furchgott. Ferid Murad, doctor en medicina y farmacólogo en Houston, analizó el mecanismo de acción de la nitroglicerina y de compuestos vasodilatadores relacionados con ella, descubriendo, en 1977, que es la liberación de óxido nítrico lo que a su vez determina la relajación de las células de la musculatura lisa. El investigador, fascinado por el hecho de que un gas pudiera regular funciones celulares importantes, estableció la hipótesis de que también otros factores endógenos, como las hormonas, podrían también actuar mediante el NO. Sin embargo, en aquellos años no existían pruebas experimentales que confirmaran esta hipótesis. Cuando Furchgott e Ignarro presentaron sus conclusiones en una conferencia celebrada en julio de 1986, la actividad investigadora se había difundido en muchos laboratorios de todo el mundo. Se trata de la primera demostración de que un gas puede actuar como molécula señal en el organismo. 3 Antecedentes El óxido nítrico tiene actividad cardioprotectora, psicoestimulante, bactericida, etc. Resulta sorprendente descubrir que este sencillo y común agente contaminante del aire, que se forma al arder el nitrógeno, por ejemplo en los gases de escape de los coches, pueda desempeñar importantes funciones en el organismo. Es realmente sorprendente, ya que el NO es totalmente diferente a todas las demás moléculas transmisoras de señales y es tan inestable que se transforma en nitrato y/o nitrito en 10 segundos. Se sabía que el NO era producido por bacterias, pero no se esperaba que esta sencilla molécula fuera tan importante en animales superiores, como, por ejemplo, los mamíferos. Investigaciones sucesivas han confirmado que el NO es una molécula señal de importancia clave en el sistema cardiovascular; además se le han descubierto muchas otras funciones. Sabemos hoy día que el NO actúa como transmisor de señales en el sistema nervioso, como regulador de la presión arterial y como modulador de la irrigación de varios órganos. El NO está presente en la mayor parte de los seres vivos y es sintetizado por muchos tipos de células: – cuando el NO se produce en la capa más interna de las arterias, el endotelio, se difunde rápidamente a través de las membranas celulares para alcanzar las células musculares subyacentes. El NO inhibe la contracción, con la consiguiente vasodilatación de la arteria. De este modo, el NO controla la presión arterial y la distribución del flujo. El NO previene, además, la formación de trombos; – cuando el NO se forma en las células nerviosas, se difunde rápidamente en todas direcciones, activando todas las células próximas. De esta forma puede modular muchas funciones, desde el comportamiento hasta la motilidad gastrointestinal; – cuando el NO se produce en gran cantidad en los glóbulos blancos (por ejemplo, los macrófagos) resulta tóxico para las bacterias y parásitos que invaden el organismo. Importancia en la medicina actual y perspectivas futuras Corazón: en varias patologías cardiovasculares se ha puesto de manifiesto una reducida capacidad del endotelio para la producción de NO. En la actualidad se están realizando grandes esfuerzos en el campo farmacológico para sintetizar fármacos cardioactivos más potentes y selectivos, teniendo en cuenta los nuevos conocimientos sobre el NO como molécula transmisora de señales. Shock: las infecciones bacterianas pueden producir sepsis y shock. En esta situación, el NO desempeña un papel nocivo. Los leucocitos reaccionan frente a los productos bacterianos liberando una gran cantidad de NO que produce vasodilatación. La presión arterial disminuye y el paciente puede quedar inconsciente. En este caso, los inhibidores de la síntesis de NO podrían ser útiles en el tratamiento intensivo. Pulmones: los pacientes en tratamiento intensivo pueden recibir NO por vía inhalatoria. Este método ha proporcionado buenos resultados e incluso ha salvado a algunos pacientes. Por ejemplo, el NO se ha utilizado para reducir la presión pulmonar elevada en neonatos. Sin embargo, el punto crítico sigue siendo la dosificación, ya que el gas puede ser tóxico a concentraciones elevadas. Cáncer: los leucocitos utilizan el NO no sólo para matar agentes infecciosos, como bacterias, hongos y parásitos, sino también para defender al huésped contra los tumores. Los científicos están actualmente estudiando si el NO podría ser empleado para detener el crecimiento tumoral, teniendo en cuenta que este gas puede inducir la muerte celular programada o apoptosis. Impotencia: el NO puede provocar la erección del pene dilatando los vasos sanguíneos del tejido eréctil. Este hecho ha sido ya tenido en cuenta para sintetizar nuevos fármacos para el tratamiento de la impotencia. Análisis diagnóstico: las enfermedades inflamatorias pueden ser diagnosticadas valorando la producción de NO, por ejemplo a nivel pul- monar e intestinal. Esta propiedad puede aprovecharse para diagnosticar el asma, la colitis y otras enfermedades. El NO es importante para el olfato y para nuestra capacidad de reconocer distintos olores; además puede ser también importante para la memoria. Nitroglicerina Alfred Nobel inventó la dinamita, en la que la nitroglicerina, susceptible de explotar, se estabiliza por absorción en sílica gel, material poroso enriquecido con tierra de diatomeas. Cuando Nobel enfermó del corazón, su médico le prescribió nitroglicerina. Nobel se negó a tomarla sabiendo que producía cefalea y considerando imposible que pudiera hacer desaparecer el dolor torácico. Nobel escribe en una carta: "es una ironía que precisamente a mí me haya recetado nitroglicerina mi médico" A finales del siglo pasado se sabía que la nitroglicerina, sustancia explosiva, ejercía efectos beneficiosos contra el dolor torácico. Han sido necesarios otros 100 años para demostrar que la nitroglicerina actúa liberando NO. Copyright © 1999 The Nobel Foundation - 99MS2449 - 12/99 4