IMPACTO DE LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA EN ECOSISTEMAS: El Valle de México MARÍA DE LOURDES DE LA ISLA DE BAUER, CAMPUS MONTECILLO, COLEGIO DE POSTGRADUADOS, HIDROCIENCIAS, MONTECILLO, EDO. DE MÉXICO, MÉXICO 56230 E-mail libauer@colpos.mx El Valle de México, otrora una región prístina, hogar de los aztecas, grupo prehispánico muy poderoso, es una cuenca cerrada de 9600km2 con drenaje artificial, situada a 2240msnm. Está rodeado por montañas alcanzando la más alta 5 540msnm. El Valle estuvo parcialmente cubierto por lagos, los que han sido eliminados por la acción humana, aunque durante la mayor parte de los 100 000 años pasados cubrieron 2000km2. A finales del Siglo XIX los remanentes del acuífero aún cubrieron un área como la mitad de lo ocupado por las aguas en los inicios del siglo XVI. La región ha sido durante los últimos 700 años un centro destacado de actividad humana y el centro económico, político y social de la región designada por Kirchhoff en 1948, Mesoamérica. Tres épocas han impreso sus características en el actual Valle de México: prehispánica, colonial y moderna. Hacia mediados del siglo pasado, así que el área metropolitana de la Ciudad de México se volvió una zona muy populosa, se presentó una disminución en visibilidad y más tarde los organismos más sensibles, esto es, las plantas presentes, comenzaron a mostrar síntomas causados por oxidantes, principalmente ozono. Al presente, es evidente que la contaminación afecta todo el ambiente del Valle, amenazan do, con otros factores de deterioro a todas las formas vivientes del área. A. Desarrollo demográfico Es difícil encontrar aun a nivel global, un lugar que ha experimentado con mayor fuerza el impacto antropógeno que se ha sentido en el Valle de México. Esto puede ser fácilmente confirmado al apreciar el desarrollo urbano desde la fundación de la ciudad. Este desarrollo ha sido espectacular, en las últimas décadas, debido en gran parte a la migración de la gente del campo hacia la ciudad. Al presente, es un complejo urbano gigantesco designado como el Área Metropolitana de la Ciudad de México (MCMA). Es un modelo excepcional de una mega ciudad del siglo XXI (Cabrera-Acevedo, 2001; Pick and Butler, 1997). Ya que la alteración del ecosistema del Valle de México, en alguna época una región prístina lacustre, ha sido causada por las actividades humanas, es necesario no sólo analizarla cuidadosamente en particular en relación al aumento de la población del MCMA, sino también en cuanto a la destrucción ambiental de los ecosistemas locales. Ambos fenómenos son causas principales de la magnitud de los cambios en la zona. B. Evolución del transporte Así que la población se incrementó, ocurrió un cambio paralelo en cuanto al transporte en la Ciudad de México. Es un hecho que las canoas, las pequeñas embarcaciones de la época prehispánica desaparecieron como consecuencia, debido a los cambios hidrológicos que tuvieron lugar en la cuenca donde el asentamiento humano se había establecido. Al mismo tiempo, el sistema de transporte evolucionó y comenzó el sistema de transporte colectivo. Para atender la demanda en el periodo después de la Revolución cuando la población crecía rápidamente en 1925, la industria automovilística comenzó con plantas ensambladoras en el país. El automóvil llegó a ser popular durante las últimas décadas y, durante el clímax económico de los años ochenta, el número de vehículos en la MCMA en 1981 y 1982 aumentó 13% al año. Las estimaciones acerca del número de vehículos en el complejo urbano de la Ciudad de México muestran a través de las últimas décadas, que este número se ha cuadriplicado. Una de las consecuencias del uso excesivo del automóvil es el tráfico difícil y lento. Se ha calculado que la velocidad promedio en el área metropolitana es de menos de 12 km/h (Quadri y Sánchez, 1994). C. Desarrollo industrial 1. Cambios Durante el Siglo XX de acuerdo con el desarrollo demográfico de la MCMA, tuvo lugar una industrialización rápida del Valle. Al mismo tiempo, comenzaron a aumentar continuamente las fuentes estacionarias de contaminación. Debido a la tradición muy arraigada de la centralización, la MCMA experimentó durante décadas un desarrollo industrial sostenido el cual declinó sólo en los años ochenta debido a las dificultades económicas. Más de 30 000 industrias se encuentran localizadas en el área. Muchas de ellas son consideradas como fuentes estacionarias de contaminación (Bravo-Álvarez and Torres-Jardón, 2002; Vizcaíno Murray, 1975). 2. Consecuencias Se conoce bien que el desarrollo económico y demográfico no necesariamente implica bienestar; debe haber un control adecuado de la contaminación, ya que los problemas involucrados aumentan simultáneamente. Este es el caso del Valle de México. La deterioración atmosférica comenzó a ser alarmante hacia mediados del Siglo XX; la visibilidad llegó a ser muy limitada. Diversos autores señalan que la causa es la abundancia de particular suspendidas, particularmente durante la estación de sequía, esto es, de noviembre hasta abril. La distancia de visibilidad era de 15 km en 1937, mientras que 30 años más tarde, fue a menudo de menos de 2 km. Esta situación es aparentemente similar al presente (Jáuregui, 2000; Jáuregui 2002). La deterioración atmosférica de la mega ciudad es evidentemente muy compleja. Es similar a la que se presenta en Los Ángeles, Cal., EE. UU., debido al gran número de vehículos con motor. Ya que el fenómeno fue reconocido, la contaminación atmosférica fue atribuida principalmente a los vehículos mencionados. Además de esto, un factor contribuyente, debido a las características del Valle, es la inversión térmica local que ocurre, aproximadamente, 180 días al año, esta condición permanece estática hasta las 14 horas (Jáuregui, 2000). Los habitantes del área metropolitana reciben los problemas de contaminación, ya que están expuestos a concentraciones altas y moderadas que les causan efectos a su salud de tipo crónico y agudo (Benítez, 1989; Molina and Molina, 2002). Se conoce bien que los sistemas respiratorios y cardiovasculares son los más afectados por la contaminación atmosférica. Por otra parte, también se conoce que los niños y que la gente mayor son más sensibles, aún cuando la condición individual determina también la magnitud del daño. Sin embargo, el síntoma más frecuente es la irritación de los ojos ocasionadas por gases oxidantes (O3, NO-NO2 y PAN). Esta condición ha causado un consumo muy alto de colirios en Los Ángeles, Cal., EE. UU. y se aprecia claramente en la Ciudad de México (Molina and Molina, 2002). La vegetación del Valle de México también es severamente afectada como se mostró ya desde 1971 por medio de las plantas superiores ensayadas como indicadoras. En ese año, el área de acuerdo al índice de la calidad del aire había ya llegado al nivel 2 en relación con las concentraciones permisibles a humanos según la Organización Mundial de la Salud, se apreciaba reducción de visibilidad y otros efectos. El daño mostrado por las plantas indicadoras, ocurría ya cuando la población de la ciudad en la que sólo 680 mil vehículos circulaban, era de 8 millones. Desde el punto de vista socioeconómico, es evidente que en ciertas áreas del país, especialmente en el Valle de México, hay hechos contrastantes que llegan a un punto común; la población en desarrollo y al mismo tiempo, contaminación siempre en aumento, debida a la urbanización y a la industrialización que muestra un país emergente. El complejo urbano de la Ciudad de México tiene todos los problemas característicos tanto de países desarrollados como los de en vías de desarrollo. 3. Valle de México como área de estudio Las características antropógenas y naturales del Valle de México fundamentan que debe considerarse como un sitio ideal para el estudio de efectos nocivos de contaminantes sobre organismos vivientes. Estas características favorecen la formación de ciertos compuestos que inhiben la dispersión y favorecen la acumulación de otros, con estas bases, se consideró que la vegetación nativa e introducida en esta área geográfica estaba siendo afectada. De este modo, en 1971, plantas superiores conocidas, seleccionadas por investigadores en EE. UU. y Europa por su sensibilidad a oxidantes como la variedad de tabaco Bel-W3, la petunia de flor blanda Snow Princess y la avena Clintland, entre otras, comenzaron a ser usadas en exposiciones en diferentes localidades de la Ciudad de México (De Bauer, 1972). 4. Evidencia de daño Como resultado de estas exposiciones fue posible concluir que en los lugares de exposición del sitio de estudio, había concentraciones fitotóxicas de ozono, óxidos de nitrógeno y nitrato peroxiacetílico ya hace más de 30 años. Estos resultados confirmaron la hipótesis considerada y establecieron las bases para otros estudios; entre ellos, la delimitación del área principal de influencia de la zona urbana. Numerosas investigaciones han confirmado que los gases fitotóxicos son fácilmente transportados por el viento. De acuerdo con la descripción de Jáuregui de 1958, los vientos dominantes diarios soplan sobre la Ciudad de México del Norte y Noreste hacia Sur y Suroeste, por lo que se sugirió explorar Xochimilco y Ajusco ya que cabía la posibilidad de que hubiese daños en la vegetación. Como resultado, ya en 1976 se encontró daño en ornamentales y en hortalizas, las que mostraban el bronceado y bandeado y moteado clorótico característico de síntomas causados por oxidantes en pinos. Una vez que se estableció que las montañas del Sur funcionan como una barrera de retención de la masa de aire contaminado, como un complemento al modelo de dispersión de gases tóxicos en el Valle, Hernández en 1984 llevó a cabo un trabajo consistente en el establecimiento de 10 sitios de muestreo con una distancia promedio de 2.55 kilómetros ente ellos, a través de la trayectoria del viento correspondiente a la carretera México-Cuernavaca para evaluar el daño en la especie Pinus montezumae, var. Lyndleyi. Esta especie es prevalente en el transecto usado como sitio de estudio y muestra los síntomas característicos de oxidantes. De este modo, se estableció claramente un gradiente de daño y se comprobó así que la distancia aumenta, el daño es menos severo. Desde los primero estudios, los resultados confirmaron lo se había supuesto a través de los años: P. hartwegii es la especie más sensible presente en el Valle y muestra moteado clorótico severo y bandeado en las agujas de uno y dos años de edad y, consecuentemente, defoliación temprana. Esta sensibilidad es similar a aquella mostrada por Pinus ponderosa en California, EE. UU. Por tanto y también debido a la importancia económica de esta especie por desarrollarse a alturas mayores de 3 500 msnm, Hernández estableció un área de estudio permanente en las montañas de El Ajusco. Al carecer de datos de monitoreo instrumental en esta área montañosa, se busco evidencia de daños en plantas, y las lesiones blanquecinas, que se detectaron en la avena producida por los comuneros fueron sumamente útiles como indicación de la acción de un agente nocivo; para confirmar que se trataba de daño por oxidantes se observaron malezas y en papita silvestre, se apreciaron lesiones Un estudio de los anillos de desarrollo que se llevó a cabo en pinos, fue también útil para evaluar la reducción dramática del desarrollo que ocurrió a partir de mediados del siglo pasado. El oyamel (Abies religiosa) presente en los bosques de las áreas sureñas muestra también daños muy severos, según se ha evaluado, a la contaminación procedente de la zona urbana (Alvarado Rosales and Hernandez-Tejeda, 1998). 5. Presente y perspectivas Cuatro fases de deterioro reciente del Valle de México pueden ser identificadas: -La primera ocurrió en la última parte del siglo XIX cuando comenzó la industrialización en la porción sureña del Valle a la llegada de las compañías textiles que en número de 17 fueron las primeras en establecerse y otras numerosas que se asentaron posteriormente; el uso de las fuentes de energía y materiales de los bosques regionales y de agua corriente que ha sido muy alto. -La segunda fase de deterioro ambiental acelerado resultó de la explotación de los bosques (anteriormente en manos de comunidades indígenas), a través de actividades industriales de compañías de fábricas de papel y celulosa que remplazaron la producción agrícola de muchas partes. Al mismo tiempo, con la introducción del ferrocarril, nuevas industrias llevaron a una urbanización acelerada y a un proceso, el cual aún continuó de gran deterioro del Valle (Ezcurra et al, 2002). -A principios del siglo XX la tercera fase del deterior ambiental ocurrió por la desecación de 10 000 hectáreas del Lago de Chalco con el propósito de convertir la tierra en área agrícola. Este proyecto involucró la construcción de 213 km de canales, inclusive, el gran canal de drenaje construido en 1900 y se diseñaron los drenes para irrigación (Tortolero, 1996). Las tormentas de polvo causadas por los vientos que soplan sobre los sedimentos del lecho seco del Lago de Texcoco, han sido asignadas como causantes de una erosión del suelo en diferentes grados con 10% de la superficie del terreno severamente afectado por pérdidas más allá de 200 toneladas por año y por hectárea (INEGI, 1999). -La cuarta fase consistió en la reducción de las áreas verdes, especialmente severa en las últimas décadas, se extinguieron especies de plantas como resultado de la modificación drástica antropógena del ambiente causada por el reemplazo de los bosques, aún en las laderas de las montañas. Se estima que durante los últimos 35 años, se ha perdido 17% de los bosques, 40% del sotobosque matorral y 42% de las chinampas de las tierras agrícolas y que cada año 7.4% se reducen las milpas (Aguilar et al. 1995, Ezcurra et al. 1999). A menos que esta tendencia se revierta, para el año 2010 solamente habrá 1.5m2 de área verde por habitante, según ha estimado el Gobierno de la Ciudad de México. A pesar de ello, al presente aún la cuenca cuenta con aproximadamente una cuarta parte de cubierta boscosa. l La contaminación del suelo, del aire y del agua es severa. En efecto, el depósito de nitrógeno ha causado escurrimientos de nitratos en las cuencas vecinas en áreas de sotavento (Fenn et al. 1999). Según señalan varios investigadores como ya ha sido comentado, la invasión de las nuevas especies vegetales, así como la desaparición de plantas nativas como el Pinus hartwegii de las laderas de las montañas del sur y los cambios en la microflora del suelo como en las poblaciones micorrizicas, ilustran el grado de disturbio ecológico del Valle como resultado de la influencia drástica antropógena, así como la urbanización e industrialización, la contaminación del ambiente y la sobreexplotación de los bosques y de otros valiosos recursos naturales que amenazan el Valle (Fenn et al. 2002). Conclusiones Todas las formas vivientes del Valle de México reciben la influencia de los drásticos cambios antropógenos. Las presiones económicas, demográficas y sociales continuarán imponiendo efectos detrimentales en el Valle de México al futuro previsible. Los efectos de la contaminación ambiental en el Valle de México en términos de cambios de calidad del aire, del suelo y del agua, se incrementarán a menos que las políticas gubernamentales y, de ser posible, los avances tecnológicos, ayuden a reducir las emisiones en el área. Los conocimientos generados, a través de la investigación, acerca de la situación del Valle de México, pueden ser usados como una herramienta universal educativa, ya que señalan la tremenda influencia humana sobre el área considerada. Fuentes de información BRAVO A., H. 1987. La contaminación del aire en México. Ed., Fundación Universo Veintiuno. México, D.F. 296 p. DE BAUER, L.I. y HERNANDEZ T, T. 1986. Contaminación: una amenaza para la vegetación en México. Colegio de Postgraduados, Montecillo, Méx. 78 p. DE BAUER, L. I. and KRUPA, S.V. 1990. The Valley of Mexico: summary of observational studies on its air quality and effects on vegetation. Environ. Pollut. 65: 109-118. EZCURRA, E. 1991. The Basin of Mexico in: Turner, B. L. (ed.) The Earth as transformed by human action: Global and regional changes in the biosphere over the past 300 years. New York: Cambridge Univerity Press, pp. 577-588. FENN, M. E., DE BAUER, L.I., and HERNÁNDEZ-TEJEDA, T. ( eds.) 2002. Urban Air pollution and Forests. Resources at Risk in the Mexico City Air Basin.Ecological Studies 156. Springer, New York. 387 p. FERNÁNDEZ-BREMAUNTZ, A. 1994. Monitoreo personal de contaminantes: lo que efectivamente respira la gente. Ambiente y desarrollo: 79-84. JACOBSON, J.S. and HILL, A.C. (eds.) 1970. Recognition of air pollution injury to vegetation: A pictorial atlas. APCA. Pittsburgh, PA, U.S.A. LACY, R. 1993 La calidad del aire en el Valle de México. México, D. F. El Colegio de México. MILLER, P.R., FENN, M., SKELLY, J., SAVAGE, J., BAUER, L.I., ALVARADO, A., AND HERNANDEZ-TEJEDA, T. 1998. Assessment of forest climate and air pollution impacts in the Western US and the Valley of Mexico, Final Letter of Intent Report. Riverside, California: USDA-Forest Service. PICK, J. B. and BUTLER E. W. 1997. Mexico megacity. Westview Press, 411p.