101 kilómetros de Ronda: 24 horas de "sufrimiento y dureza" .En esta crónica voy a contar lo que sé que siempre recordaré de esta prueba. Compartiré los momentos que por un motivo u otro se me han quedado grabados y que nunca olvidaré. Se dice que correr esta de moda, pero la 101 es algo más que correr. La carrera, que organiza desde 1995 el Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión se divide en cuatro modalidades: mountain bike, marcha individual, marcha por equipos y duatlón. Se han celebrado 17 ediciones porque las misiones en Kosovo, Irak y Afganistán obligaron a cancelar las carreras de 2001, 2004 y 2010, y a su alrededor ha crecido un evento que va más allá de lo deportivo sin llegar a ser del todo festivo .Solo la Legión comparte el protagonismo con la carrera. 600 militares se despliegan en la zona, con decenas de camiones, vehículos ligeros y tiendas de campaña. La organización tiene el rigor de lo castrense y los corredores lo aprecian Mis objetivos en estas carreras siempre serán los mismos, llegar y disfrutar, si consigues llegar al final, compensará todo lo mal que lo hayas pasado. En este tipo de carreras No compites contra nadie, solo contra ti. Los demás corredores no son tus rivales sino tus amigos. Si te adelantan no te enfadas, los animas y te animan. Son carreras en las que la cabeza juega un papel muy importante, más que tus piernas. Hay que saber escuchar a tu cuerpo, saber dosificar, saber cuando caminar y durante cuanto tiempo, saber "lidiar" con las molestias que tendrás en diversas partes de tu cuerpo y sobre todo, hay que saber sufrir. Cena de la pasta. Día previo a la carrera. Salgo de casa poco antes del medio día para llegar a Ronda a la hora de comer, recoger el dorsal y plantar el saco de dormir en el polideportivo donde pasaremos la noche. Esa tarde la dedico a descansar, pasear y disfrutar de la ciudad que es una maravilla. A las nueve me dirijo a la alameda del tajo donde la Legión monta un operativo formado por tiendas con todo lo necesario para la cena de la pasta (hay que darles macarrones a 7000 participantes) “la olla es para verla”. Tras la cena de vuelta al polideportivo que a las once tocan silencio, y a descansar lo que se pueda. Km.0 - La salida. "¡Viva España, viva el Rey, viva la Legión!" Increíble el ambiente. Multitud de ciclistas, corredores y marchadores dirigiéndose hacia el campo de futbol. Cuando me ponen el primer sello al pasaporte empiezo a ser consciente de donde me he metido. Dentro del estadio corrillos de gente sentados en el hierba, otros de pié, todos buscando la sombra. Algunos concentrados, otros bromeando pero todos nerviosos. Las bicis salen y los marchadores nos vamos colocando preparados para la salida, últimos ánimos por parte de la Legión para afrontar la prueba y allá que vamos … justo antes de dar la salida, breve discurso del coronel del Tercio que acaba con un ¡¡VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA LA LEGIÓN!! que, definitivamente, me activa, ahora sí, así ¡¡¡sí!!! La cabra de la legión no se lo quiere perder tampoco… fijaos en la foto… en primera fila. Salida de los marchadores. Los primeros metros son espectaculares gracias a la cantidad de gente de Ronda que se ha echado a las calles para animar. El momento álgido se produce en una calle peatonal, abarrotada de gente, donde te sientes un ciclista coronando un puerto de categoría especial en la etapa reina del Tour. Al paso por la mítica plaza de toros de Ronda Una vez salimos de Ronda tenemos unos kilómetros de asfalto que, poco a poco, comienza a ceder protagonismo a la tierra. Y con ello los primeros repechos, que con mente fría hacemos al tran tran, sabiendo lo que nos queda por delante. En el kilómetro 14,5 llegamos a otro tramo espectacular, el paso de un pequeño túnel donde se congregan muchas personas que animan como si les fuera la vida en ello y donde nos cruzamos con las bicicletas que estaban de vuelta de este tramo circular de 10 kilómetros ( campo de maniobras Las Navetas). 54 minutos más tarde volvía a pasar por ese mismo punto, y fue aún más emotivo pues a todos aquellos espectadores que nos animaban se unían aquellos marchadores que comenzaban el tramo circular y que no se descuidaban de decirnos “máquinas seguir así”, “ánimo”… sin duda, gasolina para el cuerpo. Tras una larga bajada y el paso por Arriate, sin apenas darme cuenta alcanzo el kilómetro 31 donde se encuentra la primera de las subidas duras, 4 kilómetros de ascensión para un desnivel positivo de 310 metros (575 a 885 metros a nivel del mar). Así que manos a las rodillas y para arriba, como no puede ser de otra forma. A esta ascensión le sigue una pequeña bajada y la parte más pesada de toda la carrera,10 kilómetros auténticamente insufribles, pesados, inaguantables, una pista muy ancha de tierra que seguir y nada más. En Alcalá del Valle (kilómetro 49), tras uno de los avituallamientos, me encuentro con una pequeña pero durísima cuesta que nos despeja el camino a Setenil. Es aquí cuando, por primera vez, veo muchos cuerpos tirados en las cunetas, tratando de coger un cachito de sombra para recuperar esa energía que les lleve hasta el final del recorrido, Todo este tramo tiende hacia abajo pero el paso de los kilómetros van pesando y ya en el kilómetro 53 comienzo a sufrir de lo lindo, bajo el ritmo y me permito algún tramo andando para recuperar energías. Cola a la llegada de uno de los avituallamientos. Entro en Setenil (kilómetro 55) otro espectacular tramo donde se junta la increíble estampa de casas bajo rocas de la montaña y bares repletos de gente que no dudan en animar. Si de verdad no tenía muchas fuerzas en este tramo, esa gente hizo que durante unos metros mi cuerpo se sintiera con energías renovadas. Tras el disfrute de Setenil y después de cambiarme de ropa y calcetines me comí todo lo que en aquel avituallamiento nos dieron, (había que coger fuerzas). Ya con los frontales encendidos pues llegó la noche comenzamos un ascenso suave que nos lleva desde los 555 metros a los 908 metros de desnivel en 12 kilómetros. Este ascenso me hace pasar un largo tiempo sin correr, con muy buena cadencia pero con la sensación de que el cuerpo comienza a decir basta, los kilómetros que siguieron desde el descenso hasta alcanzar el cuartel de la legión (km 75) estuvieron combinados de tramos corriendo con otros breves andando para recuperar sensaciones. Una vez en el cuartel, en cuya entrada nos daba la bienvenida la cabra de la legión, hago uno de los avituallamientos que más dudas me presentaba antes de encarar la competición, una comida caliente que daba pie a sentarte y tomártelo con calma. Sobre la marcha decidí comerme una hamburguesa y una coca cola sin sentarme siquiera. Necesitaba salir por patas cuanto antes y, sobre todo, no acomodarme. Comienzo con una de las ascensiones más duras de todo el recorrido, la Subida a la Ermita. Subo bien, recuperando el terreno perdido con otros compañeros. No sin esfuerzo llego a un terreno llano, previo a la segunda y última ascensión. Esta segunda ascensión, es bastante más dura que la primera y se nota en el ritmo, pero aún así me defiendo bien en este terreno. Sin apenas un pequeño tramo para llanear comienzo la penúltima de las subidas importantes y, pese a lo que pueda parecer a estar alturas, ¡¡lo estaba deseando!!. En el kilómetro 96 vislumbramos Ronda allá en lo alto, sabemos que sólo nos separa de ella una cuesta, la conocida como la “cuesta del cachondeo”. Pese a todos los kilómetros que llevan mis piernas me siento bien y tiro hacia arriba a buen ritmo. A lo largo de los casi 2 kilómetros de ascensión. Ahora sí, estamos en Ronda. En el último kilómetro te vienen a la cabeza muchas cosas ocurridas en el día, los ratos en los que piensas que hago yo aquí y todo se queda para el recuerdo, ahora lo importante es cruzar la meta, no puedo describir lo emocionante de este momento pero compensa los meses de entrenamiento y los momentos malos de la carrera No puedo finalizar de otra forma que alabando la organización de esta competición. Sin ellos no podría haber sido lo mismo. Estuvieron a gran altura durante todo el fin de semana, matrícula de honor. El ladrillo, que así es como le llaman al chapiri que nos entregan en la meta. El merecido descanso tras la batalla..