Arte El impresionismo está de moda Tres meses atrás cerraba en París la exposición “Moda e Impresionismo”, luego de batir récords de asistencia. Ahora, el Museo Christian Dior ofrece la muestra “Impressions Dior”, que grafica los profundos lazos del célebre modisto con este periodo de la pintura. © LAZIZ HAMANI. Por: Florencia Sañudo Rosas Espumosas, de Auguste Renoir, 1890. Museo d’Orsay. Vestido de tarde Rosade; Francia. Alta costura primavera-verano 1956. E n 1928, antes de dedicarse a la moda, Christian Dior abrió una galería de arte en la cual exponía las obras de artistas de avant-garde como Picasso, Miró, Matisse, Dalí, Calder y Giacometti. Como todo joven moderno, Dior admiraba el trabajo de los creadores contemporáneos, muchos de los cuales eran sus amigos, pero, íntimamente, sentía una particular fascinación por los pintores impresionistas. En efecto, si su amor por la pintura fue anterior a la que desarrollaría luego por la moda, su pasión por la naturaleza y sus colores –que compartía con los impresionistas– fue la fuente primera que alimentaría a ambos. Probablemente, esa pasión surgió en su infancia, en la villa Les Rhumbs, la hermosa casa familiar de Granville, Normandía, con su espectacular vista sobre el mar y su no menos maravilloso jardín ‘a la inglesa’. Hoy en día es uno de los raros jardines de principios del siglo XX que sobreviven perfectamente conservados. Allí, de pequeño, dejaba perder su mirada en el romántico entorno y creaba vestuarios imaginarios para el cine o el teatro. A lo largo de su carrera, este universo idílico sería una constante fuente de inspiración. De esta casa, él dirá en su autobiografía Christian Dior et Moi: “De la casa de infancia guardo el recuerdo más tierno y maravillado. ¿Qué digo? Mi vida, mi estilo, deben casi todo a su situación y su arquitectura…”. 3 Vestido alta costura primavera-verano 1953, línea Tulipán. Tupilanes, acuarela, Berthe Morisot, 1890, Museo Marmottan, París. 252 253 © LORD SNOWDON Christian Dior en su jardín en Montaroux Modelos inspirados por Monet, Renoir y Seurat. otoño-invierno 2007, John Galliano. 3 El New Look y la ‘mujer flor’ En 1934 su vida de galerista se detuvo abruptamente. La crisis de 1929 ya había arruinado a su familia, que se vio obligada a vender Les Rhumbs a la municipalidad, la cual, años después, la convertiría en el museo Christian Dior. Los negocios se hicieron difíciles, prácticamente imposibles. Él enfermó de tuberculosis y perdió su galería, pero logró sobrevivir vendiendo sus bocetos de moda a diarios y a casas de moda. En 1938, el diseñador Robert Piguet lo contrató como diseñador, y tres años más tarde Lucien Lelong –entonces una gran casa de costura– lo nombró primer modelista. Para Dior fue el retorno al equilibrio y a una relativa prosperidad. Pero el cambio definitorio se produjo cuando el millonario Marcel Boussac se ofreció a financiarle su propia maison. El 12 de febrero 1947 tuvo lugar su primer desfile, recibido con unánime entusiasmo: se trataba del ‘new look’, el estilo que cambiaría totalmente la moda de la posguerra. Dior tenía 42 años y podía, por fin, sacar provecho a su imaginación. La nueva y revolucionaria colección pasó a la historia como “New Look”, aunque Dior la había concebido en dos partes a las que había llamado, más humildemente, “Corola” y “Ocho”, por sus formas sinuosas. “Siendo natural y sincero uno puede, a menudo, crear revoluciones sin haberlo buscado”, diría luego. En efecto su ‘new look’ era todo curvas, como la propia naturaleza, con faldas muy amplias o muy angostas, inspiradas tanto en la corola de una flor como en su tallo, de allí lo que se conocería como su mujerflor. Dior exploraba ya entonces, y lo seguiría haciendo, todas las posibilidades que ofrecían esas líneas, incluso reinterpretando la moda del tiempo de los impresionistas, como los vestidos de crinolinas de Desayuno en el Parque, de Claude Monet, o las abultadas vestimentas de las paseantes de Un Domingo por la Tarde en 3 la Isla de la Grande Jatte, de Georges Seurat. 254 Tres Mujeres con Sombrillas, de Marie Braquemond, Museo d’Orsay, París. Vestido alta costura otoñoinvierno 2012, Raf Simmons. © LAZIZ HAMANI. La muestra presenta telas de Monet, Degas Renoir y Berthe Morisot, a las que enfrenta con modelos inspirados –directa o indirectamente– en ellas. 3 Impressions Dior forma parte del segundo Festival Normandía Estudio de Cielo, Edgar Degas, 1890. Museo d’Orsay; París. © MUSEO CHRISTIAN DIOR. La pérgola del jardín de Les Rhumbs, en Granville. Vestido de alta costura, línea Vuelo. 256 Impresionista, que incluye cuatro exposiciones temáticas de diferentes artistas impresionistas y cinco de fotografías. Gracias a los préstamos excepcionales del Museo d’Orsay, del Museo Marmottan y de coleccionistas privados, la muestra presenta telas de Monet, Degas, Renoir o Berthe Morisot, a las que enfrenta con modelos inspirados –directa o indirectamente– en ellas, destacando así los lazos estéticos entre el arte impresionista y la alta costura y su relación a través de los temas que les son comunes: la naturaleza, la imagen de la mujer, el juego de luces, la paleta de colores, la noción de movimiento. Una relación tan profunda que no solo impregnó la propia creatividad de Dior sino también la de sus sucesores, de Yves Saint Laurent a Raf Simons. ¿Pintor frustrado? Christian Dior falleció a los 52 años, tras apenas diez años a la cabeza de la casa que lleva su nombre. Le sucedió el jovencísimo Yves Saint-Laurent, de apenas 21 años, un fabuloso creador con un gusto muy afirmado quien dejó Dior para fundar su propia casa en 1961. Entre esa fecha y 1997 solo dos hombres llevaron las riendas de la Maison Dior, Marc Bohan primero y Gianfranco Ferré después, un periodo relativamente ‘clásico’ que se vería totalmente conmocionado con la llegada del británico John Galliano. ¿Tenían ellos menos relación con el arte? “Todos los directores artísticos que se sucedieron en la Maison Dior mantuvieron una estrecha relación entre el arte y la costura. Todos fueron hombres muy cultivados, bañados en el mundo del arte y grandes coleccionistas. Pienso en Yves Saint Laurent, pero también en Marc Bohan”, dice Florence Muller, historiadora de la moda y curadora de la muestra. Finalmente, esa pasión de Christian Dior por el arte quizá escondía su propia frustración de no haberse dedicado a la pintura. “No, él estaba satisfecho con su arte, no se sentía frustrado. ‘Amo demasiado la pintura para practicarla yo mismo’, solía decir”, señala Muller. M Impressions Dior, hasta el 4 de septiembre de 2013, Museo Christian Dior, Granville, Francia.