Unidad 04

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Unidad 4
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Periodo Prenatal
Es bien sabido que la fertilización o fecundación ocurre cuando un óvulo y un
esperma se combinan. Pero lo que no se sabe tan bien es que nuestros conocimientos
sobre el mecanismo de la concepción son relativamente recientes. Los antiguos griegos
sabían muy bien que el coito estaba relacionado con la producción de la prole, pero no
sabían que existían los óvulos y los espermatozoides. Se creía que el varón implantaba
"la semilla de la vida" en la mujer, la cual servía solamente de depósito de alimento para
el organismo en crecimiento. En el siglo XVII, un científico holandés, Regnier De Graaf,
descubrió que la mujer producía un óvulo. Poco después, otro científico holandés, van
Leeúwenhoek, descubrió el esperma. A pesar del descubrimiento de las dos células
humanas germinales o gametos, la teoría de la fertilización siguió siendo muy parecida
a la de los antiguos griegos. No fue sino hasta el siglo XIX cuando se determinó finalmente que la unión entre el óvulo y el esperma era esencial para la creación de un
nuevo individuo.
BIOLOGÍA DE LA REPRODUCCIÓN
Mitosis y meiosis de las células
Todas las células del cuerpo proceden de la combinación del esperma y del
óvulo (cigoto), mediante un proceso de división de las células llamado mitosis. Cada
cigoto contiene cromosomas. Estos a su vez, están compuestos de genes, los cuales
son el material genético que pasa de una generación a otra. La mitosis de las células,
da por resultado una copia idéntica del cigoto original. Esto se verifica mediante una
serie de etapas:
1 Los cromosomas se duplican, formando "cromosomas dobles" o un conjunto
pareado de cromosomas.
2 Los cromosomas dobles se alinean horizontalmente a lo largo de la línea
ecuatorial de la célula.
3 Los miembros de cada conjunto pareado se separan y se alejan del centro
hacia los extremos opuestos de la célula.
4 La célula empieza a estrecharse por la mitad y a formar dos células.
5 La membrana nuclear circunvala y encierra a cada una de las células que
están completamente separadas, de manera que cada célula "nueva"
contiene ahora un grupo idéntico de cromosomas.
Los genes consisten dé ácido desoxirribonucleico (DNA), ácido ribonu-cléico
(RNA) y proteína. El DNA, qué sé encuentra en el núcleo dé la célula, es el mecanismo
central de control que regula la producción dé proteínas. Una de sus misiones es
producir RNA en el núcleo de la célula. Se producen dos formas dé RNA: RNA
mensajero y RNA de transferencia. El RNA mensajero deja el núcleo y se dirige a un
ribosoma qué está situado en el citoplasma qué rodea al núcleo. El mensaje que lleva
contiene el calendario apropiado para que los aminoácidos se reúnan y produzcan
proteínas. El RNA dé transferencia tiene él oficio de trasladar a los aminoácidos al lugar
del mensaje. Cada RNA de transferencia lleva solamente un aminoácido específico al
mensaje. Cuando un RNA dé transferencia con un aminoácido se encuentra con un
RNA mensajero en el ribosoma, entonces empieza la producción dé proteína. Hay que
tener en cuenta que él DNA sirve de regulador mediante el cual los aminoácidos sé
eslabonan para producir proteínas. Como estas substancias y su actividad sé derivan
dé los cromosomas, se ve claramente qué la clave genética del individuo está
íntimamente vinculada con la composición dé DNA, RNA y proteína de los
cromosomas.
En él ser humano normal, cada célula es diploide, lo cual significa qué contiene
pares dé cromosomas -23 pares, o un total de 46 cromosomas. Uno dé los pares
determina el sexo de la prole, mientras qué los 22 pares restantes desempeñan otras
funciones que no tienen nada que ver con la determinación del sexo. Cada uno de los
progenitores aporta 50% de cromosomas al nuevo organismo. Pero, ¿cómo es esto
posible? Vimos qué en la mitosis dé las células el cigoto se divide para crear dos
células "hijas", cada una dé las cuales contiene una ración completa de cromosomas.
Evidentemente, se requiere otro tipo dé división celular para producir células qué
contengan un haploide, o la mitad del número completo de cromosomas.
Esté tipo de división celular se llana meiosis. En la división meiótica de la célula,
los cromosomas se aparean y se juntan en un punto llamado sinapsis. Cada gen de un
cromosoma se aparea con su gen correspondiente del otro cromosoma. Durante la
meiosis se verifican dos fenómenos que garantizan efectivamente que el nuevo
individuo sea genéticamente único. Uno de los fenómenos, el sobrecruzamiento, ocurre
cuando los cromosomas se aparcan. El otro la segregación, se verifica cuando los
cromosomas empiezan a separarse. Al sobre cruzarse, parte de los genes que están
ensartados en un cromosoma se intercambian con genes que están ensartados en otro
cromosoma (véase fig. 2-1). En la segregación, los cromosomas se separan,
Fig. 2-1. "Sobrecruzamiento". Durante la formación de los gametos masculinos y
femeninos, los cromosomas se entrelazan. Cuando los cromosomas se desprenden, las
secciones de los dos cromosomas se intercambian. El sobrecruzamiento es uno de los
factores que aseguran la exclusividad genotípica para todos los individuos, con
excepción de los gemelos idénticos.
La segregación quiere decir que el movimiento hacia los polos es al azar. Por lo
tanto, por lo menos tres factores aseguran la individualidad genética: (1) la clave
genética única sobre los cromosomas seleccionada de alguna parte del material
genético parental; (2) el sobrecruzamiento mediante el cual el material genético en los
cromosomas se reorganiza por sí mismo; y (3) la segregación, mediante la cual los
cromosomas se mueven al azar de un polo de la célula que se está dividiendo al otro.
El proceso mediante el cual se forma el esperma y los óvulos se llama
gametogénesis o gametogenia. A la gametogénesis del esperma se llama espermatogénesis, mientras que a la de los óvulos se le llama ovogénesis. Durante la
mitosis de la célula en los testículos, se separan ciertas células (espermatogonias). La
espermatogénesis se refiere al proceso de división de la célula mediante la cual las
espermatogonias se convierten en espermatozoides, o esperma, un proceso que
requiere aproximadamente dos meses y medio para completarse. El espermatocito
primario todavía contiene el número diploide de cromosomas. Una meiosis ulterior de la
célula produce dos espermatocitos secundarios, cada uno con un número haploide de
cromosomas; es decir, cada una contiene 22 autosomas (cromosomas que no tienen
nada que ver con el sexo) más un cromosoma X o Y determinante del sexo.
La ovogénesis tiene lugar en el ovario. A partir aproximadamente de la sexta
semana prenatal en el feto femenino, se forman pequeños grupos de células (folículos
primarios) mediante la mitosis de la célula. Los folículos primarios contienen los
gametos femeninos u ovogonias. Durante el resto del desarrollo prenatal, la ovogénesis
sigue adelante solamente hasta la formación de ovocitos. En este punto se detiene la
meiosis de la célula, y vuelve de nuevo solamente cuando se presenta la ovulación a
partir de la pubertad. Inmediatamente antes de la ovulación el ovocito primario completa
su división, produciendo dos células hijas. el ovocito secundario y el cuerpo polar
En este momento, la ovogénesis difiere de la espermatogénesis. Mientras que
cada espermatocito secundario en definitiva produce dos células espermas, cada
ovocito secundario produce solamente un óvulo. Los cuerpos polares se desintegran en
el transcurso del proceso. El ovocito secundario continúa con su meiosis de la célula
hasta que se completa el óvulo momentos antes de la fertilización. Es, mediante este
proceso que un óvulo haploide se encuentra con un esperma haploide y se crea un
nuevo individuo diploide.
El sexo del individuo lo determina el cromosoma que se adhiere a los 22
autosomas. Los cromosomas diploides maternos que determinan el sexo son idénticos
(XX), mientras que los cromosomas diploides paternos que determinan el sexo son
diferentes (XY). Las letras X y Y son símbolos estándar para designar a los
cromosomas que determinan el sexo porque efectivamente tienen una apariciencia muy
semejante a la de los otros cromosomas. (El cromosoma X se parece materialmente a
la letra X; el cromosoma Y, sin embargo, parece más bien una V que una Y). Los
espermatozoides X o Y masculinos que quedan después de la meiosis de la célula
determinan finalmente el sexo de la nueva prole; es decir, el sexo del producto lo determina el padre. Un cromosoma X del padre y un cromosoma X de la madre producen un
producto femenino, mientras que un cromosoma Y del padre y un cromosomas X de la
madre producen un producto masculino.
Fenotipo y genotipo
Los cromosomas contienen las unidades genéticas de la herencia. Estas
estructuras son los genes, que existen en dos formas o alelomorfos. Los genes
determinan el genotipo o la composición fundamental hereditaria del individuo. El
genotipo se deduce porque no se puede observar. Por otra parte, el genotipo
ciertamente contribuye para el fenotipo o características observables del organismo. Un
principio fundamental de la genética del comportamiento es que cada organismo
individual es un organismo único, distinto de los demás, excepto los gemelos idénticos.
Recordemos que está exclusividad esta asegurada por procesos tales como el
sobrecruzamiento y la segregación. Los fenotipos son el resultado de la interacción del
genotipo con el ambiente del organismo. En otras palabras, la herencia y el ambiente
interactúan para producir las características que se observan en el organismo,
incluyendo el comportamiento.
En algunos casos el fenotipo refleja características dominantes, mientras que en
otros casos refleja características recesivas. Los conceptos de dominante y recesivo se
derivan de la acción de los alelomorfos. Si D representa un alelomorfo de un gen y r
otro alelomorfo del mismo gen, tendremos cuatro combinaciones posibles de los dos
alelomorfos del gen: DD, Dr, rD y rr. Cualquiera que sea la combinación que resulte,
recordemos que un alelomorfo procede del esperma (haploide) y uno procede del óvulo
(haploide), de suerte que el par final de alelomorfos recibido de los dos padres contiene
una de las cuatro combinaciones posibles, dependiendo de cuál se recibió de cada uno
de los progenitores. Si el fenotipo Dr o rD del individuo es igual que DD, se dice que el
carácter D es dominante. Si el fenotipo del individuo expresa rr, se dice que el rasgo es
recesivo. El color de los ojos es un ejemplo claro de características dominantes y
recesivas. Los ojos pardos son dominantes, los ojos azules son recesivos. Así, cuando
B (ojos pardos) y b (ojos azules) se combinan (BB, Bb, bB, bb), las combinaciones Bb y
bB se asemejan a BB, y no a bb. Es decir, se puede esperar que tres de cuatro niños
tendrán ojos pardos. Siempre que un B (dominante) esté presente, sus características
se manifestarán en el fenotipo. Si ambos progenitores reflejan fenotípicamente
características recesivas (es decir, si los dos tienen ojos azules), es de suponerse que
toda la prole tendrá ojos azules. Si uno de los progenitores tiene ojos azules (bb) y el
otro tiene ojos pardos (Bb), dos de los niños pueden tener ojos azules, y dos pueden
tener ojos pardos. Nótese que hemos expresado la probabilidad de que resulten ojos de
un determinado color. Insistimos en esto porque la probabilidad de cada uno de los
niños de tener un determinado color de ojos es independiente de la probabilidad de otro
niño de tener el mismo color de ojos. Por consiguiente, no podemos afirmar con certeza
que tres de cada cuatro niños tendrán un cierto color de ojos, sólo que es probable que
tengan un cierto color. En realidad debido a la variabilidad genética, algunos de los
niños pueden inclusive tener ojos verdes u ojos grises.
Vulnerabilidad biológica
Por alguna razón que todavía ignoramos, se concibe un número mayor de
productos masculinos que femeninos (Rhodes, 1965): aproximadamente 120-150
varones por cada 100 mujeres. Una posible explicación es que los espermas Y son más
ligeros y más rápidos que los espermas X, con la cual aumenta la probabilidad de que
el esperma Y llegue primero al óvulo. Sin embargo, al final del período prenatal, la
proporción se reduce a aproximadamente 105 ó 100. Además, las estadísticas de
mortalidad muestran que mueren más varones que mujeres en cada edad que se haya
estudiado durante los primeros 20 años de vida. Todo esto demuestra con toda claridad
que los varones son más vulnerables biológicamente que las mujeres.
La vulnerabilidad biológica se refiere al grado de mortalidad o de enfermedad
asociado con la tolerancia de un organismo con respecto a la presión biológica o
ambiental. Mayor mortalidad, morbilidad más frecuente o ambas en los varones esta
asociada con muchos factores, incluyendo la susceptibilidad a las enfermedades
infecciosas; infecciones cardiovasculares, renales y gastrointestinales; malformaciones
congénitas; anormalidades cromosómicas; incompatibilidad de la sangre; y eclampsia
(Allen y Diamond, 1954; Rhodes, 1965).
Anomalías cromosómicas ligadas al sexo: En muchos casos el defecto se puede
deber a genes defectuosos en los cromosomas que determinan el sexo. Ejemplos
comunes de este tipo de defectos cromosómicos son
Recordemos que los complementos normales de cromosomas para varones y
mujeres son XY y XX, respectivamente. Algunas veces ocurren adiciones o
substracciones. En el síndrome de Turner la mujer tiene sólo 45 cromosomas (le falta
un cromosoma X). Las personas que padecen este mal carecen fenotípicamente de
características sexuales secundarias, son de estatura baja, y tienen ovarios
subdesarrollados. El síndrome de Klinefelter caracteriza a los varones fenotípicos
(XXY). Estas personas tienen glándulas sexuales, masculinas o femeninas, subdesarrolladas, glándulas mamarias crecidas y con frecuencia son retrasados mentales.
Anomalías autosómicas: No todas las anomalías cromosómicas afectan a los
cromosomas determinantes del sexo. En la fenilcetonuria (FCU) al individuo le falta una
enzima que es necesaria para convertir la fenilalanina (una proteína que se encuentra
en la leche) en ácido fenilpirúvico. Se forma una sustancia tóxica debido a un
metabolismo incompleto en la sangre, y el desenlace inevitable es el retraso mental, a
menos que se trate el padecimiento. En la actualidad, a todos los recién nacidos se, les
hace la prueba sistemática de la FCU ya sea mediante análisis de sangre o la prueba
del papel tornasol a la orina. El tratamiento implica colocar al lactante con dieta
especial. Este tratamiento es un excelente ejemplo de cómo una intervención ambiental
puede neutralizar un defecto genéticamente programado.
Una de las anomalías que ocurren con mayor frecuencia es el Síndrome de
Down, una de cuyas formas se conoce con el nombre de trisomía 21 (el nombre popular
de esta anomalía es mongolismo). El niño con Down tiene 47 cromosomas (el sobrante
se añade al par 21 de los cromosomas, de ahí trisomía 21), es típicamente un retardado
mental, y se le identifica fenotípicamente por la apariencia muy poco usual del cráneo,
la cara, la lengua, los ojos, las manos, los pies y el cuello.
Cuando aparecen en el cigoto menos de 44 autosomas, la enfermedad se
conoce con el hombre de monosomía, una enfermedad siempre mortal.
Las anomalías cromosómicas se deben a diversas causas, incluyendo la
nodisyunción, la translocación, la deleción e inversión. La nodisyunción resulta cuando
los cromosomas no logran separarse durante la meiosis de la célula. Por lo tanto, un
gameto tiene los dos cromosomas, mientras que el otro no tiene ninguno. En la
translocación, una parte de uno de los cromosomas se adhiere a otro cromosoma. Se
cree que el síndrome de Down lo causa la nodisyunción o la translocación. En éste
último caso, el cromosoma 21 se "engancha" al cromosoma 15 o viaja montado sobre
él. El portador tiene los 23 pares normales pero están mal ordenados. Si el miembro del
par 15 (con el 21 enganchado a él) y los 21 libres restantes se dan a un compañero que
también ofrece un 21, entonces la prole tendrá tres cromosomas número 21 en lugar de
los dos normales. Algunas veces una parte de un cromosoma desaparece durante la
división de la célula, mientras que otras veces ocurre una inversión de las partes de
algún cromosoma.
Uno de los aspectos más interesantes de la sexualidad humana es el grado en
que "la naturaleza" se ha esforzado por proporcionar condiciones óptimas para la unión
del esperma y del óvulo. Por ejemplo, la ovulación (desprendimiento del óvulo del
ovario y entrada en la trompa de Falopio) ocurre en un momento relativamente
predecible durante el transcurso de cada ciclo menstrual. El tiempo que pasa entre el
desprendimiento del óvulo y su descenso a la trompa de Falopio es aproximadamente
de seis horas. El esperma puede vivir entre 12 y 36 horas. Por consiguiente el
embarazo puede ocurrir inclusive cuando el coito precede a la ovulación. Además, la
naturaleza ha proporcionado obstáculos casi insuperables contra la probabilidad de que
el óvulo se pueda escapa: de la fertilización.
El óvulo es una de las células más grandes en el cuerpo humano. ?e un tamaño
aproximado de 0.14 de mm de diámetro (Correr, 1944). Para buscar este blanco, se
descargan de 200 a 500 millones de espermas en cada eyaculación de fluido seminal.
El número de células de esperma que se descargan está en función de la cantidad de
fluido seminal que se emite. Esta cantidad fluctúa entre 2.5 y 5 ml, con
aproximadamente 100 millones de esperma por cada ml. Varios miles de estos
espermas llegarán a cruzar efectivamente la barrera cervical y buscaran literalmente el
óvulo. Sin embargo, solamente un esperma, de entre toda esta abundancia, podrá
penetrar al óvulo para llevar a cabo la fertilización. Si la fertilización se verifica
efectivamente, el óvulo continúa su viaje de tres o cuatro días por la trompa de Falopio,
hasta incrustarse finalmente en la pared uterina. Si no se verifica la fertilización, la
mayor parte de la cubierta uterina es expulsada con sangre durante la menstruación.
ETAPAS DEL DESARROLLO PRENATAL
Los nueve meses de la gestación normal se dividen típicamente en tres etapas:
el período del óvulo, el período del embrión y el período del feto.
Período del óvulo (desde la concepción hasta la segunda semana prenatal)
Durante el período del óvulo, el cigoto fecundado hace su descenso
de tres a cuatro días por la trompa de Falopio y entra en el útero. Ahora
el cigoto existe como un blastocisto que se mueve con toda libertad para
todos lados. Empieza la mitosis de la célula, y los cromosomas se duplican y se
separan, una y otra vez. La principal tarea de desarrollo de este período es la
implantación del blastocisto en la pared uterina, un acontecimiento que ocurre
aproximadamente entre 24 y 36 horas después de la entrada en el útero. Una vez
implantado en la pared del útero, la sangre materna circunda totalmente al blastocisto.
El trofoblasto, o tejido exterior del blastocisto, forma dos partes. Una parte se convierte
en material nutritivo para el embrión, mientras que la otra se convierte en placenta y el
cordón umbilical. Habiéndose incrustado en la membrana del útero, el organismo está
ahora relativamente seguro dentro del ambiente uterino, y ya se satisfacen las
condiciones para el crecimiento placentario y la inserción del cordón umbilical.
Período del embrión (de la segunda a la octava semana prenatal)
El período del embrión se caracteriza por la diferenciación continua del cigoto
hasta formar tres capas: el ectodermo, el mesodermo y el endodermo. Del ectodermo
emergerá finalmente el sistema nervioso, la piel y glándulas de la piel, el pelo y las
uñas. Del mesodermo procederán la musculatura, el esqueleto, los sistemas circulatorio
y excretorio, así como algunas porciones del sistema reproductivo. Del endodermo sale
la mucosa del sistema digestivo, las trompas de Eustaquio, la tráquea, los bronquios,
los órganos vitales y glándulas, así como otras partes del sistema reproductivo. Además
de establecer la diferenciación de las capas, en el período embrionario señala el tiempo
cuando se desarrolla la placenta y se forma la inserción umbilical (25 a 50 cm) entre la
placenta y el embrión. Aproximadamente entre el decimoctavo y vigésimo primer día se
empieza a formar el corazón, y para el final de la tercera semana prenatal ya se puede
percibir un leve latido cardiaco. El saco y el líquido amniótico rodean al organismo para
protegerlo contra el daño físico. La característica crítica de este período es la
histogénesis, es decir, la diferenciación de las partes. Es precisamente durante este
período cuando las intrusiones ambientales en el proceso del desarrollo pueden
producir un daño particularmente grave y permanente al organismo.
Período del feto (desde los dos meses hasta el final)
El período del feto se caracteriza por el desarrollo continuo y el crecimiento de
los sistemas básicos y por el reemplazo del cartílago por células óseas. La
característica más importante de desarrollo es la morfogénesis u organización de las
estructuras en desarrollo. El período comprende un vínculo muy crítico en el desarrollo
prenatal: el punto de viabilidad. Este se refiere al tiempo, por lo general, 26 semanas de
gestación, después del cual el feto tiene una probabilidad razonable de sobrevivir si
naciera. Aunque, por lo general, se mide por semanas de gestación (las cuales
inclusive en la actualidad son difíciles de determinar con precisión), el punto de
viabilidad puede establecerse con mayor precisión tomando en cuenta factores tales
como el peso al nacer y la longitud del feto. Con base en estudios de miles de niños
nacidos en un hospital de Moscú, Makeyeva (1959) sugiere que 1,000 gramos de peso
al nacer y por lo menos 35 centímetros de longitud, constituyen los límites mínimos para
fundar la probabilidad de que sobreviva un prematuro. En cualquier caso, la vigésima
sexta semana todos los sistemas principales ya están desarrollados, y los meses
restantes se dedican al crecimiento y fortalecimiento continuo del feto como preparación
para la entrada que habrá de hacer a un ambiente definitivamente muy distinto del
medio prenatal.
FACTORES QUE DETERIORAN EL AMBIENTE PRENATAL
Hemos visto cómo diversas anomalías cromosómicas afectan al organismo en
desarrollo. Pero además de las anomalías cromosómicas, hay otros muchos factores
ambientales que pueden degradar al organismo prenatal y frustrar sus oportunidades
de desarrollo normal. Con frecuencia es muy difícil aislar al agente activo específico que
puede viciar el ambiente prenatal. Una de las razones de esto es el grado de
interacción que existe entre el feto y la madre. No obstante, una vasta literatura señala
con diversos grados de certeza, a varias categorías significativas de insultos que
degradan el ambiente fetal. Veamos algunas de estas categorías.
Desnutrición
Prácticamente todo el mundo está consciente de la importancia que tiene la
nutrición para nuestra vida. Además, probablemente todos nosotros hemos visto
ejemplos de niños, ya sea en Biafra, en la América rural o citadina o en muchas otras
partes del mundo, que sufren espantosamente de una falta intensa de alimento. Más
aún, algunos "expertos" creen que la desnutrición bien puede ser el más importante de
todos los factores ambientales que afectan negativamente el desarrollo prenatal.
¿Qué se entiende por desnutrición? Algunos investigadores distinguen dos
clases de desnutrición (Hurlock, 1964). Una de estas, el hambre cualitativa se refiere a
la cantidad inadecuada de vitaminas, aminoácidos, etc., esenciales para el crecimiento
y desarrollo normales. La otra, el hambre cuantitativa, se refiere a la cantidad
insuficiente de alimento, pero que satisface los requisitos mínimos de vitaminas y de
otros elementos nutritivos. Otros investigadores distinguen tres niveles o grados de
desnutrición (Gómez y otros, 1956). La desnutrición de primer grado connota pesos
corporales de 76 a 90% del que tiene un lactante normal de peso promedio. La
desnutrición de segundo y tercer grados connotan un peso corporal de 62-75% y menor
de 61% respectivamente, con respecto a las normas establecidas. Naeye (1970)
defiende la opinión de que no toda desnutrición depende directamente de la cantidad de
alimento que se consume. Por ejemplo, algunos desordenes, clínicos relacionados con
la desnutrición incluyen en la madre, desórdenes placentarios y uterinos, nacimientos
múltiples y alimentaciones inadecuadas que tiene su origen en la pobreza.
Se ha visto que la desnutrición cualitativa está asociada con el nacimiento
prematuro, con la longitud y peso anormales del recién nacido, y con la desnutrición
fetal que se manifiesta en niños que son demasiado pequeños para su edad
gestacional (Antonov, 1947; Gruenwald, 1970). También se ha logrado vincular la tasa
lenta de crecimiento intrauterino con una mortalidad más elevada y con una mayor
susceptibilidad en relación a la morbilidad (Drillien, 1970).
En general, una desnutrición grave parece tener efectos degradantes directos
sobre el encéfalo y el sistema nervioso en desarrollo. En una serie de experimentos con
niños africanos mal nutridos, los resultados indicaron que la desnutrición que sufrían
durante los dos primeros años de vida producía un menor perímetro cefálico, reducción
en el tamaño del encéfalo, anormalidades en la actividad de las ondas encefálicas y
deterioro en el sistema visual (Stock y Smythe, 1968). Al estudiar los efectos de la
desnutrición sobre los encéfalos en desarrollo de nueve lactantes chilenos que murieron
por inanición, Winick y Rosso (1969) encontraron un menor peso encefálico y
anormalidades en la composición de proteínas, RNA y DNA del encéfalo. Una hipótesis
es que la desnutrición ejerce su influjo más degradante sobre el organismo
precisamente durante el último trimestre del embarazo y durante los primeros años
postnatales (Dobbing, 1970), cuando el encéfalo está en su período de más rápido
crecimiento.
En general, las deficiencias nutricionales se han traducido en deficiencia mental,
inestabilidad nerviosa, parálisis cerebral, falta de peso al nacer, la longitud deficiente al
nacer, raquitismo, debilidad física generalizada y muerte. .
Enfermedades infecciosas
Las enfermedades infecciosas constituyen un peligro potencial para el feto en
desarrollo. Esto es especialmente verdadero durante el primer trimestre del desarrollo
prenatal. Casi todos hemos oído decir que la rubéola puede ser peligrosa durante los
primeros meses prenatales. No hay que despreciar estos datos. Se calcula que fueron
centenares los lactantes que nacieron en el estado de Michigan durante la epidemia de
rubéola de 1964-1965 que fueron gravemente afectados por el insulto prenatal. Por
ejemplo, se registró una de las frecuencias más elevadas de hidrocefalia durante dicho
brote. Otras enfermedades infecciosas que se sabe que tienen efectos degradantes
incluyen las enfermedades venéreas: sífilis y gonorrea- y la poliomielitis. Las
enfermedades infecciosas han estado asociadas con una frecuencia elevada de
muertes al nacer, abortos, ceguera, deficiencia mental, sordera, microcefalia y la
sordomudez.
Incompatibilidad sanguínea
Hay razones muy sólidas para exigir que los futuros esposos se sometan a una
prueba de sangre antes del matrimonio. El proteger a la propia prole descubriendo y
curando alguna infección venérea es mucho más importante que cualquier bochorno
temporal que pueda uno sufrir. Además de identificar las infecciones venéreas o de
cualquier otro tipo, las pruebas de sangre suelen poner en alerta a los padres y a los
parteros acerca de ciertos desórdenes sanguíneos que tal vez requieran después un
cuidado especial prenatal o postnatal.
Uno de estos desórdenes, la eritroblastosis fetal, lo causa el factor Rh, llamado
así por los monos Rhesus que se usaron en la investigación que aisló la
incompatibilidad de la sangre. Todas las personas son Rh-positivas o Rh-negativas:
aproximadamente 85% de los caucásicos, 93% de los negros, y casi todos los
orientales, son Rh-positivos. Por consiguiente estas personas tienen un antígeno de los
eritrocitos determinado genéticamente (el antígeno Rh, o factor rhesus), el cual, cuando
es compatible con el feto, no causa problema alguno. Sin embargo, cuando el factor Rh
fetal y el factor Rh materno difieren, surgen muchas dificultades. El antígeno Rh es en
realidad un grupo de seis antígenos -C. D, E, e, d, e- y es el factor D el que lleva a la
clasificación de Rh+ o Rh-. Si la combinación de alelomorfos contiene un antígeno D, la
designación Rh será positiva, pero si la combinación de alelomorfos contiene una d, la
designación Rh será negativa. Cuando una madre Rh-negativa tiene un feto Rhpositivo, la mezcla de sus sangres produce anticuerpos contra el antígeno Rh del feto,
los cuales pasan el filtro placentario y provocan destrucción de los eritrocitos del feto.
Por el contrario, la sangre fetal mezclada con la sangre de la madre causará
sensibilización por el antígeno fetal Rh en su sistema sanguíneo. Si no se corrige, este
trastorno conducirá a problemas todavía mayores en el siguiente embarazo.
Afortunadamente, la incompatibilidad Rh puede tratarse. Para los lactantes, se pueden
hacer transfusiones de intercambio de la sangre del feto in útero, eliminando de esta
manera la incompatibilidad entre los factores Rh fetal y materno. En el caso de las
madres, la inmunización con inmunoglobulina Rh dos a tres días después del parto
evitará la formación de los anticuerpos Rh. Una vez inmunizada, la sangre materna deja
de ser un problema para el siguiente embarazo. Sin embargo, si la situación no se
resuelve, el feto puede ser prematuro, puede abortarse o nacer muerto (Stevenson,
1973).
Medicamentos
Debido al uso cada vez más extenso de medicamentos en nuestra cultura,
deberá ponerse mucha atención a los efectos posiblemente nocivos que puedan tener
en el organismo en desarrollo. La tragedia de la talidomida a principios de la década de
los 60s es un ejemplo doloroso del camino menos indicado para descubrir los efectos
nocivos de las drogas. Muchas embarazadas, principalmente en Alemania, que estaban
tomando este tranquilizador, produjeron una prole con diversas deformidades físicas
(por ejemplo, desarrollo incompleto de los brazos, de las piernas o de ambas extremidades). El sufrimiento físico y emocional que causa este tranquilizador particular justifica
el que se prevenga a todos contra el uso de este medicamento durante el embarazo.
Se ha descubierto que los narcóticos atraviesan fácilmente la placenta. Taussig
(1962) encontró que los barbitúricos causan sufrimiento fetal. El organismo del recién
nacido ciertamente no está preparado para combatir el sufrimiento de la abstinencia de
la heroína adquirida en el útero. Se ha encontrado que muchos agentes que se usan
como anestésicos y analgésicos atraviesan la placenta y entran en la corriente
sanguínea del feto. Aun cuando hay ciertas pruebas de que el LSD suele causar una
alteración estructural en los leucocitos de la sangre, los estudios de los efectos de la
heroína y drogas derivadas sobre el feto todavía no son definitivos en la actualidad.
No deberá sorprender que la nicotina, una droga extremadamente tóxica, puede
resultar nociva para el feto. Ya en 1938 se encontró que fumar acelera el ritmo cardiaco
del feto (Sontag y Richards, 1938). En un estudio, a fumadoras empedernidas se les
privó de cigarrillos por un período de 24 horas. Luego se les ofreció a las embarazadas
un cigarrillo. Inclusive antes de que la embarazada llegara a encender el cigarrillo, el
ritmo cardiaco del feto se aceleraba, sugiriendo que la respuesta emocional y hormonal
condicionada de la mujer influía sobre el feto (Lieberman, 1963). Se ha ligado la
prematuridad al grado de tabaquismo durante el embarazo, las fumadoras más
inveteradas tienen la máxima frecuencia de prematuros o de productos de bajo peso
(Simson, 1949).
Los estudios han demostrado que las embarazadas ingieren de tres a diez
medicamentos diferentes durante el curso del embarazo, incluyendo substancias
aparentemente inocuas como la aspirina (Bowes, 1970). Por desgracia, las
embarazadas ingieren muchos medicamentos cuyos posibles efectos en el feto nunca
se han estudiado. El consejo más seguro que se puede dar, es que se tenga un
cuidado muy especial al tomar todas estas drogas durante el embarazo.
Radiación
Varios estudios llevados a cabo en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki han
puesto de manifiesto los efectos horrendos que tiene la extrema radiación atómica. En
Hiroshima, la radiación estuvo asociada con mortinatos, aborto, malformación y bajo
peso al nacer (Neel, 1953). En Nagasaki, embarazadas que se encontraban dentro de
los 2,000 metros del hipocentro del estallido reportaron promedios más elevados de
muertes fetales, neonatales y de lactantes. Entre los lactantes que sobrevivieron al
estallido, los efectos característicos de la radiación fueron el retraso mental y el retardo
en el crecimiento (Yamazaki, Wright y Wright, 1954).
El estallido atómico no es la única que afecta negativamente al feto. En muchos
casos, mujeres con cáncer o con tumores pélvicos requieren terapia de radio.
Pequeñas dosis de un tratamiento de radiación como éste no ha producido ninguna
embestida dañina en contra del feto, pero las dosis grandes deberán evitarse. Por
desgracia no tenemos ninguna definición clara sobre lo que se debe considerar como
una dosis excesiva en el caso de cada individuo en particular. En general, entre más al
principio del embarazo se aplique la radiación, mayor es el daño potencial que se puede
causar al feto.
Edad materna
Se ha dicho que la edad óptima para dar a luz es la comprendida entre los 20 y
29 años (Scott, 1968). El máximo porcentaje de problemas fetales relacionados con la
edad de la madre se encuentra en mujeres mayores de 40 años. Por ejemplo, la
frecuencia del síndrome de Down es mayor en los niños nacidos de mujeres mayores
de 40. Si hay alguna relación entre la edad materna y la decadencia del sistema
reproductivo femenino, es de suponer que se encontrarán más casos de sufrimiento
fetal como resultado de óvulos viejos. Recordemos que todos los óvulos se forman
antes del nacimiento y que en la ovulación solamente ocurre:, etapas finales de la
división meiótica de las células. Por lo tanto, las mujeres de 40 años de edad, tienen
óvulos también de 40 años de edad. Se puede suponer que un proceso semejante a
éste se verifica en el sistema reproductivo del varón, aunque en este caso no está de
por medio la edad del esperma. Cualquiera que sea la razón, es evidente que las
mujeres tienen una máxima probabilidad de tener niños sanos si los dan a luz durante
sus años veintes.
Aquí viene muy bien una advertencia, que se puede aplicar también a todo lo
que hemos dicho acerca de los factores que perjudican el ambiente prenatal. Esta
llamada de alerta se refiere al uso de expresiones como "mayor frecuencia". En
realidad, la mayoría de los recién nacidos a todos los niveles de edad materna son
perfectamente normales. "Mayor frecuencia" connota solamente la mayor probabilidad
de que ocurra un fenómeno a una edad determinada, comparada con la probabilidad
del mismo a una edad de referencia convencional (digamos la edad entre los 20 y 29
años). Sin embargo, aunque los factores que se describen pueden afectar sólo a un
pequeño porcentaje de fetos, son muy importantes. Cinco por ciento de todos los niños
nacidos cada año en E.U.A.. o en cualquier país, son realmente una cantidad muy
grande.
Estado emocional materno
Como no existen conexiones neuronales directas entre la madre y el feto, podría
parecer poco probable que el estado emocional de la madre pudiera afectar al feto. La
creencia de que los pensamientos maternos pueden influir directamente en el feto es
origen de todo tipo de tabúes culturales con respecto a la mujer embarazada. Por
ejemplo, en ciertas culturas a las mujeres embarazadas no se les permite manejar
cuchillos por temor de que esto vaya a causar la ruptura. del umbilicus, y en muchas
partes de E.U.A. existen tabúes en contra de comer ciertos alimentos, no sea que en el
recién nacido vayan a aparecer lunares que tengan la misma configuración que tienen
esos alimentos. Estas creencias no tienen ningún fundamento. No obstante, se ha
ligado el estado emocional de la madre con la conducta fetal y postnatal.
Rabin (1965) sugiere que la motivación para la paternidad bien puede ser lo que
establece el tono para las futuras relaciones entre progenitor y niño, inclusive mucho
antes de que el niño sea concebido. Otros investigadores han encontrado que las
mujeres que no están satisfechas con su posición social o que son emocionalmente
inestables, sienten menos gusto por su embarazo, y son más ansiosas y están más mal
adaptadas emocionalmente durante el embarazo (Davids y Rosengren, 1962). Los
efectos de ansiedad, perturbación y tristeza crónicas por el embarazo tienen mucho que
ver con la hiperactividad, irritabilidad, llanto, dificultades para la alimentación y con los
problemas del sueño de la prole (Sontag, 1957). Además, por lo menos, ni-;
Investigador refiere que les madres de lactantes propensos a los cólicos son más
tensas y ansiosas durante sus embarazos que las madres de lactantes que no son
propensos a los cólicos (Lakin, 1957). Las madres de lactantes con cólico también
dijeron que se sentían inadecuadas respecto a su capacidad para cuidar del futuro
bebé.
Como no hay conexiones neuronales directas entre madre y feto, ¿en qué forma
puede ejercer su influencia en el feto el estado emocional de la madre? El influjo no
puede ser un efecto directo del sistema nervioso, sino que tendría que ser un efecto
indirecto en el sentido de que el hipotálamo es estimulado hasta producir substancias
que con el tiempo causan una descarga de hormonas en la sangre. Las hormonas que
se encuentran en la sangre materna cruzan fácilmente la placenta -aun cuando la
misma sangre materna no cruza- y entran en la corriente sanguínea del feto. El
desequilibro hormonal resultante muy probablemente afecta al desarrollo estructural y
funcional de los órganos fetales.
Es obvio que un número extraordinario de eventos pueden afectar notablemente
el curso del desarrollo durante los meses prenatales. La desnutrición, la enfermedad, la
incompatibilidad sanguínea, las drogas y medicamentos, la edad materna y el estado
emocional de la madre, todo esto se ha visto que disgrega el desarrollo normal prenatal
(Barnes, 1968; Ferreira, 1969; Stevenson, 1973).
PREMATURIDAD
De todos los temas relacionados con el desarrollo prenatal, el nacimiento
prematuro es probablemente el que recibe la menor atención en el curso introductorio
sobre desarrollo humano. Las consecuencias de un nacimiento prematuro para el
desarrollo posterior ciertamente exigen que se les preste mayor atención.
La idea típica que se tiene de prematuridad se reduce a que el lactante nace
antes de los nueve meses de gestación. Aunque correcta en parte, esta definición no
toma en cuenta para nada el pronóstico desalentador de los lactantes nacidos
prematuramente. La Organización Mundial de la Salud (World Health OrganizationWHO), al reconocer que la duración de la gestación no es por sí sola un índice
inadecuado de prematuridad, estableció una definición basada en el bajo peso al nacer
(WHO, 1961). Se definió al lactante prematuro como aquel niño cuyo peso al nacer era
menor de 2,500 granos. Por definición de prematuridad aproximadamente 8% de todos
los nacimientos son prematuros. Esto significa que en E.U.A. aproximadamente
300,000 niños nacen prematuramente cada año. Estos niños constituyen casi la mitad
de todas las muertes neonatales, y los que sobreviven tienen las tasas más elevadas
de impedimentos físicos y psicológicos.
En un tiempo se creyó que la duración de la gestación y el peso al nacer eran
medidas suficientemente exactas comes ,ara hacer un buen diagnóstico y pronóstico
del niño nacido prematuramente. Aun cuando esto sea verdadero en general, hay otros
factores que también son importantes. Por ejemplo, Drillien (1964) opina que el peso al
nacer y la duración de la gestación no toman en cuenta ciertos factores que interactúan,
como por ejemplo, las diferencias geográficas y sexuales, el orden de nacimiento, la
condición social, la edad de la madre, los nacimientos múltiples y lo adecuado o
inadecuado del cuidado parental.
En general, la prematuridad definida en función de una gestación disminuida y un
bajo peso de nacimiento, se ha encontrado que está relacionada con deficiencias
intelectuales, disfunción perceptual-motora, lesión encefálica, lenguaje inmaduro,
parálisis cerebral, defectos visuales y dificultades con el razonamiento abstracto.
Además, estos efectos se mantienen firmes aun cuando los investigadores
controlan los efectos de raza, actitudes maternas, prácticas maternas de crianza y clase
social (Wiener, Rider, Oppel, Fischer y Harper, 1965).
En el estudio de Drillien (1964) se utilizó el procedimiento longitudinal que se usa
en muchos estudios sobre la prematuridad según este método, el investigador escoge
una muestra de lactantes que tienen como característica común la enfermedad
condición específica que se pretende estudiar. Entonces se selecciona un grupo de
control apropiado igual al primero pero sin la enfermedad de que se trata. Después se
vigila a ambos grupos longitudinalmente para tomar nota de la frecuencia de la
condición que interesa estudiar. Por lo tanto, si el nacimiento prematuro es el fenómeno
que interesa estudiar, se escoge obviamente un grupo de niños nacidos
prematuramente y se comparan con un grupo de lactantes de gestación normal.
Durante el estudio longitudinal se administran diversas pruebas y exámenes para determinar la diferencia que se da entre los grupos.
El medio más eficaz y razonable para resolver los problemas de prematuridad es
la prevención. Makeyeva (1959) alaba mucho las técnicas profilácticas que se usan
extensamente en la práctica obstétrica en la Unión Soviética paró reducir a un mínimo
la prematuridad. Estos procedimientos incluyen: evitar el excesivo consumo de líquidos
y alimentos sólidos, reducir el consumo de sal, restringir el trabajo mental y manual,
aprovechar al máximo el aire fresco y dormir todo lo que se pueda, y además ¡usar ropa
floja y cómoda! Sin embargo, aun cuando se siguieran estas normas al pie de la letra,
muchos niños seguirán naciendo prematuramente. Por lo tanto, la prevención reviste
otro significado: a las madres hay que ayudarlas para evitar que caigan en lo que
Lindemann (1965) llama aflicción anticipatoria.
La aflicción anticipatoria se refiere al hecho de que la prematuridad es nociva
para madre e hijo. El nacimiento prematuro significa que la madre y el niño van a estar
separados por algún tiempo. En algunos casos, este período puede extenderse a
meses. Debido a que el bebé tiene un riesgo tan alto, muchos progenitores se preparan
para lo peor; es decir, anticipan el fallecimiento del niño. Si éste sobrevive a menudo
resulta difícil para los padres volver .a establecer sentimientos positivos hacia él.
Parecen haber olvidado "casi por completo" que tuvieron un hijo. En el hogar, el
prematuro puede no ayudar a los padres a que desarrollen sentimientos positivos ya
que el bebé tiende a ser de cuidado difícil porque necesita más alimento, más sueño y
tiene más problemas de temperamento que el niño a término. Para contrarrestar el
fenómeno de la aflicción anticipatoria y el alejamiento subsiguiente entre padres y
vástago, muchos hospitales solicitan que la madre (por desgracia el padre no) visite
diariamente el hospital para que participe en forma activa en el cuidado y manejo de su
hijo.
Obviamente, no todos los niños nacidos prematuramente pasan por las
situaciones devastadoras que hemos descrito aquí. No obstante, el número de lactantes
que ciertamente sufren efectos penosos por haber nacido demasiado pronto o pesando
extremadamente poco, es lo suficientemente grande como para justificar una
investigación continua acerca de técnicas preventivas y profilácticas adecuadas con las
que se puede ayudar al lactante prematuro a lograr un desarrollo normal.
RESUMEN
El período prenatal de la vida humana, abarca desde la concepción hasta el
nacimiento. La concepción ocurre cuando los gametos del sexo (el esperma y el óvulo)
se unen. Esta unión es la base del crecimiento y desarrollo del nuevo organismo, al
principio mediante el proceso de la división celular llamado mitosis. Cada nueva célula
normal contiene 23 pares de cromosomas, uno de los cuales es el responsable de la
determinación del sexo del organismo. Los gametos sexuales pasan por otra división
especial llamada meiosis. Después de la división meiótica de las células, cada esperma
u óvulo contiene solamente 22 cromosomas individuales (autosomas) y un cromosoma
que determina el sexo. Cuando el esperma y el óvulo se unen, el nuevo organismo
tiene otra vez la ración completa de 46 cromosomas.
Los genes existen en dos formas llamadas alelomorfos y están situados sobre
los cromosomas. Los alelomorfos pueden ser dominantes y recesivos. Los genes son
los responsables de regular el programa genético del individuo, pero este programa no
es algo fijo o invariable. En todas las etapas del desarrollo el ambiente aporta algo al
contenido del programa. En la mayoría de los casos solamente podemos deducir la
estructura genética o el genotipo del organismo, tomando nota de las características
que se observan o del fenotipo.
Vulnerabilidad biológica significa el grado de morbilidad o mortalidad que está
asociado con la tolerancia del organismo hacia el stress. Las anomalías cromosómicas
interfieren con las oportunidades que tiene el organismo para desarrollarse
normalmente. Además, son varios los factores ambientales que pueden degradar el
ambiente prenatal y amenazan la supervivencia misma del feto.
El período prenatal se divide en tres períodos parciales: el período del óvulo, el
período del embrión y el período del feto. Aunque la mayoría de los fetos tardan de 270
a 280 días para desarrollarse, algunos niños nacen mucho antes de esto.
Generalmente llamamos a estos niños prematuros. Sin embargo, se ha visto que la
definición de prematuridad que se basa exclusivamente en la duración de la gestación,
es inadecuada. Lo menos que se puede hacer es considerar también el peso y la
longitud corporal al nacer. A pesar del cuidado prenatal moderno y de los recursos
hospitalarios actuales, la prematuridad sigue siendo una amenaza para el organismo.
Más aún, inclusive el cuidado especial que presta el hospital puede dar por resultado
cierto grado de privación sensorial o social, o una privación de la estimulación normal
que ofrece el ambiente. No obstante, los futuros padres tienen que tener muy en mente
que la mayoría de los niños, cualesquiera que sean las posibles dificultades, llegan al
mundo en perfecto estado de salud. Cómo llegan y qué es lo que les sucede durante el
primer mes de vida será el tema que se tratará en el siguiente capítulo.
APARTADO 3-1 Temas por estudiar
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¿Cuáles son las tres fases del proceso del nacimiento y cuáles son los
fenómenos asociados con cada fase?
¿Cuáles son las presentaciones anormales al nacer y cómo difieren de la
presentación normal?
¿Qué influencias tienen los medicamentos para el parto sobre el
comportamiento del recién nacido e sobre su desarrollo subsiguiente?
¿Qué factores deben ser considerados- al determinar si el recién nacido está
en peligro o no?
¿Cuáles son algunas de las características de conducta del recién nacido?
¿En qué forma el estado o nivel de excitación afecta la responsividad del
recién nacido con respecto a la estimulación ambiental?
¿Cómo se puede pacificar a un recién nacido?
¿Qué importancia tienen los ritmos biológicos para la organización de la
interacción entre el lactante y el que cuida de él?
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de la alimentación con el pecho para la
organización de la interacción entre el lactante y el que cuida de él?
¿Se deberá alimentar a los lactantes según un horario fijo o según demanda
libre?
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