VIII. Ut consecutivo: defensa de la legitimidad del subjuntivo 1.- Desde el principio de este capítulo va a quedar claro que Bassols no midió sus palabras al calificar, en el punto sobre el origen de la cláusula consecutiva en latín, a ésta como “una simple subordinada de índole consecutiva”1. Como cláusula que recibe un nombre semántico, su estructura lingüística ha pasado a segundo plano y se han hecho corresponder, entre distintas lenguas, construcciones diferentes. Y lo malo no han sido estas atrevidas correspondencias (como podría ser, por ejemplo, que tradujéramos el francés j’aime la fruit por “me gusta la fruta”), sino que el siguiente paso haya sido el de la equivalencia, por la que si je es Sujeto en francés, “me” lo haya de ser también en castellano, o viceversa. Y prueba de la complejidad del tema de las consecutivas es que no sólo en latín es el apartado en el que las gramáticas se muestran más titubeantes, inseguras o incoherentes, sino que también en castellano se trata de un punto polémico y casi insoluble, como ya veremos. Por todo, hemos decidido comenzar esta capítulo estudiando el análisis tradicional y ofreciendo el nuestro de las consecutivas en castellano, para luego llegar con menos prejuicios (al menos, en nuestra intención) al latín. A - Las consecutivas en castellano 2.- Tanto la Gramática de la RAE2 como Gili y Gaya3 analizan al nexo “que” de nuestras consecutivas como “relativo neutro” y a los términos “tanto”, “tal”, “de manera”, etc. como “antecedentes”. Como obras tradicionales que son, esta denominación de “relativo” y “antecedentes” no exige coherencia a la hora de emparentar a las cláusulas consecutivas de alguna manera con las adjetivas, sino que son, por lo que se ve, idénticas al resto de las adverbiales; por tanto, más parece que dicho calificativo pueda referirse solamente a su origen morfológico4. 3.- Fruto de esta enorme laguna en nuestra Sintaxis es el trabajo 1 Op. c. II ' 309. 2 Edición de 1931, pág. 389. 3 Curso Superior de Sintaxis Española, Barcelona 1967; ' 245. 4 La propia autora que vamos a estudiar a continuación, C. Fuentes, afirma en su obra (n. 72, pág. 149): “Sin embargo, su origen (‘que’) fue el relativo latino, que tenía valor consecutivo. Más tarde, en el paso al romance, ‘que’ se convirtió en conjunción universal, más o menos como el ut en latín, y adquirió todos los valores de subordinación”. Acerca de la teoría de la conjunción universal ya hemos disertado bastante; añadamos tan sólo que el último adjetivo “todos” es claramente hiperbólico y falso. VIII. UT consecutivo monográfico de C. Fuentes5. Ya desde el principio, la autora decide apartar de su estudio las estructuras consecutivas coordinativas (“Pienso; luego existo” [pág. 24]) pues son consecuencias solamente lógicas; las reales son las subordinadas. Nosotros, por nuestra parte, excluiríamos también todos los casos de evidente aposiopesis o braquilogía (que, sin embargo, ella sí acepta) del tipo “No ha llamado, de modo que… )vendría?” o “Hace tanto frío que… ponte el abrigo”. Para el análisis del nexo (“que”), primeramente describe, argumenta y rebate la opinión de varios autores (pp. 101ss). Así, para Alarcos6 y Narbona7, se trata del mismo “que” comparativo; C. Hernández8 defiende su naturaleza relativa, mientras que Sánchez Márquez presenta una serie de razones en contra; Alcina y Blecua no definen este “que” más que como introductor de la subordinada consecutiva. La propia autora, tras rebatir el valor relativo y comparativo, concluye que se trata de un “que” completamente distinto a todos los demás (pág. 106). En último lugar, destacamos, del apartado denominado “estructuras mixtas” (pág. 164), algunas que nos parecen interesantes: la consecutivo-final (“…hacer rentable su trabajo de forma que el producto económico compense la larga jornada…”) y la relativo-consecutiva9 (“Me llamó con una voz que parecía provenir del otro mundo”)10. 4.- Nosotros poco nuevo tenemos que decir acerca de la construcción consecutiva con que. Este en su origen pudo ser un “que” relativo, un “que” comparativo e incluso un “que” sustantivo-declarativo. Sin embargo, sincrónicamente es evidente que no se identifica en su totalidad con ninguno de ellos: su cláusula no es completiva, pues no se puede sustituir por un sustantivo; ni adjetiva, ya que tampoco por un adjetivo; ni “que” es relativo, pues no parece tener más función que la de nexo ni referirse a un antecedente, como sí sucede en las adjetivas (“El coche que tengo” → “que” = “el coche”) o las comparativas (“Gasta más que gana” → “que” = “así”). En cuanto al verbo, es modalmente libre: de normal, usa el indicativo, aunque el subjuntivo aparecerá si posee significado eventual, ya para marcar la no realidad (“No era tan estudioso que se pasara toda una semana seguida con los libros”) o la inseguridad del futuro (“Haz esto de 5 Sintaxis Oracional (Las Oraciones Consecutivas en Español), Sevilla 1985. 6 Español QUE, Estudios de Gramática funcional del Español moderno, Gredos, 30ed., 1982, pp. 260- 274. 7 Las proposiciones consecutivas en español medieval, Granada, Publicaciones de la Universidad de Granada, 1978. 8 El QUE español, RFE, L, 1967, pp. 257-271. 9 “… sin dejar por ello de ser adjetivas” (op. c. pág. 173). 10 Otras estructuras menos destacables: copulativa (“Piensa mal y acertarás”) o causal (“Juan estaba tan agotado que dejó el negocio” → “Dejó el negocio de agotado que estaba”). 104 VIII. UT consecutivo manera que se entienda”). Y, finalmente, la cláusula es adverbial ya que, aunque no puede sustituirse por ninguna palabra, complementa a adjetivos o adverbios. Puede hablarse, hasta cierto punto, de interdependencia, de la necesidad de los llamados correlativos de una cláusula que “complete su significado”; sin embargo, sintácticamente nos parece evidente que esta cláusula se subordina a aquéllos: en “Es tan pesada que no me deja en paz”, la subordinada no especifica al verbo “es” ()cómo es?: “pesada”) ni al adjetivo ()cómo de pesada?: “tanto”), sino al adverbio ()cómo de tanto?: “tanto que…”). Así pues, si sólo tuviéramos esta estructura consecutiva, correríamos el peligro de identificarla con la latina de ut (cosa que, tradicionalmente, se ha hecho), intentando reducir la diferencia modal mediante explicaciones, como veremos, poco convincentes y causantes incluso de discordancias temporales (el llamado “pto. imperfecto en lugar del pto. perfecto”). 5.- Sin embargo, cuenta el castellano con otra posibilidad, mucho más versátil, de expresar la consecuencia: “Llovió lo suficiente como para que el río se desbordara” (≈tanto que se desbordó). Este nexo (“como para que”)11 no aparece en los manuales tradicionales de Sintaxis española; ni siquiera en el trabajo de C. Fuentes, en un capítulo del cual se pretendían revisar todos los posibles introductores (algunos, incluso inusitados hoy en día) de subordinadas consecutivas. Pero es que tampoco se encuentra en ningún otro apartado de las Gramáticas, ni en el dedicado a las cláusulas finales (por “para que”) ni comparativas (por “como”). “Como para que” es de uso obligado como complemento (con claro matiz consecutivo) de adjetivos o adverbios como “demasiado”, “suficiente”, “bastante”, etc. (“Es demasiado caro como para que se lo compremos”) y preferible a “que” con principal negativa (“Llovió tanto que se desbordó” junto a “No llovió tanto como para que se desbordara”). Y, por otra parte, cualquier oración con “que” consecutivo puede conmutar el nexo: “Es tan pesada que no me deja en paz” → “Es tan pesada como para no dejarme en paz”. Evidentemente, las dos construcciones no son sinónimas, pues mientras la primera presenta como real el proceso de “no me deja en paz”, la segunda, mediante el subjuntivo, lo expresa como eventual (el hecho de no dejarme en paz, posible o efectivo, puede ser consecuencia de lo pesada que es), por lo que esta segunda estructura es, por así decirlo, más pura que la primera12. 11 12 Aunque realmente debería ser “[como] para que”, pues “como” es optativo (ver n. 18). De hecho, el subjuntivo, como modo que expresa los procesos en la más pura eventualidad, debería aparecer en todos los verbos subordinados que semánticamente fueran realmente subordinados, es decir, colaterales del principal: de modo paralelo a lo que ocurre con los mandatos, donde, aunque haya más de uno en el fondo, sólo el principal aparece en la forma expresa del mandato (“Ordénale que venga”), también debería suceder lo mismo con las aseveraciones de la realidad (indicativo), por lo que todo verbo subordinado debería ir en subjuntivo; sin embargo dicho valor de aseveración de la realidad no es tan fuerte como el del mandato, y por ello muchas cláusulas en castellano y en latín utilizan también el indicativo (ver II ' 15): por ejemplo, junto a “No creo que haya venido” decimos “Creo que ha venido”, 105 VIII. UT consecutivo Pero de lo que no cabe ninguna duda es que ambas indican, semánticamente, una consecuencia. 6.- Si analizamos el nexo, es evidente que, a primera vista, lo que más destaque sea el “para que” y, de ahí, surja la relación con las subordinadas finales. Una idea muy aceptada es que la diferencia (en plan general, no de lengua concreta) entre consecutivas y finales es el matiz de intención que éstas poseen y aquéllas no13: “Lo llamó para que le devolviera el libro” (es decir, “con esta intención, que…”). En ninguno de los ejemplos anteriormente puestos de “como para que” se puede percibir dicho matiz: no llovió con intención, ni es caro con intención, ni es pesada necesariamente con intención. Una conclusión estructuralmente lógica de esto es que, si aceptamos que la oposición final-consecutiva se basa en el rasgo de intención del primer término (que, por ende, sería el marcado), y comprobamos que “para que” puede expresar o no ese matiz, dicho nexo no implicará intención (pues, como término marcado, no debería poderse emplear en lugar del no marcado), sino que sólo expresa (o, mejor dicho, introduce), o bien un proceso posterior, al cual, tradicionalmente, hemos denominado “consecutivo” si no había por qué pensar en intencionalidades, o bien “final” si contextualmente entendíamos que sí las había. En efecto, el uso de “para que” no está restringido a los enunciados claramente consecutivos por adjetivos o adverbios intensificadores. Sería ridículo buscar intención en una oración como “Faltan tres horas para que el avión llegue”; nuestro análisis semántico es: “faltan tres horas; con lo cual (es decir, cumplidas) el avión ha de llegar”. Incluso se puede conseguir un grado mínimo de relación de consecuencia en enunciados como “El número de incendios bajó el año pasado para luego aumentar casi al doble”. Evidentemente, al no haber, al menos en castellano, marcas formales que distingan entre la expresión de la finalidad o de la mera consecuencia con el nexo “para que”, algunos enunciados consecutivos (“Compraron un coche lo suficientemente barato para que les quedara dinero para las vacaciones” ≈ “tan barato que les quedó”) pueden ser susceptibles de admitir la intencionalidad (“Lo compraron barato con la intención de que les quedara…”). 7.- )Qué es, entonces, “para”? Veamos de principio oraciones en las que rija no sólo cláusulas, sino también elementos más sencillos: donde el último indicativo es una doble (e innecesaria) señalización de nuestra creencia en la realidad del proceso. Sea como fuere, parece innegable que la subordinada de “Corrió como para que nadie lo alcanzase” es mucho menos autónoma que la de “Corrió tanto que nadie lo alcanzó”; cf. ' 14. 13 Por ejemplo, para Ernout-Thomas (op. c. ' 342) o Hofmann-Szantyr (op. c. ' 340 II. a), las consecutivas expresan hechos no buscados necesariamente o queridos, como sí las finales. En latín el subjuntivo estrecha la relación entre ambas construcciones. Ver IX ' 4 y 5. 106 VIII. UT consecutivo a) “Es bastante trabajador para lo que se espera de él” b) “Va demasiado lento para un buen resultado” c) “Es un camino largo para un solo día”. Nos parece evidente que “para lo que se espera de él” complementa a “bastante” ()cómo de bastante <trabajador>?: para lo que se espera de él), “para un buen resultado” a “demasiado” y “para un solo día” a “largo”. Son, pues, complementos especificativos; simplista sería calificarlos de “limitativos”, pues cualquier complemento especificativo limita la extensión de su régimen14. Visto esto, )hay realmente alguna razón para establecer diferencia entre estos ejemplos y los siguientes con “para que”? d) “Llueve bastante para que no salgamos a la calle” e) “Llueve demasiado para que salgamos a la calle” f) “Es un camino largo para que lo haga un viejo”. Ninguna, a nuestro juicio, salvo la que conlleva la adición de nuevas palabras: si hay verbo habrá modo y tiempo y cláusula subordinada, pero el tipo de complemento es el mismo. )Y son consecutivos estos complementos? Podemos afirmarlo de d (“Llueve bastante y como consecuencia de eso no saldremos a la calle”), pero ya no de las otras cláusulas (“Llueve demasiado, de manera que no saldremos” o “El camino es muy largo, de manera que un viejo no debería hacerlo”: si se precisa añadir la negación, sería en todo caso lo contrario a la consecuencia); en el caso de los sintagmas más sencillos, sólo “para un buen resultado” podría ser considerado consecutivo15, pero se debe al significado semántico de “resultado”: si lo cambiamos (“Va demasiado lento para el coche que lleva”) desaparece la consecuencia16. Conclusión, por tanto, de todo esto es que incluso los sintagmas vistos de “para” complementan a adjetivos o adverbios17 especificando (es decir, limitando) su alcance. Que expresen o no la consecuencia es, a nuestro juicio, absolutamente contextual y casual. 8.- Frente a la relativa sencillez de la interpretación de “para que”, el “como” que a veces lo precede es muchísimo más complejo. Para empezar, el hecho de ser 14 Cf. V ' 36. 15 Aunque, estrictamente, tampoco, pues la consecuencia sería un “no-buen resultado”. 16 Es curioso comprobar que “para que” no admite la anterioridad; se ha de utilizar, para ello, el infinitivo, incluso con Sujeto: “Para haber muerto su padre, estaba contento”. 17 Parece algo forzado la dependencia directa del verbo: “Llueve para que no salgamos a la calle”. 107 VIII. UT consecutivo prescindible18 invita a pensar que se trate de un elemento más decorativo que funcional; se puede incluso relacionar con el “como” suavizador de expresiones del tipo “Estaba como enfermo”, o afirmar que es una marca del “para que” consecutivo (el final no lo lleva: “Lo llamó como para que le devolviera el libro”: )?). Sin embargo, nosotros creemos que se trata más bien del “como” modal con verbo omitido (al igual que “como si”, “como cuando”…), lo que, naturalmente, nos pondría en relación con las comparativas (con las cuales comparte “antecedente”). Si mantenemos dicha interpretación, “Llovió tanto como para que el río se desbordara” sería “…como <ha de llover/llovería> para que…”. Así, los adjetivos-adverbios “demasiado” y “bastante”, que ya hemos visto cómo rigen complementos introducidos por “para” (' 7), al expresar cantidad, pueden ser también los antecedentes del adverbio relativo “como”. Sin embargo, “tan”, “tanto” o “tal” no 18 A fin de comprobar hasta qué punto “para que” puede expresar consecuencia o finalidad, y, por ende, hasta qué punto es o no necesario “como” para actualizar la primera, hemos combinado cuatro “antecedentes” (“tan”, “bastante”, “demasiado” y cero) con verbos susceptibles de intención o no, y en forma positiva y negativa: “tan” → 1) “Voy tan rápido para que sobre tiempo” 2) “No voy tan rápido para que sobre tiempo” 3) “Llueve tanto para que se desborde” 4) “No llueve tanto para que se desborde” “bastante” → 5a) “Voy bastante rápido para que sobre tiempo” 5b) “Voy lo bastante rápido para que sobre tiempo” 6) “No voy lo bastante rápido para que sobre tiempo” 7a) “Llueve bastante para que se desborde” 7b) “Llueve lo bastante para que se desborde” 8) “No llueve bastante para que se desborde” “demasiado”→ 9) “Voy demasiado rápido para que sobre tiempo” 10) “No voy demasiado rápido para que sobre tiempo” 11) “Llueve demasiado para que se desborde” 12) “No llueve demasiado para que se desborde” ( -- ) → 13) “Voy rápido para que sobre tiempo” 14) “No voy rápido para que sobre tiempo” 15) “Llueve para que se desborde” 16) “No llueve para que se desborde” Expresan preferentemente intencionalidad (y sintácticamente dependen del verbo, no del “antecedente”) 1 y 13; aun cuando cabría esperar lo mismo de sus correspondientes versiones con verbos inintencionados (lo cual daría lugar a expresiones absurdas), ello sólo es perceptible en 3. Ocupan el siguiente escalón los que se pueden entender de igual manera como finales o consecutivos: 5a, 7a, 2, 14 y 16; el resto admite preferentemente la idea consecutiva. Así pues, el solo hecho de esperar, dependiendo de verbo intencional (“voy”), la finalidad, y, de inintencional (“llueve”), la consecuencia, quiere decir que se trata de una diferencia contextual; en segundo lugar, tampoco es que la delimitación sea tan clara, pues cualquier ejemplo es susceptible de ambas interpretaciones; eso sí, se puede establecer una gradación en la cercanía a cada una: partiendo del valor final hacia el consecutivo, el primer lugar lo ocupan los ejemplos sin antecedente, seguidos de los de “tan”, después los de “bastante” y, finalmente, los de “demasiado”. La manifiesta ambigüedad nos impide afirmar con seguridad dónde se encuentra la frontera entre una y otra interpretación sin “como”. Es, asimismo, de destacar que el artículo “lo” ante “bastante” (5b y 7b) parece esperar al relativo “como” con más fuerza (cf. “(Si supieras lo bien que conduce!”). 108 VIII. UT consecutivo cuentan con la primera posibilidad (ver n. 18), sino sólo con la segunda. 9.- En cuanto al verbo, forzosamente en subjuntivo, lo más cómodo es justificarlo automáticamente por el para que (aunque, aquí, evidentemente, no se puede analizar dicho modo como de deseo, como en las finales). A nuestro parecer, este subjuntivo puede justificarse perfectamente por el valor eventual que expresa: el proceso, aunque efectivamente lo sepamos ocurrido (“En 1982 llovió como para que se desbordaran los ríos”: hoy sabemos que los ríos, efectivamente, se desbordaron), se presenta como eventual, como posibilidad sobre la que no hace falta pronunciarse (ver n. 12). 10.- En el capítulo de las modales, vimos cómo estas cláusulas representan un proceso previo y cómo esta relación influye sobre la consecutio temporum. También comprobamos que la diferencia básica entre modales y consecutivas estribaba en que éstas últimas eran posteriores a su verbo regente, algo que se desprende del mismo significado de “consecuencia”; de hecho, representan, de modo inverso a las cláusulas causales, la relación causa-efecto: “Se quiere ir porque está cansado” → “Está cansado, de modo que se quiere ir”; en uno u otro caso, el proceso previo es “está”. También confirma la naturaleza posterior la ordenación, siempre tras su verbo regente. 11.- Tampoco, pues, aquí el aspecto servirá para indicar anterioridad, simultaneidad o posterioridad, ya que esto viene marcado por la relación lógica. Veamos, entonces, qué significado le queda reservado a cada aspecto. a) Las formas perfectivas (“Sale lo bastante rápido como para que nadie haya llegado antes”) no indican anterioridad: por principio, ni se puede llegar antes de salir. La única finalidad, pues, de una forma perfectiva en esta cláusula, es su relación con otro punto cronológico, expreso o no: “Sale lo bastante rápido como para que, cuando sean las doce, nadie haya llegado antes”19. Es decir, una forma perfectiva en una cláusula consecutiva expresa proceso acabado con respecto a otro tiempo de su cláusula. b) Tampoco a las formas imperfectivas (“Sale lo bastante rápido como para que nadie llegue antes”) les correponde el significado normativo, pues, también por principio, “llegar” no puede ser simultáneo a “salir”. Del ejemplo puesto podemos percibir que “llegue” es posterior a “sale”. Ahora bien, si el verbo principal no es puntual, sino durativo, puede dar la impresión de que se produce simultaneidad: “Condujo lo bastante lento como para que hasta un camión lo adelantara” (≈“mientras conducía, lo adelantó”); sin embargo creemos que la posterioridad se evidencia, no sólo por la comparación con oraciones de verbo 19 También se pueda dar esta posibilidad en, por ejemplo, cláusulas finales: “Te lo dejé para que en septiembre ya te lo hubieras leído”. 109 VIII. UT consecutivo puntual, sino también representando el proceso durativo con una línea cronológica y el subordinado con un punto u otra línea superpuestos: el verbo principal siempre empieza antes20. c) En las cláusulas de proceso previo, la diferencia entre el aspecto imperfectivo y la perifrástica ha de ser nítido, ya que ésta expresa una intención (“Me voy porque me van a llamar”) y aquél un hecho en curso (“Me voy porque me llaman”). Sin embargo, si el proceso es posterior y al aspecto imperfectivo se le asigna, por principio, una acción posterior e inacabada, coincidirá con la perifrástica: )en qué consiste la diferencia entre “Sale lo bastante rápido como para que nadie vaya a llegar antes” y “Sale lo bastante rápido como para que nadie llegue antes”? Creemos que entra en el campo de la estilística, de la expresión de un matiz no funcional en todo este sistema de oposiciones. Lo que nos interesa será saber qué ocurre en latín. 12.- Por lo que se refiere a la atracción temporal, vamos a comprobar en castellano en qué nivel se encuentran las consecutivas. Consideramos que lo “normal” ha de ser que se respete el imperativo de la relación lógica, es decir, que el tiempo verbal subordinado sea siempre posterior al regente. Por debajo de esta “normalidad” y, por tanto, contradiciendo a la relación lógica, encontraríamos tiempos anteriores en la cláusula. Por encima de ella, tendríamos la atracción. a) Dado que, con subordinadas en subjuntivo, el verbo principal funcionalmente sólo se puede clasificar como de presente (“sale”, “saldrá” y “salga”)21 o pasado (“salía” / “salió”, “saldría” y “saliera”), la única posibilidad de trasgresión cronológica de la posterioridad es un verbo regente de presente con un subordinado de pasado (serie segunda: “Sale lo bastante rápido como para que nadie llegara antes”), lo cual no se produce en castellano22. b) Las tres restantes combinaciones sí existen: “Sale lo bastante rápido como para que nadie llegue antes”, “Salió lo bastante rápido como para que nadie llegara antes” y “Salió lo bastante rápido como para que nadie llegue antes”. En las dos primeras hay concordancia temporal, pero en la última, no: evidentemente, entendemos ahora que la relación entre los dos tiempos se ha perdido; el proceso subordinado se ha independizado, ya no se mide desde su regente, sino que se nos 20 Cuidado hay que llevar también con los engañosos durativos que parecen ser posteriores: en “Su casa es tan grande que cupimos todos”, entendemos que “es” va en presente porque “sigue siendo”, y deducimos que si “cupimos”, fue porque también “era”; cf. Bassols, op. c. II ' 161. 1. 21 Al no ser productivo el futuro de subjuntivo, ya que el presente de subjuntivo, por su valor prospectivo, se refiere al momento cronológico del futuro, es idéntico el comportamiento de “sale” y “saldrá”; ver, además, III n. 25. 22 A no ser por el empleo de los pasados de subjuntivo para expresar mayor inseguridad, que se da sobre todo en las condicionales: “Sale lo bastante rápido como para que nadie, aunque pudiera enterarse, llegara antes”. 110 VIII. UT consecutivo presenta tan autónomo como éste; no sería otra cosa que lo que sucedería en “El Gobierno decretó que, a partir del lunes, suba la gasolina”. 13.- Como resumen diremos que la relación lógica es escrupulosamente respetada por aspecto y tiempo. En cuanto a la atracción, creemos demostrado que no se trata de una regla rígida, sino, en todo caso, de una tendencia; a nadie se le ocurriría calificar de incorrecta una oración como “Salió lo bastante rápido como para que nadie llegue antes”; y, además, hay que hacer constar que hemos usado para el análisis las consecutivas como “como para que” y subjuntivo, que consideramos más propensas a la atracción que con indicativo23. 14.- Cuenta, pues, el castellano, de principio, con dos posibilidades de expresión , mediante la hipotaxis, de la consecuencia: la que usa la cláusula de “que” e indicativo, siempre con “correlativo” (debido, seguramente, a la polivalencia de “que”), y que expresa el proceso como real (a no ser que emplee el subjuntivo) y como una verdadera consecuencia; y la de “como para que” y subjuntivo, sin necesidad del “correlativo”, y que expresa siempre el proceso como eventual y más como complemento del “correlativo” que como verdadera consecuencia: “Su casa es lo bastante grande como para que quepamos todos” o “Su casa es tan grande que cabemos todos”; “Aquel libro era demasiado grande como para que lo leyeras en una noche” o “Aquel libro era tan grande que no lo pudiste (o ‘habrías podido’) leer en una noche”. Podremos traducir las consecutivas latinas por cualquiera de las dos construcciones castellanas25 (a excepción de enunciados con determinados 24 23 La razón es sencilla y se puede deducir de lo que hemos venido diciendo. Si un proceso consecutivo va en subjuntivo, se está dando en la “pura esencia” y, exclusivamente, como proceso derivado de su regente; su realidad es contextual. Sin embargo, en indicativo se está afirmando que es un proceso real (y esto puede primar sobre su carácter de consecuencia de otro proceso). Ver n. 12 y II ' 15. 24 Aparte de “que” y “como para que”, también se puede pensar en “de manera que” (o “de modo que”). El primer problema que se nos plantea es el análisis analítico o sintético de este grupo de palabras, a lo que podemos responder con el hecho, por una parte, de que “de manera” no puede prescindir de la cláusula (los demás “antecedentes”, sí) ni ser completado por “como para que” (los demás, sí), pero por otra y más importante, si, pensando que sea parte del nexo, observamos ejemplos con otro “antecedente” (“Estudia demasiado, de manera que va a aprobar”) y lo comparamos con otro nexo (“Estudia demasiado como para que no vaya a aprobar”), nos parece evidente la desigualdad: mientras que “como para que” complementa sólo a “demasiado” (y, por tanto, al depender del significado negativo de “demasiado”, compensa el sentido inluyendo “no”; cf. ' 54), “de manera que” se refiere, no a “demasiado”, sino al verbo (o, lo que es lo mismo, a toda la “oración principal”), ya que no es sólo un nexo, sino un sintagma de significado adverbial (“de manera”, referido al verbo), y el introductor de su complemento (“que”). Resumiendo, “de manera que”, si no puede tener un “antecedente”, ha de ser porque ya lo incluya (“de manera”); parece, pues, pertinente clasificarlo junto al resto de cláusulas de “que”. El hecho de que sea improductivo en otras combinaciones debe ser atribuido a la norma y no al sistema. 25 Si en latín no había antecedente, la norma tradicional pedía traducir por “de manera que” (incluso para el alemán: Kühner-Stegmann, op. c. ' 188. 2); “como para que” también sería adecuado. 111 VIII. UT consecutivo correlativos; ver ' 5), pero si deseamos encontrar la construcción castellana más parecida a la latina, creemos que hemos de olvidarnos totalmente de la de “que” y pensar en la de “como para que”, no sólo por razones más superficiales como el subjuntivo o la posible identificación del ut consecutivo con el modal o el final, sino por lo que, a nuestro juicio, conlleva el uso del subjuntivo (ver n. 12)26: la cláusula no expresa en latín la verdadera consecuencia de “que”, sino la extensión del significado del “correlativo”, como “como para que”; si el latín hubiera querido indicar la realidad del proceso subordinado, habría utilizado el indicativo, como en las oraciones de relativo. B - El origen tradicional de las consecutivas latinas 15.- De las ocho obras consultadas, las opiniones acerca del origen del ut consecutivo y su cláusula se pueden dividir en tres grupos. Ernout-Thomas señalan que tanto las proposiciones completivasconsecutivas como las adverbiales provienen de las finales (op. c. ' 310 y 342). La única explicación que de esta teoría dan en su gramática parece ser la de la procedencia desde giros finales con idea de intención o eventualidad27, como ita paravi copias facile ut vincam o quis tam demens est ut sua voluntate maereat?28, donde el subjuntivo empezaría a perder su valor primitivo y a marcar la “no actualización enunciativa” (op. c. ' 299); las nuevas subordinadas expresarían sencillamente un hecho sin más que servía de ilustración o prueba. Aunque podía quedar, como huella de su origen, “una ligera significación modal de intención” (op. c. ' 342). En otra parte de la misma obra, afirman que no tienen nada que ver con las cláusulas comparativas, sino que la cláusula de ut consecutivo “desarrolla a ita como completivo” (op. c. ' 352). Ahora bien, para conocer la opinión de estos autores acerca, no del origen, sino de los comienzos de esta subordinada, también disponemos del artículo “Sur les 26 Como veremos a continuación, la totalidad de los autores pretende explicar la “injustificada” presencia del subjuntivo en las consecutivas latinas. Nosotros, aun antes de rebatir sus argumentos (' 16, 22 y 24), de principio aceptamos y justificamos la legitimidad de dicho modo. 27 A nuestro juicio, toda cláusula final debe poseer la idea de intención y eventualidad; es más, éstos son los rasgos para identificar las finales (cf. n. 13). 28 Este último ejemplo no es, bajo nuestra opinión, final, sino genuinamente consecutivo. Los autores franceses se han dejado engañar por el “para que” (o el “pour que” francés) de la traducción. Griffe, sin embargo, demuestra que las categorías de finalidad y consecuencia no son tan diferentes como se cree, traduciendo sendos pasajes mediante el mismo “pour”: Pl. Au. 612 lavabo ut rem divinam faciam (“je vais me laver pour procéder à la cérémonie”), Cas. 47 adolevit ad eam aetatem ut viris placere posset (“elle a atteint un âge suffisant pour pouvoir plaire aux hommes”; op. c. pág. 443); fijémonos en el adjetivo “suffisant” (cf. ' 5). 112 VIII. UT consecutivo débuts de la proposition consécutive en latin”29 de Thomas, quien constata que son sólo cinco los ejemplos de Plauto en los que se pueda afirmar que el subjuntivo de la cláusula consecutiva exprese un hecho inequívocamente real; cifra ínfima para la longitud de su obra y dieciséis veces menor, en proporción, que el número de casos encontrados en Terencio, lo que, a juicio del autor, demostraría una patente progresión. Por otra parte, sólo se hallaría, tras descartar los finales, un ejemplo en Plauto con tiempo de pasado, mientras que Terencio presentaría una cantidad mucho mayor de casos potenciales e irreales y hasta alguno real. Reconoce, sin embargo, Thomas que la diferencia entre los dos comediógrafos es demasiado grande como para achacarla a la evolución de la lengua y que quizás la razón haya que buscarla en el estilo más refinado de Terencio. 16.- La opinión que la teoría acerca del origen nos merece no es demasiado positiva. En primer lugar, la procedencia a partir de las finales supone un problema estructural30: si, como antes decíamos, consecutivas y finales se diferencian en el matiz de intención de éstas, se deduce que el término marcado de la oposición ha de ser el significado final. Que éste fuera el origen de las consecutivas, sería como afirmar que el ut modal procede del causal. Sirva como principal prueba de ello el injustificado subjuntivo, del que las consecutivas no sólo no tenían ninguna necesidad, sino, a juzgar por las definiciones tradicionales (“expresan hechos reales”) aversión. La razón de la “no actualización enunciativa” para justificar el subjuntivo está bien hasta que uno se pregunta por qué todas las subordinadas31, sobre todo las de relativo, no van entonces, siguiendo la misma regla, en subjuntivo; o cómo se explica que el subjuntivo final acabe perdiendo toda su identidad. Evidentemente, toda esta teoría parte de la errónea consideración de que cualquier cláusula introducida por pour que sea final (cf. ' 6). Y, finalmente, la equiparación que hacen con la completiva, se debe al prejuicio de su propia lengua, que, al igual que el castellano, construye la consecutiva con el mismo modo (indicativo) y con el mismo nexo (que) que la completiva. Funcionalmente es absurda tal equiparación: la cláusula consecutiva no se puede sustituir por un sustantivo. 29 F. Thomas, Mélanges de Philologie, París 1940. 30 Aparte de que, en el capítulo de las finales, no se explica el origen de éstas. Lo único, en la introducción a los usos de ut como subordinante, es la mención de que éste era el indefinido (“de cualquier manera”, op. c. ' 301) y el subjuntivo de las finales, volitivo (op. c. ' 299); ver IX ' 11. 31 La lista de subordinadas que, según estos autores, se valen de este tipo tan particular de subjuntivo, es: cum histórico, cum causal, cum concesivo, relativas causales, relativas consecutivas, ut consecutivo e interrogativas indirectas. A nuestro juicio, representan la minoría frente a otras muchas subordinadas en indicativo: si una consecutiva es real, como el est de Lucetiam, quod oppidum Parisium est, pervenit, )por qué no regularizó el latín con sit? Tampoco el argumento de la diferenciación con las comparativas es válido: no sólo en castellano, usando el mismo modo, se distinguen claramente, sino que, además, en latín, el subjuntivo ocasiona la confusión con otros valores de ut (ver Rubio, op. c., ' 415, donde afirma que “el embrollo se centra, sobre todo, en el tríptico completivas-finales-consecutivas”). 113 VIII. UT consecutivo En cuanto al artículo de Thomas, al basarse en la constatación de la cantidad de ejemplos con uno u otro valor modal, dejaremos su réplica para más adelante (' 39); de momento diremos que la estrella que ha guiado sus pasos, la del irracional uso del subjuntivo para la expresión de procesos reales, queda, a nuestro juicio, eclipsada por todo lo dicho hasta ahora sobre el mismo modo en nuestras cláusulas de “como para que”. Y otro detalle: al destacar el hecho de que sólo 5 consecutivas en Plauto fueran reales, parece que quizás quiera decir que el subjuntivo, de principio, se usaría para la potencialidad y la irrealidad y, por tanto, el indicativo para la realidad; )pero de dónde sacaríamos a este indicativo, si lo que se proponía era el origen a partir del ut final? 17.- El grupo más numeroso lo forman los autores alemanes (HofmannSzantyr, Kühner-Stegmann y Kroll) y su traductor (Bassols). Para ellos el origen de la cláusula consecutiva hay que buscarlo en construcciones paratácticas formadas por una interrogación “indignada”, con subjuntivo deliberativo o de indignación y ut indefinido (interrogativo, según Hofmann-Szantyr: op. c. ' 340 II. a), y otra oración que se convertiría en su principal: utne tegam spurco Damae latus? non ita Troiae me gessi (“)que cubra, como sea, el costado del guarro de Dama?; no me comporté yo así en Troya”)32. Así lo explican Hofmann-Szantyr (op. c. ' 340 y 346, advirtiendo que, necesariamente, se tuvo que originar con “oraciones principales” negativas o interrogativas y de procesos no reales, y que, por lo tanto, luego se extendería a las positivas y de procesos reales)33, y Bassols (op. c. II ' 185 y 309). Sin embargo, Kühner-Stegmann no explican el origen de las consecutivas adverbiales; quizás la referencia, al principio de su apartado, a las semejanzas con las consecutivas sustantivas incluya, en su intención, también el tema del origen. En ese caso, hablan de la “verosímil procedencia a partir de las preguntas de desaprobación” (op. c. ' 187). Mas no creemos que identifiquen el origen de sustantivas y adverbiales, ya que, a la hora de poner ejemplos de éstas últimas, explican dos de ellos (op. c. ' 188. 2), uno sí mediante la mencionada pregunta de desaprobación (Cic. Of. I 103 neque ita nati a natura sumus, ut ad ludum et iocum facti esse videamur < ut… videamur? non ita nati sumus), y otro mediante lo que a nosotros se nos antoja un subjuntivo volitivo (Pl. Aul. 591 ita dormitet, ut servum se esse cogitet < ita dormitet; ut [“de cualquier manera”] cogitet…)34. Este último enunciado es el utilizado por Kroll (op. c. ' 29), quien ha seguido el camino inverso: el origen se 32 Esta oración sería ejemplo histórico de la parataxis originaria. 33 En esta obra aparece también, secundariamente, la teoría de Leumann, quien prefiere un origen a partir del ut modal; dicha opinión la desarrollaremos en ' 24. 34 Lo cual no tendría la menor importancia a no ser por las mil veces mencionada diferencia formal entre consecutivas y finales, la negación (non y ne, respectivamente), debida a la naturaleza del subjuntivo empleado (potencial o de indignación y volitivo, respectivamente). Curiosamente, se han escogido ejemplos con subjuntivo también volitivo en la principal. 114 VIII. UT consecutivo habría producido a partir de parataxis sin interrogación, como la vista, con un ut indefinido que también aparece en las interrogativas de indignación. Por lo demás, Hofmann-Szantyr presentan “estadios paratácticos anteriores” que convivirían35 con la subordinada consecutiva: ita mi pectus peracuit: capio fustem o ita sunt turpes, credo, ecastor, Venerem ipsam e fano fugent. 18.- No comenzaremos nosotros a criticar esta teoría, sino el próximo gramático que nos ocupará, Woodcock, quien, dado que el origen para las consecutivas presentado por los anteriores autores es común al de las finales (quis dicere audeat? [potencial] ≈ who would venture to say?, frente a quis legatus mittatur? [deseo] ≈ who is to be sent as envoy?), duda de la veracidad de aquélla, pues no habría habido entonces, en su origen, diferencia entre las estructuras finales (intencionadas) y consecutivas (inintencionadas), lo que sería, a su juicio, difícilmente pensable para las legalistas mentes de los romanos (op. c. ' 161)36. También deseamos volver a mencionar la crítica que lanza M. Griffe a la postura de la Gramática tradicional de buscar por sistema el origen de las construcciones hipotácticas en la parataxis37. 19.- Por nuestra parte, diremos que esta teoría, a pesar del número de autores que la defienden y de la maiestas que impone su procedencia germánica, es bastante incoherente. En primer lugar, hay que reconocer que es tremendamente fácil ampararse en los mil valores que la Gramática tradicional da al subjuntivo y en la pasmosa vacuidad semántica del indefinido modal para querer ver cualquier significado profundo. Es decir, se quisiéramos, podríamos afirmar que cum también es indefinido y explicar todos sus usos con subjuntivo de la misma manera: causal: Dionysius cum in communibus suggestis consistere non auderet, contionari ex turri alta solebat (“fuera cierto que de alguna manera Dionisio no se atrevía…; solía hablar…” [Cic.]); histórico: cum ab proximis impetrare non possent, ulteriores temptant (“que no pudieran de ninguna manera…; lo intentan…” [Ces.]); concesivo: Socrates cum facile posset e custodia deduci, noluit (“podría de alguna manera escaparse…; no quiso” [Cic.]). 20.- Pero es que además, la poca seguridad con la que los autores explican 35 De hecho, incluso afirman que la evolución de esta subordinada todavía es perceptible históricamente, pues, por ejemplo, Plauto presenta sólo cinco ejemplos con subjuntivo que exprese proceso efectivamente real, y Terencio, en cambio, veinte; son las mismas cifras del artículo de Thomas (' 15), aunque éste reconocía que quizás se debiera a diferencia de estilo. 36 Tampoco Woodcock menciona las construcciones paratácticas con subjuntivo de deseo; sin embargo, por lo que se refiere a su reprobación de la postura de los autores alemanes, creemos que aquélla ha de ir concretamente dirigida al origen propuesto para las finales, no al de las consecutivas, pues él mismo aboga (ver ' 24) por la potencialidad de su subjuntivo. 37 Op. c. pág. 430. 115 VIII. UT consecutivo este punto se debe a que dichos procedimientos (la “interrogación indignada” y la simple parataxis con subjuntivo volitivo) no se pueden aplicar a la inmensa mayoría de los ejemplos latinos. Cojamos la primera oración con subordinada consecutiva clara38 de cinco obras de Plauto y cinco de Cicerón e intentemos explicarlas con las mencionadas antiguas parataxis: a) Rud. 730 ita ego te hinc ornatum amittam tu ipsius te ut non noveris (“te voy a dejar tan adornado que ni tú mismo te vas a conocer”) b) Mil. 70-71 ad sese arcessi iubent ║ ut tuo non liceat dare operam negotio (“mandan que te lleve a ellas, de manera que no puedo dedicarme a tus cosas”) c) Ps. 139-140 hoc est ║ eorum officium ut mavelis lupos apud oves… linquere custodes (“éste es su oficio, de manera que preferirías dejar como guardianes a los lobos junto a las ovejas”) d) Poen. 244 salsa sunt, tangere ut non velis (“están saladas como para que no quieras tocarlas”) e) Per. 329-331 quae res bene vortat mihi… ║ perennitatique adeo huic, perpetuo cibus ║ ut mihi supersit (“y este asunto, que se me dé bien y además con esta perpetuidad, de manera que siempre me sobre la comida”) f) Or. 30 ipsae illae contiones ita multas habent obscuras abditasque sententias, vix ut intellegantur (“aquellos mismos discursos tienen tantas ideas oscuras y escondidas, como para que apenas se entiendan”) g) Lael. 1 ego autem a patre ita eram deductus ad Scaevolam… ut… a senis latere numquam discederem (“yo había sido llevado por mi padre a Escévola de tal manera que nunca me alejara del lado del anciano”) h) R. Am. 2 ne istius quidem laudis ita sum cupidus, ut aliis eam praereptam velim (“no estoy tan deseoso de esa gloria como para quererla arrebatada a otros”) i) Marc. 6 …nisi ita magna esse fatear, ut ea vix cuiusquam mens… capere possit (“a no ser que confiese que son tan grandes como para que la mente de cualquiera apenas pueda cogerlas”) j) Cat. I 15 …tuas petitiones ita coniectas, ut vitari posse non viderentur (“tus acometidas, lanzadas de modo que no parecieran poder ser evitadas”). Sólo una acepta la interrogación (h: ut… velim? ne istius quidem laudis ita sum cupidus “)que yo quiera? no estoy tan deseoso”) y otra el subjuntivo de deseo (e: res bene vortat…; cibus… ut mihi supersit “el asunto salga bien; de cualquier manera, que me sobre la comida”). La razón es simple: para la indignación es necesario, como avisaban Hofmann-Szantyr, que la “oración principal” sea negativa (y, evidentemente, se puede ver que eso no es lo más frecuente en época histórica); y para la parataxis con subjuntivo de deseo se necesita, precisamente, eso, un subjuntivo de deseo, el cual ha de ser casual y raro si, lógicamente, hemos definido a las consecutivas como las que expresan, de principio, un hecho real o posible39. Por tanto, aunque siempre se pueda echar mano al comodín de la analogía, a nuestro juicio, es poco serio pretender explicar el origen de una construcción a partir de 38 El hecho de que algunos ejemplos de Plauto no se hallen al principio de las obras, se debe a que puede ser analizada también como final la mayoría de sus consecutivas y son numéricamente insignificantes las claras (por ejemplo, las que usan correlativo). 39 Aparte de la objeción de la n. 34. 116 VIII. UT consecutivo casos casi excepcionales40, a no ser que no hubiera otra posibilidad. 21.- En tercer lugar criticamos la relación que establecen con las cláusulas de relativo del tipo nemo est qui possit surgidas de quis possit? nemo est algunos de estos autores41, acuciados por la falta de verosimilitud de dichos procedimientos. Se ha de entender que dicho quis o es el interrogativo o el indefinido (no puede ser relativo), pero, entonces, el paso a relativo queda, cuando menos, inexplicado42. 22.- Nuestra cuarta objeción se centraría en la presencia de los dos elementos esenciales en las consecutivas, el ut y el subjuntivo. En cuanto al primero, volvemos a repetir nuestra extrañeza ante que este pretendido indefinido, sin relación alguna con el significado de la cláusula de la que sería origen, se convirtiera en su nexo introductor; en todo caso, una asombrosa casualidad. En cuanto al subjuntivo, tan antipático para la Gramática tradicional y sólo justificable para estos autores a partir de las construcciones originarias (recordemos que, sincrónicamente al menos, serían excepcionales), también extraña que, si efectivamente expresaban un proceso real, jamás, ni por error ni por vulgarismo, el indicativo ocupara su lugar hasta el S. II d. C.43 Un ejemplo de lo más corriente en época histórica, como Cic. Lael. 75 et saepe incidunt magnae res, ut discedendum sit ab amicis, no podría ser explicado, según esta teoría, más que por la analogía, ya que un origen “Suceden grandes cosas; haya que separarse de los amigos de cualquier manera” sería totalmente absurdo e incluso esquizofrénico. 23.- Y, para finalizar, tampoco nos convence que el origen de una estructura tan relativamente rígida en el orden (ita… ut, lo cual, además, es natural si el segundo término es consecuencia posterior del primero) pudiera provenir de interrogaciones forzosamente inversas (ut velim? non ita cupio). 24.- El último grupo está representado por Woodcock44 y por Leumann45, 40 Y si Bassols afirma que “se explica y justifica el subjuntivo de muchas oraciones consecutivas partiendo” de dichas construcciones (op. c. II ' 309), demuestra sus escasos reparos en adecuar la obstinada realidad a su esquema prefabricado. 41 Bassols (op. c. II ' 236); también Rubio (op. c. ' 381) y Woodcock (op. c. ' 137, a pesar de su propuesta de ut consecutivo a partir del relativo); a Leumann (Hofmann-Szantyr, op. c. ' 340 II. a) le servirá de argumento para todo lo contrario (ver ' 24). 42 Aunque más consecuente es la postura de Hofmann-Szantyr, quienes abogan por un origen interrogativo par el ut consecutivo. Sobre todo este asunto, trataremos con más detenimiento en ' 29. 43 Bassols, op. c. II ' 309; Hofmann-Szantyr (op. c. ' 346 I. b y 348 I. b) añaden las razones de esta invasión del indicativo (y del infinitivo: ' 346 I. c) y califican de anacolutos dos casos de Cicerón. 44 45 Op. c. ' 136 y 160. Hofmann-Szantyr (op. c. ' 340 y 346) explican también la teoría de su predecesor Leumann, radicalmente distinta de la de ellos. 117 VIII. UT consecutivo para quienes el ut consecutivo, basándose en una serie de hechos (la correlación itaut, la construcción de qui consecutivo con subjuntivo y la comparación con el griego y el indio antiguo46) proviene del modal-relativo47 con subjuntivo potencial. Woodcock compara ita serit ut metit (≈in the very way in which reaps, es decir, “del mismo modo que siega”) con ita serit ut metat (≈in a way in which he reaps [i. e. “de una manera que siega”] → in such a way that, as a result, he reaps [i. e. “de una manera tal que, como resultado, siega”]). El valor potencial del subjuntivo sería todavía manifiesto en estructuras como deam putes: ita pulchra est (“la considerarías una diosa; tan bella es”), e incluso reconstruible en tam celeriter currit ut effugiat (“puede escapar; tan rápido corre”). Leumann interpreta el conocido ita paravi copias, facile ut vincam como “preparé mis fuerzas de la manera en que pudiera vencer fácilmente”. Sin embargo, desde el punto de vista sincrónico, o sencillamente, histórico, las cosas cambian. La afirmación de Woodcock sobre la naturaleza relativa de ut, había partido de la necesidad funcional del “antecedente” de relacionarse con algún elemento de la cláusula; pero no justifica o, al menos, no testimonia que ello subsista en el latín histórico; las perífrasis para su traducción o la falta de ésta en algunos ejemplos, nos hacen suponer la idea anterior48. En cuanto al subjuntivo, indica claramente que acabó marcando “una conexión de causa y efecto” y que “la realidad o irrealidad de la acción… llegó a ser considerada irrelevante”; lo cual se puede interpretar como la consabida pérdida del valor modal49. Por su parte, nada de la explicación de Leumann nos indica su pensamiento sobre la pervivencia del valor relativo de este ut. Esta teoría nos parece altamente acertada pero hemos de objetarle, aparte de la oscuridad en el análisis como relativo, dos puntos. El primero, que no mencionan si sincrónicamente hay alguna diferencia entre una consecutiva (procedente del ut modal y con subjuntivo potencial) y una modal con subjuntivo potencial; si como 46 Hofmann-Szantyr, op. c. ' 340; Woodcock también menciona el qui consecutivo, aunque lo hace proceder de la estructura interrogativa qui homo audeat? nemo est (op. c. ' 137), con lo cual está de hecho negando la naturaleza relativa de qui y ut (ver ' 30-32 y n. 49). 47 Woodcock, en ' 132, afirma que “no fueron inventadas nuevas palabras para funcionar de subordinantes, sino que antiguos pronombres y adverbios indefinidos se convirtieron en relativos: qui, ut”. Entendemos que se refiere al origen del relativo en general, no del relativo que daría específicamente lugar a las consecutivas; por tanto no tiene por qué establecerse ninguna relación directa entre el ut indefinido y el consecutivo. 48 Ya veremos en los próximos capítulos que también calificará de relativos a los ut de finales y completivas, aunque ningún paso de los análisis posteriores ((ni de la construcción originaria!) sea consecuente con dicha afirmación; ver IX n. 35. 49 Nuestra opinión sobre el particular difiere en un detalle: defendemos que es el valor eventual, presente siempre, el que ocasiona que el proceso no se tome por sí mismo, sino como parte de otro. Idéntica la definición de P. M. Suarez (op. c. pp. 769-770): el subjuntivo es la representación mental de un contenido incorporado como oratio obliqua al pensamiento de la “oración principal”. 118 VIII. UT consecutivo nos parece, sí que la hay, )a qué se le puede atribuir? Y el segundo punto, el empeño, compartido por la totalidad de autores, en desvirtuar el valor del subjuntivo. 25.- A dos gramáticos, cuyas obras hemos manejado, no los hemos incluido en ningún grupo por la sencilla razón de que no ofrecen explicación alguna. Riemann sólo menciona lo extraño del subjuntivo de las consecutivas, explicado, según él, por una confusión con las finales50; lo raro, para nosotros, como ya dijimos en el capítulo II ' 4, es que no se acuerde en este punto del origen que había dado para las completivas, para las que destinaba una traducción originaria, que, al menos a nosotros, nos hizo pensar en las consecutivas: facit ut “obra de una manera según la cual…”51. Evidentemente, si el subjuntivo de las consecutivas le parece extraño, será porque este origen no se le haya pasado ahora por la cabeza. Rubio, por su parte, aunque afirma que el origen de todas las cláusulas de ut con subjuntivo (a excepción de la subordinada interrogativa) es la parataxis con ut indefinido, sólo lo ejemplifica con la completiva52, ya que es la que con mayor facilidad admite dicho procedimiento. Tan sólo al final del capítulo dedicado a ut vuelve a mencionar algo relacionado con la procedencia, la naturaleza del subjuntivo, justificable de dos maneras: o bien en la mayoría de las consecutivas se habría usado con propiedad el subjuntivo y habría acabado extendiéndose a las “de indicativo” (ya hemos podido ver que, en nuestra pequeña encuesta, la mayoría corresponde a las “de indicativo”) o bien (y se decanta por esta posibilidad, al igual que Mariner53 y Ernout-Thomas) el subjuntivo de las consecutivas no tiene en cuenta la realidad, sino sólo la posibilidad de llegar a ella. Sólo objetaremos a esta opinión, no su argumento, que nos parece acertado, sino la incongruencia de relacionar este subjuntivo “atenuado” con las construcciones paratácticas, que, aun omitidas, hemos de pensar que son las mismas que las defendidas por los gramáticos alemanes; es decir, bajo esta hipótesis es imposible trazar la línea evolutiva desde el momento del origen hasta la situación histórica. C - Análisis diacrónico: el origen 26.- Nuestra hipótesis, ya avanzada varias veces en páginas precedentes, descansa en la afirmación de que las cláusulas consecutivas proceden de las 50 Op. c. ' 197. 51 Op. c. ' 184. 52 Op. c. ' 414. 53 Lengua y Literatura Latinas, UNED, XXVI-IX. 119 VIII. UT consecutivo modales; más concretamente, que el ut tradicionalmente llamado consecutivo fue el relativo modal (la cuestión de si sigue siéndolo en época histórica, se abordará en ' 42). Hay, a simple vista, un argumento a favor, el de los antecedentes, y otro en contra, el subjuntivo. Nosotros no vamos a despreciar el criterio modal del verbo, sino todo lo contrario: nuestro análisis de muchos fenómenos sintácticos se basa en la naturaleza verbal, y el tema de ut no va a ser una excepción. Eso sí, como también hemos venido diciendo, no compartimos la creencia en el valor impresivo que tradicionalmente se le ha atribuido a este subjuntivo, que, si bien en el caso de finales y algunas completivas engañosamente parece cuadrar, en las consecutivas demuestra su absoluta inoportunidad. 27.- Como veíamos al principio del presente capítulo, en el apartado de las consecutivas en castellano, es mucho más correcto y natural comparar la construcción latina con la nuestra de “como para que”, tanto por la versatilidad de ésta (puede sustituir en cualquier contexto al “que” normativo, pero no viceversa), como porque presenta siempre subjuntivo (independientemente de la realidad contextual del proceso) y es más fácil la equiparación de ut con “como para que” que con “que”. Ha habido, a nuestro juicio, gran falta de claridad en quienes han identificado “que” con ut. Dos razones, empero, creemos que pueda haber habido para ello. La primera, el título de “conjunción universal” que ha recaído en dichas formas en cada una de las lenguas54. La segunda razón puede ser la mediación de la completiva: si ut y “que” se reconoce que son los nexos completivos principales en latín y castellano, y se equiparan a pesar del uso obligado del subjuntivo por parte de ut, cosa que no siempre “que” comparte, )por qué no equiparar también los nexos consecutivos, aunque raramente éstos coincidan en el modo verbal?55 Lo malo ha sido, como decíamos, que el paso siguiente a esta equiparación fuera la consideración de que el subjuntivo latino era el anómalo. Ahora bien, si partimos de la base de que “como para que” introduce más genuinamente las consecutivas, no sólo miraremos con mejores ojos al subjuntivo latino, sino que además nuestra idea sobre ut ha de cambiar: la absoluta vacuidad léxica de “que” nos hacía buscarla de igual manera en ut atribuyéndole valor de indefinido (“de cualquier manera” es lo más parecido a hablar sin decir nada); “como para que”, a la fuerza, nos señala otras direcciones. La relación con la finalidad (“para que”) nos sale al encuentro, y como ya vimos, se puede comprobar que es cierta; a la objeción, por parte de la Gramática tradicional, de que el subjuntivo final ha de ser desiderativo y el consecutivo no (o potencial, o difícilmente 54 Sobre nuestro rechazo a esta idea, ver II ' 16. 55 De hecho, nos asombraba la mención que Ernout-Thomas hacían de las completivas en su explicación de las consecutivas (' 15). 120 VIII. UT consecutivo clasificable, o desconocido), le respondemos con un cambio de perspectiva: si es más cierta la semejanza de los significados y de las formas final y consecutiva que la distinción de los valores del subjuntivo, ésta no puede servir para juzgar a aquélla, sino viceversa; es decir, de dicha semejanza se puede (y se debe) deducir que no hay tal diferenciación en los significados del subjuntivo56. Y, por otra parte, el primer término de “como para que” nos hace pensar en el ut modal57. Cierto que es muy difícil notar la comparación en una cláusula consecutiva, pero no podemos olvidar que tanto “comparativa” como “consecutiva” son etiquetas de base semántica, y por lo tanto, fáciles a la vez que ambiguas y peligrosas. Si al ut modal le quitamos el concepto de “comparativo”, nos quedará desnuda su naturaleza relativa. )Es relativo el ut consecutivo? A ello nos apunta la presencia de presuntos antecedentes, sospechosamente los mismos que en el modal. 28.- Lo que, sin duda alguna, puede hacer que relacionemos más al ut consecutivo con el modal, es la construcción del qui relativo con subjuntivo, etiquetada como consecutiva. La presencia de dicho modo58 no es demasiado clara; por resumir las opiniones sobre él de los gramáticos, nos podemos valer de Bassols59: “Se ha discutido mucho sobre la naturaleza del subjuntivo usado en estas oraciones; parece, sin embargo, que se debe en buena parte a un primitivo valor auténticamente modal que tenía el subjuntivo, el cual se debilitó para acabar expresando los matices de finalidad, causa, consecuencia, etc. (…) En… quis hoc dicat? nemo est, el subjuntivo de la primera oración expresa protesta e indignación y tiene por tanto, un acusado valor modal; sin embargo, con el tiempo la primera de estas oraciones se subordinó a la segunda perdiendo el valor modal originario y expresando un simple matiz consecutivo, con lo cual se llega a la construcción nemo est qui hoc dicat”60. Aparte del asombro que nos produce tanta precisión para el valor modal de cada subjuntivo (con expresiones como “valor auténticamente modal”, “se debilitó”, “acusado valor modal” o “perdiendo el valor modal”), lo que aquí subyace es la absurda concepción de que hay distintas categorías de subjuntivos, los originarios, buenos, y los falsos, aparentes y vacíos61, división que, 56 Ver II ' 14; sobre el valor del subjuntivo en las finales, IX ' 15. 57 Aunque hay que tener en cuenta que es prescindible (ver n. 18). 58 Aunque sólo nos interesa el qui consecutivo, todo esto vale también para otros matices, como el final o el causal. 59 Op. c. II ' 236. 60 Teoría idéntica a la defendida por Hofmann-Szantyr (op. c. ' 346 I), y Woodcock (op. c. ' 137); sin embargo, Thomas (Mélanges…) niega explícitamente, pero sin argumentación, la relación entre las subordinadas de relativo qui y las de conjunción (ut). 61 Hay también otras explicaciones para este subjuntivo. F. Torrent (“Anotaciones al relativo latino con 121 VIII. UT consecutivo curiosamente, coincide bastante con los decibelios usados en emplearlos oralmente: poseen dicho valor modal los yusivos y de indignación, y, si se pierde la exclamación y se subordinan, ya no lo tienen62. 29.- Por lo que se refiere al origen paratáctico de la construcción de qui consecutivo, como ya hemos dicho en ' 21, si qui es evidentemente un relativo, pretende la Gramática tradicional que el relativo proviene del interrogativo quis63, afirmación que puede encajar, de momento, en esta estructura concreta, pero creemos que no en el resto de cláusulas de qui, y sería absolutamente absurdo decir, o bien que el qui relativo ya existiera cuando a partir del interrogativo se originase otro qui relativo (consecutivo), idéntico al primero, o bien que del interrogativo naciera primeramente el qui consecutivo y luego, por la tan manida analogía, se extendiese al resto de usos. Pero no es esto lo único incoherente de la afirmación tradicional, sino que, al relacionar este qui consecutivo con el ut consecutivo, habría que deducir que originariamente ut habría sido también interrogativo (todos los autores, menos Hofmann-Szantyr, hablan de indefinido) y luego pasaría a relativo; y si esta deducción parece descabellada, la inversa no lo es menos: )acaso quis pudo ser indefinido en su origen, como ut?; )cómo lo interpretaríamos? )No es más lógico, si queremos relacionar al ut y qui consecutivos, pensar que a partir del qui puramente relativo y del ut puramente relativo (modal), se originó la pareja de construcciones consecutivas, con subjuntivo, con pleno valor (eventual), y expresando un proceso posterior al principal? 30.- Vamos, a continuación, a analizar un ejemplo de cada tipo de qui consecutivo que ofrece Bassols64: subjuntivo”, Rev. EE. CC., pp. 529-538) habla del valor de encarecimiento, insistencia o elativo de enunciados como bellum maxime omnium memorabile, quae umquam gesta sint o como sunt qui…, pero nos parece que, en todo caso, sería al contrario: el subjuntivo, como modo de la eventualidad, aminora sensiblemente la efectividad del proceso. También Rubio (op. c. ' 381) afirma, por otra parte, que “el subjuntivo marca una segunda subordinación”, lo cual consideramos cierto sólo al cincuenta por ciento: ya hemos hablado del significado eventual de dicho modo y de la relación que mantiene a causa de él con la subordinación; es decir, el emisor, al utilizar un subjuntivo, desea no indicar la realidad del proceso, sino darlo como parte (subordinada) de otro; la afirmación de Rubio ignora el valor eventual y va directamente a lo que es su consecuencia. 62 Acabamos de decir lo mismo, pero de manera más ruda, que Rubio con su esquema de los dos ejes, el modo y la modalidad (op. c. ' 314). 63 Woodcock (op. c. ' 137) es más ingenioso que el resto de autores al establecer como origen la construcción qui homo audeat? nemo est → nemo est qui audeat para no tener que dar explicaciones de la -s final del pronombre. Sea como fuera, esto es sólo un detalle sin importancia, y la esencia del problema sigue resultando insoluble. 64 Op. c. II ' 238. 2. Excluimos de nuestro estudio a un tipo, el representado por maior sum quam cui possit fortuna nocere, ya que su localización cronológica (Ovidio) lo deja fuera de nuestro objetivo. 122 VIII. UT consecutivo a) audies ex me fortasse quod non omnes probent (Cic.) b) non sum is consul qui nefas esse arbitrer Gracchos laudare (Cic.) c) haud indignos iudico qui miseri sint (Pl.) 65 d) habet Antonius quod suis polliceatur (Cic.) e) nemo est qui ibi sex menses vixerit (Pl.) En todos ellos se puede comprobar que el nexo introductor es funcionalmente pronominal; para verificar su naturaleza relativa, basta con sustituirlos por su referente (o antecedente): id non omnes probent…, etc. De los cinco subjuntivos, tres deben su valor eventual a una idea prospectiva: a (probent), c (sint) y d (polliceatur); en su lugar, un futuro de indicativo (ya que el verbo principal es presente) daría por ciertos (efectivos) todos los procesos, lo cual en a y d no interesa y en c no puede ser (pues de lo que uno es digno o no, es una idea subjetiva y no un proceso real); si los verbos principales se conmutaran por pasados, los subjuntivos serían atraídos igualmente al pasado: audiebas quod non probarent, haud indignos iudicabam qui miseri essent, habebat quod polliceretur; y pensamos que debe de haber sido esta idea prospectiva la que haya ocasionado su calificación tradicional de consecutivas. Los dos restantes subjuntivos son debidos mayormente a la negación del verbo principal: b (non sum qui… arbitrer) y e (nemo est qui vixerit); pero decimos “mayormente” porque, de suprimir la negación, no obtendríamos automáticamente el indicativo: en forma positiva se dispone de las dos expresiones, con subjuntivo o indicativo, dependiendo de la misma razón arriba explicada, la idea prospectivo-eventual: sum is qui arbitror (“lo pienso”) / sum is qui arbitrer (“lo puedo pensar”) o nonnullus est qui vixit (“vivió”) / nonnullus est qui vixerit (“pudo vivir”). Evidentemente, si el verbo principal es negativo, el subjuntivo es de uso obligado, pues el proceso subordinado no ha ocurrido ni está ocurriendo ni ocurrirá; sólo interesa su eventualidad. Y finalmente veamos la función de cada cláusula. Todas, menos c, desempeñan la misma que las de relativo “normales”: b y e son adyacentes de sus antecedentes66, y, en ausencia de éstos, a y d cumplen su función, concretamente, Objeto en ambos casos. Mención aparte merecen los sintagmas de indignus qui y similares, no directamente traducibles a nuestra lengua67. 65 Pero también en indicativo: sunt quos scio amicos esse (Pl.) o sunt enim quidam qui molestas amicitias faciunt (Cic. Lael. 72). 66 67 E puede analizarse también como Atributo (Predicado Nominal). Lo más que llegan a ofrecernos los gramáticos acerca de estas construcciones son largas listas de ejemplos y la frecuencia y competencia histórica con otras (por ejemplo, Kühner-Stegmann, op. c. ' 194. d), pero nada de su razón u origen (Woodcock, incluso, afirma que no está claro si su naturaleza es final o consecutiva: op. c. ' 158). Sin que sea el objeto de nuestro estudio, deseamos manifestar nuestra creencia en la naturaleza adjetiva de qui (por tanto, equivalente a qualis, relativo éste cuyo uso consecutivo no está constatado), al igual que es un adjetivo su antecedente: Ter. Hec. 212 illum decrerunt dignum cui committerent → “a alguien con determinada cualidad se lo confiarían; con esa cualidad (digno) lo juzgaron”; Cic. Br. 71 Livianae fabulae non satis dignae <sunt> quae iterum legantur → “de determinada manera se leerían otra vez; de esa manera/así (bastante dignas) no son”. En cuanto a la competencia con ut, 123 VIII. UT consecutivo 31.- Así pues, si, por una parte, la teoría tradicional sobre el origen de las consecutivas no es demasiado sólida; si, por otra, es evidente la relación con el qui denominado consecutivo, el cual es relativo y se combina con un subjuntivo eventual; y, finalmente, si en castellano poseemos una estructura consecutiva que, siendo bastante similar a la latina, nos invita a pensar en la modal-comparativa, el siguiente paso ha de ser, naturalmente, el de la afirmación de la naturaleza relativa del originario ut consecutivo; para lo cual, al igual que hicimos con qui, tendremos que comprobar el valor del subjuntivo (eventual) y el del nexo (relativo); y, además, resolver la cuestión que ni Woodcock ni Leumann abordaban, la de la diferencia de las consecutivas con las modales en subjuntivo. 32.- Empecemos por el modo verbal. No compartimos, como hemos visto, ni la idea tradicional de que en su origen se tratara de un subjuntivo “con pleno valor modal” (de indignación u optativo), ni la de que luego pasara a perder su significado. Pensamos que durante toda su historia mantuvo el mismo valor (aunque de momento sólo nos interesa en su origen): la traducción normativa de Cic. Or. 160 loquebar sic ut ‘pulcros’… dicerem ha sido “hablaba de manera que decía ‘pulcros’”, pero “hablaba de manera que dijera…”, aunque menos frecuente en nuestro idioma, es perfectamente correcta, y similar a la primera; la diferencia estriba, como tantas veces ya hemos dicho, en que “decía” asegura su realidad y “dijera” (“podía decir”) no. Ahora bien, el latín prefirió mantener la pureza de la idea de eventualidad y subordinación y jamás recurrió al indicativo, como sí el castellano68. Loquebar sic ut ‘pulcros’ dicebam significa que, al hacer efectivo el proceso de la subordinada mediante el indicativo, va a ser tomado como parámetro fijo: “hablaba de la misma manera que decía ‘pulcros’” → “de una manera decía ‘pulcros’” (parámetro fijo) “<y> de la misma hablaba”. Y aunque cambiemos el verbo por un tiempo presuntamente posterior, la relación no cambia: loquebar sic ut ‘pulcros’ dicturus eram (“tal como iba a pronunciar ‘pulcros’, así hablaba”); la primera realidad es el modo en que “iba a pronunciar”, y la segunda es la adscripción de ese modo a “hablaba”. Sin embargo, con el subjuntivo consecutivo se cambian las tornas: el parámetro lo da la “oración principal”: loquebar sic ut ‘pulcros’ dicerem (“hablaba así; de la misma manera [≈así] había de69 / iba a pronunciar ‘pulcros’”). con sólo un ejemplo en Plauto (Mil. 1140 non sum dignus prae te palum ut figam in parietem), totalmente inusitado en época clásica y “resucitado” en el Imperio (Liv. XXII 59.17 indigni ut redimeremur), pensamos que se trata del mismo fenómeno que abordaremos en ' 52. c. 68 Hay que tener en cuenta que el castellano no utiliza productivamente el nexo esperado, “como”. Hasta tal punto que, siendo formalmente nimia la diferencia entre “de manera que” y “de la manera que”, expresan relaciones distintas: “Hablaba de manera que decía ‘pulcros’” / “Hablaba de la (misma) manera que decía ‘pulcros’”. 69 La traducción del subjuntivo latino por “haber de” más infinitivo no significa que estemos reconociendo ninguna idea de obligación; de hecho, dicha perífrasis indica prospección (no es casualidad 124 VIII. UT consecutivo 33.- Lo cual no quiere decir que la cláusula modal no pueda usar el subjuntivo (como veíamos en el capítulo V ' 20). El ejemplo Cic. At. I 5.2 …confido ita esse omnia ut et oporteat et velimus cuenta con la pareja ita-ut, subjuntivo en la subordinada y el orden normal de las consecutivas, y sin embargo no la calificamos como tal, sino como modal-comparativa: los detalles mencionados son verdaderas minucias frente al que ha de ser el criterio fundamental para la distinción entre uno y otro tipo de subordinada, la anterioridad o posterioridad (no estrictamente cronológica, sino lógica) del verbo de la cláusula con respecto a su regente. )Con qué interpretación nos quedaremos para el ejemplo puesto, con “…que las cosas son así; de esa manera (y como consecuencia) ha de convenir y hemos de querer” (consecutiva)70 o con “de cierta manera puede convenir y podemos querer; de esa precisamente las cosas son” (modal)? Desde luego, más importante que determinar la naturaleza de cada caso71, es reconocer que existe dicha diferencia y que estriba en la ya explicada relación lógica entre los verbos72. 34.- Queda así, creemos, respondida la cuestión que demandábamos de Woodcock y Leumann (' 24) y justificada la conversión de modales en consecutivas y viceversa: Pl. Rud. 674-675 sese ut ferunt res fortunaeque nostrae, ║ par moriri sit (“tal como nos van las cosas, no estaría mal morirnos”: modal) → ita sese ferunt res, ut par moriri sit (“las cosas van de tal manera que no estaría mal morirnos”: consecutiva); ferunt es, en cualquier caso, anterior a sit. 35.- En cuanto a la comprobación de la naturaleza relativa de ut, nos valdremos del mismo procedimiento empleado para el modal, es decir, la sustitución de ut por su antecedente73. Pl. Rud. 730 ita ego te hinc ornatum amittam tu ipsus ut que el futuro provenga de él: “amaré” < “amar he”), y de su débil expresión de la realidad procede el contextual matiz de obligación. 70 Como lo es, por ejemplo, Cic. Or. 150 quod quidem Latina lingua sic observat, nemo ut tam rusticus sit qui vocalis nolit coniungere “esto la lengua latina lo respeta así, así nadie ha de ser tan rústico que...”. 71 En cuanto a ejemplos como Or. 154 obscaenius concurrerent litterae, ut etiam modo, nisi ‘autem’ interposuissem, concurrissent, no estamos seguros de su naturaleza modal o consecutiva, ya que al tratarse de una condicional “irreal”, es difícil discernir si hay anterioridad o posterioridad: “sonarían demasiado obscenamente las letras, como habrían sonado si no…” o “sonarían demasiado obscenamente las letras, de manera que habrían sonado si no…”. 72 Creemos conveniente establecer una pequeña diferencia entre el subjuntivo de las consecutivas y el de las modales. El primero es puramente eventual: sólo interesa su esencia, sin importar su realidad, como parte dependiente de otro proceso. Sin embargo, el segundo, aunque originariamente también eventual, es potencial, porque se le pide una afirmación de la realidad (de hecho, alterna con el indicativo) y responde positivamente que no se va a pronunciar (es decir, que puede ser). El eventual es, por tanto, dependiente y el potencial, independiente. 73 Capítulo V ' 3. Conviene recordar también que las conjunciones no disponen de significado léxico. 125 VIII. UT consecutivo non noveris → ita ornatum, ita non noveris74 (“así de adornado te voy a dejar: así no te has de reconocer”)75, Poen. 1186 eo sumus gnatae genere ut deceat nos esse a culpa castas → “hemos nacido de un linaje así: así/de esa manera nos ha de convenir estar limpias de culpa”; ib. 244 salsa sunt, tangere ut non velis → “están saladas: así/de esa manera no has de querer tocarlas”; Cic. At. I 19.8 odia… sic mitigata sunt… me unum ut omnes illi colant → “los odios están así de mitigados: así/de esa manera todos aquéllos me han de proteger”; Marc. 11 quae quidem tanta est ut… adlatura finem sit aetas → “es así de grande: así/de esa manera el tiempo habrá de traer el fin”; R. Am. 24 usque eo visum est indignum, ut urbe tota fletus gemitusque fieret → “pareció indigno hasta este punto: así/de esa manera había de producirse llanto y lamentación en toda la ciudad”. Por otra parte, podemos presentar contextos que evidencian la naturaleza pronominal-adverbial de ut y, sobre todo, la relación con el significado del ut modal. De forma paralela a Pl. Ps. 717 quem sumbolum? :: qui a milite allatust o a Per. 17 ut vales? :: ut queo, tenemos Mil. 186-187 quem ad modum? ║:: ut eum… verbis vincat ne is se viderit (“)cómo? :: de manera que con palabras lo convenza [≈convenciéndolo] de que no la ha visto”), ib. 1161-1163 militem… ludificarier ║ volo :: scin quem ad modum? ║:: nempe ut adsimulem (“quiero burlarme del soldado :: )sabes cómo? :: claro, de manera que simule…”), Per. 35 quem ad modum? :: ut des. 36.- No nos ha de apartar de este camino el hecho de que, salvo excepciones, no podamos traducir el ut consecutivo, si aseguramos que es relativo, por nuestro “como”, y no porque el castellano hubiera reservado dicha construcción para la expresión de otros significados (lo cual sí sería un obstáculo a nuestra hipótesis), sino por inusitado. Por mucha eventualidad y dependencia del verbo principal que supongamos en “hablaba tal como diría ‘pulcros’”, no expresamos consecuencia, sino lo que tradicionalmente se considera comparación. Y es que el nexo “como” se ha especializado en la expresión del término anterior en estructuras relativas (lo que antes hemos llamado “parámetro fijo”), y siempre que lo usemos, indicaremos comparación76. Pero esta especialización no le ha afectado a nuestro relativo “que”, que admite la expresión de procesos anteriores y posteriores. Por ello las cláusulas de qui consecutivo son tan sencillas y directas de traducir, y no las de ut. 74 Compárese con Pl. Mil. 1148 omnia dat dono, a se ut abeat: ita ego consilium dedi. 75 Sobre la traducción del subjuntivo mediante “haber de” más infinitivo, ver n. 69. 76 Este fenómeno no es excepcional: por ejemplo, el subordinante cum, genuinamente temporal y, por tanto, generalmente traducible por “cuando”, en combinación con ciertos tiempos verbales (de subjuntivo, especialmente el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto, para formar el llamado “cum histórico”) no permite la misma traducción; pues si interpretamos cum venirent como “cuando vinieran”, en castellano estaremos refiriéndonos al futuro, mientras que el verbo latino se encuentra (y significa) pasado. 126 VIII. UT consecutivo 37.- Así pues, frente a la oscura, resbaladiza e incoherente propuesta tradicional, ofrecemos este origen para el ut consecutivo y la cláusula que introduce. Partiendo del ut relativo, la combinación con subjuntivos que expresaban un proceso eventual, posterior y dependiente de su verbo principal, produjo esta polémica construcción, de forma absolutamente paralela al qui77 que, partiendo del puro relativo, formó una cláusula con ese mismo tipo de subjuntivo. Oponiéndose, por tanto, al menos en su origen, los qui y ut consecutivos sólo por la naturaleza sustantiva o adjetiva del primero y adverbial del segundo, y siendo idénticos en todo lo demás, sin embargo desde las lenguas modernas, y concretamente desde el español, se ha estado ejerciendo una discriminación sobre ut, al haber perdido “como” la posibilidad de expresar, como decíamos, significados para procesos posteriores, de lo cual se originó que, al cambiar de nexo para su traducción (“que”) y, con él, de la originaria perspectiva, pretendiéramos medir al antiguo ut con el nuevo rasero. Y, claro, las medidas no coincidían. 38.- No podemos datar con precisión el nacimiento de lo que conocemos como construcción consecutiva. Se pudo producir desde el Indoeuropeo, que ya disponía de la función relativa (III ' 2 y V ' 1), hasta bastante antes de la aparición de testimonios escritos en latín, pues ya en Plauto la construcción aparece totalmente asumida. El hecho de que otros valores de ut, que también aparecen asentados en Plauto (y también, por ejemplo, en el Senatusconsultum de Bacanalibus78), los hagamos provenir, como ya veremos en los siguientes capítulos, del consecutivo, nos invita a retrotraer bastante dicha fecha. 39.- Por lo que se refiere a la evolución, la existencia de los llamados “estadios paratácticos anteriores” (ita sunt turpes; Venerem fugent, o Pl. Mil. 1276 egon ad illam <eam>…? vir eius me deprehendat) no quiere decir nada: enunciados similares a éste aparecen también en Cicerón (Or. 104 non semper implet auris meas; ita sunt avidae) u hoy en día en nuestro idioma79, y nadie estaría tan loco como para pretender que se esté produciendo, a estas alturas, el alumbramiento de 77 El paralelismo es total, ya que la cláusula de ut y la de qui pueden ser utilizadas en todas las casillas del esquema de abajo (combinando indicativo y subjuntivo con la relación anterior y posterior): INDIC. SUBJ. SUBJ. ANTERIOR Qui venerunt, loquuntur Ut dixi, fac Qui videret, crederet Ut velis, faciet SUBJ. POSTERIOR Advenit Caesar, qui iussit Pugnandum est, ut faciemus Emit libros quos legeret Res ita se fert ut censeas 78 Haice utei in conventionid exdeicatis… sententia ita fuit (“ha sido su parecer que anunciéis esto en la asamblea”; líneas 22-24). 79 Como reconoce Thomas (Mélanges…) para el francés. 127 VIII. UT consecutivo la cláusula consecutiva. En cuanto a la línea de desarrollo que traza Thomas80 (' 15), hemos de responder lo siguiente. Alega que tan sólo 5 ejemplos de los que aparecen en el Lexicon Plautinum expresan, con el verbo en subjuntivo, un proceso inequívocamente real (el resto sería potencial o prospectivo). Al hacer nosotros el mismo análisis, pero con las obras que hemos estudiado, las cifras son las siguientes: 6 reales (3 coinciden con sus 5, pero los otros 3 no los había contabilizado81), 2 potenciales y 17 prospectivos82; el hecho constatable es que Plauto hace depender preferentemente la cláusula consecutiva de verbos con idea de futuro; )se debe esto a que “chocara” una consecuencia “real” con subjuntivo, como pretende Thomas, o al tipo de lenguaje y situaciones aptas para el teatro? Ni el número de 6 entre 25, dadas además esas premisas, es insignificante, ni parece posible atribuir, como reconoce el propio Thomas, tanta diferencia con posteriores autores a la evolución sintáctica habida en tan poco espacio de tiempo. Y el segundo punto, el del uso excepcional de formas de pasado en la subordinada, recibirá un planteamiento similar. Afirma Thomas que sólo hay un ejemplo seguro (Bac. 283 adeon me fuisse fungum ut qui illi crederem, donde crederem sería potencial de pasado). Sin embargo, de nuestras 6 obras hemos encontrado 5 casos: Per. 239, ib. 433, ib. 537, Poen. 1272 y Ps. 145.83 )Cómo van a ser considerados pocos si sólo 3 verbos regentes eran claramente de pasado y otros 5 van en pretérito perfecto pasivo84? En el anterior punto podía caber alguna duda, pero no en éste: no se puede pretender hallar verbos subordinados de pasado con regentes de futuro, si, por definición, el subordinado es posterior al principal (ver ' 14. a). D - Análisis sincrónico 40.- Creemos firmemente que las explicaciones de los apartados anteriores 80 Citado por Hofmann-Szantyr (op. c. ' 346). 81 Per. 778 solus ego omnibus antideo facile, miserrumus hominum ut vivam, Poen. 244 olent, salsa sunt, tangere ut non velis e ib. 1186 eo sumus gnatae genere ut deceat nos esse a culpa castas. 82 Evidentemente, la cantidad total de ejemplos consecutivos es pequeñísima (ver n. 38). 83 Sobre este último ejemplo (ita… faciam ut valide varia sint ║ ut ne peristomata quidem aeque picta sint), Thomas especifica que no se trata de un pasado, sino de un futuro perfecto, cosa que todavía no llegamos a ver: “voy a hacer que estén tan coloridos que ni siquera las colchas hayan sido pintadas igual”: ya están pintadas, no lo van a ser, ni aunque usemos el futuro para la probabilidad (“…habrán sido pintadas…”). 84 Si se dice que el pretérito perfecto de indicativo amavi tiene dos acepciones, la aorística (“amé”: pasado) y la perfectiva (“he amado”: presente), en voz pasiva hay muchas más posibilidades de que se esté usando ésta última; cf. ' 46. 128 VIII. UT consecutivo demuestran no sólo la conveniencia del origen relativo para el ut consecutivo, sino también la permanencia de dicho significado para la época histórica. A diferencia de la Gramática tradicional, que habla de pérdida de valores originarios, pensamos que eso no es en absoluto necesario; y para ello vamos a repasar brevemente, bajo la perspectiva ahora sincrónica, los elementos principales de la construcción consecutiva. 41.- El subjuntivo es el punto más controvertido. Tradicionalmente carente del valor modal por el empeño de haber partido de significados bastante comprometidos, sin embargo para nosotros sigue poseyendo el mismo valor eventual que desde el principio. Esta afirmación la apoyamos sobre cuatro argumentos. El primero, muy cercano, que nuestra cláusula de “como para que” usa el subjuntivo sin que nadie pueda negar lo correcto de su calificación como eventual. El segundo, más alejado, que cualquier ejemplo de ut consecutivo, por muy efectivo que sea su proceso, admite la perspectiva eventual: de Cic. At. I 14.2 locutus ita est in senatu ut omnia illius ordinis consulta ‘genikoos’ laudaret, sobreentendemos, contextualmente, que, en efecto, “alababa”, pero eso no quita que el significado real del enunciado sea “habló en el senado así: así alabara…” (→ “de manera que alabara” → “como para que alabara”). El tercero, que, como ya hemos dicho, el subjuntivo no sufriera la intromisión del indicativo en este tipo de estructuras hasta el S. II d. C., y ello, en el habla vulgar85: prueba evidente de su identidad. Y el cuarto, y definitivo, es la existencia, reconocida pero no justificada por los gramáticos, de ciertos verbos incomprensiblemente en pto. imperfecto para la mentalidad “indicativa”: Cat. III 20 tanta fuit operis tarditas ut… neque ante hodiernum diem conlocaretur; si se pretende que la consecutiva expresa un hecho real, entendemos que el hecho será non conlocatum est y, por ello, esperaremos neque conlocatum sit. Ernout-Thomas, por ejemplo, “tratan” este problema86 ofreciendo una traducción al francés ((con infinitivo!) y mencionando, aunque sin dar con solución alguna, que detrás de todo esto estuviera el deseo de distinguir entre finales y consecutivas87. Así pues, según la tradicional mentalidad “indicativa”, no sólo hemos de corregir a los latinos traduciéndoles su subjuntivo de las consecutivas por indicativo (y juzgándoselo impropio), sino que si, encima, algún tiempo verbal osa no ajustarse a nuestro esquema, le colgaremos también la etiqueta de “anómalo” y lo pasaremos por la reconvertidora. )Acaso todo esto es menos 85 Bassols, op. c. II ' 309; Hofmann-Szantyr, op. c. ' 348 I. b. 86 Op. c. ' 405, después de quitar los casos de uso más “justificado” del pto. imperfecto. En éstos se puede incluir el pasaje que Bassols justifica por indicar el carácter durativo: tanta est caritas patriae ut vestris etiam legionibus sanctus essem (op. c. II ' 162. 5. a). 87 Todo lo contrario, pensamos nosotros: según Ernout-Thomas, las consecutivas habrían comenzado a utilizar el pto. perfecto para evitar la confusión, pero no es éste el tiempo “incomprensible”, sino el originario pto. imperfecto. 129 VIII. UT consecutivo soberbio que aquella película anglosajona de romanos que mostraba la grafía W en el alfabeto latino? Ahora bien, si consideramos que el subjuntivo era propiamente eventual, como corresponde, y que la subordinada expresa un proceso como consecuencia de algo, pero sin declaración de realidad, no haría falta, lógicamente, que empleara el aspecto correspondiente a su concepción realista: el proceso es pura eventualidad (y posterior) y por ello basta el uso del aspecto no marcado, el imperfectivo. Y en castellano ocurre igual: “Tanta fue la lentitud del trabajo como para que no fuera colocado antes de hoy” o “…de modo que no fuera colocado antes de hoy”. 42.- El nexo ut, por su parte, siguió siendo relativo. No hay más que ver que se relaciona con los mismos antecedentes que el ut modal88 y no se puede decir que sea, en modales y consecutivas, dispar la relación entre casos con antecedente y sin él. Podemos comprobar, como ya hemos hecho en ' 35, la naturaleza relativa desde las dos direcciones de los elementos que la conforman: por una parte, el antecedente “apunta” hacia otra palabra de la cláusula, con la que comparte el referente; por la otra, el relativo representa en su cláusula al antecedente: R. Am. 86 tenuitas hominis eius modi est, ut (=eius modi) dissimulare non queat (“la pobreza de este hombre es de este modo: de ese mismo modo [≈así] no ha de poder disimular…”). Y, finalmente, si lo anterior nos ofreciera dudas, las despeja el paralelismo con la construcción de qui consecutivo, el cual no ha sido descalificado de relativo por nadie. 43.- Así pues, como ya hemos venido apuntando, en latín convivían dos estructuras nacidas del mismo relativo y que usaban el mismo nexo: la modal, preferentemente en indicativo, que era tomada como parámetro fijo del verbo principal; y la consecutiva, siempre en subjuntivo89, que se servía del referente del antecedente para actualizar un proceso eventual. Hoc ita ago ut facit era “así lo hace; así lo hago” (→ “de la misma manera que lo hace, lo hago”); por el contrario, 88 Mayoritariamente, ita y sic, aunque también con is (y su adverbio eo o adeo), tam, tantus, talis y tot. Estos últimos, si bien no se combinan con el ut modal, sí lo hacen con otros nexos claramente relativos: qui, quam, quantus, qualis y quot. Acerca de este mayor uso del ut consecutivo, ver ' 50. c. Sin embargo, Sánchez Salor, en Semántica y Sintaxis (Universidad de Extremadura 1993), pretende establecer una tajante distinción entre el ut consecutivo y los demás basada en el “prosodema” o énfasis tonal con que se relacionarían el ita y el ut consecutivo, imperceptible para nosotros pero evidente para el oyente latino; no compartimos en absoluto esta opinión, ya que la diferencia tonal de la que habla sólo la localiza (porque sólo ahí puede localizarse) en “Tal es mi opinión” frente a “Mi opinión es tal que…”; )qué decir entonces de “tal como”, o de los numerosísimos casos de ut consecutivo sin antecedente, o de la absoluta equivalencia de la mayoría de éstos con el final? 89 Evidentemente, si se trata de una cláusula de ut, no de una estructura coordinativa y sólo contextualmente consecutiva. 130 VIII. UT consecutivo hoc ita ago ut faciat era “así lo hago; así lo ha de hacer” (→ “lo hago como para que él lo haga”). No era el orden de las palabras, alterado a menudo, el encargado de distinguir entre un significado y otro, sino el modo verbal; y en el caso de que el ut modal empleara subjuntivo, el contexto había de indicar si se trataba de un subjuntivo eventual por posterioridad (consecutivo) o por mera posibilidad anterior (modal)90. De este modo se explica que pudieran ser formalmente idénticos los nexos de los dos tipos de cláusulas sin que se diera lugar a la ambigüedad. 44.- Tal como hemos venido haciendo hasta el momento, comenzaremos el estudio de la consecutio temporum por la comprobación del respeto a la relación lógica de posterioridad. a) Vamos a encontrar las tres formas aspectuales, pero ninguna de ellas variará dicha relación. i) La afirmación de que el imperfectivo es el no marcado viene basada en dos razones: una, los ejemplos como Cic. Cat. III 20 tanta fuit operis tarditas ut… neque ante hodiernum diem conlocaretur (ver supra ' 41), en los que, rehechos en oración independiente (ante hodiernum diem non conlocatum est), tradicionalmente se ha buscado la razón del imperfecto, cuando, sin embargo, el hablante latino no llegó jamás a tal disquisición, sino que usó el aspecto normal, el no marcado; y dos, las cifras: frente a 176 casos recogidos de utilización del imperfectivo, solamente 15 se valen del perfectivo91 y 3 de la perifrástica. ii) Decíamos a propósito del castellano que la perifrástica sólo se diferencia del aspecto imperfectivo en rasgos estilísticos. Efectivamente, en los tres ejemplos recogidos de aquélla (Marc. 11 quae quidem tanta est ut… adlatura finem sit aetas, ib. 30 pertinet esse te talem ut tuas laudes obscuratura nulla umquam sit oblivio y R. Am. 12 …eo prorrumpere hominum cupiditatem… ut non modo clam, verum etiam hic in foro… caedes futurae sint) la aparición del presente (ut adferat finem aetas, ut laudes obscuret nulla oblivio o ut in foro caedes sint) tan sólo cambiaría el sentido en que permitiría creer que sus procesos pueden estar ya ocurriendo, cosa que no interesa en los dos primeros casos por cortesía ni por ridícula exageración en el tercero. iii) Ya que no hemos encontrado ningún ejemplo con pluscuamperfecto, sólo vamos a establecer dos posibilidades de aparición del aspecto perfectivo: el pretérito perfecto con regente de presente o de pasado. En el primer caso (Marc. 25 tantum abes a perfectione… ut fundamenta nondum quae 90 Acerca de la dicotomía eventual/potencial, ver n. 72. 91 Tres se encuentran en pasiva, donde es más difícil saber si se trata de un perfecto con valor de pasado o de un presente con participio; nos parece que es este último caso el que hay en P. O. 79 sunt… habitus animi, sic affecti… ut sint singuli inter se proprio virtutis genere distincti “…tan afectados que son distintos…”. 131 VIII. UT consecutivo cogitas ieceris)92, podría parecer a primera vista que ieceris fuera anterior a abes; pero dos argumentos demuestran que no es así: el sentido común (en cualquiera de los ejemplos se puede ver que el presente no es puntual sino que su inicio se produjo en el pasado y con anterioridad al verbo consecutivo; cf. n. 20) y el reconocimiento del valor del subjuntivo (el pretérito perfecto de subjuntivo es el tiempo acabado del presente, que es prospectivo; éste [tantum abes a perfectione ut fundamenta nondum quae cogitas iacias] indicaría que el proceso está sin acabar o, al menos, no afirmaría que está acabado). Así pues, en este caso, el pretérito perfecto expresa un proceso posterior (por el subjuntivo) y acabado (por el aspecto). Por contra, en la combinación con regente de pasado (At. I 16.5 iudices ita fortes tamen fuerunt ut… perire maluerint, R. Am. 95 …ne ita hunc videar voluisse servare, ut tibi omnino non pepercerim), lo único que cambia es que no se produce concordancia temporal (por lo que estudiaremos en profundidad el fenómeno en ' 46), pero, por lo demás, sigue indicando un proceso posterior y acabado. b) Como decíamos para el castellano (' 12. a), la única posibilidad de incumplimiento de la relación lógica con el uso de los tiempos reside en la combinación presente-pasado. Como tiempo de pasado en posición subordinada sólo contaremos al pretérito imperfecto93. El único ejemplo susceptible de responder a esta estructura es Cic. R. Am. 119 …ita vixerunt talesque a populo Romano putantur ut, quidquid dicerent, nemo esset, qui non aequum putaret (“de tal manera vivieron y son considerados por el pueblo romano que nadie había que no juzgara justo lo que dijeran”), pero el imperfecto se justifica fácilmente por el pretérito perfecto (en acepción aorística: “vivieron”)94. 45.- A la hora de comprobar el cumplimiento de la atracción temporal, de cerca de unos doscientos ejemplos95, hemos podido verificar que se produce claramente en 43 casos (pasado-pasado: Lael. 37 …tanti Tib. Gracchum fecisset ut… sibi faciendum putaret…), aparte de otros 77 de relación no marcada presentepresente. Si hemos comprobado que la combinación presente-pasado no existe, la única que nos queda, y que infringiría la atracción, es pasado-presente. El primer punto que dilucidar es qué formas verbales, en posición de regente, se refieren al tiempo cronológico del pasado. 92 Otros ejemplos: Or. 131 nos ita dolenter <miserationes> uti solemus, ut puerum infantem in manibus perorantes tenuerimus, Cat. I 22 neque enim is es… ut te… pudor… a furore revocarit, Nat. II 17 …supera esse meliora… ut… hoc idem generi humano evenerit. 93 Recordemos que el pluscuamperfecto no aparece y que el pretérito perfecto es la forma perfectiva del tiempo del presente (ver supra .iii). 94 Lebreton (op. c. pág. 226) también afirma que esta combinación es rara. 95 Se trata de los más significativos y claros; recogimos, aparte, otros más de 60 muy parecidos que no hemos incluido en este estudio. 132 VIII. UT consecutivo 46.- No hay dudas en lo tocante al pretérito imperfecto (un solo ejemplo con cláusula de presente: At. I 14.1 ita distinebar ut vix huic tantulae epistulae tempus habuerim “tan ocupado estaba que apenas he tenido tiempo para esta cartita”96; ninguno con pluscuamperfecto), pero las dos acepciones del pretérito perfecto crean mayor inseguridad. Aunque en la mayoría de los 66 casos en que dicho tiempo es verbo regente, es bastante difícil afirmar de qué acepción se trata, sí hay otros más asequibles: la perfectiva (At. I 19.7 cum hoc ego me tanta familiaritate coniunxi ut uterque nostrum… munitior… et… firmior hac coniunctione esse possit “con éste me he aliado [≈estoy aliado] con tal relación que cada uno de nosotros puede…”), excepcional, pertenece al presente y, al llevar siempre otro presente en la cláusula, no produce discordancia temporal; con la acepción aorística tampoco la habrá si el subordinado es de pasado (R. Am. 38 quod ita raro exstitit, ut… portenti ac prodigii simile numeretur, Cat. III 20 tanta fuit operis tarditas ut… neque ante hodiernum diem conlocaretur), pero sí si es de presente (R. Am. 33 tantum potuit ut omnes occisus perdiderit et adflixerit, Cat. III 25 dissensiones… eius modi fuerunt, ut non reconciliatione, sed internecione civium deiudicatae sint). Por tanto, queda por explicar por qué en los casos de verbo regente de pasado (pretérito imperfecto o pretérito perfecto aorístico, ambos en indicativo) se usó en la cláusula uno de presente (presente o pto. perfecto de subjuntivo) en vez del normativo pasado (pto. imperfecto o pluscuamperfecto de subjuntivo). )Qué diferencia existe entre el pto. imperfecto (ne ita hunc videar voluisse servare, ut tibi omnino non parcerem “…que no parezca que yo he querido protegerlo de modo que no te respetara”) y el perfecto (“…que no parezca que yo he querido protegerlo de modo que no te he respetado”)? Como dicen unánimemente todos los autores, el imperfecto marca la relación de causa y efecto97 (ya que, apostillamos nosotros, no hace sino utilizar la forma no marcada y normativa para este tipo de subordinada) y el perfecto se independiza temporalmente de su regente (lógico, pues olvida cualquier regla de la consecutio) y se dota de importancia enunciativa98 (resultado también lógico de la independización)99. Además, ut non 96 Ernout-Thomas piensan que en este ejemplo el pto. perfecto expresa una “acción recién acabada” (op. c. ' 403). 97 Riemann, op. c. ' 197; Lebreton, op. c. pág. 226; Kühner-Stegmann, op. c. ' 181. 3. b; y Woodcock, op. c. ' 164 (aunque con la reserva de que la diferencia no está totalmente aclarada). 98 Algo que, además, se nota en castellano por la utilización del subjuntivo para traducir el imperfecto, y del indicativo para el perfecto; ver ' 41. 99 Sin embargo, algunos gramáticos establecen una distinción entre el uso con acepción de pasado o perfectiva del pto. perfecto de subjuntivo. Así, acerca de la última, Lebreton apostilla que expresa un “resultado de presente”, y Kühner-Stegmann, que el proceso puede ser momentáneo, continuo o repetido. Por contra, el empleo con la acepción de pasado provendría del aoristo griego para Lebreton y KühnerStegmann, y, según Ernout-Thomas (op. c. ' 403) presentaría a la consecuencia como un suceso propio (que, rehecha en verbo principal, se coordinaría a su antiguo regente). Por otra parte, prácticamente todos los autores destacan los casos en que van coordinados en la cláusula un pto. imperfecto y un pto. perfecto: 133 VIII. UT consecutivo parcerem indicaría sólo que es consecuencia del verbo regente, pero es que el autor deseaba, también, hacer saber que el proceso subordinado ya estaba hecho, que el peligro que supone non parcere estaba ya conjurado100. Y así, todos. 47.- Hemos visto que, al igual que las consecutivas castellanas, las latinas respetan la relación lógica en el uso aspectual y el temporal. En cuanto a la atracción, también es la misma situación de tendencia y libertad que encontrábamos en las subordinadas de “como para que”. Sin embargo, si comparamos con las modales, la frecuencia es mayor101; la razón, como decíamos en castellano, se debe al valor subordinado y relacionante del subjuntivo. 48.- Para finalizar el apartado del análisis sincrónico, estudiaremos las repercusiones de la negación en el significado de la oración. Recordemos qué ocurría en las modales cuando se negaba un elemento de la “oración principal” (V ' 19)102: había un reparto estadístico entre los casos “especificativos” (la negación afectaba a la validez de la cláusula: non ita facio ut fecisti) y los “explicativos” (la cláusula equivalía al verbo regente negado: non ibo, ut dixi); mientras que la función de Aditamento siempre tenía una negación especificativa y la de Aposición especificativa, explicativa, la de la Aposición explicativa podría aparecer en las dos. Ahora bien, entre las consecutivas hemos contado 14 ejemplos con negación. En la inmensa mayoría (12), se da la estructura especificativa (At. I 19.7 neque enim illae res aut ita sunt obscurae ut testimonium, aut ita dubiae ut laudationem desiderent “aquellos asuntos no son tan oscuros que necesiten testimonio o tan dudosos que <necesiten> alabanza”, es decir, no necesitan; R. Am. 2 ne istius Ces. B. G. VII 17.3 …caruerint et… sustentarent…. 100 Cf. Bassols, op. c. II ' 162. 5. b. 101 Y menos si la comparación se produce con las finales (debido al rasgo de causalidad de éstas: IX ' 47). La misma gradación, en el fondo, hacen Ernout-Thomas (op. c. ' 402), quienes también destacan los casos de discordancia por un resultado actual de una acción pasada (ita vexavit ut nunc restitui non possit; un descuido, a nuestro juicio, ya que siempre queda la posibilidad de usar posset) o por un presente general como regente (ita est ut putarem; ver n. 20). 102 Los casos de negación dentro de la subordinada no afectan a nada más, por lo que los dejamos de lado; sin embargo, algunas Gramáticas sí ponen etiquetas a ciertas construcciones de ese tipo (ver ' 51). Por su parte, los casos de negación de la cláusula no representan ninguna particularidad, a excepción de que, al traducir, hemos de recolocar la negación (At. I 20.2 sed a me ita sunt acta omnia non ut ego illi adsentiens levior, sed ut ille me probans gravior videretur “no he hecho todo como para parecerle a aquél menos peligroso…”; Cat. I 16 sic enim iam tecum loquar, non ut odio permotus esse videar… sed ut misericordia… “no voy a hablar contigo de modo que parezca que yo estoy movido por el odio, sino por la misericordia”; Or. 31 …explicator prudens… non ut in iudiciis versaret causas, sed ut in historiis bella narraret “no un prudente narrador para manejar las causas en los juicios, sino para narrar las guerras en las historias”), visible, sobre todo, en R. Am. 148 nunc ita defenditur, non sane ut moleste ferre adversarii debeant neque ut se potentia superari putent, que, al no llevar un segundo miembro (sed ut…) no podemos traducir literalmente (“ahora no se defiende de manera que deban los adversarios molestarse…”). 134 VIII. UT consecutivo quidem laudis ita sum cupidus ut aliis eam praereptam velim “no estoy tan deseoso de esa gloria que la quiera arrebatada a otros”, es decir, no quiero; o Lael. 48 angor iste non tantum valet ut tollat e vita amicitiam “esa preocupación no tiene tanta fuerza que suprima de la vida la amistad”, es decir, no suprime) y, en todos ellos, el antecedente, expreso, desempeña una función no apositiva (Aditamento y Complemento del adjetivo, principalmente). En las dos restantes, nos encontramos con la explicativa (R. Am. 44-45 usque eo… non habes ut non modo tibi contra nos dicendum putes, verum etiam contra rerum naturam “hasta tal punto no tienes, que piensas que…”; Lael. 63 …ubi eos inveniemus qui honores… amicitiae non anteponant, ut… non multo illa malint? “)dónde encontraremos a quienes no antepongan los honores a la amistad, de manera que no prefieran con mucho todo aquello?”, es decir, no lo prefieren); habremos de deducir que la función del antecedente (expreso en R. Am. 44-45, elidido en Lael. 63) es la Aposición, pero vamos a comprobarlo. En R. Am. 45 parece claro que usque eo se refiere a non habes; en Lael. 63, si hubiéramos de sobreentender el antecedente, lo colocaríamos fuera del alcance de la negación, o bien al principio, como usque eo (ubi eos inveniemus qui <ita> honores amicitiae non anteponant, ut non multo illa malint?), o bien ante ut (ubi eos inveniemus qui honores amicitiae non anteponant, <ita> ut non multo illa malint?)103; si se ubicara en medio (ubi eos inveniemus qui honores amicitiae non ita anteponant, ut non multo illa malint?), sería Aditamento y, por tanto, especificativa la negación (“los que no antepongan de tal modo que no prefieran…”, es decir, sí los prefieren). E - Tipologías del ut consecutivo 49.- Tradicionalmente, en los capítulos que las gramáticas dedican al ut consecutivo, aparece una variable serie de valores secundarios o matices, que van desde construcciones que sólo se pretende remarcar, sin explicación alguna, a otras que presentan características radicalmente opuestas a las consecutivas “normales”. 50. Antecedente.- Aunque ningún autor hace especial mención a la clasificación de los antecedentes, creemos que debemos detenernos de principio en el estudio de ellos. Atendiendo a este criterio dibujamos el siguiente esquema: 103 Compárese con oraciones del tipo At. II 18.2 vincere incipit timorem dolor, sed ita ut omnia sint plenissima desperationis. 135 VIII. UT consecutivo =modales: ita, sic Anteced. adverbios: tam, eo otros Sin anteced. adjetivos: talis, is, tantus, tot a) Ita y sic son los antecedentes más frecuentes y, de hecho, los esperados, si creemos en el origen a partir de la cláusula modal. Aparte de la mayor productividad de ita sobre sic (también constatable en las modales), nos parece que no hay diferencia funcional o semántica alguna entre ambos términos: en cerca del centenar de ejemplos escogidos, predomina la función de complemento adverbial del verbo (Aditamento) y, a mucha distancia, de un adjetivo (los casos de complemento de un participio pueden ser analizados por la naturaleza verbal o adjetiva de éste); sólo tres ejemplos presentan complemento de un adverbio. Otros, también en cantidad muy reducida, funcionan de Aposición del sintagma verbal principal, igual que en las modales. Todo lo cual no desentona del funcionamiento normal de ita y sic. b) Tam (o tantum) y eo (o adeo) plantean el problema de que, en su uso en cláusulas comparativas, se correlacionan con otros nexos, quam y quo, respectivamente. Sólo podemos responder que quizás se deba a que únicamente ut (el que normativamente corresponde a los antecedentes más frecuentes, ita y sic) adquiriera el doble significado para parámetro fijo y variable a la vez (ver § 42); así ut, que entre los nexos comparativos sería el no marcado, se convirtió en archinexo para las consecutivas. Por lo demás, digamos que, dentro de la poca frecuencia en Plauto de consecutivas con antecedente, con tam y sus derivados son particularmente escasas104. Hay también que advertir que el uso de eo se restringe al complemento de verbos de movimiento (Cic. R. Am. 12 …eo prorrumpere hominum cupiditatem) o en compañía de usque (ib. 24 quod… usque eo visum est indignum…)105. c) Talis , tantus , tot e is 106 no sólo presentan el inconveniente 104 Rud. 756-757 ni erit tam sincerum ut quivis dicat ampullarius ║ optumum esse… y Per. 71-72 tantidem ille illi rursus iniciat manum ║ ut aequa parti prodeant ad trisviros. 105 Sobre eo como antecedente del cláusulas finales, ver IX § 40. 106 Bassols (op. c. II § 310) opone estas formas, bajo el nombre de “demostrativos”, a los “adverbios” ita, tam, etc. Sin embargo, Kühner-Stegmann, quienes habrían servido de inspiración al autor español, hablaban, más coherentemente, de “adjetivos demostrativos” frente a “adverbios demostrativos” (op. c. § 188.2) 136 VIII. UT consecutivo reseñado de tam y eo, sino que además, son adjetivos107 y ut, evidentemente, un adverbio. En relación a la primera cuestión, sabemos que en las modales se usan correlacionados los nexos qualis, quantus, quot y qui; los tres primeros no aparecen en las consecutivas, para los que podríamos valernos de la misma razón que para quam y quo; sin embargo, qui también tiene un uso consecutivo; )a qué se deberá la elección de ut o qui tras is? Como decíamos, ut es el término no marcado, el que menos expresa (sólo el significado adverbial); por el contrario, el pronombre qui añade a ese significado el de “entidad identificada”; por lo tanto, si el referente del relativo va a cumplir alguna función sustantiva en la cláusula, se usa qui (Cic. Cat. III 25 erant eius modi, quae non ad delendam, sed ad commutandam rem publicam pertinerent); ut, si no interesa (ibid. …dissensiones… eius modi fuerunt ut non reconciliatione concordiae sed internecione civium deiudicatae sint), ya que, por poder, siempre es posible: Pl. Poen. 1186 eo sumus gnatae genere ut deceat nos esse a culpa castas (→ …in quo deceat…) o Cic. Cat. I 22 neque enim is es… ut te… pudor… a furore revocarit (→… quem pudor revocarit)108. En cuanto a la cuestión de la naturaleza adjetiva de todos estos antecedentes, y adverbial de ut, es sólo un problema aparente. El adjetivo no es sino el adverbio que predica a (y concuerda con) los sustantivos; es decir, el significado básico es el de los adverbios (que, recordemos, complementa a todas las clases de palabras léxicas excepto a los sustantivos), y el adjetivo aplica ese significado a sustantivos, y sólo a éstos109. d) Todo lo anterior, acerca de antecedentes fóricos. Pero tal como sucede en las modales, donde a menudo aparentemente no hay antecedente (Cic. Cat. I 18 ut potui, tuli: depende del verbo, mejor que suponer un ita, de igual manera que en qui venerat, hoc tulerunt el sujeto es la cláusula de qui, sin tener que sobrentender un ii), lo mismo ocurre en las consecutivas. Así, a pesar de que Rubio afirme que “las consecutivas y las concesivas suelen llevarlos (i. e. antecedentes) y difícilmente pueden prescindir de tales correlaciones sin caer en la ambigüedad” (op. c. ' 418) y que “no es fácil encontrar un ut consecutivo sin algún tipo de correlación” (op. c. ' 427), nos parece que es un fenómeno bastante frecuente110 sin ocasionar confusión con otros valores: hemos encontrado, grosso modo, el doble 107 Como antecedente de ut consecutivo, is siempre posee valor adjetivo (equivalente a talis); por tanto, Rubio se equivoca, a nuestro juicio, cuando lo califica (op. c. ' 430) de “pronombre” en contraposición a “adjetivos” como tantus y talis; sobre la denominación de “pronombre”, ver III n. 1. 108 Quizás fuera interesante ver la consecutio temporum en las cláusulas consecutivas de qui para comprobar si es no casual la diferencia entre quae pertinerent y ut deiudicatae sint de Cat. III 25. 109 Compárese esto con la naturaleza del Predicativo (“Ellos vienen rápidos”), semánticamente adverbial (V n. 44 ó Woodcock, op. c. ' 131 note), pero, al ir realmente referido a un sustantivo, en forma de adjetivo. Volvemos a remitir a la teoría de Tesnière sobre las “traslaciones” (op. c. Ch. 151ss). 110 Opinión avalada por Hofmann-Szantyr: op. c. ' 346 II zus. α. 137 VIII. UT consecutivo de ejemplos sin antecedente (claramente consecutivos, sin necesidad de las negaciones típicas [non, nemo, etc.] ni de contextos inequívocamente inintencionales111) que con sic. Por ejemplo, Or. 158 nam ‘amovit’ dicimus et ‘abegit’ et ‘abstulit’ ut iam nescias ‘a’ne verum sit an ‘ab’ an ‘abs’ (“pues decimos ‘amovit’ y ‘abegit’ y ‘abstulit’, de manera que ya no sabes si es ‘a’ o ‘ab’ o ‘abs’”); incluso en ib. 232 encontramos dos oraciones juntas, ambas consecutivas e idénticas a no ser por el antecedente: verba permuta sic ut sit ‘vicerunt eunuchi’ e immuta paululum ut sit ‘multi superarunt’;112 evidentemente, sic no varía ni la significación ni la naturaleza de la subordinada. e) Veíamos en las modales que muy esporádicamente cumplía la función de antecedente un adverbio semánticamente pleno (Cat. IV 24 decernite diligenter, ut instituistis, ac fortiter; ver V ' 12). Nada similar hemos hallado; lo más, unos cuantos casos en los que la cláusula va coordinada a un adverbio o a un adjetivo: Pl. Most. 868-869 …corium esse oportet ║ sincerum atque uti votem verberari (“la piel conviene que esté intacta y de manera que prohiba recibir golpes”), Cic. At. I 13.4 occulte sed ita, ut perspicuum sit, invidet113 o ib. II 12.2 …et inimicissimus quidem Caesaris et ut omnia… ista rescindat.114 Quizás se podría pensar que el sustantivo modo hace de antecedente115 en Cic. At. II 20.3 novo quodam modo civitas moritur, ut… varietas in re nulla sit, aperteque loquantur et iam clare gemant, tamen medicina mulla adferatur (“la ciudad se está muriendo de una nueva manera, de modo que no hay cambios en nada, se habla en público y se producen lamentos claros y, con todo, no se proporciona ninguna medicina”); también por influencia de nuestra lengua podríamos creer que el adverbio nimis fuera igualmente en latín antecedente de cláusulas consecutivas: Or. 195 alterum nimis est *vinctum* ut de industria factum appareat, alterum nimis dissolutum ut pervagatum ac vulgare videatur… (“el uno está demasiado ligado, de manera que parece hecho a propósito, y el otro, demasiado suelto, de manera que parece trivial y vulgar”) o Lael. 58 hoc quidem est nimis exigue et exiliter ad calculos vocare amicitiam, ut par sit ratio acceptorum et datorum (“esto es medir demasiado estrecha y débilmente la amistad con las cuentas, de manera que el total de lo recibido y de lo dado sea igual”); pero la relación explicativa que se puede observar 111 Rubio (op. c. ' 427) aduce un ejemplo consecutivo sin antecedente (mons altissimus impendebat, ut facile perpauci prohibere possent) y explica la ausencia de éste por la evidencia de que “a nadie se le ocurrirá atribuir ‘intención’ a la montaña”. 112 No tendría ningún sentido creer que paululum fuera el antecedente. 113 Compárese con R. Am. 101 O vitam honestam et eiusmodi ut… ius iurandum accommodetis!. 114 En otros autores: Ces. B. G. V 33 haec… timide atque ut eum omnia deficere viderentur; Suet. Nero 26 petulantiam occulte exercuit, sed ut nemini dubium foret. 115 Sobre la validez funcional de un sustantivo en ablativo como adverbio, ver Rubio (op. c. ' 401. 1). 138 VIII. UT consecutivo entre dicho adverbio y la subordinada hace que lo descartemos como antecedente116. Tampoco lo ha de ser, por el mismo motivo, el adverbio admodum: Lael. 76 …nisi quaedam admodum intolerabilis iniuria exarserit ut neque rectum neque honestum sit nec fieri possit (“a no ser que hubiera surgido una injusticia totalmente intolerable, de manera que ni fuera honrado ni pudiera llegar a serlo”). Nos parece, aunque ya está fuera de lo que se ha de considerar semánticamente pleno, que los pronombres exclamativos pueden desempeñar también la función de antecedente117: Lael. 96 quanta illi… fuit gravitas, ut facile ducem populi romani… diceres! (“(qué grandeza tuvo!; (como para que lo consideraras fácilmente caudillo del pueblo romano!”), Marc. 9 …quo studio incendimur… ut eos saepe, quos nunquam vidimus, diligamus! (“(qué afición la que nos absorbe!; (como para que amemos a menudo a aquéllos que jamás hemos visto!”). 51. Inesperado o contradictorio.- Ernout-Thomas118 hablan de un uso del ut consecutivo con negación que es equivalente a “sin que”; aducen el ejemplo Cic. Fin. II 71 malet existimari bonus ut non sit, quam esse ut non putetur (“preferirá ser considerado bueno sin serlo, a serlo sin que lo consideren”) y lo comparan con quin.119 Woodcock120 califica a este matiz de “contradictorio o inesperado” (ita credulus est ut non omnia credat) y se vale, entre otros, del mismo ejemplo que Ernout-Thomas (Fin. II 71), que también traduce por “sin que” (without y gerundio); lo relaciona con el significado concesivo. Finalmente, Kühner-Stegmann121 no se restringen a cláusulas de ut negativas, sino que hablan de “contraste” en general122 y se valen de ita probanda est mansuetudo et clementia, ut adhibeatur severitas (“hay que alabar la bondad y la clemencia con tal que [siempre que / de manera que] se añada la severidad”). Nosotros creemos que ningún hablante latino habría separado este uso del “puramente consecutivo”, pues, al igual que decíamos del matiz llamado “concesivo” del modal (V ' 35), es extrasintáctico que los significados de la “oración principal” y de la cláusula sean “inesperados” (pero no incompatibles o imposibles). Veamos dos ejemplos “normales”: At. II 16.1 ita me pupugit ut somnum mihi ademerit (“me ha golpeado de tal manera que me ha quitado el sueño”) e ib. 6.1 sic 116 Cf. n. 24. 117 En castellano, “(Cómo ha de ser ella para que tú parezcas más trabajadora!”. 118 Op. c. ' 344. 119 Ter. Eun. 1092 numquam etiam fui usquam quin me omnes amarent (“Nunca he vivido sin que todos me amen”); ver X ' 62 y 77. 120 Op. c. ' 167. 121 Op. c. ' 188 An. 2. 122 Estos, a diferencia del resto de autores, relacionan este uso con el restrictivo (' 52), por lo que afirman que la negación puede ser tanto ne como non. 139 VIII. UT consecutivo sum complexus otium ut ab eo divelli non queam (“me he dedicado de tal manera a mis aficiones, que no puedo dejarlas”). Son ejemplos “normales” porque expresan consecuencias esperadas; pero si añadimos o quitamos la negación, seguirán siendo consecuencias tan legítimas como antes (“me ha golpeado de tal manera que no me ha quitado el sueño” [es decir, “sin quitarme el sueño”] y “me he dedicado de tal manera a mis aficiones, que puedo dejarlas”)123. Es, repetimos, el mismo caso que en las modales. Quizás la única diferencia resida en nuestras lenguas, que disponen de la locución sin que para traducirlas si son negativas; pero, al no conllevar esto una distinción de significado, no podemos establecer dicha diferencia ni matiz en latín; de hecho, cualquier ejemplo consecutivo con ut non admite esta traducción: R. Am. 95 vereor… ne ita hunc videar voluisse servare, ut tibi omnino pepercerim (“temo que parezca que he querido protegerlo sin mirar por ti”); At. II 20.3 civitas moritur, ut… varietas in re nulla sit… (“se muere la ciudad sin que cambie nada”). 52. Restrictivo.- Sin duda alguna es el llamado uso “restrictivo” el más complejo, no sólo por la variedad de nombres que recibe (aparte de “restrictivo”, “condicional”, “estipulativo” o “limitativo”), sino que, sobre todo, es raro que siquiera dos autores coincidan en las fronteras de este uso con el “contradictorio” (supra) y con el “intencional” (' 53). Así, mientras Ernout-Thomas (op. c. ' 344) distinguen claramente entre los tres, Woodcock (op. c. ' 167. b)124 o Hofmann-Szantyr (op. c. ' 347) no hablan del último, por lo que no sabemos si pensarán, como KühnerStegmann (op. c. ' 188) o Riemann (op. c. ' 199), que “restrictivo” e “intencional” son lo mismo, mientras que, por el otro lado, Bassols (op. c. II ' 312) mezcla ejemplos “restrictivos” y “contradictorios” bajo una definición que excluiría a los segundos. Aparte de la expresión de una condición, restricción o limitación (y de ahí su nombre), este uso se distingue formalmente por el empleo mayoritario del “correlativo” (ita o sic)125 y el adverbio negativo ne (en vez de non) dado que el subjuntivo sería “volitivo”. Ahora bien, si lo que nos encontramos es un ejemplo con verbo subordinado sin negar, no habrá diferencias formales (el “correlativo” es propio de todas las consecutivas y el subjuntivo pretendidamente volitivo no se distingue del eventual), sino sólo semánticas y muy discutibles: )qué es realmente una condición, una restricción o una limitación? Estaríamos en el mismo caso que el del “contradictorio”: de At. II 15.3 ero cum rusticis… ita tamen ut… tibi praestoler, )habremos de entender que hay una condición (“estaré con los campesinos siempre 123 A veces la “contradicción” va marcada por la adversativa sed: At. I 13.4 occulte sed ita, ut perspicuum sit, invidet (“me odia secretamente pero de manera que sea evidente”). 124 Este autor afirma que el giro restrictivo aparece desde Terencio; sin embargo, Hofmann-Szantyr aducen ejemplos de Plauto (Bac. 873 vis tibi ducentos nummos iam promittier, ut ne clamorem hic facias). 125 Aunque también hay pasajes sin ningún tipo de correlativo; ver X ' 87. 140 VIII. UT consecutivo que pueda escribirte”) o que es una “normal” consecutiva (“estaré con los campesinos de modo que pueda escribirte”)? Si el verbo subordinado es negativo (R. Am. 55 accusatores multos esse in civitate utile est, ut metu contineatur audacia; verum tamen hoc ita est utile, ut ne plane illudamur ab accusatoribus “es bueno que haya muchos acusadores en la ciudad, para/de modo que la audacia esté contenida por el miedo; pero es bueno con la condición de que no se burlen los acusadores de nosotros”), ne ya nos avisa de la diferencia126. Pero )ha de considerarse, a pesar del distinto valor del subjuntivo, un matiz del consecutivo? Todos los autores así lo creen (haciendo prevalecer la presencia de los “consecutivos” ita y sic sobre ne y el subjuntivo), menos HofmannSzantyr, quienes le dedican un apartado independiente127. Por nuestra parte, no vemos en la presencia de ita o sic la prueba irrefutable de su adscripción a las consecutivas: como veremos en los siguientes capítulos, existen oraciones con dichos adverbios como antecedentes de cláusulas finales (IX ' 39) e incluso completivas (X ' 23). Pero hay un argumento de mayor peso: en el capítulo sobre estas últimas subordinadas veremos oraciones idénticas a estas pretendidas restrictivas, pero con el sintagma ea condicione o similares en lugar del fórico ita o sic (X ' 87), lo cual demuestra que los mencionados adverbios no son esenciales en esta construcción; por tanto, remitimos a dicho punto. 53. Intencionalidad.- Como acabamos de decir, algunos autores hablan de usos intencionales del ut consecutivo (con subjuntivo, lógicamente, volitivo y con la negación ne), aunque algunos los equiparan al “restrictivo” (Riemann y KühnerStegmann) y otros los mantienen aparte (Ernout-Thomas, op. c. ' 343). A nosotros, de entre todos los textos analizados, sólo un ejemplo nos podría parecer merecedor de tal calificación: Pl. Most. 1053 pergunt turbare usque ut ne quid conquiescere possit (“no paran de embrollar de manera que nada pueda estar tranquilo”), pero, ya que, como veremos en el siguiente capítulo, estableceremos que la diferencia entre consecutivas y finales estriba en la intención, preferimos interpretar dicho ejemplo como final, aun cuando aparecieran los fóricos ita o sic (cf. supra ' 52). 54. Quam ut.- Ernout-Thomas128 y Woodcock129 mencionan, como variante 126 Seguro que se podría ver “restricción” en eis sic abundabit ut verba elegantia ex ore exeant (“se hará hincapié en eso siempre que sean palabras elegantes las que salgan por su boca”); y, sin embargo, lo que hemos encontrado es Or. 134 quibus sic abundabit ut verbum ex ore nullum nisi aut elegans aut grave exeat, con nullum en vez del esperado ne quid; no parece, pues, un criterio muy firme. 127 No explican la naturaleza de este ut, pero lo ponen en relación con relativos yusivos: his legibus ducam uxorem: quae cras veniat. Además, afirman que si aparece non en lugar de ne, se entra en contacto con el ut “supongamos que” concesivo. 128 Op. c. ' 344. 129 Op. c. ' 166. 141 VIII. UT consecutivo del uso “normal” del consecutivo, la construcción tras comparativo de quam ut (sapientior est quam ut hoc credat “es demasiado listo como para creerlo”), que el autor inglés pone en relación con la de ´ òFJ, del griego. La particularidad de este giro radica en la “irrealidad” de la subordinada; por seguir con el ejemplo de arriba, lo real sería que hoc non credit; de la misma manera, Cic. Or. 41 maiore mihi ingenio videtur esse quam ut cum orationibus Lysiae comparetur… (“me parece que tiene demasiado talento como para compararlo con los discursos de Lisias”, es decir, “no se pueden comparar”) o Lael. 48 angor iste non tantum valet ut tollat e vita amicitiam, non plus quam ut virtutes, quia nonnullas curas et molestias adferunt, repudientur (“…es demasiado débil como para que se rechacen las virtudes”, es decir, “no se han de rechazar”)130. Si suprimimos el comparativo y su relativo quam, obtenemos lo contrario: mihi <tali> ingenio videtur ut cum orationibus Lysiae comparetur (“me parece <dotado> de un talento tal como para ser comparado…”). Esto, evidentemente, nos recuerda las oraciones con negación (' 47) y, sobre todo, las castellanas con “demasiado” (n. 24); la relación con este último adverbio se apoya no sólo en que esté formado léxicamente sobre “más” (magis), o en que tras unos u otro la consecuencia sea “irreal”, sino en (y esto parece lo más importante) el doble nexo que utilizan: quam ut en latín y “como para que” en castellano (propio de cualquier antecedente, pero, como vimos [' 5], imprescindible con “demasiado”). Así, si concluíamos que para nuestra lengua el análisis de “como para que” había de ser el de sobreentender el verbo de “como” (' 8), aquí haremos lo mismo: maiore mihi ingenio videtur esse quam <sit> ut comparetur…. 55.- Merguet, en su Léxico de Cicerón, ofrece un apartado, titulado “weise”131, (“modo, manera”; no se puede referir al ut modal, que tratará más adelante), en el que se incluyen cuatro ejemplos en subjuntivo y con la negación non. La interpretación de 3 de estos pasajes es consecutiva, aunque, como veíamos también en castellano (' 6 y 7), la idea de consecuencia no es tan clara: Phil. XII 24 qui Terminalibus nuper in suburbium, ut eodem reverterer, ire non sum ausum (“no me atreví a ir a las afueras por los Terminales, para luego regresar por el mismo sitio”), Rep. I 58 videsne minus quadrigentorum annorum esse hanc urbem, ut sine regibus sit (“ves que esta ciudad ha estado menos de cuatrocientos años sin que haya reyes”) y P. O. 22 nihil demi potest, ut virtutis nomen relinquatur (“nada puede quitarse para que se conserve el nombre de virtud”). En el último ejemplo, sin embargo, el subjuntivo es intencionado per se, pero no es la intención de su verbo regente: Leg. III 36 doluit se, ut opprimeret C. Popilium, nocuisse rei publicae (“se arrepintió de, para atacar a Popilio, haber dañado a la República”); pues da la 130 Otros ejemplos: signa rigidiora ut imitentur veritatem (Cic.) y maior sum quam ut mancipium sim corporis (Sen.). 131 Op. c. pág. 809.b. 142 VIII. UT consecutivo impresión de que aquí el sentido no es haber dañado conscientemente a fin de atacar; sin embargo, nos parece que se trata de una final-consecutiva con el detalle de que nocuisse es también, conceptualmente, una consecuencia: “se arrepintió de haber actuado para atacar a Popilio, actuación que dañó a la República”. Por tanto, resulta que tras weise se encuentran consecutivas “especiales” que no siguen las directrices semánticas de la definición tradicional. 56.- Finalmente, hay ejemplos, oscuros a primera vista, que pueden ser interpretados como consecutivos. Es el caso de algunos pretendidos usos de indignación132: es claro en Pl. Rud. 1062-1063 Grippe, animum advorte ac tace ║:: utin istic priu’ *dicat*? (“Gripo, escucha y calla :: )para que / de manera que este hable primero?”) y en Poen. 315-316 cedo mi dexteram ║:: ut quidem tu huius oculos inlutis manibus tractes aut teras? (“dame la derecha :: )para que toquetees con tus manos sucias…?”); también lo creemos para Rud. 1244-1245 egone ut quod ad me adlatum esse alienum sciam ║ celem? minime istuc faciet noster Demones (“)que oculte / ocultar…?; no hará eso…”), aunque haya gramáticos que pretendan retrotraer a este ejemplo el origen de la cláusulas dependiente de facio;133 finalmente, la interpretación consecutiva es también posible en Ps. 515-516 facito ut memineris ║:: egon ut cavere nequeam…? (“)de manera que yo no pueda llevar cuidado?”), aunque nos inclinamos por la enfática134. Para otros quizás nos parecerían más sonoras traducciones como la temporal (Per. 239 at votita sum ne hoc edicerem, omnes muti ut loquerentur prius “he prometido no divulgar esto, de manera que antes hablarían [≈antes de que hablen] los mudos”) o la completiva (Per. 778 solus ego omnibus antideo facile, miserrumus… ut vivam “aventajo con facilidad a todos, de manera que vivo [≈en vivir] más desgraciado”)135. En otros, por último, hay que suponer braquilogías: Per. 433 mirum quin tibi ego crederem ut idem mihi faceres? (“)era extraño que no me fiara de ti, para que me hicieras…?”) o Poen. 1272 qur numero estis mortui, hoc exemplo ut pingeretis? (“<me pregunto> por qué habéis de estar muertos, para que pudierais pintar…”). F - Conclusión 57.- Diacrónicamente, el ut consecutivo procede del relativo con subjuntivo 132 Cf. III ' 9 y IV ' 15. 133 Ver IV n. 44. 134 Ver III ' 9. 135 Thomas (Mélanges…) propone traducir esta oración como una explicativa (“Aventajo en que soy el más desgraciado…”) o como yuxtapuestas (“soy el ejemplo vivo de la desgracia; aventajo a todos”). Podemos aquí comprobar cómo el traductor es a veces bastante traidor. 143 VIII. UT consecutivo eventual y que expresaba un proceso lógicamente posterior al del verbo principal. El nacimiento de este valor tuvo que ser muy anterior a la aparición de los primeros testimonios escritos del latín, dada la firmeza con la que ya aparece desde Plauto. Sin embargo, sí se puede observar ciertas diferencias en las costumbres de esta cláusula entre los dos autores estudiados, centradas sobre todo en la mayor frecuencia de la aparición del antecedente pronominal en Cicerón; evolución que nada tendría que ver con el momento del origen, ya que, en todo caso, lo primario habría sido la aparición y lo secundario, la omisión. En cuanto a la evolución que Thomas pretende ver en el uso de los tiempos verbales (en un principio los subjuntivos que expresan procesos reales serían mínimos), es, por una parte, absolutamente incoherente con la propuesta, hecha conjuntamente con Ernout (' 15), de la procedencia desde las finales (con subjuntivo “legítimo”), y, por otra, incluso comprobamos (' 39) que las cifras ofrecidas eran demasiado discutibles. Sincrónicamente, creemos que ut sigue siendo relativo y el subjuntivo, eventual. Por lo tanto, debe hablarse, no sólo de un único uso consecutivo, sino también de un solo valor relativo para el modal y el consecutivo. La diferencia que se establece entre ambos usos viene dada por el verbo subordinado, que conlleva la distinta relación lógica entre los dos procesos: el indicativo o el subjuntivo “indicativizado” (potencial) hace que se parta de la cláusula (que será el “parámetro fijo”: cláusula modal), mientras que con el subjuntivo (eventual) se partirá del verbo principal (cláusula consecutiva). Y, desde luego, no compartimos en absoluto la idea de Rubio136 de que el “correlativo” se usara exclusivamente para distinguir entre consecutivas y otras subordinadas: el “correlativo” sigue siendo el fórico antecedente del relativo y son numerosísimos los casos en que a los latinos se les habría “olvidado” colocar esta importante marca en sus consecutivas. * 136 * * Op. c. ' 427 y 429. 144