Taller Avanzado de Narrativa Factoría de Autores

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Resumen de la Vigesimosegunda Sesión
del Taller Avanzado de Narrativa
Taller
Avanzado de
Narrativa
Factoría de
Autores
Este documento es simplemente para que dispongas de una orientación acerca de los temas que trataremos en la sesión.
No es necesario que lo traigas contigo.
6.15 LENGUAJE CORPORAL: DANDO VIDA AL PERSONAJE
Para lograr que el lector vea por sí mismo las actitudes, los sentimientos o los intereses de
los personajes no hay nada que funcione mejor que el lenguaje corporal.
Antes de empezar debemos ser conscientes
de que los gestos han evolucionado con el
paso del tiempo y debemos contextualizarlos
debidamente. Así, por ejemplo, no nos
imaginamos a un griego del s. I a.C. haciendo
el gesto del pulgar hacia arriba.
También debemos tener en cuenta que no
todas las culturas disponen de los mismos
gestos. El mismo caso del pulgar levantado,
en Grecia significa vete a la mierda.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los
gestos siempre van agrupados.
Aquí encontramos una clara muestra de análisis crítico. El gesto
principal es el de la mano en el mentón con el dedo levantado,
pero hay más. Las piernas muy cruzadas y el brazo cruzado
sobre el pecho (en postura de defensa) con la cabeza un tanto
inclinada. El lenguaje corporal de este personaje está diciendo
claramente: “no me gusta lo que veo”.
Además, debemos tener en cuenta el contexto.
Este documento es simplemente para que dispongas de una orientación acerca de los temas que trataremos en la sesión.
No es necesario que lo traigas contigo.
Gestos con las palmas
Los gestos con las manos son muy habituales. Si mostramos las palmas abiertas estamos
indicando honestidad.
Esta es la típica pose de vendedor, con las palmas abiertas y
actitud relajada: “seré franco con usted”.
El gesto, con las palmas abiertas y los hombros
levantados, indica: “de verdad, no tengo ni idea”.
Cuando estrechamos la mano también mostramos el grado de afecto que tenemos por la otra
persona. Si, además de dar la mano, usamos la otra para tocar al saludado, estamos
demostrando un mayor grado de afecto.
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No es necesario que lo traigas contigo.
Cuando apoyamos la cabeza en la mano
estamos denotando aburrimiento o sueño.
El grado está directamente relacionado con
la fuerza que debe ejercer la mano para
sujetar la cabeza. La máxima expresión es
cuando la cabeza descansa completamente
en la mano.
Con la mano y el rostro también mostramos
la evaluación que estamos realizando sobre
un determinado asunto.
Una vez realizada la valoración, suele darse el paso siguiente: la toma de decisión. El gesto
que indica que se está decidiendo sobre algo es el de acariciarse la barbilla.
Gestos con los brazos.
Los brazos suelen usarse en gestos y expresiones defensivos, como si nos colocáramos detrás
de una barrera infranqueable. Cruzar los brazos es un símbolo inequívoco de estar a la
defensiva, una actitud negativa o nerviosa. También se usa para demostrar que no se está de
acuerdo con lo que se escucha. Si nos tomamos las manos por delante y bajamos los hombros
estamos mostrando una actitud sumisa. Un hombre puede jugar con los gemelos de su camisa,
o con las mangas, mientras que la mujer puede abrazar un bolso o colocar unas flores
formando una barrera.
Gestos con las piernas
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No es necesario que lo traigas contigo.
En un principio, el cruce de brazos tenía como propósito proteger el corazón. Otro gesto
típico es el de las piernas cruzadas. En este caso, el origen del gesto es para proteger la zona
genital. Por tanto, estamos, a priori, frente a un nuevo caso de gesto defensivo.
Por ejemplo, las mujeres, para demostrar su
desagrado, suelen cruzarse de brazos y
piernas. Es una postura que se puede
radicalizar: una persona que muestra una
actitud rígida ante un asunto cruzará las
piernas y, además, las sujetará con las manos.
Es un signo de terquedad.
Las piernas también pueden mantenerse
cruzadas estando de pie. Es habitual
encontrar esa postura en una reunión en la que alguna persona no se siente integrada al no
conocer al resto.
Otros Gestos
A menudo una persona no está de acuerdo con lo que se está exponiendo o con determinadas
actitudes pero se siente impotente para exponer su opinión realiza una serie de gestos que se
llaman gestos de desplazamiento. Un típico gesto de desplazamiento es el de recoger pelusilla
de la ropa.
No importa lo que manifieste verbalmente, una persona que esté desarrollando esa actitud
normalmente está en desacuerdo con lo que se hace o dice.
Con la cabeza se puede ser muy expresivo. Hay tres posiciones básicas de la cabeza. La
primera erguida. Es el símbolo de neutralidad.
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La segunda posición es la de inclinar la cabeza hacia un lado. Significa interés.
La tercera posición es la de la cabeza inclinada hacia abajo. Es una postura que revela
desaprobación.
Los ojos son indicadores evidentes de la actitud que mostramos hacia los demás.
Cuando alguien se entusiasma, sus pupilas se dilatan hasta 4 veces más de lo normal, pero
cuando se está enfadado o se tiene una actitud negativa, la pupila se contrae.
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Que nos sintamos cómodos o no en una conversación depende, directamente, de la cantidad
de tiempo que se mantiene el contacto visual.
La mirada de reojo puede tener dos significados principales. Si se acompaña de una sonrisa
y una elevación de cejas, o con la inclinación de cabeza, es una muestra evidente de interés,
con frecuencia interés amoroso. Si, por el contrario, se usa con la comisura de los labios hacia
abajo o las cejas fruncidas es señal de sospecha o incluso hostilidad.
Gestos de Coquetería
El más agresivo de todos es colocar los pulgares en el cinturón, girar el cuerpo hacia la mujer
y desplazar un pie hacia ella al tiempo que se emplea una mirada íntima. Se suelen apoyar las
manos en las caderas para destacar su dimensión física.
Pero las mujeres tienen muchos más gestos coquetos. Suelen tocarse el cabello, alisar la ropa,
colocar las manos en las caderas o dirigir el cuerpo los pies hacia el hombre al tiempo que le
envía largas miradas íntimas. La excitación les enciende las mejillas. Pero hay más…
Sacuden la cabeza para echar el pelo hacia atrás, aunque tengan el pelo corto. Exhiben las
muñecas. Esto se debe a que es una piel muy sensible y una de las zonas más eróticas del
cuerpo.
Hay muchísimos otros gestos y actitudes que podemos usar en el lenguaje corporal para
mostrar a nuestros personajes en movimiento. Trabajando en ese sentido daremos vida y
profundidad al personaje y estaremos llegando al lector a un nivel mucho más profundo
cuando mostremos sin necesidad de explicar que dos hombres están en una actitud agresiva
o que una mujer está interesada en alguien.
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