Clonación humana: oportunidades y riesgos Introducción En el año 2001 se obtuvo del primer embrión clónico humano. Desde entonces, ha habido numerosos debates en los que se pronuncian expertos, políticos, periodistas y representantes religiosos. Es de esperarse, ya que aspectos tales como la identidad del ser humano, la procreación, el deseo de inmortalidad, la salud, la calidad de vida, la ética o las convicciones religiosas están de por medio. Es inminente la posibilidad de clonar seres humanos por lo que es importante informar, en términos sencillos, sobre los conceptos básicos en el tema de la clonación humana y propiciar la reflexión sobre algunas de sus implicaciones éticas y sociales. Desarrollo ¿En qué consiste la clonación? El término clon procede del griego “klon” que significa esqueje. Clones son organismos de idéntica constitución genética procedentes de un único individuo mediante multiplicación asexual, siendo a su vez iguales a él. La clonación es entonces el proceso de producción de clones. En la naturaleza se producen de forma natural y esporádica clones de animales superiores (es el caso de los gemelos monocigóticos). El hecho de que dos clones sean genéticamente idénticos, no significa que sean idénticos en todas sus manifestaciones. El medio ambiente natural y cultural es determinante para generar diferencias entre ellos (un clon de Einstein no tendría el mismo coeficiente intelectual, personalidad y carácter que el Einstein original). Es así que la inteligencia, el carácter y la personalidad de un ser humano son consecuencia no sólo de sus genes sino también, y en una proporción nada desdeñable, del medio ambiente en el que este desarrolla. Por lo tanto, dos clones nunca serán completamente idénticos. Tipos y técnicas de clonación Existen dos modalidades de clonación: clonación reproductiva y la terapéutica o celular. La clonación reproductiva está dirigida al nacimiento de individuos completos genéticamente idénticos. La clonación se limita a la fase celular y tiene como principal finalidad la obtención de las denominadas células madres, mismas que se podrían utilizar para tratar a pacientes con una gran variedad de enfermedades sin problemas de rechazo. La técnica de clonación más relevante y prometedora es la de transferencia nuclear. Dicha técnica consiste en sustituir el núcleo de un óvulo, por el núcleo de una célula, provocar el desarrollo del embrión e implantarlo en un útero, de manera que después del proceso de gestación nazca un individuo que es genéticamente idéntico al individuo que donó el núcleo. Este conocimiento se utilizó en 1997 para obtener a la oveja Dolly. Posteriormente se obtuvieron clones de ratones y clones de los clones. Los pasos seguidos son comunes a los dos tipos de clonación, la reproductiva y la terapéutica, solamente que en la clonación reproductiva, hay implantación en el útero de una madre receptiva mientras que en la terapéutica, se deja desarrollar al embrión durante cuatro o cinco días, de manera que el óvulo inicial se transforma en una bola de células 100-200 denominada blastocito, que contiene en su interior células madre utilizables. El éxito de la clonación reproductiva depende de muchos factores muchos de los cuales no se controlan bien. Esta es la razón por la que el porcentaje de intentos fallidos en la generación de clones viables es muy alto. Clonación humana: estado de la cuestión Ya se ha anunciado la obtención de un embrión humano clonado por transferencia del núcleo Debido a esto, se ha reanimado un debate sobre los aspectos éticos de la clonación humana en sus dos variantes, la reproductiva y la terapéutica, y sus implicaciones económicas, sociales y políticas. La clonación terapéutica es la que cuenta con más partidarios, entre ellos la mayor parte de la comunidad científica, siendo el argumento principal a su favor es que servirá para avanzar en el tratamiento de numerosas dolencias y enfermedades. La clonación reproductiva, se ha justificado como una expresión de la libertad reproductiva individual que no debe estar limitada por la legislación. Sin embargo, es clara la inutilidad e inconveniencia de dicha clonación. La primera razón de peso que la desaconseja desde muchos puntos de vista se refiere al carácter experimental de las técnicas empleadas y al elevado riesgo de fracasos y de seres humanos defectuosos; además, de ser legal, la clonación reproductiva pasaría a convertirse en un acto más de consumo por lo que se produce un conflicto de derechos individuales Por otro lado, desde una perspectiva religiosa la posición común es de rechazo. Para la mayoría de las confesiones religiosas, la vida humana es única y especial y sólo puede ser creada, determinada o controlada por sus deidades correspondientes. Esto les lleva a oponerse, sobre todo en el tema del alma humana. En este aspecto la posición más extrema y heterodoxa es la que presenta el culto religioso de los raelianos. Últimamente se han desarrollado legislaciones que prohíben la clonación reproductiva pero que dejan abierta vías para la clonación terapéutica. Sin embargo, la clonación humana es un delito en muchos países. El vacío legal es el que ha permitido llevar a cabo más experimentos en términos de clonación. Conclusión La clonación humana es un hecho inminente. Sin embargo, existen demasiadas limitaciones de la técnica de cara a su viabilidad. Pero que estas limitaciones se superen es cuestión de tiempo y llegado ese momento nada podrá impedir que se practique. La sociedad basada en los principios de democracia y respeto a la libertad individual, han resuelto el dilema de la clonación humana a través del debate democrático y del análisis ético. La universidad y las sociedades científicas tienen en este sentido un papel, una función que cumplir: promover la apertura de la sociedad hacia los cambios tecnológicos que ya estamos experimentando, informando de sus beneficios y peligros potenciales pero sobre todo estimulando el pensamiento crítico, científico y humanista. Clonación humana: oportunidades y riesgos Por: Yatziry Govea