El agua cubre las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, distribuida entre los océanos, la atmósfera, los casquetes polares y las aguas continentales. El agua tiene un papel fundamental como motor de la actividad biológica en nuestro planeta. De forma muy similar a como lo hacen las plantas, los océanos de nuestro planeta también absorben parte del abundante dióxido de carbono de la atmósfera, ayudando directamente a descender los niveles de temperatura. Por otra parte, durante la noche, los océanos también emiten el calor que absorbieron de la luz solar durante el día, aumentando los niveles de temperatura en las zonas circundantes. De esta manera, los ciclos de absorción y emisión de calor por parte de los océanos se desarrolla de forma constante y, considerando el porcentaje de la superficie de la Tierra cubierta de océanos, este ciclo regula la temperatura del planeta de forma excepcional. la formación de las nubes y el enfriamiento que éstas proporcionan a su alrededor, también está relacionado con las emisiones oceánicas, ya que desde los océanos se emiten nubes de vapor de agua, cumpliendo con los propios ciclos del agua. Entonces, la temperatura de los océanos afecta considerablemente la temperatura del aire produciendo un efecto regulador del clima.. A medida que el cambio climático y el calentamiento global avanzan, la temperatura de nuestro planeta aumenta cada vez más. Aunque los océanos lo hacen de forma más lenta que el resto del ambiente, también lo hacen y un aumento de apenas 1 ºC tendría consecuencias más que significantes. La temperatura de los océanos aumenta como consecuencia del calentamiento global. Los seres humanos y el desarrollo de sus actividades (tanto naturales como artificiales) emiten grandes cantidades de dióxido de carbono en forma constante. El dióxido de carbono (CO2) es un gas compuesto, que en conjunto con otros gases de la atmósfera de nuestro planeta, provoca el efecto invernadero. Este efecto consta de un proceso en el que la conjunción de dichos gases retiene parte de la energía que la Tierra emite luego de recibir el calor de la radiación solar. A causa de su elevado calor específico, el agua absorbe y cede el calor más lentamente que la tierra. Se puede observar que de noche, en la playa, la arena está fría mientras que el agua mantiene el calor absorbido durante el día. Esa es la causa de que las zonas costeras tengan un clima más suave, mientras que las del interior poseen unas temperaturas más extremadas, entre la noche y el día o entre las estaciones del año. Las grandes masas de agua, mares y océanos, actúan como termostatos gigantescos que regulan las temperaturas del planeta. Los fenómenos atmosféricos y la rotación del planeta hacen que las corrientes marinas del hemisferio norte giren en el sentido de las agujas del reloj, mientras que en el hemisferio sur lo hacen a la inversa. Hay corrientes que tienen su origen en zonas cálidas donde absorben gran cantidad de calor y que al llegar a áreas más frías hacen que el clima sea más suave. Las corrientes de agua helada también ocasionan cambios en el clima haciendo que los inviernos sean más fríos. Ésta es la causa por la que poblaciones costeras de una misma latitud tienen temperaturas tan diferentes. las aguas superficiales son un componente del llamado ciclo hidrológico. Éste se desarrolla en tres etapas en las cuales el agua del mar pasa a la atmósfera por evaporación, donde se condensa y posteriormente se precipita sobre la superficie de la tierra. Desde ésta, mediante escorrentía, superficial o subterránea, llegará al mar para volver a ser evaporada reiniciando, de esta manera, el ciclo. Las tres fases claves en el ciclo hidrológico son: Evaporación. Tiene lugar en la superficie del mar, especialmente en las zonas cálidas. Esta agua en forma de gas, vapor, pasa a la atmósfera originando la formación de nubes que serán las responsables de la precipitación. Los factores que afectan a la velocidad de evaporación son la rapidez con la que se proporciona calor a un líquido, la agitación a la que se somete a éste para llevar moléculas a la superficie y que tengan la suficiente energía para escapar y la velocidad a la cual se renueva el vapor que se halla encima del líquido. La evapotranspiración de los seres vivos, principalmente las grandes masas forestales, que también aportan vapor de agua a la atmósfera. La energía requerida para convertir el agua líquida en vapor de agua proviene en última instancia del Sol a través de diversas fuentes. La energía de la evapotranspiración puede provenir de la transferencia de calor, ya sea del aire caliente a la planta fría o a la superficie del terreno; pero la principal fuente de energía es la radiación neta. Precipitación. El aire cargado de vapor asciende a las capas frías de la atmósfera, a 20ºC y 30ºC bajo cero, donde se producirá el efecto de condensación. Aparecerán pequeños cristales de hielo, gotas de agua muy fría, y vapor de agua. Escorrentía. La precipitación sobre la superficie de la tierra seguirá diferentes caminos antes de volver al inicio del ciclo. Una parte del agua será aprovechada por los seres vivos, vegetales y animales. Otra parte va a parar al mar por medio de la escorrentía superficial, que puede trascurrir por lechos formados en el transcurso del tiempo como los ríos o los torrentes. En este camino hacia el mar se produce una filtración hacia el subsuelo formando escorrentía subterránea.