Importancia de la información para el seguimiento y la evaluación

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TÍTULO: Importancia de la información para el seguimiento y la
evaluación. Algunas propuestas frente al aumento de sus
limitaciones como consecuencia de la crisis
Rosario Asián Chaves, rasian@us.es
Vicente Rodríguez Sosa, vsosa@us.es
Grupo AREA, Economía Aplicada II, Universidad de Sevilla
Félix Rodríguez Verano, felixrodriguez@ie3e.es
Instituto de Estudios de Economía, Evaluación y Empleo, SL.
Abstract:
En los últimos años es empleada una ingente cantidad de información de carácter
cuantitativo en la investigación económica, la cual tiene un valor categórico en los
sistemas de seguimiento y evaluación de planes y programas. La falta de
información plantea graves problemas a la hora de planificar y evaluar las
actuaciones, pero hemos de ser conscientes de que información no significa
conocimiento. El exceso de información cuantitativa no garantiza ni su calidad, ni
su pertinencia ni su relevancia.
En el siguiente documento presentamos una reflexión acerca de las limitaciones
de la información, pero considerando al mismo tiempo los beneficios que reporta,
y las características que debería cumplir para minimizar los inconvenientes y
limitaciones. Para ello nos basamos en la experiencia obtenida tras la realización
de un proyecto de investigación en el que hicimos una propuesta metodológica
para la recopilación, medición e interpretación de los datos necesarios para la
elaboración de los indicadores en los que se basará el informe de seguimiento y
evaluación del Plan Andaluz de Desarrollo Industrial (PADI 2008-2013) y en cómo
algunos de los inconvenientes que existían anteriormente a la hora de obtener y
tratar la información, se pueden ver, o se han visto ya, agravados ante situaciones
de crisis como la actual.
Palabras clave: Evaluación de políticas, Plan Andaluz de Desarrollo Industrial,
Sistema de Información para el Seguimiento, medición, cuantificación de la
información
Área Temática: Economía Regional y Territorio
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“Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo
que no se mejora, se degrada siempre” (Lord Kelvin)
1. Introducción
La planificación pública precisa contar con un sistema de gestión adecuado y un
correcto sistema de seguimiento y de evaluación, si se pretenden alcanzar los
objetivos y efectos esperados con un óptimo nivel de eficacia y eficiencia. Para
ello resulta imprescindible disponer de información que sirva de base para realizar
diagnósticos de la realidad con la que se está trabajando o se va a trabajar, y a
partir de ahí poder fijar los objetivos a conseguir y a continuación ir realizando el
seguimiento de las actuaciones que se van realizando, y finalmente evaluar el
plan o programa en cuestión.
En esta comunicación, partiendo de los trabajos realizados para diseñar un
sistema de seguimiento y evaluación del Plan Andaluz de Desarrollo IndustrialPADI 2008-2013 (I3E, 2010), vamos a tratar de poner de manifiesto, por un lado,
la importancia de la información para poder llevar a cabo el seguimiento y la
evaluación de un plan o programa, teniendo en cuenta sus limitaciones, además
de los problemas que una situación de crisis como la actual puede agravar y, por
otro lado, vamos a presentar una propuesta metodológica del sistema de
información para el seguimiento y evaluación del PADI, que se ha aplicado a una
realidad territorial regional, pero que en ocasiones precisaría información para
niveles territoriales inferiores como la provincia, e incluso mancomunidades o
municipios, y que esperamos pueda servir de base para su aplicación a otros
planes o programas y a otros territorios.
El objetivo de esta comunicación es, por tanto, exponer la importancia de la
información para el seguimiento y evaluación de planes y programas, explicar
algunas de sus limitaciones y problemas y con todo ello realizar una propuesta
metodológica de sistema de información para poder llevar a cabo el seguimiento y
la evaluación de planes o programas.
2. Algunas reflexiones teóricas referidas a la información y su medida
El título de esta comunicación se refiere a la importancia de la información para el
seguimiento y la evaluación, y a ello nos referiremos en este trabajo. Ahora bien,
antes de centrarnos en el caso concreto del seguimiento y evaluación de planes,
como el que aquí nos ocupa (PADI 2008-2013), comenzaremos revisando
algunas reflexiones teóricas acerca de la información y su medición, y a
continuación nos centraremos en cómo se traducen algunas de estas reflexiones
en su aplicación a los métodos de evaluación de políticas, para acabar
centrándonos en sus repercusiones concretas en el diseño del sistema de
seguimiento y evaluación del PADI.
El autor de la definición clásica de probabilidad, Laplace, además de describir el
fundamento de una corriente de pensamiento conocida como determinismo 526,
526
El estado actual de un sistema determina exactamente la forma en que dicho sistema se
comportará en el futuro.
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recoge una utópica527, y es posible que innata, aspiración o necesidad de la
condición humana, como es la de controlar, o al menos tener la sensación de que
controlamos nuestro entorno. Esta necesidad de control y la importancia que
damos a éste en nuestro esquema cultural está relacionada con necesidades más
prioritarias, como la supervivencia física y la seguridad, para las que el control y la
certidumbre son fundamentales. Nosotros, para el tema que nos ocupa en esta
comunicación, lo podemos relacionar con la actividad de planificación –
planificamos para poder controlar las actuaciones que se van a desarrollar-, y, de
este modo, lo unimos a las posteriores actividades que componen un sistema de
seguimiento y evaluación, como partes integrantes de un control a las actividades
que se desarrollan a partir de lo que se ha planificado.
La necesidad humana de controlar su entorno es la que llevó a hombres y
mujeres a tratar de conocerlo y describirlo. En este largo proceso, el ser humano
creó el número, y dada su enorme potencialidad para el cálculo –por la precisión y
el rigor que otorgaba a sus descripciones, conocimientos, razonamientos y
decisiones-, comenzó a realizar la traducción numérica de su realidad física,
siendo la medida el “traductor”. Además, la traducción numérica de la realidad
facilita otra necesidad humana: la comunicación.
Sin embargo, como señala Mlodinow (2010), para la certeza de nuestro ansiado
sueño laplaciano528 en que podemos controlarlo todo, deben cumplirse varias
condiciones:
“Las leyes de la Naturaleza (o del sistema en cuestión –en nuestro caso la
planificación pública-) deben dictar un futuro definido, y debemos conocer dichas
leyes.
Debemos tener acceso a los datos que describen completamente el sistema de
interés, sin que haya influencias imprevistas.
Finalmente, debemos tener suficiente inteligencia o potencia de cálculo como
para ser capaces de decidir lo que, dados los datos sobre el presente, dicen las
leyes que el futuro abrazará”.
Una vez expuestas estas condiciones, suponemos que somos conscientes de que
el control determinista de las actuaciones públicas está fuera de nuestro alcance,
pero sí se puede tratar de disponer del máximo nivel de control que los
instrumentos a nuestro alcance nos puedan proporcionar, y de ello se trata. Así,
hemos de ser conscientes de las utilidades que pueden proporcionarnos ciertas
herramientas, como la medición, así como de sus limitaciones. De hecho, la
medición de determinadas cuestiones (por ejemplo, número de empresas que han
recibido una subvención para aplicar las TIC en sus procesos de gestión) no
supone su control (el contabilizar la recepción de las subvenciones otorgadas a
partir de tal programa no garantiza que las empresas efectivamente incorporen las
nuevas tecnologías de manera adecuada).
527
Decimos utópica porque es muy probable que nunca sepamos si tenemos toda la información
referente a un fenómeno, y la falta de un solo dato lo cambiaría todo.
528
Laplace formuló de manera muy firme e influyente la imagen de un mundo completamente
determinista.
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En consecuencia, debemos ser conscientes de que tener el conocimiento exacto
de una cuestión, como pueda ser el "número de empresas creadas según el
programa CAMPUS", no nos garantiza que se cumpla el objetivo previsto de
“promover la iniciativa empresarial en el área de I+D+I andaluza”; pero disponer
de esta información, junto a otras informaciones, sí puede ayudarnos a tener un
cierto control sobre la eficiencia y eficacia de las medidas aplicadas, sobre cómo
inciden éstas en determinados aspectos previstos en el plan en cuestión, etc.
Con ello queremos decir que no debemos ser presuntuosos y pretender que con
la información que obtengamos y con su medición vamos a tener el control exacto
de la situación. Como dice Durán (2009), “Pero medir el tiempo no significa
controlarlo. Medir no es sino un remedo de dominar, una vanagloria que nos hace
pensar que tenemos el tiempo bajo control. Nos asusta saber que somos
prisioneros del tiempo, y por eso preferimos pensar que es él el que queda
esposado por las cadenas de un reloj cuando, en realidad, somos nosotros los
sometidos”, reflexión que se puede extender a muchos elementos de nuestra
realidad, y así mismo al tema que nos ocupa.
Ahora bien, ser conscientes de los límites de la medición y de la información a la
que podamos tener acceso, no implica que no sea útil y necesario mejorar nuestro
acceso a la información y al uso que hagamos de ella, sea a través de la medida
o de otras herramientas.
El ser humano tiene la necesidad de relacionarse socialmente, y lo hace a través
de la comunicación, el intercambio de información, que le permite dar a conocer,
transmitir y acumular los saberes y conocimientos adquiridos, los cuales tienen su
base en la información. Ya hemos dicho que información y conocimiento no son
sinónimos. El conocimiento se obtiene a través del procesamiento de la
información por una mente humana, lo cual pone de relieve la importancia de la
información en cualquier proceso humano.
La falta de información ha venido siendo uno de los principales problemas con los
que nos enfrentamos. Sin embargo, actualmente el auge y desarrollo de las TIC
ha generado exceso de información, dando lugar a lo que algunos autores529 han
denominado con el término de “infoxicación” –intoxicación por exceso de
información-, con notables y transcendentes consecuencias, ya que dificulta la
capacidad de discriminar lo importante de lo superfluo, haciendo que sea más
importante que nunca la necesidad de sistematizar y armonizar tal torrente
informativo y seleccionar fuentes de información fiables.
Como es bien sabido, la evaluación de políticas públicas es un área de
investigación aplicada cuya finalidad es valorar la utilidad y la bondad de la
intervención pública mediante la aplicación de un conjunto de técnicas e
instrumentos que se emplean en las ciencias sociales (Osuna y Márquez, 2002).
La incorporación en este ámbito de herramientas TIC, y más concretamente de
las bases de datos relacionales, pueden aportar resultados muy satisfactorios en
529
Mayos, G. y Brey, A. (2011)
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el manejo de la información, ya que permiten agilizar los tiempos de registro y
análisis, y pueden aportar calidad a la gestión de los proyectos de evaluación.
3. Problemas y limitaciones relacionados con la obtención y uso de la
información para el sistema de seguimiento del PADI
El seguimiento se puede realizar de forma cualitativa o cuantitativa, mediante la
formulación y cumplimentación de indicadores, descriptores, informes periódicos y
otros instrumentos. Los indicadores son los usados con mayor frecuencia. Los
indicadores son expresiones cuantitativas y/o cualitativas de la realidad objeto de
estudio y constituyen una de las formas más relevantes de sistematizar
información. Muestran sólo aspectos parciales de las variables que se pretenden
medir, por ello ningún indicador resulta completo ni perfecto. Sin embargo, resulta
más útil tener una medida que carecer de cualquier estimación o parámetro de
valoración.
Ello no conlleva necesariamente que los indicadores que se propongan vayan a
ser suficientes para desarrollar un análisis exhaustivo de evaluación de la
intervención del PADI. No obstante, éstos sí son, al menos, necesarios.
En algunos casos, los indicadores de un nivel son la agregación de los
indicadores del nivel inmediatamente inferior en la cadena. En otros casos, el
indicador no es siempre la simple agregación de los del nivel inferior. Por el
contrario, es necesario definir indicadores diferentes o formular índices o ratios
más complejos, en los que se establezcan ponderaciones que midan la
contribución de cada medida al logro del objetivo del nivel superior.
Consecuentemente, es necesario definir una “batería de indicadores” que recoja
exhaustivamente todos los aspectos de la realidad y dé una visión global de ésta.
No se puede establecer taxativamente el número óptimo de indicadores, ya que
para el PADI depende de la instrumentación de cada una de las medidas del
Documento de Programación del PADI 2008-2010, pero en ningún caso debe ser
inferior al necesario para conocer la entidad de la acción concreta, ni tan
numeroso que produzca una sobrecarga de información530 que dificulte el estudio.
Con la formulación de los indicadores se pretende satisfacer dos funciones:
Función descriptiva. Contar con un elemento de recogida de información para
ilustrar su situación y evolución.
Función normativa. Tener parámetros de referencia para la evaluación del logro
de los objetivos del PADI.
Con el fin de optimizar las funciones para las que se definen los indicadores,
estos deben satisfacer determinadas propiedades postuladas acerca de ellos.
Éstas pueden evolucionar en el tiempo e incluso ser contradictorias, de ahí que se
imponga la necesidad de su revisión periódica para que mantengan todos sus
atributos.
530
Ya nos hemos referido anteriormente a la infoxicación.
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Los indicadores que se propondrán tratarán de atender a los siguientes principios:
Pertinencia y relevancia. El indicador debe medir los elementos más significativos
del PADI que están directamente relacionados con lo que se quiere evaluar.
Unicidad. El indicador debería utilizarse para medir una sola acción de cada una
de las medidas.
Exactitud y consistencia. Los indicadores deben suministrar medidas exactas,
proporcionando las mismas mediciones siempre que se use igual procedimiento
de medición, independientemente de las personas que lo efectúen.
Objetividad. Cada indicador tiene que reflejar hechos y no impresiones subjetivas,
su definición además debe estar marcada por un carácter neutral.
Ser susceptible de medición. La realidad sobre la que se quiere construir el
indicador debe ser medible, siendo la expresión del indicador cuantitativa.
Fáciles de interpretar.
Accesibilidad. El indicador debe basarse en datos fácilmente disponibles de forma
que pueda obtenerse mediante un cálculo rápido y a un coste aceptable, tanto en
términos monetarios como de recursos humanos necesarios para su elaboración.
Comparables, espacial y temporalmente.
Los indicadores que se utilicen en el sistema de seguimiento del PADI, como se
ha indicado anteriormente, deben cumplir unas condiciones o principios que
garanticen su validez. Sin embargo, es conveniente ser conscientes desde un
principio de que la elaboración de dichos indicadores presenta una serie de
limitaciones, muchas de ellas directamente relacionadas con las derivadas del
propio proceso de recogida de la información necesaria y con su
procesamiento, lo que permitirá solventar algunos de estos obstáculos, cuando
sea posible, e intentar ser más cautos y precavidos en los comentarios.
Hay que tener en cuenta que la relación entre los indicadores y los conceptos o
las dimensiones del concepto, es de carácter probabilístico (Rodríguez, V.; 2004).
O sea, que si se decide que el “número de líneas RDSI por cada mil empresas” es
un indicador de “innovación tecnológica”, debe entenderse que lo probable es que
exista una relación - en este caso, directa - entre ese indicador (número de líneas
RDSI) y ese concepto (innovación tecnológica), aunque nunca se podrá hablar de
certeza en dicha relación. Esto, evidentemente, limita el valor de la medida así
realizada, pero es una limitación admitida hoy por todas las ciencias.
Por otro lado, en el proceso de elaboración de los indicadores se presentan un
conjunto de problemas técnicos, estadísticos e instrumentales, derivados del
propio proceso de medición, que vician de forma importante dicho proceso y
hacen dudar de la fiabilidad, en cuanto a exactitud y precisión, de las estadísticas
e indicadores económicos. De estos problemas se pueden destacar, entre otros,
la propia naturaleza no experimental de los hechos económicos, los errores que
se derivan de los elementos – observador, cuestionario e informante – del
proceso de medición, los problemas de agregación y los errores contables, la
propagación de errores mediante las operaciones de cálculo, la influencia del
factor tiempo y el, a veces, inadecuado instrumental que se emplea para analizar
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la complejidad de la mayoría de los fenómenos que se pretenden estudiar. Si a
estos problemas se añaden los derivados de la globalizada y cambiante actividad
económica actual, donde a medida que se desregulan las economías, se
incrementan los intercambios, tanto financieros como de bienes y servicios, y los
movimientos de personas y capitales; aumenta la imbricación de las empresas por
la organización en redes; el sector primario se industrializa y la industria se
terciariza; se amplían las transacciones invisibles, y la propia información, junto a
la comunicación, adquieren un relevante valor económico, se comprenderá la
enorme dificultad para obtener medidas o estimaciones, exactas y precisas, del
empleo, el gasto en I+D, los precios, las operaciones financieras y muchos otros
aspectos (Rodríguez y Asián, 2006).
Un problema de especial importancia es la falta o pérdida de homogeneidad de
los datos motivada por la variedad de metodologías y definiciones empleadas por
las diferentes fuentes estadísticas, o incluso por una misma fuente en diversos
momentos de tiempo. Esta falta o pérdida de homogeneidad de los datos ha de
mitigarse de la mejor forma posible, pero sin olvidar que en la reconstrucción,
mediante estimaciones y aproximaciones, se corre el riesgo de atribuirles
esquemas de concepción y percepción diferentes al lugar o momento al que estas
series hacen referencia.
Junto a estos problemas generales, el tema particular que aquí se aborda, la
elaboración de un sistema de seguimiento del PADI, presenta una serie de
limitaciones y problemas a la hora de recabar y tratar la información precisa. La
mayoría de estas limitaciones también se presentan en cualquier proceso de
recogida de información para elaborar indicadores, pero se tratará de hacer
especial hincapié en los aspectos más específicos.
Insuficiencias o deficiencias en la información. En muchos casos, la información
que sería necesaria para elaborar algunos de los indicadores no está
sistematizada, no es accesible o no se sabe ciertamente cuál es el organismo que
se debe encargar de recopilarla. La carencia de información e indicadores
adecuados se hace más patente cuando se pretende realizar un análisis con un
cierto grado de desagregación conceptual o territorial. Además, la falta de
voluntad política, el desinterés, o incluso la falta de medios suficientes explican la
falta de desarrollo de otros instrumentos y unidades de medida no monetarios que
proporcionen otro tipo de información cuantitativa, o que aporten la información
que se necesita para realizar análisis de carácter cualitativo. En el caso de la
información referente a la realización financiera de ciertos programas, existe el
problema de que dicha información no esté suficientemente detallada como para
saber a qué medida corresponde.
Desagregación y periodicidad. En ocasiones es necesario contar con un grado de
desagregación determinado para dar validez al análisis que se está realizando,
pero también es preciso que la información tenga una periodicidad estipulada, ya
que en caso contrario no es posible hacer un seguimiento adecuado. Sin
embargo, con frecuencia nos encontramos con la existencia de un trade-off entre
estas características que exigimos a la información, y la calidad de la misma. Es
como si cada una de ellas se situara en un vértice de un triángulo, de modo que si
se quiere conseguir un mayor nivel de desagregación, que a su vez podría ayudar
a elevar la calidad de dicha información, no se puede conseguir que dicha
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información se obtenga con una periodicidad adecuada. Al contrario, si queremos
obtener la información con una periodicidad muy frecuente, no podemos mantener
el nivel de desagregación, y además la información perdería en calidad. Por ello,
en muchas ocasiones nos veremos obligados a decidir entre mayor o menor
periodicidad a cambio de menor o mayor desagregación.
Problemas de acceso y disponibilidad. Ya se ha hecho referencia tangencialmente
a esta limitación al hablar de las insuficiencias y deficiencias de la información. Es
recomendable, siempre que sea posible, utilizar las fuentes originales, lo cual
hace necesario que se tenga un adecuado conocimiento de las distintas fuentes.
El problema en este caso es que en muchos casos la información necesaria no es
una información que se disponga desde un organismo encargado de elaborar
información estadística (INE, IEA, etc.), en cuyo caso suele ser más fácil tener
acceso a ésta y garantiza una calidad y características de dicha información. En
nuestro caso, muchas informaciones no se han recopilado con un fin estadístico,
sino que se han registrado, en el mejor de los casos, para llevar un control de las
actuaciones que se están realizando, o incluso ni eso, por lo que o no están
disponibles, o aunque lo estén no son adecuadas para poder llevar a cabo una
medición a través de la realización de indicadores que cumplan unos requisitos
mínimos.
Falta de actualización de las fuentes. Ligado directamente con el problema
anterior, el hecho de que gran parte de la información necesaria para elaborar los
indicadores de seguimiento no sea procedente de una fuente estadística oficial,
hace que se de con más frecuencia el problema de la falta de actualización, que
ya de por sí afecta también a muchas de las estadísticas oficiales, pero que se
agrava en mayor medida cuando la fuente de información es otro tipo de
organismo que no tiene que cumplir con los requisitos de periodicidad,
homogeneización, etc.
Todo esto, unido a consecuencias derivadas de la actual situación de crisis
económica puede agravar significativamente estas limitaciones (falta de
presupuesto para la elaboración de estadísticas, falta de continuidad en las
series, desaparición de algunos organismos, …).
4. Propuesta metodológica del sistema de información para el seguimiento y
evaluación del PADI
La estructura de la Base de Datos desarrollada para el seguimiento y la
evaluación del PADI responde al objetivo de crear una aplicación que facilite el
registro, el almacenamiento, procesamiento, análisis, y, extracción de los datos
básicos de realización, resultado e impactos para el seguimiento y la Evaluación
del Plan Andaluz de Desarrollo Industrial 2008-2013.
Al tratarse de un proyecto de evaluación que manejaba una gran magnitud de
información, que esta información provenía de distintos órganos gestores, que
esta información tenía que ser validada, y que el contenido de las actuaciones
iban variando con el tiempo, todo esto unido a restricciones de carácter temporal,
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hicieron necesario el desarrollo del sistema de información para el seguimiento
del PADI.
Una vez esbozado el sistema de información se diseñaron las tablas, las
relaciones entre ellas, formularios, consultas e informes predefinidos. Los
formularios, para facilitar la recopilación y el registro de la información, se
diseñaron partiendo del modelo de las fichas de seguimiento que ya previamente
utilizaban los distintos órganos gestores.
A continuación se presenta la estructura de la Base de datos y algunos
formularios.
Estructura relacional de Base de Datos PADI Versión 2.0
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Fuente: Elaboración propia del Instituto de Estudios de Economía, Evaluación y Empleo, I3E.
El sistema de seguimiento propuesto se basó en una batería de indicadores, que
permite medir y evaluar las intervenciones del PADI, y se presentaban de forma
normalizada en una ficha para cada indicador, que pueden agregarse a nivel de
medida, línea y eje, facilitando la exposición de los datos y su posterior
agregación en distintos niveles.
Las consultas se diseñaron en función de los requerimientos de información y
persiguiendo un doble objetivo: comprobar la integridad de los datos y para
analizar y homogeneizar la información en los distintos niveles de actuación
inmediatamente después del registro.
Una vez diseñado e implementado el sistema de información se elaboró un
modelo de informe de ejecución física y financiera del Plan a partir del sistema de
seguimiento propuesto. Del mismo modo, se elaboró un manual de usuario de la
aplicación en el que se realizaba una breve descripción del procedimiento para el
uso de la base de datos, así como algunas consideraciones a tener en cuenta
antes de comenzar con el registro. Como medida de refuerzo se organizaron
sesiones de formación para que los usuarios pudieran comprender perfectamente
el funcionamiento de la base de datos, concretamente su estructura, el uso de los
formularios, las consultas predefinidas y las formas de extraer la información y
“construir” el informe de evaluación.
Finalmente, para disponer de la información actualizada en todo momento es
necesario realizar un registro continuado de las actuaciones. Para sistematizar
aún más el registro, dadas las características del trabajo, se elaboró un protocolo
de actuación para garantizar el seguimiento de las actuaciones en el que se
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indican los pasos a seguir para su desarrollo y los formularios a rellenar en cada
etapa. En el siguiente diagrama se presenta el protocolo propuesto.
Protocolo propuesto para la elaboración del informe anual PADI
Fuente: Elaboración propia del Instituto de Estudios de Economía, Evaluación y Empleo, I3E.
5. Reflexiones y recomendaciones
Hemos de ser conscientes de que información no es sinónimo de conocimiento, y
de que la medición no implica necesariamente control. Pese a ello, es cierto que
la información, tanto cuantitativa como cualitativa, tiene un valor categórico en los
sistemas de seguimiento y evaluación de planes y programas. Pero para que la
información sea útil debe cumplir unos requisitos. Así, si la falta de información
plantea graves problemas a la hora de planificar y de evaluar los planes, por otro
lado, el exceso de información cuantitativa no garantiza ni su calidad, ni su
pertinencia ni su relevancia.
Centrándonos en el estudio concreto aquí analizado, una fiel valoración de las
actuaciones realizadas por el Plan Andaluz de Desarrollo Industrial, requiere de
un adecuado sistema de seguimiento y evaluación. A partir de los resultados
obtenidos en la fase realizada por nuestra parte del proceso de seguimiento del
PADI, dadas algunas de las limitaciones detectadas y que de subsanarse podrían
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beneficiar de manera sustanciosa el proceso de seguimiento, así como el de
evaluación, se propusieron, entre otras, las siguientes recomendaciones:
El seguimiento ha de ser entendido como un proceso vivo, para lo que resulta
estrictamente necesario contar con los adecuados recursos humanos y
técnicos.
Es aconsejable establecen una serie de pautas procedimentales que aseguren
que la información recogida por cada órgano gestor en cada territorio sea
homogénea posibilitando las comparaciones espaciales, temporales, etc.
Se propone institucionalizar el seguimiento con la constitución de comisiones
técnicas de seguimiento que se comprometan a seguir las pautas
procedimentales para disponer de la información relativa a las acciones recogidas
en el Plan.
Para conseguir tener unas medidas de los impactos en los sistemas territoriales
de producción o clústers sería aconsejable incorporar las especificidades
concretas adecuadas a cada uno de ellos en los ámbitos de seguimiento.
Se requiere contar con los procedimientos adecuados para distinguir los
indicadores de realización, resultado e impacto.
Se deberían realizar conciertos con los organismos oficiales para que facilitasen
los datos necesarios para la elaboración de ciertos indicadores en tiempo y forma,
con el suficiente nivel de desagregación sectorial y territorial, así como
temporal.
Sería conveniente contar con una serie de indicadores que mejorarían la
comprensión de la realización y los resultados e impactos de las acciones.
Se considera imprescindible en ciertos casos que se pueda contar con
información primaria, a través de la elaboración de encuestas y entrevistas.
Es estrictamente fundamental para que el sistema de seguimiento funcione de
manera eficiente y eficaz, que la Base de Datos que ha sido creada en esta fase
del trabajo se consolide como sistema de gestión y continúe alimentándose
convenientemente. Del mismo modo, sería aconsejable buscar fórmulas para
mejorar la interconexión de la información recogida en los diferentes sistemas de
gestión de los diferentes organismos implicados.
Reiteramos la necesidad de ser conscientes de las limitaciones de un sistema de
información como el propuesto, pero al mismo tiempo, tener en cuenta las
importantes ventajas que proporciona, y que puede llegar a proporcionar, a la
hora de contar con información suficiente, sistematizada y de calidad, para poder
llevar a cabo las tareas de seguimiento y evaluación tanto del PADI como de
cualquier otro plan o programa.
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Bibliografía
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