NOTAS CRITICAS A CELSO Y RUFO DE ÉFESO CELS. 2.18.2 Marx, At minime intus uitiantur panis sine fermento, aues et eae potius duriores, duri pisces: neque solum aurata tuta aut sparus, sed etiam lolligo, locusta, polypus. Las ediciones modernas de Celso son injustificadamente conservadoras al mantener en sus textos las lecturas puta (Mss. FV), solución de C. Daremberg (A Cornelii Celsi de medicina libri octo, 2." ed., Lipsiae, 1891), y tuta (J), que es la adoptada por F. Marx (A. Cornelii Celsi quae supersunt, Lipsiae et Berolini, 1915) y por W. G. Spencer (Celsus de medicina, London, 1971 = 1935), ambas igualmente ininteligibles, llegando el último de los editores citados a la incoherencia de traducir «for instancem. Es indudable que nos acercaríamos al original con sólo aceptar que estamos ante la corrupción de un ictiónimo, en busca de un equilibrio sugerido por la distribución tripartita del segundo miembro de la correlación. De este supuesto surge inevitablemente la conjetura oculata (cf. D'A. W. THOMPSON, A Glossary of Greek Fishes, London, Le vocabulaire 1947, págs. 159-160, 192; E. DE SAINT-DENIS, des animaux marins en latin classique, Paris, 1947, pág. 76) sacar de 2.18.7, deinde ii qui, quamuis teneriores, tamen duri sunt, ut aurata, coruus, sparus, oculata... La íntima conexión de ambos textos satisface plenamente las exigencias de probabilidad interna. R A M ~ NBALTAR VELOSO RVF. podagr. 1 Mmlan, Statim ergo neque nimis ledit neque male habet; mox autem iterum adque iterum fuerit regressus dolor, amplius infusos inuenies articulas, et non est jam facile curare. Et quia ad magnitudinern ciborum feruntur maxime et pessimos utuntur cibos, talia incurrunt. La lectura quia, que es la del único manuscrito conocido y la aceptada por las ediciones de E. Littré - E. Ruelle (en CH. DAREMBERG, íEuvres de Rufus d'Éphese, París, 1879, págs. 247-290) y la más moderna de H. Mm-land (Rufus de podagra, Symbolae Osloenses Fasc. Supplet. VI, Osloae, 1933), no parece responder al pensamiento del autor del original griego ni encontramos razones para atribuirla a impericia del traductor. No creemos, en efecto, que pueda confirmarse que Rufo tratara de establecer una rigurosa relación etiológica entre los hábitos de nutrición y la presencia de dolencias artríticas (cf. CAEL. AVR. chron. 5. 2.29 Drabkin, sunt enim harum passionum antecedentes causae uariae, ut uinolentia, frigus profundum, cruditatio, libido uenerea, labor immodicus, uel repentina desertio solitae exercitationh...uidetur praeterea plurimis antiquis medicis etiam genuino cursu i n posteros migrare cum semine, et propterea succedentes inuadere) y mucho menos todavía que pensara en un signum de las mismas (cf. cap. 2; CAEL. AVR. chron. 5.2.30-35). Con certeza la afirmación ha de limitarse a su contexto más inmediato y su sentido ha de ser menos comprometedor: el exceso y la indiscriminación en la ingestión de alimentos favorecen el recrudecimiento de la enfermedad una vez que ésta se ha declarado, un hecho de observación que estaba al alcance de los médicos antiguos (cf. CAEL. AVR. chron. 5.2.35, adiuuante etiam intemperantia, qua cum saepe concipi passio perspicitur). Se ajustaría a este sentido leer qui; un descuido del copista convirtió qui ad en quia ad, un sencillo ejemplo de corrupción de naturaleza ditográfica NOTAS CR~TICAS A CELSO Y RUFO 421 pero de notables repercusiones en el significado. A falta de manuscritos que aporten nuevos elementos de crítica, una conjetura puede resultar más digna del autor que la corrupción. Podagr. 2 M~rland,Si ergo articulus alicui indoluerit, interrogandus est si non percussit alicubi Zocum qui dolet. Quod si negauerit, abstinendus est mox a cibis, et clysteris est adhibendus, et uena est incidenda non longinquo. Haec jubeo fieri. Dieta autem, quamquidem a cibis est abstinendus, ut non ex ipsis plus generetur sanguis et pigriora fiant articula. Clysteris ut adhibeatur iubemus, quia euacuationem fieri expedit uentri. Et utile est lncidere uena... Quisiera llamar la atención sobre lo que considero una alteración del original en el único manuscrito conocido de la traducción latina del tratado, hoy perdido, que sobre la podagra escribió en griego Rufo de Éfeso y que ha pasado desapercibida a los editores E. Littré- Ch. E. Ruelle (en CH. DAREMBERG - CH. E. RUELLE, CEuvres de Rufus dJÉph&se, París, 1879, págs. 247-290) y H. M~rland(Rufus de podagra, Symbolae Osloenses Fasc. Supplet. VI, Osloae, 1933). En efecto, en el texto transmitido dieta queda, a mi entender, descolgada en la secuencia sintáctica al tiempo que autem, que es traducción de la partícula 66, no coincide aquí con el sentido que se le atribuye (cf. H. M~RLAND, Die Zateinischen Oribasiusiibersetzungen, Symbolae Osloenses Fasc. Supplet. V, Osloae, 1932, pág. 158). Por una corrupción que tuvo su origen en las confusiones que provocaba el uso del verbo utor entre los copistas medievales, utantur -que es justamente lo que sugiero como lectura a restituir- se convirtió con toda probabilidad en utent (cf. cap. 1, et pessimos utent cibos del Ms. frente a utunt y utuntur de los editores citados). De dieta utent a dieta autem mediaba un corto camino que efectivamente recorrió un copista que tenía inclinación a cometer errores 424 R A M ~ NBALTAR VELOS0 págs. 36-37); en todo caso permitiría conocer con mayor detalle las técnicas empleadas, una pauta imprescindible a la hora de proponer restauraciones puramente conjeturales. Por otra parte, explicaciones como la propuesta restan fuerza a la idea de esquemas inflexibles en crítica textual. Parece, pues, que no hay nada que indique que odilcon sea una corrupción posterior, sino más bien un desliz imputable a las condiciones en que se desarrollaba el trabajo de los hombres de Ravenna, y como tal debe de seguir en el texto. Incidentalmente, tal vez el engarce entre los dos primeros párrafos estaría sintácticamente más logrado y el sentido más claro si leyéramos habent (es), un error de naturaleza lipográfica (cf. F. W. HALL,A companion..., págs. 190-191) a los que era dado el copista, como veremos inmediatamente. Un punto en el que disiento radicalmente es en el del tratamiento que recibe merola que, como ya advirtió Littré, está fuera de sitio por ser el nombre latino correspondiente a gr. ~óooucpoq (cf. D'A. W. THOMPSON, A glossary ..., pág. 128); dicho de otra manera, es una glosa -probablemente marginal- insertada en el texto , introduction to Latin sin acierto (cf. W. M. L I ~ S A YAn textual emendation, based on the text of Plautus, London, 1896, pág. 54. Más ajustada es la glosa paralela en ORIBAS. syn. 4.1 La cuttifus, merolus). No hay, pues, por qué dudar en relegarla definitivamente al aparato crítico, ya que, como hemos visto, si el traductor hubiera conocido el término latino no hubiera, a buen seguro, transliterado el nombre griego. Para terminar, no existió en latín, que yo sepa, ningún crustáceo cari. Littré-Ruelle propone gari -lectura que engañó a D'A. W. Thompson (pág. 43)- que es también inadecuada, ya que garus no existió como nombre de pez por mucho que se esfuerce Plinio (cf. E. DE SAINT-DENIS, Le vocabulaire..., pág. 40); y de haber existido no podría esperarse como ejemplo de crustáceo. Me parece lo más NOTAS CRÍTICAS A CELSO Y RUFO 425 probable proponer car(ab)i (cf. D'A. W . THOMPSON, A glossayy.. ., págs. 102-103; E. DE SAINT-DENIS,Le vocabulaire.. ., págs. 18-19), otra lipografía a añadir a cap. 8 uaribus del Ms. restituido a uaporibus por los editores.