Poder Judicial de la Nación Neuquén, 17 de febrero de 2012. AUTOS Y VISTOS: Para resolver sobre la competencia atribuida a este caratulados: Tribunal “PADUA para RICARDO conocer HORACIO en C/ los presentes ESTADO NACIONAL (MINISTERIO DE DEFENSA) S/ ORDINARIO”, Expte. Nº 413, Folio 356, Año 2011; y CONSIDERANDO: 1) Que a fs. 9/12 comparecen los apoderados del Sr. Ricardo Horacio Padua, ante el Juzgado Federal de Catamarca a promover demanda contra el Estado Nacional – Ministerio de Defensa – Ejercito Argentino, con domicilio en Azopardo 250 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fin de impugnar la Disposición del Estado Mayor General del ejercito emitida por el Sr. Jefe –Dpto. V.V.G. – Dir VGM-Dir. Bien–EMGE-Coronel VGM (art. 62) Hector Enrique USO OFICIAL Perez Torillo de fecha 11 de mayo de 2011. Mencionan que, en dicho acto resolutorio la demandada deniega el reclamo administrativo formulado por su mandante tendiente beneficiario de modificatorias a lo Leyes ser reconocido establecido 24.343, como en 24.652, excombatiente la Ley 24.892 y y 23848 y Decreto N° 886/05 y Ley 22.874, por su participación en el conflicto Bélico del Atlántico Sur. 2) Atendiendo a que el actor se domicilia en la ciudad de Neuquén, aquel juzgado declaró de oficio su incompetencia para entender en el trámite a fs. 15, decisión fundada en el dictamen en igual sentido del Ministerio Público Fiscal glosado a fs. 15 en el que se evalúa que el asunto debe ser decidido por Justicia Federal de la jurisdicción del domicilio real del demandante, y que el sólo hecho de haber circunstancias cumplido de tiempo el y servicio lugar militar referenciados, en no las puede condicionar a la plena intervención de esa jurisdicción. 3) Recibidas las actuaciones, se confirió vista a la Sra. Fiscal Federal Subrogante para que se pronuncie sobre la competencia atribuida, quien estimó a fs. 18 que correspondía admitir la declinatoria y asumir el conocimiento de la causa, ya que por un lado, en en atención a la calidad de la persona demandada –Estado Nacional (Ministerio de Defensa)- resulta competente la justicia de excepción. Agregó respecto a la competencia territorial de este Juzgado, que la obligación en cuestión tendrá efectos en el domicilio del actor, por lo que es de aplicación la regla del art. 5 inc. 3 CPCyCN, sin que rija la veda del art. fine 4 in del CPCyC por no tratarse de un asunto exclusivamente patrimonial. 4) Llegados los autos a despacho para resolver y puesta a hacerlo, advierto necesario definir inicialmente cuál es la norma que regula la controversia que genera la acción para determinar así las reglas de competencia que se aplicarán para dilucidar el Juez que debe conocer en él. En este sentido, la Sra. Fiscal Federal Subrogante ha propuesto previsiones que la del decisión art. 5 sea inc. adoptada 3 del a luz CPCyC, de las aunque contradictoriamente, sostiene que ello es así por cuanto la obligación “tendrá sus efectos en el domicilio del actor”, parámetro éste -lugar de residencia del actor- que no es utilizado por la norma citada, que en cambio, alude al lugar en el cual las partes establecieron expresa o tácitamente que la obligación debía ser cumplida, y en su defecto, el del lugar del domicilio del demandado o “lugar del contrato” siempre que el demandado se encuentre en él, aunque sea accidentalmente, al momento de la notificación. La norma atiende, entonces, a las acciones personales derivadas de relaciones contractuales -únicas en las cuales es posible referirse al lugar de celebración del contrato- y es a mi juicio por completo ajena al supuesto en examen, pues no se ha alegado que hubiese mediado una vinculación convencional entre el accionante y el Ejército Argentino. Por el contrario, se menciona a fs. 6 que el demandante “fue afectado a prestar el servicio militar obligatorio” en el Regimiento con asiento en la ciudad de Catamarca. El carácter obligatorio de la convocatoria excluye la presencia del consentimiento propia de los contratos. Descarto entonces que el caso quede regido por el art. 5 inc. 3 del CPCyC. En su inciso 4 el mismo art. 5 del CPCyC fija la regla para dilucidar la competencia territorial cuando la acción personal deriva de un delito o cuasidelito (es decir, cuando ingresamos al régimen de tenemos que la responsabilidad extracontractual). Ello sentado, a los efectos de Poder Judicial de la Nación dilucidar las cuestiones de competencia, es preciso atender, de modo principal, a la exposición de los hechos que el actor efectúa en la demanda, debiendo también examinarse el origen de la acción y la naturaleza de la relación de derecho existente entre las partes. (Del dictamen de la Procuradora Fiscal subrogante que la Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo suyo el 15/08/2006 en “Clavellino, Pablo A. C. c. Policía Federal” • La Ley Online). De acuerdo al relato que se formula en el escrito inicial, el actor reclama del Estado Nacional el reconocimiento de un estado jurídico -“Veteranos de Guerra”a efectos de gozar de los beneficios que la ley concede a quienes se encuentran así considerados. De modo que de acuerdo al relato de los hechos expuesto en la demanda, USO OFICIAL estableció entre ningún vínculo convencional se las partes, sino que la obligación cuyo cumplimiento se reclama tendría base legal, proveniente del art. 1 del Decreto 509/88 -reglamentario de la ley 23.109-, norma según la cual “A los efectos de la aplicación de la Ley Nº 23.109 se considerará Veterano de Guerra a los exsoldados conscriptos que desde el 2 de abril al 14 de junio de 1982 participaron en las acciones bélicas desarrolladas en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, cuya jurisdicción fuera determinada el 7 de abril de dicho año y que abarcaba la plataforma continental, las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS Y SANDWICH DEL SUR y el espacio aéreo correspondiente. Cada Fuerza Armada asignará, según sus registros, la calificación de Veterano de Guerra. La certificación de esta condición será efectuada solamente por el MINISTERIO DE DEFENSA y por los organismos específicos de las Fuerzas Armadas.” Coincido entonces con la representante del Ministerio Público Fiscal en cuanto a la naturaleza personal de la acción ejercida, más no en cuanto al encuadre que del caso hiciera en el inciso 3 del art. 5 del CPCyC. Es que si bien el art. 5 aludido no contiene una previsión específicamente aplicable a las obligaciones (derechos personales) nacidos de una causa fuente diversa de los contratos (inc. 3) o de los hechos ilícitos (inc. 4), sabido es que en el sistema dual de responsabilidad civil vigente Código todavía Civil, en la nuestro línea país merced divisoria al entre art. el 1107 régimen del de responsabilidad contractual y aquiliano es la existencia o no del convenio previo que configure la causa fuente de la obligación en cuestión, aplicándose las normas del sistema aquiliano (o extracontractual) a toda obligación nacida de una fuente diversa de la convención o acuerdo bilateral -tal el caso específico de las provenientes de manera directa de la ley-. Este sería el supuesto que nos convoca. Habiendo la obligación nacido en forma directa de la ley (art. 1 del Decreto 509/88), no es posible a mi juicio asimilar la situación a la de aquéllas hipótesis en que la deuda proviene de un acuerdo previo celebrado entre las partes, sino a la de aquellas otras en que el débito nace de los delitos o cuasidelitos -también en este caso la obligación nace, en definitiva, de la ley (art. 1109 o 1113 del Código Civil, entre muchos otros)-, pues con estas últimas comparte además su régimen legal sustancial. Y así, cualquier eventual incumplimiento del Estado Nacional será sometido, en su caso, a las mismas reglas de resarcimiento que las aplicables a un daño provocado por un delito o cuasidelito, o a un abuso de derecho, etc. Así las cosas, será juez territorialmente competente para conocer en el asunto “el del lugar del hecho o el del domicilio del demandado, a elección del actor” (inc. 4), coincidiendo en el caso ambos extremos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la que el acto administrativo objetado fue dictado. Allí reside igualmente el Estado Nacional demandado. Sin actuaciones embargo, al juez no en estimo lo procedente contencioso girar las administrativo competente en esa jurisdicción, sino, atento a la atribución de competencias efectuada por el juez que previno, trabar con aquél la contienda negativa de competencia. Es que conforme lo señalara reiteradamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación la correcta traba de las contiendas de competencia exige una atribución recíproca (Fallos de los jueces que debaten 331: 752), para lo cual necesariamente es menester devolver las actuaciones al juez que previno sin involucrar a un tercer juez ajeno a la controversia. Para finalizar, sólo cabe añadir a lo expuesto que el contenido de la pretensión torna inaplicable la veda del Poder Judicial de la Nación art. 4 in fine del CPCyC, por no resultar aquél de contenido exclusivamente patrimonial -aún cuando indirectamente y de manera indudable, lo que se decida traerá aparejadas diversas consecuencias patrimoniales en el futuro-. Ello, en tanto en la ocasión sólo se demanda el reconocimiento de un status jurídico. Por ello, RESUELVO: NO ACEPTAR LA COMPETENCIA atribuida por el Juzgado Federal de Primera Instancia de Catamarca a este Juzgado Federal Nº 1 de Primera Instancia de Neuquén para entender en los presentes caratulados: “PADUA RICARDO HORACIO C/ ESTADO NACIONAL (MINISTERIO DE DEFENSA) S/ ORDINARIO”, remitiendo las presentes actuaciones al Juzgado de origen para hacerle saber lo decidido e invitarlo, en caso de mantener su posición, a que eleve las actuaciones a la Excma. USO OFICIAL Cámara Federal de su jurisdicción (art. 24 inc. 7 del Decreto Ley 1285/58) para que dirima el conflicto negativo de competencia trabado. A tal fin, líbrese oficio de estilo. Regístrese y notifíquese. Al escrito que antecede: Por presentado, por parte y con domicilio constituido en el radio del Tribunal. Concédase las actuaciones en préstamo peticionante por el plazo de UN (1) día y bajo constancia. al