El historiador en el campo laboral

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EL HISTORIADOR EN EL CAMPO LABORAL
Mtra. María Ivonne Charles Hinojosa
ivonnecharles@hotmail.com
Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora
…Desde los años cuarenta, la partícula del mundo histórico
llamada historiografía ha sido una de las más cultivadas en
nuestro medio, en parte por el patrocinio del Instituto
Panamericano de Geografía e Historia al proyecto de historiar la
historiografía de cada uno de los países de este continente, y
sobre todo, por la pervivencia del seminario de Edmundo
O´Gorman que estudia y revive a los cronistas e historiadores de
la Nueva España. [Luis González y González, El oficio de
historiar…, p. 70]
LOS PROFESIONALES DE LA HISTORIA
Los historiadores de mediados del siglo XX fueron los que asentaron los preceptos que sirvieron
de guías para conocer y reconocer a la historia. La profesionalización de la historia, nos permite
descubrir lo que a mi parecer aún no se ha discutido lo suficiente, me refiero a qué es lo que se ha
hecho, se hace y se cree que se está haciendo con la historia. En los inicios de la
profesionalización de la Historia, se desarrollaron temas, proyectos y posiciones políticas que
permitieron la institucionalización de los trabajos históricos.
Los historiadores pertenecían ya sea, ideológicamente o activamente, a alguna tendencia y poco
a poco, en su mayoría, se fueron integrando en las instituciones educativas gubernamentales 1,
dedicadas a incentivarlos para que se dedicaran única y exclusivamente a sus labores
académicas. Mediante los recursos económicos financiados por las instituciones sostenidas por el
gobierno, se les otorgaron empleos, premios, reconocimientos, distinciones, becas, estímulos y
viajes. Se trataba de dar infraestructura humanística y educativa a todos los sectores del país por
medio de un meritorio apoyo a destacados docentes e investigadores mexicanos de las áreas
humanísticas y de las ciencias sociales.
Los historiadores que se incorporaron a esta modalidad sus especialidades se definieron por
temas propuestos en las mismas instituciones, con ello iniciaron nuevas líneas de investigación.
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A esto último hacen referencia Wigberto Jiménez Moreno del periodo de 1933 a 1951, ver “50 años de Historia Mexicana”, en Historia mexicana,
trimestral, vol. 1, no. 3, enero-marzo de 1952, pp. 449-455 y con Luis González, “La pasión del nido”, Historia mexicana, vol. xxv, no. 4, abril-junio
de 1976, pp. 530-598; Álvaro Matute “A propósito de la teoría de la historia en México”, en Álvaro Matute Aguirre, La teoría de la historia en México
(1940-1973), México, SEP, Diana, 1981, 206 pp. (sepsetentas, 126), pp. 5-31 y Evelia Trejo junto con Álvaro Matute Historiografía del siglo xx en
México: Recuentos, perspectivas teóricas y reflexiones, Intr. de Evelia Trejo, México, UNAM, Coordinación de Humanidades, 2010, 360 pp.
(Lecturas Universitarias, 48) se hace referencia a la década de los treinta y cuarenta del mismo siglo.
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Con este ambiente institucional y con la posguerra que vivía el mundo y México, se utilizó a la
historia como herramienta diplomática para promover el proyecto de nación ideada prevaleciente.
El objetivo era el de integrar a las naciones hacia la conservación, estudio y divulgación de los
estudios históricos que sirvan para reconocer el patrimonio cultural derivado de sus
investigaciones. Con ello se logró una discusión internacional para que se diera a conocer la labor
de los historiadores y así transmitir sus inquietudes sobre el uso de “nuestro” pasado para el
desarrollo del futuro.
LA LABOR DE LA HISTORIA Y DEL HISTORIADOR
La forma con la que se hace la historia y su profesionalización nos vincula en el pensamiento
sobre el cómo debe hacerse la historia e inserta en su legitimidad y con ello se reestructuran los
parámetros para pensar en un profesional de la historia que diseña y crea y que está inmerso en
su acontecer y desde ahí propone interpretaciones difundidas con su escritura.
A través de un largo proceso de revisión, estudio, análisis e investigación, cada historiador
encuentra su labor como una verdadera razón para integrar el acontecer del presente con el
pasado. Sitúa un acontecimiento del que forma parte y toma decisiones con la suficiente
información para ejecutarlas.
La responsabilidad de la acción del hombre está cimentada en el conocimiento que tiene a este
respecto. Es por ello, que los historiadores, reconocen que el hombre del presente, es el resultado
del hombre del pasado. El pasado interviene en cada acto, en cada actitud, en cada elección que
el hombre del hoy, está creando. Y si el hombre de ahora, sabe de dónde viene, de sus ancestros,
de qué es lo que lo ha precedido, puede construir con un camino avanzado, es el camino de la
sabiduría.
La labor del historiador es dar una versión del pasado, desde su propia experiencia y con ello
lograr una historia, un patrimonio, una herencia, una nación y unas raíces que den sentido al
camino que los hombres ahora. Se trata de que los hombres nos preceden encuentren de dónde
vienen y a dónde ir. Algunos lo ven como los cimientos de nuevos caminos con algunas
experiencias ya compartidas y que darán mayor claridad y razones. Reconocer quiénes somos,
de dónde venimos confiere los valores que permiten dar la certeza a los pasos y conciencia de lo
que estamos hechos.
La ciencia tiene una historia, las humanidades tienen su historia, y cada historia dio los
conocimientos que admiten su transferencia, es pasar la estafeta y tener el antecedente de la
cultura que nos constituye. Imagina un científico sin conocer a los expertos en su área que lo
antecedieron o a un humanista sin saber de otros escritos. Todos los días, se escribe en
periódicos o se escucha en los medios lo que pasa y ya es nuestra historia y tendrá sus
historiadores que la revisarán y harán sus interpretaciones, sólo de esta manera podremos
trascender el presente y contar con herramientas para hacernos cargo de él.
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LO QUE HACE UN HISTORIADOR
Un historiador tiene la habilidad de integrarse con el resto de las ciencias: las sociales, las exactas
y las humanidades.
También requiere de ellas para desarrollarse y existen algunas con las que está conectada. Las
áreas de trabajo en las que se desarrolla un historiador son: La docencia, pueden impartir cursos
de historia, geografía, sociología a nivel de secundaria o bachillerato, y preparar los libros de texto
y los planes de estudio. Cuentan además con las herramientas necesarias para dar cursos sobre
la historia de las todas las profesiones que existen como son: la música, la biología, la química, la
medicina, la ingeniería y muchas más.
También trabajan al lado de arqueólogos, biólogos, etnólogos, arquitectos, antropólogos,
forenses, quienes se dedican al estudio de la época prehispánica desde la búsqueda de
tepalcates en las zonas arqueológicas como la investigación de sus culturas, trabajan en el
lenguaje codificado de las zonas rituales, la interpretación de los códices, el simbolismo de la
arquitectura religiosa y el significado de la plástica y del arte. Pueden acercarse desde los efectos
de la acústica hasta su concepción de la muerte. Hay muchos caminos para abordar estos temas:
algunos se dedican al estudio de la lingüística, la política, la sociedad o la cultura.
Existen lugares como los archivos, en los que la labor del historiador es importante, participan en
equipo con los archivistas en la conservación, estudio, transcripción y clasificación de los
documentos que han constituido nuestra nación. En sus manos están los materiales que relatan
nuestra historia desde el siglo XV a la fecha. Los verás con tapabocas, guantes y bata, leyendo o
restaurando los documentos, y también tienen la capacidad de interpretarlos y transmitirnos su
contenido. Algunos de estos repositorios tienen mapas, testamentos, cartas, juicios y demás
escritos que relatan la historia de México.
Otra actividad que realiza un historiador es difundiendo la historia, puede escribir en periódicos,
editar libros, hacer programas de radio, películas, videojuegos, podcast, blogs, obras de teatro,
documentales, cortometrajes, historietas. Tienen lo necesario para trabajar en el área de difusión
de las instituciones públicas y privadas dedicadas a propagar la cultura. Los lugares donde los
llaman son las delegaciones y en las instituciones gubernamentales. Su labor también es
interdisciplinaria, trabajan con fotógrafos, cineastas, escritores, escenógrafos, productores,
guionistas.
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Otro lugar donde también son muy conocidos es trabajando en los museos, ahí preparan guiones
museográficos, investigan, escriben y transmiten el conocimiento con la intención de sembrar la
curiosidad por saber más. Este trabajo lo desarrollan con los museógrafos y con los curadores. Se
trata de hacer una historia que despierte al visitante y lo integre con la historia y el arte. Y para
difundir y dar clases, todos y cada uno nos formamos como investigadores. Se trata de reconocer
todas las herramientas con las que contamos para abordarla y para interpretarla. Todo lo que se
investiga se divulga en Conferencias, talleres, cursos, seminarios, congresos, coloquios, charlas,
diplomados, especialidades, para que los descubrimientos sean discutidos y publicados.
Los historiadores son capaces de estudiar los códices mesoamericanos o de entrevistar a un
sobreviviente del terremoto de 1985 o interesarse en la historia las guerras, de las
conmemoraciones, de las empresas, de la comida, del fútbol, de los hospitales o de los toros. La
historia tiene tantas historias como tareas, tiene tantos métodos como ideas. Por ello, es
camaleónica y puede adaptarse a las demás disciplinas, puede desplazarse a cualquier parte del
mundo y a cualquier época, sólo necesita preguntas por contestarse.
En el oficio del historiador se puede escribir la historia y transmitirse y sobre todo permite hacerle
preguntas a la historia. De ahí la trascendencia y el compromiso en su labor, ya que su
conocimiento ha sido y será consultado por todos los que tuvimos, tenemos y tendremos
preguntas y estamos interesados en sus respuestas. Otro lugar donde también se han
desarrollado los historiadores son los museos, en ellos, el historiador participa en la preparación
de las exposiciones. El discurso se revela a través de la colocación de cada uno de los objetos
que la componen y al lado de cada uno se muestran los relatos que describen su propia historia,
para lograrlo, se hace la investigación necesaria para la redacción de los guiones museográficos
con la intención de sembrar la curiosidad por saber más. Este trabajo lo realizan junto con
museógrafos y curadores. Se trata de hacer una historia que rescate nuestro patrimonio y nos
despierte e integre con el arte, la cultura y con la misma historia.
EL COMPROMISO SOCIAL DEL HISTORIADOR
Los historiadores reconocen que su profesión es medular en la conformación de nuestra historia.
Ellos tienen la obligación de estar enterados de lo que pasa en el país y el mundo y a emitir
información consciente, responsable y fidedigna. Puede y debe participar en la creación de los
proyectos institucionales que beneficien y permitan la vida social, cultural y política del país. Son
los artífices, los intelectuales, son los que tienen voz y el compromiso de difundirla. Pueden
asesorar a los políticos, o ser ellos mismos que pueden proporcionar una perspectiva consciente,
informada y participante, tanto en los medios de comunicación como en el área de creación de
leyes o decisiones que determinen el destino y cuidado de nuestra nación. Y son necesarios
porque cuentan con el conocimiento necesario para dar mayores elementos para la toma de
decisión.
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LA LICENCIATURA EN HISTORIA EN EL INSTITUTO MORA
El objetivo principal de la licenciatura en Historia es la de formar historiadores profesionales con
conciencia y sensibilidad históricas, dotados de pensamiento crítico y capaz de participar
activamente en la vida cultural del país, pero con habilidades para la docencia, la divulgación y la
gestión de patrimonio cultural. Éstas son áreas en las que existe una gran demanda de
historiadores y por las cuales han prestado poca atención las licenciaturas que hoy en día están
en marcha, más enfocadas hacia la investigación. Con su Licenciatura en Historia, el Instituto
participa del esfuerzo por subsanar este desfase entre la formación profesional de los
historiadores y las demandas reales del mundo laboral en México. En consecuencia, los
egresados del Instituto Mora, tendrán un perfil más acorde a lo que la sociedad mexicana
demanda hoy en día de sus historiadores, esto es, sabrán enseñar y divulgar el conocimiento
histórico, así como proteger y promover su patrimonio cultural, sin que ello signifique cerrar el
camino a la investigación. Por el contrario, el camino de la investigación puede incluso ampliarse:
el inculcar en el joven investigador preocupaciones por estos temas y necesidades puede abrir
nuevas posibilidades de investigación precisamente en esas áreas, pues en el país de la
demanda de historiadores en los campos de la docencia, la divulgación y la gestión, incluye el
ejercicio profesional tanto como el de la investigación que permita desarrollar nuevas formas y
técnicas didácticas, de comunicación de la historia de México y de administración de nuestras
riquezas culturales. los egresados del Instituto Mora podrán desarrollarse profesionalmente en los
campos de: La educación media-básica y media-superior, la administración pública, las
fundaciones, instituciones y empresas culturales públicas y privadas, los archivos y bibliotecas, los
museos, el mundo editorial y de los periódicos, la radio y la televisión, los proyectos multimedia, y
también podrán continuar sus estudios superiores y dedicarse a la enseñanza superior y a la
investigación. Nuestros alumnos contarán con contarán con los conocimientos y habilidades para:
Pensar histórica y críticamente; revelar una sensibilidad histórica y una visión clara de algunas de
las grandes transformaciones de la humanidad a lo largo del tiempo, aplicar las principales
herramientas teórico-metodológicas propias de la historia, continuar estudios superiores para
dedicarse a la investigación o desempeñarse profesionalmente en los campos de la docencia de
la historia, de su divulgación o de la gestión del patrimonio cultural, entender los conceptos, las
técnicas y los lenguajes (visuales, orales y textuales) indispensables para el análisis histórico y
para comunicarse con la sociedad en distintos niveles y transmitirle sus conocimientos, manejar,
según la línea de formación seguida, algunos principios básicos de la docencia y la didáctica, de
la divulgación, la difusión y la comunicación, así como de la gestión cultural, desenvolverse
profesionalmente con la disciplina que exige el estudio individual tanto como la del trabajo en
equipo, explorar nuevas formas o instrumentos de enseñanza y divulgación de la historia.
Respetar y difundir los principios legales y éticos para preservar, utilizar y divulgar los
conocimientos y el patrimonio culturales y, en particular, históricos.
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