LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA Y LOS DDHH EN LA FORMACIÓN DE LOS ALUMNOS DE LA ESCUELA MILITAR DE SUBOFICIALES “SARGENTO INOCENCIO CHINCÁ JUAN JAIRO LOZANO CARVAJAL YERIFE ANDREA PARRA OROZCO Trabajo de grado como requisito parcial para optar al título de Magister en Educación Director TOBIAS RENGIFO RENGIFO Doctor en Ciencias de la Educación UNIVERSIDAD DEL TOLIMA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN MAESTRÍA EN EDUCACIÓN IBAGUÉ- TOLIMA 2015 1 2 3 4 DEDICATORIA A Dios todo poderoso que permite el paso del día y la noche, y así dar iniciativa y culminación de todos nuestros proyectos; a mi hijo Juan David maestro de mi vida que impulsa mi voluntad de todos los días, a mi padre Mario y madre Francia, referentes de lucha inalcanzable; a mis hermanos Mauricio y Mariana, apoyo inquebrantable en toda mi vida y mi ángel Jóse, quien creyó en mí e hizo parte de la culminación de este proyecto. Yerife Andrea Parra Orozco Total agradecimiento a Dios por permitirme culminar este proyecto en mi vida; a mi esposa Gloria por ser fuente de amor y dedicación; a mi hija Valentina motor principal de mi vida y por su apoyo incondicional. Juan Jairo Lozano Carvajal 5 AGRADECIMIENTOS Total agradecimiento a nuestros docentes que hicieron parte de este proceso durante dos años en especial al profesor Tobías Rengifo Rengifo por su generosidad al compartir su valioso conocimiento, por su apoyo, ánimo y paciencia constante, total ejemplo de conducta intachable y de su vocación como maestro. A la profesora Gladys Meza por su acertado conocimiento acompañado de la gran humanidad que ofrece a sus estudiantes. 6 CONTENIDO Pág. INTRODUCCIÓN 14 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 16 1.1 DESCRIPCION DEL PROBLEMA 16 1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 19 2. OBJETIVOS 20 2.1 OBJETIVO GENERAL 20 2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 20 3. JUSTIFICACIÓN 21 4. REFERENTES TEÓRICOS 23 4.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN 23 4.2 FUNDAMENTACIÓN CONCEPTUAL 24 4.2.1 Formación ética 24 4.2.2 La Ética en la Formación Militar. 36 4.2.3 El Estado y la Libertad. 39 4.2.4 Ética y Vida Militar 42 4.2.5 Derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario. 51 4.2.6 Pensamiento crítico y Formación Ética 61 4.3 63 TICs Y PROCESOS DE FORMACION 4.3.1 Las TICs en el Proceso Enseñanza Aprendizaje 68 5. DISEÑO METODOLÓGICO 76 5.1 CATEGORÍAS DE ANÁLISIS 76 7 5.2 TIPO DE INVESTIGACIÓN 76 5.3 POBLACIÓN Y MUESTRA 77 5.4 TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN INFORMACIÓN DE LA 78 5.4.1 La Entrevista 78 5.4.2 La Encuesta 78 5.4.3 Observaciones 78 5.5 ANÁLISIS Y PRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN 78 6. PROPUESTA 86 6.1 PLATAFORMA INTERACTIVA 86 6.1.1 Modulo Teórico 87 6.1.2 Modulo de Evaluación 87 6.1.3 Modulo de Calificación 87 6.1.4 Modulo de Reportes 87 6.2 PRESENTACIÓN LA PROPUESTA 88 6.3 MÓDULO 1. DELIMITACIÓN DE LA ÉTICA 89 6.3.1 Sesión 1. ¿Qué es la Ética? 89 6.3.2 Sesión 2. Juicios de Hecho y Juicios de Valor 93 6.4 96 MÓDULO 2. ALGUNAS TEORÍAS ÉTICAS 6.4.1 Sesión 3. Hedonismo 96 6.4.2 Sesión 4. La Ética Aristotélica 99 6.4.3 Sesión 5. Utilitarismo 103 6.4.4 Sesión 6. La Ética Kantiana 106 6.5 110 MÓDULO 3. ÉTICA Y VIDA MILITAR 6.5.1 Sesión 7. Ética y Autoridad 110 6.5.2 Sesión 8. Estado/Libertad Individual 115 6.5.3 Sesión 9. Ética y Vida Militar 118 6.5.4 Sesión 10. Derechos Humanos 119 8 7. CONCLUSIONES 140 7.1 SUGERENCIAS 141 RECOMENDACIONES 142 REFERENCIAS 143 9 LISTA DE TABLAS Pág. Tabla 1. Punto de Vista del Alumno 79 Tabla 2. Enfoque de la Ética 79 Tabla 3. Ejes temáticos 80 Tabla 4. Temas a Profundizar en Ética 80 Tabla 5. Falencias en la Asignatura de Ética 81 10 LISTA DE FIGURAS Pág. Figura 1. Punto de Vista 82 Figura 2. El Enfoque de la Materia 82 Figura 3. Desarrollo de los Temas 83 Figura 4. Temas a Tratar 83 Figura 5. Falencias 84 Figura 6. Tipos de teorías 91 11 RESUMEN El presente proyecto centra su atención en la importancia de la Ética y los Derechos Humanos en el estudiante de la Escuela Militar Suboficiales “Sargento Inocencio Chincá” Partiendo de una necesidad inminente de fortalecer este aspecto humanístico en nuestros suboficiales se da como propuesta contenidos temáticos pertinentes a su contexto que darán la apertura a espacios de dialogo y reflexión, asistida por actividades de aprendizaje organizadas en un módulo interactivo, el cual les permitirá desde una herramienta más didáctica como son las TICs, realicen una reflexión de su conducta individual, ante su institución y la sociedad a la cual se deben. Palabras Claves: Educación, Formación, Metodología, Didáctica, Tics, Ética, Derechos Humanos, Conducta, Reflexión. 12 ABSTRACT The present Project is focused on the role and benefit of Ethic and Human rights in the studens of the military school “Sargento Inocencio Chincá” taking into account the necessity to reinforce and build the humanistic aspects for our future non-commissioned officers. To inclusión or this thematic will provide reflection and communication. These learning activities are designed in order for the students to carry out positive reflections about their society and institution. Keyworks: Education, Training, Methodology, Teaching, tics, Ethics, Human Rights, Conduct, Reflection. 13 INTRODUCCIÓN Entendiendo la importancia de la ética en todos los procesos de formación y que es en estos espacios de reflexión en los que se entran a estudiar y analizar las acciones buenas y malas del hombre en los distintos contextos, bajo las normas que el mismo hombre ha establecido de acuerdo a unas necesidades. Es de total interés y pertinencia entrar en el campo de la ética y de los derechos humanos, desde un contexto que es tan importante para nuestra sociedad como lo es un estamento de educación en la formación militar, por ello nuestro objeto de estudio son los alumnos de la Escuela Militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá ubicada en el Departamento de Cundinamarca, Fuerte de Tolemaida. Partiendo de una problemática profunda e histórica, encontramos que la guerra es tan antigua como el hombre mismo y que en esta necesidad fue necesario crear límites a la guerra para tratar de humanizarla, lo que da creación a instrumentos como el comité de la Cruz Roja, ente que es total mente neutral ante el conflicto; y normas entre las cuales encontramos los convenios de Ginebra y de La Haya, este último que se encarga de juzgar la conducta del combatiente durante el conflicto. Lamentablemente, no nos hemos encontrado exentos de evidenciar una conducta punible de nuestras fuerzas armadas ante la sociedad, lo que nos da el punto inicial a esta investigación, la falencia de una formación ética y en los Derechos Humanos, hallando como uno de los puntos de declive la orientación que se da en este aspecto desde la escuela en la cual se forman. Los alumnos de la Escuela Militar de Suboficiales permanecen en ella un tiempo de dos años en los cuales se les forma en distintas áreas y una de ellas es en la parte humanística en las cuales se encuentra la Ética y el Liderazgo, pero se encuentra que en la parte ética solamente se asume de forma teórica y sin ninguna metodología en la cual puedan apropiarse los contenidos desde un aspecto práctico. Lo anterior se ratifica 14 con una encuesta realizada a los alumnos de primer nivel que ya han culminado su semestre. Partiendo de estos resultados, se encuentra la necesidad de realizar un cambio en los contenidos, en la metodología y en la forma de evaluarlos. Para ello se da como propuesta la realización de un módulo desde una plataforma interactiva en el cual los contenidos se abordan desde referentes teóricos que han postulado los cimientos de la importancia de la ética para la humanidad, desde la metodología la apropiación de las TICs en el cual el estudiante conozca, reflexione dichas teorías desde un ámbito más didáctico y que su evaluación no sea la memorización de contenidos, sino la aplicación de ellos a la vida práctica, entorno a su persona y a la sociedad. Bajo esta nueva propuesta en la formación ética del futuro suboficial del ejército se pretende fundamentar cimientos éticos que transformen y promuevan espacios en la profunda reflexión de una concepción de responsabilidad de su conducta ante sí mismo, ante su institución y ante la sociedad. 15 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 1.1 DESCRIPCION DEL PROBLEMA Es necesario partir de la importancia indiscutible que tiene la Ética en los procesos de formación, además de que existe una normatividad que obliga a la enseñanza de la asignatura de ética en los distintos niveles de la educación en Colombia. Entre otras normas, la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994 establece como objetivo común para todos los niveles de educación, en el artículo 13, inciso b: “proporcionar una sólida formación ética y moral, y fomentar la práctica del respeto a los derechos humanos” (p. 4). En este sentido, la educación en Ética no es opcional en el territorio colombiano y en el ámbito y ambiente escolar su cátedra es obligatoria. Pero más que el cumplimiento de un requisito legal, la educación ética tiene como propósito proporcionar espacios de reflexión en torno al comportamiento humano, individual y grupal dentro de una sociedad, con el fin de reconocer y cimentar primero la responsabilidad que se tiene frente a sí mismo y a los demás, con el fin noble de que se lleve a la práctica la transparencia de los actos, se asuma la responsabilidad en todo y permita la toma de decisiones para el cultivo de la humanidad; de tal manera que el ser humano actué siempre en el marco de la justicia y el respeto, acate las normas que le hagan bien como individuo y como integrante de una sociedad incluyente y multicultural; además del acatamiento de los principios que rigen el Derecho Internacional Humanitario. La ética aparece en la historia de la humanidad como una necesidad de responder a los desajustes que se van dando en las relaciones de los hombres entre sí y con el medio social y natural. Uno de los indicadores de esos desajustes ha sido la guerra, expresión innegable de la contradicción humana. La guerra es tan antigua como el mismo hombre; al igual que la ciencia, la guerra ha tenido su evolución, desde una lucha de cuerpo a cuerpo, con espadas y escudos en el campo de batalla, hasta el lanzamiento de bombas 16 químicas, sin importar las consecuencias para la vida en sus múltiples expresiones, sin medir consecuencias en la población civil, desnuda de cualquier arma o protección para estos hechos genocidas. La evolución del daño que se ha vivido de generación en generación, se ha conocido históricamente por su múltiple etiología así como por las consecuencias fácilmente reconocidas, lamentables y nefastas para la humanidad. En el libro Recuerdo de Solferino Henry Dunant, (1862) presencia el final de la batalla entre los ejércitos austriaco y franco-piamontés, que combatían en la guerra italiana. A manera de crónicas o memorias describe el final de un escenario de dos bandos, en el que se hallaban heridos, agonizantes y muertos que permanecían en el campo de batalla sin la esperanza de ayuda; ahí evidenció un paisaje totalmente sangriento, lleno lamentos en el que ya no importaba quién era el ganador o vencedor de aquel encuentro. El traslado de los heridos, de Brescia a Milán, que se efectúa por la noche (a causa del tórrido calor diurno), ofrece un espectáculo eminentemente dramático y sobrecogedor, con esos trenes llenos de soldados mutilados, y con la llegada a las estaciones, donde hormiguea una muchedumbre triste y silenciosa, iluminadas por las pálidas luces de antorchas de resina, y con esa compacta muchedumbre que, palpitante de emoción, parece querer interrumpir la respiración para escuchar los gemidos o las ahogadas quejas que, desde esos siniestros convoyes, hasta ella llegan (p. 24). Si bien la guerra es expresión máxima del horror, no se puede dejar a su suerte a los heridos o sobrevivientes en los campos de batalla; reflexión que da origen a la creación de la Cruz Roja en 1864, con el propósito de superar la orfandad y abandono de los soldados frente a cualquier ayuda humanitaria en el campo de batalla. Definir la ética no es fácil, porque es un término, como muchos otros, polisémico, y eso mismo hace de la educación ética una realidad apasionante, que no se deja encasillar en una definición, sino que se mueve como toda realidad humana, que se inventa con el amanecer y se cuestiona al atardecer para dar paso a un nuevo día que la concebirá en la prolífica noche de las discusiones, que la engendrará en los debates que de ella se 17 hacen en las escuelas rurales y urbanas, en los jardines infantiles y en las universidades, en los pregrados y en los posgrados; pero que se enriquecerá exponencialmente en la medida en que se le permita a los ciudadanos participar, a la escuela con sus comunidades educativas pensarla en la lógica de los esfuerzos académicos, pedagógicos, didácticos y curriculares que acontecen en los recintos escolares, incluyendo escuelas de educación técnica, tecnológica, superior y escuelas militares y de policía. En la administración del Estado, así como en la administración privada que hacen los ciudadanos de sus empresas, la realidad en materia de corrupción ha superado a la ficción. En todas las organizaciones se han delatado hechos de corrupción, desde las iglesias, partidos políticos, estructura del Estado, incluyendo hasta las altas cortes que administran la justicia, ministerios, entidades descentralizadas, entidades territoriales, empresas privadas, hasta las Fuerzas Militares y de Policía. Los niveles de confianza en el ciudadano del común es mínima, y no se ven cambios radicales que pongan en el escenario u horizonte soluciones en el corto o mediano plazo. La experiencia de muchos países que han recorrido historias paralelas, y que han logrado cambiar hacia mojones de mayor confianza superando desajustes éticos como los de la corrupción, han indicado como una constante la educación. De acuerdo con ello, es de vital importancia que en un estamento militar, donde su misión constitucional está dirigida a proteger y salvaguardar la soberanía de la Patria, su estabilidad y democracia, se enfatice en la importancia de esta disciplina. Al igual, ha sido de conocimiento público faltas éticas graves, como lo son los falsos positivos, abusos hacia la sociedad civil, violación de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, donde el Estado ya ha sido condenado a pagar nacional e internacionalmente, además de las condenas para los oficiales, suboficiales, soldados y policías, amén de los temas de corrupción en las Fuerzas Militares y la Policía Nacional. Todo esto puede indicar la falta de una formación más eficiente, eficaz y efectiva en las escuelas militares donde se preparan los futuros comandantes, tanto a nivel de los oficiales como de los suboficiales. Esta formación debe contener un gran 18 yacimiento de reflexiones éticas, que ayuden al militar a blindarse frente a situaciones que se les presentarán en el campo de ejercicio de su profesión. El militar que se prepara en la Escuela de Suboficiales lo hace por el espacio de escasos dos años, con una orientación que hace énfasis en la instrucción de las disciplinas militares, como estrategias para el combate, dejando la formación humana y ética subordinada a menores momentos de reflexión. Como no depende de la voluntad de unos investigadores la modificación de la estructura curricular, pensada y diseñada para formar militares, con el propósito de que ellos tengan más amplios espacios de formación ética; es necesario recurrir a las facilidades cada vez mayores que ofrecen las tecnologías aplicadas a la educación, comúnmente conocidas como TICs; lo que facilitaría una formación más eficiente, con la posibilidad de continuarla después de egresar graduado como suboficial. Sin caer en la tentación de pensar que el uso de las TICs en los procesos de formación genera cambios por sí mismos. Es necesario, además, ubicar los temas más pertinentes con las metodologías más adecuadas, que permitan una restructuración curricular que incluya a la Ética como política de formación en un pensamiento crítico, reflexivo, analítico, que le permita al militar discernir y proceder dentro del marco del respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, en un ambiente que propicie y mejore las condiciones de la democracia actual, y que cuestione y pondere los valores que han caracterizado a los militares en su larga historia heroica en Colombia. 1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ¿Cómo fortalecer la formación ética de los estudiantes de la Escuela Inocencio Chincá, haciendo uso de las TICs, y reorientando su formación desde una reflexión crítica que les brinde herramientas eficaces en el respeto de los DDHH y en el respeto al DIH? 19 2. OBJETIVOS 2.1 OBJETIVO GENERAL Proponer una formación ética, soportada en procesos de reflexión crítica, que ayude a valorar y respetar los DDHH y el DIH, con el uso de las TICs para los estudiantes de la Escuela Militar Inocencio Chincá. 2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS Caracterizar la formación ética que se brinda en la Escuela Militar Inocencio Chincá, especialmente en lo relacionado con el estudio de los DDHH y DIH. Identificar las posibilidades que brindan las TICs para la formación ética en DDHH y DIH. Sistematizar la información brindada por los estudiantes para pensar y diseñar procesos de reflexión crítica que permitan la apropiación de la comprensión los DDHH y del DIH por parte de los alumnos de la Escuela Militar Inocencio Chincá. Diseñar con base en las TICs una propuesta de formación ética crítica que haga pensar los DDHH y el DIH como fundamentales para el ejercicio profesional del Militar. 20 3. JUSTIFICACIÓN A partir de este proyecto, se pretende el fortalecimiento en el campo metodológico de la orientación en la ética militar, la transformación en una conducta que sea de total acierto y el reconocimiento de su importancia y protagonismo, no solo en su contexto militar, sino que se debe de igual modo a la patria y a la sociedad, entendiendo así que desde estos pilares debe asumirse su formación. Bases esenciales que desde el aspecto humanístico le brindara la ética en la proclamación y ejecución por el respeto a los derechos humanos y ciudadanos, entenderá que con su buen actuar logrará contribuir con la edificación firme de su institución y de una sociedad Colombiana que tanto lo requiere y necesita. Para ello será necesario llevar a cabo transformaciones en los procesos formales de enseñanza que deben ser responsables y sensibles, por esta razón se hace imprescindible un cambio en el currículo que permita asumir conscientemente la importancia de la ética en la formación de las fuerzas militares y utilizar enfoques modernos de la enseñanza, a partir de una sólida base metodológica y didáctica. Teniendo en cuenta, que la Escuela Militar de Suboficiales es un estamento militar, en el que se forman integralmente hombres que desarrollaran un rol vital en la sociedad Colombiana, y que ellos serán servidores públicos dignos de mostrar, un ejemplo intachable para su país es necesario buscar mecanismos que generen motivación hacia el aprendizaje de la ética, en especial en una escuela militar, donde la ética es una disciplina que direcciona el perfil y las conductas militares. Entonces, es pertinente llevar a cabo una investigación, mediante la elaboración de una unidad didáctica utilizando las TICs, donde se genere motivación hacia el aprendizaje de la Ética, a través de la inclusión de temas concernientes al ámbito personal, social e institucional. Un documento soporte para la materia de Ética donde se fundamenten temáticas y actividades de aprendizaje teórico prácticas, llevando a cabo la interpretación, el análisis, 21 la argumentación, la producción y la reflexión en el mantener y/o reorientar sus acciones de forma ética en el planteamiento y solución de problemas morales, además, ha de tenerse en cuenta que serán comandantes líderes, (de acuerdo a su jerarquía militar), transmitiendo un excelente ejemplo a sus subalternos. 22 4. REFERENTES TEÓRICOS 4.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN La Escuela Militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá utiliza como herramienta para orientar la instrucción de Ética Militar, una carpeta denominada Carpeta del Instructor organizada por tareas, (capítulos) los cuales a su vez contienen la siguiente estructura: Introducción, Motivación, Enlace y Transversalidad. Cada tarea, (capitulo) expone los siguientes temas, que son de índole meramente conceptual: Obediencia militar El patriotismo en el militar Reconocer los pilares fundamentales en el desempeño ético. El honor militar. Virtudes militares que fortalecen el espíritu de liderazgo. Dimensiones en la práctica de la ética. En la metodología de manuales de las Fuerzas Militares se encuentra la publicación de un Manual básico de Liderazgo, EJC 3-1 público. Donde se presenta una visión general de los componentes del “liderazgo” pero solo se reflexiona al militar en el aspecto de una aptitud de Don de mando. Los temas tratados conducen a la creación de un líder militar con perfil humano y profesional, un militar que demuestre valores morales y éticos con sentido de pertenencia hacia la institución, que sepa manejar su experiencia y conocimiento dentro de un equipo de trabajo, con una comunicación asertiva que mueva al subalterno al cumplimiento de tareas a través de pautas motivacionales. Se expone al 23 militar como un líder, como un individuo con conocimiento fundamental, estratégico y táctico, con experiencia, ejemplo, fe en la causa y un hombre con buen trato hacia sus hombres y otros elementos importantes que lo enmarcan. El elemento principal de la potencia de combate es un liderazgo competente y confiable. El liderazgo le imprime propósito, dirección y motivación en una situación de combate. La razón por la cual es importante contar con liderazgo militar competente, sencillo y elocuente. La Estructura presentada en el manual consta de los siguientes capítulos. Conocerse así mismo identificando fortalezas y debilidades como individuo. Identificar lo que un líder debe ser, conocer y hacer para guiar a sus soldados, equipos y unidades para que puedan actuar eficazmente en todas las situaciones operacionales. Entender los requerimientos especiales de liderazgo en combate Encontrar otras fuentes de información que lo ayuden a desarrollar sus propias destrezas de liderazgo. Identificar los retos de liderazgo que existen en los distintos tipos de conflicto y los medios para enfrentar esos retos. Por disposición 040 del 14 de Octubre de 2005 se presenta el manual de Ética y Honor de las Fuerzas militares FF-MM. 322 Público, primera edición. Su estructura se presenta por unidades, capítulos, temas y subtemas, solamente de forma teórica. 4.2 FUNDAMENTACIÓN CONCEPTUAL 4.2.1 Formación ética 24 Las Teorías Éticas. Las teorías éticas son todas prescriptivas o evaluativas. Se ocupan de las acciones humanas, no tal como son, sino como deberían ser. Un enunciado ético es, necesariamente, un enunciado valorativo. En este punto podemos, también, diferenciar entre ética y metaética. La ética tiene que ver con el contenido del enunciado, es decir, tiene que ver con lo que el enunciado refiere; la metaética, por otro lado, hace referencia al enunciado moral en cuanto enunciado, por medio de un análisis lógico de los principios éticos vigilando la validez de sus premisas y que de éstas se sigan una consecuencia congruente y consistente. Una teoría ética puede contener, por ejemplo, el siguiente enunciado: matar en caso de defensa personal no es éticamente indebido, es decir que nos indica cómo debemos actuar en una circunstancia particular. La metaética no nos dice cómo actuar, sino que nos dice qué es lo que realmente hacemos cuando emitimos tal enunciado ético. La metaética no se encarga de defender o de atacar teorías éticas como tales, sino más bien de determinar si éstas son posibles, si la ética en general es posible. De este modo, no afirma nada de lo que es moralmente correcto o incorrecto, pero sí en cambio, de qué es lo que hacemos cuando juzgamos moralmente correcto o incorrecto un acto, y si la moralidad puede tener, por ejemplo, una base objetiva. A diferencia de otras disciplinas como la antropología, la sociología o la politología, que estudian también la moral (entendida como el conjunto de creencias sobre lo justo o injusto, bueno o malo, correcto o incorrecto), la ética trabaja necesariamente con juicios de valor. La estructura general de los juicios de valor en los enunciados éticos es la siguiente: se enuncia una acción y luego se emite una valoración sobre ella. Y decidir si tales juicios son verdaderos o falsos o, en una palabra, decidir sobre su valor de verdad, constituye la tarea fundamental de la meta-ética. Los enunciados de la ciencia empírica, como los de la química, la física y la biología, son claramente objetivos en tanto que podemos determinar, en principio, su valor de verdad mediante la confrontación con la experiencia. Son juicios fácticos. Pero, ¿acaso pasa lo 25 mismo con los juicios de la ética? ¿Es posible determinar su verdad o falsedad mediante la observación empírica? Sin entrar en detalles sobre esta cuestión de metaética, podemos señalar lo siguiente. Si la respuesta a esta pregunta es ‘no’, entonces la ética no es objetiva en tanto que no podemos establecer el valor de verdad de sus enunciados. Y si no podemos establecer que enunciados como, por ejemplo, el enunciado ‘causar dolor a un niño indefenso es malo’ es verdadero, entonces la moralidad, en general, simplemente no tiene sentido porque realmente no tendríamos razones para actuar moralmente. En este caso, lo único que podemos hacer es limitarnos a las descripciones de un hecho. Pero de una descripción, por espantosa que nos parezca, no se puede implicar nunca una valoración; de lo que es no puede deducirse lógicamente lo que debe ser. Esto es lo que se conoce como cometer la falacia naturalista. En 1903, el filósofo inglés Moore, (1997) planteó esta falacia en su célebre libro Principia Ethica, y señaló que de una serie de enunciados descriptivos no puede seguirse nunca una valoración sobre ella. La razón que subsiste tras esta falacia es que, dado que en el mundo no hay nada como lo bueno o lo malo, en el mismo sentido que existe este libro o una mesa, entonces no podemos definir lo bueno y lo malo mediante descripciones del mundo. En el mundo no hay valoraciones, en el mundo sólo hay hechos y materia. Como dijimos, no vamos a entrar a considerar si la falacia naturalista es realmente una falacia o si hay alguna forma de salir del problema planteado por Moore, de hecho nos vamos a limitar al estudio de algunas teorías éticas. Por ahora, vale la pena señalar nuevamente la diferencia entre juicios sobre lo que es (juicios de hechos) y juicios sobre lo que debe ser (juicios de valor). El Hedonismo. El hedonismo es una teoría ética que tiene sus raíces en la antigua Grecia y cuyas influencias llegan hasta nuestra época. Su versión más antigua es la desarrollada por Aristipo de Cirene en el siglo V y IV a. C. Si bien su obra, como la de la mayoría de los presocráticos, no se conserva, podemos aproximarnos a ella por medio de la obra de Diógenes Laercio en su libro Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres. Fundador de la escuela de Cirene, de donde era 26 originario, opinaba que la felicidad era el fin último de la vida. A diferencia de Sócrates, su maestro, éste siempre gustó de los lujos y de los placeres corporales. Afirmaba que ir tras la felicidad es recorrer un camino incierto, un camino que no tiene un fin preestablecido, un camino alentado por el puro deseo sin que este pueda llegar a ser satisfecho. Somos esclavos de este deseo y, pensaba el filósofo griego, nuestro deber es emanciparnos de esta servidumbre mediante el acatamiento de las necesidades y placeres del presente, sin que el pasado nos perturbe por lo que no fue y sin desear un porvenir necesariamente incierto. Para Aristipo, pensar en una felicidad distinta es un imposible. Después de todo, la felicidad sólo vale por los placeres de que se compone, y el placer sólo es estimable por su presencia inmediata, por lo que de él se disfruta. El bien es, pues, para Aristipo, el placer de que se goza actualmente libre del cuidado del porvenir. La sabiduría (sabiduría en el sentido de toda la filosofía griega como idea idéntica a la de virtud) consiste en disfrutar del presente por medio de la razón, y el valor en librarse del deseo y del dolor. El concepto de placer (en griego, hedoné) ha tenido pequeñas modificaciones a lo largo de la historia. En la misma Grecia antigua, apenas un siglo después de que Aristipo lo postulara por primera vez, Epicuro y sus discípulos defendieron la idea según la cual el placer es el súmmum bonum, es decir, aquello que tiene más valor que el resto de cosas, aquello que tiene un valor absoluto y no relativo con respecto a otra cosa. Para entender mejor la idea de summun bonum podemos establecer la siguiente diferencia. Hay ciertas cosas que tienen un valor intrínseco, que valen por lo que son. Dentro de este tipo de bienes se encuentra la felicidad según el hedonismo; en contraposición con esto, hay otro tipo de cosas que tienen valor instrumental, es decir, que valen sólo en cuanto sirven para otra cosa, que valen como medios: un ejemplo típico de bien instrumental es el dinero. De este modo, siendo el placer no solamente valioso en sí mismo, sino lo único valioso en sí mismo, Epicuro afirmó que todas las acciones pueden ser organizadas jerárquicamente según produzcan placer. Sin embargo, el placer, tal como lo entendió 27 Epicuro, no era otra cosa que la satisfacción de las necesidades corporales y la tranquilidad del alma. Es allí, en ese término medio entre ambos, donde reside el verdadero estado de la felicidad. Y, así, para alcanzarla, debemos reducir al mínimo las necesidades corporales. Por lo cual afirmó Epicuro, por ejemplo, que todos los extremos son inconvenientes, (y que) el exceso de placer se convierte en vicio o que lo bueno o lo malo del placer reside en cómo se busca y hasta donde llega, razón por la cual recomendaban siempre actuar con prudencia y dominio de sí mismo: también en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno o que “nada es suficiente para quien lo suficiente es poco. En pocas palabras, el hedonismo es la teoría moral según la cual el hombre tiene que procurar adquirir la mayor cantidad de placer posible, siendo este el mayor bien de todos. La influencia de Epicuro perduró por más de 7 siglos después de su muerte. En la edad media tal influencia cayó y sus escritos algunos se extraviaron y otros fueron quemados. Ética Aristotélica. Las teorías éticas pueden dividirse en las dos siguientes familias o grupos de teorías: teorías consecuencialistas y teorías deontológicas. La diferencia entre ellas es, básicamente, lo que ambas consideran como el factor éticamente relevante en la evaluación de una acción. Mientras que para el primer grupo de teorías lo que da el valor moral a una acción son las consecuencias (el tipo de consecuencias que se han de buscar varía según la teoría ética) que dicha acción tenga, para el segundo grupo de teorías, la eticidad de una acción está determinada solamente por el cumplimiento de un deber, independientemente de las consecuencias que se sigan de ella. El hedonismo es una teoría de corte consecuencialista, porque es precisamente un tipo de consecuencias, la felicidad, lo que las acciones deben perseguir, de tal modo que si los efectos, resultados o consecuencias de una acción son la felicidad la acción es buena, pero si los efectos de la acción son lo contrario a la felicidad, la acción es mala. La ética aristotélica es una forma de hedonismo y, como tal, las consecuencias que hacen de una acción una acción buena son la adquisición efectiva de la felicidad. 28 ¿Pero cuál es la diferencia entre el hedonismo de Aristipo o de Epicuro y el de Aristóteles? ¿Cuál es el tipo de felicidad que debemos buscar según Aristóteles? Aristóteles parte de lo siguiente: todo lo que existe cambia o permanece en absoluta quietud. A su vez, todo lo que cambia, todo lo que se mueve, se mueve para alcanzar un fin. Es decir, se mueve, cambia, para llegar a algo. Del mismo modo, el hombre tiene una voluntad libre. Esa voluntad le permite realizar ciertas acciones. En este momento podemos preguntarnos, ¿qué es lo que mueve a la voluntad humana, para que haga algo? Al igual que todas las demás cosas que cambian, cuando la voluntad humana actúa lo hace con un fin, es decir, buscando algo. Ahora bien, los fines pueden ser de dos tipos: fines que valen como medios para conseguir otros fines, o fines que son fines en sí mismos, es decir, fines últimos. Un ejemplo de esto se da cuando estudiamos para conseguir un empleo. Estudiar es un medio para otra cosa, a su vez esa otra cosa puede ser un medio para otra. Es decir, buscamos un empleo para ganar dinero. Queremos ganar dinero para adquirir posesiones. Todos estos fines son fines que sólo tienen utilidad como medios. Pero si todo lo que hacemos sólo valiese para otra cosa, nuestra vida resultaría absurda. Ante la imposibilidad de conseguir algo que valga por sí mismo, nuestra voluntad se paralizaría. Por ello, tiene que haber fines que valgan por sí mismos, lo que Aristóteles llama fines últimos. Pues bien, el único fin último, según Aristóteles, es la felicidad. Ser felices no se busca en función de otra cosa, sino por sí mismo. Sin embargo, podríamos preguntarnos ¿qué se entiende por felicidad? y seguramente cada persona contestará de manera diferente. Lo mismo sucede si se pregunta cómo se alcanza la felicidad. Por ello, antes de nada es pertinente explicar qué entendía Aristóteles por felicidad, y cómo se consigue. Según Aristóteles la felicidad se encuentra en que cada cosa llegue a ser lo que realmente es. En que la propia naturaleza de cada cosa se despliegue. Pues bien, ¿en qué reside la auténtica naturaleza humana? Es decir, ¿qué es lo que hace al hombre ser hombre? Según Aristóteles, lo que diferencia a los hombres de los demás 29 seres, es la voluntad libre y la razón. Por ello, la forma suprema de la felicidad se encuentra en guiar su voluntad por el conocimiento racional. La felicidad está, pues, en el conocimiento. Aristóteles no desconocía que el hombre no es exclusivamente un ser racional. El hombre tiene también un alma sensitiva, y en consecuencia, tiene apetitos nacidos de lo conocido a través de los sentidos, tiene deseos, pasiones, emociones, etc. Esos deseos y pasiones forman parte de la naturaleza humana, y son, según Aristóteles, (1980) los que con frecuencia nos guían a la infelicidad; por lo que también debemos someter esos deseos y pasiones a la razón. Al tipo de razón que se encarga de dirigir nuestro comportamiento en relación con los deseos y pasiones, es llamado por Aristóteles prudencia. Someter los deseos y pasiones a la razón y a la prudencia consiste en no dejarnos arrastrar por ellos. Aunque como tampoco podemos eliminarlos, lo que hay que hacer es controlarlos, esto es, impedir que nos arrastren de un lado para otro. A este control de las pasiones lo describe Aristóteles como mantenerse en el camino del medio. Por ejemplo, no debemos ser demasiado desvergonzados en el trato con los demás, ni demasiado tímidos, ambas cosas son producto de una falta de control de nuestras emociones. El control racional de nuestro trato con los demás nos llevaría en este caso a ser modestos, que es el punto medio entre la desvergüenza y la timidez. Aristóteles nos recomienda practicar determinadas costumbres, cultivando algunas virtudes, que nos llevarán a ser felices. Una virtud es un hábito, una costumbre, positiva, así como el vicio es un hábito negativo. Aristóteles agrupa estas virtudes en dos grupos: Por un lado están las virtudes intelectuales: hay cinco costumbres de ejercitar nuestro entendimiento que nos llevarán a ser felices. Cada una de estas costumbres se corresponde con un tipo de razón. Así una virtud es el conocimiento técnico, otra la prudencia, otra el conocimiento de los primeros principios de las cosas, otra la ciencia, y otra la sabiduría. Por otro lado, están las virtudes que Aristóteles llama morales: consisten en guiar las pasiones, deseos y emociones por la prudencia, y mantenernos en el camino del medio. 30 Para cada tipo de pasión hay una virtud, es decir, un camino medio. A modo de ejemplo, supongamos que nos encontramos en una batalla. La excitación del momento, la rabia de ver morir a nuestros amigos, o el ansia de gloria pueden arrastrarnos de tal modo que nos arrojemos salvajemente contra el enemigo sin pensar lo que hacemos. Esto puede poner en peligro innecesariamente nuestra vida y la de nuestros propios compañeros de lucha. A esta forma de dejarnos arrastrar por nuestras pasiones, le llamamos temeridad. Puede suceder también que adoptemos la actitud contraria, vista la fiereza de los enemigos y sus armas, podemos llenarnos de miedo y echar a correr. A esta forma de dejarnos arrastrar por nuestras pasiones, le llamamos cobardía. Someter las pasiones a la razón, a la prudencia, consiste en sopesar racionalmente la actitud que debemos tomar. Esto es una virtud que llamamos valor. Utilitarismo. Quizá la teoría ética más influyente en la actualidad, junto con la ética kantiana, sea el utilitarismo. Al igual que el resto de teorías éticas que hemos examinado hasta el momento, el utilitarismo pertenece al grupo o familia de teorías teleológicas o consecuencialistas que buscan la felicidad. Fue desarrollada por el filósofo inglés Jeremy Bentham y posteriormente refinada por su discípulo Stuart, (1994), su más importante representante. Bentham, (1748) en su obra Introducción a los principios de moral y legislación, afirmaba que el objetivo último de todas las acciones, normas o instituciones debía ser la satisfacción de los placeres y el goce de la vida. De este modo, planteó lo que será conocido en toda la tradición ética como el principio de utilidad, un principio que serviría de base para juzgar cualquier acción en cualquier circunstancia. Esta doctrina afirmaba que una acción era correcta desde el punto de vista moral si y sólo si sus efectos lograban la mayor felicidad para el mayor número, y mala si producía lo contrario. Es decir, que el grado de utilidad de una acción queda determinado en cuanta felicidad resulte para el mayor número posible de beneficiados. De esta forma, para determinar si mi acción es correcta o incorrecta desde el punto de vista ético debemos entonces, según Bentham, realizar un cálculo que nos permita 31 decidir si, en última instancia, se produce más dolor o, en caso contrario, más placer. Este cálculo llevó a pensar a Bentham, (1748) que, siendo la cantidad la misma, jugar billar era tan bueno como, por ejemplo, realizar ejercicios de matemática. Esta es precisamente la diferencia entre Bentham y Stuart, (2012) pues para este último existen placeres que son cualitativamente distintos y más valiosos que otros, a los cuales llamó placeres superiores. Esta diferencia entre placeres superiores y placeres inferiores viene dada por la naturaleza misma del ser humano. Los placeres superiores son aquellos que representan la satisfacción de las facultades más elevadas de los individuos, de aquellas facultades que nos diferencian del resto de los animales. Esto es precisamente a lo que se refería Stuart, (1994) cuando sentenció, de manera célebre en su libro que lleva precisamente el nombre de Utilitarismo, que ‘es mejor ser un humano insatisfecho que un cerdo satisfecho, mejor ser un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho’. Stuart, (1994) modificó el principio de utilidad de Bentham de la siguiente manera: Una acción es buena si y sólo si aumenta la felicidad total o disminuye el dolor más que cualquiera de sus alternativas. Por felicidad entendió la satisfacción del placer y la ausencia del dolor, por infelicidad el dolor y la ausencia del placer (p. 4). Si nos extendemos en el racionamiento propuesto por el utilitarismo de Stuart, podríamos afirmar que en esta teoría ética la felicidad de los individuos, de cada uno, depende de la de los demás. Es decir, en la medida en que logro la felicidad de los demás consigo también la propia, de manera que para un individuo resulta útil lograr la felicidad del conjunto en el que se encuentra inmerso. Buscar lo útil consiste en ser práctico, valorar las cosas de manera distinta según el uso que se haga de ellas. Un cuchillo en sí mismo no es ni bueno ni malo, resultará bueno si le sirve al conjunto de los individuos para cortar pan o tallar madera y malo si lo utilizan para matarse. Por tanto, lo malo es lo inútil para conseguir la felicidad y lo bueno es lo útil para lograrla. No es correcto decir 32 que un cuchillo puede ser útil para matar, ya que el utilitarista, reserva el calificativo de útil, tan sólo para aquello que, manejado de determinada manera, proporciona bienestar al mayor número. Teniendo en cuenta lo anterior, las preguntas que deben interesarnos en este momento son ¿Cómo puede relacionarse la doctrina ética planteada por Stuart, (1994) con el desarrollo de la vida militar?, ¿Es aceptable el ejercicio militar dentro de la doctrina utilitarista? Para responder a esto debemos tener en cuenta que la formación de un ejército nacional, sería justificable sólo en caso de que la felicidad general de los civiles se vea de alguna manera maximizada, o con ello se minimice el dolor o infelicidad general. En otras palabras, desde la ética utilitarista, la formación de un ejército sólo es útil si tiene como fin defender a los ciudadanos de los ataques de otro ejército agresor o invasor que intente alterar la soberanía del estado evitando que se ejerza coerción o fuerza innecesaria sobre la población civil. Ética Kantiana. En contraposición con el resto de teorías que hemos visto hasta ahora, la ética kantiana no es una ética consecuencialista sino deontológica. Lo cual quiere decir que el factor éticamente relevante no está dado por las consecuencias que se sigan de determinada acción sino por el simple cumplimiento del deber, de tal forma que la acción es buena si y sólo si se cumple con él. Pero antes de empezar de lleno con este breve resumen de la ética propuesta por Kant hay que mencionar una distinción previa que él propone: la de éticas materiales y éticas formales. Esta distinción se desarrolla así: son éticas materiales aquellas éticas que afirman que la bondad o maldad de la conducta humana están ligadas a algo que se considera un bien supremo para el hombre: las acciones serán, por tanto, buenas cuando nos acerquen a la consecución de tal bien supremo, y malos cuando nos alejen de él. Las éticas materiales suponen que hay bienes, cosas buenas para el hombre, y determinan cuál es el bien supremo o fin último del hombre. Según Kant, (1998) dependiendo de cuál sea el bien supremo, la ética establece normas o preceptos con el fin de alcanzarlo. 33 Habiendo hecho la anterior aclaración, debemos afirmar que Kant rechaza las éticas materiales, y presenta lo que según él constituyen sus errores. En primer lugar, las éticas materiales son empíricas, o a posteriori, es decir, su contenido está extraído de la experiencia; por lo que sus principios no pueden ser universales, pues sólo lo a priori puede serlo. En segundo lugar, sus cánones son hipotéticos o condicionales. No valen de manera absoluta, sino sólo de modo condicional para conseguir un cierto fin. Esto impide también que sean universalmente válidas. Por último, son heterónomas. Es decir la voluntad es determinada a obrar de un modo u otro por el deseo o inclinación a algo. Kant, (1998) afirma que una ética que pretende ser universal y racional no puede ser material, sino que debe ser formal. La ética ha de estar vacía de contenido, es decir, no debe establecer ningún bien o fin que haya de ser perseguido. De este modo la ética formal se limita a señalar cómo debemos obrar siempre, sin importar las consecuencias de la acción. Para Kant, (1998) un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber. El deber es, según Kant, (1998) “la necesidad de una acción por respeto a la ley” (p. 26) es decir, el sometimiento a una ley, no por la utilidad o la satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos, sino por respeto a la misma. Ahora bien, en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Kant, (1998) afirma que lo único bueno en sí mismo, es decir, aquello que constituye el summun bonum, es la buena voluntad. La buena voluntad es precisamente buena porque se somete, por sí misma, a la ley moral. Todo ser racional, por el hecho de ser racional, ha de imponerse él mismo la ley moral. ¿Cómo se relaciona la razón y la moral? La conducta moral tiene que ver con la Razón porque está sometida a principios y vinculada con lo universal, y sólo la razón es capaz de permitir este vínculo. Se podría decir que la razón tiene una doble vertiente según su uso: Teórica y Práctica; La Razón Teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas; mientras que la Razón Práctica se ocupa de cómo debe ser la conducta humana; es decir, no le interesa el ser sino el deber ser. Por otra parte la Razón Teórica formula juicios, proposiciones con la forma "A es B"; mientras que la razón práctica formula preceptos con la forma “debes hacer X". ¿Pero en qué consiste 34 la ley moral q depende de la razón práctica? La ley moral es lo que manda el imperativo categórico. Kant formuló 5 versiones del imperativo categórico, que a su vez dedujo de nuestra racionalidad. Por ello, como seres racionales, se nos impone la ley moral. Las versiones del imperativo categórico son las siguientes: Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu actuación se convierta en una ley universal. Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza. Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio. Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines. Obra según máximas que puedan al mismo tiempo tenerse por objeto a sí mismas, como leyes universales. De estos imperativos categóricos se desprenden unos deberes perfectos, deberes que están por encima de las contingencias propias de la vida y que son de obligatorio cumplimiento independientemente de las circunstancias que lo acompañen. Son deberes perfectos todos aquellos cuya negación, al ser universalizada, constituye una contradicción. Por ejemplo, si una persona realiza un préstamo con la intención de no pagarlo, y si universalizamos esa máxima, el resultado evidente sería que ya nadie prestaría dinero porque se sobreentiende que nadie tiene la intención de pagar. Como vemos, para Kant, (1998) la moralidad ubica al hombre en el umbral de la religión. Sin embargo, aunque lleva hacia ella, no es su objetivo porque el hombre no debe tender a la felicidad, sino a la racionalidad. La religión sirve como esperanza para la moralidad. 35 4.2.2 La Ética en la Formación Militar. Es bastante frecuente encontrar la suposición según la cual las normas o principios éticos dependen de alguna autoridad que instituye de algún modo esas reglas. Dios, la cultura, el estado, la sociedad, etc., son distintas autoridades que justifican teorías éticas tales como la teoría de las órdenes de Dios, el culturalismo, y la teoría del relativismo moral, respectivamente. Lo común en todas estas teorías es que las razones que deben conducirme a actuar moralmente se encuentran afuera de mí, es decir, que yo como individuo moral estoy sujeto a unas autoridades externas que me ordenan cómo debo actuar. En cierto sentido, considerar la moralidad como esencialmente autoritaria tiende a restarle importancia a lo que, paradójicamente, constituye la naturaleza de la moralidad: la libertad. Decimos que las autoridades tienden a restarle importancia a la libertad porque lo que debo hacer está prefijado, de tal forma que las razones que se tengan para actuar moralmente no pueden residir en mi capacidad de seguir un curso de acción u otro, sino simplemente en que mi acción se ajuste a lo que la autoridad permite. En este caso, no puede haber deliberación y crítica, sino meramente sometimiento. La libertad, entendida como libre albedrío, como la capacidad de tomar decisiones sobre qué acciones seguir y qué acciones evitar, es un prerrequisito de la ética. En efecto, sin esa capacidad de elegir la ética carecería de sentido. ¿Cómo alguien puede ser responsable de una acción que él no eligió realizar? Una persona no puede ser responsable de una acción que no eligió realizar, sólo puede ser responsable de cometer un acto o de omitirlo cuando tenía la oportunidad de seguir una alternativa diferente, un curso de acción distinto. De allí que si estamos determinados a actuar única y exclusivamente de una sola manera, las nociones de culpabilidad, responsabilidad, bueno y malo, y con ellas la ética entera, pierden todo sentido y carecerían de algún significado medianamente inteligible. 36 Existen personas que insisten en considerar que la ética es esencialmente relativa a una autoridad. Que lo bueno y lo malo dependen, como en el caso del relativismo cultural, de las costumbres aceptadas por una cultura determinada. De este modo, si en una cultura es costumbre extirpar el clítoris tal costumbre es buena, por lo menos en esa cultura, aun cuando las mujeres de allí piensen lo contrario. Y aquella mujer que no desee someterse a esa práctica carecerá, entonces, de las ‘buenas’ costumbres y será, por tanto, una mala persona desde el punto de vista ético. Pero detengámonos un poco más en la teoría del relativismo moral y mostremos cuáles son sus principales falencias. Comúnmente, los relativistas argumentan de este modo: Para que la moralidad sea objetiva y no dependa de lo que cada cultura opine al respecto, todas las culturas deberían tener el mismo sistema de códigos morales. Todas las culturas tienen costumbres y códigos morales distintos Por tanto, lo bueno, malo, justo o injusto, depende y debe ser relativo y depender de lo que cada cultura piense. A simple vista parece que el relativista tiene buenas razones para sostener su tesis. Sin embargo, si examinamos el argumento un poco más de cerca, veremos que la premisa número uno es falsa. El relativista se equivoca al suponer que la verdad o falsedad de las valoraciones morales depende de lo que es aceptado. No tenemos que buscar un código moral universalmente aceptado, porque lo que es verdad no depende de lo que se es creído. De hecho, el consenso no implica en ningún modo la objetividad. Aunque todos pensemos sobre un tema de manera unánime, sin discordia, ello no asegura que lo que pensemos sea verdad. Puede que, con todo, todos estemos equivocados. Lo cual quiere decir también que, a veces, el ejemplo de la sociedad y la cultura no es la mejor guía para actuar. Necesitamos poner nuestra inteligencia en la deliberación sobre lo que es correcto o no, aun cuando nuestra decisión choque con lo comúnmente aceptado. Para actuar moralmente no es suficiente actuar según lo establecido. 37 Otro argumento de los relativistas tiene que ver con la tolerancia para con otras culturas. Su opinión es que la aceptación del relativismo moral promueve la tolerancia entre las culturas, mientras que la objetividad promovería lo contrario. Sin embargo, esto es un error. Y esto por tres razones. En primer lugar, los relativistas confunden objetividad con dominación. Por ejemplo, podemos afirmar que quizá sea moralmente incorrecto que un país desarrolle armamento nuclear, pero de allí no se sigue que sea correcto moralmente invadir o someter a ese país. En segundo lugar, si debemos ser tolerantes con todas las culturas esto implica que, objetivamente, esto es verdadero. Y, por último, hay que señalar que el argumento es autodestructivo porque si, digamos, para una cultura es costumbre la esclavitud, el racismo o la intolerancia frente a otras culturas, ¿qué se sigue de ahí? ¿Acaso no se sigue que para ellos la intolerancia y el racismo son buenos? En ese caso, el argumento a favor de la tolerancia se vuelve contra sí mismo. Pero tal vez el peor defecto de esta teoría y de todas las que definen los términos evaluativos en términos de una autoridad es que son teorías que responden a una pregunta mal planteada. La pregunta no es quién define lo que está bien y lo que está mal, sino qué factores hacen que una acción sea buena o mala. En el desarrollo de la actividad militar es aceptado que los códigos de conducta éticos sean propuestos y vigilados por ciertas figuras que representan la autoridad. Esto se apoya en el valor de la obediencia, el cual será explicado más adelante, sin embargo es imperativo que los militares profesionales puedan distinguir claramente entre los intereses de los estados, naciones o gobiernos, y los intereses de la humanidad, y establecer así una obligación de prioridad respecto de estos últimos. De este modo, es importante construir una ética militar que concuerde con la exigencia de un principio de humanidad. Este principio se puede definir de la siguiente forma: "Todos los hombres, de cualquier raza, nacionalidad, sexo, edad, opinión, religión, pertenecen a una humanidad común, y 38 todos ellos tienen un derecho imprescriptible al respeto de su vida, de su integridad y de su dignidad" (Daventport, & Stockdale. p. 12). Este principio, situado en el núcleo mismo del bien común del mundo globalizado, contiene tres elementos: en primer lugar, la universalidad del hombre. En segundo lugar, el valor de la persona humana, de su vida, de su integridad, de su dignidad. Y finalmente, el imperativo de actuar por un mundo mejor. Los cuales deben ser tomados en cuenta como los objetivos de cualquier código de ética militar. 4.2.3 El Estado y la Libertad. Parece natural al ser humano estar sujeto a algún tipo de autoridad, o ejercicio de poder reconocido como Estado, el cual tiene la capacidad de castigar a los individuaos según unas leyes antes establecidas; el problema surge al aceptar como incorrecto el que un individuo viole la libertad de otro, mientras que juzgamos como adecuado que el Estado restrinja libertades individuales en ciertos casos. Este es el que podríamos llamar el problema de la libertad individual. Antes de profundizar en este problema, es pertinente aclarar los conceptos involucrados en el tema. En primer lugar, podríamos definir la libertad individual como el momento de autonomía o libertad del individuo respecto a toda coacción por parte de otros individuos o de alguna institución social hacia él. Tengamos en cuenta que la coacción implica la intervención deliberada de otros seres humanos dentro del ámbito en que podría actuar si estos no intervinieran. Este tipo de libertad es llamado en la filosofía política como libertad negativa, y se define por la ausencia de imposición externa al individuo que desee llevar a cabo un curso de acción determinado. El segundo concepto involucrado en esta discusión es el de Estado. Muchos pensadores de diferentes épocas han reflexionado sobre el estado intentando definir su esencia y su función con respecto al individuo y a la sociedad. Sin embargo, este concepto político, que siempre ha estado estrechamente ligado al concepto de poder, se utiliza comúnmente para designar cierta forma de estructura social soberana y coercitiva, compuesta por un conjunto de instituciones que tiene el poder de regular la vida nacional 39 en un territorio determinado por medio de un conjunto de leyes que intentan regir la vida de los individuos habitantes de dicho territorio. Otra manera de definir el concepto de estado, colocándolo en un contexto de funciones y obligaciones, es como unidad de carácter institucional que en el interior de un territorio monopoliza para sí el uso de la fuerza legal. Por ello se hallan dentro del Estado instituciones tales como las fuerzas armadas, la administración pública, los tribunales y la policía; adjudicándole así las funciones de defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras como las relaciones exteriores. Resumiendo, el Estado es el conjunto de instituciones que se encarga, entre otras cosas, de regular, por medio de leyes, los comportamientos de los ciudadanos; es decir, la función del estado es restringir o ejercer algún tipo de coacción sobre lo que anteriormente definimos libertad individual. ¿Pero cómo podemos justificar esto?. Aparentemente las creencias como que la existencia de un Estado es necesaria y que está bien que un grupo o entidad tenga la legitimidad de aplicar sanciones, se encuentran en el imaginario de todas las sociedades. A continuación miraremos las razones teóricas que justifican la existencia del Estado. Hobbes, (2011) en su obra Leviatán, justifica la existencia del Estado a partir de la descripción de un ejercicio imaginario denominado Estado de Naturaleza. En este Estado, no existe ninguna organización o forma de gobierno, ni mecanismo para regular las acciones de los hombres. Hobbes presupone que todos los hombres están en iguales condiciones, por lo que tienen los mismos derechos; además de esta característica, sostiene que la razón primordial que motiva de manera egoísta la conducta humana es la satisfacción de sus deseos. Las dos condiciones sumadas, la igualdad y el egoísmo, piensa Hobbes, convergerían en una inseguridad generalizada, ya que nadie podría estar seguro de conservar sus posesiones; lo que daría origen a una guerra sin ningún tipo de restricción moral, ya que, 40 nos dice el autor, el derecho fundamental es el de preservar la vida propia, por lo que estaría permitido que un individuo haga cualquier cosa a otro sin recibir castigo alguno. En este momento se propone la creación de un Estado civil, a partir de la realización de un convenio o contrato. En dicho convenio el Estado deber tener el poder sobre los individuos y el uso de la fuerza debe ser monopolizada, aquí el gobierno administra, por decirlo de alguna forma, los derechos de cada individuo. El problema de la propuesta de Hobbes es que esto limita de muchas maneras la libertad individual, y se corre riego de que el Estado actúe de manera arbitraria. Aceptar la necesidad del Estado, –en particular el Estado propuesto por Hobbes- es aceptar que la libertad individual debe estar restringida por mecanismos que propendan por los intereses colectivos. En 1685, el filósofo británico John Locke, escribió Carta sobre la tolerancia, en el cual se afirma que la validez de un Estado radica en el grado de aceptación que la sociedad tenga de él, en otras palabras, un Estado se justifica si los ciudadanos están de acuerdo con él. Por otra parte, como lo expresa Locke, (2001) el Estado, de manera legítima, puede utilizar su poder de coerción únicamente para impedir que un individuo viole los derechos de otro. Teniendo en cuenta lo anterior, la pregunta más lógica podría ser ¿pero qué pasa, entonces, con la libertad individual? Frente a esta cuestión, debemos responder que la coacción del Estado tiene unos límites que no está autorizado a traspasar; así como la libertad individual, aunque parezca una contradicción, debe estar regulada por la mano estatal para garantizar que no se sobrepase ocasionando perjuicio a otros individuos de la sociedad. La libertad en sentido estricto, así como el papel regulador absoluto del estado, son conceptos que deben ser degradados y matizados en pro de la normal convivencia social. 41 4.2.4 Ética y Vida Militar. Y las nuevas guerras, en consecuencia, son actos bélicos nomádicos que realizan empresas privadas en connivencia o no con los Estados, poco importa que no buscan obtener territorio ni someter a las poblaciones; tan sólo afianzar recursos estratégicos y obtener beneficios inmediatos a cualquier coste Mbembe. Más que la mayoría de las otras profesiones, la profesión militar exige de sus practicantes adoptar una postura moral seria dado que sus decisiones pueden significar terminar la vida de una o varias personas en una sola acción. El militar debe constantemente pensar en la conservación de los derechos de sus ciudadanos. Sin embargo, antes de empezar a discutir el tema en cuestión, es importante recordar una distinción que anteriormente fue mencionada. Es preciso diferenciar entre las normas éticas, por un lado, y las leyes, códigos y reglamentos por el otro. Es importante señalar estas diferencias porque las que entran en el campo jurídico o militar utilizan el medio coercitivo para hacer cumplir la ley, sancionando lo legal y lo no legal. Por el contrario, la ética no tiene una base jurídica vinculante que alcance niveles de penalidad jurídica. Como se planteó en apartados anteriores, Kant, (1998) afirmaba que nuestra capacidad de razonar demanda de nosotros un trato imparcial hacia las demás personas; no hay razón para pensar que podemos vernos como una excepción de la regla. Todos, si tenemos la capacidad de razonar, estamos comprometidos a seguir el imperativo categórico. Una buena voluntad es aquella que se somete libremente a la ley moral de tal imperativo; así mismo afirma que la razón nos demanda un trato digno y respetuoso hacia las demás personas. De acuerdo con lo enseñado por Kant, (1998) un militar que exige lealtad de sus subordinados, debe tomar la función de evaluarlos con responsabilidad y de manera justa; debe tratarlos con dignidad y respeto; obedeciendo y actuando bajo los principios morales que la razón nos indica. Del mismo modo si un superior legítimo nos ordena hacer algo inmoral, como por ejemplo matar gente inocente, no es posible tener la 42 obligación moral de obedecer esa orden: y si uno obedece, tal obediencia no es virtuosa sino viciosa. Los seres humanos dentro de su contexto social, construyen sus propios valores, su ética y su moral basándose en su cultura, sus creencias religiosas, o alguna ideología filosófica. De la misma forma, las instituciones militares crean sus valores morales con base en los deberes u obligaciones que la ley prescribe, al prestigio institucional y a las virtudes castrenses. Estos elementos y el concepto del deber proporcionan al militar las fuerzas necesarias para cumplir con las innumerables exigencias de su trabajo y las más grandes dificultades, aun aquellas que pongan en peligro su vida, en pro de la conservación de su institución y el de su patria. A pesar de que su obligación es para con la patria, todo miembro de las fuerzas militares vigila a sus subordinados y es vigilado por sus superiores, o por los códigos que reglamentan su conducta y el curso de sus acciones. Por lo que se hace necesario el desarrollo colectivo de un pensamiento crítico que ayude a completar las ausencias y los casos no contemplados en los códigos, y a desarrollar una conciencia reflexiva en el militar que le permita reaccionar de forma autónoma conforme a una línea de pensamiento moral. Este pensamiento crítico solamente puede desarrollarse a partir de una educación cívica y política. Ella debe responder a las cuestiones básicas del tipo por qué hacer parte del ejército y por qué luchar, y presentar imparcialmente los diferentes tipos de respuesta. Esta educación política debe basarse en el ejemplo propio, ya que es la mejor forma de enseñar a los subordinados los valores políticos y sociales necesarios para el buen desarrollo de su actividad, una educación política bien orientada a la que se añade una idea concreta del orden constitucional liberal y democrático de la nación. Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta, es que la fuerza militar que se encarga al ejército por el Estado no tiene la opción de actuar inmoralmente. Por lo tanto, ordenar es una actividad que va más allá del mando y la legalidad. Es hacerlo también 43 de una determinada manera, consiente, razonable y, a la vez, con inclinación hacia las leyes, de una manera que es valorada y seguida por sus subordinados. Es decir, cuando el mando se ejerce de esa forma es también liderazgo. De ahí que un mando que piense cómo hacer las cosas, cuidando el seguimiento de las pautas éticas que caracterizan la profesión militar, jamás transformará a las Fuerzas Armadas en un instrumento de violación de los derechos humanos. ¿Pero cuáles deberían ser las pautas éticas de la profesión militar? La primera a ser considerada es la valoración de la paz por sobre la guerra. En apariencia, esto sugiere la negación o contradicción de la profesión militar. Pero no es realmente así. Ya que concentrarse en desarrollar y mantener un estado pacífico no tiene por qué obstaculizar la preparación de un ejército para actuar eficientemente. Sin embargo, esto sí cambia el enfoque acerca de cómo cumplir una misión. Según este enfoque, el militar cumple mejor su misión cuando impide la guerra que cuando entra a un estado de beligerancia, por ejemplo. La segunda pauta ética se puede definir como: preferir la paz enfatiza la virtud de la contención. La contención es el componente primordial de un uso controlado de la fuerza. La contención es una virtud de los fuertes; pues esta requiere la capacidad del autocontrol mediante la voluntad y la razón. El monopolio del uso de la fuerza es un poder que sólo las fuerzas militares tienen en la sociedad, y su uso debido es producto de la contención. No sólo para inhibirse de obtener ventajas indebidas del poder político, sino para usarlo sólo contra el enemigo y no contra civiles o no-combatientes. La contención expresa poder y responsabilidad, y forma parte integral del concepto de guerra justa. Mientras más poderío militar se tiene, mayor es la exigencia de contención. Ejercer la máxima contención en el uso de la fuerza, empleando sólo la necesaria para cumplir con los objetivos trazados. En tercer lugar encontramos la obediencia como una virtud militar y una obligación moral al mismo tiempo. La razón nos indica que nadie debe realizar acciones que puedan catalogarse de inmorales. Sin embargo, todo militar tiene entre sus obligaciones recibir y emitir órdenes, pero como cualquier ser humano, un militar es un individuo de la 44 sociedad, y por más estricto que sea su papel en la estructura militar, no puede ignorar sus obligaciones como miembro de la sociedad para llevar a cabo acciones que puedan catalogarse como incorrectas moralmente. Se actúa moralmente al obedecer a un superior legítimo. Como no se permite a los seres humanos hacer algo que es inmoral, como por ejemplo matar injustificadamente, una orden de ese tipo no es obligatoria, y es inmoral obedecerla. Recordemos pues que los actos no son buenos o malos por una orden sino por lo que son en sí mismos o por sus resultados. En el campo militar la obediencia que se debe es a la autoridad legítima, y ella está siempre especificada en las normas de organización de la rama. Los rangos indican una jerarquía de autoridad y los enlaces internos delimitan las zonas de mando legítimo. Las órdenes legítimas que provienen de autoridades legítimas en áreas donde ellas tienen la autoridad para tomar decisiones y dar órdenes, deben someterse siempre a la restricción de que ellas no sean inmorales. Por lo tanto, es de la ética elemental de quien ejerce el mando no dar órdenes inmorales. Se deben obedecer todas las órdenes legítimas, pero sólo las legítimas. Y se debe tratar a los subordinados como seres racionales y morales, dignos de respeto y nunca ordenarles algo inmoral. Una cuarta pauta a ser considerada es la responsabilidad del mando. Las órdenes no siempre son instrucciones para realizar una tarea específica, sino disposiciones amplias. Señalan un objetivo y recomiendan el uso de los medios pertinentes. En la profesión militar, donde la operación es realizada por un grupo de personas que deben estar sincronizadas, la formación de los recursos humanos está orientada a una aceptación inconsciente y rutinaria de las órdenes. Además, las órdenes se van descomponiendo en acciones a medida que descienden en la cadena de mando estableciendo una cierta discrecionalidad respecto de los medios. Por ello el mando superior es responsable moralmente del sentido y de los resultados de la cadena de actos que inicia. Un buen comandante debe preocuparse de cómo se realiza finalmente una tarea, fijar sus límites y deliberar si sus órdenes son justificables y si se pueden realizar moralmente. Por todo lo anterior la formación estricta de un oficial 45 en el respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y de sus subalternos es esencial en una institución jerarquizada, porque cuando se da una orden se delega autoridad, pero nunca la responsabilidad, la que permanece con el que da la orden. Quien ejerce el mando es responsable de lo que ordena y de cómo se llevan a cabo sus órdenes. Para terminar esta sección, podríamos considerar que la última pauta ética a tener en cuenta es la del ejemplo como una virtud esencial del liderazgo. Las Fuerzas Armadas son preparadas para cumplir órdenes que implican reacciones inmediatas y obedientes frente a un superior. Sin embargo, hay quienes afirman que de cierto modo es contradictorio introducir consideraciones morales; pues con ello no se tiene en cuenta la naturaleza de la profesión ni el significado de una orden en el funcionamiento de una institución armada y jerarquizada. A pesar de esto, la obediencia que se espera de un soldado es perfectamente compatible con negarse a hacer algo inmoral. En primer lugar, no todas las órdenes requieren una reacción inmediata. En segundo lugar, ellas se derivan a espacios operativos menores generando ámbitos o grados de discrecionalidad en los medios, que obligan a quienes las ejecutan a pensar en cuáles son los medios más apropiados para llevar a cabo el cumplimiento de una orden. Es aquí cuando se manifiesta la formación integral del militar, su profesionalidad, su capacidad de mando y liderazgo, y los códigos de conducta a que está sujeto. El automatismo irracional sería lo contrario a la contención y a la razonabilidad que se exige incluso en situaciones extremas. El asunto central a ser considerado aquí, es que un militar nunca debe ordenar a los subordinados hacer lo que él mismo no haría en situación similar. Los Valores Militares. Los siguientes valores son tomados, en su gran mayoría, del Manual de Derechos Humanos para las Fuerzas Armadas. Honor. Debe ser considerado el principio fundamental del sujeto militar. Puede considerarse como el reflejo de los valores del grupo con el que la persona se 46 identifica, pues expresa una valoración de sí mismo en los mismos términos que se emplean para valorar a los demás. Además de ser un valor esencial para articular un grupo, el honor militar es un honor moral, derivado del íntimo convencimiento de la virtud profesional. Por lo tanto, no es una apariencia sino una realidad, y se refiere fundamentalmente al comportamiento en sí y no sólo al juicio de los otros. El honor militar es colectivo, y participan de él los que visten uniforme. Como obligación recae en cada uno de los miembros del grupo y se simboliza en aquellos elementos que los miembros del grupo portan, como banderas, emblemas, escudos de armas o uniformes, a través de los cuales se reconocen entre sí. El honor se relaciona de una manera muy estrecha con la forma como una organización militar estructura su carácter para el uso de la fuerza. Como la articula y la somete a las reglas para su empleo. El carácter en el uso de la fuerza es una expresión cultural, que forma parte del sujeto ligado a la institución. Ello tiene una estrecha relación con los elementos normativos, es decir con la legalidad de su uso, que es la primera de las reglas a respetar. Pero el tema va más allá y se adentra hasta las raíces más profundas del Código de Honor del militar: Un militar lo será toda la vida. El valor de la contención, es decir la capacidad de abstenerse en el uso de la fuerza o usarla de una manera reflexiva y austera no es un problema de legalidad sino de cultura o educación individual. Y es determinante en la capacidad de una institución militar para conectarse y armonizar con otros intereses de la sociedad, entre ellos la defensa de los derechos humanos, sin perder el centro de su obligación profesional. Profesionalismo. La gran mayoría de los militares teóricos coinciden en señalar que para que las fuerzas armada puedan alcanzar un nivel de desarrollo reconocido como profesionalidad, las Fuerzas Armadas deben recorrer un largo camino llamado proceso de profesionalización. La profesión militar es una carrera completamente desarrollada, que contiene las características de una profesión. Estas pueden ser definidas como: destreza, corporatividad y responsabilidad. Según esta línea de pensamiento, los militares deben 47 cumplir con sus órdenes sin tener en consideración inclinaciones políticas u otras consideraciones no militares. Por otro lado, podríamos definir el proceso de profesionalización como aquel en el cual los miembros de una labor siguen un procedimiento de aprendizaje y adquieren un conjunto de conocimientos técnicos y un conjunto de normas operativas. Debemos agregar que estas destrezas son reconocidas como necesarias por la sociedad. Lo esencial es que las Fuerzas Armadas son una institución con normas y reglamentos propios, con un principio de diferenciación que se traduce en conocimientos y capacidades relativos al uso de la fuerza como violencia legítima; es decir, una violencia sujeta a ciertas reglas, que la distinguen de otros grupos o sectores de la sociedad. Ese proceso se desarrolla en una íntima relación con el Estado, que es la unidad política de referencia y legitimidad para la institución militar. La profesionalización está vinculada a la creación de las Academias de Guerra y los Estados Mayores como elementos formantes de la institución militar. Las academias de guerra, y los estados mayores, determinaron que todos aquellos que poseyeran los niveles exigidos de conocimientos técnicos, instrucción y valentía, pudieran acceder a altos grados del Ejército. Ese fue un enorme salto de igualdad ciudadana. Mientras más integrada Socialmente sea una sociedad y mayor su cultura política, más intensa será el profesionalismo de sus militares. Y más lejana la posibilidad de que adopten conductas indebidas en relación con la tarea que se les ha encomendado. Obediencia. La obediencia tiene relación directa con la profesionalización y es fundamental para evaluar el comportamiento de los miembros de las Fuerzas Armadas con relación al poder civil. Puede ser definida como aquella que se presta sin reclamar los motivos y razones del que manda. La obediencia debida es la que se rinde al que es superior jerárquicamente y que exime de responsabilidad a los subalternos. Por otra parte, encontramos que un instrumento básico para objetivar el tema de la obediencia es siempre el Reglamento de Disciplina de las instituciones armadas o códigos de comportamiento. En él están contenidas de manera explícita tanto las 48 normas como valores que sustentan a la obligación. Lo que no está en los reglamentos de disciplina es la forma en que se usa la fuerza. Últimamente se ha expresado la tesis de la obediencia forzada frente a violaciones de derechos humanos. Ella podría ser definida como la obediencia debida por jerarquía y por amenaza, cuando el contenido inmoral de una orden es señalado al superior que manda pero que debe cumplirse dado que no existe otra salida. La aceptación de esta tesis, que busca reconocer la no culpabilidad individual en determinadas circunstancias, requiere, para ser aplicable, que se reconozca que existe, al momento de la infracción, un estado institucional de comisión de delitos, en el que la obligación no es para con un oficial superior sino con la institución, por la cual responde todo el alto mando. Es decir, sólo existe una traslación de responsabilidad a todo el mando superior. Ello porque el monopolio del uso de la fuerza que tiene el Estado, cuyo ejercicio se confía a las Fuerzas Armadas, forma parte de la personalidad moral del Estado y no puede ser usado de manera ilegítima. No Deliberación Política. En primer lugar, debemos definir el término deliberar como examinar y discutir oralmente un asunto, y resolver después de una discusión. Más concretamente, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que deliberar es Considerar atentamente el pro y el contra de los problemas de una decisión, antes de adoptarla, y resolver una cosa con premeditación. Teniendo en cuenta esta definición podemos afirmar la no deliberación militar en asuntos políticos como una obligación en todos los sistemas democráticos. Es decir, la no consideración y la no resolución de un asunto que está fuera de las competencias técnicas de los militares. El militar no debe mezclarse en política y se le prohíbe pertenecer a asociaciones de carácter político y concurrir a actos de esta índole. En la institución militar existen ámbitos muy definidos para elaborar las peticiones y un conducto regular para hacer reclamaciones. Es de la esencia de una institución jerarquizada la existencia del conducto regular. Se entiende por tal la serie de autoridades directas, jerárquicamente escalonadas, que forman el camino normal que 49 deben seguir las reclamaciones en el sentido inverso y que es considerado como un medio de las funciones militares. Nunca ocurrirá que no exista el instrumento de la reclamación que permite que la función militar se desarrolle de manera normal. Por lo tanto, el concepto del conducto regular da forma y cierra el círculo respecto de los principios ordenadores en el funcionamiento de las instituciones militares. Justicia. La justicia es un valor que inclina a obrar y juzgar, teniendo por guía la verdad. Tengamos en cuenta que no existe moral sin la verdad, por ser la verdad el fundamento principal de la moral. En consecuencia, el militar debe rendir culto a la verdad como una asociación indispensable en su desarrollo profesional. Todo ello proveerá a los miembros de las fuerzas armadas con la suficiente moral para actuar y decidir correctamente. Para que la justicia pueda existir, se debe observar una imparcialidad absoluta, donde se le dé a cada quien lo que le corresponde. La justicia como valor democrático es un nivel que se desea alcanzar y está vinculado estrictamente al valor del bien general. Para que la Justicia pueda existir debe existir la voluntad de todos los ciudadanos y miembros de las fuerzas armadas de respetar el derecho de los demás y así respetar el propio. La Justicia como valor militar sirve para lograr el equilibrio entre las distintas partes, para asegurar que más allá de las diferencias, tengamos los mismos derechos y obligaciones y para que se tome en cuenta el interés general, no sólo el de las partes. La justicia obliga a que la ley sea igual para todos y se aplique a todos por igual sin privilegios de ningún tipo. En el estudio del concepto de justica, podemos encontrar diferentes definiciones. Algunas de ellas son: la justicia legal que corresponde al Estado a través de las leyes que tiendan a buscar el bien común. El cumplimiento de las normas de la justicia legal, obligan tanto al ciudadano, como a los gobernantes y miembros de las fuerzas armadas a cumplir el mandato de las leyes. Su principal objetivo es atender el cumplimiento de las leyes. Por otro lado, la justicia social: se fundamenta en la idea del bien general, entendiendo por esto el bien para todos los miembros de la sociedad, sean militares o ciudadanos, 50 proponiendo una visión de justicia con igualdad para todos. Por último, encontramos la justicia distributiva; esta genera cargas y reparto equitativo y proporcional entre los grupos sociales a través de políticas e instituciones generadas por el Estado y tiene por objeto proteger los derechos individuales de las personas y velar por que éstos cumplan sus deberes. Fortaleza. La fortaleza es la capacidad que nos permite mantenernos fieles a nuestras convicciones y hacerles frente con firmeza y energía a las diferentes situaciones con que nos encontramos en la vida. Son personas aplomadas y serenas, que conservan la compostura tanto en los buenos como en los malos momentos, pero sobre todo en estos últimos, infundiendo confianza y tranquilidad a la ciudadanía. No debemos confundir, sin embargo, la fortaleza con la inflexibilidad, el cerramiento de espíritu o la dureza de corazón. Gracias a la fortaleza, aprendemos también a resistir la adversidad, las enfermedades y el dolor en sus distintas formas y a luchar contra ellos sin amargura, poniendo todo de nuestra parte, seguros de que vamos a salir adelante. 4.2.5 Derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario. Podemos definir los Derechos Humanos como aquellos que los hombres poseen por el simple hecho de ser hombres, por ser parte de la humanidad. Son inseparables de las personas y se proclaman sagrados, inalienables, imprescriptibles y fuera del alcance de cualquier poder político. Algunas veces se considera que los derechos humanos fueron propuestos bajo los ideales del derecho natural. Sin embargo, existe una escuela de pensamiento jurídico que sostiene la postura contraria. Para algunos, los derechos humanos son una constante histórica, con clara presencia en el mundo clásico; para otros, son fruto del cristianismo y de la defensa que éste hace de la persona y su dignidad. Los Derechos Humanos son el conjunto de privilegios inseparables de la naturaleza de la persona, cuya realización resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado. La tarea de proteger los Derechos Humanos representa para el Estado la exigencia de proveer y 51 mantener las condiciones necesarias para que, dentro de una situación de justicia, paz y libertad, las personas puedan gozar realmente de todos sus derechos. Las características fundamentales de los derechos humanos pueden ser enumeradas así: en primer lugar, son universales porque pertenecen a todas las personas, sin importar su sexo, edad, posición social, partido político, creencia religiosa, origen familiar o condición económica. En segundo lugar, son incondicionales porque únicamente están sujetos a los lineamientos y procedimientos que determinan los límites de los propios derechos, en otras palabras, hasta donde comienzan los derechos de los demás o los justos intereses de la comunidad. En tercer lugar, son inalienables porque no pueden perderse ni transferirse por propia voluntad; son inherentes a la idea de dignidad humana. Dejando claro lo anterior, podemos pasar a considerar qué tipo de conducta puede ser considerada como una violación de los Derechos Humanos. Son consideradas violaciones de los derechos humanos aquellos delitos que atentan contra los derechos fundamentales del hombre, que se encuentran definidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y que son realizadas por el Estado de manera directa, indirectamente o por omisión. De esta manera, el Estado anula su finalidad esencial y provoca la inexistencia del estado de derecho. Dentro de la vida militar las violaciones de los derechos humanos deben ser tan repudiadas y rechazadas como cualquier otra orden que pueda atentar contra la conducta ética que caracteriza a la institución. Ya que la existencia de hechos como tortura y de malos tratos infligidos por las fuerzas de seguridad del Estado no constituye un accidente ni es un hecho anómalo en las autoproclamadas sociedades democráticas. Algunos temas relacionados con la violación de derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas son: Tortura. En 1984 la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes en su primer artículo da una acertada definición del vocablo 52 tortura y cómo debe entenderse en materia de Derechos Humanos: A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término tortura todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas. De la anterior definición del concepto de tortura podemos separar los siguientes apartados: Todo acto por el cual se inflijan intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o mentales. Esto significa que la agresión contra la integridad física o psíquica del prisionero debe cumplir con dos características agravantes que le darán el carácter de tortura. Estas son: la gravedad que ésta tiene y la intencionalidad de infligirla. Es por eso que no podría considerarse tortura las incomodidades que el preso cumple en la cárcel, las cuales son algo inherentes al confinamiento. Con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación. La finalidad que tiene el acto son generalmente una o varias de las señaladas en la definición, ya que a no ser que se trate de un acto sádico, la tortura tiene un fin de por sí 53 y es lograr de manera rápida castigar o forzar a alguien a autoinculparse. Se incluye además cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación. Cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. Aquí podemos notar la connotación de política de estado que adquiere la tortura, ya que ésta es generalmente cometida por los estados para llevar a cabo sus propias políticas. En el artículo segundo de la Convención se establece que no podrá invocarse como excusa el estado de necesidad o de guerra en que se hayan producido estos hechos, así como tampoco acepta como evasión de responsabilidad el haber obedecido una orden superior en caso de los militares, lo cual tiene directa relación con la función policial. Violaciones Militares a los Derechos Humanos. En este punto es conveniente agregar una resumida definición de diversos conceptos concernientes a este problema. En primer lugar, encontramos el genocidio: este se puede definir como los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal. Entre dichos actos se incluye la matanza de miembros del grupo, las medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, el traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo, etc. En segundo lugar encontramos los crímenes de lesa humanidad, los cuales se definen como cualquiera de los actos siguientes cuando son cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil: asesinato, exterminio, deportación, tortura, violación, etc. Por último están los crímenes de guerra, estos pueden ser definidos como los crímenes cometidos durante una guerra violando convenciones internacionales que protegen a la población civil y los prisioneros de guerra. En general, es una violación de los usos y costumbres de la guerra, que podría consistir en asesinatos, malos tratos, deportación y trabajos forzados a civiles y prisioneros, ejecución de rehenes y destrucciones no debidas a razones militares. De manera más 54 amplia, podemos intentar definirlos como las violaciones graves del derecho internacional humanitario, es decir, de los convenios, normas y usos aplicables a los conflictos armados internacionales o internos, que implican una responsabilidad penal internacional. Así pues, estos crímenes son infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber: matar intencionalmente, someter a tortura o a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos, destruir bienes, tomar rehenes, etc. Queremos exponer la posición de las Fueras Armadas sobre los crímenes anteriormente mencionados y su correspondiente responsabilidad en la cadena de mando según la Revista de la armada en su edición 88: Los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad, dondequiera y cualquiera que sea la fecha en que se hayan cometido, serán objeto de una investigación, y las personas contra las que existen pruebas de culpabilidad en la comisión de tales crímenes serán buscadas, detenidas, enjuiciadas y, en caso de ser declaradas culpables, castigadas. Todo Estado tiene el derecho de juzgar a sus propios nacionales por crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad. (Resolución 3074 (XXVIII) de la Asamblea General, de 3 de diciembre de 1973, p. 1) El militar debe tener en cuenta Los tribunales Internacionales designados por las Naciones Unidas se ha convertido en norma legal. Responsabilidad personal por crímenes cometidos en su área de jurisdicción u operaciones. Todos los comandantes son responsables por los crímenes cometidos por sus subordinados. 55 Las violaciones serias de la ley de conflictos armados y otras violaciones de los derechos humanos deben estar sujetas a la jurisdicción de una corte”. Además, según los artículos 41 y 42, dictamina, respectivamente, que los deberes y prohibiciones del militar son: Deberes Cumplir y hacer que se cumplan los deberes contenidos en la Constitución Política, los tratados de Derecho Internacional Humanitario, la ley, los decretos, los estatutos de la Institución, los reglamentos, los manuales de funciones, las decisiones judiciales y disciplinarias y las órdenes superiores emitidas por funcionario competente. Comportarse con orgullo y dignidad. Ser veraz en todos los actos de la vida. Ser modelo de ciudadano, hijo ejemplar y cumplido caballero. Ser leal y respetuoso con los superiores, subalternos y compañeros. Usar el uniforme con pundonor y pulcritud. Buscar en la disciplina del cuerpo la superación del espíritu. Velar por el mantenimiento y la conservación de los elementos puestos bajo su responsabilidad. Ejercer el mando con respeto a la dignidad humana Respetar y enaltecer la condición de militar. 56 Preocuparse en adquirir y perfeccionar los conocimientos necesarios para el ejercicio de la carrera militar. Cuidar y conservar los elementos pertenecientes a las Fuerzas Militares. Observar absoluta discreción en todos los asuntos relacionados con el servicio y guardar la debida reserva de ley. Asistir con puntualidad al servicio Portar el uniforme de acuerdo con las normas reglamentarias. Mantener con otros organismos armados relaciones de armonía y dispensar a sus miembros el respeto y las consideraciones debidas. Respetar y tratar cortésmente a la población. Observar estrictamente el conducto regular en el trámite de solicitudes, informes, reclamos y demás asuntos del servicio que lo requieran o restablecerlo. Dar cuenta de los cambios relacionados con el estado civil, con el domicilio o residencia y con el núcleo familiar. Asumir las responsabilidades propias del cargo y jerarquía. Es deber del superior estimular a quienes se destaquen en el cumplimiento de sus obligaciones y sancionar a quienes las infrinjan, de forma justa, oportuna y proporcional a los hechos por los cuales se aplican. Servir de ejemplo y guía a sus subalternos, estimular sus sentimientos de honor, dignidad, lealtad y abnegación; fomentar su iniciativa y responsabilidad y procurar su bienestar. 57 Conocer y estimular los esfuerzos de sus subalternos para mantener el espíritu de trabajo y el deseo de superación. Cumplir la misión asignada con valor. Guardar el debido respeto a los símbolos patrios. Mantener el comportamiento adecuado durante las actividades académicas, militares, administrativas, culturales, religiosas, deportivas y sociales que desarrolle la institución. Prohibiciones Incumplir los deberes o extralimitar las funciones contenidos en la Constitución Política, los tratados internacionales ratificados por el Congreso, las leyes, los decretos, los estatutos de la Institución, los manuales de funciones y las decisiones judiciales y disciplinarias. Usar, permitir y tolerar la murmuración y la crítica destructiva. Contraer deudas que no puedan cancelarse o compromisos que no puedan cumplirse. Intervenir consuetudinariamente en juegos de suerte y azar. Emplear vehículos, embarcaciones o aeronaves, armamento, equipo, o cualquier elemento de dotación oficial en asuntos diferentes del servicio. Emplear en beneficio propio o de terceros, personal militar o civil u otros medios pertenecientes a las Fuerzas Militares. Suministrar o difundir información sobre las Fuerzas Militares, o hacer publicaciones de la entidad, sin previa autorización del superior competente. 58 Interferir en las actividades de Reclutamiento y Movilización. No cumplir o negar el conducto regular. Incumplir, desatender o entrabar el cumplimiento de las órdenes e instrucciones legalmente emitidas por sus superiores jerárquicos. Ejecutar dentro o fuera de la Institución actos que atenten contra los principios, valores y virtudes militares. Irrespetar los símbolos patrios o negarse a rendirles los honores que corresponden. Realizar conductas que atenten contra el prestigio de la Institución o contra el respeto debido a sus insignias, distintivos, condecoraciones, medallas, cursos de combate, banderas, estandartes, escudos y demás símbolos militares. Participar en actividades contrarias a la disciplina militar, así como promoverlas, propiciarlas u organizarlas. Ejecutar actos de violencia o utilizar expresiones irrespetuosas, injuriosas o calumniosas contra superiores, subalternos, compañeros o personal civil. Proporcionar datos o documentos personales inexactos a la Institución. Faltar al servicio o asistir en forma impuntual. Salir sin permiso de la guarnición o de las instalaciones militares. Incurrir en acciones u omisiones que pongan en riesgo la vida o la integridad personal de sus superiores, subalternos, compañeros y demás servidores de la Institución. Realizar actos de discriminación racial, étnica, regional, religiosa, o de cualquier otra índole. 59 Utilizar prendas, elementos, joyas, accesorios, cortes y pinturas de cabello, diferentes a las contempladas en el reglamento de uniformes. Incurrir en acciones u omisiones que pongan en riesgo el éxito de las operaciones o la misión institucional. No dar cumplimiento a las medidas de seguridad”. 4.2.6 Pensamiento crítico y Formación Ética. Pensar la Ética para estudiantes de la Escuela Militar Inocencio Chincá, necesariamente obliga a contextualizar la realidad problemática, para que a la luz de las diferentes teorías éticas, y con base en la formación personal y las diferentes experiencias de vida de cada estudiante, se pueda analizar con criterio e iluminar posibles respuestas desde la óptica de la educación militar superior. Es en este nivel de educación donde se concreta o fragua la esperanza de una nación sin los desajustes sociales que hacen lóbrego el paisaje de la cotidianeidad y que llevan a las Fuerzas Militares y de Policía a enfrentar a diario situaciones al límite. La formación ética en el estamento militar atraviesa por una crisis, como sucede con toda la nación y el Estado, lo que la favorece en cuanto es ocasión propicia para replantear su heroica labor en cuanto que el Militar, por las particularidades del Estado-nación, en muchas ocasiones se encuentra entre la espada y la pared. Tiene que defender más los intereses de las multinacionales que al pueblo de donde emerge el soldado, ante el cual es enviado a operar como represión, sabiendo que la mayoría de las veces los campesinos, estudiantes y trabajadores salen a reclamar sus legítimos derechos. Ante esto al militar no le es dado pensar, sino obedecer. ¿Hasta qué punto es permitido mantener de manera irreflexiva esta situación, legitimando un statu quo, que marginaliza al pobre y tranquiliza a quien le quita los derechos al pobre?. Ideal sería desde la clase de Ética fundamentar y sustentar para todos los estudiantes de la Escuela Inocencio Chincá, y en todos los ámbitos, la importancia del cultivo de la humanidad como garantía de la real defensa de los derechos humanos y la observancia, aplicación y respeto por el Derecho Internacional Humanitario. En la Ética del deber, 60 pensar soluciones innovadoras ante la realidad angustiante del mundo actual debiera ser el gran cometido de la formación superior y militar. Más daño hace el militar que no piensa por obedecer que aquel que reflexiona porque conoce y defiende los derechos, y en esta perspectiva entiende su verdadera misión constitucional; además, en observancia y respeto de los Derechos Humanos logra resguardarse de los posibles problemas judiciales que le vendrían en caso de la inobservancia y respeto de los mismos. Algunos pensadores (Hans Küng) creen que la crisis financiera, ecológica, política y económica mundial parte de una desorientación ética; pues aunque muchos protagonistas del desorden mundial actúan con base en la normatividad, han infringido el marco ético, afectando el bien común y el de cada persona. ¿Para qué formar militares sin referentes éticos, que sirvan de meridiana garantía en su ejercicio profesional? ¿Puede la Escuela Militar Inocencia Chincá seguir promoviendo una racionalidad instrumental, para garantizar a través de los militares las enquistadas formas burocráticas de dominación; contentarse con graduar profesionales militares que se dediquen a garantizar tranquilidad precisamente a los que generar o son causa directa e indirecta de los desajustes éticos, gobernados, no por democracias, sino por sistemas guiados casi exclusivamente por la lógica del cálculo económico?. Ahora impera una nueva concepción de la soberanía: la de aquellos actores internacionales que deciden quién debe vivir y quién debe morir en un momento dado, atendiendo a criterios estrictamente económicos. Y las nuevas guerras, en consecuencia, son actos bélicos nomádicos que realizan empresas privadas –en connivencia o no con los Estados, poco importa...– que no buscan obtener territorio ni someter a las poblaciones; tan sólo afianzar recursos estratégicos y obtener beneficios inmediatos a cualquier coste. La necropolítica ha conseguido transformar a los seres humanos en una mercancía intercambiable o desechable según dicten los mercados. Esta nueva forma de gestión de las poblaciones quizás más evidente en el 61 denominado tercer mundo y, en particular, en el continente africano es un paso más respecto de la biopolítica enunciada por Foucault. Una nueva manera de entender la realidad en la que la vida pierde toda su densidad y se convierte en una mera moneda de cambio para unos poderes oscuros, difusos y sin escrúpulos (Mbembe, 2011. p. 1). En la formación ética, que a veces se restringe solo a una clase magistral de Ética, debe quedar claro que no siempre el progreso en el conocimiento militar y general implica necesariamente un progreso moral, que no se puede seguir siendo indiferente frente a la miseria y la injusticia. El avance técnico sin una ética humana construirá el reino de una necesidad inhumana. El progreso cultural, la educación universal y la formación crítica, como indicadores de un mundo más equilibrado, son los horizontes hacia los que debe empeñar todo su esfuerzo el Estado-Nación; para eso, la clase de Ética tiene mucho que aportar en la concientización de la necesidad de asumir comportamientos racionales y razonables. 4.3 TICs Y PROCESOS DE FORMACION Las instituciones educativas, llevan sus modelos de enseñanza a las posibilidades educativas que ofrecen las TICs como medio de a poyo para el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Esto ha significado desarrollar y planificar modelos de enseñanza más flexibles y accesibles, donde el profesor asume un rol orientador en el proceso de aprendizaje, facilitador de recursos y herramientas que permitan al estudiante explorar y elaborar nuevos conocimiento de forma efectiva, responsable y comprometida con el propio aprendizaje. Las tecnologías de la información y comunicación (TICs) entraron de lleno a los distintos procesos de enseñanza y de aprendizaje en los diferentes niveles de enseñanza, en las diferentes Instituciones Educativas se observa como los profesores se encasillan en ciertos instrumentos que ya no son novedad para los alumnos, por ejemplo presentaciones en powerpoint, búsqueda de información en Internet, uso de software 62 planos sin mayor interactividad o donde el resultado es entregado de forma inmediata y no deja tiempo a pensar. Por otro lado los jóvenes muestran mayor interés por las tecnologías que les permiten comunicarse con otros, ya sean celulares, chat, messenger, foros, etc. Ellos muestran una gran habilidad a la hora de utilizar estos recursos. Es así como se evidencia el usos de las TICs desde dos perspectivas, por un lado los profesores y por otro los alumnos, entonces cabe la pregunta si estos recursos que los alumnos dominan con destreza, y que los utilizan más para divertirse, pueden ser utilizados por el profesor en su proceso de enseñanza y de aprendizaje. Uno de los temas de mayor preocupación de las instituciones educativas es la integración de las TICs a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, pero una vez que se posee la tecnología el tema que surge es cómo los profesores pueden usarla, y de qué manera la van a integrar al currículo. Los profesores mantienen sus métodos de enseñanza tradicional. En conversaciones informales han manifestado algunos, falta de conocimiento y habilidades para acompañar a sus estudiantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje mediado por el uso de las TICs, mostrando incluso actitudes y opiniones dispares hacia su uso y efectividad. Las TICs en muchos de los casos no son usadas como una herramienta esencial para tener acceso a la información; no podemos desconocer que la educación en Colombia hace parte de la globalización y exige aumentar infraestructura y uso de las TICs como una herramienta que contribuya a determinar la calidad de vida de los ciudadanos, las condiciones de trabajo y la competitividad global de la industria y los servicios. El volumen de tecnologías de la información con que nos encontramos en la actualidad es considerablemente superior al de hace muy pocos años, las tecnologías se están disparando y están naciendo y muriendo a una velocidad como no había ocurriendo 63 anteriormente; al vídeo, la televisión y los cassettes de audio, se han incorporado los multimedia, internet, los DVD, MP3… Estos medios vienen a configurar experiencias, entornos y posibilidades educativas, motivadas por las nuevas posibilidades que ofrecen, y ello no sólo para incrementar el volumen de información que puede ser puesto a disposición de los estudiantes y profesores, o la ampliación de las herramientas de comunicación para comunicarse de forma sincrónica y asincrónica entre los diversos miembros de la comunidad educativa, sino también para la eliminación de las barreras espacio-temporales, y la creación de escenarios interactivos. Las investigaciones actuales nos han constatado que el uso de las TICs representa un nuevo marco de relación en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, no sólo con los contenidos de los aprendizajes, sean estos cuales sean, sino también con los sujetos que hacen uso (profesores y alumnos), y como los utilizan. Sin embargo aunque la tecnología ya lleva un largo proceso de relación con la educación, algunas áreas del currículum se mantienen reticentes a su incorporación. No en vano es un tema que se ha profundizado a nivel mundial, como lo demuestra el documento de Dakar de abril de 2000 el cual sostiene que: Es preciso aprovechar el potencial de las TIC para mejorar el acopio y el análisis de datos y fortalecer los sistemas de gestión, desde los ministerios centrales a la escuela, pasando por las instancias subnacionales; para mejorar el acceso a la educación en comunidades remotas y desfavorecidas; para apoyar la carrera profesional, tanto inicial como continua, del docente; y para ofrecer oportunidades de comunicarse a través de las aulas y las culturas (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2000, p. 15). En el documento Visión 2019, del Ministerio de Educación Nacional, se afirma: No cabe duda de que saber manejar computadores es una competencia esencial en el mundo de hoy, pero mucho más importante es saber 64 utilizarlos con sentido: para aprender, para solucionar problemas, para mejorar la productividad del trabajo. Las TICs no sólo ponen al alcance de docentes y estudiantes grandes volúmenes de información, sino que promueven el desarrollo de destrezas y habilidades esenciales como son la búsqueda, selección y procesamiento de información, así como la capacidad para el aprendizaje autónomo. También amplían las fronteras del aprendizaje al poner a disposición nuevos recursos así como la forma para aprender con otros, incluyendo comunidades remotas (p. 4). Galvis, citado en el documento 2019 del Ministerio de Educación Nacional, propone usos educativos de las TICs, teniendo en cuenta las siguientes dimensiones y herramientas: Mejorar la productividad individual, utilizando como herramientas la comunicación escrita, cálculo y análisis de datos numéricos, administración de bases de datos, procesamiento gráfico, procesamiento de video y sonido y presentaciones; Interacción con otros mediado por herramientas como el correo electrónico, chats, diarios digitales (blogs) y, foros; Exploración de objetos de estudio por medio de: simuladores, cursos virtuales y lecciones interactivas. Con el fin de crear nuevos objetos de estudio y ampliar y preservar el acervo cultural. La incorporación de TICs en el proceso de enseñanza y de aprendizaje en el contexto Colombiano, no se puede ver limitada a la dotación de equipos y acceso a internet. Es necesario capacitar a los docentes de tal manera que puedan aprovechar el enorme potencial que le ofrece su uso en los procesos pedagógicos, y de esta forma poder orientar a los alumnos en el buen uso de las herramientas tecnológicas, desarrollando el trabajo colaborativo y poniendo al descubierto el uso de las TICs no solo como herramienta de información sino convertirla en conocimiento. El desarrollo de actitudes docentes efectivas y el uso de las TICs, le imprime al profesor las destrezas necesarias para realizar actividades en el proceso de enseñanza y aprendizaje, a través de las cuales los alumnos pueden experimentar la globalización, al acceder y entregar información, vivenciar nuevas experiencias en comunidad virtual, 65 acceder a simuladores de la realidad; lo que les permite trabajar con las tecnologías de la información y la comunicación como recursos de construcción de aprendizajes significativos y nuevos conocimientos, en un marco de colaboración y cooperación que potencia el trabajo en equipo, donde dichos aprendizajes y conocimientos se materializan a través de actividades interactivas y donde tanto el docente como el alumno tienen el control sobre la acción existiendo una acción reacción con las nuevas tecnologías y con otros sujetos. Sin lugar a dudas, en la actualidad las TICs crean nuevos entornos, tanto humanos como artificiales de comunicación, y establecen nuevas formas de interacción de los usuarios con las máquinas donde uno y otra desempeñan roles diferentes a los clásicos de receptor y transmisor de información, y el conocimiento contextualizado se construye en la interacción que sujeto y máquina establezcan. Ello plantea cambio y resignificación de los roles tradicionalmente desempeñados por las personas que intervienen en el acto didáctico, llevando a los profesores a alcanzar dimensiones más importantes, en el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Es preciso considerar que las nuevas formas de concebir la enseñanza y el aprendizaje con el apoyo de los recursos tecnológicos, están provocando diversas actitudes y opinión frente al uso y aprovechamiento para lograr un rendimiento académico óptimo. Por tanto, los profesores deben poseer los niveles de conocimiento y habilidades necesarias para acompañar a sus estudiantes durante este proceso, y asumir que la incorporación de estas herramientas tecnológicas facilitará su quehacer pedagógico y administrativo, además de enriquecer los ambientes de aprendizaje. 4.3.1 Las TICs en el Proceso Enseñanza Aprendizaje. Las TICs son medios, herramientas diseñadas para facilitar el aprendizaje, el desarrollo de habilidades y desarrollar distintas formas de aprender, con estilos y ritmos diferentes dependiendo del sujeto (profesor-alumno), pero en ningún momento las TICs se deben considerar como un fin; la tecnología es utilizada para acercar al sujeto a la realidad. 66 Hoy en día el uso de las TICs es más cotidiano en el quehacer pedagógico, lo que ha implicado un cambio en la sociedad; ya es común escuchar “estamos en la era de la sociedad de la información, o sociedad del conocimiento”. Sociedad y cambios a los que no podemos ser ajenos, ya sea por nuestro trabajo como docentes o como padres, es difícil entender que nosotros estamos en una época de transición. Educados en una sociedad industrial y hoy en día tenemos que educar en una sociedad de la información, que sin duda ha transformado la forma de educar, ha dado paso a una innovación educativa, acompañada de múltiples facetas en donde intervienen factores políticos, económicos, ideológicos, culturales y sicológicos, afectando a diferentes niveles contextuales, desde el aula de clase hasta la misma sociedad. Esta innovación exige que los diferentes actores que participan en el proceso educativo adopten e interpreten el uso de las nuevas tecnologías como una herramienta propia del quehacer diario en busca de producir cambios en el interés de los sujetos (alumnos), como lo afirma Cabero (2004): Cambios que responden a un proceso planeado, deliberativo, sistematizado e intencional, no de simples novedades, de cambios momentáneos ni de propuestas visionarias. Como proceso que es supone la conjunción de hechos, personas situaciones e instituciones, actuando en un periodo de tiempo en el que se dan una serie de acciones para lograr el objetivo propuesto (p. 8). Este proceso se caracteriza por la complejidad derivada del hecho de introducir cambios representativos en los diferentes sistemas educativos, implicando nuevas formas de comportamiento y una consideración diferente de profesores y alumnos frente al proceso de educación, y a su propia evaluación. El cambio de las organizaciones analizado por varios autores se ha establecido básicamente en tres etapas: La primera, Movilización, por la que el sistema es preparado para el cambio. La segunda, Implantación, en la cual el cambio es introducido. La tercera, Institucionalización, cuando el sistema se estabiliza en la nueva situación. Uno de los 67 principales inconvenientes para el cambio de las organizaciones no son las herramientas, pues los medios y la tecnología existen, y cada día nos presentan nuevas alternativas, para mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje, la dificultad surge en el desarrollo y uso que hagan los profesores de estas herramientas, por lo cual se ven abocados a adquirir nuevas destrezas, comportamientos y prácticas asociadas con el cambio, que les permitan romper paradigmas tradicionales y empezar a apropiarse de estas nuevas tecnologías de la información y la comunicación para utilizarlas como herramientas que faciliten su quehacer diario. Echevarría, (1998) hace referencia al mudo virtual como tercer Entorno como un espacio de interacción social en el que se pueden hacer cosas, y para ello son necesarios nuevos conocimientos y destrezas. Además de aprender a buscar y transmitir información y conocimiento a través de las TIC (construir y difundir mensajes audiovisuales), hay que capacitar a las personas para que también pueda intervenir y desarrollarse en los nuevos escenarios virtuales. Seguirá siendo necesario saber leer, escribir, calcular, tener conocimientos de ciencias e historia, pero todo ello se complementará con las habilidades y destrezas necesarias para poder actuar en este nuevo espacio social telemático. Con esta consideración que origina o posibilita los nuevos instrumentos tecnológicos y la globalización económica y cultural no deja otra alternativa que empezar a cerrar esa brecha digital con la alfabetización digital de profesores, (para este caso particular, porque esta alfabetización compete a cualquier ciudadano). Hoy en día los jóvenes saben más, y aprenden más cosas fuera de la institución Educativa, por lo tanto es un reto que el profesor y las Instituciones Educativas deben asumir, para poder integrar estas nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Rol del Profesor, en los procesos de enseñanza y de aprendizaje mediados por las TICs. Como profesionales de la enseñanza, los profesores deberíamos desarrollar competencias para crear materiales didácticos adecuados para las nuevas exigencias 68 de la educación en la sociedad del siglo XXI. Ésta se caracteriza por una mayor autonomía en los alumnos, incrementando el tiempo dedicado al autoestudio a la resolución de actividades por su cuenta. Los materiales ya no son un apoyo a la explicación dada en clase, sino que deben ser completos y autocontenidos; deben motivar al estudiante, facilitarle la adquisición de las competencias que requieren nuestras asignaturas. En ocasiones, si tenemos un buen manual, basta con una pequeña guía para orientar al alumno sobre cómo debe abordar la materia. Pero en otros casos nosotros mismos tendremos que elaborar los materiales necesarios. Y para ello debemos seguir una serie de guías o recomendaciones para conseguir unos materiales pedagógicamente bien construidos. En la tarea educativa, el profesor es quien realmente gestiona y regula el proceso de aprendizaje de los alumnos, incluso en aquellas ocasiones en las que el aprendizaje sea abierto y autónomo, o en modelos centrados en los estudiantes. Los procesos de enseñanza y aprendizaje son procesos intencionales, en los que tanto educador como educando participan de forma consciente, aun cuando no hay contacto físico entre profesores y alumnos, como es el caso de la Educación a distancia entre otras, practicando la teoría del diálogo didáctico mediado donde se sustituye parcialmente el diálogo con el profesor por el diálogo con los propios materiales, siempre y cuando éstos sigan unas pautas determinadas en su estructura y contenidos. El diálogo didáctico (aquel que tiene como objetivo el aprendizaje) puede clasificarse atendiendo a diversos criterios. En función de la intermediación Presencial, cuando la comunicación es cara a cara, compartiendo el mismo espacio No presencial, o mediatizada a través de algún medio de comunicación. 69 En función del tiempo Síncrono, cuando la emisión y recepción del mensaje tienen lugar al mismo tiempo Asíncrono, en el caso de que la relación no se produzca a la vez. En función del canal Real, si se da entre dos personas directamente o a través de algún medio Simulado, como el existente entre el escritor de un libro y un posible lector. En el caso de la enseñanza, el autor de los materiales suele ser el propio profesor (o un experto). Es la comunicación, o el diálogo didáctico mediado, la que proporciona la flexibilidad en los procesos de aprendizaje, ya se trate de una institución a distancia o presencial, en la que el alumno elige el tiempo, espacio y ritmo de sus aprendizajes. Es decir, los medios son los que permiten que el aprendizaje sea flexible. TICs y sus ventajas en el proceso de enseñanza y de aprendizaje La integración de recursos tecnológicos en la educación está brindando un potencial importante para ofrecer una formación adaptada a diferentes contextos y necesidades, presentando múltiples ventajas tanto desde el punto de vista del estudiante como de los profesores. Al respecto, Área, (2002) señala como ventajas de su uso, la gran cantidad de información interconectada manipulable; la individualización y flexibilización del proceso instructivo acorde a las necesidades particulares del usuario; las múltiples formas expresivas motivantes, de representación y transmisión de información; y la superación de las limitaciones temporales y/o distancias geográficas, favorables para un proceso de enseñanza aprendizaje con reciprocidad. 70 Se puede señalar que algunas instituciones educativas han desarrollado innovaciones principalmente en sus formas de impartir la docencia incorporando las nuevas tecnologías como recursos mediadores en los procesos de enseñanza, inclusive han unido esfuerzos para hacer efectiva y eficiente la mejora de la calidad de la educación; estas experiencias demuestran que las tecnologías de la información y comunicación están originando un nuevo paradigma en la adquisición de conocimiento y en el aprendizaje, lo que está demandando nuevas formas de enseñanza, manejo de nuevos lenguajes, creación de nuevos espacios, requiriendo un estudiante con autonomía e independencia, para que administre su tiempo y diseñe su propia metodología de estudio. Este nuevo paradigma está constituido por las Redes Informáticas, las cuales permiten con la interacción de los computadores, ampliar la potencia y funcionalidad que tiene en forma individual, proporcionando no sólo procesar la información almacenada en soporte físicos, sino también acceder a recursos y servicios prestados por los computadores situados en formas remotas (Cabero, 2000). Un ejemplo de este nuevo paradigma lo ofrece Internet, dando posibilidades educativas que difícilmente se pueden conseguir con otros medios de difusión de información, tal es el caso de los entornos virtuales de enseñanza conocidos como aula virtual, cursos on line, teleformación, e- learning. Los resultados de las experiencias señaladas están contribuyendo a que las instituciones educativas, se den cuenta de las posibilidades que las nuevas tecnologías ofrecen para producir cambios, tanto en su estructura como en las metodologías de enseñanzas, roles de profesores y estudiantes, concediendo especial importancia a la formación continua y permanente, dedicándole programas específicos que integren las nuevas tecnologías emergentes, permitiendo el desarrollo de la enseñanza individualizada. Igualmente, el desarrollo de estas experiencias permite reflexionar sobre su quehacer educativo empleando la tecnología para construir y desarrollar modelos de enseñanza más flexible, donde prime más la actividad y la construcción del conocimiento por parte del alumno a 71 través de un aprendizaje constructivista, colaborativo e interactivo, lo que implica una transformación en el proceso de aprendizaje. Al respecto, Rakes, (1996) propone un Modelo de aprendizaje basado en recursos que va muy de la mano con el nuevo paradigma, en que destaca las siguientes características: El estudiante es capaz de construir su aprendizaje. El profesor es facilitador y guía del conocimiento. Las nuevas y variadas herramientas son parte central del proceso de aprendizaje. Una metodología de aprendizaje innovadora, participativa e interactiva; cuyo énfasis está en el proceso y no en el producto, en la estrategia y trabajo colaborativo. El aprendizaje está orientado hacia el desarrollo de habilidades, solución de problemas, construcción del conocimiento y la creatividad. Una evaluación cualitativa (de proceso) De acuerdo a este modelo de aprendizaje, las TICs ofrecen al sistema educativo , el reto de pasar de la docencia convencional a una más flexible y abierta, donde el profesores ya no es el gran depositario de los conocimientos relevantes de la materia, puesto que la información situada en grandes bases de datos permite ser compartida entre diversos estudiantes que no necesariamente están en un mismo lugar, dando la posibilidad de un aprendizaje más autónomo, en el que se desarrollen criterios de selección, destrezas de recuperación, análisis y aplicación de la información encontrada, de esta manera se da lugar a nuevas metodologías de enseñanza y nuevos roles docentes. Al respecto, Cabero, (2002) coincide al señalar que gracias a las tecnologías de información y comunicación se están creando entornos de enseñanza que facilitan a los 72 usuarios (profesores/estudiante) realizar actividades formativas independientemente del espacio y el tiempo en el cual se encuentren situados, ofreciendo al estudiante una elección real respecto a cuándo, cómo y dónde estudiar, favoreciendo un proceso de aprendizaje individual, a su propio ritmo y en sus propias circunstancias. Considerando lo anterior, la implementación de ambientes de aprendizajes apoyados con recursos tecnológicos implican una diversidad, y estos pueden verse alterados en gran medida por las necesidades y estrategias de enseñanzas que los profesores apliquen. Escudero, (1992) señala que al adoptar algún medio tecnológico en el sistema de aprendizaje es necesario definir cuáles han de ser los criterios, los valores y los intereses a los que estos recursos deben servir a la educación, y por ende, definir los procesos en que se planifiquen, desarrollen y controlen las decisiones y actuaciones más acordes para un verdadero uso pedagógico de los recursos, lenguajes y símbolos correspondiente a las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Las tecnologías de información y comunicación están desafiando los ambientes educativos, promoviendo la interacción personal, la discusión, la reciprocidad inmediata y completa de los intercambios comunicacionales e informacionales, favoreciendo la pluralidad de los puntos de vista y las relaciones directas entre profesores y estudiantes que actúan como emisores o receptores indistintamente, provocando una descentralización de los conocimientos. No obstante, los recursos tecnológicos por sí mismos no son una garantía de un cambio real y poderoso en el ámbito educativo, demandando resguardar otros desafíos, como el diseño diferente de programas de asignaturas incluyendo las TICs, controlando la calidad de los materiales y servicios virtuales , mejorando la didáctica para su uso, formando y entrenando a los docentes. 73 5. DISEÑO METODOLÓGICO 5.1 CATEGORÍAS DE ANÁLISIS En la presente investigación se pretende Proponer una formación ética, soportada en procesos de reflexión crítica, que ayude a valorar y respetar los DDHH y el DIH, con el uso de las TICs para los estudiantes de la Escuela Militar Inocencio Chincá. Además, para ello es necesario caracterizar la formación ética que se brinda en la Escuela Militar Inocencio Chincá, especialmente en lo relacionado con el estudio de los DDHH y DIH; así como identificar las posibilidades que brindan las TICs para la formación ética en DDHH y DIH, sistematizar los procesos de reflexión crítica que permitan la apropiación de la comprensión los DDHH y del DIH por parte de los alumnos de la Escuela Militar Inocencio Chincá, y, diseñar con base en las TICs una propuesta de formación ética crítica que haga pensar los DDHH y el DIH como fundamentales para el ejercicio profesional del Militar. Para lograrlo se ha diseñado una metodología que combine y entrecruce diferentes maneras de aproximarse a la realidad objeto de esta investigación. Las categorías de análisis que se utilizan en la realización de este trabajo son: Formación ética Formación militar DDHH y DIH 5.2 TIPO DE INVESTIGACIÓN Por las características particulares de esta investigación se hace necesario ubicar este proyecto en el amplio campo de la investigación cualitativa, porque se busca comprender un fenómeno, indagar a las personas involucradas, tratar de entender los sentidos que esas personas le dan a su formación ética, con el fin de proponer una formación ética más pertinente y que les ayude a blindarse en el ejercicio de su profesión en cuanto 74 conocedores de los derechos humanos, se conviertan los militares en los primeros observadores y defensores de los mismos. Por lo que la investigación, además de moverse en el campo de lo cualitativo, se limita también a lo etnográfico, lo que implica unas dinámicas especiales de revisión y ajustes sobre la marcha. También es necesaria la descripción, que “busca especificar las propiedades importantes de personas, grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que esté sometido al análisis” (Hernández, Fernández & Baptista, 1991, p. 5). 5.3 POBLACIÓN Y MUESTRA Escuela Militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá del Ejercito Nacional, con sede en el cantón Militar de Tolemaida, (Cundinamarca). La escuela está dividida en tres Batallones el primer batallón cuenta con cuatro compañías, cada compañía posee aproximadamente 150 alumnos; el segundo batallón, dividido a su vez en alumnos de segundo y tercer semestre, cuenta con 0cho compañías con un aproximado de 150 alumnos por compañía y el tercer Batallón de Dragoneantes en el cual cursan su último semestre, es conformado por una sola compañía. Este estudio se realizará con los alumnos de segundo semestre del Batallón de Alumnos N°2, los cuales ya han recibido una orientación en la asignatura de Ética con una intensidad de 40 horas durante un mes. La población con la cual se efectuará la aplicación, son los alumnos de segundo semestre del Batallón de Alumnos N°2 de la Escuela Militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá del Ejercito Nacional, para un total de ciento cuarenta y seis (146) alumnos. El objetivo de trabajar con esta población es que ya han conocido algunos contenidos teóricos referentes al campo de la ética militar y han sido observadores y participantes de la metodología orientada. 5.4 TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN 75 La amplitud de la investigación cualitativa favorece el uso de múltiples técnicas e instrumentos. Lo más importante es la rigurosidad en el uso de los instrumentos para lograr confiabilidad en los resultados. 5.4.1 La Entrevista. Como posibilidad de contrastar la información dada en las encuestas, y como una manera muy importante para indagar por los sentidos de la formación ética, tanto la que ya traen como a la que aspiran en un ambiente específico. Además, porque se aplicara a estudiantes que ya han recibido la clase de Ética. 5.4.2 La Encuesta. Que será utilizada en esta investigación con un mayor énfasis que los otros dos instrumentos, servirá para recoger la información que se requiere y precisarla un poco a través de preguntas con opciones cerradas. 5.4.3 Observaciones. Que corresponden a la actividad del investigador, para que pueda tener una manera más holística y complementaria en su investigación. 5.5 ANÁLISIS Y PRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN Una vez recogida toda la información y procesada, se presenta y analiza a continuación: Pregunta 1. La asignatura de Ética, desde su punto de vista ha sido orientada en la Escuela Militar de Suboficiales desde un aspecto: a. Práctico b. Teórico c. Teórico – Práctico 76 Tabla 1. Punto de Vista del Alumno Opción Alumnos Porcentaje A Práctico 32 22% B Teórico 95 65% C Teórico-Práctico 19 13% Total 146 100% Fuente: El autor Pregunta 2. La asignatura de Ética ha sido enfocada a: a. La Institución b. La vida personal c. Ejercicio de la vida militar Tabla 2. Enfoque de la Ética Opción Alumnos Porcentaje A La Institución 48 33% B Vida Personal 36 25% C Ejercicio De La Vida Militar 62 42% Total 146 100% Fuente: El autor Pregunta 3. Le gustaría que los ejes temáticos se desarrollaran en: a. Conferencia b. Clase Magistral c. Módulo didáctico 77 Tabla 3. Ejes temáticos Opción Alumnos Porcentaje A Conferencia 38 26% B Clase Magistral 22 15% C Módulo didáctico 86 59% Total 146 100% Fuente: El autor Pregunta 4. ¿Que temas le gustaria profundizar en la asignatura de Ética? a. Violaciones a los Derechos Humanos. b. El aborto c. Principios Éticos Tabla 4. Temas a Profundizar en Ética Opción Alumnos Porcentaje A Violaciones a Los Derechos Humanos 51 35% B El Aborto 41 28% C Principios Éticos 54 37% Total 146 100% Fuente: El autor Pregunta 5. ¿En cuál de los siguientes aspectos a mencionar encuentra falencias en la asignatura de Ética? a. En el desarrollo de los Contenidos. b. En la aplicación de las teorías a la vida práctica. c. En la metodología de Enseñanza. 78 Tabla 5. Falencias en la Asignatura de Ética Opción Alumnos Porcentaje A En el desarrollo de los contenidos 42 29% B En la aplicación de las teorías a la vida práctica 69 47% C En la metodología de enseñanza 35 24% Total 146 100% Fuente: El autor Una vez recolectada la información, para identificar las falencias en la asignatura de Ética militar se proceden a identificar los resultados. La encuesta fue dirigida a los alumnos de segundo semestre del Batallón de Alumnos N°2 de la Escuela Militar de Suboficiales. A continuación se presentan los resultados estadísticos de la aplicación del instrumento. Figura 1. Punto de Vista PRACTICO TEORICO Series1; PRACTIC O; 22; PRACTICO Y TEORICO 22% 13% 65% Fuente: El autor 79 El 65% de los alumnos encuestados opinan que la asignatura de Ética ha sido tomada de una manera Teórica, el 22% de los alumnos que es práctica y el 13% que es práctico teórico. Figura 2. El Enfoque de la Materia LA INSTITUCION Fuente: El autor El 42% de los alumnos encuestados opinan que la asignatura de Ética ha sido enfocada hacia el Ejercicio de la vida Militar, el 33% de los alumnos hacia la institución y el 25% de los alumnos hacia la vida personal Figura 3. Desarrollo de los Temas CONFERENCIA CLASE MAGISTRAL Fuente: El autor 80 MANUAL El 59% de los alumnos encuestados opinan que en la asignatura de Ética se deberían manejar los ejes temáticos apoyados o por medio de un manual, el 26% de los alumnos en la implementación de conferencias y tan solo el 15% con clase magistral. Figura 4. Temas a Tratar VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS EL ABORTO PRINCIPIOS ETICOS Fuente: El autor El 37% de los alumnos encuestados opinan que el tema de los Principios Éticos es fundamental, el 35% opinan que las Violaciones a los Derechos Humanos y el 28% que el Aborto. Figura 5. Falencias EN EL DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS EN LA APLICACIÓN DE LAS TEORÍAS A LA VIDA PRÁCTICA EN LA METODOLOGÍA DE ENSEÑANZA Fuente: El autor 81 El 24% de los alumnos opinan que la principal falencia que encuentran es la aplicación de las teorías a la vida práctica, el 29% en el desarrollo de los contenidos y el 24% en la metodología de enseñanza. Confrontación de los datos obtenidos con los propósitos de los investigadores. Una vez aplicados y recolectados las encuestas obtenidas por la población objeto, se procedió a efectuar la graficación e interpretación cualitativa de las respuestas sobre las falencias de la asignatura de Ética, por lo tanto, se considera pertinente, realizar un análisis de acuerdo a las preguntas formuladas. Los resultados nos demuestran que la gran mayoría de los alumnos opinan que la asignatura ha sido abordada de una forma teórica, acarreando las consecuencias que esto implica, falta de atención, monotonía y desinterés en el desarrollo de los temas, se hace notoria la necesidad de manejar las herramientas de apoyo que sean necesarias para que la asignatura sea más práctica y donde se integre el conocimiento de teorías con el desarrollo de módulos aplicados a la vida y a su quehacer militar. El enfoque de la materia según la opinión de los alumnos encuestados sea dirigido principalmente hacia el ejercicio de la vida Militar, lo cual es fundamental en la formación de los futuros suboficiales del Ejército Nacional, pero se ha dejado en un tercer puesto la vida personal, se nota la falta de equidad en el enfoque de la asignatura hacia estos aspectos. Se da así la necesidad de elaborar una herramienta de estudio, un módulo y que éste se desarrolle haciendo uso de las TICs, como una guía efectiva en las temáticas de la asignatura de Ética, se hace notoria según la opinión de los alumnos encuestados. Los temas a reforzar o a incluir en la asignatura, deben ser de interés de los alumnos y que correspondan a la orientación de su formación militar, el mayor porcentaje refleja que los principios éticos son base fundamental para el desarrollo de la asignatura, en 82 segundo lugar los temas de actualidad en su parte laboral como las violaciones a los Derechos Humanos y de interés para su vida personal como el Aborto. 83 6. PROPUESTA De acuerdo con los objetivos planteados, y soportados en los resultados obtenidos con el diseño metodológico, en el cual se pondera la participación de los investigadores como profesores de Ética en el ámbito militar, con amplia experiencia, se presenta esta propuesta buscando dar solución, por lo menos en parte, a lo planteado como problema; convencidos de la importancia de aquilatar la formación ética que repercuta en actitudes de responsabilidad de los militares en el ejercicio de su profesión. Se considera que el resultado de los datos recopilados a través de la investigación realizada y su respectivo análisis, arroja la necesidad de crear un texto base, que sirva como guía de estudio en el proceso educativo del futuro suboficial en el campo ético. Para la realización, se propone la organización de un texto por módulos, en los cuales se traten temas específicos de acuerdo a las necesidades arrojadas por la encuesta y la orientación doctrinal sugerida para la formación en ética militar, se darán a conocer teorías que cimienten las bases conceptuales de la ética, se aplicaran los conceptos en la ejecución de talleres, donde el alumno se apropiara del conocimiento y posteriormente aplicarlo en su vida militar y personal. Se tratará de una plataforma interactiva, que rebase la clase y pueda tener acceso desde distintos lugares, incluyendo las áreas de operación militar. 6.1 PLATAFORMA INTERACTIVA La plataforma interactiva es una herramienta digital que permitirá implementar el contenido temático de la cartilla de ética planteada en este proyecto, aprovechando al máximo los recursos audiovisuales y de interacción que las TIC proporcionan; La plataforma ofrecerá una experiencia de auto-aprendizaje y auto-evaluación de contenidos teórico-prácticos al estar sustentado bajo el concepto de aprendizaje ELEARNING. 84 La robustez de la plataforma interactiva permitirá aprender temáticas de manera cómoda y entretenida gracias a una interface amigable con el usuario que proporciona la tecnología HTML5. La plataforma interactiva consta de los siguientes módulos: 6.1.1 Modulo Teórico. El módulo teórico permitirá a los alumnos estudiar las temáticas planteadas en la cartilla de ética, aplicando contenidos multimedia que faciliten el aprendizaje del estudiante. 6.1.2 Modulo de Evaluación. El módulo de evaluación implementa una serie de preguntas y cuestionarios que el estudiante tendrá que realizar/contestar al finalizar cada temática de la cartilla de ética que plantea esté proyecto. 6.1.3 Modulo de Calificación. El módulo de calificación permitirá al estudiante conocer en tiempo real sus resultados de calificaciones obtenidas en la evaluación de cada temática; esté modulo ilustrara al estudiante las respuestas acertadas y las respuestas no acertadas. Esté modulo calificará las respuestas en una escala de 0 a 5, siendo 0 el puntaje más bajo y 5 el puntaje más alto. 6.1.4 Modulo de Reportes. El módulo de reportes permitirá al docente o instructor encargado, conocer la calificación obtenida por el estudiante al finalizar el curso de ética en cada temática realizada. Link: demoeticamilitar.esy.es Usuario: demoeticamilitar Password: Newgeminis.22 85 6.2 PRESENTACIÓN LA PROPUESTA El presente Modulo de ética pretende introducir a los estudiantes en el estudio de la ética, se ocupa del conocimiento que sirve de base para evaluar, orientar y dirigir las acciones de los individuos. Y como es irrebatible que las personas con sus actos se afectan mutuamente, y dada la necesidad de regular esas afecciones, es evidente que la ética se constituye en una disciplina de suma importancia y de abordaje obligado para todas las personas, independientemente de su condición social, religiosa, étnica o de clase. Pero este módulo, a diferencia de otros manuales sobre el tema, incorpora una dimensión especial. Al ser pensado como parte de la instrucción especialmente para militares, nos hemos detenido -sin descuidar por supuesto la exposición de algunas teorías éticas clásicas- en la relación entre el comportamiento ético de los militares y el servicio a la patria mediante la obediencia y la subordinación a las órdenes militares superiores. No se trata de pensar la ética meramente enfocada a las acciones de los individuos, sino de las acciones de las instituciones militares entendidas como un todo. Las instituciones militares tienen gran influencia en la vida pública de un país, de allí que se considere ineludible el actuar ético de quienes la componen. Con este Modulo queremos, entonces, contribuir en la consolidación de los procesos de democratización mediante el fortalecimiento de las instituciones militares que derivan del Estado. Básicamente, el propósito del mismo es poner a disposición de sus destinatarios un conjunto de reflexiones sobre la ética que permita, no sólo la comprensión conceptual del tema, sino su apropiación como valor central en la conducta profesional y personal del militar. Así pues, el Modulo de ética lo hemos preparado para 10 Sesiones -en las que se incluyen unas actividades de aprendizaje y refuerzo y una bibliografía sugerida, divididas en 3 Módulos más amplios de la siguiente manera: el primero se encarga de introducir al estudiante en la materia propiamente dicha, delimitando el estudio de la ética y diferenciándola de otros conocimientos. Luego, en el segundo módulo, presentamos algunas teorías éticas que han hecho historia y permiten comprender mejor la esencia 86 de esta disciplina. El tercer y último módulo, se encarga de presentar algunos elementos de lo que sería una ética militar. Para ellos analizamos la interrelación entre los conceptos de libertad y autoridad, los valores y virtudes de la vida militar, y los vínculos de las Fuerzas Armadas con el Estado, del cual forma parte indisoluble, y con la sociedad en su conjunto. Elemento rector de estas relaciones funcionales lo constituyen los derechos humanos, al que dedicamos una reflexión final. 6.3 MÓDULO 1. DELIMITACIÓN DE LA ÉTICA 6.3.1 Sesión 1. ¿Qué es la Ética? Objetivos Actitudinales Fomentar el interés por el estudio de la ética Objetivos Conceptuales Diferenciar entre el concepto de ética y el de moral Desarrollo Temático. Sin lugar a dudas, la moral es un tema por el que la mayoría de las personas se han interesado en algún momento de su vida. Y todas ellas, si se les pregunta al respecto, afirmarán sin dilación que debemos actuar moralmente y que lo contrario es digno de reproche y vergüenza. ¿Por qué? En este punto, las respuestas son evidentemente más variadas: por convivencia, porque ello nos hace más humanos, porque nos vemos obligados por la sociedad, porque así nos educaron nuestros padres, por nuestra religión, y por un largo etcétera. Lo común en estas respuestas, no obstante, es la apelación a una autoridad ajena al sujeto que realiza la acción, la que se supone es quien establece las normas que deben seguirse. Más aún, si preguntamos a aquellas personas en qué consiste la ética se verán en grandes apuros. O aunque tal vez avancen en la idea de que la ética es el estudio de las acciones según sean buenas o malas, su definición sobre qué es precisamente 87 aquello que hace de una acción una acción buena o mala no es, en la gran mayoría de los casos, una definición consistente y debidamente elaborada. Para empezar esta asignatura, entonces, vale la pena hacer unas aclaraciones previas que nos permitirán entrar luego en detalles. En primer lugar, estos dos términos, ética y moral, proceden uno del griego y otro del latín, pero tienen la misma significación original. Ética, deriva de la palabra griega (ethos) que se interpreta como costumbre. Y Moral del término latín (mos-moris) que es también interpretado como costumbre. Ambos tienen, pues, la misma raíz semántica. Por ello Ética y Moral, etimológicamente, se identifican y se definen como la ciencia de las costumbres; sin embargo, con el tiempo, ambos vocablos han evolucionado hacia significaciones distintas, pero que se complementan. Es decir, desde un punto de vista práctico, frecuentemente ética y moral son términos que se utilizan en el mismo sentido, como sinónimos; sin embargo, estos términos hacen referencia a dos niveles distintos del comportamiento humano. La moral hace referencia a las costumbres, a los sentimientos y al carácter que determinan el modo de ser y, por tanto, de actuar de una persona. Por tanto, la moralidad tiene que ver más con el acatamiento de las normas por parte de un individuo que con las normas mismas; es decir, la moral se dirige a las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en relación con la sociedad y consigo mismo. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones. Los conceptos y creencias sobre moralidad son generalizados y codificados en una cultura o grupo y, por ende, sirven para regular el comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones es también conocida como moral y la civilización depende del uso generalizado de la moral para su existencia. Por otro lado, la ética, sí tiene que ver directamente con las normas o principios que guían nuestras acciones. Consiste en aclarar qué debe ser lo moral, cómo se fundamenta racionalmente una moral y cómo se ha de aplicar ésta posteriormente a los distintos ámbitos de la vida social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro. Del mismo modo, la ética estudia los principios o normas bajo los cuales debemos regirnos. La ética, propiamente dicha, hace 88 referencia a las teorías sobre el ‘deber ser’ y es, en consecuencia un saber práctico y normativo. A diferencia de la moral, la ética no nos dice cómo es una acción, es decir, no describe ningún hecho del mundo sino que, de manera prescriptiva, nos indica cómo debemos actuar en una situación determinada. El siguiente cuadro nos permite diferenciar entre tipos de teorías. Figura 6. Tipos de teorías Teorías Empíricas o científicas Éticas Sobre cómo es el mundo. Son representativas o descriptivas. Acá se incluyen las costumbres y la moral. Sobre cómo debemos actuar en el mundo. Son normativas o prescriptivas. Se evalúan las costumbres como buenas o malas. Fuente: El autor Grandes pensadores de todos los tiempos han desarrollado sistemas éticos con base en la definición de lo bueno y lo malo, pretendiendo con ellos resolver problemas que se nos presentan en la vida cotidiana. Cuestiones relativas a la eticidad del aborto, de prácticas eugenésicas, de la homosexualidad, del suicidio, del derecho de los animales, de la eutanasia y todo tipo de comportamiento social; incluyendo la formación de ejércitos e incluso la vida militar como constituyentes del dominio de las teorías éticas. 89 Actividades de aprendizaje Explica el significado de las expresiones siguientes: Tengo la moral por los suelos Éticamente no puedo hacerlo Es una cuestión de moral Robar es inmoral Es preciso moralizar la administración Busca algún discurso de un político en donde se haga referencia a la moral o a la ética y comenta la utilización de estos términos. ¿Crees que la pregunta ¿qué debemos hacer? lleva implícita la pregunta ¿qué es valioso en la vida? Explica la diferencia entre estas dos afirmaciones: Haz el bien Da de comer a los pobres Cuando se habla de acciones que pueden hacer referencia a la ética o la moral se suelen poner ejemplos como la eutanasia, el homicidio, el robo, el aborto, el suicidio… La mayoría de ellos no son problemas que se nos planteen con mucha frecuencia. ¿Quiere esto decir que nuestra vida está exenta de problemas morales? Sugerimos hacer una lista de todos aquellos actos que creas pueden hacer referencia a la moral y que nos atañen directamente a nosotros. En esta lista nos podemos encontrar con simplezas como ‘ayudar a un ciego a cruzar la calle’, ‘beber alcohol’, ‘copiar en los exámenes’. 90 Estos problemas pueden no merecer una reflexión ética. Establece una relación entre estos actos, la moral y la ética. 6.3.2 Sesión 2. Juicios de Hecho y Juicios de Valor Objetivos Conceptuales Diferenciar entre los juicios fácticos o de hecho y los juicios valorativos Objetivos Procedimentales Aprender a identificar los enunciados éticos como enunciados valorativos Desarrollo Temático. Las teorías éticas son todas prescriptivas o evaluativas. Se ocupan de las acciones humanas, no tal como son, sino como deberían ser. Un enunciado ético es, necesariamente, un enunciado valorativo. En este punto podemos, también, diferenciar entre ética y metaética. La ética tiene que ver con el contenido del enunciado, es decir, tiene que ver con lo que el enunciado refiere; la metaética, por otro lado, hace referencia al enunciado moral en cuanto enunciado, por medio de un análisis lógico de los principios éticos vigilando la validez de sus premisas y que de éstas se sigan una consecuencia congruente y consistente. Una teoría ética puede contener, por ejemplo, el siguiente enunciado: ‘matar en caso de defensa personal no es éticamente indebido’, es decir que nos indica cómo debemos actuar en una circunstancia particular. La metaética no nos dice cómo actuar, sino que nos dice qué es lo que realmente hacemos cuando emitimos tal enunciado ético. La metaética no se encarga de defender o de atacar teorías éticas como tales, sino más bien de determinar si éstas son posibles, si la ética en general es posible. De este modo, no afirma nada de lo que es moralmente correcto o incorrecto, pero sí en cambio, de qué 91 es lo que hacemos cuando juzgamos moralmente correcto o incorrecto un acto, y si la moralidad puede tener, por ejemplo, una base objetiva. A diferencia de otras disciplinas como la antropología, la sociología o la politología, que estudian también la moral (entendida como el conjunto de creencias sobre lo justo o injusto, bueno o malo, correcto o incorrecto), la ética trabaja necesariamente con juicios de valor. La estructura general de los juicios de valor en los enunciados éticos es la siguiente: se enuncia una acción y luego se emite una valoración sobre ella. Y decidir si tales juicios son verdaderos o falsos o, en una palabra, decidir sobre su valor de verdad, constituye la tarea fundamental de la metaética. Los enunciados de la ciencia empírica, como los de la química, la física y la biología, son claramente objetivos en tanto que podemos determinar, en principio, su valor de verdad mediante la confrontación con la experiencia. Son juicios fácticos. Pero, ¿acaso pasa lo mismo con los juicios de la ética? ¿Es posible determinar su verdad o falsedad mediante la observación empírica? Sin entrar en detalles sobre esta cuestión de metaética, podemos señalar lo siguiente. Si la respuesta a esta pregunta es ‘no’, entonces la ética no es objetiva en tanto que no podemos establecer el valor de verdad de sus enunciados. Y si no podemos establecer que enunciados como, por ejemplo, “el enunciado ‘causar dolor a un niño indefenso es malo’ es verdadero”, entonces la moralidad, en general, simplemente no tiene sentido porque realmente no tendríamos razones para actuar moralmente. En este caso, lo único que podemos hacer es limitarnos a las descripciones de un hecho. Pero de una descripción, por espantosa que nos parezca, no se puede implicar nunca una valoración; de lo que es no puede deducirse lógicamente lo que debe ser. Esto es lo que se conoce como cometer la falacia naturalista. En 1903, el filósofo inglés George Edward Moore planteó esta falacia en su célebre libro Principia Ethica, y señaló que de una serie de enunciados descriptivos no puede seguirse nunca una valoración sobre ella. La razón que subsiste tras esta falacia es que, dado que en el mundo no hay nada como lo bueno o lo malo, en el mismo sentido que existe este libro o una mesa, entonces no 92 podemos definir lo bueno y lo malo mediante descripciones del mundo. En el mundo no hay valoraciones, en el mundo sólo hay hechos y materia. Como dijimos, no vamos a entrar a considerar si la falacia naturalista es realmente una falacia o si hay alguna forma de salir del problema planteado por Moore, de hecho nos vamos a limitar al estudio de algunas teorías éticas. Por ahora, vale la pena señalar nuevamente la diferencia entre juicios sobre lo que es (juicios de hechos) y juicios sobre lo que debe ser (juicios de valor). Actividades de Aprendizaje. Diferenciar entre las siguientes afirmaciones, las que son de hecho y las que son de valor: Mi hermano tiene los ojos azules Este hombre es blanco No es bueno comer demasiado La droga es perjudicial para la salud Construya dos diálogos a partir de las siguientes situaciones (sugerimos un mínimo de 8 intervenciones por personaje) Dos amigos discuten sobre el color del mar. X dice que es verde, Y dice que es azul Un padre riñe a su hija porque cree que sale demasiado con sus amigos Enumere 10 actos que pueda realizar una persona durante un día que sean susceptibles de valoración moral y 10 que no lo sean cuando una película se pone en pantalla existen diversas formas de censura. Una de ellas es la catalogación: película X, S…, apta para mayores de 14/18, etc. ¿Crees que este criterio está basado en cuestiones de hecho o en cuestiones de valor? Se dice que describir es ya valorar y que el hecho de definir una situación es realizar su valoración. Juzga, a partir de esta afirmación, si existen, o no, juicios de hecho. En el caso de que tu respuesta sea afirmativa, pon ejemplos concretos. 93 ¿Son correctas las siguientes deducciones? argumenta tu respuesta X debe dinero a Y; por lo tanto, X debe pagar su deuda a Y X ha hecho una promesa a Y; por lo tanto debe cumplirla 6.4 MÓDULO 2. ALGUNAS TEORÍAS ÉTICAS 6.4.1 Sesión 3. Hedonismo Objetivos Conceptuales Reconocer la importancia de la felicidad en el desarrollo moral de los individuos Objetivos Actitudinales Asumir la responsabilidad por su felicidad como un deber moral Desarrollo Temático. El hedonismo es una teoría ética que tiene sus raíces en la antigua Grecia y cuyas influencias llegan hasta nuestra época. Su versión más antigua es la desarrollada por Aristipo de Cirene en el siglo V y IV a. C. Si bien su obra, como la de la mayoría de los presocráticos, no se conserva, podemos aproximarnos a ella por medio de la obra de Diógenes Laercio en su libro Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres. Fundador de la escuela de Cirene, de donde era originario, opinaba que la felicidad era el fin último de la vida. A diferencia de Sócrates, su maestro, éste siempre gustó de los lujos y de los placeres corporales. Afirmaba que ir tras la felicidad es recorrer un camino incierto, un camino que no tiene un fin preestablecido, un camino alentado por el puro deseo sin que este pueda llegar a ser satisfecho. Somos esclavos de este deseo y, pensaba el filósofo griego, nuestro deber es emanciparnos de esta servidumbre mediante el acatamiento de las necesidades y 94 placeres del presente, sin que el pasado nos perturbe por lo que no fue y sin desear un porvenir necesariamente incierto. Para Aristipo, pensar en una felicidad distinta es un imposible. Después de todo, la felicidad sólo vale por los placeres de que se compone, y el placer sólo es estimable por su presencia inmediata, por lo que de él se disfruta. El bien es, pues, para Aristipo, el placer de que se goza actualmente libre del cuidado del porvenir. La sabiduría (sabiduría en el sentido de toda la filosofía griega como idea idéntica a la de virtud) consiste en disfrutar del presente por medio de la razón, y el valor en librarse del deseo y del dolor. El concepto de placer (en griego, hedoné) ha tenido pequeñas modificaciones a lo largo de la historia. En la misma Grecia antigua, apenas un siglo después de que Aristipo lo postulara por primera vez, Epicuro y sus discípulos defendieron la idea según la cual el placer es el súmmum bonum, es decir, aquello que tiene más valor que el resto de cosas, aquello que tiene un valor absoluto y no relativo con respecto a otra cosa. Para entender mejor la idea de summun bonum podemos establecer la siguiente diferencia. Hay ciertas cosas que tienen un valor intrínseco, que valen por lo que son. Dentro de este tipo de bienes se encuentra la felicidad según el hedonismo; en contraposición con esto, hay otro tipo de cosas que tienen valor instrumental, es decir, que valen sólo en cuanto sirven para otra cosa, que valen como medios: un ejemplo típico de bien instrumental es el dinero. De este modo, siendo el placer no solamente valioso en sí mismo, sino lo único valioso en sí mismo, Epicuro afirmó que todas las acciones pueden ser organizadas jerárquicamente según produzcan placer. Sin embargo, el placer, tal como lo entendió Epicuro, no era otra cosa que la satisfacción de las necesidades corporales y la tranquilidad del alma. Es allí, en ese término medio entre ambos, donde reside el verdadero estado de la felicidad. Y, así, para alcanzarla, debemos reducir al mínimo las necesidades corporales. Por lo cual afirmó Epicuro, por ejemplo, que ‘todos los extremos son inconvenientes, (y que) el exceso de placer se convierte en vicio’ o que ‘lo bueno o lo malo del placer reside en cómo se busca y hasta donde llega’, razón por la cual 95 recomendaban siempre actuar con prudencia y dominio de sí mismo: “también en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno” o que “nada es suficiente para quien lo suficiente es poco”. En pocas palabras, el hedonismo es la teoría moral según la cual el hombre tiene que procurar adquirir la mayor cantidad de placer posible, siendo este el mayor bien de todos. La influencia de Epicuro perduró por más de 7 siglos después de su muerte. En la edad media tal influencia cayó y sus escritos algunos se extraviaron y otros fueron quemados. Actividades de Aprendizaje. En un texto corto responde las siguientes peguntas: ¿por qué es deseable el placer? ¿El placer es un bien intrínseco? ¿Es el summun bonum de la vida? Es indiscutible que el hombre busca la mayor felicidad posible y que todas sus acciones se dirigen hacia ese fin. Partiendo de ese presupuesto, responde: ¿Pueden coincidir felicidad y placer? Pon ejemplos concretos Pueden ser antagónicos, es decir, que aquello que nos produzca placer nos haga infelices, y que aquello que nos haga felices nos cause dolor? Pon ejemplos Si una acción considerada normalmente inmoral produce placer, ¿crees que este placer justifica la acción? Describe una postura egoísta. ¿Crees que el hedonismo tiene que ver algo con el egoísmo? ¿Cuál crees que sea la postura de un hedonista frente al problema de la esclavitud? Si tuvieras que asignar una finalidad en la vida del hombre. ¿Sería el placer la que propondrías? Si respondes negativamente, ¿cuál sería? Explica tu respuesta en ambos casos. 96 6.4.2 Sesión 4. La Ética Aristotélica Objetivos Conceptuales Identificar las primeras teorías éticas en la historia de la humanidad Objetivos Procedimentales Que el estudiante identifique el desarrollo intelectual con la búsqueda de la felicidad Objetivos Actitudinales Que el estudiante asuma la responsabilidad por su felicidad como un deber moral Desarrollo Temático. Las teorías éticas pueden dividirse en las dos siguientes familias o grupos de teorías: teorías consecuencialistas y teorías deontológicas. La diferencia entre ellas es, básicamente, lo que ambas consideran como el factor éticamente relevante en la evaluación de una acción. Mientras que para el primer grupo de teorías lo que da el valor moral a una acción son las consecuencias (el tipo de consecuencias que se han de buscar varía según la teoría ética) que dicha acción tenga, para el segundo grupo de teorías, la eticidad de una acción está determinada solamente por el cumplimiento de un deber, independientemente de las consecuencias que se sigan de ella. El hedonismo es una teoría de corte consecuencialista, porque es precisamente un tipo de consecuencias, la felicidad, lo que las acciones deben perseguir, de tal modo que si los efectos, resultados o consecuencias de una acción son la felicidad la acción es buena, pero si los efectos de la acción son lo contrario a la felicidad, la acción es mala. La ética 97 aristotélica es una forma de hedonismo y, como tal, las consecuencias que hacen de una acción una acción buena son la adquisición efectiva de la felicidad. ¿Pero cuál es la diferencia entre el hedonismo de Aristipo o de Epicuro y el de Aristóteles? ¿Cuál es el tipo de felicidad que debemos buscar según Aristóteles? Aristóteles parte de lo siguiente: todo lo que existe cambia o permanece en absoluta quietud. A su vez, todo lo que cambia, todo lo que se mueve, se mueve para alcanzar un fin. Es decir, se mueve, cambia, para llegar a algo. Del mismo modo, el hombre tiene una voluntad libre. Esa voluntad le permite realizar ciertas acciones. En este momento podemos preguntarnos, ¿qué es lo que mueve a la voluntad humana, para que haga algo? Al igual que todas las demás cosas que cambian, cuando la voluntad humana actúa lo hace con un fin, es decir, buscando algo. Ahora bien, los fines pueden ser de dos tipos: fines que valen como medios para conseguir otros fines, o fines que son fines en sí mismos, es decir, fines últimos. Un ejemplo de esto se da cuando estudiamos para conseguir un empleo. Estudiar es un medio para otra cosa, a su vez esa otra cosa puede ser un medio para otra. Es decir, buscamos un empleo para ganar dinero. Queremos ganar dinero para adquirir posesiones. Todos estos fines son fines que sólo tienen utilidad como medios. Pero si todo lo que hacemos sólo valiese para otra cosa, nuestra vida resultaría absurda. Ante la imposibilidad de conseguir algo que valga por sí mismo, nuestra voluntad se paralizaría. Por ello, tiene que haber fines que valgan por sí mismos, lo que Aristóteles llama fines últimos. Pues bien, el único fin último, según Aristóteles, es la felicidad. Ser felices no se busca en función de otra cosa, sino por sí mismo. Sin embargo, podríamos preguntarnos “¿qué se entiende por felicidad?” y seguramente cada persona contestará de manera diferente. Lo mismo sucede si se pregunta cómo se alcanza la felicidad. Por ello, antes de nada es pertinente explicar qué entendía Aristóteles por felicidad, y cómo se consigue. Según Aristóteles la felicidad se encuentra en que cada cosa llegue a ser lo que realmente es. En que la propia naturaleza de cada cosa se despliegue. Pues 98 bien, ¿en qué reside la auténtica naturaleza humana? Es decir, ¿qué es lo que hace al hombre ser hombre? Según Aristóteles, lo que diferencia a los hombres de los demás seres, es la voluntad libre y la razón. Por ello, la forma suprema de la felicidad se encuentra en guiar su voluntad por el conocimiento racional. La felicidad está, pues, en el conocimiento. Aristóteles no desconocía que el hombre no es exclusivamente un ser racional. El hombre tiene también un alma sensitiva, y en consecuencia, tiene apetitos nacidos de lo conocido a través de los sentidos, tiene deseos, pasiones, emociones, etc. Esos deseos y pasiones forman parte de la naturaleza humana, y son, según Aristóteles, los que con frecuencia nos guían a la infelicidad; por lo que también debemos someter esos deseos y pasiones a la razón. Al tipo de razón que se encarga de dirigir nuestro comportamiento en relación con los deseos y pasiones, es llamado por Aristóteles prudencia. Someter los deseos y pasiones a la razón y a la prudencia consiste en no dejarnos arrastrar por ellos. Aunque como tampoco podemos eliminarlos, lo que hay que hacer es controlarlos, esto es, impedir que nos arrastren de un lado para otro. A este control de las pasiones lo describe Aristóteles como mantenerse en el camino del medio. Por ejemplo, no debemos ser demasiado desvergonzados en el trato con los demás, ni demasiado tímidos, ambas cosas son producto de una falta de control de nuestras emociones. El control racional de nuestro trato con los demás nos llevaría en este caso a ser modestos, que es el punto medio entre la desvergüenza y la timidez. Aristóteles nos recomienda practicar determinadas costumbres, cultivando algunas virtudes, que nos llevarán a ser felices. Una virtud es un hábito, una costumbre, positiva, así como el vicio es un hábito negativo. Aristóteles agrupa estas virtudes en dos grupos: Por un lado están las virtudes intelectuales: hay cinco costumbres de ejercitar nuestro entendimiento que nos llevarán a ser felices. Cada una de estas costumbres se corresponde con un tipo de razón. Así una virtud es el conocimiento técnico, otra la prudencia, otra el conocimiento de los primeros principios de las cosas, otra la ciencia, y otra la sabiduría. 99 Por otro lado, están las virtudes que Aristóteles llama morales: consisten en guiar las pasiones, deseos y emociones por la prudencia, y mantenernos en el camino del medio. Para cada tipo de pasión hay una virtud, es decir, un camino medio. A modo de ejemplo, supongamos que nos encontramos en una batalla. La excitación del momento, la rabia de ver morir a nuestros amigos, o el ansia de gloria pueden arrastrarnos de tal modo que nos arrojemos salvajemente contra el enemigo sin pensar lo que hacemos. Esto puede poner en peligro innecesariamente nuestra vida y la de nuestros propios compañeros de lucha. A esta forma de dejarnos arrastrar por nuestras pasiones, le llamamos temeridad. Puede suceder también que adoptemos la actitud contraria, vista la fiereza de los enemigos y sus armas, podemos llenarnos de miedo y echar a correr. A esta forma de dejarnos arrastrar por nuestras pasiones, le llamamos cobardía. Someter las pasiones a la razón, a la prudencia, consiste en sopesar racionalmente la actitud que debemos tomar. Esto es una virtud que llamamos valor. Actividades de Aprendizaje Señala las principales diferencias entre la moral hedonista y la aristotélica, teniendo en cuenta que las dos son consecuencialistas Resuelve, si cabe, el aparente círculo vicioso que encontramos en Aristóteles: para ser virtuosos debemos realizar actos virtuosos; ahora bien, ¿cómo puede realizarse actos virtuosos si no se es ya virtuoso? ¿Qué crees que es preferible: que cuando se es joven se aprovechen todos los placeres aunque a veces se pueda dañar a alguien o que se sea siempre un virtuoso aunque esto exija muchos sacrificios? Razona la respuesta ¿Cómo puede entenderse que las virtudes se transformen en vicios por una simple diferencia cualitativa? 100 ¿Crees que en la ética de Aristóteles la búsqueda de la felicidad como bien supremo puede incorporar en su esquema la ley según la cual el fin justifica los medios? 6.4.3 Sesión 5. Utilitarismo Objetivos Conceptuales Que el estudiante identifique las diferencias entre el utilitarismo y las otras versiones del hedonismo Objetivos Procedimentales Que el estudiante identifique el desarrollo intelectual con la búsqueda de la felicidad Objetivos Actitudinales Que el estudiante asuma la responsabilidad por su felicidad como un deber moral Desarrollo Temático. Quizá la teoría ética más influyente en la actualidad, junto con la ética kantiana, sea el utilitarismo. Al igual que el resto de teorías éticas que hemos examinado hasta el momento, el utilitarismo pertenece al grupo o familia de teorías teleológicas o consecuencialistas que buscan la felicidad. Fue desarrollada por el filósofo inglés Jeremy Bentham y posteriormente refinada por su discípulo John Stuart Mill, su más importante representante. Bentham, en su obra Introducción a los principios de moral y legislación, afirmaba que el objetivo último de todas las acciones, normas o instituciones debía ser la satisfacción de los placeres y el goce de la vida. De este modo, planteó lo que será conocido en toda la tradición ética como el principio de utilidad, un principio que serviría de base para juzgar cualquier acción en cualquier circunstancia. Esta doctrina afirmaba que una acción era 101 correcta desde el punto de vista moral si y sólo si sus efectos lograban ‘la mayor felicidad para el mayor número’, y mala si producía lo contrario. Es decir, que el grado de utilidad de una acción queda determinado en cuanta felicidad resulte para el mayor número posible de beneficiados. De esta forma, para determinar si mi acción es correcta o incorrecta desde el punto de vista ético debemos entonces, según Bentham, realizar un cálculo que nos permita decidir si, en última instancia, se produce más dolor o, en caso contrario, más placer. Este cálculo llevó a pensar a Bentham que, siendo la cantidad la misma, jugar billar era tan bueno como, por ejemplo, realizar ejercicios de matemática. Esta es precisamente la diferencia entre Bentham y Stuart, (2012) pues para este último existen placeres que son cualitativamente distintos y más valiosos que otros, a los cuales llamó placeres superiores. Esta diferencia entre placeres superiores y placeres inferiores viene dada por la naturaleza misma del ser humano. Los placeres superiores son aquellos que representan la satisfacción de las facultades más elevadas de los individuos, de aquellas facultades que nos diferencian del resto de los animales. Esto es precisamente a lo que se refería Bentham y Stuart, (2012) cuando sentenció, de manera célebre en su libro que lleva precisamente el nombre de Utilitarismo, que ‘es mejor ser un humano insatisfecho que un cerdo satisfecho, mejor ser un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho’. Bentham y Stuart, (2012) modificó el principio de utilidad de Bentham de la siguiente manera: Una acción es buena si y sólo si aumenta la felicidad total o disminuye el dolor más que cualquiera de sus alternativas. Por felicidad entendió la satisfacción del placer y la ausencia del dolor, por infelicidad el dolor y la ausencia del placer (p. 9). 102 Si nos extendemos en el racionamiento propuesto por el utilitarismo de Mill, podríamos afirmar que en esta teoría ética la felicidad de los individuos, de cada uno, depende de la de los demás. Es decir, en la medida en que logro la felicidad de los demás consigo también la propia, de manera que para un individuo resulta útil lograr la felicidad del conjunto en el que se encuentra inmerso. Buscar lo útil consiste en ser práctico, valorar las cosas de manera distinta según el uso que se haga de ellas. Un cuchillo en sí mismo no es ni bueno ni malo, resultará bueno si le sirve al conjunto de los individuos para cortar pan o tallar madera y malo si lo utilizan para matarse. Por tanto, lo malo es lo inútil para conseguir la felicidad y lo bueno es lo útil para lograrla. No es correcto decir que un cuchillo puede ser útil para matar, ya que el utilitarista, reserva el calificativo de útil, tan sólo para aquello que, manejado de determinada manera, proporciona bienestar al mayor número. Teniendo en cuenta lo anterior, las preguntas que deben interesarnos en este momento son ¿Cómo puede relacionarse la doctrina ética planteada por Mill con el desarrollo de la vida militar?, ¿Es aceptable el ejercicio militar dentro de la doctrina utilitarista? Para responder a esto debemos tener en cuenta que la formación de un ejército nacional, sería justificable sólo en caso de que la felicidad general de los civiles se vea de alguna manera maximizada, o con ello se minimice el dolor o infelicidad general. En otras palabras, desde la ética utilitarista, la formación de un ejército sólo es útil si tiene como fin defender a los ciudadanos de los ataques de otro ejército agresor o invasor que intente alterar la soberanía del estado evitando que se ejerza coerción o fuerza innecesaria sobre la población civil El Utilitarismo está expresamente desarrollado en los fundamentos teóricos de este proyecto de investigación. Actividades de Aprendizaje ¿Se puede deducir de la doctrina utilitarista la afirmación maquiavélica de que el fin justifica los medios? ¿Crees que es recomendable esta postura? ¿Por qué? 103 ¿Consideras que aquello que es preferido por la mayoría suele coincidir con lo mejor? Si no coincide, ¿crees que la mayoría tiene derecho a hacer prevalecer sus derechos? Distingue entre la utilidad personal y la utilidad para la mayoría Realiza un texto breve del utilitarismo en el cual expongas sus principales virtudes y defectos El utilitarismo de se plantea diversos problemas. En primer lugar, si el hombre debe buscar aquello que produzca mayor felicidad a la mayoría, ¿quién es quien debe decidir que una cosa da más felicidad que otra? Bentham y Stuart, (2012) afirmó que esto debe hacerse por sufragio de la mayoría más culta, aquella que ha tenido más oportunidades, los mejores. Bentham creía que debía ser por sufragio universal. Es decir, el primero introduce la cualidad frente al recuento únicamente cuantitativo del segundo. ¿Qué postura te parece más justa? ¿Por qué? 6.4.4 Sesión 6. La Ética Kantiana Objetivos Conceptuales Que el estudiante identifique las diferencias entre el utilitarismo y las otras versiones del hedonismo Objetivos Procedimentales Que el estudiante identifique el desarrollo intelectual con la búsqueda de la felicidad Objetivos Actitudinales Que el estudiante asuma la responsabilidad por su felicidad como un deber moral 104 Desarrollo Temático. En contraposición con el resto de teorías que hemos visto hasta ahora, la ética kantiana no es una ética consecuencialista sino deontológica. Lo cual quiere decir que el factor éticamente relevante no está dado por las consecuencias que se sigan de determinada acción sino por el simple cumplimiento del deber, de tal forma que la acción es buena si y sólo si se cumple con él. Pero antes de empezar de lleno con este breve resumen de la ética propuesta por Kant hay que mencionar una distinción previa que él propone: la de éticas materiales y éticas formales. Esta distinción se desarrolla así: son éticas materiales aquellas éticas que afirman que la bondad o maldad de la conducta humana están ligadas a algo que se considera un bien supremo para el hombre: las acciones serán, por tanto, buenas cuando nos acerquen a la consecución de tal bien supremo, y malos cuando nos alejen de él. Las éticas materiales suponen que hay bienes, cosas buenas para el hombre, y determinan cuál es el bien supremo o fin último del hombre. Según Kant, dependiendo de cuál sea el bien supremo, la ética establece normas o preceptos con el fin de alcanzarlo. Habiendo hecho la anterior aclaración, debemos afirmar que Kant rechaza las éticas materiales, y presenta lo que según él constituyen sus errores. En primer lugar, las éticas materiales son empíricas, o a posteriori, es decir, su contenido está extraído de la experiencia; por lo que sus principios no pueden ser universales, pues sólo lo a priori puede serlo. En segundo lugar, sus cánones son hipotéticos o condicionales. No valen de manera absoluta, sino sólo de modo condicional para conseguir un cierto fin. Esto impide también que sean universalmente válidas. Por último, son heterónomas. Es decir la voluntad es determinada a obrar de un modo u otro por el deseo o inclinación a algo. Kant (1998) afirma que una ética que pretende ser universal y racional no puede ser material, sino que debe ser formal. La ética ha de estar vacía de contenido, es decir, no debe establecer ningún bien o fin que haya de ser perseguido. De este modo la ética formal se limita a señalar cómo debemos obrar siempre, sin importar las consecuencias de la acción. Para Kant, (1998) un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber. 105 El deber es, según Kant, “la necesidad de una acción por respeto a la ley” (p. 16) es decir, el sometimiento a una ley, no por la utilidad o la satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos, sino por respeto a la misma. Ahora bien, en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Kant afirma que lo único bueno en sí mismo, es decir, aquello que constituye el summun bonum, es la buena voluntad. La buena voluntad es precisamente buena porque se somete, por sí misma, a la ley moral. Todo ser racional, por el hecho de ser racional, ha de imponerse él mismo la ley moral. ¿Cómo se relaciona la razón y la moral? La conducta moral tiene que ver con la Razón porque está sometida a principios y vinculada con lo universal, y sólo la razón es capaz de permitir este vínculo. Se podría decir que la razón tiene una doble vertiente según su uso: Teórica y Práctica; La Razón Teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas; mientras que la Razón Práctica se ocupa de cómo debe ser la conducta humana; es decir, no le interesa el ser sino el deber ser. Por otra parte la Razón Teórica formula juicios, proposiciones con la forma "A es B"; mientras que la razón práctica formula preceptos con la forma “debes hacer X". ¿Pero en qué consiste la ley moral q depende de la razón práctica? La ley moral es lo que manda el imperativo categórico. Kant formuló 5 versiones del imperativo categórico, que a su vez dedujo de nuestra racionalidad. Por ello, como seres racionales, se nos impone la ley moral. Las versiones del imperativo categórico son las siguientes: Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu actuación se convierta en una ley universal. Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza. Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio. Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines. 106 Obra según máximas que puedan al mismo tiempo tenerse por objeto a sí mismas, como leyes universales. De estos imperativos categóricos se desprenden unos deberes perfectos, deberes que están por encima de las contingencias propias de la vida y que son de obligatorio cumplimiento independientemente de las circunstancias que lo acompañen. Son deberes perfectos todos aquellos cuya negación, al ser universalizada, constituye una contradicción. Por ejemplo, si una persona realiza un préstamo con la intención de no pagarlo, y si universalizamos esa máxima, el resultado evidente sería que ya nadie prestaría dinero porque se sobreentiende que nadie tiene la intención de pagar. Como vemos, para Kant, la moralidad ubica al hombre en el umbral de la religión. Sin embargo, aunque lleva hacia ella, no es su objetivo porque el hombre no debe tender a la felicidad, sino a la racionalidad. La religión sirve como esperanza para la moralidad. Actividad de Aprendizaje. De las siguientes situaciones indica cuál sería para Kant una acción moral y cuál no lo sería: Un hombre se ha quedado sin trabajo y tiene que alimentar a su familia. Su situación es muy miserable. Por la calle se cruza con un señor al que en ese instante se le cae la cartera del bolsillo. Aún a sabiendas de que con el dinero que contiene la billetera puede alimentar a su familia, decide devolverla porque piensa que es su deber Una persona está presenciando una disputa callejera entre tres hombres. Al cabo de un rato abandona el lugar y se echa a andar. De pronto, ve pasar corriendo a uno de los hombres mientras es perseguido por los otros dos para asesinarle. Ya que le han perdido de vista, estos hombres le preguntan por la dirección que tomó aquel, y él, pensando en salvar a aquel hombre, miente sobre ello. Un hombre que está muy bien situado y que ve que hay otros que se encuentra en la miseria y que necesitarían su ayuda, adopta la máxima de no preocuparse por los demás. ¿Puede este hombre hacer de esta máxima una ley universal? 107 ¿Te parece bueno el siguiente argumento?: el suicidio no puede ser universalizable, porque si así fuera se acabaría con la raza humana. Por consiguiente, según Kant, no podemos tomar la castidad como norma moral, sino que debemos rechazarla. Un hombre en una situación angustiosa sólo puede librarse del apuro formulando una promesa que no tiene la intención de cumplir. ¿Está bien que la formule? Responde esta pregunta según tu propio criterio de moralidad y luego aplica el imperativo categórico a esta situación y valora los resultados. Pon dos ejemplos en los que se actúe conforme al imperativo categórico y otros dos en los que se actúe por respeto a él. 6.5 MÓDULO 3. ÉTICA Y VIDA MILITAR 6.5.1 Sesión 7. Ética y Autoridad Objetivos Actitudinales Reconocerse como único agente moral responsable moralmente de sus actos Objetivos Conceptuales Diferenciar entre las éticas autónomas y las éticas basadas en autoridades Desarrollo Temático. Es bastante frecuente encontrar la suposición según la cual las normas o principios éticos dependen de alguna autoridad que instituye de algún modo esas reglas. Dios, la cultura, el estado, la sociedad, etc., son distintas autoridades que justifican teorías éticas tales como la teoría de las órdenes de Dios, el culturalismo, y la teoría del relativismo moral, respectivamente. 108 Lo común en todas estas teorías es que las razones que deben conducirme a actuar moralmente se encuentran afuera de mí, es decir, que yo como individuo moral estoy sujeto a unas autoridades externas que me ordenan cómo debo actuar. En cierto sentido, considerar la moralidad como esencialmente autoritaria tiende a restarle importancia a lo que, paradójicamente, constituye la naturaleza de la moralidad: la libertad. Decimos que las autoridades tienden a restarle importancia a la libertad porque lo que debo hacer está prefijado, de tal forma que las razones que se tengan para actuar moralmente no pueden residir en mi capacidad de seguir un curso de acción u otro, sino simplemente en que mi acción se ajuste a lo que la autoridad permite. En este caso, no puede haber deliberación y crítica, sino meramente sometimiento. No obstante, la libertad, entendida como libre albedrío, como la capacidad de tomar decisiones sobre qué acciones seguir y qué acciones evitar, es un prerrequisito de la ética. En efecto, sin esa capacidad de elegir la ética carecería de sentido. ¿Cómo alguien puede ser responsable de una acción que él no eligió realizar? Una persona no puede ser responsable de una acción que no eligió realizar, sólo puede ser responsable de cometer un acto o de omitirlo cuando tenía la oportunidad de seguir una alternativa diferente, un curso de acción distinto. De allí que si estamos determinados a actuar única y exclusivamente de una sola manera, las nociones de culpabilidad, responsabilidad, bueno y malo, y con ellas la ética entera, pierden todo sentido y carecerían de algún significado medianamente inteligible. No obstante lo anterior, existen personas que insisten en considerar que la ética es esencialmente relativa a una autoridad. Que lo bueno y lo malo dependen, como en el caso del relativismo cultural, de las costumbres aceptadas por una cultura determinada. De este modo, si en una cultura es costumbre extirpar el clítoris tal costumbre es buena, por lo menos en esa cultura, aun cuando las mujeres de allí piensen lo contrario. Y aquella mujer que no desee someterse a esa práctica carecerá, entonces, de las ‘buenas’ costumbres y será, por tanto, una mala persona desde el punto de vista ético. 109 Pero detengámonos un poco más en la teoría del relativismo moral y mostremos cuáles son sus principales falencias. Comúnmente, los relativistas argumentan de este modo: Para que la moralidad sea objetiva y no dependa de lo que cada cultura opine al respecto, todas las culturas deberían tener el mismo sistema de códigos morales. Todas las culturas tienen costumbres y códigos morales distintos Por tanto, lo bueno, malo, justo o injusto, depende y debe ser relativo y depender de lo que cada cultura piense. A simple vista parece que el relativista tiene buenas razones para sostener su tesis. Sin embargo, si examinamos el argumento un poco más de cerca, veremos que la premisa número uno es falsa. El relativista se equivoca al suponer que la verdad o falsedad de las valoraciones morales depende de lo que es aceptado. No tenemos que buscar un código moral universalmente aceptado, porque lo que es verdad no depende de lo que se es creído. De hecho, el consenso no implica en ningún modo la objetividad. Aunque todos pensemos sobre un tema de manera unánime, sin discordia, ello no asegura que lo que pensemos sea verdad. Puede que, con todo, todos estemos equivocados. Lo cual quiere decir también que, a veces, el ejemplo de la sociedad y la cultura no es la mejor guía para actuar. Necesitamos poner nuestra inteligencia en la deliberación sobre lo que es correcto o no, aun cuando nuestra decisión choque con lo comúnmente aceptado. Para actuar moralmente no es suficiente actuar según lo establecido. Otro argumento de los relativistas tiene que ver con la tolerancia para con otras culturas. Su opinión es que la aceptación del relativismo moral promueve la tolerancia entre las culturas, mientras que la objetividad promovería lo contrario. Sin embargo, esto es un error. Y esto por tres razones. En primer lugar, los relativistas confunden objetividad con dominación. Por ejemplo, podemos afirmar que quizá sea moralmente incorrecto que un país desarrolle armamento nuclear, pero de allí no se sigue que sea correcto moralmente invadir o someter a ese país. 110 En segundo lugar, si debemos ser tolerantes con todas las culturas esto implica que, objetivamente, esto es verdadero. Y, por último, hay que señalar que el argumento es autodestructivo porque si, digamos, para una cultura es costumbre la esclavitud, el racismo o la intolerancia frente a otras culturas, ¿qué se sigue de ahí? ¿Acaso no se sigue que para ellos la intolerancia y el racismo son buenos? En ese caso, el argumento a favor de la tolerancia se vuelve contra sí mismo. Pero tal vez el peor defecto de esta teoría y de todas las que definen los términos evaluativos en términos de una autoridad es que son teorías que responden a una pregunta mal planteada. La pregunta no es quién define lo que está bien y lo que está mal, sino qué factores hacen que una acción sea buena o mala. En el desarrollo de la actividad militar es aceptado que los códigos de conducta éticos sean propuestos y vigilados por ciertas figuras que representan la autoridad. Esto se apoya en el valor de la obediencia, el cual será explicado más adelante, sin embargo es imperativo que los militares profesionales puedan distinguir claramente entre los intereses de los estados, naciones o gobiernos, y los intereses de la humanidad, y establecer así una obligación de prioridad respecto de estos últimos. De este modo, es importante construir una ética militar que concuerde con la exigencia de un principio de humanidad. Este principio se puede definir de la siguiente forma: "Todos los hombres, de cualquier raza, nacionalidad, sexo, edad, opinión, religión, pertenecen a una humanidad común, y todos ellos tienen un derecho imprescriptible al respeto de su vida, de su integridad y de su dignidad". Este principio, situado en el núcleo mismo del bien común del mundo globalizado, contiene tres elementos: en primer lugar, la universalidad del hombre. En segundo lugar, el valor de la persona humana, de su vida, de su integridad, de su dignidad. Y finalmente, el imperativo de actuar por un mundo mejor. Los cuales deben ser tomados en cuenta como los objetivos de cualquier código de ética militar. Actividades de Aprendizaje 111 Explica cómo fundamentarías el quinto mandamiento de la ley de Dios ‘no matarás’ no desde la religión sino desde la ética ¿Crees que el deber está fundado sobre los valores? Si respondes afirmativamente, pon ejemplos concretos; si respondes negativamente, razona también tu respuesta El relativismo ético puede darse desde distintas perspectivas. Una de ellas, la que arriba hemos mencionado, es el llamado relativismo cultural según el cual distintas culturas tienen diferentes normas morales, que la moral está en función de la cultura de cada sociedad. Pon 5 ejemplos en donde esto se haga patente y donde se constate que muchas de las normas morales que nuestra cultura tiene como inamovibles, en otras culturas no sólo están permitidas, sino que además constituyen su ley. En una película se ponía en evidencia el problema de un testigo de Jehová: su hija sufre un accidente y para salvar su vida es preciso practicarle una transfusión de sangre. El padre se niega a ello ya que su religión no se lo permite; su hija fallece. Valora este hecho desde el punto de vista del relativismo. Si se considera inmoral matar, ¿es justificable la acción de un gobierno que mantiene la pena de muerte? Si toda la moral nos viniese a través de la educación, de la cultura, de la sociedad…, nuestra libertad y voluntad quedarían reducidas a nada porque cualquier conducta podría justificarse desde el exterior. Analiza esta afirmación y juzga su grado de verdad o de falsedad. 6.5.2 Sesión 8. Estado/Libertad Individual Objetivos conceptuales Identificar el carácter de los conceptos de Estado y de libertad individual. 112 Objetivos procedimentales Identificar la correlación y la conjugación de los conceptos de Estado y de Libertad individual. Objetivos Actitudinales Asumir su libertad con relación a su responsabilidad con la sociedad. Desarrollo Temático. Parece natural al ser humano estar sujeto a algún tipo de autoridad, o ejercicio de poder reconocido como Estado, el cual tiene la capacidad de castigar a los individuaos según unas leyes antes establecidas; el problema surge al aceptar como incorrecto el que un individuo viole la libertad de otro, mientras que juzgamos como adecuado que el Estado restrinja libertades individuales en ciertos casos. Este es el que podríamos llamar el problema de la libertad individual. Antes de profundizar en este problema, es pertinente aclarar los conceptos involucrados en el tema. En primer lugar, podríamos definir la libertad individual como el momento de autonomía o libertad del individuo respecto a toda coacción por parte de otros individuos o de alguna institución social hacia él. Tengamos en cuenta que la coacción implica la intervención deliberada de otros seres humanos dentro del ámbito en que podría actuar si estos no intervinieran. Este tipo de libertad es llamado en la filosofía política como libertad negativa, y se define por la ausencia de imposición externa al individuo que desee llevar a cabo un curso de acción determinado. El segundo concepto involucrado en esta discusión es el de Estado. Muchos pensadores de diferentes épocas han reflexionado sobre el estado intentando definir su esencia y su función con respecto al individuo y a la sociedad. Sin embargo, este concepto político, que siempre ha estado estrechamente ligado al concepto de poder, se utiliza comúnmente para designar cierta forma de estructura social soberana y coercitiva, 113 compuesta por un conjunto de instituciones que tiene el poder de regular la vida nacional en un territorio determinado por medio de un conjunto de leyes que intentan regir la vida de los individuos habitantes de dicho territorio. Otra manera de definir el concepto de estado, colocándolo en un contexto de funciones y obligaciones, es como unidad de carácter institucional que en el interior de un territorio monopoliza para sí el uso de la fuerza legal. Por ello se hallan dentro del Estado instituciones tales como las fuerzas armadas, la administración pública, los tribunales y la policía; adjudicándole así las funciones de defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras como las relaciones exteriores. Resumiendo, el Estado es el conjunto de instituciones que se encarga, entre otras cosas, de regular, por medio de leyes, los comportamientos de los ciudadanos; es decir, la función del estado es restringir o ejercer algún tipo de coacción sobre lo que anteriormente definimos libertad individual. ¿Pero cómo podemos justificar esto? Aparentemente las creencias como que la existencia de un Estado es necesaria y que está bien que un grupo o entidad tenga la legitimidad de aplicar sanciones, se encuentran en el imaginario de todas las sociedades. A continuación miraremos las razones teóricas que justifican la existencia del Estado. Thomas Hobbes, en su obra Leviatán, justifica la existencia del Estado a partir de la descripción de un ejercicio imaginario denominado Estado de Naturaleza. En este Estado, no existe ninguna organización o forma de gobierno, ni mecanismo para regular las acciones de los hombres. Hobbes presupone que todos los hombres están en iguales condiciones, por lo que tienen los mismos derechos; además de esta característica, sostiene que la razón primordial que motiva de manera egoísta la conducta humana es la satisfacción de sus deseos. Las dos condiciones sumadas, la igualdad y el egoísmo, piensa Hobbes, convergerían en una inseguridad generalizada, ya que nadie podría estar seguro de conservar sus 114 posesiones; lo que daría origen a una guerra sin ningún tipo de restricción moral, ya que, nos dice el autor, el derecho fundamental es el de preservar la vida propia, por lo que estaría permitido que un individuo haga cualquier cosa a otro sin recibir castigo alguno. En este momento se propone la creación de un Estado civil, a partir de la realización de un convenio o contrato. En dicho convenio el Estado deber tener el poder sobre los individuos y el uso de la fuerza debe ser monopolizada, aquí el gobierno administra, por decirlo de alguna forma, los derechos de cada individuo. El problema de la propuesta de Hobbes es que esto limita de muchas maneras la libertad individual, y se corre riego de que el Estado actúe de manera arbitraria. Aceptar la necesidad del Estado, en particular el Estado propuesto por Hobbes- es aceptar que la libertad individual debe estar restringida por mecanismos que propendan por los intereses colectivos. En 1685, el filósofo británico John Locke, escribió Carta sobre la tolerancia, en el cual se afirma que la validez de un Estado radica en el grado de aceptación que la sociedad tenga de él, en otras palabras, un Estado se justifica si los ciudadanos están de acuerdo con él. Por otra parte, como lo expresa Locke, el Estado, de manera legítima, puede utilizar su poder de coerción únicamente para impedir que un individuo viole los derechos de otro. Teniendo en cuenta lo anterior, la pregunta más lógica podría ser ¿pero qué pasa, entonces, con la libertad individual? Frente a esta cuestión, debemos responder que la coacción del Estado tiene unos límites que no está autorizado a traspasar; así como la libertad individual, aunque parezca una contradicción, debe estar regulada por la mano estatal para garantizar que no se sobrepase ocasionando perjuicio a otros individuos de la sociedad. La libertad en sentido estricto, así como el papel regulador absoluto del estado, son conceptos que deben ser degradados y matizados en pro de la normal convivencia social. 115 Actividad de aprendizaje En el “periódico” del día de 1 de agosto de 1983 aparecía la siguiente noticia: Testigo de Jehová, muerto por no querer sangre Valencia. El testigo de Jehová Francisco Rubio, falleció en el hospital clínico de Valencia al negarse a recibir una transfusión de sangre tras sufrir un accidente de tráfico. Los padres y hermanos del fallecido se habían dirigido a las autoridades para que obligaran a Francisco Rubio a recibir el tratamiento adecuado sin resultado alguno, ya que su esposa estuvo de acuerdo con la decisión del marido, que deja a tres huérfanos menores. ¿Crees que se debe respetar la libertad de este individuo antes que intentar salvar su vida. Juzga la frase: “mi libertad termina donde empieza la del prójimo. Busca ejemplos en los que consideras que entran en conflicto las normas del Estado con la libertad individual. Explica tu respuesta ¿Crees que el estado, en pro del bien común, debe coartar las libertades individuales? Explica tu respuesta. 6.5.3 Sesión 9. Ética y Vida Militar Objetivos conceptuales Identificar los valores y virtudes de la vida militar. Objetivos procedimentales 116 Reconocer el actuar ético de los militares siguiendo la cadena de mando. Objetivos actitudinales Asumir con su libertad con relación a su responsabilidad con la institución. Desarrollo Temático. Más que la mayoría de las otras profesiones, la profesión militar exige de sus practicantes adoptar una postura moral seria dado que sus decisiones pueden significar terminar la vida de una o varias personas en una sola acción. El militar debe constantemente pensar en la conservación de los derechos de sus ciudadanos. Sin embargo, antes de empezar a discutir el tema en cuestión, es importante recordar una distinción que anteriormente fue mencionada. Es preciso diferenciar entre las normas éticas, por un lado, y las leyes, códigos y reglamentos por el otro. Es importante señalar estas diferencias porque las que entran en el campo jurídico o militar utilizan el medio coercitivo para hacer cumplir la ley, sancionando lo legal y lo no legal. Por el contrario, la ética no tiene una base jurídica vinculante que alcance niveles de penalidad jurídica. Como vimos en apartados anteriores, Kant afirmaba que nuestra capacidad de razonar demanda de nosotros un trato imparcial hacia las demás personas; no hay razón para pensar que podemos vernos como una excepción de la regla. Todos, si tenemos la capacidad de razonar, estamos comprometidos a seguir el imperativo categórico. Una buena voluntad es aquella que se somete libremente a la ley moral de tal imperativo; así mismo afirma que la razón nos demanda un trato digno y respetuoso hacia las demás personas. De acuerdo con lo enseñado por Kant, un militar que exige lealtad de sus subordinados, debe tomar la función de evaluarlos con responsabilidad y de manera justa; debe tratarlos con dignidad y respeto; obedeciendo y actuando bajo los principios morales que la razón nos indica. Del mismo modo si un superior legítimo nos ordena hacer algo 117 inmoral, como por ejemplo matar gente inocente, no es posible tener la obligación moral de obedecer esa orden: y si uno obedece, tal obediencia no es virtuosa sino viciosa. Los seres humanos dentro de su contexto social, construyen sus propios valores, su ética y su moral basándose en su cultura, sus creencias religiosas, o alguna ideología filosófica. De la misma forma, las instituciones militares crean sus valores morales con base en los deberes u obligaciones que la ley prescribe, al prestigio institucional y a las virtudes castrenses. Estos elementos y el concepto del deber proporcionan al militar las fuerzas necesarias para cumplir con las innumerables exigencias de su trabajo y las más grandes dificultades, aun aquellas que pongan en peligro su vida, en pro de la conservación de su institución y el de su patria. A pesar de que su obligación es para con la patria, todo miembro de las fuerzas militares vigila a sus subordinados y es vigilado por sus superiores, o por los códigos que reglamentan su conducta y el curso de sus acciones. Por lo que se hace necesario el desarrollo colectivo de un pensamiento crítico que ayude a completar las ausencias y los casos no contemplados en los códigos, y a desarrollar una conciencia reflexiva en el militar que le permita reaccionar de forma autónoma conforme a una línea de pensamiento moral. Este pensamiento crítico solamente puede desarrollarse a partir de una educación cívica y política. Ella debe responder a las cuestiones básicas del tipo por qué hacer parte del ejército y por qué luchar, y presentar imparcialmente los diferentes tipos de respuesta. Esta educación política debe basarse en el ejemplo propio, ya que es la mejor forma de enseñar a los subordinados los valores políticos y sociales necesarios para el buen desarrollo de su actividad, una educación política bien orientada a la que se añade una idea concreta del orden constitucional liberal y democrático de la nación. Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta, es que la fuerza militar -que se encarga al ejército por el Estado- no tiene la opción de actuar inmoralmente. Por lo tanto, ordenar es una actividad que va más allá del mando y la legalidad. Es hacerlo también de una determinada manera, consiente, razonable y, a la vez, con inclinación hacia las 118 leyes, de una manera que es valorada y seguida por sus subordinados. Es decir, cuando el mando se ejerce de esa forma es también liderazgo. De ahí que un mando que piense cómo hacer las cosas, cuidando el seguimiento de las pautas éticas que caracterizan la profesión militar, jamás transformará a las Fuerzas Armadas en un instrumento de violación de los derechos humanos. ¿Pero cuáles deberían ser las pautas éticas de la profesión militar? La primera a ser considerada es la valoración de la paz por sobre la guerra. En apariencia, esto sugiere la negación o contradicción de la profesión militar. Pero no es realmente así. Ya que concentrarse en desarrollar y mantener un estado pacífico no tiene por qué obstaculizar la preparación de un ejército para actuar eficientemente. Sin embargo, esto sí cambia el enfoque acerca de cómo cumplir una misión. Según este enfoque, el militar cumple mejor su misión cuando impide la guerra que cuando entra a un estado de beligerancia, por ejemplo. La segunda pauta ética se puede definir como: preferir la paz enfatiza la virtud de la contención. La contención es el componente primordial de un uso controlado de la fuerza. La contención es una virtud de los fuertes; pues esta requiere la capacidad del autocontrol mediante la voluntad y la razón. El monopolio del uso de la fuerza es un poder que sólo las fuerzas militares tienen en la sociedad, y su uso debido es producto de la contención. No sólo para inhibirse de obtener ventajas indebidas del poder político, sino para usarlo sólo contra el enemigo y no contra civiles o no-combatientes. La contención expresa poder y responsabilidad, y forma parte integral del concepto de guerra justa. Mientras más poderío militar se tiene, mayor es la exigencia de contención. Ejercer la máxima contención en el uso de la fuerza, empleando sólo la necesaria para cumplir con los objetivos trazados. En tercer lugar encontramos la obediencia como una virtud militar y una obligación moral al mismo tiempo. La razón nos indica que nadie debe realizar acciones que puedan catalogarse de inmorales. Sin embargo, todo militar tiene entre sus obligaciones recibir y emitir órdenes, pero como cualquier ser humano, un militar es un individuo de la 119 sociedad, y por más estricto que sea su papel en la estructura militar, no puede ignorar sus obligaciones como miembro de la sociedad para llevar a cabo acciones que puedan catalogarse como incorrectas moralmente. Se actúa moralmente al obedecer a un superior legítimo. Como no se permite a los seres humanos hacer algo que es inmoral, como por ejemplo matar injustificadamente, una orden de ese tipo no es obligatoria, y es inmoral obedecerla. Recordemos pues que los actos no son buenos o malos por una orden sino por lo que son en sí mismos o por sus resultados. En el campo militar la obediencia que se debe es a la autoridad legítima, y ella está siempre especificada en las normas de organización de la rama. Los rangos indican una jerarquía de autoridad y los enlaces internos delimitan las zonas de mando legítimo. Las órdenes legítimas que provienen de autoridades legítimas en áreas donde ellas tienen la autoridad para tomar decisiones y dar órdenes, deben someterse siempre a la restricción de que ellas no sean inmorales. Por lo tanto, es de la ética elemental de quien ejerce el mando no dar órdenes inmorales. Se deben obedecer todas las órdenes legítimas, pero sólo las legítimas. Y se debe tratar a los subordinados como seres racionales y morales, dignos de respeto y nunca ordenarles algo inmoral. Una cuarta pauta a ser considerada es la responsabilidad del mando. Las órdenes no siempre son instrucciones para realizar una tarea específica, sino disposiciones amplias. Señalan un objetivo y recomiendan el uso de los medios pertinentes. En la profesión militar, donde la operación es realizada por un grupo de personas que deben estar sincronizadas, la formación de los recursos humanos está orientada a una aceptación inconsciente y rutinaria de las órdenes. Además, las órdenes se van descomponiendo en acciones a medida que descienden en la cadena de mando estableciendo una cierta discrecionalidad respecto de los medios. Por ello el mando superior es responsable moralmente del sentido y de los resultados de la cadena de actos que inicia. Un buen comandante debe preocuparse de cómo se realiza finalmente una tarea, fijar sus límites y deliberar si sus órdenes son justificables y si se pueden realizar moralmente. Por todo lo anterior la formación estricta de un oficial en el respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y de sus subalternos es 120 esencial en una institución jerarquizada, porque cuando se da una orden se delega autoridad, pero nunca la responsabilidad, la que permanece con el que da la orden. Quien ejerce el mando es responsable de lo que ordena y de cómo se llevan a cabo sus órdenes. Para terminar esta sección, podríamos considerar que la última pauta ética a tener en cuenta es la del ejemplo como una virtud esencial del liderazgo. Las Fuerzas Armadas son preparadas para cumplir órdenes que implican reacciones inmediatas y obedientes frente a un superior. Sin embargo, hay quienes afirman que de cierto modo es contradictorio introducir consideraciones morales; pues con ello no se tiene en cuenta la naturaleza de la profesión ni el significado de una orden en el funcionamiento de una institución armada y jerarquizada. A pesar de esto, la obediencia que se espera de un soldado es perfectamente compatible con negarse a hacer algo inmoral. En primer lugar, no todas las órdenes requieren una reacción inmediata. En segundo lugar, ellas se derivan a espacios operativos menores generando ámbitos o grados de discrecionalidad en los medios, que obligan a quienes las ejecutan a pensar en cuáles son los medios más apropiados para llevar a cabo el cumplimiento de una orden. Es aquí cuando se manifiesta la formación integral del militar, su profesionalidad, su capacidad de mando y liderazgo, y los códigos de conducta a que está sujeto. El automatismo irracional sería lo contrario a la contención y a la razonabilidad que se exige incluso en situaciones extremas. El asunto central a ser considerado aquí, es que un militar nunca debe ordenar a los subordinados hacer lo que él mismo no haría en situación similar. Los Valores Militares. Los siguientes valores son tomados, en su gran mayoría, del Manual de Derechos Humanos para las Fuerzas Armadas. Honor. debe ser considerado el principio fundamental del sujeto militar. Puede considerarse como el reflejo de los valores del grupo con el que la persona se identifica, pues expresa una valoración de sí mismo en los mismos términos que se 121 emplean para valorar a los demás. Además de ser un valor esencial para articular un grupo, el honor militar es un honor moral, derivado del íntimo convencimiento de la virtud profesional. Por lo tanto, no es una apariencia sino una realidad, y se refiere fundamentalmente al comportamiento en sí y no sólo al juicio de los otros. El honor militar es colectivo, y participan de él los que visten uniforme. Como obligación recae en cada uno de los miembros del grupo y se simboliza en aquellos elementos que los miembros del grupo portan, como banderas, emblemas, escudos de armas o uniformes, a través de los cuales se reconocen entre sí. El honor se relaciona de una manera muy estrecha con la forma como una organización militar estructura su carácter para el uso de la fuerza. Como la articula y la somete a las reglas para su empleo. El carácter en el uso de la fuerza es una expresión cultural, que forma parte del sujeto ligado a la institución. Ello tiene una estrecha relación con los elementos normativos, es decir con la legalidad de su uso, que es la primera de las reglas a respetar. Pero el tema va más allá y se adentra hasta las raíces más profundas del Código de Honor del militar: Un militar lo será toda la vida. El valor de la contención, es decir la capacidad de abstenerse en el uso de la fuerza o usarla de una manera reflexiva y austera no es un problema de legalidad sino de cultura o educación individual. Y es determinante en la capacidad de una institución militar para conectarse y armonizar con otros intereses de la sociedad, entre ellos la defensa de los derechos humanos, sin perder el centro de su obligación profesional. Profesionalismo. La gran mayoría de los militares teóricos coinciden en señalar que para que las fuerzas armada puedan alcanzar un nivel de desarrollo reconocido como profesionalidad, las Fuerzas Armadas deben recorrer un largo camino llamado proceso de profesionalización. La profesión militar es una carrera completamente desarrollada, que contiene las características de una profesión. Estas pueden ser definidas como: destreza, corporatividad y responsabilidad. Según esta línea de pensamiento, los militares deben 122 cumplir con sus órdenes sin tener en consideración inclinaciones políticas u otras consideraciones no militares. Por otro lado, podríamos definir el proceso de profesionalización como aquel en el cual los miembros de una labor siguen un procedimiento de aprendizaje y adquieren un conjunto de conocimientos técnicos y un conjunto de normas operativas. Debemos agregar que estas destrezas son reconocidas como necesarias por la sociedad. Lo esencial es que las Fuerzas Armadas son una institución con normas y reglamentos propios, con un principio de diferenciación que se traduce en conocimientos y capacidades relativos al uso de la fuerza como violencia legítima; es decir, una violencia sujeta a ciertas reglas, que la distinguen de otros grupos o sectores de la sociedad. Ese proceso se desarrolla en una íntima relación con el Estado, que es la unidad política de referencia y legitimidad para la institución militar. La profesionalización está vinculada a la creación de las Academias de Guerra y los Estados Mayores como elementos formantes de la institución militar. Las academias de guerra, y los estados mayores, determinaron que todos aquellos que poseyeran los niveles exigidos de conocimientos técnicos, instrucción y valentía, pudieran acceder a altos grados del Ejército. Ese fue un enorme salto de igualdad ciudadana. Mientras más integrada Socialmente sea una sociedad y mayor su cultura política, más intensa será el profesionalismo de sus militares. Y más lejana la posibilidad de que adopten conductas indebidas en relación con la tarea que se les ha encomendado. Obediencia. La obediencia tiene relación directa con la profesionalización y es fundamental para evaluar el comportamiento de los miembros de las Fuerzas Armadas con relación al poder civil. Puede ser definida como aquella que se presta sin reclamar los motivos y razones del que manda. La obediencia debida es la que se rinde al que es superior jerárquicamente y que exime de responsabilidad a los subalternos. Por otra parte, encontramos que un instrumento básico para objetivar el tema de la obediencia es siempre el Reglamento de Disciplina de las instituciones armadas o códigos de comportamiento. En él están contenidas de manera explícita tanto las 123 normas como valores que sustentan a la obligación. Lo que no está en los reglamentos de disciplina es la forma en que se usa la fuerza. Últimamente se ha expresado la tesis de la obediencia forzada frente a violaciones de derechos humanos. Ella podría ser definida como la obediencia debida por jerarquía y por amenaza, cuando el contenido inmoral de una orden es señalado al superior que manda pero que debe cumplirse dado que no existe otra salida. La aceptación de esta tesis, que busca reconocer la no culpabilidad individual en determinadas circunstancias, requiere, para ser aplicable, que se reconozca que existe, al momento de la infracción, un estado institucional de comisión de delitos, en el que la obligación no es para con un oficial superior sino con la institución, por la cual responde todo el alto mando. Es decir, sólo existe una traslación de responsabilidad a todo el mando superior. Ello porque el monopolio del uso de la fuerza que tiene el Estado, cuyo ejercicio se confía a las Fuerzas Armadas, forma parte de la personalidad moral del Estado y no puede ser usado de manera ilegítima. No deliberación política. en primer lugar, debemos definir el término deliberar como "examinar y discutir oralmente un asunto", y "resolver después de una discusión". Más concretamente, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que deliberar es "Considerar atentamente el pro y el contra de los problemas de una decisión, antes de adoptarla", y "resolver una cosa con premeditación". Teniendo en cuenta esta definición podemos afirmar la no deliberación militar en asuntos políticos como una obligación en todos los sistemas democráticos. Es decir, la no consideración y la no resolución de un asunto que está fuera de las competencias técnicas de los militares. El militar no debe mezclarse en política y se le prohíbe pertenecer a asociaciones de carácter político y concurrir a actos de esta índole. En la institución militar existen ámbitos muy definidos para elaborar las peticiones y un conducto regular para hacer reclamaciones. Es de la esencia de una institución jerarquizada la existencia del conducto regular. Se entiende por tal la serie de autoridades directas, jerárquicamente escalonadas, que forman el camino normal que 124 deben seguir las reclamaciones en el sentido inverso y que es considerado como un medio de las funciones militares. Nunca ocurrirá que no exista el instrumento de la reclamación que permite que la función militar se desarrolle de manera normal. Por lo tanto, el concepto del conducto regular da forma y cierra el círculo respecto de los principios ordenadores en el funcionamiento de las instituciones militares. Justicia. La justicia es un valor que inclina a obrar y juzgar, teniendo por guía la verdad. Tengamos en cuenta que no existe moral sin la verdad, por ser la verdad el fundamento principal de la moral. En consecuencia, el militar debe rendir culto a la verdad como una asociación indispensable en su desarrollo profesional. Todo ello proveerá a los miembros de las fuerzas armadas con la suficiente moral para actuar y decidir correctamente. Para que la justicia pueda existir, se debe observar una imparcialidad absoluta, donde se le dé a cada quien lo que le corresponde. La justicia como valor democrático es un nivel que se desea alcanzar y está vinculado estrictamente al valor del bien general. Para que la Justicia pueda existir debe existir la voluntad de todos los ciudadanos y miembros de las fuerzas armadas de respetar el derecho de los demás y así respetar el propio. La Justicia como valor militar sirve para lograr el equilibrio entre las distintas partes, para asegurar que más allá de las diferencias, tengamos los mismos derechos y obligaciones y para que se tome en cuenta el interés general, no sólo el de las partes. La justicia obliga a que la ley sea igual para todos y se aplique a todos por igual sin privilegios de ningún tipo. En el estudio del concepto de justica, podemos encontrar diferentes definiciones. Algunas de ellas son: la justicia legal que corresponde al Estado a través de las leyes que tiendan a buscar el bien común. El cumplimiento de las normas de la justicia legal, obligan tanto al ciudadano, como a los gobernantes y miembros de las fuerzas armadas a cumplir el mandato de las leyes. Su principal objetivo es atender el cumplimiento de las leyes. Por otro lado, la justicia social: se fundamenta en la idea del bien general, entendiendo por esto el bien para todos los miembros de la sociedad, sean militares o ciudadanos, 125 proponiendo una visión de justicia con igualdad para todos. Por último, encontramos la justicia distributiva; esta genera cargas y reparto equitativo y proporcional entre los grupos sociales a través de políticas e instituciones generadas por el Estado y tiene por objeto proteger los derechos individuales de las personas y velar por que éstos cumplan sus deberes. Fortaleza: La fortaleza es la capacidad que nos permite mantenernos fieles a nuestras convicciones y hacerles frente con firmeza y energía a las diferentes situaciones con que nos encontramos en la vida. Son personas aplomadas y serenas, que conservan la compostura tanto en los buenos como en los malos momentos, pero sobre todo en estos últimos, infundiendo confianza y tranquilidad a la ciudadanía. No debemos confundir, sin embargo, la fortaleza con la inflexibilidad, el cerramiento de espíritu o la dureza de corazón. Gracias a la fortaleza, aprendemos también a resistir la adversidad, las enfermedades y el dolor en sus distintas formas y a luchar contra ellos sin amargura, poniendo todo de nuestra parte, seguros de que vamos a salir adelante. Actividad de aprendizaje ¿Cómo se entiende la responsabilidad moral en la cadena de mando? ¿Por qué? ¿Qué relación existe entre el honor militar y la obligación? El mando como atributo jerárquico ¿es sinónimo de liderazgo? ¿Por qué? ¿Puede la moral individual colisionar con la obediencia militar? 6.5.4 Sesión 10. Derechos Humanos Objetivos conceptuales 126 Definir y analizar la importancia de los Derechos Humanos. Objetivos procedimentales Reconocer los límites de su actuar militar y profesional. Objetivos actitudinales Reconocer la importancia de los Derechos Humanos. Desarrollo Temático. Podemos definir los Derechos Humanos como aquellos que los hombres poseen por el simple hecho de ser hombres, por ser parte de la humanidad. Son inseparables de las personas y se proclaman sagrados, inalienables, imprescriptibles y fuera del alcance de cualquier poder político. Algunas veces se considera que los derechos humanos fueron propuestos bajo los ideales del derecho natural. Sin embargo, existe una escuela de pensamiento jurídico que sostiene la postura contraria. Para algunos, los derechos humanos son una constante histórica, con clara presencia en el mundo clásico; para otros, son fruto del cristianismo y de la defensa que éste hace de la persona y su dignidad. Los Derechos Humanos son el conjunto de privilegios inseparables de la naturaleza de la persona, cuya realización resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado. La tarea de proteger los Derechos Humanos representa para el Estado la exigencia de proveer y mantener las condiciones necesarias para que, dentro de una situación de justicia, paz y libertad, las personas puedan gozar realmente de todos sus derechos. Las características fundamentales de los derechos humanos pueden ser enumeradas así: en primer lugar, son universales porque pertenecen a todas las personas, sin importar su sexo, edad, posición social, partido político, creencia religiosa, origen familiar 127 o condición económica. En segundo lugar, son incondicionales porque únicamente están sujetos a los lineamientos y procedimientos que determinan los límites de los propios derechos, en otras palabras, hasta donde comienzan los derechos de los demás o los justos intereses de la comunidad. En tercer lugar, son inalienables porque no pueden perderse ni transferirse por propia voluntad; son inherentes a la idea de dignidad humana. Dejando claro lo anterior, podemos pasar a considerar qué tipo de conducta puede ser considerada como una violación de los Derechos Humanos. Son consideradas violaciones de los derechos humanos aquellos delitos que atentan contra los derechos fundamentales del hombre, que se encuentran definidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y que son realizadas por el Estado de manera directa, indirectamente o por omisión. De esta manera, el Estado anula su finalidad esencial y provoca la inexistencia del estado de derecho. Dentro de la vida militar las violaciones de los derechos humanos deben ser tan repudiadas y rechazadas como cualquier otra orden que pueda atentar contra la conducta ética que caracteriza a la institución. Ya que la existencia de hechos como tortura y de malos tratos infligidos por las fuerzas de seguridad del Estado no constituye un accidente ni es un hecho anómalo en las autoproclamadas sociedades democráticas. Algunos temas relacionados con la violación de derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas son: Tortura. En 1984 la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes en su primer artículo da una acertada definición del vocablo ‘tortura’ y cómo debe entenderse en materia de Derechos Humanos: “A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término "tortura" todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en 128 cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.” De la anterior definición del concepto de tortura podemos separar los siguientes apartados: Todo acto por el cual se inflijan intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o mentales. Esto significa que la agresión contra la integridad física o psíquica del prisionero debe cumplir con dos características agravantes que le darán el carácter de tortura. Estas son: la gravedad que ésta tiene y la intencionalidad de infligirla. Es por eso que no podría considerarse tortura las incomodidades que el preso cumple en la cárcel, las cuales son algo inherentes al confinamiento. Con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación. La finalidad que tiene el acto son generalmente una o varias de las señaladas en la definición, ya que a no ser que se trate de un acto sádico, la tortura tiene un fin de por sí y es lograr de manera rápida castigar o forzar a alguien a autoinculparse. Se incluye además cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación. Cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. 129 Aquí podemos notar la connotación de política de estado que adquiere la tortura, ya que ésta es generalmente cometida por los estados para llevar a cabo sus propias políticas. En el artículo segundo de la Convención se establece que no podrá invocarse como excusa el estado de necesidad o de guerra en que se hayan producido estos hechos, así como tampoco acepta como evasión de responsabilidad el haber obedecido una orden superior en caso de los militares, lo cual tiene directa relación con la función policial. Violaciones Militares a los Derechos Humanos. En este punto es conveniente agregar una resumida definición de diversos conceptos concernientes a este problema. En primer lugar, encontramos el genocidio: este se puede definir como los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal. Entre dichos actos se incluye la matanza de miembros del grupo, las medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, el traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo, etc. En segundo lugar encontramos los crímenes de lesa humanidad, los cuales se definen como cualquiera de los actos siguientes cuando son cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil: asesinato, exterminio, deportación, tortura, violación, etc. Por último están los crímenes de guerra, estos pueden ser definidos como los crímenes cometidos durante una guerra violando convenciones internacionales que protegen a la población civil y los prisioneros de guerra. En general, es una “violación de los usos y costumbres de la guerra”, que podría consistir en asesinatos, malos tratos, deportación y trabajos forzados a civiles y prisioneros, ejecución de rehenes y destrucciones no debidas a razones militares. De manera más amplia, podemos intentar definirlos como las violaciones graves del derecho internacional humanitario, es decir, de los convenios, normas y usos aplicables a los conflictos armados internacionales o internos, que implican una responsabilidad penal internacional. Así pues, estos crímenes son infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber: matar intencionalmente, someter a tortura o 130 a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos, destruir bienes, tomar rehenes, etc. Para concluir este Manual queremos exponer la posición de las Fueras Armadas sobre los crímenes anteriormente mencionados y su correspondiente responsabilidad en la cadena de mando según la Revista de la armada en su edición 88: “Los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad, dondequiera y cualquiera que sea la fecha en que se hayan cometido, serán objeto de una investigación, y las personas contra las que existen pruebas de culpabilidad en la comisión de tales crímenes serán buscadas, detenidas, enjuiciadas y, en caso de ser declaradas culpables, castigadas”. “…Todo Estado tiene el derecho de juzgar a sus propios nacionales por crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad”. El militar debe tener en cuenta Los tribunales Internacionales designados por las Naciones Unidas se ha convertido en norma legal. Responsabilidad personal por crímenes cometidos en su área de jurisdicción u operaciones. Todos los comandantes son responsables por los crímenes cometidos por sus subordinados. Las violaciones serias de la ley de conflictos armados y otras violaciones de los derechos humanos deben estar sujetas a la jurisdicción de una corte”. Además, según los artículos 41 y 42, dictamina, respectivamente, que los deberes y prohibiciones del militar son: 131 Deberes “Cumplir y hacer que se cumplan los deberes contenidos en la Constitución Política, los tratados de Derecho Internacional Humanitario, la ley, los decretos, los estatutos de la Institución, los reglamentos, los manuales de funciones, las decisiones judiciales y disciplinarias y las órdenes superiores emitidas por funcionario competente. Comportarse con orgullo y dignidad. Ser veraz en todos los actos de la vida. Ser modelo de ciudadano, hijo ejemplar y cumplido caballero. Ser leal y respetuoso con los superiores, subalternos y compañeros. Usar el uniforme con pundonor y pulcritud. Buscar en la disciplina del cuerpo la superación del espíritu. Velar por el mantenimiento y la conservación de los elementos puestos bajo su responsabilidad. Ejercer el mando con respeto a la dignidad humana Respetar y enaltecer la condición de militar. Preocuparse en adquirir y perfeccionar los conocimientos necesarios para el ejercicio de la carrera militar. Cuidar y conservar los elementos pertenecientes a las Fuerzas Militares. Observar absoluta discreción en todos los asuntos relacionados con el servicio y guardar la debida reserva de ley. 132 Asistir con puntualidad al servicio Portar el uniforme de acuerdo con las normas reglamentarias. Mantener con otros organismos armados relaciones de armonía y dispensar a sus miembros el respeto y las consideraciones debidas. Respetar y tratar cortésmente a la población. Observar estrictamente el conducto regular en el trámite de solicitudes, informes, reclamos y demás asuntos del servicio que lo requieran o restablecerlo. Dar cuenta de los cambios relacionados con el estado civil, con el domicilio o residencia y con el núcleo familiar. Asumir las responsabilidades propias del cargo y jerarquía. Es deber del superior estimular a quienes se destaquen en el cumplimiento de sus obligaciones y sancionar a quienes las infrinjan, de forma justa, oportuna y proporcional a los hechos por los cuales se aplican. Servir de ejemplo y guía a sus subalternos, estimular sus sentimientos de honor, dignidad, lealtad y abnegación; fomentar su iniciativa y responsabilidad y procurar su bienestar. Conocer y estimular los esfuerzos de sus subalternos para mantener el espíritu de trabajo y el deseo de superación. Cumplir la misión asignada con valor. Guardar el debido respeto a los símbolos patrios. 133 Mantener el comportamiento adecuado durante las actividades académicas, militares, administrativas, culturales, religiosas, deportivas y sociales que desarrolle la institución. Prohibiciones Incumplir los deberes o extralimitar las funciones contenidos en la Constitución Política, los tratados internacionales ratificados por el Congreso, las leyes, los decretos, los estatutos de la Institución, los manuales de funciones y las decisiones judiciales y disciplinarias. Usar, permitir y tolerar la murmuración y la crítica destructiva. Contraer deudas que no puedan cancelarse o compromisos que no puedan cumplirse. Intervenir consuetudinariamente en juegos de suerte y azar. Emplear vehículos, embarcaciones o aeronaves, armamento, equipo, o cualquier elemento de dotación oficial en asuntos diferentes del servicio. Emplear en beneficio propio o de terceros, personal militar o civil u otros medios pertenecientes a las Fuerzas Militares. Suministrar o difundir información sobre las Fuerzas Militares, o hacer publicaciones de la entidad, sin previa autorización del superior competente. Interferir en las actividades de Reclutamiento y Movilización. No cumplir o negar el conducto regular. Incumplir, desatender o entrabar el cumplimiento de las órdenes e instrucciones legalmente emitidas por sus superiores jerárquicos. 134 Ejecutar dentro o fuera de la Institución actos que atenten contra los principios, valores y virtudes militares. Irrespetar los símbolos patrios o negarse a rendirles los honores que corresponden. Realizar conductas que atenten contra el prestigio de la Institución o contra el respeto debido a sus insignias, distintivos, condecoraciones, medallas, cursos de combate, banderas, estandartes, escudos y demás símbolos militares. Participar en actividades contrarias a la disciplina militar, así como promoverlas, propiciarlas u organizarlas. Ejecutar actos de violencia o utilizar expresiones irrespetuosas, injuriosas o calumniosas contra superiores, subalternos, compañeros o personal civil. Proporcionar datos o documentos personales inexactos a la Institución. Faltar al servicio o asistir en forma impuntual. Salir sin permiso de la guarnición o de las instalaciones militares. Incurrir en acciones u omisiones que pongan en riesgo la vida o la integridad personal de sus superiores, subalternos, compañeros y demás servidores de la Institución. Realizar actos de discriminación racial, étnica, regional, religiosa, o de cualquier otra índole. Utilizar prendas, elementos, joyas, accesorios, cortes y pinturas de cabello, diferentes a las contempladas en el reglamento de uniformes. Incurrir en acciones u omisiones que pongan en riesgo el éxito de las operaciones o la misión institucional. 135 No dar cumplimiento a las medidas de seguridad”. Actividades de aprendizaje Imagina la siguiente situación: Las Fuerzas Armadas capturan un miembro de un grupo fuera de la ley que viene delinquiendo por muchos años contra la población civil. Si se logra sacar información de este hombre, probablemente podrían apresar más miembros de ese grupo. Es evidente que el hombre no confesará por las buenas. Responde explicando tus razones: Si vivieras en este país que ha sufrido, ¿qué pedirías que hicieran con este hombre? Si tú fueras la Fuerza Armada, ¿qué harías en ese caso? Si supieras que este hombre va a declarar con sólo aplicarle unas ligeras torturas físicas Si no tuvieras que hacerlo personalmente, ¿permitirías que se lo hicieran? Elabora una redacción de mínimo 10 hojas relacionando: La libertad del militar respecto a la obediencia militar La libertad del individuo respecto al Estado La ética, la política y los Derechos Humanos 136 7. CONCLUSIONES Después de trasegar este campo investigativo. Quizás la primera tiene que ver con la necesidad inaplazable de pensar una ética contextualizada, tanto en el ámbito político colombiano, como jurídico y judicial; así como en el contexto de la guerra permanente y no reconocida oficialmente, pero que genera muchos muertos, soldados, personas al margen de la ley, campesinos y ciudadanos en general, especialmente niños. No se trata simplemente de escribir y proponer un módulo interactivo; es mucho más que eso. Quizás la pregunta más importante es. ¿Hasta dónde es posible, necesario y urgente proponer una formación ética desde las corrientes críticas que ayuden al militar a legitimar mucho más su actuar y a entenderse dentro de un complejísimo mundo donde el Estado y los ciudadanos cada vez son menos protagonistas y más las multinacionales? Es decir, unas Fuerzas Militares puestas al servicio de intereses diferentes de la población civil a la que se deben constitucionalmente. Se dieron a conocer algunas teorías filosóficas, utilizando un lenguaje sencillo y practico en el cual, el alumno pueda conocer distintos fundamentos éticos que sirvan de base a su interpretación clara de los contenidos ofrecidos en el manual, para el posterior análisis y desarrollo de los talleres. Se plantearon problemas Éticos de actualidad, teniendo en cuenta las necesidades de la fuerza, problemas y situaciones donde el alumno pueda interpretar y analizar dichas realidades de acuerdo a sus contextos, costumbres, valores y principios. Se desarrollaron planteamientos éticos, en los cuales el alumno tiene la oportunidad de dar su punto de vista, ofreciéndosele en este manual las herramientas necesarias para que sus criterios los desarrolle, exprese y ejecute de una forma argumentada y pueda discernir claramente entre lo bueno y lo malo, y encamine siempre sus acciones éticamente. 137 7.1 SUGERENCIAS Con la elaboración de este manual, las teorías, ejes temáticos y los problemas morales que se desarrollan en él, como las violaciones a derechos humanos y demás y el aborde apropiado y necesario que se le da a los temas, es de seguro evidenciar en estos alumnos la reafirmación en su vocación como futuros suboficiales del ejército de Colombia, ya que entenderán y asimilaran con convicción la gran responsabilidad que llevan en todas sus actuaciones como ejemplo y modelos a seguir de una sociedad y acrecentando sus valores y principios cada día como servidores públicos intachables de su país. 138 RECOMENDACIONES El trabajo surge de una eminente necesidad, por lo cual el modulo desarrolla unos contenidos temáticos muy precisos que requieren ser orientados por profesionales en las áreas de humanidades, para así ofrecer un idóneo conocimiento en dicha área. Los estudiantes de la Escuela Militar de suboficiales “Sargento Inocencio Chincá” utilicen materiales multimedia de apoyo a los contenidos para que fortalezcan sus aprendizajes Debe desarrollarse cada unidad en el orden que se propone ya que tiene un orden y una intención para el proceso efectivo en el alumno. Debe orientarse el módulo de ética porque enriquece en conocimientos en una profunda y responsable reflexión a los futuros suboficiales del ejército, sobre su quehacer en su conducta como persona individual y social. Beneficiará a todo un país que tanto requiere una transformación en la conducta ética de sus militares. 139 REFERENCIAS Aldana, J. (2005). Crímenes de guerra. Revista de la armada. Colombia. Recuperado de: http://www.armada.mil. co/?idcategoria=89274 Area, M. (s.f.) Educar en la sociedad de la información. Tecnología, sociedad y educación. Laboratorio de Educación y Nuevas Tecnologías del Centro Superior de Educación de la Universidad de La Laguna. Bilbao. 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