LA MEGAMINERÍA “…Cuando vi a los mineros dentro de su habitación, me dije: mejor habita en su concha el caracol / o a la sombra de las leyes el refinado ladrón, / y arriba quemando el sol. / Las hileras de casuchas frente a frente, si señor, / las hileras de mujeres, frente a l único filón / cada una con un balde, con su cara de aflicción / y arriba quemando el sol. / …enterraron la justicia, enterraron la razón / …digo que esto pasa en Chuqui, pero en Santa Juana es peor / el minero ya no sabe, lo que vale su dolor / y arriba quemando el sol... abajo la noche oscura, oro, salitre y carbón /y arriba quemando el sol…” (Violeta Parra) La MEGAMINERÍA, se caracteriza por sus proyectos a gran escala, que combina explotación a cielo abierto, uso de sustancias contaminantes (cianuro o ácido sulfúrico), grandes necesidades energéticas, utilización de grandes volúmenes de agua, producción y amplificación de drenaje ácido de mina y roca y generación de pasivos ambientales (escombreras, diques de cola, pilas de sal) –definición de Wagner, 2008En argentina la megaminería ha crecido debido al impulso de varios incentivos fiscales durante la modificación de la legislación minera en la década del 90, estipulados en la Ley N° 24.196, son I) la doble deducción de gastos de exploración, por la cual las empresas deducen del impuesto a las ganancias el 100 % de la inversión destinada a determinar la factibilidad de un proyecto; II) la estabilidad fiscal y cambiaria por 30 años, III) la amortización acelerada de maquinarias, construcciones, vehículos e infraestructuras y IV) numerosas exenciones de aranceles y tasas aduaneras, a las que se agrega otro tanto de deducciones impositivas de naturaleza diversa. Estos y otros incentivos resultaron en la incorporación de la Argentina a los primeros 10 países con mayores presupuestos para exploración minera. Si se amplía el concepto de megaminería, por sus costos ambientales y sociales en la población, y por los efectos de la minería sobre la calidad de vida, tiene una relación directa en las actividades que realizan, afectando directamente a los ciudadanos de un lugar, esto implica cambio en lo cultural, en la forma de vida; la contaminación que produce, los cambios topográficos, las enfermedades; la compra de voluntades, los enfrentamientos entre la población que cuida los recursos y las fuerzas militares que cuidan los intereses de las empresas; el no reparto de las ganancias a los obreros, etc. Violeta Parra grafica muy bien el pasaje de los mineros bajo el yugo del capitalismo, que ya en su época la cantante chilena denunciaba con la canción social, la criminal indigencia de la patronal que explotaba los yacimientos y la permisiva actitud de gobiernos; hay que intentar construir la verdad acerca del robo minero que se efectiviza en distintos países, que supone no sólo el saqueo de riquezas naturales sino también el riesgo que someten a los trabajadores en función de garantizar su vergonzosa tasa de ganancias. El impulso que está tomando la minería es debido al alza extraordinaria del precio del oro que ha triplicado su valor desde el año 2005. Existen evaluaciones del potencial minero de la Argentina. Pero también obedece a la necesidad de las empresas multinacionales y los estados a su servicio de adueñarse de riquezas naturales y minerales estratégicos por medio de la rapiña, vulnerando soberanías, contaminando suelos y cursos naturales de agua y despojando de sus tierras a los pueblos originarios. La expansión minera se inscribe en la globalización neoliberal, sustentada en el libre mercado, las máximas ventajas a las inversiones extranjeras y la priorización de las actividades extractivas, con mínimos controles ambientales y laborales. En la ejecución de estas políticas, los estados nacionales y provinciales en la mayoría de ocasiones incumplen la obligación de consultar a los pueblos residentes en los lugares donde se harán las exploraciones y explotaciones. Todo esto se hace en nombre del desarrollo. Sin embargo, la experiencia mundial muestra que la minería no contribuye al desarrollo de los pueblos, pues es una actividad altamente contaminante, prioriza la economía, recibe privilegios tributarios y precariza de manera creciente las condiciones laborales. Eduardo Galeano en su obra “Las venas abiertas de América Latina”, escrita en 1970, expresa: “Bolivia, hoy uno de los países más pobres del mundo, podría jactarse –si ello no resultara patéticamente inútil- de haber nutrido la riqueza de los países más ricos. En nuestros días, Potosí es una pobre ciudad de la pobre Bolivia: La ciudad que más ha dado al mundo y la que menos tiene, como me dijo un vieja señora potosina, envuelta en un kilométrico chal de lana de alpaca, cuando conversamos ante el patio andaluz de su casa de dos siglos. Esta ciudad condenada a la nostalgia, atormentada por la miseria y el frío, es todavía una herida abierta del sistema colonial en América: una acusación. El mundo tendría que empezar por pedirle disculpas…” Ahora el destino de la población que vive cerca de los emprendimientos, están en peligro, por todo el impacto que implica la megaminaría, amparada por las leyes nacionales y provinciales. Ese peligro lo provocan las multinacionales como, Goldcorp, Barrick, Osisko Miining, Xstrata, Anglo Gold Ashanti, Andacollo Gold y otras empresas. Es necesario una nueva legislación para proteger los recursos naturales del país, que hace mucho dichas empresas han puesto sus ojos. Para ello, será necesario que esas riquezas naturales, como el petróleo, el agua, los glaciares, los ríos y manantiales; los bosques, vuelvan a ser patrimonio inalienable e imprescriptible de la nación Argentina. Estos temas son parte del programa estratégico de la CTA de los Trabajadores, como una verdadera propuesta política alternativa. Protegiendo los recursos naturales de la provincia (cordón del Famatina entre otros) y el país. Las multinacionales con la megaminería, no traen calidad de vida para la población, por más que quieran concientizar con distintas estrategias desde el gobierno; los ejemplos más visibles, son la privatización de los servicios esenciales, en muchos países latinoamericanos, asimismo pasa con la educación, se aumenta la privatización en los países que están las empresas mineras. El mismo Galeano en otra de sus obras, “Úselo y tírelo”, El mundo visto desde una ecología latinoamericana, hace alusión de los cambios y usos de nuevos lenguajes: Los pobres se llaman carentes o carenciados. La expulsión de los niños pobres se llama deserción escolar. Los criminales que no son pobres se llaman psicópatas. Los países pobres son países en vías de desarrollo. Para decir ciegos, se dice no videntes. Un negro es un hombre de color. En lugar de dictadura se dice proceso y las torturas se llaman apremios ilegales. No se dice muerte, sino desaparición física. Donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida; repentina dolencia significa infarto. Los muertos por bombardeos ya no son muertos: son daños colaterales. No se dice capitalismo, sino economía de mercado. A la ley de la ciudad la llaman ley de la selva… y así se completa la conceptualización del término MEGAMINERÍA. Benito JULIO –CTA, La Rioja-