PROYECI'OS PARLAMENTARInS Antecedentes parlamentarios ralativos A proposiciones r proyectos de Ley sobrs Crédi#o Agrlcola. En el orden cronológ•ico ap:u•ecc couw prinieru proposición de le,y- la presentada en el Congresu de los diputudos soure creac;iún de I3ancos territoriales con la base de la venta de los bienes de pr^^pius, aprovechando la dcs.nuortiración. Eu 27 de Abril de 1876 presentó D. Manuel Danvila, un proyecto de Código rural, proyecto que reprodujo, ainpliándolo en el Senado en la legislatura de 1900. De este proyecto los artículoq ^ue directamente se refieren al Crédito ^^grícola son el 39, el Z18, el ^19 y el 220. En 1886, el Sr. TTontero Itíos, í^ la sa^úu ^líinistro de Pomento, ley6 en la sesión del día 3 d^e Julio un in^purt^mtísiin^ ,^royecto de lcy, que lia, sido base y fundamento de todos los trabajos po5teriores en ^esta anateria. El Congreso eligib la Comisión encargada de dar dicta.men sobre este proyecto de ley, formada por los Sres. ^analejas, Garnica, Ag^^ilera, fluiroga., Mellado y Santa Nlarfa de Paredep, forn^til<Lndolo en Dicienihre de 188G. E1 Sr. Dlontero Ríos, como senador del Peino, reprodujo estc^ proyecto ejercitando la iniciativa parlainentaria en la legisl:ztura de 1891 . En 1889, D. rermfn Calbetbn presentó una proposicibn cic l^ey sobre Crldito agrícola, siguiendo hie;o la de D. Trifino G^imazo en 1899. ^ n l^is lc^^^;islsitur.^s de 1900 ,y de 190^, los Srer. S^ínclie^ de Toca y 5uítrez Iuca^ín, 1^o^n^^ M^inistros de ^gricnltair^i, Indus- tria y^_%arnercio y()bras ptíblic^i5, pre^entaron sendo5 proyectos de ley subre Cré,dito agrícola. La extraordinax•ia import^^neia de estos antec•edexites par-^ lamentarios acon^ej^^ su ínte^;^ra public^iciGn: Proposición de Ley del sr. Danrlla y otros señores Ssnadores, sobre proyeoto ds Código rural. ^ Art. .39. ^ .Las inscripciones intransferible^ que lo^• pueblo5 hayan recibido ó reciban por el 80 por 100 de sus bienes de propios, podrún destin^krse a f^rmar parte del capital de li^.; Hancos a^rícolas provinciales, tii instrufdo el corre^pondient ^^ e^pedier^te y cumplidas todt^ s la^ prc5rripciones legales, ,e^ ubtiene autorización del Nlinisterio de la GobernaciGn. ^ Art. 218. ^ Eu los bieues de l05 labradores se exceptúau dc enibar^o : t.° Lt ^ ti bue^'c^, ri^t^^i<<s y^ili^^rus de 1^^ br,anzzz. 2.^ Las miese^ y granu^, inientr^ts no estén segados y rece ^gídoa. 3.° Las co^echa^ de ^eda. y cochinilla mientra^ no hayav terminado. 4.° La^ semillati ,y los <^ bonoh eu cua.nto bastex^ al cultiv•a de la hex^edad. ^.° Las ropas del preci^^^ u^o del labrador, ^n mujer é 1^íjo•. Y 6.° El lecho cotidiano de lus misxuos. Art. 219. Cuando q^e trate de una cosecl ^ u peudiente, ^e 1 imitarú el emb^^ rgo al re^nTtado drfinitivo qne ofrezca, pa^ado^ ga^tos del cultivo ,y recolección, y podr,a non^braree í^ co^ta del deudor un interventor ^ue vil;ile y fiqcalice lar^ operaciones ^^1^la, recolección. Art. 220. 8iei^xpre ^ltie el labr^^dor ^^frezrfk. ^:í sn acreedoi^ un^ per^ona de arraigo, ú jnicio d^^l ji^ez, c^u^e re^l>^,n ^la del resultado de un.^ cosecha embar^a^la, deberá alz.^r^e el e^nbargo. Proyecto de Ley presentado al Congreso por e! Sr. Ministro de Fomento, sobre CrEdito Agr(cola. l^`.1 1^rol ^lem,i clel ^^rl^lito ^^ ^ríc^^l.^. ^í nc^ ^^•on l. ^ foru ^ ,l ^ •ienti fica ^ en cl terreno económic^^ ^ine .,e pl^uitea. l^oy ^lí<^, c•ou ^ . ^ un^i necesid^ld del orden dc la beneficencia que era urgeute re- mediar no es nuevo en nuestra Patria. DZfts de tres slglos haC^^ que empezaron ^t cre€trse y á multiplicarse pr•odigio^meute en toda I+:spaña repuestos inás ó menos consíderables de granos, que si muchos no tenían otro fin que proveer á la aliuientación pública, orillando en la inanera que eutonces se ulcanzaba, las crisi,^ que inenudeaban, de sulrsistencias, otroK, los m^s, eran y son verdaderos, aunque imperfectos establecimientos de Crédito agr ^ola, ejercitándose en el préstamo dc^ granos á los labradores para subvenir á las necesid€tdes del cultivo. Iteyes y pueblos, la solicitud de los Gobiernos y la cari^lad y la piedad de las Corporaciones y de los particula.res habían ido cubriendo el suelo de aquellas provincias en que pre{iominaba el cultivo cereal, y la exuberancia periódica de granos provocaba la idea del ahorro en esta forma, de Pósitos rea.les y pfos, que así se llamaban y clasificaban tales establecimientos, en términos de ascender su níunero ^ más de 12.000, segun noticias oficiales, antes de Oue cerrase el siglo que vier€i nacer la institución, el Yvt. Pero la malicia ltumana era m;tyor atín; y estos almacenes de granos se prestaban grandemente por su naturaleza ^.t tentar la codicia y ser fuente de compadrerfas y de ne;ocio par:€ regidores poco escrupulosos y adntinistradoreq infieles, cuatl delatan numerosaq leyes de la No^'ísima I2ecopilaciGn, escritas como para dar un xnentfs á los pe^^imistas que juzgan c^ue el mundo va de inal en peor, y considetleran la corrupciGn administrativ:t fruto de nuestro siglo y de la organización vigente. De tutnbo en tutnbo, por los abus^ns de las t?pocas normalea, y por razón de las calatnidades nacionales de la tempestupsa historia contetnporanea, lo^s Pósit•» vinieron tan a menos, clue ,ya no pudieron recontarse m^s de 3.410 ^en 1850, ,y agobiados es^s por Pl bagaje de créditos incobrables One hubo qu^e condonar, habiendo perdido en el penoso viaje de su dificil existencia m^ts de 1.000 millones de reales. Cnando la Adminigtración diri^;ió <€ ellos su mirada para poner coto á negligencias ,y dilapidaciones, ,y para. acornet ^r la ardua empresa de reconstruirlos, no ptzdo menos de preguntr^rs^e si sti rél;imen no entraitaba €tll;nnos defc^ctos orgítnicos, y si e1 sistema á que obedecían de dispensar el cr(dito en espac•ie no limitaba su alcanc•e y hrotecci^n, y no dejab;t al descu• bierto todaq las necesidadey del progreso d^e la agricultura, entre las c{ue la de semilla. ocnpa lugar muy redncido. Surgió entonces la idea no bien de8nida de Rancos agrlcoias, en 10^ qtte nnos ^uerian se metamorfoseasen fi fundiesen los P(tsitos, a] paso Oue deseaban b pedían otros ciue p€tralelamente se cre^tr.m con r^lementos diferentes, y con otros fines ntte los de beneficencia, informadore^s de a^uC^llos. Y haata se dió el casn d^^ que el Gobierno publicaae en 1841 unas ba^q nar;t el Pat:^blecimiento en las capitales de provincia ,y pneblos import€tnte^ -- 214 -de la 11^fonarqufa de I3an,cos cle socor•ro á dc labrado^•es, forui^idos con7plej:wiente por suscripción de particulares y Corpor^^ciones, y con laa etiistencias y bienes de los Pósitos, si los pueblos, debidai^uente escitados por los jefes polfticos, tal acord:-ban, y á los cuales establecinlientos se les concedían, para ^^l mejor é^ito de sus operaciones y para que les sirviese de estimnlo, gracias y frauquicias, como las de e^iniirles del pago ^le toda contribución por sus capitales b acciones. Ni el pafs respondió al llamamiento, ni el Gobierno aquél, ni Ios que inmediatamente le sucedíeron, se creyeron en la obligación de insistir ^ recnlcar sus excitaciones. Los estudios que se ordenaron en seguida sobre refornia deI sistema ltipotecario para el establecimiento del crLdito terrítorial, volvieron otra vez .^ poner estérilniente sobre el tapete la cu^estión de Bancos agrícolas, confandidos en las rcgiones oficiales y entre los particulares, por muc.ho tieulpo, con los B^z^icos territoriales; hasta por una apreciación ii^e^act^t del fin, ,y una confianza desmediila en- Ia^ trascendencia de e5t^cs últim:^^, instituciones que hriinordial, ^^ pluguier^E decir que única.mcr^^ te en la pr^ictica, estún consagradas i^ ali.viar la propiedaá y transformar la deuda hipotecaria. Las facuItades concedidas por las Ieyes desamortizadoras de 1^86 para la aplicacibn del 80 por 100 de1 i^nporte de la venta cle los bienes de propios que ^z los Ayuntamientos pertenecía.n, á la dotacibn de I^ancos agrícnl^ts fi territr^ri^lles, ,y les abus^tti que los pueblos hicicron de una antorización transitoria oturgada en 27 de 1^^ovienibre de 18G8 para invertir su caudal ^l^^ propios vendidos en prtstamos ^ l^^bradores n<>cesitados, a] obligar al C^obierno ;i. ndoptar, en 10 d^^ A#^ost^^ ^le 1R74 I^rovidencias serías sobre el caso, Ie índujeron íi prumc^tt^r la r^^d<^cciiín de un proyectn de fianco^ ^i^;rScolaq, ^Iue babrían ^lc= fi^ndarsc^, decfase, sobre la base d^e loa capitales de propios vendidos ,y lo^ de los Pósitos. I,o difScil de las circnn^tan^°ias, Ix^co á hropó^ito para u^^i estudi^^ m;^duro de la ^rtiateria, discnll^a ^e nfreci^^^^ ^entonces m^q d^e ln nue podít^, y <a1m eottvenfa ci^u^^pl^ir. Restablecida la cnlma ^n toda la Ns^ción, y termil^s^da5 sns crueles guerras civiles, que snfocaban el desarrello r^iormal d^^ la ri^ueza p en ]os progreqoq deI crC^dit«, este Minísterio, en Y^ d.e Enem de 1881, acordó abrir una amplia infrn•m:^cil^n qne d9^^ra á conocnr ],^a opiniones v procurara 1^^5 d^tos nccnrs^rios par;i el estaltilecimientn del Cróctito agrSce]a en F^,p:^^n, objeto q^iE^ habrfa de ser de un op^^rtuno proyecto de le^^. Circ^^^l^í^e har^^ eílo un nutrido interregatorio ^ue ne se concret,^ba ^i 1,t cnetitión, en cicrto modo Fmpirica,, de log Rances 1^;rScnl,is, sino c^ue abarcaba en su generalicl7^1 ;;ran partc^ de l^ia ^ire cii ^^tr.^s nricioneq prer^enpan `^ se dihc»tc^n cnmo foi^man^l,^ partc^ ^1^^I e^+cs^hroso, y por ahora no rc^suelto problema, del C'r<^dit^ ^ agricola. La ^inf^^r^n^ición, b por las dihcultades del ca^u, 6 por falta de vi^;orusa i^upulsión, fi por nuestra tradicional apatfa, ó pur recelos y desencantos sobre Ios resultados de otras analogas, no produ jo todos los que había lugar íx esperar y este ^Iinisteri^r ambiciunab^i; pero, auncíue en cortu núnxero, ha dado lugar y origeu ^^ algunos trabajos iuteresantes y valiosas ^iemorias, que pueden considerarse coxno organo de la opinión ilustrada d^^l l^aís sobre el importante tenia puesto á discusión. E1 ^Ziniatra que suscribe, tomando de nuevo tras de 1<<rgo intervalo 1.^ cuestión, y haciéndose eco de es^ls opinioues, como de los v: ^tos formados por los más autorizados economistas y agricultores del extranjero, se cree en el deber de cumplir con el eompromiso contraído por el It^eal decreto de 17 de Enero de 1.$81, :.iquiera no con otra intención ni alcance, pues entiende que más no procede, que para desembarazar de obgtaculos el terreno legal a fin de que sobre él pueda asentarse el futur^ edificio, tan importante en el orden social y económico, del crédito ^a la a^ricultura. Allanar obst^^culos, introdueir facilidades, tal es la misión del Estado en asuntos que, como los mercantiles (y no tienen otra indole los que se refieren al crédito) sólo por la iniciativa, privada pueden ser orillados con provecbo, sin coxnplicaci^^nes, rozamientos y protestas, y en el respeto debido á la justicia. F.1 tiempo no discurre sin comunicar instrucción; y presciendiendo del contingente declarado de las escuelas ó sectas socialistas, cada día qe va limitando más el número de los que, consr.iente (i inconscientemente, consideran €t la sociedad en tutela, ,y liuscan para cualquier pro^reso el impulso 6 la gestión del Estado. Ni éste tiene aptitudes para convertirse en agricttltor, industrial ó comrciante, ni conviene ha^a competencia á los particulares en cosas propias del resorte de l^^s mismos, apa^ando as4 los eqtimulos del interés, enervand^r torFemente ener^íaq ,y fomentando perezosas inercias, ni, por último, es equitativo invierta el dinero que por el impuestn exi^e de todo en el provecho eapecial de al^unos, presthndoselo para que mejoren de fortuna ti se labren un ne^ocio. Además, la or^anización práctica del Crédito a^;ricola, su sistema di:^^tributivo, e.q afin problema en pie, cu,ya perse^uida soluciba, varfa probablemente en conformidad ó la diversidad de situaciones, habró de ballarse, como en mucbos otros casos, por tantnq ó por una de esas uo raras intuiciones afortunadas ^lel interés individual; ,y no es bien que el Estado se empeñe en una serie de cie^as tentativas con este objeto que nuclieran deiar, ,y dejarfan ain cluda malparada la respetabilidad qu^^ por su posición ,y para cumplir sus fines superiores necesita. (.^uédale, sin embar^o, ancho campo para ejercer su fecunda - 216 a.ctividad. Ordenar las le,yes para que se facil:iten los prest;,mos ^ la agricultura; quitar trabas creadas por una legisl:tción venerable por lo secular, pero que descansa en la ignoranci a. ide los procedimientos ^nodernos de1 crédito ó en^^ la :^preciación ineaacta de sns ventajas y consecuencias; des^envoh^er ^enfreate, y para ganarse la confianza clel capital, garantías hc^y latentes, pero que puede ofrecer la industrir, agricola, tan necesitada de su ayuda, es tarea vasta, que tiene que ser, si no ahora mismo, con el tiempo, elemento obligadv d;,^ todo progreso, fructuosa en sumo gradn. Ls por cierto concepto erróneo que ha ofuscado ó mucha^: inteligencias y ha retrasado acaso soluciones que se han buscado por caminos inciertos, el de que ^el Crédito agricola tenga .t.lgo de esencialmente especial clue lo sE,apare profundamenti^ de otros linajes de cr¢dito, ,y que demande con imperio organización crd hoc ,y favores especiales. F.l crédito, en cuanto ii su faz ^ersonal, domínante en eI agrfcola, co^no en general en +^I propiamente industrial, ^es sieiul ^re uno mismo, sea cualquiera á la persona que se otorgue, y está regido por leyes económicas indeclinables que todo el poder de los hombres no es bastante h contrastar como obra duradera; la agricultur^t no puede e^igir razonablemente, cuando la clase que a ella se dedica inspira menos confianza, unos privilegins ,y una porción m.ayor y mós favorable que la de que gozan las otrati ramas de la actividad humana. Pero, a la par, no cabe duda que la industria agrícola ofrece por la indole de sus operaciones ,q de sus garantías caracteres cíiferenciales, a que puede por su ductil^idad ple^arse facilmente el crLdito. I.as oneraciones del campo no se desenvuelven y completan tan rf^ pidamente como los negocios de comer^ cio. T.a natur•aleza, en la generalidad de las re„;iones geogr^ficas, tiene poca prisa en su obra; y el labrador necesita varios meses para qn^e pueda resarcirse de sus anticipos, y recoger el lucro en que cifra su subsistencia. Ha,y operaciones cnvo ca• pital circulante no se reir^tegra sino a.l cabo d^e varios aí^oa. I' no se mientan ya eaas otras +lue tienden ;L dejar inmovilizadas en el suelo para qiempre, b por lnen„ nísimo tiempo, gruesas sumas, por.que talea operaciones entran normaltnente t^ajo la jurisdicción v amparo de ]oy Institutos de crédito territorial, ^• caen casi siempre fuera de] dominio de los ryne se consagran al agrario. Liquid^: ndose ;t ma^^or término que Pl ^le no^•enta d€as, tfpico ^lel crédito mercantil, las oPeraciones agrícolaa, resnlta ^ste frecuentemente, s^icluiera no en todns los caaos, insuficiPnte pl^7n para ryue, aun supuestn un, haata cierto pnnto, laxo siatem.t +le renovaciones, puPd<^ aer con nrovecho ,y sin ruina utilizad^i p^r agricnltores. Para acorrer €í, esta necesidad y llenar -un va^fo que dejar€z 1€t lebisl€ZCión iuercantil anterior, el nuevo Cbdig•-o de comerciu introduce y cons.^i;;ra una sección especial para los Ban cos y 5ocieaades .lgrícolas, estableciendo en ell^ con l^^evantadc^ propósito y conocimiento de cauHa que las Coznpasií^sque^e fnnden paru dedicarse -a -operaciones de cr€^dito x^•ural, podrF€n prestar en Ynet^]ico ó en especie, sobre g^3^rantí2_i.s reales agrícolas, por el plazo maximo de tres ai^os, ^^ ^tenci^r^ conaid^rad^^ tan preferente por 1<< ley, ^que quie€°e invie i^•tan em ]a misrna el ^0 por 100 de su capital soci.al, a^f como qu e aplic^uen el .,^0 restante tti operaciones de crédito peY•sonal, cca n pro^ietario ^ cultivadores, sobre efectos de plazo no mayu^ de nc^venta dzas, ,y ^. todas esas de gran aliento que tuvieren por ob^g etn favo recer. la roturación y mejora del ^,llel0, la de^ec^^ ción ,y - saneam iento de terrenos, y el desarrollo de la agricultixra é in• du^trias rel:?cionadas con ella. ( Artícnlos 212 y 217.) I+;1 inolde est€i. abierto, y sólo falta que 1^ inici^tiva particlz• lar, revistiendo la forrna mercanti l que má ^ cnnv^niente cre3^ere (pues el r^digo no impone ni ngnna et^ esper_ ^ ial), venga fi fundir en el misino, para tranafox•innrlos y>>onerl _ oy en lucrati va explotaciGn, sus caudales. ^,H€^r{tlo asf? ^+'uera delaa causan generales que en toda I^7Uropa retraen de la s tran^^^accione.^ q€ie tienen por objeto la a^ricultura al capital, vie^up.rer^ naturalmente ambicioso de interés, G dc^ fi egurid2 de^ qts^e desconfían encontrar en los ne^ocios a^ricolas, el Mi^iatro que anacrib,^ entiende que tal molde, de por ^f un progre^o, e9 s a^^seeptib le de conveniente ampliaciGn y de mayores perf^ccion€^nl»ielltOS^ que sirvan de aliciente al capital par€x que ^en ^1 pued^ verter^-e sin recelo. 11• 1 Código no autori^a exprerarriente.€la4 Comp-•aí^íasde Crt^_ dito a^rícola., conio a otras esl^ecial^es (laa dc^ cr^dit ^ o, loa Ba.ncos de emisión ,y descuento, los de cr^clito territorial), a para recibir fondos en depósito; anteq 1^ien puc3ierti cree^raela^ = ohli^a á. trabajar c^xcliisivamente, con arre^lc x^í la d^ir^ tribuc i ióu antes expuesta, c•on su c€^pital social. Su eaf^era de accil^n, si se ]^ti concibe aHí, result^ ^i limitada, y eabe decir dire irrevocablemente fij ada deqd^ nn pr- ^ incipio; ^pues aunque pudiera acmm^larse al fondn ^ocial ln^ f^-^tnroa prov^^vechos, lo natural es due, cubiertoa los ^asto ^ de adl mini^tra.ciós^ ,y coml:letada la. reserva, r^e lov repartan cy^tre s° ^, romo dividendo, los accionistas ó socios. 11^Ias lns j3anc^s, y en ^enernl lo^ bnnq€ierc^ R ^nn, ^^se^(3u la cien cia ,y sPgíin la pr{tctic€i, a^Pnteq intermedi;^r ioqent-;^-reel pfit ^licu acreedor y el piíblico deudor; canale^ pnr ^londe el rapital se• pre^ipita sobre el tr;rl^ajo; entes moralP^ ^í ^ínicna qne hac^n ^^I comercio del cr^dito, ,y que lo dan y di^tribwenern prnporciím y equivalencia ;x como lo reciben. Be han co^npara^rln en au m^^ - ^18 perfecta expresión y desarrollo a bombas que aspiran los capitales dorniidos del pafs para derramarlos en seguida, como fecundante lluvia, sobre la diversidad rle industri<<s que explota« y fomentan su riqueza. Los tan celebradog I3anc:os de ^'scocia ; las Cajas de ahorros italianas qne funcionan como verdc.tderns I3ancos; los I3ancos popular^s hoy tan justamente en boga (^^ todos estos distintos Institutos conviene decir son considerados eomo habil ^ eficacísimo instrumento de Cr^dito agrícola) no deben á causa de mayur entidad los beneficios que proporcionan que á la maHa considerable, j uzgarase ^a veces inverosírnil, de caudales que, por efecto de la confianza que inspirars, se depositan en sus arcas, desde las cantidades millonarias hasta el tcánue, insignificante ahorro que .^, fuerza de privaciones realizan las clases trabajadoraa. El capit^il así, hasta en sus más pequeñas partículas, es potencia que incesantement^^ actúa y fertiliza tod^ lina,je de la.bores. Los dep^sitos bancarios es qabido qne aun siendo con intc;rés, segfin pr^íctica y conveniencia de los Iiancos comunes, ^:i pueden constituirse los unos, ora contractua.lmente, ora de^ l^echo, por largo tiempo, utroa y los lnás, son de esi;ibilida^a inmediata, ó 5, breve término, ó mediante li^eros plazos de aviso, obligando así al Instituto que quiera conservar íntegro yu crédito á no quedar desarmado en las contin^encias de reint^^gros que pudieren sobrevenir. De esta concidc^ración cc^ derivanconsecueneias importantes en orden al cr^dito rural, atendida 1$ condici^ón de 1<ts operaciones agrícolas de liqnidaci^ón tardSa y de conveniente Lol^;a,do vencimiento. r,CÓnio inmovilizar por plazoq al^o dilat.cdus, un aiio por lo menos, capitales quc^ son G pueden ser c^^^igidn5 eu ^n^ts breve térnuino? T.os establccimientus de cr^dito a^ríe^ol,i que no ten^an otra mira ni acurnetan otra clase de operacionea que las que propiamente se designan con tal nombre, b tienen que cPrrar sns arcas á los dep6sitos, ahogando por Plio sn porvenir ^ inhal^ ^ ilit^índo^.c para extender au aeciGn bcr^eficios^i ,y .^ubvenir ^.í l;^s nec^esidades del pafq en ciue ^ ha^llen enclavados, ^^ clne violentar ^* hacer iní'itil el préstamo agríc:ola, comprími^ndnln dentro d^^ ios lfmites anguatiosos del mercantil; ó que desafiar temerari:r v locamente peligros, ,q condenarse ;^ una proh;tble rnina. La especialidad es rn este caso funesta, ,y las autnridades, m^is cí^ertas en la materia, si^entan que para que el crédito se difunrla por lus camp^^a ,y acnrra eu incesante pro^refio 1^C P.^lg('71cias de la a^ricultura, es preciso que los Institutoa, su instr;^mento, no se circnnscriban fi, lsis puraa operacíenes de fin a#^rícola, sino que con ellaa entretejan ,y combinen las mercantiles, los efectoq á largo y los efectos ^L corto plazn, los descnentos, procedimiento norm^l del crc^dito comercial, ,y los préstamos, forma casi obli^ada d:el a^;rario, ya para que aumentanda asS - ?19 el nlínreru rle sus uI^ eraciunes 5e acrezca el de sus utilidaaes y el de lu^; t ^eneticiu^ rlue otor^.rreu, y^,ntre ellos la baja rlel tipu del interé^ ú de lu ruuiisiún, ít lv nrenos; ya para que puedax ^ manteuertie, pie est^rblf_, en luh oi•dinarius eventus y aun en las crisis inr^revistas. ^, Habr^r necesidad de recurdar clue los 13a.ncos de l^scucia, y lus pol^ulares de Italia y Alenrania, las clos clases de In^títuto lroy n ^ ^^delo de Crédito ag^rícola, no son institucione5 privativas de Crédito agrícola? Yor e^:o, reapundíendo ír ^ste que cuhinra clevar ::r l;i categoría de dul;^iua científicu, los t3trncos del presente hroyectu podran moverse en esfera znírs dilutarla que la eatrictain.ente de crédito agrario, y vivir vida m^ás viborosa, con el ulinrento necesar•io ír su uctivlrlaa, y nu con el insuficiente que en la mayor parte rle uuestras regiones tendrían si sólo se le liiciere consistir en los ne^ocios agrícolas. De cual^lui^er u ^ anera, ct^ino lz^ pru^lencia dicta ^lue los préstamo5 y lu^ errrprLstitus se pon^;trn al unitiono, y cl cx•f^dito qua los Inatitutus rlen se nrodele, en cuanto al plltzu, pur el que loy rnismus reciban, de al ^ í que lay operaciones á lar;;o vencimiento que 1^ ubieren de acoirreter deban en su m<^yor parte ser cubiertas con capitale.s propi ^^ s ú con lus que tairrbiLn hor 1. ^ rg.^ tiempo se les c ^^n[íen. Los procetliruientos usurrlrw ^le crédit^ ^ pasivo n ^^ 1 ^^5 Uast^ur, y es firerr ^^ ^Yue al^el^^n ;r ^rrírs efic:rces curubinacioues, ^' xsí r^^nru el I ^ illete cle 13^rucu y la cbdula 1^ ^ ipotecaria 1 ^ au sido y s ^^ n, rrunrlue Sería arrie5ga^lo asentar ^iue nr^^^^ irana, tlí<r de iru ^^^-i^ti pro^retios, fuesen el n ^ eclio c,fi ^ ^. ^ z y puderoso con que se ejercen los crt^ditos n ^ ercantil y t^erritorial, d^^ igual suerte el secreto d^el al;ríco^a lra d^e cunsistir en algúyr título que generrtil^ice y niuvilice sus contratos. en la obli^aciu ^ r á tériuiuo cle que ,y<n c^^y ^e sirven otras Nacione^, y cuya forL^s ma perfeccionad.r, y neíis iaónea se reserva el purvenir. Bancos alenianes de anticipos enrpiezan, de hace pocos años, a reco^er, con clestino al crCdito agrario, depósitos á largo veu. cimiento, por niedio de obli^aciones con interr^s, ainortirables por sorteu en iui períodu ^le tli^ez ír veinte airos, Y.rll; ^ruos rle los italianos, los de la pruvincia de Trevis^ ^ , taiubién recienten ^ ent^^ han acun ^ eti^^, ^ la in^^ portante operaci(^n d^e enl^itir y eulocar bonos al;rarii ^ s, uniformes, de vencirniento fijo, norninativ. ^y ,y fructíferoa, crrn irl^ntic•as, y no otras miras, due favorecer e! desarrollo de la r^^ricultur:t, prrra ellos interLs ^le primer orden por su nun ^ er^^ ^ w;t ^•li^>ntela ^le ^oci^y ^^ulti^^adurea. ('on la obli^;aciGn ír t`^rnrinn vo-rrio, cuer^lanrente n ^ nitida cuan^lo ci T3anco ten;^i ya a^^ ntfi^lu su crFdit^ ^ , ,y 1^^uerla ser colocad:r 8 ne^ocilda sin ^uel^ranto ^ensible, y sin dt^ • eiierar en operr ^ ción ruinosa, r•^il ^ r:i antir•il;^.rr, sin teruore5 de parte del e^t:^blecimiento ni recelos de la de los deudores, capitrrles ír ést ^^ s :í j^ Lrzo cóinodo prrra las ne^•ewidade^ cle la prnrlucción n^,rícnl ^t, y1 U.:^ jo la formri de prE^,;t^unu b^tncario con ^or;^ntíos persona.les ú rur ^ ^lea, ya b^ijo la n^ ás ben^e^icio5a I ^^^r:^ el caso de cuent^i corrie^nte . ^ 1 ^les^•nt^ierto, el famoso c^rs1^ c•^•c^rlit n^^coirnt de los Lanci ^s escuresev; S. ^ 1 ^ asta la misn^<t tro-inr^^ccibn cIe ba^e } ^ipn• t^^c^^ ria, ^lf^^tii ^ ^ida ^^ m^ejoras territoriales y transfor^uaciones prc>tuudas ^le 1u5 procedi^nientos de cultil^o. 1^e impmie, pnes, i^uir^o exi^;^enria ^l^e 1^ instituci ^ín que ^e I ^^ otor^;ue la f^^ cult^d ae ein^itir, con tanicu y preciso y cletern ^ inado fin agrícola, obli^aciones ^. término y con interés, siquiera sean las hipotecaria,^ por al^ora exclusivamente nominativas para respetar el pri• vilegio de que se lialla en pocesión el I3anco Hipotecario de L+'spa^ia, y fuera de qne, considerad^ls como un instrumento dE^ uhorro, tienen en tal forma sus peci^liares ventajas, con lo que he ariuoniz^i y unifoima el contexto del Código de comercio, ^^ne concede ]a potestad emisora de títuloq de crédito á todas ]as detnáq Compa ^^íns especialera y s^lo haee caso o^níso de ell;^ ciiando trat<^ de ]os Tancos y Secied^ ^ des a^rfcolas. N^^da mas e^t.^l^^lecc el I^roy^PCto sobre 1^^ constitución de L•^.i institacioneti de ^^redito .^^ ^;^rí ^^ol^a y q1^e introduzca m^o ^íificacioneti ^^n la. 1e,y ^ ^^ er^^antií vi^entF^. Abiertt^ exst ^t en tro^rlieI arr^• plio, ^li^ pr4^:^i^ripcione^ ^;ener<^les, ^^ze deb ^^rau ser ^ ^ zardada.; por loq e^tahleciznientos ^ue ri aq»el objetivo ^^a ^enderecei^ , y resl;^eE^to í^ los que r^ o se íinponen formas qut h,^n de depender de la variedad de circunstancia5 en 5u rel< ^ ^^iiín c•on l.^ ^ cornbinaciones del interés privado (,y r^ial pu ^lieran^ así ser definidas y fi,jadas hor el le^;isl^tdor), ti^enen 1 ^i b^st. ^ nte ont^hnra par; ^ iiue dentro de las miamas ^7nej^^an ct^ antos Institntos h€^ya iuventodo G in^•t^Y^t ^^ l,! indnst^ri,i hnman,^ p^.^r ^1 ocurrir ^ít lae necesid^itl ^^s del ('^rC^dito agrícola. EI AliníStro ^ YnP sttqcrif^e penaó por ian inatante llennr »n litieco ^ ^n<^ el actn^ll CficNgo de ^^omer ^^i ^^ ^ , pnr r,^zones cn que no todos e^t^rn cr ^ Y^forines, ha. dejado cln 1 ^roh^í5ito; ]o ^ n^d ^^nnción en ^^rin^'^i1^in ^l^ 1:1 mt^tt^ alidad í^ cooper^ ^ ci(^ n n^^^ li^^;i^la al cr^5^iito, mntnali ^i. ^ ^l ^^ ^zP tsn feeund;i en irncoc ,R^í^ ^^ ha sidn, tau in^;cittee m^^^.^ 5 ^l ^ ^ u7illones m<^nej^, ^- t<ll ^• t ^in 1^ refere^ ^ t,e ^ptittxd 1 ^ a demo^tr^^lii e^l :11^^m^ni^i h It. ^ li: ^ 1 ^ .^ r:^ ss^ tisfac^ ^r ls^ s exi^c^nci:^q creditari:^^ dc lo n^ric^ult,»r.^^ . H, ^ :^l ^ ;^ n ^lnna ^lo l^ic^^o^ el pc^nsatniento, no 1 ^recis^rnente pnr ^7i^e alt ^^^•;is^c ^^] lilan 7^ c ^^ou ^^^mi^^ del preaent^e prn^•ecto, ^^ii^nto hor^7»e ^^^» ^^^tioY^ r5 t,^ n ^leLc.^ ^loa eomo los ^nP entrañ.^ ls ^ or^aniz<l^°ií^ n ^lP l. ^ ^^n ^^iacifili cooperativa. nn detiPn cer trs ^ t^ ^las de so^1^^-r^ i- T ^or inri^lenc^ia t^ rom+^ por sorpres:^, y mer ^^^en ^»e ^in 1 ^roy ^^ctn c^i ^e^^i.^l, ^ne cl :liini^trn refrend<^ri^^ tienc ^n etit» ^iin, ven^s^ ,í ^^nt,^ r 1^ 1riaP. cn ^^1 t^^^rren^^ ^lc^ 1.^ Iey, del rr^^ditn 1^ ^opril;ir, ^^ ,^brir ^^a^ii^ec n^t ^ i^°alos ^^ ^ ^»e 1^^ mi^m.^ p^• ^idc^^^^i^^ ^lcu^ onr3a piir:i ofrct^ ^^r ^ol»+^i ^^nes le,rftim,^s :^l t ^^mern^o Iarobl ^^mo ol ^r ^^rn. ^caba de ver^e ^ur la ^ ín^Iola^ ^1 ^^ Ia^ op^^raci ^'^ nee ^ie la .^^ricnf- tura, su proeeso leuto, determiua especiales coudiciones en el crédito que se le distribuya. Examinemos ahora las que se derivan de la naturaleza cle sus garantías. ^,('n^^ les son ésta.s:' Aparte ^le las pers ^^ n^xles, comunes a todas las industrias y á todas law pr^^ fesiones d^; 1^L vida, que miran ^, la personalidad humana, pero en situacií^n económica de solvencia y exactiLUd, cualidad la íiltima que no suele distinguir ó, los cultivadores, y cuya falta es la causa m^ls poderosa de que se 1 ^ allen, si no desheredados, postergados en el crédito, la a^;ricultura posee 6 pudxera poseer garantías reales privativas de entrambos órdenes, asf inmuebles como mobiliarias. Donde la propiedad y la agricultura están aliadas, ya sea en el caso de un gran propietario que se pone al frente de una vasta egplotación agrícola, ya pasandc, por las situaciones intermedias, en el de un peclueiio labrador clue eultiva en famili,t el pedazo de tierr^l insuficiente para proveer {^ su sobria sul ^sistencia (y tenemos provincias en España en que, por razón de l^t subdivisión car^i atoniíytica del suelo, esta última clase de propieta.rios labriegos es mny numerosa), el cultivador tiene, grande ó exigu^^, una gF^ rantí^i inmueble que poder dar en hipoteca. Pero los I^ancos bipotecarios, cuyos préstaxnoa, por sus suaves condiciones de inter^s y de amortizaci^ón lenta é insensible d ^^l principal, pueden tier tan 1 ^ eneficiosos, se ven ax•ra^strados por la misma fuerza de las cosas, y por d^efectos de organización acaso, a atender con p^°eferencia exclusiva las necesidades de ln gran propiedad y de l^ti propiedad urbanu, mej^ ^r legal^izadas, con ma,yores conocimientos en sus dueí^os de los procedimientos de crédito, y pre.^entando m^enos riesgos y mfis seguridadea de pago. ^La perlueiia propiedad ^lueda fuera de qn accií ^ i ^ tutelar, y, b tiene ^llie per^nanecer austr^ ^ída al mn^vimiento d^i crédito, y como qi p<ira él no existiese, ó que acometer el eomún présta^mo bipotecario ^lue, ^ ^ un cuandn nn sea, coiuo tan fr^+cuente es, concertado con usureros, suele ser oneroso por los gastos que implica, desproporcionados á la cuantSa del capital recibido, •y de temeroso vc^ncin^^ieute por falta de probabilidades de reconstruir í:ste en el estipul:id^, plazo. I.os I3.inc.os territn^ riales, adenr'i^s, <^ i^nilatan^lo seguridades (,y no se les pudiera reprochar en absolut^.^ tal conducta), vale ^ran miiy por lo baju todas aquellas finca5 cu,yos pr ^^ductos ^ ^frezcan alguna eventiualidad, con ^o vit^^edog y bosqties, cus ^ ndo no desprecian por coiupleto detc^rminad:^s pl.^.ntacione., c ^^ nsider.^ndolas frutos tardíos, cua.l la de pinares por nuestro 13anco Hipotecario; ,y au^.i Fxclu^•^n c^ tres imm^^^bles, co^^^ n en principio los pro indivisa í^ en que el nsufruct^ ^ estít yep.^rado de la nuda propiedad; c^nn^ ^ los en que no pue ^ie acrnditar e] propietario más que derechos posesorios; crn ^i ^^ ^ , 1 ^ r^ r ^ílti^nu, tn^ln^; lns infrurtíf,^rns, si ^ lniera puedan y va,yan ,ti 5er redncidos inmediatarnente íi culti^-o. ^ , ' - 2^2 El crédito iudividual inxnueble habríx de irse perfeccionanao, y ya preocupa actualmente ^á jurisconsultos y economistas el estudio de los xnedios más seguros y faciles que mas ventajas proporcionen y xnenos inconvenientes traigan, de modificar el contrato ó la obligación hipotecaria, desprendiéndola de su fórxuula tradicional, rouipieudo su resistente corteza para encajarla en el torrente presuroso de la circulaciún del crédito; er^tudio que no es precisamente de gabinete y que haya ^le hacerse en el terrP,uo de las doctrina.s, sino que puede ya verificarae en el de la experiencia, y por el de los buenos ó de los malos resultados que estén dando, pUr ejexnplo, los nuevos bonos territoriales ó C^ru^idachuldbriefen del Imperio alexnan y los m^s antiguos Handfesten de la ciudad de Brema.. . i^tas aun sin llegar a aceptar estos ú utrc^s proc^edimientos de xnoviliz^ ^ ciún c^el suelo, que uiuchos persiguen como anhelado ideal„ l^^s L'ancos agricolas que pueden e^stablecerse con arreglu al presente proyectu, cabe, y es de esperar suplan con ventaja, aun con respecto á la prupiedx ^1, las déficiencias de los hip, ^• tecarios. Coutiéndese por los hombres de ciencia si Lstos deben organizarse como establecixnieutus únicos y centr^Zles, ó 5i como múltiples y locales; pero a.penas se tropezará con nadie que porfíe por aquella constitución, coxno esi^;eucia y esencial en los agricolas. Podrún ser varios, aegún la aiferente or;ani• zación de la propiedad en ca^la país lus eleu ^ entos de evaluaci^t^n y Ia inve5tigación de las 5e^;uritl^xdes de ]as fincas ^'lue se ofrezcan en I^ iputeca; xnas cc^uo el ^ °r^dio que ^lispensan los territoriales e5 in^let^^r^^iina^^o, urill^^ ^los t<ile^ pairticu1ures, esclarecido el valor de la ^ar<tntía, ,ya no prerisan c^tra cos^t y puedcu a^í ^x^lupt^ ^ r mx patrón Uniforn ^ e. Los agrícolas si ha,i ^le cnmi ^lir tiu iin, tieneu, por el contr^ ^ riu, que aju5tarse ^x la díver:^í ^ la ^'I íufíuita ^le 1^^s situticiuue4 . ^ ^,rrícul<ts, en 1s ^ s que prnyectan tii i ^^ tíneucio- ^ l^ ^s . ^ c<^i ^lenteti cli^natéricus, la posií:ión topugráfica, ]si f<^tcili^l^id ó ^lificult^td ^lc la^s cu ^ mu ^icaciones, 1:^ in5tru^^cií^n ^^ luti lú^ liitos ile, lus ^n ^^ ru^lurew, eu téx•u ^ inuy de ^ine ^, veces una xuuntaiia ú un río que st^ i ^rterpunl;<ux entre ^los comarcas c^^ nibian por c ^^x^^ pletu 1» de^^^^r^ición y desemejan del todo sus cultivi ^s y sus costtuubrey a^;rícul^iq. h'altus, . ^^lcniíi^, ^l^^ educx^ciÓn econón ^ ica lus cultivadores, des^ conucien^lu 1u5 » ^ edio^ ^^on que se con+lnist.st y^e obtiene el cré• dito, re^°elosos de nove^lades que no vf^an pur sus propios ojo9 ,y por largii experiencia justificadas, es de l;ran convenienc?a apruxiiuarle5 el instrnnrento de cr ^^dit^^ px^ ra intr^ ^ducir entrr, ellos sns l^íibitus. '1'u ^ln aconseju a4í nna or^auiración local, susceptible, ^in enilrirg^ ^ , de tr:^b^iz^m. ^le :^^l^T^t:^r l^^z^^ que i^xnan y rubustrzr; ^ n por re^iones a^rícol^is, sin trabaa fi su ac• ciíin 1il^m, l^t i•ari^^^la^l ^l^> r°st^^5 ur^;•,xnismus. ]^.ocales (y al permitir anipli^ti 1^1^^°i•ta^? .,^n^:: ^u fuu ^l.^c,:^5^, ^^s !:_ yu!ui^iún ^lue - :.^'.^.:i - adupt^^ nuestru C;ódibu de cum ^^rcio), ya podrán y deberan preferir para la a^ricultura en las transacciones a inedio y á larl;o plaro lus créditus deterininados ó con destino taxativo, hast^ ^ para poner valladar íi esta tentaci^ón irresistible en los labrad^^res de in^^ertir ruinusamente en adquisiciones de propiedad lo que fuera fr•uctuoso aplicíindolo al cultivo; ya les ser^^ f.actible, e^aminad:xs las cosas de cerca, practicadas en la comarca averi^uaciones, admitir en garantfa hipotecaria, y por cuantf,^ mayor, todos esos bienes inrnuebles que los I3anco5 territoria.les desechan en absoluto ó miran con relativo desdén. Y fuer.ti así un mal que los agricultores se contrajesen con^iu base de sus operaciones, segíin tantos los consideran, á los únicos créditos personal y mobiliari.o. biobiliario : tal es el qutid de la cuestión del Crédito agricola• 3:1 colouo en general, se:t arrendatario ú parciario, puede carecer, y car^ece comúnrnente de fiucas propias sobre que constituir hipotecas; pero cuenta, sin enrbargo, con porción de cosas muebles, ú por mejor decir, respecto a al;unas mpvilizt^b1es, ^1u^e pudiera dar en garantía, si la lebislación, desapegsindose de lus viejos tro ^lueles y abriendo otros mhs acomodados á las eaigencias modernas, facilitase la coustituciGn del contra,^ to, llamíirase como se quiera, de prenda con tales ó cuales aditamientos, ó sirnpleniente de consignación. Cual^luicra adnrite en garantía y depósito títulos de crédito, alhajas ,y objetos preciosos, cosas todas de poco volumen y valor crecido, y clue no dernandan especiales c^tidados de conservacióu. Las mercaderías del comercio no se hallan en muy diferente caso, y pueden soportar f(^cihnente el costo del almacenaje. ^,Sucede i^;ual respecto (r los productos de la agricultura:' 111nc1 ^ o se ha h^rl^ladu del etit:rbleciinicirto de docks G grandes alruacenes de depúsito cou c,.te objeto, y aun algunos sc han construído en esta ú en la otra naciún, pero sin que en últirno resultado sol^iese beneficiarse dc ellos el peque^o labra• dor, ni aun el labradur naediano, si no ]os fabrica.nteq ú comcrciantes, cuat ^ do mí^s, de productos dc las in^9ustrias a^;rícolas, vinos, aceites, alcohólicos, etc. 1,CZué particular se presta á r^^cibir en 1 ^ renda, ya no los henos, pajas, leffas, que abultan de^s^nesuracl.nnente y valen poco, sino los ^ranos y otras cusechas, de proporciones emb2lumantes, ,y que exi^en traspalos frecuen_ tes y otros prolijos cuidados para que no sc alteren ,y .pierdan7 ;,(l^uién ^^nerrí^r lracerse car^o cle nl^tices recién co^idos, y pac.^ los qtte tendría ^ue destin:^r se^c.a^leri^s (L hropí>sito, ú attn ^lc ;;rana^ln^ ^';i., cu^ndo son tan 1^^ ropenso^ ^i, avería? Los produc•t^s t^.grícolas, las cosechas reco^idas, ,y en ^rado i^iial, si no rnayor, lus g.^nados, cuya crfa, manutenci(in ,y ceba envnelven casi siempre ^;ustos y ctiida^lus, se prestan, pn^^s, poco (^ darac cn l^^rend.^, si Lsta La de formalizarse con l,as solemnidades del ^lerecbo, por -- ^'^I -Ynedio de la éntreg^i de la cc ^^a, G 5aliend ^,^ ^^^ta de la ten.enci^l del deudor. Ll iu<<terial de exportación animado ó inanin ^ ado, los ganadc^s ..^ fect ^^s ul cúltivo, lo^ aper^^ 5 y n^^^quinas que en la lal^raiiza se eruplean, ^ ^^ enos aun pueden ser entregados en prenda sirc aeestar cruel g^^lpe ^i la indu^tria agrícola ó^in que en el act^, se paralice. z Y las cor^ecl^a,s penclieutes? ^ Y la riqueTa forestal, todas esa:; cosas que mientras están adheridas al suelu tieuen la consicleraciGn de inmueblesY ^(^ué posibilidad hay de entrel;arlas ^iu des truirlas, sin que se perjudiquen considerabilísiiuamente en si^ valor, por lo menos? Lo micamo c^n l^'r^uicia, que en Alemania, que en Italia, donde l^t agricultura tíene poco crédito y necesita para su desenvolvimiento la ayuda del capital, preocupa cl caso y se pide calui•osamente p ^^i• ,tgri ^•ultar•es y econonii^tas que, pue5to ciue es industria cuyas gur^intía^ reales I ^o5ibles a^^ n especialíaíni, ^ ^ ^^ inmodiflcables, ^e mudifi ^ lue en carubio la ley par^ ^ adn ^ il;irlas ^^ garantirla^s, y poder así ella a]canzar e^a <miuici^ ^ n,^ du y just.^ i^ualdad ante los fa^ores tau buscados del crí^dito; que l^i pre^id.a a.grícolcr^, ,y este eq uno de sng nomhres, pneda const^iuirse s^:^z ^esplaza^^rziento, <^in cle^ap^ocler^zrli-^i^c;il.t,u clel deudi^r, á t^o^^zicilio del mismo, como una, l^ij^ oóeca, m^i^tehde,. Podrá discutirsc^ sobre las uiayoreq ó rnenores facilidades d^^ la refornia y modo de cc^ nciliar derechos re^^petables 3^ que l. ^ mibina afectare; pero no c^^1Je tildarla dH ab^^rra ^ •ií;^n, p^aes po,r mucho que se analice nad^i se divis<l. eu 1:^ u^itnraleza de las cusasque perinita, cu^^.ndo wun in ^ uu^ehle^, ^nbordiuarlas c ^^^uo ^^^ ^ rantfa de^ un contrato, ora quedúndose cc ^ n cllas el deudor (hipoteccc), ora pasándolas ^. la teneucia del acreed ^ ^r (ur^ livre•^i5). y l^es nie^ue eqt^^. ^.zria mod^tlidad cuando se tr•^cfe de mueble^. (^on mir. ^ s mfis ainpliaa el derecLo romauo había dictado, po:• boea de Ulpiauo, ^ue ]a pr ^^nd^^^ tie con^titnsa, no sí^lo por l: ^ tradici^ón, ^ino por la ncera c^onvenc^iGn, ,y a^u^ cuandn n ^^ ^e entre^^^^se la co^ta et si ^io^^t, t^°n^1it ^ ra^ t^ ^^•st. 1)i^'e^to L. 1.°, títul > 7.°, libro 3.°). F aun sin salir de nneatr:^^ lc^yE^^, ^•em ^^ s ,í D. :^l f^m^n cl ^aibio egta.blecer como crar:ícter difereucial entre la. hrend. ^ j^udi^yial y la, convencionc^l cine la^ c^caa en la prir ^^ Pra iin ilneQl<^ 2s obli^ailas h.^ qta tu entre^a, y no así eii l^i í^ ltir ^isi ^^ ^ ^c^ ^/ ^ ^^r• ^ir^i^, htu^a^ti la, l^c^ne^ ^.c^c< <]cllirs u^iiellos q^i^e^ l^^ ^•e,eribc^z fi 7>^•i^ ns, (L. 13, titulo 13, 1'artid.^ 5.8}. 1;1 derecho, por utra. l^ ^arte, i,ne ndmite direr^id^^d ^le manera, de tradición que no ^nn otra co^n ^ne ^imbnloti y fi ^ •cione^^' El ^•^^^^,.et^itui^^^r»z, ^^n.es^^v.^nrii^n ^^, en E,1 ^ ^ ^^ e la ta•:^ ^líri ^ín ^e ^hera, por e^l ree^n^fcirni^ut^ ^ ^^ne h, ^ re el i^ne en;^ jena ^le pu^^er dt^ allf en adelante 1 ac^^ ^^L ;^ i ^ouibi•e,de otro, ^,no 11^e^^a directarnen. - ^25 te ^^ la preuda sin desplazamiento? 7.os jurisconsultos que t^e oponen ^^ la reforma, ^ se fijan bíen en que los privilegios generales sobre muebles que todas las legislaciones consagran (hiputecas tácticas privilegiadas 6 no privilegiadas, como entre nosotros se ha llamado), el de propietario, verbigra.cia, sobre los muebles que guarnecen la finca arrendada, no son más que una verdadera prenda á domicilio y en la que el derecho real es tan efectivo, que en la ma,yor parte de los Códigos se adhiere á la cosa ut lepra cuti, y la sigue por todo el término que aquél tiene para reivindicarla? Cuál útil sea la reforma y fundar el crédito prendario, sa echa luego de ver reparando que exísten grandes masas de riqueza que no hay posibilidad de darse hoy en prenda ni en hipoteca, y á las que convendria llamar á la vida del crédito• Los bosques y montes publs^ los pueden indudab^f^mente hip^^• tecarse con el predio en que se l^ayan arraigaúo; mas aun sia contar con los mayores gastos y formalidades que implica la hipoteca y si el vuel^ está separado del suelo, yqué hará el dueño del arbolado? y Cómo da.r en prenda las toradas, vacadas, yeguad.as, eabaí^as valiosfsimas qlle constituyen la principal fortuna de a,l^nnos de nuestros ricos propietarios? Se insiste por alguno (y está ya en uso en algunos países) en obviar las di8cultades de la consignación h domicilio- por medio del arriendo del local ó finca doude ,yazgan las muebles ó semu• vientes empeñadoq; pero sobre que es añadir contrato ^, contrato y limitar así más sus derechos el deudor, ^de qué manera verificarlo con rebaños trashumantes? Ciertamente que todas estas riquezas, susceptibles de comprarse y venderse, pero no en realidad de empeffarse, producen el efeeto de rohustecer el crLdito personal del que las posee; ,y ciertamente también qne es p^co menos que utópico que el agrí_ colá ha,ya de organizarse en toda la extensión de los horizontes que se divisa nexclusivamente como mobiliario. Pero se crea un elemento mGs de crédito Gn beneficio del que lo necesite, que puede dar m^rgen á eqas combinaciones del persnnal con F;1 real, sea éste ó aquél el suplementario del otro, que y a. han eneayado con éxito, y a pesar de las trabas de la ley, las instituciones bancarias populares. Con qne la garantfa mobiliaria snpla por una firina, ,ya es bastante. Forque hay que tener en cuenta que los Bancos se rigen por reglas generales y no por prácticas casufsticas; y que asf como no hacen, los que no quieren colocarse en Zma ma]a pendiente, operaciones sobre un^i sola firma, siquiera sea la del banquero més opulento, no la^s repugnan cuando un agarantfa mnehle ó imm^ehle viene G. servirles de aval. Si el c^omiín crédito prendario, tr^l como lo explotan los usnreros y lo e,jercitan loa iliontes dc^ Piedad, es la. infancia del créIfi -.-^ ^j' ) ^ _ dito, co^uo se ha diclio, el irue ^uen^^ ^ r^^nfiat ^ ia .^^ lu ^ne 3- ^n.í: vejílm.enes oca^ir ^ na z^ 1 deudoi, ^^ ^uif^n ciup ^^ l^rece ^lesde lue^^ ^ pri^-^^.ndole del 1 ^ 5o v^c^ r^e ile ar^nellas co5a:, rl^c q ^ i^e 1^ ^^. tenid^^ que deshi^ender^c, el ^ne el .^^tini5tro qu^e ^u5criue trata de facilitai° ^n 1 ^ eneticio dc^ la a^rícnltura, ^ que 5e di^tingue ^or los caracteres opue^to5, r•e^ultar^á, por contr^ ^ ría razón, un p^o^re. so, Y si ^este ^ro^-ecto prt ^sl^ era, y la e^perit;ucía se pi^cai^^;a de dictar sobre •l ^^erea^icto favoi•^tble, -poar^^ , -ser quiz^<^ ^ con el tiempo punto de l.^artida. de nne^^or d^e5ai^rullos ,y an ^ pliacio^iev al crédito índnstrinl y aun al dom^^tico, conia ya tr ^^ taba cle ^eneralizarle en YR^3 la Comisi(in del ^5enado de la recina ltepública, al infor^n^^r ^obr^e el ilue ^u Gubiern^^ piesentara ^^t aC^o nntecedE^i ^ t^^, rela.ti^^o al a^ricola, ^ qne aquel alto Uuerpo, poi tc^nior í^ no^rE^dad^es, 1^ a ^ levnelt^ ^ íl 1^ m^i • n ^ ^ (^o^iiir^ión. Hoy pur l ^ o^-, lo que es mií^ obvio ,y ur^cute, por eniecer m ^^s de cré• ^iito 1.^ ^ ^^rirultura que la intln^tri; ^ ^^ iit^cc^it ^u•lu ni4ir^ , y lo que etite ^Iini^terio está obli^,ad ^^ íl cuml^ lir, e^ abri ^• ciniiento ^^ ( a^,vrícola; a^f, adem^iq, p ^^dr.í. tener reaiización la facultad ots^r^^ ^ada pnr el C` ^ídi^^^ dc Comercic a]o^ I^3,incos y^ocie^lsides agrícolaq de prestar ai^bre f^uto5, cosechas ,y ganad^ ^^, c^uF^ en la actnal ^ititaci ^'in n^^ l ^a,y forma de poner eficazinente eu ^rdctica. La co^a, en ti-erdad, n ^^ es expea]it^l; vn 1 ^sa^ta. ^.^ ci^rdar una prescripción legal, ^ino ^ ^^e hav que . ^ r^ulouiz.^ rla con las otras ti-igenteH, y conciliar derecher^ qne tic^ i ^^<u^tienen a^su <mip;ar ^^ t^ gur^en en la materin I^^^r to ^i; ^ 5 p ^^ r•te^ ^^ b5t<ículos. 1'<1 primei^ t>n ^lne tr^piPZ:^ 5e lr ^ c ^ pnn^^ i<i lev L-Ii^otecari^, 5ó1^, ^e^fin ^lla, podr^in ^er hip ^^tec^a ^i ^^^ l05 1 ^iNnes iniuuelile^ (.^rt. 10G), no loq fintos pendiente^ c ^^n wepar€^^^i^m del pr^edir ^ i^ ^^e l ^^ s ha,ya. Pt°od_ucido, no lo^ oi^jetc^ mueble^ cotocado^ per• n ^ anentemente en lo^ edihcin^ par^, a^lorn^, comndidad 6 aervicio de al^nna indtaatria, i"^ menos que ^ hipoteqnen juntumente cnn 10.^ ^*dificio^ {art. lOR), ^^Ias ^,quE^ iiupc^rta, ai otr,^s ^^rtículoF, :^1 d^^scribir la e^ten^i^^n de l^t hil ^ote<^a, le dan tal poterrcia de atraccíl^n r^^ae 1, ^ hacen envolver lo^ referidos muehle^ d^ colocacihn permanente, ann en fecha posterior, ]as nne^-aa plantacioner, nhra^ ^^ mejorna, lo^ fondns ^Y»e zl tiem^+ ^ ^ie hacerse ^ef^ecti^a 1.^ obli^acíón hipotecaria e^tuviesen pe ^s• ^liente^ 6 j^a co^idos, annqtte n^ ^ lnvant^^ d^>^, ni 2lmacenados, laa ind^emnizacione^ de1 ^ idar .^l prohiet^^ri ^ , ^^t^^r la ase^uración de Ioq mia^noq fruto5? (Artfc^liloa 110 ^^ 11]..i FI r.r^dito hipo• tecario absorbe a^S por ot^ra ci^e la. 1e^^ ;v no 1 ^or pacto, que serí:^ re^petable, deJ houibre, al po^ible créditn *^r^^.'..:°iU, ^,r^a estn conveniente? ,;T:^ :^.cleciinable^nente 1Grico? ^i fuera lo íiltim^^ no e^c^^j,^tn.^ ^•ía la lcs- ^^i^ando la finca ha pa^ado a m ^^no^ de itn tercer poce ^^dnr, 1 ^^^ mneblea, mejoraq y frut^^s, obra, ^í ^ertenencia^ de nuev,^ dneT^ o. ^,Eq vimple^ nPnte e^ititati^o? C^^n -. !r^ -,) Í _. durle a1 acreedor Lip^ ^tec^irio lu ^lur, c^ ^iitcatú la rinca hipotc,^ cada en la maner^^t descrita, cun niuehles pre^ntes ó futurob, ^nejoras, frutos é indernnizacioucs, si así se 1^a estipulado y consta en la escritura ; sin ellos, en otro caso, ^ no será bastaute?... ^ A quó atribuirle más, lo puraYnente eventual, lo que ni siquier^i era dado á veces previese, con da^o de otro acreedor .í quien se le pudierei^i afect^ir ú Y^ubiesen afectad^u ^an ,^arantí^i tales bíenes? For lo misnio que tan patente es el óbice, y que ning^ún pe^•^juicío atendible en justicia se infiere en removerlo, el remedi^: es llano. En tanto que no se inodifique la ley I^ipoteearia, re5^ ^trín^iéndose en la xnanera qne se riere mejor la fuerza de accesibn de la hipoteca, los créditos que co^i arreglo al present+. proyecto se otor;uen í^ los .^riricultores C industriales a^i^íc^ ^las se haráu efecti^^os sobre las ^arantias que liuLiesen cons.i.;;^nado y pudieran reputarse accesión de inmuellles hipotecados, siempre qne fuese posible su separacifin sin deterioro de ésto^, v que el deudor no ]as hubie.se espresa y conjuntamente obtigado en la l^ipoteca. i1l^s furn^idable obst:í.culo encuentra ^el crbclito inobiliari.^ ;^grfcola en 1^^ constitucibn peculiar clue en .^lgunas de nuestras pro^^incias tiene la propiedad territori^ll, y por virtud de la ^lue su noce ^- la inay or parte de los derecl ^us anejos al doniinio están separ^ldos de otros preeminentes derecl^os que se ejercitan principalmente para hacerse pa^o de una renta. E1 sei^or dírecto,^ clue ^así se llama el qtle asume los últinios. ya se trate de una enfitcusis coniún, ya de los foros, tan extecididos en la región Nuroeste de nuestro terr3toriu, tiene prel:^cibn sobre todos los dem^s acreedores, co^uo que él lo es ^1^^ dominio, para cobrarse de lo clue se le deba por razón de la pensión y sus consecuencias, en los frutos de la finca enfitéutica ó aforada, cuanto en la totalidad de la misiria. i Y qué conrecuencias tan enorines á veces ,y tan inexperada^ ! Atrasos •con_ siderables que en virtud de la solidaridad de la obligacibn, y por insolvencia del cabezalero ú otras causas, se reclaman iriopinadamente de cualquiera de los consortea, gastos fabuios^N de un prorrateo, en el que se han estirado y multiplicado di^1,^gencias; }^^^^o de nn obscurecido landemio quc^ absorbe gran lwrcifin, e] quinto ó mt^s dcl pre^cio de la tienta. Vicios son ést^s inherentes al sistelna, taI como el transcurso de los aiglos ao ^l^an ido ^uodelando, y que reclaman, no n^odificaciones de detalle, sino una refoi•rna profunda clue este 11Zi^nisterio habrá tlir desarroll^r en otro pro^-ectc^ de le,y y^i redactado y de que ^^• dará cuenta inmediatamente á^l^tis rortes. Pero aun aprob ^ici: ^ ^ que sea, mientras que la transformación a que llama a la nr,^^ piedad no se efectfia, ^- ^eso no ha de ser obra de un ^^íTo ni d^^ dus, sino de la marc°1 ^ a herezosa del tieuipo, ;,córno orillar d.• alguna mauera, por lo menos en circunstancias ordiuarias, 1 i di8cultad que acaba de ponerse en relieve. .L+'1 Código civil portugués se encarga de formular la respuesta : restrínge a los dos últimos años y el corriente el privilegio mobiliario que sobre los frutos de Ios predios rfisticos respec• tivos concede en primer lugar aI crédito por deudas de foros, censos, etc. (Art. SSO.) Pues lo que mas allá del Miño es Iey r no considera lesione el sagrado derecho de propíedad, bíen puede establecerse más acá del río fronterizo, cuando la constitución territorial y la situacibn agricola son muy ^em^ejantes en una y otra parte. Asf lo hace el proyecto, limitando en la misma auerte el privilegio; pero no ciertamente, y es observación eatensiva al de que en seguida se trata, extinguiendo con é] el crédito. Ofrécese ahora la tan c_alurosamente debatida cuestión del privilegio deI propietario por razbn del contrato de arrendamiento. Reftejo el Cádigo Napoleón, patrón por donde se hAn cortado la mayor parte de los modernos, de las doctrinas fisiocráticas que tan en boga habf an venido estando en Francia, patría de la escuela, curóse muy principalmente de revestir de toda clase de garantf^s la propiedad del rnelo para que re:ilizaqe los altos flnes que se reputaban de su ^ncumbencia ; y ei^• contrando en la jurisprudencia de su país el privilegio dei arrendador, en que se liabfa convertido la antigua hipoteca t^a• cita de los romanos, y que llegara €^ ser uno de los m:^s célebre9 espeeialee, lo aéogió y determinó, y le di ó tal fuerza y extensión, que cabe decirse agota y , escluye todo el crédito que, fun• dado en su mobiliario, pudiera ohtcner el colono. De aquf el clamoreo que, desde que empezó h agitarse el problema del agrf. cola, se ha levantado contra él en laa diversas naciones en don• de se manifiesta rigide^, asf en I+ rancia como en Bélgica y en Italia, clamoreo extremado por ?os cnltil•adores que recl^ma.n^ su abolición,^ ma^s contenide por los homhres de ciencia ó d^^ ley que se limitan h pedir ^ a.tenfie, y clne ha clado ingar tí que Ias nnevas Ieyes mercantiles hubiesen ,ya forzado ó aportillado eI cfrculo ^de hierro ^ on que el pricilegio envolvía en. to• flos los casos el haber completo del arrendatari^. ^u fundamento, como el ^l^el concerniente al crc^dito por semillas ,q gastos de cultíva p recolecr.ión, es obvio; elementt^s que Concurren á la produccihn agraría, la tierra, Ias semillas ,q el trabajo del hombre, es justo que encnentren en los resultados dé'su acción camfin una garantfa. Y sin entrar en esas razones sutiles de los juristas sobre si, por ejemplo, los frutoa pertenecen primordialmente j2r^re cnh,, como accesibn de su flnca al propietairio, hay ]á • poderosas que aconsejan, por.utili• dad dPl propio ^ol^no, qne en lar relaciones de crédito que éste ^ental^ie sea preferi^lo ei qi^c le ha riado, con las tierras par,^ - 229 cultivar, la base de su situación económica, al que solamente y en consideración ^á la misma le concede medios para mejorarla. Y no fuera que cercenándose en demasfa el privilegio del propietario por favorecer el crédito agrícola bajo la forma rle moneda, que podrá ó no organizarse y dispensasse y ser en buenas b en onerosas condiciones, se contraiga y dificulte el crédito de locacibn que se le facilita hoy al labrador, y auu con él freeuentemente el mismo de dinero, de urdinario en condicioned muy sueves. Y peor, sobre todo, será que el arrendatario, á, falta de las de la ley, se pro ^ure otras garantfas expresas 6 con,vencionales que por precisión han de serle más uiolestas al arrendatario, si es que áún no le traban ó inmovilizan el capital que pudiera destinar al cultivo. Hay que buscar con todo un justo medio y no empeffarse en ver exclusivamente todas las utilidades en el interés sólo d^^ nno de los elementos de esa asociacibn laxa que se establece por el contrato de arrendamiento entre la propiedad y el cultivo. Las mejoras del último, al desenvolver la producciGn y fa-• un mayor consumo, interesan también racionalmente, ^°ectamente favorecen al mismo propietario. Pero para y m.:, laa mejoras se necesita capital propio b suministrado por el crédito, y éste no se da al azar y sin garantías y para que otr•^ se lo absorba. Por fortuna, en España la tarea es facil, porque no habienda pasado de proyecto el del Código civil de 1851, en que aparece el privilegio español vestido á la francesa, el que nuestras Partidas y nuestra Novisima consignan no merece esos reprochea^ que se le han dirigido en los pafses donde, por ejemplo, da derecho á, la reivindicacibn y cubre todas las anualidades futuras. ^, Es, sin embargo, perfecto? Con sólo extenderse, como se ei^tiende, a, todas las rentas pasadas, sin otros lfmites que los lejanos de la prescripcián de cada una, hace incompatible todo otro crédito, y da perjudicial fomenta a la indolencia, que si convenientísimo puede ser tantas veces, dado lo azaroso de 1:z industria agrfcola, sujeta á las mil contingencias meteorolí^gicas, que el dueño de las tierras difiera para más abundantc a>Yo el cobro puntual de las rentas al colono desgraciado, lo que ^ale tanto como otorgarle por su equivalencia un crédito, ^í para la producción, ó para el consumo, según el uso que de ^:1 haga, no debe proteger la ley se erija el caso en sistema; quc entre otros perjuicios evidentes, importa el de impedir adquieran las gentes del campo esos hábitos de honor y fidelidad ea el cumplimiento de sus compromisos que distinguen al comercio, y que es el valladar m^^s diffcil de superar para que los capitalistas les franqueen b. crédito sus arcas. Legislaciones hay que, en cuanto á lo pasaclo, limitan la esfera de acción d^^l privilegia fti una sola anualidad ; asf es en Italia y Portuga.l, así - '^30 en Inglaterra y:^len ^ania. I:n 1! r•ancia se aii^ plfa, en varius proyecto sobre el Crbdito a;rícola, ^ dos aiios, como ya ha establecido una ley especial para los casos de quiebra de comerciantes. E1 presente proyecto adopta este temperameuto, que c.ree m^ás favorable ft los respectivos intereses de arrendador y a^rrendatario y que uniforma el derecho, asimilando el privilegio en cuestián á la hipoteca, la cual, mendiaudo perjuicio de tercero, asegura sblo los réditos ,y las pensiones de ceneos referentes a los dos ízltimos años vencidos ,y el corriente. Por lo que hace á la comprensión deI privilel;io, el proyecto introduce una. innovacifin substancial, si puede llaznarse así lu vuelta ^ los más antiguos orígene5 del derecha No ofrecen la suffciente precisión y uniformidad los textos ron ^^tnos par,i irnpedir divergencias entre sus intérpretes y tratadistas, y concordar el Digesto con el Cfidi^o. P^ero parece lo mbq cierto, que en un principio la hipoteca expresa, que por Ja, fuerza de la costurizbre se convi^tió déspu^s en tacita, sólo afectaba, resper.tivarnente, los frzitos en lns arrendamientos de predins rústicos, ,y los muebles que se ^ntroducfan en la finca ^en los de los urban^rs, por no proclucir bstos frutos qne se snponian eran para los prinieros gat^antía suficiente. Eo ,%^arc z^t^i^^^i^ztz•, dice Neracio, ut ^2^m,, i ^^, prce^l^iu. zi^rbc^zia, ^i^^^di^cti^ illafin. ^w ^-t Zzignor•^ú ease ^eredarttur, qucrsi, ir1, tctcite co ^1^i^c ^ ^e]'it; i ^ti r^rsticis pr^edi^ie con^Era obsPrvcciur^ (D. L. ^, tft. ^.°, libro :30). El Cíuliño bivil po^^ugués s^e ha conform^do í^. eqt ^l .^nti^•na disciplina; y el prn^-ecto sobre crédito agrScol^i presentadu recicnten ^ ente á la t^^'ámara de Diputados por el ílZínistro cle .^;;ricult^ ir. ^ , Industria y Comerci^ de Italia vicne en cierta zu^ ^ nera .í ^idoptarla :rl establecer ctne, en concurso clel arrend^ ^ dor ,y de los institutos de f'rédito ngrícoln, tengan preferencia, el prilnero sobre los frutos pendientes ó cogidos, así eomn s^ ^bre el mobiliariv ^- semovientea los líltimos. Al parecer del ^ue su^scribe, de cuantos medios se han propue5to p,tr;i ,^rmonirar los diferentes intere^s del propietnrio y de los acreedorea por pr^starno^s agríc ^ lás no ha,y ninguno colno este deqc]oblamiento del priv3legio •{ue lhs satisfaga mbs ,y c ^frezca mejor rnodelo b, la institución; ui nan el de dividir a la. mitacl, entre el uno y lc ^s otro, se^í^n tnmbién se ha pedido, el conjunto clc bienes sorr^ etidos .z la acción del znismó. G^uédale íntegrn el privilegio en los casos ordi• narios al propietario, y cnando concurr,i con acreedores comu• neq; pero hnbiendo mar^en para que dentro de ^1 cluepa el créctito a^rfcola, ora por venta al fiadn de znaquinas y aperos per• íeceionados, ryiie tanto pueden contribuir íc los pro^resos de ]a ; ^ ^ricultnra, ^ ^ ra por ^enta t^+znbién b dac^ibn de ^anado en apa^er•erfa, con lo que se obvian los cl^zoques de derecho entre su dner^o y el de la labranza 6 predios en arriendo, orn por asi;ní ^- ción de prenda á domicilio pxu•a ^ar•aiitir cuxtlquier préstaina que tu`^iere ubjetivu a;rícola. 1'or dem^ strá clecir que en tuclus lus caaus habx•aíu de antepouerse al propietario, ademas del I.stado, el priu^ero en l^x. serie de los a,creedores, como aseguradur del orden y baranti.zador de la justicia, lus que lu sean pur premio ó diviaenclo del seguro agricola (según fuere á prima fija ú mutuu el cu>ltratoj respecto á lob objetus a5e^urados; y lus pur scxnillxis y gastus de cultivos ó recolección, en lu clue tuca á los frutus. 1.1 sei;uru, en sua varias formas y aplicaciunes, hace ci^erta la cuwa asegu.rada y garantizxi así el cubro de los restantes acreedures; es d ^^ justicia, pues, la preferencia que, si^uieudo los principios generales que rigen la xnateria, se limitará ó. aquella sula anualidad en que se hayan ase^uradu, ó dividendo cux•respundiente ;í la misma repartido, si ^es de cosechab, y^. los dos últinios premios ó dividendus, en arinonía con disposiciones aníxlo^^as .1e la ley Hipotecaria (art. ^2U), si de ^anaclus ú utra prenda agrícola de rn^ls re5istencia ,y duración; seáurus escasísinxos todos ellos, por d^braci,^, que su cunveniente y difusi^^<< ur^^tniz,t^ cibn resulta cuestión aiticil y problema uhacuro. En cuanto ó, los crédito5 por seruillas y gastos de cultivo y recolección, fúndase su privil^egio sobre los frutos de la cus^^cha a que se refiereu, en el principiu de clerecho de que no hay frutos hasta que se liau deducido las necesarias inipen^sas. ^Ivc fr•^^^cctum nomine continetur quocl just,is sumptibus deducti^ ^^^perest. (C. L, l.g, tít. 51, libro 7.) I^ntre loa gastos de eultir^ ^ no pueden xnenos de figurar lus abonos naturales comunes ,y de ^ranja, sin cuyo beneficio apenas se hubiera dadu la cuseclia. M^s difícil es de resolver la cuestiúu tucante íc los ^lnínxicoy y ^, las enmiendas, que no tanto se emplean para reparar las pPr.didas de la tierra en su trabajo de producción y propurcionar ^, la futura cosecha los elencentos que necesita asiniilarse, coxnu para auxnentar la poteucia productiva del niismo suelo y xnejorar su coniposicicín imperfecta. Concederles en absoluto preferencia subre el sn^rendamiento, cnando su eficacia se extiende ^, más de nn ;ifia (t.^n raros son, y tanto se prestan ^ la falsificación industi•ial y í^ s^er -p^úb^ilc ^ de decepciones), ocasionax•fa quedase burlado muchas veces el propietario, de quien es ciertamente al factor pr•incipal el instrumento de la produccióT. ^ agraria. Pero tampoco cabe ne;.irles, sin lesi^in de la equida:l, la consideracióu de que goz^iu las x ^ aturales y coxnunes, cuyu oficio suplen ú deben sul^lir con ventaja; ^^ falta; pues, de coneierto con el arrendador, el proyecto lus reputa, en cuanto ^^ su valor abonable I ^rivile^iadamF^nte en -cada -cosecl ^ a, como si iuesen comunes, eatendídos ,y ^nerclados a la tierra, en ia 1 ^ roporción necesaria hara próducir, c•cm arreglo {x la c•^perienc•l:c del país, el efecto cluc^ 1 ^ nbiere en ,iqnella cr^aec•1 ^ ^t rN^nltadu. - 232 Las enmiendas, subre todo, sun xuejuras territuriale5, que parece regular sean ejecutadas de acuerao cun el dueiio, el cual, si viere convenirle, entrará en las estipulaciuxies cuuducente,^, y hasta lxodr;i hacer cesión de su privilegiu en favor del proveedor, pues para preveuir dificultades y allanar el camiuo ^l los propietarios que vean con buenos y sanos ojos los mejoraxnientos que en sus fincas acometan los colonos, el proyecto declara, no tan sólo reuunciable, sino que también transferirible, con favor de los acreedores por título agrícola, el privilegio del arrendador, y aún, siquiera la concesión resulte prubablemente ociosa, del seúor directo, conxo el de cualquier,^, otro acreedor privilegiado. No basta que la ley establezca derechos y privilegios; es preciso que sean ciertos y seguru^. Gomo el contrato de prenda se presta de por sí al abuso y á que sirva. de manto al fraude, las leyes se esfuerzan en depurar su existencia, y quieren conste con toda claridad este derecho. Nuestro proyecto de Código civil de 1851, quedáudose aún atrás de otras legislaciones que extreman m^ts la prueba, negsaba ai derecho de prenda efecto contra tercero, ^, no constar p^r instrumento público b privado, cuya fecha fuere cierta, cualidad que, según su tenor, se adquirirfa ó por la incorporacióu del documento en un registro público ó por el inveutario que de él hiciere algún funcionario público, ó por la muerte de eua}qniera de los que hubieran firmado. Pues si se requieren tales formalidades en la prenda común, dande el hecho de la trad.ición cae bajo el doxninio de los sentidos y puede ser por todos apreciado, y esto para evitar posi^bles y raras conclusiones en juicio de acreedores legítimos, }a prenda ^, domicilio, que no se seiiala por ningún fenómenv ostenqible, es de nec^esidad imprescindible que se la rodee de las mayores seguridades de autenticidad. A la publicidad de I^t tradicibn hay que sustituir la que la suple con ventaja, Ia de1 re^•istro. Asf es clcie en casi todos los proyeetos que por lo^s particulares, por las corporaciones ó por los Gubiernos se han formado sobre el Crédito agrícola mobiliario, entra como uno de sus quicios el establecimiento de registros especiales en donde consten debidamente las obl}gaciones de este crédito, y por el riguroso orden de fec•has, que determine la prelación de los diversos acreedores. La discrepanci^^ estríba en los sitios en que c^^da cual entiende deben radicar las registros; pues mientr^;s los unos, por ejemplo, el proyecto del Giobierno italiano, conIieren el encargo de 11ev1rlos h los que aquf llamamos registradores de la propiedad, otros los cometen {i los cancilleres de los Juzgados de paz ^5 {c ntros fiincions^rios qne acl»í no conocemos, •y otros, por fin, ad.uhtan ^tn :,istema doble, ^el proyectu del (lobierno francés. - ^33 I.a naturaleza clel Cr(;dito agrfcola, la pequeiiez ordinari;i cle sus trausacciones, ]a necesidad de apreciar y esclarecer bien la prenda, ^l apetecible ahorro de gastos y molestias, inducen á situar estos registros lo mas cerca posible de los cultivadores, á saber : en los Juzgados municipales, que ya corren con c;l civil desde que el que snscribe tuvo, como llinistro de Graci:^ y Justicia, el honor de establecerlo en España. Si los secretnrios de los mismos no tienen toda aquella pericia profesionul y competencia en el derecho que distingue á los registradores de la Propiedad, tampoco carecen de la idoneidad bastanic^, dada la sencillez del asunto, las condiciones de aptitud qu^; se les egigen y el carácter de sus funcíones, que no en otra cosa consisten que en practicar la ley é intervenir en cuestic^nes juridicas. El registro del Crédito agrícola estará, pues, á su cuidad^:. En él se inscribirán breve y sumariamente, con las indicaciones preci^sas y mediante un derecho módico, todos los contratos de Crédito agrícola prendario con fianza ó simples, ora consten por escritura piíblica, ora por privada, ora por manifestación que hagan las partes ante eI Juez municipal del término en que radique el registro competente, que será aquel donde se hallen los bienes inuebles b movilizables que se afecten en ^arantía si la obligaciún llevare prenda, ó el del domicilio del deudor en los dem^s casos. 1•1 proyecc;^ establece las bases de estas oficinas públicaa, que habrcín de ser convenientemente desarrolladas en el correspondiente reglamento, y determina los efectos de la inscripción. La fecha da naturalmente preferencia entre acreedores de una misma clase ,y perjudi.ca á, los inscriptos, aun cuando fuera anterior su crédito; de otra suerte serfa un servicio superf.luo el registro. I^ste, en cuanto al crédito mobiliario, ase;ura los derechos del acrc^edor sobre la prenda que continuare en poder de] deudor ó liubiese sido traspasada en fraude de aquél ó. un adcluirente de n^ala fe, hundar sobre e11a un dereclic^ real hipotecario que pueda persegnir en cualquiera mano 't que hubiera pasado la cosa; autorizar por tiempo más 6 men^ ‚s premioso que se la reivindicl^ie, cotno hace la ley belga de 15 d.e rlgosto de 1884, sobre prért<<mos agrícol^ia, asimilando en tod:.^ el preat^tmiata Pnr tal tStulo al arrendador, podró, no chocar allí donde, con ‚ o en 13^^1^;ica y otras naciones, el privilegio de éste implica tamaiios derechos y efectos; pera no debe ser acogido; pugnaria contra el comíin sentir y la costumbre en las que, cual nueqtrn I+:'spaña, no lo han construfdo tan de hierrc^. La tendencia moderna no se significa en el sentido de inmovilizar, sino en el de movilizar los bienes aun inmuebles ,y desarr^^llar la accic5n del comercio ampliando la prescripcifin de derecho á favor del coinprador respecto :í las mercadc^rfas ^-endidas, - ^^.^ i -- ^egún acaba de s^inc•ionar el vibeute C(^di^;o de cumercio para lai^ que se en^^jenen en a]^nacenes ú tien^l^c5 (art, 85). La parali•r.ación de las transacciones 5obre prodnct^^^ agríc^^las en ferias ;^- n^ercados; el quebranto en los precio5 de 5u venta, en los qu^^ teudría que cotiz^^r^ p^^.ra de^contarlo, cumo eletnento, el riesgo, serían consecuencia natural é indeclinable (que el interé5 e^ muy lógico) cte la riguroqa hipoteca ^nobiliaria, al generalizarse los préstamos sobre prenda agrícola ; no es l^ara aceptada, pues, la novedad. wanciones eftcace^, en cambio, a^guran cumplidamente lu^ interese^ del acreedor; el vencimíento de derecho del plazo, la inmediata exigibilidad de la deuda par.a el ca^o de nue el den^dur deteriore ó enajene la prenda ó nc^ ponga en qn conservl cibn el n^ii^nio cuida^l^^ que 1<<^ leti^e^ i^nponen al acreedor prei. ^rlario que tenga en ^u po^^cr la c^^^a pignorada, sin perjtricio d^^ la^ res}^ontiabilidad^es civile^ ^- criminaleq que c^^n arreglo ^il ^'bdigo penal resultaren qi ^en el caso ^nediare delitci de ^eqtafa, liurto b analogos. Tln procedim^iento 5encillo, poco coqtoso ^^ todo lo rípido que herrniten ln5 agobic^^ tradicionales del labraclor, ^^ ln. dificultad cle procurar^e crédito ^^ de realizar ;i ^-ece^5 ^^1s anere^incía^ para ^alclar deudas, asegurar^í la e,je,cizcibn de lus c^^nt^•ato^ ;í qi^c 5e refiere el proy^ecto, ^u^e toma en cucnta t:^u^bi^^n 1^i5 concii^^ioues de la producción agrícola pc^ra ii^^ p^eri^nitir se eu<ijenen u^ztes d^e tiempq con autorizacíón judicial v^luebr^rntn iníitil d^^^l deudor ,y del píiblico, co9echas que no havan llegado ^tl l^c^rf^xlc^ ordinario de stt madurez. I;n cuant^^ ^L ]a jnriadicci^u, 1<< r^TUpete^icia la fija la cantid.a^l e^xigihle de 1,^ ^leuda : h7at:^ 1..rif10 lx^ac^tsi^ lc ^ K juecea mtanicihaleq; cle allí en adelante lo^ de prirnera in;^tancia, b nuiPnes reeu^i^lacen e5ta categoría si ll^^^are ^L r^io^ificar^e la nctual oi^ g<»iizacibn judicinl, ttazoneq de rapidez v eccm^nnía, n^^ menz^r atendibles que laa ^ne movieron al le^i^lad+ir ^i alnnerat;^r haet^ ese^ lSmite la cc^ir^pet^encia d^e los jnece^ inunicihale^ l^iara conr^cer de la^ cue^ti^^n^e^ ^iie Se ^n^citc^^n ^en la5 finc:^^ qc^bre c^ ^ ntratoq de elias celel^radc^s (nrt. 84), indiicen ,í anip]iar :í e^tow aqnntoq la n^^t:^blP inno^^ncibn intrcrdncid,i c^n ]^i n^ateri^^ l^or la le,y mercantil reciente. Y en ahorro tambitn de ^aqto^, ^r paa^,t el nia^^ ^r esclarecirni^entn de lc ^ ^ clerechea, l.^ in^crihcihn ^e reputa^r.í c^ldncad^i, p^r ministerio de ]a le,y y ain neceaidad de peticibn ^ie parte, e^i nn pFazo acpnu^dade :^ la duraciún ordinaria de e^tes ceu iratoc, cnsind^^ d^^ ^n tcnor n^ cen^te ^^a el vencimiento, cine lle^'ar^'t igualmc^nt'^c^ cc,nqign ]^ cadncirlad ;i le^ d^ ^ ^ meae^ ciguiente^; térm3no ^ue, dc no ejec^ttar^e la ebligacibn pndr;in aprr, vechar loq intere^.^^lo^ para ren^^^^^^r, cen mc,dificacioneF fi ain ellris ,y ^in perjuicic^ ^le tercern in^critr^, ^u contrato. - ^^e^J -- l:l crédito prendario ó ir^obiliario a^;rícola, así, en la ruaner.^ descrita, si el pro^^ecto 11ega ^, tener la consagración de ley, hahrí^ hallado el cimiento sobre que se funde, la fórmula que hoy dicta el fallo reformable ( r,ccímo negarlo?) de las ciencias sociales. Mas ^será como derecho común? ^Como derecho singnlar? No es el DZinistro que su^cribe (pruebas tiene dado de ellu en su ya no corta vida política) afecto á situaciones que establezcan desi^*ualdades enojor,as é injnstificabl^es entre ciudada-^ rtos llamados fi. vivir al amparo de twa misma ley. Sin dnda con el tiempo (mucho es de desear, y ojal^^ ^enda a pasos de bihante) trascencler^n al derecho común todas estas prescripciones clue ordenan el crédito prendario, y podr^n aplicarse así, en la l^ríictica de la ^-ida, ^ las relaciones de ciudadano (t ciucladano. Por hoy parece más cuerdo v previsor decretarlas mera, mente en beneficio de los I3ancos y^ociedades agrícolas, com^^ e^tímulo para su fiindac•ión, ,y porque si interesadas tales compa ^iías, ni pucliera, ser otra cosa, en obtPner ]ucro, no lo estón de la rnisma suerte ^en aniquilar al a^ricultor y labrar sobre s ^t ruina los negocios. T.a usura r^eina en los campos; pues mieatras no se levanten riv^^les cYtte la pnngan cnto serSa mnla pulítica, ,y obr•,^, inmisc^ric^c^rclic ^ sa f ^te^°^t no fa^^orecer los interes;^s de la agricultura, sinr^ 1 ^er,juclicat°los, fabricar ^^ prol^orcionar arm€^ s de que ^sólo pudier<m apt°c^aecharse los e^plotadores de siempre de la clase lal ^radora. También la ley belga de 15 d^ Agosto de 1884, t:unbi(^n el aíin mas moderno 1^royecto d^el Gobierno italiano sobre cr(^dito a.^rario tniran ,y otorgan sus beneficios en fa,vor no m^s que de los establecimientos de crfto; y uo se dirt^ , por cierto, que I3Elgica é Italia son nacioncs enmohecidas, apagadas al régimen vetusto del privilegio. . I3ay, con todo, pa.rtes dcl pro,y^ecto c}ue entran r.n las regiones del derecho comízn, y son por todos utilizables. I;1 crédito e^s un fenóm^eno mucho mas extendido ,y gen^eral de lo ^ue vtilgarinente se cree; se hrtlla, sin c}ne nos advirtamos de ello, fo.r^• mando Ia b^^rc^ de multitud innumerable de actos de la vida civil del hombre, de funciones intcresantísimas d^el organismu de la sociedad. No tado créditc ^ consiste en prestar moned^c niet^lica ó fiduciaria; ^nP también se maniesta la confianzo-{, ae dispenca cr(^dito en cltslnt ^^s ocapionPq un hombre entrega (i confSa :i otso, pnr. ^ c}ue despuc5s ^se lo de^^uelva ó reintegre ^v eut'retanto se utilice de ll, nn capital cttalc}uiera, en ciinero ó en efectos, en cosas fttngibles ó en las c}tie no lo son. Y ha,y cr(^ditn agricola el mha barato, el m ^ís importante, el m^Ss difnndido. el sobre c}ue est^t basada la. c.onstitución agricola europca, en todos los contratos d^e arrendamiento de fincas ríistic:^s ^^ ^lc aparcerfa ^tgricola y rmcuaria, cn que tan princ•ipRl partfl ^e hace ^ las prend:^s 1^ ^ersc^na1^Pa dc^l c•oleno (^ al ^arrcro, :í sn honrfldez, .^ ru labnriosid:td, .í sn 1^erici:t. - 236 Este crédito se halla frecuentfsiruaruente en el aire : ni un papel que acredite el contrato, ó papeles de Inenguado valar probatorio; los arriendos se vRll prorrogando, debido á la incnria ó ó, la confianza de aiio en aúo por la reconducción tácit^i que afortunadamente ha sancionada la ley. En cuanto á la aparcería de` cultivo, y mucho más la de ganados, pafses hay donde no se suelen escriturar, y se entrega la conduccibn del negocio á las varias, discordantes y á veces poco precisas prácticas locales de cada comarca. La ley también entre nosotros se ha callado, y para nada se ha curado, como si no existiera ó tuviese ímportancía baladí, de una forlua de explotacíón tan extendida. No es del resorte de este proyecto y de este Nlinisterio ocurrir al remedio. La codificación civil es una de las preocupa^' nes Inás intensas de la generación presente, y todos los Goi. _ nos que vienen rigieudo los destinos de esta nuestra Espaf^a desean dar, con base sólida y amplitud y armonía de propor ciones, gloriosa cima al edificio, El actual trabaja con ahinco, para lograrlo, como espera, y en el proyecto correspondiente, supliendo omisiones, colmando huecos, habrá.n de consagrarse normas jurídicas, de imposición voluntaria, por las que puedau ordenarse en el silencio de las partes 6 de otras fuentes del derecho tales contratos, según ha dado ejemplo, en su nuevo Cá digo, la nación vecina, y que no es más afín en cosas agrícolas, PortugaL Pero lo que puede hacer el Ministerio de I'omento en bien de la agricultura é industria pecuaria (que si no son los dos ubbrrim®s senos del Estado, como por una concepcibn errónea de las leyes económicas se decfa antes, son, sin embargo, manantiales fecundos de riqneza, principalísimos sobre todo don•• de no han cobrado brfo los otros ramos de la actividad indus trial del hombre), lo que el que suscribe puede hacer es dar certidumbre, y con ella claridad, á todas estas variadas rela ciones de crédito de locación á que acaba de hacerse referencia. El registro del crédito agrícola abrir.á sus póginas a la ins cripción sencilla y económica de todos los contratos de arrendamiento b aparcerfa ú otra forma cualquiera de utilizacibn p cuidado de ganados, bien consten por escritura pública, bien por escritura privada, bien por manifestación verbal que hagau las partes ante el competente juez municipal. Esta inscripción no tendra otra trascendencia que comprobar las relaciones per. sonales que se derivan del contrato, pero sín extender sus efectos, ni en orden al dominio, ni en orden á la posesidn, ni siquiera al del derecho real creado por la ley hipotecaria, eu ciertos casos, en favor del arrendatario; dereehos todos elli^s que tienen que acreditarse por procedimientos diferentes, ,y er^ las o$cinas para ello creadas, los Registros de la propiedad. - `?37 -Aun asf, la importancia de los Registros en proyecto es su vida, el provecho, que ofrecen común á propietarios, ganaderos, c^^lonos y criadores, y es de esperar que no lo desperdician y que se apresuren ^i asegurar baratamente derechos que hoy muchos flotan indecisos. ^ Otra prescripción notable establece el proyecto como de derecho común. Si el cródito agricola, á que mira y trata de favorecer el proyecto ha de ser el de producción, que impulsa la industria, y no el de consumo, que remedia por piedad las ne cesidades perentorias de la exiatencia, no podfa dejar en dei^ amparo las mejoras que el colono hubiera ejecutado en las fincas que cultiva, los capitales propios 6 prestados que hubiese ^a.dherido á su suelo. Cou que el derecho á su utilizaciún ó resarcimiento vacile, ya flaqueara el arrendatario en veri$car mejoras culturales de cicrta importancia y costo relativo, y se limitaró, á vivir al día, y sacar, a tuerto ó derecho, todo el lucru que quepa dentro del rnínimum de gasto, no midiendo éste pur aquél, sino aquél por éste. El créiiito agrfcola nuncá estaría demas, pero perclfa mucho de importancia. Dadas las idsas cie libertnd de la propiedad que dominan en el continente europeo, no es posible vuelvan a prevalecer todas esRS antiguas doctrinas y medidas de reconducción forzosa é ^ inalterabilidad y tasa de la renta, que reinan hoy como sobe^ranas en Irlanda; podr^. aconsejarse á los propietarios la conveniencia de que otorguen arriendos largos y de condiciones equitativas y favorables al cultivo, pero no se los podrii impo' ner como obligación legal. Mas la ley puede, sf, consagrar una especie de teyeant right, de derecho del colono sobre el capita,l que al té,rmino de su contrato deje incorporado á la tierra. I.as Fartidas, siguiendo tc, los grandes jurisconsultos romanos del Digesto, ordenan nue sea el señor ten.udo de^ dar las missiones q2^e fizo (el arrendatario) en aq^cellas cosas que mejoró ó de_ gelas descontar del arrendamiento (V, tit. 8.°, L. 24,) F^n Ingla terra una ley moderna, retacada ya, y clue se clama por que ^a retoquen de nuevo, entra en prolijos detalles, establece cate gorfas de mejoras territoriales y culturales, y sienta ingeniosas bases para su resarcimiento en cada caso; allf, segíin su corstexto ,y por de luego, el proveedor es preferido en el pago á los demás acreedores y hasta al mismo propietario. Más sencill^^ el Código civil portugués, concede derecho de retención de 1.1 finca al arrendatario que hubiere hecho en ella mejoras con consentimiento escrito del dueño, ó bien reparos necesarios para su uso, y ryue éste, requerido debidamente, hubiera omitido, derecho de reclamación, ,ya después del desalojamiento, al arrendatario del prédio rtíatico por plazo menor de veinte años clue hubiPSe verificarlo mejoraa necesarias ó^itilea, aun no ex^ presamente consentidas, cuyo valor le seró pagado del attment^ ^ - '.::3^ ^^^1 rendiuiiento anuo quc result,e al predio niejurado. Tan ecluit^ttitiu resulta el ln•ecepto portu^;ués y fa^•urece tanto el crédito agrícola, dúndule mayui• b^ise con una garantí,i ^uás <il cultivador, que no se e^trai^aríc se le Ilayu trauspurtadu, cuc^ albunas iuuditicaciunes que lo perfecciun^m, al presente pruyecto. Pero lo principal de Lste dice relación á las iiistituciunes d+^ crédito, y es su pritiilegio y su aliciente. Uomo otro incenti^^^ clue induzca á la furmación de tan útiles Compaúias, el pru yecto también, recurdando promesas bechas por el (;^obiern^. ^ en 1841 eu favur de los F3ancos de socorro ó de labradores, exi me del impuestu de derechos reales y de la contriuución indus trial y de comerciu, segúu otras enipresas guzan, durante l+is cinco priiu^eros afios de su e^isten •ia (tiempo necesario para que se desur^•olle su vida finauciera y cuureu las fuerzas propias de la ed€td viril) tuaas las oper::^ciunea que cjecuten y seziu verdaderanicnte de créditu a^^rario. El l+atado no aebe ni l^^uede li^lcer »^íis; protecciún directa, una coopcr^ación cualqniera, un;,l ayuda pecuaria, utur;^ida ^l sociedades iyiúltiple^, lieterugí^neas, que se Lan de niuver• en profusus círciilos reduciaos de la perifet•i^t de lo, I\^acibn, a.parte de la cuestión de principios, ya ^esbozad^:i en el cc»nienzu de est^c e^pusición de ^uc,tivos, sería, cowu conducta, tuia aveiitura indisci^eta. Las c:orporaciones provinciales y locales, que se hullau en situación de mirar de cerca las cosas, apreciúndulas ,y aqui^ l^ctando los procederes de ]as person^ts, pur los informes y obscr^ ^•aciones propios de los individuos nue las compoven y no por relaciones oficiales, qne si, cu^icienzudas y e^<<ctus unas veces, c ^ tras serán ligeras y errónea^, hodrán (perniíteselo el 1,^ royectoj conceder estímulos ^nás eficaces á la dormida acción individu^a.l 1^ara que sacudan su tradicional inerciu. L+'1 asegurarniento de un minimum de interés ;^ las acciones, por ejeruplo, la adquisi ción de cierta cantidad de obli;aciones que emitan institutos due vean nacer en condiciones viables, acomodados a las pecu liares necesidacles a^;ricolas del pafs, y con propósitos serios, si no de aconsejarselo en absoluto á tales corporaciones, tampoc^ ^ es de reprendérselo y negarselo en la actuaI situación iiistfirica clue nos domina, de lr^ que, cluiér^iulo ó nu, nunca pueden desen tenderse por completo el hornbre y la suciedad, j• ante la nue tiene que doble^arse la rigidez cle los priucipios profesados cun más fe y entusiasmo, La que atra^-iesa nuestra <i^ricultura tiene crue fijRr las mir:zdas dr, tudo el que se pi•eocupe del bien y porvenir de 1^, noble tierra en que nacinios, del bienestar del n^ ayor ní^.mero de sus habitantes, que lu constituyen por ciertu ]os qne <^ hacerla que fructifique consagran sus incesantes afanes. Gime hoy toda la agr3cultura europea, aun la mas adelantacla, :tnte la amenaz:^- - ^'39 tlora conipetencia. que se aprestan y han empezado ^l hacerle rel;iunes y I^artes del r^ uindo que hasta aquí podían considerars^^ ^•onio sus mercados de consumo. ^C1ué suerte deparara la Pro^•i<lencia á la espar^ola, que tan atrás se va quedando? Urae mejc^rar ó 1'ariar los procedimientos y los métodos, transformar cul_ tivos que no sean remune^•adores, utilizar m^ás y eniplear en ma^-or e^ten5ión las nul^st^iucias fertilizantes, suplir las deficiencias de la agricultura, propiamente dicha, cou el desenvolvimiento de las otras indu5trias rurales... Yero para esto se requiere capital, y el capital precisamenta: peruianece retrafdo de los campos: que no va siuo ^a donde haya ^•recido lucro ó donde descanse en garantías de seguridad. I^a, cuestibn dcl crédito a,^rí•ola es, pues, cuestión capital, Que no todos los agricultores pueden aprovecharse de sus ventajas, que los hay de tan men^uadas garantías que no E^^ ^^frecen suficiente superficie de substanciación, es innegaLlc^. I'ara éstos hay otros recursos, constituciones favorables de la einpresa a^rícola, cual 1a aparcería, establecimientos rytae, coircu los iV[ontepíos, como los Yósitos, 1lamados ^c grandes reformas, responden y deben responder a un fin de beueficencia. Que ^1,L ^^uestión del crédito agrícola no es todo el problema agrícola, sino tan sblo uno de sus factores; que la organizaci^bn de la pru_ lriedad, que la insti°ucc.ión profesional, que la abundancia ó es^•asez de medios cle co^nuuicaci:óu, que las mayores ó menores trabas que el adelanto de la iud.ustria agrícola opone el ré^iii ^en fiscal, que Laya, en fin, ryne to^nar en cuenta tantos otros t•lernentos, rueda ó réniora del del progreso, es verdad certfsima ^' proced.er de prudentés. i,I.ej.trá por ello de ser la rnateria ^le eyte pro,yecto uno de las principales cabos del p^:•oblema? E1 pro`ecto será quizíis más bien le^^ del porvenir que deI lrresente. .^caso, ^c pesar de todas las facilidades que introduce 1 ^ara el prést^no ^, la agricultura, no se levanten por ahora ins_ tituciones, ó se levanten en inu•y escaso número, que acudan ^, ^ozar de s^zs beneficios, ^- .i encauzar por los nuevos canales que les abre lus capitales clue corren ho,y por otros. ^Qué haCerle? I+^l Estado c•umple su misitin; ^z los particulares despuós incunilie realizar la stiya. Fundacto en las consideraciones que en la anterior ^exposición de motivofi tan estensaineute se desenvuelven, por demandarl^ ^ sisí la novedad de1 nslu^to S- lo profundo de ia reforma, e111Zini^,tro que suscribe de acuerdo con los de Gracia. •y Justicia y FIa^ eien^?a y con aqentim^ont.o de todo el C^onsejo, tiene el honor dc someter á la deliberación de las Córtes ,y proycrer á. su a.proh ^a>• t^ibn el si^uiente pro,yecto dP ]e^^. Madrid 3 de .7^ilio cle ]8Rf.-El Dlinistro de Fomento, ^.^r^!^enio Itil^i^ttc^^•n R^íos. - ^40 - Proyecto de ley sobre el Crédito agrfcols. TITULO I DE LOS IN9TITUT09 DE CRÉDITO ACiRÍCpLA Y SUS OPERACIONEB Artfculo 1.° Para los efectos de esta ley se consideran iustftulos de Crédito agrícola, y en tal concepto gozarán de los beneficios que la misma les otorga, todos los establecimieníus y Compafffas, cualquiera que sea su nombre, organización y, forma, Bancos comunes b mutuos, Montepios de labradoreg, Sindicatos de agricultores, Cajas de ahorros, Sociedades cooperativas en general, etc., que dediquen por lo menos la mi^ tad de su capital social y la tercera parte de los depósitos que reciban y empréstitos que coutraten ^, operaciones de créditu agrícola. Art. ^.° Son operacic^nes de crédito agrfcola las siguientes: 1.` Prestar en met.^licn G en especie por un plazo que no eaceda de cinco años, a propietarios de fincas rústicas, cultivadores, gnnaderos G explotadores de alguna industria rural: d. Sobre prendas fácilmente realizables, como cédulas l^ipotecarias, productos depositados en las alinacenes del mismo establecimiento, ó en los generales, ó en poder de persona solvente; B. Sobre hipotecas ií otras garantías inmuebles que puedz sancionar la ley; G'. Sobre frutos pendientes y cogidos, cosechas, plantaciones, arbolado, ganados, máquinas é instrumentos a;rarios, en la manera que establece esta ley. 2° Vender {i plazo .L los mísmos, ó adquirir en común por cuenta de los socios y para ellos, semillas, abonos, aperos, m^^quinas, ganados, y en general cuanto sea eleniento de las in^ dustrias a; rfcolas. 3.8 Descontar y garantfr con sn ñrma, pnra facilitar su descuento b negc^ciaci^ón, letras, pagarés, res:;nardos de depá sito, facturas de trabajo y otros efectos ezigibles a1 plazo m^aAimo de noventa dfa.s, clue sean pertenecientes a i^s euunciados propietarios, cultivadores ó indnstriales. 4.° Abrir cuentas corrientes ,L l^s pr^pias persqnas sobce provisión previa ,y crédito^s de Caj;^ ó al descubierto sobre garantfas reales ó personales por el plazo de un año, prorrogable ^ v9luntad del instituto. ^i " Descontar las rentas y pensiones d^e los propietarios 6 dueños directos de predios rústicos; pagarles, snbrogándose - 241 en su5 derecLos, por cuenta de los arreuclutax•ios ú eufiteuta5 currespondientes; encargarse del pago de los impuestos debidos por los propietarios, cultivadorc^s ú industriales rurales, mediante garantías sóliclas, y en general hacer por cuenta de estas personas toda clase de cobros y pagos. G.^ I^`avorecer la roturación y rnejora del suelo, la desecación, saneamiento ,y ricgo de terrenos, la repoblacián de moates y el desarrollo de 1<i agricultura, y otras industrias relacionadas con ella. 7.a Facilitar ó, los cultivadores la adquisición de fincas rústicas y casas rurales de vivienda ó labranza, y ^, los propietarios la redenciún de las cargas que pesan sobre la propiedad rústica. b:^ 1^stablecer alrnaceues públicos 6 cooperativos cie frutoK y procluct^^ de las industrias abricolas, para facilitar á los l^ro^ ductores su venta, empefio ó ne;ociaciGn. Con el objetu de favorecer por medio del fraccionarniento del valor d^positada las operaciones de transferencia y crédito, los resguardos que^ los abnacenes expidan podr+án afectar fornra seniejante á. la de las libretas de trrlones ó cbeques. Art. 3.° Ll C}obierno, oído el Consejo de Estado, podra incluir en la precedente tabla taxativa de operaciones de crédito a^rícolcti que dan dereclco al privilegicr otras yri en uc^o ó que invent.rre c1 ingenío rnercnntil ,y resultare merecerlu. Art. 4.° Los Ilancos ó Cocíedades de crédito agrícola podrán tener fuera de su doniicilio agentes que respondan por sf de ]fx snlvenci^i de los propietarios, colonos G industriales :t„rfcolas que soliciten el auxilio clel establecimiento, poniend^, su firma en el efecto que éste hubiere de descontar G endosa.r. Art. 5.° Dichos Bancos y Sociedades consignar^n en sus estatutos las reg•las clue estimen convenientes y su ré^;imen, ad. ministraciGn y licluic3^tcici,r sujetfindose en lo que no hubieren previsto a]as dis} •osiciones ^enerales del Código de comercio. y atemper^índose siempre {r las qne ordenan su constitución y los libros y coirtabllid.rd nrercantil. Art. G.° Iatos institutos podr•.^xr eniitir ,y negociar, para subv©nir íti la_s operaciones de Crédito agrícolu, obligaciones ^ término cou interé^s, con prinia ó sin ella, ,y anrortizables en la forma ciue sus estatutos consignen. Puéden ser qimples, pren! darias f^ hipotec•arias, segiín que tuvieren por ñarantfa la del capital de1 e:ctableciruiento, ó trdemas, y eqpec^ialmente, la d^^ los créditos :r fnvor del mismo, asegurados con prenda ó con hipoteca que hnbiesc^n rnotivado la emisión. F,l límite de ést<t será trazado por el de ]a garantSa correspondiente, ,v aaí el valor• tota,l de las prendarias G el de las hipotecarias no podra cYCPdei:• del de ]or, créditos de la respectivai elase cruc tenga en crirtera ^l establecimiento. 16 - 242 En tanto que dure el privilegio del Banco Hipotecario ct!^ Lspafía, y^. no mediar con el mismo concierto, las obligacioneti hipotecarías seran precisamentes nominativas. Las simples, ,4 laa^prendarias pueden ser.lo tambien al portador, TITULO II DE LAS GARANTfAS Art. 7.° Las narantías sobre que operen estos establecimien_ tos pueden ser personales, hipotecarias b prendarias. Podraf^ is^ualmente admitir la combinacibn de unas con otras para ma yor seburid<<d b para reforzarlas debidamente. ^ Art. 8.° Las oblit;aciones que afecten sblo fi la, responsabili.rlad percon^il del deudor, insc:ritas en el re^istro de Crédito agrScula, tendr•zn preferencia sobre las de su cla^se no inscritas,. -para persebuir los biene5 de toda espe^cie que aquél ten^a eu la de^narcacibn del rel;istro. La prelacibn entre l^zs inscritas ^^^ determina por el orden de fechas de inscripcitin. Art. 9.° l.a fianza personal inscrit^^i en el registro del Crbdi_ tojagrícola que no tenga pacto especial que lo impida, puede exígirse desde que haya venido y no se haya satisfecho la obligacibn afianzada. I^1 fiador dem^uidado solo podr^^ utilizar el beneficio dc eacu^sibn, señalan^l^^ biene^ ^lel deu^lor hrincip^^l q^^e pur su cautidad ^^ por no e^t^^r aF^*rtt^^ pa•ef'erenteniente <i otra, re5ponq^ibilidades, sean snficient{^ti p;ara que con ellos se hR^^i pa„o 1e la deuda, y asegurando los l;astos necesarios para Lacer est^^ efectivo. Art. 10. La 5e^uridad ,y preferencia de las hipotec:ts sobre lfredi^s riísticos y edificios destinados :z las industria5 r•urales, se re^irb l>or l^is disposiciones de ]a le,y hpiotecaria., con las mo_ tlifieaciones sil;uientes : ^l.a Salvo el caso del pacto expreso, la hipoteca no con^pren• derá: Los mueble^ que se hayan colacado p^rmanentemente para adorno, comodidad ó para el servicio dc^ all;una induetria a^rí. cola, aiempre que pfieclan separarse, sin deterioro, del pred ir, ^6 edificio. Las mejoras qne conqistan en nuevas lrlantacione5> obras de ^ie^o fi clesa^iie, de reparacibn, se^^tridad, tr: ^ nsformacibn, comodidad, aderno b elrwacifin de l05 edificios y cualeaquier^^ otras seme,jantes. Los frutos que al. tieinpo de hacerse efectiva+l:^ ohli^;.lcibn hipotecaria estuvierrm peu^lientes b ya co;idos, Ruuqiie no levantados, ^^ la5 rentas vcncid^is y no satisfechas. -243_ Lay inclemnizaciones debidas por la aseguración de las cos.cs anteriormente enuxneradas en caso de. siniestra 2.8 El arrendatario que lo sea en virtud de escritura pública ó contrato inscrito en el registro del Crédito agrícola., tien^ hipoteca legal sobre la finca arrendada y el derecLo de reténerla para Lacer efectivo el importe de las mejoras que Laya realizado con autorizacicín del dueiio, conaignada en el mismo contrato ó eu forma equivalente, y el de los reparos ur•gentes ,y necesax7os para el uso y servicio de la finca que ejecute despuér^ de requerir en vano.al dueño. L+'n el primer caso, si no Lay ^,ctipulación especial, cumple el propietario su obligaciGn abonautio d su arbitrio los gastos de la mejora ó el auinento de valor que en virtud de la xnisma haya quedado en la finca al terminar el arrendamiento. 3.8 l;oncéclese taxubién al arrendatario bipoteca legal, pero no derecho de retener para asegurar el rPSarciniiento de las der aná:s mejoras necesarias y iítiles que realice sin prohibieibn expresa nue conste ex.^ el contrato G en el ^^c;;istro del Crédito agrícola. 1J1 propietario tiene para su pago la rriisma opción consignada en el parrafo anterior. Si no hubiese acuerdu sobre la forma del pago, el colono súlo podr,í cobrarse en ios auinentus ^anuales de rendimiento hasta la total extinciGn de su crédit.^. 4.a A la inscripción de la hipoteca ^i que se refieren lns dus párrafos anterioreq, es aplicable lo dispuesto en los artículns 59 y 60 de la le,y ITipotecaria, consideríLndose el arrendatari^. ^ como refaccionario, Yara que pueda perjudic.tr a terceros qnP tengan inscritos cou anterioridad derecl ^ os reales sobre finc^i^r mejorada, liabritn de observarse las prescripciones de los ar. tículos Gl y siguientes hasta el 64 inclusive de la :iicu^cionada ley. ^i." Las Lipotecas expresadas en los p{crrafog 2.° y 3,° pueden subhipotecarse con la restri •ción del número 3.° del art. 107 de la le,y citada. 6.° Los arreuclamientos, por cualquier término que fuerexi, cle predios rústicos y cle edificios destinadoa á, las induetria.q agrarias que consten en escritura pública, en documento privado ó en acta ó en mandamiento judicial inscrito en el regi^tro del Crédito agrícola, pueden inscribirse en el de la propiedail para el efecto de perjudicar ^^ tercero. Art. 11. El contrato de prenda com^ín, G sea el constituídc^ por tradición ó désa.poderarniento •le la, cosa ofrecida en garantía, cnando se halle inscrito en el registro ael Crt^dito .ogrícola, da preferencia absoluta sobre la prenda al que la tengo-^ en au poder ó en su poder li en el de un terc.ero para ase^urar la obligación principal, y solo podró impngnarse su validez por fraude imputable a1 acreedor prend.ario. Art. 12. La prextda puede quedar confiada al deudor ; pero su eficacln, ^vntra terceros en esta forma, depende de su in^cripcibn en el registro del Crédito agricola. Art. 13. Pueden empeíTarse especialmente de este modo : 1.° Los frutos peudientes de los árboles; las cosechas en pie; las plantaciones, viíledos, olivares, bosques maderables y corta de leí^a; los productos agrícolas recogidos; las máquinas, aperos ,y animales empleados en la explotación; los gan^zlos objetos muebles colocados permanenternente para adorno, comodidad b servicios industriales en un edíficio rural aun $estinado á la, habitacibn del agricultor y su familia, y en general todos los que las leyes consideran inmuebles por accesibU ó por destino, siempre que fuere posible su separacibn, sin de^terioro del predio. 2.° I.a prenda constituSda en esta forma atribuye preferen• cia 21 que la obtiene por el orden del tiempo de su inscripció^z ^sobre t^^dos los otros acreedores, salvo los privilegios qae sa enumeran en el tituio IV para re.llizar en ella su crédíto mien tras no haya salido del poder del deudor 6 de un tercero que la haya adqufrido uialiciosamente. 3.° El vendedor al contado de semillas, abonos, máquinas, ganados, y en general dé todo Io que sea elemento de la produccibn agricola b de sus industrias accesorias á quien nu se satisf^iga todo eI precio, podra, pedir anotacibn dei derecho ^ie l.^rend^t. confiada al deudor sobre las mismas cosas vendiday, dando $anza suficiente para responder de los perjuici^^s si nt ^ justificare sus asertos. Esta anotación caduca si antes de quince dfas no se convierte i^n inscripcibn del mismo derecho, 6 no se acredita haber ineaatdo el correspondiente juicio para obtener ésta b el pago. En el mismo término caducara la fianza, si no se pide la indemniz;z. cibn de Ir^s pe.rjuicios causados por la anotacibn. 4.° El misnio derecho y con iguales condiciones tiene !^1 vendedor a plazos de los expresados objetos, para asegurar asf el privilegio que esta ley le otorga sobre los mismos. 5.° El juicio correspondiente para convertir la anotacih^u en inscripción y para reclamar la indemnización en su caso. serfi el verbal ante eI jnez municipal, si la obli^acibn b, qne pe refiere no excede de 1.^0© pesetas, y el ordinario en los demás casos. Ai t. 14. El duefío de cosa dada en prenda común, el acree dor prenciario de prenda conflada al deudor, ó el tenedor de u^i resg^zardo de depósito en almacén general nue ten^a noticia dc que la nrenda b cosa almacenada se destruye, corre peligro de grave deterioro, ha sido enajenada, empeiTada á, otra per.sona ií ocultada, ó que sc I ^ an empleaclo medios para su ocult^acibn ^í enajenacibn, puede pedir ^. su eleccibn ó que se ponga inme^ diatamente en guarda de un tercero hasta que se cumplan Ios -246^ines del contrato, G la re^solución y culnplimiento de C^ate, como si el plazo estuviore ,ya vencido. En el primer caso. i3i el valor de la cosa no excede de 1.501i pesetas, resolverá esta cuestión en juicio verbal, y sin reeursu alguno, el juez municipal del lugar de la prenda ó del almacén. Si excede de este va.lor, el juez de primera instancia por el pr ^cedimiento establecido para loa interdietos de retener y reCobrar. Los extremos que el demandante ha de justificar son: ^ derecho ^i la cosa ségún el contrato, y el peligro ó realidad de su destrucción, deterioro, pérdida, ocultación ó enajenación. ^ En defecto de conformidad de las partes sobre la persona $ quien se ha de encargar la guarda, la nombrará el juez en la aentencia, y la reemplazará después si fuere preciso. Art. 15. Las cosas muebles ó ganados dadoe en prenda que se enajenaren fraudulentamente, asf como los sustrafdos 6 r^bados, podrán ser reclamados por quien tenga en ellos derech^7 y reivindicados por sus duefíos de los que los hayan adquirid^^ con conocimiento del fraude ó del delito. • Constitnye presunción del conocimiento del fraude ó del dc>. lito para los efectos civil^^s : 1.° La existencia df^ rótnlos, marcas ó contrageñas que d^muestren osten^iblemente su propiedad ó responsabilidad .^ favor de persona distinta de la que las haya enajenado. ^.° La adquisicilin fuera del liigar de la explotación agrícola ó pecuaria G que correspondan, de ganados que no lleven e^ertificado que acredite que el que los conduce puede disponPr Ifbremente de ellos. Esta última presunción cesa, ,y se requiere prueba perfect^i del conocimiento del fra.ude ó del delito en el adquirente cuando la adquisición se ha,ya verificado en ferias ó mercados. Art. 16. Las disposiciones de eata ley no alteran las respon' ^abilidades civiles ,y penale^ que son efecto de los delitos de egtafa, hurto y demás que puedan conleterqe sobre lag cosas fi. que la misma se reflere, G. cu,yo efecto se declara aplicable á. l^, enajenación 6 empeño que ha^a el dendor de la prenda con$:t'• da ^ su cnidado la ^enalidad establecida en el segundo párraf^^ del art. 550 del Código penal vigente. TITTJLO III DEL It1^JGISTRO D]:I. CRFDITO A(xRfCOLA Art. 17. En todos los Juzgadoa municipaleq de la Penf^t s^ula é islas adyacentea, <5 menoa de, qne ltubieye m^í^s de un^ ^ e^^ alguna pobinción, en cnyo caso serf^ en el qne deterrnine eI rc^• - 246 glaiúento, habrá a cargo de sus secretarloe, y bajo la inspección del respectivo juez, una oficina pública que se titulará.: 'tRegistro del Crédito agrfcola", cuyo objeto es la inscripcibu, y por medio de ella la segtzizdad de todas las obligaciones de los agricultores, ganaderos y demas dedicados ^, las industrias agrícolas. Ar^. 18. En este registro se inscribiran : 1° Los contratos de Crédito agrícola, bien sean siemples,b`ien garantizados por fiadores, bien asegurados con prenda. ^ 2.° Loa contratos de arrendamiento dé fincas ríisticas, dc apareería a^rícola 6 pecuaria, de precario, y cualquiera otr^a ^rilateral de explotación de tierras 6 utilización y cuidado de ^anadoa ajenos. 3.° Tc^dos los demás eontratos de que se derive privilegio? Puya inscripción, pa^ra que obste á, tercero, requiere esta ley. • Art. 19. La inscripción es potestatíva en las partes interesadas en ios contratos; pero mientras no se verifique, no perjudicaran á tercero. Art. 20. Las obligaciones inscritas tienen preferencia por el orden de las feclias de su iuscripción sobre todas las pust^ riores de su clase ,y sobre l^s anteriores no inscritas. Art. 21. Es registro c.ompetente el del distrito municipa.l en que al tiempo de la celebración del contrato se hallaren loq bienes que fuesen su objeto; y cuando na constaren bienes dé términados; el del domicilio del dettdor. Si se quisiere asegurar los lreneficios ^le la inscripcibn en bienes de diversas explotaciones agrícoias ó pecuarias ó sus asirniladas, sita en diferentes municipioa, deber^ bacerse 1a inscripcibn en cada uno de los correspondientes registros. - La inscripción no da preferencia respecto de los bienes que se encuentren fuera del distrito municipal del registro en qiie i^e baya verificado, a no justificarse que se han trasladado desde éste con fraude que sean partícipes los terceroa. ^ Art. 22 I,a inscripción ha de referirye á eqcritura píiblica, á' docurnento privado ó í^ mandamieuto b manifestacibn judiciaL 8er^a breve ,y sutnaria, conteníenda claramente en extractn las c1.4uatt1ls capitales del contrato ó de ]a resolución judicial, para que ce comprenda ]a obligación que se asegura y la perso• na á cu,y^ favor se contrae. ^Si se reflere a escritura ptíblica, sP menci^nará el protocol^. de su ori`inal ; si í mandamiento judicial, el Tribunal, Secretarfa ,q ]iti^io dP que proceda. Los documentos privados no podr^n inscribirse sin el con sentimietlto b reconocimiento de ]a parte ó, quien perjndiqnen, qne se supnndra por stt firma en el asiento de inscripcibn, ó la de los testigos si no supiere ó pudiere firmar. De los clocumen- i;os privados ,c; arcl<ivurá una copia literal en la uficina del registro, rubricada por el secretario y scllada cun el del Juzgadu. _ La manifestacicín judicial se verificara pur acta que suscr^ birán el juez municipal del respectivo registru, los interesad^>> si saben ó pueden hacelo, y el sec:retario; la cual se depositar^^ eu el archivo general del Juzgado. A esta acta Labrá de refc:rirse la nota de inscripcicín del registro, Art. 23. Las inscr•ipclollP,S y anutaciones se cancelarán par sentencia judicial y l ^ur la voluntad de las partes, expresada eon la misxna solemnidad exigida para,^a constitución. i• n las obligaciones á término, se consideraran canceladas de derecho transcurridus dos xneses desde el día de su vencimiento sin haberse renovado ^ prorrogado. En las que no lo tengan determinado, la iñscripci^n en este caso se eutenderá caducada dos meses después del vencimiento del térinino máximo por que con arreglo á esta ley pu^Yle I ^ acerse cada respectivo contratu de crédito. Art. 24. El registro es piíblico. Ll fuucionario encargado de su conservaciGn 1 ^oudr^, de manifiesto la parte del mismu que se le pida, inediante el abono de los derechos de arancel; pero no se librará certific<ICiGn de su conteuido, sino á lus qur en lus misxnas inscripciones aparezcan con un interEs legitixn^. Art. 25. El mglamento cleter^ninar^, el modo de llevar el registro y el arancel correspondiente, sobre las bases de la sencillez posible ,y del menor gravamen de lus que hayan de utili-^ zar su servi^•io. TITULO IV DE LOS PItIVIT.N:GIOS 50IIRE EL 110IiILI^1ItI0 ^GR1C01..^ Y DI^:I. ORDL«`1^ ^ DE SU PREL.IUIÚN . Art. 2G. Gozan de privilegio especial subre los frutos pe^xdientes ,y co^;idus, coseclias, plantfos, arbolados y corta de leña, en el siguieute ordc^n : 1.° I:1 I^'.stado, la I'rovincia v el íliunicipio pur el importe de la última anualidad de lus iiupuestc ^s clue afecten á dicExos bien es. 2.° I^;1 asegurador por la anualidacl en que se hubiere pr^ ^^ducido la c+^sech:x asegurada cuando el seguro es a prima fij•^ ó por el divideudo currespondiente siendo mutuo, por los dc ^^ últimos premios b dividendos, si el seguro versase sobre arbnlados í^ nlantaciones de vida ma,qor que las ordinarias cosechas. 3.° El almacén general de depbsito sobre los frutos en ^^l depositados, por los gastos de transporte que hubiese abonacl+^ por los de almacenaje ,y couservaciGn de los frutos. -2484.° Ll sei^or directo por las do5 últimas rentas en descu(^ierto y la corriente. ^i.° Los acreeclores por semillas y gasto de cultivo y reco^ lección, sobre los frutos de la cosecha d que se refieren. Entre los gastos de cultivo se comprenden los salarios de los operarios y sueldos de criados de labranza y guardas, devengados los priineros en las lsbores de aquella cosecha ó durant+.^ su perfodo los últimos; el alquiler de máquinas y animales em pleados en los trabajos del campo; el canon de riego; los abonos naturalee^, comunes ;y de granja, y 1os abonos qufmicos y 1{;s productoe destinados S^ enmiendas consideradas en cuanto ^. su valor, como si fuesen comunes en la proporción necesaria para producir, se^;tín la experíencia del paSs, el efecto de una cos^-^cha ordinaria. Ln concurso de los varios acreedores de esta categoría de privilegios, tend•r^m pi^eferencia los por gastos de recoleccibn, y cobrarón á prorrata todos los restantes. 6.° E] arrendador del predio que hava producido los frutos. por las dos últimas r^entas y la corriente, indemnizaci4n c1e daí^os caus;^dos en la flnca por el colono y reparos a clue se hubi.ere obligado éste. 7° Los acreedores prendarios sin desplazamiento, segíin el orden cronol(igico en que aparezcan insertos sns cr^^iíitoq en el registro. Art. 27. C^ozan de privile^gio especisil subre los ganados, viáquinas, aperos ,y demás niueble^ que tengan la consider^ción legal de ímm^t^l ^les por destino, en las condiciones que n^arca el art. 1^3 p lc^h signientes por el ordeii de su numeracibn ; 1.° El l^atado, l;c Provincia y el D^iunicipio en iguales t^^ryninos que los estable^cid^ ^s en el artícnlo anterir^r. 2.° I+^l a^gurador sobrc la cosa aac^gurada, por las pricr ^ a^5 de los dos filti^uo5 ^^ ñoti ^^ por los dos iíltimos dividendos répartidos, en ^el caso de que el aeguro ^ea a ^^ utu^ ^. ' 3.° E1 acreedor prendario comiín sobr^c^ la cosa clue tienM^ en su poder. 4.° F.1 duefYo del ganado dado eu aparcería ^ol^re los productos repartibleq del mismo, por la parte clue le corresponde. 5.° El vendedor del ^ ganado, m^inuinas, Rperoq y muebles que, aunnue de colocación permanente en un edificio rural, puednn separans^e de él sin deterioro, sohre estas mism ^is cosrls, por el todo 6 parte de su precio no pagado. 8.° I^os acreerlc^rev prendarioq sin deqplazamiento sobre laa coaas ^que se ha,yan afectado en prenda, v c ^^n arregln ^i la astigiledad de la fecli<i del re„;iqtro d^e sus crbditoH. 7.° Fl arrendador, en los mismoa términos `^ por iguales conceptos que conyigna el pri^^ilegio núm. fi.° del artSculo anterior. - 24J --Art. 28. Cesun todos estoa varioc^ privilegios cuaaúo ios muebles ó semovientes subre que recaen han salido del poder deudor con la salvedad establecida en el art. 15 y siempre qu•^ de Inala fe hubieren sido adquiridos del deudor. Art. 29. Lus acreedores privile^iados se entienden aubrogados, por el niisiuo ordeu de sus ^privilegios; el deudor aseg^eradu en el cobro de la indemnizacibn debida, caso cle siniestro de la cosa sobre que recaiga el privilegio. - Art. 30. Para que los privilegios del arrendador, acreedores por senúllas, gastos de cultivo y recolección, a, excepción de lus que lo sean por trabaju personal y del acreedor prendario que se relacionan en el art. 26 y todos lus que comprende el siguiente, a excepción del del Estado y del asegurador puc^dan perjudicar a los privilegiados de las categarías sucesivas que constaren en el registro del crédito agrícola, deben haliar^ se inscritos en éste lus contratota de que tales privilégios sN deriven. Art. 31. Los hrivilebios que tengan por esta ley térxninn marcadu, pueden prorrugarse convencionalmente por un perfudo igual; pero sin que la ampliación perjudique en ningún ca ^+^i ^, otros privilegiados que liubieren ya iuscrito cun fecha anterior de su derecho. Art. 32. El seiior directu, e] arrendadur y en generál l^,.y diversos acreedores privilegiados, excepto el Estadu, la Pr, ^vincia y el i^Iunicipio, pueden renunciar en todo b parte á c+u privilegio, y cederlo <ti cualquier otru acreedur por título agc^ieola ; actos que para que surtan el lleno de ^rus efectos debe ^i registrarse. Art. 33. E^ que esté al corriente eu el pagu de las obligaciones privilegiad..is, puede acreciitarlo por iriedio de los currer^pondientea recibos ó certific:zdos, é inscribirlo así por cuenta propia en el registro creado por esta le,y comu base de eu crédito. TITUI.O V I)E LA EJECUCIÓN DE LAS OSLIGACIONTS AGIifCOLAS Art. 34. El t.ival b endoso puestus por los estableeimiento•^ del Crédito agricul^.i ó sus representantes, ó por los agenter^ ^, que se re8ere el art. 4.° en los pagarés y efectos negociables del propietario, cultivador ó industrial agrfcula, dar{^.n dereclcu al portador para reclamar su pagu directa y ejecutivamente bl dia de su vencimiF^nto, de cualquiera de los Srmante5. Art. 3C. Los pagarés y efectos mencionados, ya loy conserve :el establecimiento, ya se negocien por él, producircín ^i su ven- - 2JO cimiento la aeción ejecutiva que corresponda, con arreglo á la l^ey de Enjuiciamiento civil, ^contra los bienes del propietariu, cultivador ó industrial abrfcola que los haya auscrito. Art. 36. Las instituciones de Crédito agrícola tendr^^n igual derecho que las de crédito territorial, de exigir el pago de sua créditos hipotecarios en la forxna que se determina en el decreto•ley de 5 de Pebrero de 1869. Art. 37. Para la realizacibn por la vía ejecutiva de los créditos aseguradas cou prenda que conserve en su poder el deu. dor, se obeervará el misxno procedimiento en cuanto sea apliczt^^ Ule, y salvas las modificaciones siguientes. Vencido el plazo del capital ó inter.eses, y no satisfecha la deuda, el Instítuto d^e Crédito agrícola requerirá por escrito al deudor para que verifique el pago. ^i dentro cle loa ocbo días siguientes éste no hubiera tenido lugar, el Instituto pedira al ,juez competente el embargo y posesión interina de los muebles pignort ^dos, y autorizac.ión para su venta. - Eu la oportuna providencia ryue decrete al efecto el juez, y clue habrá de anotarse en el registro del Crédito agrícola, ser^cclará á la par al deudor el t^rmino de quince días para que ralde su compromiso, con apercibimiento de que transcurrido qne sea, queda el establecimiento en líbertad para contínuar en Ia posesión y aprovecbamiento interino de la prenda, ó para venderla en píiblica almoneda, sin mas tríitnite ni iut^ervención juciici al. EI juez no autorizar^i la venta de cosechas pendientes en tanto no ll^e^•uen 21 período ordina.rio de su madurez. Art. 3S. Concurriendo diferentes acreedores, se estara par:.t la preferencia en el pa.go a lo determinado en el título pre^cedente sobre enumeración y órden de los privile;^ioa. Los otros acreedores cobrarán por el órden de inscripción de eus contratos en el registro del Crédito agricola, ,y con preferencia á, los no inscritos, aun cuando fuese posterior su cr(dito. Fara los dem^ts easos regirán las reglas del derecho comúi ^ . Art. 39. Es juez competente para conocer de Ia inteligeucia y ejecnción de los contratos de crbdito agrícola el munici1 pal recnecti c^o, con arreglo á lo dispuesto en el art. 14 si la rantidad eligible de la deuda no excede de 1.500 peset:is, ,y el d^. primera inct:^ncia b quienes reemplazasen esta categoría. 3i llegare ^í madificarse la actual organización judicial, de allf en adelante. Art. 40. EI juez municipal puede decretar el embarga pr^= ventivo en las caqn,s en clue prnceda cuando qe salicite asf al ^ proponer la demanda, Ai la deuda no exc^e de 1.500 pesetas. ^^ Art. 41. ^i la obli^;ación no tiene desde lnei;o carácter ejr.= - 251 ^ utivo, puede preparars© la ejecucibn y asegúrarse por medi^ de embargo preventivo, con arreglo á, las disposiciones de l^^s titnlos 14 y 15 de la ley de Enjuiciamiento civil y cantinuar despues conforme al art. 35. . La declaración y efectividad de las obligaciones clue no teugan desde luego ó que no lleguen á tener carácter ejecutivo se deciclirá en juicio verbal ú ordinario, segun su cur^ntía. Art. 42. 7.os Institutos de Crédito agrfcola estarán exentos durante los cinco primeros axios de su establecinriento com,, tales Institntos de Crédito ar;rícola, industrial y de cnmerci^^ por tod^s las operaciones de crédito que ejecuten y estén com^rendidas en el art. 2.° de esta ley. Art. 43. I.crs Ayuntamientos ,y las ni}^utaciones provinci+ales pndr:rn estimnlar los Institutos de Crédito agricola y favorecer su desarrollo, asegurando un mínimum de intc^rés á las acciones de los miamos, ó subvencionando de cnalnuier otro moclo <L laq P,xpresadas snciedacles ,y asociaciones, según permitan las leves generales de Administración local, pero siempre sobre la base de clue en ell;rs ha de preponderar la particip^,eibn de los narticulares sobre los auxilios de las instituciones administrativas. Art. 44. Para obtener los beneficios exnresados en lo^s dos artículos anteriores, la snciedad ó asociación ó, cluien ha,ya dN otorgarse, ha de someter al examen de la Administración ptibliCa sns eat^atutos y eI resultado de su gestión desde que se hubiere P^+^hle^^rln. n„e ha. de ser por lo menog un año antes de la pe^icián. El Gobierno los autorizaró, previos 9nformes de los ^blunicinios ,y Diputacionea provinciales interesados y del Con^tejo snl,erior de Agricultura, Industria y Comercio, siempr.e que nor lns estatntos y por la experiencia. de la, gestión social sparPZCan prudencialruente los intereses de la sociedad ó ascciación, Art. 45. E1 P,anco Fíipntecario de Espafía n^dró, auxiliar :i las sociedades ,y aaociacionea mutuas de Crédito agrfcola en sus neg^ciaci^nes sobrP propiedad territorial: 1.° Permiti^incl^,leq la emisibn de c.édulas hipotecarias at portad^^r con las limitaciones ó indemnización qne pacten. 2.° FncarT;índnse de emitir nor cuenta de esas socieclades v nsociaciones, mediante la ^comisión que estinulen, peries eepeciales cle cédulas que unan á la garantSa hipotecaria de laa^ propiedadc^s á nne c.orrespnndan ,q la de la sociedad fi asociación por cn`^a ^>>enta la emisicín se haga, la subsidiaria del capital so^ial d^el T3anco. A.rt. 4fi. ^Prfi invercihn nreferente para los caiidales de ]r^s Cajaa de ;,l,^rros establecidas bajo la protección de la Aclministración pfiblica, después de los préstamos á las clases neceait.rdaa con arreglo á sus estatutos, la de anticipos á los agriculto- ^ ...Il^^.) ^ rea y á sug asimilados, eon ^arantía pi^nuraticia ó 1^ipotecaria. Art. 47. (,Zuedan dero^adas todas lay leves, Reales decretos, r^^p;ltimentos y órdenes que se ^ opongan a lo e^stablecido en la presente ley. F.ste proyecto fué reproducida por su autor en ]a le^;islatur:^. de ]^891 ejercitando su iniciativa como ^enadur del Reino. DIC^AMEN $E I.A COJI7SIGv DEL COrGRE30 DE LOS DTPUTADO$ (REPRODIICIDO^ REFERI:NTE AL PROYECTO DE LEY SOBRE CRÉDITO AGRíCOLA Sobre las discusiones de los asuntos miíltiples que diariK^tiente solicitan la atención de las Uórtes, sobresale siu cesar el rumor de los lameutu^s que de un extremo á otro del pafs exlialan todus los que con el esfuerzo de sus brazos, cun sus tie rras ó con ^us capit^sles viven dedicados á la produc •ión agraria. No logran los braceros ver satisfecl ‚as sus m^as apremiantes necesidades: lle^an los propietarios cultivadores al térmi^ i^o de sus afanes viendo destruído el capit^l y mermado el p^^itriu‚ onio en que cifraron el sustento y el porvenir de sus faxni11as; y como constituve la agricultura ]a priznera industria de la naciGn y de ella viven la, imnensa ma,yoría de sus habitantes, 3^ el consmno de ^^stos er^ casi el íini^co inercado de cuanto lus ^lem.ís producen, ^ s1^ iualestar es lina calarnidad pública, tlue ^ttrae poderusamente la atenci ‚ín ^1^^ cuantos tienen por deber ^^l cuidado de la polític.a.. De su consid^eración ha nacido sin tluda el proyecto sobre el fo^nento del Crédito a^rícola presentado por el (^obierno de ^. M. y que la Comisi^n ha tenido la l ‚ onra de estudiar. Evidenté es que ^na] tan qrave, que afecta ^i un organismu c^^u q»e entran elernentos tan variados y tan complejos, no purde fiarse á un sulo remedio. 1rliantras la instrucciGn pública no haya popul^,rirado los conocimientos ,y el arte a^;^ronómir.os de lae pafae^a nz:^s adelautadoc^; mientrae el I.sta^lo no realíCP en los campos la paz y la seguridad personal; mientras 1^ ‚s impuestos sean abrumadores ,y Ia;s in^atituciones militares al ‚. r+i ‚rban para si la flor de la juventud y de la riqueza, y hasCa^ que por un nivel m^ts alto de la educacibn na,cional no se Pnj nobler,can el trabajo modesto y perseverante ,y 1€^ previsión y el ahorrn, que son sus inseps^irables auxiliares, adoleceran l^ agricultura y la propiedad territnrial, <^ pesar de los empíricos p^liativos ^ue para compenfiar tamai‚as desventajas, se bugquen en el ré^imen arancelario. . Vetlcer estas causas de pc^nuria es labor de mucbos aíTo^e partt -•L53e^ C;obierno, y para todo el cuerpo de la nacibn; pero aun coit ellas y^ su pesar, mejorará inmeusamente la situaciGn de l^^r: a^ricultores, si lo^rau utilirar toda la virtualidad de sus propias fuerzas, fecundadas por el crédito, que aplicado ^, la Ha^cienda píiblica, al comercio y á la industria, ha obrado maravillaa que obscurecen cuanto noe le^ó la suma de loa aiglos, } que Lasta ahora lia sido estéril para el trabajo hurnano, eL ati manifestación primera ,y más ^eneral y necesaria, Aunque han pasado los t?empos en que ante la esplendidez de Io^ fenómenos del crédito fué ilusión ^eneral la de que era al^o indepenl diente de la riqueza tangible, y que por medio de sii;nos y arti2icios podfa ci•earse por voluntad de los ^obiernos v por fuerza de la ley, nuevo capital y otros valores que no fueran los g^i' nados con el sudor del rostro, como es condicibn de nueatra especie, sieinpre habrá de reconocerse, ,y los hechos lo deinuestran de continuo, que al mrwilizarse en virtud del erédito lr ^a capitales exist^entes multiplican su efecto en proporcil>n de la. circulación de su signo, ,y que, aI descontar ,y dar existenci..r. -^^ambiable á lo que todavía no la ha tenido material, s^e trae aI momento presente con su fuerza proctuctiva lo que de otr^ mado permanecerSa sbio potencial é iuerte. Es su si^ni.ficación ^enuina y primitiva, el crédito ha aconipaZudo siempre a la a^rícilltllra, por Ie,y de la or^aYrizaciór; económica uiírs sencilla; y los contrato^s, que el derecho ha rr^ ^cont^cid.^^ cc ^n l+^s noinbres de mutuo, precario, comodato, arret^damiento, aparceria, hipoteca, prenda ,y censo, no son mfis qu^^ otros tantos fenómenos de crédito. Per^ si en la esencia es lo mismo, p^r el desarro]]o ,y variedad que ha tomadn en el comercio y en la producción industrial, representado por ]etras, pagarés ^^, 1:L orden, billetes, cbeques, obliga.ciones, recon©cimientos, res^uardos y multitud de tftuloq de seguridad y cambio, que las modernas le,yes han autorizado, aparece casi total ^ mente diversa y La derenvuelto el proi;rPSO material, que ea la nota característica de nuestro si^lo. Al crédito dispensado e^t esta forma y con esta amplitud es :^ lo que aapira ]a a^•ricultur;^ para no estar en peores condiciones que las dem:^s indurntrias; y para obtenerlo, requiere que se ensanchen loa moldes de'I d{^recho cuanto sea nPCeKario para clar cabida en et orden civil :í. esas nuevas relaciones, ,y que sca vi^^>ricen sus sanciones cuanto conven^a Para darles se^uridad. Nin^^na diversidad snbstancial puede marcarse entre 1^ trabajos q^ae el a^ricultor realiza ,q diri,^e en el l;ran laboratorio de la naturaleza, y los que el industrial lleva .i cabo en los tallerea de sus f{^bricas; ni entre laa obras que se constru,yen parsi Pl saneamiento, el rie^o, el sc^stt^n de laa 8ncas rfisticas, y los de c.Iase analoga que ^e ejecutun c^^n ol^jPto píiblico ; ni ^entre las coinpras y ventas que hace el labrador para aliinent^, . --- ^' i 1 --de su granjería y para la liquidación de sus beneiicios, y I^i, que se verifican en las manufacturas que adquieren, prime^ ras para llevarlas transformadas al mercado. Las diferencias son circunstanciales: con^isten en la mayor lentitud de las oper^iciones agrícolas, c^n la menor cuantía de las com^ravent:^s de los labrador ^ ,,^ y én la falta de instrucción S tle ] ^ ^ibitos en éstos para la^^ combinaciones y el uso del crédito. Objeciones vanas, para dificultar por mtis tiempo a los a^,^ri^;ultvr•es y^, sus asimilados el acceso a las esferas del crédito en las misnias condiciones que fi los comez•ciantes, porque la lentitud de producciún agraria puede ser compensada con la rPn ^.vación del siguo del crCdito, y en todo caso por la aplicacibn al crédito destinado ^ aquellas evoluciones más tardías de los foudos, sieuipre en parte inniovilirados eu la banca más activa; la pequeiieL de las transacciones por la asociación que presentar: ^. masas de negocio niás cuantiosus y más sólidas que las ^nayorea fortunas particulares, y la falta de instrucciún y de Lábitos mercantiles, pur agencias intermedias, cooperutivas é independientes, pue en los pucblos que nus l,an precedido en este can ^ ino. sustituyen con gran ventaja aquellas cualidades personale5. Así lo ha comprendido felizmente el proyecto presentad^^ liór el br. riinistro de I+'omento, que la Cvmisiún reproduc^^ sin altera.ción ^alguna esencial; y huyendo del escullo de trat<^.,• el Crédito agricola ^como una función del Lstadu, ^, de aprisi ^^ narlo en inonopolios, privilegios,y regl^ ^ mentaciones ilne lo ab.^garfan, procura saturarlo de la atmúsfer•a, dc liber•tad que es i_ ^idispensable ^^ las iniciat;ivas econ ^íir ^ ic;^ s ,y ^^ tiende ^i. dar forma de derecho í^ tod ^^ s 1 ^^ s eleinent ^^ s de ^^onfi:wza ^ ^i^u qtze cl tre^bajo pueda solicitar al capital, para iliie se^tisfecbo (ste de la garantfa aue se le ofrezca y cor^ vencido de que ha de en•ontrar en los '1'ribunHles ]: ^ l^rotecci^ún nec^^s^^ ria poi^ procedimientos eapedito^a, se entrcl;iw 4in recelo a 1,^, circulación, que es ^,ú vida, t^u.iere, en un. ^. palabra, mercantilizar el cr(^dito de lo:^ agricnltores, coloc ^trlo en la esfcra que puede llamarse de derecho coir^ íin, porque el derecho comíuz y prol^^ io d^el cróditÚ es el del comercio. Traza al efecto en títulos ^p ^ir^ados: el carí^cter de los Inytitnt^^ s ^1e Crédito agrícola, ]as garantías que le sirven de fu1 ^ dasnento, el registr^ ^ que es preciso or;anizar para dar cur ^ . slstencia. :í ]as mism:^q garantías; el orden de preferencia cun que en <•aso d ^^ conflictu c]eben gr.^^h^ai•se dicei•sas obligaciones dé Cr^^ditn a1;rScola; él procedi^uientn judi ^ •ial con ^ tue óstas 1^^ ayau d^^ bti ^ •f^i•se ^^fecti^^. ^ v, y la pruteccibn ind ^ recta ip^e b.ir^i de merecer del I^at,^do. No obqtantc^ sn ap. ^ rente sencillez, m.^^teria. tan va5ta tier^ e n^uitiplicado., c^^ lacE^ti cou todos los aapet^. tos del derecho, ,y de segniz•la en todas sus ranrificaciunes l^^ abrfa que entrar profun^lan ^ ente, no sólo en el civil y mercautil, - 265 sino también en el procesal y administrátivo. El proyecío evi+^^ cuanto es posible esta tendencia, y sólo trae á la deliberación ^del Congreso lo que en todos estos brdenes es indispensabl^^ para su objeto, dejando en su actual estado las instituciones relacionadas con las reformas que entraí^a, y reservando parn otras ieyes el armonizarlas de modo m{cs completo con el ^resente dictamen, si llega á alcanzar autoxidad legal. pE LOB INSTITUTOS DE CItÉDI7'O A(3RiCOLA Y SU3 OPERACIOl\$S Enumera el proyecto ]as varias operacione^s del Crédíto a^ricola que se propone organizar, coinprendiendo en ellas con críterio amplfsimo cuantas reconocen los economistas coino adecuadas al fomento de la producciGn a^raria pur media de c° ^ipitales, hoy alejados de ella, y la circunscribe: en el préstain^^ con garanti:^ real, por el término de cinco aiios; en el descuento, por el de noventa días, ,y en las eoncesiones de crédito, por el de un ai^o, plazos latus y ann susceptibles los {iltimos de rc^novaciories y p^•órro^as, y i^uera de los cuales el crédito de produccibn pierd^e en verdad su especial concel^^tn, para co^ivertirse en una inversión imnobiliaria b en un crédito de coi ^ sumo, que caen propiamente en la esfera del derecl ^o eivii. Pec•mitiendo b las sociedades y asociaciones que 1 ^ ayan de dedicarse á este tr:^fico la libertad m{^q completa para determinar su ^ forma ,y las relaciones de sus fundadores, los atribuye sin etcepción el carú.eter mercantil, que es peculiar de su natural^ti za y las sujeta al Código de comercio, no solo como supletori ^ de lo ordenado eu sus estatutos para su ré^iuien, adinínístr. ^eibn v liquidacibn, sino forzosamente en cuanto ^a su constitu. ción, libros y contabilidad, como garantía eocial necesaria par:^ prevenir en loa límites de lo prudente los abusos de la especulación ,y del a^io. Conrecziente el prc^vecto c^on ]a nor^na enunciada de no h:^cer en el derecho estal^lecido m{is reformas que ]as estrictanient^e necesarias para su objeto, se 1 ^ a abatenido de re^ular la exi.^•tencia de las asociaciones cooperativas de crédito, a peser de que de ell:^ s debe principalmente esperarse, por lo qu ^^ n^ odernamente se ha visto en los ]"3ancos <le anticipos de ^chul_ ze Delitscll ,y en lo^ Tianc^s populares y Cajas de al^orros de Italia, el clesarrollo del Crédito a^ricola, y snbre todo la base con tlue le pnedan otor^ar sns favores los grandes c^^ctableci^mientos privile^iadoa, z^ deja. esta materia para una Ie^islacibn especial de Ins socieclac^c^g fi asociaciones de capital varialile e^^i que asi pnedan tener c ^^ bida, las ^i.e C'rf^dito a^ríeola, con^^^ ^las gue lo hZyan de prestar al pílblico en ^eners ^ l, y 1^ZS de pr^^d• cción y de consumo, tan importantes bajo otros puntos ^ie - ^5G vist^. 4,Zuedan eutretanto estas colec;tivida ^es sin más can^ou que el de la convención de que nazcau, G, teuur de la ley de 19 de Uctubre de 18G9, y que las reglas generales del dex^e^Lo civil y las especiales del Uódigci de cuuiercio, en cuanto á su constitucióu, libros, contabilidud. q'ampoco se Ltau desai^rolladu por la misma razón las disposi. •iones de policía y seguri^lad que requieren los almacenes gdnerales de depósito, ui las referentes á la admisión y venta ert ellos, como es preciso hacerlo, si esta institución se ha de exténder y ha de prosperar hasta en las peque^as localidades. t3ólo contiene en este punto el proyectc ‚ el px•ecepto exigido coii más urgencia en el movimiento de los negocios, de que los resguardos respectivos puedan dividirtie para su expedita negc^ciación en cheques ó talones. Fero en cuanto á la esf.eia de accióu de tudas estas entidades, dedicad..cs en general al Crédito agrícola, es furzoso desd^ luego ensanchar el círciilo en que el Código de comercio lar^ encierra; porque si Lubiesen de limitarse ú operar con su capital propio y á destinarlo exclusivameute á la agricultura, puE;de asegurarse que serfa difícil su existencia como empresa ^le lucro, y que quizas niul;uua llegase á crearse en mucho tien^. po, como lo demuestra palpablemente lo sucedido desd_e la publicacibn del referido Gódigo. Los depósitos y las cuentas corrientes con interés son la vicia y el principal alimento de estos Institutos, según enseísa lx experieneia de Escocia, de Alemania y de Italia, que es donde^ el Crédito agrfcola se ha desarrollado principalnlente con carácter propio y en escala imp^,^LfLTlte. I'or este ^uedio han ab^ r^orbido los Ilancos de aquellos pueblos los ahorros del pafs eu ^cstntidsides individualmente pequeñas, que Lan llegado á componer r.audales en^rmes, que en diversas formas y a pr^ci ‚ moderado, en relación con el servido a los depósitos, han distribuído por todo el territorio, enriquecié.ndole sobremanera. Asf como observa elocuentemente el Ministro de Ibmento en el pre€^mbulo de su pro;yecto, obrando los Rancos en su fnnción propia de intermediarios entre el pí^blico acreedor ,y el público deudor, con su carácter de comerciautes del crédit ^, han pndido derramar sobre el trabajo, cual lluvia benéfica ,y eia cantidad inmensa ,y en ccindiciones que parezcan imposibles, los capitales dormidos del pafs. Es preciso, igualrnente, que no estén circunscritos estos e5tablecimientos a los negocios relacionados con la agriculturn. Es esto desde iuego una consecuencia de la facultad de recibir depósitos y citentas corrientes, pues exigiendn esta operaciúu por su naturaleza reintegros constantes, requieren nna carter,i á corto pla.zo ,y f.ícilrnente realizable, qne snn precisa^mc,nte las circunstancias que se echau de menos c^u e.l papel agrícola^ l^^r lu tardío de las evoluciones á que ve refiere y por la novedad del crédito de formas mercantiles entre los agric^iltores. Es necesario, pues, como recomienda el citado preámbulo y permite el articulado del proyecto, que en el activo de est:^s sociedades entren en abundancia efectog a corto plazo y ó, toda, hora negociables, que han de ser en su mayor parte del cc ^^ mercio, y con los cuales se compense la relativa tardanza de muchos de los de naturaleza agrfcola, que tienen en cambi^^ condiciones de solidez y de certeza que no aventajan aquélloc?. Confirma esta opinión el contraste que ofrecen los pocas Ban cos que ae fundaron en Italia con objeto de servir exclusivamente al Crédito agrfcola y con arreglo á la ley de 21 de Julio de 1$69, á pesar dé sus privilegios para la emisión y para loa impuestos con la vida eguberante que á su lado ostentan 1a.4 Cajas de ahorros y los Bancos populares, que buscan al crédito en todas sus manifestaciones. Aun asi no tendrfan los establecimientos de Crédito agrfcol;^ un desenvolvimiento fácil, si no pudieran emitir equivalencia. de a.quellos créditos, de más tarda realización, obligaciones ^. igual plazo con las combinaciones de amortización escalonada, que la práctica ha vulgarizado, para mantener su estimación constante en el m.ercado. Por este medio, autorizado, para las sociedades de crédito general, se mantiene el equilibrio .le} activo y del pasivo, se evitan los mayores peligros de la crisi:^ del crédito, ,y se solicita. la inversibn de capitales, p ahorros dispuestós á renunciar á un reintegro inmediato á cambio de un interés más aubido. A esta necesidad obedece la facultti^l qne el proyecto concede ^ sus institutos, de crear obligacione5 .í tércuino, yalvando lscs exigenciaa de la conceqión otnrgada al $anco Hipotecario de Espaffa, en cuanto d las cédulas hipotecarias a.l portad^r. DE LAS GARANTfAB Considera el proyecto como base del Crédito agrfeola al ignal del que merece el hombre en las dem€^s industrias y en todas las situaciones de la vida, en primer término, la hoara. dez del que lo solicita, su deber v su propósito de cumplir con la obligación que contrajo en provecho propio ó de otro, y la sanción legal de esta relacibn de derecho; en una palabra, la responaabilidad personal efectiva ; en segúndo lugar, las cosas inmuebles b mueble^, que accesori:^meníe (i por artificios lega.les se afectan con la mayor firmeza posible a la aatisfacción de uquella obligacibn, la hipoteca v la prenda. Bajo estos tres aspectos desenvuelve el proyectn dPl ^r. :VIiñistro, ^- acPpt;^. tambi(^n la Cmnisión reglas Rencillas ,y expe17 --- `L58 ditas, conforme ^an los precedentes eu nuestro derecho y al gttn^zti coiulilexueutax•ias indispeusables par ^^ dar todo su val^,r ri tales g•a.rautfa^. i^il cuanto a. lá. responsabilidad personal, la a5egura cumpli. daxueute en lo posible, atribuyéndole fuerza ejecutíva contrc^ todos los firmantes de los efectos, á la ordeu, endosados ó ad quiriilas por las iñstitucioues del créditd agrícola, como sx ta. l^es e1"ectos lo ^ueren de comercio, requisito esencial para que sobre ellos puedan negociar establecimientos de esta fndole. Itu bustecex^^, también vigorosamente la responsabílidad personai ^a loi3 efectos del créditu couce'dido frécuentemente al descubie^•to, segCin la práctica de los Bancos de ] •scocia y de los Banco;^ de añticipos i^e Schulze Délitsch, la eficacia de la fianza qUe establece el proyecto, pei•mitiendo exigírla directamente d«^1 fiador que aparezca serlo en el registro del Crédito agrfcola, ien el aeto que venza la obligaciGn principal sin recibir excepcici^i de excusiGn y al mismo tiempo no se asegura el pago por el principal obligado, En cuanto á la constitu ‚íón y^efectividad de1 dex^écho de 1^ ipoteca, nu hace el proyecto variaciGn alguna, lie aquí que di por reproducidas la ComisiGn las bien pensadas consideraci ,xies que acompa^iau al proyecto ministerial sobre la .inzportancia que el uso de esta garantfa podr,í tener, estimada por estublecimientós que, inmediatos á la propiedad y conoceclores de ^ 1as verdaderas circunstanci.^s de la misma y de sus duex7os, pndr^an prescixxdir del rigorismo reglamentario con que uú gran estable‚imiento central tiene que proceder para no perjudicar á los intereses de sus accionístas ; y sobre los recursos que la ^eque^a propiedad, cultivada directamente por sus dueños, encontrara en estas candiciones para rnejorar el cultivo; recui^ns mayores, si por medio de la asociación logra ofrecer respon ƒabilidades de car^,cter mixto, real y personal, superiores pax•a el crédito ^, los que puede presentar el I3anco m ^ís sólido. Más dificultad ofrece la garantfa mobiliaria, la que representa el conjuntn de casas y derechos clue el agricultor posee cou independencia del suelo , „nidos á éste por accesión y por las ll.amadas hipotecas legales, es preciso desligarlos ante el crédito, de esto^ lazos, si éste á. de darles valor; y de que lo tie ncu t^n rei^ lidad inmensn nn c^thc^ ducla, si m atiende :5 rlu^ en ellos están comprendidos el capital de ezplotación, los gan^• dos, las niejux•<iti ,y las cosechas, qu^e en gran número ae casos, si no en la ma,yor parte, importan tnás que el suelo misíno. Fs neeesario taxnbién hacer compatible la existencia de esta garantfa real con su libre manejo por el a^rirult+,r cnn ^ n instri^ menta de producciGa, 1>izes si Pl crédito hubiere de cimentarse sobre el acto material cle +les^^pud^erar de ella al deudor, quedaría en el mis^no ^uoix,ento 1^ar^iliz.^ +in an trab;^ jo y se habrfa - ^J^^ - llevado la muerte d^nde se pretendit, fon^entar Ia vida; seríu su uso econótiiicament,e iniposible. 1^:1 proyecto provee ^a estaq exigencias del crédito : 1.." l,ímitando Ia hipoteca al íninueble cn las condiciones que tíene cuando se constituye, y reservando para. base de nuevo crédito los rnuebley que á él ae adhieran posteriorment^^ siempre que puedan separarse las mejóras que puedan estimai^se con independencia. de la fiuca, y los frutos ú sus rentas equivalenteq. No se apal°ta en esto del principio de especialidad pundamental de la ley Hfpotecaria; coloca al propietario deu • dor en cuanto á la ftnca hipotecada en las miamas condicione^ de dereho que el tercer poseedor de ella, y rnantiene toda la, efi cacfa del pacto en Ia extensión que estuvo en la mente de lo:. que lo celebraron. 2.° Declarando inscribible en el registro de la Propiedad, y por lo tanto eficar. contra terceros todo a.rrendamiento qu^• rado al Ilegistro del Crédito agrícola. La ley Hipote.^arfa y^t reconocífi ]a ,justicia v la conveniencia de dar á los arrendatarios esta séguridad cuaudo hubiesen adelantado tres rentas b más, b lo fueron por seis aiios, ft fin de que no pudiesen ser bu!•lados por la mala fe del arrendador ó envueltoe en la desgracia, que Ie obligase ó enajenar su finca en caso de no poder ímponc^r condiciones al adquirente. El proyecto no hace, mós que desarrollar esta base de aquella ley, aplicándola como es juato á. todos los contratos, cualquiera que sea su tiempo, por la misma razón de inoralidad, y porque sin la fljeza del arrendamiento pdi^ el tiempo estipulado, est^ verdaderamente eí^. ei aire el crédito tlel cnltivador. 3." Cntlceclie.ndo .t <,ste hipot^ca lel;al para a^cegurai• el cr^. bro de las mejoras que haya hecho por n^cesidad para la conservación del inmueble, y supliendo en forma, la falta del prcpietaric, tyn el cumplimiento d^e esta obligación c^e sti cargo, ^^ para el de las fitiles que haya llevado a cabo con su autorízaci8n expresa b t,á.cita. En este punto, y respecto del derecho de retener c^n los c^:tso5 de ntc^,joras neees:triiis y de las fitiles expresamente autnrirt^daq, no hace e] pra,yecto rnós que fijar lo ertablecido en lar lryea de laa Partidaq, que reconorieiron a] arrehdatái•io el derecho de reeobrar las mision.es hechas éh pi^o de 1a finca arrendacia y en el poseedor dF cosa ajeri^, y i^í^ ^el comodatiíl'io el de retenei•la haata ser pngado de lo ^astad,^ pstra sll ci•nservacicín; ^- se adoptan los teml•erarnentoa dé ni^^^ ,p^r prndett^cia y respeto fi. ^a proní^edad, atribupendo ál ^irdpi^_ tario la onciGti de ]^a„ ar lo pa^tádo b solo el itnporte de 1^ ^fnr ‚ ora ^1^bsiRtente en tértnino del nrrendamientb, y rih clbligt<<1dole ti pagar sino con ]oa an^rhentos anuales de ren'dími¢nto F^n los casas en qt^e la autori•r,t^cibtt para las mnjortis nn h,tya pi^l+1 expresanlente otorhada. ^ .^ :'Iil ^ -- ^.° +^stableciendo e1 derecho de prenda en la forma de que dar ésta confiada al deudor, con arreglo taznbién á]as leyex de Partida, que, a l^e^ar de la definición de este contrato, ex. presamente y por repetidas referencias admitieron su con^titución sin real desapoderamiento de la cosa. Así podran ofrc. cerse e>z garantía Ios frutos, los ganados ,y todo el znaterial mobiliario agricola, sin separarlo de ]a explotacíón en que esté produciendu todo 5u efectu útil. Este derecho de prenda en esta forma, en general voluntariu, le otorga el proyecto por un procedizniento fácil á favor del vendedor de semillas, abonos, ganados y de todo lo que se in• vierta en la erplotación agrfcola, sobre las mismas cosas veudidas para aseburar su precio, medid^i conveniente ^l la vez ^i los intereses de aquél y al crédito de los agricultores. 4casionado el c ^^ ntrato de prenda, y m^^s cuando ésta queda en poder del deudor, a fraudes en perjuício de otros acreedures, atiende ^el proy^^ctn ^i darle autenticidad y pleno vigor mediante su inscrípcíón en el registro a^rícola, que por su publícídad lo hace notorio ,i euantos pueda interesar, y fija de manera indudable su fecha. Comt^letan esta seccibn•disposiciones encazninadas a procu. rar la conservación de las cosas dadas en prenda, ya estén en poder del acreedor, ya en aimacenes pfzblicos, ya a dlsposiciG:^ de su due^o, ^ la persecucíón de las que se distrajeron, determinando los derechos de intervencitin y de reintegro de unu^ v de otros y el procedimiento znbs f:zcil para hacerlos efectivas ^^.a multiplicidad de negocios de esta clase, si el crédito tom ^ sobre el mobiliario agrfcola el vuelo que ha alcanzado en la industria y el eomercio, exige la regulacibn de estas relaci ^. nes, dentro del resp^to de la contratación y de la tendencia znanifiesta ^e Ia jurisprudencia ,p sancionada en el Códi^u de comercio, de lirnitar las acciones que entnrpecen la libre cir• culación de las cosaa muebles. DEL REGiISTRO DEL CR^DITO AGRÍCOL^ La constitucián de la prenda sin desplazazniento, precis^i, cual se ha dicho, la existencia de un Registra en que conste e! modo de este contrato en equivalencia de la tradición real. El proyecto lo amplía á recibir la inscripcibn vr ^luntaria de todas las obligaciones qne hayan de afectar preferent.emente á la responsahilidad personal y mobiliaria del agricultor, y las aventaja por el orden de su fecha ;v dentro del propio concept< ^ áe cada una á. las nue no laayan sido inscritas. Y estableciend^^ el^ príneipio de que del acto de dicha inscripc^ón arranca sn e$cacia contra terceros que ha,yan asegurado sus derechos p^ ^r este medio, crea una bare^^firmP ^el cré ^litu cuanto pnc^de serl^^ - 261 el persorial y mobiliario, porque da medio de que el público, co^i la inspeccibn del Registro de una parte y de otra la apreciación del capital aparente del agricultor, haga €^ toda hora balanre de su solvencia probable. - Respecto de la orgonizaciún de estas oficinas, ol,ta el proyrr,to por crearlas en todos ios Juzgados municipales, por la dnble razbn del car^tcter local, que es propio de esta especie de crédito y de la competencia de imparcialidad que es de esperar en estos funcionaríos, í^ quienes ya está confiado el Registro civil, que es el acto notarial más importante que puede ófrecerse, y deja para reglamentos administrativos todo lo quc^ se refiere á conservacibn, inspección y sostenimiento. ° En cuanto á la manera de verificarse las inscripciones y sii cancelación, fija reglas sencillas y prácticas cuanto es posihle. teniendo presentes las circunstaneias más frecuentes de lps personas que han de utilizarlas, su conocimiento recíproco p 1'a poca importanefa de cada una de las transacciones en la generalidad de los casos. DE LOS PRIVILEGIOS SOBRE F.I^ MOBILIARIO AGRSCOLA Y ORDEN DE SII PRELACIbN Carecerfa una le,y de Crédito agricola de todos resultados si no mirase con especial atencián al término de las operaciones á que se propone dar vida, á, la satisfaccibn por el deudor de los anticipos de diversas clases qne se le hayan hecho, y en caso de conflicto entre créditos diferentes, no det^erminase cor^ claridad su respectiva preferencia; porque en último término, el crédito no es otra cosa que la seguridad adquirida por el capitalista, de que el anticipn que hace al industrial ha de aer puntualmente reintegrado. Por lo tanto, aunque respete cotn^^ cuestión de derecho civil ,^eneral. la ^raduacibn de toda especie de obligaciones en cuanto pesen sobre la universalidad del p::rtrimonio, no puede excusarse de tratar bajo este punto de vi^ta de las que hayan de hacerse efectivas sobre los product ^s de la explotación agrfcola ,y sobre los elementos de toda clase aportados á ella. En cuanto ó, los primeros, salvando por su orden el proyect ^ ios privilegios del Estado, del asegurador y del almacenista. porque sus servicios han recafdo en beneflcio de los demh^ acreedores tanto cotno del dueí^o de la cosa misma, atribuvc• preferencia gradua.l: al señor directo y al arrendador por la^ dos ^Iltimas pensiones ó rentas ,y la corriente, á, los acreedores por semillas y gastos de cultivo, €^ los prendarios sin desplaz^miento, ,y ó, ]os comunes, siempi'e que sus créditos estén inscritos en el Registro de Crédito a^,*^cfcola. La exposicibn ael Sr. _liinistru desenvuelve niagistralnient^^ las r^zones de limitar ri dos pensiones ó rentas el privilegio del ^e^or directo y del arrendador, y la Comisión lus acepta puc wmpletu, siguiendo el precedente de la ley Aiputecaria al re^lucir á igual tiempo la lcipoteca por intereses pactados ^ la se. ^;uridad sobre la finca censida por réditos de ^enso. La Comisi^n reconoce el caracter especial de los ^réditos por semillas y por gastos de cultivos, que parecen entra.ñar parti, cipación en los frutos por su medio obtenidos, y la consideració^ de que es componente de este ^rupo el trabajo personal, que siempre ha merecido singular preferencía. Los propone, siu embargo, el arrendador, porque tiene en cuenta, ademas de la r.czón i^zridica, de que la tierra aportada por éste es un elexr^ento tan esencial como el que mas en el fen^meno de la producción, y cunsiderudos aisladamente, el uiás importante en la ^,reneralidad de los casos, las consideraciones prácticas de la conveniencia de la buena armonfa entre el propietario v el cu. lono, que no debe turbarse por ingerericias de otros elementos,. - de que antepuestos al propietario .^.quellos créditos, se verf:^ obligado éste en cada ca.so de conflicto á discutir una liquidación complicada, lo cual 3e llevaría por efecto contrario á rc^vestir sus cantratos de condicioxies ^;ravosas para el colono ^• en último término perjudiciales á, su crédito ,y (t la produccióu. N^^ militan estas argumentos en favor del privilegio del propíetarío sobre los ganados, maquinas y demás muebles uportados á la exportación en frente de ]os de^uás acreedores especiales, que el provecto colocz ^en 1^)•eferente lugar, ó sea : después del Estado ^^ del aseguradur, el prendarío que tiene I:^ ^•osa ^en su poder, el dueñu del ganadu dado á, aparcerfa,, ei ^^^endedur del ganadu, mfiquinas, etc., por el preciu no pagad^,, i^ los a.crnedures prendario sin desplazamiento; porque tal preeminencia del arrendador no arranca de la naturaleza de las cosas como ra^onadamente expone el tan repetido preáir.bulo, sino de la predilección que por razones econ(imic^s é ]iistóricas que han pasad^, merecian fi las leyes la. relación del lrropietario con el colono ^en co^nparación de otras que antes fueron de poca importancia, ,y que hu^• la tienen capital en benefici^o, no sólo del colon^, sino ta^nbic^n del mislno prupietari^^ ^y sobre todo de la prosperidad general. Dk. LA EJECUCIóN DE LAS OBI,IGACIONEF AGRíC(1LA^ Guiada la Coluisihn, cunio el MiniStro, del prupósito de simplificar la administración de la justicitt, en cuauto (c la pe^lización de las obligaciunes de Crédito agrirola se refi^ere, ^tl efec_ to de lograr la mayor rapidez y baratura, ql^ze en ú^timr^ término se traducen en ]a se^;uriclad, que es base del crédit^^, --- ^fi3 i^ de apartarse lo menos posible de los p^°ocedimieptos conoci(]us, propone: que sea el de juicio verbal ante los jueces mµnicil)ales el que se adopte para decidir todas las cuestione,, que no excedan de su cuantía de 1_500 pesetas, llegándose asi. al limite fijado para esta juridicción por el Código de comercio, y el ejecutivo ií ordiu^irio ante los jueces de primera i^ustncia según la naturaleza del titulo, cuando pasen de aquell,c cantidad. En cuanto á las obligaciones hipotecarias, ninguna razón Talausible hay para no extender á las que se otorguen á favor de los establecimiento^ qcie ordena esta ley la ejecución expe dita concedida para las instituciones de Crédito territorial por el decreto-ley de 6 de I+'ebrero de 1869. E^ste mismo, con ligera^ niodificaciones, se aplica para la liquidación de la prenda fi domicilio, que tanta semejRnza tiene con la hipoteca inmueble. Respecto de la prenda común y de la. cosa depositada en almac^enes generales, no cree la Comición que la procedencia cle Crédite anricola. wea motivo bastante para distinguirla, al efecto de que se trata, de ]a que es aneja al crédito ordina^io ú al mercantil; que el intentarlo producirfa ^en 1a. prá.ctica dificultades de mas gravedad que los beneficios á que Se aspira; y que es preferible dejar esta. m^teria á una ley generaJ, q^ie regule los requisitos de la liquidacibn de las prendas ^pmnnes, conciliando los intereses del crédito y la garantfa neces:lria de los deud^req. I)E I,a PROTE('.C'InN F,fiFEC,IAI. I)E IAS INa'CITLTTOs DF CRFDITo :^(;RTCOLA ^iencie, como se ha dicho f^cntes, principio fundaiilental, cte q11e h.^n 1 ^<^ rtidn c^l Sr. ^lfini5tro ^- la Comieifin, que el créc^it^^ nn es nn;^ fnndacibn del Eetado, sinc^ un lazo necesar^^o de l:^ snr.iahilid:ld l ^ uul.lna, que espent^cne^lmente crece ,y se desarr^^]la con la cultur^^ gene^•al y con el progresc ^ econóluico de los pneblos, es parc o(^l proyecto en medidas de privilegiada pFotección. I^ntiencle la romisión (lllP, 1() que veriiaderamente inenmbe :í la le,y es dar fijeza y eficacia, segfin stt naturaleza, v en armonfa con los ideales de derecho a las mfiltipleg re^^lciones con c^ne est(^ fenóm^ene se determina; ,y qale si lo h& ^r,gr,Ido, pedr<i desarrollarse p]enamente, aun gjn necesidaii de aneilios, q^e por grandes clue fues(^n en sf mismoq, siempre reqnltarfan insignifica.nteq para la inmensid^ld quP el rr^aitr> atirícola clPl pafs m.^a pohrP relrresenta. Fs éste no nhstant(^ el 111^; ^^ r 2zd^c^.(•u.^ d( ^ dc^ e^tahlrcer l;i e^enc^^^ n de tributos para los ^eqtablecirnieutos de ^rédito a^,*^•fco1 ^^. dnrante ir^ s primeres ai^os, .il igual de lr, cnncr^(iicl^ por ]:^g le- - 264 yes generales de Hacienda para la5 nueva^ industrias, y por la:. de fomento de la pobiación rural para la fundación de colu• ní a^. Eu cuanto al apuyu que á las instituciones de Crédito agrícola puedau prestar las Díputaciones provinciales y Ayunt:amientos, por su representación y contaeto ínmediato con las necesidades locales y por ser los iíltimos la personificación ^^e colectividades en gran niímero de casos casi exclusivamente agrfcolas, y gestores adémás de los Pósitos, la primera y míi^ importante nluestra de organización dcl Crédito agrícula eu los albores de la Edad moderna y en los siglos sucesivos, con.•ecnente el proyecto con el sistema de respet^.r los otros ramos de la le^islación, le establece en principio, determina las garantías que estos institutos han de reunir para merecer tal apoyu y refíere á las leyes correspondientes su modo y medida, denI ro de la base de que no ^e han de sobreponer al interés y á la iniciativa particular lus capitales de la administracibn ni ;^u consiguiente tutela. Por igual motivo respecto de las Cajas de ahorros patrocinadas por la Administración pGblica qne tan l^rodigiosamente cxecen en lae naciones más adelantadas, y que en la nuestr:i se observa tambíen que tienen plétora de capitales y dificultad para invertirlos en el préstamo prendario de sus estatutos, .^e establace la regla general, que habró, de ser deseuvuelta en su ley peculiar, de que después de atender ^, la obligación preferente de sus préstamos a las clases menesterosas que alla en estos establecimientos de interés económico con la caridad, d^^^liquen sus capitales a los anticipos de crédito real á los agri r^ultores; operación que fructuosamente practícan en Italia y que tan adecuada es para la inversión de ahorros, que buscan seguridad y crecimiento, sin ^eaigir ;eneral^nente ]a movilidad que los depositados en los Bancus mercantiles. Concluye el proyecto facilitando á sus institutos la elnisit^u de cédulas hipotecarias, mediante convenio con el Banco Iiil,otecario de Espaí^a. El conocimiento particular de las gar^tntfas y de los deudores ha de permitir, como se ha dicho antes, ,i. Ias instítuciones locales ampliar sus créditus sobre hipoteca •i Ifmítes mucho mas di^latados que ios que el Banco admíte ,q dentro de los cuales, ain Pmb^r^n, tcn^a cumpleta. e^egln^^i^ia^l La Comisión que entiende esta diferencia puede dejar camp^^hastante pa.ra una 7ndemnización ^^ nna comisión ^lue compe^.i se la cesión parcial libremente estipulada del privilegio dai Itanco, á favor de una sociedad ó localidad detertr^inadas, cu ^^entaja de ambos institntns y del píibl.ico, aienipre interesadn N^ la multiplicación de los instrumentos de crédito. Estas explica^iones, en muchos puntos ampliadas en ]a e^ plicación del í^r. 1Vlinistro, bastan para d^Lr i^iea del plan p al^ cance de lus dispu::ic:iunes á que sé refleren. ^i son acertadas, desarrollarán rápida y cuantius.^niente la riqueza agraria, yue es la principal base del bieuestar general en el urdeu econúu^inómico; y en la misma proporción extirparáii la plaga de la usura, que, cual brotan en los terrenus in.^aliu^ l^t^ plantas nIaléficas, crece frondus^i en los pueblos que no lugr^lu dar en sus leyes asientu al crédito noblenlente disl ^ensado y firmementr, garantido, la plaga de la usura, que empezandu por corroer las virtudes privadas, concluye por encendcr los udios de clase^s v por cunstituir un peligro social iulnediatu. Por lo expuesto, la Comisión tiene la lluurfi de suilieter ^ la aprobacibn del Congresu el siguiente ^royecto de Ley. TI'1`ULO I DE LOS INi3'1`ITUTUS llL C1tEllITO A(^itICOLA Y sUt3 UYb:H.AUIONEs Artículo 1.° Yara lu^ efectos de esta ley se considerau II^atitutos de Urédito agrícula, y en tal concepto gozar•áu de las l,reneficios que la misma les utorga, todos los establecimientos y Compañías, cualquiera que sea su nombre, organización v forma, liancos cumunes ú mutuos, Montepíos de l^^bradores, Sindicatos de agricultores, Cajas de Ahorros ó Sociedades c:^operativas en general, que dediquen por lo menoa la mitad de su capital social y la tercera parte de los depósitos que recibaEi y empréstitos que contraten ó. operacioues de Crédito agrfcola. Art. Z.° Son uperaciones de Crédito agrícola la.^ siguientes: 1.& Yrestar en metálico ú^en especie, por un plazo que uu éxceda d^e cinco aiius, íl prupieta^riu5 ^le iincas rústicas, cultívadores, ganaderos ó explotadores de alg•una industria rurai, S á, las colectividades furmadas l^or los mismos con deetino ^ la agricultura : .^. Subre prc^id^^s fúciluieute I•ealizables, comu cL^clulas hipotecarias, producaos depositados en los almacenes del mism^^ estable^•iniir^^tn, ú en lu^ ;enerales, ó en poder de poxsona soi^^'ente; _ B. Sobre hipotecas ú utr^^s ga.rantías iumuebles que.pued. ^ sancionar la ley ; C. Sobre frutos pendientes y cugidos, cosechas, plantaciu nett, arbolado, g•nnados, máquinas é instrumentos agrarios, ex^ la manera que establece esta ley. ^.` Vender ^á pla^o ó, los mismos, 6 adquirir en c-unnin por cuenta de los sucius y para ellos; eemillass• abonos, a 1M^ros, má- - :366 - cluina.s, ganados, y, en general, cuanto sea elemeuto de las industr.ias agrfcolas. 3.a D^escontar v garantir con su firma, para facilitar su descuento ó negociación, letras, pagarés, resguardos de depbsito, facturas de trabajo y otros efectns exigibles al plazo máaim^ ^ de noventa dfas, que sean pertenecientes á los propietarios ^^ demás anunciados en el níimero primero. ^.` Abrir cuentas corrientes ^^ las propias personas sobre provisión previa p créditos de Caja 6 al descubierto ó sobre garantfas reales 6 personales por el plazo de un affo, prorrogable á voluntad del Instituto. ó` Descontar las rentas y pensiones de los propietarios ^^ dueños dírectos depredios rústicos; pagarles, subrogándose en sus derechos, por cuenta de los arrendatarios ó enfiteutas c^^rrespondientes ; encargarse del pago de los impuestos debidus por los propietarios, cultivadores b industriales rurales, v^n ;;eneral, hacer por cuenta de estas personas toda clase de cnbros y pagns. 6.` ravorecer la roturacibn ,y mej^ra del ^uel^, la desecación, saneamiento ,y riego de terrenos, la repoblacibn de montes y el desarrollo de la, agricultura, v otras industrias relaci^^nadas con ella. ?.` Facilitar b los eultivadores la. adqnisicibn de fincas rfisticas y casas rurales de vivienda 6 la.branza, p ^i los propietarios la redención de las cargas nue pesan sobre la propiedad rfistica. S." Establ^eeer alniacenes pbblicos ó cooperativos de frutos ^^ productos de las industrias agrfcolas, para facilitar su venta, empeíTo ó negoci ación. Art. 3.° El (Tohierno, ofdo el (~ons^ejn de F.stado, podrá incluir en la }^reeedente tabla t:^:^ativa de eperacionee de créditn agrícola que dan derecho :^. los beneficios de eqta Ie^, otras ,ya en uso b que inventare el ingenio mercantil p resulten meracerlo. Art. 4,° La^s ]3aneos b sociedade^s dt^ C'rédit^ agrfcola podrá.n tener fuera de su domicilio agenteq ^ue resP^ndan por sf de la solvencia de los propietarios, colon^s 6 industrialeg agrfrolas que soliciten el auxilin del establecimi^ento, poniendo su flrma en el efecto qne éstP hubiere de descontar ó endosar. Art. 5.° Dichos Bancos v qOClPdadeq cnnsignarfln en sus estatutoe las reglas nnP Pstlmen convenientes ^ara su ré,^imen, administración ^ liquidacifin, sujPt^^ndo^ en ln n^^e no huhieren previsto h Iae disposiciones ^enPrales del Cl^digo de c;^mercio, ,y atemner.ri.ndose aiemT ^re ^fi laq que ^rdenan at^ contitucibn v loR Iibros ^^ contabilidad mercantil. Art. 6.° Estoa Tnstitntos podr^in emitir • ne^ociar, para subvenir á las operaciones dP crédito a^rfcola, ohligaciones ,^ -267tértnino con interé5, con prima ó sin ella, correspondientes á su capital desembolsado y valores de su cartera y amortizables eu la forma que ^SUS estatutos consignen. Pueden ser simple^, prendarias cí hipotecarias, segíin que tuvieren por garantí€i la del capital del establecimiento, 6 además, y especialmente, l:^ de los créclitos a favor del mismo, asegurados con prenda ó con hipote^a que hubiesen motiv&do la emisión. E1 límite $e ksta será trazado por el de la garantía co^rrespondie^te, y así el valor total de las prendarias ó el de las hi.potecarias nó podrá, exceder del de los créditos de la respectiva clase que tenga en cartera el establecimiento. En tanto ryue dure el privilegio del Banco Iiipotecario .i^^ Espaga, y fi, no mediar con el mismo concierto, las obligaci^,^ne^ hipotecarias serán precisamente nominativas. L:ts silnpl->> y las prendarias pueden ser también al portador. T.os res^uardos clue expidan los almacenes públicos ó coopc^ rativos de frutos y productos agrícelas, podrán tener l^t forma de libretas de talones h cherynes para transinitir en fraccio^es los valores depositados. TITULO II IIE I.AS GARANTíAS. Art. 7.° Las garantías sobre que operen estos establecimientos pueden ser personales, bipotecarias ó prendarias. Podrán igualmente admitir la combinacibn de unas con otras para mayor seguridad 6 para reforzarlas debidamente. Las obligaciones clue afecten sblo á la responsabiArt. 8. lidad personal del deud^r, inscriptas en el registro de Crédito ar;rícola, tendr(tn preferencia sobre las de su clase nq ^nseript:is, para perseguir los bienes de tod^^ especie que aquél ieng<^ en la demarcación del registro. I.a prelaci(^n entre las inscriptas se determina ppr el orden de fechas de inscripción. Art. 9.° El aval b epdoso puesto por los estable^ imientc•s de Crédito agrScola ó sus representantes, t^ por los agéntes f^ clue se re8ere el art. 4." en los pagarés ,y efectos negocia^lea del propietario, cultivador 6 industrial agrícola, y la negociación d^e estos efectos á favor dP loa mismos establecimientos ó de sns representantes y agentes mencionados, darán derechr • al portador para reclamar su pago directa y ejecutivamente el día del vencimientn, dé cualquiera dP ]es firmantes. Art. 10. I,os pagar(^s y efectos me^cionados, ya los conserve el establecimiento, v:^ se negoci.en por éI, prodiicir:^n ,^ sii vencimiento la acción ejectltiva, que ^^rreqponda., c^n ^rrc^^ glo í la ^P^' de F.njniciarñient^ • civil, crmtra los bienes d^c^l hr-^- pietario, cultivador 6 industrial agrícola que los haya suacripto. Art.11. La fianza personal inscrita en el registro del Cr^^dito agrícola que no tenga pacto especial que lo impida, puede exigirse desde que ha,ya vencido y no se haya satisfecho }a obligación afiauzada. El beneficio de excusión sb}o podrb, utilizarlo el fiador demandado, sef"ialando bienes del deudor principal, que por su cantidad y por no estar afectos preferentemente á otrae re>;^ ponsabilidades, sean su$cientes para que con ellos ae haga pago de }a deuda ^v asegurando los gastos necesarios para hacer esre efectivo. Art. 12. La seguridad y preferencia de las hipotecas sobre predios rústicos v edi8cios destinados á las industrias rura}eti, se regirá por las disposiciones de la ley Hipotecaria, con la,s modíScaciones siguientes: 1.` Salvo el caso del pacto expreso, la hipoteca no co^ ^ ^^ prenderb : Los mueb}es que se ba,yan colocado permanentemente para adorno, comodidad 6 para el servicio de alguna industria agrícola, siempre que puedan separarse sin deterioro d el pred i^^ á de} edificio. Las mejoras que consistan en nuevas plantaciones, obras +1c riego b desagiie, de reparacibn, seguridad, transformacibn, c^^modidad, adorno ó elevación ^le los edificios v cualesquie+a otras semejantes. Los frutos que al tiempo de hacerse efectiva la obligacitin hipotecaria estnvieren pendientes b ya cogidos, aunque no ,e vantados, y las rentas vencidas ,y no satisfechas. Las indemnizaciones debidas por el seguro de las cosas anteriormente enumeradas en caso de siniestro. ^` El arrendatario que }o sea en virtud de escritura pfiblica 6 contrato inscripto en eI registro del Crédito agrfcol•^, tiene hipoteca legal sobre la finca arrendada p e} derecho de retenerla para hacer efectivo el importe de las mejoras que haya realizado con autorización del dueño, consignada en c^l mismo eontrato ó en forma equivalente, ^ el de los repar^^s urgentes 9 necesarios para el uso v servicio de la finca que ejecute después da requerir en vano al dueño. En primer cas^^, si no hap estipulación especial, cnmple el propietario su obligacibn abonando á su arbitrio los gastos de la mejora b el aumento dP va}or que en virtnd de la misma hn^;^ +^nedado en 1:1 $nca a} terminar el arrendamientn. 3.`• C,,oncédese tambi(n a1 arrendatario hipotc^c<^ 1P^aI. }^pro no derechn de retener para ase^^rar el resarcimiento de las demás mejoras necesarias y íitiles que realice sin prohibicibu expresa que conste en el contrato ó en e1 regiatro del rréditn -269agrícula. El pro}+ietariu tieue para su pago la misma opción consignada en el paimafo anterior. Si no hubiese acuerdo sobce la forma dcl pago, el colono sólo podra cobrarse en los auu^eritos anuales de reudimiento hasta la total extincibn de su crédito. 4.` A la inscripción de la hipoteca á que se refiere los dos párrafos anteriores, es aplicable lo dispuesto eu los artícul• }e 59 S 60 de la ley Hipotecaria, considerándose al arrendatari^^ como refraccionario. Para que pueda perjudicarse á tercer.^e que tengan inscriptos con anterioridad derechos reales sobre las fincas mejoradas, habrán de observarse las prescripcionea de los articulos 61 y siguentes hasta el 64 inclusive de la mennada ley. 5.` Las hipotecas expresadas en los párrafos 2.° ^ 3.° pueden subhipotecarse con la restricción del número 8.° del articulo 107 de la ley citada. 6.` Los arrendamientos, por cua.lquier término que fueren, de predios rfisticos y de edificios destinados ^á las industrias a^;rarias que consten en escritura pública ó en documento privado, acta 6 mandamíentos judiciales inscriptos en el registr:, del Crédito agrícola, puedeu inscribirse en el de la propieda^i para el efecto de perjudicar á tercero. ^^rt. 13. El cuntrato de prenda corntín, fi sea el constituíd•^ por tradición ó desapoderamiento de la cosa ofrecida en garantía, cuandu se halle iuscrito sin obstáculo en el registro del lugar de la explotacibn á que corresponde la cosa empeñada. de preferencia absoluta sobre la prenda al que la tenga en su podcr ó en el de un iercero para asegurar la obligacibn princ.ipal, y sólo podró, impugnarse su validez por fraude imputable al acreedor prendario. Art. 14. La prenda puede quedar confiada al deudor; per + su e8cacia contra tercero en esta forma, depende de su inscripción en el registro del crédito agrícola. Pueden empeíTarse especialmente de este modo los frutos pendientes de los €^,rboles; lus cosechas en pie; las plantacic+nes, viñedos, olivares, bosques maderables y corta de lefñas; los productos agrfcolas recogidos; las máquinas, aperos y animales empleados en la eAplotación ; los ganados de crf a vi ceba ^ los rebaños en general y sus productos; los objetos muebles colocados permanentemente para adorno, comodidad ó eervicios industriales en qzn ediflcio rural aunque esté destinado á. la habitación del agricultor ,y su familia, y en general todos los que las leyes consideran inmuebles por accesión á por destino, siempre que fuere posible su separacibn, sin deterior•^ del predi^. Art. 15. La prenda constitufda en esta forma atribuye preferencia al qne la obtiene pc^r el orden del tiempo de su inq - 270 cripciún subx•e tuaus lus utrus aexeedures, sal^•u lus privilegius clue enun ^erau eu +^1 tftulu ^.° para realizar eu el^^c su er^• ditu xuientras no Ilaya s.^lidu del puder del deudox• ú de un tercer^ ^ que la lia^•a adirúiridu nialx^iosaxuente. .^rt. 16. L1 vendedur al cuutadu de seinillas, abuuus, múquinas, ganados, y, en general, d^e tudu lu que sea eleuientu Ue lií l^ruducción agrícoia ú de sus iudustrxas acc^eaurias, ;a quíén íiu se satisfaga tudu el preciu, poclx•a pedir anotación del ciereúhu de prenda contiada al deudor subre las misxíias cosas Vencid^^; dando ílanza suficiente para responder de lus perjuicxu^ si úo justificai•e siís asertos. Esta ánntación caduca si antes de quiuce días na ^e cunvierte en inscripciún del xnismu derecho, ó uu se ac:redita haber incuado el curi•espondiente juiciu para obteiier ésta ó el pagu. Eu el mismu término caducara la fianza, si no se pide la íuuexuuización de lus perjuicius ^ausados pur la aixotacibn. 1^1 mismo dex^ecl^o y con ig•uales cundiciones tiene el vendc; dur á plazo de lus expresados objetos, par^t asegurar así el privilegiu qUe esta ley le otr^rga sobre los mismos. E1 ,júxciu correspundiente pará convertir la anotación eu inscripción y para reclamar la indemnización en su caso, set•:í ei verual ante el juez municipal, si la obligación á que se refiere no excede de 1.500 pesetas, y el ordinariu en los demás casos. Art. 17. ^1 dueño de cosa dada en prenda cuxnún, el ac:re^dor prendario de prenda confiada al deudur, b el teuedur de un re^guardu de depósitu en almacén general que tengan noticia, de que la prenda ó cosa almacenada se destruye, corre pelig*.•u de grave deteriuro, 1 ^ a sido enajenada, emge^ada á otra perso• na ú ocultada, ó de que se han empleado medios p<tra su ocultación ó enajenación, puede pedir á su eleccióu que se ponga iumediataxnenté en guarda de un terceru hasta que se cuxupl-^c^ los fines^ del contrato ó la resiilución y cumplimiento de éstc, como si el plazo estuviere ya vencido. ^i el valor de la cc^sa. no excede de 1.500 pesetas, resolverú ^esta cuesti^in en juicio verbal, y sin recurso alguno, el juc^z municipal del lugar de la prenda 6 del almacén. Si excede dc este valor, el juez de ^irixriera iñstancia por el procedimientu establecido para lós interdictos de retenér y x^ecobrar. Los extremos que el demanclaute ha de justiflcar, son : su derecho á la cosa segúú el contrato, y el peligro ó realidad de su destrucción, deterioro, pérdida, ocultación ó enajenacióii. En efecto de conformidad de las partes sobre la persona €L quien se há d^e enc:^rgar la ^;úarda, la nombrará el juez de la ttentencia, y la reemplaza.r^c después si fuere prc^t^iso. Art. 18. Las cosas xnuebles ó ganaduti dados en prenda quc se enajenaren fraudulentamente, así curnu lus snstraí^lus ó rc^ - 271 bad^s, pódrán ser reclamados 1 ^or quieú tenga en ellos derecho ^- reivindicados por sus d.ue^ios de los que los hayan adquirido cciú cónocimiéiito dél fra^idc ó del delita. ^ónstituye pi•e5uúcibn dél •i^nocilniento c^e1 fraude ú del delito para lo‚ efectos civiles : 1.° l^.á existencia de rótulos, marcas b contraseñas ,qúe demúéstren ostensiblemente su propiedad 6 responsabilidad ^ f^vór de l^ér ‚óña di^tiúta de la que las haya enajenado: 3.° I.a adquisición fuera del liigár de la esplotación agrfcola ó peéúaria á c^ue correspondan, de ghnados que no llev ^n certificado qúe acredite que el que los conduce puecie dispoiier li^remerité dé ellos. Esta última presuñción cesa, ,y se requiere prueba perfecta ej^l ec^ iiocim}entó del fraúde ó del delito que el ac1<quirente cuandó la adc^úisición se haya veri$cado en ferias ó mercados. Art. 19. t.ás disposiciones de esta ley no alteran las responsabilidade^ civiles v penales c7ue soú efecto de los delitos de éstafa, hurto y demas que puedan cometer.se sabre las cosas :í que la misma qe refiere, á cuyo c^fecto se decla.ra aplicable á l:l éñajenacifin ó empello que haga el cjeudor de la prenda confiada ^t sn cuidaclo la penalidád establecida en el segundo pá'rrafo del art. 550 del Código penal vigente. . TITiJI.(^ III DEi. RF.GISTRO D^L CRN7DIT0 AG$fCOLA Art. 20. En todos los Juzgados municipales de la Yení ^Mnla é islas adyacentes, ó, no ser que 1 ^ nbiése más de utto en alguna población, en cuyo caso seró en el que determine el reglatnetn, habrá b ca.rgo de sus secretarios, y bajo la irispécción d^el respectivo jue.z, una oficina pública que se titularfi : `^Registro de Crédito agrfcola", cuyu objeto es ln inscripcibn, y por medio de ella la seguridad de tqdas las obliga.ciones d.Y los agricultores, ganacleroq `• demhs dedicados á las industriás agrícolás. Art. 31. I+:n est.e registro se iñKCrfbir€cn: 1.° Los contratos de Crédito agrícolas, bien sean ^simples, bieú garantizados por fiadores, bien :isegnrados cnri ^rend^. 2.° I.os contratos de arrendamiento de fincas rízsticas, dcs aparcerfa agrfcnla ó pecuari^, de precario, ,y cualquiera, otr+^ bilateral de explotacibn de tiPrras ó utilizacióii y cuidado rie gs^nados a'enos. 3.° mo^os los demás contratos de que se ^érive privilegi:+, cnya inscripción, para que obste ft terceró, requiere esta. le,y. Art. 22. La inscripcibn es potestativa en las partea interc- -272sadas en los contratos; pero mientras no se verifique, no perj .idicarán á terceros. Art. 23. Las obligaciones inscritas tienen preferneia por el orden de las fechas de su inscripción sobre todas las posteriores de su clase q sobre las anteriores no inscritas. Art. 24. Es registro competente el del distrito municipal de la explotación agrícola á que correspondan los bienes á que ha de referirse la inscripcibn, Cuando ésta no afecte á bienes determinados, el del domicilio del deudor. ^i ee quisiere asegurar lós beneficios de la inscripción en bienes de diversas egplotaciones agrlcolas ó pecuarias 6 sus asimiladas, sitas en diferentes Municipios, deber5, hacerse 1:^ inscripcibn en cada uno de los correspondientes registros. La inscripción no da preferencia respecto de los bienes que se encuentren fuera del distrito municipal del re¢istro en que ^se haya verificado, á no justificarse que se han trasladad^^ desde éste cun fraude de que sean partfcipes los terceros. Art. 25. La inscripcibn ha de. referirse á escritura pfzblicr^, á documento privado fi i^ mandamiento ó manifestación judicial, ^erá breve y sumaria, conteniendo claramente en egtracto Ias cláusulas capitales del contrato ó de la resolucibn judicíal, para que se comprenda la obligacibn que se asegura y Ia persona á cuyo favor se contrae. Si se refiere a escritura pública, se menciunará el protoc^^lo de su original; si á, mandamiento ó acta judicial, el Tribunal, Secretarfa y expediente de que prc^cedu, Los documentos privados no podrán inscribirse sin el consemiento b recanocimiento de la parte fi quien perjudiquen, que se supondrá por su 8rma en el asiento de inscripción, ó la de los testigos si no supiere b nó pudiere firmar. De los docu mentos privados se archivar5, una copia literal en la oftcin^i del re^istro, rubricada por el secret.ario ,y sellada con el d^^l Juzgado. La manifestación judicial se verificará por acta que suscri-. birán el juez municipal del respectivo registro, los intes^idos, si saben 6,pueden hacerlo, y ei secretario, y se depositará en el archivo general del Juzgado. A esta acta habrá de referirse la nota de inscripcibn ^^el registro. Art. 26. Las inscripciones y anotacíones se cancelar€^n por sentencia judicial y por la voluntad de las partes, expresad.^ con la misma solemnidad exigida para su constitución. En las obligaciones á término, se considerarán canceladas de derechu trasncurridos dos meses desde el dfa de vencimiento sin ha• berse renovado ó pr_^rrogado. En las que no lo tengan determinado, la inscripción en este caso se entenderá caducada dos meses después del vencimiento de los nfimeros 2.° y 4.° del artfct^lo 2.° de esta ley. -- 2?3 -^ Art. 27. El registro es público. El funcionario encatgac^^^ de s^^ conservación pondr^^, de manifiesto la parte clel misn ^o qne se le pida, mediante el abono de los d^ereclion ^ae arancel; pero no se librará certifi.cación de su contenid^ sino a los quc^ en las lnismas inscripciones aparezcan con uu intcrí:5 legítimo. Art. 28. El reglamento determinara c^l n ^ o^lc ^ de ]]evar el registro y el arancel correspondiente, solrl^ 1 ^ 1^ bases de la seucillez y del menor gravamen posible de lc ^ s ^luc b:cyan de utilizar xu servicio. TITULO IV DN: LOS I'1tI^'II,1;(;IOS sOT;RE b:L MOBILIAItíO AGltíl;Oi,A Y DEL ORDL\ DE SU PRELAC1úN Art. 29. (,oran de privilegio especial sobre lc ^s frutos pendienies ,y eog^idos, cosechas, plantío5^ arbolados y cort ^^. ile le^ias, en el signiente orden : 1." El Estado, la Yrovincia. y el Dtunicipio por el iu^lporte de la últinla auua.lidad d.e los ilnpuestos que afecten í^, dichos bienes. 2.° E1 aseguraclor por la a^lualidad en que se ] ^ nlriere producidc^ la c^secha asc^gurada cuaudo el seguro es :í prinlu ftjs^. ú por el dividendo correspondiente siendo mutuo, y por lo. ^ dos últimas divi^lendos ó primas si el seguro versase sobre arbolado ó plantaciones de vida mayor que las ordinarias cosecbas. 3." Eil almacén general ó cooperativo de depósito sobre los frutos en él depositados, por los gastos de transporte quc^ llubiese abon^^do y por los de almacenaje y conservacifin c3e los frutos. 4.° E1 seilor directo por las dos ^íltimas rentas en desc^^bierto y la corriente. 5." El arrendador del predio que haya producido los triltos, por las dos últimas i^entas y la, corri^ente, inclemnizac. iól^ de da^íns causados en la finca por el colono y reparos G, clue ae hubiere obligado éste. 6.° Los acrt^edores por semillas y gastos de cultivo y reeulección, sobre los frutos de la cosecha ft que se re8eren. Entre los gastos de cultivo se comprenden los salarioK de operarios y sueldc^s de criados de labranza y guardas, deveugados los primeros en las labores de aquella cosecha G clnrante su período los últimos, el alquiler de máquinas y animalec empleados en el trabajo del campo; el canon de riego, l. ^ s abonos naturales, comunes y de granja, ,y los abonos qttímicu^ ^ productos ci.estinados €^ enmiendas, considerados estos últ1-. 18 -- 274 --j mos ^en cuanto é, su valor ^umo si fuesen comuuea eu la pruporcióu necesaria para pruducir, según la eapei•iencla del paí^, el efecto de una eusecha ordinaria. En concurso,de los varios acreedores de esta categoría ,1^ privilegius, tendrán preierencias lus que lu sean pur gastvs uu reeoleccibn, y.cobrardu á prorrata todos los restaut$s. 7: Los acreedores preudaríus sín despla^amiento, segúu ^I orden eronológico en que aparezcan inscritos sus créditus en ei regis#xo. Art. 30. (^}ozan de privilegiu especial sobre los ganadus, m^quinas, aperos y demás muebles que tengán la consi^lerdcibn legal de inmuebles de destino, que expresa, el segundo parrafo del art. 14, los siguentes, pur el ordeu de su uuniera,c;iúu: 1.° El Estado, la Yrovincia y el Municipio en ibuales tí:rminos que los establecidos en el artículo autea•ior. 2.° El aseguradur sobre la cosa ^asegurada, pur las prin^u; de los-dus últimos aúos ó por los dos últimos dividendus repai^^ tidos, en el casu de que el segur© sea mutuo. 3.° El acreedur preudario común sobre la cusa que tieuc an su poder. 4° El dueño del ganado dado en aparcería subre los pr„ductos rep3rtibles del mismo, por la parte clue le corre.5punde. G.° El vendedur del ganado, má^luinas, apei•us y iuuebles que, aunque de colocacióu permanente en uu edificio rurat, puedan separarse de él sin deterioro subre estas mismas cosas, por el todo ó parte de su precio no pagado. 6." Los acreedores prendarios sin de5plazamiento sobre lu^ cosa^ que se hayan efectuado en prenda y cun arreglo á la antigiiedad de la fecha del registro de sus créditos. 7° El arrendadur, en los mismos términos y pur iguales conceptos que consigna el privilegio ntíiveru 5.° del articulu anterior. Cuando el contrato de arrendamiento se haya inscrito en ^1 registro, el arrendador tendrá preferencia sobre los acreedores prendarios egpresados en el niímero anterior que se ha,q^in constitufdu tales después de la inscripción del arrendamientu. Art. 31. Cesan todos estos varios privilegios cuando los muebles b semovientes subre que recaen Lan salído del poder del deudor con la salvedad establecida en el art. 18. Art. 32. Los acreedores privilegiados se eutienden subruga. dos, por el mismo orden de sus privilegios, al deudor aseguradu en el eobrc ^ de la indemnización debida, caso de siniestro de la cosa sobre que recaiga el privilegio. Art. 33. Para que los privilegios del arrendador, acreedures por semillas, gastos de cultivo y recolección, a excepcíón de h^s que lo sean por trabajo personal que se relacionan con el artfCglo 28 y todos los que comprende el siguiente, á ezcepcióii. - 2fis _ del Lstadu y ael asegurador, puedan perjudicar á lus privile^ g•^.^isus ae lus categurías sucesivas que constaren en el registru del Uréditu ag^rícula, cíebeu hallarse inscritus en éste lus cuntratus de que tales privilegios se deriveu. Art. 34. Los privilegios que tengan por esta ley términ^^ marcadu, pueden prurrugurse convencionalxueute pur un período igual; pero sin que la ampliación perjudique en ningúli caso á, otros privilegiados que hubieren ya inscritu eun fecha anterior su derecho. Art. 3:^. ^1 seúor directo, el arrendadur y, eu geueral, lur^ diversos acreedures privilegiados, e^cepto el L+'stado, la Proviucia y el Dluuic:ipiu, ^Uedell PC'IlLlnClar eu todo ó parte de su pri^-ilegio, y cederlo a, cualquier otro acreedor por títulu agrícola ; uctus que para que surtau el llenu de sus efectos deben regis• trarse. . Art. 3(i. Ll que esté al curriente en el pago de las obligaciones privilegi.adas puede acreditarlo por iixediu de los currespouaientes recibos 6 certificadu5, é inscribirlo asi en el registru creadu por esta ley como base de su crédito. ^3rt. <3 i. l^;s juez competente para conucer de la inteligencia y ejecución de lus cui^ tratus de Crédito agrícola y de sus incideuci^ ^ s el municipal del ingar ^en que hubieren sido inscritos, el del cumpliuiiento de la ubligación ó el del dumicilio del deudor íi elección del demanda,ntc si la cautidad exigible u^^ eYCede de 1.500 pesetas, y en otro casu, el re5pectivo de primera instancia. Ll procedimiento a que se sujetará el juez municipal, será el de juicio verbal cou los recursos correspondientes. El aplicable por el juez de 1>riuiera instancia, el ejecuti^o á e! " urdinariu, según los casos. Art. 38. El juez niunicipal puede decretar el embargo ^pre^ ventivo en los casos en ^^lue proceda cuando se solicite así al propo^^er ]a demanda, si la, deuda nu egcede de 1.500 pesetas. Art. 39. Si la obligación no tiene desde luego car:.eter ^ejecutivo, puede prepara.rse.la ejecución ,y asegurarse por medio de embarl;o preventivo, con arre^;lc ^ é, las disposicionea de lus títnlos l_4 S^ 15 de 1<^ lev de h:njniciamiento civil. ^ Art. 40. Las intituciones de Crédito agríccila tendrán igual derecho nue lay de crédito territorial, de exigir ^el pago de suq créditos liipotecarius en la furma que se determina en el decreto-ley de 5 de 1^'el^rero de 1869. Art. 41. Para l^t realización por la vía ejecutiva de los créditos asegurado^ con prenda que conserve en su poder el deudor, ,^e observarú el mismu procedimiento en cuanto sea aplicable, ,y ^alvas la^ mndiiicaciones siguientes: ^ encidc^ el plazo del capital ó intereses, y no satisfecha la deuc^r^r, elInstituto de C;réditu ^agrícola requerir^ pur escrito al déudor para que verifique el pago. Si dentro de lo^ ucho día^ - 2fi6 siguientes éste no hubiera tenídu lugar, el Instituto pedira al juez competente el embargo y posesión interina de lus muelDlEs pignorados y autorización para su venta. En la oportuna providencia que decrete al efecto el juez„ ,v que habrá de anot^rse en el r?gistro del crédito agrfcola, seíTalara á la par al deudor el término de quince días para que salde su eompromíso, con apercibimiento de que trascurrido que se^I, queda el establecimiento en libertad para continuar en la pose. sión y aprovechamiento interino de la prenda, b para venderla en pública almoneda, sin más tramite ni intervención judicial. El juez no autorizara la venta de cosechas pendientes en t^nto que no lleguen al perfodo ordinario de su madurez. Art. 42. Concurriendo diferentes acreedores, se estará par^t la preferencia en el pago á lo deterlninado en el tftulo precedente sobre numeracíbn y orden de los privile^ios. Los otros acreedores cobraran por el orden de inscripcibn de sus contratos en el regístro del Crédito agrfcola, y con pre• ferencia s'^ los no inscritos, aun cua,ndo fuese posterior su crédito. Para los demhs casus regiré.n las reglas del derecho comíin. TITULU VI DE LO PROTECCIÓN ESPECIAL DE LOS INSTiTUTOS DE CItEDIT(1 AGRíCOL,A . Art„ 43. Los Institutoa de Crédito agricola estaran exentoa durante los cinco primeros añoa de ttu establecimiento comu tales Institutos de Crédito agrícola, del impuesto de derechos reales y de la contribucibn industrial y de comercio, por tudas la^ operacíones de crédito que ejecuten y estén comprendidas en el art. 2.° de esta ley. Art. 44, Los Ayuntamientos y las Diputaciones provin• ciales podrán estimular lus Institutos de crédito agricola y fa, ^^orecer su desarrollo, asegurando un mínimum de interés fi las accíones de los mismos, ó subvencionando de cualquíer otro modo á las expresadas sociedades y asociaciones, según per• xnitan las leyes generales de Administracibn local, pero siempre sobre la base de que en ellas }ca de preponderar la participacibn de los particulares sobre los auxilios de las institucíones administrativas. Art. 45. Para obtener los lieneficíos expresados en los do^c artículos anteriores, 1a socíedad b asociación á quien havan de otorgarse, ha de sumeter al examen de la Administracibn pública sus estatntos y el resultado de su gestiún desde que se hubiere establecido, que ha de ser por lo menos un año antea --- 277 ^de la petición. E1 Gobierno autorizar^á la concesión de estos be. neficios, previo informe de los Municipios y Diputaciones provinciales interesados del Consejo Superior de Agricultura, Industria ,y Comercio, aiempre que por los estatutos y por lst experiencia de la gestión social aparezean prudencialment^# asegurados los intereses de la sociedad fi asociacibn. Art. 46. El Banco Hipotecario de España podr:í auxiliar :^ las sociedades y asociaciones mutuas de Crédito ^ ^ ^rícola en sus negociaciones sobre propieda.d territorial : 1.° Permitiéndoles la emisión de céciulas hiPotecariar^ a.l portador con las limitaciones é indemnizaciones que pacten. 2.' Encargándose de emitir por cuenta de estas sociedadex ,y asociaciones, mediante la eomisión q11P, estipulen, series especiales de cédulas que unan á la garantfa hipotecaria de las propiedades á que correspondan ,y á, la de la sociedad 6 asoci:^ción por cuya cuenta la emisión se haga, la snbsidiaria del ca^^ pital eocial del Banco. Art. 47. Será inversión preferente para los candales de la^ Cajas de Ahorros establecidas bajo la, protección de la Administración pfiblica, despnés de lns préstamos ó las elases nccesitadas con arreglo ó, sus estatntos, la de anticipos á los agricultores y^i sus asimiladns, con garantía pignoraticia ó hipotecaria. DISPO^ICIÓN FINAL Art. 48. (.^uedan derogadas todas las leyev, ^ea1P,4 clecre^ tos, reglamentos y órdenes qi^e se opongan ,i lo estableeidc^ en la presente ley. Palacio de] Con^r.eso 22 d^^ hicieinbre de ^RRC,.--^To.Sí^ l%'^^.tt^cclejas t/ M^n,^lez, Presidente. -.To.v^ ^P (^ccr^^,icn, - Alberin A^/^cilern.-13e^^.ig^in C^^uiro,ryn, T,ópeÑ I3allrsteros.-:^ n^^rc^4 111^.:• llado.-Vi,cente, ^^cir^,t,ayna.ria. ^l? Paredes, Secretario. Proposición de ley del Sr. Cabsltón^ sobre crádito agricola en la lsla de Cuba. AL CONGRESO I;a legislación hipotecaria vigente en las islas de Cuba y Puerto Itico, no ha podido realizar todos los altos $nes a que estaba destinada, ^L pesar de la sabiduría de sus disposiciones, hor las circunstancias especiales en que allí vive ld propiedad, y las necesidades que crea en todo país nuevo el fomenta de ^as ii;dustrias que le son propias. ^ indudables heneficinr ^^,^^^nju ,i^i^i^ll;^ 1P^i^,l:^cihn al e^t:;tnir de un mrr^fo ^]aro v coucreto la^ re^^l^l^. ;í r7ne ^Phi^r:^r, aju^tarse t^rl^5 Ios cnntratos ^ne aT derer•?;^, rl(• ilrr^hicrl^:rrl 1li^ ríeran rePerencia, íntrodnciénrl^^e h(^r ella los do^ ^yrandr^ Principio^ ^flbre I^s qne desra.nsa en t^rlo^ h^ Pnebl(^5 jnctf^s estn clase de cnerpns Te^ales: eI rTe ln- ^nlllicid:+^l v el ^e Ta eqpecialidad; ^ero una trirte ,y dolornqa. P^sperienci^ viene elemo^trandn ^nP e^te sictema no bact^ h Iibr^r al prn^i(^tario de lag ^arras de Ia usura, ni much^ lnenn^ Par:l hRC^r nr^^ihlec Tna pré^tamos :^. lar^o plazo, qixe en t^dng loq pneblos euro^er>a en los qne la pro^ieda^ ierritorial es la ba^e m(ia ae^nra df^l crédito, r^ rPalizan qin dificnltades de nin^TSn ^€ner^ v cnn ^rnn ^rnveclln de Ia aTr'ir,nltlira p de 1a indn^tria. 1^1n pafsP^ c^mPletamente nnevoq, comn s^n nne^trna .1ntiTia^, 6 cie lin;i densidacl rip p^blaeibn insi^nifir•^nte, e^m^ 1:^ iala de C'nha, ^] capital tiene nn c^rfirter dc mwiliriad e^tr^tnrdinaria, ^ la tierra ^Tle n^r aTlq r^n^icione^ eqpec3^les n^r^^. ce tener ^n ^f mismas enntirlades contrarins ,5 eq^ moviliri^,1, ^i^ne ln lf^v ^Pneral im^rirni^nrlnlf^ ^n aellra ]^a m^tivnc ante^ P,XpilP^itQ^1. Pnr e^te, cree el Dipntarln rlne sncrr.ihe clne el finice Prnr^dimíento narn qne en a^nella^ provincina r^^^^í^oln9 ^rí rle4envnelvan la^ incln^tri^Ta rlnc 1r, ^^n nr^Pí:T^, r^^ r'T rle ^rnnrar lrT^ frntn^ ci^ tnrl;TS cT:icec r^iie nrnvPnnnn fl^ 1:1^ fin^ac rfiqti^a^ rie 1;1 ;T^rihn rlr^ T^1 hírrtr^c•a p rlrmfi^ rl^^rPnhna rP:Tlr^` rlnr^ ^fPrten :tl rlnminio. hnci^nri^cn ,^i ;TrM,^hllne ^nerrptih}r^g rl^ n;irnnti^nr nnr rf mi^mna trrT;^ clacr rlr rnntrrytnq. rnn^r•rl^rnrl^i (i ln^i tftnl^^ rn r^lln r•nn^trn l:lc rnr^rnrir?ir^ rl^ ^r^Sf^itfl rlr nnr, aenn nñjef.e rl ma.pnr ^r:^rir• p^^illlr rlr mnviliri^rl r n^rnntiza,nrin lna r^rrrrhna dr ln^ prrct^Yni^t^c ^r^n l:t r^rr^ari(^n rlr^ lrn rP^ictr^ r^ner•ial ri^nrlr^ ce ín^rrih^ rct^+ rl;icf^ rle nnrr<Zr•i rned. T,^^r :irtf^^ilr• ^ rir' e^tn lr'v cn inanír:Tn nrin+•^nnlinr^lrr• rn rc- • tna nrincininc. v nr • t^Pi:Tn hnFrf;Tn^a 1^r r•n^irlir;^nre rcrt^ri^lea nllr^ rc+ryninrP tnria, ^l;Tar r1r rrantrntnr p;lr^! n^T^^:1ntS;T r1r 1;,^ ilartP,q 11i1r^ ^n rlln^ intr^rvi^nr^n, Nn nerlf^n rl^c^tpnrlr'r4F t.^mn^rr^ lnc rlrrrrhrla ^tinnirirlnr ^ 1;1 ^nmhr;i fÍf^ la 1P!^1Clfl('irln :lrtn^ll, r^ imitnnrl^ pnr;l rnnc^nnir fln hiri^rrn l^r :Tnt^rr^ clr 1;1 l^^i^1;TtPnf^n :If^(1111rir^nC (^rrr'r'Tl(1rC ('^n(• Cn fnnrlah;in en 1:T^ lr^vea antr,ri^rr'a nl nnr^rn ci^trm:T rrnr ^r^ irnnlant^ba, c^n4i7n^ en dnr ftáap^qiri^nPr trnnrit+^>ri^a l^ n;>rantfa nlle concerT^ h ln^ rine tPnnan fi a^l fav^r pa r^nctitnidn nn derPChr• rP^l, cin ^h^id:Tr^n ni nrnnin tirmn^^ rl,^ riri^r t c^lvn 1a íntenrirTafl r1e 1aa ftnr^e, nn Tlermitirnrin c•Qtr;i^r ri^ 1:1^ rr^'r.• ma^t aqnelTaa enqaa nlle fr• rman n^rtP intPnrantr zr rrrnri^l rlr• ellaa, p rrilP tenif^nrlr> en ^f ‚^ ;iiql^cl^inc•nt^ Tm ^^:llnr rc^lativ^^P.^tP ('1()n nrimnrrii:TT ln rynr ^^irrpTTtr^ ('rin 1()^ (lilr' - 279 -mente pequeño, ao pueden segregarse de su lado sin hacer perder ;r a^ruélla.^ tutalmente su valor, Los derecLn^ miamos ciel Fisco son subordinados á esta gra^ necesidad social y política, y se resucita asf la sabia doctrina que respecto ^r este particular contienen nuestras antll;uas le,yes de Tndiac. ^ Otro prol^ lerna no mencis interesante se presenta en las islas de Cuba y Puerto Ttico, en cuanto á la más fficil adquisicibn de la costoga maquinaria que exigen los adelantos de l^t industria moderna para la elaboracibn del azúcar, y que ho^ se dificulta extraordinariamente por los preceptos consigna.dos en la le.v FIipotecaria vigente, que conceden al acreed .r hin^tecario de una finca. el derecho de hacer extensiva su hipoteca á^ las máquinas de todas claseq, desde el momento ^lue se instalan en los predios qne leq est^n afectos, siendo asf quF antes de que rigiera esta legislacibn, v aun después de ella, por necesidad. nacida de la falta del espfritn de asoeiacibn en aqua_ llas provincias, ae venfan adquiriend^ nor c^ntratoq en que se P^tinnla el pago b plazos, quedandn hnrl<zd^s los vendedu- . res siempre que en un juicic^ entraba.n b diacutir con el acrc^edor hinotecario. De estos he^hoa ha nacido la natural desconflanza de los tabricantPS, v la exigencia por parte de elloa dPl pago al contado de sus manufacturas, que les es imposible realizar á l:t ma^nr4a de loa ha.cendadns; v para obviar eate gran inconveniente nue, hov nr.is clue nunca, se opone al t^rogreaivo adelanto de aquellas induqtrias, se conqigna en esta lev nue si ^:^^ probare que les fabricantes ó vendedoree de las mbquinas ner•eaari.^^ en l:rs industriaa ^i clue se dedican loq nreclirra rfisti• ces no hnbiesen sido satisfechos pnr virtud de las obligaciones contrtlídas en eI contrato de compra-venta, tendran mej^. ^r derecho que los ac^reedores pnr dPrc^cho real sobre lsr propiedad de la 8nca, en la partP dPl precio que no les hubieae sici^ a.bonado. Con loa lrrec°eptoa clnP se expresan á, continuacibn,'ae dt^c^i un paso decicivn en prn de los interesea econbmicos de anur^]las Antillaq, v se fornentar^t el espfritn de asociacibn, que, r,omo se consi^n:i m^rs arriba, hop eq caal cle^scnnocido en las Antillaq espRñolae. Fttndado, pnn^, Pn la.ti considerac,iones expueptaa, el Diputado qne sns^•rihe tiene la honra de gnmeter ^i la deliberación v aprobacifin clel (''on^reso la aigitiPnte PROPl1CIC',IíSN DF LP7Y Articulo t.° L^s renao^ de todas clasPS v cape11an5as ^ue graven a la ^nblicacifin tle eqta le^, las^^fincas rrísticas de l:^.s - 280 -islas de Cuba y Yuerto Rico y las hipotecas que sobrc las rnismas se constituyan después de su prom2tlgación, no afectar,í n los frutos naturales ó in^c ustriales que en ellas se produzcan, cualquiera que sea su estada. Art. 2.° Los objetos xnuebles colocados permanentemente en los edi$cios de los mencionados predios rústicos para su adorno ó comodidad y para los flnes de la produccibn á qiic se encuentran destinados, se^uir^n á la hipoteca, excepción hecha de la maquinaria de todas clases íi objetos muebles colocados permanentemente para servir a al^una industria, los cuales se entender{^n hipotecados juntamente con la finc:i, mientras se nruebe que su importe ha sido satisfecho {^ Kus vendedores. En el caso de que asf no suceda, la hipotec^a, sólo Ke extenderá ^h la pa.rt^e cuyo importe hubiera sido pa^;•ado ul vendedor. Art. 3° I.os frutos {^ quc se refiere el art. 1.° serún ausceptibles de cualquier clase de contratos que el deree] ^ o recon^^^ce, con absoluta independencia de los derechos realea de cn:^ 1quier nénero que graven las fincas que los prodtxzcan, su,jetóndose en cuanto {x la validez de los contratos y ú la prioriclad en los derechos que de ellos nazcan, ^ la^ disposiciones contenidas en esta le,y. Art. 4.° T.os contratos que sP realicen sobre 1 ^^ s frutoq cle las fincas riísticas sPr{in precisamente autorizados por r ^ n no• tario ó corredor de nfimero, debiendn contener loq títulos en que se ha^an conatar las condiciones esenciales que el derech^x exi^e para su validez {^ cada contrato, ce„ íin su naturaleza. Art. 5.° T.os titnlos en que se ha^a c•^onstar l;t e^istencia ^ie los contratos sobre frutos, se inscribir{^ n en nn re^istrr^ especial que en libro aparte ]levarún al efecto loq re^i,^tradoreq de la Propied.ad actuales, rigiéndose éatos por las dispor^iciones que ]a ]ey Airntecaria. vigente v sil re^;lainento rnntienen respecto á Ios dem^s títulos sujetos {c ínhcrípción, w^lt^tis las nxodiflcaciones esneciales que esta lc>v introduce. Art. R^ 7^os tftnlos insertns en el registro serán tranrmisible.s por endoso, lc^^alizando la firma del <^ndnvantP ^m notario ó corredor de nfimero. Art. 7.° Los particulares podrón emitir cédulas con ^arantfa dc^ los frutos nue el;lboren con intervención de corredor ó dc notario, ,y ser{in inqcribibles i^;n.llmente en los antedichos rr^nistroa para pn validez contra terrcro y endnsablPS. Art, ^° Ca^^:x uno de los endosos que se h^^an de ]os tftulos y cé^lulas {^ nnc ^ réfieren 1os artícnlos ; ^ ntc^riores deberí inscribirse en los mc^ncionados re^istros p,u•s^ sn validez emitra tercer^. Arf ^° La nrel^^ción Pntre los dereel ^ os nac^ido^, xle la cla.se de contratos {t que esta ley se refiere, se determinarh por -- 2$1 -- ' los mismos nrincipion establecidos en la legislación hípoteca• ria vi^•ente respecto tí los de los demhs actos y contratos que ^un n^ ateria de sus disposiciones. Art. 10. Para rettlizar la primera inscripcibn de los titulus y^le las cé^dulas será necesario acompaí^ar la ^certiflcación c1e l ^ ullarse inscrito el donlinio de la^flnca de donde procedan los frntos objeto del c^>ntrat^: ^ ^t nombre de la p^era^>na que los quiera ^rw;^r en cualquíer forma ó enajenarlos, ,y ^t falta dé -eatP documentu, sólo podr,i liacerae la inscripción acrec^itand^ el dominio por la certificación del jefe de los alm^acenes ó los que Layan sido ]levador G, depósito lc ^s fruto^s del año anterior, en la cual se haréc c^onstar con claridad el nombre de la finca, el punto donde radique ,y los nombrns del remitente ,y del con^;^natario. Juntamente con esta certificacibn del ^erá a•oni,^^.^ñarse una del Re^istradnr de la Propiedad ciel térntino ext quc se encuentre la finc.a, por la que se acreditP qne el dominio de lst misma no se halla inscripto r't nombrc^ de persona al^unc. ^ . Ta.nto en uno coxxto en otro_ ca^, contendrán lar certiflca, ciouefi de los re^istrxcdores de la Pr^^ piedad la relación de ^;rav^nLeneS qne afc^c•ten .5 la finc^a, ó la eiftnsula de no tQner nin^uno. Art. 11. Los ref:^ccinnista5 qua hnbiesen hecho adelantns con g^arantfa de frutc^ s f^n l^a. forrxta establecida por esta^ le,y, tendrón dereci^ o á censtituir c^n lrt c^poca de la co^echa ó zafr.i en las fincas qu^e prrtduzcan lc^ s frutc^s afectos ^ an contrat^ ^ , nna persona enc^^irg^^da de ^ reco^er v expedir los frutos elabo^^• rados en la cantidad que ^e irr^e^•e.c en lor^ contratos, siend+^ ^^ bli^ación del dueiln de la finra el yztxninistrarle los medins ^^ suales de tran:a^orte del frntc ^ y l^t ali^uentación destinad.t c^ rdinariamente ^i su^s ^^ dn^ inistx•ad ^^ reg, a^;í c^mn sera. ol ^lil;nción del refaccioniKt.i ttl pagn de los sneldos ó dietay qne devc^u^ne la persona que lo repretic^nta. Art. 12. La aut^ ^ x•idad uinnicipo-^ 1 clel pnut,^ donde radiqar, la 8nca prestaró el u^axilio c^P la fnerzcz pfiblica al represe^^tante de los refaccionistar,, tan prento c ^^n ^ o sea requerid.l pat•a ello 1 ^or escrito ,y con 1 ^ re^ntación del c•nntrHto dc^ ^refacción, del cual s.tc°ar^^ el ^e^ •retax•ic^ del A,ytintaxn^iento 1 ^ nf^. copia qtle conqervar<^ en sn laoder >>ara, qu re5^uardo. Art. 13. I,os emb.lr^oa dc^crPtadoa pc^ r ]a autoridad jud'+c•ial y cualq ^xiera de lac administrntivas por créditos valistAp, escriturarios, sixnples, hipotecarioy, contribuciones ó proc•e• dentes de ^all;una obli^acifin nacida de ^^ualquier acto ó c ^^t^ ^ trato que no ^a dc lquellus; ^€x cíice exclusivaxnente se re.fierc^^ r^sta ley, no pn^lr,i traharse jam^^ snln•^N lir.c frutos natux•alcs é industriRles de lnq finc^ta rfisticaq de la propiedad del dencior. bajo la mGrc P.atrecl^a rPenonsabilidad de la autorid.cd jndicial G adrninistrativa que los hubiera dec°retado, y se levat2- - 2tt2 t^rán inmP^iat^am^nt^ ant ^ ^^11^^^ nn^ e^ict^n t;in nr^^ntn ^ ^^m^^ lo w^licitt^ ^l dendnr ^^ ^^1 ^ ^ ^^ ^ e le^-ítitn; ^^ n ^^ ^it^^ tF> ^^ ^;t ^^n ^tt 1^ud^^t. cnal^niera r3e loa ^ncnmPnt^^ h^tte e^ta le^ hac^e referencia. Art. ].4. ?Je ^odr, ^ieeretarre rmhar^e ;tl,^;nn^ r, ^l ^ ^rldameZte anhrP loa inatrnmPntoa p anPr^^ de lahranza, ni ^ebre el ^anado que se deatine r, la arrienlfinra b^i la indn^tria, ni anbre lo^ ohTetns mueblP^ nne qirvan .rt ^qtn^, cnmo locnmot^ras, v^nnneq, earrna, cArreta^ v carretnnPa, ,rea cnRlqniera la natural97a de la nbli^*RCil^n ^lle ten^a contraSrla an ^1nPñ^, ^nr.lnq^^ _ lfl de 1a^ contrihnci^nea v arhitrin^ rie tncln ^r^nPro, bajo Ia mfi^ e^trPCha rQCnenqabili^a ^1 fiP la anteri^la^l jn^lieial, mnnieiPal, prnvineial fi del F.qtafin. Art. y.ri. T"r. ln^ ea^nq en nne PT c^mharnn ce trah^ a^hre ia tntaNcla^l de 17 fineR v Pn ^1 rP in^lnnan lo^ gemovienteq ^ »l11e111PC ^ nnp haee referenc^^a el artSenln anterinr, nn nn^lr^i ^t tamnnen cer eQtraf^^^ ^1P l;t finna, ni pri^^;tcl^ el fien^l^r ^el ne^^ ^le 1^^ miamna. ,Art 1fi. (^nPrlan m^^ifieafiRS lac 1PVe^ v dispnaici^ne^ le ^^nlea nne ^e nnnn^nn ^i l^c prP^eptna contenidea en e^ta le^, nr^r^n^rrm^*r;^ Tr..^^TcTTOrzr.ac 1.` Laa hinnten^c e^nctitnticl,ic ;tnte^ ^le l,t rnthlieari(in 1^^ eqta lev a^f e^mn 1^^ ^mh^r^n^ nrhetie^^l^^ ^ehrr' 1 ^ia frntnc er^n :tnteri^ri^ln^ ;í l;i miamn, c(^ln nn^ir^4n hn^erce efertir^4 Pn ln trrrera Perte ^le 1„^ ^ne prn^nze;t l;t finen cnj^ta ^i Pmhar^^. 2.' Loc Prore^iimi^*^ t^s ^is^ anr^mi^^ ,r^nnir;ín ^n ^nr^^ 1^nal Pn en;tnt^ al ^lnmini^ ^le 1: ^ G fin^:^ a rfictieac. t- en l^t^ qnh^^ fac n^^lr^i a^m^+^r^e cnalnn9er nr^nnaieifin ^lr^ ^^^mnra nnP aT^ ^nnee .ri enhrrr 1 ^^^ ^l ^ ^^ tereina rli^ in taaaeifin. z^ en la ^ftte «^ n;^^^in 1a ^l^^irn^ P^trte d^ F^nta^ln v el r^ct^ ^ nl; ^ z^a pnr t^l tirmnn m^^im^ ^le rlie^ at^na. ct^mnr^ ryne ^nhre F^tnc ce ^h^ ^ ^ ne nn interFc ^7^ ttn R n^r lf1(1. Pa1a^i^ ^iei fnnnr^an `^^ ^^ N^^riemhr^^ ^l ^^ 1RQ^.-T''^^.^ni.,t;a ("nlh^t^in^. Pro^rosic^ón de LeM del Sr. Co^+de Sah ^ernardo; creando una Colonia agr(coia para ioa vobre^ útileR para el trabajo. .1T, r,nN^ltr^^ Fntre (n^ prehlemac ^n^r ^ eetn^ii^ ^ rF,rnl ^teit^n ge im^om ho,y ^ loq lP^i^la^lnrec fie ter^a^ lac naei ^^n^*c, nin^ttnn alean7^5 tantn imPnrtancia Par,t el Pre^ente, ^ c^hre t^^n Para el P^^^•- - 283 cPnir, comn afi^ielln^ ^^te <if^^.^t:^n^ má^ h menns directamen4^+^ ^ lo rlne ha rla^lo en ll,im^r^e ci^ati^^nes^ ^ocíalPq, de enva s^, lnción satisfact^^ria depender^, mañana la paz rocia^i cluc^ empiezan á amenazar en teda^ partea las escnelag m^t^ rad.icaleq, nacidas acaaa por P,l dPi^CllldO con ryue hasta ahora :^e han miradn ror tn^loe a^iielloa ^^ ^nienes cn p^^ícihn obli^ah•t en primer tkrmino : ^tender eon ^olfeitn ciiictacle. v_ remediar esas necesidade^ finP por ^ira parte no nedr^tn encontrar completa geT^icián ^i nn van atacfindnae parcialmente dnnd•^ nniera nne ae encnentren qi1R manifPatacinnea nara rPdncirl.^^ ó evitarla^. ^^f empi^e^a ^ hacerse va en nacionea máq af^nrtunadas en nue el }e^iaTader va cnmprendienda ^n verdade^°rl misifin, •y abancinna intereaeR má^ aecnndarin^ para dPdicartie por enmT^ Tetn ^i la^ ^r;^nr^e^ c^ieetinne^ cinP preec^lpan con mr^tivn á lea pnehle^ me^lerno:^, Ne eqcaPa ^ la T>enntracihn ^lc l^,r hnmhrea nenrad^rP^ nnr Pl anmPnte ca^la dfa crecient^ dP la mPn^liric],^d rn l:^c ^ran+TP^ nnhTacinnPe Pa nna manifeataci(^n v una arivertenci^^^ i^nP n^ ^iPhP ^1P^anrevPCharcP rnr 1^a encar^adns cle velar pnr^ la paz p^ST^lic;t, n^rnne qi^nific.^ qiPmprP irn afntema al^trmantP nara nna naci^in ^l nne mnchea f^P allq hahitantPa nerPaitPn para alimentar^P impTnrar la cari^Ta^l nfihlica, c^hr^ t^^ln en nacinnPC c^m^ ia nnP^tra Pn qnP ne ^P de^earr^lla Pn mitrhaa cemarc:^^ cl trnhain nnr falta ^le hra^na. ^+^r,i^-^da ^^ir^ nnPC t^dnr le^ nnr aT^^Sn ticmnn ^e ^1e^lí^an ;í e^tP medie nar^^ vivir c nn fner^;^^ irrPmirihlcmentc r,Prfii^l;^e nar:^ la nrednc^ihn, ^^iPmnre prnPenq:te :s la vanancin v cli^iz^ia al crimeri. £^r ntra narte. ln^ ^enPr^n^n^ ecfnerzn^ he^he^ n^r la ^snciPdad. nnr ce^tnrnq ^rne aP:^n. ancnae }1P^*an ^, rer nnrn^iaT^le^ norn;^^^ :S c:^d:^ m^rv^ aci}n nnP ce rr^a nara ^l;cminnir 1P mPnd^r;dad r^n l:t^ nran^lec pnl^laci^nPC. v canecialmPnte en ^lTadrid. ^P anmPnta ^1 nt,m^re ^ie annelle^ nn^ ri^nen ^i reemnlazarlna ^n la Pcneran^^ d^ ,-;^•^r Pn la hnlryanza ^i ^1Q aPr ^i a „ <<^^ r^^nn;^le,r en l+^c rcta}^lccin^ient^c ^hiPrt^^ nnr la carida^3 nfihlies^ dnn^le Tn.r alimPnten v ^^ictan ^S car^e ^iP Ta ^ncie^iad, dP T^t nnt^ ' ann miPmhrnc cemnlPtamentP infttiTPa. T1^h^^r cc ^lc la ceeicda^l, fi inícin ^1c1 llirnit,^^i^ nnP anacrihr. rccnnr^r v alimcntnr <^ tnci^c ler imnnaihilita^lna; nere Pn cn:^rtn .ri 1+^^ v^l;fj^a. 1 ln^ f tílc^ n;^r.^ cT trahn9n. fi leu nnc^ rnr^l^*n nr•^uln^^ir mha heneficie^e eq Par:t. la ar^riPd^ ^ d v nar^ ^>>t„^. mi^:n^^^^ ^larlea nn trahaln nnc^ enn^hlprn v le^ P1PV€^, mie d^^ iarln^ envilecPrae ^^n 1^ 1^^„^,^n,^ r^nr hnmilla ; ^ ai ;í eetn ac anrcna Fl nne nnecvt^n^l^ Pl T+.^tatla tci^i.»•í;t terrenea in^iilt^^ nnc ^^iln nPrea9tan nnre nre^incir nne cP 1P^ dedin»^ el in^1;C^^n^;th1P tr,^hain n^drfan ('nT1RPn111rCP f^CnC t3nPC eminentcrnrnfe ^ncialP,r rnnien^ln Pn nrn,^ncci(^n rlcmert^c rynP hnv n;^^l•^ valPn, r PTPVande pnr cl trtih:tl^ P1 nivel mnraT ^iP afinelTes qne --^. 284 -loa enltiven, ^anandn honradamente ^u suat.ento v siendo íitiles í^ la sociedad que los ampara. Por escasa que sea Ia producción del suelo siempre basta :1 cubrir los gastos de alilnentación del que le cultiva, y apro• vechando útiles ,y material qne también ^el Estado tiene, podrfa con un gasto infinitamente menor que la utilidad que reporta.ra crearse una coloni^i agrícola donde faeran reco^idos los pobres válidos que en gran níimero recorren las calles en la capital, á quienes se rehabilitarh por el trabajo, al propio tiempo que se I^ acfa contríbuír ^ Ia alimentacián huin.ina terrE^noa ho,y perdidos para este fln. Fundado en estas consideraciones, eI Diputaclo que suscrib^^ tiene la honra de proponer al Congreso la siguiente ^^uoro^ICr6N n^ LFY Artfcul^ 1_.° Se crea una eolonia a^rícola de beneflcenci^^ para recoger .í los pc^ bres que sean fitilek para el traLajo. Art. 2.° El h^qtado ced^er^ en la prov^incia de ^Tadrid (^ en las limítrc^ fe^ ]os terrenos neceaarios para los cultivos de Ia colonia. Art. 3.° T,ora ^;astos^ rlue ocasionen la instalacicín ,y snsteni^niento de la. c^^lonia ser^{m sufragndas por medio de suscripción pí^blica y por los fondos del F.sta^o, ^e ]a prc^vincia de M:^drid 5 del A,quntarniento cle esta corte, por partea i^nales. Art, 4.° La celonia estar;í exce^^tuad.^ de tod;i contribitcifin, ;irhitri^ ^ ó^rati-^a^nc^n cn f.^vor del I+:atad^ ^ ci del ^1liinicipi^ ^. Art. 5.° Í+71 11Tini^stro de Fomento dictar,^, los re^lnment ^^ s ^ inst,ruccioney que ^ pre^^isen para el cui^nplin ^ ient^ ^ de esta le^-. P:^I€tci ^^ del Con^reso 9 de ^Ttmio ^ie iR93.-.1^'l Gc^ ^r^^^c ^^e .^n ^ r, RFrn.a^r^lo. ' - Propoeición de ley ' del'fr. Oamaso (D. Trlñno), rsgulando el rrddito agrlcola sabrs la pequsña y msdiana propiedad y establecisndo asoclacio. nes agrtoolas. AL (;ONG^R^P:^CI T.os Diputadoq qa^e si2scril^en tienen el hc^uor ^le s^^nieter al conocitnientn ti^ deliberación del Con^reso la siguiente FItnP08ICI^^:V DE LI7Y Artfculo 1.° El C^ ^ I^ ierno de S. NI. procederzí c^ ^n toda ur^encia al establecimientc ^ de institucioneq de Crédito ab ícola paxa asegurar ça^itales ba^atos ^ los çosecheros, préstamos f^a, - 285 ciles á lu5 ugricultures con ;;^ar<intía. de sus existencias en b^J^ lega 6 alnu ^ cén b c1e s. ^ ^ co^^chas en el campo, y anticipos dr^ :^e^uills^ y, al ^^^nu5 y máquinass é instrumentos perfeccionad^s } ^.u'a n ^ejura de lus cultivos, con sujeción á las siguientes EAf^I^iB L." I.a ereación cle instituciunes ile Urédito agi•icola se realizará asubre la base de reurganizar lus Yósitos existentes y 1: ^ creación de otros, debiendo estar cunstituido el capital de cad. ^ Pósito en la siguiente forma : dus terceras partes cunsistirán en semillas, abonos y móquinas ó instrumentos de cuitivo, .^• gún lo exigiesen las necesidades de la localidad, y la tercera parte restante en nietólico. Para la constitución de este capita,l los Ayuntamientos podran acordar repartos vecinales en lo: períodos de cosecLa, tanto en grano como en dinero; incluir una partida anual en los presupuestos con destino á subvencionar al Yósito iuuuicipal, ó enajenar previo expediente en forma, el todo ó parte clel 80 pur iU0 de los bienes de propi.^ ^. desamortizadus; y l:^s Diputaciones provinciales y el Esta:lu podran asimismo cc^n^eder subvenciunes con prupio objeto. Lua Fósitos existentes quedan facultados para auxiliar la creacióu de otros con prestaciones sin creces pupilares pero garantizac,das en forma. 2." La administración del c:+uclal ile lus Ybsitos ae enco_ mendará á una Cumisión cun^ puesta por el Ayuntamiento y ua uúmero igual de vecinos no c^ncejales, que tengan residencia fija y paguen las inayures cuutas por contribución territorial en la lc^^calidad, debiendo reemplazarse éstos cuando no hubiese el número preciso, pur lus vecii^ios residentes necesarios sacados de lus primeru, contri k^uyc^ntes por industrial. Estos cargos sun gratuitos, honorificos y obligatorios, siend^^ subsidiariainente responsables tod^ ^ s los vocales de estas Juutas de las operaciones que reali.cen las mismas con el caudal de los Pósitos. Las presid^irí^, el vocal de m^^^ s edad c,on voto dacisivo en caso de empate; ,y sc^r.^ u consiliarios de esas Comísi^^nes, el parroco, el mc^dicu y el maestro, cuando los hubiese en la localidad. 3." Para inspecc^i^nar las Coruisiones a que la base anterior^ se reí'iere, se or^;anizar.in otras Comisiones en cada una de las capitales cabeza de partido judicial, compuestaa por el regir^trador de la Fropiedad del par^tido, por el pó.rroco de mayor edad de los dP la publación, por un ingeniero agrónomo, ^rn licenciado en ad.ministración rural y un perito agrfcola, ai existiesen en la capitalidad ó en el partido, ,p ai hubiese dos ú más, serán vocales el más antiguo de cada una de las clases iu- - 286 clicadus; pur el visitadur en el pal•tidu de la Asuciación general de gana,derus, y por los cinco pririterus contribuyentes pc^r territorial residentes en la lucalidad, por el orden cun que ^us nuxYtt^res figuren en las listas cobratorirts de la xnisxna. I'resídirá estas Coxnisiones el vocal de má.s edad, con votú decisiv^^ eu caso de e^upate, y será secretariu cou voz y voto el ayundante de Muntes ó de Ubras públicas iriás moderno currespondieute al distrito. 2'odos estos cargos son obligatorios, honurífictis y gratuito5. Estas ( Jomisiones estarán también encax•gadas de reunir lus dsxtos que la^t locales les remitan trixnestralmente, respecto ii lu contabilidad - adxninistraciGn de lus Yúyitos, y tendráú i;tcul_ tades disciplinarias sobre aquéllas y sus vucales limitadas á los ca^os de nxorosidad. 4.^ Lxts Comisiones pernianentes de Y^ósitus que creb la let^ de 26 de •Tuuio de 1877, se denoxninarítn en lo si^ceyivo Coniisiunes provittci,^tler^ de Yósitos, y sé eumpi ^ndrán: ^le luti c^ ^tnisarius regios d^ agricultura en la l^^rovincia; de los dos iu^lividu^,: del (^unseju pr^wixicial de Agricultura, Industria y C^»uerciu ^1±xnílH edad; de los dos prtrrocos de niás eclad. eu la ^upital; de los ocho prinieros contribuyentes p^^r territurial en la poblaciún, que pur otros con^^eptos no sean y,3 vucales, y ltor el ti^^•cretario del ('onsejo px'ovincial de Agricultttra, lndntitria y Lomerciu, ^luY lo será tainbií^n de esta Uontisión cun voz y voto. Estas Cumisiones tendrí.tr^ pur ob,jeto rectipitulat^ tud^^s loy datos estadfstico^s que ]:ts de l^,artido lus .^xivíen, ex<tinitiar ^^ ^zp^robar ú censurar lt^s cuentas axtu^ilc•ti tle los Pbsitos tle la provinci^ respectiva, elevar al Uub^iern^^ axnialiitente ltn:a 1^1^^: xuoria relativa al funcionamiento de lns P(xsitus, y ít las rc^ forxnas de su legislación y ít los premios y honi^res ^^^ue estimen deben otornarse, y cumplir las dexnás ublig^c^i^^ites que ^Lu,y les estan ixtipuestas. Tendrán también f^tcultades disciplinarias en lus tF^rmin^» iijados en la base anterior. ^ Fresidirá ^estas Coxrtisiunes el vocal de m:is etl:^tl, sien^l^^ todos lus cargos gratuit;os, honoríficos y obligat«riu^. . Las cuentas de los Pbsitos deber^^xi ser ahroliad^a ó desaprt^badas por estas Coxnisiones antes del dío, 1.° de Julio del afii:^ siguiente al que la contal^»lid2d se refiere. ^i tin ^e ,throb:^r•:^tt 6 se desaprobaran en el plazo indic:tdo, se cunsiderar^^n ^1^- dt^recbo aprobadas, recayendo tudas las responsabilidades ajen^^ `t las cuentas en los vocales d^e la ^unta qlie tlt^bíau al^robarlG^^. 5.` El Negoriado de Agricultura del Dliiiisberio de Ibmento y la 8ección de Pósitos del de la (^obern^ción, se reflrndirán en un solo Negoci:tdo ;t las inrnedintas órdene^, de la Direceibn general de Agrictxltut•a, Iuduratri^t ^• C:ou^er^^^iu, ^^^c^^^nu^^eríi de cuantob asuntos huy conocen .la ^ecciGn y el Negociado qué - 2g7 -en él se refunden, y ademas de la urganización y publicación ^le la estadística agrícula. ti." Una vez cun5tituídas las Uuxnisiunes de Yósitos provin, ciales y de partido, tenclráu para cuantus efectos legales pruce^lau, la cunsiderac:iúu que el 1{sal decretu de 14 de Nuviem^re de 159i) concede ^^ las Uámaras agrículas pur él crea,das, sin que á ello se oponga el que ya exísta en la demarcacibn utra Cámara agrícola, la cual podríx refundirse en la que ahorxt se crea, ó continuar independiente, según lo acuerden los soeios pur xuayorfa absoluta de votus, pero en ningún casu servirún para la creación de colegius electurales de ninguna clase. ^n su consecuencia, y de cunformidad con lo que el indicad^, heal-decreto deterulllla, dichas Cumisiones podrán organizar• cun e1 car•ácter de establecixnientos de utilidad pública, loa •^iguientes servicios: 1.° Dlateriales : d. Coxupra en comú^^ y distribución de abunos, semillas, maquinas ag^rícolas, pruductus^ necesarios á la viticulturxx y viniculturu y á la alimentaciGn d^^l ;;anucl+, l^ur prucediiuiexxtus fijados de autexnanu. 1^. ^^rrenda,xniento de lus instru^uentus agrículas y de lo^s diverbos utensilios emUle<^dos pax•a aseg•ursxr ú, los agricultores ^ el disfrute de los mejores aperus. ^'. Auxilios para la reconstituci6u de los viñedus pur mediu de semillerus que al efe^^to establecer^^n aquellas Comisiones, y de cuxnpras culectivas de vides que la cieucia y la experieucia 1 ^ aya deuiostr.ido ser m:ís conveuiente ú cada regi^ón. U. Cunscrvación de las cosechas por me^3io de la vigilanci^t culectiva y á gastos cumunes entre los asociados, y en especial por la destrucción de insectns, la defeusa de la viña contra la^^ heladas de la prixuavera, la protección de los cultivos contra el merodeo y los daños de la caza, con las dexriá,s facultades quH la ley de S de Juliu de 1898 concede a los Sindica,tos de poiicS:i rural. L'. llejuramiento de las razas de g^tnado en la introducción de los buenos repx•oductores, creacibn de paradas, de libru^ genealógicus, y con los estíxniilos que impulsen más directa' xnente la cría y fomento de aqué^llas. 1{'. Venta en común de lus productos agrfcolas ó de los dc sus industrias derivadas, como vínos, sidras, aguardientes manzanas de sidra, uvas, frutos y legumbres, aceites de oliva, sexuillawti granos, f^ ^rra,je, remolachas, patatas, quesos, xnante_ cas, animales de }^ura raza ,y gusanos de seda, estimulando ^ tal fin la creación de Sociedades cooperativas para cada claa^^ de productos. G. Cooperativas para modiflear los produetos que los asu-„ ciados abtengan. - 288 2.° Ser^'icius ecunGinicos y sociales: :1 Lnsei'i:uira ^agrícola y de econoinía duinéstica. Il. Uuul^eraciún de producciún y collsUlllu, ya eutre lu^ a^uci^taos, ya entre dus cí 1u^ís a^uciaciun^es. U. Uréditu a^rículx, Lieu utilizaudo l^is reservas, bieu tu^nando dineru á pré5taiuu ^le los liancos ó ysociedades existentes, ó que en lu sucesivu se funílen cou tal objetu, para facilitarlus en easos ^uy exceh^cional^:x ít 5u5 sucios ^, pl^^zos largos 3^ rela,ti^^alllellte á lllúdicu illteréb, aullque ^ieiupl•e superiur eu algo al que la asociacíún deba pt^gar, para que lus preytait:arius puedan satisfauer los precius de los ^abonos y de utras com. l»•as que las mejuras de los cultivos exijan ú ya tairibién realiz^indu anticipos á los asociados con garantía de las coseclias dc^positadas en atmacenes generales, púl^licus 6 privadus, y^^lun en puder del cultivador prestatariu, sobre lo que al desenvulverse esta ley se ^dictarí^u las di^l^usicione5 ^^^portun.^s, Y hua7endo de igual iiiodo gestíoiaar para sus asociados It^i cuuver•^ 5ión en deuda anxortizable pur anualidades de l^^s deudas liipo• tecarias rurales ^lue iio tengau aquel carácter, utilizan^ln al efecto para todu ello ^su garantía ^, la as^^ciaciún cerca, dc lor^ establecimieiitos de crédito prestarn.ista. D. Seguros del ganado, de lus prudu^tus, de los muel^les y' aun de los imiiuebles pertenecientes á lob ^i^ociados, por medio de la cuns^titucíúu ^le tioc.ieda^ies de ^e^;urob mutau^ ^,ntre lus mismos asuciadov ,y ^le Cajas de Ahurrus. E. Previsión, procurando con tal oujetu la creaciún de las Cajas de retiro y otras análogas, ,y aun sub^'encionandul;is, ^i eI estado de la, asociacióu lo perinitiere. F. Asistencia mutua, y en especial á los asociados viejos. 6 huérfanus de aquéllub, ú víctinias de siniestros exce} ^ciunales, prucixr^^ndules zné^líco, iiiedicinas, conlestibles, rupas y pe^ ^ siones diarias ó bien ejecutttndu los asociados las lauores dcl cumpo que el suc'^ u eufermo no pndiese hacer, y aun creand^,, bi fuese posible, Sanatorius y Dis}^ensarius para lus a5ucíadu^. C. Colocación de ubreros sin tr^^ba,jo, gestionaado la crea ción de agreniiacioriek profesi^^nales, í^ fin de aistribnir el personal, de forxna que no seu posible la comlretencia eutre aquéllos. f^. Conc:iliacióu ,y ^n•I^itr^i.jn dQ las c»estiones qúe sur,jo^u entre los asociados, por medio de la deaignacibn de una Comiyión permanente que facilite a los miembros asociados los avísos ,y consultas due con los intereses áe los mismos se r^^laciunen, ^lefendi^éndolPS contr.^ las pretengione5 abuqiv. ^ s del I^'isco, de las Diputacionea, de 1^,^^ llunicipios;, de ]as Coxupaiiías cle transportes ,y demíiq ur^;anismus de l^i Adin iuistraci^`^n. I. Cfrct^loR y` r^^iiuiunes ilunde lus .^su^^i.^dn5 encnentr^^>>i oca^iGn para establecer 3' cunservar lu aiiii5t^^d entre sf, - 289 J^. hela•e^E^,.^ taciún de lus intereses agrícolas. [i. I{ecolección y divulgación de la estadística agrícola. L. tinibn entre dos 6 más Juntas provinciales ó de partidu, ^- aun la creaciún de un:x uniún central de toclas las asociaciones provinciales para gestionar las reformas legislativas y fiscales, é ixnpedir los abusos de la Administración contra cualquiera de los asociados, y creación de uniones regionales. Las Comisiones locales de Pósitos, á. medida que empiecen á funcionar con sujeción a. esta ley, adquirirbn ademas el co ,cepto y las facultades que el Real decreto de 14 de No^^iembre antes citado señala á las Secciones de las Cámaras agri^•ola^ :i que se refiere. En ningún caso y por ningún concepto podrán confundira:; los caudales del ^ósito con los fondos de las asociaciones agrí^ colas y con los de las secciones que por esta base se crean, du• biendo, por el contrario, ser conservados con absoluta separación y llevarse la contabilidad independientemente de cada una. Esto mismo se observarh respecto de los fondos que constitu,yan ^el capital de las Sociedades de Seguros mutuos, las cuales habr^ín de tener una persona.lidad propia é independiente, y una administración y iu:xa Ca,ja. particulares. Las sociedades de retiro para la vejez pueden, no obstante, refundirse en las d^ socorros mutuos, haciendo caja cnmxín con ellas, pero su patrimonio no podra confundirse nunca con el de las asociacios nes agricolas. Art. 2.° (^uedan derogadas todas las leyes, Reglamentos, Reales decretos, Reales órdenes y circulares que se opongan en todo ó en parte a las disp^siciones que anteceden y á las que siguen : 1.° ^3er^,n preferidos en los anticipos 6 préstamos que los Pbaitos y las asociaciones agric^las deban hacer, l^s de menor cantidad :x los de ma,yor, v los que pretendan unos ,y otros para, sembrar fi recolect:^r .í lo^ qne los snliciten para otros usos. 2,° No se concederfxn prbstamos de ningíxn género con los caudales de los Pósitos b de las asociac°i^nes agricolas al deudor á sus fondos, ya por deuda vencida, ya pendiente de vencimiento, salvo en este filtimo caso que el deudor afiance b garantice de una manera especial la devolucibn del segundo anticipo. 3.° ^olamente constitnirfLn el capital inmueble de los Pfisitos y de las asociaciones agricolas, las paneras, trojes, grxi neros 6 almaeenes que fuesen necesarios para la conservación de las semillas, frutos, abons y máquinas que constituyen eI capital en especies de unos y otras. Las asociaciones podr.ín poseer los inmuebles rfisticos que para viveros y carnpos d^r experimentación y demás fines de su instituto precisaren. 19 - 290 4.° Cualesquiera otros bienes inmuebles que los t'císitos y asociaciones posean en la actualidad ó poseyesen en lo sucesivo que no sean los expresados en el número anterior, seráu t^najenados á la posible brevedad en pGblica y extrajudici^_il subasta y ei producto ingresará en las arcas del establecimiento á que aquél perteneciese, para darle la inversíón qne corresnonda. La finca b fincas de cuya enajenación se tratasen serán tasadas por el ingeniero agrónomo ó por el arquitect^ de la nrovincia, según que fuesen rústicas 6 urbanas, y se subastarán de la misma manera que la ley de Enjuiciamient,^ civil tiene establecido. En todo caso, y mientras la subasta ae celebra, deberán estar arrendadas las fincas, siendo posible. 5." Eñ lo sucesivo no se concederán condonaciones c`i perdones a ninn.ín deudor a Pósitos; y las esperas G moratorias qne la legislación vigente autoriza, no podr^^n concederse en ning'iín caso sin que el solicítante haya satisfe^cho totalmente las creces pupil^res ó los intereses que adeudase, ,y la mitad, por lo menos, del principal recibido. L+'n estas condiciones podrán concederlas por medio aiio las Comisiones locales; por nueve meses las Comisiones de partido, ,y por un aí^e las Comision ;a provinciales. E^stos términos aon improrrogables é incompati^les entre sf, por lo cual el deudor que obteng^t t^n<i espera ó moratoria de una de las Comisiones, no puede gozar de las que las otras tienen facultades para otor^;<^r, v se tendrítu por caducadas tod,as las qne rec,tig^^n tiubre una n^i^nia cleuda. 6." 1^'o se acordax°^a en .^dc^l^lnte la declar^lcióxx ^le deud^, fallida sino despu^ss de cninl^lirlos los si^ ^ienGeq tr^txnítes: i^Yientras no se acredite la in^nlvencia del deudor principal, no se procederfti contra. el fintl.or, Pero sí se le notificar^in cuantas pmvidencí.ls se dictasen eii el e^jiediente de al^^i•eniio contra su fiado, y se le admitir.án por ^^omhare^rencia ]as manifestaciones que hiciera acerca de los bienes del deudor, dere• choc v ac.ciones eon los ^ue pueda ha^^er efectiva la de»da r.eclamáda. Acreditada la insolvencia. del deudor principal, se proeed+^^ rá, contra el fiador y sns bienes, liaciendo saber este apremin á todos ,y cada uno de los vocales de la Junta Iocal que :^cordaron el préstamo 6 repartimiento origen de la deuda, á fin de que puedan á su vez designar bienes del dendor principal y su fiador en que ha^cer aquélla efectiva. 5i tampoco el fiador resultara solvente, se procederá. inmediata^nente contra tudos ^ cada uno de los vocal^ autorea del acuerdo, para que en la parte proporciunal qne les corresponda paguen el principa] v creces adettdadas, debiendo ser solventado á prorrata por los demás de aquellos vocales la parte alícuota. que por insolvencia de algunu de ellos no pudiera hacerse efectiva. ^olamente cuando todos los anteriormente indicados com^^ - 291 i•esponsables resultasen insolventes, se hará la declaracióu de deuda fallida, pero siempre con la cláusula de "por ahora", y" sin perjuicio de la mejor fortuna de los deudores f. sus herederos", si con arreglo á la ley fuesé egigible en ésto^ aquella obligación. Esta declaración incumbe á la Comisióa provincial, a quien remitirá el expediente la local respectiva, tan luego como tenga estado. Para el fiador y los vocales res• ponsables del acuerdo, queda suprimida toda espera ó moratoria. 7.° El plazo para los reintegros naturales que la legisl:.? ción actual establece, expirará : en las provincias del Mediodf a, el 1b de Agosto ; en las del Centro, el 31 del mismo mes, y el 15 de Septiembre en las del Norte; y el Iteglamento dcterminará nominalmente qué provincias corresponden ó, cad.a zona de las seíTaladas. Deqde el momento eu que cualquiera deudor del Pósito 0 de las asociaciones agrfcolas deje pasar el dfa señalado com^^ plazo maximo para verifica.r el r+eintegro del préstamo en especie 6 dinero que hubiera recibido, se procederá con toda díligencia a la formación del oportuno espediente de ejecución, que no podrá suspenderse en ningún caso, ai no se cot^^signa r^reviamente la cantidad adeudada. Se formará un expediente para cada deuda, aunque el dcudor tuvie^se dcis ó má,5 y todas vencidas; y en ningtín caso se admitirhn solicitudes de mor^ttoria ó espera que comprenda dos b mfts deudas, í dos ó más deudores, sicndo requisito esencial para poder acordar la ealiera ó inoratoria, el que la solicitud que la pretenda se refiera á una, sola deuda p á un sc^1o deudnr. 8." I.a sexta parte del interés ,y de las creces que produ^ca el caudal d^e los Yósitc^s v se cobren, se abe^nara h la Comi.sión local como gastos de administración. Iata sexta parte. s^e destin:^rfi preferenteYn^ente ft gratificftr al depositario del }'ósito y 6L gastos de viajc^s harti adquisición de semillas ír máquinas, ^r á los demfts g;lstos de oiicina p persónal. 9.° 1^.1 mPt.5lico que congtitit,ya parte del caudal de Ios Pósitos se cnstodiara en un arca de tres ]laves, y los granc^ca en panera. dc itna, snla puerta, con trc^s llnves. Una de cad:.t una de ellas la conservar^ ^el presidente de la Comisión; laK c ^tras el depnsitario y laa dos testantes el ^^c ^cal mfis j oven dé los qne constitii^^an la Comisifin en concej. ^tr^ de mayor con^ tribuyente, el cual tend.ríc el caráctPr de interventor. 10. T,a cnntahilidad dc^ ]os Pfisitos y de las asnciaciones ^^e.llevar^i por partida doble v pi^r a.ñoa naturaler. 11. Tod^ts las actuacionc^g, así judiciales como administr.ctivas encaminadas á exigir responsabilidades ^i deudores de los Pbsitos, cuttlciuirra quP se^ el origen de la deuda, serhn grntuitas v de oficio. - 292 Palacio del Congreso 1.° de Julío de 1^99.-Trit'ino Gani^cxo.-Abilio G"alderón.-Isidoro Recio.-^.ntonio ^Ylaríre de la Bárcena.--,T, Sánchez Guerra.--Javier Ugar•te.-Justo ^'arce.bia y Pardo, ^ll arqués de 11 aza.^ Proyecto de ley jpresentado por el Sr. Ministro da Agricultura^ Industria^ Comsrcio y Obras^;públicas^ eslsbleclsndo ei Crádito agrlcola. A LAS CORTES El magistral infortne sobre el crédito agrícola redactado por el Consejo Superior de Agricultura, Industria y Comercio, constituye la base cardinal del pre^ente proyecto de ley que el Gobierno cle S. Nl. soxnete a la aprubacibn de las Cortey. I^a exposición fundamental de auctrinas y consideraciones de egperiencia producidas en dicho dictamen del Consejo Superior de Agricultura, sobre cuestieín de tan vital interés par:x la Agricultura nacional, hace ocioso justificar cou extensos razonam^entos Ios motivos del pre5ente proyecto de ley. Consi^te la finalidad primordial de este I ^ruyectu en procurar á nuestra gran dexnocracia agraria organisnxos adecuados para vivificar nuestra economía nacional por meúio da ios manantiales de crédito aerícola que atesora el fecundo principío de la solidaridad de labradores asociados, su institucibn de crédito mutuo, estableciendu las Cajas ruralex; ó Bancos populares que en otras naciones están realizando el prodigio de ^^xe por el esfuerzu de lus xnás modestos terratanientes se pradur.ca abundante c:ipit.Ll pt,ra los cultivos, alcanzando en ello la doble condicií,n ae que el riesgo del prestamista halle la indispensable gar;,ntf^,, y que la carga n^i resulte demasiado pesada para el dei,dur. Por lo misxno que el crédito agricola tiene en nuestra economfa agraria peculiares elexuent^,as v diversidad de cundiciones que en otras naciones, el rél;inien de nuestra legislacibn sobre este punto requiere también responder :^ esta diferencia de factores sociales y económicos. I^:n ^e5t^^ estrib<^ la e5pecial diferencia entre las disposiciones del adjunto proyecto y los aistemas de las Cajas rurales tipos Raiffeissen las Asociaci^^nes Bchulze Delitr.ch F los Bancos agrícolas escoceses y los de Luzati. .. Por epto se hau íntroducido las providencias qne parecen más adecuadas a evitar que el régimen de la sociedad por acefonea pueda como el sistema Delitzsch enfeudar l^^s Bancos populares ^. capitalistas avnsalladores, como ha aconteci"í s - 293 -con las cajas Raiffeissen, se pongan en manos de poderoeos seúoríos locales medios de dominacibn incontrastable sobro los pequeffos agricultores. Pero nor la prevencibn contra este género de influencia$ maléficas que pudiera desarrollar el capitalista codicioso 6 eI caciquismo, no debe estorbarse en esta obra la valiosfeima cooperaciGn de las verdaderas autoridades sociales^, A los, propietarios rurales más ilnstrados y pudientes, incumbe p^^r el contrario contribuir con los paderosos recursos de su influencia y ejemplo personal á due dominen ias resistencias que suscite la tradicional desconfianza de nuestros labrieg^^s y su falta de espfritu de asoeiación. En el alto cometido itc estas autoridades snciales, dentro de la. vida local, ninguna función iguala en importancia á la de que se constituyan e^bre obras de Crédito agrfcola como naturales educadores de cada aryrupación rural, para inculcar hasta en las más humildes clases agrícolas las pr^`tcticas de la garantfa solidaria ,y servirles de vínculo de relación por el que obtengan mfit^ fficihnente los beneficios del créditn junto ^ los m^s poderosos organismos bancarios de crédito comercial. Yara que las instituciones locales de Crédito agricola lleguen á plenitud de su vitalidad ec,onómica, necesitan, en efe^• to, tener h su vez por cima de ellas otros elementos m^ís potentes qiie las enlacen con los establecimientr,s ma,yores de crédito v descuenten su papel ^ bajo precio, lo que no es^posF. ble alcanzar sino coloc,indose dentro de aquellas garantfas sin las cuales ningfin r.entro bancario puede desenvolver las fNcundidades de la vida fiduciaria. ^ El l3anco de Espa^a como pieza fundamental de nuestra construccihn fiduciaria, tiene ,ya mu,p previsoramente en tr€tmite reformas de sus estatutos ,y reglamentos que, entre otras nrovidencias, tienden ^ facilitar la más estrecha relación ^le su gran institución bancaria con las operaciones del Crédif^ ^ agrfcola. Disposicibn que, con la feliz coincidencia de la baj:a en el tipo de los descuentcs mercantiles, puede producir mara.villosos resultados para toda nuestra economfa nacional. T,c^s organismos legales que habilita el presente proyect^^ de ]e,y para facilitar recursns ^, nuestras más modestas claqes agrfcolas, v defenderlas de la usura agraria proporcion^nd+^les dinPrn ' inter^s mfidic^, responden á dos clases de crédito : el uno personal ti prendar.io, que es el comprendido bajo el epfgrafe de Cr^^htn nr^r^cola cultural,, ,y el otro, con garantfa de inmueble, domínado por e] presente proyecto de le,y, Crc;^?z^fo a!^ricoln terrá^i.or4^r1. A1 efecto de q^1e c^] préstamo agrícola pueda tener lugar., conforme ^ los beneficios de esta ley, sobre los ol^jet^s muebl;1s ó Removientes que el agricultor conserve en los eclificios quP - 294 usufructúa ó tierras que cultive, se establece el Registro del Crédito agricola cultural. Y para el crédito territorial agrícola, ó sea para que el inmueble dé mayores facilidades á toda operación de préstam^ ^ ó anticigo de fondos que redunde en mejora permanente del propio inmueble afecto a dicba operaci.ón, se moviliza la titulacibn de la propiedad mediante cédulas b certificados, garantizados por iuscripciones especiales del mismo Registro ^ie la Propiedad. Es, por último, de capital importancia en este proyect ^, la disposición en cuya virtud se transfiere al Ministerio de Agricultura el conocimiento de todo lo relati^•o <i los Pósitos. Las cuentas de liquidación de los atrasos de estos estable^ciiuientos y su administracibn llevada por los ^Tunicipios, representa, salvo contadísimas y muy honrosas excepciones, un^i de las rnas trt:mendns gangrenas de nuestra administración local. Urg•e ultimar tales liqnidaciones y resguardar esos caudales, que van desaparecicndo r;zpidamente en medio del des• enfreno de pasiunes y rapacidad de cod^icias de los bandos ^lue en los lugares se disputan la dominación. ^ La intervención directa de los Muuicipios en el m^^nejo d^l capital de dichos estableciinientos y el abuso c7^ae el caciquismo ha hecho en ello, es la causa mí^s principal de la tremenda corrnpción que s^ ba prodncido eu la venerauda é incomparable institución de nuestros Pósitos. A pesar del enorme malbaratamiento, sin embargo, á la fecha actual, los caudales de éstos, segtín estadísticas oficiales, no bajrtrán de 6^^ millones de pesetas, ,y adema.s en torno de e11os se mantiene toda.vía otra riclueza de n^ncba niayor valía, en forma, de tradiciones vivas y h^bitos sociales creados en nnestras clases agrícnlas. Recogiendo y reorganizando todos estos elementos, nuestro Pf^sito puede resurgir colno factor principalfsimo de nuestra constitu •ión rural, dando base inal^reciable para el Crtdito agríc^la en su aspecto de cooperativa para semillas, abnnos 3^ m^^i^uinas, y en c^l de anticipos de met^tlico íi los lahradores. b'undado en estas c^^nsideraciones, el Ministro que snscribe tiene la honra de someter á la deliberación de las Cortes el viguiente proyecto de ley. ?^Iadrid 2 r de Noviembre de 1900. Proyecto de ley DF.L CRFDITO ACxRICOL4 CiTLTURAI. Articulo L° Para los efectos de la presente ley, se entiende por Sociedad de Crédito agrícola la constitufda por indi^ viduos de una misma Comunidad de labradores 6 Sindicat^^ -295 agrícola b de asociaciones análogas con objeto de adelanto ;Ie fondos y de procurar la garantía y facilidad de las operaciones relativas ó las industrias agrícolas, bien sea asegurandu capitales bar^^tos h los terratenientes ó propietarioe, préstamos f^lciles á los agricultores con la garantía de sus egistencias en bodega ó almacén ó de sus coseehas en el campo y antícipo de semillas, abonos y marluinas é instrumentos perfeccionados para mejor.x de los cultivos. A esos fines, p(^(lr^in recibír (lep()91tOS y abrir cuentas corrieutes, con ó sin iuter(^s, encar^.irse de los pagos ;^^ cobros de sus asoci^^dos v suscriptores, contraer préstamos para const:tuir ó aumentar su capital activo circulante, y emitir resguardo^., bc^nos ó billetes agrarios que sirvan de base para operaciones de descuento y de cu^a.lqnier otra forma de cr ^dito ^ concerniente í^, ln industria agrícola. Art. 2.° Fl capital social de estas asociaciones de Crédit^^ agrícola se formarri por suscripciones de sus adherentes 6 asociados, ó por (lon<^tives especiales, tanto de los particulares como del l^atado, (le la Provineia. ó del Munieipio. Las suscripciones podr^tn ser desi^uales, ser^n noiriinativas y sblo transferibles ^^ miexnbroti dc la l^iisma asociacibn y con aprobación d^e la tnisma; liero ^eii ^^il^^;^ín ^^as^ csida sf^cio l^^odr^^ tener participación de míis de 5.000 pesetas. La formación del capital social por ernisión ó suscripci^Srt de acciones que(la eypecialmente prol •ibida. La Socied^ld Podró empezar ^x funcionar tan pronto comu haya hecho efectiva la cn^zrta parte del capítal socíal. Art, 3.° Los estatirtos de eatas ^ociedades determinará^^ sll re4ldf'xlcla y i11f)flo (j(' af11Ti1ni^traTSP., la m.^nera de modi$car sus estatutos y de disolver la Sociedad, l^i formacifin ,q composición de su capital ,y la forma con que (^ada uno de sue asociados crn^tribuir^i ,^ sn form;^cifin. Fijarán el másim^am df^ dep+5aitos que puede^ recibir en cueuta corriente. I^ualmente determinarfzn las reqponsabilidadev que correspondan ó cada t^no de los aaoc.iados en los negocioa de la ^ociedad. Pero en ningíin ca.so quedar^Ln libres los asociados de lc •s compromisos contraídos por ellrtis dentro de la ^ociP,dad, hasta que havan sido Iiquicladas Tas operaciones contraíf^aa por la misma ^f^ciedad durante el perfode en que .x ella ha.,yan pertenecido. Art. 4,° Lr,s estatntoq determinarán también, especiaimen• te, las sumas que correaPonder<^n d la ^tociedad en los beneficios realizados. Estos beneflcio^r, deqpués del pago de los ^astos generaleq y de lop intere9es de las cantidades tomadas ó préstamo, se des• -296tinarán : el 80 por 100 de su importe, á la constitución de uu fondo de reserva equivalente, por lo menos, a la mitad del capital social, q el 20 por 100 restante á un reparto anual entre los asociados á prorrata de las aportaciones que hayan hecho. Ln ningún caso se repartirá, á los asociados cantidad algunti en forma de dividendo. ^ólo en caso de disolución de la Sociedad, el fondo de reserva v el resto que quede del capital activo se dividirán eutre los socios proporcionalmente a la cantidad que cada nnu haya suscrito, ^a menos que los estatutos dispongan otra cosf^. :^rt. 5.° Las Sociedades de Crédito a^rícola ser^an mercantiles ,y llevar^^n sus libros con arre^;lo á, las prescripciones ;ial : Código de comercio, Ln cuanto :^ ]a publicidad, sólo estarán obligados: ^^. A del^^ositar por duplicado en la oficina del re^istro d^. la I'ropied:id correspondiente al domicilio social, y antes de emper,ar sus operaciones, los e5t^itutos, lu lista co^^nl^^leta de los administradores ^ de los socios, indicando sus noiiibres, profesibn, doinic^lio ,y el importc de la snscripciún de cada uno. Iino de estos ejemplares sc devolverá ^ la Sociedad, quedando el otro archivado. b. A la publicación anual de nn b^l^nce firruado por un admiuistrador autorizado al efect,o, ac^imi^^»iado de la list^^, de ]os miembros que en a^n^ella fecha pertenezcsrn ^t la Sociedad, v de un resnmen de las operuciones efectuadas en el ejercicio anterior. I^ stos documentos serán piíblicos ,y se coa^uuicaríin a quien los pida. :^rt. 6.° T,os administradores de la Sociedad ser.an responsa.hles, en cas^ de violación de los estatutus, por cualquier perjtticio ciue esa violacibn ha,ya c^^usado, Los socios sólo serán respena^ibleR de las cantidades p^^r ellos suscritas ^- en ln f^^rma en ^iue huhi^eren contraído comprnmiso. Cuando h^lliiese hahi^lo violaci(in de los e^t:^tntns b de lay disposiciones le^^lcs, el Gobierno podr^^ pedir de ofi^^io la disolución de la Sociedad. Fsta disolución será decretada por, el juez de primern inat^ancia, fi peticit^n ficc^l. ^La inscripción ^ c^ivicelaciGn ^^u ^•1 rc^;i^;tru :^nrír•:;la ;^^ expedición de testirn^^nios l^^a^ar^in por cada un^^ ^i^^ lu^; ;t^^ti^s ;:t que den 1n^ar, ,í tii^^i^ln de ^lereches ^iei registrador, una T^eseta. Art. 7.° Rajo la snperior dirección j^ peraonal re^} •onsabiliciad del juez dP primera in^tancia• se or^anirar;í pnr Jnz^ ^ados municipalee el re,^istro ^iel (''rédtio a^rScola cultural. Art. S.° Para que el l^rhst^^mo agrícola pueda teuer lu^ai^ - 297 cunforn^e a los beneficios de la presente ley sobre los objetos iuueblev ó semovieutes que el agricultor conserve en los edificios ó tierras que cultive, será requisito preciso que estén inscritos en el registro del Crédito agrícola y que por esta inscripción se opere el préstamo sobre una lista valarado de 13s objetos que ofrece como garantía. El certificado de esta lista dado por el registrador servir^, de garantfa al prestamista, quedando responsable el prestatario de los objetos que conserve en su poder, Este cértificado es endosable sin más requisito que hacer constar la transmisión en el registro referido. En la lista original deber^, hacerse constar si las prendas consignadaq coino garautía esthn ó no aseguradas, y caso afirmati^^o, la cantidad p^^r que lo hayan sido ,y la Compañfa as^^• guradora. Ai°t. 9." Si el prc^stamo se aplica ó pagar alguna deuda auterior, el prestamista adquirira los mismos derechos que ^l acreedor cuyo crédito se satisface, incluso el derecho hipot2cario si lo ]uibiera. Lo^ prestamista5 poseedores de estas lista.s prendarias tie^ nen derecho íc las indemnizaciones que paguen las Compaiffas de seguros, ^en ^el caso de ocurrir el siniestro. Art. 10. E^ste registr^ ser^ público, debiendo dar los registradores cuantos certificados les sean pedidos de las inscripciones que en éi se hagan. Art. 11. E1 pago ,y cancelación del préstamo se haráti constar en el It^egistro, de la miqma manera que se hizo conbtar su constitucibn. Art. 12. Todo prestatario podrfl pagar Su deuda antes del vencimiento, ,y si el prestamista ce negaqe ó recibir las suma.s que le ofre^ca, p^^dr,'t depc^sitarlaa en el Juzgado de primer.a instancia, obú^niendo del juez un ^nandamiex^to para. que ses^ cancelada la inscripcifin. En los casc^s de pago anticipaclo se :iíladirhn á la licluidación los intsreses d^e diez días signic^ntes h la feeha clPl pago á favor del prestvnista.. Art. 13. Las Sc^ciedades ^9e Cr(:dito agrfcola podrán recibir estoa certificados prendarios conso efectos de comercio, bak^ tandn al efrrt^ rne 11evPn clos firma5. Pa^acln, ^^^^•J^u clias <lc^^i vc•ncimiento rin haber realizado el pago, podrá el poseedor del certific'ado Prendario X^edir al Juz^ gado de primera instancia ser p^ieuto en posesibn de la prend•.c, ó que ésta sea vendida en piíblica snbasta, sin otra tramitación que la necesaria para. justificar haberse d:^do conocimient^^ .^l prestatario de su resoli^ción de ejecutarl^. El procedimiento de ejecución qer^ aiu^^iaríqim^^, ,y contr,i e^l no se daró, apelación de ningún género. - 298 Art. 14. Todo prestatario qlle bubiese de alguna manera deteriorado, vendido íi ocultado la prenda en perjuicio de su acreedor, se^•ú perse^uido criminalmente con arreglo ^I los artículos correspondientes del Código. Art. 15. Todas las operaciones a que den origen los certificados de prendas a^rícolas seran dispensadas de los derecho^ que exige la ley del Timbre. Las inscripciones en el registro, la cancelaciones b modificaciones de inscripción, v los certificados que se expidan, io mismo que los certificados ne^ativos, pagarán íinicamente un:l pesetas cunlo derechos de registro, y se expedirhn en papel sellado del último sello. DEC. CRI^aITU AGRICOLA T1:RRITORIAI, Art. 16. Toda operación de préstamo b anticipo de fondos que tenb:: pox• objeto facilitar cal^it:.^l con garantía del inmueble para mejora p^^rnlaneni;e en el propio inmuebl^e afecto á la operacieín, l:odr^ acogerse ^I los beneficios de esta ley como G'rédito a^;rícola territorial. Se entenderíl para los efectos de esta ley por mejora l^ ^ern.1:Inente, aquella cuya resulta se extienda <1 m<is de cinco cosachas. . Art. 1 r. F.1 Ra ^nco Hipotecario, con arreglo ^^ lo dispuestu en el art. 8.° de sus estatutc:s, podr:i prestar ,^ las Sociedades de Crédito agricola s^^bre prc^nda b cualquier otra garantía de segura reali^ación. 8era considerado al efecto cnmo sufi^•iente todo efecto mercantil firmado por uno é m;ís a^ricultores, terratenientes 6 propietarios ^sociados para los efectos de esta le,y, y que esté endosado por un ;erent^^ de la referida asociacibn. La limitación de treti a:io5 lnencionada en el art. 8.° de los estatutos del I3anco, se entender;: e^tendida á. cinco añoa. Art. 18. I:as cédnlas ó v:llores q^ie ^l este efecto emite el 1;anco Hipotecario, ser^m descontables por el de España y podrán formar partr^ ^ie su c^iu•tet.:. Art. 19. Todo propietario de inmueble podrá, presentando su titulaciGn ,y depositfindola en el re^istro correspondiente, pedir al re^istrador un certificado de la miama. Este certificado se extender5 en un modelo ímpreso, ,y contendra las indicaciones esenciales para ]a determinacibn de la. finca y el estado de sus cargas. T.a erpedición de este certificado se anotar^, en el Itel;istro de la Propiedad. Art. 20. Este certificado, que se llamar{ln cédulas titul^c^•es de la propiedad inmueble, podr:í ser dado en prenda de todo préstamo agricola, qne^lando en poder del prestamista, :^9J siempre clue se ha.ga constar la cesión en el Registro de la, Fropiedad, Art. :?1. La cédula ó certificado titular dar^i derecho al poseedor clue no ftaere reembnleado del préstamo en la fecha y condiciones estipuladas siempre que la cesión se halle inscripta en el rE^;istro, a pedir ante el Juzgado de primera in^tancia la venta, de la finca en pública subasta. y por cuenta del propietario cesionario hasta cobrar su préstamo. F.1 exceso de venta, sí lo hubiere, cluedar^, a favor del r ^ropietari.u cesionario. Art. 22. A fin de f^icilitar la titulación de los imm^ebles y la emisiiin de las cédulas titulares, el Crobierno pediré, la autorización legi5lativa nec^esa.ria para reformar la ley Hipotecaria, con arre^lo a las siguientes bases: l.° La posesi(in inscripta en el Pe;istro de la Propieda^l podr<i convertirse en dominio a los diez años. 2.g I.os censos y dem.^s gravhmenes que consten en el ragistro anti^uo clueclar:tn cancelados si no se traaladan al rel;istro uiudernc ^ antes de 1.° de Eneru de 1902. 3.$ Se modificaríi el art. 1^3 cle l;z lep Hipotecaria, ó fin de sim}^lificar el procedimie^it<^ ejecntivo a}^licad^^ << 1oa préstamos hipotecarios. 4.° Par.l red:^c^tar el ^^orreyl^ondiente pro,yecto de ley se tendrá, en cuenta lo dispue5to en la ley de 14 de ^Tulio de 189.i y especialmente lo Pre^^eni<lo c^n los artículos 127 r siguienteq. Art. 23. 8e transfiere a.l ^1Tinisterio de A;ricultura, Induetria, t"oniercio v Obras pfihlicas el c^nocirniento d.e cuanto fi los Pósitos se refiere, quedando autorizado para proveer fi la liqttidación de los atrasos de dichos Pósitos, cel^^arandn su gestión de la^ corhoracione^ municipales y reorganiz^indolos en la forma. mtís adecuada para procurar el desarrollo ciel (`rédito agrícola con relacifin al mediano p el heclne^io cnltivo y dentro ^lel espfritu y tende^ncia de la presente 1ey. La reor^;anización prevenida por esta autorizacitin tendrf^ carácter de vc^lunt^^ria h.^r^, aquel1^s P(iqitos de fundación particular clrte justifiquen en término de tres me,res siguient^s á su publicación ilue se mantienen en ese car^cter de régimen particular. Art. 24. I.as Sociedades de Crédito agrfcola institnfdae ^, los efectos de Ia presnte ley, y loa Pósitos, reorganizados conforme á. la misma, tendrón para cuantnq efectos legales prc•cedan la consideración nue el Real decreto de 14 de Noviembre de 1890 concede á las Cámarac^ agrfcolas por él creadas, ain que á ello se opon}^a el que ya. exista en la demarcación otr.r Cámara agrfcola, la cua.l podrá refundiree con alguna de estas asociaciones, ó continuar independiente, según lo aCllP^:den los socios por ma;vorf a absol •ta de votos, pero en ningiíu - 300 caso ser^zran para la creación de colegios electorales de ninguna cl:^se. l^la^lrid :3 i de Noviembre dt 1900.-Joaquín Sánchez dc T oca. Proyecto de !ey presentado por el Sr. Ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras p ^ blicas sobre Crédito agrlcoia. A LAS COIIT^^ L1 proyecto de Créditu agr•icola tiene un objeto de gran trascendencia. Se trata, no sólu de elevar la situación de cuant^s ^^iven de la tierra y a labrarla se consagran, facilitandoles con el crédito el capital uecesariu para sus einpresas, sino de h^icer pu5ible la mejora de las condiciunes en que vive la clase ^iáríc^^l^i por medio de wxa transfurm:xción del cultivo que tras• cieuda ^, la propiedad territorial xnisiua; porque, en efecto, es sentir que puede decirse uníininie y que consta en recientt+ inforuiación abierta en la cuui. • rca de Jerez, el sistema actuxl de cultivo que exil;e tres unidades de tierra 1^•ara la labor .lue eu ella se hace, es causa de los duy gx•audes males de nuestru, pruduccibn a^^•rícula: primeru, la escasez de rendimiento dismi• nuído por la cazle^tía de ]as ]abures, y segundo, la gran cantida^l de tierr^• que re^luiere y^iue sólu por esta razón impide se acct•^luen á ella y va,yan participandu en su prupiedad los bra^ cerus y lus arreudatarios. 1'uner, pues, al labraxdor en condiciones de modificar sus culti^•us, de llevrxr á la labor intensiva lo que lioy se pierde en la e^tensiva es pre^ •ar;ir ]a ^;run evulución de la propiedad teri•it^^rial ^iuc mo^lifi^lue y canibie desl•ués la situación de las cla tie5 ubreras. 1•;^a evul^ • cióu La d^e ser obra principal, ya que no egcluaiv^t del créditu. 1^^5te, ^i^ • e es la gran palauca ^rue h,i remuvido hasta e• i ^u^ ci • nientus las ^ocied^ides mudernas, liuye todavía de nueHtra Yatria, y por d.esgracia, de las especulaciones agríc^ •lr^s. l^os actu: • les or^;anis^nus del créditu territurial no derrani<ni sus veueruh subre la ^ • r^ •ducción a;^raria; antcs bien absurben la sub^tanci^i d^^ la tierru y fertiliran con ella otros elen•eutos de ri^^uez^ • , ya i^ •• e ni • sirvan para alinientar e7 lujo y quirús ]os vicius de lus propietNrius territuriales. t^r^;e poner reiue^lio .^ tal estado de cosaq. 13ien se alcanza que á ello no ha de cuntribuir tau súlo la ubra de la ley: ésta se limita á prestar cundiciones ^lue luegu zí la iniciativa ind:• - 301 vidual cumple utilizar. No ha de ser esto labor de un día, que las grandes transformaciones sociales requieren tiempo y pe ^severancia. Lmpero el esfuerzo individual es por si solo ímpotente a gozar el prodigio; preciso es le preste su eficaz ayuda el espíritu de asociación. Arrastra éste existencia l^anguida entre nosotros; mas es fuerza darle alientos y confiarle la obra magna del foment.^ de nuestro Crédito agrícola. A ello tiende el proyecto de ley que encabeza estas consideraciones; y por esto busca en lar^ ^ociedades de labradores inteligentes iútermediarios que apr^^zimen a la tierra, bajo múltiples formas, el numerario que ha de fecundarla. Y esto es tanto mas indispensable, cuanto que de un lado el cultivo intensivo que ahora se persigue, si aumen_ ta, el producto, es a trueque de mayor capital invertido en la labor; y de otro, importa que una parte de la corrient2 que hoy iinpele al capital hacia el cornercio y las industrias urbanas tome por los cauces de tas grandes mejoras culturaleq, y eso únicarnente puedeu lograrlo aquellas 8ociedades aleccionadas por la experiencia y guiadas por su propio y peculiar interés. Tan sblo del feliz concurso de esas circunstancias surgir^, potente ,y vigur•osa la industria rural, en que hay que buscar los sólidos cimientos tlel pc,derío y riqueza de nuestra Patria. No basta lo dicho como r^,pida y sumaria exposicibn de motivos del presente pr^yecto de ley. Otro aspecto tiene, y principalfsimo : el jurfdico, Al tratar del Crédito agrfcola bajo el punto de vista jurfdico, importa establecer uua radical distinción por razón de la garantia que le sirva de base: puesto que ora estribe esa garantfa en la propiedad territorial, ora en la mobiliaria, aei pedirá la instítucibn á, la ley unos ú otros preceptos. En e^ta. idea esencial se ha inspirado el Ministro qne suscribe al formular el proyecto, y por ello ha subordinado ó, reglas diversat^ el Crédito agrícola cultura,l y el Crédito agrícola territorial. Y es que en el primero la garantía es inestable, movediza; é import^ que el legislador se preocnpe de comunicarla aquella eonsistencia sin la que carecerfa el crédito de base y el dererecho del acreedor corriera gratre peligro de verse biarlado. Eu el segundo, en cambio, gira el crédito sobre un eje firme é iuconmovible; mas eso mismo le imprime una rígidez que es fuerza mitigar, si la institución ha de plegarse á las exigenciaca de Ia vida moderna, todo movimiento y actividad incesante y vertiginosa. El medio arbitrado paxa lograr el primer fin ha sido crear un registro para el uso exclusivo del Crédito agrf ^ola, basad^^ en la prenda. El concepto de ésta ha tenido que cambiar ^i impulsos del -30`Lprogresu jurídicu de nuestros días, comu han caxnbiado utros n^ucl^os cunceptos jurídicos aun del orden civil, con ser unc^ de los más apegadus á la tradiciúu. Si el deudor que busca crédito en las cosas xnuebles que posee no halla otro camino que entregarlas xnaterialmente á su acreedor, credito y trabaj:^ resultan términos irreductiblemeute iucompatibles. Dfgase al agricultor que no obtendrá el capital que su ebplotación demanda sino a condicibn de privarse de la máquina que ha de abrir el surco en la tierra 6 del abono que ha de nutrirla, y se le condena á la inacción. Lo práctico es dejar en sus manos ;a máquina, que es una fuerza natural, y el dinero, que constituye ttna fuerza económica. ^ Cómo lograrlo'? Perxnitiendo el contrato de prenda sin que la cosa hignorada salga del pod^^^ del deudor. Lmpero eso 1 ^ a de lxacerse respetando el inter^s del c.^pitalista, no menus sagrado que del agricultor; y de ahí la institución de lxll registru eu que se describe minucios ^^ xnente la cosa prendada imprimiéndola una individualidacl de que por naturaleza carecía y la adupciúu de medidas encaminadas ^ evitar que el fraude oculte 6 deteriore la prenda, y la imposición de una pena al deudor que, sustrayendo ]a garantfa que le fué confiada, viola de cousunu la majestad de la ley y la santidad de un pacto. En lo concerniente al Créditu agrícola territorial utras son las exigencias á que ha,y que acudir : el capital an ^ a el movimiento; como que la paralizacióu le esteriliza. .^1 impetrar la tierra ^tx fecundo auYilio es fuerza responda de al;ún xnodo íx aquella necesidad. Si es i^xconmovible é inerte, hily que buscar la movilidad que el capital la pide, un signo que jurídicainentN la represente. De aquí la creación de la cédula titular qaP transforma a l:t tierra en uu efecto mercautil y la transporta b ese medio a^nbiente en que el crldit^ ^ realiza tndas sus maravillas. Estas son las líneas generales del proyecto en su aspecto jurid^co. La brevedad clue impone un preámbulu no eacusa, sin embar. go, al 11^Iinistro que suscribe de razonar el desarrullu que le han su^•^ri_do aquellas ideas capitales. Fara la creacifin del registro del Crédito agrícola cultural, un molde tenemos acreditadu pur larga y probada experiencia: el del Ilegistro de la Propiedad inxnueble. Los principios que rS éste sirven de base, dc^ben rnantenerse, ^x no dudar, al organizar el primero. La identiclad de la esencia p$nes de ambas instituciones autorizan para emplear idénticos medioc., Por eso mismo confiase ó, los registradores de la Propiedad la direcci6n ,y funcionamient^ del registro del Crédito agricola cultural. I+'uncionarios faniiliarizados con el mecanismo del registro, conocedures de suq dificultades y babi- - 303 tuados a orillarlas, ofrecen garantías de cierto en la, nuevu labor que ahora se instaura. I]mpero no basta con caminar por senderos trillados al emprenderlas. El Crédito agrícola cultural pide algo más y n^^ se ha desatendido la demanda. Urgfa en primer término modificar el principio de la accesión de la hipoteca tal como salib de las manos de los sabios legisladores de 1863. Respetuosos en demasfa para con la tradición romana, respeto que les irupidió advertir que la edad moderna que ha dignificado el trabajo rechaza por anacrbnicas ideas dorninantes en una socieda3 que los relegó a los siervos, escribieron el art. 111 de la ley Hipotecaria. De continuar éste en pie quedaría postergado y aun sacriflcado el crédito prendario del colono en aras del hipotecario del dueílo. Por esto se propone su abrogacibn y que la hipoteca no se extienda, salvo pacto en contrario, á, los muebles colocados en fondo para comodidad, ornato ó servicio ^la una industria rural, á ciertas mejoras culturales, á los frut.,s ó rentas y b. las indemnizacione^s por seguros de cualquiera de esas cosas. Importa, ade^n^is, d.ejar de$nid^^ el d^erechc^ de] acreed^^r prendario, easo de concur^°ir c^ ^ n él otr^^s acreedores; que al que presta con garantfa real no lc Ps indiferente, ni mucho menos, conocer de antemano cuá.lc^s sfm los der•echc ^^s qne en easu de colisión puedan anteponcrse al su,yo. De acluf ^m estudic^ mu,y detenido de lns diferent^^s créditos que pueden entrar en concursn c^uando se trata, ora de pruductos del suelo, ora del materia] de explotación del agricultor, est^rdio en clue ha sido preciso aquilatar la importancit^ económica de cada uno en la obra de 1a producción, para deducir, en conaecuencia, el lugar ^^ grado que en justicia lee corresponde al verificarse el rep:^rto de los beneflcins de la pro. dnccibn misma. Y como el crédit.o es impo5ible sin capital ,y t>^ate no se improvisa, el ^linistro que auscribe no ba vacilado en pedir pa*:t ^u propósito la cooperación del Ranco ftipotecario de F.spaña. Obra nacional la de la. restanración de nuestra decafda agricultura, no es mucho el procurarla el valimiento v esfuerz^i de un establecimiento de crédito cluP debP su actual prospPridad al privilegio que generosamente le ^torgó la nación. Finalmente, la obra quedarfa incompleta v aun amenazada de +eegura ruina, si no la coronaran ciert;as reformaa^ largn tiempo ha reclamadas por ^ilrl4tas de valfa v por hombres prácticos á. quien sublevan las d1fiM11tádeEi V PqC(1110C de nuegtras leyes proce^sales y nuestro torpe apego ^b rancios ritualismos. Inspirada esth en esos justos r.lamores la tradicibn sencilla que se propone para rl ejercicio de la acción hipotecaria ^para la conservación de la posesión en dominio, ;^ la anula.- - 304 ción en breve término ,y por ministerio de la ley de lae cargas y gravámenes antiguo^ Y no hay que hacerse ilusiones : mientras no se desbroce el camino de los escollos que la mala fe, amparada por la deidad, tramite ó pone de continuo al rápido y seguro cobro de la deuda; mientras se ciernan sobre el derecho del hipotecante anlenazas reivindicatorias más legales que posibles, y mientras esa legión de gravámenes que, refugiados en los empolvados archivos de nuestras antiguas Contadurít^s y sin más existencia real que la que les presta un pueril respeto mantenido durante cuarenta años, llenan de manchas las titulaciones y de temores ó. los adquirentes escrupulosos y prudentes, no hay que esperar que tengamos crédito agricola, ni que el capital, medroso de su,yo, deje de buscar mejor ac r modo que el que le brinda un derecho cimentado, al parecer, por la abominable codicia de la usura. En su consecuencia, el Ministro que suscribe de acuerdo con el Consejo de Miuistros ,y previamente autorizado por S, NL, tiene la honra de someter ó la deliberacibn de las Cortes el adjunto pro,yecto de ley. ^?uladrid 31 de Octubre d^e ]_902.-P+ éltcr ^^^cá^re.z I^^zclán. Proyecto de Ley. DF; LAS SOCIEDADP:S nL CRi+:DITO AGRSCOLA Artfculo 1.° Son Soc°ieclades de C'rédito agrícola, para los efectos de la presente ley, las const,ituídas por individuos ^le una comunidad de labradores. Sindicato agrícola íi otra asociación an^I]o^;d, con el nb,jeto de facilitar ^c las indcistrias agrarias, por vSa de préstaiuc) ó anticip^^, capitales, semillas, ab rnae, ganados, máquinas ó instivmento,^ de enltivo. Art. 2.° Estiman^e operaciones de C'rédito agrfcola eomprendidas eY^ les beneficios de la pre^ente ley : 1.^ Prest:cr ^°ox^ fine^ c^x^^luyivamente agrarios h]os terratenientes, c•ultivridores, ^;ansideres v e^plot^dores de industri;^ rurales, eon ^;;Irxr^ tía i^ersoual, pignor.ativa ó hipotecaria. 3.^ Vender ^^. plazo .í los mismos ó adquirir en común por cuenta de lor soi^^io^ v^para. elloa, semillas, abonos, ganadus, aperos, m.iquinas, ^- en general, citanto sirva a la industria agrf cola. 3." Abrir cuetas corrientes ó. las Propiac peraonas por el plazo de nn aiio v ít vuluntad de l^ti socied,Id. 4." Tavorecer las mejoras cultnrales. 5." IP acilitar ,t los cultiv,idores la .tdcluicición de fincas y,í los propietarioa la liberacibn de lag c^arras que a,fectan h la propiedad. 6` Dstahlecer almacenes de fruto^r ^ prodnctos de las ia- -- 306 dustrias agrícolas, para facilitar su venta, empeño ú negt^ciación. r„a Clxallluiera otra Operación que el Gobierno juzgue prudente incluir en los beneficios de esta ley y que tieuda a la mejora G perfeccionarnieuto de las industrias rurales. Art. 3." Yara que las Sociedades de Grédito a.grícola cumplan los fines de su instituto, podran : recibir depbsitos; abrir cuentas corriéutes con ó sin interés; encargarse de los pagos y cobros de sus socios y suscriptores; contraer préstamos para constituir ó auxuentar su capital circulante, y emitir resguardos, bc^nos ó billetes agrarios, que sirvan de base para opcraCiones de descuento, y de cualquier otra forma de crédito concer• niente á la industria agrfcola. Art. 4.° El capital social de estas asociaciones se constituirfi por suscripciones de los socio^s cí de terceros, ó por dons^ • tivos cle quienquiera secundar sus fines. Las suscripcionee `ri.• rán noxr^ inativas, podran ser desigvales, y tan sblo serán transferibles ix miembros de la misxna Sociedad y con la aprobación de ésta. En ningfin caso podrá exceder de ^.000 pesetas la participación de ca.da aocio. Queda especialmente I^^rol^ ibida la formación d^el capital por emisión ó suscripción de acciones• I.ii Sociedad podrá empezar á funcionar tan pronto conio l^aya becho efcactiva la cuarta parte del capital social. Art. 6.° Loy estatutos de estas ^;ncieclades deterxninaró,n sti residencia ,y lo conducente fi su :^dministracif^r^ , modiflcaeibn de aqnCllos, ^disolución de la Sociedad, for.mación de su capitxtl y la inanera de contrihuir á l^i misma, cada uno dP IOS AsoClados. I^uttlxnente fijari^n el xnfi^imu ^ n de depóHitos que la Sc^• iedad puede recíbir e.n ^'nenta corricante ,y marcarán las rosponsabil^idad^es de ]os socios c>n los negocios de la ^ociedad. ^^ En ningtín c.ayo On<^darón lil ^rep los asocix^dos dc^ lo:a con ^ promisos clue hubieren coxxtraído dentro de la 4oc•i^ed^ ^ d, hasta. que liayan sido lic^uidadas las rPSpousabilidades de. ésta en el perfodo en q ^^e ^^ ella havan pc^rtenecido. Art.^ 6." Los estatntos determinaran ta ^nbi(^n esl^c^cia.lmexete las sumaR (111P c.orresponderan €^, la i;tociedad en loq benefl• cios obtenidos. l^atos bc^neficios, despu^és del pago de los ^astos generales v de los interPSes de lac cantidades toxnr^das á l ^réstamo, se de^• tina.rfin : el $0 por ^.00 dal reman^ente ó 11 constituc'ilin dP un Cond^x de rc^serva, igual, l^^ or ln menoR, á la mitad de] capitr ^ 1 qocial, ,y c^l 20 por 100 clue re5tar•e. .í nn reparto anual. entr^^ los asoéiadoq ti prorrat.x, de aua respc^ctiva.q a^ortac^ionerNo se repnrtir.í <i los asocincios cantidad alg^xna en forn ^ a cie dividendo. 20 - 306 S61o en caso de disolución de la Sociedad, el fondo de reserca y el resto que quede del capital activo se dividirán entre los socios proporcionahnente á la cantid^d suscrita por cada unu, a menos que los estatutos dispongan otra cosa. Art. 7.° Las Sociedades de Crédito agricola serán mercantiles y llevarán sus libros con árreglo á las prescripciones del Cbdigo de comercia Ln cuanto ú. la publicidad sólo estarán obligadas : (^l) A depositar por duplicado en la oficina del Registro ^1^^ la Propiedad correspondiente al domicilio social, y antes de empezar sus operaciones, los estatutos, la lieta completa de los adminístradores y de los socios, indicando sus nombres, profe• aión y dolnicili0, y el importe de la suscripcibn de cáda un^ ^. Uno de estos ejemplares, firmado por el reg'tstrador y sellad^^ con el del Registro, seró devuelto ti la ^ioci<^lad, quedando el otro archivado. (B) A la publicacicín anual de un balance firmado por uu administrador, autorizado al efecto, acompaiiado de la lista de los miembros que en aquella fecha pertenezcan á la Socirdad, y de un reswnen de. las operaciones efectuadas en el ejercicio anterior. Estos documentos serán pfiblicos y se comuniearán á qui^^ii los pida. Art. 8:° Los administradores de la Sociedad serán r. esponsables, en caso de violación de los estatutos, por cualquier perjuicio que esa violáción haya causado. .. La responsabilidad de los socios quedar^a limitada ^a las cantidades que hubieren suscrito, y estará subordinada á la form^^, en que hubieren contrafdo el compromiso. Cuando ae violaran los estatutos ó las disposiciones legales, el Gobierno podrá pedir de oficio la disolución de la Sociedad Esta disolución será decretada por el juez de primera instancia á peticibn fls^cal. DTLL REGISTRO DBL CRr7DIT0 AGRf COLA CULTURAL Art 9.° Se crea un registro de Crédito agricola cultural, d^^ que se encargarán los registradores de la Propiedad. Cuandn la demarcación del registro sea muy extensa ó exista dentrn de ell^t una gran masa de población rural mu,y diseminada, ^^1 (^}obierno podrfí crear dentro del partido judicial otro íi otros registras de Crédito agrícola, encomendándolos á notarios que residan en las cabezas de las nuevas demarcaciones. Art:14. En este registro se inscrzbirán : 1.° Los contratos de Crédito agrícola, bien sean simples, bien gárantizados por fiadores, bíen asegurados con prenda. 2" Los contratos de arrendamiento de fincas rústieas, de r-- ao7 -aparcería agricola ó pecuaria ó cualquiera otro bilateral que tenga por objeto explotar tierras 6 utilizar ganados ajenos. 3." Todos los demás contratos que, según esta ley, carecen de eficacia contra tercero mientras no estén inscriptos. Art. 11. La inscripción es voluntaria, pero sblo el tftulu inscripto perjudica á tercero. Art. 1^. La fecha de la inscripción es la ^que marca la preferencia entre los títulos inscribibles. Art. 13. La inscripción ha de fundarse en escritura pí^blica, mandamiento judicial ó documento privado. Este no podrá inscribirse sin el consentimiento de aquel á quien perjudique, manifestado por su firma en el asiento del •RegiKtro; ó la de dr^s testigos, si no supiere b pudiere firmar. Deber.í quedar arcbivada una copia literal del documento privado, rubricada y sellada por el registrador. Art. 1.4. LZS inscripciones se cancelarfin: 1.° Por sentencia judicial firme. 2.° Por voluntad de las partes expresadas con las mismars solemnidades exigidas para la inscripcibn. Las obligaciones ^r tfrmino se reputar.an caducadas ó los efectos de su cancelación transcurridos dos meses el dfa de sa vencimiento sin mediar senovación ó prórroga. Art. 15. F:1 registro ser€r público. Esa publicidad será efectiva mediante manifestacíón del asiento ó certificación d.e vu contenido. Art. 16. La inscripcibn y cancelación en el registro agrfcola cultur:rl 3^ la manifestación y certiflcación de su asientos, davengar::in para. el registrador los derechos que se#lale el arancel. DE LAS GAItANT^AS, DEL PROCEDIMIENTO Y DEL CONCLTRSO - bE CREDITOS Art. 17. Los préstamos otorgadas por las Sociedades de Crédito agrfcola bajo la responsabilidad personal del deudoi•, una vez inscriptos en el registro, tendrán preferencia sobre lua no inscriptos tendrán preferencia sobre los no inscriptos para perseguir los bienes de toda especie que tengan el deudor, La prelación entre los inscriptos se determinar^ por el ordeu de fechas de las respectivas inscripciones. Art. 1^ La fianza personal inscripta en el registro del Crédito agrfcola, á no mediar pacto especial que lo prohiba, p.^drá exigirse desde que haya vencido la coligación principal sin haber sido satisfecha. ^blo podrá utilizar el fiador el beneficio de excusión, sefíalando bienes del deudor que por su cuantf a y libertad basten :"t cnbrir la deuda y los gastos necesarios para hacerla efectiva. Art. 19. El contrato de prenda agricola p•ede constituirse __,. 3pg ,^,. legaImeñté, ^in ñecesidad de que salga del poder del deudor la cosa pignorada; m^s en tal caso, para la eficacia del contraio con relación a terceros, será requisito indispensable su it^^;• cripciGn en el registro del Crédito agrícola cultural. Yueden enipebarse espécialmente de este modo : los frutos pendientes; lus cosechas en pie; las plantaciones, vii•edas, olivares, bosques maderables y cortas de leñas; los product••s agrfcolas recogidos; las máquinas, aperos y animales empleados en la egplotación agraria; ic^ ganados de cría y ceba y los rebaños en general y sus productos; los objetos muebles cola cadoe permanentemente en edificio rural para adorno, comodi• dad G servicios industriales, y en general, las cosas que las le.• yes consideran inmuebles por accesión ó por destino, siempre qne fuere poKible su reparaciGn, sin deterioro del predio. Art. 20. Yara constituir el contrato da prenda en el ar• tículo precedente, presentara el deudor una lista valorada de los objetos clue ofrece c^>n •o garantfa. A1 inscribirse ósta en el rer•istro se describiran los muebles 6 seinovientes pignorad ;s y se facilitar:í al prestamista por el registrador un certific^ado de la lista y del contrato. Ese certificado es endosable sin más requisito q,ue inscribir la transmisiGn en el registro referido. En la lista original deberá hacerse constar si los bienes prendados están G no asegurados, ,y caso afirmativo, la cantidad por que lo hayan sido jr la Compaí^ía asegnradora; circuntttancia^ de qne se hará u • érito en 1.^, inscripcicín. Art. 21. Si el préstarno se aplica ^í pagar alguna deuda anterior, el prestamiçta aclquirirá los mismos derechos que el acreedor cuyo cródito se satisface, incluso el de hipoteca, si lo hulriere. :1rt. 22. L+'1 prestamista poseedor del certificado a que se rehere el art. 20, tiene derecho ,L l.^s indemnizaciones que paguen las (^ompaiiías de seguro en Pl caso de ocurrir el siniestro. ^ Art. 23. Todo prestatario podr:^, pa^;^^r su deuda antes del vencimiento, ^^ depositar sn importe en el ^Tnzgado de primer •t ins'tancia si el presta^nista se neñase á recirbirl^^, obteniend^, mantlamiento judicial para qt^e sea cancelada la inscripción. En los casos de pago anticipado se afíadir^tn íi ]a liquidación, :í favor del prestarnista, lo^ intereses de los diez dias siguientes al en cli^e aqnél se rerifiqne. Art. 2^. La ^ocied.a^^les de Crédito agricola podrán recibir cotno efectns mercantiles los certificad^is hrendarios de que trata el art. 20, bastando al efe^•to que lleven ^los firn^as. Art. 25. Pacacles oche días dPl vPncimiPnto da la denda ein h;lliérae rcalizado el pa'go, podr^t el p^t‚^ewdor del certi$c^^^l^^ • prendario gedir al Juzgado de primera instancía ser pnesto -- 3®S , _._ en posesión de la prenda, ó que ésta sea vendida en pública aub•asta, sin otra tramitación que la necasaria para justificar }iaberse notificado al prestatario tana {z otra resolución. • El procedimiento de ejecución será sutnarísimo; é in^pela• ble la resolución judicial que en él recaiga. ^• ^^El juez no autori9arii la venta de cosec}ias pendientes mie^t-. tras no ]leguen al per.íodo ordinario de su madurez. ^ ^^ •A^rt. 2E~i. ha segtn-idad^y preferencia de las hipotecas sobre predios rtísticos ,y edificios aestinados a iudustrias rurales, ee regirá por las disposiciones de la ley Aipotecaria, pero eon esta modificación. • Salvo el caso de paeto expreso, la hipoteca no compre.n.. derá : 1.° I^os muebles qu^e se hayan colocado^^ permanentemente para adorno, cornodidad ó servicio d^e alguna industria agrfoola, siempre clue puedan separarse. sin deterioro del predió ó ^ t^di8eic. • ^." Las mejoras que conqistan en ntmvas plantaciones, obras de rie^o ó desa„ iie, de reparación, segnridad, transfor-^ maci(in, comodidad, adarno ó elevación de ediflcios y cualRSquiera o_tras semejantes. 3.° ],os frutos clue al tiempo de hecer^e efectiva la hipoteca estuvieran pendient^es, ó ya recogidos, aunclu^e no levantados _ 4.° Las rentas vencidas y no satisfechas. Y 5.° Las inde.mnizaciones debidas por el se^;uro de laa e^osas enuineradas en este artfculo, en casa de siniestro. DE I,OS FRIVILEGIOS SOBRE F.I. níOBIl.IARIO AC^R^COLA Y DEL .. 08DEN DE SU PRELACIÚN ^rt. 2r. Gozan d.e privilegia ^especial sobre los frutos. pen-^ dientes ,y cogidos, casecfias, plantfos, arbolados, y cortas de lefTa : 1:° El Estado, la Provincia ,y el Municipio, por el imnorte de la última anualidad de los impuestos que afecten ^ dichc^ bienes. ^° E1 ase^urador por la anualidad en que se hubiere producido la cosecha asegurada, si el seguro es ó prima flja; p^^r dl dividendo correspondiente siendo mntno, ,y por^ los dos filtimos dividendos ó primas si el se^nro versase sobre arbolad^a ó plantaciones de vida ma^or que la cc ^seeha ordinaria.. 3.° El almacón ^eneral ó cnopPrativo de Pósito sflbre low frutós en él depositados, por las gastos de traneporte$, almac®naje v conservación. 4.' El due4io directo, por las dos últimas rentas en descubierto y la corriente. --- 310 6.° El arrendador del predio que produjo los frutos: 1,°, pllr las dos últimas rentas y la corriente; 2.°, por la indemnizaLibn de daí^os que el colono hubiera causado en el fondo; y 3:, pc^r los reparos a que se hubiere comprometido el mismo coluno. 6° Los acreedores por semillas y gastos de cultivo y reco• leccfón sobre frutos de la cosecha ^á que unos y otros se refiere. Compréndense entre los gastos de cultivo : (cx) Los salarios de los operarios que hubieren trabajad^ para la cosecha de que se trate. (b) Los jornales de criados de labranza y guardas durante el perfodo de la misma cosecha. (c) El alquiler de maquinas y animales empleados en la. faeua agrfcola. (d) El canon de riego. (e) Los abonos naturales. ( f ) Los abonos químicos„ Caso de coucurso entre varios acreedores de este núxn. 6.°,. tendrán preferencia los que lo sean por gastos de recolección, y los restantes cobraran a prorrata. 7.° Los acreedores przndarios, según el orden cronológico en que aparezcan inscriptos en el Registro sus créditos respectivos. El orden en que se enumeran en este artfculo los créditos reseffados, es el de su prelación legal, caso de concurso. Art. 28. Gozan de privilegio ^special sobre los ganados, máquinas, aperos y dem{xs mlxebles legahnente reputados inmuebles por destíno, por el orden de su numeración : (a) E1 Estado, la Provincia y el Municipio, en los xnfsmc.^s términos del anterior artículo. (b) El asegurador por las primas de lost dos íxltimos aí^os en el seguro á prima fija, 6 por los dos últimos dividendos en ' el mutuo. (c) El dueffo del ganado dado en aparcerfa, por la parte de renta que le c^rresponda, (b) El vendedor de máquinas, aperos ó muebles, por el precio no ganado. (e) El arrendador pnr ]os mismos conceptos que expresa el núm. 5 del artfculo ariterior, si se tratare de un arrendamiento inscripto antes que la prenda. (f) Los acredores preñdarias por el orden que marque el regístro. (^r) El arrendador con derecho no inscripto ó inscripto después que el contrato de prenda. Art. 29. Los acreedores del artículo anterior, salvo el Estado, y el asegurador v los que lo sean por arrendamiento, s^lmillas y gastos de cultivo p recolección, excepción hecha de los ucreedores por trabajo personal, no disfrutar€xn preferencís^, - 311 con relacibn á los también privilegiados de categorfas sucesivas si no estuvieren inscriptos los contratos de que tales privilegios derivan. Ai°t. 30. El que estk al corriente en el pago de las obligaciones priyilegiadas puede acreditarlo por medio de los correspondientes recibos ó certificados é inscribirlos en el registro ^iN Urédito agrfcola. Art. 31. El acreedor prendario á que ee refiere el art^ 19 que tenga noticia de que la prenda se destruye ó deteriora, h:^ sido enajenada ó pignora^la á favor de tercero, 6 se emplean madios para su ocultación fraudulenta, podrá pedir qub se ponga inmediatamente bajo la custodia de un tercero b la rescisión del contrato y el inmediato cumplimiento de la obligación principal. Los extremos que debe probar el demandante son : su derecho á la prenda, según el contrato, y el hecho G peligro de la destrucción, deterioro, pérdida, oculta,ción, 6 enajenación de la cosa prendada. Art. 3^2. Las cosas muebles ó sexnovientes dadas en prenda que se enajenaren fraudulentamente ó fueren sustrafdas b r^1 ^adas, podran ser reclani^^das por el acrePdor prendario de los que los l.tayan adquirido con conocimiento del fraude. Se presumira tal conocimiento €^ los efectos civiles : 1.° Cuando existan rótulos, marcas ó contraseñas que demuestren ostensiblemente la propiedad ó la responsabilidad á. favor de persona distinta de la enajenante 2.° Cuando se tr^ite de ^anados adquiridos fuera del lugar de la explotación agrfcola ^ó p^ecuaria á que correspondan, y^1 que los conduce no justifique documentalmente que puede disponer de ellos. Cesa esta ^iltima presuncibn cuando se trate de adquisiciones hechas en ferias ó mercados. Art. 33. Todo prestatario que deteriorare, vendiere tI ocultare la prenda confiada á. su cuidado con perjuicio de su acreedor, serti perseguido criminalmente, aplicándosele la pen^tlidad establecida en el segundo p5rrafo del art. 550 del Código r^enal. DEL CREDITO A(iRf COLA TERRITORIAL Art. 34. Toda operación de préstamo 6 anticipo de fondo^x que tenga pc>r objeto facilitar capital con garantfa del inmueble para mejora permanente en éste, podrá acogerse á los beneficios de esta ley como Crédito agrfcola territorial. Entiéndese por mejora permanente á, loa efectos de esta ley, aquellas cuyas r. esultar se extiendan á más de cinco cosechas. Art. 35. El Banco Hipotecario, con arreglo á. lo dispuesto