UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE CASAS DE ACOGIDA ORIENTACIONES TÉCNICAS PARA LA INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL CON MUJERES 2012 WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE ORIENTACIONES TÉCNICAS PARA LA INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL CON MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR POR PARTE DE SU PAREJA INTRODUCCIÓN El problema de la violencia contra la mujer constituye una preocupación de relevancia para el Estado de Chile. En este marco, la creación del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) a partir del año 1991, ha contribuido en forma sustancial a promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, disminuir las brechas, fomentar la equidad de género y luchar contra toda discriminación o violación de derechos de las mujeres. Nunca se podrá hablar de igualdad de género si es que las mujeres reciben maltrato, como lo es el caso de la violencia intrafamiliar. Las acciones del Estado han sido significativas en la instalación de respuestas para las mujeres que han sufrido violencia. Algunos de los logros de estos últimos años son las modificaciones de la ley de violencia intrafamiliar, la apertura de Centros de la Mujer y Casas de Acogida en todo el país, la instalación de un Programa de Violencia Intrafamiliar en la Atención Primaria de Salud, la inclusión de la violencia doméstica como factor de riesgo en las políticas de seguridad ciudadana, la promulgación de la Ley de Femicidio. A partir de enero del 2011, se incorpora la línea de intervención con hombres que ejercen violencia, a fin de abarcar de manera integral el problema de la violencia contra la mujer en el contexto de la familia y la pareja. Con estas acciones se puede demostrar que en Chile se ha ido paulatinamente configurando la violencia en las relaciones familiares como un problema de política pública y como una forma de abuso penalizada por las leyes y por la sociedad. Pese a los avances, la violencia contra la mujer continúa existiendo en porcentajes altos en Chile. Es por esto que el Estado tiene el compromiso de salvaguardar los principios de libertad e igualdad y la erradicación de todas las formas de discriminación. Dicho planteamiento es concordante con los acuerdos internacionales que ha suscrito nuestro país en la materia. El Derecho Internacional ha consignado la obligación de los Estados de abordar la violencia contra las mujeres otorgando soluciones integrales para la atención y protección de las víctimas. Una de las acciones específicas ha sido la de implementar refugios seguros para este fin. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, conocida también como “Convención de Belem do Para”, en la letra d) de su artículo 8, establece el deber de los Estados de “suministrar los servicios especializados apropiados para la atención necesaria a la mujer objeto de violencia, por medio de entidades de los sectores público y privado, inclusive refugios, servicios de orientación para toda la familia, cuando sea del caso, y cuidado y custodia de los menores afectados”. En un sentido similar, el Comité de la CEDAW en su párrafo 24, letra k de la Recomendación General Nº 19 (“La violencia contra la mujer”, 11º período de sesiones, 1992), WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE recomendó a los Estados que “establezcan o apoyen servicios destinados a las víctimas de violencia en el hogar, violaciones, violencia sexual y otras formas de violencia contra la mujer, entre ellos refugios, el empleo de trabajadores sanitarios especialmente capacitados, rehabilitación y asesoramiento”. Cabe señalar que el Estado de Chile, a través de la labor desarrollada por el Servicio Nacional de la Mujer, ha llevado a cabo múltiples iniciativas dirigidas a otorgar a las mujeres víctimas de violencia una protección para resguardar su integridad física, sancionar a los hombres que ejercen violencia, facilitar herramientas psicosociales para la reconstrucción del proyecto de vida, brindar apoyo jurídico y psicosocial. Es en este contexto político y ético, que el gobierno de Chile y el SERNAM, definen en el 2007 la implementación de las Casas de Acogida para las mujeres en riesgo grave o vital, causa de la violencia intrafamiliar. El presente documento tiene por propósito entregar orientaciones teóricas y lineamientos estratégicos para la implementación del modelo de intervención de las “Casas de Acogida para Mujeres en Situación de Riesgo grave o vital a Causa de la VIF”. Violencia, Derechos Humanos y Perspectiva de Género La cultura está formada por los valores, las prácticas y las relaciones de poder en movimiento que configuran la vida diaria de las personas y los grupos y que se expresan en discursos y acciones concretas que dan cuenta de las visiones de mundo de cada organización social. En este entramado, el fenómeno de la violencia, aparece instalado en un sistema de creencias y valores que permite las relaciones de abuso, naturalizándolas y legitimando su utilización. La violencia de género es un fenómeno multicausado, que debe ser comprendido en un marco relacional, donde el eje organizador central es el de las relaciones abusivas de poder entre mujeres y hombres. De esta forma, la violencia es una práctica orientada, elaborada, aprendida y legitimada de quienes se sienten con más poder que otros/as, con más derechos que otros/as de controlar e intimidar a quienes se encuentran en una posición jerárquica inferior. Este sentimiento de poder se construye y se enmarca en sistemas de valores, leyes, símbolos y representaciones dentro de una estructura social, expresándose en desigualdades en los diferentes niveles individual, grupal, nacional y mundial. Las desigualdades persistentes en una sociedad son formas de organización institucionalizadas que permiten la distribución dispareja de costos y beneficios, donde se establecen como sistemas de exclusión y control, pasando a formar parte constitutiva y a menudo invisible de la organización. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE En relación al concepto de género, éste fue utilizado por primera vez en la década de los 60, especialmente por la psicología, para describir las características de la masculinidad y la feminidad, entendidas como las formas adecuadas de ser hombre y mujer. Por tanto, al ser el género una construcción biológica y social, da cuenta que es un proceso dinámico, que varía de una cultura a otra y de un momento histórico determinado a otro. La concepción de lo femenino y masculino dominante en nuestra cultura, da cuenta la valoración de lo masculino sólo en su desempeño en el ámbito público/productivo, y la significación de lo femenino, asociado al ámbito privado/reproductivo, que al no posee valor económico asociado es una desvalorización de esta construcción. Lo anterior determina los roles genéricos atribuidos a cada sexo. Esta realidad, es una de las tensiones más cruciales en torno a la cual se produce y se organiza la cultura machista, dado que naturaliza la violencia, dominación y desvalorización de un género sobre otro. En este escenario, donde la violencia está arraigada como forma de dominación y manejo de conflictos, ha ido surgiendo, la perspectiva de los derechos humanos, como un conjunto de pautas éticas con proyección jurídica, para comprometer a los Estados y resguardar las condiciones esenciales para el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos; sociales, económicos y culturales, el derecho a la paz, al desarrollo, al medio ambiente entre otros. Junto a lo anterior, se ha ido desarrollando en los últimos años, una concepción de los derechos humanos ampliada, que reconoce la especificidad de género de las personas, con lo cual comienzan a considerarse las experiencias históricas y cotidianas de las mujeres en la reformulación del contenido y los significados de los derechos humanos. Lo anterior, dado que, las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a hombres como mujeres, pero su impacto varía de acuerdo al sexo de la víctima. En este sentido, se afirma que toda violencia contra una mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Es decir, está vinculada a la desigualad de poder en las relaciones entre hombres y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es el factor de riesgo o de vulnerabilidad que se produce por el sólo hecho de ser mujer. Las características básicas de la Violencia de género que propone Alberdi y Matas son las siguientes (Alberdi y Matas 2002): Fundada en una desigualdad entre hombre y mujer derivada de un código patriarcal La violencia es una forma de violencia de una elevada invisibilidad social Se emplea como mecanismo de control y castigo sobre la mujer Genera sentimientos de culpa en quién la sufre La violencia de género suele generar una relación en que tanto el agresor como la víctima quedan atrapados: el poder, por parte del hombre y el miedo y la sumisión por parte de la mujer. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Las cuatro condiciones que se deben cumplir para que una agresión se considere violencia de género son las siguientes: El agresor: siempre es un hombre La víctima: siempre es una mujer La causa: las relaciones de poder entre los sexos por la socialización genérica (dominación del hombre y sumisión de la mujer) El Objetivo: el control y el dominio de las mujeres A partir de las acciones del movimiento de mujeres en torno a la generación de conciencia frente a la desnaturalización de los roles de género, los abusos contra las mujeres es que el derecho internacional en las últimas décadas se ha hecho eco de estas demandas amplió las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos en el ámbito familiar, adoptando compromisos y estableciendo leyes y políticas relativas a este tema. La protección de los derechos humanos de las mujeres y el tratamiento de la violencia de género, se reflejan en la existencia hoy de diferentes instrumentos que interpelan a los Estados en su responsabilidad en estas materias. Violencia Contra la Mujer en el Espacio Familiar La violencia de género en general y la violencia contra las mujeres en las relaciones de pareja en particular, es un fenómeno histórico presente en gran parte de las culturas humanas sin restricción de edad, clase social, raza, ideologías o religión. Tomando diferentes definiciones, en términos generales, la Violencia Intrafamiliar, se refiere a toda relación de abuso permanente que se da entre los miembros de una familia, constituida por acciones u omisiones que causan daño físico, psicológico o sexual. Además, esta relación se caracteriza por ser permanente o cíclica. Para la Organización Panamericana de la Salud, la Violencia Intrafamiliar, corresponde a “Toda acción u omisión cometida por algún miembro de la familia en relación de poder, sin importar el espacio físico donde ocurra, que perjudique el bienestar, la integridad física, psicológica o la libertad y el derecho al pleno desarrollo de otro/a miembro de la familia”. Cuando nos detenemos a desarrollar una estrategia contra la violencia intrafamiliar, uno de los aspectos fundamentales a considerar, es lo se denomina “Relación de Abuso” conducta que se caracteriza por acción u omisión, y que ocasiona daño físico, psicológico o sexual a otro miembro de la familia. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE En un sentido amplio, se puede decir que cualquier miembro de la familia, independientemente de su raza, sexo o edad, puede ser agente o víctima de la relación abusiva. Sin embargo, las cifras estadísticas a nivel internacional y nacional muestran que son las mujeres, las niñas y los niños, las víctimas más comunes de este abuso. Tipos de violencia contra las mujeres La violencia cometida en contra de las mujeres ocurre en cuarto dimensiones diferenciadas, pero complementarias entre sí en la mayoría de los casos: Violencia psicológica y/o emocional: que comprende gritos y garabatos, negación del cariño, humillaciones y descalificaciones, que disminuyen la autoestima y valoración de quien la sufre. Violencia física: cachetadas, apaleos, cortaduras, quemaduras, golpes de pies y puños o con elementos contundentes como palos, mangueras, o cordones, hasta heridas con armas que pueden generar graves lesiones y la muerte. Violencia sexual: burlarse del cuerpo y sexualidad de la mujer, prostituir, obligar a ver pornografía o a tener juegos sexuales, el acoso sexual, abuso sexual y violación. Violencia económica: Negar o controlar el dinero, chantajear económicamente, privar de los elementos básicos de subsistencia, negación de un trabajo por edad o características físicas o étnicas. Dentro de la violencia económica nos encontramos con la Violencia patrimonial, la cual hace referencia a la destrucción o sustracción de los bienes de la mujer o la familia. Romper o destruir las cosas de la casa, o la casa misma sin “dañar a nadie”. Cabe señalar que esta tipología se crea con fines prácticos, pero no permite explicar el fenómeno en su complejidad. Por lo cual se reconoce que tipos de violencia van entrelazados y no necesariamente se dan en forma aislada, por ejemplo, la violencia física siempre involucra violencia psicológica o daño psicológico, así como la violencia sexual también puede considerarse dentro del ámbito de invasión física o psicológica. Otra forma comprensión de la violencia es por medio de la categorización de los comportamientos abusivos planteados por el Modelo de Duluth: Abuso Físico: es el uso de cualquier tipo de fuerza física contra la pareja, con el objetivo de causarle daño físico o emocional o de que la pareja sienta temor. Abuso Sexual: es cualquier intento de imponer actos sexuales a la pareja en contra de su voluntad. Cuando el acercamiento sexual y las acciones se vuelven coercitivas, o sea se WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE cruza la línea del consentimiento verbal o no verbal de la pareja. Estos van desde comportamientos coercitivos hasta la violación. Intimidación: Causar o infundir miedo, mediante acciones, palabras, gestos y miradas que buscan atemorizar, asustar o amedrentar a la pareja. Especial intensidad tiene la intimidación con uso de armas de fugo o arma blanca. El hecho de que una persona haya sufrido violencia física en el pasado aumenta la efectividad de la intimidación del agresor sobre la víctima. Abuso Emocional: es cualquier acción con el que se haga sentir mal a la pareja acerca de sí misma o cualquier ataque contra su autoestima. Aislamiento: El aislamiento no es un comportamiento específico, sino el resultado de varios tipos de comportamientos abusivos. Aislar a la pareja implica cualquier intento de controlar a quien ella ve, lo que ella hace, lo que ella quiere para ella misma, qué es lo que ella piensa, o qué es lo que ella siente. Negar: Afirmar o indicar que lo que pasó no sucedió. Minimizar: Restar importancia a los efectos de una agresión o comportamiento abusivo. Culpar: Trasladar la responsabilidad de un comportamiento abusivo realizado a otra persona o a alguna situación. Manipular a través de los niños: es usar a los hijos e hijas o manipular a través de ellos y ellas. Es todo intento de controlar a la pareja a través de amenazar o dañar la relación que tiene ella con sus hijos e hijas. Privilegio Masculino: es un conjunto de creencias y comportamientos que se sostienen en la creencia que un hombre tiene derecho a ciertos privilegios simplemente por ser hombre. Abuso Económico: Es controlar los ingresos de la familia o limitar el acceso de la pareja al dinero para mantenerla dependiente de ti o para presionarla a actuar de la manera en que tú quieres. También es el mal uso del dinero, o poner sus necesidades antes de las de la familia. Coerción y Amenazas: Anunciar a una persona, por cualquier medio, que se realizará un mal contra ella, su familia o sus bienes y/o el ejercicio de una presión para forzar la voluntad o conducta. Estas amenazas o coerción presentan un alto nivel de riesgo cuando van acompañadas del uso de armas de fuego o arma blanca. Se citan también en la doctrina, como ejemplos, amenaza con dejar a la mujer, con el suicidio del agresor, con denunciarla falsamente, con el despojo de los hijos, quitar apoyo económico. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE El problema de la violencia hacia la mujer se debe comprender en términos dinámicos, esta no ocurre de manera aislada, ni es estática, por lo tanto, se debe analizar como un proceso complejo que es parte de la relación asimétrica que se establece entre un hombre y una mujer, constituyéndose un vínculo violento que continua y se acrecienta a través del tiempo. Es así como al indagar en las historias de mujeres víctimas de violencia en la pareja se constata que en los comienzos de la relación ya se dejan entrever conductas que van dirigidas a coartar y/o presionar para que la mujer actúe en función del propio deseo (un ejemplo claro de esto son los celos). A medida que aumentan los grados de compromiso, aumentan los conflictos y las dinámicas violentas hacia la mujer, estableciéndose un continuo de violencia y una escalada que podría culminar en femicidio. Características de la violencia en la pareja La violencia en la pareja aparece como cualquier expresión, a veces claramente visible por un observador, otras veces mucho más implícita y difícil de reconocer, de la relación de abuso que organiza la interacción de la pareja. Esta relación de abuso se manifiesta en tipos de violencia que se han descrito como el abuso físico, el abuso sexual, el abuso psicológico o emocional y el abuso económico. La dificultad que presenta la sociedad y específicamente las personas que sufren situaciones de violencia para identificar la violencia, estaría dada fundamentalmente por la negación, minimización y normalización de la misma. Visibilizar un fenómeno social o psicológico es distinguirlo, y esto permite nombrarlo, simbolizarlo, darle categoría de real y existente. Esto constituye un paso importantísimo en el proceso de reparación de las víctimas, pues la necesidad de visibilizar, simbolizar, nombrar la violencia, tiene que ver con que esta pueda emerger sin quedar reducida a experiencias aisladas, dándole una existencia social. Para comprender la invisibilización de la violencia intrafamiliar contra la mujer, podemos utilizar el fenómeno de doble ciego o no ver que no ve descrito por Ravazzola. La mujer que sufre violencia muchas veces no puede reconocerla como tal, porque además de la minimización o normalización cultural, no se da cuenta que no puede registrar su propio malestar, su sufrimiento, una especie de anestesia emocional que es producto del daño causado por la misma violencia, un mecanismo que permitiría la adaptación y sobrevivencia al abuso. Así, las víctimas tampoco suelen ver el peligro al que pueden estar expuestas, ni sus capacidades para salir de la situación. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Las formas de violencia que no utilizan la fuerza física pueden resultar aún más difíciles de identificar. La violencia psicológica, las restricciones económicas impuestas a las mujeres por su pareja, el control y restricción de las libertades personales, a través de la intimidación o la manipulación, la exposición a actividades sexuales no deseadas y diferentes hechos que perjudican a las mujeres, son algunos ejemplos. Por otro lado, la dinámica de la relación abusiva presenta características que complejizan el problema. Su naturaleza cíclica, que ha sido ampliamente descrita (E. Walker, 1979, en Martínez , Walker y col., op. cit.), en la que se suceden reiteradamente fases de violencia y reconciliación o “luna de miel”, agudiza la cualidad de la confusión y la ambivalencia en la relación, ambas características que hacen más lento y/o bloquean cualquier proceso de cambio y recuperación. Perrone y Nanini (1997), distinguen dos formas de violencia: la violencia agresión y la violencia castigo. La violencia agresión, surgiría en relaciones de tipo simétrico y se caracteriza por agresiones mutuas o cruzadas, en una escalada en la que cada uno tiene que restablecer su status de poder y fuerza frente al otro, de manera que se puede observar una verdadera guerra entre los miembros de la pareja, dinámica que se automantiene en la medida que cuando uno de los dos “vence” al otro, la pareja queda en un desequilibrio intolerable que se restablece con una alternancia en las posiciones. La violencia castigo, es la que corresponde a las relaciones de abuso. Este tipo de violencia se reproduce en un patrón de complementariedad rígida, organizado en función de la desigualdad, por lo que este tipo de violencia es unidireccional y se da en un contexto privado, en el que uno de los miembros de la pareja “se define como existencialmente superior al otro, y éste por lo general lo acepta”. Quien ejerce la violencia, tiene la percepción de que su pareja se merece el castigo pues comete faltas, o no logra cumplir con sus expectativas. La relación se define con una diferencia de poder tan grande, que quien está en la posición disminuida no tiene más alternativas que someterse al otro. La etapa de reconciliación en este tipo de relaciones, pasa por la aceptación del castigo por parte de la persona agredida y la compasión de quien ejerce la violencia por la doblegación de su pareja, su dolor y humillación, y se entrelaza con la concepción generalmente compartida de que “esto” no sería necesario si la persona castigada fuera como debe ser. (Perrone, Nanini, op. cit.) Consecuencias de la Violencia Intrafamiliar contra la Mujer Las consecuencias y costos de la violencia intrafamiliar son de diversa índole e involucran efectos tanto a corto, mediano y largo plazo, así como también, trasciende a la mujer que la sufre, dañando también a sus hijas e hijos y a la sociedad en su conjunto. La Violencia Intrafamiliar implica, al menos, tres efectos que la hacen particularmente preocupante: WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Al ser relacional tiende a perpetuarse, ya que se hace parte de la organización familiar. Al estar instalada en lo vínculos afectivos más íntimos sus consecuencias son más dañinas para las personas involucradas. Al ocurrir en un espacio que consideramos privado, la respuesta social ha sido dificultosa. En relación a los tipos de costos y consecuencias, la violencia produce daños tanto en el ámbito físico, biológico, como en el social, emocional y psicológico. Aparte del daño físico constatado en los diversos tipos de lesiones, la violencia intrafamiliar genera como efectos psicológicos, una baja autoestima, pérdida de confianza en sí misma y en los demás, aislamiento, destrucción del yo, depresión, estrés postraumático, cuadros angustiosos y tendencia al suicidio. Igualmente comunes, pero de largo plazo, son las perturbaciones del sueño y del apetito, observándose también una relación entre abuso físico y tasas más elevadas de desórdenes alimenticios, adicciones, comportamientos autodestructivos e intentos de suicidio. Otros costos a mencionar corresponden al costo indirecto de las pérdidas de empleos y productividad, el valor asignado al dolor y el sufrimiento humanos, el impacto en el bienestar de los hijos/as y las consecuencias en los niños de la transmisión intergeneracional de los patrones violentos relacionales. Todo lo anterior, implica que la violencia contra la mujer impide que ella goce de sus derechos humanos y libertades fundamentales, como los derechos a la vida y la seguridad personal, al más alto nivel posible de salud física y mental, a la educación, al trabajo y a la vivienda, así como también, a la participación en la vida pública. Arón: 2002, Corsi: 1994, Larraín: 1994 Daño Psicosocial La OMS en el año 1996 a través de la Asamblea General de la Salud aprueba la resolución por la cual se considera a la Violencia Doméstica como uno de los principales problemas de Salud Pública dado que sus víctimas padecen más problemas de salud, generan costos de atención sanitaria significativamente más elevados y acuden con mayor frecuencia a los servicios hospitalarios de urgencia que las personas que no sufren maltrato. El impacto y daño emocional que la violencia deja en las víctimas se describe como una “reacción inmediata de malestar que de no resolverse, las lleva a desarrollar patrones sintomáticos crónicos y de larga duración, consistentes en diferentes trastornos emocionales tales como estrés post traumático, depresión, problemas psicosomáticos y trastornos de ansiedad”. Una investigación realizada en España en el año 2006 concluye que el 46% de las mujeres víctimas de violencia que fueron entrevistadas describe el Síndrome de Stress Post Traumático (porcentaje similar existente en víctimas de agresiones sexuales). A si mismo las victimas estudiadas estaban afectadas por síntomas de ansiedad y depresión, lo que lleva a describir un WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE perfil psicopatológico de tipo ansioso-depresivo caracterizado por la desesperanza, el abandono y el aislamiento social, que redunda en una profunda inadaptación a la vida diaria y a una interferencia grave en el funcionamiento cotidiano. Respecto al aislamiento y al apoyo social, se puede señalar que éstos, son factores decidores en el deterioro de la calidad de vida y en el riesgo al que se ven expuestas las mujeres, dado que se constituye en un determinante social del inicio de la búsqueda de ayuda y por tanto de la posibilidad de interrumpir las escaladas de agresión y/o los ciclos de violencia. En un estudio realizado en Ciudad de México dirigido a conocer la percepción de mujeres víctimas de violencia por parte de sus parejas masculinas, se concluye que uno de los factores determinantes en el nivel de sufrimiento psicológico de las víctimas es el acceso a las redes sociales: las mujeres que reportaron escaso apoyo social si bien vivían en pareja, manifestaban importantes grados de soledad (que trasciende la presencia de la pareja dado que la familia tampoco es percibida como un recurso social) y mayor presencia de violencia física. Cabe mencionar que la vivencia de aislamiento no sólo puede entenderse como un efecto o manifestación del daño emocional de las víctimas. Desde una mirada crítica especialmente desde el concepto de género, el daño evidentemente se ve mediatizado por la capacidad del resto de la sociedad de generar soportes que sean capaces no sólo de brindar una protección eficaz, sino de reconocer la vivencia en cuanto experiencia traumática y deterioro progresivo de la calidad de vida. A esto es necesario agregar la necesidad de desnaturalizar estas prácticas de sometimiento, y transformar a la violencia en todas sus manifestaciones, como una práctica intolerable dentro del espacio social como doméstico. Para ello, evidentemente el rol de las instituciones y la respuesta del Estado son la piedra angular que define el nivel de daño, los niveles de riesgo y las posibilidades de reparar de manera concreta el daño sufrido. El trauma relacional de la violencia en la pareja. En psiquiatría, el concepto de trauma se encuentra generalmente asociado al de evento traumático, un acontecimiento de alta intensidad, que se encuentra fuera de las expectativas de ocurrencia en la experiencia habitual de las personas, que implica una amenaza o daño severo a la integridad física, psicológica o del entorno de quien lo sufre. Por la naturaleza del evento y por la imposibilidad de la persona para responder a él con sus recursos de adaptación habituales, el trauma produciría un colapso o quiebre en la estabilidad de la organización psíquica de la persona que lo padece, generando la aparición de mecanismos de defensa y supervivencia para soportarlo y restablecer algún equilibrio. (Laplanche, Pontalis, 1971; DSM-III R, en Sluzki, 1994) Sin embargo, se introduce un importante cambio en la definición de trauma de la versión más actualizada del DSM-IV, el DSM-IV-TR, el manual de clasificación de los desórdenes mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría. Las versiones anteriores enfatizaban la idea del trauma como un evento fuera de la experiencia normal, pero numerosos estudios sugieren que los desencadenantes típicos del síndrome de estrés post-traumático, son eventos relativamente comunes, de manera que esta versión más reciente pone el acento en la naturaleza amenazante y WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE provocadora de miedo del trauma. Junto con esto, cabe señalar que el DSM-IV-TR incluye dentro de las experiencias traumáticas el vivenciar sistemáticamente abuso físico o sexual. (Kaplan, 2005). Por otro lado, Frankel (2002) sugiere que algunos eventos habitualmente no considerados constitutivos de trauma, pueden ser vivenciados como traumáticos. Este sería el caso del abandono emocional, el aislamiento y el encontrarse en una relación de sometimiento. En la idea del trauma acumulado planteado por Khan, encontramos una visión que va más allá del evento traumático, y enfatiza, más que la magnitud del evento, la cualidad sistemática de la falla en una relación significativa. Es decir, sería la recurrencia, la cronicidad de esta falla, lo que va generando el trauma, en un proceso que puede extenderse por años. Así, en las relaciones de violencia en la pareja, no sería sólo la severidad de los episodios de violencia lo que los vuelve traumáticos, sino que la sistematicidad del abuso en la historia de la relación. En este proceso se van instalando algunos de los sentimientos que caracterizan a las mujeres que sufren violencia en la pareja: la desesperanza, la indefensión y lo que más adelante observamos como identificación con el agresor. Frente al trauma las personas tienen a responder de diversas maneras, una de ellas es el desorden de estrés post-traumático, el cual se caracteriza por una respuesta tardía a un evento o situación traumática (de corta o larga duración), cuyos principales síntomas serían: repetida vivencia del trauma en recuerdos intrusivos (flashbacks), o sueños, en un fondo de anestesia emocional, falta de respuesta, anhedonia, evitación de actividades y situaciones que recuerden el trauma, hipervigilancia, insomnio, ansiedad, depresión, ideación suicida, abuso de alcohol y drogas. Este cuadro es frecuentemente descrito en mujeres que han sufrido violencia en la pareja. Junto con el estrés post traumático, nos encontramos con la presencia de cambios constantes de personalidad después de una experiencia catastrófica (campos de concentración, tortura, desastres, exposición prolongada a circunstancias que amenazan la vida). Este cambio puede ser visto como una secuela crónica e irreversible de un desorden por estrés y se puede reconocer en algunas mujeres que han sufrido abuso por parte de sus parejas durante años y que se caracteriza por el retraimiento, la desconexión emocional, la falta de palabras (simbolización) para describir lo que le ocurre, el aislamiento social y emocional, la desconfianza y una marcada actitud de indefensión. Otra forma característica de responder frente al trauma es que cuando las personas enfrentan una amenaza, como una forma de supervivencia se identifican con el agresor, convirtiéndose en lo que éste espera que sea. Este tipo de respuesta se conoce con el concepto de identificación con el agresor de Ferenczi. En la identificación con el agresor, la víctima se someterá a su agresor, olvidándose de si misma, intentando adivinar los deseos del agresor, leer su mente y anticipar su voluntad para gratificarlo, para convertirse en lo que él espera. Este proceso que termina con la sumisión de la WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE víctima, es una respuesta para sobrevivir del mejor modo posible a la amenaza, e implica la disociación de los propios sentimientos y percepciones. La disociación, o expulsión de la conciencia de las percepciones y sentimientos que resultan intolerables, deja un espacio para conocer, acomodarse y hacer propios los sentimientos del agresor, incluida la culpa, por lo que la víctima se siente culpable, causante de la agresión, siente que hay algo malo en ella. La identificación con el agresor implica que la víctima sienta lo que su agresor quiere que sienta. Existiría una relación recíproca y complementaria entre identificación con el agresor, disociación e introyección. Estos tres mecanismos operarían como una unidad en la respuesta al trauma. La disociación permitiría “vaciar la mente” para “sentir lo que se debe” y por lo tanto lo que le “salvará” del peligro. Recíprocamente, el identificarse con el agresor, saber lo que siente, piensa y espera, guiará el proceso de disociación, que es lo que debe quedar fuera de la experiencia. La introyección por su parte tendría dos funciones, por un lado guardar los aspectos buenos del otro, lo que hace más tolerable permanecer en la relación, y por otro lado, al introyectar los aspectos abusivos y amenazantes, tener una sensación de mayor control sobre ellos al encontrarse adentro de la propia mente. Por otra parte, muchas de estas mujeres, sienten vergüenza por la agresión recibida, comienzan a pensar que algo está mal, comienzan a desvalorizarse personalmente, y con esta identidad dañada, tienden a internalizar la culpa e identificarse con el agresor. Estar en relaciones de desigualdad, debilidad o desamparo lleva a asumir la estrategia de identificación con el agresor como una forma de enfrentar a los otros, percibidos como más fuertes, y por lo tanto, como una amenaza. La identificación con el agresor puede convertirse entonces, en una respuesta aprendida y generalizada en la vida, actuando como respuesta traumática continuada. Los estudios muestran consistentemente que las personas traumatizadas son más vulnerables a vivir nuevas victimizaciones. La revictimización nos parece especialmente relevante en el trauma relacional de la violencia en la pareja, pues nos ayuda a entender mejor dos fenómenos: la dificultad de las mujeres que sufren abusos para terminar estas relaciones, tendencia a permanecer y volver con sus parejas a pesar de la violencia, y, por otro lado, la recurrencia con que estas mujeres establecen nuevas relaciones en las que nuevamente sufren abusos. Las relaciones con la depresión han sido ampliamente estudiadas, amplias investigaciones en Estados Unidos han encontrado que la prevalencia de depresión en mujeres que sufren violencia en la pareja es de un 47, 6%, otros estudios arrojan una prevalencia que va entre el 38 y WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE 83%. Hay estudios que muestran significativos rangos en suicidio, conductas autodestructivas y desorden de estrés post-traumático. Si bien hay evidencias de que muchas mujeres recuperan su salud mental al terminar la relación abusiva, muchas mujeres también presentan efectos de más largo plazo. Se puede establecer una relación causal entre violencia doméstica y sus efectos destructivos en la salud mental de las mujeres, al punto que estos efectos pueden ser considerados “síntomas del abuso”, es decir lo primario sería la violencia. Impactos de la violencia y los efectos en la salud mental: Como se especificó anteriormente, una mujer víctima de violencia intrafamiliar suele sentir constantemente miedo e impotencia, que la inmoviliza, la paralización, desorienta, y la deja en una posición de perplejidad y vulnerabilidad. Esta sensación de indefensión, que se forma al sentir desamparo, y miedo al peligro, facilita en la mujer la dependencia y la necesidad de apegarse a otro, incluso el agresor. Estas mujeres experimentan una ambivalencia emocional, ya que coexisten sentimientos o tendencias opuestas, el querer y no querer estar con el otro, querer y no querer terminar una relación. Esta es una de las cualidades más características de las mujeres que viven violencia en la pareja. Tiene que ver con la naturaleza cíclica de la relación y el ciclo de la esperanzadesesperanza, con el apego hacia la pareja, con la complejidad de estar en una relación afectiva, significativa que se supone amorosa, al mismo tiempo que le causa daños. En relación a los aspectos de la subjetividad de la mujer maltratada que contribuyen a perpetuar el problema hay dos vías: una es la personalidad de la mujer construida sobre el estereotipo femenino, en el que la identidad se fundamenta en el cuidado de otros y la familia, asumiendo como propios estos objetivos impuestos, de manera que el fracaso de estos es vivido con culpa, como un fracaso personal. Por otro lado, las secuelas para la salud física y mental, limitan las capacidades de la mujer: ansiedad y miedo generalizado, indefensión y paralización, y la estrategia de supervivencia en que la mujer se adhiere a los deseos del agresor, identificándose con él, justificándolo, vaciando su ser individual. El efecto devastador de la violencia familiar, deriva de la combinación de dos factores: la violencia proviene de quien precisamente esperamos nos proteja, nos cuide y; esta transformación del carácter protector en violento ocurre en un contexto y un discurso que niega o justifica esta transformación. De manera que, la víctima queda sin posibilidad de asignar significados de violentos a los comportamientos de su agresor y pierde su capacidad de consentir o disentir. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Lo devastador y traumático está dado también, por la redefinición de la violencia: “lo hago por tu bien, tú me obligas a hacerlo, esto te gusta, lo hago porque te lo mereces”. Se suele producir una situación de doble vínculo en la relación de violencia, en forma reiterada hay dos mensajes simultáneos, uno de los cuales niega al otro, y la víctima queda imposibilitada de develar la contradicción o salir del campo o contexto en que esto ocurre. También es posible decir que la víctima de violencia es negada como persona o como legítimo otro, pues la definición de lo real, la verdad o lo correcto, es realizada unilateralmente, negando incluso la experiencia personal del otro (víctima). Se plantea un modelo para describir los efectos de la violencia, según la combinación de dos variables: el nivel de amenaza percibida (leve, mediana o alta) y la frecuencia de la violencia (hecho aislado o reiteradamente). Las combinaciones posibles darían distintos tipos de situaciones de violencia con distintos efectos. En el caso de situaciones de violencia menores, pero inesperadas, aisladas, éstas generan una respuesta de disonancia cognitiva ¿qué es esto?, son desestabilizadoras e inquietantes, contrastan con la experiencia habitual de la persona. Las situaciones de violencia aisladas pero de una mayor amenaza, predisponen a una respuesta del tipo ataque o huida, como una forma de adaptación o defensa ante la situación. Y las situaciones abruptas percibidas como amenazas extremas, producen un colapso en todos los modos de respuesta del individuo, generando paralización, con desorientación, desconexión de su cuerpo y otras áreas de su ser y realidad. Puede además dejar como efecto posterior un síndrome de estrés post-traumático. La necesidad de dar sentido y la imposibilidad de organizar de manera razonable una experiencia extrema de violencia, llevan a la víctima a intentar obtener cierto grado de control sobre la experiencia, a expensas de asumir en esta la culpa por su propia victimización. A su vez, el victimario culpa a la víctima. El revivir en forma indefinida el evento, con un tono auto culposo, transforma muchos eventos aislados en experiencias reiteradas para la víctima. Las situaciones de violencia leve pero repetitivas corresponderían a la socialización cotidiana en nuestra cultura (discriminación, mensajes de dominio – sumisión, etc.)Las experiencias de violencia reiteradas de una intensidad de amenaza mayor, tales como las vividas en cualquier tipo de sistema opresivo generarían el fenómeno de lavado de cerebro, en que los valores del opresor son incorporados por la víctima sin cuestionamiento y con autocensura de cualquier crítica (identificación con el agresor). Se presentan en este caso las distorsiones cognitivas que permiten acomodarse al sistema abusivo, tales como la negación, la minimización o normalización (“así es la vida”). Por último, en el caso de experiencias de violencia extremas y repetitivas (parejas con violencia grave y crónica), el efecto es de embotamiento o entumecimiento psíquico, las víctimas WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE se someten a su agresor a través de procesos de desconexión de sus emociones (disociación) y de identificación con el agresor, justificándolo y anticipándose a sus deseos. Esta es la estrategia de supervivencia ante experiencias intensas y sostenidas de violencia. La respuesta al trauma por violencia tiende a oscilar entre reexperienciar y negar el trauma, es decir entre los recuerdos intrusivos, la hiperreactividad y el embotamiento, aislamiento y empobrecimiento emocional. Otros factores que incidirán en los efectos de la traumatización por violencia serían: la posibilidad de comunicarse con otras víctimas, la desesperanza, la degradación que acompaña la violencia, la impredictibilidad de la experiencia, el umbral de reactividad fisiológica (que varía de sujeto en sujeto), las características psicológicas de la víctima (como fortalezas yoicas), y las características protectoras de las redes primarias y secundarias. Femicidio El Femicidio se define en doctrina como “el asesinato de la mujer por el sólo hecho de serlo” (Rico: 1996, Russell 1976). De esta manera, en el continuo de la violencia de género, que se manifiesta en violaciones, torturas, mutilaciones, esclavitud sexual, incesto y abuso sexual de niñas dentro y fuera de la familia, y en maltrato físico y emocional y acoso sexual, que termine con la muerte de la niña o mujer, constituye femicidio. Este concepto fue acuñado, por primera vez, por las estadounidenses Diana Russell al testimoniar ante el Tribunal Internacional sobre Crímenes contra las Mujeres, en Bruselas en 1976, y por Jill Redford en su libro “Femicide: The Politics Of Woman Killing” (1992). Las acciones para diferenciar y conceptualizar el Femicidio, constituyen un paso significativo en la comprensión del fenómeno, en tanto lo sitúa en el espacio relacional donde son cometidos estos crímenes, lo que da cuenta de un continuo de violencia hacia la mujer develando, al mismo tiempo, el conjunto de prácticas y representaciones simbólicas que están a la base y que sostienen, por un lado, la inferioridad de las mujeres y, por el otro, el contexto social que lo permite. En este sentido, el femicidio opera como forma de dominación, poder y control hacia ellas, representando la culminación de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de los derechos humanos y, específicamente, los derechos de la mujer (Rico: 1996a, 2004b). Esta forma máxima de violencia contra las mujeres ha cobrado intensidad en diferentes países, incluido el nuestro, tanto en el aumento de las cifras, como en las exigencias de las organizaciones de mujeres y derechos humanos, para que el Estado enfrente de manera decidida este flagelo. Con gran orgullo podemos decir que la Ley de Femicidio que reconoce este delito en nuestro ordenamiento Jurídico ya es una realidad en Chile promulgada el 13 de diciembre de 2010. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Desde la perspectiva de género, la violencia hacia la mujer opera como mecanismo social que perpetúa la interiorización y subordinación de las mujeres por lo que, el femicidio, constituye una forma de dominación y control hacia todas las mujeres en tanto género, siendo la expresión más extrema de la violencia de género. Las investigaciones sobre femicidio realizadas en diferentes países establecen que es en el ámbito privado, en el espacio de las relaciones íntimas, donde ocurren con mayor frecuencia estos crímenes. El Informe Mundial sobre Violencia y Salud de la OMS (2002), da cuenta que entre el 50% y el 70% de los asesinatos de mujeres son cometidos por sus parejas actuales o pasajeras, mientras que sólo el 5% de asesinatos de hombres se debe a ataques de sus parejas. El femicidio puede existir en condiciones de paz y de guerra, de democracia o autoritarismo, en países desarrollados y sub-desarrollados, puede ser cometido por conocidos – maridos, convivientes, novios, familiares, amigos- o desconocidos –violadores, asesinos, grupos criminales- sin embargo, todos tienen en común que el origen de asesinato se basa en las relaciones desiguales de poder entre los hombres y las mujeres. (Rico: 1996a, 2004b). Estos crímenes se presentan, además, tanto como la culminación de episodios de violencia sostenidos por años al interior de una relación de pareja, como producto de un solo episodio de violencia donde el hombre asesine a la mujer. Algunos predictores de femicidio, el control y vigilancia obsesiva, los actos de dominación y la brutalidad sobre la mujer, el momento de ruptura de la relación. En países como EE.UU, Australia y Canadá las mujeres separadas son asesinadas por su marido con mayor frecuencia que aquellas que permanecen viviendo con el marido (Daly, 1998). Tipos de Femicidio El femicidio se categoriza de acuerdo a la relación de la mujer asesinada (víctima) con el femicida (victimario) y permiten identificar y comprender con mayor rigurosidad el fenómeno. Las categorías de Femicidio son las siguientes: Femicidio Intimo: Comprende los asesinatos cometidos por hombres con quién la víctima tenía o tuvo una relación íntima, ya sea familiar, de convivencia, relación amorosa u otras afines. Este tipo de femicidio es el más frecuente y como delito se categoriza como homicidio, parricidio e infanticidio. Femicidio no Intimo: Son los asesinatos cometidos por hombres donde la víctima nunca tuvo alguna relación o vínculo con el femicida. Estos casos involucran frecuentemente ataques sexuales y comprende crímenes que incluyen la violación, los asesinatos sexuales, asesinatos seriales, entre otros. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Femicidio por Conexión: Se refiere a las mujeres que fueron asesinadas al defender a una mujer que está siendo atacada por un hombre. Es el caso de mujeres y/o niñas que trataron de intervenir o fueron atrapadas en la acción del femicida. Actualmente, la realidad de las cifras chilenas conocidas indica que durante el año 2010 se cometieron 49 femicidios íntimos. En los delitos sexuales contra la mujer: Se elimina la exigencia de que la víctima deba oponer “resistencia” en una violación, sustituyéndola por la sola oposición. Se agravan los delitos sexuales cuando son cometidos por dos o más personas: se puede aumentar la pena a los autores. Se autoriza a prescindir de la autorización del progenitor condenado por delitos sexuales para que un menor salga del país. En los delitos patrimoniales: Actualmente el art. 489 exime de responsabilidad penal, sujetando solamente a responsabilidad civil a los hurtos, defraudaciones y daños que se causen entre cónyuges. Con la modificación, serán responsables criminal y civilmente los cónyuges que entre ellos puedan cometerse delitos de daños sobre la propiedad del otro, arriesgando penas de reclusión menor y multas en UTM que variarán dependiendo del valor de la propiedad. Respecto de la Ley 20066 de VIF: Se limita posibilidad de aplicar atenuante de irreprochable conducta anterior cuando hay anotaciones previas por VIF. Hoy, para calificar la irreprochable conducta anterior y aplicar una pena menor al autor de un delito, no se consideran sus anotaciones por causas VIF. Se amplían presunciones de riesgo en las que el tribunal debe otorgar protección a la víctima, incorporando la negativa violenta a aceptar el término de una relación de pareja WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Se incorpora como medida accesoria a la sentencia la obligación de presentarse regularmente a una unidad policial. Se amplían a dos años la vigencia máxima de estas medidas sentencia. Se encarga al tribunal de familia adoptar las medidas de protección necesarias previas para la víctima de violencia intrafamiliar (medidas cautelares) antes de remitir una causa al Ministerio Público y ante una contienda de competencia (situación en la que no se sabe cuál tribunal es el competente para conocer de la causa). Se modifica el artículo 390 del Código Penal: - - Se incorporan al delito de parricidio y por tanto su pena (15 a 40 años) los ex convivientes y ex cónyuges, “El que conociendo de las relaciones que los ligan, mate a su padre, madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o a su cónyuge o conviviente “ Esto implica que en adelante los ex tendrán la misma pena que el parricidio, y al igual que cónyuges y convivientes actuales, esto es, la pena de 15 años a 40 años de perpetuo. Además, existirá un reconocimiento al femicidio, ya que se agrega un nuevo inciso a este mismo artículo que indica “Si la víctima del delito descrito en el inciso precedente es o ha sido la cónyuge o conviviente de su autor, el delito tendrá el nombre de femicidio” Desde los objetivos de estas Orientaciones Técnicas, nos enfocaremos en el Femicidio Íntimo, al ser éste el de mayor frecuencia en relación a las características de riesgo de las mujeres sujeto de atención de las casas de acogida. SISTEMA DE PROTECCIÓN La Protección y la Importancia de lo Intersectorial El fenómeno de la Violencia Intrafamiliar y el Femicidio como su consecuencia máxima, se han transformado, por su implicancia, en fenómenos de preocupación pública, creándose en diversos países como Estados Unidos, países europeos y países latinoamericanos como México, Argentina, Brasil, Costa Rica y Chile, programas y políticas para la erradicación de la violencia. Iniciativas tales como la tipificación de la violencia intrafamiliar como un delito, lo que conlleva sanciones más drásticas para los imputados, medidas de protección como son los números de emergencia, los botones de pánico y las medidas cautelares, han logrado una relativa visibilidad del problema y un cierto grado de empoderamiento de la mujer. Sin embargo, las cifras siguen siendo preocupantes por lo que es de urgencia crear sistemas de protección para las WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y, específicamente para las mujeres en riesgo grave o vital. La violencia contra la mujer como problema social multicausado, implica que la erradicación de ella es responsabilidad de todos los agentes sociales, tanto públicos como privados. De esta forma, las acciones dirigidas a lograr la real protección de las mujeres deben hacerse en forma articulada y coordinada en red, donde cada uno de los actores contribuya con una parte de las tareas desde su ámbito específico de competencia. Además, el énfasis en la protección de las víctimas de violencia en riesgo grave o vital, no significa dejar de lado los otros niveles de intervención en especial, la prevención primaria, acción mediante la cual abordaremos la causalidad del problema de manera de disminuir su prevalencia e incidencia, especialmente, si la intervención se dirige hacia los jóvenes. Al mismo tiempo, un sistema de protección integral, implica el desarrollo de acciones tanto a nivel secundario como terciario, que dirigidas a la recuperación de las consecuencias de violencia en las víctimas. Cuando hablamos de un sistema de protección, estamos diciendo que se puede brindar una real protección a las mujeres víctima de violencia de parte de su pareja o ex pareja. Esta protección tiene relación con una actuación integral y coordinada que unifique tanto las medidas cautelares penales sobre el agresor, incluyendo aquellas destinadas a impedir la realización de nuevos actos de violencia, así como las medidas de protección, civiles y/o sociales orientadas a otorgar una respuesta efectiva a su condición de extrema vulnerabilidad. Esta última involucra tanto el tratamiento reparatorio como la generación de condiciones que le permitan salir de la situación de violencia. La articulación de todas las instituciones es fundamental para que el sistema de protección funcione oportunamente, y con agilidad. De la rapidez con que se comuniquen los organismos que intervienen, de la adecuación de las medidas a los riesgos a que está expuesta la víctima, de las coordinaciones que se establezcan, así como, el resguardo de las pruebas y, un seguimiento permanente, depende la seguridad de las mujeres y la de sus hijos e hijas. Desde este enfoque, la acción de los jueces y tribunales es clave para el logro de la protección. Así como también lo es la acción de los órganos policiales y de los órganos auxiliares, como el Instituto Médico Legal, a la que se suma hoy la de los médicos del sector salud, la cual pasa a ser determinante en la configuración de las pruebas, del delito en cuestión. Igualmente indispensable es contar con programas de atención para mujeres que viven violencia grave, y es en este punto donde se insertan las Casas de Acogida y los Centros de la Mujer del SERNAM. En este sentido, la recuperación de las consecuencias de la violencia no es posible concebirla si ésta no se ha detenido y la víctima no está a salvo. Por lo tanto, la reparación requiere de un sistema que garantice la seguridad y la protección de las mujeres y sus hijos e hijas. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE De esta forma, la atención a mujeres que se encuentra sufriendo violencia grave, cumplirá una triple función: por una parte, detendrá la violencia y protegerá a la mujer y su familia, en segundo lugar, contribuirá al proceso de reparar los efectos que la violencia ha provocado en ellas y, por último, les facilitará la adquisición de herramientas para comenzar un nuevo proyecto de vida, desde una perspectiva de competencias y recursos, donde un elemento central es el desarrollo del empoderamiento desde la propia mujer. Desde la visión de un Sistema de Protección, que basa su éxito en el hecho de la coordinación intersectorial, de manera que la protección se asuma debidamente por todos los organismos implicados, la implementación de las casas de acogida, no se convierte en la única estrategia para resolver la situación de riesgo de las mujeres, o en la solución absoluta al problema de protección y reparación, sino que constituye un recurso adicional del sistema de protección integral que debe tener y perfeccionar el país. Ley sobre Violencia Intrafamiliar La reformulación de la primera ley sobre violencia intrafamiliar Nº 19.325 (1994) en Chile, constituye uno de los elementos centrales de las políticas de erradicación de la violencia contra la mujer. De esta forma, la actual Ley Nº 20.066, promulgada en octubre de 2005, establece las normas sobre procedimientos y sanciones relativas a los actos de violencia y define que es deber del Estado adoptar las medidas conducentes para garantizar la vida, integridad personal y seguridad de los miembros de la familia. En el artículo 1°, esta ley señala que “tiene por objeto prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma”, y define la violencia intrafamiliar, en el artículo 4, como “todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente. También, habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida (….) ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar”. Además, la ley señala las funciones y obligaciones del Servicio Nacional de la Mujer, respecto a al problema de la Violencia Intrafamiliar. De esta forma, queda establecido que el SERNAM, debe proponer al Presidente de la República las políticas públicas para el cumplimiento de los objetivos de esta ley y formular, anualmente, en coordinación y colaboración con los WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE organismos públicos y privados pertinentes un plan nacional de acción. Las funciones del SERNAM, de acuerdo a la ley, corresponden a: Impulsar, coordinar y evaluar las políticas gubernamentales en contra de la violencia intrafamiliar Recomendar la adopción de medidas legales, reglamentarias o de otra naturaleza para prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar Prestar asistencia técnica a los organismos que intervengan en la aplicación de esta ley que así lo requieran Promover la contribución de los medios de comunicación para erradicar la violencia contra la mujer y realzar el respeto a su dignidad. La ley, en su artículo 20, también faculta al SERNAM a representar judicialmente a las mujeres víctimas de delitos constitutivos de violencia intrafamiliar que acepten expresamente dicho patrocinio. En virtud de esta disposición SERNAM ha asumido de manera creciente el seguimiento y/o patrocinio de las causas que involucran a usuarias de los Centros de la Mujer y de las Casa de Acogida. También, la ley establece para la competencia de los Tribunales que los actos que no constituyan delito, serán atendidos en los tribunales de familia. Un avance importante en esta nueva legislación la constituye el “delito de maltrato habitual” definido en su art. 14, que refiere al ejercicio habitual de violencia física o psíquica respecto de las personas comprendidas en esta ley como posibles víctimas, dicha habitualidad se aprecia atendiendo al “número de actos ejecutados, así como, a la proximidad temporal de los mismos, con independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferente víctima”. En estos casos se deberá requerir el inicio de una investigación penal al Ministerio Público y será de competencia de los Tribunales Penales. Ambos tribunales tanto Penales como de Familia, deberán asumir la protección de las víctimas, mediante medidas cautelares y accesorias, estableciendo la situación de riesgo de las víctimas. Un aspecto de la Ley 20.066 que es evaluado de manera especialmente positiva por parte de los operadores del sistema, es el de la aplicación de las medidas cautelares. De manera creciente tanto el Ministerio Público como los Tribunales de Familia han ido asumiendo la necesidad de decretar dichas medidas y de controlar su efectivo cumplimiento. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Con la definición de la violencia intrafamiliar como delito y la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Penal, el cumplimiento al mandato de protección a las víctimas, sitúa esta función en el Ministerio Público, el que debe investigar los delitos y ejercer la acción penal pública. Al mismo, tiempo, serán los fiscales de este Ministerio, los que evalúen los factores de riesgo de un nuevo acto de violencia que la mujer pudiera ser víctima. En este punto y con la entrada en vigencia de la nueva Ley de Femicidio se encarga al tribunal de familia adoptar las medidas de protección necesarias previas para la víctima de violencia intrafamiliar (medidas cautelares) antes de remitir una causa al Ministerio Público y ante una contienda de competencia (situación en la que no se sabe cuál tribunal es el competente para conocer de la causa). Evaluación de Riesgo La evaluación de riesgo, constituye un desafío esencial para los operadores sociales que conforman el sistema de protección, pues de ella dependerá la derivación de las mujeres a las Casas de Acogida de este sistema. Este tipo de evaluación, en el caso específico de la violencia intrafamiliar contra la mujer, comprende la evaluación de todos aquellos factores del comportamiento del agresor que operan sobre las víctimas y las variables del estado físico y emocional en el que se encuentra la mujer, junto a la evaluación de la existencia y calidad de sus redes primarias. En este sentido, es urgente la evaluación del grado de aislamiento, la gravedad de las lesiones físicas y las alteraciones psicológicas que aparecen en la víctima, producto de la vivencia de estrés postraumático que se produce como consecuencias de la situación de violencia y abuso reiterado del que ha sido objeto. A esto debe sumarse, la experiencia de instalación y mantenimiento del miedo y la vergüenza que limitan seriamente la conducta de la mujer que sufre violencia intrafamiliar, lo cual contribuye al silenciamiento y ocultamiento de los hechos. Por último, otro factor que disminuye las posibilidades de protección, es la escasa respuesta frente a este delito por parte de diferentes actores. La evaluación de Riesgo grave o vital en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar abarca, por un lado las manifestaciones específicas de violencia y amenazas desde el agresor hacia la víctima, que constituyen por su sola presencia indicadores de este tipo de riesgo. Por otra parte, existen indicadores relativos a la situación y características del agresor que nos remiten a la presencia de un riesgo de esta magnitud. En el sistema de protección implementado por SERNAM, esta evaluación la hace el Ministerio Público a través de los Fiscales a cargo del caso específico. A partir de 2011 y gracias a la coordinación de SERNAM con Tribunales de Familia se está elaborando una pauta consensuada de evaluación de riesgo para que los Tribunales de Familia deriven directamente a las Casas Mujeres en riesgo grave y/o vital. Luego de determinar el nivel de riesgo, la mujer puede ser derivada a la casa de acogida. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Aspectos a considerar en la evaluación del riesgo: Historia de Violencia Violación previa de medidas cautelares Manifestaciones específicas de violencia (agresiones físicas, sexuales, amenazas) Abuso de alcohol y drogas Ideación o intentos de suicidio Síntomas psicóticos Trastornos de la impulsividad Uso de armas, acceso a armas o amenazas de muerte Aumento de la frecuencia de la violencia Minimización o negación de la violencia Considerando los diferentes factores indicadores de riesgo grave o vital para las víctimas de violencia intrafamiliar, es posible establecer el grado de vulnerabilidad de las mujeres. Hay que destacar que además, debe considerarse la dimensión de género en estos casos es un factor de riesgo en sí mismo, como se ha desarrollado previamente desde la violencia de género y el Femicidio, en tanto, el riesgo de las víctimas de ser asesinadas por sus parejas o ex parejas, aumenta por el sólo hecho de ser mujer. Especialmente en los casos donde se evalúa riesgo grave o vital de las mujeres, el Sistema de Protección generado y coordinado por el Servicio Nacional de la Mujer, debe entregar una respuesta eficaz que permita detener la situación de violencia y ofrecer un espacio temporal de apoyo Psicosocial y cuidado a las mujeres y sus hijas e hijos menores. Este espacio es el de las Casas de Acogida. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Retractación En las cifras denunciadas de violencia conyugal de parte de hombres hacia mujeres, nos encontramos frente a un gran número de casos, donde la víctima se retracta; es decir: “modifica los dichos entregados en su primera declaración, ya sea negando su versión original o cambiando la figura del agresor durante el transcurso del proceso, manteniendo este nuevo relato” (Escaff et. All, 2003, pág. 4). En este cambio de discurso, o negación de los hechos, la víctima tiende a culparse a ella misma de las agresiones, a minimizar la agresión o a culpar a los carabineros por exagerar la descripción del hecho. Y como consecuencia de esta nueva declaración, la mayoría de las veces, las víctimas señalan no querer continuar con la causa, ni continuar en la Casa de Acogida, dado que no perciben el riesgo. Por lo que, para que haya retractación es necesario que la victima haya testificado haber recibido amenazas o agresiones por parte de su conviviente o cónyuge, para luego, en una segunda instancia, negar o modificar la ocurrencia de los hechos. Este fenómeno se encuentra principalmente presente en la Violencia Intrafamiliar, ya que son diversos los factores que se ponen en juego. Si bien nos encontramos frente a una relación de abuso de poder, una relación en que la agresión tanto verbal como física parece ser una vía para resolver conflictos y en que se desconoce la dignidad del otro, como sujeto de derechos y de respeto. Paralelamente, existen entre ellos interacciones afectuosas, donde el amor coexiste con la violencia, aunque generalmente es un tipo de amor dependiente, posesivo y basado en la inseguridad. Otras veces puede haber una interacción erótica y de complicidad entre la pareja. La mujeres pueden tardar muchos años en reconocer la violencia, muchas veces cuando la agresión aumenta de manera notable en la escalada de violencia, o la agresión alcanza a un tercero, menor de edad de la familia directa, la mujer denuncia el hecho, posiblemente porque teme por su vida o por la de sus hijos, porque está cansada de las agresiones y quiere un cambio, o tal vez porque no quiere que los menores se eduquen en un contexto de violencia, o quiere darle una lección a su pareja. Sin embargo, por otro lado, la víctima tampoco quiere que sus hijos crezcan con un padre ausente, y peor aún, en la cárcel, depende económicamente de él, por lo que suelen considerar que su supervivencia y la de los menores pasa por mantener la relación con el agresor. También, al mantener un vínculo erótico afectivo, la víctima no quiere hacerle daño. Paralelamente, el agresor cambia sus conductas por un tiempo, promete no volver a cometer alguna agresión, pide perdón y se muestra arrepentido, con deseos e iniciativa propia de cambiar (círculo de la Violencia). La mujer, al observar esta nueva forma de relacionarse, en que vuelve a sentirse respetada y querida, alcanzando una cierta reconciliación, la víctima termina confiando en las promesas del agresor, levantando la denuncia, con la esperanza del cambio y probablemente para evitar complicaciones futuras. Puede levantar también la denuncia por recibir amenazas por parte del agresor. Dado que la conducta violenta es aprendida de modelos WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE familiares y sociales que acuden a ella como un recurso válido y hasta necesario para resolver conflictos, la víctima cree la posibilidad y la esperanza del cambio. Por otro lado, una mujer víctima de maltrato conyugal, experimenta sentimientos de culpa y vergüenza por lo que le ha ocurrido, por lo que muchas veces le impide tanto pedir ayuda como mantener la denuncia. Al mantener la denuncia, implica en cierta medida, aceptar y enfrentar la situación en la que se encuentra. Existen algunas variables que se pueden relacionar con el fenómeno de la retractación, específicamente en contextos de violencia conyugal, sin embargo ninguna de ella es concluyente ni necesaria. A continuación se expondrán algunas variables relacionadas: 1. Dependencia Económica importante: gran parte de las víctimas que se retractan, se encuentran en una situación de vulnerabilidad económica, cesante o con muy bajos ingresos y recursos (trabajos esporádicos y/o Homeless), por lo que la supervivencia tanto de ella como de sus hijos necesita al agresor, quien les brinda vivienda, alimento y apoyo económico. 2. Dependencia Emocional o Ambivalencia Emocional: en la medida que la víctima mantenga un vínculo erótico y/o afectivo con el imputado, aumentan las posibilidades de retractación. 3. Privación de libertad del agresor: La mayoría de las víctimas tienen como fantasía que la pena que tendrá que pagar el agresor si se sentencia culpable es una condena carcelaria, sin embargo, existen distintos términos posibles a partir de una denuncia de VIF. Este desconocimiento de los otros tipos de términos facilita que la víctima se retracte con el fin de evitar tanto la privación de libertad del imputado como dejar registro de condena en sus antecedentes. 4. Represalias: El miedo a las represalias en las víctimas de VIF es muy común, dado que la mayoría de las veces, el imputado para persuadir a la víctima en que levante la denuncia la amenaza de futuras agresiones por parte de él o por parte de algún familiar. Por lo que la víctima, para evitar aumentar el conflicto o una nueva agresión prefiere levantar la denuncia y llegar a un acuerdo de palabra. 5. Victimización Secundaria: en la medida que la víctima sienta que tiene que asistir a muchas audiencias ya que éstas se aplazaron, sin motivo alguna para ella, o en que se sienta poco entendida en la fiscalía, o desconfíe de la eficacia del sistema, o sienta que no la tratan como corresponde; es muy probable que la víctima se retracte para no tener que volver a asistir a las citaciones, terminando ella, por sus propios medios con la causa. 6. Distorsiones Cognitivas: se refiere a toda interpretación inadecuada de alguna situación en particular. Las víctimas que justifican1 o racionalizan2 la agresión, o tienen la ilusión de control, 1 Por ejemplo: las víctimas que sienten que provocaron a sus parejas a agredirlas, o lo justifican a través de su historia familiar, tienen mayor probabilidad de retractarse. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE tienden a retractarse. Dado que no perciben el riesgo de la relación o sienten tener la capacidad de solucionar los problemas con sus propios medios sin que un tercero intervenga, tiende a retractarse. 7. Escasas Redes de Apoyo: Las víctimas que están aisladas socialmente, que cuentan con pocas amistades, pocos familiares y poca participación en instituciones, trabajos o fundaciones, es posible que se retracte. Ya que el imputado es casi la única fuente de apoyo, por más cuestionable que sea su modo de apoyar. A partir de lo anterior, se puede concluir que son distintas las variables que facilitan la retractación, que ninguna es suficiente ni concluyente para que surja. Sin embargo, la retractación es parte del fenómeno de la Violencia Intrafamiliar, por lo que resulta necesario tener una mirada comprensiva y preventiva respecto del fenómeno, para evitar que sigan habiendo mujeres que consideran la violencia como un mal necesario para la sobrevivencia. Resulta pertinente realizar en una primera instancia, una evaluación aún más completa con la víctima para determinar el motivo de la denuncia y las expectativas que la víctima tiene de ésta. Esto puede entregar información acerca de los intereses que la denunciante tenga y si la denuncia surge de una crisis momentánea o de una historia de agresión donde ella ha reflexionado sobre esta interacción y tiene una intención genuina de cambio. Se requiere apoyar a las mujeres para que mantengan el discurso y se sientan acompañadas en el proceso. Lo importante es estar consciente de lo complejo que es este fenómeno, de identificar las variables que puedan facilitar la retractación en cada caso, para ofrecer a las víctimas de manera inmediata, siempre y eficaz, las medidas de protección que ofrece nuestra red. Las víctimas estarán en conocimiento acerca del apoyo que le brinda el Estado, y este conocimiento tal vez sea un factor que disminuya la emergencia de este fenómeno. MODELOS TEORICOS A LA BASE DE LA INTERVENCION EN LAS CASAS DE ACOGIDA El programa Casas de Acogida se ha estructurado considerando diferentes modelos teóricos que, permiten, por una parte, explicar la violencia intrafamiliar contra las mujeres y, por otra, diseñar e implementar propuestas para enfrentarla. Además, se considera en forma transversal a todos los modelos, la perspectiva de género que está a la base de la conceptualización de la violencia contra la mujer. Estos modelos se inscriben en una lectura sistémica de los fenómenos, desde la cual la comprensión del comportamiento de las personas no están fundadas en las características 2 El mecanismo de defensa de la racionalización consiste en: en que la persona da coherencia lógica a actitudes, pensamientos y actos cuyos motivos reales no percibe (Andreucci y Maffioletti, 2001) WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE individuales de ellas, sino que se dan en función de las relaciones establecidas con el entorno (Watzlawick: 1967). Se considera que el observador siempre es parte de lo observado (Maturana: 1987), por lo que deben tenerse en cuenta los paradigmas de los operadores sociales intervinientes en el sistema de protección, para dirigir las acciones incluyendo la perspectiva de género y una adecuada comprensión del problema de la violencia intrafamiliar contra la mujer (Arón: 2001). En relación a los modelos, el más inclusivo es el Ecológico, que permite una amplia mirada del fenómeno de la violencia contra la mujer, dando cuenta de la complejidad y multicausalidad del problema y, por tanto, expone los diferentes niveles de intervención, desde lo primario a lo terciario, y en el cual, se introduce la conceptualización del Modelo del Circuito de Abuso en el Sistema Familiar. Se incorporan, también, los principios del Modelo de Desarrollo de Competencias para el trabajo con las mujeres de la Casa de Acogida, así como el Modelo de Intervención en Crisis. Por último, para estructurar el sistema de protección desde el Modelo Ecológico, se describe el Modelo de Redes, que posibilita el enfrentamiento del problema desde la coordinación de los diferentes actores y la co-responsabilidad en ello. Modelo Ecológico Los modelos únicamente individualistas o culturalistas no pueden explicar por si solos la complejidad del fenómeno de la violencia de Género. El Modelo Ecológico se presenta como un modelo integrativo (Brofenbrenner, en Corsi, 1992) en donde la realidad social familiar y la cultura pueden entenderse organizadas como un todo articulado, como un sistema compuesto por diferentes subsistemas que se articulan entre sí de manera dinámica, recíproca y permanente. Por lo tanto, es necesario considerar simultáneamente los distintos contextos en los que se desarrolla una persona para tener una aproximación ecológica de la violencia. Este modelo nos permite aclarar los distintos niveles involucrados que dan cuenta de las dimensiones y elementos que se alimentan entre sí, generando y manteniendo el problema. Esta mirada integrativa nos señala las distintas intervenciones a realizar para luchar en contra de la violencia de género y específicamente, la Violencia Intrafamiliar. Los subsistemas, que interaccionan recíprocamente son el macrosistema, el exosistema, el microsistema y el sistema individual. El siguiente esquema explica la integración e interrelación entre estos sistemas. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE A continuación entregamos una breve descripción de cada uno de ellos. - El macrosistema se refiere al contexto más amplio, a las formas de organización social, los sistemas de creencias y valores internalizados, así como los modos particulares de organización de la cultura. Se trata de patrones generalizados que permean los distintos estamentos y espacios de una sociedad. Este es el sistema mayor y contiene a los otros, en él se encuentran representadas las creencias y valores culturales acerca de la mujer, el hombre, la familia, los hijos, la concepción del poder y la obediencia, las actitudes sociales y culturales que legitiman el uso de la fuerza para la resolución de conflictos, los conceptos de roles familiares, derechos responsabilidades, etc. La violencia intrafamiliar, se inserta en la organización social que se estructura sobre la base de diferencias de poder que dan ventaja al hombre sobre la mujer y a los padres sobre los hijos, estas diferencias se plasman en los valores de la cultura y en los significados del ser hombre, mujer, padre, madre, hijo e hija, determinando de esta manera los roles de cada uno, así como sus derechos y responsabilidades. La validación hacia el uso de la fuerza para la resolución de conflictos, entre otros aspectos, establecen un contexto que genera y mantiene las diversas expresiones de la violencia entre las personas y los grupos en nuestra sociedad. - El exosistema se refiere a la conjunto de instituciones sociales que mediatizan los valores culturales al individuo y constituyen el contexto social más cercano y visible de las personas. Estas instituciones son las que encarnan y transmiten las creencias y valores culturales del WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE macrosistema, tales como la escuela, la iglesia, los espacios laborales, recreativos, los medios de comunicación, los organismos judiciales y de seguridad. Estas Instituciones juegan un papel decisivo en la perpetuación o eliminación de la violencia. - En el microsistema, que se refiere al nivel de las relaciones más directas y cercanas del individuo, es decir, su red primaria y donde la familia es considerada la estructura básica. En este nivel se consideran los elementos estructurales de la familia, los patrones de interacción familiar y las historias personales de quienes constituyen la familia, es decir los antecedentes de las familias de origen de sus miembros. - El sistema individual, incorporado por Corsi, incluye cuatro dimensiones psicológicas interdependientes: la dimensión cognitiva, la dimensión conductual, la dimensión psicodinámica y la dimensión interaccional. En este nivel podemos describir factores de riesgo y factores predisponentes en los distintos actores que participan en la relación de abuso de poder. Como se puede apreciar esta mirada multidimensional (que ha sido ampliamente asumido en nuestro país como una herramienta conceptual que ordena los distintos niveles de comprensión e intervención en el problema) permite comprender como se relaciona el sistema de abuso familiar, con los contextos socioculturales del abuso al identificar niveles de sistemas y describir la interacción entre la cultura, las instituciones y organizaciones sociales, la historia individual y las dinámicas subjetivas de las personas. El Circuito de Abuso en el Sistema Familiar Complementariamente, el programa Casas de Acogida incorpora el llamado Circuito de Abuso en el Sistema Familiar o Circuito de la Violencia descrito por la terapeuta Argentina Cristina Ravazzola (1997). Este da cuenta de la existencia de distintos actores o agentes interactúan en la situación de violencia. Por un lado nos encontramos con la persona abusadora, que es quien ejerce la violencia, la persona abusada o violentada, que por lo general es una mujer o un niño (hijo o hija), también puede tratarse de un anciano(a) y, las personas testigos o del contexto que pueden ser parte del espacio inmediato (barrio, familia, amigos, compañeros de trabajo) o del contexto más institucional que también mantiene contacto permanente o periódico con la persona abusada o alguien de su familia y que saben o pueden saber del abuso que está cometiéndose (profesionales y técnicos de consultorios, hospitales, y servicios de salud en general, profesores, educadoras de párvulos y otros agentes educativos, carabineros, funcionarios municipales, entre otros). Estos agentes de contexto pueden ejercer un rol absolutamente pasivo sobre el abuso, o bien, pueden participar introduciendo cambios o frenos en la situación de violencia de modo de influir en ésta. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Esta manera de entender la instalación de la violencia al interior de la familia, permite ver diferentes modos de entrar en el círculo de la violencia, incorporando cambios en cualquiera de sus niveles, lo que podría generar modificaciones en el circuito completo. Esta situación podemos verla como una oportunidad para la intervención, principalmente, para los agentes que desde su trabajo se relacionan con la violencia intrafamiliar,agentes de contexto, dado que revisando y cuestionando permanentemente las ideas, creencias y la forma de participar en las relaciones y en las estructuras de parte de quienes viven violencia, pueden abrir un paso para el cambio de la situación que experimentan las víctimas. Junto con distinguir a estos tres actores o agentes en el circuito de violencia, se plantea que al igual que en todos los sistemas sociales, también en las relaciones de abuso, su organización se perpetúa en tanto no cambien sus bases constitutivas, es decir, las ideas, las acciones y las estructuras. En el nivel de las ideas, nos referimos a todas las creencias, es decir a las explicaciones que los distintos actores del circuito de violencia hacen respecto a ella. En nivel de las acciones, nos encontramos con los gestos, palabras, acciones e interacciones que pueden ser identificados en los malos tratos y que generalmente son minimizados o normalizados en su real dimensión por los actores del circuito de violencia. Por último, en el nivel de las estructuras, los sistemas abusivos se organizan y perpetúan sobre la base de jerarquías que se consideran incuestionables e inamovibles, como por ejemplo, la estructura familiar en nuestra cultura, presenta diversos aspectos en su organización que derivan de la rígida asignación de roles de género. Uno de los aspectos más interesantes de este esquema tiene que ver con que da lugar a varias entradas en el circuito, y desde una perspectiva de sistemas, se puede plantear que un cambio en cualquiera de estas variables, generará una perturbación en el circuito completo. Lo que representa una oportunidad para los agentes que intervienen en la violencia familiar, ya que no sólo su interacción con la familia, la persona abusadora o la persona abusada, sino incluso y de manera no menos significativa, la atención, revisión y cuestionamiento permanente a sus ideas, creencias y participación en las interacciones y estructuras antes mencionadas, puede representar un camino para el cambio (Ravazzola, 1997). Las Tácticas de Abuso El modelo explicativo del “Poder y Control”, entiende la violencia masculina como un conjunto de comportamientos con intención, basados en el abuso de poder. Desde esta perspectiva, los comportamientos violentos jamás deben ser entendidos como estallidos de ira, pérdidas de control o acumulaciones de rabia, pues estas explicaciones justifican la violencia masculina al ponerla como una reacción “natural” y como tal no puede ser cuestionada y eliminada. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Las manifestaciones de violencia o las tácticas de abuso son instrumentos o mecanismos de un sistema de pensamientos o creencias establecidas que tienen como objetivo o finalidad mantener y controlar al otro, y en el caso de la violencia a la mujer, ejercer el poder sobre la mujer. Al plantear estas manifestaciones como instrumentos o mecanismos de un sistema de pensamiento, se refiere a que la educación en una cultura de verticalidad de las relaciones, en donde los roles están determinados en relación a las posiciones de poder de los géneros, el hombre ha aprendido cual es el rol tradicional de la mujer, como esposa y como madre, con todas las expectativas y exigencias que trae consigo esta visión equivocada sobre la mujer y la masculinidad. Desde esta perspectiva, la violencia hacia la mujer se entiende como un comportamiento aprendido basado en la desigualdad y asimetría en la relación entre hombres y mujeres, por lo tanto se comprende como un aprendizaje que, aunque se encuentre fuertemente arraigado, puede “des-aprenderse. Este des aprendizaje debe basarse en el cuestionamiento, la identificación y la exploración de los roles, y las convicciones sobre hombres y mujeres, y sobre las relaciones de pareja que se encuentran arraigadas desde los discursos familiares hasta el contexto social e histórico de la cultura. En síntesis, este modelo considera el conjunto de comportamientos violentos del hombre hacia la mujer como táctica utilizadas por el agresor para ganar “poder y control” sobre su pareja, haciendo énfasis en aspectos socioculturales. Y este conjunto de comportamientos fue conceptualizado y operacionalizado de la siguiente manera: Abuso Físico: Uso de cualquier tipo de fuerza física contra su pareja, con el objeto de causarle daño físico o emocional o de que ella sienta temor de él. Uso de Coerción y Amenazas: Anunciar a una persona, por cualquier medio, que se realizará un mal contra ella, su familia o sus bienes y/o el ejercicio de una presión para forzar la voluntad o conducta. Estas amenazas o coerción presentan un alto nivel de riesgo cuando van acompañadas del uso de armas de fuego o arma blanca. Se citan también en la doctrina, como ejemplos, amenaza con dejar a la mujer, con el suicidio del agresor, con denunciarla falsamente, con el despojo de los hijos, quitar apoyo económico. Intimidación: Causar o infundir miedo, mediante acciones, palabras, gestos y miradas que buscan atemorizar, asustar o amedrentar a la pareja. Especial intensidad tiene la intimidación con uso de armas de fugo o arma blanca. El hecho de que una persona haya WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE sufrido violencia física en el pasado aumenta la efectividad de la intimidación del agresor sobre la víctima. Abuso Emocional: Cualquier acción que haga sentir mal a su pareja acerca de si misma o cualquier ataque contra su autoestima. Aislamiento: Resultado de varios tipos de comportamiento abusivo. Aislar a su pareja implica cualquier intento de controlar con quién ella se relaciona, de limitar lo que hace, restringir lo que ella quiere para sí misma, bloquear o problematizar su vida social Negación: Afirmar o indicar verbal o no verbalmente que el abuso o violencia que pasó no sucedió. Minimización: Restar importancia a los efectos de su agresión o comportamiento abusivo. Transferencia de la culpa: Trasladar la responsabilidad de un comportamiento abusivo o violento que él realizó a otra persona o a alguna situación. Manipulación de los niños y las niñas: Todo intento de controlar a su pareja por medio de amenazar o dañar la relación que ella tiene con sus hijos o directamente amenazar con dañar o hacerle mal a los hijos e hijas. Privilegio masculino: Conjunto de creencias que sostiene que un hombre tiene derecho a ciertos privilegios por el solo hecho de ser hombres. Abuso económico: Controlar los ingresos de la familia o limitar el acceso de su pareja al dinero con el fin de mantenerla dependiente de él o para presionarla a actuar de la manera en que él quiere. También se refiere al mal uso del dinero, o poner sus necesidades antes de las de la familia. Abuso Sexual: Cualquier intento de imponer actos sexuales a su pareja en contra de su voluntad. Cuando el acercamiento sexual se vuelve coercitivo, es decir, cruza la línea del consentimiento voluntario verbal o no verbal de la mujer. Este conjunto de tácticas puede ser representado con la imagen de un “estado de sitio” impuesto hacia la mujer pues delimita y restringe a la mujer tanto en su actuar como en su capacidad de expresarse libremente y, cuando la mujer intenta salirse de este control, que muchas veces es invisible, es cuando la violencia del hombre se vuelve más intensa. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Al entender la violencia del hombre hacia la mujer en las relaciones de pareja como un comportamiento aprendido, en el cual se ejerce desigualdad y asimetría en la relación entre ambos, se nos abre la posibilidad de cambio. Y desde esta posibilidad de desaprender y aprender nuevamente, la “Rueda de la Igualdad”, es una alternativa frente a la violencia, donde cada uno de sus componentes ofrece conductas o comportamientos alternativos frente a las diferentes tácticas de poder y control que ejercen los hombres en las relaciones de pareja”. Estas formas equitativas de relacionarse son: Conducta no Amenazante: Actuar y hablar de manera que ella se sienta segura y cómoda al hacer sus cosas y al expresarse Respeto: Escucharla sin juzgarla, apoyarla y comprenderla, valorar sus opiniones Confianza y Apoyo: Apoyarla en sus metas en la vida, respetarle sus sentimientos, amigos(as), actividades y opiniones Honestidad y responsabilidad: Aceptar responsabilidad por sus acciones, reconocer y aceptar que actúo violentamente en el pasado, reconocer que estaba equivocado, comunicarse abiertamente y con la verdad Asumir la responsabilidad paterna: Compartir las responsabilidades de la crianza, ser un modelo de conducta para su hijo/a, actuando positivamente y sin violencia. Responsabilidad compartida: Llegar a un acuerdo para una justa distribución de las tareas de la casa, tomar juntos las decisiones familiares. Economía compartida: Tomar juntos las decisiones económicas, asegurar que los acuerdos económicos beneficien a los dos. Negociación justa: Ante un conflicto, buscar soluciones convenientes para ambas partes, aceptar cambios, estar dispuesto a llegar a un acuerdo. Modelo de Intervención en Redes Este modelo amplía el foco desde el individuo hacia las unidades sociales más amplias, tanto en la conceptualización de los problemas como en el diseño de estrategias de intervención. Dos modelos básicos relacionados con esta perspectiva son el Modelo de Redes Personales o Focales y el Modelo de Red Abierta o Red Focal. Del primero derivan las Intervenciones en red y del segundo el Trabajo en Red. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE La red social, en términos generales, puede describirse como un sistema de vínculos entre distintos puntos de un grupo social como son los actores sociales o distintos grupos e instituciones, que permite el intercambio de información y las interacciones entre los distintos puntos de la red. Existen distintos tipos de redes sociales: las redes sociales personales o focales, las redes sociales abiertas o redes temáticas, las redes comunitarias. La red social personal está constituida por todas aquellas relaciones significativas que una persona establece cotidianamente y a lo largo de su vida. En este sentido, cada persona es el centro de su propia red, que está formada por sus familiares más cercanos, los/as amigos/as, compañeros/as de estudio y de trabajo, los miembros de las instituciones a las que acude habitualmente y los conocidos con quienes se ve sólo esporádicamente. Las intervenciones que utilizan el modelo de redes sociales personales son llamadas intervenciones en red. Se refieren a la inclusión de la red social como un elemento importante para la comprensión del sufrimiento de la persona que consulta y a la vez, la utilización de dicha red como un recurso central en el alivio de este sufrimiento. El modelo de redes se refiere también al concepto de red más amplio, que incluye el tejido social formado por los distintos grupos e instituciones de la comunidad. Esta puede ser una red abierta, focalizada en una temática determinada, como por ejemplo las redes de violencia. El trabajo de formar, activar o fortalecer este tipo de redes es lo que se denomina trabajo de redes o práctica de red. Modelo de Desarrollo de Competencias. En el marco del nacimiento de la psicología comunitaria, en la década de los 60, se planteó la necesidad de considerar las variables ambientales en la conceptualización de los problemas de salud mental y de cambiar desde una perspectiva de “déficit”, centrada en las deficiencias, hacia una perspectiva de “competencias”, centrada en los recursos de los individuos y sus grupos. Surgen así los llamados Modelos de Bienestar Psicosocial o Modelos de Competencias. Según Ana María Aron (2001), el concepto de salud mental se refiere no solo a la ausencia de enfermedad, sino también al completo bienestar físico, mental y social. Esta mirada implica considerar la capacidad de los individuos para interactuar entre sí y promover el bienestar subjetivo, el desarrollo de las propias potencialidades y de las de la comunidad. Por lo tanto, el Bienestar psicosocial se entiende como un estado de satisfacción de sus necesidades y de desarrollo de sus potencialidades en interacción constante con la comunidad y el desarrollo de ésta. El supuesto básico con que funcionan estos modelos es el de confianza en los recursos del individuo y de la comunidad para resolver sus propios problemas. Esto no equivale a abandonar a la persona a su propia suerte, pero sí significa que quien debe hacerse cargo y resolver el problema es quien lo tiene. El papel del especialista es ayudarle a descubrir sus propios recursos, a activarlos y a recobrar su confianza en ellos. En este modelo se enmarca el concepto de resiliencia, es decir, la capacidad de las personas y de los grupos para recuperarse de situaciones WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE adversas a las que han sido sometidos. Enfatiza el desarrollo de los factores protectores más que los factores de riesgo tanto personales como de la comunidad. El intervenir desde este modelo permite fortalecer la confianza en los propios recursos para enfrentar la violencia, ayuda a activar las fuentes de apoyo o las redes personales y locales, normaliza las reacciones emocionales como reacción esperada frente a situaciones de crisis, reestableciendo su equilibrio. El programa Casas de Acogida enfoca su intervención desde la perspectiva de las competencias, es decir se traslada desde un enfoque asistencialista a uno centrado en los recursos de las mujeres usuarias del mismo. Este enfoque promueve el desarrollo de potencialidades y de los recursos propios para la solución del problema, por lo cual las mujeres y sus redes personales se hacen parte a la hora de resolver el problema. Intervención En Crisis Las víctimas de violencia, según Arón (2001), habitualmente piden ayuda cuando se encuentran en crisis. La situación de violencia en la que se vieron enfrentadas estas mujeres, que implica amenaza de muerte y violencia grave son crisis en sí mismas. Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, en la que el individuo presenta una incapacidad para manejar las situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados anteriormente para la solución de problemas. Surge a partir de un suceso precipitante, por tanto, tiene un inicio identificable. Este suceso incide en la estructura existencial que tiene la persona acerca de la vida, lo que hace que la situación sea crítica. Es necesario considerar no solo el suceso precipitante sino también las significaciones que hace el sujeto de éste, o más específicamente, qué mapa cognoscitivo o expectativa establecidas en la vida se han violado y qué conflictos personales inconclusos se hicieron evidentes por el proceso de crisis (Slaikeu, 1996). Las formas de responder ante las crisis dependen de la severidad del suceso, de los recursos personales para enfrentarlo y de los recursos sociales disponibles en el momento en que ocurre la violencia. No obstante, la crisis puede afectar diversos aspectos de la vida de una persona: sentimientos, pensamientos, conducta, relaciones sociales y funcionamiento físico. El individuo se vuelve vulnerable, ya que sus defensas bajan, y todos los recursos disponibles para resolver los problemas se ponen en cuestión (Slaikeu, 1996). A partir de esta vivencia de vulnerabilidad y falta de control sobre los acontecimientos, los efectos pueden ser múltiples y variados. A continuación se exponen algunos de los posibles efectos: WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE EFECTOS DE LAS CRISIS3 Efectos Cognitivos - Efectos Emocionales - Incredulidad y dificultad para dimensionar la magnitud del evento crítico Confusión Dificultad para focalizar, tendencia a la dispersión Dificultad para encontrar alternativas de solución a los problemas Dificultad para tomar decisiones Dificultad de concentración Dificultad para incorporar nuevas informaciones Reexperimentación del evento crítico Asociación de objetos, personas o situaciones con el evento crítico - Fuerte impacto emocional, estado de shok Emociones intensas de angustia, tristeza, rabia, miedo o impotencia Desborde emocional Labilidad emocional Tensión e irritabilidad Aplanamiento afectivo Negación o minimización Desconexión emocional Revivir los efectos emocionales generados por el evento crítico Efectos Conductuales - Hiperactividad o conductas erráticas Impulsividad Paralización o inhibición de la conducta Conductas de evitación Aumento de consumo de alcohol u otras sustancias psicoactivas Conductas de aislamiento , reducción de vida social Efectos Fisiológicos - Dolores corporales generalizados y difusos Jaquecas, mareos o desmayos Taquicardia y alteraciones abruptas de la tensión arterial Presión en el pecho (“sofocamiento” o “falta de aire”) 3 Tomado del Manual: “Intervención en Crisis” elaborado por el equipo de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el marco del proyecto FONDEF WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Efectos en las relaciones - Problema gastrointestinales Cansancio Trastornos del sueño: insomnio, pesadillas o dormir en exceso Trastorno del apetito: inapetencia o comer en exceso - Una situación de crisis no solo afecta a las personas individualmente, sino también afecta las relaciones entre sí: Cambio en la forma habitual de relación Descoordinación en las acciones Dificultades para ponerse de acuerdo acerca de cómo proceder Las responsabilidades se superponen y/o diluyen Culpabilización mutua Descalificación de los recursos de otro Activación de conflictos previos Desarticulación de redes sociales - Es importante considerar que todas las personas reaccionan distintas ante las crisis, y por otra parte, estas reacciones ante las crisis son reacciones normales frente a una situación anormal. En un primer momento, estas reacciones son esperables, pero si se mantienen en el tiempo, limitan nuestras posibilidades de enfrentar la crisis y de buscar soluciones. Quizás el aspecto más llamativo de la teoría de las crisis es la idea de que ésta puede conducir y facilitar un crecimiento personal. Esta dimensión de la crisis la eleva de un plano de desesperación, negativismo y peligro, a un nivel más positivo, el de que el sufrimiento puede estimular también el desarrollo personal y la madurez (Slaikeu, 1996). Existen distintos tipos de crisis. Están las Crisis Normativas o Crisis Esperadas, que se relacionan con los ciclos de vida, y que ocurren cada vez que una persona pasa de una etapa a otra o cuando la familia o la red vincular pasa de un ciclo de vida a otro, como el nacimiento de un hijo, el matrimonio, el abandono del hogar por parte de los hijos. Y las Crisis No Esperadas o Crisis Circunstanciales, corresponden a aquellos sucesos sorpresivos, como lo son las enfermedades, los crímenes, las muertes repentinas, desastres naturales y guerras, entre otros. El maltrato al cónyuge o a los hijos también puede provocar una crisis en la víctima, ya que más allá del peligro físico existen peligros psicológicos que pueden surgir de la interpretación de los hechos (Slaikeu, 1996). Aunque la Violencia se enmarca en dinámicas relacionales arraigadas en la cultura, el carácter de sorpresivo radica en que nadie espera ser violentado, agredido o maltratado por otros, y por sobre todo, por sus parejas o cónyuges. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Según Horowitz (1967) la primera reacción ante un hecho amenazante es el desorden emocional expresado a través de llanto, angustia, grito, desmayo o lamentos. Este desorden conduce a la negación, cuya función es el amortiguamiento del impacto del suceso, se expresa a través de no pensar en lo que pasó, realizar actividades como si nada hubiera pasado. Frente al desorden, y a veces después de la negación, el sujeto también puede expresar intrusión, es decir, manifestar una abundancia involuntaria de ideas de dolor por los sentimientos acerca del suceso, como lo son las pesadillas recurrentes y/o tener imágenes acerca de lo que ha pasado. En este momento el sujeto se siente incapaz de continuar con su vida. Luego el sujeto comienza el proceso de translaboración, o elaboración del evento, en el cual logra identificarse con los pensamientos y sentimientos de la crisis, pueden expresarlos y alcanzar la elaboración. En la medida que el individuo logra integrar el hecho traumático a su historia vital y logra la reorganización llega a la última etapa denominada terminación. La intervención en crisis es un tratamiento breve de tiempo limitado y debe ser de modo inmediato luego del hecho traumático. El objetivo principal de la intervención en crisis es que la persona recupere el nivel de funcionamiento que tenía antes del incidente que precipitó la crisis. Aunque el sujeto nunca volverá al nivel previo de funcionamiento, al translaborar y resolver de manera exitosa una crisis, logra establecer un estado equilibrado y organizado, integrando la vivencia a su historia vital (Slaikeu, 1996). En la intervención es necesario realizar una evaluación de la situación general del sujeto, tanto de las fortalezas como las debilidades de cada uno de los sistemas implicados. El interviniente debe identificar cuáles variables ambientales precipitaron o permitieron la crisis, cuáles mantienen la desorganización y el sufrimientos, y cuáles pueden movilizar para facilitar el cambio constructivo de la situación (Slaikeu, 1996). Uno de los aspectos más relevantes y característicos del trabajo con la crisis es que los intervinientes son más activos, directos y orientados a la consecución de objetivos que en otras intervenciones. Puesto que el tiempo es breve, los terapeutas deben ser activos en identificar las dificultades, las necesidades inmediatas y movilizar los recursos de ayuda. El interviniente se debe mostrar: empático, cordial y auténtico (Slaikeu, 1996). Y lo primero que debe hacer es evaluar la posibilidad de suicidio u homicidio, luego deben valorar los recursos y movilizar la intervención hacia los pasos de acción. Intervención de primera instancia4 Estas intervenciones son en primera instancia cortas (lo usual una sesión) y pueden realizarla una amplia gama de asistentes comunitarios y son más efectivas al principio de la crisis. Los objetivos de esta primera intervención son los siguientes: 4 Basado en Slaikeu, 1996. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE - - - Proporcionar apoyo: este es el primer objetivo y se expresa a través de una escucha activa y empática. Se le brinda un espacio en el que la persona puede expresar sus sentimientos y emociones que pueden surgir a partir del hecho. Reducir la mortalidad: este objetivo está enfocado a reducir el daño físico y las posibilidades de suicidio u homicidio que pueden surgir en la crisis. Esto puede implicar deshacerse de las armas, realizar hospitalización si es necesario, coordinar compañía constante. Coordinación con red: antes de resolver el problema completo de manera inmediata se recomienda establecer con precisión las necesidades fundamentales, para realizar las coordinaciones con actores pertinentes para la satisfacción de estas. Los 5 componentes de los primeros auxilios psicológicos son: 1. Realizar el contacto psicológico: una condición previa a toda intervención y asistencia psicológica es escuchar de modo empático, que implica escuchar los hechos y los sentimientos que estos implican. Se debe legitimar lo que le está pasando al sujeto, sin juzgarlo, respondiendo de una manera tranquila y controlada. El contacto psicológico no siempre se hace mediante comunicaciones verbales, algunas veces, el contacto físico, no verbal, es más efectivo, por ejemplo tocar o abrazar. El objetivo es que el paciente se sienta comprendido, apoyado y aceptado, lo que facilita una disminución en la intensidad de sus emociones. El contacto psicológico sirve para reducir el dolor que surge de la sensación de vulnerabilidad y soledad durante la crisis. Si la persona tiene miedo a “perder el control” o miedo a “enloquecer”, se le debe señalar que es una respuesta normal a un incidente anormal. Que es una reacción esperable y temporal. En la medida que la mujer se identifique como enferma, se pone límites a su recuperación, pero si significa esta desorganización como algo normal, esperado y temporal, puede liberar sus energías creativas hacia una superación de la crisis. El interviniente debe evitar contar su propia historia, juzgar las acciones o ignorar sentimientos o hechos. 2. Examen de las dimensiones del problema: es necesario evaluar la dimensión de los problemas, tanto en el pasado como en el presente y futuro inmediato. El pasado inmediato remite a determinar cuáles fueron los acontecimientos que condujeron al estado de crisis, indagar acerca de las características más relevantes del comportamiento, de la afectividad y de las cogniciones del sujeto y de las relaciones interpersonales. De la situación del presente debemos identificar quién está implicado, qué fue lo que sucedió y cuándo sucedió. Es necesario también identificar el estado general del sujeto, cómo se siente, cuál es el impacto que esto WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE le ha generado, cuáles son los efectos y las consecuencias del hecho. Se debe poner atención tanto en las debilidades como en las fortalezas. Por último, resulta necesario identificar cuáles son las probables dificultades que tendrá que enfrentar en un futuro cercano, por ejemplo, una mujer separada de su esposo, puede necesitar ayuda en cómo contarle a sus hijos acerca de los acontecimientos recientes. El objetivo de examinar las dimensiones del problema es realizar una jerarquía de las necesidades de la mujer dentro de dos categorías: 1. Conflictos que necesita manejarse de manera inmediata; y 2. Conflictos que pueden dejarse para después. No se deben evitar las situaciones de peligro, sino más bien enfrentarlas o diseñar estrategias para enfrentarlas. 3. Analizar posibles soluciones: el tercer componente de la intervención psicológica implica la identificación de posibles soluciones alternativas para las necesidades inmediatas como para las que se pueden dejar para después. Se adopta una estrategia paso a paso, a partir de estrategias utilizadas por la mujer anteriormente, analizando las posibles consecuencias de cada paso. Se intenta que la mujer realice todo lo que pueda por sí misma y en conjunto se establece las estrategias y soluciones. No hay que dejar obstáculos sin examinar ni dejar sin estrategias para posibles soluciones. 4. Ejecución de la acción concreta: en este momento se ayuda a la mujer a realizar las acciones escogidas para alcanzar las soluciones y finalmente, alcanzar la satisfacción de las necesidades. Es importante recordar que la mujer debe hacer tanto como sea capaz de hacer sin sobre exigirla ni sub valorarla. Solo cuando las circunstancias deterioran severamente la capacidad de acción de la mujer, el interviniente toma un rol activo y directivo, y aún entonces se hace de un modo gradual. No obstante, lo ideal es que la mujer tome la principal responsabilidad por cualquier acción. Evitar intentar resolver todo los conflictos en el primer encuentro, es necesario dar tiempos pertinentes. 5. Seguimiento: este proceso implica realizar un seguimiento para verificar el progreso, por lo que resulta necesario especificar un procedimiento mediante el cual el interviniente con la mujer estén en contacto en un tiempo posterior. El objetivo es mantener el apoyo e identificar si se lograron los objetivos: brindar apoyo, reducción de mortalidad y coordinación con redes. Evitar dejar detalles en el aire o dejar la evaluación y seguimiento a otra persona. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Intervención de segunda instancia5 La intervención en crisis de segunda instancia surge cuando los primeros auxilios psicológicos cesan. La intervención de segunda instancia o terapia de crisis se centra en un proceso de reconstrucción de una vida quebrantada por un incidente externo, es decir, su objetivo es lograr elaborar el incidente de la crisis de modo que éste se integre de manera relativamente funcional en la historia vital, y esta reorganización sea en función al crecimiento y se aleje del debilitamiento. Este proceso es mucho más extenso que la intervención de primera instancia. Para realizar un trabajo acorde a las necesidades e individualidades de cada sujeto se requiere realizar una evaluación general de la mujer en relación a los siguientes sistemas: 1. 2. 3. 4. 5. Sistema conductual: se refiere a la actividad manifiesta del sujeto, en particular: trabajar, descansar, hábitos de sueño, de comida y bebida, comportamiento sexual, uso de drogas, alcohol y tabaco y otros patrones vitales. Sistema afectivo: incluye todos los sentimientos y emociones que la mujer pueda tener acerca de cualquiera de estos comportamientos, del hecho traumático y de la vida en general. Sistema somático: se refiere a todas las emociones corporales, que abarcan la sensibilidad al tacto, sonido, la percepción, el gusto, la visión y el oído. En necesario recoger información sobre el funcionamiento físico en general, que incluye dolores de cabeza, molestias estomacales, tensión arterial, entre otros. Sistema interpersonal: se refiere a la cantidad y calidad de las relaciones que la mujer establece. Se evalúa también el rol que cumple la mujer en sus relaciones. Sistema cognoscitivo: en este sistema está presente todas las imágenes, significaciones, pensamientos y representaciones mentales que la mujer hace con respecto a la vida, los recuerdos, sobre el pasado, y las posibles aspiraciones hacia un futuro. En este sistema también están los sueños diurnos y nocturnos. En la intervención de segunda instancia el terapeuta debe ser capaz de identificar el impacto del incidente de crisis en estas cinco dimensiones, a través de una comparación del funcionamiento previo a la crisis con el funcionamiento durante la crisis, valor las fortalezas y debilidades de cada sistema. Tratamiento: Cuatro tareas de la resolución de la crisis La premisa orientadora de la intervención en segunda instancia o la terapia para la crisis es que el sujeto puede crecer mediante la crisis, que logre integrar el incidente a su historia vital y se continúe con su proyecto de vida. Para lograr estos objetivos se necesita que se cumplan las siguientes tareas: 5 Basado en Slaikeu, 1996. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE 1. Supervivencia físicas: la primera tarea por absurda que pueda resultar es que el sujeto logré preservar la vida (impedir el suicidio u homicidio) y/o logré mantener la salud física (alimentación, relajación, descanso/sueño). 2. Expresión de sentimientos: se debe asistir al sujeto para que exprese, de alguna manera relativamente adecuada, los intensos sentimientos que acompañan la crisis, para así lograr liberar la energía emocional, y poder utilizarla de un modo constructivo. Por lo que se facilita al sujeto a que identifique sus emociones y exprese los sentimientos y emociones relacionados con la crisis. La principal estrategia terapéutica es la escucha activa, donde el paciente escucha tanto lo que le ha pasado al paciente como el cómo se siente éste con respecto a lo sucedido. Resulta necesario también aceptar al sujeto, para que éste logre expresar sus emociones sin pudor ni culpa, y lograr hacer catarsis. Se recomienda que el terapeuta recuerde a la mujer que existen distintas formas de expresar las emociones, y que cada persona puede encontrar su lugar, su espacio y su forma de expresión. 3. Dominio cognoscitivo: la perspectiva cognoscitiva provee el camino más claro para la compresión de por qué un incidente conduce a la crisis, por lo que se le pide a la mujer que relate la historia de lo que pasó, qué fue lo que condujo la crisis, quién estuvo o está implicado en ella, el o los resultados, y otros detalles relacionados. Se debe poner atención a la forma de narrar los hechos, los vacíos de información, distorsiones, puntuación de hechos. Y por otra parte, es necesario que la mujer comprenda el significado que este hecho tiene para ella y cómo entra en conflicto con las expectativas y mapas cognoscitivos. Al escuchar qué es lo que el incidente significa para el paciente, el terapeuta también puede identificar cualquier error cognitivo aparente (como la sobregeneralización o la catastrofización), los conceptos erróneos y las creencias irracionales. Ya no se pregunta cómo te sientes sino más bien qué piensas en relación a los hechos. Por último, integrar este hecho al continuo vital implica reconstruir, reestructurar o reemplazar cogniciones, imágenes y sueños que se han destruid producto de la crisis. 4. Adaptaciones conductuales: para la resolución de la crisis se requiere de un cambio conductual, se requiere acción oportuna y constructiva, y también mejorar la auto imagen y el sentido de dominio. Es de suma importancia que la persona pueda volver a trabajar, a comprometerse con el desempeño de un papel y volver a participar en relaciones significativas, esto le permitirá sentir algún nivel de control sobre la vida diaria, lo que facilitará para su reelaboración. Cada mujer requiere actividades distintas para su elaboración, por lo que se debe identificar cuáles son las pertinentes a cada mujer. Esta intervención puede durar varias semanas. Dentro del contexto de Casa de Acogida se recomienda realizar una intervención intensiva en función a los aspectos más desorganizados WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE de la mujer. No obstante, si ésta requiere mayor profundidad derivar a instituciones adecuadas dependiendo de la situación, como COSAM, Centros de la mujer, hospitales. Al término de la intervención se recomienda realizar un seguimiento, aunque la mujer esté en la Casa. Ya que este seguimiento está enfocado principalmente a identificar si la mujer continua en un estado de organización y equilibrio, de integración de este hecho a su historia vital, y si se sigue proyectando hacia el futuro. Es decir se evalúa la naturaleza y calidad de la resolución de la crisis. MARCO ÉTICO PARA LA INTERVENCIÓN Las/os profesionales cuyo quehacer está dirigido a la salud y bienestar de los seres humanos necesariamente deben tener un sustento ético como marco regulatorio de la praxis. Desde la bioética y la perspectiva de los derechos humanos se señalan un conjunto de principios que deben regir el comportamiento profesional. De los cuales a continuación se pasa a revisar los más atingentes para el área de atención: Dignidad de las personas con las cuales se trabaja: Se habrán de respetar plenamente la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades fundamentales. Lo cual está muy relacionado con el respeto que se debe tener a las mujeres, reconociendo el sufrimiento que causa la violencia, se debe evitar la re-victimización de estas, haciendo el trabajo lo más eficiente posible para no tener que exponer a las mujeres a situación innecesarias tales como múltiples derivaciones. Autonomía y responsabilidad individual: Se habrá de respetar la autonomía de las mujeres en lo que se refiere a la facultad de adoptar decisiones, asumiendo la responsabilidad de éstas y respetando la autonomía de los demás. Este principio es central en la relación que se establece con mujeres víctimas de violencia, se debe tener siempre presente, que son ellas quienes deben iniciar un proceso de autonomía, por lo que se deben respetar sus decisiones y el proceso personal que llevan a cabo, evitando imponer las propias ideas. Consentimiento: Toda intervención sólo habrá de llevarse a cabo previo consentimiento libre e informado de la mujer interesada, basado en la información adecuada. Cuando proceda, el consentimiento debería ser expreso y la interesada podrá revocarlo en todo momento y por cualquier motivo, sin que esto entrañe para ella desventaja o perjuicio alguno. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Privacidad y confidencialidad relativa: La privacidad de las mujeres que llegan a pedir ayuda y la confidencialidad de la información que les atañe debe respetarse. Esa información no debería utilizarse o revelarse en otra instancia que no sea en el marco del proceso de intervención con la usuaria y/o bajo su consentimiento. En ese sentido es importante destacar, que la confidencialidad adquiere su valor relativo en cuanto la violencia de género es una problemática socio/legal y la información proporcionada por los equipos, es un aspecto clave para el despliegue de los mecanismos de protección a nivel legal. Igualdad, justicia y equidad: Se habrá de respetar la igualdad fundamental, de tal modo que sean tratados con justicia y equidad. Este principio es fundamental, ya que el quehacer profesional instala una dinámica asimétrica en la relación equipo- usuarias, por lo que se hace necesario que los equipos constantemente analicen la relación que se establece con las usuarias con el fin de prevenir situaciones de poder que afecten el proceso de estas últimas. No discriminación y no estigmatización: Ninguna mujer debe ser sometida por ningún motivo a discriminación o estigmatización alguna. Es fundamental tener presente que las mujeres que son víctimas de violencia han sido vulneradas en sus derechos, y por lo tanto, se debe evitar caer en la culpabilización de estas. Respeto de la diversidad cultural y del pluralismo: Se debe tener debidamente en cuenta la importancia de la diversidad cultural y del pluralismo. Reconociendo la igualdad de derechos que tienen todas aquellas mujeres que asisten a pedir ayuda. Consideraciones iniciales en torno a la intervención con mujeres víctimas de violencia en el ámbito familiar A partir de la conceptualización de la Violencia de Género en el ámbito intrafamiliar se destaca la especificidad que la intervención debiese dar cuenta. En el proceso de victimización en el espacio familiar participan una serie de factores que son necesarios de considerar, por lo que se torna imprescindible tomar en cuenta una serie de principios de orden técnicos y éticos que debiesen dirigir la intervención en sus distintos niveles de complejidad. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE La necesidad del desarrollo de competencias especializadas en materias de género y violencia intrafamiliar. Al hacer referencias a competencias en este ámbito se destaca la capacidad de las profesionales de plasmar los fundamentos epistemológicos como técnicos de los diversos relatos que se han construido en el desarrollo de la teoría de género. No se trata de situar el género en el ámbito de los roles, sino que en el seno de la construcción de la subjetividad femenina donde aspectos como la identidad, los afectos, los vínculos están relacionados a la dimensión socio/histórica del género. La dimensión de género por tanto, no sólo es un concepto que nos permite comprender en parte el fenómeno de la violencia, sino que además, posibilita la elaboración de herramientas y estrategias de intervención dirigidas a la transformación social y al ordenamiento actual de las relaciones de género, desde una posición crítica. Los procesos de empoderamiento y autonomía que deben desarrollarse a través de la intervención psicosocial implican la concepción de éstos como procesos dinámicos e interrelacionados entre sí. La intervención integral con las mujeres que acuden a las Casas, debe ser capaz de generar en las usuarias procesos de autonomía en la esfera física, económica, política y sociocultural. Consideraciones en torno a los equipos de trabajo Gran parte de la efectividad en el ámbito de la intervención social está estrechamente vinculada a la capacidad de los equipos de trabajo en constituirse en cuanto tal y una vez constituidos, posibilitar los procesos para aumentar los niveles de eficacia y eficiencia en las tareas requeridas. Habitualmente las personas que conforman un equipo son responsables de la ejecución técnica y gestionar casi todos los aspectos del trabajo. Siendo también parte de su definición una serie de procesos compartidos por todos los equipos, entre los que se destaca fomentar la autonomía personal, la creatividad, la participación y la creación de nuevos conocimientos. Según Ayestarán son tres los aprendizajes básicos que los equipos deben realizar para alcanzar los objetivos propuestos: Participación de todos/as los/as integrantes del equipo en su funcionamiento y toma de decisiones. Trabajar en conjunto con ideas opuestas, para encontrar caminos de integración de las mismas. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Construcción de un objetivo compartido a través del dialogo participativo y democrático. Además de estos elementos, es necesario destacar y precisar que la efectividad de los equipos de trabajo multidisciplinarios están estrechamente relacionados a las capacidad de éstos de generar un trabajo interdisciplinario que consiste en la búsqueda sistemática de integración de las teorías, métodos, instrumentos, y, en general, fórmulas de acción de diferentes disciplinas, a partir de una concepción multidimensional de los fenómenos, y del reconocimiento del carácter relativo de los enfoques y disciplinas por separado. La interdisciplinariedad supone una concepción filosófica del trabajo de equipo y de la mirada en torno al fenómeno de la violencia y su intervención, que permite a su vez plantear momentos alternativos de integración caracterizados por encuentros, seguidos por otros de diferenciación, buscando amalgamar lo conocido con lo no conocido, lo monodisciplinario con lo aportado por las otras disciplinas. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE PROGRAMA CASAS DE ACOGIDA La Casa de Acogida es un espacio temporal y seguro –financiado por el SERNAM- para mujeres en situación de riesgo vital a causa de violencia intrafamiliar, que ofrece servicios para ellas y sus hijas e hijos, con un enfoque integral-ecológico y con perspectiva de género. Las Líneas de Acción del modelo corresponden a: a) Autoprotección y Protección b) Provisión de servicios que comprende la atención Psicosocial y legal para la reinserción de las mujeres. c) Coordinación sectorial para abordar de manera eficaz las necesidades de protección y reinserción de las víctimas. La Casa de Acogida, está considerada como una parte integrante del Sistema de Protección, y ha sido configurada como una unidad terapéutica y de soporte, para facilitar la visualización e identificación de la violencia en función de la desnaturalización de la misma. Es un espacio seguro donde se generarán intervenciones que potencien estrategias de protección y autoprotección. Para esto, se garantizará la coordinación con otros recursos del sistema de protección, de manera de dar respuesta a las necesidades de habilitación e inserción laboral, vivienda, salud integral, educación, justicia y establecimiento de redes primarias de apoyo. Objetivo general La Casa de Acogida es un espacio temporal y seguro financiado por el SERNAM, para mujeres en situación de riesgo vital y/o víctimas de VIF grave, principalmente por parte de su pareja, que ofrece atención psicosocial y legal, en modalidad residencial, como una estrategia de protección para ellas y sus hijos e hijas, con un enfoque integral y con perspectiva de género. En este marco, el objetivo general de la Casa de Acogida es “Ofrecer un espacio de residencia temporal y seguro a las mujeres y sus hijos/as, que se encuentran en situación de riesgo grave y/o vital, producto de la violencia ejercida por parte de su pareja y generar estrategias de protección para y desde las víctimas”. Objetivos Específicos: WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE 1. Garantizar un espacio de residencia seguro y de carácter temporal, tanto a las usuarias de las casas de acogida; así como a sus hijos e hijas de hasta 12 años de edad. 2. Cubrir las necesidades básicas de las mujeres y sus hijos/as, mientras se encuentren en la Casa (alojamiento, comida y servicios). 3. Intervenir en forma breve, de manera individual y grupal, en el proceso de concientización acerca de la historia de la violencia y sus consecuencias. 4. Facilitar la reflexión y conciencia acerca del riesgo que implica la violencia y promover estrategias de auto cuidado por parte de la usuaria. 5. Gestionar la dictación o vigencia de las medidas de protección/cautelares a favor de las mujeres y sus hijos/as, según corresponda. 6. Propiciar la restitución, fortalecimiento o creación de una red primaria, que favorezca la protección de las mujeres y sus hijos/as. 7. Coordinar redes para insertar y/o cubrir las necesidades en salud, educación, vivienda y habilitación y/o inserción laboral, tanto para las mujeres víctimas como sus hijos/as menores de 12 años 8. Coordinar la derivación a Centros de la Mujer u otros programas que garanticen la continuidad de la intervención y el apoyo brindado en la Casa de Acogida. 9. Facilitar y coordinar estrategias propias o intersectoriales, para asegurar atención médica y psicosocial para los hijos e hijas de las usuarias de Casas de Acogida; así como el acceso a programas reparatorios en los casos en que sea necesario. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE MODELO DE INTERVENCIÓN EN CASAS DE ACOGIDA El modelo de intervención en las Casas de Acogida se estructura en diferentes etapas desde que la mujer pre ingresa hasta que se realiza el egreso o abandono del programa. El eje central del modelo de intervención es la protección de las mujeres, y la recuperación y mejoramiento de las condiciones psicosociales de la mujer que ha sufrido violencia intrafamiliar, considerando todos los daños que esta experiencia ha dejado en ella (Machuca: 2001, Ravazzola: 1997). Para esto, se trabajará en la generación y el fortalecimiento de los recursos individuales y sociales de las mujeres que son protegidas, entregándoles todo un sistema de protección y atención psico-socio-jurídica. Además, se establecerán diferentes coordinaciones con otros Servicios que entregarán atención en forma paralela a la estadía de la mujer en la Casa, quienes continuarán con la atención psicosocial de las mujeres. El proceso de intervención en la Casa de Acogida involucra una serie de etapas donde todas las intervenciones están dirigidas a reelaboración del proyecto de vida, por lo tanto, desde el ingreso, pasando por la contención, hasta el seguimiento, tienen el objetivo de proteger y reparar el daño causado por la violencia y al mismo tiempo empoderar a la mujer y reinsertarla en la vida social y laboral. Estas acciones sólo serán posibles, en la medida que el sistema de protección diseñado funcione eficazmente. A continuación, por medio del siguiente flujograma de acciones, se explican las intervenciones que se realizarán durante la permanencia de la mujer en la Casa de Acogida, tanto por el equipo profesional que estará al interior de la casa, como las realizadas por algunos externos. Además, se indican las acciones que deben articularse con otros Servicios. Este Modelo se entiende como el conjunto de intervenciones destinadas a comenzar el proceso de recuperación de autoestima de la mujer y de su empoderamiento, fortalecer sus redes y reparar el daño, físico y psíquico, causado por la violencia. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE MODELO DE INTERVENCIÓN CASAS DE ACOGIDA PRE INGRESO INGRESO Primera Acogida, intervención en crisis. Derivación de Tribunales de Familia, Fiscalía y Centros de la Mujer. Incorporación al sistema de la casa e integración con las otras mujeres. DIAGNÓSTICO PSICOSOCIAL ELABORACIÓN DE PLAN DE INTERVENCIÓN INTEGRAL ACCIONES DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL DE LA MUJER SALIDA DE LA CASA DE ACOGIDA I. I. EGRESO Disminución del Riesgo II. ABANDONO DE LA CASA Deserción del tratamiento. Se realiza seguimiento de la mujer para registrar las condiciones en que se encuentra. Se informa a la Dirección Regional del SERNAM y a Fiscalía. III. RETIRO Desvinculación de la Casa de Acogida por motivos debidamente justificados II. III. Atención Psicosocial: a) Atención Psicosocial: intervención individual y grupal. b) Atención Social: Fortalecimiento y/o creación de redes primarias de protección de creación de redes las mujeres ingresadas (familiares, vecinas, compañeras de trabajo) c) Derivación en los casos correspondientes Atención Jurídica: Asesoría, acompañamiento y patrocinio legal por abogadas/os del Centro de la Mujer Coordinación Intersectorial: a) Derivación o interconsulta a los servicios de salud para la mujer b) Coordinación con instituciones públicas y privadas. c) Derivación a instancias de nivelación de Estudios, habilitación laboral y/o inserción Laboral. SEGUIMIENTO Y ACOMPAÑAMIENTO Realizar seguimiento de todas las mujeres WWW.SERNAM.CL LÍNEAS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL DE LAS Y LOS NIÑOS I. Atención psicosocial Intervención Individual Intervención con la Madre Intervención Grupal (Identidad de Roles, Reconocimiento y expresión de los emociones, Resolución de Conflictos). III. Coordinación Intersectorial: a) Derivar a programas reparatorios en los casos que corresponda. b) Evaluación de mantención, traslado, o suspensión de asistencia al sistema educacional. c) Derivación o interconsulta a los servicios de salud. UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Etapas del Modelo de Intervención de las Casas de Acogida Pre Ingreso La categoría de pre ingreso responde principalmente a las mujeres ingresadas los fines de semana o aquellas que permanecen pocas horas en el lugar, ya que no podemos categorizar como desertadas del programa a aquellas mujeres que no se beneficiaron por la intervención propia de éste modelo de intervención, ni tampoco podemos ingresar a las mujeres al modelo de intervención de las casas sin que sean entrevistadas y atendidas por la dupla psicosocial. Puede resultar muy invasivo y revictimizante para una mujer que acaba de entrar a la casa junto a sus hijos/as, la entrega apresurada del reglamento, la solicitud de su firma, la entrega de información sobre el modelo de intervención, y sobre sus deberes, responsabilidades y derechos en la Casa de Acogida. Es decir la realización de un encuadre inicial, en el mismo momento de ingreso a la Casa. De acuerdo a lo anterior, la categoría pre ingreso nos permite obtener un lapso de tiempo prudente para que la mujer logre mayor estabilidad y conocimiento de la casa antes de realizar el encuadre. Se estableció como plazo máximo para realizar el ingreso formal tres días luego de su entrada a la casa. Este tiempo se definió para aquellas mujeres que ingresan un viernes por la noche y no alcanzan a conocer a la dupla, reciban una atención de ésta a más tardar el día lunes. Distinto es el caso de una mujer que ingresa un día habil, ya que los profesionales de las Casas deben velar por realizar todas las intervenciones lo antes posible, siempre que la usuaria se encuentre en condiciones. Por lo tanto, una mujer puede pre ingresar e ingresar el mismo día. Durante el pre ingreso se recibe a la mujer y se le realiza el primer apoyo. Esta instancia busca entregar a la mujer una estructura externa que, ante de todo, le permita ordenar y organizar sus recursos y estructurar su experiencia. En este sentido, el foco de esta intervención se centra en que la persona que realiza el ingreso de la mujer a la Casa de Acogida, suple momentáneamente, en los casos que se requiere, las funciones emocionales y cognitivas que la mujer, ya que ésta no se encuentra en condiciones de realizarlo. En cuanto a la intervención en crisis, el objetivo primordial, es el reestablecimiento del nivel de funcionamiento de la mujer y de su capacidad de enfrentamiento de la vida (Machuca, 2001). El primer apoyo debe centrarse en hacer contacto psicológico y un vínculo seguro con la mujer, cuyo objetivo es facilitar la estabilización al tener la capacidad de nombrar e integrar las experiencias vividas. También, es necesario contextualizar su sintomatología, sentimientos y WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE sensaciones (angustia, miedo, incertidumbre, rabia, tristeza), anticipar algunos eventos como el deseo de volver al lado del agresor. La mujer entra a la Casa de Acogida derivada por Fiscalía, Tribunales de Familia u otra vía. En caso que la víctima llegue a la Casa solicitando ayuda y protección urgente o se solicita su ingreso desde otra instancia, se la recibe e inmediatamente se realiza el contacto con Fiscalía para hacer la denuncia y formalizar el pre ingreso. Luego se hace el registro de la mujer. Luego del tercer día (es decir, el cuarto día), siempre y cuando la mujer quiere seguir en intervención y cumpla con el perfil de usuaria pasa a la categoría de Ingreso. Gestiones necesarias en los “No ingresos” Cuando la mujer no ingresa a la Casa de Acogida se le debe solicitar que firme una carta de negación de ingreso a la intervención brindada por el equipo de la Casa de Acogida (ver Anexo Nº1). Se debe informar a la institución de derivación (Min. Público – Tribunales de Familia – Centro de la Mujer), y también se debe informar a la Dirección Regional. Pese al rechazo a la intervención de la Casa, es de suma importancia informar sobre los Centros de la Mujer y realizar una derivación efectiva al Centro correspondiente. El seguimiento se realiza a partir de los 15 días de la salida de la Casa, llamando al Centro de la Mujer al que se derivó, para evaluar si ingresó o no a la intervención del Centro. En los casos en que las mujeres no ingresaron, se debe realizar seguimiento para incentivar el ingreso al Centro y evaluar el riesgo. El seguimiento de las mujeres que se niegan a la intervención de la Casa de Acogida y del Centro de la Mujer se realiza a partir de los 16 días de la salida de la casa y se debe mantener por un tiempo no inferior a un mes, realizado diversas acciones de seguimiento al menos a cada 15 días. Este seguimiento tiene por objetivo: Evaluar las condiciones de protección en las que se encuentra la mujer. Velar por el reingreso de la mujer a la Casa o algún Centro que le brinde protección y/o atención. Evaluar el riesgo, la violencia y daño. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Orientar y/o derivar a las mujeres en caso de ser requerido. Registro de los Preingresos e Ingresos en los Informes - Informe Semanal Todas las mujeres que entran a la casa para el ingreso deben registrarse como pre ingreso. Luego, si la mujer es ingresada pasa a categoría ingreso o re ingreso dependiendo del caso. Y en la semana siguiente a informar se elimina de la Categoría Preingreso y pasa a la categoría ingreso. Si la mujer no ingresa al programa, es decir niega la intervención de la Casa de Acogida previo al ingreso, no se categoriza su salida. Sólo se registran las salidas de las mujeres ingresadas. - Informe Mensual Todas las mujeres son registradas en el Anexo Nº5 como preingreso, y luego en los casos que las mujeres ingresen se registra su ingreso y las siguientes intervenciones. Una mujer que está en categoría pre ingreso, puede presentar intervenciones por parte de la educadora o de la dupla dependiendo del caso. Si la mujer abandona previo al ingreso no se registra su salida, pero se debe registrar toda la información alcanzada a obtener previo a su abandono. - Sistema de Seguimiento informático Se registran todas las mujeres como ingreso, ya que lamentablemente el sistema de seguimiento informático será modificado recién para el segundo semestre del 2012, por lo que no podremos incluir las categorías de pre ingreso. El abandono de la mujer o salida previa a su ingreso se deberá categorizar como deserción, por el mismo motivo anterior, no existe la posibilidad de incluir la categoría de abandono o no ingreso en el sistema de seguimiento informático. Se debe registrar en la Ficha de Atención Psicosocial de estas mujeres que no fueron ingresadas al programa y el tiempo de estadía en la Casa, ya sea días o horas de permanencia. Ingreso En el ingreso se informa de modo detallado el modelo de Intervención de las Casas de Acogida, se acuerdan las responsabilidades y deberes de la usuaria, se completa la información obtenida en la entrada a la casa, se completan la información faltante en las fichas y se firma el reglamento. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Diagnóstico psicosocial El Diagnóstico psicosocial tiene como objetivo evaluar los daños producidos por la historia de violencia que la mujer ha sobrevivido, así como, evaluar las potencialidades y redes personales existentes posibles de fortalecer o la creación de redes personales. También, se evaluarán algunos aspectos de la salud mental de la mujer, tales como sintomatología depresiva y ansiosa, alteración de las capacidades cognitivas, trastorno de personalidad y consumo de drogas entre otras, con el fin de definir líneas de intervención específicas en el ámbito psicológico, que no son el objetivo final de la intervención en violencia, pero que es necesario abordar para poder establecer las condiciones de la persona para enfrentar el proceso de intervención específico en violencia. Específicamente se debe identificar parte de las justificaciones o racionalizaciones en relación a la violencia recibida y el riesgo que ésta implica. Se evalúa también, la red primaria y secundaria de la usuaria, para determinar sus recursos de reinserción social. Plan de Intervención Integral A partir del diagnóstico psicosocial se elabora un plan de intervención integral (PII) específico para cada mujer usuaria de la Casa de Acogida. Este plan guía todas las acciones e intervenciones a realizarse y es construido por la triada: trabajadora social, psicóloga y abogada/o del Centro correspondiente. El tiempo de permanencia de las mujeres en la Casa, deberá ser lo más acotado e intenso posible. Desde el momento del ingreso de la mujer a la Casa de Acogida se debe gestionar su egreso, que dependerá del Plan de Intervención Individual, elaborado para cada usuaria, el cual deberá considerar, un plazo de 30 días de estadía en la Casa. En el evento que este periodo, no alcance para cumplir los objetivos del Plan, es decir no se logra disminuir el riesgo de la usuaria, se podrá prorrogar por 30 días más, estableciendo nuevas estrategias de intervención. Si al cabo de los 60 días aún no se han alcanzado los objetivos del Plan de Intervención Individual, se deberá modificar éste contando con la participación de una representante de la Dirección Regional del SERNAM. De esta forma, el tiempo de permanencia de las mujeres en la Casa de Acogida no deberá exceder a un máximo de 90 días. Excepcionalmente se evaluará casos que por fuerza mayor deban permanecer más tiempo en intervención dentro de la Casa, para lo cual se requerirá una autorización expresa de la encargada de supervisar la Casa por parte de SERNAM. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Proceso de Atención de la Mujer Víctima de Violencia Intrafamiliar El proceso de atención psicosocial, que se inicia en la Casa de Acogida y continúa en el Centro de la Mujer, tiene como objetivo principal: la disminución del riesgo grave y/o vital del que se encuentra la mujer. A través de un conjunto de intervenciones destinadas a que la mujer visualice la violencia y a su vez elabore estrategias de protección y autoprotección. Se vela también por empoderar a la mujer, recuperar su autoestima y estabilidad, fortalecer sus redes y reparar los daños físico y psíquico, causados por la violencia, junto a la inserción laboral y/o social de la mujer. A continuación se explicarán las líneas de intervención del proceso de Atención psicosocial: Atención Psicosocial Por atención psicosocial se entiende todas las intervenciones que tienen como objetivo el favorecer la identificación de la violencia recibida y el riesgo que ésta implica para desarrollar estrategias de protección y autoprotección. Se trabajará para creación, restitución y/o fortalecimiento, tanto de las redes primarias como las secundarias. Esta intervención será a cargo de la dupla e incluirá especialmente: Diagnóstico de la negación, justificación y/o racionalización de la violencia ejercida por parte de su pareja Promover estrategias de protección y autocuidado en las mujeres víctimas de violencia Intrafamiliar Diagnóstico de redes apoyo de la mujer. Inserción, fortalecimiento y creación de redes primarias y secundarias. Derivación, en los casos que no implique riesgo, al Centro de la Mujer correspondiente. La atención psicosocial se realiza por medio de dos modalidades de intervención a cargo de la dupla: Atención Psicosocial Individual: Está destinada a la contención inicial y el fortalecimiento y apoyo emocional. Principalmente, el foco de la intervención debe centrarse en romper los mecanismos y las distorciones en relación a la violencia recibida, para visualizar el riesgo. Las mujeres al realizar WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE estos procesos pueden establecer medidas de protección de un modo más consciente y activo. También se trabaja en la activación de los recursos personales de la mujer y los recursos de la red, el desarrollo de su proceso de individuación y el proceso de revalorización de sí misma. La atención individual debe estar presente con todas las usuarias al menos dos veces por semana, ya que resulta necesario realizar una intervención intensa y permanentemente con las mujeres. Atención Grupal: Destinada al trabajo sobre la violencia y también sobre la convivencia entre las usuarias de la Casa de Acogida. La violencia Intrafamiliar no es un tabú entre las usuarias, se debe conversar y trabajar sobre ésta. En la medida en que las mujeres le reconozcan a otro la violencia recibida, en parte, también se la reconocen a sí mismas. En la medida en que las mujeres sean capaces de reconocer las agresiones están preparadas para establecer estrategias propias de autoprotección, ya que visualizan los posibles riesgos. También resulta necesario trabajar sobre la convivencia entre las mujeres. Inevitablemente en programas residenciales que reciben a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar suelen darse más conflictos relacionales entre ellas. Es necesario tratar estos conflictos, enfrentarlo desde las propias usuarias en un contexto de respeto y empatía. Al no tratar los conflictos, éstos tienen a aumentar, por lo que se agrava la situación. La atención grupal debe estar presente todos los días hábiles de la semana, ya sea a través de talleres o asambleas. Dado que la mayoría de las mujeres, egresa o deserta antes del mes de intervención, resulta sumamente necesario trabajar de un modo muy intenso con ellas. En el grupo de apoyo se desarrollaran temas que promoverán la reflexión, análisis e integración en torno a la situación de violencia vivida; así como el desarrollo de competencias. En otras palabras, la interacción grupal es un espacio de aprendizaje, contención y apoyo emocional que potencia las capacidades de enfrentamiento de situaciones problemáticas. Atención Jurídica La asesoría, acompañamiento y patrocinio legal tiene como objetivo favorecer la real protección de la mujer desde dos ejes de intervención: Patrocinando a las mujeres y presentando querella en los casos de violencia (labor que realizarán los/las abogados/as de los Centros de la mujer de SERNAM) Realizar las demás funciones establecidas en las “Orientaciones técnicas para la intervención jurídica en las Casas de Acogida” WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Coordinación Intersectorial con Instituciones Públicas y Privadas. La coordinación con instituciones públicas y privadas, es decir, con las redes sociales abiertas tiene como objetivo activar todas las redes necesarias y requeridas para que, tanto durante su estadía en la Casa de Acogida como al momento del egreso se de continuidad protección, reparación y reinserción. En lo que respecta a la protección, para la constitución de la red institucional se requerirá el concurso de SERNAM regional para formalizar el compromiso de una actuación unificada en cada caso en que haya una mujer en riesgo vital. y para una mejor eficacia y cumplimiento de las medidas de carácter civil-penal y la activación de las medidas asistenciales (sanitarias, jurídicas, sicológicas y sociales). Las instituciones que deben constituir esta red son Ministerio Público, Tribunal de Familia, Policías, IML, Ministerio de Salud, SENAME, SERNAM u otra institución, fundación pertinente. En relación a la reinserción de las mujeres deberán realizarse las gestiones necesarias para su nivelación de estudios, habilitación laboral, incorporación al trabajo, así como, subsidios económicos y otras, las cuales deberán ser abordadas conjuntamente con SERNAM nacional y regional y con Mineduc, Trabajo, Salud, Vivienda, SERNAM, JUNJI, Fundación Prodemu y por los Municipios. Estas gestiones contarán con el respaldo de Acuerdos de Colaboración establecidos entre SERNAM y los/as respectivos/as Ministros/as o Jefes/as de Servicios, u otra institución, fundación pertinente. Dentro de la coordinación intersectorial se considera la derivación y/o interconsulta a los servicios de salud tanto física como psicológica y psiquiátrica, para la mujer y sus hija/os, cuando corresponda. El objetivo de esta intervención busca dar la atención integral que tanto la mujer como sus hijos requieran y al mismo tiempo insertar a la mujer en la red de servicios de salud correspondientes. Por último, y como se señaló anteriormente se deberá derivar a los Centro de la Mujer a todas las mujeres que cumplan con las condiciones, es decir, que esta derivación no implique un riesgo para la usuaria, y la mujer tenga voluntad de ingresar a la intervención del Centro. Salida de la Casa de Acogida y seguimiento Egreso, Derivación y Seguimiento: Se entiende por egreso la modificación de la situación de riesgo de ingreso, es decir el egreso se puede dar siempre y cuando no exista el riesgo vital presente en el ingreso. Junto a esto, las intervenciones realizadas en la Casa de Acogida tiene como objetivo proteger a la mujer, por lo tanto, mientras antes se logren estos objetivos menos será el tiempo de estadía y menos será el WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE desarraigo de la mujer. No obstante, si los planes de intervención individual en función a la reelaboración del proyecto de vida no han sido del todo cumplidos pero la mujer ya no está en riesgo, esta mujer puede egresar de la casa y continuar su intervención en el los Centros de la Mujer. Todo egreso de la Casa de Acogida debe ser coordinado con la Uravit o fiscalía correspondiente, pues puede realizarse siempre y cuando se ha modificado la situación del ingreso, es decir que la mujer ya no se encuentra en riesgo grave y/o vital. Así mismo, toda mujer usuaria del programa debe ser derivada a los centros de la mujer, (si no es posible dicha derivación debe gestionarse a otro centro especializado en reparación de víctimas de violencia grave) que permita continuar con la atención psicosocial. Por lo tanto, debe existir coordinación y continuidad de intervenciones entre la Casa de Acogida y los Centros de la Mujer. Los criterios de Egresos son los siguientes: 1. La mujer establece medidas de autoprotección y está consciente del riesgo 2. Existen medidas cautelares decretadas: Mujer con medidas cautelares Y/o mujer con medidas cautelares autónomas Si por la historia de VIF el hombre o la propia usuaria no han cumplido las medidas cautelares evaluar: Activación de Redes primarias efectivas - Es decir, redes que visualizan el riesgo y la violencia y, - Redes que tienen motivación de brindar protección Los criterios anteriores no son taxativos, ya que cada situación es distinta y particular en cada caso. Por lo que se deben evaluar todos los aspectos, y dependiendo del caso, se podrá egresar mujeres que no cuenten con todos los criterios anteriores. El seguimiento de las mujeres que egresan de la Casa de Acogida, se realiza a partir de los 7 días de egreso y por un tiempo no inferior a seis meses, realizado diversas acciones de seguimiento al menos cada 15 días. Este seguimiento tiene por objetivo: Evaluar la continuidad del proceso de atención en violencia Evaluar las condiciones de protección y autoprotección de las mujeres Evaluar los niveles de violencia, daño y riesgo Derivar a las mujeres en caso de ser requerido. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Traslado y Seguimiento: Los traslados son las derivaciones de una mujer de la Casa de Acogida a otra casa de la región o a otra casa de otra región. Los motivos por los cuales se puede realizar el traslado son: - - Permanecer en la Casa de Acogida implica un riesgo para la mujer, ya que el hombre que ejerce violencia conoce el domicilio de la casa o la comuna es muy pequeña por lo que implica un riesgo para ella reconstruir su proyecto de vida en la misma comuna del hombre que ejerce violencia. La mujer cuenta con redes primarias o secundarias Efectivas en otra comuna o región. Estas redes deben ser previamente evaluadas en la región o comuna de traslado El seguimiento de las mujeres trasladas debe realizarse el día después del traslado y durante 15 días luego del traslado. El objetivo del seguimiento es: - Garantizar que la mujer haya ingresado a la otra Casa Traspaso de información pertinente y necesaria para continuar el plan de intervención individual. Deserción y Seguimiento: Se entiende por Deserción la decisión unilateral por parte de la usuaria de abandonar la Casa de Acogida, sin el consentimiento de la dupla psicosocial de la Casa, ni la URAVIT o fiscal a cargo. Cuando una mujer deserte de la Casa deberá realizarse los siguientes procedimientos: Dar aviso y coordinar acciones con la jefa de URAVIT correspondiente y/o el Fiscal que ingresó el caso, así como con Carabineros. Evaluar la situación de riesgo en que se encuentra y tomar las medidas necesarias Derivar a Centro de la Mujer aquellos casos que correspondan Coordinar la acción de organismos de protección si el caso lo requiere. El seguimiento de las mujeres que desertan de la Casa de Acogida, se realiza a partir de los 7 días de deserción y por un tiempo no inferior a tres meses, realizado diversas acciones de seguimiento al menos cada 15 días. Este seguimiento tiene por objetivo: Evaluar las condiciones de protección en las que se encuentra la mujer Velar por el reingreso de la mujer a la Casa o algún centro que le brinde protección y/o atención WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE Evaluar el riesgo, la violencia y daño Orientar y/o derivar a las mujeres en caso de ser requerido Retiro y Seguimiento: Se entiende por Retiro, la decisión debidamente justificada de solicitar la salida de la mujer de la Casa de Acogida. Esta decisión puede ser exclusivamte por los siguientes motivos: Consumo problemático de drogas que altere gravemente la convivencia de la casa, implicando un riesgo tanto para el equipo de la Casa como para las usuarias. Presencia de psicopatología grave que altere gravemente la convivencia de la casa, implicando un riesgo tanto para el equipo de la Casa como para las usuarias. Incumplimiento grave y reiterado de las normas de la casa que altere gravemente la convivencia en ésta, implicando un riesgo tanto para el equipo de la Casa como para las usuarias. Para proceder al retiro o egreso anticipado de una usuaria por las causas antes mencionadas, se deberá cumplir antes con los siguientes procedimientos: Solicitar autorización a la Dirección Regional de SERNAM. Informar a la Fiscalía Correspondiente Coordinar con la Uravit y Carabineros el retiro de la usuaria Realizar seguimiento Derivar a la mujer a Centros de la Mujer o a otra instancia de atención. El seguimiento de las mujeres retiradas de la Casa de Acogida, se realiza a partir de los 15 días de deserción y por un tiempo no inferior a tres meses, realizado diversas acciones de seguimiento al menos cada 15 días. Este seguimiento tiene por objetivo: Evaluar las condiciones de protección en las que se encuentra la mujer Orientar y/o derivar a las mujeres en caso de ser requerido. WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE WWW.SERNAM.CL UNIDAD DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PROGRAMA CHILE ACOGE BIBLIOGRAFÍA Alméras D., Bravo R., Milosavljevic V., Montaño S. & Rico M.N., (2002), Violencia contra la Mujer en Relación de Pareja: América Latina y el Caribe Una Propuesta para Medir su Magnitud Y Evolución, Unidad Mujer y Desarrollo, Proyecto Interagencial “Uso de Indicadores de Género para la Formulación de Políticas Públicas”, Mujer y Desarrollo Nº40, Santiago de Chile. Alberdi, I. y Matas, N. (2002)La violencia Doméstica. 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