Ecosistemas de Puerto Rico Amaury A. Tirado Santiago 22/feb./12 9-6 Prof. Ocasio Discuten nuevos ecosistemas en Puerto Rico 02/10/2012 En Puerto Rico sólo quedan 15 mil cuerdas de bosques primarios de dos millones que antes existían, y la razón más común para esto es que "el hombre intervino en el bosque". Así lo expuso el director de Dasonomía Tropical del Servicio Forestal federal, Ariel Lugo, mientras ofrecía la charla Nuevos ecosistemas en Puerto Rico durante una visita al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Según expresó Lugo "el hombre cambia, deforesta y abandona", y, por esto, las especies exóticas invaden. Aunque los ecosistemas cambian por disturbios climatológicos y el fuego, en Puerto Rico, la mayoría de los cambios en los ecosistemas son por causa, fundamentalmente, del ser humano. Lugo ilustró con datos estadísticos que los ecosistemas en la isla están constituidos un 27 por ciento por especies exóticas y un 24 por ciento por flora exótica, lo que muestra la alta abundancia de estas especies llamadas "especies naturalizadas". A pesar de esta gran cantidad de especies naturalizadas se explicó que "aunque las exóticas invaden, las especies nativas entran más tarde, pero hay que esperar esa restauración que a veces puede tardar más de 100 años". Se destacó, además, las características de los nuevos ecosistemas, entre ellas, las nuevas especies de plantas y animales; las funciones son similares pero las velocidades de recuperación son distintas, la relación de la formación de suelos, ya que estos casos tienen erosión y los de los bosques naturales se caracterizan por ser esponjosos por su alto grado de carbones y nutrientes; y que están fragmentados porque no tienen muchas especiales endémicas porque son bosques de 100 años. Aunque dice Lugo que estas especies exóticas tienen un papel ecológico que cumplir, lo cierto es que su función es de amplio debate entre los biólogos. Aún así, el conferenciante enunció los atributos al decir que "lo bueno de lo exótico es que traen material genético al lugar que promueve el aspecto evolutivo, aumenta la riqueza de especies y ayudan a colonizar los nuevos espacios que ha creado el ser humano lo cual permite a las especies naturales regresar". Asimismo, el Director de Dasonomía Tropical del Servicio Forestal federal declaró que "no volveremos a ver los bosques originales. Tomará cientos de años para que vuelvan a lo de antes y si pasa, pasará en muy pocos sitios porque el ser humano está constantemente creando caos y eso lo evitará. Los biólogos deben reconocer que no podemos traer de nuevo los ecosistemas del pasado. Eso sería quijotesco". 06 de Diciembre de 2011 En peligro los ecosistemas en Puerto Rico Como parte de un trabajo investigativo para el curso Ecosistemas y Biodiversidad, de la profesora Ileana Galanes de la Universidad de Puerto Rico del Recinto de Río Piedras, la estudiante Fungyi Huynh Torres plasma en retratos varios mogotes, rocas calizas y hasta el desparrame urbano que existe en la Isla. Esta fotogalería se exhibirá en la exposición de la biblioteca José M. Lázaro, "Nuestra Isla: ¿La Queremos Verde o Gris?", del 1 al 11 de diciembre. El ecosistema del Carso en Puerto Rico está conformado mayormente por mogotes o colinas de roca caliza. Estos montes son asimétricos y se encuentran aislados en medio de una planicie aluvial. Los mogotes sirven de refugio a una variedad de especies que se aíslan en sus cimas protegidas por sus laterales escalpados. Este ecosistema se extiende desde Loíza hasta Aguada en el norte, y en el sur, desde Juana Díaz hasta Cabo Rojo y puede alcanzar hasta 160 pies de altura. Actualmente, la intervención del ser humano está destruyendo los mogotes trayendo consigo varias consecuencias, no sólo para las colinas, sino para todo el sistema cárstico. La roca caliza que forma los mogotes es utilizada como material para la construcción, causando la destrucción de éstos. Por otro lado, también se destruyen los mogotes para poder construir carreteras. Actualmente, Puerto Rico es uno de los países con más construcción de carreteras por milla cuadrada. El Carso es un ecosistema vulnerable a daños causados por el ser humano y es muy difícil su recuperación. Posee topografía é hidrología distintiva por sus rasgos geomorfológicos particulares que se caracterizan por el drenaje subterráneo y rasgos topográficos tales como mogotes, sumideros, zanjones, cuevas, sistemas cavernarios, ríos subterráneos, valles de deposición aluvial, cañones, acantilados y farallones. Este ecosistema es formado por la disolución diferencial de la roca, especialmente la caliza. El agua llega a los acuíferos, que se usa principalmente para el riego de la agricultura, el consumo en las fábricas y las industrias. Del Carso del Norte se obtiene aproximadamente 660 millones de galones por día. El desparrame urbano tiene un impacto negativo en la calidad del agua, la vida silvestre y causa el deterioro y la destrucción de los recursos naturales, entre otros efectos. En Puerto Rico, sobre un 25% del territorio esta afectado por desarrollos urbanos. La deforestación y destrucción no sólo se deja ver en el Carso, sino que también se ha apoderado del Bosque Nacional del Yunque. El Yunque es un bosque pluvial subtropical de temperaturas frescas que se encuentra en la Sierra de Luquillo al este de Puerto Rico y posee una gran biodiversidad. Áreas costeras bajo amenaza constante Abril 9, 2011 Los estuarios son áreas en la costa donde el agua dulce de los ríos y quebradas se mezcla con el agua salada del océano. Son sistemas acuáticos altamente diversos pues contienen especies de organismos del océano, otras que son propias de los estuarios y las que migran desde los ríos. En Puerto Rico existen dos estuarios de gran importancia: El Estuario de la Bahía de San Juan, en la costa norte y la Reserva Estuarina Bahía de Jobos, en la costa sur. ¿Que efecto tendría el calentamiento global sobre estos importantes sistemas? Primeramente, se vería afectado el balance entre el agua dulce y el agua salada que se mezcla para formar el estuario. Los estuarios en Puerto Rico contienen ecosistemas asociados como son los bosques de mangle, los humedales herbáceos y las praderas yerbas marinas, por lo que cambios en temperatura y salinidad del estuario podrían hacerlos desaparecer. Los organismos marinos asociados a los estuarios sufrirían un impacto directo porque son muy susceptibles a los aumentos de temperatura. Los estuarios son áreas en la costa donde el agua dulce de los ríos y quebradas se mezcla con el agua salada del océano. Son sistemas acuáticos altamente diversos pues contienen especies de organismos del océano, otras que son propias de los estuarios y las que migran desde los ríos. En Puerto Rico existen dos estuarios de gran importancia: El Estuario de la Bahía de San Juan, en la costa norte y la Reserva Estuarina Bahía de Jobos, en la costa sur. ¿Qué efecto tendrá el calentamiento del planeta sobre estos importantes estuarios?, es la pregunta de rigor. Comencemos aceptando que el calentamiento del planeta es un fenómeno real pues se ha observado un aumento entre 0.5 grados y 1 grados centígrados en los pasados 100 años. Aunque el calentamiento global ocurre a consecuencia de procesos planetarios fuera de nuestro control, la ciencia indica que estamos acelerando el proceso por la acumulación de gases de invernadero como el CO2, N2O y el CH4. Estos gases son sumamente importantes en la atmósfera. Si no fuese por estos, nuestro planeta sería un gran bloque de hielo donde no existiría vida como la conocemos. El problema es que estamos afectando los ciclos biogeoquímicos que los producen y consumen naturalmente; creando un desbalance. Producto de este calentamiento, el nivel del mar ha aumentado entre 0.3 pies a 2.9 pies sobre el promedio en los últimos 100 años por dos razones principales; derretimiento de las capas polares y la expansión termal. ¿Qué esperaríamos en nuestros estuarios bajo este escenario? Primeramente, se vería afectado el balance entre el agua dulce y el agua salada que se mezcla para formar el estuario. Por ejemplo, el agua salada penetraría hacia la costa incluyendo la desembocadura de los cuerpos de agua dulce. Por lo que esperaríamos una migración de zona de transición del estuario aguas arribas. Por otro lado, los aportes de agua dulce al estuario pueden aumentar a consecuencia del aumento en las descargas de agua de los ríos y quebradas por un aumento en la precipitación; pues al calentarse el planeta habría más humedad en la atmósfera para formar lluvia. Bajo este escenario no debe desaparecer el estuario si no que se observarían cambios en la dinámica hidrológica de estos. Ahora bien, los estuarios en Puerto Rico contienen ecosistemas asociados como son los bosques de mangle, los humedales herbáceos y las praderas yerbas marinas. Los humedales herbáceos costeros pueden desaparecer pues al ser ecosistemas de agua dulce no toleran las salinidades promedios del mar. El efecto en los bosques de mangle va a depender de la velocidad que ocurra este aumento en el nivel del mar. Si ocurre rápidamente es posible que no le de tiempo al manglar para adaptarse, se inunden y desaparezcan. Por el contrario, si ocurre pausadamente es posible que el manglar se ajuste al cambio al crecer a la par con el aumento en el nivel del mar. En unas áreas podría desaparecer el bosque de mangle, sin embargo en otras aumentaría porque se crearían nuevas zonas inundadas favorables para el establecimiento de estos ecosistemas. De hecho, en aquellas áreas donde desaparece el bosque de mangle por inundación pueden establecerse comunidades acuáticas como las praderas de yerbas marinas. Sin embargo, éstas se pueden ver afectadas porque no toleran temperaturas altas sostenidas de 35 grados C pues a esta temperatura se ve afectado su crecimiento y reproducción. No obstante, todos los organismos marinos asociados a los estuarios sufrirían un impacto directo porque son muy susceptibles a los aumentos de temperatura. Éstos al vivir en aguas tropicales cálidas viven cerca de los límites de tolerancia en temperatura lo que un aumento sostenido los llevaría a un choque fisiológico. Existen otras amenazas que afectarían los estuarios y las comunidades marinas asociadas a éstos como consecuencia del calentamiento del planeta. Uno es el aumento esperado en la frecuencia e intensidad de los huracanes, los cuales pueden ser muy destructivos. Otra es la acidificación de los océanos por el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera. La realidad es que la respuesta de los estuarios y sus comunidades ecológicas a los efectos del calentamiento global puede ser una compleja y hasta impredecible.