Informe de la Fundación 1º de Mayo

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Area de Estudios Jurídicos
INFORMES
DE LA FUNDACIÓN
2012
NOVIEMBRE
54
Efectos en las relaciones laborales
de las reformas en materia de
Tasa Judiciales y en el sistema de
Justicia Gratuita
FRANCISCO JOSÉ GUALDA ALCALÁ
Gabinete de Estudios Jurídicos de CCOO
Fundación 1º de Mayo | Centro Sindical de Estudios
C/ Longares, 6. 28022 Madrid. Tel.: 913640601. Fax: 913640838
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Informes de la Fundación. ISSN 1989-4473
Efectos en las relaciones laborales de las
reformas en materia de Tasas Judiciales y en
el sistema de Justicia Gratuita.
Francisco Jose Gualda Alcala
Gabinete Estudios Jurídicos CC.OO.
Noviembre 2012
1
Sumario:
I. La propuesta de imposición de Tasas Judiciales en el ámbito de las relaciones laborales.
1. Las Tasas en el Orden Social.
a) La sujeción de los trabajadores y beneficiarios de la Seguridad Social.
b) La situación de las Organizaciones Sindicales.
c) La situación de los trabajadores autónomos
2. Las tasas en los procesos concursales.
3. Las tasas en el Orden Contencioso-Administrativo.
a) La exención de la tasa por contar con el beneficio de Justicia Gratuita.
b) El pago de la tasa por el personal funcionario.
c) La situación de los sindicatos en el ámbito contencioso-administrativo.
II. Breve referencia a la propuesta de regulación del derecho a la Asistencia Justicia Gratuita
y la supresión del beneficio a los trabajadores.
1. La situación actual: Sujetos que tienen el beneficio de justicia gratuita ex lege.
2. La propuesta de regulación del Anteproyecto de Ley de reforma de la Ley 1/1996 de
Asistencia Jurídica Gratuita.
2
Presentación.
El Proyecto de Ley por la que se regulan determinadas tasas en el
ámbito de la Administración de Justicia, publicado en el Boletín Oficial de
las Cortes de 7 de Julio de 2012, implica una reforma sustancial del sistema
de pago de tasas para poder promover procesos y formular recursos ante los
Juzgados y Tribunales. La principal novedad es el sometimiento de las
personas físicas al pago de la tasa, frente al sistema implantado por la Ley
53/2002, que las declaraba exentas en todo caso. En su tramitación
parlamentaria, la aprobación el 31 de octubre de 2012 por la Comisión de
Justicia del Congreso del Proyecto de Ley de Tasas Judiciales, para su
remisión al Senado, incorpora importantes novedades sobre la materia que
específicamente se refieren a los trabajadores en el Orden Social.
Estamos a la espera de la redacción definitiva que pueda tener el texto legal
tras su paso por el Senado, y las previsiones gubernamentales son las de una
aprobación urgente a fin de lograr que entre en vigor en el mismo mes de
noviembre de 2012.
En la práctica, supone someter a los trabajadores al pago de las tasas
judiciales en el Orden Social, por importe de 200€ en la interposición de
recurso de suplicación y de 300€ en el recurso de casación. Sin embargo, la
propuesta normativa presenta importantes problemas interpretativos
derivados del alcance que pueda tener el beneficio de justicia gratuita.
Pero junto a este proyecto normativo, igualmente se ha promovido por el
Ministerio de Justicia la elaboración de un Borrador de Anteproyecto de Ley
para la reforma de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, que contempla
la supresión del beneficio de justicia gratuita que tienen los trabajadores y
beneficiarios de la Seguridad Social en el Orden Social, Contencioso, así
como en los procesos concursales.
El principal supuesto por el que se excepciona el pago de la tasa es el
reconocimiento del beneficio de justicia gratuita, que obliga a tramitar un
expediente que dura varios meses, con la demora en el proceso, y exige que
no se tengan rentas por encima de dos veces el IPREM (1.065 € mensuales),
ni tampoco bienes que puedan considerarse indicativos de suficiencia
económica.
Es por ello que no se puede comprender el alcance de las respectivas
reformas si no se parte de un análisis conjunto de las mismas. El objetivo de
este trabajo es poner en evidencia los efectos que tiene esta regulación en la
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dinámica del acceso de los trabajadores y beneficiarios del sistema de
Seguridad Social a los Juzgados y Tribunales en defensa de sus derechos,
así como la posición procesal de los representantes de los trabajadores y las
organizaciones sindicales, con especial referencia a los graves problemas de
coherencia que presentan estas propuestas normativas, y su afectación al
derecho a la tutela judicial efectiva en el ámbito de las relaciones laborales.
Específicamente valoraremos la situación del personal de las
Administraciones Públicas y de las organizaciones sindicales en sus
reclamaciones en vía contencioso-administrativa.
Sin embargo, no queremos dejar de señalar los enormes efectos que tienen
estas medidas en el ámbito del derecho del conjunto de los ciudadanos al
acceso a Servicio Público de la Justicia. Sobre todo, en las controversias
frente a las Administraciones y las grandes compañías proveedoras de los
bienes y servicios. En el ámbito civil, cualquier reclamación contra empresas
eléctricas, telecomunicación, banca, seguros, supone el pago de una tasa
mínima de 150 €, que está prevista para el juicio verbal al margen del alcance
económico de la reclamación, o de 300€ que en los casos del proceso
ordinario, más el 0,5% de lo que se reclame. Y si se quiere formular recurso,
la tasa para la apelación es de 800€ o de 1.200€ para el recurso de casación.
Y en relación con las actuaciones de las Administraciones Públicas, como por
ejemplo, para impugnar cualquier sanción, o discrepancia en materia fiscal, o
permisos, licencias, etc.. el importe de la tasa mínima sería de 200€ o 350€
según el proceso a seguir, y el recurso de apelación se sujeta al importe
mínimo de 800€.
I.
La propuesta de imposición de Tasas Judiciales en
el ámbito de las relaciones laborales.
A la hora de valorar el impacto que tiene la propuesta de regulación de las
Tasas Judiciales sobre el ejercicio de los derechos laborales y de protección
social hemos de diferenciar los distintos ámbitos jurisdiccionales en los que
se ejercitan pretensiones de esta naturaleza. No sólo en el Orden Social, sino
igualmente en el Contencioso-Administrativo, de particular importancia para
los empleados públicos, así como en el ámbito Concursal, donde igualmente
los trabajadores tienen que ejercitar acciones relacionadas con el cobro de
sus derechos económicos y la extinción, suspensión y modificación de los
contratos de trabajo.
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1. Las Tasas en el Orden Social.
a) La sujeción de los trabajadores y beneficiarios de la Seguridad
Social.
Como hemos dicho, la principal novedad que aporta la tramitación
parlamentaria del Proyecto de Ley es la alusión directa a los trabajadores en
la implantación de las Tasas en el ámbito de la Jurisdicción Social, en las
fases de los recursos de suplicación y casación.
En las primeras versiones del proyecto de Ley se incluía la previsión de que
están exentos del pago de la tasa las personas a las que se les haya
reconocido el beneficio de justicia gratuita, entre los que figuran los
trabajadores, como luego veremos con más detalle. Sin embargo, tras el paso
del proyecto de Ley por la Comisión de Justicia del Congreso, se han
aprobado una serie de enmiendas a instancia del Grupo Popular por las que
se viene expresamente a incluir “a los trabajadores por cuenta ajena o
autónomos” entre los sujetos que “disfrutan” de una exención, más bien
reducción, del 60%, de la tasa que les correspondería (art. 4.3) lo que parece
dar a entender que implica someter al pago de la tasa a tales trabajadores en
la cuantía del 40% de su importe.
Pero sigue figurando la exención completa en el pago de la tasa a las
personas con beneficio de justicia gratuita, lo que pone en evidencia la
incompresible alusión a los trabajadores por cuenta ajena entre los que tienen
derecho a la exención del 60%.
Esto puede plantear problemas interpretativos sobre el alcance de la sujeción
a la tasa de los trabajadores y sobre el alcance de la reducción o exención.
•
Primera opción: Entender que la alusión a la reducción del 60% es una
norma especial que se aplica en el Orden Social, y no la exención por
beneficio de justicia gratuita. Por tanto, los trabajadores no están
liberados del pago de la tasa, sino sólo reduce la cuantía a 200€ o a
300€ según el tipo de recurso.
Es una conclusión que aunque parece ser la más conforme con la
elaboración del proyecto, lleva al resultado absurdo de penalizar a los
trabajadores frente a los demás sujetos, de modo que aunque tengan
justicia gratuita, por excepción, están sujetos al pago de la tasa. La
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contradicción es manifiesta si consideramos que el empresario que
disfrute de la justicia gratuita estaría liberado de la tasa, pero el
trabajador no, lo que además de ilógico es claramente inconstitucional.
•
Segunda opción: Otra posible interpretación es considerar que la
reducción se aplica a los trabajadores, pero que pueden acceder a la
exención total si acreditan de forma individualizada insuficiencia de
recursos para litigar.
Obligaría a tramitar expedientes individuales y a no superar umbrales
de rentas ni tener patrimonio, con el retraso en la tramitación de los
asuntos. Sin embargo, eso no se corresponde con la letra de la Ley, y
parte de una interpretación correctora de la norma que limita el alcance
de la exención del pago de la tasa a los beneficiarios de la justicia
gratuita. Además, la alusión a los trabajadores deja fuera a los
beneficiarios de la Seguridad Social, los cuales si no acreditan
insuficiencia de recursos, se les somete al pago de la tasa íntegra, es
decir, 500€ para un recurso de suplicación o de 750€ para la casación.
•
Tercera opción: Otra opción interpretativa es considerar que la alusión
a los trabajadores por cuenta ajena más bien es una incoherencia, que
se resuelve en la propia norma, cuando establece la exención sobre el
importe de la tasa que “les corresponda”, pero si no les corresponde
pago alguno, la exención parcial, que es lo que está regulando el
precepto, se cuantifica en cero.
Es la tesis más conforme con la letra de la ley, pero es previsible que
se aclare la cuestión en la tramitación en el Senado.
Estamos ante una regulación muy deficiente que genera importante seguridad
jurídica pues puede ser interpretada de formar muy variadas.
En todo caso, es un tratamiento inaceptable por estas razones:
1. El recurso a la Justicia por los trabajadores deriva de la situación de
subordinación que se encuentran en las relaciones laborales, y la
necesidad de acudir a la Justicia para controlar el poder de dirección
del empresario. Así se evidencia por cuanto la totalidad de los
procesos del Orden Social los promueven los trabajadores y las
trabajadoras, o sus representantes legales o sindicales, siendo
inexistente la utilización de la Justicia por los empresarios.
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2. Además, la diferente posición económica entre unos sujetos y otros
determina que la imposición de la tasa, aunque sea reducida respecto
al empresario, no asegura una igualdad efectiva en el acceso a los
recursos, pues conduce a situaciones en los que, de facto, sólo la
empresa tiene capacidad económica para recurrir, sobre todo cuando
derive de conflictos vinculados al impago salarial o a la extinción del
contrato, donde la capacidad económica del trabajador es nula.
3. Demorar al reconocimiento individual del beneficio de justicia gratuita
implica un retraso en la sustanciación del recurso de varios meses, que
es inasumible para el trabajador, con la dificultad añadida de
determinar la situación patrimonial cuando la principal fuente de renta,
como son los salarios, es lo que se discute.
Y finalmente, la reducción olvida la situación de los beneficiarios de la
Seguridad Social, que sólo con grandes dificultades interpretativa se podrían
incluir en el el concepto de los trabajadores, cuando lo cierto es que las leyes
diferencian entre trabajadores y beneficiarios a efectos de justicia gratuita.
b) La situación de las Organizaciones Sindicales.
El art. 20.4 de la LRJS contempla el beneficio de Justicia gratuita para las
organizaciones sindicales cuando actúen en defensa de intereses colectivos
de los trabajadores.
Ahora bien, si el art. 2.3 del Proyecto de Ley se interpreta –Opción 2 antes
vista- como la única exención posible en el Orden Social es la que se
reconoce a los trabajadores, dentro de las distintas opciones que plantea
semejante previsión, podría conducir a excluir a los Sindicatos de la
reducción, y tener que abonar la tasa íntegra. Esta conclusión sería más
evidente si finalmente se suprime ese beneficio a los sindicatos que reconoce
el art. 20.4 de la LRJS, en línea con la propuesta del Ministerio de Justicia que
luego comentaremos.
En la práctica, supondrá que las organizaciones sindicales tengan que abonar
las siguientes tasas:
•
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Una cuantía fija de 500 € por interponer un recurso de suplicación, y
750€ por interponer un recurso de casación.
•
Una cuantía variable del 0,5% respecto de la cantidad objeto de
reclamación, que a su vez plantea problemas de cuantificación en las
acciones de conflicto colectivo de relevancia patrimonial, o las acciones
de despido colectivo, donde el importe de la cuantía puede ascender a
niveles considerables.
Es una solución en todo caso inaceptable, pues va justamente en contra de la
finalidad de la Ley, dado que penaliza con la tasa a los proceso de dimensión
colectiva, que ahorran la sustanciación de acciones individuales, sancionando
al sujeto colectivo que promueve una acción en interés de un grupo genérico
de trabajadores, evitando la sobrecarga de trabajo que implica tramitar
decenas o centenares de acciones a instancia de cada afectado por el
conflicto o el despido.
c) La situación de los trabajadores autónomos.
La alusión en el art. 2.4 del Proyecto de Ley de Tasas por el acceso a la
Justicia a los trabajadores autónomos puede estar más justificada dado que
en otro caso, necesitarían la declaración de justicia gratuita para estar
exentos de la tasa.
Aun así, plantea problemas de interpretación sobre en que casos se aplica a
los autónomos en el Orden Social, donde intervienen en dos conceptos:
8
•
En concepto de autónomos económicamente dependientes, lo que
sería lógica la reducción.
•
Autónomos como empleadores, y puede ser problemático decidir si el
empleador igualmente tiene derecho a la reducción, pues la calificación
como trabajador autónomo no deja de ser una ficción a los meros
efectos del encuadramiento en Seguridad Social, cuando en el ámbito
laboral más bien es un empresario individual.
•
Autónomos en el ámbito de las prestaciones del sistemas de Seguridad
Social, en los que la dicción los podría incluir. Pero al no mencionar la
Ley a los beneficiarios del Régimen General, conduce al absurdo de
que sólo los autónomos, pero no los trabajadores por cuenta ajena,
tienen el beneficio de la reducción legal en el pago de la tasa en los
proceso de Seguridad Social.
1. Las tasas en los procesos concursales.
La ley 1/1996 reconoce la justicia gratuita a los trabajadores para el ejercicio
de las acciones laborales en el concurso –art. 2.d-. En la propuesta del
proyecto de Ley de Tasas no se contempla modificar este aspecto, por lo que
seguirían exentos del pago de la tasa.
Pero ya veremos que la modificación prevista de la Ley de Asistencia Jurídica
Gratuita tendría enormes repercusiones sobre los trabajadores en los
procesos concursales. Supondría, en la práctica, una completa imposibilidad
de que los trabajadores pudieran hacer efectivos sus derechos en el proceso
concursal, no sólo por las tasas, sino por el sometimiento al pago de las
costas procesales.
1. Las tasas en el Orden Contencioso-Administrativo.
a) La exención de la tasa por contar con el beneficio de Justicia
Gratuita.
La primera vía para estar exento del pago de las tasas es la declaración de
justicia gratuita. Esto comprende, entre el personal de las Administraciones
Públicas que reclaman en vía contenciosa, al personal laboral con carácter
general, pero al funcionario sólo cuando acrediten insuficiencia de recursos
para litigar.
Con arreglo a la actual Ley 1/1996 de asistencia Jurídica Gratuita, el personal
de las Administraciones Públicas tiene un doble régimen en materia de
asistencia jurídica gratuita:
-
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El personal funcionario, sometido al Orden Contencioso-Administrativo,
carece de una declaración legal del beneficio de justicia gratuita, por lo
que sólo tiene esa posibilidad si acredita insuficiencia de recursos para
litigar de forma individualizada, con el límite de rentas visto.
-
El personal laboral tramita sus reclamaciones, según la materia, ante el
Orden Social o en el Contencioso, y en los dos tiene asegurado el
beneficio de justicia gratuita. En el Social tiene el mismo beneficio de
justicia gratuita que los demás trabajadores. Y en el ámbito
contencioso-administrativo, respecto de lo cual tiene una declaración
legal de justicia gratuita en todo caso, según el art. 2.d) de la Ley
1/1996, según el cual: “Asimismo, el derecho a la asistencia jurídica
gratuita se reconoce a los trabajadores y beneficiarios de la Seguridad
Social para los litigios que sobre esta materia se sustancien ante el
orden contencioso-administrativo”.
Se mantiene por tanto un modelo dual para el personal de las
Administraciones Públicas: el personal funcionario no tiene el beneficio ex
lege, y el personal laboral sí.
Por tanto, el personal laboral quedaría liberado de la tasa, tanto para la
interposición de la demanda como ulteriores recursos de apelación o
casación. Lo mismo los beneficiarios de la Seguridad Social en los casos, más
excepcionales, de acudir al Orden Contencioso.
b) El pago de la tasa por el personal funcionario.
La norma introduce una exención en el pago de las tasas para la
interposición del recurso contencioso administrativo “por funcionarios públicos
en defensa de sus derechos estatutarios”. Esto tiene el siguiente alcance:
10
•
Sólo comprende a los funcionarios públicos. Por tanto, quedan fuera
los que no tienen esa condición, aunque discutan cuestiones de
personal, como sucede con los ciudadanos, aunque impugne materias
relacionadas con las cuestiones de personal, como las pruebas de
acceso a las que se han presentado y que deciden impugnar.
•
Solo alude a la interposición de los procesos, pero no a la formulación
de los ulteriores recursos de apelación o casación, que estarían
sometidos al pago íntegro de
la tasa de 800€ y 1.200€
respectivamente.
•
Otra vía que hace el Proyecto de Ley para el encarecimiento de los
costes de los funcionarios para el acceso a la Justicia en cuestiones de
su régimen profesional, que se hace por la vía de exigir la intervención
de Abogado en todos los casos. Hasta ahora era facultativo salvo en la
separación de funcionarios de carrera.
En la práctica, los funcionarios deberán abonar una tasa de 800€ en caso
de recurso de apelación, -salvo el caso improbable de obtención
individualizada de la Justicia Gratuita- que disuade de su interposición, y
que viene a agravar la situación actual, de pago de costas si pierden el
recurso, que hasta ahora intentan paliar algunos órganos judiciales
imponiendo un máximo a las costas que cobra la Administración.
c) La situación
administrativo.
de
los
sindicatos
en
el
ámbito
contencioso-
Es importante la participación de los sindicatos en el ámbito contenciosoadministrativo en defensa de los derechos colectivos de los funcionarios y
trabajadores del sector público, como son las materias relativas a
interpretación y aplicación de los pactos y acuerdos que fijan condiciones de
trabajo de los funcionarios públicos, o que igualmente afecten a personal
laboral. La norma tributaria obliga así a realizar una multiplicidad de
reclamaciones individuales, que estarían exentas de la tasa, en lugar de los
procesos colectivos a las que les impone su pago, con las distorsiones que
ello genera.
Sin embargo, no se contempla el beneficio de justicia gratuita de los
sindicatos, que tendrían que abonar tanto las tasas por promover
contenciosos según sea abreviado (200€) u ordinario (350€), como también
por los recursos ya expuestos de apelación (800€) y casación (1.200€).
Es un ejemplo paradigmático de cómo la norma aumenta los males que
pretende remediar, al encarecer las soluciones generales y abocar a multitud
de procesos individuales, que en la instancia están exentos de la tasa.
I.
Breve referencia a la propuesta de regulación del
derecho a la Asistencia Justicia Gratuita
y la supresión del beneficio a los
trabajadores.
1. La situación actual: Sujetos que tienen el beneficio de
justicia gratuita ex lege.
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En la actualidad tienen reconocida ex lege este beneficio de justicia gratuita
en el Orden Social estos sujetos:
•
•
•
•
Los trabajadores (art. 2.d) Ley 1/1996 de asistencia jurídica gratuita y
21.4 LRJS), que comprende a los trabajadores por cuenta ajena, tanto
del sector privado como del sector público. Más discutible es la
inclusión de los trabajadores autónomos económicamente
dependientes, pues cuando se redactó la norma, este colectivo no se
sometía al Orden Social y las ulteriores reformas no lo han clarificado.
Los funcionarios públicos y el personal estatutario, en los casos más
bien excepcionales en que ejerciten acciones en el Orden Social (art.
21.5 LRJS).
Los beneficiarios del sistema de Seguridad Social (art. 2.d) Ley
1/1996).
Los sindicatos cuando ejerciten un interés colectivo en defensa de los
trabajadores y beneficiarios de la Seguridad Social ((art. 20.4 Ley
36/2011, Reguladora de la Jurisdicción Social).
En el ámbito contencioso-administrativo, ese beneficio se reconoce a los
trabajadores y beneficiarios de la Seguridad Social. No lo tienen, como hemos
visto, el personal funcionario ni estatutario, ni tampoco las organizaciones
sindicales.
En el ámbito concursal, se reconoce a los trabajadores cuando ejerciten
acciones para la efectividad de sus derechos laborales.
Esto supone, -art. 6 Ley 1/1996- como primera ventaja práctica más efectiva,
que los beneficiarios quedan exentos del pago de las costas, en el caso de
que fueran condenados a su abono, con determinadas excepciones que no
podemos ahora analizar. Tiene mucha importancia en el ámbito contenciosoadministrativo y concursal, donde rige el criterio del vencimiento. En el ámbito
social tiene un impacto menor, máxime cuando no es preceptiva la
intervención de letrado.
Otros beneficios están vinculados a la exención en el pago de anuncios o
publicaciones, o depósitos para recurrir, asistencia letrada gratuita y gratuidad
en la intervención de peritos.
2. La propuesta de regulación del Anteproyecto de Ley de
reforma de la Ley 1/1996 de Asistencia Jurídica Gratuita.
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a) Efectos en el Orden Social.
En realidad, sólo podemos comprender el alcance práctico de la reforma
tomando en cuenta el anteproyecto de Ley para la reforma del sistema de
justicia gratuita, que tiene la intención declarada de suprimir lo que llama un
“privilegio” de los trabajadores en el Orden Social.
Se trata de una conclusión inadmisible que desconoce la posición de los
trabajadores en las relaciones laborales y que lesiona el derecho a la tutela
judicial efectiva en las relaciones laborales. El recurso a la Justicia por los
trabajadores deriva de la situación de subordinación que se encuentran en las
relaciones laborales, y la necesidad de acudir a la Justicia para controlar el
poder de dirección del empresario. El proceso social se configura como un
elemento compensador de la diferente posición que tienen las partes en la
relación laboral.
Más bien lo que hay que plantear es trasladar el sobrecoste que ese modelo
tiene para los recursos públicos al sujeto que en realidad es beneficiario del
mismo, como es el empresario al que la legislación laboral dota de capacidad
decisoria sobre el alcance de la posición subjetiva del trabajador, tanto en la
determinación del contenido del contrato como a la hora de la extinción, y la
tutela judicial se configura como un control externo y a posteriori de las
actuaciones del empresario. En realidad, es una consecuencia de un modelo
de relaciones laborales en el que la empresa tiene facultades unilaterales para
determinar su posición jurídica e imponérsela al trabajador. Como hemos
dicho, así se evidencia por cuanto la totalidad de los procesos del Orden
Social los promueven los trabajadores y las trabajadoras, o sus
representantes legales o sindicales, siendo inexistente la utilización de la
Justicia por los empresarios.
Por otra parte, la justicia gratuita procura compensar la falta de igualdad
efectiva entre las partes en las relaciones laborales, por lo que sólo sería
planteable en los supuestos excepcionales de sujetos que prestan servicios
por cuenta ajena pero con niveles retributivos desproporcionados, como el
personal de gerencia o que percibe retribuciones que descartan cualquier
limitación de recursos para el acceso a la Justicia.
Hay que tomar en cuenta que los costes judiciales son para el trabajador son
gastos necesarios para la obtención de la renta que asegura su subsistencia,
por lo que configurar el pago de tasas y otros gastos como elementos
disuasorios del acceso a la Justicia implica precisamente, limitar la vía para la
13
efectividad de los ingresos salariales y las prestaciones de Seguridad Social,
que constituyen el sustento básico de millones de trabajadores y pensionistas.
Además, la medida es criticable por cuanto no contempla soluciones
intermedias, sobre todo en el aspecto que mayor repercusión económica tiene
el beneficio de justicia gratuita, y que los trabajadores no hacen particular uso
del mismo, como es la gratuidad en la intervención de Abogado y Procurador.
Al margen de que la figura del Procurador no opera en la práctica de los
conflictos laborales, en determinados casos los umbrales económicos podría
justificar la obligación de atender el Letrado con medios propios, y no
sobrecargar el sistema reservado a los que carecen de modo efectivo de
recursos para litigar. Pero ello no debe suponer la privación del beneficio en
su conjunto, sino su modulación respecto de los distintos efectos que genera.
Su efectividad tampoco implica ninguna distorsión, pues sólo afecta, no al
derecho de justicia gratuita, sino a la asistencia letrada gratuita, y se pueden
configurar umbrales específicos en el ámbito de las relaciones laborales.
Si el proyecto gubernativo sigue adelante, sólo podrán tener esa condición si
acreditan insuficiencia de recursos para litigar, fijado en dos veces el IPREM
(1.065 € al mes) y además, no tiene bienes que impliquen suficiencia
económica, lo que es un criterio completamente inseguro sobre su alcance.
Los efectos de no tener asistencia jurídica gratuita implican varias
consecuencias:
•
•
•
Pago de Tasas. La actual Ley de Tasas aplicará a los trabajadores la
reducción del 60% en los recursos de suplicación y casación. Pero el
propio Anteproyecto de Justicia gratuita fija el beneficio en el 80%. Es
decir, simultáneamente se tramitan dos proyectos de ley con contenido
contradictorio.
Pago de peritos, sobre todo en procesos de Seguridad Social.
Pago de los anuncios y publicaciones, sobre todo en ejecución, o
cuando la empresa no tiene domicilio conocido.
Sin embargo, determinar el completo alcance no es fácil en esta fase
legislativa, pues determinados beneficios a los trabajadores y sindicatos en el
proceso social los regula la propia Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, y
está por ver si es objeto de modificación.
b)
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Efectos en los procesos concursales.
Pero la supresión del beneficio de justicia gratuita tendría enormes
repercusiones sobre los trabajadores.
•
Les impondrían abonar la tasa si promueven el concurso –de 200€- y
además, por cada incidente que promuevan –de 100€-.
•
Sobre todo, serían condenados al pago de las costas si ven
desestimada cualquier petición, lo que supone unos costes
inasumibles dada la cuantía que tienen tales procesos, para unos
trabajadores de una empresa en concurso, y por tanto, con problemas
de impago de los salarios e indemnizaciones.
Fijándose los
honorarios de la parte contraria en una cantidad superior al 10% de la
cuantía discutida, podrían resultar los siguientes importes:
o Una reclamación media de la indemnización por fin de contrato
de 25.000€ implicaría unas costas superiores 3.000€ si fuera
desestimada.
o Una indemnización por accidente de trabajo de 150.000€,
podrían suponer unas costas de 15.000€.
c) Efectos en el Orden Contencioso-Administrativo
La supresión del beneficio de justicia gratuita afecta igualmente a los
trabajadores en el ámbito contencioso-administrativo, que quedarían
equiparados a la situación actual, completamente inaceptable, del personal
funcionario y estatutario.
Los efectos prácticos operan tanto en el pago de las tasas judiciales, como en
el pago de las costas siendo éste último aspecto el de mayor relevancia.
•
15
Tasas: La pérdida del beneficio de justicia gratuita de los trabajadores
los sometería íntegramente al pago de las tasas, máxime cuando la
exención se contempla sólo para los funcionarios. Afecta al personal
laboral que trabaja para las Administraciones Públicas, así como a los
beneficiarios del sistema de prestaciones sociales que tienen que
acudir igualmente al Orden Contencioso en determinados supuestos –
Ley de Dependencia-. Quedarían en una situación peor que el
personal funcionario, que están exento de las tasas en la interposición
de la demanda, por lo que deberían de abonar 200€ en el proceso
abreviado, o 350€ en el ordinario.
•
Costas: En relación con el personal laboral y beneficiario de la
Seguridad Social, dado que opera como regla general el criterio del
vencimiento tras la Ley 37/2011, de 10 de octubre, tienen la obligación
de pagar el Abogado de la Administración, por la vía de la condena en
costas, si fuera desestimada su reclamación. Supone que un enorme
incremento de gastos, no sólo del abogado propio, que puede ser
aconsejable, sino además tiene que asumir el coste de la
representación de la Administración contra la que han litigado.
Carece de justificación mantener un sistema que grava con todos los costes
que supone el acceso a la Justicia para la efectividad de los derechos del
personal funcionario, y que con el proyecto se quiere extender al personal
laboral de las Administraciones y entidades públicas.
En particular, la situación de la condena en costas al personal funcionario
genera enormes dificultades en el acceso a la Justicia. Impide prever con
claridad los costes del proceso, máxime con el criterio de fijar los honorarios
de la Administración tomando como referencia el importe de los honorarios
fijados por los Colegios Profesionales, que nada tiene que ver con los costes
efectivos en los que incurre la Administración y genera un sorprendente
enriquecimiento injusto. Los Tribunales tratan de paliar este efecto fijando el
importe de tales costas sin base legal concreta, y ni siquiera existen tablas de
cuantías máximas, alejada de cualquier finalidad disuasoria y vinculada al
coste efectivo del servicio.
I.
Conclusiones prácticas.
1. En el proyecto de ley de Tasas en el ámbito de la Administración de
Justicia, el tratamiento de los trabajadores en el pago de la tasa en el
Orden Social se hace de forma manifiestamente incoherente y
contradictoria, y permite entender, o que no pagan tasa alguna, o que
pagan siempre una tasa de 200€ o 350€ respectivamente, incluyendo
opciones intermedias que no pagan nada si obtienen una declaración
individual de justicia gratuita. Es un tratamiento inaceptable pues
desconoce la posición en la que se encuentran los trabajadores en el
acceso a la Justicia, la necesidad de acudir para controlar el poder de
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dirección del empresario, y que la materia controvertida implica, en la
generalidad de los casos en que existe recurso, discutir sobre la
principal fuente de renta, como es el salario o la vigencia del contrato
de trabajo.
2. El proyecto de ley olvida la situación de los beneficiarios de la
Seguridad Social, que sólo con grandes dificultades interpretativas se
podrían incluir en el ámbito del concepto de los trabajadores, y se les
somete al pago de tasas de 500€ por recurrir una sentencia en materia
de desempleo, incapacidad, o jubilación.
3. El tratamiento de los Sindicatos en el pago de la tasa en el Orden
Social genera inseguridad jurídica, pues permite varias opciones
interpretativas. Si se considera el sometimiento íntegro al pago de la
tasa de 500€ o 750€ en los recursos de suplicación o casación, como
sucede en materia de conflicto colectivo o despidos colectivos, es una
solución en todo caso inaceptable, pues va justamente en contra de la
finalidad de la Ley, dado que penaliza con la tasa los proceso de
dimensión colectiva, que ahorran la sustanciación de acciones
individuales, sancionando al sujeto colectivo que promueve una acción
en interés de un grupo genérico de trabajadores.
4. Es preciso clarificar, igualmente, la alusión a los autónomos en el pago
de la Tasa en el Orden Social, a fin de limitarlo a los trabajadores
autónomos económicamente dependientes, equiparados a los
trabajadores por cuenta ajena, además de los beneficiarios de la
Seguridad Social, pero descartando la intervención como empresarios
individuales para exonerar la tasa.
5. No se contempla la modificación de las tasas en los procesos
concursales por lo que los trabajadores podrían hacer uso de la
exención por tener reconocida la Justicia Gratuita. Pero la supresión de
ese beneficio que se contempla en otro anteproyecto supondría, en la
práctica, una completa imposibilidad de que los trabajadores pudieran
hacer efectivos sus derechos en el proceso concursal, no sólo por las
tasas, sino por el sometimiento al pago de las costas procesales.
6. En el ámbito contencioso, según el proyecto de Ley, el personal laboral
quedaría liberado de las tasas al tener justicia gratuita, y los
funcionarios y personal estatutario, sólo para interponer demandas,
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pero no para los recursos. Esto es inaceptable pues implica a los
funcionarios abonar una tasa de 800€ en caso de recurso de apelación,
que disuade de su abono, y que viene a agravar la situación actual, de
pago de costas si pierden el recurso, que hasta ahora intentan paliar
algunos órganos judiciales imponiendo un máximo a las costas que
cobra la Administración.
7. No se contempla el beneficio de justicia gratuita de los sindicatos en el
proceso contencioso, que tendrían que abonar tanto las tasas por
promover contenciosos según sea abreviado (200€) u ordinario (350€),
como también por los recursos ya expuestos de apelación (800€) y
casación (1.200€). Es un ejemplo paradigmático de cómo la norma
aumenta los males que pretende remediar, al encarecer las soluciones
generales y abocar a multitud de procesos individuales, que en la
instancia están exentos de la tasa.
8. Por su parte, el Anteproyecto de modificación de la ley de asistencia
jurídica gratuita agrava la situación, pues priva de ese beneficio como
regla general a los trabajadores y beneficiarios de la Seguridad Social,
tanto en el Orden Social, Contencioso como en los procesos
concursales. Se trata de una conclusión inadmisible que desconoce la
posición de los trabajadores en las relaciones laborales y que lesiona el
derecho a la tutela judicial efectiva en las relaciones laborales.
9. Si quiere tener ese beneficio, deberían acreditar invidualmente unos
ingresos brutos inferiores a dos veces el IPREM, además de no tener
bienes que impliquen suficiencia económica. Esto supone, en todos los
casos, enormes demoras en la tramitación de los asuntos a fin de
sustanciar ese expediente.
10. Si no se reconoce el beneficio de justicia gratuita, supone un
encarecimiento de los costes procesales en el ámbito social, sobre
todo en el ámbito pericial, y en las ejecuciones.
11. En el proceso contencioso, el anteproyecto agrava la situación actual,
al extender a los trabajadores de las Administraciones Públicas el
mismo tratamiento que hoy tienen los funcionarios. Es preciso corregir
la situación de la condena en costas al personal funcionario genera
enormes dificultades en el acceso a la Justicia. Impide prever con
claridad los costes del proceso, máxime con el criterio de fijar los
honorarios de la Administración tomando como referencia el importe de
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los honorarios fijados por los Colegios Profesionales, que nada tiene
que ver con los costes efectivos en los que incurre la Administración y
genera un sorprendente enriquecimiento injusto.
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