DERECHOS HUMANOS, RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL Y

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ROSARIO HUESA VINAIXA
(Coord.)
DERECHOS HUMANOS,
RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
Y SEGURIDAD COLECTIVA:
INTERSECCIÓN DE SISTEMAS
Estudios en Homenaje al
profesor Eloy Ruiloba Santana
Universidad de las Islas Baleares
Marcial Pons
MADRID
|
BARCELONA
2008
|
BUENOS AIRES
11.Indice
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ÍNDICE
Pág.
DEDICADO A ELOY RUILOBA, MAESTRO Y AMIGO ......................
RECORDANDO A ELOY RUILOBA.......................................................
ABREVIATURAS......................................................................................
9
21
25
PRIMERA PARTE
DERECHOS HUMANOS Y SEGURIDAD COLECTIVA
LA VINCULACIÓN ENTRE SEGURIDAD COLECTIVA, DESARROLLO Y PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS: TEORÍAS Y REALIDADES, por Antonio F. Fernández
Tomás ....................................................................................................
III. LAS TEORÍAS: LA VINCULACIÓN DE CAMPOS COMO
PERSPECTIVA DE ANÁLISIS DE LA REALIDAD INTERNACIONAL Y COMO ESTRATEGIA DE NEGOCIACIÓN GLOBAL...................................................................................................
1. La tesis del Secretario General de la ONU: ¿Una Alianza
Mundial? ....................................................................................
2. El quid pro quo. El Sur debe aportar más seguridad, especialmente en materia antiterrorista, si quiere recibir más financiación para el desarrollo ................................................................
3. El miedo al terrorismo fundamentalista y la salvaguardia de
los derechos fundamentales en los Estados de Derecho ............
4. ¿Puede haber desarrollo sin suficiente financiación del desarrollo? .........................................................................................
5. ¿Existe alguna relación entre la política exterior de la superpotencia y la estrategia de vinculación?.....................................
A)
Los «memorables consensos» del siglo XXI y la Estrategia
del Milenio .........................................................................
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Pág.
B)
III.
¿Y cuando no interesa la mayor seguridad que pueda
aportar un país, sino la «extracción» de sus materias primas? ...................................................................................
47
LAS REALIDADES: DEPENDENCIA ENERGÉTICA, RECURSOS NATURALES Y VIOLACIONES MASIVAS DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO...............................................
49
1.
El saqueo de las riquezas minerales de la República Democrática del Congo ............................................................................
49
A)
Los datos geográficos y políticos.......................................
49
a)
b)
Datos geográficos .......................................................
Datos geopolíticos ......................................................
49
51
Los horrores de la guerra: violaciones masivas de los
derechos más fundamentales de la población por los grupos en conflicto ..................................................................
La explotación ilegal de los recursos minerales.................
54
58
B)
C)
a)
Y el principio de soberanía permanente sobre las
riquezas y recursos naturales ......................................
b) Y el informe del Grupo de Expertos sobre minerales...
D)
E)
F)
G)
2.
Estabilidad de fronteras, desmembramiento de Estados y
administración del territorio bajo ocupación militar: una
nueva provincia en el Congo..............................................
De la intervención humanitaria a la «responsabilidad de
proteger». ¿Qué ha hecho el Consejo de Seguridad ante
esta situación? ....................................................................
La complicidad de las Grandes Potencias..........................
La vinculación entre la extracción ilegal de los recursos
naturales de un país, el subdesarrollo, las guerras de
saqueo y las violaciones masivas de derechos humanos....
Iraq: Las Guerras del Golfo y la geoestrategia del petróleo........
La política energética norteamericana y la ocupación del
territorio iraquí ...................................................................
B) Las transformaciones en la producción y en la distribución del petróleo iraquí ......................................................
C) ¿Qué cambios produce la guerra de Iraq en la estrategia
de las grandes potencias respecto al petróleo iraquí? ........
D) La intervención armada, ocupación, e imposición de un
nuevo régimen político, ¿realmente garantiza el futuro
control de las reservas petrolíferas iraquíes? .....................
E) ¿Tampoco es aplicable en Iraq el principio de la soberanía permanente sobre las riquezas y recursos naturales? ...
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72
74
A)
3.
75
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¿Va a haber intervención en Irán? ..............................................
92
CONCLUSIÓN ..........................................................................................
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Pág.
EL CONFLICTO EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL
CONGO: VIOLACIONES DE LA PROHIBICIÓN DEL USO
DE LA FUERZA, DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DEL
DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO, por Vanessa
Ballesteros Moya................................................................................... 101
III.
UN SIGLO DE LUCES Y TINIEBLAS ....................................... 102
1.
2.
Antecedentes históricos......................................................... 102
Acontecimientos recientes..................................................... 107
III.
EL CONFLICTO DEL CONGO ANTE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA .............................................................. 110
III.
VIOLACIÓN DE LA PROHIBICIÓN DEL USO DE LA FUERZA................................................................................................ 115
1.
Consideraciones generales sobre el principio general de
prohibición del uso de la fuerza............................................. 116
2. Uso de la fuerza en el territorio del Congo............................ 117
A)
Acciones emprendidas por las fuerzas armadas de Uganda en el territorio del Congo .............................................. 118
B) Implicación de Uganda en las acciones emprendidas por
los grupos rebeldes (MLC y RCD-ML)............................. 119
C) Calificación jurídica de la operación militar de Uganda a
la luz del principio de prohibición del uso de la fuerza ..... 120
3.
Circunstancias excluyentes de la ilicitud esgrimidas por
Uganda: el consentimiento y la legítima defensa................... 124
A)
Primera fase: el consentimiento otorgado por el Gobierno
de Kabila ............................................................................ 124
B) Segunda fase: el derecho de legítima defensa.................... 126
C) Tercera fase: el consentimiento otorgado en el proceso de
Lusaka ................................................................................ 128
IV.
VIOLACIONES DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS Y DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO................................................................. 129
1.
Cuestiones previas: la ocupación beligerante de la región de
Ituri y la pretendida aplicación de la doctrina del Oro amonedado a los enfrentamientos de Kisangani ........................... 129
A) La ocupación beligerante de la región de Ituri................... 129
B) La pretendida aplicación de la doctrina del Oro amonedado a los enfrentamientos de Kisangani .............................. 133
2.
3.
IV.
DIDH y DIH: dos ordenamientos concurrentes ..................... 136
Responsabilidad de Uganda por la conducta de las UPDF
durante el periodo de intervención ........................................ 138
REFLEXIONES FINALES .......................................................... 140
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ÍNDICE
LA CONTRIBUCIÓN DEL CONSENSO EUROPEO SOBRE EL
DESARROLLO AL MANTENIMIENTO DE LA PAZ Y SEGURIDAD MUNDIAL, por Joan David Janer Torrens ........................... 143
III. INTRODUCCIÓN............................................................................. 144
III. NACIONES UNIDAS Y POLÍTICA COMUNITARIA DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO ..................................................... 146
III. EL CED Y LA REFORMULACIÓN DE LA POLÍTICA DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO ..................................................... 148
1. Balance inicial............................................................................ 148
2. Un nuevo enfoque adaptado a los nuevos desafíos.................... 150
3. La gestación del CED................................................................. 150
IV.
SIGNIFICADO Y CONTENIDO DEL CED .................................... 152
1.
2.
IV.
La visión de la UE del desarrollo............................................... 152
La política de desarrollo de la Comunidad ................................ 155
PAZ, SEGURIDAD COLECTIVA Y DESARROLLO EN EL
MARCO DEL CED .......................................................................... 156
1.
La pobreza en sentido pluridimensional y sus consecuencias
sobre la seguridad colectiva e individual ................................... 156
2. La combinación de la política de desarrollo con otros instrumentos como vía para hacer frente a los factores generadores
de la falta de seguridad............................................................... 158
VI.
CONCLUSIONES ............................................................................ 159
ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO A LAS COMISIONES
MILITARES DISEÑADAS POR LA MILITARY COMMISSIONS ACT OF 2006, por M.ª Dolores Bollo Arocena ....................... 161
III. INTRODUCCIÓN............................................................................. 161
III. EL ESTATUTO DE LAS PERSONAS CAPTURADAS EN EL
CONTEXTO DE LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO Y
SU TRASCENDENCIA EN ORDEN A ESTABLECER EL TRIBUNAL COMPETENTE PARA SU ENJUICIAMIENTO .............. 163
1.
Personas capturadas en el marco de los conflictos afgano o
iraquí .......................................................................................... 163
2. Personas capturadas al margen de un conflicto armado............. 168
III.
¿SON LAS COMISIONES MILITARES «TRIBUNALES REGULARMENTE CONSTITUIDOS» TRAS LA APROBACIÓN DE
LA MILITARY COMMISSIONS ACT? .............................................. 170
1.
2.
IV.
Tribunales establecidos por la ley .............................................. 170
Tribunales imparciales e independientes.................................... 174
¿RESPETA LA MILITARY COMMISSIONS ACT LAS GARANTÍAS JUDICIALES RECONOCIDAS POR LOS PUEBLOS CIVILIZADOS? ......................................................................................... 176
1.
Derecho a estar presente en el juicio.......................................... 178
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ÍNDICE
2.
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Derecho a la defensa .................................................................. 180
A)
B)
Derecho a la asistencia letrada ........................................... 180
Derechos relacionados con la prueba................................. 181
a)
b)
3.
V.
Derecho a reconocer las pruebas incriminatorias ....... 181
Derecho a no ser acusado sobre la base de pruebas
obtenidas bajo tortura, tratos crueles, inhumanos o
degradantes ................................................................. 183
Derecho a recurrir la sentencia................................................... 186
CONCLUSIÓN ................................................................................... 188
SEGUNDA PARTE
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO, RESPONSABILIDAD
DEL INDIVIDUO Y SEGURIDAD COLECTIVA
ALCANCE Y LÍMITES DEL PRINCIPIO DE JURISDICCIÓN
UNIVERSAL EN LA JURISPRUDENCIA ESPAÑOLA MÁS
RECIENTE, por Jaume Ferrer Lloret ................................................. 193
III. INTRODUCCIÓN.............................................................................
III. EL INICIAL ENFOQUE RESTRICTIVO DEL TS: SU SENTENCIA DE 25 DE FEBRERO DE 2003 ................................................
III. LA INTERPRETACIÓN LITERAL DE LA LOPJ: LA STC
237/2005............................................................................................
IV. EL TS ACEPTA, MUY A REGAÑADIENTES, LA DOCTRINA
DEL TC: LA STS DE 20 DE JUNIO DE 2006 ................................
IV. LA EFECTIVA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DE JURISDICCIÓN UNIVERSAL —TERRITORIAL— EN EL CASO
SCILINGO ........................................................................................
VI. VALORACIÓN Y PROPUESTA DE LEGE FERENDA ..................
193
195
201
204
208
211
USO DE LA FUERZA, CONSEJO DE SEGURIDAD Y CORTE
PENAL INTERNACIONAL: LA REPRESIÓN PENAL DEL
CRIMEN DE AGRESIÓN, por Ángel Sánchez Legido..................... 219
III.
EL CRIMEN DE AGRESIÓN EN EL ESTATUTO DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL ...................................................... 220
III. LA DEFINICIÓN DEL CRIMEN DE AGRESIÓN.......................... 224
1.
El elemento colectivo: la agresión cometida por un Estado ...... 225
A)
B)
2.
La definición de agresión................................................... 226
La agresión relevante a los efectos de responsabilidad
penal: la cuestión del umbral (the threshold issue)............ 230
El elemento individual: la implicación de un individuo en una
agresión estatal ........................................................................... 235
A)
El crimen de agresión como «delito de autoridad» (leadership crime) .................................................................... 235
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ÍNDICE
B)
III.
La definición del nexo de conexión entre el individuo y
el acto colectivo. ................................................................ 239
LAS RELACIONES CPI-CONSEJO DE SEGURIDAD EN LA
APRECIACIÓN DEL ACTO DE AGRESIÓN ................................ 242
1.
¿Responsabilidad exclusiva y exigencia de predeterminación
por parte del Consejo de Seguridad?.......................................... 242
2. Propuestas alternativas: responsabilidad primordial sí, pero no
exclusiva..................................................................................... 247
3. La naturaleza de la determinación externa del acto de agresión: elemento del tipo, cuestión prejudicial obligatoria o simple condición de procedibilidad ................................................. 251
IV.
IV.
INTEGRIDAD VS. UNIVERSALIDAD EN LA PLENA INCORPORACIÓN DEL CRIMEN DE AGRESIÓN AL SISTEMA DE
LA CORTE........................................................................................ 254
REFLEXIONES FINALES ............................................................... 257
AUGE Y DECLIVE DE LAS «CONTRAMEDIDAS COLECTIVAS» EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL, por Rosario Huesa Vinaixa 261
III.
OBJETIVISMO Y COMUNITARISMO EN LA CONSTRUCCIÓN POR LA CDI DE UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL: LA IDEA DE «SANCIÓN».................. 264
1. La sanción en un sistema de responsabilidad por «ilegalidad»... 266
2. La prefiguración de un régimen agravado ................................. 269
III.
LA CONFIGURACIÓN DE LAS «CONTRAMEDIDAS COLECTIVAS» EN EL MARCO DEL SISTEMA DE RESPONSABILIDAD POR HECHO ILÍCITO ........................................................... 271
1.
Las «contramedidas colectivas» como sanción: una legitimación objetivada ........................................................................... 272
2. Las «contramedidas colectivas» como coerción: una legitimación subordinada ........................................................................ 274
A)
B)
C)
La potenciación del carácter instrumental ......................... 274
La eliminación del carácter punitivo.................................. 277
Una legitimación difícil de fundamentar ........................... 280
a)
La redefinición de la posición jurídica de los Estados
frente al ilícito: el abandono de la «lesión objetiva» ...
b) ¿Contramedidas «colectivas»? ...................................
c) ¿Qué «contramedidas»? ..............................................
d) Medidas de «solidaridad» ...........................................
III.
280
283
286
287
LA DESAPARICIÓN (¿PROVISIONAL?) DE LAS «CONTRAMEDIDAS COLECTIVAS» DEL SISTEMA DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR HECHO INTERNACIONALMENTE ILÍCITO ...................................................................................... 289
CONSIDERACIONES FINALES ............................................................. 292
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ÍNDICE
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TERCERA PARTE
NUEVOS ASPECTOS DE LA SEGURIDAD COLECTIVA
LA FUNCIÓN DEL CONCEPTO DE DOMAINE RÉSERVÉ EN
MATERIA DE ARREGLO PACÍFICO DE CONTROVERSIAS
EN EL SENO DE NACIONES UNIDAS, por Eloy Ruiloba García... 297
III.
INTRODUCCIÓN............................................................................. 297
1. Antecedentes históricos.............................................................. 298
2. Naturaleza del domaine réservé ................................................. 301
III.
EL DOMAINE RÉSERVÉ Y LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS ANTE LOS ÓRGANOS POLÍTICOS DE LA ONU .............. 306
1.
Significado de la palabra «intervención» en el art. 2.7 de la
Carta ........................................................................................... 307
2. Ámbito material de los asuntos que son esencialmente de la
jurisdicción interna del Estado ................................................... 315
III.
CONSIDERACIONES FINALES A MODO DE SÍNTESIS CRÍTICA ................................................................................................. 322
OBSERVANDO ELECCIONES EN PALESTINA: EL DERECHO
INTERNACIONAL, LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA, LA
SELECCIÓN CULTURAL Y LOS VIEJOS ROSTROS DE LA
HIPOCRESÍA IMPERIAL (O DE QUÉ OCURRE EN LA
PRÁCTICA CUANDO INTERSECCIONAN SISTEMAS EN
EL ORDENAMIENTO JURÍDICO INTERNACIONAL), por
Ignacio Forcada Barona ....................................................................... 327
III.
DE CÓMO UN PROFESOR DE DERECHO INTERNACIONAL
FUE A DAR CON SUS HUESOS EN PALESTINA Y POR QUÉ
LE DIO POR ESCRIBIR UN ARTÍCULO CON UN TÍTULO
TAN LARGO Y APARENTEMENTE TAN EXTRAÑO ................ 328
III. EL DERECHO INTERNACIONAL Y EL CONFLICTO ÁRABEISRAELÍ O DE CÓMO PERDER EL TIEMPO EJERCITANDO
LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL ............. 331
1.
Cuestiones jurídicas relativas a la soberanía: la creación del
Estado de Israel y el derecho a la autodeterminación de la
población palestina.....................................................................
2. Cuestiones jurídicas relativas a los territorios ocupados en la
guerra de 1967............................................................................
3. El problema de los refugiados....................................................
4. A modo de conclusión de este apartado: de por qué es inútil el
Derecho internacional en esta fase del conflicto........................
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ÍNDICE
III.
UNA APLICACIÓN LIBRE DEL LENGUAJE DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DE LAS TEORÍAS DE LA SELECCIÓN CULTURAL A LA LUCHA POR LA TIERRA EN PALESTINA: CLARE GRAVES Y LOS ESTADIOS DE LA
EVOLUCIÓN PSICOSOCIAL......................................................... 360
1.
La psicología evolutiva, Clare GRAVES y los estadios de evolución psico-social......................................................................... 362
2. El conflicto en Tierra Santa desde el punto de vista de la psicología evolutiva y de la selección cultural ............................... 367
IV.
A MODO DE CONCLUSIÓN: LOS VIEJOS ROSTROS DE LA
HIPOCRESÍA IMPERIAL................................................................ 372
LA OTAN: DE LA LEGÍTIMA DEFENSA COLECTIVA A LA COOPERACIÓN PARA LA SEGURIDAD, por María Martínez Carmena 379
III. INTRODUCCIÓN............................................................................. 379
III. LA TRANSFORMACIÓN DE LA OTAN A TRAVÉS DE SUS
MISIONES........................................................................................ 382
1. Un concepto de seguridad amplio o salirse fuera de área .......... 382
2. La gestión de crisis en el área euroatlántica u operaciones no
art. V TAN .................................................................................. 391
3. El impacto del 11-S: el concepto militar de lucha contra el
terrorismo ................................................................................... 401
III.
CONCLUSIÓN ................................................................................. 409
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DEDICADO A ELOY RUILOBA,
MAESTRO Y AMIGO
Al compilar en estas páginas algunos de los resultados de nuestro
proyecto de investigación, queremos también dedicar un recuerdo a
nuestro compañero Eloy RUILOBA SANTANA. Eloy era nuestro compañero
porque, en lo que tal vez fue uno de sus últimos actos de generosidad
académica, había accedido a formar parte de nuestro equipo, y se
había incorporado a él como un investigador más, sin exigencias, sin
estridencias. Algunos de nosotros —es especialmente mi caso— nos
sentíamos, además, honrados de considerarnos sus discípulos. Debo
decir que, por lo que a mí respecta, ese sentimiento no ha dejado de
crecer con el transcurso del tiempo. Pero nada tiene que ver con eventuales signos de reconocimiento externo. Se trata más bien de una
renovada admiración personal hacia aquello que Eloy transmitía, a
menudo sin necesidad de muchas palabras. Derecho internacional, sí,
pero no sólo. También, modos y maneras de acercarse al Derecho
internacional, a la docencia universitaria, a las relaciones académicas.
* * *
Como profesor, en la Universidad de Valencia de los años setenta, la
imagen de Eloy reflejaba una curiosa combinación de apertura y de
seriedad, de tolerancia y de rigor. Como no podía ser de otro modo en la
Cátedra que dirigía don Adolfo MIAJA, los estudiantes con inquietudes
sabían que podían darles cauce en el ámbito del Derecho internacional,
e iniciarse en la investigación en los temas de su interés sin demasiado
temor por las limitaciones ideológicas de la época. Eloy compartía con
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ROSARIO HUESA VINAIXA
don Adolfo ese modo de acoger, escuchar y respetar al aprendiz, de darle
cancha, de compartir con naturalidad las propias reflexiones, de manera
inusualmente generosa para los tiempos. Pero, como es natural, en ocasiones había que reconducir sutilmente los excesos del ardor juvenil o de
la ingenua crítica sistemática. Esto lo hacía muy bien Eloy, que, con
pocas palabras —y todo lo más con una ligera elevación de ceja—,
ponía las cosas en su sitio. Todavía recuerdo mi desconcierto cuando,
después de haberme librado a una inmisericorde soflama contra la ONU
mientras él me escuchaba fumando impasible su pipa, me dijo: «La ONU
es una buena persona». No hizo falta más. Ciertamente, a partir de aquel
momento siempre la he mirado a la luz de ese candil.
Lamentablemente para mí, Eloy tuvo que dejar Valencia —para
siempre—. Recuerdo haberle visitado en Valladolid con el borrador de
mi tesis a cuestas en un largo viaje en tren, así como la amabilidad de
su familia al permitirme robarles horas de su tiempo doméstico para
recabar los consejos de mi maestro. Después, la distancia sería mucho
más larga. Coincidencias del destino, iba a ser una distancia doblemente archipelágica, en el sentido etimológico y más total de la noción.
Sin embargo, el vínculo se reveló resistente a todas las embestidas,
de índole geográfica o moral. Se me hace difícil explicar la importancia que llegó a tener para mí esa convicción de contar con su apoyo
incondicional, una convicción que, pese al transcurso del tiempo y a lo
esporádico de nuestras conversaciones, no hizo más que aumentar,
porque él no dejó de reafirmarla en cuantas ocasiones se le presentaron. Porque se presentaron, y no todas fueron livianas.
* * *
Creo que puede hablarse a su respecto de un estilo de «hacer Derecho internacional», en el sentido científico y académico de la expresión. Un estilo en el que prima la reflexión, que no se deja llevar por
las corrientes, y en el que la notoriedad no es importante; un estilo
anclado en la solidez teórica, que busca y profundiza con honestidad,
que prefiere tener perspectiva a ceder a los imperativos de la inmediatez; un estilo, en fin, en el que prevalece el respeto, la discreción y el
fair play, por elegancia innata y, también —valioso secreto—, porque
son garantía de libertad personal. Y esa libertad no tiene precio. Al
contrario, fue él seguramente quien tuvo que pagar un precio por esa
libertad, al modo en que él la entendía.
Aparentemente, hacía años que el estilo de Eloy había quedado
anticuado o fuera de onda. Aparentemente. Porque no son infrecuentes
las ocasiones en que su comportamiento académico o sus obras son
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DEDICADO A ELOY RUILOBA, MAESTRO Y AMIGO
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rememorados y añorados con admiración y respeto 1. Por ceñirnos
exclusivamente a su producción científica, no podemos por menos que
recordar la modernidad con que seleccionó y abordó algunos de los
problemas del Derecho internacional contemporáneo que todavía hoy
son objeto de atención por parte de la doctrina, o presentan aspectos
problemáticos en la práctica internacional. Algunos de esos estudios
han sido, y continúan siendo, obras de referencia en su ámbito. Quisiera referirme brevemente a algunas de ellas, para destacar la influencia
que han tenido, y siguen teniendo, como parte del acervo indiscutible
de la doctrina española.
La responsabilidad internacional
Consideraciones sobre el concepto y elementos del acto ilícito en Derecho internacional 2.
En plena tarea de codificación de la responsabilidad del Estado,
todavía bajo la égida del relator Ago, Eloy RUILOBA publica estas reflexiones de gran profundidad teórica. Es una época apasionante, porque
la CDI se encuentra enfrentada a la ardua tarea de sentar las bases
para la construcción de un verdadero sistema de responsabilidad internacional. Se trataba en concreto de sustraer la responsabilidad a los
avatares del daño en el origen y el subjetivismo en el contenido, para
entroncarla con la noción objetivadora de responsabilidad por ilegalidad 3. En esta época —principios de los setenta—, era la definición del
propio origen de la responsabilidad la cuestión que ocupaba a la Comisión. Eloy RUILOBA propugna en su trabajo una definición que no ofrezca
lugar a dudas sobre la nueva concepción, y toma partido por una construcción global e integradora —y, en ese sentido, unitaria o sistémica—
de la responsabilidad del Estado. Descartada la idea de «culpa» del origen de la responsabilidad del Estado —y del elemento subjetivo del
hecho ilícito (pp. 387-389)—, el problema era cómo deslindar entonces
el proceso de objetivización de la responsabilidad (por ilegalidad) de la
noción de responsabilidad por daño (la responsabilidad «objetiva» por
antonomasia). En este punto, sus observaciones son altamente clarificadoras: «En realidad —dice RUILOBA—, cabe diferenciar una responsabilidad objetiva, en el sentido de que está originada por una conducta en
sí misma ilícita con independencia de cuál sea la disposición de ánimo o
el grado de reprochabilidad moral de su ejecutor, de una responsabilidad por riesgo, derivada del daño causado por una conducta que en sí
1 Véase la semblanza publicada por J. A. CARRILLO SALCEDO, «In memoriam: Eloy Ruiloba
Santana», REDI (vol. LVII, 2005, núm. 1, p. 13).
2 Symbolae García Arias, Temis, núm. 33-37, 1973-74, pp. 381-405.
3 Véase infra, pp. 255 ss.
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misma es lícita» (pp. 389-390). Por eso, por cuanto atañe a la responsabilidad por ilicitud, «responde más a la realidad considerar que más
que de culpa en el sentido objetivo, se trata de imputación objetiva al
Estado de una determinada conducta, imputación operada por el Derecho internacional cuando concurran ciertas circunstancias» (p. 390);
mientras que, «si se quieren hacer entrar en juego conceptos como el de
una “responsabilidad por riesgo” [...], entonces la discusión se sitúa ya
claramente en el terreno del elemento objetivo del acto ilícito, y es precisamente dentro de ese terreno donde, a nuestro juicio, los problemas
apuntados pueden recibir una solución cabal desde el punto de vista
técnico-jurídico» (p. 391). Una matización especialmente valiosa si se
tiene en cuenta que la CDI no había procedido todavía a desgajar la
codificación de la «responsabilidad por las consecuencias perjudiciales
de actos no prohibidos». También en el ámbito del elemento objetivo del
hecho ilícito mantenía RUILOBA una posición objetivista a ultranza, discrepando de la configuración propuesta por Ago como «violación de
una obligación internacional». Para él, detrás de toda obligación hay
una norma de Derecho objetivo (incluso detrás de las que derivan de
una decisión judicial o de un acto jurídico particular). Por eso, advierte
sobre los inconvenientes derivados de configurar las ilicitudes de mayor
gravedad en torno a la noción de «violación de obligaciones erga
omnes», por introducir subrepticiamente el planteamiento relativista,
paradójico con la idea de «responsabilidad hacia la comunidad»
(pp. 391-394). Una advertencia que se revelaría plenamente fundada, a
la vista de las dificultades experimentadas por la CDI en la definición
del Estado lesionado y de la legitimación para adoptar contramedidas
en esos casos. En definitiva, lo que propugna RUILOBA es «la conveniencia de elevarse por encima de las situaciones jurídico-subjetivas, activas o pasivas, para definir la antijuridicidad con respecto a la regla de
Derecho objetivo» (p. 397). El enfoque integrador alcanzará también a
las consecuencias del hecho ilícito (que, en perspectiva, van más allá de
la estricta responsabilidad: nulidad, inoponibilidad, en tanto que «sanciones» de la ilicitud) (pp. 398-401).
Invocación de la responsabilidad y protección del individuo
El agotamiento de los recursos internos como requisito de la protección
internacional del individuo 4.
Eloy RUILOBA había estudiado la cuestión del agotamiento de los
recursos internos en su tesis doctoral (1970) 5, pero en aquella ocasión
Universidad de Valencia, 1978.
Y había publicado algún aspecto de su investigación en E. RUILOBA SANTANA, «La oponibilidad de la excepción del inagotamiento de los recursos internos en el arreglo arbitral de las diferencias internacionales», REDI, núm. 3, 1969, pp. 465-484.
4
5
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en tanto que «condición de la responsabilidad internacional del Estado» (y, sin duda —como se deduce del prólogo de D. Adolfo MIAJA
(pp. 16 y 17)—, al socaire de una de las excepciones formuladas por
España contra la reclamación de Bélgica en el asunto de la Barcelona
Traction). La monografía constituye un planteamiento novedoso de la
cuestión, pues como ya señala el autor en el preámbulo, la institucionalización de la protección internacional de los derechos humanos «desborda el marco tradicional de la protección diplomática». Desde este
punto de vista, el estudio es pionero en España, y anuncia los cambios
que necesariamente habrían de operarse en los requisitos vinculados a
las reclamaciones por daños a personas como consecuencia del desarrollo de las vías de protección de los derechos humanos 6. Para el
autor, la regla del agotamiento de los recursos internos juega «un
papel activo en las transformaciones del Derecho internacional clásico», y «es un instrumento jurídico en la dinámica del nuevo Derecho
internacional». Y ello en dos aspectos, fundamentalmente: de un lado,
«en la línea de la salvaguarda de la soberanía económica de los Estados» (contextualizando: bajo la égida del «nuevo orden económico
internacional»); y, de otro lado, en el ámbito de la «internacionalización de la protección jurídica de los derechos humanos» (p. 322).
Engastado en un esquema marcadamente cartesiano, se desarrolla un
doble análisis: el de la práctica y el teórico. En ambos —y aunque
España todavía no era parte en el Convenio de Roma de 1950— RUILOBA pone ya especial cuidado en incorporar las aportaciones de la
Comisión europea de derechos humanos en su tarea de decidir acerca
de la admisibilidad de las demandas individuales. Esto es especialmente así por cuanto atañe a los «recursos cuyo agotamiento no es necesario» (pp. 268-274), noción que él diferencia, por cierto, muy claramente de la de «excepciones a la aplicación de la regla», que son de
naturaleza y fundamento diferentes 7. Como ya se intuirá, el estudio es
exhaustivo y altamente clarificador 8. Entre las pormenorizadas conclusiones, es especialmente digna de mención la que señala el punto de
conexión exacto entre la regla del agotamiento y la responsabilidad del
6 En la doctrina española, actualiza esa evolución F. J. QUEL LÓPEZ, «La violación de obligaciones erga omnes y su incidencia en el ejercicio de la protección diplomática», Soberanía del
Estado y Derecho internacional (Homenaje al prof. J. A. Carrillo Salcedo), t. II, 2005, pp. 11831199.
7 La CDI no acoge con claridad la distinción, y en el art. 15 de su proyecto de artículos
sobre la protección diplomática incluye unas y otras bajo la rúbrica «excepciones a la regla del
agotamiento», aludiendo también implícitamente a algunas posibles excepciones a la aplicación
de la regla en los arts. 16 y 17.
8 Algunas de sus observaciones todavía son objeto de referencia concluyente. Así, en cuanto al concepto de «recurso» a los efectos de la regla, se remite a su obra la ponencia sobre el agotamiento de los recursos internos presentada en el Comité de la ILA sobre «Diplomatic protection of persons and property» (J. KOKOTT, «The exhaustion of Local Remedies», p. 14, n. 42,
London Conference, 2000). www.ila-hq.org.
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Estado por hecho ilícito. Profesando explícitamente una concepción
sustantiva de la regla (p. 307) —y ello pese a lo complejo del tratamiento procesal de la misma, con frecuencia entre las excepciones preliminares—, su virtualidad arranca necesariamente de su relación con
la existencia del hecho internacionalmente ilícito del Estado. Ahora
bien, «[e]xcepto en el caso de la denegación de justicia como único
contenido de la ilicitud internacional, el agotamiento de los recursos
internos es condición necesaria del nacimiento de la responsabilidad
internacional del Estado por daños a personas privadas, condicionamiento que se produce a través del elemento de la imputación, y no del
de la ilicitud, la cual surge desde el momento en que se ha contrariado
una norma internacional, sea cual fuere el que la ha incumplido»
(p. 328). De este modo, el agotamiento de los recursos internos no es
condición de la ilicitud: ésta existe desde el momento en que se produce la violación de la obligación (o «de la norma»). La regla del agotamiento se ubica en otro lugar, precisamente en el de la responsabilidad
sensu stricto (exigibilidad de la obligación secundaria). Y viene aquí a
colación la consideración de la responsabilidad «como un concepto
puente entre la infracción objetiva del Derecho internacional y su sanción por la comunidad jurídica organizada; es, en este sentido, el concepto que une lo estrictamente sustantivo con lo procesal» (p. 188).
Como se advierte, hay mucho más trasfondo detrás de la escueta rúbrica «admisibilidad de la reclamación» bajo la que suele ubicarse la
regla del agotamiento.
La subjetividad internacional
Una nueva categoría en el panorama de la subjetividad internacional: el
concepto de pueblo 9.
La problemática vinculada a la subjetividad internacional había
sido objeto de atención preferente de D. Adolfo MIAJA 10. No es de extrañar, por tanto, que una cuestión vinculada a esta problemática requiriera también la atención de Eloy RUILOBA, especialmente en la que era
su contribución al libro en homenaje a su maestro. Pero, además, el
tema elegido (la subjetividad de los pueblos) guardaba también gran
vinculación con las que, con proyección creciente, habían concitado la
atención, casi militante, de la cátedra: la «emancipación de los pueblos
coloniales» 11, de un lado, y el Derecho internacional del desarrollo, de
Homenaje al Profesor Miaja de la Muela, t. I, Madrid, Tecnos, 1979, pp. 303-336.
Por ejemplo, en «Problemática permanente y realidades actuales acerca de la personalidad en Derecho internacional», Anales de la Universidad de La Laguna, t. III, 1966, pp. 7-43.
11 A. MIAJA DE LA MUELA, La emancipación de los pueblos coloniales y el Derecho internacional, 2.ª ed., Madrid, Tecnos, 1968; y, también, E. RUILOBA SANTANA, «Notas sobre un caso de
descolonización: el Sahara español», Anuario de DI, vol. I, 1974, pp. 317-334.
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otro. Sobre este último versaba gran parte del contenido de la asignatura Derecho internacional económico 12. Eloy RUILOBA sucedió a
D. Adolfo en la impartición de esta asignatura, y algunos de los que en
la época nos ocupábamos en la realización de nuestras tesinas y tesis
trabajábamos sobre cuestiones vinculadas a los nuevos retos que se
planteaban al Derecho internacional desde la perspectiva del «nuevo
orden económico». Eloy dirigía algunos de esos trabajos, de manera
que también ahí se encontraba con la permanente problemática que
planteaba la configuración jurídica de la noción de pueblo.
Así, y como no podía ser de otro modo, el principio de la libre determinación de los pueblos y sus corolarios ocupa buena parte del análisis, efectuado, primero, desde el punto de vista de la capacidad jurídica
(en el ámbito del reconocimiento de derechos humanos fundamentales):
un «derecho absoluto o erga omnes, en la medida en que el pueblo titular del mismo lo tiene frente a todos, no sólo frente a la potencia
adminsitradora»; «un derecho inalienable e irrenunciable en tanto en
cuanto deriva de una norma que puede ser considerada hoy como perteneciente al ius cogens internacional» (p. 324). Como corolario del
principio, y del reconocimiento del derecho, la lucha de los pueblos
coloniales por su liberación ha de ser considerada como un conflicto
de carácter internacional, «en la [...] medida en que el fin de la lucha
no es cambiar un régimen interno por otro, sino hacer valer un principio de Derecho internacional» (p. 330).
En cuanto al principio de la soberanía permanente de los pueblos
sobre sus recursos y riquezas naturales, reafirmado de manera especial
—y con todas sus consecuencias— en las Resoluciones sobre el «nuevo
orden económico internacional», se trata de uno de esos «principios y
normas que parecen más bien contemplar a los pueblos que a los Estados, aunque los pueblos en cuestión existan bajo la forma de Estados
soberanos» (p. 319).
Indudablemente, la indefinición del concepto de «pueblo» juega
en contra de la afirmación de su personalidad jurídica internacional. Pero, a su juicio, la «naturaleza imprecisa y elástica del concepto [...] no atenta a la propia entidad» del mismo. «Se proyecta más
bien en el plano [...] de la aplicación de las normas que lo utilizan.
De ahí que permanezca a salvo la posibilidad de afirmar la capacidad jurídica internacional de los pueblos [salvedad hecha de su
capacidad de obrar], y, con ella, la de su subjetividad ante este ordenamiento» (p. 336).
12 Impartida en la Universidad de Valencia en la rama «Derecho de la empresa», según el
plan piloto de 1965. D. Adolfo MIAJA había publicado también un opúsculo: «Ensayo de delimitación del Derecho internacional económico», Anales de la Universidad de Valencia, 1971.
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La metodología del Derecho internacional
La concepción tridimensional del Derecho y el Derecho internacional 13 es, quizá, su obra más citada, pues se plantea de manera realista
y moderna el adecuado enfoque metodológico del Derecho internacional contemporáneo. Acogiéndose a la «teoría tridimensional del Derecho» perfilada y difundida por M. REALE en los años cincuenta 14, RUILOBA reflexiona sobre su aplicación al Derecho internacional, teniendo
en cuenta, muy especialmente, las diferencias estructurales de este
ordenamiento respecto del ordenamiento interno, y considerando que,
entre las diversas ramas del Derecho, el Derecho internacional «ha
sufrido como ninguna otra las consecuencias de la parcialidad y unilateralidad en la concepción de lo jurídico, a las que intenta poner fin la
teoría tridimensional del Derecho» (p. 412).
El ensayo es de una profundidad remarcable, guarnecido como está
de una consideración amplia de la filosofía jurídica que es trasunto del
bagaje científico del autor. Al mismo tiempo, el manejo exhaustivo de la
doctrina internacionalista y la jurisprudencia internacional del
momento contribuye a ofrecer un resultado verdaderamente logrado,
que con razón ha pasado a integrarse en el acervo teórico-metodológico de la doctrina española. De las tres dimensiones abordadas («la
dimensión jurídico-positiva o formal del Derecho internacional y su
“debilidad” frente a las otras dos dimensiones»; «la dimensión fáctica
del Derecho internacional»; y «la dimensión axiológica del Derecho
internacional y su fundamento»), la primera ocupa la menor extensión.
En efecto, RUILOBA constata esa «debilidad» de la dimensión jurídicopositiva o formal, que no significa su inexistencia, sino que «debe ser
entendida de forma diversa a la positividad del Derecho interno»
(p. 413). Como era de esperar, la problemática relativa a las normas de
ius cogens le sirve de inmejorable demostración, al tiempo que le permite anticiparse a algunas reflexiones acerca de la unidad 15 —material
y formal— del ordenamiento internacional, tan de actualidad en estos
últimos años. Así, afirma el papel definitivo de esas normas en «la
necesaria existencia de un tronco normativo común, sin el cual sería
impensable un auténtico orden internacional con la objetividad necesaria a todo Derecho». Pero «[e]sta misma definición de las normas de
ius cogens internacional, con su evidente carga de dificultades, muestra bien claramente cómo la debilidad de la dimensión jurídico-positiva o formal del Derecho internacional acorta las distancias entre los
13 Filosofía y Derecho, Estudios en honor del prof. J. Corts Grau, Universidad de Valencia,
1977, pp. 409-442.
14 M. REALE, Teoría tridimensional do direito, Sao Paulo, 1958.
15 Ya MIAJA DE LA MUELA se había referido a esta cuestión en su manual (véase La concepción..., pp. 415-416, n. 12).
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imperativos de un orden ideal [...], o los que se desprenden de una pura
indagación sociológica, y el Derecho positivo en un momento dado».
Evidentemente, el «problema de la determinación de las fuentes formales» no es ajeno a ese «acortamiento». De manera que, como no podía
ser de otro modo, RUILOBA alude acto seguido a la cuestión de las «normas sobre la producción jurídica» (las normas secundarias de producción, en la hoy más extendida terminología de HART), que —con la
necesaria salvedad del Derecho de los tratados— «no se encuentran
escritas ni bien determinadas» (pp. 415-416). Esa «defectuosa precisión de las fuentes formales del Derecho internacional» contribuiría
también a que la dimensión jurídico-positiva o formal «ceda terreno a
las otras dos dimensiones» (p. 417).
Las dimensiones fáctica y axiológica son, pues, objeto de disquisición mucho más prolija, sin duda por el peligro de esa vis expansiva.
Pero el estudio previene sobre posibles reduccionismos [«una cosa es
ver en la norma un aspecto fáctico y otra muy distinta considerar que
sólo es un hecho» (p. 419)]. Tras el análisis de los diversos «sociologismos» (desde G. SCELLE a M. MCDOUGAL, y ciertas tendencias en la
doctrina italiana), el estudio destaca en particular la importancia de lo
fáctico en el Derecho internacional in fieri. Al igual que en la dimensión jurídico-positiva, también en este punto están presentes —como no
podía ser de otro modo en el contexto en que se realiza el estudio— los
retos e incertidumbres derivados del llamado «nuevo orden económico
internacional».
Precisamente en el concepto de «orden internacional» ve el autor
el problema «de trazar las fronteras entre lo jurídico y lo puramente
fáctico, o lo puramente axiológico» (p. 427). En cualquier caso, el
fundamento axiológico del Derecho es el único intrínseco, «en el sentido de que radica en el propio contenido material de las normas». Y la
concepción tridimensional del Derecho ha de tomarlo necesariamente
en consideración. Ahora bien, al igual que al explicar la dimensión
sociológica, también aquí la profundidad del análisis excluye todo
reduccionismo: De un lado, «es necesaria la presencia de una dimensión axiológica. Pero ello no prejuzga la existencia de un Derecho
natural [...] la concepción tridimensional del Derecho, que es fundamentalmente una concepción del Derecho positivo, no da respuesta al
problema del Derecho natural» (p. 435) 16. De otro lado, es cierto que
«los valores que imperan de hecho en una determinada sociedad, su
sentido de lo justo, pueden considerarse impresos en la propia estructura social, y, en ese sentido, ser aprehendidos con un método empírico o sociológico; pero su fundamento último escapa a ese planteamiento» (p. 439).
16
Cursivas mías. Véase también p. 438.
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Lejos de un sincretismo fragmentador, la concepción tridimensional «integra y no disgrega» (p. 440). Ello le otorga una especial virtualidad como método de aproximación al Derecho internacional,
porque «su ser “norma jurídico-positiva” está en función de sus
dimensiones fáctica y axiológica» (p. 442). Hay, pues, detrás de la
concepción tridimensional, mayor complejidad de la que aparenta, y
sólo un jurista de la capacidad analítica y teórica de Eloy RUILOBA
puede dar adecuada cuenta de toda la riqueza de matices. Abstracción hecha de la desactualización doctrinal y de las referencias a la
práctica de la época, la obra permanece, desde luego, plenamente
vigente.
Derecho comunitario europeo
La problemática suscitada por el proceso de integración europea
fue para E. RUILOBA objeto de especial atención y estudio con bastante
anterioridad al ingreso de España en las Comunidades europeas y, desde luego, mucho antes de que ese interés se generalizara en la doctrina
española. Ello se proyectó en dos ámbitos, fundamentalmente: la integración monetaria y la previsible incidencia de la pertenencia a las
Comunidades sobre la distribución de competencias Estado-Comunidades Autónomas.
La integración monetaria en la Comunidad económica europea
(aspectos jurídicos e institucionales) 17 es una monografía, pionera
en España, sobre lo que en la época era «una realidad compleja y de
difícil captación e interpretación» (p. 9). Desde luego, la unión
monetaria quedaba aún muy lejos, y ésa era, sin duda, la principal
causa de complejidad de ese «sistema monetario europeo» apenas
pergeñado en el Derecho originario. De nuevo llama la atención esa
capacidad para asumir el reto planteado por problemáticas emergentes, con proyección de futuro, y sin abdicar ni un ápice de su tratamiento riguroso y exhaustivo. En este caso, creo que no es aventurado decir que los aspectos jurídicos e institucionales de nociones
como la llamada «serpiente monetaria europea» (pp. 126 y ss.), la
«unidad de cuenta europea» (pp. 144 ss.), y la relación entre la integración monetaria europea y la reforma —entonces en curso— del
sistema monetario internacional (pp. 150 ss.) fueron abordados aquí
por primera vez de manera integral en la perspectiva jurídica de la
adhesión española. Lejos de tratarse de un discurso de índole descriptiva, RUILOBA no podía por menos que dejar constancia de las
tensiones entre las tesis «economistas» y las tesis «monetaristas» en
el trasfondo de la evolución hacia la integración monetaria europea
17
Madrid, INAP, 1978.
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(pp. 104 ss. y 225). En una segunda parte, el estudio abordaba las
repercusiones del «eventual ingreso» de España en la CEE sobre el
ordenamiento monetario y financiero español (pp. 159 ss.), concluyendo con la advertencia acerca de la necesidad de ir adaptando las
estructuras financieras y monetarias españolas, especialmente flexibilizando el sistema de control de cambios 18 y reduciendo la inflación.
Especialmente retadora era también la cuestión de cómo había
de influir la «atribución del ejercicio de competencias derivadas de
la Constitución» en el reparto competencial entre el Estado y las
Comunidades Autónomas. A ella se dedicó E. RUILOBA en Las competencias económicas del Estado y las Comunidades Autónomas ante el
futuro ingreso de España en el mercado común europeo 19. La «doble
corriente» de transferencia competencial (ad supra y ad infra) causaba no pocos problemas de índole jurídica y política, incluso antes
del ingreso efectivo de España en las Comunidades. Esa tensión se
proyectaba de manera especialmente preocupante en cuanto a las
«competencias económicas» (en realidad, el grueso de las competencias en juego). Eloy RUILOBA inserta el proceso en un marco de «crisis del Estado nacional», «en el que éste está dejando de presentarse
como el espacio político adecuado para la solución de los graves
problemas económicos, culturales, ecológicos, etc. con los que se
enfrenta hoy la humanidad». La regionalización y la integración
supranacional serían, pues, los dos procesos, antitéticos, a los que
se enfrenta el Estado. No obstante, el enfoque otorgado al estudio se
centra en «los límites actuales y potenciales que para la asunción de
competencias por las Comunidades Autónomas supone la adhesión
de España a las Comunidades supranacionales europeas» (pp. 393395). En tanto que «límites generales», el estudio vislumbra ya los
derivados de los principios de primacía y de aplicabilidad directa
del Derecho comunitario; los «límites concretos» son analizados por
sectores de política económica (fiscal, monetaria, agraria...). Resultado del estudio, parece inexorable que la «gradual concentración
de competencias económicas en manos de la CEE a medida que progresa hacia la unión económica y monetaria» traiga consigo que
18 Sobre el control de cambios, había ya publicado E. RUILOBA su artículo: «Aspectos teóricos del control de cambios en Derecho internacional privado», Anuario de DI, vol. II, 1975,
pp. 85-124.
19 E. GARCÍA DE ENTERRÍA (dir.), La distribución de las competencias económicas entre el
poder central y las autonomías territoriales en el Derecho comparado y en la Constitución española, Madrid, Instituto de Estudios Económicos, 1980, pp. 391-482. También abordó la cuestión
en E. RUILOBA SANTANA, «Repercusiones del ingreso de España en la Comunidad Europea sobre
la construcción del Estado de las Autonomías. Aspectos generales», en V. ABELLÁN (coord.), La
integración de España en las Comunidades europeas y las competencias de las Comunidades
autónomas (Coloquio organizado por la Asociación española para el estudio del Derecho
europeo), Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1984, pp. 21-38.
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«también progresivamente, se vayan recortando y limitando las competencias económicas ya transferidas a las Comunidades Autónomas, no en favor del Estado nacional, sino de los órganos supranacionales» (p. 475). La obviedad que hoy reviste la afirmación no
debe hacernos olvidar que hubo de transcurrir un cierto tiempo hasta que finalmente el Tribunal constitucional confirmara esa tesis 20.
En particular, cuando de lo que se trata es de la ejecución de los
actos de Derecho comunitario derivado, «si el Estado se reservara la
competencia exclusiva [...], pasarían a su mano una serie de poderes
que se superpondrían con efecto prevalente a los que ya tienen conferidos las Comunidades Autónomas» (pp. 477-478). En última instancia, era la tensión entre el respeto de la autonomía y la aplicación uniforme del Derecho comunitario la que se planteaba ya avant
la lettre. E. RUILOBA contemplaba una «intervención mínima» del
Estado que, aún «dejando el protagonismo inmediato de la ejecución
a las instituciones regionales, es inevitable que suponga una mayor o
menor limitación de las competencias de las Comunidades Autónomas en aras del estricto cumplimiento del Derecho comunitario en el
interior del Estado y de la homogeneidad de su aplicación tanto a
nivel nacional como supranacional» (pp. 478-479).
Una vez más, Eloy ofrecía en torno a esta complicada y polémica
cuestión una muestra de su agudeza analítica y de su tendencia hacia
soluciones equilibradas, justas, que no desdeñasen ninguno de los intereses en presencia.
Éstas son sólo unas pocas muestras de la talla intelectual y científica de Eloy RUILOBA, a la altura del resto de sus cualidades humanas e
indisociables de ellas. Todas ellas configuran un talante personal que
sus amigos y discípulos admiramos y añoramos.
* * *
A Eloy le gustaban los viajes largos, no por el hecho de recorrer
grandes distancias, sino por el tiempo del viaje. Con frecuencia, prefería el barco al avión para desplazarse a la Península, y cruzársela desde Cádiz a su Cantabria natal en coche constituía para él casi un ritual
que nadie debía perturbar. Ese tiempo —inacabable, perdido, para
cualquier otro— era para él valiosísimo. Un día, a punto yo de compadecerle por la duración del viaje, me dijo que disfrutaba mucho de ese
tiempo porque podía dedicarse a pensar tranquilamente. He conocido
a pocas personas que, como él, supieran dedicarse a la reflexión en
20 Véase, por ejemplo, STC 79/1992 de 28 de mayo de 1992 (BOE, núm. 1441, de 16 de
junio de 1992).
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estado puro, sin más (sin leer, sin hablar, sin escuchar música), durante
largo rato.
La última vez que lo vi fue en Murcia, con ocasión de un acto académico. Eloy no había estado bien de salud, y Antonio FERNÁNDEZ y yo
decidimos aprovechar su presencia en la Península para pasar unas
horas con él. Cenamos los tres, y sobre todo hablamos, tomando el resto del vino en la sobremesa, como a él le gustaba. Ya tarde, nos despedimos, y él quiso hacerlo con un efusivo elogio de la amistad, de nuestra amistad. Antonio cree que, consciente o inconscientemente, se
estaba despidiendo. Realmente así fue. A partir de ahí emprendió su
viaje más largo, sin límites de tiempo...
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RECORDANDO A ELOY RUILOBA
Debí conocer a Eloy durante el curso 1975/1976. Cuando empezaban a dorarse las hojas de los plátanos en el Paseo de Valencia al Mar
murió Franco y los estudiantes, siempre atentos a cualquier buena
noticia, lo celebraron con champaña, naturalmente servido en vasito de
plástico. Pero entre sorbo y sorbo miraban hacia atrás, hacia la esquina en penumbra donde —tras sus gafas de sol y envuelto en su gabardina beis— tomaba nota un funcionario de la BPS. El cambio político no
había llegado todavía a la universidad.
Eloy era entonces un hombre a una pipa pegado, casi siempre sin
echar humo, a veces en la boca, otras en la mano. Sus inseparables
gafas de sol graduadas de montura dorada y una poblada perilla —que
luego desapareció— adornaban su rostro cuando me lo tropecé, por
primera vez, en el pasillo del Departamento de Derecho Internacional.
Las ventanas de los despachos del profesorado daban hacia el jardín y
las lejanas copas de los árboles del paseo. Estábamos en un sexto piso.
Quizá por ello, el pasillo que —escondido tras una celosía de cemento— conectaba los dos despachos principales y las zonas comunes de
público y privado para morir en el desordenado depósito de publicaciones de las Naciones Unidas, era luminoso y soleado a última hora
de la mañana. Fue allí donde nos saludamos Eloy y yo. Él debía haber
venido a ver a don Adolfo MIAJA preparando su reincorporación a la
Universidad de Valencia pues —como luego supe— acababa de ganar
la agregación de San Sebastián.
El curso siguiente, Eloy —agregado ya en la Universidad de
Valencia— ocupó el despacho correspondiente al catedrático en la
zona de lo que luego fue Derecho Internacional Privado. La manera
de colocar la mesa junto a la ventana puede revelar muchas cosas
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ANTONIO FERNÁNDEZ TOMÁS
acerca del carácter de su usuario. Don Adolfo MIAJA se sentaba de
espaldas a la ventana. Con lo cual, al entrar en su despacho uno se lo
encontraba siempre de frente, con su amplia frente sonrosada y sus
claros ojos acuosos fijos en los propios. Don Adolfo orientaba su mesa
hacia quien viniera a verle. Estaba como esperándole. Eloy, en cambio, puso la mesa de lado junto a la ventana, dominando el verde paisaje hecho de césped y copas de plátanos y jacarandas, alternadas con
el gris pálido de los álamos blancos. Ensimismado en sus pensamientos, quizá lo verde le recordara a su Cantabria natal, a la casona de
Novales y sus alrededores hacia Santillana de Mar. O quizá, simplemente, su natural modestia le hacía sentirse menos importante y no
esperaba que nadie entrara a verle, a requerirle que dedicara algo de
su tiempo a intercambiar opiniones sobre un documento de la UNCTAD o de la Secretaría General, sobre el Nuevo Orden Económico
Internacional o cualquier otra materia que cupiera en aquel cajón de
sastre denominado Derecho Internacional Económico, que sólo Valencia y Sevilla contenían en su plan de estudios como asignatura cuatrimestral.
Eloy, hombre prudente, gustaba de mantenerse en un discreto
segundo plano. Don Adolfo, al borde ya de la jubilación y aquejado de
Parkinson, leía en diagonal, buscando entre temblor y temblor una
palabra conocida que le diera la pista necesaria para interpretar el
folio. Por ello, cuando uno le preguntaba qué le habían parecido los
papeles que había depositado sobre su atestada mesa, presidida por
una negra máquina de escribir portátil, su respuesta no siempre era
diáfana. Y no por benevolente hipocresía, pues solía ser rotundo en sus
afirmaciones, era porque no había podido leerlos bien y echaba balones fuera.
Eloy no tenía máquina de escribir sobre la mesa. La nueva Hispano-Olivetti, de discreto colorido y formas generosas y redondeadas
estaba sobre su metálico carro de ruedas, junto a una silla o arrimada
a la ventana, donde no molestara. Era un objeto que no usaba mucho.
En cambio, Eloy siempre estaba disponible para leer atentamente mis
papeles o escuchar confusas divagaciones acerca de la intrínseca maldad de las corruptas empresas multinacionales. Por eso, a medida que
pasaba el tiempo, fue siendo cada vez más importante para mí: porque
me hacía caso. No he dicho que leyera mis papeles con celeridad de
relámpago, ni que sus sagaces observaciones cambiaran radicalmente
el curso de una investigación en ciernes que acabaría convirtiéndose
en mi tesis doctoral. Quiero decir que siempre tuve la sensación de
tenerlo a mi lado y de mi parte. ¿Y no es eso precisamente tener un
amigo?
La jubilación de don Adolfo coincidió con la creación por el Ministerio de Educación de las nuevas áreas de conocimiento y el consi-
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guiente desdoblamiento del Derecho internacional en público y privado. Enrique PECOURT llegó a Valencia —siempre respetuoso con don
Adolfo, incluso en el delicado asunto del despacho— aunque no congenió con Eloy. ¡Lástima!, pues hubiera habido perfectamente sitio para
los dos, como luego lo hubo para otro catedrático de público junto al
de privado. Pero, de entrada, Enrique no lo vio así, siendo esa situación el origen de una cacicada que demuestra el portentoso poder del
director general de un ministerio durante la España de la transición, a
resultas de la cual, la nueva cátedra de Derecho Internacional de la
Universidad de Valencia, recién publicada en el BOE, desapareció del
mapa académico sin más explicación que una corrección de errores.
Kafkiano pero cierto. Eloy me enseñó el BOE y se quedó sin cátedra en
Valencia. Pese a lo cual no recurrió ni al contencioso ni al escándalo.
Ese era otro de los rasgos de su carácter: ser capaz de sufrir la injusticia con entereza y dignidad.
Mientras tanto, la democracia se había asentado definitivamente
en España. Los más maltusianos del cuerpo de catedráticos cedían
ante la propuesta del Ministerio. La Ley de Autonomía Universitaria
iba a eliminar el cuerpo de agregados haciéndolos a todos catedráticos. Sí, pero, ¿de veras en la universidad en la que ocupaban plaza,
ahorrándose el vía crucis habitualmente necesario para ser catedrático? Así lo preveía una disposición transitoria en el borrador circulante de la LAU. Eloy —hombre confiado con los propios, pero suspicaz
con los ajenos— no creyó que la ley recogiera finalmente aquella disposición y prefirió tomar posesión en la vacante cátedra de Valladolid.
Fue un error táctico que no tuvo marcha atrás. De algún modo que quizá un psicoanalista consiguiera explicar, su orgullo de hidalgo le impidió manifestar públicamente el interés que sentía en volver a Valencia
como catedrático, patente, entre otras cosas, en el hecho de no haber
enajenado su vivienda junto a la plaza del Xúquer.
Y el azar le deparó ocasiones para haberlo hecho. E incluso —en
las cátedras de 1982— para haber perjudicado a quien podía ser su
rival en el empeño. Mas no lo hizo. Quizá ni se le pasó por la cabeza.
Hubiera sido una felonía impropia de un caballero. En vez de ello,
indeciso, flirteó con la posibilidad de ser Rector Comisario en la
naciente Universidad de Cantabria, renunciando a algo que hubiera
cambiado decisivamente su vida académica por motivos puramente
familiares. Y finalmente hizo el vía crucis al revés, tomando posesión en
La Laguna por idénticos motivos. A partir de ahí, la lejanía del archipiélago africano le va distanciando de colegas y discípulos.
Cuatro años más tarde, una dichosa coincidencia de intereses académicos y fortuna en el sorteo, hizo que de nuevo Eloy —junto a Roberto MESA y Alejandro RODRÍGUEZ CARRIÓN— formara parte de la comisión
del concurso que me permitió acceder a la cátedra de la Universidad
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ANTONIO FERNÁNDEZ TOMÁS
de Cádiz. Y pocos años más tarde hizo lo propio con Charo HUESA en
Palma de Mallorca. Dos discípulos catedráticos y tres universidades
periféricas distintas: una escuela de mínimos, sin duda, pero gracias a
esa ficción hemos podido disfrutar de nuestra mutua amistad durante
años. Y eso no tiene precio. Lástima que haya durado tan poco.
La última vez que nos vimos los tres fue en Murcia, meses antes de
su fallecimiento. Obligado por su pertenencia a un tribunal de cátedra,
Eloy aceptó su responsabilidad viajando a la Península, pese a su quebrantada salud y agradeció el encuentro. Extremadamente magro y con
aspecto fatigado, tomaba su café en la barra del bar con la parsimonia
de siempre cuando nos encontramos. Tuve malos presagios al verlo tan
deteriorado físicamente. Luego nos invitó a cenar, quizá intuyendo que
aquella noche era la de nuestra despedida. Siempre he lamentado no
haber sido más comunicativo en las últimas ocasiones que la vida nos
depara de estar con un familiar o un amigo. Eloy siempre fue generoso
conmigo y nunca me pidió nada a cambio. Sirvan estas palabras,
siquiera mínimamente, para intentar corresponderle.
Quisiera finalmente pedir disculpas por manifestar mi amistad con
Eloy desde un punto de vista tan personal. Sin duda, otras personas —especialmente Charo, la verdadera impulsora de este libro dedicado a su
memoria— podrían exponer mejor que yo cómo se honraron de su
amistad. De qué manera pudo alguien compartir el tiempo y disfrutar
de la compañía de un hombre generoso, prudente y digno. Pero por
encima de todo Eloy fue un hombre afectuoso, aunque su timidez le
obligara a disimularlo. Recordar a Eloy, con todo afecto, es un privilegio para quienes le tratamos. Es evitar su olvido. Y no es otra cosa lo
que pretendemos quienes colaboramos en esta obra.
Antonio FERNÁNDEZ TOMÁS
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